Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esther Clemente
Hoy os traemos un pastel con un producto de temporada, la calabaza. No hay nada más otoñal
que esta baya de cáscara dura, fruto ideal para darle sabor dulce y jugosidad, a nuestra tarta
de especias, calabaza y crema de queso, que creemos os va a encantar.
El invento tiene poco que ver con la clásica tarta de calabaza y ni siquiera se parece a la tarta
de queso y calabaza que ya teníamos entre nuestro repertorio. El resultado, en realidad, tiene
más que ver con el de la clásica tarta de zanahoria.
Por casi todos es sabido que hay muchas hortalizas como el calabacín, la zanahoria, la
remolacha, que, incluidos entre los ingredientes de un bizcocho o pastel, le aportan una
textura más húmeda a la miga que los hace irresistible, aún incluso a los más reacios a
"comer verde".
Para preparar esta tarta podéis asar vosotros mismos al horno una calabaza cacahuete, o
la variedad que más os guste, y preparar el puré casero. Además es un puré que congela bien
y que podéis reservar para otro tipo de preparaciones como una crema para la cena, un
bizcocho para el desayuno o un pie de calabaza como postre.
Así que hoy estrenamos otoño invadiendo nuestra cocina con el inconfundible aroma de la
calabaza asada y las especias de pan de especias.
Ingredientes
Para 10 personas
Tiempo total 1 h 30 m
Elaboración 45 m
Cocción 45 m
Reposo 30 m
Hacemos un hueco y rompemos los huevos en él. Batimos todo junto, incorporando
gradualmente los ingredientes secos, luego añadimos el puré de calabaza y el aceite de
girasol. Mezclamos bien.
Vertemos la mezcla en un molde desmontable de 20 centímetros de diámetro untado con
mantequilla y enharinado. Lo metemos en el horno y lo horneamos durante 45 minutos.
Comprobamos el punto de cocción introduciendo la hoja de un cuchillo en el centro del
pastel.
Dejamos enfriar el bizcocho y lo pasamos a una rejilla. Con un cuchillo de sierra cortamos el
bizcocho en tres discos de grosor similar.
Agregamos finalmente el queso crema bien frio y batimos todo junto durante dos minutos.
Ponemos la crema de queso en una manga pastelera con boquilla lisa y hacemos una espiral
de crema en el primer disco. Tapamos y repetimos la operación.
Repartimos con espátula el resto de la crema de queso por la superficie del pastel. Dejamos
en nevera.