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ACENTUACIÓN Y TILDACION DE LAS PALABRAS COMPUESTAS

¿Cuántas veces hemos dudado en poner o no una tilde ortográfica en una palabra
compuesta? ¿Cuántas veces leemos palabras compuestas sin saber muy bien si están o
no bien acentuadas? Valgan estos ejemplos de Leonardo Gómez Torrego (tomados de
su Gramática didáctica del español) para saber lo que debemos hacer.

Palabras compuestas sin guion: cuando nos encontramos ante una palabra compuesta
de dos o más lexemas, que se escriben sin guion, solo lleva tilde, si lo necesita según
las reglas generales de acentuación, el último componente. A saber:

Décimo + séptimo: decimoséptimo

Tío + vivo: tiovivo

Porta + lámparas: portalámparas

Palabras compuestas con guion: en el caso de palabras compuestas de dos o más


lexemas que se escriben con guion, cada uno de los componentes se mantiene
independiente, por lo que llevan tilde siguiendo las reglas generales de acentuación. Es
decir:

Épico + lírico: épico-lírico

Realidad + ficción: realidad-ficción

Teórico + práctico: teórico-práctico

Palabras compuestas terminadas en -mente: en el caso de los adverbios terminados


en -mente, la tilde se pone en el primer componente (un adjetivo), solo en el caso de
que este lo lleve de manera independiente. Así:

Fuerte + -mente: fuertemente

Fácil + mente: fácilmente

Sutil + mente: sutilmente

Difícil + mente: difícilmente

CITA BIBLIOGRAFICA:

https://cvc.cervantes.es/lengua/alhabla/museo_horrores/
museo_021.htm
DISCURSOS LITERARIOS Y DISCURSOS NO LITERARIOS
La distinción entre discurso literario y no literario, a pesar de tener gran validez, es
de difícil manejo. Con ella no se pretende establecer una diferencia entre lo que es
literatura y lo que no lo es, sino establecer unas mínimas y convencionales reglas del
juego, carentes de dogmatismo, ya que es imposible ocultar que ciertas estructuras y
fenómenos que puedan caracterizar a un texto literario puedan aparecer
perfectamente en otro no literario. Con esta distinción se busca demostrar que el
discurso no literario ofrece un tipo de codificación y descodificación más sencillo o,
mejor, menos complejo, que uno literario. Con el análisis de estas diferencias se
justifican en parte, además, las razones del autor de este trabajo al centrar el
interés en los discursos propios de los textos no literarios.

Utilización
Una diferencia entre estos dos discursos es la utilización especial del lenguaje. El no
literario es ante todo un instrumento de comunicación, mientras que el otro es un
instrumento de expresión de vivencias y en este sentido es gratuito porque,
descartando los intereses editoriales, nadie le pide ni espera que un escritor escriba
lo que escribe, como tampoco le sugiere cómo debe hacerlo. El literato sabe que con su
obra no va a cambiar el mundo, a lo máximo que aspira es a expresar una vivencia
subjetiva. En cambio, el autor del no literario se propone objetivos más precisos; con
su pluma puede ayudar a construir o a destruir un mundo. Su discurso tiene una
intención diferente que es la de comunicar; por eso, no es gratuito que su discurso
esté sometido a reglas definidas. En el discurso no literario, el lenguaje se convierte
en una simple herramienta, mientras que en el literario el lenguaje es mucho más que
eso.

Con el discurso no literario se tiene una intención clara y específica, que es la de


comunicación, y ésta no puede darse a menos que exista una simplicidad de medios. Eso
de que “el arte es comunicación” —y que disculpen los que así piensan— no es del todo
cierto. La comunicación apenas es un aspecto secundario del arte, en este caso de la
literatura. En ella es más importante la expresión que la comunicación. De ahí que
cuando a un escritor se le censura sobre lo que escribe, responde con frases como:
“Yo no escribo para nadie”. Aunque esto no es completamente cierto, se puede concluir
que lo que menos le interesa a ese escritor es la comunicación. La expresión puramente
estética de la literatura no es comunicable, por ello cada lector puede apreciarla a su
manera, y en este sentido la obra se enriquece más.

Referente
Un discurso literario no puede juzgarse del mismo modo que uno no literario por su
adecuación y su fidelidad a una realidad ajena a sí mismo. En el segundo, el contexto
de situación es preciso, definido, está lo suficientemente ubicado para que en lo
posible haya una sola interpretación adecuada del mensaje. En cambio en el primero el
contexto situacional se presenta vago, ambiguo... porque es el lenguaje el que recrea la
situación, generando ambigüedad en el mensaje literario con tantas referencias
situacionales como lectores tenga la obra. A este respecto es muy significativa la
apreciación de Barthes (1981:56):
...las ambigüedades del lenguaje práctico en nada son comparables con las del lenguaje
literario. Las primeras pueden, en efecto, deducir-se por la situación en que aparecen:
algo fuera de la frase más ambigua, un contexto, un gesto, un recuerdo nos dicen cómo
hay que comprenderla, si queremos utilizar prácticamente la información que está
encargada de transmitimos: la contingencia es lo que da claridad al sentido.
Nada semejante con la obra: la obra es para nosotros sin contingencia, y ello es quizá
lo que mejor la define: la obra no está rodeada, designada, protegida, dirigida por
ninguna situación, ninguna vida práctica está allí para decimos el sentido que hay que
darle; siempre tiene algo de “citacional”: la ambigüedad en ella es pura: por prolija que
sea, posee algo de la concisión pítica, palabras conformes a un primer código (la Pitía
no divagaba) y sin embargo abierta a muchos sentidos, porque estaban pronunciadas
fuera de toda situación —salvo la situación misma de la ambigüedad: la obra está
siempre en situación profética. Sin duda agregando mi situación a la lectura que hago
de una obra puedo reducir su ambigüedad (lo que sucede por lo común), pero esta
situación cambiante, compone la obra, y no da con ella: la obra no puede protestar
contra el sentido que le presto, desde el momento en que yo mismo me someto a las
sujeciones del código simbólico que la funda, es decir, desde el momento en que acepto
inscribir mi lectura en el espacio de los símbolos; pero tampoco puede
autentificar .ese sentido, porque el código segundo de la obra es limitativo, no
prescriptivo: traza volúmenes de sentido, no de lineas; funda ambigüedades, no un
sentido.

