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La expulsión de los jesuitas deja claro que el poder se ha recobrado y que ninguna
oposición podrá cuestionar el programa de reformas. La crisis de 1766 mostró las
dificultades de abastecimiento y la urgencia de la expansión de la agricultura que no
sucedía por escasez de tierras y la renta cada vez más pesada.
¿Cómo entregar a muchos campesinos las tierras que necesitan? Los tiempos no son
propicios para una ofensiva contra las propiedades de la Iglesia; a lo sumo se puede buscar
aplicar las leyes de 1764 que prohíbe a los religiosos la gestión directa de sus tierras. Las
medidas legislativas promulgadas a partir del 66 se limitan a favorecer la distribución de
bienes comunales y de los propios campesinos capaces de cultivarlos. Aplicada, primero a
la Extremadura, donde hubo reivindicaciones luego se amplía a Andalucía y la Mancha
donde la dominación de la gran propiedad era más agobiante. En 1770 se precisan esas
distribuciones desde los municipios. No era propiedad plena sino cesión de beneficios, de
duración ilimitada, mediante el pago de un canon anual comunal. Se repartirán entre
campesinos capaces de explotarlos por sí mismos: una superficie de 3-4 hectareas a los
que tuvieran yunta y a los braceros y jornaleros solo una hectárea. Los legisladores querían
fortalecer las explotaciones de labradores. Ahí a un germen individualista que rompe con
las prácticas colectivas tradicionales.
Al mismo tiempo, el Consejo de Castilla debate respecto del conflicto entre Extremadura y
Mesta por el tema de los transhumantes. Su invernada, que se hacía en Extremadura exige
cada vez más pastos en detrimento de las tierras de labor y ganadería sedentaria. El doble
requerimiento de las oligarquías urbanas: liberación del alquiler de las dehesas ajustado
con los ganaderos transhumantes y autorización de explotación a labor de las dehesas a
pasto. Estas reivindicaciones dan origen a la ley de reparto. Al solicitar al soberano, lanzan
un ataque frontal contra un cuerpo privilegiado, los ganaderos transhumantes, cuyo poder
es enorme en Madrid. Años más tarde, es la administración fiscal la que vuelve a cargar
contra los ganaderos por no pagar determinados impuestos. En 1786 fue derogado el
derecho de posesión de los pastos ocupados por su rebaño. Dos años después, da a los
propietarios el derecho a acotar sus dehesas y cultivarlas a su gusto.
La ambicion de los ministros ilustrados expresan el deseo de contribuir con una solución
global a una crisis estructural que paraliza los progresos de la agricultura. La reflexión
conduce a la idea de una “ley agraria”. En 1766 se invita al Consejo de Castilla a que abra
un expediente para prepararla. Se piden informes a los cuatro intendentes de las
provincias andaluzas. El intendente de Sevilla, Pablo de Olavide, tenía un plan de reformas.
Luego llegan los informes de los intendentes del interior: Extremadura, Macha, Ávila,
Salamanca, Burgos y Soria. Esta delimitación geográfica muestra que los reformadores
tenían la vista puesta en la gran propiedad y la ganadería extensiva de transhumancia. Si
se adoptaban medidas radicales, se hubieran puesto en tela de juicio los derechos de
propiedad de la oligarquía y hubiera minado la estructura social del AR. Por eso, el debate
no superó la etapa consultiva. Jovellanos escribe un Informe sobre la ley agraria que fue
publicado en 1795 cuando la España de Carlos IV tenia otras urgencias. Es una inflexión
hacia tesis liberales e individualistas: “La agricultura se halla siempre en proceso de
perfección, que las leyes solo pueden favorecerla. Solo una propiedad cierta y segura
inspira el interés”. Para que entren en juego los resortes de la armonía natural, que se
acabe con los privilegios de las manos muertas. El texto de Jovellanos será una referencia
en el siglo XIX.
Los motines urbanos del 66 suscitan en las autoridades una cactitud d evigilancia hacia las
capas inestables de la población. Primero, una acción represiva. Luego, reforma de la
spráctica caritativas en provecho de una concepción de la beneficencia racionalizadas por
el Estado en la perspectiva de un bien común. En Madrid, los castigos previstos para vagos
y mendigos condujeron a la creación de una “comisión de vagos” encargada, con la ayuda
del ejército, de limpiar las calles de Madrid de todos aquellos que no pudieran justificar un
trabajo fijo. De aquí se segrega a los delincuentes y manda a los hombres idóneos al
ejército y a los inválidos, mujeres y niños a los establecimientos de beneficencia donde se
los convierte en seres útiles para la sociedad. Las ideas de este momento tienen que ver
con evitar que esos vagos se mantengan en la ociosidad pues se trata de redimir de la
miseria a través del trabajo.; se concibe a la beneficencia como una condición del orden
público y un instreumento de higiene social más que caridad evangelica.
