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ABUSO SEXUAL EN ADOLESCENTES

Podemos decir que hoy en día el abuso sexual es una de las peores formas de violencia que se
atenta contra una persona, a pesar que se constituye un problema creciente contra el mundo, la
mayoría de los casos no son detectados ni denunciados. A diferencia del maltrato físico cuyo
diagnóstico depende de la posibilidad de ver las lesiones.

Podemos decir que el abuso sexual es toda acción ofensiva, dirigida contra niñas, niños y
adolescentes que una persona adulta o mayor realiza con intención de lograr satisfacción sexual.
Para que esto suceda, el abusador aprovecha de su poder basado, ya sea en el apego o autoridad
que tiene sobre su víctima, aprovechándose de la confianza y el respetoque genera este tipo de
vínculo, para hacerlo participar en actividades sexuales que la niña o el niño no comprende y para
lo cual es incapaz de dar su consentimiento, aun cuando el niño o niña no se dé cuenta de la
connotación que tiene el abuso.

Es importante aclarar que el abuso no siempre se realiza mediante la fuerza y la violencia directa.
Para controlar a una niña, niño o adolescente, los abusadores suelen usar formas más sutiles de
presión como el chantaje, la amenaza, el soborno y la manipulación psicológica a partir del
conocimiento de aquello que su víctima más teme o desea.

El abuso sexual hacia niños, niñas y adolescentes en el Perú es una violación de sus derechos
humanos y un delito penal. Que estos actos delictivos ocurran al interior de las escuelas por parte
del personal que conforma la comunidad educativa, es intolerable, y pone en riesgo a todas las y
los estudiantes, impidiendo que accedan a una educación de calidad.

La violencia sexual es uno de los problemas más graves que afecta a la infancia peruana y debe ser
atendida con diligencia excepcional, sin importar el ámbito en el que ocurra. Las cifras reportadas
por el Estado peruano, a través de la ENARES, son contundentes al revelar que el 34,6 % de
adolescentes entre 12 y 17 años reportó que alguna vez fueron víctimas de violencia sexual en la
escuela o en la familia.

En el 2017 los Centros de Emergencia reportaron 6,593 casos de violencia sexual contra niñas,
niños o adolescentes. Esta situación requiere una acción urgente del Estado como garante de los
derechos de la niñez y la adolescencia peruanas.
Prevención

 En niños, niñas, adolescentes y jóvenes

Estas acciones de prevención deben estar centradas en el fortalecimiento de los factores que
pueden protegerlos y ayudarlos a construir positivamente a pesar de las situaciones adversas
que puedan ocurrirles. Es lo que se llama resiliencia.

 Fomentar en ellos la autoestima y concepción positiva de sí mismo. Este es un


elemento fundamental, ya que es la base del auto-respeto y la posibilidad de poner
límites.
 Desarrollar en ellos la capacidad para averiguar el sentido de la vida, en estrecha
relación con la vida espiritual y la fe religiosa que practiquen o crean.
 Crear redes de apoyo social y la aceptación incondicional del niño o niña, adolescente o
joven en cuanto a persona.
 Desarrollar en ellos aptitudes y el sentimiento de tener algún control sobre la propia
vida. Esto les permite tener la certeza de saber cómo actuar frente a situaciones
complejas y entender que, son parte de la vida.
 Crear climas en que pueda desarrollarse el sentido del humor, la capacidad de poder
reír a pesar de la adversidad. En este sentido los establecimientos educacionales y los
centros de atención de la infancia, adolescentes y jóvenes deberían ser capaces de
realizar talleres para desarrollar estas capacidades.

 En las familias
Las acciones de prevención deberían estar centradas en la pesquisa de familias en riesgo para
fomentar en ellas:
 Conocimiento y utilización de los beneficios sociales a los que puedan acceder.
 La reciprocidad en las interacciones con los niños y adolescentes.
 Las experiencias intrafamiliares favorecedoras de autoestima positiva.
 Las relaciones afectivas de buena calidad, donde puedan demostrarse y expresarse
sentimientos.
 El desarrollo de una mayor plasticidad, es decir, que sean capaces de adaptarse a
situaciones nuevas.
 Enseñanza y aprendizaje de destrezas sociales que les permitan actuar con otras
personas de su entorno.
 Participación en organizaciones sociales, lo que les permite relacionarse con otros
frente a intereses comunes y no marginarse del entorno social.

 En la Comunidad
 Inserción de programas de educación sexual integral desde el nivel de educación de
párvulos.
 Promover programas comunitarios de apoyo psico-social a familias de alto riesgo para
prevenir la negligencia, el maltrato y el abandono infantil.
 Promover programas de prevención del embarazo no deseado en general, y el
embarazo adolescente en particular.
 Desarrollo de acciones recreativas y culturales para niños y niñas, adolescentes y
jóvenes de alto riesgo, con cierta regularidad.
 Implementación de espacios colectivos para el desarrollo de habilidades de crianza y
estimulación en los padres y madres en riesgo.
 Habilitación de agentes comunitarios que puedan hacer seguimiento a las familias de
alto riesgo.
 Capacitar a educadores en nociones básicas, tendientes a la prevención del abuso
sexual en escolares, incorporando la perspectiva de género y respeto entre los sexos y
los derechos del niño y adolescente.
 Mejorar el nivel educacional de los futuros padres en especial de la madre adolescente.
 Mejorar la comunicación y educación hacia la comunidad acerca de los factores de
riesgo que puedan favorecer el abuso sexual (presencia de figuras parentales sustitutas
inadecuadas, alcoholismo de las figuras parentales).
 Incorporar programas de prevención del abuso sexual en la comunidad.

González. E (2011). Abuso sexual y violación. Buenos Aires: Macchi

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