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6.

Evaluación e intervención en Psicología del Deporte


(Apartado realizado por la experta en Psicología del deporte Neus Ramos)

6.1. Factores que pueden interferir en el rendimiento deportivo

Desde una perspectiva holística e integral existe una gran cantidad de situaciones que
puede producir una percepción del entorno desagradable y, consecuentemente, pueden
interferir en su rendimiento. A lo largo de su vida el deportista vive diferentes
experiencias que lo encaminan a cambiar la forma en la que percibe la práctica deportiva.
A partir de ellas, su forma de afrontar las adversidades cambia y, por diferentes razones,
puede afectar a su rendimiento. Algo que te puede ayudar a comprender el motivo por el
que los deportistas presentan malestar y problemas de rendimiento es considerar los
diferentes factores que pueden estar interfiriendo.

Para ello, tienes que tener en cuenta algunos factores estresantes que pueden están
implicados. Entre ellos, los que más te vas a encontrar en tu desempeño profesional en
psicología del deporte son:

1.- Lesiones
2.- Expectativas muy altas de rendimiento deportivo
3.- Interferencia con el rendimiento académico del deportista.
4.- Problemas familiares
5.- Problemas sociales
6.- Comparación con otros atletas o con otros miembros del equipo.
7.- Problemas de pareja derivados de las exigencias del deporte.

Asimismo, las habilidades que tienen y las herramientas que utilizan a la hora de afrontar
cualquier situación son la clave para conseguir una gestión más saludable y efectiva para
conseguir un buen rendimiento y, sobre todo, evitar el malestar emocional.
Por esa razón, es importante considerar qué competencias tienen y, al mismo tiempo,
cuáles podrían adquirir para mejorar su aprendizaje y adaptación al medio (Ramos,
2021).
Las competencias que facilitan el funcionamiento de la vida de los deportistas
Hemos mencionado más arriba el estrés en los atletas. La otra cara de la moneda es la
capacidad que tiene el atleta, os recursos con los que cuenta, o que puede desarrollar. En
este sentido, en el manual de Wylleman et al. (2017) se recogen una lista de competencias
que puedes tener en cuenta para evaluar a un deportista. En tu evaluación puedes
observar cada uno de estos elementos:

● Propios de la gestión:
▪ Autodisciplina del deportista para conciliar la exigencia
▪ Capacidad para utilizar el tiempo de forma efectiva
▪ Capacidad de priorizar lo que es necesario hacer
▪ Dedicación para tener éxito
▪ Disposición para hacer sacrificios y tomar decisiones
▪ Capacidad para tomar sus propias decisiones
▪ Capacidad para crear rutinas individuales
▪ Comprensión de lo que es necesario para tener éxito

● Propios de la planificación:
▪ Capacidad para planificar los diferentes elementos importantes en
su vida.
▪ Estar preparado para imprevistos y tenetr planes alternativos
▪ Visión de lo que se quiere conseguir
▪ Tener curiosidad
▪ Capacidad para ser flexible y cambiar planes si es necesario

● Propios de la conciencia emocional:


▪ Asertividad
▪ Capacidad para afrontar las situaciones estresantes
▪ Confianza en su capacidad para superar desafíos
▪ Habilidad para regular sus emociones ante diversas situaciones
▪ Capacidad de utilizar las adversidades como estímulo positivo
▪ Capacidad para centrarse en el aquí y ahora sin distraerse
▪ Ser paciente con los resultados
● Propios de la inteligencia social y adaptabilidad:
▪ Capacidad para escuchar y aprender de los demás y de las
experiencias
▪ Pedir consejo a las personas adecuadas en el momento oportuno
▪ Capacidad para colaborar con el equipo (compañeros y cuerpo
técnico)
▪ Capacidad para hacer contactos sociales con otros compañeros
▪ Capacidad para mantener relaciones con otras personas
importantes para él
▪ Comprender la importancia del descanso y la recuperación
▪ Capacidad para resolver conflictos

A partir de tener en cuenta las experiencias que haya vivido la persona deportista, el
entorno que le rodea, su personalidad y las competencias o habilidades que tiene para
hacer frente a las demandas que le devienen, es importante considerar las creencias que
tiene. Las creencias de los deportistas suelen ser la base para hacer una buena gestión de
los diferentes requerimientos que se les presentan en los diferentes momentos de la
práctica deportiva (Jordana, 2021). Por esa razón, es importante que evalúes la forma en
la que perciben las diferentes situaciones y acciones que les van sucediendo.

La visión de las personas deportistas: las creencias

Desde la visión de una persona deportista, las situaciones son construidas a partir de las
creencias que tiene. Para que comprendas mejor a lo que me refiero, las creencias pueden
ser consideradas como estructuras complejas que representan los propios conceptos
construidos y las propias respuestas conductuales de una forma subjetiva.
En la práctica se ha visto que el saber afrontar una circunstancia tiene que ver más en
cómo la percibe el deportista, con su forma de pensar, sentir y comportarse, que con la
situación en sí (Jordana et al., 2022). Si te centras en estas palabras, podrás entender la
importancia que tiene el hecho de ayudar al deportista a que aprenda a hacer un buen uso
de sus creencias con la finalidad de que consiga respuestas constructivas y adaptativas
para poder combatir las diferentes situaciones que se presenten en su vida diaria.
Las cogniciones, emociones y las conductas son esenciales en el desarrollo y
mantenimiento de la salud mental. Por esa razón, es de gran ayuda empezar a observar
no solo el comportamiento que tiene el deportista, sino también evaluar qué creencias
irracionales generan esos efectos emocionales, cognitivos y conductuales que no ayudan
a su rendimiento y empobrecen su bienestar emocional. A partir de esto, puedes suponer
que cambiando las creencias de los deportistas se pueden minimizar sus desequilibrios
emocionales (Turner, 2019).
Por lo general, tienes que empezar valorando que cuando un deportista tiene una
competición, suele generar ciertas expectativas que conllevan altas exigencias. Esto
despliega un incremento en la presión y en la demanda de la misma competición.
Ese aumento de presión puede producir disfuncionalidad a la hora de llevar a cabo las
funciones como deportista. Por ejemplo, el querer anticipar y controlar situaciones que
no están bajo su control, provocando así un incremento de riesgo en perjudicar su salud
mental.
Si les ayudas a gestionar la percepción del entorno de una manera favorable:
● Conseguirás que progresen
● Mantendrás su equilibrio emocional
● Fomentarás su resiliencia, que es la capacidad de superar las adversidades
e incluso volverse más fuertes ante las dificultades.
● Ayudarás a que acepten las circunstancias tal y como son.
A través de un trabajo basado en las creencias, seguramente, ayudarás a que cambien el
foco atencional ante las emociones desagradables que puedan estar presenciando y
promoverás en ellos un cambio a largo plazo en sus creencias.

De manera habitual, nos interesa saber que los deportistas pueden tener creencias sobre
estos 3 elementos que siguen (Ellis, 1957):
● Uno mismo: Por ejemplo: “no soy lo suficientemente bueno”
● Sobre los otros. Por ejemplo: “el resto son mejores que yo”
● Sobre el mundo en general. Por ejemplo: “Van todos contra mí”.

No siempre es fácil observar las creencias de un deportista. El mayor obstáculo que


puedes encontrar a la hora de querer identificar estas creencias de los deportistas es que
estas representaciones no siempre son accesibles y que, sobre todo, se almacenan en el
sistema de memoria implícito y no tanto en el explícito.
En ese punto, puedes entender las creencias de los deportistas como factores psicológicos
que forman parte de esas cogniciones que podemos catalogar como “profundas” y que son
encasilladas en nuestra mente como esquemas a los que es difícil acceder
conscientemente.
Algo que también podría interesarte para poder comprender mejor cómo funcionan esas
creencias es que, aunque no tienen relación con la inteligencia de la persona, sí que tiene
que ver con la personalidad (Wood, 2017). Por eso, entre otras cosas, es relevante que
tengas en cuenta la personalidad del deportista a la hora de valorar sus creencias.
De acuerdo con lo anterior, un modelo que puede ayudarte es el Modelo de Kolb. Este te
puede dar una idea de cómo enseñarle al deportista a aprender ciertas herramientas que
le puedan ir bien a partir de tener en cuenta su manera de afrontar el mundo (fuente de
la imagen del modelo de Kolb extraída por Carlos Vergara a través de
https://www.actualidadenpsicologia.com/):
Características de la Características de la Características de la Características de la
persona convergente persona divergente persona asimiladora persona acomodadora
Pragmático Sociable Poco sociable Sociable
Racional Sintetiza bien Sintetiza bien Organizado
Analítico Genera ideas Genera modelos Acepta retos
Organizado Soñador Reflexivo Impulsivo

Buen discriminador Valora la comprensión Pensador abstracto Busca objetivos

Orientado a la tarea Orientado a las personas Orientado a la reflexión Orientado a la acción

Dependiente de los
Disfruta aspectos técnicos Espontáneo Disfruta la teoría
demás
Gusta de la Disfruta el
Disfruta hacer teoría Poca habilidad analítica
experimentación descubrimiento
Es poco empático Empático Poco empático Empático
Hermético Abierto Hermético Abierto
Poco imaginativo Muy imaginativo Disfruta el diseño Asistemático
Buen líder Emocional Planificador Espontáneo
Insensible Flexible Poco sensible Flexible
Deductivo Intuitivo Investigador Comprometido

El modelo de Kolb crea una visión que se ha utilizado como base para la creación de
algunos otros modelos (Agudelo et al., 2010). A partir del modelo de Kolb puedes
identificar dos dimensiones principales del aprendizaje:
1. La percepción
2. El procesamiento

En ese sentido, puedes considerar la adquisición del aprendizaje como resultado de la


forma en la que las personas perciben y, a continuación, procesan lo que han percibido.
El motivo por el que debes considerar la personalidad de los deportistas y, con ello, todo
lo anterior, es según como se comporte el deportista y haya experimentado sus
acontecimientos psicológicos, tendrá almacenados unos aprendizajes a lo largo de su vida
u otros. A partir de esos aprendizajes y formas de percibir el mundo, afrontará sus
demandas deportivas y formará su realidad psicológica.
Por eso, la función que puedes emplear como psicólogo es identificar, explicar y planificar
con la persona deportista todas las variables y aspectos que puedan estar interfiriéndole
en cada situación dentro y fuera del contexto deportivo.
A partir de tener en cuenta todas esas variables, podrás ayudar a la persona deportista a
crear y escoger las herramientas más efectivas para poder prever las adversidades a las
que se va a enfrentar. De este modo, a la hora de afrontar cualquier circunstancia, el
deportista podrá planificar las conductas más adecuadas a partir de los esquemas,
creencias o reglas aprendidas de manera previa contigo.

Los tipos de creencias de los deportistas

a) Creencias generadas a partir del aprendizaje y de esquemas mentales

En este momento es cuando debes comprender que el deportista se desenvuelve a través


de los esquemas que conserva, las interpretaciones que hace de las situaciones y de lo que
percibe en cada acontecimiento vital en base a sus creencias. En consecuencia, la visión
de los deportistas se distorsiona en las diferentes situaciones que viven.
Según el modelo de la Terapia Racional Emotivo Conductual (TREC; Ellis, 1957; Turner,
2019) en el contexto deportivo puedes encontrar dos tipos de creencias:

1. Creencias irracionales: se ponen de manifiesto cuando uno se enfrenta a la


adversidad, es decir, al fracaso, al rechazo o a las dificultades. Además, para identificarlas,
percibirás que son rígidas, extremas ineficaces e inconsistentes con la realidad. Las
personas deportistas que presentan este tipo de creencias verás que presentan:
1. Emociones desagradables no saludables, por ejemplo, ansiedad o depresión.
2. Conductas desadaptativas, por ejemplo, evitación o conductas
desproporcionadas y disruptivas.
Como consecuencia negativa, dificultan el logro de sus objetivos deportivos.

2. Creencias racionales: se relacionan con consecuencias emocionales y conductuales


funcionales y adaptativas. En este caso, verás que los deportistas pueden presentar estas
creencias con la coexistencia de emociones negativas saludables (e.g., tristeza) de manera
mesurada. Además, se caracterizan por ser flexibles, no extremas, eficientes y
consistentes con la realidad.
Las personas deportistas que presentan este tipo de creencias verás que presentan:
1. Emociones que ayudan a que funcione bien en cada situación.
2. Conductas adaptativas, es decir, proporcionadas al problema real.
Como consecuencia positiva, facilitarán el logro de sus objetivos.

