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TRIBUNAL TERCERO DE GARANTIAS PENALES DE PICHINCHA

Quito, 5 de noviembre del 2010 Casillero Judicial No.


Dr.
Sr.

En la Garantía Jurisdiccional de Acción de Protección que se sigue en contra de los


accionados Econ. RAFAEL CORREA DELGADO – Presidente Constitucional de la
República del Ecuador, Dr. VINICIO ALVARADO ESPINEL – Secretario Nacional de la
Administración Pública; y, Dr. FERNANDO ALVARADO ESPINEL – Secretario
Nacional de Comunicación, se ha dictado al siguiente sentencia.

TERCER TRIBUNAL DE GARANTIAS PENALES DE PICHINCHA.- Quito, 4 de


noviembre del 2010, las 17:50.-

VISTOS: Los señores Asambleístas CESAR MONTUFAR, FAUSTO COBO, ANDRÉS


PÁEZ, FERNANDO AGUIRRE Y LEONARDO VITERI, de nacionalidad ecuatoriana,
mayores de edad, miembros de la Función Legislativa-Asambleístas, comparecen con
la garantía jurisdiccional de acción de protección indicando, que en relación con los
hechos ocurridos en torno a la Insubordinación policial en el cuartel denominado
Regimiento Quito Nro. 1, en las primeras horas de la mañana del día 30 de septiembre
del 2010, por el descontento en las filas policiales provocado por la aprobación de la
Ley Orgánica de Servicio Público, que según ellos les restringía ciertos beneficios
económicos; según la referencia periodística, la presencia del señor Ec. Rafael Correa
Delgado, Presidente Constitucional de la República de Ecuador en el Regimiento Quito,
ha exacerbado los ánimos de los Policías, quienes han identificado al señor Presidente
como el responsable de los cambios legales que les afectaba económicamente; que
gracias a la intervención de la seguridad presidencial, se ha llevado al señor Ec. Correa
a las instalaciones del Hospital de la Policía Nacional, sitio que era el más cercano de
donde estaban ocurriendo los hechos y el adecuado para recibir la atención médica
que necesitaba el primer mandatario; que en el hospital, el Mandatario ha ordenado
entre otras cosas “una cadena nacional de radio y televisión; realizó contactos
telefónicos; dio disposiciones a sus funcionarios; pudo desde ahí decretar el estado de
excepción que fue dictado ese día; e, incluso, dio declaraciones periodísticas a medios
informativos nacionales e internacionales.”; que durante esas horas se habían dado
varias órdenes a las Fuerzas Armadas, entre ellas la de rescatarle; que además se ha
contribuido a enfrentamientos entre ciudadanos por la convocatoria pública que había
realizado el señor Canciller de la República a los simpatizantes del partido de gobierno
para que concurrieran a las inmediaciones del Hospital de la Policía Nacional para que
rescaten al Presidente, teniendo como resultado al menos una persona muerta y la
agresión física al propio señor Canciller; afirmándose que la ofensa al señor Presidente
de la República como al señor Canciller ha sido un acto “injustificable que no tiene
atenuante y más aún si ella ha sido acompañada de violencia física con repercusiones
trágicas”; que el gobierno ha calificado a éstos actos como un “intento de golpe de
estado, seguido por un secuestro al Presidente de la República, situaciones que no
tienen relación alguna con las circunstancias de los hechos (…)”; indican que la
cantidad de versiones contradictorias sobre los éstos hechos así como el impedimento
que el gobierno ha impuesto a la transmisión de cualquier información por parte de las
estaciones de radio y televisión privadas y comunitarias ha creado una serie de
interrogantes y confusión ciudadana; que se han producido violaciones a la
Constitución de la República y a los derechos humanos de los ecuatorianos, por que
era un derecho de la sociedad ecuatoriana conocer la verdad; que el “incidente policial
suscitado y el manejo que de éste dio el Presidente Correa y el gobierno nacional,
generaron violaciones constitucionales y de derechos humanos cuyos responsables
deben ser identificados y sancionados; afirman los accionantes que se ha violado la
Constitución de la República en su Art. 164, por no haberse determinado las medidas
que deberán aplicarse ni los derechos que podrán suspenderse o limitarse, lo que ha
dejado implícito el uso extendido del estado de excepción, por lo que ratifican que la
Constitución ha sido inobservada incluso en los posteriores decretos ejecutivos que
ampliaron el estado de excepción por cinco días adicionales y 60 días para la ciudad
de Quito; que mediante oficio Nro. SNCOM-0-10-721, del 30 de septiembre del 2010, la
Subsecretaría de Comunicación de la Presidencia de la República, ha emitido la orden
de “cumplimiento obligatorio e inmediato” a todas las estaciones de radio y televisión
para que difundan una cadena con carácter de “indefinida e ininterrumpida hasta
segunda orden”, siendo la matriz transmisora Ecuador TV, y como tema “informe de
hechos de actualidad”, lo que ha impedido la circulación de otro tipo de informaciones
que no sean las de esta estación de televisión, ya que las demás han sido obligadas a
retransmitir la programación de este canal gubernamental convirtiéndose así en una
violación de garantías expresas de la Constitución; que esta disposición de la cadena
de radio y televisión ha sido dispuesta al amparo del Art. 59 de la Ley de Radiodifusión
y Televisión y los Arts. 63, 65 y 66 del Reglamento a esa ley; que de conformidad con
el Art. 65 de la Constitución de la República únicamente se podrán suspender o limitar,
entre otros derechos, el de “libertad de información, en los términos que señala la
Constitución”; y su numeral 4: “Disponer censura previa en la información de los
medios de comunicación social con estricta relación a los motivos del Estado de
excepción y a la seguridad del Estado”, lo que significaba que el mecanismo de
censura previa era la única limitación que se podría dar a este derecho, más no su
impedimento, conforme había ocurrido ya que durante ese día todos los canales de
televisión y estaciones de radio debían transmitir exclusivamente la programación del
canal gubernamental “Ecuador TV”, por lo que no se ha cumplido con lo determinado
en la Ley de Radiodifusión y Televisión y su Reglamento, así como tampoco en las
disposiciones de la Constitución de la República; que la orden para que las estaciones
de radio y/o televisión “transmitan una cadena informativa sin límite de tiempo debió
haber sido para el Presidente de la República (Art. 66 del Reglamento a la Ley de
Radiodifusión y Televisión), lo que no había ocurrido, pues nadie había observado en la
cadena al señor Presidente de la República sino una programación “que sin limitarse a
informar sobre los hechos que ocurrieron, se concentró a imponer, de manera exclusiva
los criterios de los actores políticos afines al gobierno que han tratado sobre este tema;
se afirma además que la censura previa o limitación a la información no ha estado
restringida a los motivos del estado de excepción ni de la seguridad del estado, sino a
los ámbitos informativos; que “en ese día, el gobierno impidió todo tipo de información
pública, vinculada o no a los motivos del estado de excepción”; que se ha obligado a
todos los medios de información a mantenerse enlazados siendo ésta la única fuente
de información a la que ha tenido acceso la ciudadanía, proyectando por ende una
posición particular del gobierno “la de que existió un complot de la oposición para dar
un golpe de estado”; que esto ha sido difundido a nivel nacional e internacional “sin que
hubiera la oportunidad de la población y de los sectores sociales del país, para
expresarse libremente sobre el hecho ocurrido”, que un ejemplo de esto ha sido que los
accionantes han dado una rueda de prensa a las 16h00 de ese día y que por las
restricciones impuestas no había sido transmitida a la ciudadanía, lo que ha violentado
el derecho reconocido en el Art. 18.1 de la Constitución de la República, garantía que
ha sido invalidada por el gobierno nacional durante el día 30 de septiembre del 2010;
que además de las normas de carácter interno, estos hechos también han violado el
derecho de los ecuatorianos a la libertad de pensamiento y expresión conforme a lo
señalado en el Art. 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, ya que
ninguna persona o grupo de personas del país pudo informarse y expresarse excepto
los actores políticos afines al gobierno.- Por las consideraciones expuestas, y en
fundamento a los hechos así como a las normas invocadas, al amparo de lo dispuesto
en el art. 88 de la Constitución de la República, se establezca en sentencia: 1.- Atento
lo dispuesto en el Art. 17 de la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, solicitaban se declare las violaciones a las garantías constitucionales de
las y los ecuatorianos, a “buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir información
veraz, verificada, oportuna, conceptualizada, plural, sin censura previa acerca de los
hechos, acontecimientos y procesos de interés general, y con responsabilidad
ulterior…”, consagrados en el Art. 18 de la Constitución de la República; 2.- Las
responsabilidades por los abusos cometidos en el ejercicio de sus facultades durante la
vigencia del estado de excepción por parte de los servidores públicos que dieron la
orden de enlazarse a una cadena de radio y televisión “indefinida e ininterrumpida
hasta segunda orden” a todas las estaciones de radio y televisión del país, a la
programación de “Ecuador TV”; y, de conformidad a lo dispuesto en el Art. 18 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, se repare de manera
adecuada las violaciones constitucionales a los derechos de las y los ecuatorianos; 3.-
Observar al gobierno del Ecuador, a fin de que en lo posterior, en situaciones similares
a las aquí relatadas, actué con total apego a lo dispuesto en los Art. 164 y 165 de la
Constitución de la República y que en los decretos con los cuales se declaren estados
de excepción se haga constar con absoluta precisión la determinación de la causal y su
motivación, ámbito territorial de aplicación, el período de duración, las medidas que
deberán aplicarse, los derechos que podrán suspenderse o limitarse y las
notificaciones que correspondan de acuerdo a la Constitución, y los tratados
internacionales;

1.- JURISDICCION Y COMPETENCIA

En la sustanciación de la acción no se ha omitido solemnidades sustanciales y además


se ha observado durante su tramitación los principios constitucionales establecidos en
la Constitución de la República, instrumentos internacionales de derechos humanos,
principalmente la Convención Americana de Derechos Humanos, Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, Código Orgánico de la Función
Judicial por lo que se declara su validez, siendo además el Tribunal competente para
sustanciar y dictar sentencia en la presente Acción de Protección, por así disponerlo, el
numeral 2 del Art. 160 del Código Orgánico de la Función Judicial y Art. 7 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional;

