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Cómo se hace un Alegato. Procedimiento y argumentación.

Abogacía Práctica, Argumentación Jurídica, Procesal / Por Suarez Carina

“Dichoso el abogado a cuyo alegato debe seguir necesariamente el juez al momento de


sentenciar, pues su razonamiento exhaustivo no sólo lo ha convencido de su razón sino que,
además, le ha cerrado todas las puertas posibles de escape en busca de otros argumentos
para hacer ganar el pleito a la contraparte (1)”.
Llámase alegato de bien probado, el escrito en que las partes examinan la prueba rendida con
relación a los hechos afirmados en la demanda y contestación, para demostrar su exactitud o
inexactitud (2).

El alegato no tiene una forma determinada por la ley, se trata de un escrito en el que cada parte
hará una crítica y un análisis de la prueba producida en autos, tratando de convencer al juez que
la misma confirma la pretensión o la defensa esgrimida.

Alegar es evaluar y defender. El alegato de bien probado es el escrito que presenta cada parte,
seguidamente a la acumulación de toda la prueba y antes de la sentencia. Es la última
oportunidad dentro de la primera instancia, que tiene cada parte para expresar en forma sintética
las razones legales, jurídicas y doctrinarias que surgen de las pruebas rendidas en el proceso.
Art. 406 del C.P.C.C de Sta.Fe: “Vencido el término de prueba, el actuario agregará a los autos la
que se hubiera producido, certificando esta diligencia. El juez decretará traslado a cada litigante
por quince días para alegar de bien probado, sin que ninguno de ellos pueda imponerse del
alegato del adversario”.

El plazo para alegar no es común, porque cada parte necesita retirar el expediente para revisar los
resultados de las pruebas.

A lo fines de que una parte no conozca los argumentos de la otra antes de presentar los suyos, es
que se reservan los escritos en Secretaría.

A estos efectos el escrito de alegato se acompaña en sobre cerrado, y se presenta en mesa de


entradas del juzgado conjuntamente con un escrito en el que se indica que se acompañan el
alegato de bien probado, tanto el sobre que lo contiene como el escrito mencionado se les
estampa el cargo.

Si bien dijimos que el alegato no tiene una forma procesal impuesta, a los fines de cumplir su
propósito de “alegato de bien probado”, es aconsejable que el escrito contenga las siguientes
previsiones:

1. exposición metódica y razonada de los hechos afirmados (ordenación del discurso);


2. las pruebas aportadas para demostrarlos (confirmación);
3. el valor de esas pruebas (confirmación y valoración);
4. la impugnación de las pruebas aportadas por el contrario (refutación);
5. la negación de los hechos afirmados por la contraparte (refutación).
6. las razones que se extraen de los hechos probados (confirmación y argumentación);
7. las razones legales y doctrinarias que se aducen a favor del derecho
invocado (confirmación y argumentación).
Por último suele ser costumbre forense, la reiteración al final del escrito de la petición al juez de
que falle a favor de la parte interesada.

En los discursos forenses del tipo del alegato civil aparece la necesidad de confirmar los hechos
que afirmamos con las pruebas producidas en el proceso, y es propicio que podamos agregar
otras pruebas del tipo argumentales. Los antiguos retóricos llamaban a esta parte del discurso
confirmación. En los alegatos también se refutan las pruebas del contrario, y los retóricos llaman a
esta operación refutación.
Entonces, para confirmar la posición que defendemos ante el juez, reuniremos todas las pruebas
del asunto y procederemos a ordenarlas y a elegir las más relevantes; es decir las de mayor peso.
Por lo tanto, realizamos una tarea de valoración de las pruebas.

Las pruebas siempre recaen sobre los hechos, y con mayor precisión sobre los hechos
controvertidos.

Tengamos presente que la mayor finalidad que tienen los alegatos y la confirmación que contiene
es convencer al juez de nuestras razones, que demostramos mediante pruebas. Por ello este
discurso es esencialmente retórico y se dirige a la voluntad, la del juez, lo que buscamos es mover
la voluntad del juez a nuestro favor.