Su organización se calcó de la sociedad vasca: sus estatutos que establecen que sus
miembros se distribuyan en secciones especializadas. Es general la prioridad acordada a las
cuestiones agrícolas con especial preocupación de incorporar a los labradores a las
prácticas en los huertos experimentales. Intento de introducir el azafrán en Valladolid y el
de cacahuate en Zaragoza. Se tienen muy en cuenta las técnicas industriales. Surge la
preocupación por una cultura económica ignorada por las universidades: varias sociedades
abren cátedras de economía con las obras de Smith como base. Aunque en parte se trate
de una moda, esta apertura de las élites a los progresos de las técnicas y sus aplicaciones
económicas expresa que se ha producido una mutación de las mentalidades.
Pero todo esto tuvo límites: primero, el número de amigos del país no fue más que 10.000
personas en los momentos de euforia. La pequeña burguesía y el artesanado apenas
frecuentaron las sociedades.
Lo acotado del público sensible a las reformas se ve más claramente si nos referimos a otra
forma de circulación de ideas como la prensa que vive momentos de gran expansión. Las
de mayor tirada en 62 11.000 ejemplares, 300 eran suscriptores y cerca de la mitad son
eclesiásticos, una cuarta parte de nobles, funcionarios y pocos oficiales. Es decir, los que
lee los diarios y los que componen las Sociedades son parte del mismo círculo social. La
prensa privada, más irreverente, alcanzan los 500 ejemplares. La prensa sigue siendo
esencialmente madrileña y apenas circula por el país fuera de sus suscriptores. La década
de 1780 se ve un auge que se ve en la multiplicación de los títulos de calidad y el aumento
de la tirada global. Se añaden lectores: la clase media, funcionarios, abogados,
comerciantes; el “embrión” de la burguesía. Siguen siendo minoría, de todos modos.
El movimiento reformistas, en estas consiciones, supo que solo era posible vencer las
resistencias con el impulso de pocos hombres pero con el apoyo del monarca que no
siempre estuvo garantizado.
LA CRISIS DE LA ILUSTRACIÓN.
Pablo Olavide, nacido en Perú, hijo de un navarro y una criolla. Brillante y precoz
estudiante con los jesuitas. Paso en falso: es inculpado de ocultación de herencia y
falsificación de escritura pública y va a la cárcel. En 1752 va a España y rehace su fortuna
gracias a su matrimonio con una viuda rica y se lanza a descubrir Europa: Frnacia y luego
Italia. Descubre una cultura nueva, la de los “filósofos”. Fue huésped de Voltaire. Se instala
en Madrid en 1765. Es encerrado por dos años en una cárcel de la Inquisición por posesión
de pinturas prohibidas y préstamos de libros prohibidos. El rey Carlos III ratificó la
sentencia a ocho años de reclusión en un monasterio. El rey sanciona a la Ilustración.
Godoy abre las puertas a los representantes más ilustrados. Jovellanos, Urquijo. Creen que
llegó el momento de una ofensiva regalista apoyada en el clero jansenista, al término del
cual se perfila la abolición de la Inquisición. En 1799 queda vacante el potificiado y da
origen a un decreto que otorga a los obispos los poderes papales en torno a dispensas
matrimoniales y se ve la división entre los que aceptan la sumisión de la Iglesia a la
autoridad civil y los que se niegan a servir. La elección de Pío VII provoca la caída de
Urquijo y hará resurgir con más fuerza a la Inquisición que se manifiesta con el largo
encarcelamiento de Jovellanos. Godoy se presentará como heredero de la Ilustración pero
sus medidas son tendientes a reducir las riquezas de la Iglesia y no son dictadas por
cuestiones ideológicas sino por las pésimas condiciones de las finanzas.