2.- EXPOSICIONES DE LAS PARTES

2.1. ACCIONANTES

2.1.1. El señor Asambleísta César Montúfar indicó, que quisiera partir en su


exposición con lo que dice el Art. 1 de la Constitución que establece que el Ecuador es
un Estado constitucional de derechos y de justicia; que esto significaba que había la
protección de los derechos humanos de las personas que habitan en el Ecuador, que el
Estado tiene el fin superior de velar por la protección de los derechos humanos, es por
eso que la Constitución establecía un amplio catalogo de los derechos humanos y las
garantías que tenemos las personas a exigir al Estado para la protección de esos
derechos, que era por eso también que además en la Constitución se establecían los
momentos excepcionales en que podría, por circunstancias que no son normales,
limitarse la protección y plena vigencia de esos derechos; que concurrían a la justicia
porque el día 30 de septiembre del 2010, a eso de las 13h00, aunque en algunos casos
hubo medios de comunicación que se enlazaron a la cadena nacional minutos antes, y
hasta aproximadamente las 19h00 o 20h00, el país ha vivido una situación inédita en
que el derecho fundamental a la libertad de expresión y el derecho fundamental a la
libre información han sido dramáticamente vulnerados en nuestro país; que mucho se
ha hablado sobre los hechos del 30 de septiembre, que mucho se ha especulado sobre
las diversas hipótesis de lo que sucedió ese día, que no estaban discutiendo aquello,
sino que precisamente y fundamentalmente estaban denunciando que en ese día hubo
una violación flagrante de la libertad de expresión y de la libertad de información, del
derecho de los ecuatorianos y ecuatorianas a expresarse en los medios de
comunicación, y del derecho de los ecuatorianos y ecuatorianas a acceder libremente a
la información que ellos escojan, que ese derecho ha sido dramáticamente vulnerado,
que ha sido vulnerado de varias formas y varios sentidos, que han acompañado a su
petición los actos administrativos a través de los cuales desde la Subsecretaría de
Comunicación, en primer lugar, a las 11h30, y posteriormente a las 13h00, pidió a los
medios de comunicación que cumplan de forma obligatoria e inmediata con una cadena
nacional, que según ésta comunicación se regía por el Art. 59, literal b), de la Ley de
Radiodifusión y Televisión; y, de los Arts. 63, 65, 66 y 70 del Reglamento General; que
era necesario analizar lo que decían las normas invocadas; que el Art. 59 establecía
por ejemplo, que es posible la transmisión de cadenas y mensajes e informes del
Presidente de la República y otras principales autoridades de diversas funciones del
Estado; y en el literal a), segundo inciso decía que los espacios serán usados
exclusivamente para la información de las actividades de las distintas y respectivas
funciones, del ministerio de los organismos públicos; que si se iba a lo que decía el
Reglamento a esta ley, se nota que en el Art. 63, se indica que éstas cadenas de radio
y televisión, “serán dispuestas y notificadas por la Secretaría Nacional de
Comunicación del Estado con 24 horas de anticipación”, que sabíamos que cuando han
sido notificados los medios, todavía no regía el estado de excepción, que mal podía
entonces pedirse a los medios un enlace a una cadena nacional por fuera del estado
de excepción; que el Art. 65 del mismo Reglamento indicaba que este plazo de 24
horas para las notificaciones “no regirá para el Presidente de la República cuando éste
hubiera declarado el estado de emergencia”; que debemos entender que esta
emergencia era el estado de excepción; que solamente en el caso de estado de
excepción podía omitirse este requisito de que la notificación sea enviada sin la
antelación de 24 horas, que el estado de excepción fue firmado a las 13H21, que la
notificación de la cadena nacional ha sido antes de esa hora, por tanto fuera del
momento en que regía el estado de excepción, que consecuentemente era
absolutamente ilegal; que la última hora dispuesta por el Secretario de Comunicación, a
los medios para que se enlacen en cadena nacional ha sido a las 13h00, en punto; y, el
estado de excepción regía a partir de las 13H29; que aún cuando hubiera sido dentro
del estado de excepción, que si se suponía que el estado de excepción era anterior a la
notificación a los medios de comunicación, la Constitución era muy clara en su Art. 164
que establece que en el decreto del estado de excepción tiene que especificarse los
derechos que serán limitados; que si analizamos el Decreto Ejecutivo Nro. 488 y
después los decretos subsiguientes de la ampliación del estado de excepción, en
ninguno de estos decretos se establece que el derecho a la libertad de expresión sería
uno de los derechos que va a ser limitado; que si atendemos a lo que dice el Art. 165.4
de la Constitución de la República, que habla del estado de excepción y de la
posibilidad de que exista censura previa en el marco del estado de excepción, éste es
muy claro al decir: “disponer censura previa en información de los medios de
comunicación social con estricta relación a los motivos del estado de excepción y a la
seguridad del Estado”; que algo que han demostrado era que ello no ha ocurrido,
porque ésta notificación no ha sido anterior al estado de excepción, que incluso si
hubiera sido dentro del estado de excepción, no podía obligarse a los medios a
establecer un enlazamiento a una cadena general, sino únicamente a establecer
censura previa, como decía la Constitución, esto era con estricta relación a los motivos
del estado de excepción, que por tanto esta orden no debía haberse dado ni dentro ni
fuera del estado de excepción, y menos que ésta orden haya sido obligatoria y de
cumplimiento inmediato, que esto no era ni legal ni constitucional, que no tenía base
legal ni constitucional, ni dentro ni fuera del estado de excepción; que todos los
ecuatorianos han sido obligados a ver una sola verdad, que todos los ecuatorianos han
sido vulnerados en el derecho de escoger el medio a través del cual querían conocer lo
que estaba ocurriendo en el Ecuador; que todos los ecuatorianos han sido violados en
un derecho fundamental, el derecho a expresarse y el derecho a poder acceder
libremente a la información; que aún cuando hubiera sido ordenado este acto
administrativo dentro del estado de excepción no podía haberse dado, que se podrá
argumentar que el orden constitucional del Ecuador, que la estabilidad democrática
estaban en riesgo, que justamente para eso era el estado de excepción previstos en la
Constitución en los Arts. 164 y 165, para esas circunstancias extraordinarias; que
podría decirse que había un golpe de estado, un intento de golpe de estado, que no
estaban discutiendo esa hipótesis, que justamente para eso estaba la prerrogativa, que
para eso está la atribución que tiene el Presidente de la República para dictar el estado
de excepción; que jamás en un estado constitucional de derechos y justicia,
donde el deber primordial del Estado ecuatoriano es garantizar los derechos de
las personas se puede tomar una medida por fuera de la Constitución, que jamás
se puede violar los derechos fundamentales de los ecuatorianos, a menos que
esa limitación, dentro de un estado de excepción esté claramente especificada;
que en el caso de la libertad de expresión, debía constar en el decreto que ese era un
derecho que debía ser limitado, que en segundo lugar, que tenía que ceñirse
estrictamente a lo que dice el Art. 165.4; que mucho se ha hablado de lo que ocurrió
ese día, que poco se ha hablado de lo que realmente ha pasado en el país; que ese ha
sido el debate que a ellos les parecía fundamental sobre los derechos de las personas
que han sido vulnerados.- Al hacer uso a su derecho a la réplica, indicó que debía
aclarar que esta acción de protección no era al “decreto de estado de excepción”, que
aparte de argumentos jurídicos se intentaba argumentar que estaban proponiendo la
declaratoria de inconstitucionalidad del estado de emergencia, que ese no era el tema
que ahora les convocaba, que ha sido claro que la demanda tenía que ver con la
“cadena nacional indefinida e ininterrumpida que ocurrió durante el 30 de septiembre”;
que sin embargo había un punto importante, que el Abogado representante del señor
Presidente, del Secretario de la Administración y del Secretario de Comunicación ha
dicho que esta cadena ha sido dentro del estado de excepción, que por ello se
preguntaba ¿a qué hora se firmó el decreto del estado de excepción? y ¿a qué
hora se produjeron las notificaciones?, que el estado de excepción ha sido firmado
a las 13h21, que ha demostrado que las notificaciones han sido a las 11H20, la
primera, y a las 13H00, la segunda, que esto le extrañaba muchísimo, que antes de
venir a la audiencia el doctor Jaramillo no haya consultado esos documentos, que por
otro lado se hablaba de una nueva figura, la figura de “informativo de emergencia” que
lo único que la ley preveía de acuerdo al Art. 59 de la Ley de Radio y Televisión, era la
transmisión de cadenas de los mensajes e informes del Presidente de la República, del
Presidente del Congreso Nacional, (…) en informativos de emergencia, que al hablar
así están reformando la ley; que es más, dice que el mismo Art. 59.a, segundo inciso,
estos espacios serán usados exclusivamente para la información de las actividades de
las respectivas funciones de los organismos, que en ningún lugar se dice “informativos
de emergencia”, que hablaba de cadenas nacionales e informes, que él ya había
demostrado que ni dentro ni fuera del estado de emergencia ha sido posible un acto
informativo de emergencia como aquí se estaban inventando; que el Reglamento a la
Ley de Radio y Televisión, en el Art. 63, decía claramente que estas cadenas serán
impuestas y notificadas por la Secretaría de Comunicación del Estado, con 24 horas de
anticipación, por lo menos; que esto no ha ocurrido, que el Art. 65, del mismo
Reglamento decía “este plazo para las notificaciones no regirá para el Presidente de la
República cuando éste haya declarado el estado de emergencia”; que ha demostrado
que esto ha sido antes del estado de emergencia, que si hubiera sido dentro del estado
de emergencia, para eso estaba la Constitución en el Art. 165.4, cuando decía que lo
que podía hacer el gobierno en un estado de emergencia era disponer la “censura
previa” en la información de los medios de comunicación y con estricta relación a los
motivos del estado de excepción; que todos sabíamos que en el Ecuador los medios de
comunicación transmitían todo tipo de programas, que habían programas deportivos,
musicales, de variedades, y noticias políticas, entre otros, que no tenían relación con
los hechos que hemos lamentado y hemos condenado y que estaban ocurriendo en el
Hospital de la Policía, en el Regimiento Quito, o en otros destacamentos policiales; que
con la cadena nacional de radio y televisión se ha silenciado totalmente al país, que
solamente han tenido una versión de los hechos, que si eso no es una violación a lo
que dice el Art. 18 de la Constitución de la República, que indica que los ecuatorianos
tenemos derecho a “buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir información” ,
entonces de qué estamos hablando?; que consideraba que el tema estaba
absolutamente claro y demostrado, que aquí ha habido una violación clarísima a lo que
dice el Art. 18 de nuestra Constitución en el que se garantiza a todos el derecho a
buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir información, que no había posibilidad
de esto en el lapso de aproximadamente las 13h00 y un poco más, y las 18h00, 19h00
o 20h00, que si los ecuatorianos no pudimos hacerlo, era porque se estaba
conculcando una violación flagrante de este derecho.- En la reinstalación de la
audiencia del día 28 de octubre del 2010, agregó además que quería referirse a la
última parte de la carta presentada por el señor Presidente de la República, que debía
indicar que no les iba a amedrentar ni acallar, que los ciudadanos tenían derecho a la
verdad, que el día que se ha decretado el estado de excepción, se han violado los
derechos humanos que debían ser reconocidos por todos los ciudadanos y en especial
por el señor Presidente de la República y los señores funcionarios del gobierno; que
rechazaban que pretendan acallar la voz de todos los ecuatorianos y se pretendan
violar los derechos constitucionales que deben prevalecer por sobre todas las leyes;
que ninguna de las pruebas que han sido enviadas de la Presidencia de la República
respondían a las alegaciones presentadas en la presente acción de protección; que en
la demanda presentada sostenían que la medida de la cadena nacional ha sido
ordenada oficialmente antes del estado de emergencia, que eso lo reconocía el mismo
Presidente de la República, que hablaba de una descoordinación por parte de los
funcionarios de gobierno, que ha tomado en consideración que en esos momentos se
encontraba en el Hospital de la Policía, que ha requerido del total apoyo de los mismos,
que se ha enviado correos electrónicos, que no han sido documentos oficiales, que el
estado de emergencia ha sido decretado a las 13H21; que dos horas han sido
consideradas clave, cuando se ha decretado el estado de excepción, las 11H30 y las
13H00,que esta segunda ha sido dictada 21 minutos antes del estado de emergencia;
que no se podría decir que por la descoordinación hay que aceptar que la notificación
ha sido posterior al estado de emergencia cuando han tenido las comunicaciones
presentadas que responden a los hechos sucedidos el 30 de septiembre; que ese día
los derechos han sido vulnerados, que aún cuando el Estado de emergencia hubiera
sido decretado a las 06h00 o 07h00, no permitía una cadena por varias razones, que
la primera tenía que ver con lo que decía el decreto ejecutivo 488, que no se
mencionaba que el derecho a la libre información va a ser limitado porque el Art. 164
de la Constitución, que trata de cómo debe ser el estado de excepción no ha indicado
que éste derecho iba a ser limitado ni el cómo; que esto era muy importante porque en
ese caso no se debía decretar el estado de excepción, porque en ninguna parte decía
que deba excepcionarse la libertad de expresión; que el Art. 165.4 hablaba sobre la
censura en los medios de comunicación, que era claro que no ha estado acorde a lo
que señala la Constitución ni al Art. 65 del Reglamento a la Ley de Radiodifusión, que
esta era una ley supletoria, que la Constitución prevalecía por sobre toda ley; que
debía establecerse la forma como decía la Constitución y no el reglamento; que lo que
han tenido ha sido un silenciamiento total al derecho de los ecuatorianos a la libre
información, que por ello insistían en la petición formulada en la acción de protección,
que la violación de los derechos hubiera sucedido tanto fuera o dentro del estado de
excepción; que el Ecuador era signatario de la Convención Americana de Derechos
Humanos, que por tanto debería acogerse a las resoluciones de la Corte Americana de
Derechos Humanos que habla del derecho de establecer el estado de excepción pero
que las limitaciones deben estar claramente previstas en la ley; que resaltaba la Corte
Interamericana de Derechos Humanos que se tenía que utilizar criterios precisos, que
éstos debían estar claramente establecidos en las leyes y no limitar en los casos al
estado de excepción; que no se debía dar la limitación a través de cadenas nacionales
sino a través de censura previa de las informaciones que tienen que ver con el estado
de excepción; que en cuanto a la comunicación del señor Secretario General de la
Administración, en su escrito inclusive se atrevía a amenazarles, que esbozaba que
nada tenía que ver con el problema que se estaba planteando, que sin embargo de ello
debía señalar, que él es quien asesoraba al señor Presidente de la República junto con
otros funcionarios del gobierno, que sus asesores buscaban evitar que se cometan
errores que puedan violentar los derechos de los ciudadanos, que él al igual que otros
funcionarios del gobierno debían evitar que se cometan este tipo de errores que violan
los derechos de los ecuatorianos; que aquí ha estado en juego el derecho de los
ecuatorianos a conocer la verdad, que esto dependerá mucho de la sentencia que el
Tribunal emitirá para que los ecuatorianos tengan derecho a acceder a los medios de
comunicación que deseen, que esperaba que no se vuelva a repetir lo que sucedió el
30 de septiembre, que no se impida que puedan ejercer el derecho de acceder a la
fuente por la cual deseen informarse;

