Está en la página 1de 13

EL TIEMPO EN LA LITRUGIA

Tiempo cósmico.
1. ¿Qué es el tiempo?, se pregunta San Agustín, “si nadie me lo pregunta lo sé, pero si
trato de explicárselo a quien me pregunta no lo sé”.
2. El sistema lineal: esta organización se fundamentos en una experiencia del tiempo
como algo que fluye permanentemente, sin retornar jamás, como una línea recta que
siempre avanza. La cultura y la religión del antiguo Israel, del judaísmo y del
cristianismo adherente básicamente a esta concepción lineal del tiempo.
3. Tiempo medido objetivamente puede ser estar determinado tanto por los ritmos
biológicos y cósmico, como por sistemas de medición artificiales y técnicos. El
tiempo experimentando subjetivamente, en cambio, está determinado por los
acontecimientos que deviene en la vida humana personal o social.
4. Un instante o un lapso mayor de la vida de una persona es experimentado como
“corto” o “largo” según sea entretenido o aburrido, importante o banal, alegre o
doloroso, lo que se vive durante él.
El Tiempo Sagrado:
1. lo sagrado es propiamente el terreno de lo definitivo, de lo veras necesario, de lo
más serio. Es el lugar de la relación con el misterio; y de ella depende un último
término en todo. Esto es lo que se identifica con la transcendencia.
2. El tiempo sagrado dentro del tiempo cósmico que se convierte en una hierofanía
(manifestación de lo sagrado). Supone una interpretación religiosa del tiempo
cósmico. Como el espacio, el tiempo no es, para el hombre religioso, homogéneo.
Existen los intervalos de tiempos sagrado, el tiempo de las fiestas.
3. El tiempo profano del hombre medio de las grandes ciudades del mundo es
anodino (nimio, trivial): Se levanta, higieniza, desayuna y parte al trabajo.
4. el tiempo sagrado implica una riqueza de matices y variaciones que en el hombre
moderno quedan como resonancias que a veces lo sustraen de la opacidad del
tiempo profano.
5. La presencia del Misterio marca en cierto modo, el significado de todo el resto de
la realidad.
estas dos clases de tiempo hay: bien entendido, una solución de continuidad; pero, por
medio de ritos, el hombre religioso puede «pasar» sin peligro de la duración temporal
ordinaria al tiempo sagrado.

E l h om br e r eligioso vive a sí en dos cla ses de t ie m po, de la s cu a les la m á s


im por t a n t e, el t iem po sa gr a do, se pr esen t a ba jo el a spect o pa r a dójico de u n
t iem po cir cu la r , r ever sible y r ecu per a ble, com o u n a especie de et er n o pr esen t e
m edia n t e los r it os.
El tiempo histórico - salvífico:
1. En la historia de Israel se produjo un cambio en la concepción del tiempo sagrado,
superándose la idea de tiempo como retorno cíclico. El Dios de Israel no se
manifiesta en la cosmogonía, como tampoco se revela en los elementos
desencadenados de la naturaleza sino en la historia de su pueblo.
2. En este sentido, el tiempo bíblico no es repetición del pasado, sino promesa y
profecía del futuro. Cada acontecimiento divino salvador del hombre es irrepetible y
liberador. El tiempo resulta ser, a causa de la intervención de Dios, un tiempo
histrico-salvifico.
3. La historia humana en la que Dios actúa es interpretada por el pueblo de Dios como
una historia de salvación. Mientras el hombre primitivo trataba de dominar el
tiempo, el hombre bíblico procura vivir en la presencia de Dios aunque sigue sujeto
a los ritmos del tiempo cósmico.
El tiempo litúrgico.

1. El tiempo litúrgico o tiempo de la celebración es la ritualización del tiempo


histórico – salvífico, es decir, la celebración de los acontecimientos en los que se ha
manifestado la salvación de Dios.
2. Los tiempos litúrgicos de Israel eran ya signos memoriales de una presencia cada
día más intensa de Dios entre los hombres, que desembocó en la plenitud de los
tiempos.
3. La palabra divina fue desvelando poco a poco el sentido último de los
acontecimientos salvíficos. Israel sabía que su Dios, inmutable en sí mismo y por
encima del tiempo y de la historia, quiso desplegar en ella su designio de salvación.