Mientras que la refutación se dirige contra el adversario procesal y en los alegatos funciona como
una anticipación ya que se desconocen los argumentos del alegato del contrario aunque se sabe
los que utilizó en las etapas anteriores del proceso y deben tenerse en cuenta aquí para dar una
respuesta que objete los argumentos del contrario. En general puede decirse que la refutación
consiste en destruir los argumentos opuestos a la cuestión que se defiende, y por ende destruir
las pruebas y objeciones de la contraparte.

De lo dicho se deduce que el acto de alegar no debe desdeñarse ni cumplirse a la ligera,


pues en primera instancia es la última oportunidad procesal que tiene el abogado para
invocar todas sus razones y refutar las del contrario. Y, sin lugar a dudas, sus conclusiones
tendrán influencia en la sentencia.
Notas:

(1) Alvarado Velloso, Adolfo, ob. cit.


(2) Alsina, Hugo, Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial, t. III.

Forma de Contestar la Demanda. Requisitos externos y de contenido.


Abogacía Práctica, Procesal / Por Suarez Carina / 15 abril, 2014

El demandado tomará una actitud de oposición en la contestación de la demanda; negando


categóricamente cada uno de los hechos expuestos en la demanda, negando la autenticidad de
los documentos que se le atribuyan y negando el encuadre jurídico dado en la demanda.

Es decir que el demandado hará suya una actitud de defensa, de negación misma de la pretensión
del actor. Entendiendo por Defensa “la contestación de la pretensión fundada en la negación del
elemento de hecho o de derecho de la razón de la pretensión”(1).

Lo anterior en términos de contradicción pura, ya que también es posible que el demandado se


allane a las pretensiones del actor y asuma una actitud de sumisión o las partes arriben a una
transacción. Pero a los fines de avanzar en el estudio del desarrollo de todas las etapas del
proceso, vamos a presuponer una actitud contradictoria del demandado.

Requisitos externos

En cuanto a la forma de contestar la demanda, la misma guardará las formalidades y requisitos de


la demanda, es decir será presentada por escrito, en idioma nacional, deberá constituir domicilio,
acompañar los documentos que justifiquen la personería invocada cuando se ejerza en
representación del demandado y llevará la forma de los escritos judiciales en cuanto a su estilo
forense.

Requisitos de contenido
En el escrito de responde el demandado debe (art. 142 del C.P.C.C.):

1. En lo pertinente, observar las reglas establecidas para la demanda;


2. Confesar o negar categóricamente cada hecho expuesto en la demanda. Su silencio, sus
respuestas evasivas o su negativa general podrán estimarse como reconocimiento de la
verdad de los hechos a que se refieran.
3. Reconocer o negar la autenticidad de los documentos privados que se le atribuyan, so
pena de que se los tenga por reconocidos.
4. Oponer todas las defensas que por su naturaleza no tengan el carácter de excepciones
dilatorias según este código, especificando con claridad los hechos que las apoyan.
5. Deducir reconvención, si hubiera lugar
Respecto de este artículo del código procesal santafesino, podemos hacer las
siguientes observaciones:

En cuanto al inciso 2) queda claro que la negativa general o en forma evasiva no es la


forma como se debe contradecir la demanda. Ahora bien, en este punto, señala Jorge Peyrano (2)
que de una adecuada interpretación de dicha norma resulta que no es necesario que
el demandado esté obligado a repetir ritualmente tantos “no” como afirmaciones de la contraria,
ya que“es suficiente para cumplir con la apuntada carga, con que el demandado aporte su propia
versión de los hechos y que dicha versión venga a contradecir en lo esencial la
versión proporcionada por el actor.”
En el mismo sentido, “la negativa de un hecho esencial, hace innecesario cumplir el estéril
ritualismo de negar hechos complementarios o suplementarios que se adosan al hecho esencial.
Si se niega la existencia del accidente ¿qué importancia puede tener haber circulado a
contramano? (3)”.

