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COMPILADORES:

Iván Fernando Mejía Correa


ORCID: 0000-0003-2005-6370
Docente de la Facultad de Teología.

Hernán Antonio Arciniegas Vega


ORCID: 0000-0001-9493-4151
Docente de la Facultad de Educación.

DOCUMENTO DE TRABAJO

LA PRIMACÍA DEL AMOR


PAUL J. WADELL, C.P.

COLECCIÓN DE TEOLOGÍA
TOMISMO
No. 4

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS


FACULTAD DE TEOLOGÍA
2017
LA PRIMACÍA DEL AMOR

Paul J. Wadell, CP.

ÍNDICE

Prólogo 7
Introducción 29
Capítulo I. El encuentro con un hombre que tiene un plan
38
sobre nosotros
Capítulo II. Por qué hacemos, en definitiva, las cosas: una
72
mirada al comportamiento humano
Capítulo III. La felicidad: lo que todo el mundo quiere 84
Capítulo IV. La caridad: la virtud de la amistad con Dios 123
Capítulo V. Las pasiones y los afectos en la vida moral:
147
explorando la primacía del amor
Capítulo VI. Las pasiones y los afectos en la vida moral:
168
cómo encontrar la fuerza para continuar
Capítulo VII. Las virtudes: acciones que nos guían hacia la
189
plenitud de la vida
Capítulo VIII. Las virtudes: encontramos nuestra
217
perfección en un don
Capítulo IX. Cómo entender a un Dios de amor.
Conclusiones acerca de la visión del Aquinate sobre la vida 242
moral
Índice 253
1

RESUMEN:

Este texto aborda a la caridad-amistad como eje transversal de la ética tomista. El autor
parte del reconocimiento de la condición humana como limitada y carente, pero también,
abierta y en constante enriquecimiento. De esta forma, considera al ser humano como
alguien que posee numerosas facultades para desarrollarse en su permanente búsqueda de la
felicidad. Por lo que identifica los afectos o deseos como el motor de sentido en las
acciones. Sin embargo, el ser humano, al ser de condición abierta, se enfrenta a dos
posibilidades: i) una construcción o desarrollo integral de su ser en sus más altas
aspiraciones a través de la virtud, o ii) un deterioro personal en detrimento de su dignidad
por los vicios. El punto central se halla en la búsqueda de la felicidad, como el bien más
noble, y los esfuerzos dirigidos a su adquisición… posible sólo por la caridad-amistad. Así,
la presenta como una ética de la magnanimidad.

PALABRAS CLAVE:

Tomismo, Ética, Amistad, Virtud, Felicidad, Dios.

FICHA TÉCNICA
Título: La primacía del amor. Una introducción a la ética de Tomás de Aquino.
Título original: The primacy of love. An introduction to the Ethics of Thomas Aquinas.
Autor: Paul J. Wadell, C.P.
Traducción: Sara Leach.
Editorial: Ediciones Palabra.
Año: 2007 (segunda edición).
Ciudad: Madrid.
Primera edición: 2002

Citación APA:
Wadell, P. (2007). La primacía del amor. Una introducción a la ética de Tomás de Aquino
(Segunda ed.). (S. Leach, Trad.) Madrid: Ediciones Palabra.

Citación CHICAGO:
Wadell, Paul. La primacía del amor. Una introducción a la ética de Tomás de Aquino.
Segunda. Traducido por Sara Leach. Madrid: Ediciones Palabra, 2007.
2

NOTAS PRELIMINARES ACLARATORIAS


REALIZADAS POR LOS BIBLIOGRAFÍSTAS Y COMPILADORES
IVAN FERNANDO MEJIA CORREA Y
HERNÁN ANTONIO ARCINIEGAS VEGA

RUTA DE LECTURA

Dentro del campo de la Teología y las Ciencias Religiosas, la presente propuesta tiene
como objetivo la formulación de aportes al estado del Arte, en cuanto a este campo se
refiere. Asimismo, la creación de estrategias bibliografísticas que permitan un fácil
abordaje a estas ciencias humanas, desde una perspectiva tanto academicista como de
interés general, por parte de religiosos, religiosas y laicos atraídos por estos contenidos
temáticos.

A continuación, encontrarán varias indicaciones que servirán para realizar un trabajo de


lectura más comprensivo, objetivo, y que facilitarán el acceso a cada una de las temáticas
expuestas, con el fin de abordar, de una mejor manera, cada fuente bibliográfica trabajada.

1. Este texto no es propiamente un resumen, sino un documento de trabajo gris, a


manera de ficha textual, donde se exponen y difunden las ideas del autor del libro.
2. Las ideas escritas son propias del autor del libro y por ello, se cita el número de la
página correspondiente de donde fueron tomadas y están expuestas.
3. Los conceptos son extractados de su original tal y como son presentados y
encontrados en los textos, lo que indica que no hay ningún tipo de adiciones
particulares.
4. Se trata de una extracción de ideas nucleares sugestivas o frases acuñadas, las cuales
ostentan por sí un campo semántico propio y que por sí mismas, tienen vida y
pueden considerárseles ejes significativos para sustentar, ampliar y profundizar cada
una de las temáticas allí expuestas.
5. El método está apoyado en la teoría lingüístico-semiótica de “la Frase acuñada”,
propuesta por la Dra. Sonia Mireya Tapias., Ph.D. La teoría de “la Oración
temática” en la estructura Semántico Sintáctica, del Dr. Nicolás Polo, M.A., y “la
Frase, núcleo generador significativo de discurso y texto”, del Dr. Fabio Valencia,
Ph.D., quienes hacen énfasis en la oración temática como unidad semántica
completa.
6. Hemos querido aplicar la metodología en cuanto a didácticas para lecturas y
escrituras: “Cuando leo, me leo”.
7. Hay una triple finalidad en este trabajo bibliografístico:
a) Dar a conocer los autores y sus obras, y de ésta manera exhortar a su
lectura.
b) Servir como herramienta facilitadora, al momento de iluminar el estado
del arte, desde la referenciación bibliográfica y bibliografística en lo
referente a investigaciones, ensayos y crítica literaria especializada que estén
3

enfocados a solventar un interrogante a una problemática específica, en este


campo de la teología y la filosofía.
c) Ser fuente de consulta para los interesados como para los estudiosos de las
ciencias religiosas y filosóficas.

8. El modelo de presentar cada texto es de la siguiente manera:

a) Ficha técnica del Libro


b) Presentación
c) Capítulos
c) Índice del libro.

Querido lector: En ningún instante pierda de vista que este trabajo bibliografístico es,
ante todo, una herramienta facilitadora de procesos que coadyuven a dar luz al estado
del arte, desde una reflexión continua y un diálogo continuado con las fuentes
originales, más no una cantera para que promueva el plagio y la ociosidad.

Agradecemos que esta recopilación bibliografística sea una constante fuente de consulta
y que represente el comienzo de trabajos bibliografísticos futuros.

Fr. Iván Fernando Mejía Correa, O.P.


Fr. Hernán Antonio Arciniegas Vega, O.P.
(Bibliografistas compiladores).
4

LA PRIMACIA DEL AMOR: UNA INTRODUCCION A LA ÉTICA DE TOMÁS


DE AQUINO

PRÓLOGO
 “«Tiene el corazón sus razones, que la razón desconoce», dijo Pascal1 como
expresión de una genial sabiduría sobre el hombre en un tiempo en el que dominaba
el racionalismo más marcado”. Pág. 7
 “Con estas palabras denunciaba una carencia contenida en tal pensamiento y cuyo
olvido podía ser perjudicial para el hombre”. Pág. 7
 “El perjuicio que preveía es más sutil: se trata de ignorar «las razones del corazón»
de forma que todo ese ámbito de experiencia del hombre quede relegado a lo
irracional”. Pág. 7
 “Quedaba establecido entonces un dualismo consecuente a este planteamiento que
tiene como personajes, por una parte, a una fría razón que quiere considerar todo
«objetivamente» a modo de juez y un amor irracional que no quiere verse encerrado
en esos juicios, sino vivir su propia espontaneidad sin barreras”. Pág. 7
 “La oposición entre ambos ha marcado el pensamiento de nuestra cultura occidental
y todavía no se ha superado”. Pág. 7
 “Si filosóficamente se ha querido responder a los desafíos inherentes al
racionalismo con desarrollo máximo de la teoría del conocimiento, paralelamente
no se ha producido un estudio semejante de lo que podría denominarse una «teoría
del amor»”. Pág. 8
 “Uno de los campos en los que esta carencia generalizada se hace más dramática es
precisamente el de la moral”. Pág. 8

Santo Tomás, el «teólogo del amor»


 “Normalmente se le relaciona con las pruebas de la existencia de Dios o, todo lo
más, con una moral deductivista fundada en un orden natural en relación con el fin
último de la creación”. Pág.10
 “En cambio leer su obra cumbre -la Suma de Teología- con ojos nuevos nos causará
una impresión profundamente distinta”. Pág. 10
 “En ella, el amor es un hilo conductor a lo largo de toda su composición, lo que le
ha valido al Aquinate con razón la denominación de ser un auténtico «teólogo del
amor»2”. Pág. 10
 “Al parecer, la razón de fondo para escribirla y construirla con una nueva
perspectiva fue su deseo de superación de una moral excesivamente normativista
que era la que recibían en sus estudios los novicios dominicos”. Págs. 10-11

1
B. Pascal, Pensamientos, a. IV, Ed. Fama, Barcelona 1953, p. 106
2
Cfr. H.M. Christmann, Thomas von Aquin als Theologe der Liebe, F.H. Kerle Verlag, Heidelberg 1958, 9
5

 “Por este hecho, como testigo privilegiado de una tradición de moral que busca
renovar su exposición desde las fuentes más originales de la revelación, Santo
Tomás tiene un valor singular en este empeño”. Pág. 11
 “Bajo su enseñanza se dieron los primeros intentos sistemáticos de pensar una moral
bajo el prisma de la primacía del amor que tuvieron lugar a mediados del siglo XX”.
Pág. 11
 “Es aquí donde podemos presentar el origen de esta obra La primacía del amor y de
la labor de su autor: Paul-J. Wadell, pasionista”. Pág. 12
 “Ha sabido recoger lo más preciado de la renovación de los estudios morales en el
último cuarto del s. XX como una nueva perspectiva para afrontar la difícil tarea de
releer a Santo Tomás para descubrir en él una invitación apremiante a recorrer
juntos el camino de la moral como un aprendizaje en el amor”. Pág. 12

Las claves de una perspectiva

 “Es necesario señalar las corrientes de pensamiento de la que se nutre Wadell para
interpretar a Santo Tomás. No van a ser elementos ajenos a un auténtico tomismo en
la medida en que también tienen una afinidad con la enseñanza del Angélico”. Pág.
12
 “Su labor ha sido la de saber mostrar en una conjunción original distintos modos de
acercarse a la doctrina moral del Aquinate que le ha permitido dar una visión nueva,
profunda y que abre profundos horizontes para la construcción de la moral”. Pág. 12

a) La moral narrativa
 “La primera de las fuentes en las que bebe Wadell es lo que se denomina la escuela
narrativa, se trata de un modo de ver la teología moral, no como el juicio de
observador imparcial sobre actos concretos exteriores, sino como el modo que tiene
una persona de construir su propia vida como una historia”. Pág. 13
 “De esta manera, la moral vuelve a tener la perspectiva de la búsqueda de una
plenitud, esto es, vuelve a tomar la forma de una moral de perfección”. Pág. 13.
 “Este modo de presentar la moral en la actualidad ha nacido como una reacción a la
extensión de una ética de situación que, por plantear la cuestión moral desde una
serie de decisiones separadas y fragmentadas, producía una angustia creciente ante
la propia vida”. Pág. 13
 “Esta postura ha mostrado hasta el final lo inhumano de su fundamento, pues
conduce a las personas a un inevitable individualismo y soledad”. Pág. 13
 “La corriente narrativa, en cambio, sabe retornar a las fuentes primeras de la moral
en la que el papel de la literatura es fundamental en cuanto muestra las distintas
decisiones como un modo de construir la propia historia”. Pág. 13
 “En ella se evidencia en la necesidad que tiene el hombre de un conjunto de
relaciones personales y un entorno social significativo para la comprensión de su
propia vida como una historia”. Pág. 13
6

 “Entre los distintos modos de plantear esta ética narrativa, el que más ha influido en
nuestro autor es el del pastor metodista Stanley Hauerwas, que es profesor en la
Universidad de Notre Dame en Indiana, en donde Wadell fue estudiante”. Págs. 13-
14
 “En su obra fundamental, A. Communyty of Character3, Hauerwas entiende la moral
como la construcción de la persona por medio de sus acciones en una comunidad de
referencia que le sirve de cauce para descubrir los fines morales a perseguir”. Pág.
14
 “De este modo quiere definir lo que significa el carácter moral, concepto que toma
de Santo Tomás de Aquino en relación a su doctrina de la virtud”. Pág. 14
 “La novedad que apunte con ello es que no interpreta la virtud moral de un modo
legalista, como si fuera una ayuda a cumplir mejor la ley, sino que el fin que
persigue es la percepción de la persona”. Pág. 14
 “Con esta perspectiva, el tema de la libertad aparece mucho más centrado pues se
recupera su finalidad intrínseca dirigida a la verdad de una vida, y no al mero
cumplimiento de una ley”. Pág. 14
 “Esto lo realiza dentro de una concepción de la ética en la cual la formación del
carácter exige una vida en común, por eso para él la Iglesia cristiana es el lugar
básico para la vida moral porque solo así se asegura el apoyo necesario para el
ánimo moral y el modo concreto de integrarse en la Historia de Salvación que Cristo
ha comenzado en este mundo”. Pág. 14
 “Wadell va a tomar de Hauerwas, sobre todo, la comprensión de la moral como la
construcción del sujeto moral en una vida excelente”. Pág. 14
 “En su sistema incorpora la relación intrínseca entre virtud y formación del carácter
en una perspectiva intrínseca de perfección”. Pág. 14
 “Posiblemente, lo mejor de esta obra es el modo tan humano de presentar la moral
como una superación del legalismo y una vuelta a las experiencias básicas del ser
humano en su desarrollo por medio de sus acciones”. Pág. 15

b) La afectividad
 “El segundo elemento que va a ser fundamental en todo el libro es el valor
excepcional que da a los afectos en la vida moral del hombre”. Pág. 15.
 “La falta de un estudio sobre el papel de la afectividad en la acción del hombre ha
sido una de las grandes carencias de nuestra civilización occidental, herencia de la
fractura entre la razón y el afecto que hemos presentado antes”. Pág. 15
 “En nuestro autor, su interés se debe a su propio estudio que realiza en su trabajo de
investigación sobre los dones del Espíritu Santo en Santo Tomás de Aquino4”. Pág.
15
 “Allí es donde descubre cómo los afectos humanos ocupan una parte importantísima
de la doctrina moral del Aquinate”. Pág. 15

3
Editado en: Notre Dame University Press, Notre Dame, London 1981.
4
Publicado como P.J. Wadell, Friends of God. Virtues and Gifts in Aquinas, Peter Lang, New York 1991.
7

 “La postura de Santo Tomás nunca va a ser la de eliminar los afectos ni el


despreciarlos, sino la de llevarlos a la plenitud de su verdad”. Pág. 15
 “Por esto se puede hablar de una verdadera dinámica afectiva que propone el
Angélico en su división de los afectos y que alcanza su cumbre en la Suma de
Teología”. Pág. 16
 “La dinámica básica de los afectos: amor-deseo-gozo supone una importante
aclaración de la naturaleza del amor como afecto y su relación con la moralidad”.
Pág. 16
 “Dios actúa en nosotros por medio de un afecto especial a modo de un instinto que
está en la base de nuestro actuar para poder alcanzar la acción perfecta”. Pág. 16
 “La novedad principal que plantea Santo Tomás es que sabe relacionar el afecto con
el resto de elementos del actuar del hombre como es la intencionalidad de la acción
y la virtud. Por eso, él no va a separar nunca el afecto de la razón”. Pág. 17
 “Plantea la necesidad de integrar los afectos para que estos se conduzcan a la acción
perfecta”. Pág. 17
 “Los afectos por estos se sitúan al principio y al final de la reflexión sobre la
acción”. Pág. 17
 “La integración plena de los afectos que nacen de un amor primero va a poder
realizarse por medio de un amor específico que nace de un don: se trata de la
caridad”. Pág. 17

c) La amistad
 “La síntesis de los elementos anteriores se sitúa en la amistad porque ésta tiene una
base afectiva y que sólo se desarrolla en una historia de libertad”. Pág. 17
 “Para Wadell, la amistad es la clave de bóveda de todo el edificio de la moral de
Santo Tomás”. Pág. 17
 “Es el modo concreto en el que se aprende la perfección moral, se aprende la virtud
y se construye el sujeto moral”. Pág. 17
 “La amistad es, por una parte, la categoría fundamental que utiliza Aristóteles para
explicar qué significa el crecimiento en el carácter moral”. Pág. 18
 “Por otra parte, la amistad es el concepto exacto que emplea Santo Tomás para
definir la caridad”. Pág. 18
 “Santo Tomás insiste en la reciprocidad como una característica propia de la
amistad con un valor de igualdad ontológica por la cual el amante se transforma en
el amado”. Pág. 19
 “Esta reciprocidad, en el caso de una amistad con Dios, tendrá en sí misma un valor
sobrenatural pues exige una elevación de la persona humana a participar de la vida
divina”. Pág. 19
 “La amistad no se da sin más, sino en torno a determinados ámbitos de convivencia
que van conformando la existencia de los que intervienen en tal amistad”. Pág. 19
 “De este modo, sabe mostrar el surgir de la moral en la vida real y cómo en ella la
persona se va forjando a sí misma en una dinámica de crecimiento moral que está
fundada en Dios y se mantiene por una amistad concreta en este mundo”. Pág. 19
8

La relectura de la Suma de Teología


 “Con estas claves de interpretación podemos presentar el libro en toda su integridad,
se trata de una relectura de la parte moral de la Summa Theologiae, en especial
aquella que se corresponde a la parte de la Moral Fundamental, esto es, la que se
denomina Prima Secundae (I-II)”. Pág. 20
 “No nos presenta sin más unos principios morales como intuiciones sueltas y
sugerentes, nos introduce en la obra cumbre de la moral católica como un camino de
la educación en la moral que el Aquinate quiere recorrer con nosotros”. Pág. 20
 “La imagen del camino va a ser el hilo conductor de toda su exposición y con ella
quiere trasmitirnos la convicción de que la moral no es la transmisión de un sistema
de verdades, sino enseñarnos el modo de «ser mejores»”. Pág. 20.
 “Wadell comienza situándonos frente a Santo Tomás y su obra con una hermosa
introducción a su vida”. Pág. 21
 “Toda ella volcada en una labor de investigación de la verdad y un esfuerzo docente
con un diálogo vital con Dios”. Pág. 21
 “El método de la Summa Theologiae se nos presenta entonces en su dimensión
enorme diálogo teológico que lo sostiene y que se corresponde de modo muy
directo con el carácter intelectual del Angélico, que tiene un gran respeto ante las
objeciones en la medida en que conducían a una mayor profundidad en el
conocimiento de la verdad”. Pág. 21
 “Con este acercamiento al maestro, Wadell nos quiere ofrecer un camino de amistad
con él para que nos sirva de guía por los senderos de la moral, que tan ambiguos nos
parecen en un principio”. Pág. 21
 “El hilo conductor de toda reflexión va hacer el amor, porque el mismo Wadell lo
ha aprendido de Santo Tomás y sabe leerlo en su obra”. Pág. 22
 “Pero se trata de una relectura de modo que el Angélico nos ayude a descubrir el
camino moral, no la intención, no es ofrecernos exactamente su pensamiento, sino
cómo este nos ayuda en nuestra vida”. Pág. 22

Carencias del Planteamiento


 “La riqueza indudable del libro que nos abre incisivamente al horizonte de una
moral verdaderamente teológica y fundada en el amor no nos oculta sus
limitaciones”. Pág. 24.
 “En ese sentido hemos de destacar tres:
- La ausencia de un estudio del acto humano”. Pág. 24
- “La carencia de cualquier alusión a lo original de la racionalidad práctica”.
Pág. 25
- “La falta de un concepto de virtud más sólido”. Pág. 25
 “Tampoco insiste en el papel de la virtud como integración racional de los afectos
en vistas de la plenitud de la acción en cuanto humana. De esta falta se resiente el
modo como explica la conexión entre la prudencia y las distintas virtudes”. Págs.
25-26
9

 “Como se puede comprobar, los límites no empañan los méritos porque el marco
que nos ofrece permite perfectamente que sea completado con los puntos arriba
mencionados”. Pág. 26
 “En esto el autor ha sabido captar el modo de pensamiento de Santo Tomás, que
permanecía siempre abierto a la adquisición de nuevas verdades que completaran o
profundizaran su comprensión de la realidad”. Pág. 26

Un camino abierto y fascinante


 “Por eso no se trata de una obra de estudio sino de una auténtica introducción, tantas
veces necesaria para poder después profundizar el camino que ha quedado
marcado”. Pág. 26
 “Sirve entonces para presentar las implicaciones prácticas de una moral de
perfección que toma en serio el amor como motor primero de la acción humana”.
Pág. 26
 “El libro es un paso en este largo camino de una auténtica renovación moral que, sin
duda, debe estar fundada en una profunda comprensión del amor en el actuar
humano”. Pág. 26
 “Juan José Pérez-Soba. Facultad de Teología de San Dámaso”. Pág. 28
10

