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El origen de la pizza se remonta al siglo XVII en la ciudad de Nápoles según los datos que
se recogen. Su historia probablemente nace en el momento en el que se empieza a comer
pan en la sociedad. Los habitantes más humildes de Nápoles elaboraban la pizza, pero con
una composición menos variada que las que existen actualmente. Cabe destacar que en el
año 1889 se comenzó a agregar el queso, proporcionando ya un aspecto más similar a la
pizza que estamos acostumbrados a consumir.
Por otro lado, se dice que en la época del rey Fernando I (1751-1825), la reina había
prohibido que se consumiera pizza en la corte. Pero Fernando, que le encantaba este
manjar napolitano se disfrazaba de plebeyo para visitar a escondidas un lugar en la zona
más pobre de Nápoles, donde la elaboraban para degustarla. Pasado un tiempo, el rey
hizo público su gusto por la pizza y ésta comenzó a consumirse por toda Italia siendo todo
un éxito.