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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y FELICIDAD

Dentro de la familia crece una importante facultad del ser humano que es la
inteligencia emocional.

Cientos de investigaciones demuestran que compartir la vida con


otras personas, formando parte de un hogar o de un grupo íntimo de
amistades, tiene un índice de satisfacción de la vida muy superior al de
vivir solo. En palabras de Erich Fromm: “El ansia de relación, es el deseo
más poderoso de los seres humanos”. La solución definitiva del problema
de la existencia, es la unión entre personas, la fusión con otro ser, el amor”.

La familia es la institución humana más básica y resistente donde se


producen esas relaciones de cariño, fuente de satisfacción y antídoto contra
todos los sufrimientos. Quienes se sienten parte de este grupo superan
todos los obstáculos. Necesitamos de estas redes familiares, sociales para
cuidar de nuestro sistema emocional. Amar y ser amados: esta es la
cuestión.

¿Ustedes creen que el hombre que ha conseguido ser feliz es más


inteligente? La respuesta es sí. Estudio Grant

En la universidad de Harvard, hizo un estudio con un


seguimiento durante muchos años a varios estudiantes. Quedó
muy claro que quienes habían obtenido las calificaciones
universitarias más elevadas, no habían alcanzado mayor éxito
laboral ni más felicidad que los compañeros con calificaciones
inferiores. Llegaron a esta conclusión: ¿Quiere usted ser feliz a
los 85 años, y tener salud?: “Preocúpese por su tensión y su
colesterol pero mucho más por ser agradecido, por perdonar,
y por amar y ser amado”.

Qué la inteligencia Emocional y por qué es tan útil en el tema


que nos ocupa

La inteligencia emocional es la capacidad que nos permite perseverar


ante los contratiempos, controlar los impulsos, no dejar que la angustia
interfiera en nuestras facultades racionales. Es la capacidad de
agradecer y por último es la capacidad de empalizar y confiar en los
demás. O dicho en dos frases: Es la capacidad que nos permite resolver
problemas relacionados con nuestras emociones y las emociones de los
demás.

A MAYOR COEFICIENTE EMOCIONAL DE LOS PADRES


MAYOR COEFICIENTE EMOCIONAL DE LOS HIJOS.

Hábitos emocionales relacionados con la educación de la sexualidad:

El hombre para ser feliz, ha de encontrar las respuestas a las grandes


cuestiones de la vida. Entre estas cuestiones, que afectan a cualquier
hombre de cualquier lugar, que apelan a su corazón, esta
incuestionablemente, la sexualidad.

Lo más importante es que:

• El HIJO COPRENDA ASIMILE Y CREA HASTA ELFONDO


DE SU ALMA QUE LA SEXUALIDAD ANTES DEL
MATRIMINIO Y FUERA DE ÉL ES ALGO MALO.
• QUE PUEDA DECIR NO, QUE TENGA FORTALECIDA LA
VOLUNTAD.
• QUE TENGA APOYO SOCIAL Y FAMILIAR

Los hijos adolescentes se preguntan invariablemente, y si recordamos


nuestros años de juventud quizá también lo hicimos, la siguiente preguntan:

¿POR QUÉ NO VOY A HACER ALGO QUE “ES BUENO”, QUE ES


EXPRESIÓN DE MI AMOR, QUE DESEO TANTO Y NO HACE
DAÑO A NADIE? ¿POR QUÉ ES ALGO MALO?

Si algunos adolescentes se rinden y otros se resisten ¿cual es la diferencia


entre estos dos grupos?

La respuesta la saben pero al empezar esta lucha deben contar con todas las
ayudas emocionales posibles:
FORTALECER SU VOLUNTAD DESDE `PEQUEÑOS, UN
HORARIO A BASE DE UNA POLITICA DE PEQUEÑOS
VENCIMIENTOS, FORJARA UNA VOLUNTAD QUE LE
PERMITA DECIR NO CUANDO SEA NECESARIO. LO
IMPORTANTE ES LA REPETICION DE ACTOS Y NO LA
REPETICION DE CHARLAS

No es suficiente saber lo que esta bien y lo esta mal

Algunos padres no entienden que la palabra “No”, también puede ser pronunciada
con amor: hablemos del hábito de decir: ¡NO!

Si los hijos no experimentan las negaciones que son fruto del amor,
no sabrán, no podrán, llegar a la adolescencia y decir: “No, al alcohol”,
“No a la droga”, “No al tabaco”, “No a...”. Sencillamente porque no esta
familiarizados con esta palabra. No es suficiente saber lo que está bien y lo
que está mal. Para los niños, los adolescentes que tienen un hábito de
autoindulgencia, apoyada por sus padres, a lo largo de su vida, estas nuevas
sensaciones maravillosas son prácticamente irresistibles.

¿Por qué deberían, cómo van a poder decirse no a sí mismos,


cada vez que aparece a su alcance posibilidad de placer sin límites?

