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PRIMER ACUERDO: SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS

Las palabras crean estados de consciencia; y éstos, determinan nuestros


pensamientos, que, a su vez, se manifiestan en los resultados.

Más allá de nuestro idioma, cultura y experiencias, pienso que el lenguaje


que utilizamos conforman nuestra manera de representarnos al mundo. Las
ideas, anhelos, metas, propósitos; las relaciones, vínculos y dones.

Podemos construir enormes sueños que a su vez sean beneficios para


nuestra sociedad, o destruir con su carga de miedo, rencor, frustración,
enojo y las opiniones mal intencionadas. Esto significa que las que
decimos muchas veces palabras no son inocentes, y están cargadas de
muchos significados.

Considero que la palabra “impecabilidad” significa no hacer cosas que


vayan en contra de uno mismo. Ser impecable es asumir nuestra
responsabilidad personal, y cumplir todos y cada uno de nuestros
compromisos (empezando los que asumimos con nosotros mismos y luego
con los demás); y, a la vez, construir el don de la palabra en forma
fructífero y positiva.

Por ejemplo, entrar en el chisme, causaría una comunicación agresiva, en


reuniones, o en las redes sociales que estas, están siendo afectadas
negativamente y lo vemos a diario.

Se podría decir que unas de las enseñanzas de este primer acuerdo “es
poder hablar menos y hacer más” Sobrepasar nuestras propias
expectativas respecto al cumplimiento de dichos comportamientos, y
Cuidar siempre nuestros pensamientos. Pensar antes de hablar. Escuchar
el 70% y hablar sólo el 30%. Buscar ser más preciso en nuestro lenguaje
para poder cada día expresarnos mejor y expresar todas nuestras ideas que
tenemos. Evitar herir y poder enfocarnos en aportar los valores que cada
día vemos que se están perdiendo. Y Descarta toda esa comunicación
agresiva que se está fomentando.
SEGUNDO ACUERDO: “NO TOMES NADA COMO PERSONAL”

La mayoría de las personas asumen que cada cosa que pasa está diseñada
para ellos; a favor o en contra. En las cuestiones a favor no hay mayor
problema: todo encaja. El asunto empieza cuando la gente siente que todo
lo que les pasa, sucede, los hechos del mundo y de su entorno, son “en su
contra”. “El mundo está contra mí”, se dicen.

Es el ego de las personas es el que produce enojo, frustración, y un gran


desgaste emocional al intentar luchar contra las opiniones y situaciones del
mundo que pueden envenenar la vida. Todo parte de que el ego quiere
darnos aires de mayor importancia; por lo que, si nos mostramos
excesivamente focalizados en las opiniones de los demás, creamos
inconscientemente una cierta dependencia a la aprobación (o no) del otro.
De esta forma estiraremos atrapado en esa emoción que nosotros mismos
hemos generado.

El sentirte el centro del mundo se llama de muchas formas: egocentrismo,


egoísmo, arrogancia.

Cuando Miguel Ruiz en “Los Cuatro Acuerdos” sostiene “No tomes nada
como personal”, significa que este paso será crucial para sentirnos un ser
libre, fuera de la domesticación de la educación, los dogmas y
condicionamientos sociales y culturales que arrastras en nuestra vida. Este
punto no trata de que la persona aceptes todo sin que le impacte, sino que
el problema aparece cuando le da entidad a “eso” que dice o hace la otra
parte, y que las personas dejan que sus emociones se desbalanceen.

Por ejemplo, cuando la persona se ofende por nada, reacciona de formas


generalmente inapropiadas, incluso exageradas. Esto surge por querer tener
razón en vez de elegir ser feliz.

Visto de otra forma, cada vez que se quiere cambiar la opinión o


comportamiento de alguien, las personas se frustras, porque apenas puedes
cambiar ellos mismo, es imposible cambiar a la otra persona si ese otro ser
no lo quiere hacer. En todo caso, podría cambiar a su ritmo de evolución.

Este segundo acuerdo es el que provoca gran parte del sufrimiento


emocional en la vida, ya que, por lo general, muestras demasiado que
somos muy susceptible a todo lo que digan o hagan alrededor nuestro. Hay
que tener en cuenta saber asumir una perspectiva mayor de las situaciones
y cuestiones. Incluso las que nos involucran directamente. No apegarnos
emocionalmente, respetar las posiciones de los demás (no necesariamente
justificarlas; aunque sí entenderlas desde una mirada completamente
diferente e integradora para tu bienestar.
Este segundo acuerdo pienso que nos ayuda en el ámbito laboral ya que
podemos aprender de las diferencias con los demás; y respeta las
decisiones de otros. Entender que el otro es “un otro” con sus propios
problemas, creencias y dificultades. Si te molesta algo de esa persona,
busca el espacio apropiado, para exprésalo claramente desde tu
perspectiva. Considerar siempre el bien mayor de todos en cualquier
situación y evita vivir desde el ego: Aprende a tener una buena compasión,
la humildad, la escucha consciente, la apertura mental para vivir mejores
experiencias. Esto nos ayudará a tener más paz en todos los aspectos.

