Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las cavidades orbitarias u órbitas son dos profundas cavidades situadas superior y lateralmente a las
cavidades nasales, entre la fosa craneal anterior y el macizo facial. Contienen el conjunto de las
estructuras que forman el órgano de la visión. Cada una de las cavidades orbitarias presenta la forma de
una pirámide cuadrangular de base anterior y vértice posterior. El eje mayor de la órbita es oblicuo
posterior y medialmente y mide de forma aproximada 45 mm de longitud.
Esta cavidad presenta 4 paredes:
1.- Superior: Posee forma triangular y está formada anteriormente por la porción orbitaria del
hueso frontal y posteriormente por el ala menor del hueso esfenoides. Hay que recordar que
aquí encontraremos las fosas troclear y lagrimal.
2.- Inferior: de forma triangular. Está constituida anterior y medialmente, por la cara orbitaria
de la apófisis cigomática del hueso maxilar, anterior y lateralmente, por la cara medial del
proceso frontal del hueso cigomático, posteriormente, por la vertiente superior de la superficie
no articular del proceso orbitario del hueso palatino. En esta pared hay que recordar que el
piso contiene el canal infraorbitario.
3.- Medial: Es cuadrilátera, casi rectangular y alargada de anterior a posterior. Está constituida,
de anterior a posterior, por la apófisis frontal del maxilar, el hueso lagrimal, la lámina orbitaria
del hueso etmoides y la parte anterior de la cara lateral del cuerpo del hueso esfenoides. se
relaciona con las cavidades nasales y sus cavidades anexas: las celdas etmoidales y el seno
esfenoidal.
4.- lateral: La pared lateral es la más gruesa y resistente de las cuatro. Es plana y triangular; está
constituida en su tercio anterior por el proceso frontal del hueso cigomático y en sus dos tercios
posteriores por el ala mayor del hueso esfenoides. Se aprecian en esta cara la sutura
esfenocigomática y el orificio cigomático orbitario.
Posee cuatro ángulos o aristas: 1) ángulo superolateral; 2) ángulo superomedial; 3) ángulo inferolateral
y 4) ángulo inferomedial.
Una Base que tiene forma de cuadrilátero y mide aproximadamente 40 mm de ancho y 35 mm de alto.
El plano de la base de la órbita se orienta anterior, lateral y un poco inferiormente. Su contorno,
denominado borde orbitario, está constituido: superiormente, por el borde supraorbitario del hueso
frontal; lateralmente, por el borde superomedial del hueso cigomático; inferiormente, por este mismo
borde en su mitad lateral y por el maxilar en su mitad medial, y medialmente, por la cresta lagrimal
anterior. Superiormente a esta cresta, el borde orbitario se difumina, en una extensión de 1-1,5 cm,
hasta el extremo medial del borde supraorbitario del hueso frontal. En el borde superior de la base de
la órbita se observa: a) la escotadura o agujero supraorbitario, situado aproximadamente a 3 cm de la
línea media, y b) la escotadura frontal, medial a la precedente y mucho menos acusada.
El vértice de la órbita corresponde al extremo medial de la fisura orbitaria superior. En este punto existe
un estrecho surco cuyo labio anterior sobresale y se convierte en el denominado tubérculo infraóptico.
En el surco y en el tubérculo se inserta el anillo tendinoso común (o Annulus de Zinn).
El globo ocular se compone de una pared y un contenido. La pared está formada por tres membranas
concéntricas, que son: a) una membrana externa o túnica fibrosa constituida por la esclera y la córnea;
b) una membrana media musculovascular, denominada túnica vascular del globo ocular, y c) una
membrana interna o túnica interna de naturaleza nerviosa, la retina. El contenido, que frecuentemente
recibe el nombre de medios transparentes y refringentes del ojo, consta de: a) la lente o cristalino,
situada posteriormente al iris; b) el humor acuoso, que llena el espacio existente entre la lente y la
córnea, y c) el cuerpo vítreo, situado posteriormente a la lente, hasta la retina.
