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2. La Constitución de 1876.
(Monarquía y oligarquía):
a. Bipartidismo.
b. Turnismo.
c. Caciquismo.
crisis del 98; la guerra de Cuba y con Estados Unidos; el Tratado de París.
periférico.
7. Conclusión.
Introducción.
La Restauración abarca desde finales de 1874 hasta 1923. Se inició con el pronunciamiento del
en 2º lugar, el poder de los Moderados, vigente prácticamente desde 1845 hasta el Sexenio,
con excepción del período conocido como “Bienio Progresista” (1854-1856), aunque el sistema
político de la Restauración va a tener sus propias características. Por otra parte, suelen
cuando comienza el reinado de Alfonso XIII que arranca en 1902 y llega hasta 1931, con el
La liquidación de las Cortes republicanas por el general Pavía en los primeros días de 1874
traduce, manu militari, el rechazo de las clases dominantes hacia la I República. Tras el golpe
de Pavía, se inicia entonces la regencia del general Serrano hasta que el general Martínez
futuro Alfonso XII, tras la abdicación de Isabel II en 1870, se dirige a los españoles, asegurando
que está al servicio de su pueblo y que gobernará de forma liberal y con el apoyo de las Corte
(Manifiesto de Sandhurst, Academia Militar, Inglaterra. Cánovas, principal apoyo del rey,
ocupa el ministerio-regencia, hasta que Alfonso XII llega a la península, a principios de 1875.
La actuación del gobierno dirigido por Cánovas del Castillo se demuestra autoritaria tras
eliminar el matrimonio civil, hasta 1887 los trabajadores tuvieron prohibido asociarse y
Antiguo Régimen y el siglo XIX, es preciso recordar que la limpieza de sangre, esto es el
mecanismo por el que cual se excluía socialmente a los conversos, ya fueran de origen judío o
musulmán, se suprimió por una ley de 1865 por la que ya no era necesario demostrar la
limpieza de sangre cristiana católica para ingresar en determinadas carreras del Estado y para
contraer matrimonio.
Pero fue, sobre todo la suspensión de la libertad de cátedra (segundo conflicto universitario) lo
que dio lugar a “la segunda cuestión universitaria” con la negativa a aceptar el Decreto de la
supresión de libertad de cátedra, por parte de una gran parte del profesorado (Giner de los
Ríos, Salmerón, Azcarate, Montero Ríos, Figuerola, Moret…) la crisis de mayor consecuencia. A
este respecto, Castelar dijo: “Mientras no tenga ésta libertad, plena, entera, no volveré a
restringida a ellos, centrada en la misión educativa a escala nacional, con el objetivo preciso,
de formar los equipos, las élites, dirigentes del país. Preparar los hombres de dirección –y
también los expertos- para realizar la transformación de la sociedad española, que suponía,
en la coyuntura de fines del XIX y comienzos del XX, el acceso a los puestos decisorios del
Poder de una burguesía que aspiraba al poder por méritos propios. El triunfo de la
social. Dicho esto, los miembros de la ILE, los “institucionistas” son reformistas, pero no
revolucionarios.
2. La Constitución de 1876.
absoluta de los conservadores de Cánovas del Castillo. La razón era que los republicanos
estaban en el exilio y la mitad del electorado se abstuvo. Se entiende así que en enero de 1876
- Soberanía compartida, la potestad de hacer leyes reside “en las Cortes con el
de las leyes (art. 51), con el poder de nombrar y separar libremente a los ministros
(art. 54). El rey elige al Jefe del Gobierno y puede disolver las Cortes. La persona
importantes podían ser suspendidos por una decisión del gobierno. Entre 1876 y
- Cortes bicamerales.
3. El sistema de la Restauración.
Como prueba de que por entonces liberalismo y democracia no eran sinónimos, basta recordar
que se declaran ilegales todos los partidos que no acepten expresamente la monarquía hasta
1881. Y, asimismo, aunque se diga que era un régimen liberal, el de la Restauración fue, en
pacífico del Partido conservador y del Partido liberal en el poder. Cederán el poder cuando
pierda la confianza regia o parlamentaria. Tras la muerte de Alfonso XII (1885), la fórmula se
renovó con la firma del Pacto del Pardo (1885) por el que los dos principales partidos (liberal y
Dicho esto, decir caciquismo sin decir oligarquía es falsear el problema, son dos caras de una
se hace mediante la convocatoria a elecciones a Cortes y los electores eligen diputados entre
los diferentes partidos. En la práctica, los resultados electorales los “fabricaban” la élite
política de Madrid, de acuerdo con el gobernador civil de cada provincia. Hacían la lista de los
El cacique, aprovechándose de su poder, cambia voto por favores. Por ejemplo, si un pueblo se
necesitaba una carretera, o un puente…, y, sobre todo, empleos, el cacique, gracias a sus
caciques con fama de buenos y no sólo opresores que abusaban de sus influencias. Pero, en
definitiva, si el sistema se mantenía sólo era posible gracias a una estructura social que
mayoritariamente analfabeto (60 por 100 a final de siglo), y sometido a ellos para obtener un
trabajo y sobrevivir. En el caso de que el trato fallase siempre se podía recurrir tanto al
de una urna tras meterle fuego, impedir por diferentes vías votar; como “a la porra”, es decir,
a la violencia física.
