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PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN Y CAMBIOS AGRARIOS

1. LOS PRINCIPIOS ECONÓMICOS-SOCIALES DEL LIBERALISMO


Los individuos tienen el derecho de la existencia feliz y la certeza de la mejor existencia futura
posible. Para ello hay que tener propiedad de bienes. Con esto, la propiedad queda incorporada
al derecho de la existencia feliz. La propiedad da sentido al interés de cada uno por el trabajo y
es el sustento de la riqueza de las naciones.
Los individuos deben tener libertad y una igualdad de oportunidades. La libertad de actuación es
necesaria para lograr la máxima felicidad y acumular la máxima propiedad posible.
La labor del Estado tiene que ser doble: garantizar la inviolabilidad de tal derecho y
proporcionar la libertad para poder ejercerlo e intervenir lo menos posible en limitarlo.
Sin propiedad, cualquier declaración a favor de la libertad sobraba, y la propiedad se
desarrollaba con el ejercicio de las libertades.
2. LA DESAMORTIZACIÓN
Los diputados de las Cortes de Cádiz iniciaron la labor de convertir en libre la propiedad
inmueble del Antiguo Régimen. La primera tarea fue desvincular los bienes de la nobleza y
desamortizar los bienes eclesiásticos y municipales. Con esto se quería sacar al mercado libre
bienes que el Antiguo Régimen había dejado al margen. La desvinculación se trataba de
proporcionar las condiciones necesarias para que aumentara el número de propietarios
particulares y la riqueza nacional. Esto supuso una doble decisión:

 La abolición de los señoríos. Esto significa acabar con los dominios que los señoríos
tenían y convertir en propiedad particular y libres sus tierras.
 Supresión de los mayorazgos.
El mayorazgo había sido la fórmula por la que las casas nobiliarias en los siglos anteriores
habían podido mantener gran parte de sus propiedades.
La desamortización fue la medida práctica de mayor transcendencia tomada por los Gobiernos
liberales. Se desarrolló en el siglo XIX.
El hecho de desamortizar los bienes suponía:

 La incautación por parte del Estado de estos bienes, por lo que dejaban de ser manos
muertas (dejaban de estar fuera del mercado).
 Su puesta en venta mediante subasta pública.
2.1.LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL (1835-36)
Desde el punto de vista social, el gobierno de Mendizábal afectó a la propiedad de la tierra.
Durante el Antiguo Régimen, estaba en manos de la Iglesia, de la nobleza, del Estado o los
municipios.
El proceso de pasar las tierras de ellos a otros propietarios dispuestos a obtener la mejor
explotación económica en beneficio propio se denominó desamortización. Esto constituye un
elemento esencial para comprender el tránsito hacia el liberalismo.
2.2 CRONOLOGÍA Y MECANISMO DEL PROCESO
La desamortización debe ser entendida como un proceso histórico desde el reinado de Carlos IV
hasta la segunda mitad del siglo XIX. Fue importante la etapa de Mendizábal porque a partir de
este momento la desamortización fue irreversible y se fue extendiendo a otros terrenos.
La desamortización tuvo una enorme complejidad que se explica porque en toda
desamortización hay un paso previo: nacionalización de los bienes de las manos muertas en
unas determinadas condiciones, para luego ponerlos en disposición de propietarios privados.
La guerra en la época de Carlos IV fue el motor principal. En la etapa de Mendizábal se optó
por la desamortización de los bienes del clero. La razón estaba en el hecho de que el coste
político de la medida se considera a menor.
2.3. PARTICULARIDADES DE LA DESAMORTIZACIÓN
La desamortización eclesiástica se plasmó en:

 Supresión de las órdenes religiosas.