2.1.2. El señor Asambleísta Andrés Páez, indicó, que lo que su colega César Montúfar
ha sostenido es una violación de derechos constitucionales, que el Art. 4, de la Ley de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional al tratar sobre los principios
procesales, desarrollaba un precepto que está consagrado en la Constitución,
exactamente en el Art. 4.2 de ésta ley que es además una ley orgánica; que este
numeral hablaba sobre la aplicación directa de la Constitución, es decir, trataba sobre
la aplicación de los preceptos constitucionales con jerarquía y con prevalencia por
sobre otros preceptos de orden legal o reglamentario; que incluso trataba de preceptos
de carácter constitucional que eventualmente vienen en conflicto, que este numeral
decía que los derechos y garantías establecidas en la Constitución y en los
instrumentos internacionales de derechos humanos serán de directa e inmediata
aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público, administrativo o judicial, de
oficio o a petición de parte; que la acción propuesta por los asambleístas que estaban
presentes buscaba precisamente eso, reivindicar no solo la vigencia de un derecho
constitucional que era el derecho a la libertad de expresión que tiene varias
connotaciones, sino también reivindicar, que se haga una aplicación efectiva de esos
derechos, que era precisamente lo que no había ocurrido durante los insucesos del 30
de septiembre; que ésta adicionalmente no versaba sobre los condenables hechos que
ese día han ocurrido, que de éstos acontecimientos han hecho pública su postura, que
eran acontecimientos que no pueden dejar de ser condenados, que solamente versa y
reivindica un derecho, que tenía varias manifestaciones, que no solo un derecho, que
como acababa de indicar tiene varias manifestaciones, que no era un derecho del
Estado, que se trataba de un derecho de las personas; que en este caso el derecho
constitucional controvertido era el de los ciudadanos, a que el 30 de septiembre del
2010, estuvieran informados a plenitud y cabalidad por los canales que los ciudadanos
libremente escojan; que lo que no podían admitir era que durante los insucesos del 30
de septiembre del 2010, se haya impuesto una visión oficial sobre lo que
lastimosamente estaba acaeciendo en el país; que lo que ellos invocaban era un
principio procesal que evidentemente debía ser garantizado en consonancia con el Art.
6 de la misma ley, que señalaba que “las garantías jurisdiccionales tienen como
finalidad la protección eficaz e inmediata de los derechos reconocidos en la
Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos, así como la
reparación integral de los daños causados por su violación”; en la acción propuesta
constaban no solamente las normas constitucionales sino también se invocaban las
normas del derecho internacional, que en su opinión, también habían sido vulnerados;
que la libertad de expresión es una institución que está consagrada en varios
instrumentos internacionales de la más alta jerarquía, al extremo que su vigencia ha
permitido el desarrollo de otras normas constitucionales posteriores como la Carta
Fundamental de los Derechos Humanos, como la Carta de los Derechos Políticos,
Sociales y Económicos de la Organización de Estados Americanos, que estaban ante
la evidencia de que se ha vulnerad un derecho en las acciones de carácter
constitucional; que se podía invocar la inminencia del daño, que en la especie no
estaban invocando la inminencia del daño para evitar que esos efectos vayan en contra
de los justiciables, que lo que estaban señalando es que había un daño que
efectivamente ha sido provocado a la ciudadanía que desesperada ha buscado de qué
manera informarse de lo que sucedía el 30 de septiembre del 2010, que no ha podido
hacerlo porque se les ha impuesto una cadena, que además dejaba en evidencia un
problema que también es vulneratorio de los derechos políticos de quienes ocupaban
una función, en este caso en la Asamblea Nacional; que se refería a un derecho que
estaba explícitamente consagrado en la Constitución, que era el derecho a la
oposición, que era un derecho universalmente reconocido, que le llamaba la atención
que durante los insucesos del 30 de septiembre, durante toda esa cadena que se les
ha impuesto no se ha recogido ni siquiera una declaración de quienes han sido parte
de la oposición, que muy a pesar de que, desde horas de la mañana, habían hecho ya
pronunciamientos en defensa de la institucionalidad, todo lo cual puede ser clara y
abiertamente probado; que inclusive los legisladores de oposición han dado una rueda
de prensa para condenar estos hechos, que no ha sido difundida en desmedro de los
propios intereses de la línea argumentativa que el gobierno ha querido sostener en ese
momento; que no se lo ha hecho porque no tenían en el Ecuador televisión pública, que
tampoco había una radio pública, que desgraciadamente existía una radio y una
televisión que eran gubernamentales, pero no públicas; que esos derechos implícitos
de los asambleístas de oposición que hacían esas manifestaciones ha sido del lado de
la institucionalidad, siendo implícitamente conculcados con esa medida, que por ello
creía que al invocar las normas constitucionales, estaban contribuyendo a un debate
sobre derechos esenciales de la ciudadanía, que no podían ser conculcados con una
medida de carácter administrativa; que además, desde el punto de vista formal no
alcanzaba a los requisitos y regulaciones que estaban consagrados en la Constitución
y en la ley, conforme lo invocado tan atinadamente por su colega César Montúfar, que
por esa razón al haberse hecho omisión de esos derechos, principios y de esas normas
regulatorias de carácter legal, lo que se ha provocado era algo tremendamente
gravoso, no para los asambleístas de oposición, tremendamente gravoso para la
ciudadanía, porque es el conjunto de la colectividad la que con un solo acto
administrativo, ha sido privada de ejercer un derecho; que no se trataba de un tema de
los asambleístas de oposición, que era un tema de una colectividad entera vulnerada
en sus derechos fundamentales, que en este caso el que invocaban en la presente
acción que era el derecho a la libertad de expresión, derechos de las personas, que no
era derecho del Estado, ¿derecho de quién?, del individuo común y corriente, derecho
de una persona para acceder a los canales de comunicación que escoja, que era una
dimensión del derecho a la libertad de expresión, pero también de expresar sus
pareceres, sin necesidad de ser hostigado, conculcado o impedido de hacerlo, que
solicitaba se considere esta doble dimensión del derecho de expresión, que no
solamente era la posibilidad de expresarse, sino de poder acceder a los canales
de información, en los que tomaba cuerpo el derecho a la libertad de expresión que
lo ejercen los otros; que aclaraba que cuando eran conculcados los derechos de los
otros a expresarse, se conculcaban los derechos subjetivos individuales; que en la
petición claramente invocaban el Art. 17 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional en función del Art. 18, de la misma ley que
tratan de las responsabilidades por los abusos cometidos en un exceso en el ejercicio
de una facultad constitucional, que por eso también invocaban que el Tribunal, a través
de sus Magistrados, en estricto apego a lo señalado en los Art. 164 y 165 de la
Constitución de la República haga lo que le corresponde, es decir, que se constante a
través del fallo judicial que en los decretos en los cuales se declaró el estado de
excepción, con absoluta precisión y la determinación de la causal y su motivación, el
ámbito territorial de aplicación, el periodo de duración, las medidas que deberán
aplicarse, los derechos que podrán suspenderse o limitarse y las notificaciones que
correspondan de acuerdo a la Constitución y a los tratados Internacionales que han
sido repetidamente mencionados en la acción.- Al hacer el uso a su derecho a la
réplica indicó que: La acción constitucional formulada contenía una relación a los
hechos del 30 de septiembre, porque no podía ser de otra manera, que estaban
impugnando precisamente una cadena obligatoria e ininterrumpida que se dio el 30 de
septiembre del 2010, que había de explicarse el contexto en el que se ha producido
esta cadena, que por lo tanto la alusión que ha hecho el representante del ejecutivo no
tenía sentido; que en segundo lugar la relación que hacía el ejecutivo de una premisa
que para él era verdadera, que de ninguna manera ha sido reconocida ni establecida,
que él ha indicado de “un intento de golpe de Estado”, que otros decían
“amotinamiento”, “rebelión”, “insurrección”, que otros indicaban que incluso no ha
pasado nada, que se estaba partiendo de una apreciación personal que le conducía a
decir falsedades, como por ejemplo que la OEA ha conocido eso, que no ha habido ni
un solo pronunciamiento de la OEA, que lo único que ha habido ha sido un informe del
señor, que el mismo oficialismo le decía Insulso, que se trataba del señor Secretario
General de la OEA, que él ha dicho que según su parecer ha habido los
acontecimientos, que según su apreciación pretendieron un quebrantamiento al orden
constitucional, que por tanto eso era una falsedad; que el señor Abogado del Poder
Ejecutivo, ha omitido considerar lo que señalaban los Arts. 10 y 11 de la Constitución
de la República, que en ellos se dice: Art. 10.- “Las personas, comunidades, pueblos y
colectivos sin titulares, gozarán de los derechos garantizados en la Constitución; y el
Art. 11: “el ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios”; que el
primer principio decía que: “los derechos se podrán ejercer, promover y exigir de forma
individual o colectiva ante las autoridades competentes”; que todos éramos un
colectivo, que estaban exigiendo el respeto de los derechos de una colectividad que ha
sido privada de los derechos consustanciales como el derecho de acceder a la
información libre, que por tanto esto era de carácter constitucional, que no han sido
invenciones, fábulas, ni teorías.; que textualmente lo ha dicho el Abogado del Ejecutivo:
“el decreto no restringió ni vulneró ningún tipo de derecho”, que aquí había que aplicar
una máxima del derecho universal que decía “a confesión de parte, relevo de prueba”,
que significaba que el ejecutivo ha declarado el día de hoy, a través de su Abogado,
que efectivamente ese decreto con el cual se ha impuesto un estado de emergencia no
era parte de la acción constitucional que ellos han llevado hasta el Tribunal, que lo de
ellos tenía que ver exclusivamente con la cadena de radio y televisión impuesta a la
colectividad; que ha dicho también a continuación “no habiendo restringido el decreto
derechos, las actuaciones deben sujetarse a la Constitución”; que se iba a permitir leer
lo que el Art. 59 de la Ley de Televisión y Radio difusión invocada por el Abogado del
Ejecutivo decía: “Toda estación está obligada a prestar los servicios sociales gratuitos
siguientes: a) Transmisión en cadena de los mensajes o informes del Presidente de la
República entre otras autoridades, en el reglamento general de esta ley se regulará el
uso de estos espacios, su tiempo de duración, la frecuencia de cada uno de ellos”, que
en qué parte del Art. 59 de la Ley de Radiodifusión y Televisión estaba que se pueden
imponer cadenas obligatorias en forma ininterrumpidas como se lo ha hecho?; que han
sido puntuales en lo que tenía que ver con la violación de un derecho colectivo, que
quería recordar dos normas que aquí han sido omitidas: el Art. 235 de la Constitución
de la República que habla que la Procuraduría del Estado es un “organismo público”, o
sea de todos, de la gente, no es un organismo del gobierno, que el Art. 237 de la
Constitución de la República indicaba que: “corresponderá al Procurador General del
Estado, interino, la representación judicial del Estado”, que el Estado ha sido el
instrumento mediante el cual la colectividad alcanzaba sus fines, que uno de ellos ha
sido “el bien común”; que el Estado materialmente no existía, que era una construcción
teórica de la que se valía la población para poder alcanzar sus fines, que aquí se ha
dicho auténticas barbaridades, como por ejemplo, que se ha ignorado el Art. 226 de la
Constitución que disponía: “las instituciones del Estado, sus organismos,
dependencias, las servidoras o servidores y las personas que actúen en virtud de una
potestad estatal, ejercerán solamente las competencias y facultades que le sean
atribuidas en la Constitución y en la Ley”, que esto decía con relación a la intervención
del Abogado de la Procuraduría del Estado que estaba violando el principio de
legalidad, no solamente por lo que ha dicho, sino por una frase puntual que aquí ha
indicado “vengo a defender la legitimidad”, que además se han dicho “circunstancias de
caotización” que esto era lógico; que el señor Abogado de la Procuraduría ha
entregado a la Secretaría un comunicado público, publicado en uno de los medios de
comunicación, que nada decía ese comunicado sobre lo que estaban tratando en esta
acción, que nada decía sobre la cadena ininterrumpida y obligatoria impuesta, que ni
en las actas de la Asamblea Nacional se denotaba esto, que ese comunicado sólo ha
tenido 62 votos, que la mayoría en la Asamblea se establecía con 63 votos, que
resaltaba que el grupo minoritario que está en el manifiesto, no era el que está aquí
sino el que aprobaron ese pronunciamiento, para simplemente hacer una mención con
62 votos, que la mayoría en la Asamblea era de 63 de sus miembros; que inclusive los
siguientes decretos, esto es los de carácter institucional, relacionados con temas de
orden legal o administrativo, como para invocar que ya una vez que se ha declarado la
constitucionalidad de una disposición resulta que ya todo lo demás que se haga es
constitucional; que iba a recurrir a la Constitución, que se permitía leer el Art. 25, del
régimen de transición, porque en su opinión no existía Corte Constitucional en el
Ecuador, que lo que existía eran unos señores que se auto designaron como tales, que
en esto no hay que ir sino al texto de la Constitución que en su Art. 25 decía “una vez
constituidas las nuevas funciones legislativa (1 de agosto del 2009), ejecutiva (10 de
agosto del 2009), y de transparencia y control social (febrero del año 2010), se
organizaría la comisión calificadora que designaría a los magistrados y magistradas
que integrarían la primera Corte Constitucional del Ecuador, que consecuentemente no
había Corte Constitucional, que por tanto qué valor podía tener esto que estaba escrito
por un organismo que funcionaba en contradicción no sólo con la Constitución sino con
la voluntad de una inmensa mayoría de ecuatorianos que ha aprobado ésta
Constitución; que nada de esto tenía que ver ni con golpes de estado ni con
apreciaciones subjetivas de lo que pasó el 30 de septiembre del 2010, que nada tenía
que ver con el estado de emergencia que debía dictarse, que únicamente ha tenido
que ver con la violación a un derecho colectivo de libertad de opinión a través de
una imposición de una cadena obligatoria e ininterrumpida, que hacía mención
que la figura de cadena obligatoria e ininterrumpida no constaba en la Constitución, ni
en la Ley de Radiodifusión y Televisión, ni en ninguna otra ley secundaria.-

2.1.3. En la reanudación de la audiencia, realizada el 28 de octubre del 2010, a las


09h00, el señor Asambleísta Fausto Cobo expresó que: lo que acababa de manifestar
el señor Asambleísta César Montufar se fundamentaba en lo que la Constitución
estaba claramente estipulando sobre lo que debe contener el estado de excepción,
cuáles serían los derechos suspendidos y como se cumplirán estos preceptos; que el
Art. 2 de ese Decreto No. 488, hablaba de declarar la movilización de las Fuerzas
Armadas para garantizar el estado de derecho, que incluso indicaba cómo debe
disponerse para hacerlo, que le estaba dando la disposición, la medida para que todos
los ciudadanos puedan saber cómo se excepcionarían los derechos, que ese debió ser
el lineamiento para que se excepcione el derecho a la libre información que sufrieron
los ecuatorianos cuando se decretó el estado de excepción; que se limitó la difusión de
información, a través de una conexión a una cadena nacional, cosa que no se ha
cumplido porque se ha tomado en cuenta para el tema a las fuerzas armadas y no se lo
ha hecho con el tema de la libertad de información, que se han vulnerado los derechos
de los ecuatorianos limitando el derecho a la libre información;