Dado que la TREC considera a la persona desde una perspectiva holística, es importante
que infieras que el rendimiento del deportista no solo depende de la persona en sí misma,
sino también de su entorno deportivo. Por ese motivo, antes que todo, es importante que
consideres:
● Los sucesos vitales (situaciones estresantes que le hagan podido generar un
impacto emocional)
● Los problemas diarios clasificados en diferentes áreas (e.g., deportiva,
académica, laboral, económica, social, familiar)
● Lesiones anteriores (que le puedan hacer experimentar miedo tras pensar
la posibilidad de que puedan volver a ocurrirle)
Tipos de creencias
Seguidamente, para que puedas identificar de una manera más esquemática las creencias
irracionales y las racionales, debes saber que están compuestas de una creencia primaria
y de tres secundarias:

Tipos de creencias CREENCIAS IRRACIONALES CREENCIAS RACIONALES

Creencia primaria Exigencias rígidas Preferencia

Catastrofismo Anti-catastrofismo

Creencias secundarias Baja tolerancia a la frustración Tolerancia a la frustración

Depreciación de uno mismo, de Aceptación de uno mismo, de


otros o de la vida en general otros o de la vida en general

Si realizas una intervención psicológica con TREC en un contexto deportivo, podrás


facilitarle al deportista a que aprenda a identificar si la manera en la qué piensa sobre la
adversidad le ayuda o, por lo contrario, dificulta su afrontamiento (Jordana et al., 2022).
Es decir, esto facilitará que perciba si la forma en la que gestiona sus reacciones
emocionales y conductuales es adaptativa o desadaptativa.

Seguidamente, aquí tienes una ejemplificación de la forma en la que suelen comenzar cada
una de ellas (Turner, 2019; Ramos, 2022):
§ Exigencias rígidas: debo de, tengo que... Perspectiva rígida y generalista.
§ Preferencia: me gustaría, estaría bien, preferiría... Realza el anhelo y la ilusión en lugar
de las exigencias.
§ Catastrofismo: es lo peor que me puede ocurrir, sería como fracasar por completo.
Evaluación sobrevalorada y desproporcionada de manera negativa.
§ Anti-catastrofismo: puedo soportar los fracasos. Evaluación realista de los sucesos
desagradables.
§ Baja tolerancia a la frustración: no puedo soportar, no podría tolerar... Incapacidad de
tolerar el malestar y lucha contra la realidad.
§ Tolerancia a la frustración: sería duro y complicado, pero sería soportable el malestar.
Aceptación y seguimiento ante cualquier malestar percibido.
§ Depreciación de uno mismo, de otros o de la vida en general: si no pasa X, querrá decir
que soy un desastre. Crítica excesiva y generalización.
§ Aceptación de uno mismo, de otros o de la vida en general: cometer un error no
significa ser un fracasado. Evaluación por matices y no de manera global.
§ Como puedes percibir, en la mayoría de los casos, los deportistas presentan dos continuos
separados de creencias, emociones y comportamientos.

AUTODESTRUCCIÓN AUTOAYUDA TODOS SUELEN


(CREENICIA (CREENCIA EXPERIMENTAR
IRRACIONAL) RACIONAL) AMBAS

Tienes que saber que, como el resto de las personas, todos los deportistas pueden
experimentar ambos continuos. Por esa razón, tienes que realizar una valoración respecto
a:
a) Hasta qué punto el experimentar unas creencias más que otras le ayuda
b) Hasta qué punto el experimentar unas creencias más que otras le interfiere
Tanto en su rendimiento, como en su salud mental.

Lo que te quiero decir con esto es que a cada deportista les influye de una manera distinta
determinar el hecho de utilizar más unas creencias que otras. Por ejemplo, por un lado,
encontrarás a deportistas que la autoexigencia les permitirá que rindan más porque
sabrán gestionarla con la ayuda de un diálogo interno favorable y racional; mientras que,
por otro lado, encontrarás a otros deportistas que experimentarán la autoexigencia como
un círculo vicioso en su cabeza, que les llenará de pensamientos irracionales y que les
impedirá concentrarse en la práctica deportiva.

La evaluación de las creencias


La evaluación que tienes que llevar a cabo para valorar si las creencias que tiene le
interfieren a la hora de llevar a cabo la práctica deportiva la puedes realizar a partir de
tener en cuenta la personalidad de la persona deportista y los recursos de afrontamiento
que utiliza para valorar si le interfieren y le generan mayor malestar.
● Para tener en cuenta la personalidad de la persona deportista es importante que
consideres su:
▪ Resiliencia psicológica
▪ Locus de control
▪ Sentido de coherencia
▪ Ansiedad competitiva
▪ Motivación de logro
▪ Búsqueda y tolerancia de sensaciones

● Para tener en cuenta los recursos de afrontamiento que utiliza y para conocer si, al
utilizarlos, le interfieren más o regulan su malestar, puedes considerar:
▪ Conductas que realiza a la hora de afrontar las diferentes situaciones
▪ Sistema social de apoyo
▪ Habilidades mentales y gestión del estrés
▪ Medicación propia o prescrita
▪ Entrenamiento invisible: sueño, hidratación, alimentación,
preventivos (movilidad, estiramientos), etc.
6.2. Variables relevantes para trabajar en un entorno deportivo

Tu función como psicólogo junto con cualquier persona deportista es escoger ante qué
objetivo quiere trabajar (Weinberg y Gould, 2010). Una vez establecido ese objetivo, tras
una larga exploración y con un trabajo de autoconocimiento por parte del propio
deportista, tendréis que identificar las creencias irracionales que están afectando a ese
objetivo y de qué forma lo están haciendo (Jordana, 2021). A continuación, tendréis que
discutirlas y reemplazarlas por creencias racionales, con independencia de la variable
elegida (e.g., ansiedad, evitación, exigencias, desconcentración).

Los objetivos
Para comenzar con la concreción de los objetivos es importante que realices junto con el
deportista un filtro para ver si realmente se trata de un objetivo coherente o no. Para ello,
puedes hacerle las siguientes preguntas al deportista (Teoría de los objetivos basada en
el manual de Weinberg y Gould (2010)):
● ¿Depende de ti?
● ¿Te motiva?
● ¿Es observable?
● ¿Se puede medir?
● ¿Se entiende?
● ¿Es definible en el tiempo?

A continuación, puedes continuar preguntándole dónde se encuentra ahora respecto al


objetivo escogido:
● ¿Qué experiencia tienes con este objetivo u otros similares?
● ¿Qué has hecho?
● ¿Cuáles han sido los resultados?
Seguidamente, es importante que identifique qué opciones tiene:
● Sobre el posible objetivo de mejora, debe hacer una tormenta de ideas sobre
las posibles acciones que puede tomar (mínimo 4 opciones).
● Debe seleccionar una o varias de las acciones.
● Ha de armar un plan de acción básico con la opción seleccionada.

A la hora de realizar el plan de acción tienes que acordar con la persona “¿Qué se
compromete a hacer”? Para esto, te puedes basar en el modelo de Grow (G: goal, R: reality,
O: options, W: will). Que se basa en realizar el plan de acción mediante las siguientes
preguntas (Díaz, 2018):
• ¿Qué?
• ¿Cuándo?
• ¿Dónde?
• ¿Con quién?
• ¿Cómo sabré que lo estoy logrando?
• ¿Qué haré si veo que no lo estoy consiguiendo?
• ¿Cómo sabré que lo he logrado?

Cuando ya hayas recogido todo esto, puedes hacer junto con el deportista dos listas en las
que recojas el locus de control. Esto ayudará a percibir bien qué está en sus manos para
poder llevar a cabo el plan de acción. A continuación, te adjunto un ejemplo para que
puedas comprender más en profundidad a qué nos estamos refierendo:

EJERZO CONTROL SOBRE ELLO NO EJERZO CONTROL SOBRE ELLO

▪ Entrenamiento invisible
● Dormir, beber, comer ▪ Plazas de oposiciones
● Hábitos saludables ▪ Dificultad de la competición
● Vida ordenada ▪ Gente que se presenta
▪ Opinión de la gente de tu entorno
▪ Entrenamiento (entrenador, familiares, etc.)
● Establecimiento de objetivos ▪ Ser titular
▪ Condiciones meteorológicas
▪ Competición ▪ Equipo e instalaciones donde
● Exámenes juego
● Funciones propias en partidos

Los motivos por los que verás que funciona el establecimiento de objetivos son porque:
• Dirigen la atención a aspectos importantes de la tarea.
• Movilizan los esfuerzos.
• Prolongan la perseverancia.
• Favorecen estrategias de aprendizaje.
En general, algunas claves que también pueden ayudar a la consecución de objetivos son
las siguientes. Tenlas todas en cuentas junto con el deportista o el equipo deportivo con
el que estés trabajando:
§ Que estén por escrito
§ Que sean públicos (es decir que tú los conozcas y no sea algo que lleve el deportista en
secreto)
§ Que se asuman como propios (es decir, que no sean impuestos por ti. Que la persona
deportista los sienta como suyos)
§ Que participen en el establecimiento de los mismos (En la línea de lo anterior, deben ser
auto-impuestos, y no impuestos por ti o por un entrenador)
§ Que se puedan medir (ojo, esto es muy importante. Tienen que ser susceptibles de
medición.
§ Que sepan cómo conseguirlos, y por lo tanto que sean susceptibles de entrar en un plan de
trabajo.
§ Que el objetivo en sí sea motivante: valor instrumental. El deportista tiene que querer
alcanzar ese objetivo porque le motiva.
§ Poner plazos: corto/medio/largo.
§ Feedback sobre el camino.
§ Que sea un desafío. Los objetivos tremendamente simples de conseguir no son realmente
objetivos. Mejor si entraman cierto nivel de dificultad.
§ Los objetivos se pueden ajustar y reconsiderar si es necesario

Otra estrategia que hay para identificar si un objetivo es apropiado es siguiendo la palabra
SMARTS:

S. Específicos M. Medibles A. Orientados a R. Realistas T. Definidos en S. Elegidos Solo


la Acción el Tiempo por uno mismo

Pero ¿por qué crees que a veces fracasan algunos objetivos?


● En muchas ocasiones es porque los objetivos son poco específicos.
● Hay veces en las que se formulan muchos pero que muchos objetivos en
poco tiempo
● También es de relevancia el fracaso en la adaptación cuando no se cumplen
● Y el fracaso en el establecimiento de objetivos de rendimiento.
● Así como la falta del proceso de seguimiento y evaluación.
La identificación de variables relevantes para el rendimiento, extraído del manual
de Weinberg y Gould (2010):

Otros aspectos para tener en cuenta para llevar a cabo la intervención con la persona
deportista son:
● Su grado de ansiedad estado y rasgo
● Su grado de vulnerabilidad al estrés y gestión del mismo
● Su grado de activación y las técnicas de gestión que puede emplear para
afrontar el exceso o la falta de esta
● Su grado de, lo que en general llamamos como, autoconfianza

Dado que es relevante que consideres y evalúes los aspectos mencionados anteriormente,
te recomendamos que también consideres la diferencia que hay entre los diferentes
conceptos teniendo en cuenta la siguiente información:

● ANSIEDAD:
o Estado emocional que puede generar malestar en la persona.
o Incluye nerviosismo, preocupación y aprensión.
o Está relacionada con la activación psicofisiológica.
o En su medida, es adaptativa.
o Encontrarás, por un lado:
▪ Ansiedad cognitiva: hace referencia a las preocupaciones y a las aprensiones.
▪ Ansiedad somática: hace referencia al grado de activación física que percibe
el deportista.
▪ Ansiedad conductual: hace referencia a las acciones que realiza cuando la
manifiesto.
o Encontrarás, por otro lado:
i. Ansiedad ESTADO: estado de ánimo cambiante. Depende de la
situación en la que se encuentra. Ejemplo: “Durante un partido,
puedo atravesar diferentes fases. Notar el corazón antes de
empezar, no volverlo a notar al estar compitiendo y volverlo a notar
cuando jugamos los minutos finales. Esto no depende del cambio de
actividad sino de mi cambio de percepción”. Puede tener un
componente más cognitivo (preocupación o pensamientos
negativos) o más somático (relacionados con la activación física
percibida).

ii. Ansiedad RASGO: algunas personas suelen reaccionar a


determinadas situaciones objetivamente no peligrosas como si lo
fueran y, por tanto, muestran una ansiedad estado
desproporcionada para el peligro objetivo. Puede que un deportista
a la hora de tirar un penalti, salir a competir, cambiar de posición,
con la presencia de alguien importante, etc. se muestre con alto
grado de ansiedad (amenaza), mientras que otro, todo lo anterior,
puede percibirlo con un bajo grado de ansiedad (reto).
El estrés
Para identificar el estrés, puedes considerar el siguiente modelo adaptado de Andersen y
Williams, 1988 (Montero et al., 2010):

Personalidad Recursos de afrontamiento


Resistencia psicológica Comportamiento de
Historia de estrés afrontamiento general
Locus de control
Sentido de coherencia Sucesos vitales Sistema de apoyo social
Ansiedad competitiva Problemas diarios Habilidades mentales y de control
Motivación de logro Lesiones anteriores de estrés
Búsqueda de sensaciones Medicación propia o prescrita

Situaciones
deportivas Respuesta de estrés Aspectos fisiológicos y de atención
potencialmente Valoración cognitiva: Aumento de tensión muscular
estresantes Demandas Estrechamiento del campo visual
Recursos Aumento de la medicación
Consecuencias

Lesión

Intervenciones
Reestructuración cognitiva
Interrupción del
pensamiento
Entrenamiento de la
confianza
Habilidades para la
relajación
Entrenamiento
autógeno/medicación
Visualización/ensayo
mental
Distracción de la
insensibilización
Modificación de la
mediación
Si te fijas, hay múltiples variables que se deben considerar a la hora de abordar el estrés.
Además, cabe considerar que el estrés produce un aumento exponencial en la liberación
de cortisol y que esto puede aumentar la vulnerabilidad a presentar lesiones.