2. Córnea: La córnea está situada anteriormente a la esclera. Constituye el segmento anterior de la capa
fibrosa del globo ocular. La córnea es redondeada, enteramente transparente y constituye un
segmento de esfera de un radio menor al de la esclera. Como consecuencia, protruye en la parte
anterior del globo ocular. Sus dos caras, anterior y posterior, son lisas y brillantes. La anterior es
convexa, mientras que la posterior es cóncava. Su curvatura no es siempre regular, las irregularidades
de curvatura pueden ocasionar astigmatismo. a superficie por la cual la córnea se une a la esclera está
tallada en bisel a expensas de las capas superficiales de la córnea. Por tanto, la cara anterior de la córnea
es más pequeña que la cara posterior. Además, el bisel corneal es más acentuado superior e
inferiormente que lateralmente; en consecuencia, la cara anterior de la córnea es de forma elíptica: su
diámetro transversal mide 12 mm y su diámetro vertical 11 mm. La cara posterior de la córnea es
circular y su diámetro mide 13 mm. Se da el nombre de limbo de la córnea a la zona, de estructura un
tanto particular, por medio de la cual la córnea, la esclera y la membrana musculovascular se unen a la
periferia de la córnea. En la parte profunda de esta zona se encuentran una red de haces de fibrillas
conjuntivoelásticas, divergentes y anastomosadas entre sí, denominada ligamento pectíneo del ángulo
iridocorneal, red trabecular o retículo trabecular. Anteriormente a la red trabecular se encuentra un
conducto venoso anular, enrollado alrededor de la córnea, que se conoce con el nombre de seno
venoso de la esclera. Este conducto, aplanado de anterior a posterior, está relacionado por su cara
profunda con la red trabecular que lo separa de la cámara anterior del globo ocular. El humor acuoso
se vierte, a través de las mallas que limitan los haces de la red trabecular, en los espacios perivasculares
que rodean el seno venoso de la esclera y en las venas ciliares anteriores. La córnea carece de vasos
sanguíneos y linfáticos.
1. coroides: La coroides es una membrana esencialmente vascular situada entre la esclera y la retina,
aproximadamente en los dos tercios posteriores del globo ocular.
a) SUPERFICIE EXTERNA. Es de color oscuro y está aplicada en toda su extensión sobre la superficie
interna, cóncava, de la esclera, de la que puede separarse fácilmente. Se encuentran unidas por una
lámina de tejido conectivo, denominada lámina fusca de la esclera, así como por los vasos y nervios que
van de una a otra membrana.
b) SUPERFICIE INTERNA. La superficie interna se orienta hacia el eje del globo ocular. Es lisa, de color
negro y se corresponde, sin adherirse, con la retina, que la tapiza en toda su extensión.
c) ORIFICIO POSTERIOR. La coroides tiene en su parte posterior un orificio de 1,5 mm de diámetro para
el paso del nervio óptico. Este orificio es continuación del orificio posterior de la esclera. Su borde está
muy adherido al tejido escleral y al nervio óptico, que lo atraviesa. Algunos fascículos conjuntivos
pertenecientes a las capas superficiales de la coroides penetran entre las fibras del nervio óptico y
constituyen el plano más anterior de la lámina cribosa.
d) ORA SERRATA. Anteriormente la coroides presenta continuación con el cuerpo ciliar. El límite
anterior de la coroides está indicado por una línea circular y sinuosa denominada ora serrata, visible en
la superficie interna del hemisferio anterior del globoocular. La ora serrata está situada anteriormente
al ecuador, unos 6 o 7 mm posteriormente a la córnea.
2. Cuerpo Ciliar: a) SITUACIÓN. El cuerpo ciliar es la parte de la capa vascular del globo ocular
comprendida entre la ora serrata y el iris (fig. 224). Su forma es la de un anillo aplanado, de una anchura
de 5 a 6 mm, y que se engruesa progresivamente de posterior a anterior. El corte transversal del cuerpo
ciliar es de forma triangular, con el vértice en la ora serrata y la base orientada hacia el eje del globo
ocular. Se describen tres caras: externa, interna y anterior.
CARA EXTERNA. Se aplica sobre la esclera. CARA INTERNA. La cara interna o posterointerna comprende
dos zonas diferentes, una anterior y otra posterior.
La zona anterior o corona ciliar tiene la forma de un disco radiado. Cada uno de los radios, denominados
procesos ciliares, constituye un repliegue alargado de anterior a posterior, y abultado anteriormente.
Los procesos ciliares miden 2 o 3 mm de largo. Son unos 70 u 80 y están separados entre sí por surcos
dispuestos radialmente, que se denominan valles ciliares. Los valles ciliares son de color marrón oscuro,
lo cual contrasta con el tono gris claro de los procesos ciliares.
La zona posterior, denominada orbículo ciliar, prolonga posteriormente la corona ciliar. Su superficie,
de color oscuro, está finamente plegada.
CARA ANTERIOR. La cara anterior o anterointerna se confunde en la periferia con la red trabecular
esclereocorneal y con el anillo mayor del iris. Posteriormente al iris, esta cara está formada por el
extremo anterior de los procesos ciliares.
El cuerpo ciliar está formado por dos partes: el músculo ciliar y los procesos ciliares. El músculo ciliar
ocupa la parte anteroexterna del cuerpo ciliar. En un corte meridiano, presenta una forma triangular:
la cara anteroexterna se aplica sobre la esclera; la cara posterior se relaciona con el orbículo ciliar; la
cara medial o axial se orienta hacia el eje del globo ocular y está en continuidad con los procesos ciliares.
El músculo ciliar está formado por fibras musculares lisas, la mayoría de las cuales están orientadas
anteroposteriormente. Medialmente a éstas se encuentran algunas fibras circulares que se conocen
con el nombre de fibras circulares del músculo ciliar.
