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El dinero dará a ciertos hombres la posibilidad de volver a pensar sus promesas, de cambiar de
residencia, de buscar otro sitio de protección y justicia. Dará independencia, creará hombres sin
amo ni señor.
El capitalismo desorganiza a la sociedad tradicional, pero también los asemeja. Sólo se crean
diferencias entre unos que pueden tener más o menos dinero.
Después del S.XVI, la provisión de dinero en Europa se incrementó, de tal modo que el dinero
ya no era manipulado por los bancos, sino también por grupos de compañías comerciales. En
Inglaterra, se convirtió en un escalón importante hacia el poder.
Desde la última década del s.XVII, los comerciantes comenzaron a importar materias primas.
C/vez más campesinos comenzaron a satisfacer sus obligaciones feudales con dinero, y no ya
en especies ni en prestaciones personales. Además comenzaron a requerir la total liberación
de sus obligaciones por medio de grandes pagos a sus señores, que los dejarían en calidad de
"propietarios de las tierras". Al mismo tiempo, los señores feudales, comenzaron a pagar a los
trabajadores por el servicio en sus tierras.
El gran cambio lo hizo el capitalismo industrial de capital intensivo. A diferencia de las formas
anteriores, necesitaba condiciones especiales para su operación por el coste de la planta
industrial. Para pagarlo, necesitaban una oferta de trabajo estable y fiable y una oferta también
estable y fiable de materias primas y un mercado suficientemente amplio para consumir en
grandes cantidades.
Allí donde se dieron estas libertades, dichos movimientos fueron utilizados para sacar a la gente
de la tierra y llevarla a las fábricas. Donde no se dieron, se crearon las condiciones necesarias
para la eliminación de la servidumbre. Esto, convirtió al campesino en un trabajador pago, en
un hombre no atado a la tierra a la que antes pertenecía.
Al comienzo, los artesanos urbanos, intentaron competir contra la industria, pero fueron
destruidos, de apoco se fueron convirtiendo en trabajadores fabriles.
El nuevo sistema necesitaba mercados para vender libre de las restricciones feudales; las
ciudades suprimieron sus tributos y aduanas. Necesitaban también transportes para trasladar
los bienes. al mercado.
Estas prácticas tuvieron lugar toda vez que hubiera materia prima para explotar o ferrocarriles
para construir. La propiedad se expandió gradualmente en el interior y las tierras comunes se
dividieron.
A medida que la nueva clase se formaba y extendía sus actividades, sus miembros aumentaban
y su riqueza crecía, y sus ideas comenzaron a adoptar formas políticas concretas. El lenguaje de
sus reformas era casi siempre racionalistas. Lo que Locke sostenía apoyado en la razón, el
capital lo sostenía apoyado en el interés.
Así se comenzó a reformar las antiguas constituciones políticas. A lo largo del S.XIX, la
monarquía de derecho divino retrocedió para dar forma a nuevas formas pactadas o
constitucionales.
Existían aduanas internas; las pesas y medidas variaban según las regiones; algunos artículos,
como los cereales, debían consumirse en el lugar de producción; se aplicaban derechos de
aduna que en muchos casos anulaban el intercambio.
El privilegio y la jerarquía retrocedieron para dar paso a una jerarquía diferente basada en la
riqueza. Las Friendly Societies dieron paso a los sindicatos, a los bancos de ahorro y
los almacenes cooperativos.
El auge de una clase burguesa nacida siglos atrás, que había alcanzado un gran poder en el
terreno económico y que ahora empezaba a propugnar el político. Su riqueza y su cultura la
había elevado al primer puesto en la sociedad, posición que estaba en contradicción con la
existencia de los estamentos privilegiados, nobleza y clero;
Había un ataque a los privilegios heredados del pasado. El ataque al A. Régimen, contó con el
apoyo de una fuente inesperada: los fisiócratas y los técnicos agrícolas progresistas, que se
dirigieron al bienestar material de la población.
