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LA AUTOESTIMA Y LA AUTOCONFIANZA

“La autoestima es la suma de la capacidad personal y el sentimiento


de valía, de confianza y de respeto por uno mismo”

Cuanto más alta es la autoestima de cualquier persona, niño o adulto, más


preparada estará para enfrentarse a problemas y dificultades, para entablar con
los demás relaciones enriquecedoras y ser generoso, respetuoso y benévolo.
La manera de sentirnos y considerarnos a nosotros mismos afecta de
manera determinante a todos los aspectos de nuestra vida. La autoestima es,
junto con el sentimiento de la propia competencia, componente básico de la
autoimagen de cualquier sujeto.

¿QUE AYUDA A DESARROLLAR LA AUTOESTIMA INFANTIL?

 Vínculos interpersonales cálidos que ofrecen interés y aceptación


incondicional alimentan en el niño sentimiento de propio valor.
Componentes del vínculo son afecto, comunicación, interés en lo que le
sucede, actividades compartidas, cuidados personales, gozo de compartir la
vida

 Los logros y su reconocimiento Cada etapa de desarrollo propone


diferentes metas que demandan en el niño esfuerzo y aliento. Cada logro
requiere reconocimiento, alegría y orgullo compartido por los padres y
hermanos aumenta la base de seguridad para seguir adelante.

 El reconocimiento y la aceptación de las características propias


 La aceptación de las propias emociones: alegrías, penas, temores y
rabias
 El reconocimiento y la aceptación de las propias necesidades y
deseos
 El reconocimiento y aceptación de los propios talentos, aptitudes y
limitaciones
 El reconocimiento y la aceptación de su propio cuerpo

OTRAS FORMAS DE MEJORAR LA AUTOESTIMA :

1º Evite todo tipo de frases y comentarios que contribuyan directa o


indirectamente a deteriorar la autoimagen del niño .
2º Encuentre cualidades, comportamientos y actuaciones dignas de
elogio, reconózcalas y alábelas públicamente.
3º Haga comentarios positivos que pueda escuchar, hable de él en voz alta
dirigiéndose a otras personas, como si no supiéramos que nos escucha.
4º Enséñele a felicitarse a sí mismo por sus pequeños o grandes éxitos,
incluso por su intento en conseguirlos.
5º Cometa usted algún fallo ante él/ella y permita que le corrija. Déjese
ganar alguna vez o equivóquese adrede y ofrézcale la satisfacción de ser él/la
más hábil en encontrar un error.
6º Dentro de la clase déle la oportunidad de sentirse mejor que los demás
en algo, al compararse con el resto de sus compañeros/as.
7º Procure aceptarlos tal cual son, valorando que son únicos e irrepetibles
y, partiendo de esa aceptación, enséñeles a ser mejores y a sentirse capaces
de llegar a donde se propongan.
8ª Ofrezca oportunidades donde puedan expresar sus cualidades.
9ª Escúcheles de forma activa, sin distracciones, con aceptación
incondicional, sin emitir juicios automáticamente.
10ª Evite los elogios ambivalentes: “Casi estás al nivel de tu compañero”.
11ª Ofrézcale responsabilidades adecuadas a su edad, que le indiquen
que usted se fía de él.
12ª Evite en clase las reprimendas en público, el trato humillante o que
pueda herir, al ponerle en ridículo delante de los demás

AUTOCONTROL EN E. INFANTIL
“El autocontrol emocional es la capacidad que nos permite controlar
nuestras emociones y no que estas nos controlen a nosotros,
impidiéndonos elegir lo que queremos sentir en cada momento de
nuestra vida”.

El primer paso para poder adquirir el autocontrol es pararse a pensar y


mantener la calma.
Para ello deben darse cuenta de lo que están sintiendo, que se están
enfadando o de que hay un problema. El adulto puede ayudar a ello haciendo
de espejo: “Creo que te estas enfadando un poco”, “Tu cara me dice que
…..no te ha gustado”. “ Lo que le has hecho a…….le ha sentado muy mal, mira
como se enfada”, etc..
Es importante enseñar a los niños a reconocer las señales corporales
que acompañan al enfado y que las observen en si mismos y en los demás:
ponerse rojo, apretar los puños, apretar los labios, el corazón late más deprisa,
la respiración se acelera etc..
Hay que tener en cuenta que nadie calma a otro, cada uno debe aprender
a calmarse a sí mismo. Mantener la calma es un medio para reducir la
conducta impulsiva y separar la reacción emocional de la reacción cognitiva y
conductual.