Los procesos ciliares están constituidos por acumulaciones vasculares rodeados por una masa de tejido
conjuntivo laxo. El orbículo ciliar está ocupado, profundamente al músculo ciliar, por una capa de vasos
que unen los vasos coroideos con las acumulaciones vasculares de los procesos ciliares.
3. iris: El iris constituye la parte anterior de la membrana musculo-vascular. Se sitúa como un diafragma
vertical, circular y anterior al cristalino. Está perforado en su centro por un orificio denominado pupila.
En el iris se describen: a) dos caras, una anterior y otra posterior; b) un borde periférico o anillo mayor
del iris, y c) la pupila. La cara anterior es de coloración muy variable según los sujetos y las razas. Es muy
ligeramente convexa, irregular y mamelonada. Esta cara está elevada por los vasos, que determinan la
formación de finos salientes semicilíndricos, de dirección radial, que se extienden desde la pupila hasta
el borde periférico. La cara posterior es uniformemente negra y muestra una ligera concavidad. Está en
relación con la cara anterior de la lente y de los procesos ciliares por medio de la cámara posterior del
globo ocular. El borde periférico o anillo mayor del iris tiene continuación con la parte anterior del
cuerpo ciliar y forma con el limbo de la córnea un surco circular denominado ángulo iridocorneal (surco
periiridiano). La pupila es un orificio habitualmente circular, situado por lo general en el centro del iris.
Sus dimensiones están sujetas a la acción de los músculos dilatador y esfínter de la pupila. El diámetro
medio de la pupila es de 3 a 4 mm.
Las arterias de la capa vascular del globo ocular son las arterias ciliares posteriores cortas, las arterias
ciliares posteriores largas y las arterias ciliares anteriores. No existen vasos linfáticos en la capa vascular
del globo ocular. La linfa circula por las lagunas. Los nervios de esta túnica Proceden del ganglio ciliar y
del nervio nasociliar a través de los nervios ciliares.
La retina es la capa interna o nerviosa del globo ocular. Está situada internamente a la capa vascular y
recubre toda la superficie interna de dicha membrana. La retina se divide en dos partes principales: la
parte posterior, sensorial, es la porción óptica de la retina; la parte anterior, compuesta por las
porciones ciliar e iridiana de la retina, conserva sus características embrionarias y se encuentra reducida
a dos capas epiteliales superpuestas, que tapizan la cara interna del cuerpo ciliar y la cara posterior del
iris. Las dos partes de la retina están separadas por la ora serrata, cuya existencia se debe precisamente
a la brusca diferencia de espesor y estructura entre la porción óptica y las porciones ciliar e iridiana de
la retina. La porción óptica de la retina es una membrana delgada, rosada y transparente en vida, pero
blanquecina en el cadáver. Presenta, como las otras capas del ojo, dos caras, una externa y otra interna.
Cara externa. Se aplica a la superficie interna de la coroides sin adherirse a ella. Cara interna. La cara
interna se corresponde con el cuerpo vítreo. Sobre esta cara se observan dos zonas de aspecto especial:
el disco del nervio óptico y la mácula lútea. El disco del nervio óptico o papila es una mancha circular de
aproximadamente 1,5 mm de diámetro, situada anteriormente al orificio del nervio óptico, 3 mm
medial y 1 mm inferiormente al polo posterior del globo ocular. El disco del nervio óptico es el punto
de convergencia de las fibras ópticas de la retina, que se reúnen para formar el nervio óptico. Además,
presenta una depresión central resultante del hecho de que las fibras ópticas pasan de la retina al nervio
óptico describiendo una curva cuya convexidad se orienta hacia el centro del disco del nervio óptico.
La mácula lútea o mancha amarilla es una depresión de color amarillento, elíptica de eje mayor
transversal, que mide 3 mm de anchura por 1,5 mm de altura. Está situada en el polo posterior del
globo ocular, es decir, 3 mm lateral y 1 mm superiormente al disco del nervio óptico.
La arteria central de la retina, rama de la arteria oftálmica, penetra en el globo ocular siguiendo el eje
del nervio óptico. Emerge en el centro del disco del nervio óptico y se divide en dos ramas, una
ascendente y otra descendente, que suministran ramas más o menos numerosas que se extienden
hasta la ora serrata. Las venas siguen un trayecto inverso al de las arterias; de su unión nace la vena
central de la retina.
2. Humor acuoso y cámaras del globo ocular: El humor acuoso es un líquido incoloro, límpido como el
agua, que llena el espacio comprendido entre la córnea y la lente. El iris divide este espacio en dos
celdas o cámaras, anterior y posterior. La cámara anterior del globo ocular tiene dos paredes: a) una
pared anterior, formada por la cara posterior de la córnea y por el limbo de la córnea, y b) una pared
posterior, constituida por la cara anterior del iris y el segmento de la cara anterior de la lente en relación
con la pupila. La cámara posterior del globo ocular está limitada: a) anteriormente por el iris; b)
lateralmente, es decir, hacia la periferia, por el cuerpo ciliar; c) posteriormente por el cuerpo vítreo, y
d) medialmente, es decir, hacia el eje del globo ocular, por la lente. La cámara posterior está tabicada
posteriormente, en todo el contorno de la lente, por las fibras de la zónula ciliar, que están bañadas por
el humor acuoso. Las cámaras anterior y posterior se comunican entre sí por medio de la pupila.
