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Unidad 1

¿Qué es la literatura? La dificultad de su definición


Lo que permite diferenciar el discurso literario de otros discursos sociales es la
ficción, desde este punto de vista, la literatura se compone por un conjunto de
textos imaginarios que se diferencian de aquellos que intentan registrar los
sucesos que han ocurrido efectivamente en un tiempo y espacio precisos como
los textos de historia. La literatura toma la realidad y la ficcionaliza, los objetos
y personajes a los que se refiere existen solo en el texto. La ficción siempre
interviene en la literatura incluso en textos que narran experiencias vividas o
hechos reales como biografías noveladas o novelas históricas, aunque parta de
hechos reales el escritor imagina, supone omite algunas cosas y privilegia
otras, o sea, inventa. También podemos definir la literatura por la función de su
empleo característico de la lengua, el texto literario se diferencia de otros textos
por una forma particular de decir, por un modo de trabajar con el lenguaje
distinto al que usamos en la vida cotidiana, no importa que se dice sino como,
el empleo del lenguaje atrae la atención sobre sí mismo, la función poética es
la que caracteriza este lenguaje literario. Para poder definir literatura, hay que
tener en cuenta un concepto más, que es la concepción sobre la literatura a lo
largo de la historia. En cada época y en cada sociedad existe un canon literario
establecido a partir de las pautas vigentes que permiten o no un escrito. El
canon no es fijo ni eterno, sino que varía de acuerdo con el gusto estético y las
ideas sobre la literatura determinadas del momento. El texto literario entonces
debe partir por el reconocimiento la importancia de la función estética asi como
también de su carácter ficcional, se caracteriza por ser el producto de una
escritura de calidad que busca lograr un efecto estético en el lector, por eso es
un texto que deja espacios vacíos, se necesita un lector activo que llene esos
espacios y deducir posibles sentidos.
Clasificación tradicional:
Genero lirico
Género narrativo
Genero dramático
Características del texto literario:
Ficcionalidad:
La obra artística constituye una autorrealidad que no conoce más límites que
los derivados de su propia codificación. La literatura no refleja la realidad, no la
copia, no la imita, sino que funda su realidad a través de las palabras. Crea su
mundo con sus leyes, con sus personajes, con sus historias. Esa realidad debe
ser creíble y en ella debemos creer. Si bien no se puede negar que los textos
literarios aluden a personajes, hechos o lugares que pueden tener existencia
histórica, desde el momento en que pasan a formar parte del mundo literario,
son tan ficcionales como los otros elementos inventados que los acompañan.
La obra literaria, por tanto, se constituye en una estructura autónoma. Es un
mundo creado dentro y a partir de las palabras, que se organiza y funciona a
partir de sus propias leyes. Lo que está en ese mundo se transforma, así, en
referente y el enunciador (quien habla) crea a partir de ello.
Tanto la poesía como el texto dramático gozan de la calidad de ficcional. En el
caso del discurso lírico, esta propiedad viene a desmentir la creencia
generalizada de que en la poesía se expresa únicamente las experiencias,
vivencias o sentimientos del “yo lírico”.
Verosimilitud:
La verosimilitud que plantea que la obra no es tenida como verdadera, sino
como posible de ser verdadera en el mundo creado en el que funciona. Para
ello, debe regirse por ciertas leyes (que no necesariamente coinciden con las
del mundo real y su causalidad) y debe responder a una lógica, que no puede
ser totalmente ajena o distinta a la que como sujetos sociales conocemos.
Estas leyes y la lógica a la que responden son las que dan sustento y legitiman
el mundo ficcional. Para que esta ficción se pueda aceptar y entender como tal,
debe ser recibida como ficción por sus lectores, cumpliendo con su función
comunicativa. Es decir que para que un texto literario sea verosímil, debe existir
una coherencia y una causalidad interna que nos permita creer en lo que pasa.
Pacto ficcional:
La relación comunicativa que toda ficción requiere entre el texto y su lector se
plasma en lo que se denomina pacto ficcional. Este pacto es el compromiso
que tácitamente asume el lector de creer en lo que el texto le cuenta. Para ello,
es necesaria no sólo la suspensión de la incredulidad por parte del receptor,
sino también la construcción de un mundo ficcional coherente y verosímil por
parte del emisor.