2.2. ACCIONADOS

2.2.1. El señor Doctor Mauricio Jaramillo, a nombre de los accionados manifestó, que
por una parte se alegraba de escuchar ciertas expresiones de los asambleístas aquí
presentes en relación a que los hechos ocurridos el 30 de septiembre del 2010, que no
estaban en discusión, porque en el libelo de la demanda se podía apreciar que había
una relación de los hechos que no concordaba con la posición que estaban adoptando
en ese momento, que más bien lo que se pretendía era negar de alguna manera que el
30 de septiembre del 2010, lo ocurrido en el Ecuador haya sido un intento de golpe de
Estado, como lo había reconocido, no sólo la gran mayoría de los ciudadanos
ecuatorianos, sino internacionalmente la comunidad de naciones, así como la UNASUR
y la OEA; que se podría haber querido llevar a este Tribunal a decidir de alguna
manera sobre los hechos acaecidos ese día, pero que la acción de protección
planteada conforme ha dicho en esta audiencia el señor asambleísta Páez y ha
ratificado varias veces no era mas que irse en contra de la prohibición establecida, de
igual manera en la Constitución, en el Art. 66.23 que establece que “no se podrá dirigir
peticiones a nombre del pueblo”, que aquí se debía evidenciar quienes eran las
personas, individualizar a las personas que han sido sujetas de un posible o eventual
falta de sus garantías y violación de sus derechos; que a lo largo de la petición inicial
de la acción de protección, la parte más llamativa de la petición es la que se permitiría
dar lectura, que dice: “1) Atento a lo dispuesto en el Art. 17 de la Ley Orgánica de
Garantías Constitucionales y Control Social se declaren las violaciones a las garantías
constitucionales de las y los ecuatorianos”; en el siguiente: “2) Las responsabilidades
por los abusos cometidos en el ejercicio de sus facultades durante la vigencia del
estado de excepción por parte de los servidores públicos que dieron la orden de
enlazarse a una cadena de radio y televisión”; más adelante dice: “se repare de manera
adecuada las violaciones constitucionales a los derechos de las y los ecuatorianos”;
que nuevamente hablaban a nombre de todos los ecuatorianos, que no iba a ir más
allá, que le parecía que esto de plano viciaba la acción de protección; que ahora bien,
se ha hablado mucho lo que conllevaba la emisión de los decretos con los que se
estableció el estado de excepción, que se permitía agregar por Secretaría en copia
certificada el Dictamen No. 0017-10-FGE-CC, emitido el 01 de octubre por parte de la
Corte Constitucional; que los accionantes indicaban que los decretos ejecutivos con los
que se estableció el estado de excepción vulneraban la Constitución, porque no
determinaron las medidas que deberán aplicarse, ni los derechos que podrán
suspenderse, ahí se debe aclarar, que esto no tenía piso porque, si estaban buscando
decir que en base a estos decretos ejecutivos, con los que se declaró la excepción,
eran inconstitucionales porque no han determinado las medidas que deberán aplicarse,
ni los derechos que podrán suspenderse o limitarse, éste decreto ejecutivo madre, por
llamarlo así, que es el del 30 de septiembre del 2010, ya ha sido declarado su
constitucionalidad por el Juez Constitucional competente, que es la Corte
Constitucional; el Art. 176 inciso uno de la Constitución de la República dice: “La
Presidenta o Presidente de la República notificará la declaración del estado de
excepción a la Asamblea Nacional, a la Corte Constitucional y a los organismos
internacionales que correspondan dentro de las 48 horas siguientes a la firma del
decreto correspondiente. Si las circunstancias lo justifican, la Asamblea Nacional podrá
revocar el decreto en cualquier tiempo sin perjuicio del pronunciamiento que sobre su
constitucionalidad pueda realizar la Corte Constitucional”; que por su parte el Art. 436
de la Constitución de la República establecía que: “La Corte Constitucional ejercerá,
además de las que le confiera la ley, las siguientes atribuciones: (…) 8) Efectuar de
oficio y de modo inmediato el control de constitucionalidad de las declaratorias de
estado de excepción cuando impliquen la suspensión de derechos constitucionales”;
que todo esto guardaba relación con la letra “c” del Art. 75.3 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, que señalaba que la Corte
Constitucional ejercerá el control de constitucionalidad en los siguientes casos “(...) c)
Decretos que se declaran o se dictan con fundamento en el estado de excepción”; que
sobre el estado de excepción declarado mediante decreto ejecutivo 488, del 30 de
septiembre del 2010, la Corte Constitucional, mediante el dictamen que ha entregado,
al hacer relación a la acción de protección presentada ya lo ha declarado
constitucional, que no veía porqué seguir discutiendo por esta declaración si ya ha sido
discutida y resuelta por el juez competente de la Corte Constitucional; que los decretos
siguientes han prorrogado la excepción sólo unos días más, que lo accesorio seguía la
suerte de su principal, que una vez que ya se ha declarado constitucional el primero, el
segundo ni siquiera ha sido catalogado por la Corte; que si los señores asambleístas
consideraban que los decretos son inconstitucionales porque se ha omitido lo que a su
criterio han omitido, que deberían acudir a la Corte Constitucional que es el juez
competente para éste tipo de acciones; que se podía apreciar de la lectura del
dictamen que he presentado por Secretaría, que tanto la Corte como la relación propia
del decreto, en ningún momento restringían derechos, que se ha hecho una lectura
muy equivocada del decreto de excepción, que se ha querido llevar el agua a su molino
indicando que el decreto debió haber dicho de qué manera se iban a afectar los
derechos, que al no constar, hacía un análisis muy valedero la Corte Constitucional,
que el decreto de por sí no ha restringido ningún tipo de derechos, que esto tenía
directa relación con lo que los señores Asambleístas han determinado en su acción,
que ellos han indicado a lo largo de su libelo que se han vulnerado los derechos a la
información, que al no haber restringido derechos el decreto, las acciones adoptadas
posteriormente se tienen que basar en la Constitución, en la ley y en los reglamentos;
que en la propia demanda han hecho un análisis claro de cuáles son los argumentos
que tuvo la Presidencia de la República y la Secretaría de Comunicación para la
cadena nacional de radio y televisión; que el oficio remitido por la Secretaría de
Comunicación a las estaciones de radio y televisión en la cual solicitaba la transmisión
de una cadena, se ha fundado expresamente en los artículos 59.b de la Ley de
Radiodifusión y Televisión, así como y en los Arts. 63, 65, 66 y 70 de su Reglamento;
que esto constaba claramente en el oficio que obra del proceso, que establecían: 1) La
obligación de los medios de comunicación, radios y televisora a realizar en forma
gratuita las transmisiones en cadenas, de informativos, partes o mensajes de
emergencia del Presidente de la República, Consejo de Seguridad Nacional, miembros
de gabinete, gobernadores de provincia, comandantes de zonas militares y autoridades
de salud; 2) La transmisión en cadena de los mensajes e informes del Presidente de la
República, de los Ministros de Estado y de los titulares de las demás dependencias de
la función ejecutiva que tengan rango ministerial, que serán dispuestas y notificadas
por la Secretaría Nacional de Comunicación del Estado con 24 horas de anticipación; el
plazo de notificación no regirá para el Presidente de la República cuando éste, de
conformidad con la Constitución Política del Estado hubiere declarado el estado de
emergencia, actualmente el de excepción; que en consecuencia, la SENACOM podía
disponer en este caso la realización de una cadena para el Presidente, el Ministro de
Estado o cualquier otro funcionario que el Presidente determine sin sujetarse a esto; 3)
Los funcionarios a los que se refiere el Art. 59, literal “a” de la Ley de Radiodifusión y
Televisión, tienen derecho a solicitar cadenas de radio y televisión o conjuntamente los
medios, una vez al mes como máximo y no podrán exceder de 10 minutos, se exceptúa
de lo dispuesto en este artículo al Presidente de la República, para el que no regirá
ninguna de éstas limitaciones; que al volver a los hechos del 30 de septiembre, desde
horas de la mañana, el señor Presidente se encontraba en el Hospital de la Policía
Nacional impedido de abandonar este recinto, que como él lo había manifestado en
varias ocasiones, tenía comunicación con el exterior a través de teléfonos celulares,
que siendo así la coordinación realizada con sus colaboradores ha sido permanente,
que ello además ha evitado que se produzca en el país un vacío de poder; que en ese
marco, dada la gravedad de los acontecimientos y verificado por el Secretario Nacional
de Comunicación, así como a través de los reporteros mediáticos, de funcionarios de
ésta Secretaría, el Dr. Fernando Alvarado Espinel ha visto la necesidad de realizar una
cadena ininterrumpida e indefinida para salvaguardar la seguridad interna, los derechos
de los ciudadanos, la vida del señor Presidente de la República, la continuidad del
orden democrático y la paz social; que a pesar de las difíciles circunstancias, de este
particular se ha logrado consultar con el señor Presidente, que él ha aprobado al Dr.
Fernando Alvarado, que por solicitud de la Presidencia de la República, la Secretaría
de Comunicación disponga a los medios que de manera indefinida e ininterrumpida se
enlazaran a una cadena nacional, que esto ha sido potestad legal de la Presidencia de
la República, según lo reconocen los propios accionantes en su escrito al manifestar
que las cadenas de radio y/o televisión solicitadas por el Presidente de la República
según el Art. 66 del Reglamento no tendrán limitación de tiempo; que resultaba por
tanto extraño que los accionantes señalen o pretendan atacar la legitimidad de la
disposición de transmitir una cadena nacional, un informativo de emergencia, que en
esas circunstancias de emergencia se ha encontrado el país, que los accionantes han
reconocido que todo ello preveía el ordenamiento jurídico interno; que en el desarrollo
de los hechos el compromiso de la Secretaria Nacional de Comunicación, respetando
los procedimientos legales y pese a la evidente situación de convulsión que vivía el
país, ha enviado la comunicación oficial de la cadena con los oficios suscritos por el
Subsecretario de Comunicación y dirigido respectivamente a las estaciones de radio y
televisión en el momento en el que se suscribía el estado de excepción por parte del
señor Presidente de la República, es decir luego de que se ha establecido el estado de
excepción, que dicha cadena no se ha hecho efectiva sino hasta pasadas las 13H30;
que en cuando a la hora del enlace en cadena puede ser atestiguado por cualquier
persona que haya observado la programación regular de los canales de televisión, tales
como ECUAVISA, TELEAMAZONAS y otros, que esto ha sido luego de que estaba en
vigor el estado de excepción; que los hechos y el derecho demostraban que la
Presidencia de la República ha actuado en ejercicio de las competencias que le
otorgaba la Constitución, la ley y los reglamentos al solicitar la transmisión en cadena
de un informativo de emergencia sin límite específico de tiempo, y sin necesidad de
notificarlo con 24 horas de antelación; que por ello todos los supuestos legales y
constitucionales le llevaban a una sola conclusión, que la cadena nacional ha cumplido
con todos los requisitos legales y reglamentarios para ser difundida; que ahora bien, la
realización de una cadena nacional en nada ha afectado a los derechos a los que
hacen relación los señores asambleístas y que han dicho se han conculcado,
mucho menos para las y los ecuatorianos y de manera general del pueblo
ecuatoriano; que se ha hablado de censura previa y violación a la libertad de
información, que los hechos han sido falsos y las interpretaciones antojadizas, que los
accionantes han afirmado que la información de la cadena del 30 de septiembre del
2010, ha sido la única a la que la ciudadanía ha tenido acceso ese día, que hablaba
del día, esto es desde las 00h00, hasta las 24h00, que olvidaban que el 30 de
septiembre, la gran mayoría, por no decir todos los medios de comunicación de nuestro
país, han difundido en forma regular sus espacios noticiosos de la mañana, medio día
y la noche, que una vez terminada la conmoción, todos los espacios han sido abiertos
sin ninguna censura, sin limitaciones, con todas las políticas editoriales que estaban
acostumbrados a utilizar y les reconocía la Constitución; que no era procedente
entonces hablar de censura ni previa ni definitiva, que el gobierno no ha realizado una
calificación de la información ni ha prohibido la difusión de información alguna, que era
de público conocimiento para todos que los medios radiales y televisivos del país una
vez cumplida la cadena han podido difundir como han querido todos los
acontecimientos de ese día; que la transmisión en cadena de un informativo de
emergencia indefinido e ininterrumpido no ha implicado violación alguna de derechos a
buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir veraz, oportuna y contextualizada,
plural y sin censura previa ningún tipo de información; que el estado de excepción no
detuvo ni limitó ningún derecho, que se ha tratado de una medida legal, razonable y
proporcional, con el objetivo de salvaguardar, como en efecto se ha resuelto la
seguridad interna, los derechos de los ciudadanos, la vida del señor Presidente, la
continuidad del orden democrático y la paz social, que en dicho momento ha sido
preocupación elemental del Gobierno Nacional; que por todo lo expuesto, la petición en
la acción presentada por los señores asambleístas, carecía de sustento constitucional y
legal, que no ha existido violación o vulneración de derechos, que tampoco existía la
obligación de reparar algún daño al tenor de lo que establece la Ley de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, más aún si la Corte Constitucional ha
determinado la constitucionalidad del decreto ejecutivo, que por tanto no podía pedir
que se observe al gobierno del Ecuador a fin de que en situaciones similares actúe con
apego a la Constitución, cuando el dictamen que ha entregado en Secretaría y
adoptado por unanimidad por los Magistrados de la Corte Constitucional ha declarado
la constitucionalidad del decreto del 30 de septiembre del 2010; que adicionalmente
recalcaba que la fecha en la que se ha emitido este dictamen de constitucionalidad de
la Corte Constitucional era de 01 de octubre del 2010, es decir cuando la situación
había pasado, que la Corte no ha reconocido que se haya vulnerado algún tipo de
derechos, que si hubiera sido así, no se hubiera declarado constitucional el decreto
ejecutivo; que por todo lo expuesto solicitaba al tribunal que se rechace la acción de
protección planteada por los señores asambleístas.- Al hacer el uso a su derecho a la
réplica, agregó, que en primer lugar los señores Asambleístas no han leído su propia
acción, que los “informativos de emergencia” estaban contemplados en el Art. 59 de la
Ley de Radiodifusión y Televisión en el literal “b” que indicaba :(…)” la transmisión en
cadena de informativos, partes o mensajes de emergencia”, que por tanto no ha sido
una invención suya, que esta disposición le liberaba de cualquier otra cuestión sobre
esa parte puntual; que el Asambleísta Páez no ha reconocido a la Corte Constitucional,
desde su criterio, existe, está funcionando dentro del régimen democrático, que Art. 1
de la Constitución guste o no existe, que las resoluciones que mandaba la Corte
Constitucional se tienen que cumplir caso contrario este país no estaría viviendo un
orden democrático, les guste o no les guste; que el numeral 3 de la petición de acción
decía que el tribunal debía observar que en futuras ocasiones el gobierno actúe con
apego a lo estipulado en los Arts. 164 y 165 de la Constitución de la República, que
para él actuar con apego es actuar o no actuar; que ahí se decía que el decreto
ejecutivo dictado por el señor Presidente no se apegó a lo establecido en la
Constitución, es decir que era inconstitucional, que la actuación del señor Presidente
habría sido inconstitucional, que si se daba gusto a esta petición y se observa al
gobierno del Ecuador y se dice “si se dan situaciones similares en el futuro ahora sí
actúe de acuerdo a la Constitución”, se estaría diciendo que en lo anterior no se lo
hubiera hecho; que por tanto sí encontraba sesgos claros, que lo que se estaba
queriendo aquí era deslegitimar un decreto ejecutivo dictado por el Señor Presidente de
la República con el cual se estableció el estado de excepción, que este decreto no
restringía derechos, que bastaba leer lo que dice la Corte Constitucional, que no hace
relación a ninguna restricción, porque no existe; que sobre la cadena nacional
claramente se establecía en el reglamento que a quien no se le aplicaba el límite de
tiempo en una cadena, un informativo, un mensaje es a la Presidencia de la República,
que entonces no tenía sentido seguir hablando de lo mismo cuando el propio
reglamento habla que al señor Presidente se le exime del tiempo, del plazo fijado; que
no encontraba contradicción en lo que se ha dicho anteriormente, que por tanto se
ratificaba en lo que he señalado anteriormente, insistió en que se rechace la acción de
protección.- En la reinstalación de la audiencia, llevada a cabo el día 28 de octubre del
2010, a las 09h00, indicó, que todo lo que se ha dicho esta mañana ya se lo ha dicho el
martes de la semana anterior, que las dudas que ha tenido el Tribunal ya han sido
subsanadas por el señor Presidente de la República; que nuestro estado ha sido de
derecho, que las funciones del gobierno cumplían su papel, que el hecho de decir que
se vulneraron los derechos amparados en lo que dice la Constitución, las leyes y los
reglamentos, le parecía que estaba fuera de lugar; que el gobierno consideraba que no
se vulneraron los derechos de los ecuatorianos, que se permitía indicar éste momento
que han aparecido encuestas a nivel nacional en las que decían que el 65% de los
ecuatorianos han estado de acuerdo con que se dé una cadena nacional, que por tanto
no se podía hablar de todas y todos los ecuatorianos; que el señor Secretario de
Administración no ha tenido ninguna participación en cuanto a la aplicación del estado
de excepción y a las notificaciones enviadas a los medios de comunicación, que él
debía asesorar al señor Presidente de la República pero la comunicación se ha visto
afectada por todo el caos que acontecía en esos momentos, que incluir al señor
Secretario de la Administración, en este caso, estaba fuera de lugar, porque de hecho
en ese caso debían estar todos los funcionarios del gobierno, ya que todos deben
asesorar al señor Presidente de la República; que los miembros del gobierno
ecuatoriano pensaban que los hechos de ese día no deberían volverse a repetir; que
toda la población tenía que estar consciente que la visión del gobierno sobre los
acontecimientos sucedidos el 30 de septiembre del 2010, también debía ser puesta a
consideración de todos los ciudadanos; que los señores Asambleístas olvidaban que
todos los medios de comunicación pudieron transmitir sus noticieros en la mañana, en
la tarde y en la noche, que lo que hubo ese día fue una cadena nacional que debía
darse, que era cierto que ese día hemos vivido problemas, pero que ningún derecho ha
sido vulnerado, que por tanto solicitaba nuevamente que los señores jueces de este
Tribunal rechacen esta acción de protección;