INTRODUCCIÓN
 “Este libro tiene como objetivo introducir de nuevo la teología moral del teólogo
católico más minuciosamente estudiado de todos los tiempos”. Pág. 29
 “Durante mucho tiempo he tenido la convicción de que la teología moral de Tomás
de Aquino es el tesoro oculto de la tradición moral católica: oculto, porque no
hemos sabido apreciarlo en su justa medida”. Pág. 29
 “Con demasiada frecuencia se nos presenta la ética del Aquinate como
excesivamente racionalista, tremendamente formal y demasiado académica como
para servirnos hoy en día, lo cual perjudica al Aquinate y constituye una pérdida
para todos nosotros”. Pág. 29
 “El centro de la ética tomista no es la ley natural, sino las virtudes, y entenderemos
mejor las virtudes si no las consideramos como actos de razón, sino más bien como
estrategias de amor por medio de las cuales las personas que aman a Dios se
transforman por la bondad de Dios”. Pág. 29
 “No es una idea fantástica: es la más práctica de todas las teorías sobre moral
porque se centra en el amor, pasión que llena de energía y conforma todo nuestro
comportamiento”. Pág. 29
 “El Aquinate tampoco reconoció una división entre la vida moral y la vida
espiritual, ya que, para él, las dos son una e intentar separarlas era igual a olvidar
que el objetivo primordial de la vida moral es hacer de nuestras vidas un canto a
Dios cuyo amor no tiene fin”. Pág. 30
 “Tomás sabía que la vida moral es la vida cristiana, que crecer en bondad es ser
transfigurado en santidad y que la caridad no es un amor vano, sino la virtud que
transforma nuestra vida en una ofrenda a Dios”. Pág. 30
 “La estrategia de la ética tomista no tiene como objetivo ayudarnos a la hora de
tomar decisiones acertadas o resolver problemas de conciencia”. Pág. 30
 “Su propósito es nuestra total transformación en personas que puedan decir que su
hogar es el Reino de Dios”. Pág. 30
 “Para Tomás, la moralidad depende del deseo, nace de nuestra ansiedad de algo
bueno que nos perfecciona y termina cuando nuestros corazones encuentran la paz”.
Pág. 31
 “Tomás de Aquino, como persona realista, empieza su investigación preguntando
dónde cree la mayoría de las personas que se encuentra la felicidad. Mira el dinero,
el prestigio, el poder y el placer, considerándolos seriamente porque sabe que no
podemos tener una vida buena sin estas cosas”. Pág. 31
 “No nos sorprende que Tomás llegue a la conclusión de que nuestro gozo más
perfecto y duradero está en Dios”. Pág. 32
 “La razón es sencilla: en Dios encontramos una bondad que no se encuentra en el
dinero, el prestigio, el poder o el placer”. Pág. 32
11

 “Tomás ve nuestra felicidad de una manera muy particular: para él consiste en gozar
de una relación de amistad con Dios que no es otra cosa que vivir la caridad, que
debe ser la actividad más totalizadora y constitutiva de nuestra vida”. Pág. 32
 “El Aquinate concibe una ética centrada en el amor, nuestras acciones están
motivadas por el amor porque nacen de nuestro deseo de algo bueno”. Pág. 32
 “El deseo es el amor en funcionamiento y Tomás opina que dirigimos nuestras vidas
hacia lo que creemos mejor para nosotros a través de nuestros actos morales”. Pág.
32
 “La moralidad, por tanto, empieza en el amor, se desarrolla por el deseo y se
completa en el gozo”. Pág. 32
 “La meta de la vida moral es moverse por el amor hacia el bien y en el bien hallar la
alegría”. Pág. 33
 “Tomás nos descubre que la pasión es, en último término, servidora de la virtud
(…)”. Pág. 33
 “Las virtudes son habilidades morales que hacen buenas tanto las acciones como las
personas y, por eso, son actividades transformadoras que nos moldean hasta llegar a
ser personas capaces de encontrar la felicidad en Dios”. Pág. 34
 “Las virtudes formadas sobre la base de la caridad nos llevan a la santidad; con ellas
irradiamos la bondad de Dios”. Pág. 34
 “Mas sólo disfrutaremos de tal intimidad con Dios cuando nos asemejemos lo
bastante a su imagen como para que esta relación sea posible y, hagamos lo que
hagamos, nunca lograremos esa voluntad por nosotros mismos”. Pág. 34
 “Hay una idea de futilidad introducida en el escrito del Aquinate sobre las virtudes,
puesto que las virtudes pueden ser perfectivas, pero no lo suficiente; nos hacen
buenos, pero no lo bastante; nos cambian, pero no lo suficiente para que tengamos
unión con Dios”. Pág. 34
 “En consecuencia, aunque sentimos las posibilidades de la virtud, también
conocemos sus limitaciones”. Pág. 34
 “Por esta razón, el escrito del Aquinate sobre la vida moral no termina con las
virtudes, sino con los dones del Espíritu Santo, ya que en el límite de cada virtud
aparece el don, porque es en cada uno de ellos donde las virtudes encuentran su
plenitud”. Pág. 34
 “Los dones del Espíritu Santo nos recuerdan que Aquino cree que la vida moral
empieza con un don y termina en otro don”. Págs. 34-35
 “Empieza con la gracia del amor divino en nuestros corazones y termina con el
alcance del amor de Dios para completar nuestra virtud con una bondad que no
podemos nunca ofrecer, solo recibir”. Pág. 35
 “He concentrado mi atención casi exclusivamente su tratado moral, la Summa
Theologiae. Tomás escribió sobre la moralidad en otras obras, pero la Summa nos
ofrece la relación más desarrollada y completa de su ética”. Pág. 35
12

I. EL ENCUENTRO CON UN HOMBRE QUE TIENE UN PLAN SOBRE


NOSOTROS
 “Nadie es capaz de encontrarse con Tomás de Aquino sin experimentar un cambio,
ya que leer su obra es prepararse para una transformación, estudiar su teología es
arriesgarse a un cambio de personalidad”. Pág. 37
 “El objetivo de Tomás no es sólo enseñarnos, más bien quiere desafiarnos, y su
esperanza no es únicamente que aprendamos, sino que nos hagamos mejores
personas”. Pág. 37
 “Tomás quiere santificarnos; por eso, empezar el estudio de su visión de la vida
moral es empezar un viaje de conversión”. Pág. 37
 “La teología moral de Tomás nos compromete -igual que cualquier gran teología-
porque su propósito es ayudarnos a ver lo que él entiende que es la posibilidad
suprema de nuestras vidas: nuestra entrega en amistad al Dios que es nuestra
felicidad y nuestro gozo”. Pág. 37
 “La teología moral del Aquinate nos implica en una conversión porque, al seguir su
argumentación, no solo aprendemos, sino que también entramos en una forma de
vida que nos hace mejores”. Pág. 37
 “Leer su obra es abrirse a una vida de gracia y virtud, que lleva a la comunión con
Dios, y escucharle es empezar a comprender por qué la meta de nuestra vida es
decir sí a un Dios que es amor eterno”. Pág. 37
 “Verdaderamente, la teología moral del Aquinate tiene un plan sobre nosotros, su
estrategia es moldearnos en personas que quieren a Dios de todo corazón, porque él
sabe que nuestra alegría es siempre proporcional a nuestro amor”. Págs. 37-38

UNA MIRADA A LA VIDA DE TOMAS DE AQUINO


 “Tomás nació en el Castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, un pequeño pueblo
entre Roma y Nápoles, en el Reino de Sicilia”. Pág. 38
 “Era el hijo menor de una familia perteneciente a la baja nobleza. Su padre,
Landulfo, era conde de Aquino y su madre, Teodora Theatis, era una mujer noble de
Nápoles de descendencia normanda5”. Pág. 38
 “No conocemos la fecha exacta del nacimiento de Tomás, que podría ser entre el 8
de marzo de 1224 y el 7 de marzo de 1225, aunque la mayoría de los estudiosos lo
fijan en 1224. Tomás tuvo cinco hermanas y tres hermanos”. Pág. 38
 “Tomás estuvo en Montecasino hasta 1230 cuando, estimulado por el abad, empezó
sus estudios de artes liberales y filosofía en la Universidad de Nápoles, la primera
universidad pública del mundo occidental”. Pág. 39
 “Fue aquí donde Tomás tuvo sus primeros escarceos con Aristóteles, que iba a tener
un impacto tan grande sobre su propia filosofía y teología”. Pág. 39

Tomás ingresa en los dominicos: se descubre al «buey mudo»

5
J.A. Weishpeil, Tomás de Aquino. Vida, obra y doctrina, EUNSA, Pamplona, 1994, 21-25.
13

 “El año 1243 murió el padre de Tomás y en abril del año siguiente, a la edad de
diecinueve años, Tomás recibió el hábito dominico”. Pág. 40
 “Su primer encuentro con los dominicos había tenido lugar en Nápoles, cuando
Tomás veía a los frailes mendicantes recorriendo las calles pidiendo limosna. Su
pobreza le impactó, y también el celo demostrado en la predicación y en la
enseñanza”. Pág. 40
 “El año 1245, Tomás regresó a los dominicos para estudiar, primero, en París, y tres
años después, en Colonia”. Pág. 41
 “Durante este tiempo, Tomás tuvo por maestro a Alberto Magno, compañero
dominico y uno de los más brillantes filósofos y teólogos de la época”. Pág. 41
 “Tomás fue ordenado en el año 1250 y enviado a París como profesor y, aunque él
no se creyó preparado para la docencia, fue señalado como lector de las Sentencias
de Pedro Lombardo, el texto oficial de teología en uso en la Universidad de París”.
Pág. 42
 “Fue durante estos años cuando el Aquinate, que todavía no tenía treinta años,
escribió su monumental e influyente comentario a las Sentencias de Pedro
Lombardo”. Pág. 42
 “Poco después, a petición de Raimundo de Peñafort, un antiguo general dominico
que vivía en España, Tomás empezó a escribir su Summa Contra Gentiles, una obra
que explica la fe cristiana para el uso de los misioneros dominicos que trabajan
entre judíos y musulmanes en España”. Pág. 42
 “Es interesante ver que la mayoría de los escritos de Tomás fueron una respuesta a
las peticiones de compañeros dominicos para cubrir necesidades específicas de la
comunidad o de la Iglesia”. Pág. 42

Tomás en el aula: La docencia fue su alma


 “No podemos entender a Tomás si no apreciamos lo importante que fue la docencia
en su vida. Enseñar no fue un trabajo para Tomás, fue una manifestación de su
personalidad, una expresión de su alma”. Pág. 42
 “¿Qué hizo de Tomás un profesor tan destacado? Primero, consideró que la
enseñanza representaba el ideal de la vida dominica, porque la enseñanza une la
contemplación (vita contemplativa) y la acción (vita activa)”. Pág. 43
 “Solo somos capaces de enseñar después de comprender la verdad y este hecho
requiere la soledad, el silencio, la oración y la receptividad: todos son aspectos de la
vida contemplativa”. Pág. 43
 “Su genialidad como docente residió en su capacidad de comunicar realmente bien
lo que sabía, y lo pudo hacer porque recordaba qué era aprender algo por primera
vez”. Págs. 43-44
 “Su devoción por sus alumnos fue tal que podía ponerse en su situación recordando
el asombro, el miedo, la confusión y el respeto que siente una persona cuando tiene
que aprender algo por primera vez”. Pág. 44
14

 “Su don como docente consistía en poder sentir lo que sentía el alumno”. Pág. 44
 “Tomás sabía que «todo conocimiento con profundidad, no solamente la filosofía,
empieza con el asombro»6”. Pág. 44
 “Si lograba cultivar en sus alumnos este sentido de respeto, admiración y asombro,
entonces, también ellos podrían aprender de verdad”. Págs. 44-45
 “Empezarían a entender que el estudio es exploración, que no se puede nunca
entender completamente la verdad, y que el que verdaderamente aprende nunca se
contenta con lo que ya sabe”. Pág. 45
 “Tomás sabía que ser educado es ser conducido hacia la verdad, pero que esto
implica una investigación abierta y progresiva que jamás termina”. Pág. 45
 “El verdadero estudioso investiga materias imposibles de acabar y llegar a
conclusiones que nunca le satisfacen totalmente”. Pág. 45

Los años en Roma y París: Tomás empieza la Summa Theologiae


 “La vida cambió de nuevo para Tomás el año 1261 cuando fue enviado a abrir una
casa de estudios para estudiantes dominicos en Orvieto, Italia, según su superior,
como remisión de sus pecados, aunque no hay indicios de que este hecho estuviera
vinculado a un incidente específico en la vida de Tomás”. Pág. 45
 “En el mismo año, el Papa Urbano IV estableció la curia Papal en Orvieto y cultivó
una buena amistad con el Aquinate”. Pág. 45
 “Urbano quería hacer de Orvieto un centro de estudios, por lo que a menudo llamó a
los teólogos dominicos en busca de consejo. Pidió a Tomás que escribiera un
comentario sobre cada uno de los evangelios y el resultado fue la Catena Aurea, que
se consideró una obra maestra”. Págs. 45-46
 “Cuatro años más tarde, a la edad de cuarenta años, Tomás fue enviado a Roma para
abrir una casa de estudios para su provincia, de nuevo bajo la indicación de que era
para la «remisión de sus pecados»”. Pág. 46
 “Fuera cual fuera la razón, aquí empezó el período más productivo de la vida de
Tomás que incluye el inicio de su opus magnum, la Summa Theologiae”. Pág. 46
 “Puede que su génesis nos sorprenda: Tomás estaba enseñando las Sentencias de
Lombardo a sus alumnos y, al darse cuenta de que muchos encontraban dificultades,
comprendió la necesidad de un libro para principiantes en teología”. Pág. 46
 “Su magistral Summa, probablemente la obra teológica más monumental jamás
realizada, fue la respuesta”. Pág. 46
 “Tal como escribió Tomás en el prólogo, el objetivo de la Summa «era exponer las
cosas pertenecientes a la religión cristiana de manera adecuada para la educación de
los principiantes, para mostrar los fundamentos de la teología concisa y
claramente»”. Pág. 46
 “De hecho, Tomás llegó a presentarlos en su totalidad, y aunque al final quedó sin
terminar porque, de pronto, el día 6 de diciembre de 1273 Tomás dejó de escribir, la

6
J. Pieper, Guide to Thomas Aquinas, Notre Dame University Press, Notre Dame, Indiana 1987, p. 96.
15

Summa es una obra asombrosa que consta de 512 cuestiones, 2.669 artículos, y
aproximadamente 10.000 objeciones con sus correspondientes respuestas”. Pág. 46
 “La primera parte de la Summa se escribió entre 1266-1268 cuando Tomás estaba en
Roma, y circuló antes de que él regresara a París a principio de 1269”. Pág. 46
 “Tomás viajó de Italia a París a pie, saliendo de Roma hacia finales de noviembre y
llegando a París en enero, donde escribió la segunda parte de la Summa, la cual se
considera su contribución más original a la teología”. Pág. 47

Una experiencia misteriosa antes de la muerte


 “A finales de abril de 1272, Tomás dejó París y se dirigió hacia Nápoles, donde una
vez más fue encargado de abrir una casa de estudios para su provincia dominica”.
Pág. 49
 “Entonces empezó a trabajar sobre la tercera sección de la Summa, que trata de la
encarnación y de los sacramentos”. Pág. 49
 “Desde la primavera de 1272 hasta principios de diciembre de 1273, Tomás trabajó
asiduamente, incluso frenéticamente, a una velocidad alarmante”. Pág. 49
 [6 de diciembre de 1273] “¿Qué pasó esa mañana de diciembre? Hasta entonces,
Tomás había cambiado pocas veces la rutina que seguía durante años. (…) Durante
la misa, Tomás «se sintió súbitamente conmovido por algo que le afectó y le cambió
profundamente»7. (…) Cuando Reginaldo insistió, Tomás dio su célebre
contestación: ‘Todo lo que he escrito me parece como paja comparado a lo que
ahora me ha sido revelado’8”. Pág. 50
 “¿Qué podía haber ocurrido para que Tomás considerase que todos sus logros no
tenían ningún valor?” Pág. 50.
 “Es difícil entender, pero se piensa que la experiencia sufrida por Tomás esa
mañana de diciembre fue a la vez física y espiritual”. Pág. 50
 “Dado que apenas habló desde esa mañana y nunca volvió a su lectura y escritura,
dedicándose solamente a la oración, es posible que sufriera una apoplejía”. Pág. 50
 “El mes de febrero de 1274, camino del concilio de Lyón, Tomás ‘se golpeó
accidentalmente en la cabeza contra un árbol atravesado en el camino, y quedó tan
aturdido, que apenas podía ponerse en pie’9. (…) Sabiendo que la muerte estaba
cerca, pidió que le llevasen a la abadía cisterciense de Fossanova y, en su cuarto de
huéspedes, murió en la mañana del miércoles 7 de marzo de 1274 a los cuarenta
nueve años de edad”. Pág. 51
 “Los logros teológicos de Tomás no fueron de ninguna manera reconocido de
inmediato. De hecho, tres años después de su muerte, algunas de sus enseñanzas
fueron condenadas como «perjudiciales para la fe», debido a la reacción
conservadora contra el uso de Aristóteles. Sin embargo, con el tiempo, Tomás fue
reivindicado”. Pág. 51

7
J.A. Weisheipl, Tomás de Aquino. Vida, obra y doctrina, o.c., p. 366.
8
Ibid., p. 267.
9
Ibid., p. 369.
16

 “Apenas 50 años después de su muerte, el 18 de julio de 1323, fue canonizado. En


el año 1325, se declaró su ortodoxia, y en el año 1567, fue nombrado «doctor de la
Iglesia»”. Págs. 51-52
 “«Tomás fue una persona pura, humilde, sencilla, pacífica, dada a la contemplación,
moderada, amante de la pobreza»10”. Pág. 52

Un cuadro y una oración repetida: el estudio de un hombre enamorado


 “Hace unos años hubo una exposición itinerante del Museo Vaticano de arte que
incluía una escena de la vida de Tomás de Aquino: es de noche y Tomás está
orando, lo cual no es sorprendente ya que según sus biógrafos, Tomás tenía
dificultades para dormir durante los últimos años de su corta vida y sus noches se
transformaban en vigilias silenciosas de oración ante un Dios a quien amaba pero a
quien no siempre entendía”. Pág. 52
 “¿Qué puede decirnos este cuadro? En primer lugar, nos recuerda que Tomás no
conoce separación entre la vida moral y la vida espiritual: para él son una sola
cosa”. Pág. 53
 “Es de lamentar que, en los últimos siglos, la teología católica se haya inclinado a
separar la moralidad de la espiritualidad, debilitando la primera y aislando la
segunda”. Pág. 53
 “Cuando esto ocurre, la moralidad tiende a ser minimalista y la espiritualidad,
elitista”. Pág. 53
 “Una ética separada de la vida espiritual cristiana se hace demasiado jurídica y
legalista y nos interroga sobre qué debemos hacer para llegar a ser lo más
semejantes a Dios sino lo que tenemos que evitar para no caer en el pecado”. Pág.
53
 “Tomás evitó esta cuestión porque nunca consideró que la vida espiritual fuese
diferente a una vida realmente moral”. Pág. 53
 “Para él, el fin de la vida moral era la comunión perfecta con Dios a través del amor
y pensaba que los hombres y las mujeres reencontramos el camino hacia Dios
cuando adquirimos las virtudes que nos llevan a la semejanza con Él, virtudes
nacidas del amor de caridad”. Pág. 53
 “Para él no hay división entre la vida moral y espiritual: se trata de una misma
vida”. Pág. 53
 “La razón de ello es que ser moral es ser bueno, y ser realmente bueno es llegar a
ser santo”. Págs. 53-54
 “El Aquinate descubrió la cumbre del bien en la perfección de la caridad, lo cual
explica su visión de las virtudes como instrumentos de nuestro perfeccionamiento,
no para ser ciudadanos de este mundo, sino del Reino”. Pág. 54
 “En segundo lugar, el cuadro nos sugiere que para Tomás la moralidad es
esencialmente un asunto del corazón”. Pág. 54

10
J. Pieper, Guide to Thomas Aquinas, o.c., p. 17.
17

 “Somos por naturaleza, y esencialmente, amantes porque somos atraídos por lo que
parece ofrecernos la alegría más grande y duradera y nos agotamos en lo que
creemos cumplirá nuestros deseos, y esto, para Tomás, hace crucial que aprendamos
a amar a Dios por encima de todo”. Pág. 54
 “Para entender la teología moral de Tomás de Aquino tenemos que entender esta
pasión, porque es lo que da forma y dirección a todo lo que hizo”. Pág. 54
 “La teología moral de Tomás está gobernada por un implacable y absorbente amor
de Dios”. Pág. 54
 “La teología moral de Tomás no nació en su cabeza, sino en su corazón y para
entenderle debemos tener en cuenta esto”. Pág. 54
 “Lo que motiva el esquema cristalino de la vida moral es la visión del Dios a quien
busca”. Pág. 54
 “El deseo de no conocer «nada, señor, sino a Ti» es la piedra angular de su teología
moral, su más importante principio interpretativo y lo que debemos recordar para
entender la propuesta que hace en la Summa”. Pág. 55
 “Tomás escribió la Summa porque amaba a Dios y, como todo gran amante, creyó
que tenía algo maravilloso que compartir”. Pág. 55
 “Quería, sobre todo, ayudar a la gente a entender que la vida es tratar con Dios, que
ser humano es relacionarse con Dios; es aprender a amar a Dios de todo corazón,
completa e incondicionalmente, porque un amor tan penetrante nos da la intimidad
donde encontramos la alegría”. Pág. 55
 “La teología moral de Tomás es solamente esto, el ruego apasionado y eficaz de un
hombre que ha encontrado la alegría en el conocimiento y amor de Dios, y quiere
que nosotros también tengamos esta alegría”. Pág. 55
 “Su teología tiene por meta transformarnos, invitarnos a la conversión y, si no nos
afecta, entonces no la hemos comprendido”. Pág. 55
 “Lo que busca Tomás con su teología moral es rehacer nuestros corazones para
curarlos”. Pág. 55
 “En tercer lugar, este cuadro de Tomás en vigilia de oración sugiere que quizá no
tenía tanto conocimiento de Dios y de la persona humana como dan a entender sus
escritos”. Pág. 55
 “Pasear por la Summa es comparable a explorar un palacio de cristal; de hecho, su
estructura se ha comparado con una catedral gótica”. Págs. 55-56
 “Es bella, es un lugar de complejidad y armonía donde todo está en su sitio, nada
queda desordenado, nada desentona”. Pág. 56
 “En realidad, la Summa es una síntesis maravillosa de filosofía y teología que,
incluso hoy, no tiene rival”. Pág. 56
 “Tomás pasa con aparente facilidad de una cuestión a otra, y nos convence de que
sabe exactamente a dónde va. Expone una cuestión, examina las posibles objeciones
y, después, responde a todas ellas de tal manera que, a veces, tenemos la impresión
de que sabe todo sobre Dios y sobre nosotros”. Pág. 56
18

 “La visión del día 6 de diciembre de 1273 sugiere que, cuanto mayor era Tomás,
tantas más dudas tenía, cuanto más estudiaba sobre Dios y nosotros mismos, tanto
más dudaba de lo que sabía”. Pág. 56