La Rev arruina uno de los principales puntos de apoyo de la opinión ilustrada: la reforma
de una sociedad arcaica exige el impulso de una monarquia clarividente. El ataque contra
los privilegios de la Iglesia no solo como poseedora de riqueza sino como comunidad de
creyentes y contra la esencia del cristianismo, conduce al desarme de la comunidad
ilustrad. La década de 1790 es una dispora de quienes habían encarnado una voluntad
común de reformas. Algunos descubren en la Rev un mal peor que el conservadurismo
porque conduce a la quiebra de la autoridad del Esatdo monárquico al que sirvieron e
intentaron restaurar; no importa si para combatirla hay que aliarse con los poderosos,
simbolizadas en la Inquisición, que se convierte en un eficaz medio contrarrevolucionario.
La juventud intelectual abraza las ideas revolucionarias para romper las cadenas que el
Esatdo reformador recién está limando. Un grupo se traslada al otro lado de la frontera y
se hace militante de la causa de la libertad y redacta llamamientos a sus compatriotas.
Otros en España ponen en circulación los mismos temas. Tod indica que España no está al
abrigo de las chispas revolucionarias.
La mayor parte de los partidarios de la Ilustracion oscilan entre estas dos posiciones
extremas. Jovellanos retrocede ante la “secta feroz que en la loca nación vecina ha
acabado ahogando los principios de la moral natural, civil y religiosas”. Pero él en ningun
momento ha hecho el intento d epactar con los enemigos de la Ilustracion. Son muchos en
este lugar, de ponerse en dos posiciones imposibles. La generación adulta en los 90 lleva
esa impronta: su formación intelectual conjuga el rechazo a unas formas de pensamiento
(religioso) que son insoportables en la medida en que les atraen lecturas no permitidas.
José Blanco White emite un juicio amargos sobre los efectos de la religión nacional sobre
su padre que se la pasa haciendo obras de caridad descuidando sus negocios y su madre
que vivió una fe habitada porel miedo y los escrupulos. Él mismo fue parte del estamento
eclesiástico, fue capellán. Se encuentra con un ilustrado y comienza a leer libros
prohibidos por la Inquisicion. Abandona su patria para irse a Inglaterra, una acción que no
puede hacer todos los ilustrados. Hasta 1808 son muchos los que deberán separar la
prudencia de la vida pública de los arrebatos de la vida interior.
La ruptura de comercio con el Imperio colonial por las derrotas navales frente a Inglaterra
y la crisis financiera hicieron debilitar al Estado en un momento de crisis agrícola y
epidémica de 1803-4 que convencen a las masas populares de que el stado benefactor de
la Ilustracion está agonizando.
La primavera del 08 se inicia en España con desordenes: motin de Aranjuez que derriba a
Godoy y el resultado final es la renuncia del rey. Además, con l ajornada madrileña del 2 de
mayo se designa al njevo enemigo: las tropas francesas. En pocos meses, en MAdris un rey
echa a otro: de Calos IV pasa a Fernando VII luego desposeído por José I y los aliados
franceses se comportan como si estuvieran en tierras conquistadas. A partir de finales de
mayo surge en todas partes un poder revolucionario: juntas locales, luego provinciales que
designarán Junta Central. Gobiernan las clases medias en nombre del pueblo. No son
populares porque esperan la vuelta del rey y que se imponga un cambio de personal con
reformas políticas y sociales para impedir que se repita lo de Godoy.
Victorias de los españoles en BAylén y de los ingleses en Talavera pero los patriotas
tuvieron que ceder terreno a los josefinos, sus sucesivos gobierno se van retirando hacia el
sur mientras en 1810 se va consolidando el poder francés en la Península. Pero en el 11 el
hambre hace estragos y en el 12 Napoleón reitra las tropas que necesita en la campaña de
Rusia y en julio Wellington gana en Arapiles y obliga a José a buscar refugio en Valencia. En
julio del 13 la Vitoria provoca su huida definitiva junto con su gente más comprometida.
Las Cortes extraordinarias proclaman la sobernaía popular y dan al país en 1812 la primera
C moderna. Se abre le foso que separa a los liberales de los serviles. Las Cortes se instalan
en Madrid a fines del 13 pero con el golpe de Estado absolutista de 1814 Fernando se
apura a disolverlas. Seis años terminan con una restauración represiva.