2.2.2. El señor Dr. Jimmy Carvajal, en representación del señor Procurador General
del Estado indicó, que después de la intervención prácticamente completa, precisa y
contundente del Dr. Jaramillo, la Procuraduría General del Estado en esta oportunidad
va a complementarla, que debía hacer hincapié en que lo más importante en el
presente caso era determinar si la presente acción reúne o no los requisitos del Art. 88
de la Carta Magna, que en la especie no cabía duda de que no los reunía; que dentro
de la pretensión se atacaba dos aspectos, el de legalidad y un aspecto de una eventual
inconstitucionalidad que corresponde a dos esferas diferentes de la administración de
justicia constitucional, que específicamente, el ejercicio de la acción jurisdiccional y
acción de protección, si se trata de impugnar un acto ilegal de un acto administrativo,
tenía que haberse recurrido a lo contencioso administrativo, que si se quiere
cuestionar el aspecto de la inconstitucionalidad, tal cual lo ha dicho el Dr. Jaramillo,
tenía que haberse acudido en su debida oportunidad ante la Corte Constitucional; que
en consecuencia no debía el Tribunal actuar en torno a declarar o no la legitimidad del
acto ejecutado por el Presidente de la República en torno al decreto de excepción;
que la actuación del señor Presidente de la República estaba dada con sustento en lo
que disponen los Arts. 164, 165 de la Constitución de la República, que aquí había una
situación adicional que no se ha dicho, que debíamos indefectiblemente remitirnos a la
Ley de Radiodifusión y su respectivo reglamento, que concretamente lo actuado, esto
es el acto administrativo que contiene el decreto ejecutivo que está sustentado en el
Art. 59.a de la Ley de Radiodifusión y complementariamente en los Arts. 65 y 66 de su
Reglamento, que como ya lo había dicho el Dr. Jaramillo, le permiten el haber
decretado en los términos que el Presidente Constitucional lo ha hecho, y dentro de
este estado de excepción, la cadena nacional de radio y televisión; que desde el punto
de vista existencial, en contraste con el ámbito jurídico, era importante también denotar
el hecho de que dadas las circunstancias de caotización no hubiese sido factible poner
dentro de los medios de comunicación en evidencia de la ciudadanía
fundamentalmente los actos del latrocinio que se produjeron concretamente en la
ciudad de Guayaquil, que ésta situación hubiese sido exacerbar aún más los ánimos y
fundamentalmente exhortar a la delincuencia para que puedan seguir cometiendo actos
de esa naturaleza, que esto era lógico e importante denotarlo, que más todavía cuando
la propia Ley de Radiodifusión establecía y prohibía hacer una especie de apología del
delito, concretamente en su Art. 58.f, que lamentablemente eso es lo que hubiese
sucedido, que el propio artículo en su literal e), establecía también la imposibilidad de
brindar al público información que no sea debidamente investigada, que esta situación
también por lógica se hubiese producido en el momento del acontecimiento de los
hechos que caotizaron al país y que son de dominio público, que esto se debía
considerar por el Tribunal como una situación fundamental en la defensa para
demostrar la legitimidad de lo actuado por el señor Presidente Constitucional de la
República; que pedía se incorpore al proceso la publicación que se ha realizado el día
domingo 17 de octubre del año en curso, que contenía el manifiesto de la Asamblea
Nacional en que de manera directa se ha dado un pronunciamiento de carácter
institucional; que en este punto se refería a la institucionalidad de la Función
Legislativa, que no ha sido que la Asamblea no se ha mostrado en silencio ni ha
callado, sino que ha emitido su pronunciamiento, que por ello le extrañaba que un
grupo minoritario de asambleístas recurra en esta ocasión a través de una acción de
protección para plasmar implícitamente una postura contraria al criterio de la Asamblea
Nacional, que era por ello que los accionantes en definitiva pidieran a los señores
Jueces del Tribunal se pronuncien y avalen una postura contraria al régimen, que ello
demostraba que el ejercicio de esta acción jurisdiccional poseía evidentes vicios de
carácter político; que si algo tenía que discutirse en torno a esto, o dilucidar algo debía
ser dentro del seno de la Asamblea Nacional, para que en este pronunciamiento conste
la postura de los otros señores Asambleístas, cosa que no se ha dado en este acto;
que desde el punto de vista formal quería denotar que dentro de la petición concreta
de la acción existía una suerte de confusión eventual en lo que concernía al numeral 3)
de la presente petición, que se decía que se debería observar al Gobierno del Ecuador
a fin de que en lo posterior, en situaciones similares, en torno al decreto ejecutivo
habría podido interponerse en el hipotético caso de que existiera el asidero para
hacerlo, una medida cautelar, por lo que se ha confundido la situación jurídica de las
medidas cautelares con aquella de la acción de protección, pues la petición no
procede, no está dentro de lo que compete al ejercicio de una acción de protección; y
que la otra situación dentro de éste punto, era haber solicitado de manera concreta,
que se observe al Gobierno del Ecuador a efectos de evitar posteriormente acciones de
éste tipo, que contundentemente se estaría demandando la inconstitucionalidad del
decreto que declaró el estado de emergencia y también de los subsiguientes decretos
que tiene relación con el mismo, que esta situación también en el caso no consentido
de que hubiese algún asidero, se encontraba prevista expresamente en la norma del
Art. 436.2 de la Constitución, que esto era el impugnar o demandar una
inconstitucionalidad ante la Corte Constitucional, que esta sería la Institución que
estaría envestida de la potestad para resolver al respecto; que quería denotar que el
petitorio plasmado en el numeral 2) del libelo pedía de una manera abierta e
indeterminada se repare de manera adecuada las violaciones constitucionales, que
esto no podía ser atendido, aún en el evento de que también existiese algún asidero
para ello, en vista de que debían haber hecho constar las maneras adecuadas en la
demanda, que más todavía no se podía romper el principio del derecho procesal de
solicitar que el administrador de justicia disponga situaciones que no han estado
expresamente defendidas en una demanda, que le parecía que la expresión era
absolutamente subjetiva y un tanto etérea; que se debía olvidar que esta incidencia
contenga un asunto de carácter político, que se tenía que cotejar con las normas
procedimentales en materia constitucional, que por tanto la conclusión a criterio de la
Procuraduría, después de haber hecho el análisis que en Derecho corresponde, era
que la presente acción no cumplía con ninguno de los requisitos establecidos en el Art.
40 de la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, que no se advierte
vulneración de derechos constitucionales, que tampoco se puede aceptar el hecho de
que exista un acto u omisión de autoridad pública no judicial que los haya ocasionado,
así como tampoco la inexistencia de mecanismo judicial; que además esta demanda
incurría en cuatro de las causales expresadas como de improcedencia en el Art. 42
ibídem, esto es en los numerales 1), 3), 4) y 5) por lo que solicitaba que en sentencia
se rechace la presente acción de protección.- Al hacer uso a su derecho a la réplica
indicó, que los que estaban allí han venido a defender el Derecho, que no estaban
discutiendo sobre el campo político; que quería reiterar que los señores asambleístas
han acudido a esta acción de protección auto representándose, es decir por sus
propios derechos, que del hecho de decir que están representando al pueblo
ecuatoriano es un hecho que cae en el ámbito de lo subjetivo, que ventajosamente
eran abogados, que en el ámbito procesal había dos posibilidades, que de ser
representantes debían adjuntar a la demanda las firmas de todo el pueblo ecuatoriano,
o que a su vez éstos escogerían un poder de acción judicial para poder legitimar el
poder procesalmente hablando, que ninguna de las dos cosas han acontecido, que por
tanto entendían que estaban acudiendo por sus propios y personales derechos; que en
lo que respecta a la actuación de la Procuraduría en esta audiencia, lo hacían por
cuanto estaban defendiendo al Estado, que la defensa del Estado no tenía ningún
asidero o quizás se podría interpretar que se estaba defendiendo, en este caso, al
Presidente de la República y no ha sido así, que debía dejar expresa constancia que lo
que se estaba defendiendo era al Estado ecuatoriano, que en esta oportunidad
simplemente atañe al señor Presidente de la República y a otros funcionarios, que
estaban en defensa absoluta de todos los personeros de las instituciones del Estado,
que era defender al Estado porque si bien el Estado somos todos, el Estado y la
autoridad pública se encarna a través de las autoridades legítimamente electas, que
por eso era lo que defendía al Estado, ¿porqué es que la Procuraduría ha iniciado su
intervención diciendo que se está defendiendo la legitimidad de lo actuado, que era
justamente porque la propia Constitución en su Art. 83.1 establecía que es deber de
todo ecuatoriano acatar las decisiones legítimas de autoridad competente, que era por
eso que la Procuraduría tenía que en su defensa denotar que ha existido entera
legitimidad en lo actuado en el presente asunto, que por tanto reiteraba en su pedido
respetuoso de que en sentencia se rechace la presente acción de protección.- En la
reinstalación de la audiencia llevada a cabo el día 28 de octubre del 2010, a las 09h00,
agregó, que debía hacer tres puntualizaciones, que reiteraba que la intervención que la
Procuraduría realizaba ha sido una defensa en estricto derecho y en conformidad con
lo que dicen las leyes y los reglamentos del país; que la propia Asamblea Nacional ha
sido defendida por la Procuraduría General de Estado en varias ocasiones, que incluso
él personalmente ha tenido la oportunidad de defenderla en representación de la
Procuraduría General del Estado, que esto lo expresaba para que quede constancia
que la Procuraduría se empeñaba en proteger el principio de la constitucionalidad del
Estado; que el juez debe responder en base a las pruebas que se presenten en la
acción de protección, que se indicaba en ellas que la cadena de televisión fue
presentada dentro del estado de excepción, que las pruebas explicaban acerca del
contenido actuado por el señor Presidente de la República, que por tanto al haberse
reconocido todo lo procedido por el señor Presidente de la República, solicitaba
nuevamente se rechace la presente acción de protección;

3. PRUEBA

3.1. El Oficio Nro. SNCOM-O-10-721, de 30 de septiembre del 2010, suscrito por el


señor Patricio Barriga, Subsecretario de Comunicación de la Presidencia de la
República, y dirigida a los señores Gerentes de las estaciones de radio y televisión, en
el que indica que de “conformidad con lo dispuesto en los Art. 59 letra b) de la Ley de
Radiodifusión y Televisión; y, 63, 65, 66 y 70 de su Reglamento General; y por petición
de la Presidencia de la República se dispone la difusión de la cadena de radio y
televisión a nivel nacional, conforme al siguiente detalle” el jueves 30 de septiembre del
2010, a las 13h00, indefinida e ininterrumpida hasta segunda orden, como matriz
Ecuador TV, y como tema, informe de hechos de actualidad; se indica además que
esta disposición tiene el carácter de cumplimiento obligatorio e inmediato.- En este
documento no se observa hora de elaboración ni de recepción, tampoco se ha dado
información al respecto, pese a haberla solicitado el Tribunal a los medios de
comunicación.