¿Cómo conseguir la calma?:

 Primero controlando la respiración, respirar profundamente tres veces, es


una técnica de relajación utilizada en todo el mundo. El aire debe llenar el
pecho y el abdomen. Cuando no se pueda tomar más aire dejarlo salir muy
lentamente
 Contando hasta diez o hasta el número que sepa, lentamente, para que se
diluya algo la tensión inicial
 Mirar para otro lado o dar la espalda a la persona que le ha provocado el
enfado, la pérdida del contacto visual ayuda a mantener el control, por el
contrario mantener la mirada puede aumentar el reto.
 Dirigirse a la “silla mágica” o al “rincón de la calma”, lugar que debería
existir en todas las aulas para permitir un rato de soledad o de
distanciamiento del resto del grupo, pero sin considerarlo un lugar de
castigo ni un lugar para pensar.
 Desviar la atención hacia algún objeto o actividad interesante
 Actividad física, bailar, aplastar bolitas de plastilina, dar saltos, una carrera,
cualquier actividad que conlleve desgaste de energía.
 Aprendizaje de frases que ayuden a enfrentarse a situaciones de tensión o
de agresión por parte de otros: “¡Basta ya! ”, “¡No me gusta lo que haces!”,
“Me estoy enfadando”, etc..

HABILIDADES EN RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

“Para alcanzar la paz en el mundo… debemos comenzar por los niños”


(Ghandi)

No podemos enseñar a los alumnos a resolver conflictos de forma positiva y


creativa hasta que comprobemos que poseen las destrezas necesarias para
hacerlo, sobre todo en el caso de los más pequeños. Las tres más importantes
son:

1ª Capacidad para escuchar y prestar atención a los otros

2ª Comprensión de un determinado vocabulario

3ª Capacidad de reconocer y comprender las emociones en sí mismo


y en los demás

Cuando los alumnos tienen las destrezas necesarias y experiencia en tomar


decisiones, están preparados para comenzar a resolver conflictos por sí
mismos. Aprenderán mejor cuantas más oportunidades se les ofrezcan para
practicar.

Los niños de 3 a 6 años pueden resolver conflictos sociales y pueden


aprender a hacerlo. Su habilidad para encontrar soluciones se incrementa con
el ejercicio de generar distintas alternativas o soluciones y predecir las
posibles consecuencias de cada una de ellas.

Prepararles a pensar de forma creativa es básico para que luego busquen


diversas soluciones ante un conflicto.

OTRAS HABILIDADES IMPORTANTES:

 Identificar con claridad el problema


 Comprender que cada conflicto problema se puede resolver de
distintas formas
 Expresar las emociones y sentimientos asociados al problema
 Expresar necesidades e intereses
 Saber recobrar la calma
 Saber reconocer el nivel de “gravedad” del problema
 Tolerar las críticas, sean justas o injustas
 Tolerar las frustraciones
 Evaluar correctamente las consecuencias de las acciones
 Sentido del humor
 Saber cooperar y compartir
RESOLUCION DE CONFLICTOS EN NIÑOS DE 3 A 5 AÑOS

La mayoría de los niños de estas edades pueden aprender a negociar


Para enseñarle, primero deben concretar qué destrezas y qué experiencias en
tomar decisiones tiene el niño, entonces pueden introducir la idea de resolver
conflictos y proporcionar oportunidades para ponerla en práctica.

1º Evaluar las destrezas necesarias para la resolución de conflictos:


Las tres destrezas que los niños necesitan para ser capaces de negociar son:
* Capacidad para escuchar y prestar atención a otros
* Comprensión de un determinado vocabulario
* Capacidad de reconocer y comprender determinados sentimientos

Si un adulto obliga a un niño a negociar antes de que tenga estas destrezas se


frustrará él tanto como el niño.

2º Introducir el proceso de resolución de conflictos: Pueden comenzar, una


vez tienen las destrezas necesarias y alguna experiencia en toma de
decisiones. El proceso puede introducirse dando un modelo adecuado de
conductas y mirando libros que ilustren la búsqueda de diferentes posibilidades
antes de actuar. Hacer de modelo incluye tanto usar el proceso para resolver
conflictos como explicar lo que estás haciendo. Puede servir un adulto o un
niño mayor.

3º Leer historias: O bien hacerle observar imágenes, fotos, donde los


personajes tienen un problema. Conviene mencionar cuál es el problema, las
diferentes posibilidades de resolverlo y cuales son las consecuencias de las
mismas.