Jornada del 2 de mayo: fidelidad monárquica de los españoles al conocerse que secuestran
al ultimo de los infantes, Francisco de Paula: un pequeño grupo se opone a ello y se abre
fuego. La multitud se inflama y se producen ataques aislados contra los franceses, los
madrileños organizados y mandados por jefes espontaneos. Murat contraataca y muchos
ciudadanos se resisten en la Puerta del Sol. El carácter popular y no organizado multiplica
la eficacia de los combatientes aunque actúan sin dirección ni plan y eso será la causa de
su fracaso. “se calla aterrorizada” hasta que dos meses más tarde la batalla de Bailén se
lleva a las tropas francesas obligadas a replegarse hacia Vitoria. El pueblo hizo ori su voz y
el dos de mayo lanza su primer grito de Independencia.
Toda España se declara en contra de los franceses. Estos ho,bres, alistados bajo las
baderas españolas pronto sufrirán; las deserciones achicaron los ejércitos, en el 09 el
Ejército descalzo, pálidos, con hambre.
El pueblo soporta las consecuencias de la guerra. Requisas, saqueos. Los bienes de los
campesinos son presa fácil y el soldado vive en el campo. Todos hacen esto: aliados,
franceses, compatriotas y bandoleros aprovechando la guerrilla. El pueblo colabora con los
patriotas haciendo de espia, emsanjero y encubridor y sufre la represión brutal. Aparece el
hambre. La crisis de 1803-5 genera alza de precios y un recrudecimiento de la mortalidad
agravando las consecuencias, más adelante, de las guerras de Independencia. El más difícil
fue el 12: faltó el pan en Madrid, los especuladores felices almacenando viveres en función
de su escasez y de los avances y retrocesos de las tropas. Con el nuevo siglo, entonces, :
miedo, fiebre amarilla y vómito negro hacen estragos en Cádiz y Sevilla, se expande al
Norte y al Levante. Luego, crisis frumentaria de 1803-5; el contrabando ayuda a la
propagación de gérmenes; subalimentación y miseria hacen más vulnerables. La fiebre y la
psicosis reaparecen en 1810 desde Gibraltar y se infiltra por Cádiz pero es en Murcia y
Junilla donde causa los mayores estragos. A partir del 14 no se volverá a hablar de ella.
Hay un testigo de todo esto: Goya. En su calidad de pintor oficial tuvo que reflejar en la
tela a Fernando a caballo antes de incorporar la esfinge de José, el intruso. Pinta también
para sí mismo y ahí refleja los desastres de la guerra y hace una sátira social y anticlerical.
Refleja el horro de todas las partes, no exalta a los guerrilleros ni acciones de guerra pero
sí brutalidades. Es la cara de la misma barbarie, legal o no imperan las ejecuciones y el
hambre.
A medio plazo, la extensión del cultivo de maíz y patata hacen modificar los hábios
alimenatrios. También la ganadería ovina sufre una mutacion. La transhumancia cae en
picada y eso significa en el plano social que el rebaño de los grandes propietarios se
transfirió a los pequeños y medianos productores. Para el, Fernando podía hacer borron y
cuenta nueva, volver a empezar la historia del 08-.
Fernando VII y sus min, Martín de Garay en 1817 lleva a cabo una reforma fiscal que no le
gustó a nadie: a los privilegiados, carga fiscal más elevada; y a los campesinos se obliga a
pagar en dinero en un momento en que el precio de los productos habían empezado a
bajar. La Insurreccion de Riego repuso las Cortes liberales. El modelo a imitar es Inglaterra
transformando a la vieja aristocracia terrateniente en capitalista. A los pequeños
campesino no les queda otra que el éxodo rural. Desde el Estado se apela a préstamos y se
liquida la mano muerta: el diezmo se reduce a la mitad para que el campesino pueda pagar
sus nuevas cargas fiscales pero el proletariado rural identificará al régimen liberal como
una doble presión fiscal.
La consecuencia más grave fue el hundimiento del imperio colonial en América que
condujo a una crisis a la burguesía industrial catalana y sectores campesinos que vendían
vinos, aguardiente, aceites y harinas. Las dificultades empiezan con las guerras anglo-
francesas que provoca una transformación del comercio exterior entre 1892 y 1927.
España se ve obligada a recurrir a empréstitos y a desviar capitales de inversiones
productivas, con el estancamiento que ello supone.
Auge del sector secundario pecedido por una nueva política minera de la década del 20:
todos los yacimientos pertenecen a la corona que se reserva la explotación de los más
ricos y confiar a terceros la explotación de los demás con eximición d epagos de
impuestos.