3.2. El Decreto Ejecutivo 493 de 5 de octubre del 2010, suscrito por el señor Eco.
Rafael Correa Delgado, Presidente Constitucional de la República del Ecuador.

3.3. El Recorte de prensa del Diario El Comercio de 17 de octubre del 2010, pág. 33,
que contiene la Resolución dada por el Pleno de la Asamblea Nacional el 14 de octubre
del 2010, condenando los hechos ocurridos el día 30 de septiembre del 2010.

3.4. El Dictamen Nro. 0017-10-SEE-CC, caso 0013-10-EE de la Corte Constitucional,


para el período de transición de 1 de octubre del 2010, en el que se hace el análisis de
constitucionalidad de Decreto Ejecutivo 488, de 30 de septiembre del 2010, en que se
declaró el estado de excepción a nivel nacional, en el que se dictamina: “ 1) Declarar la
procedencia formal y material del Decreto Ejecutivo Nro. 488 del 30 de septiembre del
2010, que declara el estado de excepción, por medio del cual se ordena la movilización
nacional y militar de las Fuerzas Armadas para garantizar la soberanía nacional y el
orden interno de la República, ante la conmoción interna provocada por algunos
miembros de la Policía Nacional; 2) Declarar la constitucionalidad de la Declaratoria de
estado de excepción, expedida por el Presidente Constitucional de la República del
Ecuador, Economista Rafael Correa Delgado, contenida en el Decretado Ejecutivo Nro.
488, de 30 de septiembre del 2020 (…)”.
3.5. El memorando DTI-2010-01010, del Director General de Tecnología de la
Información de la Superintendencia de Telecomunicaciones de fecha 22 de octubre del
2010, en el que se informa que el mail llegado desde la Presidencia de la República, en
el que se notificaba a la Superintendencia de Telecomunicaciones sobre la cadena de
radio y televisión, ha sido recibido el día 30 de septiembre del 2010, a las 13h19.

3.6. El acta de diligencia notarial practicada el 21 de octubre del 2010, por el señor Dr.
José Vicente Villacís, Notario Séptimo Suplente del Cantón Quito, en el interior de la
Secretaría Nacional de Comunicación, ubicada en el Palacio de Carondelet, en las
calles García Moreno y Chile en su computador, respecto al correo electrónico
hernandez@presidencia.gob.ec, con el objeto de verificar la hora de envío de e-mails,
a los diferentes medios de comunicación el día 30 de septiembre del 2010;
efectivamente, el Notario da fe pública de la existencia de varios correos en el indicado
correo electrónico perteneciente al señor Christian Alberto Hernández Yunda, Asesor
de la Secretaría Nacional de Comunicación; de éstos documentos se evidencia
principalmente el e-mail de 30 de septiembre del 2010, a las 1:22 pm dirigido a un
sinnúmero de medios de comunicación, en el que como asunto consta: “ Cadena
nacional de radio y tv emergencia. Indefinida e interrumpida; en él consta adjunto el
oficio SNCOM-O-10-721, descrito en el numeral 3.1.

3.7. El oficio Nro. T.J.545-SNJ-10-1579, de 22 de octubre del 2010, dirigido a este


Tribunal, suscrito por los señores Ec. Rafael Correa Delgado, Presidente Constitucional
de la República del Ecuador, Dr. Alexis Mera Giler, Secretario Nacional Jurídico y Dr.
Mauricio Jaramillo V., Asesor de la Secretaría Nacional Jurídica, en el que se informa
que efectivamente el día 30 de septiembre ha sido consultado el señor Presidente por
parte del señor Fernando Alvarado Secretario Nacional de Comunicación del Estado
sobre la aprobación de una cadena de radio y televisión con carácter de indefinida e
ininterrumpida con el objeto de salvaguardar la seguridad interna, los derechos de los
ciudadanos, la continuidad del orden democrático, la paz social y su integridad personal
(del Presidente de la República); que su respuesta había sido que sí, que esta orden la
había dado en forma verbal dada las circunstancias en las que en ese momento se
encontraba; pero que estaba supeditada a que la cadena iniciara una vez firmado el
decreto ejecutivo que estableció el estado de excepción, como efecto así había
sucedido, aclara además que un funcionario de la Senacom, Christian Hernández
había enviado un mail informal a las 11h26, a los medios de comunicación indicando
que las 11h20, se iba a realizar una cadena de radio y televisión, pero que como hasta
esa hora no había podido suscribir el decreto ejecutivo que declaraba el estado de
excepción, esta cadena no se había transmitido ni la orden efectivizado hasta después
de firmado el indicado decreto ejecutivo que se ha firmado a las 13h21 y se ha
comunicado a los medios a través del correo del señor Hernández a las 13h22,
conforme había probado; que por tanto la notificación oficial a los medios para el enlace
en cadena nacional ha sido después de firmado el decreto no antes, que en el mail a
los medios se adjunta el oficio suscrito por el Secretario de Comunicación de la
Presidencia de la República, con lo que incluso había dado cumplimiento a lo dispuesto
tanto en la Ley General de Radiodifusión y Televisión como en su Reglamento; informa
además al tribunal que de los mails emitidos por empleados de Ecuavisa y
Teleamazonas, se enlazaron a la cadena a las 13h59 y 14h04, respectivamente, que
coincidían con las grabaciones existentes en el cd que adjuntaba en los que se
observaba la programación de Teleamazonas y Canal Uno, que se enlazaron minutos
después de firmado el Decreto Ejecutivo así como la orden dada para el enlace en
cadena nacional de radio y televisión.

4. FUNDAMENTACIÓN

Los accionantes han invocado en su demanda y en las exposiciones orales y públicas


realizadas en la respectivas audiencia y reanudación de la misma, que la orden dada
por el señor Econ. Rafael Correa Delgado, Presidente de la República, al señor
Subsecretario de Comunicación del Estado, para que los medios de comunicación se
enlacen en cadena de radio y televisión, el día 30 de septiembre del 2010, a partir de
las 13h00, vulneraba o violaba el derecho a la libertad de expresión e información
estipulado taxativamente en el Art. 18.1 de la Constitución de la República que dice: “
Todas las personas en forma individual o colectiva tienen derecho a: 1) Buscar, recibir,
intercambiar, producir y difundir información veraz, verificada, oportuna,
contextualizada, plural, sin censura previa acerca de los hechos, acontecimientos y
procesos de interés general, y con responsabilidad ulterior”; afirman que incluso, si esta
orden a la cadena de radio y televisión se hubiera dado dentro del estado de
excepción, seguiría siendo violatoria al derecho de libertad de expresión e información,
por cuando el decreto 488, del 30 de septiembre del 2010, no cumplía con los
requisitos establecidos en los Artículos 164 y 165 de la Constitución de la República,
que dispone sobre los derechos a limitarse dentro del estado de excepción y cómo
hacerlo, que en este caso debió haber sido la censura previa; pero que este decreto, al
no contemplar en su texto ninguna limitación de derechos, no podía haberse dispuesto
una cadena de radio y televisión como había ocurrido el día 30 de septiembre del 2010.

En base a lo expresado, el Tribunal, luego de haber escuchado a los accionantes y


accionados, analizado las pruebas presentadas y pedidas a las partes intervinientes en
esta acción, así como revisado la Constitución de la República, los instrumentos
internacionales de Derechos Humanos referentes a la materia, así como a la normativa
interna del Ecuador, realiza las siguientes consideraciones:

a) El Art. 88 de la Constitución de la República, manifiesta que: “La acción de


protección tendrá por objeto el amparo directo y eficaz de los derechos reconocidos en
la Constitución, y podrá interponerse cuando exista una vulneración de derechos
constitucionales, por actos u omisiones de cualquier autoridad pública no judicial;
contra políticas públicas cuando supongan la privación del goce o ejercicio de los
derechos constitucionales; y cuando la violación proceda de una persona particular, si
la violación del derecho provoca daño grave, si presta servicios públicos impropios, si
actúa por delegación o concesión, o si la persona afectada se encuentra en estado de
subordinación, indefensión o discriminación.”; El Art. 11 numerales 3, 4, 5, 6, 7 y 8 de
la Constitución señalan en su orden “3.- Los derechos y garantías establecidos en la
Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos serán de
directa e inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público,
administrativo o judicial, de oficio o a petición de parte. Para el ejercicio de los
derechos y las garantías constitucionales no se exigirán condiciones o requisitos que
no estén establecidos en la Constitución o la ley. Los derechos serán plenamente
justiciables. No podrá alegarse falta de norma jurídica para justificar su violación o
desconocimiento, para desechar la acción por esos hechos ni para negar su
reconocimiento; 4.- Ninguna norma jurídica podrá restringir el contenido de los
derechos ni de las garantías constitucionales; 5. En materia de derechos y garantías
constitucionales, las servidoras y servidores públicos, administrativos o judiciales,
deberán aplicar la norma y la interpretación que más favorezcan su efectiva vigencia;
6. Todos los principios y los derechos son inalienables, irrenunciables, indivisibles,
interdependientes y de igual jerarquía; 7. El reconocimiento de los derechos y
garantías establecidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales de
derechos humanos, no excluirá los demás derechos derivados de la dignidad de las
personas, comunidades, pueblos y nacionalidades, que sean necesarios para su pleno
desenvolvimiento; 8. El contenido de los derechos se desarrollará de manera
progresiva a través de las normas, la jurisprudencia y las políticas públicas. El Estado
generará y garantizará las condiciones necesarias para su pleno reconocimiento y
ejercicio. Será inconstitucional cualquier acción u omisión de carácter regresivo que
disminuya, menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los derechos; el Art. 82
ibídem señala: “El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la
Constitución y en la existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas
por las autoridades competentes”; el Art. 417 de la Constitución expresa que “Los
tratados internacionales ratificados por el Ecuador se sujetarán a lo establecido en la
Constitución. En el caso de los tratados y otros instrumentos internacionales de
derechos humanos se aplicarán los principios pro ser humano, de no restricción de
derechos, de aplicabilidad directa y de cláusula abierta establecidos en la
Constitución.”

b) La Convención Americana de Derechos Humanos respecto al tema establece:

b.1. Art. 13: “Libertad de Pensamiento y Expresión: 1.- Toda persona tiene derecho a la
libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras,
ya sea oralmente, o por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro
procedimiento de su elección. 2.- El ejercicio del derecho precedente no puede estar
sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar
expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a) El respeto al
derecho o a la reputación de los demás, o b) La protección de la seguridad nacional, el
orden público, o la salud, o la moral públicas. (…)”

b.2. En el Capítulo IV, referente a la Suspensión de garantías, interpretación y


aplicación: Art. 27, suspensión de garantías: “1.- En caso de guerra, peligro público o
de otra emergencia que amenace la independencia o seguridad del Estado parte, éste
podrá adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a
las exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas en virtud de esta
convención (…); 2.- La disposición precedente no autoriza la suspensión de los
derechos determinados en los siguientes artículos: (…) ni de las garantías judiciales
indispensables para la protección de tales derechos.(…)”; numeral en el que no consta
el derecho a la libertad de pensamiento y expresión como uno de los que no pueden
suspenderse, ni aún en estado de emergencia, por tanto el derecho invocado por los
accionantes como el que se ha vulnerado el día 30 de septiembre del 2010, es uno de
los que puede suspenderse en casos de emergencia y restringirse o limitarse en
situaciones que sean normales, sin necesidad de que un Estado parte haya decretado
la emergencia, o como en el caso de Ecuador por los hechos que son públicos, el
“estado de excepción”; consecuentemente este derecho es uno de aquellos
susceptibles de ser afectado, restringido o limitado en forma legítima, sin necesidad de
que haya sido vulnerado o violado, conforme lo vamos a analizar luego de invocar otra
disposición contenida en un instrumento internacional;

b.3. El Capítulo V, referente a los deberes de las personas, Art. 32; “Correlación entre
deberes y derechos: 2) Los derechos de cada persona están limitados por los derechos
de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común, en
una sociedad democrática”.

Esto significa que la libertad de una persona consiste justamente en poder realizar todo
lo que no sea perjudicial a otro individuo, por tanto entendemos a la luz de esta
disposición que el ejercicio material de los derechos de cada ser humano no debería
tener otro límite que los que aseguren a otros miembros de la sociedad el disfrute de
esos mismos derechos, siendo por tanto la ley la llamada a limitarlos, si éstos son de
aquellos que por su naturaleza y condición legal pueden restringirse.

Nótese, que la Convención al enunciar en este artículo el límite de los derechos de una
persona, se refiere justamente al “orden público”, que es un derecho reconocido
también por los instrumentos internacionales de los derechos humanos, y dentro de
este el derecho a la seguridad pública, al bien común y a la democracia; este orden
público es además un elemento de carácter esencial que el Estado, en este caso, el
Presidente Constitucional de la República como Jefe del Estado y del Gobierno, tiene
la obligación de mantener, respetar y garantizar el orden publico, con la finalidad de
que no se altere o distorsione; que en el caso que nos ocupa estaba en esa condición
como producto de un reclamo de la Policía Nacional por aparentes medidas que a decir
por lo que hemos escuchado todos a través de los medios de comunicación y sus
noticieros eran aparentemente contrarias a sus expectativas personales y familiares.

Este derecho al “orden público”, que se equipara también con la paz y tranquilidad
ciudadanas, a que tenemos derecho todos los ecuatorianos, se identifica además con
el orden jurídico y político que tiene un Estado, ya que para cumplir con las
obligaciones de respeto y garantía a las que nos comprometimos como Estado parte de
la Convención Americana de Derechos Humanos, se necesita de este tipo de
ordenamiento, que muchas veces se altera debido a la falta de acatamiento por parte
de los ciudadanos y ciudadanas a las disposiciones contenidas en su normatividad no
es por otra cosa que la protección como bien jurídico del Estado ecuatoriano, al
tipificarse como delito las diferentes manifestaciones que alteren la seguridad pública
del Estado; en nuestro Código Penal, a partir del Art. 123, se tipifican los delitos que
comprometen la paz social y la dignidad del Estado, así como su seguridad interna.