UNA MIRADA A LA OBRA MAESTRA DE TOMAS: LA SUMMA THEOLOGIAE


 “Si queremos investigar la teología moral de Aquino tal como se presenta en la
Summa Theologiae, es importante comprender el alcance, la intención y el estilo de
esta obra maestra”. Pág. 58
 “La Summa consta de tres partes. La primera parte o «Prima Pars» se concentra en
la existencia y naturaleza de Dios, la Trinidad de las Personas Divinas y la creación
de toda vida desde Dios: los ángeles, el universo y la humanidad. En la primera
parte de la Summa, Tomás habla de Dios y de la salida o procesión (exitus) de todas
las criaturas de la vida de Dios”. Pág. 58
 “¿Cómo debemos vivir si queremos volver al Dios para quien fuimos creados? Esta
idea es el impulso de la segunda parte de la Summa, y se concreta en dos secciones.
En la primera sección de la segunda parte (Prima Secundae), Tomás habla de cómo
regresamos a Dios a través de nuestro comportamiento y de nuestras acciones; es
aquí donde comenta las virtudes en general”. Pág. 58
 “Hemos visto que la Summa consiste en tres partes principales. Cada una contiene
una multitud de cuestiones que examinan varios temas o supuestos y cada cuestión
se compone de varios artículos”. Pág. 60
 “Pero la estructura de la Summa todavía es un poco más complicada. Cuando Tomás
analiza las diferentes dimensiones de la vida moral, va más allá de la simple
exposición de sus opiniones”. Págs. 60-61
 “No empieza por lo que él opina, empieza por lo que otros han pensado; da valor a
las ideas contrarias”. Pág. 61
 “Finalmente, Tomás concluye cada artículo contestando las opiniones contrarias que
ha estudiado”. Pág. 61
 “Hay que destacar que Tomás raramente la descarta del todo; rescata el ápice de
verdad que puedan poseer, aunque no pueda aceptarlas totalmente”. Pág. 61

Cómo leer la Summa


 “Leer la Summa puede ser desalentador, su estructura de cuestiones y artículos nos
puede parecer demasiado árido informal, simplemente porque no es el modo de
pensar y escribir de hoy en día”. Pág. 61
 “Además, el estilo de Tomás es extremadamente simple, incluso austero y no
encontramos la pasión y el embellecimiento de Agustín, ni la poesía y las imágenes
de Buenaventura”. Pág. 61
 “Para entender a cualquier gran pensador debemos dejar que su pensamiento y su
estilo nos vayan informando”. Pág. 62
19

 “Acostumbrarnos a Tomás implica cierto ascetismo; debemos aceptar la disciplina


de sus escritos”. Pág. 62
 “Otra de las cosas que dificulta la lectura del Aquinate es que no se trasluce su
persona en su obra; la Summa no es una narración: no hay en ella comentarios
personales, ni revelaciones íntimas”. Pág. 62
 “Al contrario de lo que pasa con Agustín, no reconocemos a Tomás a través de sus
palabras”. Pág. 62
 “La sobriedad y la austeridad de los escritos de Tomás no son un defecto; más bien
resulta una consecuencia. Porque no busca escribir sobre sí mismo, sino sobre la
verdad que había comprendido”. Pág. 62
 “No deseaba explorar las interioridades de su propia alma, sino la realidad con toda
su riqueza y diversidad”. Pág. 62
 “Quería hacernos comprender la sustancia de sus argumentos tan clara y brevemente
como fuera posible, y por eso su estilo está sobrio, porque quería evitar que sus
propios deseos o inclinaciones empañadas en la imagen de la verdad; se empeñó a
fondo para presentar la verdad sin entrometerse en el camino hacia ella”. Pág. 62
 “Su estilo es tan simple y directo porque escribió para ayudarnos a ver mejor e
invitarnos a cuestionarnos e investigar con él”. Pág. 62
 “No escribió para facilitarnos las respuestas, sino para invitarlos a participar en el
diálogo, para ser compañeros en la investigación”. Pág. 62
 “La mejor manera de abordar la Summa es no considerarla como un terreno árido
compuesto de cuestiones y artículos concisos, sino concienciarnos de que estamos
ante un diálogo en el que Tomás quiere que tomemos parte”. Pág. 63
 “No podemos entender la Summa hasta que entramos en ella y la convertimos en un
diálogo personal con el Aquinate”. Pág. 63
 “Ahora bien, para leer adecuadamente la Summa, no solo hay que dialogar con el
Aquinate, sino también con Job, Plinio, Cicerón, Aristóteles, Boecio, Agustín,
Platón y todos los demás autores que allí aparecen”. Pág. 63
 “La Summa no es un proyecto acabado; es una investigación en curso sobre la
totalidad de lo real y Tomás nos invita a participar en ella”. Pág. 63
 “Para apreciar la Summa no hemos de leerla con distancia, hemos de entrar en su
mundo y en sus temas”. Pág. 63.
 “Incluso disfrutaremos de ella, si nos enfrentamos con las mismas cuestiones y
temas que Tomás, escuchándole a él y a los demás, pero pensando por nosotros
mismos”. Pág. 63
 “A pesar de su claridad y brillantez, Tomás nunca creyó que la Summa fuera la
respuesta definitiva a todo; su estructura deja entrever que estaba convencido de que
la búsqueda de la verdad se mantiene abierta y, por su naturaleza, es siempre
incompleta. Por eso, no debemos únicamente leer la Summa, debemos continuarla”.
Pág. 63

La forma de la Summa
20

 “Como otros escritos de la época del Aquinate, la Summa adopta la forma de una
disputa (disputatio) o de un debate”. Pág. 63
 “La verdadera innovación de Tomás sobre este modo característico de la docencia y
de los escritos del siglo XII y XIII, consiste, fundamentalmente, en la simplificación
del estilo y de la estructura”. Págs. 63-64
 “Así, reduce la estructura tradicional de la disputa a cuatro elementos esenciales: 1)
la formulación de la cuestión que se va a debatir; 2) el tratamiento de las opiniones
de los contrarios; 3) el enunciado sistemático de la posición del propio autor; 4) una
respuesta a cada uno de los argumentos en contra”. Pág. 64
 “El objetivo de la disputa no era vencer con un argumento, sino descubrir la verdad,
y por eso el tono de la Summa es tan equilibrado y tan sobrio”. Pág. 64
 “Tomás escribe no para vencer a sus oponentes o aparecer como más inteligente que
ellos, sino para conversar juntos en una búsqueda común de la verdad”. Pág. 64
 “El centro de la disputa, sin embargo, no era la personalidad del oponente, sino la
materia que los dos intentaban comprender”. Pág. 65

Por qué la verdad es un trabajo en equipo


 “La disputatio refleja la convicción de que uno no logra comprender la verdad
aisladamente, sino con otros, en continua conversación”. Pág. 66
 “Se llega a la verdad, no individualmente, sino en colaboración. La estructura de la
disputatio lo refuerza”. Pág. 66.
 “Tomás incluye las opiniones de sus oponentes porque no los considera enemigos
que debe vencer, sino compañeros en la búsqueda de la verdad”. Pág. 66
 “Les demuestra respeto, porque reconoce que sus opiniones contienen mucha
verdad, aún a pesar de que al final su propia posición difiera de las de los demás”.
Pág. 66
 “Tomás reconoce que nadie puede comprender la verdad total sobre un tema, sino
que, más bien, cada uno posee solamente alguna percepción de dicha verdad; por
eso necesitamos incluir otros puntos de vista a la hora de formular el nuestro”. Pág.
66
 “La Summa refleja el carácter comunitario de la búsqueda de la verdad, porque
insiste en la necesidad de las percepciones, las correcciones y las contribuciones
incluso de nuestros adversarios o quizá especialmente las de ellos, si queremos ver
las cuestiones con más claridad”. Pág. 66
 “El modo en que Tomás trata las posturas de los demás muestra el firme
convencimiento de que es necesario contar con la parte de verdad que percibe cada
uno. Por eso no pretende buscar los puntos débiles para refutar argumentos en
contra”. Pág. 67
 “La disputa era un diálogo «que significa que las personas se escuchan unas a otras
y no sólo hablan»11”. Pág. 67

11
Ibid., p. 82.
21

Por qué importa que la Summa esté sin terminar


 “El que la Summa esté sin terminar es un hecho de que, además, tiene una segunda
lectura, quizá más importante: Tomás nunca la consideró como de respuesta plena a
ninguna pregunta, más bien, como en toda su obra, incorporó el fin de «abrir las
puertas a una búsqueda infinita»12”. Pág. 68
 “Debido a la amplitud y minuciosidad de la Summa, esta idea puede resultar
chocante; sin embargo, Tomás trató esa gran cantidad de temas, no porque creyera
conocerlo todo, sino por encontrar tremendamente fascinantes todas las cosas”. Pág.
68
 “La amplitud de sus escritos deriva de su enorme capacidad de sorpresa, y no de su
certeza. De hecho, está completamente convencido de que todo conocimiento es
parcial, incompleto y necesitado de revisión y corrección”. Pág. 68
 “Con toda su erudición, Tomás parte de la premisa de que nunca podemos llegar al
fondo de la cuestión, ya sea acerca de Dios, del universo o de nosotros mismos,
porque siempre existe algo más que comprender mejor, siempre se puede investigar
más profundamente o apreciar un matiz más finamente”. Pág. 68
 “Esto no indica un escepticismo por su parte en lo que se refiere a nuestra capacidad
de conocer, sino que realza su visión de un mundo tan lleno de maravillas que nadie
puede conocerlo en su totalidad; un mundo tan fascinante, sugerente y atractivo que
nos invita continuamente a seguir estudiando y admirando”. Págs. 68-69
 “Por eso, el proceso es continuo; por eso debemos revisar nuestras posiciones
continuamente y cuestionar nuestras ideas más queridas; la Summa no es la última
palabra, es una invitación a una búsqueda”. Pág. 69

12
Ibid., p. 83.
22

II. POR QUÉ HACEMOS, EN DEFINITIVA, LAS COSAS: UNA MIRADA AL


COMPORTAMIENTO HUMANO
 “La moralidad comienza con la observación y, en consecuencia, un buen teólogo
moralista debe ser un buen observador de la naturaleza humana para llegar a un
conocimiento preciso de ella”. Pág. 71
 “Es necesario observar con atención el comportamiento del hombre, lo que hace,
cómo actúa y cuáles son sus preocupaciones”. Pág. 71
 “El moralista debe cuidar lo que escribe porque su objeto no es controlar la
naturaleza humana, sino llegar a entenderla”. Pág. 71
 “Lo que hace de Tomás un moralista experto es precisamente que empieza su
investigación de la vida moral con una cuidadosa percepción sobre cómo vivimos,
en vez de con una teoría finamente elaborada sobre cómo deberíamos vivir”. Pág.
71
 “Comienza observándonos, en un estudio cuidadoso y respetuoso sobre cómo
conducimos nuestras vidas”. Pág. 71
 “Mira antes de razonar, observa antes de extraer las conclusiones. Le interesan
mucho nuestras preocupaciones, nuestros amores e intereses”. Pág. 71
 “No intenta obligarnos a aceptar un esquema ideal de la vida humana, sino que nos
ofrece una visión atractiva de nuestras mejores posibilidades derivadas del
conocimiento de las mismas personas a quienes quiere servir”. Pág. 72.

DE LAS PERSONAS Y DE LOS FINES


 “Aunque aparezca muy elemental, el primer descubrimiento de Tomás es la base de
todo su esquema de la vida moral: los seres humanos son criaturas con propósitos”.
Pág. 72
 “El interés de Tomás es llegar al corazón de quiénes somos, porque no puede
empezar nada antes de conocernos”. Pág. 73
 “Cuando Tomás emprende su estudio sobre la moralidad, está buscando el mejor
modo de describirnos”. Pág. 73
 “Sin embargo, si estudiamos estos propósitos con detalle, comprenderemos mejor
quiénes somos y qué queremos lograr, porque nuestros fines y proyectos son el
barómetro de nuestros amores y aficiones”. Pág. 74
 “Nos afianzamos como personas a través de nuestros fines, sean proyectos de
oración, de fidelidad o, simplemente, la decisión de tratar a todos con amabilidad”.
Pág. 74
 “Crecemos en y por medio de nuestros propósitos y en relación a ellos alcanzamos
el sentido de quiénes somos”. Págs. 74-75
 “Nos constituimos a nosotros mismos mediante nuestras decisiones, que confieren
la esencia a nuestras vidas”. Pág. 75
 “Sin conocer nuestros fines no podemos vivir, por lo menos en su sentido moral”.
Pág. 75
23

 “Los necesitamos para dar una orientación a nuestras vidas como necesitamos un
plan de acción para hacer las cosas”. Pág. 75
 “La condición humana se define por estar en relación con una variedad de metas,
cada una de las cuales representa un bien indispensable para nuestras vidas”. Pág.
75
 “Si quitamos estos bienes nos disminuimos y, privados totalmente de ellos,
desaparecemos puesto que crecemos a través de nuestros deseos y crecemos
extraordinariamente, cuando nuestros deseos son buenos”. Pág. 75

Nuestras intenciones y lo que hacen de nosotros


 “Otro modo de apreciar la posición del Aquinate es considerar qué significa ser
intencional”. Pág. 76
 “En este sentido, afirma que tener una intención es orientarse hacia una meta, dirigir
nuestra inteligencia y nuestra energía hacia el logro de la misma, porque la
consideramos importante para nuestra vida”. Pág. 76
 “Todo lo que hacemos surge de lo que intentamos, todas nuestras acciones se
forman en nuestra intención, es más, existen porque tienen una intención que
cumplir”. Pág. 76
 “Esto es lo que Tomás quiere decir cuando enuncia que el fin es el origen de todo
acto y la razón de su ejecución”. Pág. 76
 “El fin de cada acto es la intención cuyo cumplimiento buscamos, allí se origina
todo lo que hacemos; que no es otra cosa que reconocer que nuestras acciones
tienen sentido, porque están finalizadas; que nuestros actos no son sin tino, sino que
están dirigidos hacia sus propias metas, que deben llevar a cabo cada vez que
pretenden cumplir una misión”. Pág. 76
 “Lo primero que percibe es que somos activos, que estamos empeñados en los fines
que buscamos; lo segundo, que detrás de cada acción hay una intención que le da
origen”. Pág. 76
 “Actuamos para lograr lo que consideramos un bien, pero antes nos fijamos en ese
bien, lo valoramos como tal y los sopesamos lo que debemos hacer para lograrlo”.
Pág. 76
 “Podemos decir que cada acto nace del fin que está llamado a realizar y crece
alrededor de su intención, por eso la intención es el elemento que nos ayuda a
comprender por qué actuamos de una manera en vez de otra o por qué nuestro
comportamiento difiere de los demás”. Pág. 76
 “Lo único que Tomás quiso decir es que todo lo que hacemos está marcado por el
fin que se busca, toda acción nace del deseo y, por eso, se puede afirmar que todo
acto realmente empieza en la meta que quiere alcanzar”. Pág. 77
 “¿Por qué esto es tan importante? Tal vez porque nos hacemos personas de una
clase u otra a través de nuestras intenciones, ya que ellas no solo dan forma a
nuestras acciones, sino también a nuestras personas”. Pág. 77
24

 “Estamos marcados por las intenciones, por aquello que continuamente estamos
deseando”. Pág. 77
 “En consecuencia, nuestras intenciones no sólo determinan nuestros actos, sino
también a nosotros mismos: actuar de cierta manera equivale a querer ser de cierta
forma y, por eso, gran parte de nuestro ser depende de nuestras elecciones”. Pág. 77
 “Por esta razón, el Aquinate propone que lo primero y más importante en la
moralidad es empeñarse en un fin digno de nosotros, un fin cuya búsqueda nos
ayude realizar nuestras más magnánimas capacidades”. Pág. 77
 “Lo que elegimos como propósito marca la diferencia porque inevitablemente nos
convertimos en lo que amamos”. Pág. 77
 “La intención principal en nuestra vida expresa lo que más amamos; de hecho, no
podemos escapar de la influencia de este amor soberano, porque es lo que buscamos
en todo lo que hacemos”. Pág. 77
 “El sentido de comportamiento finalista es que tendemos a lo que amamos
firmemente y esa tendencia nos lleva a la semejanza con la cosa amada, no en un
sentido superficial, sino en el sentido más radical de que, en definitiva, nuestro
propio ser no es más que nuestras intenciones más permanentes”. Pág. 77
 “Tomás reconoce la íntima conexión entre lo que hacemos y la persona que
llegamos a ser, porque nuestros fines determinan nuestro comportamiento y éste da
forma a nuestro yo”. Pág. 78
 “El Aquinate cree que, al final, los actos y las personas se unen, somos lo que
hacemos, y, como veremos, su teoría sobre las virtudes se basa en esta idea”. Pág.
79
 “La intención que da forma al acto no se queda en él, pasa a la gente que actúa, es la
razón por la que asimilamos gradualmente la cualidad de un acto cuando lo
repetimos a menudo”. Pág. 79

Por qué nos convertimos en lo que más amamos


 “Lo que más amamos se expresa en nuestras acciones, y, a través de ellas, retorna a
nosotros como una definición más clara de nosotros mismos”. Pág. 80
 “Esto produce una gran esperanza, ya que significa que podemos convertirnos en la
clase de persona que deseamos ser; la acción es efectiva, sobre todo, en cuanto a la
personalidad que produce dentro de nosotros”. Pág. 80
 “Por ejemplo: ¿qué ocurriría si deseáramos ser personas de amor? Tomás nos
muestra lo que pasaría”. Pág. 80
 “Si hacemos de la caridad ese amor apasionado hacia Dios y a los demás, la
intención profunda en nuestras vidas, entonces, estará presente en todo lo que
hagamos, incluso aunque no lo advirtamos conscientemente”. Pág. 80
 “El anhelo de amar a Dios y al prójimo con todo el corazón perdura en el deseo que
motiva nuestro comportamiento, lo que significa que hasta la actividad más rutinaria
sirve para transformarnos en el amor que queremos llegar a ser”. Págs. 80-81
25

 “En resumen, lo que salva nuestro comportamiento cotidiano de la futilidad es


nuestra certeza de que es más que cotidiano, nuestra conciencia de que, a través del
poder de nuestra intención más permanente, podemos contribuir al propósito que
hemos dado a nuestra existencia”. Pág. 81
 “Nuestro fin o meta fundamental en la vida será la fuerza causal última de nuestras
acciones y hará de cada acción un recipiente de nuestro amor fundamental”. Pág. 81
 “Como el carácter de cada acto retorna para formar el carácter de la gente, así las
personas cuyos actos nacen en el crisol de la caridad se transforman en personas
llenas de amor”. Pág. 82

EN BUSCA DEL BIEN QUE SATISFACE TODOS LOS DESEOS


 “Ha aprendido de nosotros que todo lo que hacemos, lo hacemos con una intención,
y nos ha hecho observar que, si actuamos de cierta manera, es porque queremos ser
así”. Pág. 83
 “Tomás necesita esa amplia mirada contemplativa al comportamiento humano para
bucear por nuestras profundidades y aprender aquí lo más básico, lo más elemental,
aquello que todos tenemos en común”. Pág. 83
 “Tomás nos dirige esta segunda mirada desde una distancia mayor. Nos observa
ahora colectivamente, y no como individuos”. Pág. 83
 “Indaga en la historia del comportamiento humano universal en lugar de en nuestros
actos particulares en busca del motivo fundamental que explique el comportamiento
humano”. Pág. 83
 “Tomás indica que existe para cada uno la promesa de un fin último, un bien con el
que nos sintamos colmados, algo tan hermoso que apacigüe nuestros deseos: «como
todo desea su propia perfección, lo que uno desea como fin último, lo aprecia como
bien perfecto y perfeccionador de sí mismo» (ST, I-II, 1, 5)”. Págs. 83-84
 “Según Tomás, en cada uno de nosotros hay un hambre de plenitud, un perenne
deseo de un estado que nos satisfaga completamente, y para cada uno de nosotros, el
fin último es aquello gracias a lo cual pensamos alcanzar dicho estado”. Pág. 84
 “Los seres humanos son buscadores de plenitud que persiguen sin cesar, incluso
trágicamente, cualquier cosa que piensan les satisfará totalmente”. Pág. 84
 “La vida es un empeño estratégico para llegar a lo que pensamos que nos llenará y
que, con independencia de lo que sea, es considerado como nuestro fin último,
nuestro bien más perfecto por ser también perfeccionador de nosotros mismos,
porque todo aquello que entendemos como bien tiene que ver con lo más
satisfactorio de nuestras capacidades”. Pág. 84

La moralidad empieza con una sensación de indigencia


 “La moralidad empieza en la experiencia de nuestra indigencia, el reconocimiento
demoledor de que estamos lejos de la plenitud, en el darnos cuenta de que, para la
perfección, falta algo que no tenemos todavía”. Pág. 85
26

 “La vida moral se estremece con la primera intuición de nuestra indigencia: no


somos en absoluto lo que podríamos ser, somos radical y, a menudo, dolorosamente
imperfectos”. Pág. 85
 “El espíritu humano está motivado por el hambre de plenitud, devorado por el
insaciable deseo de curación de nuestra ruptura íntima, de la restauración de nuestro
ser fragmentado”. Pág. 85
 “Este es el centro de la teología moral del Aquinate: entender que la moralidad
empieza en el deseo de un bien que nos proporcionará nuestra plenitud”. Pág. 85
 “En opinión de Tomás, la moralidad trata del deseo, del amor, de la pasión
insaciable por algo que llenará nuestros corazones y traerá la paz a nuestras almas”.
Pág. 85
 “Inevitablemente, nuestra vida está vuelta hacia la plenitud, por eso nos orientamos
en todo hacia lo que representa el culmen de nuestro bien y nuestro deseo de un bien
último se expresa en todo lo que hacemos”. Pág. 86

La vida moral es un viaje en busca de la paz para nuestras almas


 “Tomás considera que la vida moral no es sólo un viaje para hacerse bueno, sino
también para encontrar la paz”. Pág. 87
 “Para Tomás, la vida moral termina cuando nuestros deseos están finalmente
apaciguados, cuando nuestra hambre y nuestra sed están satisfechas, cuando nuestra
búsqueda termina al poseer, al fin, el bien que nos llena”. Pág. 87
 “La vida moral tiene como objetivo llevarnos a la última morada, donde no tenemos
que buscar más porque ya lo hemos encontrado, llevarnos a la unión con un bien tan
rico que poseerlo y ser poseído por él pondrá fin a nuestros deseos”. Pág. 87
 “La vida moral es la historia interminable de la búsqueda del bien que tranquilizará
la inquietud de nuestros corazones”. Pág. 87
 “Del deseo, nace la acción y actuamos con perseverancia para conseguir lo que
creemos que llenará nuestra vida”. Pág. 87
 “Por supuesto, Tomás nos avisa de que tal paz y alegría se encuentran solamente
cuando el objeto de nuestro deseo es verdadera y perfectamente bueno”. Pág. 87
 “Por esta razón, Tomás da tanta importancia a la necesidad de aprender a amar lo
correcto del modo correcto, y amar primordialmente lo que es estrictamente bueno”.
Pág. 87
 “Hay una corriente subterránea de insatisfacción oculta en la vida más llena y más
feliz, no porque tal felicidad sea falsa sino porque, aunque sea verdadera, es
incompleta”. Pág. 88
 “Esto es parte de toda vida humana y, aunque frustrante, no es necesariamente
negativo, ya que nuestra inquietud a veces nos estimula y nuestra insatisfacción nos
obliga a buscar algo mejor”. Pág. 88
 “Tomás nos demuestra que la moralidad se mueve por el deseo, depende de la
insatisfacción y necesita de la inquietud”. Pág. 88
27

