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Criterios
Especificidad: Las metas deben ser específicas y concretas, no vagas o
generales.
Medible: Las metas deben ser medibles, de modo que se pueda saber si se han
logrado o no.
Alcanzable: Las metas deben ser alcanzables, pero también desafiantes. Si son
demasiado fáciles, no serán motivadoras. Si son demasiado difíciles, serán
desalentadoras.
Relevante: Las metas deben ser relevantes para los valores y objetivos
personales. Si no son relevantes, será difícil mantenerse motivado para
alcanzarlas.
Limitada en el tiempo: Las metas deben tener un límite de tiempo, de modo que se
puedan planificar los pasos necesarios para alcanzarlas.
Estrategias
Reflexión: El primer paso es reflexionar sobre lo que se quiere lograr en la vida.
¿Cuáles son los valores personales? ¿Cuáles son los objetivos a largo plazo? Una
vez que se tiene una idea clara de lo que se quiere, se pueden empezar a
establecer metas específicas.
Establecimiento de prioridades: Es importante establecer prioridades entre las
diferentes metas. No todas las metas tienen el mismo peso, por lo que es
importante centrarse en las más importantes.
Planificación: Una vez que se han establecido las metas, es importante planificar
los pasos necesarios para alcanzarlas. Esto ayudará a mantener el enfoque y la
motivación.
Seguimiento y evaluación: Es importante seguir el progreso y evaluar el
cumplimiento de las metas. Esto ayudará a identificar los obstáculos y tomar las
medidas necesarias para superarlos.
La iniciativa y la creatividad son dos habilidades que son importantes para el éxito
en la vida personal y profesional.
Visión: la visión de vida es una declaración que describe cómo una persona quiere
que sea su vida en el futuro. Es una declaración de los objetivos que una persona
quiere alcanzar en la vida. La visión debe ser inspiradora y motivadora.
Mejora de las relaciones personales: Las personas con alta inteligencia emocional
son mejores para comunicarse y entender a los demás. Esto les ayuda a construir
relaciones más fuertes y satisfactorias.
Mayor éxito en el trabajo: Las personas con alta inteligencia emocional son
mejores para manejar el estrés, tomar decisiones y resolver conflictos. Esto les
ayuda a tener éxito en el trabajo.
Mejor salud mental y física: Las personas con alta inteligencia emocional son más
propensas a tener una buena salud mental y física.