II EL AÑO LITURGICO
Naturaleza del año litúrgico
1. El año litúrgico, por tanto, es una realidad teológica antes que una era
organización temporal de la Iglesia. Por la fe en Cristo es comprendido como
tiempo de salvación. El año litúrgico es año cristiano y año del señor porque es
de cristo y a él le pertenece; y es año de a Iglesia o eclesiástico, porque la Iglesia
lo hace suyo para santificar el tiempo y la existencia de los hombres.
2. El concilio vaticano II habla de “Sagrado recuerdo en días determinados, de
desarrollo del misterio de Cristo en el circulo del año y de conmemoración de
los misterios de la redención”
3. El año litúrgico es el resultado de la búsqueda por parte del pueblo de Dios, de
una respuesta al misterio de Cristo por medio de la conversión y de la fe. fruto
de un itinerario roturado por las experiencias de la Iglesia a lo largo de los
siglos.
Formación del año litúrgico:
1. A la formación del año litúrgico contribuyeron diversos, factores, como la
capacidad festiva humana, la humana del año litúrgico hebreo y, sobre todo, la
fuerza misma del misterio de salvación.
2. El acontecimiento de la muerte del Señor se revela no solo como el núcleo de la
predicación de la Iglesia y de la celebración eucarística, sino también como el
fundamento del año litúrgico.
3. la Pascua de Israel había alcanzado su cumplimiento y culminación en la pasión y
resurrección de Cristo con la donación del Espíritu Santo.
4. La muerte y resurrección de Jesús constituyen el acontecimiento celebrado
semanalmente el domingo y anualmente en la fiesta de Pascua, con un criterio de
concentración respecto del criterio cronológico de distribución de los misterios de la
vida de Cristo que se afirmaría posteriormente.
III. Teología del año litúrgica:
1. El año litúrgico, celebra la obra salvadora de Cristo en el tiempo y es a la expresión
de la respuesta de conversión y de fe por parte de la Iglesia.
2. la finalidad del año litúrgico, es mistagógica (Introducir en los misterios sagrados) y
pastoral. Se trata de hacer presente el misterio de Cristo en el tiempo de los hombres
para reproducirlo en sus vidas.
3. La liturgia es el principal medio de la presencia del Señor en su Iglesia. Pero Cristo
no solo se hace presente con su poder de salvación en la Palabra y en los
sacramentos, especialmente en la Eucaristía, sino que también lo hace en cada uno
de los misterios que la Iglesia celebra en el año litúrgico.
4. La celebración de los misterios de la salvación en el año litúrgico, conducen
también a la imitación de Cristo, al celebrar los distintos aspectos de su misterio en
el año litúrgico, desde la encarnación y el nacimiento, hasta la glorificación.
5. El cristiano reconoce en su propia existencia, la vida del Hijo de Dios, que le ha
ahecho renacer con él, vivir en él, padecer, morir, resucitar e incluso estar sentado
con él en los cielos.

IV.. Palabra de Dios y el año litúrgico:


1. los fieles todos y cada uno de los acontecimientos salvíficos de la vida terrena del
Verbo Encarnado, la Iglesia toma las Escrituras y va leyendo en cuanto a él se
refiere.
2. el mandato del mismo Jesús, que remitía continuamente a las Escrituras como
referencia a su propia persona y a su obra salvífica (Jn 5,39).después de la
Resurrección enseño también cómo había de proceder comenzando por Moisés y
siguiendo por los profetas (Lc 24,27.44-45).
3. Bajo la guía del Espíritu Santo, que tiene la misión de recordar las enseñanzas de
Jesús y conducir hasta la verdad completa (Jn. 14,26; 16,13-14), la Liturgia penetra
en el sentido de las Escrituras, disponiendo la proclamación de los hechos y
palabras del Señor según los diferentes ritmos de la celebración, entre los que
destacan los domingos, las solemnidades, las fiestas y las memorias.
4. Pero siempre anunciando en la liturgia de la palabra los contenidos concretos del
hoy de la salvación para los hombres.
5. El fundamento de la celebración de los misterios de Cristo en el año litúrgico y de
su verificación en la vida de los creyentes se encuentra en el leccionario de la misa,
cuyo complemento son las lecturas de la Liturgia de las Horas y su eco, las
oraciones y demás textos no bíblicos.
6. CICLOS A, B Y C – AÑOS PAR E IMPAR

La Iglesia ha dividido las lecturas bíblicas en tres ciclos: A, B, y C. Es decir, si una


persona participa atentamente en la misa dominical durante tres años, habrá
escuchado prácticamente toda la Sagrada Escritura.