Vuelo impresionante las telas catalanas que toman enorme difusión gracias al mercado
americano. En el 14 pierde parte de su equipamiento y sus mercados de ultramar y atrasao
técnico. Únicos estimulos: particulares porque el Estado no puede evitar el contrabando o
compañías comerciales que pagan impuesto. La industria catalana despega pero
lentamente a comienzo de siglo por falta de capitales y demanda incorporando máquinas
hacia 1830. Adopción de fuerza hidráulica luego vapor. Escasez de manos de obra. España
no innova, imita, importa técnicas con desfase asi que este impulso es la recuperación del
atraso acumulado desde el 08.
El coste de las maquinarias acarrea a las industrias hacia el costado de los ríos y hacia las
costas y ejercen presión para lograr políticas proteccionistas.. se grava el algodón para
fomentar su cultivo pero la calidad es inferior a las de N Orleans y Egipto por eso no
funciona la medida.
Fernado VII encarnó el absolutismo más obtuso después del 23 aunque aparece como un
blando y los ultras lo van dejando solo. En el 22 agitacion rural realista. Fernando se niega
a aceptar a los voluntarios realistas dentro del ejército y a restablecer la Inquisicion y a
partir de aquí el reino se ve sacudido por dos tipos de disturbios: consipiraciones de
liberales exiliados y movimientos ultras. Cuando desaparece Fernando en el 33 se inicia la
guerra civil entre la regente María Cristina que para conservar el trono de su hija Isabel se
apoya en los liberales; y el hermano del difunto recluta partidarios en regiones con el
espíritu foral vivo y donde los campesinos son más independientes: norte y noreste.. las
guerrilas vascas y catalanas atacan durante años a las tropas de Madrid hasta que los
carlistas renuncian y aceptan un acuerdo.
Así termina la primera guerra carlista pero el carlismo no muere sino que reaparece en
todo el siglo XIX. No se puede ver esto como simple querella dinástica ni interpretarla en
términos liberales. Fontana plantea que qué se debatia en el 30 y las fuerzas sociales que
actuaron: después del 17 se sufre la crisis agraria que provoca la caída de los precios
agrícolas porque no se pueden exportar y se ven obligados a toamr sus excedentes para
pagar los impuestos. En el 27 los precios habían bajado a la mitad y la presión fiscal fue tan
agobiante que las zonas rrurales se sintieron atropelladas y volvieron sus vistas hacia los
ultras. Este malestar se tradujo en revueltas, reprimidas, y un a”huelga de tributos:
diezmo, derechos señoriales porque la extesion de la superficie cultivada no podía ser de
un dia a otro. Esos campesinos no son partidarios del AR sino adversarios de una nueva
política que los estrangula.
Esa guerra civil entre el 34-40 hace que la agitación se apodere de todas las ciudades con
acoso de la guerrilla carlista y se considera que le gobierno lo único que hace es recaudar
en vez de sofocar las revueltas. Esa violencia de la reacción popular tiene un carácter de
anarquismo primitivo. Tres fases revolucionarias: revolución provincial primitiva, el pueblo
se amotina y la autoridad policial se ve desbordada; 2) los dignatarios y políticos
profesionales progresistas quieren restablecer la paz social creando una junta en la que
pueden admitir representantes del pueblo: fase de los comités de la revolución; 3) el
gobierno central, que pretende representar a la revolución, se hace con el control de las
cosas. El principal papel lo tiene el populacho; en el segundo, el pueblo; en el tercero, el
orden y reconciliación bajo el manto del partido liberal. la originalidad del caso español
radica en que Madrid no era una capital revolucionaria sino una administrativa, su
población, compuesta de empleados, criados y comerciantes que vivian en la corte y de
la aristocracia, estaba poco inclinada a la revolución.
La desaparición de Fernando trajo amnista para los liberales exiliados a quienes s eles
confía las riendas del poder. La guerra civil generó una inestabilidad política. La oligarquía
admitió que el AR murió, dejo de lado al clero y se alio con la nueva burguesía: las clases
propietarias se repatian los despojos de las manos muertas, manteniendo a los
campesinos alejados del festin. El ideólogo de esto, un judío, Álvarez de Mendizábal a
quien s ele otorgó amplios poderes para limpiar de carlistas y siguió la política iniciada por
Godoy y continuada por las Cortes. En 1836 la propiedad monástica es transformada en
bien nacional, abolición del diezmo.