Como se puede concluir, el discurso literario no puede ser descifrado de la misma


forma como se descifra uno no literario. La obra literaria es abierta y es el lector
quien debe actualizarla dándole un sentido, incluso, construyéndole uno. Ese es uno de
los motivos por los que ante un mismo texto literario pueden resultar diferentes
interpretaciones y no tiene sentido que hayan profesores de literatura que pidan a sus
alumnos que expliquen cuál es “el mensaje de la obra” que les ha recomendado leer.
Además, la interpretación de un discurso literario no es casual, sino que por el
contrario, obedece a la ideología, las preferencias, el sistema de referencias y el
estado de ánimo del lector.

Estructura
El discurso literario es mucho más complejo que el no literario. Tiene cualidades
especiales que lo hacen más difícil de elaborar; por ejemplo, una gran cantidad de
elementos vetados en el no literario son recursos válidos en el literario; a la capacidad
de este último de apartarse de normas establecidas para el primero, se le denomina
carácter desviante. Así, mientras el discurso filosófico es desviante frente al
científico u otro, el literario se presenta como el más desviante de todos. No
obstante, este discurso no es privativo de la literatura, pues aunque lo fuera, habría
que excluir escritores tradicionalmente considerados como literatos; entre ellos,
Bolívar, autor de discursos y proclamas; Pascal, pensador; Téllez, autor de prosas;
Vargas Vila, ensayista, y otros.
El discurso literario es entonces la ocasión en que el lenguaje se pone a prueba en toda
su capacidad. En la lengua existe una gran cantidad de estructuras, palabras y
significaciones que afloran en el discurso literario, el cual no es arbitrario en la
medida en que sí lo es el no literario.

CITA BIBLIOGRAFICA:

https://prezi.com/2yffd2cpei-y/discursos-literarios-
no-literarios/
EL LENGUAJE CINEMATOGRÁFICO
El lenguaje cinematográfico está formado por la unión de IMÁGENES y SONIDO.

Uno de los elementos más relevantes de este lenguaje del cine es el PLANO. En el cine
de antaño siempre se usaba el mismo plano para rodar una escena desde diferentes
ángulos, pero, más adelante, descubrieron que acercando y alejando los planos y
alternándolos con cierta lógica, se podían conseguir efectos que antes era una tarea
casi imposible de realizar.

Podemos distinguir entre:


 Plano General. Da un sentido dramático, de soledad, y se utiliza frecuentemente
para describir la relación entre el ambiente y la situación, y los personajes.
 Plano Medio. Dentro de este plano, podemos diferenciar entre dos variantes del
mismo:
o El Plano Medio Corto; que es el que abarca al actor de pecho para arriba.
o El Plano Medio Largo; que es el que nos deja ver hasta la cintura.
 Plano Americano. Nos muestra las ¾ partes del cuerpo, es decir, hasta las
rodillas aproximadamente. Lo solían usar en las películas del Oeste para darle
especial relevancia a las cartucheras de los pistoleros y también para
intentar disimular a los personajes de baja estatura.
 Primer Plano. Posee un alto contenido psicológico y dramático. Tiene como
principal objetivo captar las emociones expresivas por lo que se le resta
importancia a los decorados. Pero tampoco ha de abusarse de su utilización.

PRINCIPALES COMPONENTES DEL LENGUAJE CINEMATOGRÁFICO.


El lenguaje del cine lo componen infinidad de elementos y de signos. Las imágenes, las
palabras, la música, el color, los sonidos, y también la forma de mezclar las imágenes,
la posición de los actores, y miles de ingredientes y piezas que es imposible enumerar
totalmente. Se compone así una nueva forma de contar las cosas, de hacer narraciones
y de expresar mensajes. El cine es un instrumento de comunicación de masas, muy
potente y fascinante.

Componentes:
El sonido
La banda sonora de un film está compuesta, esencialmente, con cuatro grandes tipos
de sonidos: La palabra, la "voz en off", la música, la palabra presente en las letras de
los musicales, los ruidos.

El tono y el color
El grado de luz que un objeto absorbe o rechaza dará como resultado, en la imagen,
unos valores de tono que irán desde el blanco al negro, pasando por una serie de
grises. Toda la gama de tonos posibles constituye la escala de tonos. El color sirve
para centrar la atención, favorecer el ritmo en la narración y en el montaje, y
expresar con más fuerza ciertos momentos. Existen varios formas de trabajar el
color en ele cine: el color pictórico, el color simbólico, el color psicológico, el color y la
perspectiva.