En algunos vídeos, se ejemplifican algunos de los aspectos mencionados con mayor


profundidad.
Dentro del estrés, también puedes tener en cuenta la distinción entre:

FUENTES SITUACIONALES FUENTES PERSONALES

● Preguntarme si depende de mí y
● Importancia del evento
qué puedo hacer
● Identificar atribuciones
● Ansiedad rasgo
internas / externas
● Autoestima

Además, y para terminar con el estrés, es importante que tengas clara la diferencia entre
el estrés y la ansiedad dentro del contexto deportivo:
● Estrés como proceso más amplio de adaptación al medio.
● Ansiedad como una reacción emocional de alerta ante una amenaza.
● Ambas son una reacción caracterizada por alta activación fisiológica; sin
embargo, la ansiedad puede desencadenarse a partir del estrés que produce un
problema concreto, pero, una vez desaparecido o solucionado el problema, el
estrés desaparece y la ansiedad continúa.

La activación
▪ La intensidad de la motivación en un momento determinado.
▪ Activación general fisiológica y psicológica del organismo.
▪ Va desde el sueño profundo a la excitación intensa.
▪ Activación elevada hace que estés mentalmente activo.
▪ Aumenta el ritmo cardíaco, la respiración y la sudoración.
▪ La activación no se vincula automáticamente con episodios placenteros o
desagradables (e.g., mismo nivel de activación tras ganar la lotería o ante la
muerte de un ser querido).
A continuación, te muestro un breve resumen de las técnicas de gestión que puedes
emplear para poder trabajar la activación, ya sea para afrontar el exceso o la falta de la
misma:
§ Modificar las autoverbalizaciones. Intenta que identifique sus emociones
negativas, las acepte y genere emociones positivas. Aquí tienes que tener en
cuenta el diálogo interno de la persona deportista.
§ Visualización. Este proceso implica que la persona construya mentalmente la
situación que le inquieta y, a partir de simulársela, que vaya experimentando las
sensaciones agradables que le pueden ayudar a afrontarla.
§ Diálogo socrático. Encárgate de que la persona genere preguntas para evaluar
los pensamientos contraproducentes a través de un proceso de autorreflexión.
§ Experiencias correctivas. Ayúdale a reevaluar sin juzgar y a mantener el foco
de mejora, teniendo en cuenta la autoexigencia.
§ Análisis personal. Intenta aumentarle el autoconocimiento a partir de analizar
las variables que le influyen (externas, biopsicosociales y habilidades
aprendidas).
§ Reformulación. Ayúdale a identificar su perspectiva e intenta generar un
cambio de foco atencional.

La autoconfianza.
Creencia de que se puede realizar de manera satisfactoria una conducta deseada.
Deportistas seguros de sí mismos: creen que son bueno y que pueden aprender lo que
necesiten para mejorar tanto a nivel físico como mental.
Deportistas menos seguros de sí mismos: dudan de sus capacidades y de si son lo
suficientemente buenos.
Encontrarás, por otro lado:
a) Autoconfianza RASGO: confianza que poseen en un momento particular sobre su
habilidad para tener éxito en el deporte (general).
b) Autoconfianza ESTADO: grado de creencia que normalmente tienen sobre su
habilidad para tener éxito en el deporte (específica).
Cosas para tener en cuenta a la hora de considerar la autoconfianza:
▪ Poca confianza = poco rendimiento
▪ Exceso de confianza = poco rendimiento
▪ Analizar expectativas: propias, del entrenador, por parte de otros (e.g., familia,
compañeros de equipo, managers, amigos).

A continuación, te muestro un breve resumen de las técnicas de gestión que puedes


emplear para poder trabajar la autoconfianza y encontrar el nivel más adecuado
(Weinberg y Gould, 2010):
● Identificar los logros de ejecución. Lo que haya hecho y conseguido antes,
es decir, que tenga en cuenta los recursos de los que dispone para afrontar las
situaciones.
● Modelado. Mostrarle la conducta ejecutada por un modelo, normalmente otra
persona, y asociarla a lo que hace o tiene que hacer él. Este proceso puede
utilizarse como técnica para facilitar la adquisición y la modificación de
comportamientos a través de los cuales puede rendir más. Con esto facilitarás
que le aumente su conciencia emocional sobre lo que es capaz de hacer.
● Persuasión verbal. Como psicólogo, empoderarás al deportista teniendo en
cuenta los recursos y beneficios que tiene en el deporte que practica.
● Arousal emocional. Tener en cuenta si la reacción emocional que suele
experimentar la persona deportista es adaptativa (e.g., estrés o ansiedad). La
idea es que le ayudes a identificar y manejar el nivel de arousal de forma que
no se convierta en ansiedad incontrolable debido a esa falta de confianza.
● Actuar con confianza. Ayudarle a redirigir el foco atencional en las cosas que
están en sus manos, en lo que ya ha entrenado y que, por ello, es capaz de hacer
porque ya lo ha hecho anteriormente.
● Pensar confiadamente. Enlazado con el anterior, el hecho de que elaboréis
juntos un guion mental de las funciones que se le dan bien y sabe hacer,
favorecerá esa focalización (autoinstrucciones adecuadas).
● Visualización. Esta herramienta la podrás utilizar para que el deportista
pueda imaginarse la situación elegida siendo capaz de llevar a cabo la función
que le corresponde de una manera adecuada y con la finalidad de dotarlo de
capacidad.
● Entrenamiento físico y preparación adecuada. Recordárselo para que
tenga en cuenta cuánto invierte en ello y de lo competente que es.
6.3. Intervención: Terapia Racional Emotiva Comportamental (TREC)

Una vez determinados los objetivos y una vez se hayan considerado todas las variables
recogidas hasta el momento, puedes utilizar la Terapia Racional Emotiva
Comportamental (TREC) para poder trabajar todo lo abordado en el contexto deportivo
(e.g., estrés y ansiedad).
Como te hemos explicado antes, la vida de los deportistas de élite conlleva una cantidad y
variabilidad de demandas a las que atender. Las altas exigencias y la presión que viven en
las diferentes áreas que tienen que compaginar hace que cuenten con un factor de riesgo
que puede suponer un indicio para desarrollar creencias irracionales. Este estilo de vida
puede aumentar la vulnerabilidad de las personas deportistas a padecer problemas de
salud mental (e.g., síntomas de bajo estado anímico y ansiedad).
También debes saber que la situación a la que se expone un deportista no es lo que
presagia el éxito en el afrontamiento, sino que corresponde más con lo que el deportista
hace, siente y piensa. Por esa razón, el hecho de utilizar la TREC ha sido recomendada en
diferentes estudios como un enfoque cognitivo-conductual potencialmente efectivo para
promover el rendimiento y la salud mental de los deportistas.
Con la aplicación de esta intervención incorporarás la posibilidad de hacer uso de la TREC
en el contexto deportivo para que las personas deportistas puedan contar con esta
herramienta y puedan compaginar de una manera más saludable las diferentes áreas de
sus vidas, en especial, el afrontamiento de situaciones complicadas dentro del ámbito
deportivo (Ramos, 2022).
Intervención basada en la TREC: la aplicación práctica a un deportista

Antes de iniciar este apartado, lee este breve artículo en el que te resume lo que es la
TREC. A partir de él, más adelante iremos profundizando en estas páginas sobre la
aplicación de la TREC al ámbito del deporte:
https://www.miconsulta.es/terapia-racional-emotiva-trec/

Una vez ya has identificado el objetivo/meta que quiere perseguir el deportista, para
poder reflejarte de una forma más práctica la continuidad de la intervención, te mostraré
un ejemplo adaptado de la TREC en el contexto deportivo. Esto te permitirá que puedas
ocuparte de la parte de las creencias que presenta el deportista. De este modo, evitarás
que sean las creencias quienes dificulten la persecución del objetivo.
La intervención profesional debe adaptarse a la persona en función de su edad.
Generalmente, y dentro de la curva normal, las sesiones con deportistas mayores de 13
años suelen hacer sesiones de más de 20 minutos. Por ejemplo, en un caso de un
deportista de 15 años, podrías realizar una intervención de tres sesiones de 45 minutos
aproximadamente. En este caso, podrías incluir:
1. Parte educativa
2. Parte de identificación
3. Parte de debate
Además, no te puedes olvidar de la parte que implica tareas para casa entre sesiones y la
parte de seguimiento.
La mayoría de los autores que han trabajado las creencias en el mundo del contexto
deportivo en los últimos años, lo han hecho con la TREC (e.g., Wood et al., 2019). Por esa
razón, a continuación, te explicaré cómo podrías aplicarla en el caso de un deportista de
15 años que presenta una serie de creencias irracionales que le interfieren en su
rendimiento deportivo (adaptación del diseño de la intervención realizada en Ramos,
2022).

1. Parte educativa. La primera parte de la sesión tiene como objetivo que le


muestres al deportista los elementos del marco GABCDE que presenta la TREC. Siguiendo
el orden de cada letra del modelo:
a. La G son las metas personales u objetivos que bloquean o impiden
las creencias.
b. La A es la situación o el evento activador.
c. La B son las creencias irracionales que se manifiestan.
d. La C son las emociones, sentimientos y comportamientos que
experimenta la persona.
e. La D es el proceso para disputar/debatir esas creencias.
f. La E es el proceso que se sigue para reflexionar y generar nuevas
alternativas funcionales efectivas.

En primer lugar, lo más relevante es que te centres en conocer qué creencias tiene la
persona deportista (B). Una vez identificadas esas creencias, tienes que analizar y
observar cómo ellas son las que determinan cómo funcionan los sentimientos y las
acciones de la persona (C).
Para continuar, tienes que intentar mostrarle a la persona deportista que esas situaciones
por sí solas no causan emociones perjudiciales ni conductas desadaptativas (A).
Además, tienes que explicarle que esas situaciones tampoco impiden o bloquean las metas
u objetivos personales (G).
Para terminar con la explicación del modelo, en esta sesión le explicarás que en las
siguientes le ayudarás a debatir (D) sus creencias irracionales.
Finalmente, también en las próximas sesiones, le ayudarás a reflexionar para formar
nuevas alternativas efectivas (E).

De esa manera, con esto le ayudarás a reducir esas emociones y conductas desadaptativas
y no saludables.

En la segunda parte de la sesión, le expondrás diferentes ejemplos de las creencias


irracionales que pueden presentar como deportistas, entre otras:
§ La necesidad de logro, por ejemplo: debo tener éxito.
§ La necesidad de aprobación, por ejemplo: el entrenador debe seleccionarme.
§ La demanda de justicia, por ejemplo: mis compañeros de equipo y los rivales deben
competir de manera justa.
Para terminar, es importante que le hagas razonar a la persona deportista sobre la
posibilidad de que esa manera de pensar no solo pueda estar interfiriéndole en el área
deportiva, sino también en el resto de las áreas de su vida. Por ese motivo, puedes
sugerirle que te comente ejemplos de situaciones similares vividas fuera del contexto
deportivo, para que puedas llegar a considerar si presenta otros problemas en otras áreas
que puedan estar interfiriéndole en el rendimiento deportivo.
Para terminar la primera sesión, puedes sugerirle como tarea para casa al deportista que
haga un registro de las creencias irracionales. La finalidad es que sea capaz de identificar
cómo le están limitando en su día a día, ya sea ante una situación de competición,
entrenamiento, con el resto de los compañeros, a la hora de exponer cualquier tema, ante
una demanda académica o ante la compaginación de las diferentes áreas de su vida; y que
pueda estar ocasionándole cualquier tipo de malestar desadaptativo.

Para facilitarle la tarea, por ejemplo, puedes enviarle un cuestionario Google forms donde
pueda ir registrando las creencias y un documento en el que explique resumidamente la
teoría explicada en esa misma sesión. Este sería un claro ejemplo de lo que se podría
incluir en ese documento:
A: Situaciones o eventos activadores (e.g., “el entrenador no me pone de titular en
el partido”).
B: Las creencias disfuncionales que se manifiestan (e.g., “debo tener éxito en la
competición y por eso ya no lo tendré”).
G: Las creencias bloquean o impiden metas personales (e.g., conseguir mostrar una
buena actitud de afrontamiento, adaptarme y hacer lo que esté en mis manos para
poder demostrar lo que puedo aportar, estar de mala leche y no rendir,
relacionarme bien con las personas de mi entorno).
C: Por sí solas no desencadenan emociones y comportamientos de malestar para
la persona (e.g., frustración, enfado, desmotivación).