Durante estos días feriales, las lecturas se dividen en dos grupos que se van
alternando según sea el año: Año par o año impar. ¿Cuándo es un año par o impar?

Todo dependerá del año civil en que transcurra la mayor parte del año litúrgico; por
ejemplo, este año litúrgico, que empezó el primer domingo de Adviento del año
2020 es, sin embargo, litúrgicamente hablando un año impar, porque la mayor parte
del año transcurre en este 2021, que es un año impar.

Durante el ciclo A se leerá cada domingo el evangelio según san Mateo.


Durante el ciclo B se leerá cada domingo el evangelio según san Marcos.
Durante el ciclo C se leerá cada domingo el evangelio según san Lucas.
Y cuando acaba el ciclo C, automáticamente se regresa al ciclo A.

Lo del año impar (año I) y año par (año II), aplica también para el Oficio de
Lectura.
Recordemos que cada ciclo empieza con el inicio de cada año litúrgico, es decir con
el primer domingo de Adviento.

V. La eucaristía y el año litúrgico:


1. Relación entre el año litúrgico y la Eucaristía. El año litúrgico desarrolla en el
círculo del año los mismos misterios del Señor que se conmemoran en la plegaria
eucarística.
2. El centro y la cumbre de toda la celebración Eucarística es la Plegaria
1. Valor pastoral del año litúrgico Eucarística, que ciertamente es una oración de
acción de gracias y de santificación.
2. El sacerdote invita al pueblo a elevar los corazones hacia el Señor, en oración y en
acción de gracias, y lo asocia a sí mismo en la oración que él dirige en nombre de
toda la comunidad a Dios Padre, por Jesucristo, en el Espíritu Santo.

distinguirse de esta manera


a) Acción de gracias (que se expresa especialmente en el Prefacio), en la cual el
sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias
por toda la obra de salvación o por algún aspecto particular de ella, de acuerdo con
la índole del día, de la fiesta o del tiempo litúrgico.

b) Aclamación: con la cual toda la asamblea, uniéndose a los coros celestiales, canta
el Santo. Esta aclamación, que es parte de la misma Plegaria Eucarística, es
proclamada por todo el pueblo juntamente con el sacerdote.

c) Epíclesis o invocación: con la cual la Iglesia, por medio de invocaciones


especiales, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones ofrecidos por los
hombres sean consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de
Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sirva
para la salvación de quienes van a participar en ella.

d) Narración de la institución y consagración: por las palabras y por las acciones de


Cristo se lleva a cabo el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena,
cuando ofreció su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino, y los dio a
los Apóstoles para que comieran y bebieran, dejándoles el mandato de perpetuar el
mismo misterio.

e) Anamnesis o memorial: por la cual la Iglesia, al cumplir el mandato que recibió


de Cristo por medio de los Apóstoles, realiza el memorial del mismo Cristo,
renovando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y su
ascensión al cielo.

f) Oblación: por la cual, en este mismo memorial, la Iglesia, principalmente la que


se encuentra congregada aquí y ahora, ofrece al Padre en el Espíritu Santo la
víctima inmaculada. La Iglesia, por su parte, pretende que los fieles, no sólo
ofrezcan la víctima inmaculada, sino que también aprendan a ofrecerse a sí mismos,
y día a día se perfeccionen, por la mediación de Cristo, en la unidad con Dios y
entre ellos, para que finalmente, Dios sea todo en todos.

g) Intercesiones: por las cuales se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión


con toda la Iglesia, tanto con la del cielo, como con la de la tierra; y que la
población se ofrece por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos,
llamados a participar de la redención y de la salvación adquiridas por el Cuerpo y la
Sangre de Cristo.

h) Doxología final: por la cual se expresa la glorificación de Dios, que es afirmada


y concluida con la aclamación Amén del pueblo.
En la Eucaristía, se contiene la totalidad del misterio de Cristo con su obra de la
salvación, es decir, toda la economía del misterio desplegada y celebrada en el año
litúrgico.

6. Valor pastoral del año litúrgico:


 El año litúrgico no se puede confundir con un programa más o menos pedagógico.
 Lo específico del año litúrgico, en cuanto signo eficaz de la presencia del Señor en
el tiempo de los hombres, es precisamente la centralidad del misterio de Cristo y de
la economía de la salvación en los diversos momentos de su celebración.
 La misma reiteración anual de todo el ciclo de los misterios de Cristo, rebosa el
valor meramente repetitivo tendiente a inculcar unas verdades de la fe o de unos
ejemplos a imitar. Cada año litúrgico es una nueva oportunidad de gracia y de
presencia del Señor de la historia, el mismo ayer, hoy y por los siglos, en el gran
símbolo de la vida humana que es el año.