La composición de la imagen o fotografía.


Es la armónica distribución de los objetos dentro del cuadro. El objetivo de la
composición de la imagen en un encuadre, es que la mirada del espectador encuentre
con rapidez y precisión el objeto importante, y comprenda claramente el significado.
La composición establece un centro de atención.

La estructura narrativa de un fílm


La trayectoria de la acción se rige por la continuidad narrativa. Esta debe ser fluida.
El paso de un conjunto de encuadres a otro debe permitir un relato claro, fluido, que
permita incluso saltos en el tiempo. Y pese a ello la historia se comprenda.

El montaje
Es la ordenación narrativa y rítmica de los
elementos objetivos del relato. Es una instancia
en que las filmaciónes aisladas, comienzan a
ensamblar una sola historia.

La escala o Filmación
El cine tiene características e imagen propia,
diferente de las de las artes plásticas e incluso
las fotográficas, porque la imagen fílmica no acaba en sí misma, exige el paso de una
imagen a otra; está en movimiento. La imagen cinematográfica no es una mera
reproducción de la realidad, sino una interpretación y reelaboración de ésta. Ello hace
que cada director, al crear sus imágenes, consiga expresar una misma idea de una
forma diferente a la de otro. En las filmaciones se utilizan diversas técnicas que se
relacionan con la forma de disponer las cámaras y hacer la toma.

Guión
Es un esquema que ordena el relato de una historia.

FUNCIONES DEL CINE EN LA SOCIEDAD:


Infortunadamente se le ha dado un sentido, al igual que la TV, de formación,
educativo, de traspaso de costumbres sociales, etc. El problema es que el cine y la TV
se inventario SOLAMENTE para entretenimiento. Lo demás es un efecto colateral.
Pero darle un valor mayor del simple entretenimiento me parece poco más que una
exageración.

CITA BIBLIOGRAFICA:
www.ite.educacion.es/formacion/materiales/24/cd/
m1_2/index.html

Niveles de adquisición de la Lectura y Escritura


ETAPAS DE LA LECTURA

La lectura requiere de un proceso de aprendizaje, y como tal se logra a través de un


proceso gradual en el que se va adquiriendo cada vez mayor expertise. La lectura no es
inherente al cerebro humano, sino que debe ser aprendida y automatizada. Un niño con
dislexia es aquel que tiene dificultades en esta automatización. No obstante, pasa al
igual que el lector normal por las mismas etapas de lectura, con la diferencia que se
queda varado en la fase alfabética y sólo logra desarrollar las posteriores en forma
imperfecta. Con tratamiento psicopedagógico podrá avanzar en forma eficiente por
cada una y cuanto más temprano sea la intervención mayores son las probabilidades de
lograr una mejor automatización y menores las posibilidades de que adquiera vicios de
lectura. Es importante remarcar que la lectura para que sea “verdadera lectura” debe
iniciarse fonológicamente. Una lectura de su propio nombre o de marcas no siempre es
verdadera lectura, sino que tenderá a ser una codificación de un logo. La lectura se
inicia en la fase llamada “ALFABETICA” o “FONOLÓGICA”. Al automatizar la lectura
alfabética-ortográfica, el niño estará en condiciones de poner su atención al contexto,
la expresión y a comprender en la medida en que va decodificando.

Según Ehri, L. 1997

FASES:1. LOGOGRAFICA: reconocimiento de escrituras globales: MAMÁ, Coca cola,


McDonalds, sin decodificación .Aquí no hay verdadera lectura sino un mero
reconocimiento de la forma visual o logo, hay “actitud de lectura” pero no hay
correspondencia grafema-fonema.

2. ALFABETICA: comprensión del principio alfabético: asociación grafema-fonema,


etapa de decodificación fonológica .El niño lee articulando por fonemas o sílabas:
MAAA-NOOO MANO!

3. ORTOGRAFICA: reconocimiento de patrones ortográficos, necesario para la


lectura fluída. El niño capta grupos de letras y luego palabras en un solo golpe de vista.
MA-NO MANO Agrega Rufina Pearson

4. FLUIDA-EXPRESIVA: lectura del texto teniendo en cuenta la puntuación,


expresión y el contexto. Implica el acceso directo a.

CITA BLIBLIOGRAFICA:

https://www.scribd.com/doc/52356159/Procesos-de-
adquisicion-de-la-Lectura

MEDIOS DE COMUNICACIÓN LITERARIOS

Oralidad y escritura

El lenguaje puede ser utilizado de forma oral o escrita. Las diferencias en los rasgos
que adopta el lenguaje en cada uno de ellos es tan importante que hace que hablemos
de registros diferentes: uno oral y otro escrito; que nos refiramos a códigos
lingüísticos distintos: uno oral y otro escrito.

Observemos cómo en el siguiente cuadro se presentan estas diferencias, aplicando


como estrategia de organización de la información el cuadro comparativo:
Las características del código oral hacen que en los textos que usan este registro se
presenten elementos característicos llamados marcas de oralidad. Algunas marcas de
oralidad son:

Muletillas: frases repetidas por hábito, como “entonces”

Titubeos: sonidos que manifiestan dudas en la elección de las palabras a decir, como
“eh…”

Interjecciones: sonidos que expresan estados de ánimo, como “oh”, “ay”

Repeticiones innecesarias

Frases inconclusas

Falta de concordancia

Cambio brusco de tema

En la oralidad se utiliza una variedad de lengua a la que llamamos coloquial (haz clic en
el enlace para obtener más información).

