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El presente humilde trabajo realizado está dedicado con mucho cariño a Dios,
a quien mediante la liturgia le adoramos, le glorificamos, le damos gracias porque
inexorablemente todo trabajo de liturgia tiende a eso, o de lo contrario carece de
sentido.
Espero que todo el que quiera leer este trabajo pueda comprender de manera
básica y clara lo que es el trabajo y espacio litúrgicos para que pueda participar mejor
así en la liturgia, especialmente en la eucaristía, cada vez más plena y
conscientemente. Agradeceré mucho a Dios si el trabajo ha cumplido con su objetivo
de hacerle útil al lector para su formación litúrgica.
2
1-) TIEMPO LITÚRGICO:
1.1¿Qué es el tiempo?
Por otra parte es una esclavitud inclusive el tiempo, porque nunca hay
nada nuevo, no existe la historia, no existe un fin (télos) de la misma, un para
qué. Eso se puede reflejar en las historias míticas que narran los griegos sobre
Ulises quien después de sus grandes aventuras vuelve a su punto de partida, a
1
http://lema.rae.es/drae2001/srv/search?id=f5YiIvAXrDXX2eF4tvYd
2
BERGARMINI, A., Cristo, festa da Igreja. São Paulo, 1994, 42 (= CFDI)
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la nostalgia. No existe así tampoco un camino, solo “existe la existencia” por
así decirlo. Es “Chronos que devora a sus hijos”.
3
HEIDEGGER, M., El ser y el tiempo. Mexico, 1988, 197
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Así el tiempo tiene un inicio, y un fin (telós). La salvación se da en el
tiempo, porque hacia los planes de Dios tiende. Estaba en los planes de Dios
según los profetas que llegue el Mesías Salvador.
Hay que tener en cuenta que el cómputo del tiempo o su medición que
se realiza con parámetros humanos, está siempre en referencia a “algo” para
poder medirlo y darle significado. En nuestro caso como cristianos no es
“algo” sino “Alguien” está fuera del tiempo y que es lo que da sentido pleno:
Cristo. Él es quien divide el tiempo en ritmos diarios, semanales anuales, etc.
quien vive y reina por los siglos de los siglos.
Es Aquel que da sentido al año por haber sido puesto en el centro, por
eso existen los ciclos y tiempos litúrgicos para poder meditar el gran Misterio
de Cristo, desde la Encarnación, Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la
expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor. Se conmemoran así
los misterios de la Redención, abre las riquezas del poder santificador y de los
méritos de su Señor, de tal manera que en cierto modo, se hacen presentes en
4
AZCÁRATE A., La Flor de la Liturgia Renovada. Buenos Aires, 1986, 48. (=FLR)
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todo tiempo para que puedan los fieles ponerse en contacto con ellos y
llenarse de la gracia de la salvación.5
5
CONCILIO VATICANO II, Sacrosantum Concilium. Buenos Aires, Paulinas, 2003, 102
6
BENEDICTO XVI, El espíritu de la Liturgia. Madrid, 2014, 94
6
Con razón el Martirio es la unión perfecta con Cristo. Es la verdadera
celebración eucarística. Por eso decía s. Ignacio de Antioquía: “Escribo a
todas las iglesias, y hago saber a todos que de mi propio libre albedrío muero
por Dios, a menos que vosotros me lo estorbéis. Os exhorto, pues, que no
uséis de una bondad fuera de sazón. Dejadme que sea entregado a las fieras
puesto que por ellas puedo llegar a Dios. Soy el trigo de Dios, y soy molido
por las dentelladas de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro [de
Cristo].”7
7
Carta a Roma, IV
7
fuente de toda la Iglesia. Si es así no dejamos que la gracia penetre en nuestros
corazones.
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2-ESPACIO LITÚRGICO:
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FLR, 91
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Más tarde la gente se reuniría en las basílicas, hacia el siglo IV,
cuando se estabilizara la Iglesia gracias al Edicto de Milán (inspiradas en los
palacios reales de Persia y de la sala de la audiencia del Rey, por eso proviene
de la palabra “Basileus”). Esas estructuras servían (entre muchas funciones
más) para albergar a la Asamblea de los fieles para la celebración de los
misterios.9 Existen las mayores las que están en Roma (Son siete. Por ejemplo:
La de San Juan de Letrán) y las menores, algunas de la misma ciudad y las del
resto del mundo que un papa pudo haberlas honrado con dicho título.
9
SARTORE D., Nuevo Diccionario de Liturgia. Roma, 1984, 1211
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FLR. 113
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Según el Canon 1205 del Código de 1983: “Son lugares sagrados
aquellos que por una dedicación o bendición prescrita por los libros litúrgicos
son destinados al culto divino o a la sepultura de los fieles”. Teniendo en
cuenta esta definición son las iglesias o templos, el altar, el bautisterio y los
cementerios.
11
MARTIMORT, A.G., La Iglesia en Oración. Barcelona, 1987, 231
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Por eso es conveniente colocar debajo del altar inamovible
normalmente de piedra (al no ser que la conferencia episcopal decida otra
cosa), reliquias de mártires o de otros santos. No debe colocarse sobre la mesa
ni estatuas, ni íconos, ni reliquias. El altar debe ser único para simbolizar que
tenemos a un solo Salvador y una sola Eucaristía. Debe estar separado de la
pared para que el celebrante pueda rodearlo fácilmente y celebrar de cara al
pueblo.12
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Instrucción General del Misal Romano, 262.
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FLR. 98
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suntuosas capillas rotondas, hexagonales u octogonales, decoradas
como las basílicas. En su centro estaba la piscina bautismal con su
fuente o surtidor, donde se podía acceder a la misma por medio de una
escalinata. Estaban y están dedicadas a San Juan Bautista. Con el
tiempo fue perdiendo su realce porque al principio lo realizaba el
Obispo en las catedrales; luego pasó a los sacerdotes y diáconos en las
parroquias y entonces se convirtieron en “pilas bautismales”.
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CONCLUSIÓN:
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