 Determinar el sistema de venta de los bienes nacionalizados.
La venta de los bienes desamortizados se haría en pública subasta. Todos los adjudicatarios
deberían pagar una parte de la cantidad que les correspondía en efectivo.
La mayor parte de la desamortización religiosa se produjo en un período posterior a las
disposiciones adoptadas por Mendizábal. El volumen de ventas puede haber sido de unos 3500 a
4000 millones de reales hasta mediados de los años cincuenta. El total de la transferencia de la
propiedad fue muy grande. La transferencia de propiedad producida durante la desamortización
fue superior a la que tuvo lugar durante la Segunda República.
2.4. CONSECUENCIAS DE LA DESAMORTIZACIÓN
Gran parte de las compras fueron realizadas por la burguesía de los negocios madrileña. Otro
sector social que desempeñó un papel importante fue la burguesía agraria. También participaron
los funcionarios civiles o militares de escasa fortuna.

 IMPACTO SOCIAL
La desamortización no fue una reforma agraria, por lo que benefició más al liberalismo
moderado que al progresista. En la práctica no aumentó el latifundio ni el minifundio. Puede
que se incrementara el número de latifundistas.
Produjo un gran número de asalariados campesinos (jornaleros). La libre utilización de la
propiedad privada pudo endurecer la situación de los campesinos sin tierra.
Desde octubre de 1836 se produjo una ruptura entre el Estado y la Iglesia. El liberalismo
español adquirió un tono anticlerical

 ASPECTOS ECONÓMICOS
Los liberales pensaban que sólo una propiedad haría posible el incremento de la producción. Es
posible que se incrementara el área de explotación.
En las ciudades, los grandes edificios se convirtieron en cuarteles o edificios públicos. La
desaparición de estas instituciones supuso la dispersión del patrimonio mueble.
La desamortización supuso el definitivo triunfo de la propiedad liberal y capitalista.

 REPERCUSIÓN DE LA DESAMORTIZACIÓN EN LA HACIENDA PÚBLICA


Los beneficios obtenidos fueron menores en comparación con lo que se esperaba. Esto es
debido a que se utilizó para las compras el papel depreciado de la Deuda Pública. Esta aumentó.
Una cuestión ha sido si la desamortización supuso un desvío hacia el mundo agrario de capitales
que podían haber sido empleados en la industrialización.
2.5. LA LEY DESAMORTIZADORA DE PASCUAL MADOZ DE 1855
Afectó a los bienes municipales, del clero, instrucción pública, beneficencia y de la Corona.
Estuvo vigente hasta 1924 con tres fases: 1855-1856, 1858-1897 y 1896-1924.
La primera fase terminó de desamortizar los bienes de origen eclesiástico y afectó a los
municipales. Desde septiembre de 1856 se produjo un parón en la subasta de los bienes del clero
hasta que se llegó a un acuerdo con la Iglesia.
La extensión de las tierras que cambiaron de propietario se cifra en millones de hectáreas, la
fincas en cientos de miles y los beneficiarios en decenas de miles. Esta desamortización fue la
que permitió distribuir más las propiedades, que fueron adquiridas en mayor proporción.
De las múltiples consecuencias, los políticos no querían todos los mismos, pero coinciden en el
deseo de obtener unos ingresos para disminuir la deuda pública (aceptando los títulos como
forma de pago o dedicando parte del dinero metálico para comprar títulos del mercado). Parte
del dinero metálico se dedicó a sufragar los gastos extraordinarios. Los ayuntamientos se
quedaron con parte de los ingresos para acometer obras públicas esenciales. La Hacienda
nacional aumentó los ingresos fiscales ordinarios a través de la carga impositiva de los bienes
desamortizados.
Al sur del Tajo y Segura la desamortización mantendrá la concentración de la propiedad dando
lugar a un nuevo latifundismo. Esto, cuando no hay un desarrollo industrial simultáneo, produce
un estancamiento.
En la zona septentrional, tierras en donde predominaba explotaciones medias y pequeñas, la
desamortización potencia este tipo de estructura. Muchas de las explotaciones de labradores van
a ser explotaciones basadas en la propiedad de las tierras.
Buena parte de las mejoras técnicas van a tener lugar en el siglo XX.

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