Si estos rasgos se presentan en un texto que debería usar el registro escrito,


constituirá un error; pero si los observamos en uno que utilice un registro oral, serán
elementos característicos.

Cuando afirmamos que un texto usa un registro oral, no necesariamente debe ser un
texto dicho o escuchado. Si, por ejemplo, escribimos un texto conversacional (vuelvo a
aclarar: lo escribimos, no lo decimos) usaremos un registro oral, escribiendo de la
misma forma en la que hablamos, ya que buscamos recrear un diálogo. Sin embargo, si
escribimos textos expositivos, argumentativos, narrativos, usaremos el registro
escrito (a no ser que incluyamos algún tipo de diálogo, fragmento en el cual podemos
usar un registro oral) y será un error escribir de la misma forma en la que hablamos.

Por otro lado, cuando afirmamos que un texto usa un registro escrito, no
necesariamente debe ser un texto escrito y leído. Si debemos, oralmente, proferir
textos expositivos o argumentativos (pensemos en los discursos de los políticos),
aunque lo hablemos, deberemos hacerlo de una forma organizada y planificada como si
lo hubiéramos escrito. En general esto es lo que se hace: se escribe el discurso, se
estudia, de forma tal de que al decirlo en público, aunque se esté usando un código
lingüístico oral, el texto use un registro escrito, ya que tiene las características de la
escritura.

CITA BIBLIOGRAFICA:

http://www.a43d.com.uy/jenny/oralidad-y-escritura/

SOCIEDAD MEDIEVAL:

ALTA EDAD MEDIA

La Alta Edad Media o Temprana Edad Media es el período de la historia de Europa y


Oriente Medio que se extiende desde la caída del Imperio romano de Occidente en el
año 476 hasta aproximadamente el año 1000, época de resurgimiento económico y
cultural del continente. Fue un período en el que tres imperios coetáneos lucharon por
la supremacía: el bizantino, el islámico y el carolingio.

Primeras invasiones germánicas

En el siglo IV, considerado por la historiografía clásica como perteneciente todavía a


la Edad Antigua, el Imperio romano entró en una crisis económica, política y social.
Varios pueblos germánicos empezaron entonces a acosar las fronteras del Imperio. Su
acción e influencia en el sur de Europa hicieron que más tarde el continente entrara en
la categoría historiográfica comúnmente denominada como Edad Media. Los cinco
primeros siglos de la Edad Media (más o menos del año 476 al año 1000) han sido
denominados como Alta Edad Media y los cinco siglos siguientes (más o menos del año
1000 al año 1492) han sido denominados como Baja Edad Media.

En el momento de las primeras invasiones germánicas, en la Antigüedad tardía, el


emperador Teodosio I logró la paz mediante un pacto de amistad con el jefe visigodo
(siendo los visigodos la rama occidental del pueblo godo). Pero Teodosio I murió en
395 dejando el imperio a sus dos hijos. Honorio en el Occidente y Arcadio en el
Oriente. La muerte de Teodosio I significó para los visigodos la ruptura de los
acuerdos realizados con el Imperio. Su jefe, Alarico I, comenzó una campaña de
depredaciones en la península balcánica. Arcadio, con el pretexto de que existía una
disputa por Iliria, lanzó a los visigodos sobre el Imperio occidental, en el que se
instalaron definitivamente. Poco después, en el año 406, el Imperio romano fue
invadido por pueblos germánicos que buscaban dónde instalarse.

En el 423, Valentiniano III sucedió en el trono a Honorio, asimilando a los invasores a


sus tropas mercenarias. Durante su reinado, el imperio sufrió un importante avance de
los hunos, al mando de su rey Atila; pero fueron detenidos en los Campos Cataláunicos
en una alianza romano-germánica. El Imperio estaba en franca disolución y en el 476
Rómulo Augústulo, último emperador de Occidente, fue depuesto por Odoacro. El
Imperio romano de Occidente llegaba, así, a su fin. A partir de entonces, el territorio
se disgregó en diferentes reinos, llamados reinos romano-germánicos.

Las nuevas invasiones

Entre los siglos IX y X, Europa occidental se vio sacudida por los ataques de pueblos
normandos, sarracenos, húngaros y eslavos. Las nuevas invasiones eran
fundamentalmente expediciones y saqueo. Ocasionaron inestabilidad y temor durante
largo tiempo.

Las invasiones cambiaron el mapa político de Europa y arruinaron por completo el


comercio. Ante el clima de desamparo e inseguridad, se consolidaron los poderes
locales: los señores se organizaron para defender sus tierras y dar protección a los
más débiles, sentando las bases del futuro feudalismo.

Los Vikingos

Los Vikingos y luego los normandos, provenientes de Escandinavia, fueron los primeros
en invadir el Imperio carolingio. Cuando comenzó el desplazamiento invasor de los
nórdicos, Carlomagno ordenó defender las costas construyendo torres vigías. A su
muerte, la situación empeoró, puesto que los vikingos establecieron asentamientos y
más tarde formaron el Ducado de Normandía al norte de Francia.