III. EL DOMINGO.

1. La celebración del misterio de Cristo en el curso del año, aunque gira en torno a la
máxima solemnidad de la Pascua, se apoya ante todo en el ritmo semanal marcado
por el domingo. En efecto el domingo es el día que recuerda la resurrección del
Señor y la efusión del Espíritu Santo, y en el cual la Iglesia se reúne para celebrar la
Eucaristía ( SC 6 y 106).
2. El día del Señor es una creación genuinamente cristiana que se remonta a los
primeros tiempos. El Concilio Vaticano II atribuye el origen del domingo a una
tradición apostólica.

Origen Apostólico
1. Testimonios bíblicos: Los pasajes del Nuevo Testamento que se refieren al
domingo presuponen de alguna manera la observancia del día del Señor:
2. los paganos convertidos fueron hechos partícipes de los bienes espirituales que esas
comunidades poseían desde el comienzo. Por lo tanto: Si los gentiles han
participado de sus bienes espirituales, ellos a su vez deben servirles con sus bienes
temporales (Rom. 15, 27).
3. Hch 2,42.46 – “Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la
comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Acudían diariamente al Templo con perseverancia y con un mismo espíritu, partían
el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón” Todo
hace pensar que se trata de una reunión habitual, en la que se da la circunstancia
extraordinaria de la presencia del apóstol.

Primeros testimonios no bíblicos


Dentro de los tres primeros siglos, cuando el primer día de la semana se consolida como
día del Señor, aparece un importante bloque de textos que se refieren de forma explícita al
domingo.
1. a. Didaché:

Es una palabra griega que significa “enseñanza”, “La instrucción del Señor a los
gentiles por medio de los doce apóstoles”. Es considerado como uno de los
documentos más importantes de la Iglesia primitiva perteneciente al grupo de
escritos de los Padres Apostólicos.
Reunidos cada día del Señor, romped el pan y dad gracias… Porque éste es el
sacrificio del que dijo el Señor: En todo lugar y en todo tiempo se me ofrece un
sacrificio puro, porque yo soy rey grande, dice el Señor, y mi Nombre es admirable
entre las naciones.” (Didaché 14,1-3

2. San Ignacio de Antioquia:

San Ignacio en su carta a los Magnesios afirmaba que aquellos que guardaban el
sábado y no el domingo como los cristianos se habían dejado engañar por doctrinas
extrañas y han terminado judaizando, pero que los cristianos guardaban como día
del Señor el domingo en virtud de que fue el día en que resucitó el Señor.

“No os dejéis engañar por doctrinas extrañas ni por esos cuentos viejos que no
sirven para nada. Porque si hasta el presente vivimos a estilo de judíos, confesamos
no haber recibido la gracia...”
Es probable que esta y otras advertencias se deban a que todavía había algunos
cristianos que se aferraban a las antiguas ordenanzas de la Ley Mosaica
(circuncisión, diezmo, sábado como día de reposo, alimentos impuros).

3. Carta del pseudo-Bernabé:

Nosotros celebramos también el día octavo con regocijo, por ser el día en que Jesús
resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos”. El
primer testimonio de la celebración del domingo en Alejandría, entre el 130 y el
138.

4. Apologías de San Justino:

El día que se llama del sol se celebra una reunión de todos los que habitan en las
ciudades o en los campos… y celebramos ésta reunión general el día del sol, por ser
el día primero, en que Dios, transformando las tinieblas y la materia, hizo el mundo,
el día también en que Jesucristo, nuestro salvador, resucitó de entre los muertos”.

5. Fragmento de la carta que el gobernador Plinio dirigió al emperador Trajano


el año 112 pidiéndole instrucciones acerca de los cristianos:

Afirmaban (los cristianos) que toda su falta y todo su error consistía en reunirse
habitualmente un día fijo, antes del alba, para cantar alternativamente un himno a
Cristo, como a un dios…reconocían también el… encontrarse para tomar todos
juntos una comida, pero ordinaria e inofensiva”. Esta comida era posiblemente la
Eucaristía.