 “Sin embargo, esta inquietud no es la de los aislados o distraídos, sino la inquietud


de lo todavía no logrado, la inquietud de «algo más», una sensación que nos mueve
hacia la acción, la búsqueda del análisis”. Pág. 88

Por qué cualquier bien es bueno


 “Las cosas tienen valor para nosotros porque nos recuerdan y nos hacen gustar algo
del bien que deseamos por encima de todo”. Pág. 89
 “Aquello que es precioso y bello a nuestros ojos brilla como reflejo de lo que más
amamos”. Pág. 89
 “En su bondad hay indicios de la bondad perfecta y su presencia es promesa de la
auténtica paz”. Pág. 89
 “Tomás percibe una conexión entre el último bien y estos bienes intermedios, en el
sentido de que es exactamente la pura bondad de nuestro último fin la que revela la
bondad innegable de todos los demás; a la luz de nuestro último fin vemos la
belleza de todo y, por eso, es tan importante aprender a amar lo que es
verdaderamente bueno”. Pág. 89
 “Este es el argumento de Tomás: todo lo realmente bueno recibe su bondad de lo
que es perfectamente bueno; porque su bondad no es falsa, sino real y, aunque
incompleta, no defrauda al que la ama”. Pág. 89
 “En todo lo realmente bueno logramos una breve visión de lo perfectamente bueno
y en todo lo que es realmente gozoso tenemos un signo de la bienaventuranza
futura”. Pág. 90
 “Tomás indica dos puntos principales: primero, la esperanza del último bien nos
llega en cuanto lo experimentamos, aunque incompletamente, en todo lo que es
bueno y aquí ahora”. Pág. 90
 “Saboreamos la futura bondad perfecta no por pasar nuestra vida por encima de las
cosas de este mundo, sino a través de ellas”. Pág. 90.
 “A veces pensamos que sólo podemos apreciar el amor perfecto si negamos o
evitamos los bienes que poseemos ahora, pero Tomás nos dice que no es así”. Pág.
90
 “En su opinión, la alegría perfecta, que esperamos, llega a través de las alegrías que
conocemos ahora y, por esa razón, valoramos tanto la alegría, la paz y el amor que
experimentamos en este mundo”. Pág. 90
 “Conocemos lo que es perfectamente amable a través de sus manifestaciones en la
vida cotidiana y así conocemos la bondad de modo concreto y encarnado”. Pág. 90
 “Tocamos el bien perfecto que esperamos en todos los bienes intermedios que nos
acercan al paraíso: son indicios del Reino que es todavía desconocido”. Pág. 90
 “En segundo lugar, Tomás al vincular directamente el bien último y los bienes
intermedios, nos enseña algo maravilloso acerca de la experiencia humana y su
significado: vivimos en un mundo de maravillas, un mundo lleno de bendiciones y
gracia, porque el bien acabado en nuestras vidas puede ser experimentado y
realizado ahora”. Pág. 90
28

 “Hay indicios de bienaventuranza en todo lo bueno y lo amamos precisamente


porque nos hacen gustar un anticipo de la fiesta que está por venir”. Pág. 91
 “Para Tomás, el valor más importante de la experiencia humana es que nos facilita
la apreciación de las promesas del Reino venidero”. Pág. 91
 “Tomás empezó con una reflexión sobre nuestra manera de vivir y llegó a la
conclusión de que lo que motiva todo lo que hacemos es un deseo poderoso de
plenitud, que él denomina nuestro objetivo final o fin último”. Pág. 92
29

III.LA FELICIDAD: LO QUE TODO EL MUNDO QUIERE


 “Las personas somos de tal manera que prestamos atención a cualquiera que nos
prometa la felicidad, y aun cuando ante él nos mostremos escépticos, no nos
importará demasiado escucharle”. Pág. 93
 “Todos podemos adoptar formas destructivas de comportamiento, pero no
precisamente porque rechacemos la felicidad, sino porque no sabemos todavía
dónde se encuentra la verdadera felicidad”. Pág. 93
 “Esto es lo que Tomás quiere decirnos al vernos perseguir la felicidad en el dinero,
en el placer, en la fama y el honor; creyendo que son bienes que nos pueden
colmar”. Pág. 93
 “Ha tomado nota de cómo nos desgastamos en lo que pensamos que nos va a traer la
alegría, y nos valora por ello, pero también nos avisa para que seamos prudentes,
porque se ha dado cuenta de que, a veces, nos ofrecemos precipitadamente,
entregándonos a algo que no merece nuestro precio”. Págs. 93-94
 “Cuando nos habla de dónde reside la verdadera felicidad, Tomás atrae nuestra
mirada hacia lo más alto, hacia la posibilidad más completa, sabiendo que, solo con
la posesión del mayor bien, encontraremos la alegría perdurable”. Pág. 94

CAMINOS EQUIVOCADOS DE FELICIDAD


 “Convertido en un estudioso de la vida humana, rápidamente se da cuenta de que
buscamos la felicidad, mas una meditación pausada ante el tapiz de la vida le
demuestra que no todos tenemos la misma idea de lo que es la felicidad”. Pág. 94
 “La buscamos en sitios distintos y de manera diferente. Coincidimos en nuestro
deseo de ser felices, pero somos extraordinariamente diversos en nuestro parecer
sobre cómo conseguirlo”. Pág. 94
 “Nos es connatural el deseo de la felicidad, pero ninguno de nosotros sabe por
naturaleza dónde encontrarla, y esto lo entiende Tomás”. Pág. 95
 “Tomás quiere hablarnos de la felicidad porque le importamos mucho y quiere
ayudarnos a evitar esas elecciones destructivas”. Pág. 96
 “Sabe que el espíritu humano es generoso por naturaleza, pero también sabe que, si
nos entregamos a algo que es inferior a nosotros, nos arrastra, nos degrada y puede
llegar a destruirnos, lo que no debe ocurrir jamás”. Pág. 96
 “La verdadera felicidad debe residir en algo magnánimo, algo que no sólo sea capaz
de excelencia, sino también de llevarnos, como expresa Tomás, al «bien propio y
perfecto del hombre» (ST I-II, 2,4)”. Pág. 96
 “La felicidad debe estar en relación con lo que es mejor para nosotros; por eso la
define como una relación de amor con el bien que facilita la más noble de nuestras
posibilidades; dicho de otra manera, la felicidad es una amistad de toda la vida con
nuestro bien más prometedor”. Pág. 96
 “Entendemos la preocupación de Tomás: teme las malas aficiones porque sabe lo
que pueden hacer de nosotros ya que, aunque se deriven de supuestas ideas sobre la
felicidad, no son benignas; nos impiden el progreso, nos hacen moralmente débiles,
30

y, si nos dejamos llevar por ellas, se inicia un deterioro interior que puede
conducirnos a la desesperación”. Págs. 96-97
 “Las malas aficiones inician una aniquilación, ya que, en vez de hacernos avanzar
paulatinamente hacia la plenitud, nos arrastran de nuevo al abismo del caos y la
confusión, la más trágica antítesis de lo que desea el amor de Dios para nosotros”.
Pág. 97
 “Al contrario de tantos de nosotros, Tomás no entiende que la felicidad es la libertad
de perseguir y satisfacer nuestros deseos, cualesquiera que sean; según él, esto es
una noción terapéutica, pero no moral, de la felicidad”. Págs. 97-98
 “Tomás está de acuerdo en que la felicidad implica la satisfacción de nuestros
deseos, pero argumenta que alcanzar la felicidad también implica la purificación de
los mismos”. Pág. 98
 “Tomás sugiere que a veces no somos felices porque deseamos cosas equivocadas, o
deseamos las cosas adecuadas de forma errónea, o con un anhelo desmesurado”.
Pág. 98
 “En opinión de Tomás, la felicidad depende del cultivo de las preferencias
adecuadas y de alimentar los deseos correctos”. Pág. 98
 “Tenemos que aprender dónde encontrar la verdadera felicidad. Hemos de
educarnos en ese camino para ser instruidos en el amor que de ella se deriva. Y, si
esto es así, probablemente tengamos algo que cambiar”. Pág. 98
 “Tomás habla de una felicidad objetiva, no subjetiva, en el sentido de que, para él,
la felicidad no es un concepto abierto, sin forma, que podamos definir cada uno
como queramos; más bien, la felicidad tiene un significado preciso; es alimentar en
nosotros nuestros mejores deseos, los más prometedores, el amor más rico y noble”.
Pág. 98
 “Para Tomás, ser verdaderamente feliz es poseer el mayor bien posible del modo
más pleno”. Pág. 98
 “La felicidad conlleva la intimidad con la belleza, lo que nos indica que, si aún no la
hemos alcanzado, puede ser porque todavía tenemos que sufrir la transformación
que la hace posible”. Pág. 98
 “Para ser verdaderamente felices hemos de llegar a ser el tipo de personas que aman
el bien en el que se encuentra la felicidad”. Pág. 98
 “Dicho de otra manera, Tomás tiene un concepto normativo y no individualista de la
felicidad, esto quiere decir que para ser felices debemos conformarnos con el bien
en el que reside la felicidad, debemos rehacernos, reorientarnos y transformarnos
interiormente, hasta que practiquemos el amor que nos trae el gozo verdadero”.
Págs. 98-99

Los candidatos a la felicidad y por qué se quedan cortos


 “Como veremos, considera que el dinero, la distinción, la fama y la gloria, el poder
y el placer son posibles candidatos a la felicidad, pero afirma que en ninguno de
ellos encontramos la bondad última de nuestra existencia, aunque en la vida buena y
31

próspera hemos de incluirlos de algún modo. Tomás no los desprecia: los considera
buenos e incluso necesarios”. Pág. 99
 “Tomás respeta el dominio que puede tener sobre nosotros el dinero, la reputación,
el poder, el prestigio y el placer porque reconoce su bondad”. Pág. 100
 “Aunque concluya que la felicidad perfecta no se encuentra en ninguno de ellos,
nunca niega su valor ni lo importantes que son para que la vida sea verdaderamente
buena”. Pág. 100
 “Lo importante es saber si alguno de ellos podrá soportar la carga de la felicidad
última, si en alguno de ellos reside la bondad necesaria para traer la paz a nuestros
corazones”. Pág. 100
 “Aunque el dinero y las posesiones sean buenos y necesarios para la vida humana,
es una ilusión mortal pensar que constituyen nuestro bien más digno porque no son
capaces de proporcionar la bondad que nos lleva a la vida plena”. Págs. 101-102
 “La respuesta de Tomás frente a esta afirmación es terminante: la riqueza no es
nuestro bien perfecto porque es inferior a nosotros, y sólo nos puede traer la
plenitud algo superior a nosotros”. Pág. 102
 “Según expone Tomás, ser feliz en último término es poseer el mejor bien posible,
puesto que, si un bien parcial nos produce alegría, el mejor de ellos nos aportará el
gozo supremo”. Pág. 102
 “Si retomamos su idea de que nuestro fin último es lo que verdaderamente apacigua
nuestros deseos, entonces nuestra alegría y felicidad residirá en algo tan bueno que
su posesión consistirá en el encuentro con la plenitud”. Pág. 102
 “Debe ser, por tanto, un bien capaz de llevarnos a nuestro más completo desarrollo,
un bien que nos estimule, un bien que con firmeza nos conduzca más allá del
crecimiento y de los logros anteriores”. Pág. 102
 “Nuestra felicidad última reside en nuestra plenitud más duradera y encontraremos
la alegría cuando nos unamos a lo que es más amable y bienaventurado”. Pág. 102
 “Hacer de un bien inferior nuestro último fin es una perversión completamente
destructiva, porque es tomar algo hecho para nosotros y convertirlo en algo para lo
cual estamos hechos”. Pág. 103
 “Todo amor mal orientado es idólatra y todo amor idólatra es mortal. Si nos
entregamos a los bienes inferiores a nosotros, irremediablemente nos destruimos”.
Pág. 103

La conexión inseparable entre la felicidad y lo bueno


 “¿Cuál es, entonces, la relación entre nosotros y lo que nos hace felices?” Pág. 103
 “Primero, Tomás plantea que la verdadera felicidad reside en el bien que ha de ser
buscado por sí mismo y no en aquello que nos sirve para conseguir cualquier otra
cosa”. Pág. 103
 “La felicidad consiste en unirse con el bien por encima del cual no hay otro más
grande; es poseer el bien al que se ordenan todos los demás bienes”. Pág. 103
32

 “Existe, pues, un bien único y perfecto y una maravillosa variedad de bienes


intermedios que indican el camino hacia el mejor y, en verdad, el valor de dichos
bienes intermedios está fundado en el hecho de ser la mediación para alcanzar el
bien mayor”. Pág. 103
 “Segundo, lo que nos aporte la alegría perfecta no puede ser algo inferior a nosotros,
sino algo tan superior que, al amarlo, nos alcance la máxima plenitud”. Págs. 103-
104
 “La felicidad es cuestión de desarrollo, es encontrar la verdadera alegría mediante el
crecimiento en la excelencia”. Pág. 104
 “Nos perfecciona algo tan gloriosamente bienaventurado que está fuera de nuestro
alcance sin la gracia divina”. Pág. 104
 “El dinero es un bien, pero no es totalmente bueno porque no posee la excelencia
necesaria para hacer el gozo final. Tiene un gran poder de seducción, pero ningún
poder en absoluto de redención”. Pág. 104
 “Puede atraernos, enredarnos, seducirnos, pero no puede perfeccionarnos, sanarnos
ni hacernos crecer, así que, si lo ponemos por encima de todo, quedaremos
moralmente desfigurados”. Pág. 104
 “Tercero, el Aquinate, después de decir que el dinero y las posesiones no son los
bienes supremos, insiste en que sí son necesarios para que la vida sea
completamente buena”. Pág. 104
 “Si concentramos nuestra atención en Dios, sugiere Mouroux, entendemos bien el
verdadero valor de todo lo demás porque nuestro amor es adecuado”. Pág. 105
 “Si realmente deseamos a Dios por encima de todo, entonces sabremos apreciar
todo lo demás”. Pág. 105
 “El problema empieza cuando rompemos la relación entre los bienes de este mundo
y el Dios de quien provienen y hacia quien deben orientarnos”. Pág. 105
 “Dicho de otro modo, ninguna de las cosas de la tierra, especialmente las cosas
materiales, supone un peligro por sí mismo”. Pág. 105
 “Es nuestro amor por ellas el que puede ser peligroso si nos olvidamos de la razón
por la cual nos fueron entregadas”. Págs. 105-106
 “Las convertimos en ídolos si las amamos por encima de todo, en vez de amarlas
parcialmente”. Pág. 106
 “Las cosas materiales no son peligrosas, pero sí las personas con deseos
extraviados, porque aún tienen que aprender a amar los bienes de un modo
proporcionado a su bondad”. Pág. 106
 “Al contrario, las personas que tienen caridad -las personas que aman a Dios por
encima de todo- comprenden perfectamente cómo amar el resto de las cosas,
porque, poniendo primero su amor en Dios, pueden ver el verdadero valor de todo
lo demás”. Pág. 106
 “La felicidad no es la posición de la mayoría; más bien, la felicidad es entendida por
las personas que saben lo que significa ser bueno”. Pág. 107
33

 “Si queremos saber la verdad acerca de la felicidad o cualquier otra cuestión moral,
debemos consultar a las personas sabias y buenas, debemos escuchar a las personas
virtuosas”. Pág. 107
 “Las personas que actúan creyendo que el dinero y las cosas materiales son lo mejor
que ofrece este mundo son personas necias y superficiales, que no entienden la vida
en absoluto”. Pág. 107
 “En las cosas de moral, no todas las opiniones son iguales; la gente buena tiene una
autoridad que no tienen los viciosos porque los que adoran el dinero son víctimas de
un amor extraviado, y al desfigurarse han perdido todo sentido de lo que es el ser
humano”. Pág. 107

SOBRE QUÉ ES LA FELICIDAD Y DÓNDE SE PUEDE ENCONTRAR


 “Lo primero de que se da cuenta es que el hombre y la mujer no están hechos para sí
mismos (ST, I-II, 2, 5)”. Pág. 108
 “Ninguno de nosotros somos el objetivo de nuestra propia existencia: vivimos en la
búsqueda de algo más”. Pág. 108
 “El Aquinate explica que tenemos la vida para relacionarnos con algo más allá de
nosotros. No somos el bien supremo, pero tenemos la vida para descubrir este bien
y aprender a amarlo”. Pág. 108
 “Ahora bien, si nosotros no somos el objetivo de nuestra existencia, debemos
averiguar cuál es”. Pág. 108
 “Es decir, no existimos en virtud de nosotros mismos, sino en virtud de este otro
«algo más» al que, por tanto, debemos buscar, aprender a amar y vivir para siempre
en su presencia”. Pág. 108
 “No debemos mirarnos a nosotros mismos, debemos dirigir nuestra mirada a otro
lugar”. Pág. 108
 “Tomás subraya la dimensión relacional de la existencia humana. No podemos vivir
sin relación con otros y, en último término, sin duda, con Dios”. Pág. 109
 “La personalidad es una creación social, no individual, en cuanto despertamos a la
vida a través del crisol de la amistad, en el amor, los cuidados y el afecto
proporcionados por otros”. Pág. 109
 “Cuanto más plena es nuestra relación de amor y confianza con los demás, tanto
más completos nos volvemos”. Pág. 109
 “El centro de la vida, pues, no está en uno mismo, sino en la relación con los
demás”. Pág. 109
 “Paradójicamente descubrimos nuestra identidad cuando participamos de lo que son
los demás”. Pág. 109
 “La vida es más que la mera existencia; es amar el bien supremo, es la amistad con
ese bien, es la intimidad con ese bien, es comunión con ese bien”. Pág. 110
 “No hemos recibido el don de la vida para sobrevivir, sino para amar y ser amados,
para crecer en ese amor, para ser transformados por ese amor, para ser liberados y
encontrar la felicidad”. Pág. 110
34

 “Tomás dice que la verdadera felicidad está relacionada con la bondad, que las
únicas personas realmente felices son las virtuosas”. Pág. 110
 “La felicidad es ser bueno, participar y crecer en la bondad”. Pág. 111
 “Para el Aquinate, ser virtuoso es ser feliz, y, por eso, no podemos encontrar la
alegría y la paz hasta volvernos verdaderamente buenos, y cuanto más participemos
en la bondad, más felices seremos”. Pág. 111
 “Para Tomás, la felicidad no es natural, sino adquirida y desarrollada por el hombre;
llega a través de una cierta manera de vivir, una manera virtuosa de vivir, de
practicar cierto tipo de cosas, esto es, las cosas buenas”. Pág. 111
 “La felicidad solo en parte es una emoción, porque más bien es una actividad, una
forma de vivir, que consiste en ser virtuoso, en hacer el bien y llenarse de bondad,
es el amor puesto en práctica”. Pág. 111
 “La felicidad es hacer lo que nos llevará a nuestro desarrollo más completo y real, es
nuestra misión más plena y original, y por eso podemos decir que la felicidad es lo
mejor que podemos hacer”. Pág. 111
 “La felicidad verdadera no se encuentra en las personas malvadas porque nunca se
alcanza por la maldad”. Pág. 111
 “El mal puede aportarnos placer, pero nunca nos proporciona felicidad porque, «por
ser la felicidad el bien supremo del hombre, no es compatible con algún mal» (ST,
I-II, 2, 4)”. Pág. 111
 “Tomás concede que el mal puede lucrarse y que las personas malvadas a menudo
prosperan, pero no llegan a ser realmente felices porque están involucradas en el
deterioro de su persona”. Pág. 111
 “La maldad conlleva la decadencia, no la vida; no restaura, corrompe”. Pág. 111
 “Si entendemos por felicidad llegar a la perfección de nuestro desarrollo, entonces
seremos verdaderamente felices en la medida en que alcancemos nuestra más alta
capacidad y la participemos en nuestro bien más prometedor”. Pág. 111
 “Tomás insiste en que la bienaventuranza no es compatible con el mal”. Págs. 111-
112
 “El mal nos aparta de la vida, no desfigura, nos afea moralmente, mientras que la
bondad crea la vida, y es siempre bella y liberadora”. Pág. 112
 “Ser feliz es vivir en y desde el bien más bello, incluso crecer en la semejanza de
este bien, lo cual explica la insistencia de Tomás en que nuestra felicidad reside en
la amistad con Dios”. Pág. 112
 “En consecuencia, nuestro crecimiento en la felicidad depende de nuestro
crecimiento en la bondad de Dios, y por esta razón, Tomás concluye que la
felicidad, en último término, es la santidad, y que ser santo es el requisito para
alcanzar la alegría”. Pág. 112
 “Aquí tenemos la mejor definición que Tomás da de la felicidad: asemejarse a Dios
en la bondad”. Pág. 112

Por qué la felicidad es una cualidad del alma


35

 “A todo esto se puede poner una objeción obvia: las personas buenas no siempre
parecen felices”. Pág. 112
 “Su bondad no les protege de la adversidad, también las vemos agobiadas por los
infortunios de la vida y tienen mala suerte; en verdad, parece que la buena gente
incluso sufre más porque también sufre por ser buena”. Pág. 112
 “Ya se ha dicho que para ser feliz es necesario relacionarnos con lo que es bueno, y
para conocer la felicidad perfecta debemos amar el bien perfecto, pero hay que
añadir que nuestra felicidad aumenta tanto como llegamos a poseer este bien en
nosotros mismos”. Pág. 113
 “Lo que nos hace feliz es externo a nosotros en el sentido de que existe aparte de
nosotros, pero llegamos a la felicidad cuando, a través del amor, lo asimilamos en
nuestro interior”. Pág. 113
 “Ser feliz es haber aceptado a nuestro amado dentro de nuestro ser, es haber
absorbido en nuestras almas la bondad que buscamos sin cesar”. Pág. 113
 “La perfecta felicidad es la perfecta asimilación al bien supremo”. Pág. 114
 “Podemos decir que somos la felicidad, no porque todo sucede como quisiéramos ni
porque estemos siempre alegres, sino porque hemos asimilado los efectos de nuestro
amor”. Pág. 115
 “Ser feliz es tener lo que amamos, y, para el Aquinate, lo tenemos en la manera más
personal y permanente: nos hacemos conforme a su bondad”. Pág. 115

