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MINUTA VÁSQUEZ CON CUETO

Rol ICA: 885-2016

Tercera Sala / 1° en Tabla

Con la venia de S.S. Ilustrísima, comparece Branco Aravena Cuevas, postulante


habilitado de la Corporación de Asistencia Judicial de Valparaíso, sección Familia, por la
parte recurrida, solicitando desde ya que se confirme la sentencia de primera instancia,
dictada con fecha 11 de octubre de 2016, en virtud de las razones que a continuación
desarrollaré:

Anticipo, por lo pronto, que este alegato tratará 3 puntos que estimo esenciales, que
son básicamente los siguientes:

a) Errores salvables que escapan a la apelación deducida;


b) Controversia suscitada a propósito de la prueba y la labor del Juez; y
c) La intrascendencia de la excepción de alimentos no cumplidos o cláusula de
dureza en virtud del pago realizado por mi representado.

a) ERRORES SALVABLES QUE ESCAPAN A LA APELACIÓN DEDUCIDA.

La primera parte de la apelación de autos se funda en que la sentencia contendría


ciertos errores que convierte a esta resolución en una “pieza jurídica insalvablemente nula
y espuria”.

El hecho de que el Tribunal de primera instancia haya errado en ciertos nombres o


posibles transcripciones no altera en nada lo resuelto, según se argumentará más adelante.
En este sentido, calificar ciertas imprecisiones como “falsedades jurisdiccionales” es una
estrategia meramente retórica que sólo debe ser considerada como tal.

Todas estas imprecisiones que la contraparte denuncia son fácilmente salvables por
medio de una solicitud de aclaración, rectificación o enmienda, sin necesidad de utilizar el
recurso de apelación como un mecanismo orientado a corregir la redacción de una
sentencia.

b) CONTROVERSIA SUSCITADA A PROPÓSITO DE LA PRUEBA Y LA LABOR DEL JUEZ

A este respecto, hay dos puntos centrales en la apelación deducida:

i. Lo relativo a la carga probatoria que recaería sobre el Juez de Familia; y


ii. Que el Juez haya estado en conocimiento de ciertos hechos públicos y
notorios, tal como lo sostiene la contraria.

Ambas ideas coinciden en lo mismo: la causa de cumplimiento Z-104-2016, del


Juzgado de Familia de Casablanca.

La contraparte expone que la magistrado del Tribunal a quo, Astrid Veninga


Fergadiott, intervino en distintas actuaciones realizadas en la causa de cumplimiento
referida, y que, por lo mismo, “se auto-generó en su convicción personal un hecho procesal de
pública notoriedad que debió conducirla derechamente a convicciones jurisdiccionales”.

A mayor abundamiento, agrega, en relación a la cláusula de dureza, que la


verificación de una posible deuda de alimentos “pesa y constituye una carga procesal
probatoria del propio juez de Familia”, conectándolo con el artículo 29 de la ley de Tribunales
de Familia, en cuanto a que el juez de oficio podrá ordenar que se acompañen ciertos
medios de prueba.

El argumento de la contraparte merece las siguientes críticas:

i. En primer lugar, la contraparte busca hacer pasar una deuda de alimentos


como un hecho público y notorio, siendo que no lo es. La estrategia es clara:
excluirla de prueba para salvar sus propias deficiencias probatorias.
ii. En segundo lugar, la contraparte intenta interpretar el artículo 55 de la ley
de matrimonio civil arbitrariamente, buscando –sin tapujo alguno–
desplazar su propia carga de la prueba al Tribunal a efectos de que se
acredite la deuda alimenticia. Esto no es aceptable, ya que razonar de este
modo llevaría al Tribunal a abandonar su posición de imparcialidad y, en
consecuencia, tener que hacer todo el trabajo probatorio de aquel litigante
que alega tal o cual excepción,

c) EL RECHAZO DE LA CLÁUSULA DE DUREZA EN VIRTUD DEL PAGO REALIZADO POR MI


REPRESENTADO.

La Excelentísima Corte Suprema es clarísima en dos fallos, correspondientes a las


causas 6755-2012, y 719-2013, en que se refiere lo siguiente respecto de la cláusula de
dureza:

“La finalidad de esta disposición al establecer la posibilidad de que la acción de


divorcio sea rechazada debido a la contumacia del cónyuge demandante al cumplimiento
de sus obligaciones alimenticias, es la de hacer efectivos en la materia los principios
transversales a toda la legislación de Familia, como el de protección al cónyuge más débil
y el del interés superior de los hijos, castigando la infracción del deber de socorro”. (6755-
2012, C. QUINTO).

“Que la excepción de incumplimiento reiterado en el pago de pensiones


alimenticias, resulta ser una alteración a la regla general prevista por el legislador, esto es,
que el matrimonio termina por el divorcio, por lo que su aplicación debe ser restrictiva.
Reafirma lo anterior el carácter de la institución en estudio, pues constituye una sanción
civil, instituida en resguardo al derecho de alimentos, respecto del cónyuge que de manera
contumaz no cumple sus obligaciones alimentarias”. (719-2013, C. SEXTO).

Dos ideas clave: la cláusula de dureza es una sanción civil, por un lado, pero por
otro, debe ser aplicada de forma restrictiva.

Consta en la sentencia de primera instancia que mi representado acompañó como


prueba dos comprobantes de depósito, de fecha 13 y 16 de junio de 2016, en cuenta Banco
Estado N° 255 632 572 05, uno por la suma de $1.010.000 y otro por la suma de $2.000.000.

De lo anterior se puede concluir que el crédito alimenticio ha sido enteramente


satisfecho en favor de la contraparte, de modo tal que ha desaparecido cualquier posible
incumplimiento. Y si esto es así, entonces la cláusula de dureza ya no tiene razón de ser
acogida, pues ha quedado claro que su propósito último es defender el derecho de
alimentos entre familiares.

Lamentablemente, la contraparte ha tomado la norma en comento de forma literal,


sin mayor reflexión respecto de ella. Esta parte, en cambio, en consonancia con la
Excelentísima Corte Suprema, entiende que la cláusula de dureza debe ser acogida en la
medida que la contumacia del cónyuge demandante en cuanto a no pagar los alimentos
persista; a contrario sensu, si se pagaron los alimentos, no hay razón alguna que justifique
la excepción de alimentos no cumplidos, por lo que debe ser rechazada.

En este sentido, el fallo impugnado es –a todas luces– plenamente acertado y


ajustado a derecho.

ES POR TODO LO EXPUESTO que solicito a S.S. Ilustrísima se sirva tener a bien
rechazar la apelación deducida por la contraparte y, en definitiva, confirmar en todas y
cada una de sus partes la sentencia dictada con fecha 11 de octubre de 2016, por el Juzgado
de Familia de Casablanca, que hace lugar a la demanda de divorcio unilateral impetrada
por mi representado.

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