Fisiología de la bilis y de la vía biliar

El hígado es la glándula más grande del organismo, está formada por hepatocitos que adoptan una
disposición en láminas formando los lobulillos hepáticos, los cuales son la unidad funcional del
hígado. En el centro del lobulillo se sitúan la vena central y los canalículos biliares; en los vértices
portales se sitúan la vena porta, la arteria hepática y el conducto biliar.
La secreción biliar es sintetizada y secretada por el hepatocito a los canalículos biliares, que drenan
al conducto hepático común. A partir de aquí, la secreción puede ser vertida directamente al
intestino a través del colédoco, o puede ser desviada a través del conducto cístico al interior de la
vesícula biliar, donde permanecerá almacenada hasta su posterior utilización.
La bilis se compone principalmente por agua, electrolitos, pigmentos biliares (bilirrubina y
biliverdina), sales biliares (glicocolato de sodio y taurocolato de sodio), lectina, colesterol, entre
otros. Se forman entre 0,5 y 1 litro al día de bilis, el ritmo de secreción es variable entre 10-20
μl/seg.
La bilis tiene varias funciones, la neutralización de la acidez del quimo, la digestión y absorción de
lípidos ya que actúa como un emulsionante de tal forma que cuando los lípidos se unen a la bilis
forman micelas de tamaño muy inferior (diámetro 1μ) accesibles las enzimas pancreáticas y además
es una ruta de excreción para algunos productos de desecho como los pigmentos biliares, esteroides
y colesterol, metales pesados y drogas.
El recorrido de la bilis por el árbol biliar será el siguiente: el hígado es el encargado de sintetizar la
bilis posteriormente pasa por el conducto hepático común para después dirigirse por el conducto
cístico hacia a la vesícula biliar donde será almacenada momentáneamente hasta que sea liberada
mediante la estimulación de la hormona denominada colecistoquinina (CCK).
La CCK provoca que la vesícula biliar se contraiga y libere la bilis a través del conducto cístico
para posteriormente pasar por el conducto colédoco y dirigirse hasta el tracto gastrointestinal, donde
la bilis es liberada a nivel del duodeno, (primera porción del intestino delgado), estando ahí
comenzara a realizar la emulsión de los lípidos. Las sales biliares con los lípidos emulsionados se
dirigen hasta el íleon (ultima porción del intestino delgado), y es ahí es donde ocurre su absorción.
Las sales biliares van a circular de regreso al hígado después de haber sido absorbidas en el íleon
para someterse de nuevo al mismo proceso.