Asimismo, si bien no es necesario que el demandado admita o niegue punto por punto todos los
detalles y circunstancias incluidos en la exposición del demandante, corresponde, sin embargo, que
se pronuncie en forma clara y explícita con respecto a cada uno de los hechos esenciales sobre los
que debe versar el litigio, de modo que no cumple la exigencia analizada la simple manifestación,
corrientemente utilizada, de que se deben tener por negados los hechos no
reconocidos expresamente.
Ahora bien, la forma como se enuncia literalmente esta normativa: “su silencio, sus respuestas
evasivas o su negativa general podrán estimarse como reconocimiento de la verdad de los hechos
a que se refieran”, ha sido criticada por la doctrina, así es como se ha observado que: “La negativa
nunca puede importar un reconocimiento tácito. El demandado que niega nada debe probar; es al
actor a quien corresponde la prueba de los hechos que afirma” (4).

En la práctica, el demandado al negar los hechos obliga al actor a probar sus afirmaciones por lo
corresponde a éste la carga de la prueba. Por otra parte, “tampoco es fácil precisar el concepto de
evasiva, porque aun cuando puede decirse que ella resulta de la imprecisión en la respuesta, o
cuando ésta no es categórica en el reconocimiento o en la negativa, hay situaciones que sólo
pueden definirse en base a otros elementos de juicio o de la prueba rendida.

Así, se ha considerado «evasiva» la alegación de que se ignora el precio y la cantidad de lo que se


confiesa haber recibido, la manifestación de que no se reconocen ni se niegan los hechos
afirmados con la demanda; decir que es inexacto el crédito que se reclama y que ha sido pagado
con trabajos profesionales, sin expresar cuál era aquel crédito y cuáles los trabajos ejecutados” (5).

Excepción a la carga procesal de negar

El demandado negará los hechos personales que se le atribuyan, respecto de los hechos de
terceros podrá alegar no conocerlos o ignorarlos. En este caso el demandado queda eximido de
contestar haciendo uso del “beneficio de contestar en expectativa”; es decir, se abstiene
de contestar en tanto la prueba demuestre la verdad de los dichos del actor. El código Procesal
Civil y Comercial de la Nación lo prevé expresamente, pero en nuestro medio es aceptado en
doctrina. En este sentido la contestación de demanda a la expectativa, también “traba” la litis,
puesto que la misma no es, en esencia, otra cosa que una facultad concedida a ciertos sujetos del
proceso, de atenerse a las resultas de las pruebas que deberá producir la actora, por más que no
se hayan negado (ni admitido) las afirmaciones de ésta (6).
Respecto al inciso 3) téngase presente que ante la falta de negativa, el silencio, las respuestas
evasivas respecto de los “hechos”, el juez “puede” estimarlos como reconocidos. En cambio ante
el no cumplimiento de la carga con relación a los “documentos”, el magistrado “debe” tenerlos
por reconocidos.
El inciso 4) ordena Oponer todas las defensas que por su naturaleza no tengan el carácter de
excepciones dilatorias según este código, especificando con claridad los hechos que las
apoyan. La contestación de la demanda como la demanda, implicará también la exposición de los
hechos en las que el demandado funda su oposición, será ésta su versión de los hechos que se
opone a la versión de los hechos del actor.
El demandado alegará los hechos que sean necesarios para desvirtuar la pretensión del actor y los
expondrá con claridad. Éste requisito no resulta tan estricto como el caso de la demanda, en el
caso del demandado, bastará con que esa claridad se traduzca en pedir el rechazo de la
pretensión del actor, de manera justificada. La negación, en otras palabras, debe ser fundada, sea
mediante la alegación de un hecho contrario o incompatible con el afirmado por el actor o a
través de algún argumento relativo a la inverosimilitud de ese hecho (10).

