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VIRTUDES CAPÍTULO III

ESPECULATIVAS
PERFECCIONA
N
LA RAZÓN
TEÓRICA O
ESPECULATIVA

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ANTES ESTUDIEMOS
LA FUENTE DE LA
QUE NACEN: EL
DESEO NATURAL DE
CONOCER LA
VERDAD,
ASPIRACIÓN
ESENCIAL DE TODA
PERSONA

La virtud moral que


ordena y dirige esta
tendencia es el amor a
la verdad

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“Todos los hombres desean por
naturaleza saber”
METAFÍSI
CA, I,1 Pero saber la verdad.
“Preferimos sufrir con sentido,
que gozar en la locura” (Trigo,
Moral de la persona: Las
virtudes, p. 28).
DESEO PUESTO POR DIOS

Esta tendencia o deseo


No nos saciamos con el
responde al plan de Dios de
conocimiento de las verdades Solamente se sacia con la
No se sacia con cualquier crear al hombre a su imagen
de la ciencia experimental. Verdad absoluta (Fides et
verdad. para que por el conocimiento
Buscamos la verdad que da Ratio, n. 24).
y el amor se una a Él (GS n.
sentido.
19).

En esta tendencia se funda el


derecho a recibir de la
Esta inclinación exige el
En efecto, el fin del sociedad civil una educación
deber de buscarla, pues es un
conocimiento es la comunión integral, el derecho de
bien; y una vez encontrada,
y la felicidad. libertad religiosa (buscarla
seguirla.
sin coacción) y el derecho a
la información verdadera.
Encontrar la verdad no es tarea fácil, pues implica a toda la persona: razón,
voluntad y afectos (pasiones, emociones y sentimientos), con los talentos y
defectos, la educación recibida, las virtudes y los vicios.
Es tarea de la inteligencia, pero ésta tiene una vinculación intrínseca con la
voluntad y los afectos de quien conoce.
Por tanto, hay una relación íntima entre el conocimiento de la verdad y la vida
moral que se lleve: “nuestra vida moral puede ayudar o, por el contrario, ser un
obstáculo, para que nuestra razón conozca la verdad” (E. Gilson, en Trigo, p. 30f).
Cuando es un obstáculo: La persona no capta la verdad con la inteligencia porque
no quiere con su voluntad (cf. S. Th., II-II, q. 2, a. 3, ad 2).
La importancia de las disposiciones de la voluntad es decisiva.

TAREA NO FÁCIL
“En un corazón podrido por las pasiones hay
siempre razones ocultas para encontrar falso lo
verdadero; del fondo de la naturaleza desviada
se elevan brumas que oscurecen la inteligencia.
Nos convencemos fácilmente de lo que queremos
y cuando el corazón se entrega a la seducción
del placer, la razón se abandona en brazos de la
falsedad que justifica”

CICERÓN, DE NATURA
DEORUM, I,54
EL AMOR A LA VERDAD

Santo Tomás: virtud relacionada con


la templanza (modera). Pero es Objeto propio de esta virtud: ordenar
fundamental insistir en ella y ponerla no el conocimiento como tal, sino el
Esta virtud ordena el deseo de saber:
aquí en primer lugar, pues solamente Así este deseo queda integrado en la deseo de conocer de modo ordenado,
studiositas. Vicio contrario: curiositas
de esta manera las virtudes recta razón y la fe. orientando su entendimiento hacia
(S. Th., II-II, qq. 166-167.
intelectuales como las ciencias o las donde debe hacerlo y no a otra cosa,
técnicas pueden recuperar su relación evitando toda curiosidad impertinente.
con la vida moral de la persona.