TERCER ACUERDO: “NO ADIVINES NI SUPONGAS”

Otra fuente de malestar interior, emocionalidad extrema, destrucción de


tu auto estima y valor, y deterioro de tu poder personal es vivir haciendo
suposiciones.

¿Cuántas veces has pasado días, meses o años elucubrando cuestiones


que nada tenían que ver con la realidad de las cosas? O bien, ¿has
conocido personas a las que le has dado apenas unos cinco o diez
segundos para descartarlas de tu vida?

Todo esto sucede porque supones más de lo que te permites vivir las
experiencias para confirmarte tu percepción formada y sustentada.
Suponer algo, en términos de tener un pálpito o corazonada, no es el
problema: el asunto es cuando crees que es que supones es verdadero,
incluso sin haberlo chequeado ni observado en perspectiva, ni cotejada
información alguna.

Cuando supones algo partes de una base incorrecta, porque de antemano


crees y asumes que tienes la verdad absoluta sobre algo. Es más: dejas de
distinguir qué es una presunción, hasta el punto de darlo por hecho como
que algo es real… sin siquiera haberlo comprobado o experimentado.

El proceso de suponer es inconsciente y forma parte de los sesgos


cognitivos del cerebro. Un sesgo es un atajo que toma tu proceso cerebral
intentando encontrar una vía de escape o solución rápida. Por lo general,
se basa en un impulso rápido por el que asocias información basada en tu
experiencia de vida, y la conectas con esa situación actual, apresurándote
a tomar el atajo (sesgo) para sacar conclusiones rápidas. Como puedes
observar, eso no trae un resultado certero, ya que partes de lugares
equivocados y de querer controlar las situaciones al intentar precipitarlas
a la velocidad en que lo exige tu dinámica emocional.

Para incorporar este acuerdo para que te ayude en el trabajo: haz más
preguntas, sé paciente, reflexiona, conecta mejor con las demás personas.
Evita suponer aplicando la escucha activa y la comunicación asertiva.
Releva los hechos, enfría tus emociones durante al menos tres días antes
de actuar compulsivamente.

CUARTO ACUERDO: “HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO, LO MEJOR QUE PUEDAS”

Cuando hablamos de “ser la mejor versión de uno mismo”, significa que


empezarás a vivir tu vida de una manera que tenga sentido para ti, y que,
a su vez, puedas transformar tu entorno a partir de tus acciones.

Este acuerdo propone que te muevas hacia el rasgo de la excelencia.


Muchas personas buscan la perfección en sí mismas y en el mundo: eso
no existe en este plano físico. Por lo que sí podemos aspirar a ser
excelentes. En el trabajo, por ejemplo, se habla mucho de “tener que ser
perfectos”.

Ser una persona excelente es más que ser impecable; significa expresar
continuamente y en todos los aspectos de la vida tu mayor compromiso
hacia la calidad total de tus pensamientos, palabras y acciones. Hacer el
máximo esfuerzo es salir de tu zona conocida, para expandirte un poco
más allá, alimentándote de energía para alcanzar un nivel superior de
excelencia en todo lo que realices.

Hacer lo mejor que puedas es dar siempre tu 100%. 99,9% no es el ciento


por ciento de lo que puedes dar. Hay una diferencia.

Todo lo que se requiere de tu lado es que hagas, siempre y en todo


momento y lugar, tu máximo esfuerzo. Es dar un poco más de lo habitual.
Es salir de la comodidad de restarle importancia a las cosas y hacerlas
rápido para sacártelas de encima. Es tomar una elección consciente de ser
una mejor persona cada segundo de vida.

Para incorporar este acuerdo: practica dar un poco más cada día;
esforzarte en aquellos aspectos que necesitas mejorar. Inspírate en
personas que ya lo hicieron: hay millones de fuentes de información
disponibles. Conversa con personas que sean ejemplares según tu
perspectiva. Aprende de las biografías, películas que te eleven y
experiencias donde aprendas. Ante el fracaso, revalorízalo con el
aprendizaje que te ha dejado. Descubre la fuente inagotable de tu poder
personal para ser más excelente cada vez en todos los planos de tu vida.

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