Por último el inciso 5) dispone «deducir reconvención, si hubiera lugar». La reconvención sólo
procederá cuando exista conexión con la demanda o excepción. Deberá tener los mismos
requisitos exigidos para aquella (art. 144 del C.P.C. y C.). La reconvención es una demanda, una
nueva demanda insertada en el mismo proceso; por lo que se produce una acumulación de
pretensiones, resolviéndose ambas en la sentencia. Es fundamental que la reconvención verse
sobre la misma causa, sobre la misma relación jurídica, por ejemplo: el actor demanda la entrega
de la cosa y el demandado demanda el pago del precio por las reparaciones llevadas a cabo sobre
la cosa. La reconvención se tramita en forma principal, nunca en forma subsidiaria, se trata de una
demanda del demandado hacia al actor, que bien pudo haber instaurado iniciando un nuevo
juicio, pero que ha decidido plantear su pretensión en el proceso iniciado por el actor.

Contestación de la Demanda y Excepciones Procesales.


Abogacía Práctica, Procesal / Por Suarez Carina

La contestación de la demanda es el acto procesal por el cual el demandado expone todas


las defensas y excepciones para inhibir la pretensión contenida en la demanda. Entendiendo
al proceso como una discusión dialéctica: ante la afirmación del actor se enfrentará
la contradicción del demandado.
“La razón de la contestación es la inexistencia de una relación jurídica que suministre razón a la
pretensión” (1). Cuando la razón de la inexistencia de esa relación jurídica se basa en cuestiones
de hecho o de derecho estamos en presencia de una “defensa procesal”.Si en cambio la
contestación se basa en la existencia de un hecho extintivo o invalidativo de la pretensión,
estaremos frente a una “excepción procesal”.
Por lo tanto: “La contradicción puede presentarse de dos maneras: mediante una simple negativa
acerca de la existencia del hecho constitutivo de la obligación cuya prestación pretende el actor o
mediante la afirmación de un hecho extintivo, impeditivo o invalidativo del hecho constitutivo
invocado por el actor” (2).

De modo que al momento de corrérsele traslado de la demanda, el accionado podrá contestar la


demanda o interponer excepciones, nuestro sistema procesal distingue las excepciones que
paralizan el procedimiento o lo que es lo mismo lo aniquilan, en el caso de prosperar; de
lasexcepciones que lo suspenden momentáneamente, es decir que una vez resueltas,
subsanados los errores, el procedimiento podrá reanudar su curso.
De tal forma distinguimos: la contestación de la demanda como la simple negativa de los
hechos expuestos por el actor en el que basa su pretensión, de la oposición de excepciones
como la interposición por parte del demandado de afirmaciones que extingan, impidan o
invaliden los hechos en el que el demandado basa su pretensión.
Ilustrado esto en un ejemplo resultaría el siguiente: ante la demanda del actor por cobro de
alquileres, el demandado podrá contestar la demanda manifestando “que no debe” (negando los
hechos) o podrá oponer excepción de pago afirmando “que pagó” (oponiendo excepción de
pago) acreditando el pago con la documental respectiva. Nótese que, prosperando la excepción
de pago se habrá extinguido el derecho del actor a cobrar, –se habrá aniquilado–, por lo tanto
esta excepción sería del tipo “extintiva”.
En tanto las excepciones del tipo “dilatorias” se regulan en el art. 139 del C.P.C y C. de Santa Fe,
como excepciones previas y se les imprime el trámite sumarísimo, enumerando las siguientes:
1. La incompetencia
2. Falta de personalidad en el actor o de personería en su procurador
3. Defecto legal en el modo de interponer la demanda
Esta enumeración no es taxativa, dentro de las excepciones dilatorias encontramos otras como el
arraigo, las costas pendientes de pago (art. 328 del C.P.C. y C) y el resto de excepciones
temporarias que regulan las leyes especiales como el beneficio de inventario y de excusión entre
otras.

Nuestro Código santafesino establece que, las enunciadas excepciones dilatorias, serán
planteadas como de previo y especial pronunciamiento”en los juicios declarativos con excepción
del sumarísimo, y deberán deducirse todas juntas, por una cuestión de economía procesal; de las
mismas se correrá traslado al excepcionado formándose un incidente en el que el juez deberá
resolver. En el resto de los juicios estas excepciones se resolverán recién en la sentencia
pudiéndose plantear en cualquier momento.