3. Los nombres del domingo

Para conocer el significado del domingo es necesario rastrear sus nombres en la


tradición cristiana. Estos nombres son:
a. En relación con Cristo:

Primer día de la semana: Es la indicación cronológica unánime de los cuatro


Evangelios para señalar el día de la resurrección del Señor (Mt. 28,1) y de algunas
apariciones (Mc. 16,9) La expresión día primero procede de la semana hebrea, y
designa el día en que dio principio la creación de todas las cosas. En este contexto la
resurrección de Jesús ha inaugurado la nueva creación.

Día señorial: Alude ante todo al día que hizo el Señor (Sal. 117,24). Cristo fue
exaltado como Señor y Mesías (Hch 2,36). La invocación “Jesús Señor” constituye
la confesión de la fe bautismal (Hch 2,38) y la aclamación nupcial de la Iglesia
( Ap. 22,17.20).

Señor de los días: Símbolo del señorío de Cristo sobre el tiempo “Cristo es el alfa y
la omega… el que es, el que era y el que viene, el Omnipotente… el primero y el
último, el viviente (Ap. 1,8.18.19).

El día del sol: Justino la utiliza tomándola de la semana planetaria y está


coincidencia permitió a los cristianos utilizar el simbolismo insinuado ya en la
Sagrada Escritura de modo particular en el cántico de Zacarías “Nos visitará el sol
que viene de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de
muerte”.

Día octavo: Se trata de un nombre que pertenece por completo al campo de la


simbología, pero que tiene significado bautismal y escatológico. Las ocho personas
que se salvaron del diluvio (1. Pe. 3,20-21) y la circuncisión a los ocho días del
nacimiento (San Justino). Ambos signos son figuras del bautismo. El sentido
escatológico aparece como un desarrollo en la reflexión patrística, el día octavo es
la imagen de lo que está por venir, es decir, la vida eterna.

b. En relación con la Iglesia:

Día de la Asamblea: Símbolo de la Iglesia del Señor, que se hace visible sobre todo en la
celebración Eucarística. La referencia del domingo al Señor y a la Iglesia recuerda que ésta
no existe sino en dependencia del que es su cabeza y esposo (Ef. 5,23). No acudir a la
Asamblea era muy grave (Heb. 10, 24-25). La celebración del domingo es un signo de
pertenencia a la Iglesia y de identidad cristiana.

Día de la Palabra de Dios: En la Asamblea dominical, en la doble mesa de la Palabra de


Dios y del cuerpo del Señor, Cristo mismo “nos congrega para el banquete pascual de su
amor; como hizo en otro tiempo con los discípulos, él nos explica las Escrituras y parte
para nosotros el pan”.
El día de la Eucaristía: La Eucaristía tiene su momento propio y principal en el domingo,
y el domingo recibe su significado de la Eucaristía. Si el domingo es el día memorial de la
salvación efectuada en el misterio pascual, la Eucaristía es el sacrificio sacramental de
dicho misterio, al que todos los fieles se deben asociar personalmente ofreciéndose ellos
mismos, juntamente con Cristo por el ministerio del sacerdote (SC 48)

c. En relación con el hombre:

Fiesta de los cristianos: El domingo es fiesta primordial, que debe presentarse e inculcarse
a la piedad de los fieles, de modo que sea también un día de alegría y de liberación del
trabajo (SC 106).

Día de alegría y de liberación: El descanso dominical constituye un acto de culto a Dios


(Sal 103, 1-24). Además, contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso
suficiente que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (GS 67).

IV TIEMPO LITURGICOS.

1. El año litúrgico, celebración la obra salvadora de Cristo en el tiempo, pero es


también expresión de la respuesta de conversión y de fe por partes de la Iglesia. Es
este sentido la intensión básica y la finalidad del año litúrgico, es mistagógica
(Introducir en los misterios sagrados) y pastoral.
2. La liturgia es el principio medio de la presencia del señor en su iglesia. Pero Cristo
no solo se hace presente con su poder de salvación en la palabra y en los
sacramentos, especialmente en la eucaristía, sino que también lo hacen en cada uno
de los misterios que a la Iglesia celebrad en el año litúrgico.
3. La celebración de los misterios de la salvación en el año litúrgico, conducen
también a la imitación de Cristo, al celebrar los distintos aspectos de su misterio en
el año litúrgico, desde la encarnación y el hacimiento, hasta la glorificación
4. El cristiano reconoce en su propia existencia, la vida del hijo de Dios, que le ha
hecho renacer con él vivir en el padecer, morir, resucitar e incluso estar sentado con
él en los cielos. Cada uno de los acontecimientos de la vida de Cristo desplegados
en el año litúrgico, se hacen presentes y operantes en la vida de los bautizados.