5. La solución temporal del problema de Cuba. La pérdida de las últimas colonias y la crisis
De la importancia histórica del Desastre del 98, nos dice el historiador Santos Juliá, que junto
con la Guerra Civil y la Transición a la Democracia, son los tres acontecimientos más decisivos
de la formación del Estado español y de nuestra cultura política.
En el año 1898, España perdió sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) y los
españoles “que tuvieron la posibilidad y los medios de expresar sus convicciones aprovecharon
la humillante derrota para verter en un sinfín de periódicos, revistas, etc.;… su “dolor por la
patria moribunda”. Sin embargo, hubo tiempo también para hablar de futuro, apareciendo así
al año 1868, con el “grito de Yara” –Yara es un poblado-, lanzado por Manuel Céspedes,
“padre de la patria cubana”, con el propósito de establecer una república independiente. Fue
seguido por los otros líderes independentistas Máximo Gómez y Antonio Maceo. Diez años
duró esta guerra, llamada la “Guerra Larga”. En 1878, se firma la “Paz de Zanjón”. Más que de
una paz, debería hablarse de tregua, los problemas quedaron en suspenso hasta un nuevo
españolización.
Causas:
Martí.
después militar.
5.2. El desarrollo de la guerra Hispano-cubana. En 1895 se inició una nueva revuelta en Cuba
(Grito de Bayre). La guerra contra los españoles fue, también, una especie de guerra civil entre
cubanos y entre españoles pues Cuba se consideraba antes una provincia que una colonia,
puesto que entre estos también existían diversidad de opiniones respecto a la relación que
querían seguir manteniendo con España. Los independentistas ganaron la partida a los
El gobierno liberal de Sagasta intentó mediar, pero el nuevo gobierno de Cánovas –el
marzo de 1896 a Weyler a La Habana. Mientras, por parte cubana, las cosas iban a complicarse
con la llegada de Maceo a la zona Occidental de la isla, más práctico –y más autoritario- que
Martí, el gran líder de la revolución que, no obstante, murió en 1895. Poeta que predijo la
las entrañas”.
Occidente: la tierra del tabaco por antonomasia y más proclive a la negociación, inclinó a los
conservadores de Cánovas a redoblar los esfuerzos militares, optando por una inmisericorde
EE.UU. aprovecharon los hechos para desarrollar una campaña mediática de desprestigio
Se había extendido la idea de una guerra de liberación nacional, una guerra social dirigida
contra el dominio político español, pero también contraria a cualquier tipo de opresión.
Santa Águeda, cercano a San Sebastián, por un anarquista italiano que –según rumoresparecía
hallarse en connivencia con exiliados antillanos residentes en París. Lo cierto es que,
según el propio asesino, Miguel Angiolillo, lo hizo “en venganza por los tormentos aplicados a
hacia los anarquistas era por entonces brutal, verdadero terrorismo de Estado. Así, en 1891 se
terroristas de los anarquistas en Barcelona cuyos dos casos más sonados fueron las bombas
del 7 de noviembre de 1893 en el Liceo, en venganza por la ejecución de Pallás; y la bomba del
aislamiento del Imperio español para tratar de apoderarse de sus últimas colonias en la región.
Con el relevo (turnista), tras la muerte de Cánovas, llegaron al Gobierno los liberales, que se
estadounidenses. Sagasta destituyó a Weyler por el general Ramón Blanco. Las pérdidas
humanas y económicas eran considerables. Por ello, el nuevo Gobierno, buscando el camino
de la paz, concedió la autonomía a Cuba y a Puerto Rico. Autonomía que los revolucionarios
cubanos rechazaron de inmediato. Cuando el 15 de febrero de 1898 estalló por azar – como
se deduce de la forma del boquete abierto hacia el exterior (implosión) de los restos
guerra. El Senado norteamericano estaba a favor de la beligerancia y ejercer sobre Cuba una
tutela amplia: “América para los americanos” (Doctrina Monroe), que, en realidad, significa,
América para los norteamericanos. Se pensó con la intención de advertir a las potencias
un españolismo retórico, xenófobo y racista, que alimentó la guerra e impulsada por la prensa
y los políticos. Se ha dicho de la Guerra de Cuba que se trata de la primera guerra mediática de
la historia. Puede citarse, como ejemplo del tono encendido y pasional que entre la prensa
española cundió tras la explosión del Maine, lo que se decía en “El correo español”: “esta
las grandes conquistas y de las grandes revoluciones, la España de Lepanto y del Dos de Mayo.