También implica el conocimiento de


La prudencia indica la manera La virtud del amor a la verdad exige
las verdades más relevantes (Dios,
concreta de hacerlo realidad. reflexión, diálogo y contemplación.
vida moral…)
CURIOSITAS
Le importa más satisfacer el
afán de conocer que la verdad
en sí misma.
VIRTUDES QUE PERFECCIONAN
LA RAZÓN TEÓRICA
Razón téorica o especulativa: conoce la verdad sobre el ser en los diferentes campos de la realidad; nos permite conocer la
realidad como verdadera.

Virtudes que perfeccionan a la razón especulativa:

El Entendimiento (nous, intellectus): habito que nos proporciona la evidencia de las primeras verdades teóricas, de los
primeros principios: no contradicción… Es innato.
La Sabiduría: “hábito que, a partir de las primeras verdades de lo real y del conocimiento del universo sensibles, se eleva al
conocimiento de Dios como creador, causa última de todas las cosas, y a estas en relación con Dios. La persona sabia contempla
toda la realidad desde la perspectiva de Dios… La sabiduría se concreta de modo sistemático y científico en la Metafísica” (Trigo,
p. 44b).

La sabiduría tiene una importante relación con el obrar moral.

La Ciencia: perfecciona a la razón para conocer las cosas por sus causas particulares o próximas.
Es una perfección, pero no
implica necesariamente la
perfección moral de quien
la posee, pero tenerla es
necesario para obrar
VIRTUD DE LA correctamente y, en este
sentido, la verdadera
SABIDURÍA sabiduría implica
contemplar las grandes
verdades y dirigir la vida
de acuerdo con Dios,
verdad suprema y fin
último.
GÉNESIS DE LA
SABIDURÍA
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Génesis: nace del deseo natural de conocer la causa, el por qué de todo y,
particularmente, de su propia existencia.

Y esto exige reflexión y recogimiento (cierto dominio de los sentidos, en


especial la imaginación y la memoria, para que colaboren con la
inteligencia). Sin estas disposiciones nunca existirá una persona sabia.

También exige un cierto dominio de la razón, a fin de liberarla de lo que Esta foto de Autor desconocido está bajo licencia CC BY

distorsione la realidad, aunque resulte penosa y difícil: “La peor


deformación de la inteligencia es tomar los deseos por realidades” (Trigo,
p. 45b).

La sabiduría tiene carácter de don recibido, es un don de Dios, pues es


posible porque Dios participa al hombre de su inteligencia. Sobre este
presupuesto se puede alcanzar el verdadero saber y transformarse en un
regalo gratuito para el otro.

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CAMINO HACIA LA
SABIDURÍA
Es un camino que lo recorre la razón, junto con la voluntad y los afectos. Es la persona
toda la que busca respuesta a sus grandes interrogantes.
Pero es siempre la voluntad la que mueve la inteligencia a buscar la verdad. Ahora bien, la
voluntad puede estar abierta, por sus virtudes morales, a amar el bien y, por consiguiente,
manda buscar la verdad; pero también puede estar replegada sobre sí misma y esclavizada
por las pasiones y se cierra a la búsqueda de la verdad.
En el desarrollo de la virtud de la sabiduría es determinante, entonces, la libertad o
esclavitud de las pasiones y afectos. Solamente si está rectamente orientada hacia el bien
mandará buscar la verdad y la verdad última. San Agustín afirma: principio de la sabiduría
es la bona voluntas (De libero arbitrio I, 12). Y cuanto más arraigada en ella estén las
virtudes morales, más inclinada al bien.
Hay una virtud moral esencial para adquirir la sabiduría: la humildad, pues frente a la
verdad hay dos posiciones fundamentales: reconocerla como don o pretender que dependa
de la propia voluntad.
“¿De dónde nace esta gravísima
enfermedad espiritual? [la
indiferencia por la verdad] Su
origen último es el orgullo en el
que reside la raíz de cualquier
mal, según dice toda la Tradición
ética de la Iglesia. El orgullo
lleva al hombre a atribuirse el
poder de decidir, cual árbitro
supremo, lo que es verdadero y
lo que es falso, o sea, a negar la
trascendencia de la verdad
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creada y a contestar, en
consecuencia, el deber de abrirse
SAN JUAN PABLO II, a ella y recibirla cual don que le
ha hecho la luz increada y no
AUDIENCIA GENERAL, cual invención propia”.