3. Cuerpo vítreo: El cuerpo vítreo es un líquido viscoso y transparente que llena toda la parte de la
cavidad ocular posterior a la lente. En su parte anterior, el cuerpo vítreo presenta una concavidad que
aloja la cara posterior convexa de la lente; esta depresión se denomina fosa hialoidea. Alrededor de la
lente, el cuerpo vítreo está en relación con la zónula ciliar y con el cuerpo ciliar. Posteriormente se
adhiere débilmente a la superficie interna de la retina, de la que puede separarse con facilidad.
Membrana vítrea. El cuerpo vítreo está envuelto por una membrana vítrea, que se forma por la
condensación de las capas periféricas del cuerpo vítreo. Conducto hialoideo. El cuerpo vítreo está
atravesado de posterior a anterior, desde el disco del nervio óptico hasta el polo posterior de la lente,
por un conducto denominad conducto hialoideo, más estrecho en su parte media que en sus extremos.
En el feto permite el paso de la arteria hialoidea, que nutre, durante el desarrollo de la lente, la red
vascular pericristalina.
La cavidad orbitaria contiene siete músculos destinados a mover el globo ocular y los párpados. Estos
músculos son el elevador del párpado superior, recto superior, recto inferior, recto lateral, recto medial,
oblicuo superior y oblicuo inferior.
MÚSCULO ELEVADOR DEL PÁRPADO SUPERIOR: El músculo elevador del párpado superior es alargado,
aplanado y triangular. Es inmediatamente inferior a la pared superior de la órbita. Se extiende desde el
vértice de la órbita hasta el párpado superior. El músculo elevador del párpado superior desplaza el
tarso superior en sentido posterior y superior. La función de los fascículos orbitarios es limitar la acción
del músculo.
MÚSCULOS RECTOS DEL GLOBO OCULAR: Los músculos rectos del globo ocular son cuatro: recto
superior, recto inferior, recto lateral y recto medial. Estos músculos son aplanados, acintados, de base
anterior y vértice posterior. Su longitud media es de 4 cm. Se extienden desde el vértice de la órbita
hasta el hemisferio anterior del globo ocular. Los músculos rectos del globo ocular nacen del vértice
de la órbita, de una manera muy diferente a la descrita en los tratados clásicos. Los cuatro músculos
rectos se insertan en el vértice de la cavidad orbitaria por medio de un tendón común a todas las fibras
musculares de estos músculos, el anillo tendinoso común.
El anillo tendinoso común es corto y grueso, y se inserta en la parte medial de la fisura orbitaria superior,
concretamente en el surco anteroposterior que presenta la fisura en esta región, y en el tubérculo
infraóptico en que termina anteriormente el labio medial del surco.
Cada uno de los músculos rectos del globo ocular nace: a) directamente del anillo tendinoso común por
sus fibras medias, y b) de las dos cintillas tendinosas que separan cada músculo recto de sus dos
músculos vecinos.
Desde su inserción posterior u orbitaria, los músculos rectos del globo ocular divergen anteriormente,
ensanchándose. Siguen la pared correspondiente de la cavidad orbitaria hasta el ecuador del globo
ocular, después se inclinan hacia el eje de la órbita, aplicándose sobre el hemisferio anterior del globo
ocular hasta su inserción en la esclera.
El músculo recto superior hace girar el globo ocular de manera que la córnea se dirige superior y un
poco medialmente. El músculo recto inferior moviliza la córnea inferior y un poco medialmente. El
músculo recto medial la dirige medialmente y el músculo recto lateral, lateralmente.
MÚSCULO OBLICUO SUPERIOR: El músculo oblicuo superior es largo y se refleja sobre sí mismo. Va
desde el vértice de la órbita hasta la parte posterolateral del globo ocular. Se inserta posteriormente
mediante una lámina tendinosa corta, de 5 mm de anchura por término medio, que se confunde con
la periórbita, medialmente a la inserción del músculo elevador del párpado superior y un poco superior
y medialmente al conducto óptico.
Desde este punto, el músculo se dirige anteriormente, a lo largo del ángulo diedro formado por la unión
de las paredes superior y medial de la órbita, superiormente al músculo recto medial. En esta parte de
su trayecto adopta la forma de un huso alargado, que se continúa, unos milímetros posteriormente al
ángulo superomedial del borde orbitario, con un pequeño tendón casi cilíndrico que inmediatamente
penetra en un anillo fibrocartilaginoso implantado en la fosita troclear y que se denomina tróclea. Al
salir de este anillo, el tendón se refleja formando un ángulo agudo y se dirige lateral, inferior y
posteriormente. Pasa inferiormente al músculo recto superior, enrollándose sobre el globo ocular y
expandiéndose bruscamente en abanico antes de insertarse en la parte superolateral del hemisferio
posterior del globo ocular.