En las mayores ciudades de la Península –lo mismo en Cuba o Puerto Rico- hubo motines y
almirante Montojo, mientras que la flota americana del almirante George Dewey, similar en
número a la española, pero mucho más poderosa y moderna, recibió la orden de destruir los
barcos de Montojo. La escuadra española contaba con seis buques de madera, algunos de ellos
con las calderas averiadas y solamente uno blindado, que no pudieron hacer otra cosa que
permanecer inmóviles, frente a los siete barcos americanos con casco de acero que se les
hundieron todos los barcos de Montojo. El desastre se completó con la rendición del arsenal y
la ciudad de Cavite.
5.3. En Santiago se salva el honor. Esto fue lo que hubo de pensar Cervera, que se enteró del
terrible final de la flota de Filipinas mientras navegaba hacia el Caribe. De hecho, pudo
alcanzar Santiago de Cuba –capital de la provincia de Oriente, donde más fuerte eran los
independentistas- sin tropezarse con los norteamericanos, que patrullaban el Atlántico. Sin
embargo, el 22 de junio los norteamericanos desembarcaron a 18.000 hombres en Daiquiri,
mientras las partidas cubanas hostilizaban a los españoles. El 3 de julio de 1898, Cervera,
obedeciendo, órdenes de Madrid, mandó a los buques españoles salir a mar abierto, en la
5.4. Fin de la guerra. Por el Tratado de París de 10 de diciembre 1898, terminó la Guerra
cedía a EE.UU., las Filipinas, Puerto Rico y la isla de Guam en el Pacífico a cambio de 20
millones de dólares. La derrota supuso el fin del imperio español y marcó el principio del
periférico.
En realidad, las consecuencias del Desastre fueron varias. En primer lugar, la demográfica.
contagiosas. En la mayoría de los casos se trató de familias pobres que no podían pagar las
2.000 pesetas que les excluían de las quintas, creándose un enorme malestar social.
Sin duda, la pérdida de las colonias supuso el final de unas relaciones mercantiles basadas en
la explotación de los privilegios que la metrópolis mantenía con las colonias, de forma que a
partir de ahora materias primas como el azúcar y el café deberían comprarse a precios
internacionales. Sin embargo, muchos son los autores que han matizado el carácter de las
consecuencias económicas de las pérdidas de las colonias. Estos afirman que si bien el gasto
medio plazo. En tanto en cuanto, el mercado colonial no era una pieza imprescindible de la
instituciones y sistema financiero, gracias, entre otras causas, al retorno de capitales de las
conflicto. El Desastre del 98, afectó a los partidos turnistas, tanto al Partido Conservador,
como al Partido Liberal que tuvo que afrontar la derrota final. En ambos partidos se
sustituyeron sus grandes líderes, Canóvas es asesinado en 1897, Sagasta muere en 1902,
Pero, sobre todo, se produjo una crisis de percepción, simbólica-cultural: En primer lugar, tras
el Tratado de París, el sol de España sale cada mañana por las costas levantinas y se pone cada
tarde por los encinares de Extremadura y las rías gallegas. Se acabó el Imperio donde no se
ponía el sol, ni más ni menos. En segundo lugar, se planteó el problema de España como
nación: ¿qué es España? Son muchos los autores que señalan que la reflexión de España como
proyecto nacional es la consecuencia de mayor trascendencia del desastre colonial. Entre los
Regeneracionistas con Costa “Oligarquía y caciquismo” y Silvela “España sin pulso” a la cabeza
y la llamada “Generación del 98”: Unamuno, Baroja, Maetzu… Autores, tanto unos como
otros, que plantean la necesidad de repensar España y regenerar sus problemas: su atraso
político y social, económico y cultural respecto a Europa, por medio de la limpieza electoral, la
5. Conclusión. En relación al sistema político armado por Cánovas, podemos concluir que, en
verdad, era un sistema corrupto y autoritario. Por más que hoy haya políticos que lo
reivindiquen, nada más lejos de la democracia que el sistema canovista. A pesar de lo cual se le
debe el final de la intromisión militar por la vía del pronunciamiento como forma de cambiar el
gobierno de turno.