Ocuparon las islas británicas, Islandia y Groenlandia. Penetraron en Europa oriental,


dando origen a Rusia —los pobladores de la estepa los llamaban «rus»— y desde allí
llegaron a Asia a través del mar Negro y el mar Caspio. También se desplazaron hasta
la península ibérica donde combatieron contra los musulmanes en el sur y los cristianos
en el norte. Llegaron a las costas de Marruecos, penetraron en el Mediterráneo y
ocuparon el sur de Italia,

Los húngaros

Los húngaros eran un pueblo de jinetes nómadas emparentado con los hunos.[cita
requerida] Atacaron violentamente las fronteras del Este del Imperio germánico,
luego de haberse establecido en Panonia en el 896, siendo guiados por el Gran Príncipe
Árpad. En 915 robaron y quemaron varias ciudades del Imperio germánico como Fulda
y Bremen. Llevarían a cabo aventuramientos en la península ibérica, la itálica y en el
Oeste de Francia. Le harían pagar un impuesto casi por una década al emperador
germánico Enrique I el Pajarero, el cual les propinaría una derrota en el 933 cerca de
Merseburg. Los húngaros serían nuevamente derrotados en 955 en la batalla de
Lechfeld por Otón I el Grande. En el 973, Otón I volvería a vencer a los húngaros en
Quedlinburg y en esa oportunidad firmaría la paz con el príncipe Géza de Hungría, el
cual permitiría la llegada de misioneros cristianos y bautizaría a su hijo Vajk, bajo el
nombre de Esteban. Esteban sería el primer rey húngaro en el 1000 y conduciría un
estricto proceso de cristianización durante todo su reinado.

Los sarracenos

Los sarracenos eran piratas musulmanes que desde la península ibérica y el norte de
África, atacaron las costas de Francia e Italia. Sus expediciones llegaron hasta Roma.
Aunque su principal objetivo era obtener botín, se instalaron en Sicilia.

Los eslavos

Desde la región comprendida entre los ríos Elba y Dniéper, los eslavos se expandieron
y ocuparon, parcialmente, todo el Este de Europa.

Una rama de los eslavos atravesó el territorio de la actual Rusia. Allí se unieron con
los normandos procedentes de Suecia y fundaron la Rus de Kiev, considerado el primer
Estado ruso, desde donde establecieron relaciones comerciales con Bizancio y el
Islam.

https://es.wikipedia.org/wiki/Alta_Edad_Media

La baja Edad Media 1100 - 1400

En esta época la vida urbana y las ciudades prácticamente desaparecieron, como


consecuencia de las invasiones y la implantación del régimen feudal. Pero a partir de
los siglos X y XII, la roturación de tierras, el incremento de la población y el aumento
de los rendimientos agrícolas generaron un excedente tanto de mano de obra como de
producción agrícola, que revirtió el desarrollo de las ciudades. Surgió así una nueva
clase de comerciantes y artesanos, llamada burguesía que impulsó el intercambio entre
el campo y la ciudad, permitiendo la apertura de rutas comerciales entre regiones
alejadas. Estos hechos fueron decisivos para la expansión territorial de los reinos
cristianos y el desarrollo del comercio marítimo.

En esta etapa de la Edad Media uno de los hechos más destacados lo constituyó el
ideal religioso de defensa de los Santos Lugares (donde había vivido Cristo)
conquistados por los musulmanes, lo que se vio reflejado en la realización de una de las
mayores empresas de la cristiandad medieval: las cruzadas. Ellas sirvieron para
aumentar los límites del poder europeo, desarrollar el comercio mediterráneo y aliviar
la presión musulmana sobre el imperio bizantino.

La primera cruzada tuvo lugar en el siglo XI por autorización del Papa Urbano II y
culminó con la conquista de Jerusalén por los expedicionarios. Más tarde, en los siglos
XII y XIII, se llevaron a cabo nuevas cruzadas, que dieron como resultado la
fundación de efímeros reinos cristianos en el cercano oriente, que terminaron en
poder de los turcos otomanos.

Dentro de la expansión territorial de Europa se destaca la colonización de los


alemanes en el este del continente y el avance de la reconquista en España, empresas
cuyo gran sentido religioso propició el surgimiento de las órdenes de caballería.

En el siglo XII las monarquías europeas empezaron a imponer su autoridad sobre los
señores feudales, para lo cual se aliaron con la burguesía de las ciudades.

Los estados instituyeron nuevas organizaciones políticas, llamadas cortes o


parlamentos, que aprobaban las leyes e impuestos que debían aplicarse en todo el
territorio de los respectivos reinos.

Durante el reinado de Felipe II Augusto, en Francia se desarrolló una política de


centralización y expansión de la Corona hacia los ducados (estado gobernado por un
duque) independientes. En Inglaterra, en tanto, se redactó la Carta Magna, primera
expresión de las bases institucionales por las que el poder inglés quedó regulado y
sometido a las cámaras parlamentarias.

Durante la segunda mitad del siglo XII, el emperador alemán Federico I Barbarroja
impuso su poder sobre el papado de Roma; pero a finales del siglo el Papa Inocencio
III logró imponer el poder de la iglesia sobre todos los reinos cristianos.
A lo largo del siglo XIV tuvo lugar una profunda crisis económica, social y espiritual,
detonada por factores como el aumento demográfico, las revueltas campesinas contra
los señores, la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, la gran epidemia de
la peste, y la división de la Iglesia católica conocida como Gran Cisma, cuando había
simultáneamente dos o tres papas rivales.

El debilitamiento del sistema feudal y la estructura gremial repercutió en una mayor


libertad comercial, que poco a poco dio paso a la conformación del sistema económico
capitalista.

