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Proceso de la desamortización

1. Objetivos de las medidas desamortizadoras. Son de distinto carácter:

 Fiscal. Todas las medidas desamortizadoras del siglo XIX persiguen recaudar fondos para
solucionar los problemas de la Hacienda Pública: para disminuir la deuda pública, o para hacer
frente a los gastos ocasionados por las guerras o para pagar inversiones públicas.
 Político. Los beneficiarios de esta privatización apoyarán al nuevo régimen liberal. Se
consigue atraer a la causa liberal a la burguesía con dinero, pero a cambio se enturbiaron las
relaciones con la Iglesia católica
 Económico. Se pensaba que cambiar la estructura de la propiedad facilitaría el desarrollo
económico y la revolución industrial.
 Social. Se creía que un proceso desamortizador era la ocasión ideal para reformar la
estructura de la propiedad, fomentando la aparición de pequeños propietarios.
2. Precedentes
 Carlos IV (1798). La caótica situación de la hacienda durante el reinado de Carlos IV obligó a
la emisión continua de vales reales (deuda púbica). Para pagar esa deuda Carlos IV realiza la
llamada "1ª Desamortización" (1798). Se expropian tierras de instituciones eclesiásticas:
capellanías, bienes de los jesuitas expulsados en tiempos de Carlos III, tierras de hospitales,
hospicios y casas de expósitos.
 Cortes de Cádiz (1811-1813) promulgaron leyes para acabar con el régimen señorial,
desvincular los bienes de la nobleza y desamortizar los bienes eclesiásticos y municipales:
 La Ley de Señoríos de 6 de agosto de 1811 , que suprimió los privilegios de los señores
(tribunales especiales, el nombramiento de las autoridades municipales o el cobro de rentas
señoriales).
 El Decreto de 4 de enero de 1813 expropió las tierras de los conventos con menos de 12
frailes, además de la venta de baldíos y comunales, para darlas en parte a los soldados de la
Guerra de Independencia. Pero este reparto lo impidió la oposición de la nobleza.
Sin embargo, Fernando VII (1814) restableció el régimen señorial y devolvió a los conventos la
totalidad de los bienes confiscados.
 Trienio Liberal (1820-1823). Se repone la legislación desamortizadora anterior. Y, además:
 La «Ley de reforma de comunidades religiosas» (1820) suprime todos los monasterios de las
órdenes monacales, así como los conventos y colegios de las órdenes militares (Santiago,
Calatrava, Montesa y Alcántara) y prohíbe fundar nuevas casas religiosas o aceptar nuevos
miembros. Fue el inicio de la desamortización eclesiástica del siglo XIX.
 Esta ley se completa con la venta de las tierras de los conventos de menos de 24 frailes.
Pero tras el paréntesis del trienio liberal Fernando VII derogó la legislación anterior.
3. Desamortización de Mendizábal (1836).
Durante el gobierno progresista de Mendizábal (sep.1835–mayo 1836), la principal medida fue la
desamortización de los bienes eclesiásticos.
Lo que preocupaba a Mendizábal era garantizar la continuidad en el trono de Isabel II en un Estado
liberal. Para ello era necesario ganar la guerra carlista; pero este objetivo no podría realizarse sin
dinero o sin crédito: era preciso disminuir la deuda pública. Mendizábal juzgó que había que

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recurrir a nuevas fuentes de financiación, y estas no eran otras que la venta de los bienes
eclesiásticos. Las medidas dictadas fueron:
 Supresión de las órdenes religiosas (conventos de frailes y monjas) en octubre de 1835,
excepto los dedicadas a la enseñanza, la beneficencia y las misiones en Filipinas.
 La ley de 19 de febrero de 1836 nacionaliza estos bienes, es decir dejaban de ser «manos
muertas» y pasan a propiedad del estado para su posterior venta en subasta pública. Se
subastaron tierras, casas, monasterios, obras de arte...
 Otra Ley de 1837 saca a la venta bienes del clero secular, aunque el gobierno moderado
suspende su ejecución y hubo de esperar hasta 1841.
En cada provincia se hicieron lotes de tierras que en subasta pública se asignaban al mejor postor.
Éste podía pagar al estado en metálico, o bien entregando títulos de la Deuda, lo que era muy
beneficioso para sus poseedores ya que los títulos estaban muy devaluados.
Fue la más importante de todas por su volumen y la rapidez con que se llevó a cabo, pero también
porque a partir de ese momento la desamortización fue un proceso irreversible.
Con el regreso de los moderados al gobierno (1837-40) y durante la Década Moderada (1844-
1854) estas leyes fueron suprimidas o atenuadas, especialmente tras el Concordato de 1851, año a
partir del cual sólo se siguen subastando bienes de órdenes militares y otros marginales.
4. Desamortización de Madoz (1855).
Durante el bienio progresista el ministro de Hacienda Pascual Madoz publicó su Ley de
Desamortización General (1 de mayo de 1855). Se llamaba "general" porque se ponían a la venta
todos los bienes de propiedad colectiva:
 Los de los eclesiásticos que no habían sido vendidos en la etapa anterior.
 Los de los ayuntamientos, (desamortización civil) entre los que cabía distinguir entre:
 Bienes de propios, arrendados a particulares; proporcionaban una renta al municipio.
 Bienes comunales, no proporcionaban renta y eran utilizados por los vecinos del lugar.
La desamortización civil consistió en la venta forzosa, aunque con indemnización, de la totalidad de
los bienes pertenecientes a los municipios, estado y otras instituciones.
Dos hechos la diferencian de la de Mendizábal:
 Por un lado, aunque el objetivo principal seguía siendo sanear la Hacienda, ahora el dinero irá
destinado a pagar inversiones públicas, especialmente los ferrocarriles.
 La otra diferencia estaba en la propiedad de los bienes: el Estado no era ya el propietario, sino
los ayuntamientos, aunque aquél percibiría el importe de las ventas en nombre de estos y lo
transformaría en bonos del Estado a favor de los respectivos pueblos.
Esta desamortización provocó la quiebra de las haciendas municipales. Los ayuntamientos habían
empleado las rentas de los bienes de propios para pagar obras, salarios municipales, o escuelas; su
pérdida provocará el cierre de muchas escuelas municipales y el despido de los médicos.
Con la vuelta al moderantismo en 1856 se suspende la Ley de Desamortización del año
anterior. Pero en 1858, con O´Donnell al frente del Consejo de Ministros, se restablece la
aplicación de la Ley de Madoz que estuvo vigente hasta 1924.
5. Resultados de la desamortización.
 Efectos económicos. La desamortización produjo una radical transformación del régimen
jurídico de la tierra, consolidando la propiedad privada e individual en España; afecta
también a la estructura de la propiedad, pues contribuye a una mayor concentración de la