Las creencias disfuncionales crean emociones negativas que no ayudan a tener ganas de
rendir a nivel deportivo y, como consecuencia, impiden poder aprender, seguir
trabajando y contar con habilidades beneficiosas. Por eso, el objetivo principal de la
intervención es:
⇒ Ayudar a los deportistas-estudiantes a debatir (D) sus creencias.
⇒ Animarlos a formar nuevas alternativas racionales efectivas (E).
⇒ Con la finalidad de reducir las emociones negativas y las conductas
desadaptativas asociadas.

2. Parte de identificación. En la segunda sesión puedes empezar comentando el


registro de las creencias respecto a la tarea que le habías sugerido junto con él.
Seguidamente, podéis hacer juntos la valoración de ellas a través del modelo GABCDE.
Esto le dará la oportunidad de que pueda ir identificando sus creencias irracionales y le
permitirá comprender mejor el modelo. De esta forma, le ayudarás a interiorizar mejor el
conocimiento recogido en la sesión anterior y entraréis más en el detalle de por qué las
creencias irracionales causan emociones no saludables y conductas desadaptativas.
Asimismo, podrá observar cómo ante ciertas situaciones, en función de cómo realiza las
evaluaciones ante la adversidad, es más o menos adaptativo al entorno. A partir de esto,
podrá considerar en qué medida eso le puede influir en su rendimiento.

Seguidamente, para continuar con el entrenamiento mental de la gestión de las creencias,


le pedirás al deportista que piense y anote en una hoja:
● Una situación (A) que haya experimentado recientemente que le haya provocado
un sentimiento de fracaso o le haya supuesto un desafío o demanda ante: (a) situación de
competición en el contexto deportivo; (b) una demanda académica; o (c) ante la
compaginación de ambas.

● Luego, en conjunto comentaréis la situación elegida y la persona deportista te


explicará los sentimientos disfuncionales y no saludables que le había ocasionado (C). Es
decir, emociones (e.g., ira, culpa), pensamientos (B) (e.g., rencor hacia los demás),
respuestas físicas (e.g., síntomas somáticos), tendencias a la acción (e.g., actuar o evitar
conflictos) y qué le ha podido impedir (G) el hecho de experimentar eso (e.g., conseguir
un objetivo).

Todo esto hace referencia a la parte GABC del modelo.

A continuación, la persona deportista planteará cómo sería una respuesta funcional


(racional) ante la misma situación.
● Por ejemplo, tú le expondrás un ejemplo en el caso de que, si en la misma situación
volviera a pasar, cómo podría responder de una manera más adaptativa (E).

● Para terminar, le pedirás que reflexione sobre qué le hace sentir ese tipo de
creencias (B) y cómo le hacen actuar (C), de qué modo impiden que consiga sus metas (G),
y cómo le pueden afectar en su funcionamiento.

Tras esta sesión, le puedes sugerir a la persona deportista que piense un ejemplo de una
situación que le haya interferido en varias ocasiones en su vida dentro del ámbito
deportivo, así como también puedes sugerirle que te muestre un ejemplo de otros ámbitos
para mejorar su bienestar emocional.
⇒ La finalidad de esto es que lo incorpore en el modelo GABCDE y que practique.
3. Parte de debate. En la tercera sesión puedes empezar por preguntarle a la
persona deportista por los ejemplos que haya planteados en casa. Para continuar, podéis
analizar juntos las situaciones o eventos (A) y las consecuencias negativas que haya
considerado (C). Seguidamente, es interesante que te exponga las consecuencias
adaptativas y la meta que en realidad querían conseguir, antes de explorar las creencias
disfuncionales básicas (B). Una vez que te haya aclarado eso, puede exponerte las
creencias irracionales que le había generado cada situación. Después, con tu ayuda, puede
disputarlas (D) y reemplazarlas con nuevas creencias efectivas (E). Este proceso implicará
preguntarle si considera que eso realmente le afectaba de manera negativa para ver hasta
qué punto esas creencias le interfieren.

Seguidamente, para hacerlo más dinámico, puedes mostrarle otros ejemplos sobre
creencias que pueden interferir en el funcionamiento de un deportista. Además, podéis
reflexionar juntos sobre el cómo y por qué pueden surgir esas creencias irracionales
antes, durante y después de las competiciones, situaciones académicas o compaginación
de las diferentes áreas de su vida. La idea es que le ayudes a “discutir” y a reflexionar a la
persona deportista sobre sus creencias.

A continuación, sobre la base de las cuatro creencias irracionales (exigencia,


catastrofismo, intolerancia a la frustración y depreciación de uno mismo / la vida / u
otros), le puedes presentar ejemplos similares a los recogidos en la primera tarea que se
le sugirió que hiciera.

Para terminar, le puedes proporcionar una hoja en la que aparezca una actividad para
trabajar en la que tenga que elegir una situación y completar el modelo GABCDE. Puedes
entregarle más de una copia para que practique.
Un ejemplo de material que le podrías dar es el siguiente:

Esto facilitará que sus creencias irracionales sean alteradas y que se plantee la inclusión
de nuevas alternativas funcionales. De esa forma, le ayudarás a que aprenda a generar una
manera de pensar más saludable y adaptativa. Es decir, esto le permitirá reemplazar las
creencias disfuncionales (irracionales) que había expuesto por creencias funcionales
(racionales).
4. Tareas para casa. Entre sesiones es importante que le pidas que realice las tareas
sugeridas. Además, después de mostrarle cómo puede afectarle esa manera de pensar en
su rendimiento, le puedes aconsejar que reflexione sobre ello. En ese sentido, le puedes
explicar que cada vez que tenga un tipo de creencia de ese tipo, ya sea a nivel deportivo,
académico o personal, puede crear la posibilidad de plantearse alternativas y, en ese
sentido, ser más adaptativo.

Los deportistas suelen considerarse talentosos y la evaluación de su entorno suele ser


determinante para su éxito. Este puede que sea uno de los motivos por los que es más
probable que tengan esa tendencia a desarrollar creencias irracionales (e.g.,“debo
triunfar y tengo que demostrarlo para poder ser bien considerado”). Aunque los
deportistas refieren que estas creencias rígidas, como la exigencia y la baja tolerancia a la
frustración, parecen ayudarlos a adaptarse al contexto a corto plazo, parece que a largo
plazo acarrean consecuencias.
El hecho de desarrollar creencias irracionales y estándares extremadamente altos se
representa en deportistas que presencian un entorno orientado al ego. El valor de ellos
mismos está basado en resultados que no dependen únicamente de ellos y el éxito y el
fracaso se consideran extremos dicotómicos. Por eso, algo que también les puede ayudar
para gestionar esas creencias, aparte de hacer uso del modelo GABCDE, es elaborar la
tabla del locus de control presentada anteriormente.
En definitiva, el objetivo de esta intervención es que las creencias irracionales de los
deportistas no se conviertan en un factor de riesgo para su desarrollo profesional y su
salud mental. Con esta intervención, podrás ayudar a un deportista a gestionar sus
creencias racionales y, a través de ese camino, favorecer el logro de sus metas.
6.4. Intervención: Mindfulness

Como profesional de la psicología del deporte puedes intervenir mediante algunos


procedimientos específicos para que el cambio se produzca de una forma concreta. Dicho
de otra forma, en función de unos criterios y la identificación de unas variables, puedes
tratar de producir un cambio para que lo que haya aprendido el deportista sea efectivo o,
al menos, lo sea de una manera subjetiva. Este apartado está basado especialmente en los
trabajos y estudios de: Williams y Penman (2013), Bita et al. (2021), Doron et al. (2020)
y Kabat-Zinn (2003), y en él te vamos a hablar de la intervención con MIndfulness.

La reducción del estrés, presentado en situaciones de alto rendimiento en competición o


en exigencias percibidas por el entorno en la práctica deportiva la puedes trabajar con la
persona deportista a partir del mindfulness (REBM). Esto es a través de la terapia
cognitiva basada en el mindfulness (TCBM).
Es importante que sepas que el entrenamiento en habilidades de atención y aceptación
parece minimizar los efectos más frágiles de la interferencia cognitiva durante la práctica
deportiva y mejoran el rendimiento de la misma. En ese sentido, desde una perspectiva
de prevención, si trabajas esta técnica con la persona deportista, puedes ayudar a evitar
que los sentimientos de ansiedad, estrés y tristeza se agraven.
Desde la perspectiva del rendimiento, en el momento en el que la persona deportista está
realizando la práctica deportiva, puedes enseñarle a que emplee esta técnica para
ayudarle a cambiar el foco atencional. Sobre todo, en los momentos en los que está
inmersa en círculos viciosos negativos, por ejemplo, tras cometer un error.
Esta técnica también es útil para que consigas que las personas deportistas toleren las
respuestas emocionales negativas que se manifiestan en su cuerpo tras presentar una
situación adversa.
Generalmente, en el entorno deportivo encontrarás que muchas personas se encuentras
atrapadas en los sentimientos de:
● Culpa
● Vergüenza
● Ansiedad
● Resentimiento
● Frustración
● Impotencia
● Desesperanza
En todos estos casos, es importante normalizar con el deportista el hecho de que
experimente ese tipo de emociones; sin embargo, tienes que mostrarle que lo que
realmente no le ayuda es que quede atrapado en ellas.
Esta intervención es interesante que la utilices con los deportistas a quienes más les
interfieren esas emociones en la práctica deportiva y les impiden continuar rindiendo al
mismo nivel.
En ese sentido, con el uso de una intervención en mindfulness ayudarás a la persona
deportista a que el periodo refractario que existe tras sentir una emoción y gestionarla de
manera favorable dure mucho menos y pueda recuperar su rendimiento más
rápidamente.
A través del mindfulness, no solo podrás facilitarle la ayuda a cualquier deportista que
presenta complicaciones a la hora de gestionar sus emociones, sino también a prevenir
que otros, que no lo necesiten tanto, mejoren sus habilidades de atención y concentración.

Efectos del mindfulness


Para conocer mejor los efectos que produce el mindfulness, es importante que sepas que
la práctica del mindfulness se asocia con una reducción de la actividad de la amígdala.
Esto ayuda a que el «detector de peligro» se active con menor frecuencia e intensidad y
que la rumiación de pensamientos que le generan ese malestar dure menos tiempo. En la
misma línea, el mindfulness influye positivamente en los patrones cerebales que subyacen
a la ansiedad, estrés, depresión e irritabilidad, por lo tanto, con la aplicación de esta
técnica, a largo plazo, también ayudas que la persona deportista consiga un mejor:
● Sistema inmunológico
● Autoconocimiento
● Creatividad
● Tiempo de reacción
● Estrés (hipertensión)
● Relaciones
Para empezar con la práctica del mindfulness, es importante por empezar explicándole a
la persona deportista que normalmente no sentimos una emoción (e.g., enfadarse), por
las razones que pensamos (e.g., tras percibir que ha cometido un error en la ejecución
práctica), y que es la mente condicionada la que hace que interpretemos y valoremos las
cosas como lo hacemos (e.g., porque, seguramente, la atribución del error no es correcta
e implica más variables, lo que quiere decir que no solo depende de él ese error percibido).
Por ese motivo, el hecho de introducir el mindfulness tanto a nivel formal como informal
puede ayudarles a que vayan liberándose poco a poco del dominio que la mente dualista
ejerce, así como también puede ayudarles a reducir esa atribución interna o externa que
le pueda generar malestar.
Con el mindfulness, entre otros aspectos, puedes ayudar a que un deportista gestione
mejor la reactividad emocional, el egocentrismo y las conductas disruptivas que pueda
manifestar su cuerpo cuando siente que no puede gestionar ni tolerar lo que está
sintiendo.
Para que consideres cómo sería el entrenamiento en mindfulness, lo más relevante es que
le expliques a la persona deportista qué sentimientos podría ayudarle a gestionar la
práctica del mindfulness y que le muestres evidencias de que ello funciona.
Para ello, lo más importante es que crea en el entrenamiento (similar a la adherencia al
tratamiento) y que, en ese sentido, le generes consciencia emocional del mismo.
En primer lugar, para que empiece a familiarizarse con el mindfulness, puedes comenzar
preguntándole a la persona deportista lo siguiente:
¿Te ha ocurrido alguna vez que estás tan pendiente de las cosas que tienes que hacer que no
logras centrarte en la actividad, tarea, lugar o persona con quien te encuentras en ese
preciso momento?
A continuación, puedes seguir explicándole lo siguiente:
Si te fijas, vivimos con la agenda cargada de tareas, apresurados para llegar a tiempo a
todas partes, cumplir con obligaciones, ajustarnos a horarios y plazos, ser productivos...
Esta sensación de ir con el piloto automático puede generarnos dificultades para
desconectar, tomarnos un respiro, disfrutar de las personas con las que nos encontramos, de
nuestras aficiones o incluso de los momentos de calma. Ppor ejemplo, durante la práctica
deportiva: no reponerse tras el error por estar pensando en el fallo (diálogo interno), no
estar pendiente del juego, estar pendiente del entorno o de pensamientos llenos de
inseguridades y de baja autoconfianza. También, las emociones, como el enfado, nos pueden
arrastrar, dejarnos anclados en ellas y bloquear el objetivo que teníamos dentro del juego.
Una herramienta que puede ser útil para salir del piloto automático y vivir en el “aquí y
ahora” es la atención plena o mindfulness.
El mindfulness consiste en fijar la atención de manera consciente en el momento presente,
con interés, curiosidad y aceptación, procurando no interferir ni valorar lo que se percibe en
cada momento.
Algunas estrategias que te pueden ser de ayuda para poner en práctica la atención plena
son las siguientes:
§ Observar: Consiste en que prestes atención a algo, es decir, percibirlo, pero sin
describirlo ni ponerle nombre.
§ Describir: Implica que utilices palabras para representar lo que observas, es
decir, ponerle un nombre a lo que observamos, pero de manera objetiva.
§ Participar: Es entrar de lleno en la actividad que estamos realizando.
§ Sin juzgar: Se trata de que adoptes una actitud no valorativa mientras observas,
describes y participas en la actividad.
§ Haciendo las cosas de una en una: Supone que te centres en una sola cosa en
un momento dado.
§ Con eficacia: Implica que optes por lo que te es más eficaz en una situación o
haciendo una tarea determinada.