4º Proporcionar oportunidades para practicar: Los niños pequeños


aprenden mejor cuando se les dan muchas oportunidades de practicar. Cuanto
más real sea la actividad, más fácil la comprenderá el niño.
.
5º Utilización de marionetas, juegos y cuentos: La utilización de marionetas
para practicar nuevas ideas funcionará mejor que la discusión de un conflicto.
El juego simbólico puede ser muy útil también. Las investigaciones han
demostrado que cuando los niños adoptan diferentes papeles en el juego se
incrementa su capacidad para ver la situación desde la perspectiva de otra
persona. Puedes también pedir a un niño que se invente un cuento sobre un
niño que tenía un problema, por ej: “Explícame un cuento sobre una niña
pequeña que quería el juguete de otro y las diferentes formas en que ella
intentaba conseguirlo”.
6º Enseñar a otro a resolver problemas: Una de las mejores formas de
aprender algo es tener que enseñarlo. Un niño de 5 años puede mostrar a otro
de tres diferentes formas de compartir. La habilidad para negociar se
incrementa con su capacidad para comprender sentimientos, generar
alternativas y predecir posibles consecuencias de estas ideas.

CUATRO REQUISITOS PARA ESTABLECER LIMITES Y


NORMAS

CLARIDAD: Consiste en enviar al niño mensajes concretos, directos, con


pocas palabras y hablarle usando su nombre para dirigirse a él. Decirle qué es
exactamente lo que se quiere que haga o deje de hacer, sin largas
explicaciones. Cuanto más pequeño es el niño menos explicaciones necesita.
Lo que mejor funciona es decirle qué le conviene y qué no. Afirmar con certeza
lo que uno espera de él, es darle una imagen de adulto confiable que
proporciona seguridad.
CONSTANCIA: Se refiere a mantener firmes las normas establecidas todo el
tiempo que sea posible. Lo más importante es que el niño obtenga una
respuesta predecible ante sus decisiones y acciones; necesita grabar en su
mente lo que sucede cuando hace o deja de hacer algo. Cuando se cambian
con frecuencia las reglas o sus consecuencias, se le crea confusión, pierde
confianza en sus padres o educadores y queda a merced de sus impulsos.
CONGRUENCIA: Consiste en actuar de acuerdo con lo que se piensa y dice.
Es capital porque la forma más eficiente de educar es con el ejemplo. Si se
quiere enseñar una regla de convivencia a un niño, hay que enseñarle como
hacerlo. Sin el ejemplo es difícil que lo aprenda, lo retenga y sepa usarlo en su
vida cotidiana. Cuando el adulto actúa en forma contraria a lo que dice, las
consecuencias en el niño pueden ser desastrosas.
CONSECUENCIAS: Algo indispensable para que funcione lo anterior, es
establecer las consecuencias. Si el niño no recibe una gratificación cuando se
mantiene dentro de una norma, ésta no será valiosa par él y no tendrá el deseo
de observarla. Lo mismo le sucederá al saltarse las normas. Los niños valoran
como bueno y deseable lo que les produce bienestar o satisfacción y como
malo lo que les causa malestar o les deja insatisfechos. Se trata de que el niño
aprenda por sí mismo que obtiene o qué pierde por lo que hace o deja de
hacer. Esto le prepara para el futuro, cuando en la vida de adulto se dé cuenta
de que las cosas se pierden o se ganan por lo que se hace y por la forma en
que se hace; es ayudarle a responsabilizarse de sus actos, a poner las bases
para que no viva culpando a los otros de sus males y también para que les de
el justo valor a sus esfuerzos para obtener lo que quiere.

PAUTAS PARA FAVORECER EL DESARROLLO EMOCIONAL

 Empatía hacia el bebé y el niño pequeño


 Clima de amor y respeto a su individualidad
 Poner nombre a lo que siente cuando no es capaz de hacerlo
 Permitirle expresar de formas diferentes las mismas emociones
 Atender sus necesidades emocionales
 Ampliar su vocabulario emocional
 Animarle a explorar toda gama de sentimientos y emociones, sin
reprimirle
 Contestar a sus preguntas
 Ponerle límites claros, coherentes y adecuados a su desarrollo
 Favorecer su autonomía
 Ayudarle a salir de las rabietas
 No hacer nada que él pueda hacer solo
 Crear un vínculo suficientemente fuerte y seguro
 Valorar a cada uno como es sin compararlo con otros
 Utilizar un tono de voz adecuado al dirigirnos a él
 Calmar y enseñar a calmarse cuando está nervioso
 Expresar con claridad de forma no verbal y verbal todo tipo de
emociones
 No obligarle a compartir cuando no está preparado
 No ridiculizar sus miedos
 Prestar atención a sus “dramas”
 Animar la expresión de la compasión
 Estimular y valorar la conducta de consuelo y enseñarle a pedirlo
 Ofrecerle oportunidades para elegir y demostrar su “poder”
 Reconocer su identidad y animarle a que la reconozca
 Ayudarle a crecer con ilusión
 Elogiar su comportamiento y la expresión adecuada de emociones
 Permitirle probar donde están los límites
 Enseñarle a pedir las cosas correctamente
 Garantizar nuestro cariño independientemente de lo que haga
 Estimular y felicitar cualquier manifestación de autocontrol
 Enseñarle a expresar con claridad lo que le gusta y le molesta

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