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propiedad, ya que compraron tierras quienes tenían dinero (antigua nobleza y burguesía); no
sólo no se fomentó la mediana propiedad sino que aumentaron los latifundios. Fue una
oportunidad perdida para solucionar el problema de la estructura de la propiedad.
Por otro lado, aunque sus objetivos eran más fiscales que de transformación técnica, la nueva
situación (se vende el 50 % de la tierra cultivable) contribuyó a aumentar la producción
agrícola, al trabajar los nuevos propietarios tierras que no habían sido labradas.
 Efectos sociales. La desamortización contribuye a consolidar una burguesía terrateniente,
continuadora de la vieja aristocracia, ya que los principales beneficiarios fueron la nobleza, que
adquirió nuevas tierras y que pasó las suyas de carácter institucional a propiedad individual, y
la burguesía comercial y agraria que adquirió buena parte de las tierras en venta.
Los perjudicados fueron: la Iglesia, que perdió su principal base económica (aunque fue
compensada), los ayuntamientos y los pequeños campesinos (pierden los derechos sobre la
tierra que trabajaban y el uso y disfrute de los antiguos bienes del ayuntamiento).
Esta transformación agraria contribuirá a la aparición de un proletariado agrícola: dos
millones de jornaleros sin tierra, sometidos a duras condiciones de vida y trabajo estacional.
Ello, a su vez, tendría dos consecuencias: por un lado, el escaso poder adquisitivo de estos
jornaleros ralentizó el proceso de industrialización español y, por otro, sus malas condiciones
de vida dan lugar al inicio de sublevaciones campesinas: los motines agrarios de El Arahal en
1857 y Loja en 1861. Estas insurrecciones campesinas, más violentas y menos organizadas que
las industriales, serán frecuentes en nuestra historia contemporánea hasta llegar a su punto
álgido en la segunda república (1931-1936).
 Efectos políticos. Los nuevos propietarios apoyarán al régimen liberal. La separación de la
Iglesia-Estado se acentuó hasta que se firmó el Concordato con la Santa Sede en 1851, por el
que el estado sufragaba los gastos de la Iglesia.
 Efectos culturales. La desaparición de instituciones eclesiásticas supuso la destrucción o el
deterioro de edificios históricos y la pérdida o dispersión de su patrimonio artístico, aunque
parte se recuperó después en museos. Muchos conventos se convirtieron en edificios públicos o
fueron derribados para construir grandes plazas. También desaparecen las escuelas parroquiales
y conventuales, agravando el problema del analfabetismo.
En definitiva, la desamortización tuvo como consecuencia principal la consolidación del
régimen liberal. Pero sus sombras fueron muy importantes: no se produjo un aumento
significativo de la producción agraria, ni de la mediana propiedad, por lo que el escaso
desarrollo agrario impidió una profunda revolución industrial. Por otro lado, se recaudó menos
dinero del previsto, pues la mayor parte de las compras se hicieron con vales de Deuda
Pública y ésta se devaluó pronto. También hubo bastante corrupción.
6. Otros cambios agrarios en el s. XIX
Aunque la transformación jurídica del régimen de propiedad de la tierra no estuvo acompañada de
una revolución técnica, se aprecia un aumento de la producción agraria gracias al incremento de la
superficie cultivada: entre 1800 y 1860 crece en un 60% debido al aumento de población.
 El principal cultivo es el cereal (80 % del suelo agrícola español en 1860): en la 1ª mitad del
XIX España era autosuficiente en la producción de trigo, aunque en la 2ª mitad hubo que
importar trigo, a razón de unas 300.000 Tm. anuales.
 El viñedo experimentó un gran desarrollo, pasando de 400.000 a 1.200.000 ha. El vino y sus
derivados se convirtieron en los principales productos de exportación, destacando los vinos de
Jerez. Este desarrollo fue espectacular en la década de 1870, debido a la epidemia de filoxera de
los viñedos franceses (1867) que multiplicaron por 10 las exportaciones de vino español. Pero en

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la década de 1880 la filoxera llega a España –se prolongará hasta 1920– y se arruinan los viñedos
de Málaga y de Cataluña, que hubieron de ser replantados.
 Desarrollo del olivar en dos centros básicos: Andalucía y el Sistema Ibérico.
 Desarrollo ganadero en Galicia que comienza a exportar cabezas de ganado a Gran Bretaña.
Distintos autores han considerado que la escasa transformación agraria de España, en buena parte
debida al modo en que se desarrolló el proceso de desamortización, fue responsable del retraso y
debilidad de la industrialización española del s. XIX.

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