Consecuentemente, queda fundamentado que el orden público inmerso en la


tranquilidad y paz de los ciudadanos, es uno de los derechos que prima en una
sociedad democrática, constitucional y de derechos como la nuestra; a consecuencia
de ello, es que la Constitución de la República ha delegado a las juezas y jueces así
como a la fuerza pública, entre otros, la protección de la seguridad ciudadana.
c) El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que entró en vigor el 23 de
marzo de 1976: Art. 19. dice: 1.-“Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones;
2.-Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la
libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin
consideración de fronteras (…); 3.- El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2) de
este artículo entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente puede
ser sujeto a ciertas restricciones, que deberán, sin embargo, estar expresamente
fijadas por la ley y ser necesarias para: a) Asegurar el respeto a los derechos o a la
reputación de los demás; b) La protección de la seguridad nacional, el orden
público o la salud o la moral públicas” (lo resaltado es nuestro);

d) La Ley de Radiodifusión y Televisión: Art. 59: Toda estación está obligada a prestar
los siguientes servicios sociales gratuitos: a)”Transmisión en cadena de los mensajes o
informes del Presidente de la República, (…); En el Reglamento General de esta ley se
regulará el uso de estos espacios, su tiempo de duración, la frecuencia de cada uno de
ellos y su transmisión (…) salvo el caso de emergencia constitucionalmente
declarada” (lo resaltado es nuestro).

e) El Reglamento General a la Ley de de Radiodifusión y Televisión: “Art. 63.- La


transmisión en cadena de los mensajes e informes del Presidente de la República, de
los Ministros de Estado (…) serán dispuestas y notificadas por la Secretaría Nacional
de Comunicación del Estado (SENACOM), con 24 horas de anticipación por lo menos,
mediante notificación por escrito (…)”; “Art. 65.- El plazo de notificaciones no regirá
para el Presidente de la república cuando éste de conformidad con la Constitución
Política de la República, hubiere declarado el estado de emergencia. En consecuencia
la SENACOM podrá disponer en este caso, la realización de cadena para el
Presidente, el Ministro de Estado o cualquier otro funcionario que el Presidente
determine, sin sujetarse a dicho plazo”; Art. 66.- Los funcionarios a los que se refiere
el Art. 59, literal a) de la Ley de Radiodifusión y Televisión tienen derecho a solicitar
cadenas de radio y televisión o conjuntamente de ambos medios, una vez al mes como
máximo y no podrá exceder de 10 minutos. Se exceptúa de lo dispuesto en este
artículo al Presidente de la República, para el que no regirá ninguna de estas
limitaciones” (lo resaltado es nuestro).

f) El nuevo paradigma constitucional democrático, o lo denominado por Luigi Ferrajoli,


la democracia sustancial, es el mejor régimen tutelar de los derechos humanos, pues
tutela los principios de igualdad sin discriminación, la dignidad, la solidaridad, protege y
garantiza a través de los estamentos jurisdiccionales los derechos a la vida, el libre
tránsito, la libertad personal, de expresión o de opinión, entre otros, ya que la existencia
de pesos y contrapesos favorece al ejercicio de los derechos, incluso los denominados
de participación, sociales, económicos o del buen vivir pueden desplegarse de mejor
manera; al hablar de la democracia, Manuel Aragón, en su libro “Constitución,
Democracia y Control”, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Autónoma de
México, Primera edición 2002, p11, dice que: “La democracia es el principio legitimador
de la Constitución, entendida ésta no solo como forma político histórica (o como
verdadera o no falsa forma de Estado) sino, sobre todo, como forma jurídica específica,
de manera que sólo a través de ese principio legitimado la Constitución adquiere su
singular condición normativa, ya que es la democracia la que presta a la Constitución
una determinada cualidad jurídica, en la que validez y legitimidad resultan enlazados”.

De lo enunciado estamos claros, que sin democracia no se puede garantizar el libre


goce y ejercicio de los derechos humanos, por tanto era imperioso para el Jefe de
Estado, velar por el respeto a la democracia como una de sus obligaciones
constitucionales en calidad de Presidente de la República, principio que se ponía en
peligro, o en grave riesgo si se alteraba el orden público, debido a uno de los factores
que pudieron haberlo ocasionado, como por ejemplo algún tipo de información
imprecisa o mal fundada; por tanto era obligación del Gobierno Nacional y del
Presidente Constitucional de la República velar porque la información que se entregaba
a la ciudadanía tenga el carácter de oficial o exacta, en esos momentos graves para el
país, en que la Policía dejó por horas de velar por la seguridad ciudadana,
cometiéndose a raíz de estos acontecimientos varias infracciones graves a nivel
nacional, que afectaron a la seguridad ciudadana, la tranquilidad y paz social, si
consideramos además que una de las obligaciones de garantía que tiene el Estado
ecuatoriano para con sus ciudadanos y la comunidad internacional, es mantener la
democracia y el orden público, conforme así lo establece además de la Constitución de
la República y la Convención Americana de Derechos Humanos.

g) Dentro del Marco Jurídico Interamericano sobre el Derecho a la Libertad de


Expresión; Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, se elaboró un libro que contiene un análisis
sistemático de los estándares interamericanos en materia de libertad de expresión, con
la inclusión de sentencias y leyes incorporadas en el ámbito regional, por lo que nos
referiremos a éste libro en las líneas posteriores, que consideramos una fuente
importante para el análisis del presente caso.

En este libro se menciona que el derecho a la “libertad de expresión” es un derecho


individual, que tiene tres funciones en el sistema democrático; es un derecho que
acompaña al ser humano por la virtud de pensar y comunicarse con los demás; se
relaciona estructuralmente con la democracia, con el ejercicio mismo de la
democracia; y, finalmente es considerado como una herramienta clave para el ejercicio
de los demás derechos fundamentales.

Respecto a la titularidad de este derecho dice:” En términos del Art. 13 de la


Convención Americana, la libertad de expresión es un derecho de toda persona, en
condiciones de igualdad y sin discriminación por ningún motivo. Según ha señalado la
jurisprudencia, la titularidad del derecho a la libertad de expresión no puede restringirse
a determinada profesión o grupo de personas, ni al ámbito de la libertad de prensa. En
este sentido, por ejemplo en la sentencia del caso Tristán vs. Panamá, la Corte
Interamericana indicó que, “La Convención Americana garantiza este derecho a toda
persona, independientemente de cualquier otra consideración, por lo que no cabe
considerarla ni restringirla a una determinada profesión o grupo de personas. La
libertad de expresión es un componente esencial de la libertad de prensa, sin que por
ello sean sinónimos o el ejercicio de la primera está condicionado a la segunda.(…)”; “
Según ha explicado la jurisprudencia interamericana en numerosas ocasiones, la
libertad de expresión se caracteriza por ser un derecho con dos dimensiones: una
dimensión individual consistente en el derecho de cada persona a expresar sus propios
pensamientos, ideas e informaciones; y una dimensión colectiva y social, consistente
en el derecho de la sociedad a procurar y recibir cualquier información, a conocer los
pensamientos, ideas e informaciones ajenos y a estar bien informados”.

De la lectura de los numerales upsupra, observamos claramente que este derecho


puede ser limitado, en los términos de la Convención Americana de Derechos
Humanos y el ordenamiento jurídico interno, este es uno de los derechos que pese a su
importancia, puede ser limitado aún en situaciones normales o de emergencia o grave
conmoción interna, y suspendido, solamente en los casos cuando un Estado parte se
encuentra en estado de “emergencia”; esta limitación al ejercicio y goce de un derecho,
debe darse mediante restricciones legítimas consagradas en los instrumentos
internacionales, conocidos como las restricciones o afectaciones y las suspensiones de
derechos; en el ámbito de derechos humanos, existen derechos que no admiten
restricción como la tortura, la esclavitud, otros que admiten restricciones particulares,
como el de la propiedad, y que admiten restricciones generales como el de la libertad
de expresión.

Para concluir con este tema, y lograr una mejor comprensión, es necesario también
transcribir lo que además dice este libro publicado por la Relatoría Especial para la
libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: “ii) Las
limitaciones deben estar orientadas al logro de los objetivos imperiosos autorizados por
la Convención Americana.- Las limitaciones impuestas deben perseguir el logro de los
objetivos imperiosos establecidos taxativamente en la Convención Americana a saber:
La protección de los derechos de los demás, la protección de la seguridad
nacional, del orden público o de la salud o moral públicas. Son únicamente éstos
los objetivos autorizados por la Convención Americana, lo cual se explica que el
hecho de que las limitaciones deben ser necesarias para lograr intereses
públicos imperativos que, por su importancia en casos concretos, preponderen
claramente sobre la necesidad social del pleno goce de la libertad de expresión
protegida por el Art. 13” ( lo subrayado nos pertenece).- “ La protección de los
derechos de los demás, como objetivo que justifica limitar la libertad de expresión: Por
otra parte la jurisprudencia interamericana ha sido clara en precisar que en los casos
en que se impongan limitaciones a la libertad de expresión para la protección de los
derechos ajenos, es necesario que estos derechos se encuentren claramente
lesionados o amenazados, lo cual compete demostrar a la autoridad que impone la
limitación. Si no hay una lesión clara a un derecho ajeno, las responsabilidades
ulteriores resultan innecesarias”.

Con ello, nos preguntamos ¿no estuvo realmente amenazada y hasta lesionada la
seguridad ciudadana el día 30 de septiembre del 2010, mientras la fuerza pública no se
encontraba en las calles para proteger a los ciudadanos de la de la delincuencia que
hacía de las suyas?; se encuentra por tanto, solo con este hecho, justificada la
limitación o restricción al derecho a la información, que con la cadena de radio y
televisión se realizó por horas en ese día y que es objeto de esta acción de protección;
sin tomar en cuenta, que se suspendieron las clases a fin de que los estudiantes se
refugien en sus hogares desde donde la ciudadanía estaba debidamente informada en
forma oficial de los acontecimientos que estaban ocurriendo en los cuarteles policiales
a nivel nacional; siendo claro que durante ese tiempo no se dio la oportunidad de
escoger los medios por los cuales se debía acceder a esa información, justamente para
no alterar más la tranquilidad y paz ciudadanas, y;

h) De los documentos de trabajo entregados a los participantes en el “Diploma de


Postítulo “Derechos Humanos y Juicio Justo”, organizado por el Centro de Derechos
Humanos de la Universidad de Chile, la Universidad Católica del Perú, el Colegio de
las Américas, entre otros, de la Minuta elaborada por el Profesor Claudio Nash Rojas,
sobre “Como enfrentar un caso de Derechos Humanos”; tomaremos los pasos a seguir
para identificar desde el punto de vista de los Derechos Humanos, si el derecho a la
“Libertad de Expresión” ha sido en la especie “afectado o limitado” o “vulnerado o
violado” por los accionados:
En primer lugar, la comunicación e información, dispuestos en el Art. 18.1 de la
Constitución de la República y 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
ha sido identificado como el derecho por el que se ha solicitado la presente acción de
protección;

En segundo lugar, al haber sido identificado el derecho es necesario entrar a examinar


si éste ha sido violado: “Esto nos lleva de inmediato a una discusión trascendental: un
derecho puede estar afectado pero no necesariamente esa afectación va a ser
ilegítima. Es decir, no todo derecho que ha sido afectado será un derecho violado”;
entendiéndose por tanto que esta afectación conlleva una “restricción o limitación” que
pudiera consistir en una declaratoria de estado de emergencia o de excepción; o el
aviso previo, a los medios de comunicación del país, que dado el estado de conmoción
nacional que en esos momentos atravesaba el país, por disposición del señor
Presidente Constitucional de la República, debían enlazarse a una cadena nacional de
radio y televisión cuya matriz era el canal del Estado “Ecuador TV” y que se lo haría a
partir de las 13h00, de aquel día 30 de septiembre del 2010, en base a las
disposiciones constantes en el Art. 59 de la Ley General de Radiodifusión y Televisión
y Arts. 63, 65 y 66 de su Reglamento; por tanto ese aviso previo, dispuesto en la Ley y
su Reglamento constituye ya una afectación legítima al derecho a la libertad de
expresión (derecho a la información) por tanto no constituye una violación a este
derecho, más aún si se consideraba como una medida idónea, necesaria y
proporcionalmente dictada para precautelar otros derechos de igual jerarquía e
importancia como el derecho al orden público, a la democracia, a la seguridad
ciudadana, entre otros.

En tercer lugar, para resolver si la afectación de un derecho es o no legítima, se deberá


determinar el alcance y contenido del derecho a la libertad de expresión con respecto a
las obligaciones contraídas internacionalmente por el Ecuador; esas obligaciones son
las de “respeto” a los derechos y libertades reconocidos en la Convención Americana
de Derechos Humanos y “garantizar” a toda persona su libre goce y ejercicio, conforme
a lo dispuesto en el Art. 1 de la Convención; obligaciones a las que se comprometió el
Estado ecuatoriano mediante la suscripción y ratificación de la CADH, están
incorporadas en la Constitución de la República y el ordenamiento jurídico interno, que
no requieren más análisis que el dado up supra; pese a ello, esto es a las obligaciones
de respeto y garantía, este derecho a la libertad de expresión (libertad de información),
puede ser objeto de restricciones o suspensiones legítimas, como el caso de estado de
excepción, que también deberá cumplir con varios requisitos establecidos en la
Convención y la Constitución como el de legalidad, temporalidad, territorialidad,
proporcionalidad, entre otros aspectos.