Por qué la felicidad se encuentra en Dios


 “Precisamente porque la felicidad viene por la perfecta asimilación en nuestro ser
del bien que más nos perfecciona, no es un proceso inmediato”. Pág. 115
 “La felicidad es conversión, ya que ser feliz es haber sido convertido en la bondad
de Dios”. Pág. 115
 “Es también entrega, ya que para ser feliz es necesario entregarnos al amor que
puede hacer incomparablemente más por nosotros que lo que nosotros mismos
podríamos hacer”. Pág. 115
 “Ser feliz es ser transfigurado en santidad, es brillar en la bondad de Dios, pero
como la bondad de Dios nos sobrepasa siempre, nuestra felicidad puede aumentar
constantemente”. Pág. 115
 “Después de todo, la verdadera felicidad reside en la bondad perfecta y eterna de
Dios y no en ninguno de los bienes creados”. Págs. 115-116
 “Ser feliz es estar unido a lo más bello y santo; es la comunión con la pura bondad”.
Pág. 116
 “Hay una bondad en Dios que nos bendice eternamente, una bondad que seguirá
transformándonos y enriqueciéndonos continuamente, y porque solo en Dios
encontramos esa bondad que nos lleva a la perfección (…)”. Pág. 116
 “Para ser feliz, nos dice Tomás, debemos conocer la perfección completa sin
carencia alguna, pero cuando tenemos riquezas, honores, fama, poder, reputación y
36

placer, por buenas y necesarias que sean estas cosas, sabemos que todavía
carecemos de algo mayor, que es lo único que nos llevará a la plenitud”. Pág. 116
 “Solamente en Dios reside un bien suficientemente santo como para curar y redimir
y, por eso, Dios es nuestro último bien y la perfección de nuestra alegría”. Pág. 116
 “El problema es este: ¿cómo podemos nosotros, sin ser Dios, poseer a Dios de una
manera que permita llegar a conocer es alegría final?”. Pág. 116
 “¿Cómo podemos nosotros, tan diferentes a Dios, limitados, finitos y terrenos,
disfrutar de la bondad espléndida del único que parece ser todo lo que no somos?”.
Pág. 116
 “Es indudable que podemos desear a Dios más que ninguna otra cosa, pero esto no
implica que tengamos capacidad para establecer una relación con Él”. Págs. 116-
117
 “Si es verdad que nuestra felicidad es Dios, debe ser connatural a nosotros la
capacidad de relacionarnos con Él y amarle”. Pág. 117
 “En primer lugar, existe la gracia, el don del amor de Dios, que nos capacita para
disfrutar de Dios de la única forma posible”. Pág. 118
 “Por medio de la gracia, que siempre es un puro don, se nos da la capacidad de
relacionarnos con Dios”. Pág. 118
 “En términos de Tomás, nos «eleva» para que podamos buscar a Dios, amarle y
entrar en comunión con Él”. Pág. 118
 “Esto es posible por Él y no por nosotros mismos; el don del amor de Dios nos
capacita para corresponder a ese mismo amor”. Pág. 118
 “En segundo lugar, de Dios viene la gracia, y en nosotros, el deseo”. Pág. 118
 “Somos limitados en todo menos en esto: nuestro deseo es ilimitado, siempre va
más allá”. Pág. 118
 “Sabemos que nuestro deseo es lo único humano que no tiene restricciones, ya que
sentimos el hambre permanente de algo infinitamente bueno, nos asalta el ansia de
algo totalmente bienaventurado y precioso”. Pág. 118
 “Aunque somos limitados, queremos el bien ilimitado; aunque somos restringidos,
queremos amar sin restricciones”. Pág. 118
 “Por esta razón, nunca pueden satisfacer los bienes creados; se quedan demasiado
cortos para la profundidad de nuestro espíritu”. Pág. 118
 “Nunca encontraremos la alegría eterna si permanece inquieto nuestro corazón,
porque buscamos el bien que cura esta inquietud, es decir, la alegría donde por fin
descansa en el ansia, la búsqueda, el hambre y el deseo”. Pág. 119
 “Dios es nuestra felicidad porque en Él encontramos la alegría tan ansiosamente
buscada”. Pág. 119
 “Ser feliz es estar saciado, pero además ser en plenitud; es estar satisfecho, pero
además el perfecto; es ser bueno y ser santo”. Pág. 119
 “Por lo tanto, solo Dios es nuestra última, perfecta y eterna felicidad porque sólo en
Él reside la onda que cura, que redime que restaura”. Pág. 119
37

IV. LA CARIDAD: LA VIRTUD DE LA AMISTAD CON DIOS


 “Escondida en las páginas de la Summa, encontramos esta afirmación sorprendente:
podemos ser amigos de Dios”. Pág. 121
 “Dios quiere amarnos como amigo, tener con nosotros una intimidad personal y
profunda, estar presentes en nuestras vidas tan vivamente como sea posible
amándonos, cuidándonos, haciendo todo lo posible para nuestro bien”. Pág. 121
 “Define la caridad como una amistad con Dios, una amistad que «empieza aquí, en
la vida presente por la gracia y culminará en la vida futura por la gloria» (ST, I-II,
65, 5)”. Págs. 121-122
 “Nosotros, hijos de Dios, estamos llamados a ser amigos de Dios, debemos amar a
Dios no de cualquier manera, sino con amor de amistad”. Pág. 122
 “Él cree lo increíble: somos llamados a una amistad cada vez más profunda con el
Dios que es nuestra felicidad, la amistad de un amor dado y recibido, una amistad
en la cual cada uno busca el bien del otro, y finalmente llegar a ser uno mediante el
amor”. Pág. 122
 “La amistad con Dios es la vocación que todos compartimos, lo único que tiene que
pasar para que conozcamos la felicidad que Dios quiere para nosotros”. Pág. 122
 “Por eso, su ética es una ética del amor, y más específicamente, del bello y
sorprendente amor de caridad”. Pág. 122
 “La ética está basada en las relaciones, pero, para Tomás, la relación central es una
amistad con Dios que consigue sacar lo mejor de nosotros mismos”. Pág. 122
 “El objeto de la vida moral para Tomás es llegar a ser para Dios lo que Él siempre
ha sido para nosotros”. Pág. 123
 “Nos llama a la caridad porque no hay amor más exigente y porque, en esa
transformación hacia Dios, llegamos a asemejarnos tanto a Él que podemos
compartir su misma felicidad y eso es lo que siempre ha deseado para nosotros”.
Pág. 123
 “La caridad es la amistad con Dios que debemos practicar porque nos proporcionará
la alegría sin fin”. Pág. 123

LO QUE SIGNIFICA HABLAR DE DIOS COMO AMIGO


 “Toda amistad es un amor, aunque no todo amor es amistad. La amistad es un tipo
de amor especial”. Pág. 123
 “No sólo estamos llamados a amar a Dios, sino que debemos amarlo como a un
amigo”. Pág. 123
 “Ser amigo de Dios es realizar y expresar nuestro amor de una manera particular”.
Pág. 123.
 “Tener caridad es hacer que nuestra relación de amor con Dios se ajuste a las
cualidades propias de la amistad, que es algo más que una conexión de afinidad o
unas buenas sensaciones”. Págs. 123-124
 “Si somos amigos de alguien buscamos su bien y trabajamos para que sea bueno”.
Pág. 124
38

 “Ser amigo de alguien es querer lo mejor para él y disfrutar cuando lo tiene; es


querer lo que realmente es bueno para nuestro amigo”. Pág. 124
 “Conocemos, por tanto, quiénes son nuestros amigos por cómo se preocupan de
nosotros y confiamos en ellos porque sabemos que siempre nos procuran lo mejor”.
Pág. 124
 “Lo primero, se necesita que sea de espíritu generoso, para que realmente encuentre
su alegría en el bien del otro, puesto que para un amigo de verdad, se supone que
somos algo más que una parte de un plan que pueda tener”. Pág. 124
 “Por eso, Tomás dice que la benevolencia no es solamente desear el bien para
nuestros amigos, sino trabajar activamente para que sean buenos”. Pág. 124
 “La amistad es expresamente la actividad por la que uno se ocupa del bien del otro”.
Págs. 124-125
 “Ser amigo de alguien es vivir para esa persona, es entender que la tarea y el
propósito de la amistad es buscar y facilitar la felicidad del amigo”. Pág. 125
 “Mediante la práctica de tal generosidad, descubrimos que el bien del amigo es
verdaderamente nuestro bien y que somos más felices al dedicarnos a buscar lo
mejor para él”. Pág. 125
 “Todo amor comparte el deseo de un bien especial, pero la identidad de la persona
para quien deseamos el bien y la razón de nuestro deseo distingue un amor de otro”.
Pág. 125
 “La amistad es el amor donde todo empuje o energía se dedican para el bien del
otro”. Pág. 125
 “La benevolencia implica no solamente que uno quiere al amigo por sí mismo, sino
también que, debido a este amor, la búsqueda activa de su bien es el proyecto
central de la vida de su amigo”. Pág. 126

Lo que significa tener benevolencia hacia Dios


 “Igual que Dios intercede tantas veces en nuestras vidas, ayudándonos,
bendiciéndonos, amparándonos, nosotros también podemos, en ocasiones,
interceder por Dios, vigilando sus intereses en el mundo”. Pág. 127
 “Dios siempre practica la benevolencia con nosotros, pero no hay razón que nos
impida tener benevolencia con Él”. Pág. 127
 “Mirar el uno por el otro, proteger el uno al otro, ayudar el uno al otro, así es la
amistad, y estamos equivocados si pensamos que es unilateral”. Pág. 127
 “Dios depende de nuestra bondad para hacer bien en el mundo, depende de nosotros
para llevar a cabo sus propósitos”. Pág. 127
 “Los amigos se necesitan y se ayudan, y nosotros podemos ayudar a Dios en el
mundo a buscar y practicar siempre lo que Él quiere”. Págs. 127-128

La amistad es la mutualidad en el amor


39

 “Tomás nos dice que la benevolencia de la amistad debe ser mutua: desear
simplemente el bien del otro no constituye una amistad, es condición necesaria, pero
no suficiente”. Pág. 129
 “Para la amistad, el deseo del bien del otro debe ser recíproco. He aquí la segunda
característica de la amistad: el amor y benevolencia deben ser mutuos, donde cada
persona sabe que su deseo por el bien del otro es correspondido”. Pág. 129
 “La amistad no puede ser unilateral, es un tipo de relación donde cada persona se
compromete con la otra; al igual que el matrimonio, requiere la promesa de ambos
de buscar que el compañero sea bueno”. Pág. 129
 “Podemos querer profundamente a alguien y entregarnos en la búsqueda de su bien,
pero mientras nuestro amor no sea correspondido, su estatuto es el de amabilidad y
no el de amistad”. Pág. 129
 “La amistad tiene dos caras, es una relación en la que cada persona sabe que el bien
que desea al otro, el otro también lo desea para él”. Pág. 129
 “La amistad es una asociación en cuidados y afectos, es una sociedad de amor
donde cada uno trabaja para alcanzar lo mejor para el otro”. Pág. 129
 “En ese sentido, podemos hablar de la amistad como una comunidad de afecto en la
que dos personas compenetradas en el amor trabajan para hacer de ese amor la
posesión de la otra”. Pág. 129
 “Obviamente, la benevolencia es parte de esto, pero no es suficiente para la amistad,
porque el bien que queremos para el otro ha de ser compartido consciente e
intencionalmente”. Págs. 129-130

Por qué los buenos amigos nos convierten en buenas personas


 “Lo que pasa entre los amigos que son buenas personas es que nos hacen crecer en
bondad, y aquí reside la belleza moral de la buena amistad”. Pág. 130
 “Disfrutamos de ellas, crecemos gracias a ellas y brillamos con una bondad
imposible de recibir de otra forma”. Págs. 130-131
 “Los buenos amigos nos hacen mejores personas y quedamos en deuda con ellos,
porque sabemos que eso ha sido gracias a haberlas conocido”. Pág. 131
 “Las amistades son escuela de virtud porque en ellas aprendemos cómo practicar el
bien, particularmente, la justicia”. Pág. 131
 “Nuestros amigos nos ofrecen la oportunidad de hacer el bien pero, además, nos
retan continuamente en la bondad, nos exigen cada vez niveles más profundos de
plenitud moral, no permiten que nos quedemos satisfechos con la bondad
alcanzada”. Pág. 131
 “Los amigos son personas que, por su atención amorosa, nos moldean hacia la
plenitud, que, por practicar su amor en nosotros, nos conducen a la realización de
nuestro ser de un modo que nunca alcanzaríamos solos”. Pág. 131
 “Los amigos ven en nosotros cualidades que hemos sido incapaces de ver o que,
incluso, si las hubiéramos visto, habríamos sido incapaces de realizarlas sin su
presencia”. Págs. 131-132
40

 “Un buen amigo es alguien que, por el hecho de serlo, saca lo mejor de nosotros,
nos recrea de la manera más prometedora”. Pág. 132
 “La amistad es una sociedad o comunidad constituida por los que buscan el mismo
bien y alcanzan el bien buscado y está mediada por el amor que se comparte”. Pág.
133
 “La razón básica de la amistad es la comunidad donde se realiza la formación
progresiva de los amigos en la virtud”. Pág. 133
 “Las amistades en la virtud se basan en un bien necesario para crecer en excelencia
que sólo podemos recibir, ya que no llegamos a este bien por nosotros mismos, se
alcanza solamente a través del amigo, que es el que nos lo puede ofrecer”. Pág. 133
 “Los buenos amigos nos hacen mejores personas porque la vida en la amistad
consiste en compartir y disfrutar de lo que es excelente, noble y hermoso”. Pág. 134
 “La buena amistad es una escuela de virtud, porque, al estar con personas que son
buenas y quieren ser buenas, conocemos la verdadera bondad y crecemos en ella”.
Pág. 134

Cómo la amistad con dios nos comunica la vida más plena


 “¿Qué sucede en la amistad con Dios? Por nuestra parte, buscar su bien es querer
hacer su voluntad. Es adorar, alabar y venerar a Dios, disfrutar de su bondad y gozar
de su amor, es servir a Dios porque somos agradecidos y vivir para Él porque le
amamos”. Pág. 135
 “El hacer todas estas cosas, orar, venerar, servir, a amar y adorar, conlleva
engrandecer a Dios, porque le glorificamos; enriquecerle, porque le damos vida”.
Pág. 135
 “Pero Dios, a su vez, obra nuestro favor. Nos ama y nos procura lo mejor, que
consiste en tener la plenitud en Dios, llegar a ser semejantes a Él”. Pág. 135
 “Dios trabaja para nuestro bien con su amor y nos introduce cada vez más
plenamente en el amor divino”. Pág. 135
 “Dios es el artista supremo del amor, cuya amistad despierta lo más santo de nuestro
ser”. Pág. 135
 “El amor de Dios es efectivo, redime, restaura, cura y crea de nuevo”. Pág. 136
 “Dios es nuestro gozo supremo, Aquel en quien encontramos felicidad y paz, pero
Dios es un bien que no podemos alcanzar directamente; sólo nos es posible llegar a
él a través de su amistad”. Pág. 136
 “Toda amistad se nutre de lo que se ofrece y de lo que se intercambia, así la caridad
se nutre el ofrecimiento de la felicidad y de la vida de Dios hacia nosotros”. Pág.
136
 “Si Dios es nuestro amigo, quiere lo mejor para nosotros, y esto es la vida divina, la
plenitud de vida, de gozo, de paz y de alegría que es Él mismo”. Pág. 136
41

 “La amistad que tenemos con Dios debe entenderse como una «conversación» sin
fin con Dios sobre el bien integral de la caridad13”. Pág. 137.
 “La caridad-amistad con Dios es una vida de conversión progresiva porque no
podemos sentir ese amor sin ser transformados por Él, y esto es precisamente
nuestra esperanza”. Pág. 137
 “La caridad ofrece la conversión más radical porque el amor de Dios nos promete el
bien más hermoso”. Págs. 137-138
 “La caridad es una vida de conversión, porque vivir en amistad con Dios es ser
recreado en la bondad divina”. Pág. 138
 “Ser amigos de Dios es darle libertad para que haga de nosotros lo que quiera”. Pág.
138
 “Este es el empeño del amor de caridad: esculpirnos en la bondad de Dios,
formarnos en la belleza de la santidad”. Pág. 138
 “Todo amor nos transforma pero solo la caridad nos transforma en Dios”. Pág. 138

La caridad nos da la semejanza con Dios


 “La estrategia de la caridad es conducirnos a una semejanza con Dios lo bastante
profunda como para que disfrutemos de la felicidad que goza Él mismo”. Pág. 139
 “Todo amor asemeja a los amantes y la caridad nos da la semejanza de Dios
necesaria para ser amigos de Dios”. Pág. 139
 “El objeto de la vida moral, insinúa Tomás, es volvernos para Dios lo que Él
siempre ha sido para nosotros, un amigo que busca nuestro bien y desea nuestra
plena felicidad, un amigo que tiene siempre presente nuestros intereses y bienestar;
y la caridad nos ofrece esta posibilidad”. Pág. 140
 “La caridad nos asemeja a Dios, pero no nos convierte en Dios; de hecho, si la
caridad es realmente una amistad, nos hace más plenamente alguien diferente a
Dios, nos hace que seamos más plenamente nosotros mismos”. Pág. 141
 “Podemos considerar a Dios como nuestro «otro yo» porque, en la caridad, la
bondad de Dios es nuestra bondad; sin embargo, haciendo nuestra la bondad de
Dios, llegamos a ser plenamente nosotros mismos y no Dios”. Pág. 142
 “Nos asemejamos a Él porque aprendemos a amar lo que Él ama, pero también nos
diferenciamos de Él porque somos más genuinamente nosotros mismos”. Pág. 142
 “La caridad nos enseña que, desde nuestro amor por Dios, crecemos hacia nuestro
verdadero ser y, a medida que nos asemeja a Dios en la bondad, nos hacemos
alguien distinto de Dios, la persona única y espléndida que el amor de Dios siempre
ha deseado que fuésemos”. Pág. 142
 “Hablar de Dios como «otro yo» no es decir que la caridad nos hace idénticos a
Dios, sino reconocer que tenemos una identidad en la medida en que participamos
de la vida de Dios”. Pág. 143

13
Tomás de Aquino, Scriptum Super Sententiis, III, d. 27, q. 2, a. 1.
42

 “Hablar de Él como «otro yo» es un recordatorio de que Dios es el único por quien
siempre existimos”. Pág. 143
 “Dios es verdaderamente nuestro «otro yo», porque nuestra vida es la amistad con
Dios, esto significa que, para cada uno de nosotros, existir consiste en ser amigo de
Dios”. Pág. 143
 “El amor de la caridad es especial porque no pone límite a la felicidad que Dios
quiere que disfrutemos, y por eso es el único amor que puede traer la paz al
corazón”. Pág. 144
 “Es una ética del corazón, de afectos refinados y nobles, y si nos vamos a reunir con
Dios, debemos aprender a amar correctamente en cada dimensión de la vida”. Pág.
144
43

V. LAS PASIONES Y LOS AFECTOS EN LA VIDA MORAL: EXPLORANDO


LA PRIMACÍA DEL AMOR.
 “Lo esencial de la vida moral es que coincidan nuestros sentimientos con lo que es
lo mejor para nosotros. Somos por naturaleza seres amantes, pero debemos aprender
a amar las cosas adecuadas de modo apropiado”. Pág. 145
 “Hemos de educar nuestros afectos para que reaccionemos correctamente a todo lo
que tenemos delante, amando lo bueno, odiando lo que es malo, sintiendo tristeza
por la pérdida de lo que es realmente un bien, ira cuando lo vemos amenazado y
temor cuando cabe la posibilidad de que sea vencido”. Pág. 145
 “Al contrario de lo que muchos piensan y de cómo muchas veces se ha interpretado
el pensamiento del Aquinate, lo que importa en la vida moral no es negar las
pasiones o intentar reprimirlas, sino cultivarlas hasta que nos faculten para hacer el
bien”. Pág. 145
 “La moralidad necesita de las pasiones porque, solo cuando algo nos importa,
somos capaces de hacer alguna cosa”. Pág. 145
 “Tomás valora los sentimientos, las pasiones y las emociones en su justo punto”.
Pág. 145
 “Para él, la moralidad se mantiene gracias al cultivo de un amor correcto al que
permitimos la dirección de nuestras vidas”. Pág. 145
 “Amar, sin embargo es estar vivo para el bien, es experimentar la hermosura del
mundo y responder a ella”. Pág. 146
 “Sabe que es necesario sentir para poder actuar; por eso, nuestras pasiones y afectos
le parecen cruciales y no los desprecia en su discusión sobre la vida moral”. Pág.
146
 “Son el eje de la vida moral, porque lo que al final llegamos a hacer gira sobre lo
que amamos y sobre cómo lo amamos, sobre lo que escogemos para hacernos
felices y sobre lo que nos puede entristecer”. Pág. 146
 “No se puede plantear una teología moral adecuada al ser humano sin que se tome
en serio el papel que juegan las pasiones y afectos en nuestras vidas”. Pág. 146
 “Ve con claridad que la plenitud moral no reside en evitar las pasiones, sino en
cultivarlas mediante un amor adecuado”. Pág. 147

SER HOMBRE ES SER APASIONADO. ESTAMOS HECHOS PARA RERCIBIR AL


MUNDO
 “El término que emplea más generalmente el Aquinate para explicar las pasiones y
afectos es el de «apetito»”. Pág. 147
 “Entendemos que «tener apetito» es ansiar algo que deseamos y de lo que
carecemos”. Pág. 147
 “Tener apetito es tender hacia aquello que creemos bueno y necesario para
nosotros”. Pág. 148
44

 “Los apetitos tienen su origen en el reconocimiento de una necesidad, somos


conscientes de nuestra inteligencia y vemos algo que creemos que nos ayudará, por
eso lo consideramos bueno”. Pág. 148

Los seres humanos son criaturas con apetitos


 “En la descripción de los apetitos que hace el Aquinate se sugiere que el hombre es
por naturaleza una criatura llena de apetitos, de fuertes tendencias”. Pág. 149
 “Ciertamente, el ser humano es aquel cuya naturaleza es en verdad apetito y deseo.
Todo su ser tiende hacia cualquier bien que le promete una plenitud de vida”. Pág.
149
 “Los apetitos son signos de actividad, describen cómo nos movemos hacia lo que es
bueno, pero su actividad es una respuesta a algo cuyo bien ya ha actuado sobre
nosotros”. Pág. 149
 “Desear algo sólo es posible porque hemos experimentado primero su bondad”. Pág.
150