Luego, puedes explicarle que la atención plena en el momento presente puede resultarle
difícil al principio, por ello, le puedes empezar proponiendo un ejercicio que consiste en
observar con los cinco sentidos. Se trata de que centre su atención en lo que está
ocurriendo a su alrededor y lo observe con los cinco sentidos, como si fuera la primera
vez que lo ve. Un ejemplo que le puedes explicar es que podría centrarse en su desayuno,
o en cualquier otra comida, y, por ejemplo, en el momento en el que se está duchando,
utilizando la vista, el gusto, el olfato, el oído y el tacto. Seguidamente, algo más complejo
sería que se empezara a centrar en su respiración, en las sensaciones corporales de su
cuerpo y en las diferentes zonas que lo constituyen.

Tras esta explicación, para que experimente mayor conciencia emocional respecto a lo
que le estás contando, algo que puedes siempre funciona es sugerirle que cierre los ojos
durante unos segundos y que observe el nivel de distracción que presenta tras decirle que
intente centrar su atención en la respiración. De ese modo, podrá ver cómo en seguida
nota la multitud de pensamientos que dan vueltas en su cabeza y cómo lo arrastran de un
lado a otro. En este caso, aun queriendo mantener el foco en su respiración, le ayudarás a
que observe cómo de inestable se encuentra su atención.
A partir de esto, le explicarás que del mismo modo que entrena su cuerpo, puede aprender
a entrenar su atención, concentración y la tolerancia a sus emociones para aprender a
decidir hacia donde quiere encaminar sus sentimientos y sus pensamientos para poder
rendir y encontrarse mejor.
Puedes continuar mostrándole que, ante la presencia de sentimientos desagradables
como pueden ser la ira, el resentimiento, la frustración, la envidia, la ansiedad, el miedo,
la angustia, la sensación de impotencia o la desesperanza, lo más importante es que tenga
en cuenta los pasos siguientes para conocer lo que implica la práctica (estos pasos son
una guía de lo que le puedes explicar, e incluso se los puedes dar en una hoja):
§ Identificar y reconocer sus sensaciones corporales.
§ Evitar el resentimiento a experimentar esas sensaciones corporales, aunque
sienta el impulso a hacerlo.
§ Intentar que se mantenga en el presente sin quedarse enganchado a otros
pensamientos como pueden ser cualquier experiencia agradable o desagradable
del pasado o un momento de esperanza o temor del futuro.
§ Prestar atención a las sensaciones del cuerpo sin necesidad de nombrarlas, si
bien es cierto que en momentos de calma y tiempo puede hacerlo (E.g., «esto es
miedo, esto es ira, esto es angustia»). Sin embargo, en esos momentos de
especial desafío en la práctica deportiva es mejor tolerar la emoción sin
etiquetarla, en lugar de enjuiciar lo que te está ocurriendo como bueno o malo,
deseable o indeseable, agradable o desagradable.
§ Fijarse y focalizarse, sobre todo, en las sensaciones de la respiración sin intentar
modificarlas. Esto le ayudará a que pueda identificar su nivel de activación. Le
debes recordar que una buena respiración ayuda a que el sistema funcione
mejor.
§ La finalidad que tiene es observar sin juzgar.
§ Tiene que mantener la intención de encontrarse en el aquí y en el ahora con
actitud interesada. En el caso de que te sea complicado, es importante que vayas
insistiendo en redirigir el foco y volverá dirigirlo a tu objetivo.
Entrenamiento en mindfulness
Para ilustrar la teoría anterior, te explicaré a continuación de manera más concreta cómo
podrían ser las sesiones de un entrenamiento en mindfulness para una persona
deportista. Estas sesiones son una adaptación de La Guía Práctica para encontrar la paz
en un mundo Frenético de Williams y Penman et al. (2013).

La recomendación general es realizar un entrenamiento de 8 semanas con meditaciones


de seis días a la semana en el siguiente orden:

● Cuatro primeras semanas: aprender a prestar toda la atención a los diferentes


aspectos del mundo exterior e interior.

● Cuatro semanas restantes: refuerzan el trabajo anterior y ofrecen más vías


prácticas para ver los pensamientos como hechos mentales.
En primer lugar, empezarás por explicarle que el hecho de desconectar en ciertas
situaciones dentro de la práctica deportiva (e.g., tras cometer un error) y focalizarse en
otros pensamientos o hacer atribuciones disfuncionales de locus de control (e.g., no debo
cometer errores o cualquier condición del medio no está como siempre y por eso he
fallado) empeora el malestar porque no te permite aceptar lo ocurrido y, tampoco,
considerarlo como una oportunidad de aprendizaje.

Sesiones de mindfulness
Para empezar, le explicarás que significa el modo ser en el mindfulness y para qué sirve:
a. Aprender a prestar atención a las cosas como realmente son, a propósito, en el
momento presente y sin juzgar
b. Capacidad de introducir cambios en lugar de permanecer atascados en la misma
situación
c. Tomar plena conciencia de su vida
d. Registrarte a ti mismo de vez en cuando para realizar elecciones deliberadas
e. Alinear tus intenciones y tus acciones en lugar de dejar que el piloto automático
te aparte a un lado
Todo lo anterior es importante explicárselo como herramienta que le permite dejar de
“malgastar” su tiempo incurriendo en los mismos hábitos de pensamiento y acción (como
pudiera ser el recurrir a pensamientos catastróficos o realizar conductas disfuncionales
tras cometer un error), que han dejado de servirle hablando en términos de rendimiento.
Teniendo en cuenta la teoría anterior y con la explicación del siguiente entrenamiento por
semanas, podrás conseguir trabajar el mindfulness con la persona deportista:

Primera semana
⇒ Objetivo: ayudar a ver el funcionamiento del piloto automático y a explorar qué
ocurre cuando “despierta” del mismo.
⇒ Intervención: meditación de cuerpo y respiración.
⇒ Aprendizaje: estabilizar la mente y ayudarle a ver qué le ocurre cuando dirige
toda su atención en una sola cosa.
⇒ Como meditación más informal, la explicada con anterioridad a través de sus
sentidos, por ejemplo, mientras se está duchando o está comiendo.

Segunda semana
⇒ Objetivo: conseguir entrar en su mente para dirigir su atención directamente en
sus sensaciones corporales sin juzgar o analizar lo que descubre.
⇒ Intervención: escaner corporal que ayuda a explorar la diferencia entre pensar
en una sensación y experimentarla.
⇒ Aprendizaje: ver con más claridad cuándo se dispersa la mente y aprender a
“identificar” la diferencia entre la “mente pensante” y la “mente que siente”.
⇒ Reflexión: valoración sobre el tiempo que pasa viviendo “en su cabeza” que le
impide experimentar directamente la vida a través de los sentidos.
⇒ Como sugerencia y aportación: revisar y organizar sus problemas y
preocupaciones. Puede realizar una lista de cosas pendientes, así como las
personas y situaciones que puedan desencadenar su ansiedad.

Tercera semana
⇒ Objetivo: conseguir que la mente continúe el proceso de reintegración con el
cuerpo.
⇒ Intervención: añadir a la práctica anterior, movimientos suaves que permitan
que se focalice en ellos, como las prácticas basadas en el yoga.
⇒ Aprendizaje: el cuerpo es muy sensible a los sentimientos perturbadores
emergentes cuando uno se centra demasiado en objetivos poco realistas y esto
permite ver qué grado de tensión y emociones negativas alcanzas cuando las
cosas no salen como uno quiere.
⇒ Reflexión: esto favorecerá también la práctica deportiva porque permitirán ver
también dónde están sus límites mentales y físicos y cómo reacciona cuando no
los alcanza. Se trata de un sistema de alarma precoz, con un gran poder que
permite que el deportista se adelante a los problemas antes de que adquieran
una generación de sensaciones disfuncionales recurrentes que le afecten.

Cuarta semana
⇒ Objetivo: identificar progresivamente cómo se le dan demasiadas vueltas a una
idea sin darse uno cuenta y aprender a que los pensamientos son como los
hechos mentales que vienen y van, como los sonidos.
⇒ Intervención: meditación de sonidos y pensamientos. Incluye centrarse en los
sonidos que le rodean y aprender a que “la mente es al pensamiento lo que el
oído al sonido”. En ese sentido, puedes trasladárselo a la práctica deportiva
como cambio de foco atencional al que atender cuando experimenta
sensaciones desagradables.
⇒ Aprendizaje: adoptar una postura “descentrada” respecto a sus pensamientos
y sentimientos, a observar cómo van y vienen en el espacio de la consciencia.
⇒ Reflexión: esto permite adoptar una perspectiva distinta con el cambio de foco
atencional respecto a la valoración de los problemas y conflictos que se le
devengan.

Quinta semana
⇒ Objetivo: afrontar los problemas con atención plena, tolerancia a las sensaciones
y con compasión (comprensión y aceptación de los hechos sin juzgarlos).
⇒ Intervención: meditación de “explorando las dificultades” y exposición a las
mismas
⇒ Aprendizaje: ayuda a enfrentarse a las dificultades que surgen en la práctica
deportiva o en la vida de vez en cuando.
⇒ Reflexión: en lugar de evitarlas las situaciones complejas, ya sea de manera
cognitiva o conductual, adoptar una conducta de afrontamiento para que quepa
la posibilidad de reinterpretar los hechos y reducir el malestar.
Sexta semana
⇒ Objetivo: cultivar de forma activa la compasión y continuar con las
meditaciones anteriores con posibilidad de escoger en cada momento la que
mejor le vaya.
⇒ Intervención: realizar prácticas de meditación de la amabilidad y actos de
generosidad en la vida cotidiana.
⇒ Aprendizaje: ver cómo se desvanece gradualmente la manera de pensar de
forma negativa y focalizar la atención en pequeños detalles positivos,
recordarlos y priorizarlos en el pensamiento.
⇒ Reflexión: se trata de ser consciente de cómo la amabilidad hacia uno mismo
(diálogo interno - autocompasión) ayuda a tener un mejor estado anímico. Eso
se consigue a través de que considere sus “fracasos” e “incapacidades” como
aceptación para encontrar la tolerancia en las ocasiones en las que presenta
malestar.

Séptima semana
⇒ Objetivo: disfrutar de más tiempo para las cosas que le gustan y no limitarse a
la parte negativa de aquello que le impide centrarse en nuestros recursos
internos.
⇒ Intervención:
§ Elige dos ejercicios de mindfulness de las sesiones anteriores (el que más
te haya gustado y el que más te haya costado)
§ Haz una lista de actividades agradables
§ Haz algo que te aporte sensación de satisfacción, logro o control
§ Actúa con plena conciencia

⇒ Aprendizaje: tomar decisiones cada vez más acertadas y la relación que tiene
entre sus rutinas, actividades, comportamientos y estados de ánimo en los
diferentes momentos de su vida.
⇒ Reflexión: cuando se sienta estresados y agotados, puede dejar de lado los
pensamientos que le interfieren y cambiar el foco atencional y recordar los
objetivos y funciones que tiene que realizar en la práctica deportiva. Esto evitará
que entre en el círculo vistoso que disminuye su creatividad, rendimiento y
disfrute y atención plena del momento presente.

Octava semana
⇒ Objetivo: ayudar a integrar el mindfulness en su vida diaria.
⇒ Intervención:
1. Empieza el día con mindfulness
2. Practica espacios de respiración a lo largo del día
3. Mantén la práctica del mindfulness tanto formal como informal
4. Acepta con bondad tus sentimientos
5. Cuando te sientas cansado, frustrado, nervioso, enfadado o sientas
cualquier otra emoción poderosa, practica un espacio de respiración
6. Actividades con mindfulness
7. Recuerda mantener una buena respiración
⇒ Aprendizaje: practicar el deporte como actividad de disfrute y no solo como
competición y presión.
⇒ Reflexión: el mindfulness lo puede utilizar siempre que lo necesite.