Extrañamiento:
Se denomina extrañamiento a el procedimiento mediante el cual la literatura
des automatiza nuestra relación con la lengua y vuelve extraña y desconocida.
Consiste en presentar el mundo como si se viera por primera vez, con una
mirada inaugural. La literatura no refleja la realidad, sino que la inventa, lo que
enuncia y funda eso otra realidad, ajena, diferente, nueva, original, siempre
extraña. son creados nuevamente por el lenguaje, por lo que, si bien son lo que
parecen ser en la realidad cotidiana, también son otra cosa. Se trata de un
rasgo que está presente en la literatura como parte constitutiva, ya que todo
enunciador presenta siempre un mundo en el que percibe cosas y aspectos
hasta entonces nunca antes percibidos. Podemos pensar el extrañamiento,
entonces, como una mirada singular del mundo, propia del arte que se
relaciona con el carácter estético de la literatura.
Connotación:
la connotación es ese rasgo propio, pero no exclusivo del discurso literario,
relacionado con el empleo del lenguaje, que pone de manifiesto la importancia
no sólo de lo que se dice sino también de cómo se lo dice, porque en la
literatura a pesar de lo que pueda parecer, nunca hay un uso espontáneo e
irreflexivo de la lengua, por el contrario, se trata del espacio privilegiado de
reflexión y trabajo consciente con las posibilidades artísticas y estéticas del
lenguaje.
El enunciado en la literatura no sólo posee un sentido literal, denotado, sino
que a través de la connotación se potencian al máximo sus posibilidades
significativas. Este rasgo del discurso literario, como también el de
ficcionalidad, se construye y manifiesta en todo el texto. No hay una frase o
palabra que uno pueda identificar como connotativa, ya que tanto los sentidos
agregados como aquellos sugeridos, que no nos son dichos directamente, son
resultado del texto en su totalidad. Entre estos sentidos y sugerencias pueden
señalarse connotaciones afectivas, valorativas, intenciones del emisor, miradas
irónicas de situaciones, hechos o personajes, relaciones inesperadas entre las
palabras (como las metáforas o las metonimias), etc.
Ahora bien, también existe un plus de significado en aquello que cada lector
agrega, pone de sí en lo que lee, que no es previsto por el texto, pero sí es
favorecido por el lenguaje literario que busca la apertura de diversas
posibilidades interpretativas. En otras palabras, las resonancias que despierta
una obra están marcadas, por un lado, por el texto y, por el otro, son fruto de la
experiencia de cada lector en particular.
Para poder reconocer los recursos que dan lugar a la connotación es preciso
saber que en ella intervienen no sólo el aspecto semántico, sino también los
otros aspectos del lenguaje escrito: el aspecto fónico, gráfico, prosódico y
sintáctico. Todos estos aspectos enriquecen el aspecto connotativo que es
específicamente semántico.
Por último, no es posible dar cuenta de la connotación sin tener en cuenta los
procedimientos retóricos presentes en los textos literarios. En el discurso
literario, aparecen una serie de recursos verbales (metáforas, metonimias,
personificaciones, comparaciones, hipérbaton, etc.) que afectan a la propia
palabra poética y logran que el lenguaje adquiera mayor densidad literaria.
Estos recursos contribuyen a la conformación de los sentidos del texto.
Polisemia:
El concepto de polisemia alude a la diversidad de significaciones que pueden
estar contenidas en las palabras, como también a los nuevos sentidos que las
palabras pueden adquirir en el texto. Tanto la connotación como la polisemia
son propiedades de los textos literarios relacionadas con la significación de los
mismos, con la multiplicidad de interpretaciones que los mismos habilitan. El
discurso literario busca abrir los sentidos más que cancelarlos, por eso, nunca
es totalmente explícito, ofrece silencios o vacíos que debe completar el lector
para así construir su lectura. Por eso se pueden dar diversidad de lecturas
sobre un mismo texto, aunque estas no son infinitas, ya que deben estar
contenidas en los límites que el mismo texto impone. Hay varias lecturas de un
texto: algunas son razonables, otras son imposibles y ninguna es verdadera.
Intertextualidad:
Todo discurso, oral o escrito, se construye sobre la base de otro discurso: cada
texto responde, niega, interroga, dialoga y recrea otros textos. la originalidad
absoluta es imposible. La multiplicidad de voces que conviven dentro de un
texto literario no son sólo las del narrador o narradores, o la de los personajes,
sino también las implicadas en diferentes discursos sociales, como por ejemplo
la política, la ciencia, la psicología, el arte, etc. También lo son La cita directa
de otra obra, la alusión a un autor mediante el uso de un personaje del mismo,
la parodia, el epígrafe, entre otros.
La intertextualidad implica un agregado de significado al texto que se está
leyendo, es una referencia concreta y un guiño hacia lector a quien se le
demanda reconocer esa alusión intertextual. Se le pide al lector un trabajo extra
para completar el sentido.
Autorreferencialidad:
La autorreferencialidad supone un movimiento de auto-retorno del discurso
ficcional hacía sí mismo como fuente de la referencia. Se obstruye,
literalmente, la relación ficción-realidad para proponer a cambio, como
referente del discurso, el mundo representado por ese mismo entramado de
enunciados., los textos sobreviven a su autor y a su tiempo, no pueden ser
evaluados según la realidad externa, sino a través de su propio mundo,
autónomo y sugerente.

El lenguaje poético tiene dos características propias: una estructura (una forma
especial dada por los versos) y la concentración de significados, esta
característica se reconoce porque en los poemas se “juega” con el significado
de las palabras y muchas veces se usan con sentidos que no son de
diccionario, estas posibilidades de juego con el lenguaje se expresan a través
de los recursos poéticos:

Fónicos: (afectan el sonido)


 Anáfora: Repetición de una palabra al comienzo de cada verso

Sintácticos: (operan sobre la estructura o forma de las frases)


 Enumeración: Encadenamiento de una serie de palabras por medio de la
coma o un conector
Semánticos: (actúan sobre el significado)
 Metáfora: Se remplaza una palabra o una frase por otra que no es
sinónima, pero tiene algún elemento semejante o en común

El texto expositivo-explicativo. Su finalidad: la transmisión de conocimientos. Su


estructura: la introducción, el desarrollo y la conclusión. Los recursos
explicativos: la definición, la ejemplificación, la reformulación, la comparación.
El efecto de objetividad. El proceso de escritura: la pre-escritura, la escritura y
la revisión. Redacción de textos expositivos. El esquema de contenido: su
función
Paradigmas teóricos: el estructuralismo y las teorías de la recepción.
lecturas que faltan:
no se culpe a nadie
continuidad de los parques
instrucciones para llorar

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