La caída de Constantinopla en poder de los turcos otomanos en el año 1453 significó el


cierre de las actividades comerciales con el Mediterráneo oriental, por lo que la
burguesía europea tuvo que buscar nuevas rutas comerciales hacia el oeste,
fomentando así el desarrollo de las técnicas de navegación que posteriormente
facilitarían los grandes descubrimientos geográficos.

Las cruzadas

Se denominaron cruzadas a las expediciones que emprendieron los cristianos de


Europa occidental entre los siglos XI y XIII para rescatar a Jerusalén y el sepulcro
de Cristo, caídos en poder de los turcos. Se les dio el nombre de cruzadas porque los
hombres que tomaban parte en ellas adoptaban como señal distintiva una cruz de tela
roja cosida a sus vestidos.

La causa principal de las cruzadas fue la aparición en Oriente de un pueblo musulmán


llamado turcos seldyúcidas, quienes luego de destruir el imperio árabe de Bagdad
atacaron el imperio bizantino y se tomaron el Asia Menor, dejando amenazada

Constantinopla.

En el año 1078 se apoderaron de Jerusalén, lugar que ya se encontraba en manos de


los musulmanes árabes, quienes habían respetado los lugares sagrados (como el Santo
Sepulcro de Cristo) y permitido las peregrinaciones de los cristianos. Los turcos
seldyúcidas o fanáticos persiguieron a los peregrinos e incluso los torturaron. Por esta
razón, Tierra Santa se convirtió en un lugar vedado para los cristianos, quienes no
pudieron acercarse a la tumba de Cristo.

Se realizaron ocho cruzadas, dos de las cuales fueron preparadas y dirigidas


exclusivamente por señores; las otras seis se convirtieron en verdaderas expediciones
reales.

El resultado de las cruzadas


• Primera cruzada: decidida en el concilio de Clermont por el Papa Urbano II, dio como
resultado la conquista de Jerusalén y la creación de un reino francés en Palestina.

• Segunda cruzada: se emprendió para auxiliar a los franceses de Palestina


amenazados en Jerusalén. Dio como resultado el inútil asedio de Damasco.

• Tercera cruzada: fue provocada por la toma de Jerusalén por el sultán egipcio
Saladino.

• Cuarta cruzada: fue organizada por los señores franceses y venecianos, dando como
resultado la toma de Constantinopla, la destrucción del imperio griego y la creación de
un imperio latino que duró casi medio siglo.

• Quinta cruzada: dirigida por el señor francés Juan de Brienne y el rey de Hungría.
No dio ningún resultado.

• Sexta cruzada: tuvo la particularidad de que el jefe de la expedición estaba


excomulgado, y en vez de atacar a los musulmanes negoció con ellos, obteniendo que
los peregrinos pudiesen visitar Jerusalén.

• Séptima cruzada: tenía por objetivo Egipto, centro de un poderoso estado musulmán,
pero los cruzados fueron sorprendidos por una crecida del Nilo, diezmados por una
epidemia y atacados por los musulmanes, por lo que debieron rendirse.

• Octava cruzada: también llamada cruzada de Túnez, terminó con la muerte de Luis
de Francia (más tarde San Luis), víctima de la peste.

El feudalismo

En la Edad Media los poderes centrales perdieron toda autoridad y la administración


burocrática (burocracia = clase social formada por los funcionarios públicos)
desapareció. Así, poco a poco empezó a implantarse un nuevo orden denominado
feudalismo. Este régimen era una institución antigua, y hasta el siglo XI llegó a ser el
único sistema social reconocido en Occidente. Se originó en el anhelo de seguridad y
se generalizó cuando muchas personas se sometieron a quien los podía proteger mejor.
A estos defensores se les llamó señores, mientras que quienes se encomendaban a su
protección se les denominó vasallos. Entre ambos se estableció una especie de
contrato que estipulaba la protección de parte del señor, a cambio de la fidelidad y la
realización de ciertas tareas por el vasallo.

El feudalismo reconocía dos valores esenciales: el hombre y la tierra; pues en países


casi exclusivamente agrícolas la tierra constituía el mayor de los bienes. De hecho los
propietarios, al encomendarse a un señor, solicitaban protección no solo personal sino
también de sus tierras, por lo que era frecuente que donaran dichos bienes, pero
conservaran su usufructo (su explotación).

El régimen feudal

El elemento principal de este régimen fue el beneficio o feudo, que, como dijimos, era
la entrega de tierras por parte de los reyes y señores a cambio de la fidelidad y
prestación militar y personal del vasallo. Este contrato se suscribía durante la
realización de un acto de gran solemnidad, que se dividía en tres etapas:

1. Homenaje donde el vasallo se arrodillaba con la cabeza descubierta y sin armas, y


colocaba sus manos juntas entre las manos del señor. Luego pronunciaba la frase:
“Señor, yo seré vuestro hombre”.

2. Fe, que consistía en un juramento de fidelidad. El vasallo colocaba sus manos sobre
las Sagradas Escrituras o alguna reliquia.

3. Investidura, donde el señor investía al vasallo del feudo y le entregaba algún objeto
que simbolizaba la tierra, como por ejemplo una rama o un terrón.

Mediante el homenaje y la investidura quedaban establecidas obligaciones recíprocas,


dentro de las cuales el vasallo debía cumplir con la de ayuda y consejo. La ayuda era el
servicio militar o de hueste, donde el vasallo debía presentarse con armadura y caballo
y mantenerse por sus propios medios. Como un señor feudal contaba con muchos
vasallos, se aseguraba las fuerzas armadas necesarias para proteger sus bienes.