Una anatomía del amor


 “El objeto apetecible trabaja en nosotros, su bondad nos penetra y nos cambia.
Sentimos su bondad, nos impresiona; en cierto modo, se hace parte de nosotros”.
Pág. 151
 “En otras palabras, actuamos hacia lo que amamos porque primero actuó en
nosotros”. Pág. 151
 “El cambio que menciona Tomás es nuestra transformación interior. Somos
modificados interiormente al recibir la excelencia de otra persona, y, sintiendo la
parte de nuestra alma, la buscamos como otra definición de nosotros mismos”. Pág.
153
 “Hemos asimilado la bondad de otro, ya es parte integral de nuestra identidad,
porque no nos imaginamos sin esa persona”. Pág. 153

El amor: una apertura continua a todo lo que es bueno


 “El corazón de la antropología de Aquino es la idea de que estamos hechos para
recibir algo”. Pág. 153
 “No somos individuos autosuficientes y cerrados, sino criaturas con una necesidad
tan honda que estamos hechos para abrirnos, formados para abrazar todos los bienes
que nos regalan una vida más plena”. Pág. 153
 “Somos receptivos, y esta apertura continua a la bondad de los demás y de la vida es
nuestro rasgo más fundamental y distintivo. Págs. 153-154
 “El amor es el hecho fundamental, la expresión del deseo universal: empieza con la
atracción que produce la fascinación, lo que mantiene la unidad del cosmos”. Pág.
154
45

 “Estamos todos destinados a ser amantes, y alcanzamos lo mejor de nosotros cuando


formamos parte de este universo de amor, cada uno dando y recibiendo, todos
haciendo felices a los demás y hechos felices por ellos”. Pág. 154
 “Las pasiones son apetitos que no relacionan con lo que hemos aprendido a amar en
la esperanza de poseerlo”. Pág. 156
 “En consecuencia, la vida moral consiste en el efecto que produce algo bueno y
amable sobre nosotros y en nuestra respuesta a esa bondad a través de la acción.
Algo actúa en nosotros, y nosotros respondemos. La vida moral es estar
impresionado e intentar alcanzarlo, ser afectado y aproximarse”. Pág. 156

LO QUE SIGNIFICA LLAMAR PASIÓN AL AMOR


 “La teología moral del Aquinate presenta acertadamente el hecho de que todavía no
somos lo que debemos ser, y que no tenemos en nosotros lo que nos falta para
nuestra perfección”. Pág. 157
 “El requisito para nuestra plenitud no se encuentra en nosotros y no podemos
ayudarnos en nuestra propia reconstrucción, tenemos que recibirla de fuera”. Pág.
157
 “Decir que el amor es la llave de nuestra salvación moral e identificarlo con una
pasión equivale a saber que nuestra perfección llegará gracias a la recepción de un
bien que nos falta y que, además, ese bien nos ha de venir de mano ajena, puesto
que por naturaleza somos incapaces de proporcionárnoslo a nosotros mismos”. Pág.
157
 “Tomás defiende que la deficiencia que padecemos en cuanto a humanos solo puede
remediarse a través de otra persona que nos ofrezca lo que no podemos darnos a
nosotros mismos”. Pág. 158
 “Somos reconstruidos por la influencia ajena, nos curamos por mediación del otro”.
Pág. 158
 “Al utilizar el lenguaje de la «potencialidad», Tomás admite que podemos superar
nuestra indigencia, pero añade inmediatamente que eso no tendrá lugar
principalmente por nuestros propios esfuerzos, sino por nuestra apertura a lo que
tiene bondad y poder para darnos una vida más plena”. Pág. 158
 “Tomás insiste en que tal realización no es obra de nuestras propias manos, sino que
nos llega a través de la ternura de un amor mejor”. Pág. 158
 “Como veremos, esta intuición es la que sostiene la convicción del Aquinate de que
las virtudes se perfeccionan no por nuestro propio esfuerzo, sino por el Espíritu del
Amor activo en nosotros”. Pág. 158

Por qué el amor es la suma vulnerabilidad


 “Tomás habla de él como de aquello que nos perfecciona, pero no en el sentido de
que alcanzamos la perfección en cuanto a lo que hacemos”. Pág. 159
46

 “Nos perfecciona porque su actividad explícita es llevarnos a lo que nos llena. La


estrategia del amor es abrirnos gradualmente al Amor, del que vienen todas las
cosas”. Pág. 159
 “Si Dios y los demás nos hacen vivir, entonces nuestro amor nos perfecciona, no
porque desarrolle una capacidad innata en nosotros, sino porque nos acerca más a
los que pueden llevarnos a nuestra plenitud”. Pág. 159
 “Ser hombre significa recibir lo que nos falta para ser plenos, reconocerse como
vulnerable es abrir la puerta a todo lo que nos puede dar lo más glorioso de la vida”.
Pág. 159
 “Cuanto más receptivos estamos a la bondad, más permanentemente es nuestra
superación de la necesidad”. Pág. 159
 “Cuanto más nos acercamos a Dios, somos mejores, porque Dios es la excelencia en
la que todo se vuelve bueno”. Pág. 160
 “Nosotros, estrictamente hablando, no nos hacemos buenos sino que nos
transformamos, nos renovamos y nos fortalecemos por la acción del amor de Dios
en nosotros, que cura y salva”. Pág. 160
 “Por eso, llamar pasión al amor y hacer de él la madre y raíz de las virtudes podría
ser el elemento metodológico más brillante del Aquinate; es el corazón de su
teología moral”. Pág. 160
 “Una pasión significa que algo es más perfecto cuanto más recibe de la fuente de su
perfección”. Pág. 160
 “En la vida moral, nosotros somos los ‘pacientes’ y Dios es el ‘agente’, es decir, que
Dios es el que actúa y nosotros los que debemos abrirnos para recibir”. Pág. 160
 “Somos pacientes tratados y sanados por el amor divino. Esto significa que tenemos
necesidad de una curación que sólo podemos recibir y que, de hecho, recibimos de
Dios”. 160
 “Significa que estamos rotos, heridos, a menudo destrozados en nuestras vidas.
Además, no podemos hacernos por propia determinación, sino por medio de nuestra
complacencia ante Dios”. Pág. 160
 “Dios es el buen samaritano que nos rescata en nuestro viaje, el único que se detiene
para cargar con nosotros”. Pág. 160
 “En la vida moral, pues, nosotros somos los pacientes y Dios es el sanador, el único
que mira por nosotros, que nos acaricia, que venda nuestras heridas y que nos
devuelve la vida”. Págs. 160-161
 “Por eso, la esencia de la vida moral es la curación de la indigencia por medio del
único amor capaz de plenificar todas las cosas”. Pág. 161
 “Para Tomás, la vida moral consiste en «sufrir» o «padecer» a Dios, permitir que el
amor que cura y reconstruye actúe en nosotros”. Pág. 161
 “Según Tomás, la vida moral consiste en nuestra continua rehabilitación a través del
amor santo que nos redime, y el hecho de no merecer este amor no tiene
importancia; sólo necesitamos la suficiente humildad para poder recibirlo”. Pág. 161

La caridad es la apertura apasionada a Dios


47

 “Si el amor es una pasión y la caridad es pasión por Dios, entonces, como virtud, su
función es abrirnos más confiadamente a Dios”. Pág. 161
 “La caridad es la virtud de la amistad con Dios, pero solo es posible cuando nos
asemejamos lo suficiente a Dios en la bondad como para ser ‘otro yo’ para Él”. Pág.
162
 “El error de tantos estudios sobre la teología moral del Aquinate es que no han
logrado apreciar la relación entre su análisis de las pasiones y los afectos, por un
lado, y su teoría de las virtudes, por otro”. Pág. 162
 “No podemos comprender rectamente lo que entiende el Aquinate por virtud hasta
que lo vemos a la luz del amor del que surge”. Pág. 162
 “Por tanto, para comprender el significado de virtud, especialmente de aquellas que
nacen del amor de caridad, no las podemos separar de las pasiones y los afectos,
puesto que la propia pasión del amor es la que les da forma y sentido”. Pág. 162
 “Para el Aquinate, las virtudes son principalmente estrategias del amor, obras del
amor, porque cada una de ellas expresa de un modo peculiar el amor originario de la
acción”. Págs. 162-163
 “Tomás nunca considera las virtudes por sí mismas, sino siempre en relación con las
pasiones de donde proceden y de las que reciben su significado”. Pág. 163
 “Las virtudes están ancladas en el amor entendido como una pasión, así que cuanto
más crecemos en las virtudes tanto más dependemos de ese amor”. Pág. 163
 “Crecer en las virtudes de la caridad es crecer en la dependencia divina, permitir que
Dios actúe cada vez más en nosotros”. Pág. 163
 “Crecer en caridad supone abandonar los modos de resistir a Dios, e ir ampliando
las posibilidades de recepción”. Pág. 163

Por qué la caridad nos hace divinos


 “Lo que ocurre cuando intentamos amar a Dios como a un amigo es que asumimos
su hermosura a través de la apertura apasionada de la caridad”. Pág. 164
 “El amor siempre nos cambia en virtud del amado. Cuando amamos, nos hacemos
vulnerables al otro”. Pág. 164
 “El amor es la más radical de las vulnerabilidades porque nos abre al otro y de tal
manera, que permitimos «padecer» nosotros mismos aquello que hace al otro
diferente”. Pág. 164
 “Tener caridad implica centrarse en Dios, no solamente en cuanto que Él deba ser el
primero de nuestros afectos, sino más bien porque Dios llega a ser el único por el
que tiene sentido todo lo demás en la vida”. Pág. 165
 “Amar a Dios por la caridad es dejarle que dirija nuestra vida por sus criterios
asombrosos, es rendirse hasta que pueda ir influyendo en nosotros”. Pág. 165
 “Amar es dejar que el otro te posea, pero con la paradoja de que es la persona
gracias a la cual encuentras tu identidad”. Pág. 165
 “Amar a Dios por caridad es ser hecho por Dios, es confiarnos al poder de una
bondad que no podemos controlar”. Pág. 165
48

 “Tenemos que morir en el sentido de entregar el control de nuestras vidas y


rendirnos finalmente a la bondad de otro”. Pág. 165
 “Es necesario morir para amar, ya que amar es ser poseído por la bondad de otro, y
la caridad e ser poseído por la bondad divina”. Pág. 165
 “Para amar, tal como explica el Evangelio, tenemos que deshacernos del hombre
viejo y confiar en el nuevo ser conformado por la bondad de Dios”. Pág. 165
 “Hemos visto lo importantes que son nuestros sentimientos para el Aquinate y cómo
ves en ellos la posibilidad de crecer en la bondad”. Págs. 165-166
 “Nos hemos definido como criaturas de apetitos hambrientas de todos los bienes
que nos faltan y con la necesidad de llenarnos”. Pág. 166
 “La estrategia de la teología moral del Aquinate es hacernos flexibles a la amable
influencia de Dios, ya que, cuando padecemos este amor, la bondad y la
misericordia de Dios nos cura para darnos de su plenitud”. Pág. 166
49

VI. LAS PASIONES Y LOS AFECTOS EN LA VIDA MORAL: CÓMO


ENCONTRAR LA FUERZA PARA CONTINUAR
 “La adversidad nos cuestiona la posibilidad de alcanzar la felicidad”. Pág. 168
 “El destino y la desgracia ponen en peligro nuestro crecimiento en el bien y pueden
llegar, incluso, a quitarnos la esperanza”. Pág. 168
 “Tomás consideró seriamente este tema porque le preocupaba que el hecho de sufrir
demasiados contratiempos pudiera llegar a desanimar tanto que al final se abandone
la vida moral renunciando al bien antes de gustarlo”. Pág. 168
 “Por eso se dio cuenta de que necesitamos un modo de hacer frente a la adversidad
en la vida moral”. Pág. 168

LOS DOS GRADOS DE EMOCIONES Y SU SIGNIFICADO


 “Tomás divide las emociones en dos grupos: el primero lo denomina el de las
emociones «concupiscibles» o «afectivas», y el segundo, el de las emociones
«irascibles» o «anímicas»”. Pág. 168
 “Las primeras presentan la relación que tenemos con algo en la medida en que es
bueno o malo”. Pág. 169
 “Las seis emociones afectivas que manifiestan esta relación son: el amor, el odio, el
deseo, la atención, el gozo y la tristeza”. Pág. 169
 “Atraídos por algo que nos parece bueno, experimentamos el amor, que es la
primera y más importante emoción afectiva”. Pág. 169
 “Si amamos algo, nos movemos hacia ello en esperanza de hacerlo nuestro, con lo
que la segunda emoción experimentada es el deseo. Si a través del deseo llegamos a
poseer lo que amamos, entonces sentimos gozo”. Pág. 169
 “Si, por el contrario, algo se nos aparece como malo o dañino, lo odiamos o lo
despreciamos y, por eso, nos tendemos hacia ello con el deseo, sino que más bien
nos apartamos con aversión, y si no podemos escapar de lo que aborrecemos, no
conoceremos el gozo, sino la tristeza”. Pág. 169
 “Cada una constituye una respuesta frente a algo bueno o malo y la emoción que
experimentamos depende de si lo que está ante nosotros es amable u horrible, y
cómo es nuestra posición ante ello”. Pág. 169
 “Está claro que estas emociones están agrupadas en tres partes. El amor es contrario
al odio, el deseo a la versión y el gozo a la tristeza”. Pág. 169.
 “Cada par corresponde a una de las tres fases de nuestra experiencia moral, que
empieza en el amor, obra por el deseo y se completa en alegría”. Pág. 170
 “El amor es lo primero porque sólo empezamos a actuar después de ser atraídos por
algún bien y sentir una afinidad con ello, sin embargo, el odio en la reacción o un
mal reconocido, especialmente si supone una amenaza para nuestro bien”. Pág. 170
 “Existe el deseo que es la emoción por lo que nos movemos a hacer lo que amamos;
la versión en lo que sentimos ante algo malo”. Pág. 170
50

 “Finalmente, cuando poseemos lo que amamos y satisface nuestro deseo, la


emoción que experimentamos es el gozo; pero la tristeza nos abruma si, en vez de
unirnos a nuestro bien, nos vemos envueltos en el mal”. Pág. 170
 “La integridad moral requiere, para el Aquinate, que aprendamos a amar lo que
realmente es bueno y a odiar el verdadero mal, y hacer ambas cosas con pasión y
entusiasmo”. Pág. 171
 “La gente virtuosa siente fervor para lo realmente bueno; del mismo modo que
aborrece apasionadamente el mal y la falsedad”. Pág. 171
 “Para el Aquinate, la auténtica virtud se deriva del amor auténtico. Sólo podemos
ser buenos cuando hacemos el bien por amor al bien mismo; no somos virtuosos si
hacemos el bien por temor o interés, lo somos cuando lo hacemos porque hemos
desarrollado una pasión de amor a él”. Págs. 171-172
 “Crecer en bondad requiere aprender a amar lo bueno y odiar lo malo, dado que
existen cosas que deberían atraernos y otras que nos deberían repeler”. Pág. 172
 “Llegar a ser una persona virtuosa depende de cultivar los afectos correctos, lo que
supone que la bondad es cuestión de sentimientos profundos”. Pág. 172
 “Las emociones fuertes son necesarias en nuestras vidas, pero para ser virtuosos
tenemos que abrigar sentimientos firmes hacia el bien y en contra del mal, sentir
repugnancia por ciertas posibilidades y estar realmente apenados si nos encontramos
en ellas”. Pág. 172

Una ayuda para nuestra aventura moral: una mirada a las emociones irascibles
 “Hay muchas cosas dentro y fuera de nosotros que frustran nuestro amor, hay
muchos elementos que operan contra nosotros, ya sea a causa de nuestra propia
debilidad, o de tener el corazón dividido, o de la mala suerte que va minando la
creencia de que realmente podemos conseguir lo que amamos”. Pág. 173
 “La vida moral, según nos muestra la épica de las tragedias griegas, es a menudo
una lid donde intentamos avanzar hacia lo que amamos, pero en lo que sufrimos
contratiempos y desalientos, que a veces pueden llegar hasta la desesperación”. Pág.
173
 “Como nos indica la exposición del Aquinate, tenemos las emociones irascibles solo
porque existen las afectivas, dado que la esperanza, la audacia y la ira son
necesarias para conseguir el bien amado, ya que, si hay algo que deseamos, también
hay cosas que tenemos y otras que nos tientan con la desesperación”. Pág. 176
 “Las emociones irascibles toman su sentido de las afectivas porque sin amor no
existiría ninguna razón para esperar, tener audacia o enojarse”. Pág. 176
 “El cometido de las emociones irascibles es salvaguardar el bien amado. Pág. 176
 “Sin un amor en el centro de la vida, la esperanza no tiene sentido, ya que no
sabemos qué esperar o qué hemos de evitar como causa de desesperación; la
audacia tampoco tiene sentido porque no es razón para aguantar”. Pág. 176
51

Las emociones irascibles nos fortalecen


 “Quizá el mejor modo de hablar de las emociones irascibles es decir de ellas que
son capaces de fortalecernos”. Pág. 176
 “Nos alientan para continuar la búsqueda del bien con resolución cuando
cuestionamos la bondad a causa de las dificultades o de la desilusión”. Págs. 176-
177
 “Son las emociones que nos protegen contra el abandono de algo imprescindible en
el camino hacia la bondad”. Pág. 177
 “Es difícil llevar nuestros amores a buen fin, en primer lugar, porque todo amor
cuesta esfuerzo; en segundo lugar, porque nuestra atención, atraída por muchas
cosas, se desvía de nuestro amor, y en tercer lugar, porque la búsqueda de un bien
tiene lugar entre oposiciones”. Págs. 177-178
 “Para ser moral, la persona necesita sentir pasión por algo, pero la pasión se debilita
frente al infortunio, y la tragedia puede acabar con ella”. Pág. 178
 “Por eso necesitamos las emociones irascibles. Operan en nosotros cuando no
tenemos ánimo de actuar porque creemos que no es posible alcanzar lo que
amamos”. Pág. 179
 “En otras palabras, actúan en los momentos en los que nos sentimos incapaces de
actuar de ninguna manera”. Pág. 179
 “La esperanza nos salva del abismo de la desesperación, la audacia nos salva de la
parálisis del miedo y la ira nos comunica que nuestro bien nos importa hasta el
punto de querer luchar contra cualquier cosa que lo ataque”. Pág. 179
 “Las emociones irascibles son secundarias en cuanto que toman su significado de
las emociones afectivas a las que sirven; no obstante, son primarias en cuanto son
parte indispensable de la vida moral”. Pág. 179
 “En la ética de la virtud en la que buscamos el bien y crecemos en él, la audacia y la
esperanza son cruciales, puesto que son capacidades que nos permiten resistir al
desaliento y hacer frente a temor”. Pág. 179
 “Nos dice el Aquinate que quienes nos fortalecen para enfrentarnos con esos
momentos de oscuridad son precisamente la esperanza y la audacia, que nos
afianzan con recursos insospechados y nos dan la confianza justo cuando
pensábamos que nos había abandonado”. Pág. 179

La esperanza: una mediación entre el amor y el gozo


 “Si observamos cuidadosamente el orden de las emociones, la esperanza se
encuentra a medio camino entre el amor y el gozo”. Pág. 179
 “Tomás nos explica que, en cierto modo, la esperanza conecta el inicio de la vida
moral en el amor con su fin en el gozo”. Págs. 179-180
52

 “Es, por tanto, el vínculo entre el amor y la alegría, porque nuestro amor a menudo
se mantiene vivo y progresa hacia la plenitud gracias a la esperanza”. Pág. 180
 “Por eso, en algunos momentos de la vida, la esperanza llega a ser más vital que el
amor, ya que, aunque es éste el que faculta la esperanza, sólo progresa hacia el
placer por medio de ella”. Pág. 180
 “La esperanza respeta nuestra condición de viandantes, somos peregrinos en camino
hacia una promesa que intuimos pero que no poseemos”. Pág. 180
 “Es la virtud que nos asegura la posibilidad de alcanzar algo que se nos ha
prometido aunque sea difícil de lograr”. Pág. 180
 “El valor de la esperanza está en proporción con el bien que se puede perder por la
desesperación, ya que, cuanto más grande es la promesa, tanto más mortífera es la
desesperación”. Pág. 180
 “Como hemos mencionado antes, la ética de Tomás es magnánima, una visión de la
vida moral que no llama a nuestra posibilidad más prometedora”. Págs. 180-181
 “Una persona magnánima tiene hambre de las más grandes y nobles posibilidades;
tiene sed de lo mejor”. Pág. 181
 “La magnanimidad es un sello de la ética tomista por lo que resulta ser una teoría
sobre moral que tiene por objeto lo que es mejor para nosotros y se niega, a pesar de
todos los obstáculos y desilusiones, a hacer mezquina su visión de aquello a lo que
Dios nos capacita y no llama a ser”. Pág. 181
 “Tomás sabe que, para llegar a la plenitud tenemos que arriesgarnos por algo
grandioso”. Pág. 181
 “La desesperación a veces se convierte en una tentación abrumadora, la realidad de
la vida hace inverosímil la promesa de aquellos ideales, nos resulta imposible
confiar en tal esperanza y el desaliento estrangula las grandes visiones”. Pág. 181
 “La tristeza nos inmoviliza, nos roba la esperanza necesaria para creer que un
determinado bien es posible”. Pág. 181
 “En palabras del Aquinate, una excesiva tristeza mata la creencia en el amor
divino”. Pág. 181
 “En el sistema del Aquinate, la acidia es el fruto de la desesperación, porque se
apodera de la persona que ya no cree en la fuerza del amor de Dios para potenciar la
vida”. Pág. 182
 “El amor nos centra, el deseo nos motiva y el gozo nos perfecciona”. Pág. 183
 “La adversidad, el infortunio y la tragedia engendran una tristeza del corazón que, si
no la afrontamos, puede ser mortal”. Pág. 183
 “El Aquinate nos demuestra que las emociones irascibles nos capacitan para
manejar estas dimensiones de la vida moral, la audacia, la esperanza y la ira batallan
contra todo lo que desalienta y deprime”. Pág. 183
 “Por eso, si somos viandantes en camino hacia Dios, necesitamos algo más que
pasión y emoción para sobrevivir, necesitamos también de las virtudes”. Pág. 183
53

 “Es preciso saber exactamente qué hacer en cada situación en la que nos
encontremos para no perder el bien”. Pág. 183
 “Hace falta la pasión, pero también la vida moral y, en consecuencia, son
imprescindibles las virtudes, ya que son las habilidades necesarias para que en la
vida moral nos movamos con soltura hacia nuestro bien y así lleguemos paso a paso
a la plenitud”. Pág. 183
54