En tanto las excepciones que paralizan el proceso como la caducidad, la cosa juzgada o la
litispendencia, pueden incluso ser declaradas de oficio y oponerse en cualquier momento del
proceso. Pero hacemos notar que respecto de la prescripción; el art. 3962 del código civil,
establece que la misma debe ser opuesta al contestar la demanda, es decir como excepción
previa.

Por lo tanto serán excepciones perentorias:


1. La prescripción
2. La falta de legitimidad para obrar (el actor no es parte de la relación jurídica sustancial en
que se basa la demanda –distinguir con la falta de personería, que es simplemente
procesal y no sustancial como en este caso–)
3. La cosa juzgada
4. La transacción, conciliación y desistimiento del proceso.
Esquema de clasificación de las excepciones según su efecto sobre el proceso

Excepciones dilatorias:
1. Incompetencia
2. Falta de personería
3. Defecto legal en el modo de proponer la demanda
4. Litispendencia
5. Arraigo
6. Defensas temporarias de leyes especiales
7. Cosas pendientes de pago
Excepciones perentorias:
1. Falta de legitimación para obrar
2. Cosa juzgada
3. Transacción,conciliación y desistimiento.
4. Prescripción
Esquema de clasificación de las excepciones según la oportunidad de oponerlas

Previas:
 Las del art. 139:
 Incompetencia
 Falta de personalidad en el actor o personería en su procurador.
 Defecto legal en el modo de proponer la demanda.
 La del art. 3962 del Código Civil:
 La prescripción
 Otras:
 El arraigo
 Costas pendientes de pago (art. 328)
 La falta de legitimación para obrar cuando es manifiesta
 Las temporarias por leyes especiales
En cualquier momento del proceso
 Cosa juzgada
 Litispendencia
 Transacción
Notas:

1 Carnelutti, Francesco, Instituciones del Proceso Civil, t. I.


2 Alvarado Velloso, Adolfo, Introducción al Estudio del Derecho Procesal, Primera Parte.

La demanda civil
Abogacía Práctica, Procesal / Por Suarez Carina

La demanda es un acto procesal de inicio que pone en ejercicio el derecho de acción.


La demanda civil, se concreta en una petición formulada por la parte al juez en la que expresa su
voluntad encaminada a obtener la satisfacción de un interés.

En virtud de ello, la finalidad de la demanda es instar al poder judicial para que otorgue una
sentencia condenatoria, declarativa o constitutiva.

La demanda constituye el cimiento a partir del cual se construirá todo el juicio, por ello su
indiscutible importancia.

Siendo el acto original del que derivarán y fluirán necesariamente los demás actos procesales, la
misma sentencia se ajustará a lo demandado: “la sentencia debe contener… los motivos de
hecho y de derecho, con referencia a la acción deducida y derechos controvertidos” (inc. 4 del art.
244 del C.P.C.C.).

De esta forma se estructura el desarrollo del proceso, teniendo como base e inicio a la demanda,
tal como se ilustra en el gráfico siguiente:

Observará el lector que en la base de la pirámide se encuentra la demanda, pero también la


contestación de la demanda por ser la forma como el demandado se defendió de la pretensión
incoada por el actor y es a partir de allí que ha quedado trabada la litis y limitada la temática del
litigio; desde esta base, hacia el vértice superior, se va construyendo el proceso para arribar
finalmente a la sentencia.

Habíamos destacado arriba, el vínculo que existe entre la demanda y la sentencia, a lo que
agregamos que de la pretensión que se plasme en la demanda quedaran fijados los límites dentro
de los cuales el juez habrá de expedirse; de modo que el juez no podrá resolver más allá de lo
pedido “ultrapetitia” –ni resolver la cuestión sobre algo que no fue pedido “extrapetitia”–.