El músculo oblicuo superior hace girar el ojo de tal manera que la córnea se dirige inferior y
lateralmente.
MÚSCULO OBLICUO INFERIOR: El músculo oblicuo inferior es un músculo aplanado y acintado que se
enrolla sobre la parte inferolateral del globo ocular. Es el único músculo de la órbita que no se origina
en el fondo de la cavidad orbitaria. El músculo oblicuo inferior nace, mediante fibras tendinosas cortas,
de la pared inferior de la órbita, inmediatamente lateral al orificio superior del conducto nasolagrimal,
Se dirige a continuación lateral y posteriormente, pasa inferiormente al músculo recto inferior y se
enrolla sobre el globo ocular hasta su inserción escleral.
El músculo oblicuo inferior mueve la córnea superior y lateralmente.
F) Vasos y Nervios
Todas las arterias de los órganos contenidos en la órbita proceden de la arteria oftálmica.
Las venas de la órbita vierten su contenido en el seno cavernoso a través de las venas oftálmicas
superior e inferior y por medio de la vena central de la retina. Los nervios se dividen en motores,
sensitivos, simpáticos y sensoriales. Los nervios motores son los nervios oculomotor, abducens y
troclear. El nervio oculomotor proporciona movilidad a todos los músculos de la órbita, con excepción
del músculo recto lateral, inervado por el nervio abducens, y del músculo oblicuo superior, inervado
por el nervio troclear. jLos nervios sensitivos proceden del nervio oftálmico. Los ramos del sistema
vegetativo, o nervios ciliares cortos, nacen del ganglio ciliar. Por último, el nervio sensorial, es decir, el
nervio óptico, es una dependencia del cerebro y constituye el pedículo que une la retina al neuroeje.
G) FASCIAS ORBITARIAS
Se da el nombre de fascias orbitarias a un sistema de membranas fibrosas formado por tres partes:
1. La vaina del globo ocular, que cubre la porción escleral del globo ocular.
2. Las fascias musculares, consistentes en prolongaciones de la vaina del globo ocular que envuelven
todos los músculos de la cavidad orbitaria.
3. Las expansiones fasciales anteriores, que unen la vaina del globo ocular y las fascias musculares con
la conjuntiva, los párpados y el borde orbitario.
Desde la célula fotorreceptora, la vía visual consiste en una cadena de tres neuronas que procesa la
información visual y la transmite a la corteza. Las dos primeras neuronas de la cadena están en la retina:
las células bipolares y las células ganglionares de la retina. Desde la retina, la vía visual se proyecta a la
tercera neurona, que se encuentra en el núcleo geniculado lateral (LGN) del tálamo. Los axones del
tálamo se proyectan a través de las radiaciones ópticas a la corteza visual primaria (estriado).
A: Células bipolares:
Las células bipolares tienen contacto sináptico con los bastones y conos de la capa plexiforme externa
de la retina (parte posterior sensorial). Algunas células bipolares están en contacto sólo con los
bastoncillos, otras sólo con los conos, y otras tanto con los bastoncillos como con los conos. las células
fotorreceptoras liberan constantemente el neurotransmisor glutamato en la oscuridad (corriente
oscura), y la luz da lugar a la hiperpolarización de los bastoncillos y conos, lo que da lugar a una menor
liberación de glutamato. La sinapsis entre los fotorreceptores y las células bipolares debe, por lo tanto,
adaptarse a esta constante liberación de glutamato y se denomina “Ribbon Synapse” (RS). Las RS
pueden transmitir información de forma tónica y graduada. En las sinapsis convencionales, La
transmisión se logra mediante la modulación de la frecuencia de los potenciales de acción (PA), pero
en la vía visual, el rango dinámico de las señales es demasiado amplio (que va desde un solo fotón que
puede estimular los bastones bajo luz tenue hasta los miles de fotones que estimulan los conos a la luz
del día) y no puede codificarse en diferentes frecuencias de PA. La intensidad del estímulo en la RS está
codificada por los cambios en la liberación del neurotransmisor: más luz resulta en menos liberación
del neurotransmisor. Las células bipolares pueden responder a estos cambios de dos maneras: 1) una
disminución del glutamato en la sinapsis puede dar lugar a una despolarización de la célula bipolar
(conocida como célula bipolar ON), o 2) puede dar lugar a una hiperpolarización de la célula bipolar
(conocida como célula bipolar OFF). Estos dos tipos de respuestas se logran mediante el uso de
diferentes tipos de receptores de glutamato post-sinápticos.