VII. LAS VIRTUDES: ACCIONES QUE NOS GUÍAN HACIA LA PLENITUD


DE VIDA
 “Uno de los ejercicios morales más inquietantes es el de la consideración de los
diferentes modos de malograr la vida humana”. Pág. 185
 “Es fácil malograr una vida humana, no tanto por escoger deliberadamente un modo
de vida desordenado cuanto por adoptar sin darnos cuenta unos comportamientos
que parecen circunstanciales, pero que a lo largo del tiempo nos alejan
completamente del lugar al que deberíamos llegar”. Pág. 185
 “La vida se ofrece como una promesa, como un potencial bello y noble que
deseamos desarrollar hasta su plenitud pero nada en absoluto garantiza su
consecución”. Pág. 185
 “Mientras no adoptemos una forma de vivir que alimente y moldee esta promesa, no
sólo fracasaremos en nuestro intento, sino que también nos convertiremos en
alguien diferente a quien, por gracia, estábamos llamados a ser”. Págs. 185-186
 “Podemos ser causantes de nuestra propia destrucción. Tomás lo sabía y, por eso,
planteó una ética de la virtud, derivada de un determinado concepto del ser humano:
él lo define como aquel que tiene una capacidad enorme para el bien y para el mal,
que es capaz de todos los extremos”. Pág. 187
 “Por eso, en lo que se refiere a la vida moral, una ética de la virtud tiene en cuenta
esta capacidad maravillosa para la bondad, pero también explica por qué lo bello y
noble entre nosotros puede ser terriblemente destruido, lo sacro puede llegar a ser
profanado, lo sublime y agraciado, perdido”. Pág. 187
 “Este es nuestro dilema en la vida moral: somos capaces de lo más grande y lo más
atroz, nos encontramos entre la realización de una promesa y la destrucción de la
misma”. Pág. 187
 “A través de las virtudes, el hombre avanza hacia su promesa, y a través de sus
contrarios, los vicios, se desmorona lentamente hasta llegar incluso a destruirse a sí
mismo”. Pág. 187
 “Estamos llamados a glorificar y alabar a Dios, a hacer de nuestra vida una canción
de adoración y amor, pero sabemos que hay escollos insospechados en este camino
hacia la bondad, que son numerosas las trampas, muy seductoras las formas de vida
que corrompen y desordenan, muy variados tipos de conducta que contribuyen, no a
nuestra construcción, sino nuestro deterioro”. Pág. 187
 “En la vida moral, la única ayuda que tenemos son las virtudes, por ser las acciones
que permiten nuestro crecimiento en el bien”. Pág. 187
 “En este sentido, los vicios también son acciones, pero corruptoras, porque dañan y
destruyen, porque llevan consigo un deterioro progresivo”. Pág. 187
 “Las virtudes conducen a la belleza moral, los vicios sólo producen fealdad”. Pág.
187
 “El Aquinate nos llama al esplendor de la caridad-amistad con Dios, porque sabe
que solamente en la afinidad con el amor encontraremos la paz y el gozo para
nuestras almas”. Pág. 188
55

 “Las virtudes son acciones que nos dirigen hacia Dios, modos de comportamiento
que se centran en la bondad, que reconstruye y redime la vida”. Pág. 188
 “Somos viandantes que vuelven a Dios a través de las virtudes: no progresamos
cambiando de situación, sino educando nuestra persona y esto lo que consiguen las
virtudes”. Pág. 189

POR QUÉ NECESITAMOS LAS VIRTUDES Y SU SIGNIFICADO


 “Las virtudes son necesarias porque tenemos que aprender a dirigir la vida que se
nos ha dado”. Pág. 189
 “La vida empieza en el don del amor divino y, como veremos, él mismo es el que la
llevará su consumación”. Pág. 189
 “Crear es dar «cosmos» al caos, es traer vida del vacío. Cuando Dios creó el mundo,
dio forma, orden y belleza al caos, inspiró vida al vacío”. Pág. 190
 “Con la creación, Dios dio forma al abismo, llamó a la existencia al orden y la
belleza, y según McDonagh, en ese momento se inició un movimiento permanente
desde el caos hacia el cosmos que no ha terminado”. Pág. 190
 “Por eso, como la creación no está acabada, nosotros estamos llamados igualmente
a pasar del propio caos interno, de nuestro ser informes, a la vida de perfección”.
Pág. 190
 “Ser moralmente bueno es vivir de tal manera que con nuestras acciones
contribuyamos al triunfo del amor sobre el vacío”. Pág. 190
 “Crecer moralmente implica mantener la transformación que el amor divino empezó
y completará algún día”. Pág. 190
 “Por eso necesitamos las virtudes que nos ayudan a salir del caos, de donde
venimos, para llegar a la plenitud que está todavía por alcanzar”. Pág. 190
 “La tarea de la vida moral es llegar a mantener un tipo de conducta que nos aleje
continuamente del caos para arriesgarnos cada vez más profundamente en la
creación”. Pág. 191
 “Por eso tenemos necesidad de las virtudes, porque continúan la vida que empieza
la gracia de Dios en nosotros, porque nos moldean en la bondad, nos transforman
según la belleza divina y nos acercan a la plenitud que estamos llamados a gozar”.
Pág. 191
 “La existencia humana discurre entre dos caminos: progresar hacia la plenitud de la
vida del amor, o arrastrarse de nuevo hacia la oscuridad”. Págs. 191-192
 “El pecado es una vida que avanza en dirección equivocada, por eso aniquilar la
creación, desmantela lo que el amor divino se empeña en perfeccionar”. Pág. 192

Las virtudes son caminos para alentar los afectos ordenados


 “Todas estas reflexiones ponen de manifiesto que la necesidad de las virtudes se
justifica por nuestra capacidad de ser muchas cosas, aunque estemos llamados a ser
solamente una”. Págs. 192-193
56

 “Para lograr la amistad con Dios es necesario que el corazón guíe la vida según un
único amor, por tanto, la amistad con Dios exige restricciones y necesita de ciertas
disposiciones”. Pág. 193
 “Para crecer en lo que Tomás considera como el objetivo y fin de la vida,
necesitamos ser afectados por algunas cosas, sentir aversión por otras y promover
una especial dirección para la vida; esto es lo que hacen las virtudes”. Pág. 193
 “La ética de la virtud subraya el hecho de que sólo nos protege de las malas
tendencias el cultivo de las buenas”. Págs. 193-194
 “Para el Aquinate, no existe la bondad moral por naturaleza, sólo existe la bondad
moral habitual, adquirida por medio de una actitud resolutiva para las elecciones
virtuosas (ST, I-II, 49, 4)”. Pág. 194
 “Ser hombre es tener un objetivo que alcanzar, lo cual sugiere que el mero hecho de
existir no es suficiente”. Pág. 194
 “Nuestra humanidad es algo que crece mientras desarrollamos la bondad específica
a la que estamos llamados”. Pág. 194
 “En la visión de la vida moral de Tomás, la humanidad se mide por medio de las
virtudes, porque cuanto más crecemos en la bondad, tanto más genuinamente
humanos somos”. Pág. 194
 “En la vida moral se nos invita a una maravillosa verdad, pero es menester
desarrollar una forma de vida que nos permita alcanzarla, y esta es la tarea de las
virtudes”. Pág. 194
 “Por supuesto que, en ningún momento de la vida, logramos la plenitud deseada
porque siempre existirá distancia entre nosotros y la perfección, pero vamos
creciendo en ella al practicar el tipo de hábitos proporcionados a su bondad”. Pág.
195
 “Podemos ser viles, brutales, retorcidos, podemos destruir nuestra naturaleza
humana: es el efecto que producen los vicios sobre nosotros”. Pág. 195

Las virtudes son hábitos que nos hacen buenos


 “Tener un hábito es poseer una cualidad característica especial que una persona
quiere después de haber actuado de cierta manera durante largo tiempo”. Pág. 195
 “La actividad repetida desarrolla el hábito, puesto que ella misma dota a la persona
con la cualidad del acto”. Págs. 195-196
 “Por eso, Tomás define a la virtud como un hábito (ST, II-II, 49, 1), porque se
puede decir que la misma da forma no sólo a nuestros actos, sino también a toda la
persona”. Pág. 196
 “Las virtudes son hábitos y, si el hábito concede a la persona que actúa una
característica especial, en consecuencia, no solo es virtuoso el comportamiento, sino
también la propia persona que lo realiza”. Pág. 196
 “Un acto de justicia no hace justo a nadie; hace surgir la cualidad de la justicia. Se
puede decir de alguien que es verdaderamente justo cuando, por actuar
57

frecuentemente de este modo, queda calificado con la cualidad de sus actos de


justicia”. Pág. 196
 “Somos, en definitiva, lo que hacemos regularmente, porque la cualidad de nuestros
actos se impregna en nuestra forma de ser; así, la cualidad del acto se hace la
cualidad de la persona que actúa”. Pág. 196
 “Por eso podemos decir que los justos son personas formadas en la cualidad de la
justicia, y por lo mismo, actuar de ese modo es un hábito en ellas, es realmente
como una segunda naturaleza, porque han practicado la justicia con la suficiente
frecuencia como para convertirse en personas justas”. Pág. 196
 “Sus acciones son justas, no ocasionalmente o por casualidad, sino habitualmente y
consistentemente, porque por medio de su conducta se han transformado en
personas justas, como muestra este ejemplo, cuanto más tendemos hacia cierto tipo
de actividades, tanto más forma parte de nuestra manera de ser la cualidad que las
caracteriza”. Págs. 196-197
 “Tener una virtud no se limita a nuestro comportamiento exterior, sino que también
implica que la posee nuestra persona”. Pág. 197
 “Somos realmente virtuosos, no cuando hacemos un acto virtuoso, sino cuando lo
que nos caracteriza es la cualidad de la virtud”. Pág. 197
 “Las virtudes nos potencian, nos moldean, dan una forma particular a nuestras
vidas. El hábito efectúa un cambio en el ser”. Pág. 197
 “Si el hábito es virtuoso, el cambio es saludable; si se trata de un vicio, el cambio es
destructivo”. Pág. 197
 “Podemos cambiar a mejor, podemos crecer de forma sana y feliz. Aun cuando nos
sintamos atrapados por actividades destructivas, no estamos condenados a ellas,
puesto que permanece abierta la posibilidad de desarrollar otro tipo de hábitos y así
adquirir un ser nuevo y mejor”. Págs. 197-198
 “En ese sentido, la ética tomista de la virtud es inmensamente consoladora porque
nos ayuda a comprender por qué siempre en nuestras vidas hay una esperanza de
mejorar”. Pág. 198
 “Las virtudes son hábitos, son cualidades de nuestro ser, entonces es siempre
posible un cambio a través de las actividades verificadoras de las virtudes”. Pág.
198
 “En opinión del Aquinate, una virtud es una cualidad que nos transforma, su razón
de ser es cambiarnos de la mejor manera posible, no sólo para lo bueno, sino para lo
óptimo”. Pág. 198
 “Es a través de las virtudes como alcanzamos nuestra más excelsa capacidad, la
plenitud de la vida en Dios”. Pág. 198
 “Son el medio necesario para la transición hacia la verdadera humanidad, la
conexión entre lo que somos en cada momento de nuestra vida y quienes debemos
ser si no fracasamos en el intento de realizar lo que la propia vida nos promete”.
Pág. 199
 “Cada acto se centra en un fin, el centro de las virtudes de la caridad es la intimidad
que tenemos con Dios por medio de la amistad”. Pág. 199
58

 “Llegamos a la plenitud a través de las acciones que reflejan la bondad que


buscamos y las virtudes nacidas en el amor de la caridad buscan a Dios sin
vacilación, lo cual hace de ellas que sean perfectivas”. Pág. 199
 “El cambio necesario en la persona para lograr la felicidad es posible porque la
modificación que realizan las virtudes no es ni casual ni superficial; más bien, nos
transforman hacia Dios de la manera más íntima y profunda: nos moldean en un ser
nuevo y bendito”. Págs. 199-200
 “El desarrollo óptimo del ser humano no es la riqueza, ni la fama, ni el poder, sino
ser la presencia del amor y la bondad de Dios en este mundo”. Pág. 200
 “Las virtudes de la caridad nos convierten en ese tipo de persona, ellas mismas son
la promesa y las encargadas de efectuar tal desarrollo porque realmente, en el
ejercicio y la práctica de sus hábitos benefactores, realizamos lo que deseamos, la
plenitud de nuestra naturaleza”. Pág. 200
 “Según parece, el mayor deseo de Dios para nosotros es que lleguemos a ser el
amigo que Él siempre ha sido para nosotros”. Pág. 200

CÓMO GANAMOS Y PERDEMOS LAS VIRTUDES


 “Cualquiera que haya intentado desarrollar la paciencia o practicar el perdón o ser
más generoso, sabe que el desarrollo de una virtud necesita su tiempo”. Pág. 200
 “Un acto no hace virtud, pero tampoco dos, ni tres, ni cuatro. La repetición de los
actos es imprescindible”. Pág. 200
 “Pero es necesaria una larga secuencia de actuaciones similares para que la cualidad
del acto virtuoso se convierta en un rasgo característico de la forma de ser de una
persona (ST, I-II, 51, 2)”. Pág. 200
 “Las virtudes son prueba de lo difícil que resulta llegar a ser bueno, porque no es un
proceso instantáneo sino que se consigue por medio de mucha práctica, con una
trabajosa repetición de actos capaces de realizar la transformación que va de la
posibilidad de ser bueno a ser realmente bueno”. Pág. 201
 “Según Tomás, todos tenemos una inclinación hacia el bien, tenemos una capacidad
inicial para la virtud, la poseemos de forma «incoada», pero debemos desarrollarla
hasta que se haga en nosotros una”. Pág. 201
 “Desarrollar una virtud supone tomar una inclinación y fortalecerla hasta que se
convierta en hábito”. Pág. 201
 “La persona virtuosa ha desarrollado su potencial para el bien, partiendo de su
capacidad para el buen comportamiento y reeducándola hasta hacer de ella una
actitud estable y previsible”. Pág. 201
 “Todos podemos hacer el bien de vez en cuando, pero si lo hacemos sólo ocasional,
o casualmente y no de forma habitual, todavía no somos personas de virtud”. Pág.
201
 “Propio de la persona virtuosa es hacer el bien, en lo que se espera de ella, porque lo
ha practicado durante tanto tiempo que se ha transformado en la misma bondad”.
Pág. 201
59

 “Llegar a ser buenos es cuestión de practicar el bien durante mucho tiempo, al


menos el tiempo suficiente para que la cualidad del acto bueno, ya sea la
compasión, la paciencia, la justicia o el perdón, se transforme en una cualidad
personal de nuestro ser”. Pág. 202
 “No somos virtuosos si la cualidad del bien es inconstante; solamente llegamos a
serlo cuando nuestra bondad es predecible”. Pág. 202
 “Un único acto justo inicia la formación de la justicia en la persona, pero no es
suficiente para imbuirnos de la cualidad de justicia”. Pág. 202
 “Se adquiere una virtud poco a poco, la cualidad del acto bueno se imprime
paulatinamente, transformando a la persona desde sus potencias para el bien hasta
su identificación con ese mismo bien”. Pág. 202
 “La persona es virtuosa cuando tiene el hábito de hacer buenas acciones, es
plenamente virtuosa cuando ejecuta actos de justicia, misericordia, compasión o
perdón porque se ajusta a lo que ella es y se expresa a sí misma actuando de este
modo; así, la persona virtuosa no hace el bien por estar constreñida a esto, sino
porque encarna la bondad”. Pág. 202

Desarrollar una virtud, a menudo, implica vencer un vicio


 “Al inicio, el primer trabajo de la virtud puede ser la ardua tarea de arrancar de raíz
un vicio”. Pág. 203
 “Es menester desarrollar buenos hábitos porque es necesario erradicar los malos”.
Pág. 203
 “Las virtudes son hábitos que nos orientan hacia el bien, pero los vicios también son
hábitos; son malos hábitos que nos alejan de la bondad”. Pág. 203
 “Al principio, las virtudes realizan una rehabilitación, luchan para curar a una
personalidad rota y herida por un comportamiento destructivo, y esto puede
comprender gran parte de nuestra historia moral”. Pág. 203
 “Si el vicio corrompe, la virtud renueva, forma en nosotros la bondad después de
habernos curado primero del mal”. Pág. 203
 “Las virtudes no obran en tierra virgen, trabajan para sanear una personalidad ya
herida por el pecado”. Págs. 203-204
 “Las virtudes no aparecen sin contar con precedentes; adquirir una virtud casi
siempre supone vencer una disposición contraria”. Pág. 204
 “La adquisición de la virtud necesita tiempo, sobre todo, por los vicios que ha de
erradicar”. Pág. 204
 “Con un claro realismo moral, Tomás pinta nuestras vidas inmersas en una lucha
encarnizada entre el bien y el mal, ya que cada ser humano es una mezcla de los dos
y, hablando moralmente, se puede decir que hay guerra en nuestro interior entre la
virtud y el vicio para ver cuál prevalecerá”. Pág. 205
 “Tenemos una disposición para la virtud pero también para el vicio, desarrollamos
algunas virtudes, pero también algunos vicios y no hay un ser completamente
virtuoso que esté, al menos parcialmente, dominado por el vicio”. Pág. 105
60

 “El esfuerzo necesario para adquirir una virtud sugiere que, muy a menudo, adoptar
un hábito bueno supone el desarraigo y destrucción de otro malo”. Pág. 206
 “Las virtudes entran donde antes había vicios, la justicia combate al egoísmo, la
templanza, al envilecimiento, la fortaleza, a la cobardía y la temeridad”. Pág. 206
 “El ser humano es una mezcla de tendencias, una combinación de fuerzas
contradictorias, las virtudes tienen siempre su opuesto en los vicios”. Pág. 206

Nuestro crecimiento en las virtudes


 “El Aquinate se da cuenta de que la adquisición de las virtudes se corresponde con
tres etapas propias del desarrollo de la vida moral”. Pág. 207
 “Existen virtudes propias de los principiantes, otras, de los que todavía están en
camino y, por último, unas terceras correspondientes a los que finalmente han
llegado (ST, II-II, 24, 9)”. Pág. 207
 “En la primera etapa, la virtud intenta, más que hacer el bien, vencer el mal. Aquí la
energía de la virtud se dirige a desarraigar de su lugar a los vicios”. Pág. 207
 “En la segunda etapa, dice Tomás que «la principal preocupación del hombre es
trabajar para progresar en el bien. Es la preocupación propia de los proficientes que
se aplican principalmente a que en ellos aumente y se fortalezca la caridad» (ST, II-
II, 24, 9)”. Pág. 207
 “Por último, la tercera etapa de la vida virtuosa identifica a los que «han llegado a lo
perfecto»”. Pág. 208
 “Tomás explica: «en la tercera etapa, el hombre procura aplicarse principalmente en
unirse a Dios y gozar de Él, es lo propio de los perfectos, que desean partir para
estar con Cristo (Flp 1,23)» (ST, II-II, 24, 9)”. Pág. 208
 “La descripción del Aquinate de la vida virtuosa en etapas nos asegura que, aunque
sea difícil, podemos progresar en la vida moral”. Pág. 208
 “Una ética de la virtud nos asegura que hacer el bien convierte a la persona en
buena, puesto que se puede avanzar desde lo que uno es ahora mismo hasta lo que
se desea ser”. Pág. 208
 “El crecimiento de una virtud, pues, se mide por la posesión que de la misma tiene
la persona, ya que poseerla es quedar identificado por su bondad; en consecuencia,
crecemos en la virtud en proporción a la posesión de su bondad distintiva”. Pág. 208
 “Una virtud crece en la misma medida en que aumenta su bondad en nosotros”. Pág.
209
 “Una virtud aumenta en nosotros cuanto más nos arraigamos en su bondad, cuanto
más presente está en nuestra forma de actuar su característica esencial”. Pág. 209
 “En síntesis, sabemos que una virtud se acrecienta en nosotros en la medida en que
existe menos discrepancia entre la bondad de la misma y nuestra propia bondad”.
Pág. 209
Por qué no hay límite en cuanto a nuestro crecimiento en la virtud
 “Al mismo tiempo, dado que la medida de la bondad de una virtud reside en Dios y
no en nosotros, sabemos que no tiene límite nuestro crecimiento en ella”. Pág. 209
61

 “Todas intentan alcanzar el óptimo mejoramiento de la persona y esto significa que


van a pretender que seamos buenos con la medida de Dios, tanto como Dios es
bueno”. Pág. 209
 “Por eso, las virtudes de la caridad siempre admiten más, podemos crecer en la
bondad, pero nunca la agotamos”. Pág. 209
 “La medida de las virtudes cristianas es el Dios cuya bondad es la perfección de
todas ellas, así, aunque podemos ser mejores, Dios es siempre el mejor; por eso, la
obra de la virtud permanece siempre inacabada”. Pág. 210
 “Como el propósito de las mismas es alcanzar la semejanza con Dios, siempre se
puede avanzar algo más”. Pág. 210
 “Las virtudes cristianas se miden desde Dios, puesto que su significado se determina
por el bien que intentan alcanzar”. Pág. 210

Cómo podemos perder la virtud


 “Participar de la bondad de Dios es alcanzar el grado más alto de una virtud; pero
una bondad conseguida con tanto esmero puede ser destruida gradualmente”. Pág.
211
 “Las virtudes se pueden perder y, para el Aquinate, esto no es algo sorprendente
pues sabe que se pierden si mantenemos determinados comportamientos que se
oponen a su particular bondad”. Pág. 211
 “La justicia se quiebra a través del egoísmo, la sabiduría de la prudencia se debilita
con los actos de miseria moral”. Págs. 211-212
 “Todo lo que quiere decir Tomás con esto es que, si una determinada acción forma
una virtud, la correspondiente acción opuesta destruye esa misma virtud y alienta un
vicio”. Pág. 212
 “Por eso, según una ética de la virtud, ser lo mejor que podamos no es un tópico
moral, más bien se trata de una necesidad moral, pues no practicar las virtudes que
uno tiene, es permitir que nos guíen los vicios, que nunca mueren del todo”. Pága.
212-213
 “Hemos visto que actuar de manera virtuosa es responder al amor que nos creó, que
nuestra vida, que empezó en la gracia, está llamada a la plenitud de la gloria”. Pág.
213
 “Pero ¿cómo avanzamos hacia ella? Un camino es convertirnos en personas de
virtud, porque cuando adquirimos las virtudes sufrimos la transformación necesaria
que nos capacita para la bienaventuranza con Dios”. Pág. 213
 “Las virtudes nos guían a la plenitud de la vida porque no solamente confieren
bondad a nuestras acciones, sino también a nosotros mismos”. Pág. 213
 “Sabemos que este proceso no es fácil porque conocemos los vicios y sabemos de
ellos que también son hábitos; sin embargo, el gran consuelo de una ética de la
virtud es que podemos progresar en la vida moral”. Pág. 213
62