Cuando los padres se rinden a los deseos de su hijos, incluso cuando


les parece una equivocación, es decir, permiten lo que no aprueban; los
hijos aprenden a dejar que los deseos anulen los dictados de su conciencia.
Cuando los padres no dejan a su hijo superar cualquier molestia o
incomodidad; cuando permiten quejas por situaciones inevitables como el
mal tiempo, los atrasos, los cambios de planes; cuando falta el sentido del
tiempo porque casi nunca se ha de esperar para ganarse algo, entonces los
hijos aprenden a escapar de los problemas no a resolverlos, aprender no a
sufrir la incomodidad sino a esquivarla. Esta actitud es peligrosa para su
vida pues mas adelante podrían transformarán el alcohol y las drogas como
eficaz vía de escape para solucionar sus problemas.
Lo que ayuda mucho:

Hábito central: Educación en el esfuerzo:

Podemos decir que a nuestro hijo le flaquea la voluntad o el esfuerzo


cuando no se enfrenta a los pequeños detalles de la vida, cuando ha perdido
voluntad para la lucha, cuando no tiene capacidad de sacrificio, cuando no
tiene afán de superación y ha caído en una especie de mediocridad,
desorden y dejadez….

Señales de peligro:
- Padres que caen en la tentación de creer que una parte importante de
su labor es evitar los escollos a los hijos y sustraerles al dolor. La
mejor herencia para ellos, sin embargo, consiste en dotarles de
capacidad para valerse por sí mismos, que sean capaces de ser
útiles a la sociedad y de formar una familia.
- Padres que con la mejor intención actúan de un modo
contraproducente para sus hijos: proporcionándoles una vida fácil y
cómoda, dándoles de todo, haciendo comentarios llenos de
compasión por ellos en su presencia.
- Tratarles siempre como a niños.
- Todo ello acaba perjudicándoles, pues son ellos y no sus padres
quienes tendrán que superar sus propias dificultades.
- Cuando en casa no hay disciplina ni exigencia.
- Cuando los hijos no han entendido el valor importantísimo de la
obediencia. Pero para que halla obediencia ha de existir una
autoridad efectiva de los padres.
- Cuando desde pequeños se les acostumbra a hacer en cada momento
lo que les apetezca y no lo que deben(muchas veces siguiendo
nuestro propio ejemplo). A veces convendrá renunciar a cosas
buenas para robustecer nuestra voluntad, e ir alcanzando la madurez,
por ejemplo, dejar el último bombón al amigo... Otras veces
interesará crear las ocasiones, como por ejemplo una excursión en la
que se ande mucho.

Consejos

- Contar con un horario les ayuda a desarrollar su capacidad de


autoexigencia. Hazlo con tu hijo; que no sea ni agobiante ni fácil, así
siempre sabrá lo que tiene que hacer y lo que no.
- Cuando vaya a comenzar algo pregúntale si cree que lo va a
terminar, porque si lo empieza le vamos a exigir que lo acabe.
- En sus deberes del colegio exígele la mayor perfección de acuerdo
con su madurez y edad.
- Provoca situaciones molestas por su incomodidad: largas caminatas,
comida que no les gusta, recados molestos, madrugones...
- Deja pasar tiempo entre una petición y su cumplimiento, si se lo
gana, aún mejor.
- Antes de hacerle nada, prueba a que lo haga por sí mismo, a pesar de
que tu lo hagas en la mitad de tiempo.
- Exígele autodominio en sus impulsos: mal humor, impaciencia,
curiosidad...
- No le permitas quejarse de las contrariedades.
- Acostúmbrale a asumir sus responsabilidades.
- Para educarle en el esfuerzo podemos proponerle una serie de
objetivos concretos a corto y a largo plazo que podamos controlar
diariamente.

Otros hábitos emocionales que también ayudan:

1.-Las buenas relaciones y el amor de sus padres. La educación que


han recibido en este campo.

2.-La autoestima o imagen que tu hijo tiene sobre sí mismo,


Si quieres saber cómo va la autoestima en tus hijos, pregúntate:

- ¿Qué piensan de sí mismos? ¿Se aceptan físicamente? ¿Se


sienten inteligentes y capaces? ¿Tienen confianza y seguridad en
sí mismos en que pueden llegar a feliz término cualquier tarea
antes de empezarla? ¿Se sienten dignos de consideración y
aprecio?

Muchos autores coinciden en afirmar que una autoestima elevada es el


pronóstico más fiable de madurez mental y psíquica y de una vida feliz.

3.-Comer en familia (basado en los estudios de Miriam Weinstein


escritora del libro “ El asombroso poder de la comida familiar”)
Cómo nos hacemos más inteligentes, fuertes, sanos y felices comiendo
juntos”.

La comida familiar proporciona a los padres una ocasión formal o informal


de atender el bienestar emocional de sus hijos adolescentes, las chicas en
especial.

4.- El estilo optimista de la familia:


Cuando las relaciones familiares están basadas en un estilo optimista, a la hora de
interpretar los sucesos de la vida diaria la tendencia es gozar de mayor estabilidad y los
afectos perduran más que cuando el prisma es pesimista

5.- La educación recibida para el tiempo de ocio

6.- Los amigos, asociaciones, clubes


7.- El ejemplo de personas felices que lo han vivido.

LO MÁS IMPORTANTE: “EL orgullo” de ser católico, Sólo Dios me


importa y no el qué dirán. Me fío de DIOS.

Durante la infancia y la adolescencia tenemos la gran


oportunidad de inculcar en nuestros hijos aquellos hábitos
emocionales fundamentales que no sólo gobiernen todas sus acciones,
sino que les lleven a ser felices porque…, a ser feliz también se
aprende.

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