Esta idea se enrola en el concepto de Principio de Congruencia, en tanto: “El principio de


congruencia que equivale a decir que lo que las partes proponen al Juez como temática de la litis
–‘los hechos que proceden jurídicamente de la demanda y contestación’– son el ‘límite’ de toda
resolución jurisdiccional que dependa de instancia de parte. Consecuencia directa del principio
dispositivo, la congruencia reclama ‘la identidad entre la materia, partes y hechos de una
litis sustantiva o incidental y lo resuelto por la decisión jurisdiccional que la dirima’ ”(1).

Que en tal sentido se ha resuelto “…La sentencia debe recaer exclusivamente sobre los hechos
que proceden jurídicamente de la demanda y su contestación, así como de las peticiones,
alegaciones, oposiciones y defensas formuladas en los escritos constitutivos del pleito”(2).

En definitiva, será tarea fundamental del abogado plantear correctamente la demanda, de esta
forma, no solo el demandado podrá preparar sus defensas sino que evitará que el juez niegue lo
que es debido o acuerde una cosa distinta de la pedida; en grave perjuicio a los intereses del
cliente, a quien debe representar con probidad y eficiencia

Notas:

(1) Jorge W. Peyrano: El proceso civil…, p. 63, Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia
de Santa Fe. Análisis doctrinario y jurisprudencial. Jorge W. Peyrano -Director- Aporte de la Dra.
Marcela García Solá, edit. Juris, Rosario 1997, p. 687

(2) Cámara Civil, Comercial y Laboral Rafaela (S.F.), 16/4/93, «SA Hacendados de Rafaela c/ Las
Golondrinas y/u otra s/Ordinaria», t. 62, R-16 (Nº 14302)”.

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Nuevo aporte para la contrucción de demandas, modelos prácticos para todas las materias del
Código Civil y Comercial de la Nación.
Autor: Carina V. Suárez

Requisitos formales de la demanda civil


Abogacía Práctica, Procesal / Por Suarez Carina /
Los requisitos de forma de la demanda civil son los siguientes:

 El nombre, domicilio real y legal, nacionalidad, estado civil, profesión y oficio del
demandante (según el código santafesino)
El Código santafesino exige una mayor cantidad de datos de individualización del demandado,
que los exigidos por el Código nacional.

La razón de ser de este requisito es verificar inmediatamente la capacidad procesal o capacidad


para ser parte del actor.

La enunciación de estos datos es esencial, en tanto, en el caso de faltarle, la demanda será


defectuosa, siendo pasible de la excepción pertinente, nuestros tribunales han dicho que:

Si la demanda carece de lodos los datos personales que se exigen del actor pero ellos obran en el
instrumento de poder agregado a los autos deben considerarse cumplidas las exigencias

 El nombre y domicilio del demandado si se conocieran


De conocerse el nombre exacto, se hará saber éste en el escrito de demanda, de otro modo se
indicarán las circunstancias que permitan identificar acabadamente a la persona, así por ejemplo
cuando se demanda a “los sucesores de Ruperta García Gonzalez”; se está indicando que serán
esos los demandados y no otros distintos, o cuando se demanda al titular registral del automóvil
de la siguiente marca, patente, chassi, etc.; se está demandando a una persona determinada,
a quien resulte titular registral. Por lo que en estos casos se habrá cumplido con la carga procesal
de individualizar al demandado.

No solamente por su nombre y domicilio puede ser identificado el demandado como tal, ya que
sin esos datos no se conocen puede lograrse dicha identificación mediante la simple titularidad de
una deuda, como ocurre en las obligaciones fiscales que pesan sobre una finca, cuando se
demanda a persona incierta “que resulte propietaria del inmueble… (CCCSFe, 25.11.1.5, 1. 8-J/l86).