Finalmente, dice el Profesor Nash, es necesario establecer si la limitación que se aplicó


es o no legítima, porque lo contrario constituiría una violación con la ulterior obligación
de reparar el daño causado, por lo que es menester hacer y responder las siguientes
preguntas: ¿Hay una ley que permita la limitación del derecho?; la libertad de
pensamiento y expresión o información, es un derecho que admite limitación tanto en la
CADH, en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, como en la Constitución de la
República?; puede limitarse a través de declaratoria del estado de emergencia o
excepción?; sin embargo de ello, el decreto 488 dictado el 30 de septiembre del 2010,
por el señor Presidente Constitucional de la República, no consideró necesario limitar
este derecho ni ninguno otro, por lo que no enunció en forma expresa su restricción o
suspensión y por ende, menos aún, la manera en que iba a ser limitado;
consecuentemente queda una vez más aclarado que no ha sido violado, más aún si en
la propia Ley General de Radiodifusión y Televisión y su Reglamento se permite
disponer a los medios de comunicación, por parte Presidente Constitucional de la
República, una cadena de radio y televisión sin límite de tiempo ni plazos para su
enlace, si se encuentra el país en estado de emergencia, o si no está, se notifique la
disposición con veinte y cuatro horas de antelación, este tiempo de 24 horas, está
dispuesto en el Reglamento a la Ley, que si bien es cierto no se cumplió en cuanto a
este plazo, no es menos cierto que esta disposición reglamentaria, podía ser superada,
como efecto se hizo, dada la situación potencialmente de las condiciones para el
funcionamiento de las instituciones democráticas y del orden público, en la que ese día
30 de septiembre del 2010, desde primeras horas de la mañana vivía el país, y que son
de conocimiento público, entendiéndose, que no se realizó censura previa a los medios
de comunicación, sino que se les dispuso enlazarse a una cadena de radio y televisión
indefinida, que finalmente duró aproximadamente de seis a siete horas, para transmitir
la información oficial que se estaba generando desde un canal de televisión de
propiedad del Estado ecuatoriano, controlándose así que no se genere un caos en la
información, que pudo haber tenido como consecuencia la vulneración del orden
público y sobre todo de la democracia, cuyo respeto y consolidación ha tenido que
esperar por varios años hasta conseguir un Estado constitucional de derechos y
justicia en el que prime el respeto y garantía de los derechos humanos.

La siguiente pregunta consiste en establecer: ¿si el objetivo invocado que permita la


limitación, es uno de los que se podía invocar para restringir este derecho?; pudiendo
colegirse de lo ya enunciado que a la luz de la Convención Americana de Derechos
Humanos y de la Constitución de la República, se pueden “suspender” las obligaciones
de respeto y garantía a la que se comprometió el Ecuador, solamente en “(…)casos de
guerra, de peligro público o de otra emergencia que amenace la independencia o
seguridad del Estado parte” (Art. 27 CADH); “(…) en caso de agresión, conflicto
armado internacional o interno, grave conmoción interna, calamidad pública o desastre
natural”; si bien estos motivos están expuestos para el caso de la declaratoria de
estado de emergencia o de excepción como estipula nuestra Constitución de la
República, esto es en casos extremos en los que se haga necesario ordenar una
cadena de radio y televisión indefinida; sin embargo de ello, considerando que el
objetivo era alcanzar el orden público, la seguridad ciudadana y la democracia, que se
encontraban en riesgo por la “grave conmoción interna” que vivía el país y que es de
conocimiento público, el Presidente Constitucional de la República, en pleno ejercicio
de sus facultades constitucionales y legales, dispuso, no la suspensión del derecho a la
libertad de expresión e información, sino que los medios se enlacen con el canal de
televisión del Estado, a una cadena de radio y televisión, que si bien es cierto tenía el
carácter de indefinida, duró pocas horas, luego de las cuales los medios de
comunicación pudieron, y hasta la fecha lo hacen, pese a continuar vigente el estado
de excepción en la provincia de Pichincha, pasar información sin cesura previa y hacer
conocer a la ciudadanía la “verdad de los hechos ocurridos el 30 de septiembre del
2010”, según lo que indican los accionantes; porque incluso con la cadena nacional de
radio y televisión se les había impedido, a ellos como Asambleístas y a la ciudadanía
en general, a conocer la verdad por otros medios de información y no solamente como
única verdad la difundida por el gobierno a través de su canal de televisión Ecuador TV
y la cadena impuesta durante varias horas de aquel día, en que se puso en peligro el
orden público, entre otros derechos y principios; por lo que nos preguntamos si
axiológicamente la verdad es una sola o existen varias verdades?, la respuesta la
tenemos cada uno de los ecuatorianos después de haber sido informados, no
solamente ese día, sino hasta la presente fecha, por todos los medios de comunicación
de lo que a su juicio y entender sucedió aquel día.

Como tercera interrogante está ¿si la restricción era necesaria en una sociedad
democrática?; al hablar de “necesaria”, se debe entender que la propia Convención en
varios de sus artículos así como en el preámbulo menciona a las “instituciones
democráticas”; por tanto consideramos que efectivamente esta medida, de disponer la
cadena de radio y televisión era necesaria no solamente para proteger la
institucionalidad democrática, o la democracia participativa o democracia sustancial, de
la que ya habíamos mencionado, sino para todo el contexto que significa la protección
y garantía de los derechos fundamentales, que sin democracia se verían seriamente
vulnerados, consideramos entonces, que si uno de los objetivos de la Convención, es
la protección y respeto de las instituciones democráticas, esta medida ordenada por el
Gobierno Nacional, era necesaria y duró también lo estrictamente “necesario”, esto es,
mientras la Policía Nacional, persistía en su amotinamiento y el señor Presidente
Constitucional de la República, Eco. Rafael Correa Delgado, volvió al Palacio de
Carondelet; tal es así, que luego de éstas horas, los medios de comunicación volvieron
a transmitir sus noticieros e informaron a la ciudadanía sin ningún tipo de restricción ni
censura previa, pese como ya se dijo, persistir hasta la presente fecha el estado de
excepción en la provincia de Pichincha, pudiendo la ciudadanía enterarse libremente,
formando sus propias convicciones, de los acontecimientos y opiniones vertidas
durante y después del 30 de septiembre del 2010.
Continuando con este test, la siguiente interrogante consiste en que si ¿la restricción
era conducente para conseguir el objetivo invocado?, esta pregunta se refiere
básicamente a la idoneidad de la medida adoptada, que en este caso es la cadena
nacional de radio y televisión, tantas veces invocada, debemos analizar si
efectivamente cumplió con la finalidad que buscaba, esto es mantener el orden público
y el respeto a las instituciones democráticas, así como a la seguridad nacional y
ciudadana; siendo la respuesta tan clara que no necesita mayor análisis, por lo que
podemos decir que la Fuerza Pública se encuentra cumpliendo con las funciones y
deberes otorgados por la Constitución de la República, el orden público se ha
precautelado y mantenido en todo el país, y sobre todo continuamos gozando todas y
todos los ecuatorianos de un régimen democrático y de respeto a los derechos
humanos.

Finalmente, y para concluir con el razonamiento, se debe analizar si esta medida o


restricción que se dio el 30 de septiembre del 2010, a la libertad de expresión ¿era
proporcional?; al efecto y como hemos visto la medida adoptada ha atravesado por un
test que contiene varios interrogantes que han sido respondidos, pues no solamente se
requiere que ésta sea necesaria e idónea, sino también proporcional a los
acontecimientos que en ese momento se estaban suscitando; al respecto, el libro que
contiene el “Marco Jurídico Interamericano sobre el Derecho a la Libertad de
Expresión” en el párrafo 88 dice: “(…) Para determinar la estricta proporcionalidad de la
medida de limitación, ha de determinarse si el sacrificio de la libertad de expresión que
ella conlleva resulta exagerado o desmedido frente a las ventajas que mediante ella se
obtienen; 89.- Según la Corte Interamericana, para establecer la proporcionalidad de
una restricción cuando se limita la libertad de expresión con el objeto de preservar otros
derechos se deben evaluar tres factores: (i) el grado de afectación del derecho
contrario-grave, intermedia moderada; (ii) La importancia de satisfacer el derecho
contrario; y, (iii) Si la satisfacción del derecho contrario justifica la restricción de la
libertad de expresión.”.
Es conocido, que la manera de resolver los conflictos entre normas se resuelve por el
sistema de antinomias, pero para resolver conflictos entre principios existe la
“ponderación”, o como se habla también de razonabilidad o proporcionalidad; en la
ponderación normalmente existen intereses en pugna o bienes en conflicto; como dice
Luis Prieto Sanchís, en su libro Justicia Constitucional y Derechos Humanos, Editorial
Trotta, Madrid, 2003, pág. 190 “La ponderación intenta ser un método para la
fundamentación de ese enunciado de preferencia referido al caso concreto; un auxilio
para resolver conflictos entre principios del mismo valor y jerarquía, cuya regla
constitutiva puede formularse así: <<cuando mayor sea el grado de la no satisfacción
de un principio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la satisfacción del otro (…)
no se trata de establecer jerarquías de derechos ni prevalencias a priori, sino de
conjugar desde la situación jurídica creada, ambos derechos o libertades, ponderando,
pensando cada uno de ellos, en su eficacia recíproca>>”.

Para esto es necesario iniciar diciendo que la Constitución de la República no


establece jerarquías en cuanto a los derechos, pues todos son del mismo nivel y son
exigibles a través de los mecanismos conocidos como garantías jurisdiccionales, sin
embargo de ello, la proporcionalidad implica establecer un orden de preferencia en un
caso concreto, pues no siempre se tendrá el mismo resultado, pero sí se debe tender a
armonizar los principios en conflicto, considerando que lo que el Juez pondera no es
una ley ni un acto o conducta, sino principios constitucionales, ya que este ejercicio es
netamente jurisdiccional; en este caso los principios en conflicto son el de libertad de
expresión e información con el orden público, la paz social y la democracia.

En este punto para establecer la proporcionalidad, que es el cuestionamiento final del


test, debemos establecer costos y beneficios, pero no en el sentido económico sino al
grado de lesión del derecho y la satisfacción de bienes y servicios del otro; en el primer
caso, “el grado de afectación del derecho contrario”, esto es el orden público, la
seguridad ciudadana y la democracia, se encontraban “gravemente” afectados con la
insubordinación de miembros de la Policía Nacional, y muy pocas células de las
Fuerzas Armadas, a nivel nacional, siendo evidente que la Policía Nacional no se
encontraba cumpliendo sus funciones constitucionales de brindar seguridad como
fuerza pública, situación de caos que aprovechó la delincuencia para cometer delitos
contra la propiedad, y que son de dominio público, pues los ciudadanos que alteraron el
orden social, así como los delincuentes por otro lado estaban bien informados a través
de los medios de comunicación y a su elección de lo que acontecía; por ello era
“importante satisfacer” éstos derechos de los ecuatorianos, impidiendo por unas horas
y con la cadena de radio y televisión, que se pudiera mal informar con noticias de
carácter especulativo, que a lo mejor no hubieran sido confirmadas, acrecentando el
conflicto y caos que en ese momento vivía el país, es por ello, que “la satisfacción de
éstos derechos (orden público, seguridad ciudadana, paz social y democracia) se
justificaron con la restricción o afectación legítima del derecho a la libertad de
información, a través de la cadena de radio y televisión, objeto de esta acción
jurisdiccional.

Dado el contexto de lo analizado y valorado, consideramos que no es de


trascendencia el considerar la hora en la que se emitió la orden por parte de la
Secretaría de Comunicación a los medios, para que se enlacen a esta cadena, si ésta
fue, una, o dos horas antes de que se decrete el estado de excepción, si finalmente se
dispuso a una hora y se cumplió minutos más tarde de la firma del Decreto Ejecutivo
No. 488 de 30 de septiembre del 2010, conforme a la prueba presentada por el señor
Eco. Rafael Correa Delgado en su calidad de Presidente Constitucional de la
República, en la audiencia y que fuera evidenciada por los presentes.

5.- RESOLUCIÓN

Por todo lo expuesto, y al haber aplicado el test para determinar la limitación,


considerada desde el punto de vista de la afectación o restricción legítima, los
documentos incorporados como prueba, las exposiciones de los accionantes y
accionados, y el principio de ponderación de derechos en base a la proporcionalidad,
ADMINISTRANDO JUSTICIA, EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL
ECUADOR, Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCION Y LAS LEYES DE LA
REPÚBLICA, el Tercer Tribunal de Garantías Penales de Pichincha, rechaza la
acción de protección interpuesta por los señores Asambleístas: César Montufar,
Fausto Cobo, Andrés Páez, Fernando Aguirre y Leonardo Viteri, por cuanto esta orden
para que se dé una cadena nacional de radio y televisión, si bien afectó el derecho a la
libertad de expresión e información como ampliamente se ha explicado, era plena,
necesaria y legítima, la que se da solamente en un sistema democrático, justamente
para garantizar la vigencia tanto de ese principio como el del orden público y seguridad
ciudadana, siendo indispensable para que el país conozca de manera oficial lo que
estaba ocurriendo en esos momentos, justamente para que no se distorsionen los
hechos y se conozca varias “verdades” como medios de comunicación existen, dada la
situación caótica por la que atravesaba el país así como la información acerca de esos
hechos; esta cadena de radio y televisión, pretendía, a entender de la orden dada y la
respuesta entregada a este Tribunal por parte del señor Presidente Constitucional de la
República, controlar el orden público y velar por la seguridad ciudadana así como
mantener la democracia, lo que finalmente, al pasar de las horas se pudo controlar,
recuperando la tranquilidad ciudadana y la paz social, así como el afianzamiento de la
democracia y con ella la vigencia plena de la Constitución de la República, que es de
interés de todas y todos los ecuatorianos.- Se deja constancia que al no haberse
declarado violado el derecho a la libertad de expresión e información, no se puede
establecer responsabilidades ni reparaciones de ninguna índole, así como tampoco
observar al Gobierno del Ecuador, que actué con apego a la Constitución para el caso
de estados de excepción, más aún cuando el Decreto Ejecutivo No. 488 de 30 de
septiembre del 2010, no fue objeto de esta acción jurisdiccional, siendo dictaminada su
constitucionalidad por la Corte Constitucional para el período de transición.-
Ejecutoriada esta resolución se remitirá copias certificadas a la Corte Constitucional, de
conformidad a lo establecido en el Art. 86 numeral 5 de la Constitución de la
República.- Notifíquese y hágase saber.-

Dra. Gladys Terán Sierra


PRESIDENTA

Dr. Julio César Obando Guzmán Dr. Carlos Mosquera Pazmiño


JUEZ JUEZ SUPLENTE

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