1. Células bipolares OFF: Este tipo de célula expresa receptores de glutamato ionotrópicos. Menos
glutamato en la hendidura sináptica conduce a una menor conductancia catiónica a través de los
canales iónicos, y la célula bipolar OFF se hiperpolariza.
2. Células bipolares ON: Estas células expresan el receptor metabotrópico de glutamato mGluR6 que
está acoplado negativamente a un canal catiónico. Cuando el glutamato se une a este receptor, el canal
de iones se bloquea, y la célula se hiperpolariza. Menos glutamato conduce a menos estimulación de
estos receptores metabotrópicos, lo que a su vez conduce a la conductancia catiónica a través de los
canales ahora desbloqueados y da lugar a una despolarización de la célula bipolar ON.
3. Procesamiento paralelo: Estos dos tipos de células bipolares son el primer paso de un sistema de
procesamiento paralelo que puede responder rápida y específicamente a los aumentos de luz (célula
bipolar ON, que se despolariza en la luz) y a las disminuciones de luz (célula bipolar OFF, que se
despolariza en la oscuridad).
4. Distribución espacial: Además, estas células están organizadas en una distribución espacial que
alimenta la señal en la capa de células ganglionares, donde se pueden encontrar células ganglionares
ON y OFF. Las células ganglionares ON reciben la entrada de un campo receptivo de células bipolares
ON. Las células ganglionares se dispararán más rápidamente cuando la fuente de luz llega desde el
centro de sus campos receptivos en lugar de la periferia. Lo mismo es cierto para las células
ganglionares OFF con respecto a su entrada desde las células bipolares OFF. Juntos, estas dos vías
aumentan el contraste de lo que vemos, y este ON/OFF está presente en todo el sistema visual.
B. Células ganglionares
La célula ganglionar (CG) es la segunda neurona de la cadena. La población de estas células incluye hasta
17 tipos diferentes de CGs, cada una de las cuales codifica diferentes aspectos de la información visual.
Tres tipos de células ganglionares parecen jugar un papel prominente en toda la vía visual y son las
fuentes de tres vías de procesamiento que operan en paralelo unas con otras. En cada una de estas
vías, las células ganglionares ON/OFF pueden ser encontradas. Esto mejora el contraste y nos permite
reaccionar a los niveles crecientes y decrecientes de luz. Es probable que haya más circuitos paralelos
que procesen la información visual en la vía visual, pero para el alcance de esta clase nos centramos en
estos tres grandes canales para ayudarnos a comprender el análisis visual del movimiento, la forma y
el color.
1. Células ganglionares enanas: Éstas comprenden la mayoría (>70%) de las células que se proyectan al
LGN, y son el origen de la vía parvocelular. Estas células codifican para una alta resolución espacial pero
baja resolución temporal debido a sus pequeños campos receptivos y velocidad de conducción axonal
lenta. Estas células analizan las entradas de los canales rojo y verde y son un componente importante
en la visión del color. Debido a su pobre resolución temporal, las células ganglionares enanas son muy
adecuadas para el análisis de imágenes estáticas pero no para el análisis de movimiento.
2. Células ganglionares de la sombrilla: Estas células constituyen sólo alrededor del 10% de todas las
células que se proyectan al LGN y son el origen de la vía magnocelular. Estas células codifican para una
baja resolución espacial pero alta resolución temporal debido a sus grandes campos receptivos y
rápidos velocidad de conducción axonal. Estas células codifican para una acromática (incoloro) y son
más adecuados para detectar el contraste, el movimiento, y la forma (véase la figura 15.10).
3. Células ganglionares biestratificadas: Éstas comprenden alrededor del 8% de todas las células que se
proyectan al LGN y son el origen de la vía koniocelular. Se proyectan a su propia capa koniocelular en
el LGN y están dispersos a través de las capas del LGN dedicadas a las vías parvocelulares y
magnocelulares. Estas células analizan las señales de color azul y amarillo.
E. Radiaciones ópticas
Desde el LGN, los axones se proyectan a la corteza visual primaria a través de las radiaciones ópticas.
Las fibras de las radiaciones ópticas se organizan de forma retinotópica y en los diversos canales
mencionados anteriormente. La separación de las fibras en los campos visuales derecho e izquierdo se
produce en el quiasma óptico. En las radiaciones ópticas, las fibras de los campos visuales superior e
inferior toman diferentes rutas.
a. Campo visual inferior: La mitad inferior del campo visual se proyecta hacia la parte superior de la
retina y luego hacia el LGN. Desde el LGN, estas fibras se proyectan en la parte superior de la radiación
óptica, que viaja por el lóbulo parietal hasta la corteza calcarina, esto superior al surco calcarino.
b. Campo visual superior: En contraste, la mitad superior del campo visual se proyecta a las porciones
inferiores de la retina luego hasta el LGN, estas fibras se proyectan hasta la corteza calcarina bajo el
surco de calcarino. Para llegar allí, las fibras deben girar alrededor del cuerno inferior del ventrículo
lateral en el lóbulo temporal. Estas fibras inferiores forman el loop de Meyer.
c. Campo visual medio: La porción media del campo visual se proyecta hacia la fóvea, y esas fibras
toman una ruta directa desde el LGN a través del lóbulo parietal hasta la porción más posterior de
corteza calcarina. La fóvea tiene la mayor representación cortical en la corteza visual primaria.