Finalidades del año Litúrgico.


Una finalidad catequética: porque a través de el puedes aprender e l misterio de Cristo
(natividad, Epifanía, Muerte, Resurrección, Ascensión, etc) el año litúrgico celebra el
misterio de Salvación en la Sucesiva etapas del misterio del amor Dios, cumplido en Cristo.
Una finalidad salvífica: porque en cada momento del Año Litúrgico recibes la gracias
especifica de ese misterio que está viviendo. Por ejemplo la gracia de la esperanza cristiana
y la conversión del corazón para adviento; la gracias del goo íntimo de la salvación en la
navidad; la gracias de la penitencia y la conversión en la cuaresma; el triunfo de Cristo
sobre el pecado y la muerte en la pascua; el coraje y la valentía el día.
Efeto del año litúrgico:
Gracias al año litúrgico, las aguas de una redención nos cubren, nos limpian, nos refrescan,
nos sanan, nos curan, aquí y ahora. Continuamente nos estamos bañando en las fuentes de
la salvación. Y esto se logra a través de los sacramentos. Es en ellos donde se celebra y
actualiza el misterio de Cristo. Los sacramentos son los canales a través de los cuales Dios
nos da a beber el agua viva y refrescantes de la Salvación que brota del costado abierto de
Cristo.
Podemos decir en verdad que cada día, cada semana, cada mes viene santificado con las
celebraciones del Año litúrgico. Esta amera los días y mese de un cristiano no puede ser
triste.

3.. LOS CICLOS DEL AÑO LITRUGICO


Ciclos (dedicada (dedicada a Cristo).
Se divide en dos ciclos que es la navidad: comienza en el tiempo de adviento y culmina con
la epifanía
Pascua: inicia con el miércoles de Ceniza y culmina con el domingo de pentecostés
(Ciclo santoral (dedicado a la virgen y los santos). Cada uno de los santos obra maestra de
la gracias del espíritu santo. Por celebrar a un santo es celebrar el poder y el amor del Dios,
manifestado en esa creatura.
Adviento
Las primeras noticias de una cierta preparación de la navidad proceden del concilio de
Zaragoza (año 380-381) que manda que se vaya a la Iglesia diariamente del 17 de
diciembre al 06 de enero. Esta costumbre era común en el norte de España y en el sur de
Francia. La preparación consista en prácticas ascéticas y una oración más asidua.
la palabra temporal significa tiempo ayuna en cada una de las lecturas estaciones de año.
Las temporales significa tiempo de ayuno en cada una de las estaciones a los cuatros
estaciones del año, para reunir a la comunidad, instando al ayuno y a la oreció, para dar
gracias a Dios por los frutos de la tierra y pedir sus bendiciones sobre el trabajo de los
hombres. Una fuente remota de la institución de las témporas podríamos encontrar en el
AT. En dichos libros.
Témporas aparece en Roma, quizás ya durante el siglo II, según una hipótesis bien fundada,
reemplazada los festejos paganos de las ferias de a cosecha ferias de la vendimia y ferias de
la siembra. Las témporas son un acercamiento mutuo de la litúrgica y la vida humana, en el
afán de encontrar en Dios la fuente de todo don y la santificación de la tareas de los
hombres
3.1..Estructura “ Adviento” viene del Latín advente, que significa venida, llegada. El color
usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es eñ morado. El adviento es el
comienzo del Año Liturgia, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y
terminan el 24 de diciembre.
El adviento tiene un doble carácter, escatológico e histórico desde el primer domingo al día
16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del señor al final
de los tiempos. Desde el 17 de diciembre al 24 de diciembres es la llamada “Semana Santa”
de la navidad y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las
Historia de la navidad.
1. El domingo II aun dentro de la misma tónica escatológica, introduce los aviso de
Juan el bautista; “preparad los caminos del Señor”. Su lenguaje vehemente,
inspirado en Isaías y Baruc, llama a la conversión y al cambió de vida.
2. El domingo III, denominado Gaudete (alegraos) según el consejo paulino (filipense
4,4-5) está todo el mercado por la alegría” porqué el señor.
3. Domingo IV se sitúa ya en los acontecimientos que precedieron el nacimiento de
Jesús, es el domingo en el que la figura de María, la nueva Eva u Madre del Señor,
confiere una nota singular a toda la celebración.
4. Juan el Bautista: es en último de los prefectas, resumiendo en persona y en si
palabra toda la historia anterior en el momento en que ésta alcanza cumplimiento.
En carne perfectamente el espíritu del adviento.. el es el signo de la intervención de
Dios en su pueblo, como precursor.
5. María: adviento, finalmente es el tiempo litúrgico en el que se pone felizmente de
relieve la relación y cooperación