Posteriormente, el servicio militar se limitó a solo cuarenta días al año; entonces el


vasallo debía prestar ayuda pecuniaria (en dinero efectivo), que podía utilizarse en
distintas circunstancias, tales como para pagar el rescate del señor caído prisionero o
para el matrimonio de la hija mayor.

El consejo, en tanto, comprendía principalmente servirle en los pleitos como juez.

Además de tierras, con el tiempo también fueron entregados en feudo toda clase de
funciones y derechos públicos, por lo que el poder efectivo del señor feudal era
bastante limitado, ya que solo ejercía autoridad sobre sus dominios y los vasallos
inmediatos.

La sociedad en el feudalismo

La Edad Media fue una época donde la sociedad se caracterizó por la gran desigualdad
de clases. Solamente había un grupo reducido de personas que eran libres; el resto se
encontraba sometido y no podía abandonar la tierra donde había nacido, sistema que
se conoció como servidumbre.
Las clases sociales eran tres: la nobleza, el clero y la población campesina. El primer
grupo o nobleza lo constituía el rey, el señor y sus vasallos. Estaba constituida en su
mayoría por personas de origen franco o germánico.

El segundo grupo, o clero. Además de las funciones religiosas, tuvo un papel


trascendental en la sociedad y la cultura, debido a que sus miembros recibían una
instrucción superior que les capacitaba para dirigir la sociedad. Un aspecto
interesante de la constitución clerical del medioevo es que, si bien a menudo se
conformaba con nobles, no excluía que humildes campesinos pudieran también
ordenarse sacerdotes.

El tercer grupo, o población campesina, era la base de la pirámide social. Sus


integrantes —salvo unos pocos que habían permanecido libres— dependían de algún
señor, ya fuera por nacimiento o por herencia. El campesino o siervo no era dueño de
su persona, pues formaba parte de la gleba o tierra, y no podía abandonarla sin el
consentimiento del señor. Tal vez su mayor ventaja era la de no poder ser arrancado
de la hacienda, pues estaba unido a ella prácticamente como arrendatario perpetuo.

Los campesinos libres

Dentro de la clase campesina existía un tipo de siervos que podían mudarse, contraer
matrimonio y transmitir los bienes a sus hijos según su propia voluntad. Eran los
denominados campesinos libres, personas que a pesar de las ventajas que tenían, de
todas maneras debían respetar ciertas obligaciones, como el servicio militar, pago de
impuestos en dinero o especies y el cumplimiento del signo de servicio, que consistía en
cortar los prados del señor, acarrearle el vino y limpiar los fosos de su castillo.
También era frecuente que no pudieran cosechar, vender o comprar sus productos sin
la autorización del señor, y que se les prohibiera moler su trigo, estrujar la uva o
cocer pan en un horno que no fuera del señor.

La vida urbana

Entre los siglos XIII y XIV se produjo un aumento considerable de actividad, que dio
como resultado un mayor aprovechamiento de la industria y el comercio.

La industria en la Edad Media se caracterizó por las asociaciones de artesanos o


gremios, a los que debían pertenecer los obreros para poder ejercer su oficio. Esta
organización era además una sociedad de socorros mutuos, que protegía a los
huérfanos y personas que por su edad quedaban incapacitados de trabajar.

El comercio era desempeñado por los traficantes, cuyo oficio era el más peligroso de
todos, ya que con frecuencia eran víctimas de bandoleros que robaban a mano armada
las mercaderías y apresaban al comerciante para cobrar por su rescate. A esto se
sumaba el pago de derechos que debían pagar por sus productos durante el trayecto,
los que no eran pocos si se consideraba el cobro de entrada, de salida, en cada señorío,
en cada ciudad y en cada puente.

Dadas las difíciles condiciones de comunicación, era imprescindible durante la Edad


Media abastecerse de productos para un largo período de tiempo. De aquí la
importancia de las ferias. Estas se formaban cuando comerciantes procedentes de
distintos países se reunían en fecha fija en ciertos puntos llevando gran cantidad de
mercaderías, y atrayendo a miles de compradores que no solo se acercaban con el
objeto de comprar sino también para divertirse con las presentaciones de acróbatas y
titiriteros.

Las habitantes medievales vivían prácticamente encerrados en las ciudades, debido a


que se construían entre murallas para evitar peligros de ataques. Las calles estaban
mal diseñadas, porque nadie se preocupaba de su alineamiento y cada cual construía su
casa como mejor le pareciera. Por lo general eran sucias, ya que la única alcantarilla o
desagüe era un arroyo en medio de la calle, por donde corría la sangre de los animales
que mataba el carnicero y al que se echaba todo tipo de basuras. Tampoco contaban
con iluminación, y para salir de noche había que llevar una antorcha o lámpara.

Como consecuencia de la forma como se edificaban las casas —una sobre otra— y la
falta de higiene, las poblaciones se encontraban siempre expuestas a los incendios y la
propagación de enfermedades. Así, no era poco frecuente que cuando una vivienda se
incendiaba, el fuego se extendiera por el barrio entero.