24-VIII-1983
HÁBITOS DE LA RAZÓN
PRÁCTICA
Razón práctica o función El hábito de los primeros
práctica de la razón: nos principios prácticos o
permite distinguir entre el sindéresis, por el cual
bien y el mal y dirigir la Hábitos que la perfeccionan: conocemos las primeras
acción según este verdades de la ley moral
conocimiento. Nos permite natural como: haz el bien y
conocer lo real como bueno. evita el mal. Es innato.

La ciencia moral: saber sobre


la bondad o maldad de los La prudencia (frónesis, La técnica o arte (téjne, ars):
actos humanos en general y prudentia): perfecciona a la el hábito que permite aplicar
su fin es orientar a la persona razón para que juzgue bien correctamente la verdad
hacia una conducta buena. Se qué acción es buena en unas conocida a la producción o
desarrolla a partir de la circunstancias concretas. fabricación de cosas.
sindéresis.
Es el comienzo de la vida moral (no el entendimiento,
hábito de la razón especulativa o téorica. Por esta razón no
es válido pasar del ser al deber ser).
Proviene del griego synteréo: observar, vigilar atentamente,
conservar.
Santo Tomás: es la razón natural.

LA “Es un hábito innato que activa y perfecciona la razón


práctica. Gracias a él, nuestra razón, de modo natural,
SINDÉRES conoce el bien y preceptúa su realización. Por eso, no
somos indiferentes ante el bien y el mal, sino que
IS experimentamos de modo natural que debemos amar el
primero y evitar el segundo” (Trigo, p. 59f).
Es el primer nivel de la conciencia moral = la
protoconciencia.
Es un hábito prescriptivo, no solo indicativo.
Es innato, pero se puede desarrollar más. Es luz
inextinguible, aunque se puede oscurecer; nunca yerra.
SINDÉRESI
S
Constituye el comienzo y la
guía natural de toda la vida
moral de la persona.
ES UN CONOCIMIENTO
FUNDAMENTAL DEL BIEN
(San Agustín, De Trinitate VIII,
3,4).

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Por la sindéresis la persona conoce el bien y el mal y se siente
llamada a amar el primero y evitar el segundo.
La sindéresis preceptúa buscar el bien absoluto y los bienes
genéricos a los que la persona está inclinada naturalmente (vida,
procreación, convivencia social…); también le indica cómo
EL buscar esos bienes para que lo perfeccionen como persona.

HÁBITO Fruto de la experiencia moral del sujeto (= proceso que va de la


sindéresis hasta el juicio práctica de la prudencia), se vuelve sobre

DE LA
ella y enuncia o formula preceptos y normas morales en forma de
deber: No matar, amar a Dios sobre todas las cosas…

CIENCIA EL FRUTO DE ESTA REFLEXIÓN ES EL SABER MORAL


HABITUAL O HÁBITO DE LA CIENCIA MORAL: saber sobre

MORAL la bondad o maldad de los actos humanos (teórico y práctico –


finalidad directiva-).
La conciencia moral: es un acto de este hábito (juzga la bondad o
maldad del acto moral).
Ética filosófica o Filosofía moral: es la reflexión científica-
sistemática correspondiente al hábito de la ciencia moral.
CIENCIA
MORAL
CRISTIANA
El hábito de la ciencia moral
cristiana es el saber que se
adquiere como fruto de la
reflexión de la experiencia moral
a la luz de la Escritura, la
Tradición y el Magisterio de la
Iglesia; es el saber sobre el
comportamiento del discípulo de
Cristo; es el saber sobre la
bondad o maldad de los actos
vistos desde la revelación.

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