VIII. LAS VIRTUDES: ENCONTRAMOS NUESTRA PERFECCION EN UN


DON
 “La visión que subyace en la teología moral que describe el Aquinate es alcanzar la
reunión con Dios”. Pág. 215
 “Si somos creados por el amor, ¿cómo regresamos a él? La respuesta es amando,
centrando nuestras vidas en la caridad y haciendo ese íntimo y apasionado amor por
Dios la intención permanente de la vida”. Pág. 215
 “Si la amistad con Dios arde en nuestro corazón, lo demostraremos en todo lo que
hagamos”. Pág. 215
 “Si la caridad es nuestro amor supremo, toda actuación estará a su servicio”. Pág.
215
 “Dios es el bien constitutivo de la bienaventuranza, pero como tal, por su misma
naturaleza, es una bondad que está eternamente fuera de nuestro alcance”. Pág. 216
 “Por mucho que intentemos, nunca seremos lo suficientemente buenos como para
alcanzarlo”. Pág. 216
 “Con las virtudes crecemos en la bondad de Dios, pero nunca podemos superar o ni
siquiera igualar esa bondad”. Pág. 216
 “Por esta razón, el esquema de la vida moral que nos ofrece el Aquinate comienza
con la gracia y termina en un don”. Pág. 216
 “De principio a fin es el amor de Dios el que nos capacita para todo. Es él mismo,
derramado en nuestros corazones, el que da comienzo a nuestra vida moral y el que
después nos alienta y nos ayuda para responder a Dios”. Pág. 216
 “También será el propio don del amor de Dios en el Espíritu el que perfeccione
nuestra virtud para llevarnos por fin al lugar de nuestra paz”. Pág. 216
 “Para el Aquinate, Dios se apodera de nuestras virtudes y las perfecciona, por eso se
puede decir que las virtudes de la caridad florecen en los dones del Espíritu”. Pág.
216

LA CARIDAD Y LAS OTRAS VIRTUDES


 “Ya señalamos que, en el esquema de la vida moral cristiana propuesto por el
Aquinate, hay una relación especial entre todas las virtudes y la caridad”. Pág. 217
 “Aquino sostenía que «no puede haber ninguna virtud verdadera sin la caridad» (ST,
II-II, 23, 7)”. Pág. 217
 “Las virtudes no disponen para nuestra realización suprema, y por eso, para
entenderlas, no podemos perder de vista el objetivo que desean darnos”. Pág. 217
 “El fin último escogido determina las características de ella. En consecuencia, todos
podemos hablar de las virtudes, pero esto no significa que todos tengamos el mismo
concepto que las defina”. Págs. 217-218
 “La función de la virtud es relacionarnos con el fin que es nuestra felicidad y
perfección, que para los cristianos es la caridad-amistad con Dios”. Pág. 218
63

 “Tomás sabía que debía existir una estrecha relación entre la caridad y las demás
virtudes, porque para él solo será una virtud cuando, por medio de su presencia, se
profundiza y sostiene nuestra amistad con Dios”. Pág. 218
 “¿Qué facultad tiene la caridad que capacita a las demás virtudes para su óptima
realización? Tomás dice que se debe a que la caridad vincula con Dios, y si hemos
hecho de la amistad con Él la intención principal de la vida, cada acción que
realicemos va a nacer de este amor”. Pág. 218
 “El Aquinate también reconoce la relación entre la caridad y las demás virtudes al
decir que la caridad es como la «madre» de todas”. Pág. 219
 “El Aquinate emplea esta imagen para demostrar que cada virtud se concibe por el
amor de la caridad”. Pág. 219
 “La caridad no solamente determina una clase de comportamiento, sino que
constituye un modo especial de vivir y en ese sentido, la caridad es la actividad vital
desde la cual nace todo lo que hacemos”. Pág. 219
 “Cada virtud está intrínsecamente relacionada con la caridad, ya que mana de la
misma vida de la caridad; la amistad progresiva que tenemos con Dios da a las
virtudes su expresión más apropiada”. Págs. 219-220

Las virtudes cardinales


 “Sin embargo, aunque la caridad es imprescindible para la vida moral, no es
suficiente. Hay otras virtudes importantes, entre ellas las cuatro cardinales: la
prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza o valor”. Pág. 220
 “Necesitamos de ellas para movernos por la vida, ya que, si nos faltaran, sería
imposible continuar nuestro viaje hacia el bien”. Pág. 220
 “El Aquinate las denomina virtudes cardinales porque las demás, con excepción de
las teologales (fe, esperanza y caridad), de algún modo derivan de ellas y las
manifiestan”. Pág. 220

La primacía de la prudencia
 “La más importante de las virtudes cardinales es la prudencia. ¿Cuál es su papel?
Hemos dicho que una virtud es una manera habitual de actuar, lo que en algunas
ocasiones podría llevar a afirmar que adquirir una virtud es lo mismo que aprender
la rutina de unos modos mecánicos de comportamiento, suponiendo que con eso
queda enconsertada cualquier originalidad o infección del quehacer humano”. Págs.
221-222
 “Una virtud es una debilidad moral que permite la persona averiguar en cada
circunstancia, exactamente, cómo hacer el bien de la manera más adecuada”. Pág.
222
 “La ética es una ciencia práctica, que trata el comportamiento concreto de cada día”.
Pág. 122
64

 “La persona virtuosa es capaz de ver lo que requiere y exige cada situación”. Pág.
222
 “Cuando estamos ante una situación en la que hay muchas posibilidades de
actuación, la persona prudente descubre lo que nos hace más capaces para el
crecimiento del bien”. Pág. 223
 “La prudencia es una virtud de discernimiento moral que lee cada situación para
decir exactamente el mejor modo de lograr el bien una vez que se hayan recabado
todos los datos”. Pág. 223
 “Es una virtud de astucia moral que nos ayuda a ver certeramente cómo practicar el
bien para que no se malogren las buenas intenciones”. Pág. 223
 “Por la caridad tenemos la mejor de las intenciones ya que queremos dirigir todas
nuestras acciones hacia Dios, pero es menester saber cómo llevar a cabo esa
intención: esta es la labor de la prudencia”. Pág. 224
 “La virtud de la prudencia nos aconseja sobre la mejor manera de realizar el bien de
nuestra intención”. Pág. 224
 “La prudencia nos reta y no reclama para estimular el recuerdo de que un acto
virtuoso siempre busca asemejarnos a Dios en su bondad”. Pág. 225
 “Si la prudencia es la habilidad de saber lo que hay que hacer, la justicia consiste en
realizarlo de manera adecuada”. Pág. 225
 “Lo que distingue la prudencia de la justicia es que la primera establece el recto
juicio, puesto que sabe lo que es necesario hacer, mientras que la segunda realiza la
acción correcta, porque hace lo que es necesario (ST, I-II, 61, 4)”. Págs. 225-226
 “La prudencia discierne, la justicia ejecuta”. Pág. 226

La fortaleza y la templanza: para manejarse ante las dificultades de la virtud


 “Las virtudes cardinales de la templanza y la fortaleza están relacionadas entre sí”.
Pág. 226
 “Las dos conciernen, no directamente a la acción, sino a los impedimentos de la
misma”. Pág. 226
 “La fortaleza proporciona la determinación necesaria para hacer el bien en medio de
la adversidad”. Pág. 226
 “Al igual que la fortaleza, la templanza se dirige a las emociones, especialmente
cuando dificultan el comportamiento virtuoso”. Pág. 227
 “Como su mismo nombre sugiere, la templanza «templa» las emociones,
aumentándolas o disminuyéndolas”. Pág. 227
 “La templanza no silencia las emociones, sino que las canaliza al servicio de la
virtud, busca el equilibrio emocional de nuestra actuación: un sentimiento
demasiado débil nos paraliza, pues nos deja impasibles, una emoción excesiva nos
hiere porque nos hace vehementes”. Pág. 227
 “En consecuencia, Tomás no cree que la templanza suprima las emociones; más
bien, dice que las modera hasta su disposición más adecuada, consiguiendo que
impulsen, y no que impidan, la conducta virtuosa”. Pág. 227
65

 “La manera que tiene el Aquinate de entender la templanza surge de su sentido de la


virtud, que es el de la primera liberación de las capacidades humanas, nunca su
mutilación ni supresión”. Pág. 227
 “La virtud libera nuestra capacidad para el servicio al bien”. Págs. 227-228
 “Hoy en día no damos demasiada importancia a la vergüenza en la vida moral, pero
sí lo hace el Aquinate, porque sabe que necesitamos el sentido de la vergüenza para
apreciar el excelso valor de nuestras vidas de hijos de Dios”. Pág. 229
 “La capacidad de avergonzarse, el temor a la deshonra, el miedo a perder la buena
reputación, son sentimientos que es valioso mantener porque suponen una fuerza
moral que se expresa por medio del temor ante una posible deshonra”. Pág. 229
 “El Aquinate afirma que las personas honorables son personas virtuosas, puesto que
el honor no surge de nuestras posesiones, nuestro poder o nuestra fama, sino de
nuestra bondad”. Pág. 231
 “Recordemos que una persona virtuosa no sólo hace el bien, sino que, además, lo
hace de manera adecuada”. Pág. 231
 “Por la templanza, todo acto moral es una cuestión de belleza, incluso el acto más
sencillo de amabilidad es hermoso cuando está hecho con estilo y gracia”. Pág. 231

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO: EL AMOR QUE NOS LLEVA A CASA
 “Recordemos que el objetivo de su planteamiento es reunirnos con el Dios cuyo
amor nos ha creado”. Pág. 232
 “La estrategia de la ética tomista es enseñarnos a vivir de tal modo que podamos
volver a Dios”. Pág. 232
 “Convencido de que Dios es nuestra alegría, Tomás quiere enseñarnos cómo vivir
de manera que podamos poseer, tan profunda, íntima y permanente como sea
posible, el único amor que es capaz de darnos la paz que deseamos”. Pág. 232
 “Por esta razón concluye su estudio no con las virtudes, sino con los dones del
Espíritu que suponen la perfección de la virtud”. Pág. 232
 “El Aquinate entiende que, por buenos que lleguemos a ser, nunca tendremos la
suficiente bondad como para merecer a Dios”. Pág. 232
 “El fin de la vida moral es la reunión con Dios, pero nuestra virtud es incapaz de
ello porque la bondad de Dios es excesivamente superior a la nuestra”. Pág. 232
 “En definitiva, será el amor divino, y no el nuestro, el que nos introduzca en el
Reino”. Pág. 232
 “Por eso, las virtudes encuentran su perfección en los dones”. Pág. 232
 “Es verdad que volvemos a Dios por el amor, pero más por el amor divino que por
el nuestro”. Págs. 232-233
 “En un primer momento, fue el Espíritu derramado en nuestros corazones el que nos
dio la capacidad para acoger la virtud, es por medio de la acción del Espíritu por lo
que nuestra virtud se hace plena”. Pág. 233
66

 “Una vez claro el objetivo de la vida moral, los dones del Espíritu no son de ningún
modo superfluos, sino esenciales, ya que, sin el don del amor divino, no podríamos
alcanzar nunca nuestro hogar”. Pág. 233
 “Las virtudes de la caridad se arraigan en nuestro deseo de Dios, pero terminan en el
deseo de Dios hacia nosotros”. Pág. 234
 “Es el amor divino el que toma nuestras virtudes nacidas en la caridad y las
perfecciona con la bondad necesaria para la unión con Él”. Pág. 234
 “Necesitamos los dones del Espíritu porque nuestras virtudes, por buenas que sean,
se quedan cortas ante la bondad de Dios”. Pág. 234

La relación entre las virtudes y los dones


 “En la explicación del Aquinate sobre la vida moral, las virtudes tienen como telón
de fondo los dones del Espíritu”. Pág. 235
 “Las virtudes de la caridad tienden hacia ellos porque saben que solamente en ese
amor serán capaces de lograr su cometido, el de establecer la intimidad con Dios
propia del Reino”. Pág. 235
 “Toda virtud informada por el amor de caridad sabe la necesidad de otro amor que
la perfeccione”. Pág. 235
 “La caridad hace cada virtud un homenaje al amor que necesita pero que nunca
puede recibir de sí mismo”. Pág. 235
 “El que la perfección de las virtudes venga dada en los dones demuestra que la
propia virtud se agota en el límite de nuestra acción”. Pág. 235
 “El Espíritu no es ajeno a la caridad, transformarse en Él es lo que le ocurre a la
caridad cuando se topa con el límite de la virtud”. Pág. 235
 “La caridad prorrumpe en el Espíritu, testificando que no amamos en vano, sino que
nuestro amor se perfecciona porque su fuente es el mismo Espíritu”. Pág. 236
 “Los dones son parecidos a las virtudes porque también son modos habituales de
comportamiento que nos hacen buenos, pero difieren en cuanto el agente del que
proceden”. Pág. 237
 “En resumen, las virtudes proceden de nosotros y los dones vienen de Dios”. Pág.
237
 “El agente de las primeras somos nosotros mismos; el de los segundos, el propio
Espíritu de Dios”. Pág. 237
 “Ser poseído por el Espíritu significa que el amor de Dios se ha convertido en lo
más característico de nuestra vida, en lo más íntimo de ella, de tal modo que queda
expresado en toda nuestra actividad”. Pág. 238
 “Hecho uno con nosotros a través de la caridad, el Espíritu habita en nosotros, no de
manera provisional, sino permanentemente, convirtiendo todo lo que hacemos en un
acto de perfecta alabanza a Dios”. Pág. 238

Los frutos del espíritu: el amor, la alegría y la paz


67

 “Estos frutos definen a la persona que ha visto culminada su pasión por Dios:
recordemos que la vida moral acaba cuando alcanza la paz el corazón”. Pág. 238
 “La moralidad nace del deseo de restauración, de perfección y de plenitud de vida y
termina cuando el Espíritu toma posesión de nuestros corazones”. Pág. 238
 “En el momento en que el Espíritu habita en nosotros, poseemos el bien más
perfecto y gratificante; o mejor, somos poseídos por él, ya que quedamos abrazados
por el amor que siempre ha querido nada más y nada menos, que ofrecernos la
vida”. Pág. 238
 “Somos llamados a ser para Dios lo que Dios siempre ha sido para nosotros, un
amigo, un amante, uno que quiere compartir todo lo que tiene”. Pág. 239
 “Si permitimos que Dios sea nuestro amigo, si nos abrimos al amor que hacía
rehacer y redimir, conoceremos la plenitud de vida que siempre hemos buscado y
encontraremos el gozo y la paz de los que estábamos hambrientos”. Pág. 239
 “El objetivo de la ética tomista es capacitarnos para que seamos redimidos por el
amor de amistad con Dios”. Pág. 239
68

IX. CÓMO ENTENDER A UN DIOS DE AMOR. CONCLUSIONES ACERCA


DE LA VISION DEL AQUINATE SOBRE LA VIDA MORAL

 “Tenemos un Dios que no descansará hasta que todos compartamos plenamente su


amor”. Pág. 241
 “Tenemos un Dios inquieto para que disfrutemos todos de la felicidad divina. Por
eso, la gracia es efectiva, ingeniosa y flexible; por eso mismo, el amor divino es
redentor”. Pág. 241
 “Un Dios que ama a cada uno de nosotros de modo personal, absoluto y eterno tiene
una intención persistente: asegurar que todos vivamos el amor, la alegría y la paz
que Él vive”. Pág. 241
 “Cada uno de nosotros, nacidos de la gracia, estamos llamados a la gloria”. Pág. 241
 “El deseo que Dios tiene de nuestra plenitud se estructura dentro de la naturaleza, y,
en efecto, es la ley central de la vida”. Págs. 241-242
 “Desde el primer bullir de la vida, Dios nos invita a su amistad, nos ofrece la
bienaventuranza”. Pág. 242
 “La vida moral cristiana no es sino la gramática de nuestra respuesta”. Pág. 242

Las acciones: la conexión entre las necesidades y su satisfacción


 “Actuamos porque vivimos en estado de búsqueda, porque queremos alcanzar un
fin”. Pág. 242
 “Nuestra intención más constante es dirigirnos a la plenitud persiguiendo lo que
creemos que nos puede perfeccionar”. Pág. 242
 “El ser humano actúa porque quiere algo que no posee y las acciones nacen de esa
necesidad”. Pág. 243
 “Para Tomás, la moralidad empieza en la indigencia. Si ya fuésemos perfectos
perderíamos la motivación de nuestro actuar, puesto que no careceríamos de nada”.
Pág. 243
 “La vida moral está enraizada en la necesidad, se agita en esta sensación permanente
de insuficiencia”. Pág. 243.
 “¿Pero qué buscamos realmente? Deseamos una vida buena y feliz, alguien a quien
amar, queremos acciones tan cargadas de sentido que nos concedan una sensación
de realización”. Pág. 243
 “Una necesidad global y profundamente personal abarca todas estas necesidades
particulares, la necesidad de encontrar la paz y la alegría perdurable”. Pág. 243
 “La vida moral consiste en buscar, descubrir y poseer este bien, puesto que estamos
convencidos de que, hasta que sea nuestro, no conoceremos la felicidad”. Pág. 243

La vida moral cristiana: una odisea hacia la felicidad con Dios


69

 “La felicidad es la amistad duradera con nuestro bien más prometedor; sin embargo,
a menudo estamos inseguros acerca de su posibilidad o de dónde encontrarlo”. Pág.
244
 “Ser feliz es estar enamorado del mejor bien posible y, para Tomás, este es Dios”.
Pág. 244
 “Los amantes de Dios son felices puesto que el amor nos da la semejanza suficiente
con Él como para que podamos disfrutar de su alegría”. Pág. 244
 “Ser feliz es tener en el corazón eso que amamos y permitir que ese amor nos
transforme”. Pág. 244
 “Un Dios que desea lo mejor para nosotros quiere que participemos lo más
profundamente que podamos de su felicidad”. Pág. 245
 “Ser benevolente con un amigo es buscar lo que es realmente bueno para él, y parte
de la actividad de toda amistad es vivir dedicado al bien del otro”. Pág. 245
 “Si nos referimos a la caridad-amistad con Dios, supone cuidar los intereses de
Dios, actuar a favor de sus planes y propósitos, y luchar en todo para que las cosas
sean las más propicias para Él”. Pág. 245
 “La segunda característica la amistad es la mutualidad, ésta no recuerda que la
amistad existe únicamente donde el afecto y los cuidados son recíprocos”. Pág. 245
 “Los buenos amigos piensan el uno del otro de esta forma, pues los amigos son tan
importantes que es imposible imaginar la vida sin ellos”. Pág. 246

El amor: la piedra angular de la ética tomista


 “Si alcanzamos la felicidad a través de la amistad con Dios, entonces amar
adecuadamente se convierte en el mayor reto de nuestra vida moral”. Pág. 246
 “Aceptar que estamos hechos para amar significa que podemos llegar a la plenitud,
y que también tenemos que cultivar la apertura y receptividad a todo lo que
verdaderamente nos enriquece”. Pág. 247
 “Creer en algo menor sería negar lo que Dios desea para nosotros en lo que consiste
nuestra máxima posibilidad”. Pág. 249

Las virtudes y los dones: hábitos que nos asemejan a Dios


 “No obstante, la gloria no se logra automáticamente. Es el trabajo de toda una vida,
nuestro trabajo y el de Dios”. Pág. 249
 “El Aquinate plantea una ética de la virtud porque sabe que la reunión de nuestro ser
con Dios depende de nuestra transformación hasta la santidad”. Pág. 249
 “Las virtudes nos ayudan a conseguir la conversión continua y profunda de nuestro
ser a través de los hábitos que nos hacen santos”. Pág. 249
70

 “Hablar de virtudes supone reconocer el impresionante potencial que tenemos para


lograr una vida bella y noble, pero también significa que esta promesa de bondad
puede ser destruida y corrompida”. Pág. 250
 “Las virtudes son actividades que nos transforman porque, por el desarrollo de
buenos hábitos, la cualidad y buen acto llega a ser característica de una buena
persona”. Pág. 250
 “La persona virtuosa no es la persona que hace bien esporádicamente sino con
seguridad, deleite y con cierta facilidad”. Pág. 250
 “La tarea de los dones del Espíritu es la consecución de esa santificación final que
nos hace capaces de Reino, que consiste la amistad con Dios porque, cuando las
virtudes se convierten en dones, el Espíritu es el principio que está en el centro de la
vida”. Pág. 251
 “Dios vive en nosotros con plenitud, nos trata como amigos con un amor que cura,
rehace y redime”. Pág. 251
 “Cuando el Espíritu habita libremente en nosotros, Dios puede amarnos y
bendecirnos del modo que siempre ha deseado”. Pág. 251
 “El objeto de la teología moral del Aquinate es apreciar y responder a este
designio”. Pág. 252
 “Quiere que abramos nuestros corazones al don de amor que nos colmará, quiere
que lo aceptemos, lo abracemos y gocemos de él”. Pág. 252
 “Nuestras vidas deben ser la morada de Dios, nuestros corazones, un lugar para la
amistad con Él”. Pág. 252
 “Es el fruto de la presencia del Espíritu en nuestras vidas y lo que sin saberlo
siempre buscan nuestros corazones”. Pág. 252
 “Tomás nos muestra cómo satisfacer los deseos más profundos de la vida: nuestros
corazones encuentran el descanso en Dios”. Pág. 252
 “La estrategia de la vida moral es convertirnos en personas capaces de decir que sí
al amor perfecto”. Pág. 252
71

ÍNDICE

Prólogo 7
Introducción 29
Capítulo I. El encuentro con un hombre que tiene un plan
38
sobre nosotros
Capítulo II. Por qué hacemos, en definitiva, las cosas: una
72
mirada al comportamiento humano
Capítulo III. La felicidad: lo que todo el mundo quiere 84
Capítulo IV. La caridad: la virtud de la amistad con Dios 123
Capítulo V. Las pasiones y los afectos en la vida moral:
147
explorando la primacía del amor
Capítulo VI. Las pasiones y los afectos en la vida moral:
168
cómo encontrar la fuerza para continuar
Capítulo VII. Las virtudes: acciones que nos guían hacia la
189
plenitud de la vida
Capítulo VIII. Las virtudes: encontramos nuestra
217
perfección en un don
Capítulo IX. Cómo entender a un Dios de amor.
Conclusiones acerca de la visión del Aquinate sobre la vida 242
moral
Índice 253

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