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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario Metropolitano CUM

Escuela de Ciencias Psicológicas

Psicoterapia infantil

Lic. Mario Colli Alonso

Noveno Semestre

Ensayo: La clínica Infantil

María José Mejicanos Díaz 202003993

Jornada: Matutina

Sección: A
La Clínica Infantil

La psicología clínica infantil es una rama de la psicología clínica que se centra en el

estudio, diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales y emocionales que afectan a

niños y adolescentes. Los psicólogos clínicos infantiles están especialmente capacitados para

trabajar con poblaciones jóvenes y sus familias, abordando una amplia gama de problemas

que pueden incluir trastornos del desarrollo, trastornos del estado de ánimo, ansiedad,

trastornos del comportamiento, problemas de relación, dificultades escolares, traumas, abuso

infantil, entre otros. Estos profesionales utilizan una variedad de técnicas y enfoques

terapéuticos adaptados a las necesidades específicas de los niños y adolescentes, como la

terapia cognitivo-conductual, la terapia de juego, la terapia familiar y la terapia de arte, entre

otros. El objetivo principal de la psicología clínica infantil es promover el bienestar

emocional y psicológico de los jóvenes, así como ayudarlos a desarrollar habilidades y

estrategias para afrontar los desafíos de la vida de manera efectiva.

El enfoque histórico-cultural en psicología clínica infantil se basa en la comprensión de

cómo los contextos sociales, culturales e históricos influyen en el desarrollo y la salud mental

de los niños y adolescentes. Este enfoque reconoce que los procesos psicológicos y

emocionales están profundamente arraigados en el entorno cultural y social en el que se

desenvuelven los individuos. Dentro del marco del enfoque histórico-cultural, las categorías y

conceptos que se utilizan para entender los problemas de salud mental en niños y

adolescentes pueden diferir significativamente de las clasificaciones diagnósticas

occidentales tradicionales. En lugar de centrarse únicamente en la identificación y

diagnóstico de trastornos mentales específicos, este enfoque considera la manera en que las

experiencias culturales, las prácticas de crianza, las normas sociales y los valores

comunitarios influyen en la expresión y comprensión de los problemas de salud mental.


La aceptación de la psicología infantil, ya sea vista como patológica o no, depende en gran

medida de diversos factores, incluyendo las creencias culturales, los conocimientos

científicos, y las experiencias personales de cada individuo.

Otro caso que ocurre en los casos con niños y adolescentes son los problemas que pueden

surgir a la hora de entablar un proceso terapéutico con ellos, como por ejemplo el hecho de

que a la hora de trabajar con niños, nos encontramos con una serie de retos y obstáculos para

acceder a la información que se nos es necesaria, ya que todo está relacionado directamente

con su familia, principalmente su círculo sistémico, padre, madre e hijo, ya que

principalmente siempre giran en torno a problemáticas de dinámica familiar y la relación

personal que poseen los padres directamente. Esto significa que se tiene que invadir de cierta

manera la privacidad y asuntos personales de los familiares allegados al niño/adolescente.

La evaluación y el diagnóstico con niños y adolescentes en el ámbito de la psicología

clínica infantil son procesos fundamentales para comprender sus necesidades, dificultades y

fortalezas emocionales y mentales. Evaluar es la acción de valorar, apreciación, tasación,

ajuste, tanteo y cálculo, mientras que diagnosticar es determinación, calificación,

especificación, diagnosis, prescripción, análisis. Estos pueden de igual manera responder a

objetivos diferentes, y por lo tanto los procedimientos, instrumentos y métodos variarán en

dependencia de los objetivos a alcanzar y el objeto de estudio.

La evaluación y el diagnóstico psicológico en la infancia y la adolescencia son procesos

complejos que requieren un enfoque cuidadoso y adaptado a las necesidades únicas de los

niños y adolescentes. Tiene como objetivo, la determinación del desarrollo

psicológico que presenta un sujeto en el momento de la valoración, las potencialidades de

asimilación de ayuda con la utilización de mediadores, así como las posibles causas de la

desviación o estancamiento en caso de constatarse. se encuentran algunas variaciones


significativas con relación a la intervención en comparación de los adultos, debido a las

peculiaridades de éstas edades: los sujetos no acuden de manera voluntaria a la consulta;

carecen de conciencia de enfermedad y no sienten como generalidad la necesidad de

“curarse” o eliminar síntomas más o menos estructurados, ya que claramente son niños y no

poseen el conocimiento o idea de “estar mal” psicológicamente.

Los padres de familia son principalmente los que llevan a los niños o adolescentes

menores de 16 años a una terapia psicológica, por lo que no existe un motivo de consulta de

parte directa del paciente (el niño/adolescente) sino que simplemente se hace la especulación

de los padres de que su hijo no está “bien”, esto hace que el motivo de consulta sea externo a

quien se está tratando, y de esta forma, dificulta la evaluación directa con el paciente. La

conciencia de enfermedad se refiere a la capacidad de una persona para comprender y

reconocer su propia condición de salud o enfermedad. En el contexto de la psicología clínica,

la conciencia de enfermedad puede ser especialmente relevante para entender cómo los

individuos perciben y comprenden sus problemas de salud mental, La forma en que los niños

perciben y comprenden su propia salud puede variar según su edad, nivel de desarrollo

cognitivo, experiencias previas y contexto familiar y cultural y el tipo y gravedad de la

condición de salud mental que están experimentando. Otra problemática indirecta que se

encuentra en la clínica infantil es el no querer curarse, el no malestar. Esto significa que los

niños no son conscientes de sus signos ni de qué es lo que tienen que mejorar, por lo tanto no

hay un deseo de querer sanar aquello que no se siente percibido como “malo”.

La Zona de Desarrollo Próximo describe la distancia entre lo que un niño puede lograr de

forma independiente y lo que puede lograr con la ayuda de un adulto o un compañero más

capaz. En el contexto de la intervención clínica con niños, la ZDP es un concepto

fundamental que puede guiar la práctica terapéutica de diversas maneras, es por eso que esta

es utilizada principalmente para mediar entre niño y terapeuta. Sustentan algunas estrategias
como la identificación de habilidades potenciales, la explotación de esas potencialidades

mediante la utilización de estímulos-instrumentos, el concepto de zona de desarrollo

próximo, (ZDP), como la propia interacción del sujeto con su entorno, incluido el sí mismo y

los coetáneos, el concepto de situación social del desarrollo, (SSD) y el concepto de vivencia.

De esta forma, podemos deducir que la clínica infantil es un arduo trabajo como

psicoterapeuta, pues hay muchos obstáculos y retos nuevos a comparación del trabajo con

adultos. La clínica infantil puede llevarse a cabo con herramientas, estrategias y

conocimientos requeridos como profesional para así cumplir con el tratamiento debido del

niño/adolescente.
Bibliografía

García Morey, A. (2011), Psicología Clínica Infantil. Evaluación y Diagnóstico, Aurora

___García Morey.

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