En general, es importante que entienda que cuando es capaz de observar las cosas desde
una visión más amplia, puede darse cuenta de que no hay nada exterior que pueda
desequilibrarlo si no hay algo interior que lo favorezca.
El objetivo de estas prácticas de meditación es que la persona deportista calme a la mente
a través de la concentración y la observación.
Por ejemplo, en la meditación basada en mindfulness o atención plena para la práctica
deportiva, la persona busca el distanciamiento de los pensamientos para lograr,
potencialmente, la relajación, el alivio del estrés e intentar focalizarse en las funciones
que favorecen a su rendimiento.
Un ejemplo práctico que podrías sugerirle a un jugador de básquet para aplicar el
mindfulness a través del sentido de la vista podría ser:
Durante una semana, el deportista tiene que mirar a un punto fijo (e.g., puede ser un reloj)
durante ciertos minutos. Puede empezar por 5 minutos y cada día aumentar 5 minuto
más. La idea es que aprenda a focalizarse en un punto en concreto y que deje de lado el
resto de las interferencias, con la finalidad de potenciar su tiro a canasta.
Una de las características más importantes que puede proporcionarle el mindfulness es
ayudarle a observar su mente y empezar a enfrentarse a los pensamientos y emociones
que le producen ansiedad.
En definitiva, el mindfulness, es decir, la meditación persigue relajación y reducción de la
ansiedad por medio de la observación de nuestros pensamientos, emociones y
sensaciones en el momento presente. Implica una capacidad de mirar hacia dentro para
observar nuestras experiencias sin juzgar, sin apegos, sin reaccionar. La clave es ayudar a
la persona deportista a concentrarse en un solo punto de atención, como la respiración,
una palabra, una frase o un objeto. Para redirigir a la mente de forma hábil. Normalmente,
se necesitan años de práctica. Sin embargo, si tiene continuidad, podrá notar cambios
significativos en unas semanas.

En la práctica, podrás ver que, tras realizar entrenamiento en mindfulness, las funciones
que salen favorecidas tras la reducción de la mente divagativa (la rumiación) son las
siguientes:
● Inhibición y control de hábitos, tendencias e impulsos nocivos. En algunas
personas deportistas como pueden ser los futbolistas, esta función puede jugar un papel
importante debido a la cantidad de comportamientos apropiados que deben seleccionar
en el campo. Esto puede deberse al hecho de que la capacidad de inhibir respuestas
inapropiadas está directamente relacionada con la autorregulación del comportamiento.
Es decir, la capacidad de suprimir acciones en curso o planificadas pero inapropiadas en
una situación dada requiere un control inhibitorio.
Esta función en estado óptimo podría favorecer la agilidad que tienen, por ejemplo, los
futbolistas, cuando realizan un movimiento rápido de todo el cuerpo con un cambio de
velocidad o dirección en respuesta a un estímulo y cuando tienen la capacidad de cambiar
de dirección mientras corren.

● Realización de nuevos comportamientos. Aquellos que tras realizar un error


experimentan creencias irracionales, pierden el foco atencional y esto perjudica a las altas
demandas tanto físicas como cognitivas que les devienen.
El hecho de saber gestionar estas situaciones a partir del entrenamiento en mindfulness
puede facilitar que los deportistas puedan adaptarse a situaciones nuevas o cambiantes,
ya que favorece su atención y el recuerdo de estrategias de juego.

● Control de la atención y memoria de trabajo. Las decisiones que toman los


deportistas, en gran parte los de deporte colectivo, se basan en la información que
reconocen dentro del contexto del juego (es decir, memoria de trabajo). Esta es la razón
por la que deben ser capaces de reconocer y procesar situaciones de forma rápida.
Es importante que un deportista sea capaz de dejar de las acciones erróneas percibidas,
focalizarse en la información de su entorno y reaccionar selectivamente a esa
información, es decir, realizar una buena gestión de esa concentración y, por lo tanto, de
esos focos atencionales.

● Flexibilidad mental y resolución de problemas para elegir nuevas


alternativas. En relación con lo explicado en el apartado anterior, el entrenamiento en
mindfulness también puede facilitar la habilidad de un deportista a adaptarse a
situaciones novedosas, cambiantes o inesperadas.
Es relevante que un deportista tiene que ser capaz de descubrir y resolver las
interferencias que le puedan devenir en la práctica deportiva de la forma más efectiva
entre todas las opciones concebibles en un período corto de tiempo.

Todos tenemos experiencia de cómo mejora nuestro rendimiento y nuestra capacidad de


aprendizaje cuando estamos plenamente enfocados en una tarea, en lugar de ser víctimas
de una serie de distracciones internas o ambientales.
Todo lo anterior está relacionado con los focos atencionales a los que tiene que recurre la
persona deportista para estar plenamente atenta a lo que está ocurriendo en el presente.
En general, el entrenamiento en mindfulness le facilita que pueda captar más información
para así poder tomar mejores decisiones. También ayuda a que elimine las distracciones
que pueda presentar tras presentar cualquier situación adversa que le pueda generar
creencias irracionales, evitando así la generación de pensamientos rumiativos que le
impidan seguir rindiendo al mismo nivel.
6.5.. Intervención: El nerviosismo o miedo excesivo

Este apartado está basado en la guía práctica de Martin (2008).


Antes de empezar con la explicación de posibles intervenciones que podrías utilizar para
ayudar a la gestión del nerviosismo, te expondré algunos ejemplos en los que podrías
hacer uso de su aplicación:
§ “Tiene miedo a cometer un error”.
§ “En el equipo están demasiado tensos, su nivel de activación es inapropiado”.
§ Demanda de un entrenador en la que refiere que sus jugadores se encuentran
demasiado nerviosos.
§ “Era buen jugador hasta que empezó a gestionarse a través de tics y eso le empezó
a interferir en el juego”.
§ Un equipo recibe comentarios muy negativos por parte del entrenador y eso les
genera nerviosismo.
§ Otras de deportistas que reflejan nerviosismo: “espero no fallar el pase”, “odio este
tipo de golpes”, “¿cómo voy a conseguirlo?”, “no debo fastidiarla ahora que estoy
tan bien”, “tengo que hacer un buen golpe”, “¿qué idiota ha hecho que yo falle?”,
“no puedo permitirme no hacer punto”.

En primer lugar, para trabajar con un deportista el nerviosismo, es importante que él


mismo sea consciente de la situación. Para ello, puedes empezar por explicarle la
diferencia entre miedo (etiqueta para la evaluación cognitiva de un peligro) y ansiedad
(etiqueta para la consecuencia de la evaluación).

Seguidamente, puedes pasar a la parte de la psicoeducación en la que puedes explicarle


que dentro de nuestro organismo se producen una especie de cambios fisiológicos cada
vez que percibimos un estímulo amenazante:
● La agudización de nuestra atención: Se produce cuando el deportista interpreta
una situación como amenazante, debido a la agudización de atención, deja de atender a
estímulos externos importantes.
● Aumento en el consumo de energía: El procesamiento de tantos cambios
fisiológicos consume energía y esto afecta al rendimiento.
● Secreción de la adrenalina por la grándula adrenal: Esto aumenta excesivamente
el nivel de activación y, por lo tanto, las conductas de los deportistas se muestran
aceleradas de manera desproporcionada.
● Percepción de estímulos adicionales en el entorno competitivo:
Esto interfiere en la generalización del estímulo de una destreza del entrenamiento a la
competición. En otras palabras, cuanta mayor similitud hay entre las sesiones de
entrenamiento y las competiciones, más segura y probable será la transferencia de
desempeño del entrenamiento a la competición.
Por ejemplo, los deportistas puede que estén relativamente relajados y sueltos en las
sesiones de entrenamiento. Entonces, si los deportistas se encuentran nerviosos o tienen
miedo en la competición, eso puede llegar a interferir porque se introducen estímulos
diferentes. Por ese motivo, se terminará reduciendo la probabilidad exitosa de conseguir
la generalización de la ejecución de las destrezas de las sesiones de entrenamiento a la
competición.

Una vez ya le hayas explicado por qué motivos se reduce el rendimiento cuando uno
presenta ese nerviosismo y, de esa forma, le sea más fácil identificarlo, puedes proceder a
explicarle algunas estrategias para afrontar el nerviosismo excesivo y la tensión (Martin,
2008):

a) Estrategias que minimizan el nerviosismo y el miedo

1. Reconocer y cambiar el pensamiento negativo. El primer paso para que un


deportista controle su nerviosismo excesivo o su miedo es reconocer y cambiar los
pensamientos negativos que le causan tensión o miedo.
o Reevaluación cognitiva
o Reevaluar la situación
o Generar un diálogo interno favorable

Pasos:
§ Cambiar manera en la que se ve un evento.
§ Ver la situación como una oportunidad para aprender y como un reto nuevo al
que puede enfrentarse.
§ Focalizarse en lo que puede controlar, no en lo que no depende solo de él.

§ Fijarse en lo que tiene que hacer (e.g., cuáles son sus funciones) y que priorice
ese pensamiento respecto a los otros negativos.
§ Justo antes de la acción, que recuerde todas las veces que lo ha entrenado y ha
obtenido resultado exitoso (e.g., usar la imaginación para gestionar esas
emociones).
§ Enfocarse en el proceso del rendimiento, no en los posibles resultados

2. Estructurar el ambiente para dejar de prestarle atención y promover


pensamientos relajantes. En la mayoría de los deportes, la ansiedad percibida por los
deportistas, sí que puede que sucedan: sí que es posible que un futbolista falle un gol; sí
que es posible que un ciclista se caiga; sí que es posible que un gimnasta pueda sufrir una
caída fuerte, etc. Entonces, puedes ayudarle al deportista a no pensar en esas posibles
consecuencias antes de la competición, ya que tampoco tienen porque pasar. Algunas
herramientas que puede utilizar para ello son:
§ Palabras e imágenes mentales para controlar las emociones. Para ello, puedes
darle como herramienta la posibilidad de estructurar el ambiente como algo
seguro ayudándole a que deje de prestar atención a esas distracciones y
promoviendo pensamientos relajantes.
§ Ensayo mental de habilidades justo antes de realizarlas. Cuando aparezca ese
pensamiento disfuncional, emparejarlo con una imagen/palabra que le produzca
el efecto contrario. Esa imaginación puede ayudar a recordar las sensaciones que
haya podido experimentar en otro momento en el que la conducta/ejecución haya
sido efectiva. Esto incrementará la probabilidad de que se reexperimenten esas
sensaciones, pasando de ser negativas a positivas, y podrá intentar volver a
ejecutar correctamente la destreza.
§ La visualización para ayudar a obviar los estímulos distractores. Puedes
explicarle esto (herramienta explicada en apartados anteriores) como recurso
para imaginarse y concentrarse en lo que realmente quiere conseguir, en lugar de
preocuparse en lo que no hay que hacer. Aunque aquí lo utilizarás como estrategia
de relajación para cambiar las respuestas del cuerpo a los estímulos estresantes,
también es un componente de la autoconfianza.
b) Estrategias que cambian la reacción del cuerpo a los eventos estresantes

3. La respiración controlada: Centrarse. Para reducir los niveles de activación y


de ansiedad, algo efectivo que le puedes explicar es la respiración diafragmática. Esto
facilita el control del pensamiento y la relajación muscular y respiratoria.
- Relajar el cuerpo. Fijarse en cómo de tensas tiene las partes de su cuerpo, desde los pies
hasta el cuello y tratar de hacer movimientos suaves para reducirlo.
- Para la inspiración, respirar desde la nariz hasta el fondo de su estómago. Para la
expiración, desde el diafragma hasta que salga lentamente el aire por la boca. Cada vez
que la persona deportista expire, para facilitar el proceso lento, puede deletrear de
manera pautada una palabra que le produzca calma.
Es importante indicarle que esté focalizado en cómo su aire va pasando por este circuito,
dejando de lado el resto de los pensamientos. Será en ese momento cuando identifique
qué pensamientos son los que le producen ansiedad.
Por lo tanto, el proceso de la respiración interrumpirá la generación de pensamientos
disfuncionales durante los minutos en los que se encuentre realizando la respiración
controlada. Puedes usar este audio con los deportistas con los que trabajes:
https://youtu.be/8VDoaUBHiN0

4. Mantener el sentido del humor. En algunos estudios se ha visto que los


deportistas que utilizan el humor antes de una competición experimentan menos tensión.
En función de la personalidad de la persona deportista, puedes explicarle esta
herramienta para lograr un mejor desempeño. Para desarrollar este apartado, te
recomendamos este libro: https://amzn.to/3Eb14vr
5. Relajación muscular progresiva (Edmond Jacobson, 1938). Esta técnica implica
la alternancia de la tensión y la relajación de los diferentes grupos musculares para
generar consciencia de las sensaciones corporales cuando los músculos están tensos
frente a cuando están relajados.
Puedes realizar aquí la técnica guiada de Jacobson, o pasarle este enlace a los deportistas
con los que trabajes para que la realicen. Revisa el vídeo que hay en la parte de debajo de
todo en esta página: https://www.miconsulta.es/ansiedad/
6.6. Intervención: estrategias para manejar el enfado

Este apartado está basado en la guía práctica de Martin (2008).