Cuando la peste o los incendios azotaban las poblaciones, las víctimas se contaban por
millares. En el año 1418, entre los meses de septiembre y diciembre, una terrible
epidemia se dejó caer sobre París, falleciendo más de cien mil personas. Sin embargo,
a partir del siglo XIII la urbanización de las poblaciones empezó a mejorar, y en
Francia Felipe Augusto hizo cercar los cementerios, empedrar las calles y edificar
fuentes para distribuir el agua de manantial proveniente de colinas cercanas. Poco a
poco las casas de madera fueron sustituidas por casas de piedra, con lo que también
comenzó a introducirse el lujo en castillos y poblaciones.

El rol de la Iglesia

Uno de los acontecimientos más relevantes de la época medieval es la organización del


Papado (gobierno de la Iglesia). En ese período los papas lograron varios cambios
destacados, entre los que se cuentan la independencia de la Iglesia de la monarquía, y
el intento de los papas de transformarse en autoridades políticas universales, para
gobernar igual que los reyes y emperadores.
En la sociedad el clero desempeñó un papel primordial frente a la anarquía social
existente, imponiendo el principio del orden, prestando ayuda a los débiles y
conservando los restos de civilización.

En la Edad Media los países cristianos se encontraban divididos en diócesis, cada una
de ellas dirigida por un obispo.

Los obispos, sacerdotes y párrocos vivían entre los fieles, y se les denominaba
seculares o seglares porque pertenecían a la sociedad. Junto a este clero secular
existía otro, cuyos miembros se sometían a un estilo de vida con estrictas reglas que
limitaban toda su existencia. Eran los llamados regulares o monjes, quienes habitaban
los monasterios o abadías, y cuya agrupación se conocía como orden. La de los
benedictinos era la más antigua, y la regla de su fundador —San Benito— sirvió de
modelo a los demás fundadores de órdenes.

Los benedictinos debían cumplir compromisos esenciales (votos), como la obediencia, la


pobreza y el trabajo. Su labor intelectual fue bastante destacada, por cuanto
diariamente consagraban dos horas a leer y escribir, siendo la base del saber
medieval. Los franciscanos predicaron el ideal de pobreza y humildad, mientras que los
dominicos se ocuparon principalmente de la enseñanza y el estudio teológico en las
universidades.

Manuscrito

Este manuscrito del siglo XIV conservado en la Biblioteca del Arsenal, París, muestra
algunas escenas de la vida estudiantil medieval.

Todos los libros y textos que se conservan de la literatura latina proceden de los
manuscritos copiados por los regulares, así como también las crónicas que nos cuentan
sobre cómo era la vida en la Edad Media.

Pero el aporte de los regulares no se limitó solo al saber intelectual. Su influencia


además repercutió en el desarrollo de poblaciones y en la asistencia social, ya que era
la Iglesia quien se preocupaba de los pobres, enfermos, viudas e indigentes. En el siglo
XII y XIII se fundaron numerosos hospitales o casas de Dios, incluso en los pueblos
más pequeños.

La iglesia y la enseñanza

Enseñanza

Durante la Edad Media la ausencia de textos escritos determinó el predominio de la


enseñanza oral.
La enseñanza durante el Medioevo se dictaba en latín y era gratuita. Estaba
exclusivamente en manos del clero, tanto de los sacerdotes en las parroquias como de
los monjes en las abadías.

Las escuelas estaban abiertas a todo el mundo y gracias a ello fue que personas de
muy baja condición económica pudieron educarse y aprender materias como gramática,
retórica, teología, dialéctica, aritmética, astronomía y música.

A finales del siglo XII surgieron las universidades, como consecuencia de la evolución
de las principales escuelas catedralicias. Las primeras universidades nacidas fueron
las de París, Bolonia, Montpellier y Salerno, centros que desde su origen se
especializaron en una determinada materia. París en teología, Bolonia en derecho y las
dos últimas en medicina.

La caballería

Ceremonia

En la ceremonia de entrega de armas el caballero debía permanecer arrodillado o de


pie con las manos unidas mientras era investido.

Sin duda uno de los personajes que más nos recuerdan la Edad Media son los
caballeros. Esta condición nació hacia el siglo XII, cuando la Iglesia intervino tratando
de moderar el salvajismo de los señores, lo que dio origen a la ceremonia de entrega
de armas que investían al joven como caballero, con el carácter moral y religioso que le
faltaba.

El futuro caballero debía realizar una serie de rituales previos, como el ayuno, oración
en la iglesia durante una noche, la ceremonia de vigilia de armas, la confesión y la
comunión.

Durante su permanencia en la iglesia se le hablaba sobre los deberes (honradez y


protección) que debía cumplir, y las distintas piezas de su armadura se colocaban
sobre el altar, donde eran bendecidas. Posteriormente, antes de colocarse la
armadura, el futuro caballero juraba delante de su padrino cumplir los deberes que el
sacerdote había enunciado. El padrino tocaba el hombro de su ahijado con su espada
diciéndole: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, te armo caballero”.
La caballería desarrolló el sentimiento del honor y creó, con el respeto y el culto a la
mujer, lo que se denominó cortesía, que sin embargo llegó a ser un privilegio de ciertas
personas escogidas.
Entre los caballeros famosos destacó Ricardo Corazón de León, quien para vengar la
derrota y matanza de una parte de sus tropas, hizo sacar los ojos a quince caballeros
franceses y los envió donde Felipe Augusto con otro a quien había dejado tuerto.

CITA BLIBLIOGRAFICA:

https://www.salonhogar.net/Salones/Historia/4-6/
Alta_Edad_Media/Baja_Edad_Media.htm

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