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DNI: 34906569
Comisión: Nº 7
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"Manifiesto Comunista", Kart Marx y Frederich Engels.
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Ilich Lenin, Vladimir (1978). Acerca del Estado. Progreso
3
Dussel, I. (2008), La escuela media y la producción de desigualdad: continuidades y rupturas. En Tiramonti,
G. y Montes, N. (comp.). La escuela media en debate. FLACSO. Ediciones Manantial. Buenos Aires
2
A partir de ese planteo es que me surgen ciertas preguntas: siendo el garante de las
relaciones capitalistas de reproducción social, ¿Será que efectivamente, el Estado aboga
por “el desafío de incluir la diferencia para excluir la desigualdad"? y lo que es más,
¿hasta qué punto es legítimo su afán por crear una sociedad igualitaria?
Lejos de encarar estas preguntas con aire catastrofista, mi intención es problematizar
algunas nociones que tenemos naturalizadas ya que creo que muchas de las
contradicciones y tensiones que hemos visto en torno al problema de la educación son
manifestaciones de un problema más amplio y estructural, los propios del sistema
capitalista, en el que el Estado es el garante del derecho de la propiedad y reproductor de
las relaciones de explotación, por lo tanto reproductor de la desigualdad social.
A pesar de las Leyes y el nivel discursivo propio de la democracia burguesa, la igualdad
en si misma sería incongruente con la propia lógica el sistema capitalista. Por ese motivo
es que, como bien mencionan las autoras, todas las políticas paliativas que realiza el
estado para combatir la desigualdad se quedan en una solución del momento, que no
conduce a generar la igualdad de oportunidades.
De hecho, este movimiento de exclusión se mantuvo presente históricamente desde la
misma consolidación del estado nacional, ya sea, segregando al indio, al gaucho o al
inmigrante. Como expresa Débora Kantor hablando de las diferencias entre los
adolescentes mientras “unos se socializan en el shopping, otros, en la calle cartoneando.
Unos comen fast food, otros comen rápido en el comedor comunitario. Unos aspiran
pegamento en la terminal de ómnibus, otros aspiran a cambiar la computadora de su
cuarto. Unos abusan de la comida basura, otros abrevan a la basura para comer”4
Ante este contexto de exclusión social, y ante un estado que representa intereses
específicos, que en general no coinciden con el de los más necesitados, creo que
debemos repensar qué respuestas podemos brindar a los problemas de la educación
desde nuestro lugar concreto, tomando conciencia crítica y formando a los alumnos del
mismo modo. (En este sentido, también me interpelan ciertas preguntas en torno a la
conveniencia o no de la generación de pensamiento crítico, ¿resultará conveniente al
Estado, o nuevamente todo queda en el mero discurso de palabras bellas que todos
queremos oír?).
4
Kantor , Débora . Variaciones para Educar Adolescentes y Jóvenes - 1a ed. - Buenos Aires: Del Estante
Editorial, 2008
3
Concluyendo y con la pretensión de dejar abierto el debate, sin dudas creo que debemos
pensar que el posible, y tan esperado, cambio hacia una educación que resulte
verdaderamente inclusiva, ocurrirá solamente luego de un cambio social más profundo,
del que todos debemos ser parte, y para ello debemos repensar qué rol juega cada actor
social en la construcción de una sociedad igualitaria en la que efectivamente sea posible
el acceso de todos al conocimiento.