● Identificar las situaciones que causan enfado. Para ello, tienes que pedirle a la
persona deportista que elabore una lista de las situaciones o estímulos que comúnmente
le causen ese enfado.

● Enseñar conductas incompatibles que interrumpan el enfado. Puedes


ayudarle a la persona deportista a concretar conductas alternativas. Las
autoverbalizaciones (hablar con uno mismo) suelen ser las más utilizadas:

o Uso de autoverbalizaciones de afrontamiento para mantenerse controlado. Puedes


enseñarle al deportista algunas autoexpresiones. Por ejemplo:
▪ “Primero, me tranquilizaré, después intentaré enfrentarme al problema”.
▪ “Voy a intentar estar calmado para poder centrarme en mis objetivos”.
▪ “No voy a permitir que me afecte la actitud de gente del entorno porque no
me lo merezco”.
▪ “Voy a rendir mejor si me ocupo de lo que tengo en mis manos”.
▪ “Prefiero disfrutar del deporte que nublarme de malestar, ya que no me sirve
de nada”.

o Utilizar palabras clave específicas para generar sentimientos de relajación. Puedes


decirle al deportista que elija palabras que más lo ayuden a reponerse tras situaciones
que le generen malestar. De esa forma, cuando se encuentre en esos momentos de ira, el
uso de ellas facilitará el cambio de sensaciones tras producir un estímulo condicionado
en la palabra en sí.

o Utilizar el autodiscurso para enfocarse en destrezas deportivas específicas. Puedes


ayudarle al deportista a que genere un discurso interior centrándose en la ejecución de la
técnica que tiene que realizar o en los estímulos que tiene delante y que le pueden ayudar
a que realice esa destreza.

Mantener un discurso para actuar de manera asertiva. Esto es explicarle al deportista que,
si se habla bien y se comunica bien a él mismo, se va a encontrar mejor.

● Practicar las conductas incompatibles utilizando imaginación y/o


simulaciones y/o juego de roles. Para ello, puedes ayudar a la persona deportista a que
practique de la siguiente manera:
Utilizando la imaginación, le puedes decir que intente recordar una situación que le
genere enfado durante la práctica deportiva; y que se imagine qué conducta podría hacer
que lo distrajera de esa sensación de enfado y lo recondujera de nuevo al rendimiento
deportivo.

● Usar las habilidades de afrontamiento en situaciones de competición


(después de haber logrado un mínimo de aprendizaje). Puedes explicarle, cuando ya tenga
lo anterior más automatizado y la duración del enfado sea inferior, que puede recurrir al
recuerdo de los objetivos y funciones que debe cumplir como deportista.
6.7. Intervención para disminuir errores persistentes

Este apartado está basado en la guía práctica de Martin (2008).


La mayor parte de los entrenamientos que reciben los deportistas es dedicada a adquirir
nuevos aprendizajes y a corregir errores. Sin embargo, la mayoría de los deportistas
continúan cometiendo errores. Para sacar mejor rendimiento y disminuir la frecuencia de
errores, como profesional de la psicología, puedes dar herramientas que faciliten ese
aprendizaje y una mejor ejecución de la conducta. Sobre todo, a los deportistas más
principiantes o a los que quieren desarrollar una nueva destreza.

En primer lugar, te describiré algunos ejemplos para que puedas identificar situaciones
en las que el deportista suele cometer errores, y en las que podrías trabajar los recursos
que te explicaré a continuación.
● Falta de atención a algunos estímulos apropiados antes de realizar una tarea o
destreza.

● Distracción (falta de concentración) debido a recibir una comunicación


inapropiada por parte de alguien del entorno (e.g., entrenador, compañero, público).

● Rumiación constante por parte del deportista porque anteriormente ha percibido


que ya ha cometido un error (interrupción de la concentración debido a entrar en un
círculo vicioso generado por una creencia irracional).

Este tipo de situaciones suelen ser las más comunes en los contextos deportivos.

Aspectos a tener en cuenta para trabajar los errores en la práctica deportiva


En general, te podría indicar algunos aspectos para que ayudes a una persona deportista
a centrarse concretamente en la sesión de entrenamiento o en la competición y que
disminuya los errores persistentes. Por ejemplo, te puedes guiar a partir de estos cuatro
aspectos para ayudarle:
§ Un establecimiento de metas
§ Palabras clave
§ Ensayos mentales
§ Autorregistros (antes, durante y después de la actividad)
Si tienes en cuenta todo lo anterior, también lo visto en los otros apartados, puedes ayudar
a favorecer el rendimiento y a disminuir los errores de la persona deportista.
Concretamente, si los errores parecen estar relacionados con la presencia de falta de
atención y distracciones del entorno de la práctica deportiva. El motivo por el que esto
puede funcionar es debido a que la persona deportista tendrá más en cuenta las funciones
que debe realizar y aumentará su atención a la hora de la ejecución de las destrezas que
había aprendido previamente.
De todos modos, te explicaré de manera más específica cómo podrías trabajar dos de los
errores más comunes (Martin et al., 2008).

Estrategias para trabajar los errores más comunes

● Disminuir errores que ocurren debido a la falta de reforzamiento de la


ejecución correcta.
o Si las personas deportistas tienen las habilidades para ejecutar un
movimiento/destreza y no lo están logrando, puede que haya una falta de reforzamiento
natural a la conducta correctamente realizada. Por esa razón, es importante que el técnico
valore si el uso del reforzamiento podría ayudar al desempeño y ejecución de la destreza.

▪ Para llevar a cabo este recurso, a nivel comunicativo, es importante indicar qué
tipo de recurso podría utilizar el entrenador para favorecer esa conducta deseada.

▪ El tipo de refuerzo puede ser elegido por el entrenador, si conoce bien a la persona
deportista, o por el mismo deportista, si considera que hay alguna palabra o frase que le
podría ir bien.

● Disminuir errores persistentes y bien aprendidos.


o Identificar error.
o Concretar conducta correcta.
o Generar objetivos realistas (vistos en otros apartados) respecto a la conducta
correcta.
o Concretar palabras clave a la hora de realizar la conducta deseada que le faciliten
el hecho de experimentar que tiene ese recurso porque lo ha trabajado (autoconfianza).
o Ayudarse de un autodiálogo interno favorable (elogio por la ejecución correcta).
o Recepción de mensajes por parte de técnicos que refuercen esa conducta correcta
(retroalimentación inmediata).
o Proporcionar la conducta correcta a través de visualizaciones de vídeo, ya sea del
mismo deportista o de otros, con la finalidad de generar conciencia.

Respecto a la opción de visualizaciones de vídeo, se recomienda que utilices


retroalimentación a partir de ellas para mejorar las destrezas básicas y disminuir errores
persistentes a partir de tener en cuenta lo siguiente:
▪ Identificar el aspecto específico de una conducta que quiera mejorar. No utilizar
la visualización con la intención de considerar varios aspectos de una conducta a
la vez.
▪ Cuando la persona deportista está recibiendo ese tipo de retroalimentación
respecto a la ejecución de la tarea mediante el vídeo, es importante enseñarle de
qué forma tiene que prestar atención a los estímulos ambientales más relevantes.
▪ Durante la sesión en la que esté practicando la destreza, es importante que el
deportista reciba reforzamiento positivo por esa ejecución correcta. Esto
también puede grabarse para proporcionar retroalimentación.
▪ La persona deportista tiene que recibir esa retroalimentación en varios intentos
correctivos durante varias sesiones seguidas para ser consciente del error
persistente y poder interiorizar la ejecución correcta de la destreza.
6.8. Intervención: Concentración y confianza en el rendimiento deportivo

Este apartado está basado en la guía práctica de Martin (2008).


Seguro que en muchas ocasiones has oído decir comentarios así o similares:
§ “Parece ser que les han encajado punto/gol y han perdido la confianza en poder
ganar”.
§ “Desde el primer error que ha cometido el rival parece que haya perdido seguridad
y el otro está dominando el partido”.
§ “El deportista antes de la prueba ya decía que no iba a salirle bien. Parecía estar
pensando en otras cosas y se mostraba con poca confianza”.
§ “El gimnasta iba bien hasta que cometió un pequeño error y dejó de concentrarse.
Supongo que perdió toda su confianza”.
§ “El deportista se distrae fácilmente”.
§ “El deportista parece estar desactivado”.
§ “El deportista está demasiado activo o excesivamente nervioso”.
Estas afirmaciones reflejan la cantidad de veces que ocurre esto en el contexto deportivo
y la importancia que tienen esas variables para el rendimiento óptimo.

Concentración
Puedes identificar el grado de concentración a partir de hacer un análisis al deportista
basándote en su:
§ Orientación
§ Observación
§ Atención
§ Enfoque (focos)
En otras palabras, la concentración es la conducta que hace que la persona se ponga en
contacto con los estímulos apropiados del entorno para conseguir el objetivo que tiene.
Además, no podemos olvidarnos de la duración de la misma, es decir, del tiempo con el
que está conectada la persona sobre el estímulo apropiado y permite el rendimiento hábil.

Cómo desarrollar la confianza y la concentración


1. Desarrollar destrezas a un alto nivel con ejercicios de práctica.
o Establecimiento de objetivos
o Registro del rendimiento
o Identificar bien el dominio necesario para desarrollar las conductas deseadas
2. Enseñar a orientarse hacia los estímulos correctos.
§ Tener en cuenta el autodiálogo del deportista a la hora de realizar la tarea
§ Identificar dónde atiende (focos: internos, externos, estrechos, amplios), ya
que lo ideal sería que en este momento su control fuera reducido e interno.
§ También, evaluar la capacidad de cambio de focos, que reflejaría la
adaptación a cada situación.
§ Capacidad de atención a los estímulos necesarios.
§ Capacidad de anticipación de las acciones posibles que pueda generar.
§ Capacidad de hacer uso de palabras clave para orientarse hacia los
estímulos correctos.
§ Capacidad de hacer uso de la comunicación para mantenerse activo y
atento.

3. Transferir el control de destrezas deportivas desde las reglas establecidas a los


estímulos naturales (e.g., “rendimiento con esfuerzo” y “sentir que la actuación es
automática”). En este caso, a la hora de realizar las destrezas, es importante reducir las
palabras clave a un número pequeño para que su ejecución llegue a estar bajo el control
de los estímulos ambiente (validez ecológica) y para que al deportista le salgan de manera
“automática”.

4. Los deportistas tienen que garantizar una buena ejecución en los


entrenamientos.
Para que un deportista consiga lograr lo que quiere conseguir en la competición, debe
realizar una buena ejecución en los entrenamientos, que son los que tienes que indicarle
que le darán confianza para rendir en competición.
Cuando haya recogido una serie de ejecuciones buenas en los entrenamientos, contará
con el recuerdo de recursos válidos que le dotarán de suficiente confianza para la
competición.
Con todo esto, el deportista será más probable que se centre en un autodiscurso más lleno
de seguridad; y, en su imaginación, podrá generar un rendimiento exitoso en la
competición.
Cómo mantener la autoconfianza el día de la competición
1. Los deportistas deben tener un día relajado y sin estrés, antes de competir. Se lo
puedes explicar a través de estas tres palabras:
§ Relajarse
§ Reagruparse
§ Reenfocarse

2. Los deportistas deben revivir sus mejores ejecuciones. Pueden recordar todo lo
entrenado y aprendido.

3. Los deportistas deben centrarse en lo que pueden controlar, no en lo incontrolable.


Puede generar una lista de las cosas que dependen y no dependen de él.En competición,
puedes decirle que recuerde la lista de cosas que dependen de él y priorizar foco
atencional en ellas.

4. Los deportistas deben centrarse en metas realistas para la ejecución en vez de


preocuparse por los resultados. Puede usar las autoverbalizaciones para centrarse en el
aquí y el ahora.

5. Los deportistas deben centrarse en sus fortalezas, no en sus limitaciones o en sus


errores. Recordar que puede utilizar palabras clave relacionadas con las destrezas que
son su punto fuerte. Ejemplo de un jugador de fútbol: “rupturas”, haciendo referencia a
que realizándolas es muy bueno y dependen de él.

6. Los deportistas deben “rebatir” y “re-encuadrar” para contrarrestar las creencias


irracionales. Le puedes explicar el uso de herramientas como el modelo GABCDE de la
TREC, donde puede generar pensamientos alternativos funcionales efectivos ante
situaciones adversas, que le ayudarán a continuar con su objetivo.