Reflejos Opticos
El sistema visual debe ser capaz de adaptarse rápidamente a los cambios de las condiciones de luz y
mantener el enfoque en un área u objeto de interés. Para lograr todo esto de manera eficiente y rápida,
existen varias vías de reflejo. El reflejo de luz pupilar ajusta la apertura de la pupila para controlar la
cantidad de luz que pasa a la retina. El reflejo pupilodilatador es un reflejo emocional, en el que la
estimulación simpática hace que las pupilas se dilaten. El reflejo de acomodación ajusta el redondeo
del cristalino e inicia la convergencia de los ojos para poder enfocar un objeto cercano. Por último, el
reflejo de parpadeo de la córnea está diseñado para proteger la córnea del ojo asegurando la
lubricación y eliminando las partículas extrañas de la superficie corneal.
A. Reflejo pupilar de luz: El reflejo pupilar de luz limita la cantidad de luz que puede caer sobre la retina.
Las pupilas se contraen en condiciones de luz brillante para proteger la retina de la exposición a
demasiada luz y enfocar la luz que cae sobre la retina para lograr una proyección precisa.
1. Vías aferentes y eferentes: El miembro aferente de este reflejo comienza con los fotorreceptores de
la retina. La información se envía entonces a través del nervio óptico y el tracto óptico al núcleo
pretectal en el cerebro medio de ambos lados (figura 15.14). Desde aquí se activa la rama eferente del
reflejo. Los núcleos Edinger-Westphal (E-W) de ambos lados reciben la entrada, y las fibras
parasimpáticas preganglionares viajan desde el núcleo E-W junto con el nervio oculomotor hasta las
órbitas, donde sinaptan en los ganglios ciliares. Desde los ganglios ciliares, las neuronas post-sinápticas
forman los cortos nervios ciliares que inervan los músculos constrictores de las pupilas. Las pupilas
constrictoras son un músculo circular en el iris que, durante la contracción, hace que la pupila se
contraiga. Las fibras parasimpáticas del núcleo E-W son la capa más superficial de axones en el CN III.
Cualquier compresión del CN III afectará primero a las fibras parasimpáticas. El reflejo de luz pupilar
puede por lo tanto darnos una idea de las subidas de presión intracraneal que comprimen el nervio
oculomotor.
2. Respuesta directa versus consensuada: Debido a que las fibras del núcleo pretectal se proyectan a
los núcleos E-W de ambos lados, la estimulación de un ojo con luz hará que las pupilas de ambos ojos
se contraigan. Cuando la luz se dirige a un ojo, la respuesta en ese ojo es la respuesta directa. La
respuesta se vuelve bilateral a través de la conexión en el tronco cerebral, lo que resulta en la
constricción de la otra pupila al mismo tiempo, o la respuesta consensual.
B. Reflejo pupilar-dilatador: El reflejo pupilar-dilatador no está probado clínicamente, sino que se
produce de forma natural en una respuesta emocional que activa el sistema nervioso simpático
("comprueba los ojos de tu amante", las pupilas deben estar dilatadas). El componente aferente es a
través del hipotálamo posterior, que se estimula en respuesta a estados emocionales fuertes. Desde
allí, las fibras viajan a través del tronco cerebral hasta las neuronas simpáticas preganglionares en el
cuerno intermedio de la médula espinal en el nivel espinal T1. Allí, se sinaptan y viajan dentro de la
cadena simpática hasta el ganglio superior cervical. Las fibras pos-sinápticas dejan entonces el ganglio
y viajan
con la arteria carótida en el cráneo, donde se unen a la división oftálmica del nervio trigémino (nervio
craneal [CN] V, V1), que lleva estas fibras a la órbita. Entran en el ojo con los largos nervios ciliares que
inervan el músculo dilatador de las pupilas del iris (figura 15.15). La contracción del músculo dilatador
de la pupila hace que la pupila se dilate.
C. Acomodación: Tres cosas deben ocurrir cuando queremos enfocarnos en algo en
nuestro campo de visión cercano: 1) Los ojos deben converger. Ambos ojos se mueven hacia la línea
media (aducto) a través de la activación de ambos músculos rectos mediales. 2) El poder de refracción
del lente debe ser aumentado. Esto ocurre aumentando la curvatura del cristalino. 3) Las pupilas deben
contraerse. Esto aumenta la profundidad de campo. Estos tres componentes de la respuesta de
acomodación se denominan la tríada cercana.