De acuerdo con los fisiócratas, la riqueza que sostenía la producción artesanal y promovía
el comercio era la agricultura. Así, exigían medios más racionales de producción agrícola y
solicitaban que la burocracia cortesano/estatal la fomentara.
Incluyendo las recomendaciones de los agrícolas renovadores, había que abolir todas las
costumbres feudales previas, lo que eliminaba a la aristocracia como casta, haciéndolos simples
poseedores de tierras rurales. La revolución agrícola, se alió al ataque contra el privilegio.
En 1776 se publicó la epopeya racionalista, que habría que unificar la ciudad y el campo en una
única estructura homogénea de pensamiento, una y otra, obedecían a las mismas leyes
naturales y requerían las mismas estructuras.
A partir de aquí a este grupo de pensamiento se lo llamó de economía política. Así, la vida
económica de un país se autorregula. Tiene sus leyes, que son las leyes de la oferta y
la demanda, cuyo precio está determinado por la interacción de ambos factores. Interferirlas,
paralizaría el funcionamiento natural de la mano invisible. Lo que querían los economistas
políticos, era la máxima libertad, tanto en el establecimiento de los precios, y el fin de las tarifas
protectoras, aduaneras y aranceles que impidieran ese movimiento.
El principal objetivo de los ataques de estos escritos, era la política mercantilista que habían
adoptado los déspotas ilustrados, es decir la interferencia del Estado en el funcionamiento de
la economía y legislación arancelaria.
En síntesis, las ideas racionales, querían eliminar las viejas instituciones, no reformarlas.
Las leyes naturales son autosuficientes, y cada vez se necesitarían estructuras más simples y
en menor cantidad.
Luis XVI, quién contaba con apenas 20 años de edad carecía de condiciones como gobernante
pues su carácter era débil, su inteligencia era mediana y se dejó influenciar por su esposa María
Antonieta de Austria.
Dada la grave crisis financiera el rey se vio obligado a llamar al gobierno a dos personajes de
reconocida honestidad:
- R. Jaques Turgot, un hombre de ideas liberales que instituyo una política rigurosa en lo
referente a los gastos del estado, y
Turgot, ministro de hacienda, resumió su plan en esta frase: "Ni banca rota, ni empréstito, ni
aumento de impuestos".
- Malesherves.
Malesherves intentó garantizar los derechos de los ciudadanos, pero también se vio forzado
a renunciar. Entonces el antiguo régimen se restableció con todo su vigor.
Para aplacar los ánimos, Luis XVI designó como sucesor de Turgot a Nécker, un banquero
ginebrino de sólida fortuna personal y gran reputación como financista.
Como los privilegiados no deseaban una reforma de fondo provocaron la caída de Nécker en
1781.
La regresión económica y las crisis agrícolas cíclicas (la que estalló en 1788 fue la más violenta
de todo el siglo XVIII), agravados por las malas cosechas en los años que precedieron a la
Revolución;
La quiebra financiera provocada por los vicios del sistema fiscal, la mala percepción y la
desigualdad de los impuestos, los gastos de la Corte, los costes de las guerras, y por los graves
problemas hacendísticos causados por el apoyo militar a la guerra de Independencia de los
Estados Unidos. Esta intervención militar se convertiría en arma de doble filo, pues, pese a
ganar Francia la guerra contra Gran Bretaña y resarcirse así de la anterior derrota en la guerra
de los Siete Años, la hacienda quedó en bancarrota y con una importante deuda externa. Los
problemas fiscales de la monarquía, junto al ejemplo de democracia del nuevo Estado
emancipado precipitaron los acontecimientos.
Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del Estado fue exacerbada por un
sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos
privilegiados, nobleza y clero no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de la
sociedad. Hubo un aumento de los gastos del Estado simultáneo a un descenso de la
producción agraria de terratenientes y campesinos, lo que produjo una grave escasez de
alimentos en los meses precedentes a la Revolución.