7. Los deportistas deben preparar y seguir un plan de pre-competición.


a) Puedes decirle que anote bien los pasos a seguir y, si le funcionan, que los
mantenga en mente cuando las cosas no vayan como esperaba.
b) Es importante que el deportista se vaya conociendo y vaya viendo qué le
funciona mejor.
c) Si en algún momento algo no le sale como esperaba, debe reconocer si está
afectando a su nivel de activación y a las funciones que debe cumplir. En ese
momento, debes decirle que puede recordar el plan que tenía, con los pasos
a seguir y eso le ayudará a que se recomponga y continúe rindiendo.

8. Los deportistas deben centrarse en lo que quieren hacer, no en lo que no quieren


hacer. Recordarle que el “NO” no ayuda, ya que no ayuda a la confianza.

9. Los deportistas deben centrarse en el proceso, no en el resultado. Debes explicarle


que, si se focaliza en el resultado, está invirtiendo atención en algo que no le ayudará a
continuar rindiendo.
a) Es importante que le expliques que debe estar centrado en el presente, sin
estar distraído por los estímulos que no le ayudan.
b) Algunas frases que le puedes indicar para mejorar esa atención:
“concéntrate en el momento”, “sigue esforzándote”, “encárgate de lo que
puedes cambiar que esté en tus manos”; “muestra lo que sabes hacer”;
“recuerda cuáles son tus objetivos”; “recuerda y muestra cuáles son tus
puntos fuertes y el motivo por el que estás aquí”.

10. Los deportistas deben estar activos, pero mantenerse en calma.

A partir de todo lo explicado con anterioridad, podrás ayudar a cualquier deportista en la


gestión de los siguientes aspectos, que son los más relevantes para rendir en la práctica
deportiva:
o Sentir que gestiona sus emociones
o Sentir que gestiona su nivel de activación
o Sentir que se encuentra mentalmente relajado
o Sentir que físicamente se siente relajado
o Sentir que tiene confianza para rendir
o Sentir que está concentrados para rendir
6.9. Intervención: la comunicación

Comunicación en función del momento de entrenamiento


Los deportistas procesen mejor un tipo de comunicación u otra en función del momento
del entrenamiento y de las pulsaciones que tengan. Dado que esto puede depender de
muchas variables, puedes poder empezar considerando lo siguiente:

POST ENTRENAMIENTO
PRE ENTRENAMIENTO DURANTE EL ENTRENAMIENTO Pulsaciones altas justo después
Pulsaciones más bajas Pulsaciones más altas Pulsaciones más bajas minutos
después

Mejor atención (teórica) por


parte de los atletas:
Atención limitada por parte de
- Objetivos y tareas en el entreno
los deportistas → tratar de no
- Finalidad de la tarea en cuestión - Feedback positivo
saturarlos:
- Posibilidad de matizar y ahondar - Explicar de manera asertiva y
- Mensajes cortos claros y
más constructiva aspectos que
concisos usando los códigos
- Posibilidad de plantear el uso de queremos mejorar del deportista
explicados en el pre
palabras clave o códigos → incluir
entrenamiento.
varios conceptos al mismo tiempo
en una sola palabra
Comunicación en función del momento de competición

Los deportistas pueden ayudarse de la comunicación que tú le aportes a partir de


generarle un aumento en motivación, confianza y autorrealización. Para ello, puedes tener
en cuenta lo siguiente:

POST COMPETICIÓN
PRE COMPETICIÓN DURANTE LA COMPETICIÓN Pulsaciones altas justo después
Pulsaciones más bajas Pulsaciones más altas Pulsaciones más bajas minutos
después

- Dependerá de cómo afrontan el


- Validar a los deportistas basándote - Uso de códigos postpartido (independiente)
en el AQUÍ Y EL AHORA - Mensajes cortos, claros y - Primer momento → Feedback
- Focalizarte en cuenta el esfuerzo directos positivo / Críticas constructivas
que han hecho, la valía y capacidad - Cuidar la comunicación no verbal - Identificar:
que tienen (disonancia entre la comunicación 1º → ¿Cómo te sientes tú y cómo
- Darles motivos para que se crean no verbal y la verbal) puedes transmitirle a los
que pueden afrontar esa - Hacer uso de la comunicación jugadores el mensaje que
competición asertiva (no “sacar” al deportista queremos transmitir? (mirar en el
- Reconocer su valía con ejemplos de de la competición) interior)
sus entrenos de la semana, NO - Focalización en sus fortalezas, Comentarios: críticas
referirse a anteriores competiciones alternativas y posibles soluciones constructivas para mejorar
- Desde una perspectiva realista 2º → explicación + ejemplos...

A partir de tener en cuenta las variables individuales del deportista, puedes considerar si
la comunicación puede afectar al estado anímico o aumentar la vulnerabilidad a padecer
ansiedad. Entre otras cosas, a partir del discurso que le puedas dar, tanto tú como
cualquier técnico, puedes llegar a transmitirle una situación como amenaza (e.g.,
percibida de manera ansiosa) o reto (e.g., percibida como objetivo que quiere conseguir).
También es importante identificar su nivel de activación e irascibilidad. De ese modo,
podrás considerar si es mejor comunicar, o no, y de qué forma.

¿Cómo afecta el tipo de comunicación?


A partir del tipo de respuesta que le des a la persona deportista, es posible que le generes
una respuesta emocional u otra y, consecuentemente, eso puede alterar su rendimiento.

Entre algunas respuestas, podemos encontrar:

a) Comunicación activa y constructiva. No verbal: mantener el contacto visual,


mostrar emociones positivas, como sonrisa genuina, tocar, reír.
b) Comunicación pasiva constructiva. No verbal: expresión emocional mínima o
inexistente.
c) Comunicación activa y destructiva. No verbal: muestras de emociones negativas,
como ceño fruncido, expresión desaprobatoria.
d) Comunicación pasiva y destructiva. No verbal: contacto visual mínimo o nulo, dar
la espalda, salir de la habitación.

Comunicación: caso práctico 1


En el siguiente caso positivo, puedes considerar un ejemplo en el que se hace uso de dar
feedback a partir del estilo de comunicación utilizado:
Un delantero lleva mucho tiempo sin marcar un gol y esto le está empezando a generar
malestar. Hoy tiene un partido muy importante para él y por fin consigue marcar en un
penalti. Al terminar el partido, se acerca al entrenador.
a) Activa y constructiva: Me alegro mucho, ¡te lo mereces, estoy muy orgulloso de
ti! ¿Cómo te has visto? Esto vamos a celebrarlo, ahora hay que seguir luchando
(sonriéndole y dándole un abrazo mano).
b) Pasiva constructiva: Enhorabuena, muy bien hecho (sin mirarle a los ojos, pero
sonriendo un poco, en modo de cumplido, pero sin emoción).
c) Activa y destructiva: Enhorabuena, pero sólo has marcado porque era un penalti,
a ver si marcas en otra ocasión (sin contacto visual y mirando por a otro lado o a
otras personas).
d) Pasiva y destructiva: Pues creo que tendremos que crear más ocasiones
(girándose y dándole la espalda).

Comunicación: caso práctico 2


En el siguiente caso negativo, puedes considerar un ejemplo en el que se hace uso del
refuerzo a partir del estilo de comunicación utilizado:
Un portero lleva varios partidos con la portería a 0 por lo que se empieza a encontrar cada
vez mejor. En uno de los partidos más importantes de la temporada le encajan 2 goles.
a) Activa y constructiva: No te preocupes, lo has hecho muy bien, lo importante es
que sigas trabajando, el próximo partido irá mejor. ¿Crees que necesitas mejorar
en algo?; ¿cómo te sientes? (mirándole a los ojos interactuando con él de forma
cercana).
b) Pasiva constructiva: El próximo va a ir mejor (sin contacto visual ni contacto
físico).
c) Activa y destructiva: Bueno, no pasa nada, veremos si el próximo partido no nos
meten 2 goles (sin contacto visual y mirando a otro lado y con gesto enfadado).
d) Pasiva y destructiva: Vamos a tener que entrenar más la defensa (girándose y
dándole la espalda).

¿Qué tipo de comunicación ayuda más?


El estilo de comunicación que empleas afecta a la persona deportista, acarrea
consecuencias en su rendimiento, en su bienestar emocional y puede aumentar su
vulnerabilidad a presentar problemas de salud mental.
Como persona que se dedica a ayudar al deportista, es importante que sepas identificar el
tipo de mensajes que recibe por parte de su entorno y con qué finalidad, ya que la
respuesta que reciba el deportista afectará a su rendimiento. Por esa razón, no sólo es
importante que los psicólogos hagamos un buen uso de la comunicación, siendo la más
adecuada la activa y constructiva, sino también podemos dotarle de herramientas a los
entrenadores y al resto de gente de su entorno.
¿Por qué es importante aprender a comunicar de forma activa y constructiva?
§ Mejora la relación
§ Crea relaciones sólidas
§ Comparte más detalles de su vida íntima (alianza)
§ Fortalece la relación
§ Comparte experiencias que fomentan la compasión y la identidad (victorias,
triunfos)
§ Muestra más amabilidad al resto y, por tanto, contagia emociones agradables
§ Mejora el bienestar emocional y, por tanto, el rendimiento
§ Pasan más tiempo contigo (y mayor compromiso)
§ Refuerza los vínculos

¿Qué ayuda a tener una mejor comunicación?


Identificar las variables que pueden afectar a la comunicación y trabajar en ellas.
Una forma efectiva para poder identificar bien las variables puede ser a través de la
herramienta elaborada por Alexander Latinjak y Eduardo Morelló, llamada Psych
Mapping.
Esta herramienta se explica mejor en la entrevista realizada a Alexander Latinjak), doctor
en Psicología del Deporte (Latinjak y Hatzigeorgiadis, 2021; Latinjak et al., 2021). De
todos modos, a continuación, te mostramos un pequeño resumen de un caso en el que se
trabajó la comunicación a partir del material del Psych Mapping.

CASO PRÁCTICO: COMUNICACIÓN


● Las variables externas que afectan a la comunicación:
a) Condiciones físicas y ambientales. Por ejemplo: tiempo, sala de entrenadores,
vestuario.
b) Organizaciones. Por ejemplo: federación, club, categoría.
c) Personas del entorno. Por ejemplo: equipo, personas del cuerpo técnico, padres.
d) Entrenamientos y competiciones. Por ejemplo: rivales, objetivos del club,
momento de temporada.
● Las variables biopsicosociales que afectan a la comunicación:
a. Aspecto físico. Por ejemplo: joven, alto, fuerte.
b. Aspectos relevantes sobre ti (descripción propia). Por ejemplo: positivo,
autoeficiente, sano.
c. Cosas que son típicas en mejores o peores momentos relacionados con tu
comunicación y que son las más relevantes. Por ejemplo: capacidad de
integrar información y expresarla, enérgico, organizado.
d. Aspectos que te diferencian de los demás en tu comunicación y que crees
que son los más relevantes. Por ejemplo: compasivo, capacidad de análisis,
escucha activa.

● Las habilidades psicológicas que afectan a la comunicación:


a) Habilidades que favorecen tu comunicación que crees que son las más
relevantes. Por ejemplo: habilidades en resolución de conflictos,
motivación intrínseca y transmisión de la misma, capacidad de relativizar.
b) Habilidades que crees que necesitas mejorar y favorecerían tu
comunicación. Por ejemplo: intolerancia a la frustración ante conductas
externas, habilidades en asertividad en cuanto a poner límites, capacidad
de transmitir emociones a partir del volumen de la voz.
c) Estrategias que usas en situaciones desafiantes que sabes que están mal y
que luego te arrepientes y que crees que son las más relevantes. Por
ejemplo: comunicación no verbal en momentos de alta tensión en la
práctica deportiva, gestión de cúmulo de contenido, capacidad de dar
opinión ante un conflicto.
Habilidades que favorecen la comunicación
Además, en la práctica podrás ver que algunas habilidades psicológicas y aspectos que
puedes trabajar para mejorar la gestión en la práctica deportiva y que también se ven
manifestadas a través de la comunicación son:
§ Comunicación no verbal (e.g., escucha activa)
§ Habilidad para elegir los estímulos más relevantes
§ Habilidad de análisis de contenido
§ Habilidad de adaptación al entorno
§ Habilidad de transmitir y anticipar emociones o conductas
§ Habilidades en organización
§ Habilidades en planificación
§ Habilidad de integración de información y expresión
§ Habilidad de análisis y programación
§ Habilidad en resolución de conflictos
§ Habilidades en asertividad
§ Habilidad en relativizar
§ Habilidad de gestión de grupo
§ Habilidad de dirección (liderazgo)
§ Autoregulación emocional
§ Tolerancia a la frustración (interna y externa)
§ Tolerancia al fracaso (autoexigencia)

En definitiva, puedes apreciar que toda variable puede influir en la comunicación y que
puedes trabajar en ella con la finalidad de mejorarla. Por ese motivo, es importante que
tengas en cuenta la comunicación de manera holística e integral.

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