1. Vías aferentes y eferentes: El componente aferente de este reflejo es toda la vía visual. Se ve un
objeto, y la información llega hasta la corteza visual primaria. Desde allí, la información es transmitida
a la corteza de asociación, que luego identifica la entrada visual como un objeto o área de interés. El
colículo superior y el nucleo pretectal del cerebro medio se activan y se proyectan al complejo nuclear
oculomotor, incluyendo los componentes somáticos y parasimpáticos (Edinger-Westphal). Éstos, a su
vez, comprenden el componente eferente del reflejo de acomodación (véase la figura 15.14 para las
proyecciones parasimpáticas al ojo). La constricción de las pupilas y el redondeo del cristalino se logran
mediante la inervación parasimpática del músculo constrictor de las pupilas y del músculo ciliar. La
contracción del músculo ciliar hace que las fibras zonales adheridas al cristalino se relajen, y el cristalino
se vuelve más grueso y redondo (véase la figura 15.1).
2. 2. Centro de convergencia: El componente somático del núcleo oculomotor
se activa a través del centro de la vergencia [área supraoculomotora (SOA)]. El SOA envía proyecciones
bilaterales a las neuronas motoras somáticas del CN III para inervar ambos músculos rectos medios, y
los ojos convergen. (Véase el capítulo 9, "Control del movimiento ocular").
D. Reflejo del parpadeo corneal El reflejo del parpadeo corneal es un reflejo protector que asegura la
lubricación de la córnea y ayuda a eliminar las partículas extrañas de la superficie del ojo. Si alguna de
las córneas es tocada por un objeto extraño, ambos ojos parpadean. La extremidad aferente de este
reflejo es a través de la división oftálmica del nervio trigémino (V1), que proporciona inervación
sensorial a la córnea (figura 15.16). La información sensorial aferente se sinifica entonces
principalmente en el núcleo del tracto trigémino espinal y, en pequeña medida, en el núcleo sensorial
principal de V (si algo toca la córnea, hay un componente nociceptivo predominante). Las interneuronas
del trigémino espinal entonces se proyectan bilateralmente (a través de relés en la formación reticular)
a las neuronas motoras en el núcleo motor facial (CN VII). Los axones del núcleo motor facial inervar los
músculos orbiculares del ojo, y ambos ojos se cierran o "parpadean".
RESUMEN
- El sistema visual nos permite apreciar el mundo visual que nos rodea en color, forma y movimiento, y
con agudeza visual. Esto se logra a través de un sistema óptico en el ojo que refracta la luz en la retina.
La retina es una estructura de 10 capas que contiene varias capas de neuronas y es donde ocurre el
primer paso de la visión processing. Las fibras de la retina viajan por el nervio óptico hasta el quiasma
óptico. Aquí, las fibras nasales de la retina cruzan la línea media, mientras que las fibras temporales
permanecen ipsilaterales. Esto resulta en una lateralización del campo visual: El campo visual izquierdo
se proyecta al lado derecho del cerebro, y el derecho al lado izquierdo.
Las fibras viajan ahora en el tracto óptico hasta el núcleo genético lateral (LGN). El procesamiento en el
LGN no está del todo claro, pero sabemos que las fibras están organizadas de forma retinotópica,
reflejando los campos visuales, y en vías paralelas, que procesan el movimiento, la forma y el color.
Desde el LGN, las fibras viajan a través de las radiaciones ópticas a la corteza visual primaria. En las
radiaciones ópticas, el campo visual superior viaja a través del bucle de Meyer alrededor del cuerno
inferior del ventrículo lateral hasta la corteza visual primaria inferior al surco de calcarina, y el campo
visual inferior se proyecta a la corteza visual primaria superior al surco de calcarina. Desde la corteza
visual primaria, la información visual se divide en dos corrientes principales: una dorsal que analiza la
visión espacial y las acciones guiadas visualmente ("¿Dónde?" "¿Cómo?") y una ventral dedicada al
reconocimiento de objetos ("¿Qué?"). Ambas corrientes están altamente integradas y son
interdependientes.
- La visión del color comienza en la retina, donde los diferentes tipos de conos son sensibles a los fotones
de diferentes frecuencias. El color se analiza mediante la comparación de las activaciones celulares en
la retina y en la corteza visual primaria.
- Varios reflejos ópticos pueden regular la cantidad de luz que se proyecta sobre la retina: el reflejo
pupilar de la luz provoca la constricción de las pupilas mediante el aporte parasimpático en respuesta
a la luz que entra, y el reflejo pupilodilatador hace que las pupilas se dilaten debido a la activación del
sistema nervioso simpático.
La acomodación es un proceso más complejo que requiere movimientos de vergencia, así como la
constricción de la pupila y el ajuste del cristalino a través del músculo ciliar. El reflejo del parpadeo
corneal protege al ojo de partículas extrañas a través de su miembro aferente (división oftálmica del
nervio trigémino [V1]) y su miembro eferente a través del nervio facial (nervio craneal VII).