Riquezas y espiritual
1. La Iglesia, al celebrar el adviento unido a la navidad, es consciente de cumplir a
la vez la espera del Antiguo Israel en la Expectativa mesiánica y su propia espera
de la consumación de la filiación divina comunicada por Cristo en su venida
histórica es avisar en los creyentes la espera del Señor. Es un tiempo privilegiado
con una triple finalidad:
2. Recordar el Pasado: celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El
señor ya vino y nació allí. Esta fue su venida en la carne, llenos de humildad y
pobreza, se hizo hombre, igual a nosotros exceptos en el pecado. Fue su primera
venida, la que se recuerda.
3. Vivir el presente: se trata de vivir en el presente
4. Preparar el futuro
5. Riqueza pastoral lo que el adviento pide a los cristianos:
6. El adviento es el tiempo de la gracias y de la salvación. Por eso, la
consideración de la última venida nos estimula a valorar la venida actual y a
prepararnos debidamente.
7. Adviento no se reduce un simple sentimiento de penitencia. Es tiempo de gozo y
alegra. Es a hora del despertar del sueño, porque es la entrada de un mundo
infinitamente mejor. La venida del Mesías es un gran gozo “Os anuncio un gran
gozo. que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy un salvador
8. la Iglesia está constituida por la misión, tiene que romper una tradición que
basa la acción eclesial solamente en el culto, tiene que hacer planteamiento de
dialogo, tiene que aprender del mundo la eficacia en sus planteamientos.
9. En una palabra, la relación y el dialogo de la Iglesia con el mundo debe estar en
la fuente misma de la acción pastoral; la nueva estructura social está exigiendo
que la Iglesia no se anquilose en sus estructuras y cree estructuras nuevas caras a
la misión.
10. El camino de descubrimiento de la pastoral de conjunto incluyo a los
siguientes pasos: el descubrimiento y el estudio de las situaciones de la sociedad.
11. El descubrimiento de la necesidad de conjugar en la Iglesia los distintos
medios y agentes para su misión desde un planteamiento pastoral a una
programación común.

ÑAPA:
Domingo, día de la resurrección:
1. El domingo “día del señor”, es el ritmo más antiguo de la liturgia cristiana, día de
la “pascua semanal”. Es el estricto.
Pascua anual:
1. El primer periodo de la iglesia, la muerte y resurrección de Cristo que fue el
núcleo de la predicación, de la celebración y toda la vida cristiana. Esta
celebración anual, se fue consolidando como la principal fiesta del año litúrgico.
Los tiempos entorno a la pascua anual:
1. La primera, fiesta típicamente romana, se fijó el 25 de diciembre, probablemente
para contrarrestar con la fiesta del nacimiento de Cristo “sol que nace de lo alto”
2. el segundo lugar entre las celebraciones cristianas de año litúrgico, después de la
pascua. La Epifanía surgió como unas fiestas que celebrada tanto el nacimiento
como el bautismo de Jesús (manifestación en la carne y filiación divina). Se
celebrada el 06 de enero. El adviento. Y tiempo de preparación a la fiesta de
navidad, es propio de la liturgia occidental,
Tiempo ordinario o “durante el año”:
1. Es el tiempo que queda fuera de los dos grandes ciclos de pascua y navidad, se trata
del tiempo más originario del año litúrgico, ya que durante su curso los domingo
son las fiesta principales. Ya en el siglo VI el tiempo ordinario apareció con una
estructura clara y unitaria, dividida, desde luego, en dos partes, una entre el fin del
ciclo natalicio y el inicio de la cuaresma, y el otro más largo, entre la fiesta de
pentecostés y el inicio del adviento. En él no se celebra ningún misterio de Cristo en
particular, como sucede en los ciclos de pascua y navidad, sino la totalidad del
misterio.

También podría gustarte