La utilización de las fórmulas “y” “o”. La posición jurisprudencial


Dado que es de uso y costumbre de la curia interponer demandas utilizando éstas formas
disyuntivas, la doctrina judicial se ha expedido sosteniendo lo siguiente:

«La utilización de la fórmula “y/o” es usual en el foro, pero técnicamente incorrecta. Es que se
utiliza al mismo tiempo una conjunción copulativa y una disyuntiva, lo cual luce contradictorio,
no pudiendo saberse en realidad si se verifica una acumulación pasiva (“y”), o se demanda
alternativamente a una u otra persona (“o”). (CAL, Sala III Rosario Fecha: 27/09/2006 Autos:
Ferreira, Sabrina L. c/Gallegos, Manuel s/ Cobro de pesos -Reconstrucción).

El juez sólo puede dictar sentencia respecto de las personas que fueron parte en el juicio, es decir,
en el caso, que hubieren sido concretamente individualizadas, y ejercido el derecho de defensa,
no teniendo facultades para condenar en forma “abierta” v. gr. “a quien resulte titular” extremo
que violaría el derecho de raigambre constitucional mencionado, y también el inciso b del art. 97
del Código Procesal Laboral (en igual sentido, inciso 2º, art. 244 del Código Procesal Civil y
Comercial).

 La designación precisa de lo que se demanda y su apreciación pecuniaria. Cuando no fuera


posible fijarla con exactitud se suministrarán los antecedentes que puedan contribuir a su
determinación aproximada.
Entonces resulta claro que para no incluir un monto preciso necesita la actora sostener la
imposibilidad de hacerlo y aún en este caso la precisión debe existir al suministrar los
antecedentes que puedan contribuir a su determinación aproximada. Aquí juega la
razonabilidad conjuntamente con las circunstancias del caso.

Cuando el objeto de la demanda es una suma de dinero, guarda relación, por una parte, con el
principio de congruencia, puesto que limita los poderes de decisión del juzgador, quien al tiempo
de dictar sentencia no podrá exceder ni cualitativa, ni cuantitativamente el objeto de la
pretensión, mientras, que, por otras posibilita el adecuado ejercicio del derecho de defensa en
juicio de la contraparte, habida cuenta que su omisión impide a esta aceptar o rechazar el reclamo
y en su caso, producir la prueba que haga a su derecho.

En los supuestos en que el importe pretendido depende de circunstancias de hecho que habrán
de esclarecerse a través de la prueba a producirse, la estimación debe ser formulada en forma
provisoria y sin perjuicio de lo que resulta oportunamente de aquélla admitiéndose únicamente el
incumplimiento de tal recaudo cuando existe gran dificultad para su determinación, mas no
cuando su apreciación es posible.

Por lo tanto es carga procesal ineludible de la actora determinar el monto reclamado, ya sea
exactamente o arribando a un cálculo aproximado o bien brindando los elementos necesarios
para su determinación.

 Las cuestiones de hecho y de derecho, separadamente Las primeras serán numeradas y


expuestas en forma clara y sintética,omitiéndose todo glose o comentario, los que podrán
hacer en la parte general del escrito.
En la demanda se hará una exposición circunstanciada de los hechos, no de cualesquiera hechos,
sino de los hechos que fundan la demanda; es por ello que el Código establece que los gloses o
los comentarios se realicen aparte.

Estos hechos son los que hicieron nacer la relación jurídica entre las partes así por ejemplo el
hecho de que en cierta fecha éstos se constituyeron en locador y locatario respectivamente
firmando un contrato de locación y el hecho de que el locador, ahora demandado, en otra fecha
posterior deja de abonar los alquileres. Y éste último hecho en el ejemplo, será el que habilita la
iniciación del reclamo judicial de cobro de pesos por falta de pago de los alquileres.

Sin lugar a dudas los hechos también acotan o limitan la pretensión, fijan la base de la prueba, en
el caso habrá que probar documentalmente el contrato de locación y el demandado podrá probar
el pago, si acaso lo hubiera realizado, con la documental de los recibos pertinentes, y
consecuentemente determinará lo que se obtendrá con la sentencia, en el ejemplo será la
condena a pagar la suma de dinero adeudada o el rechazo de la demanda si acaso se probara que
nada debe el demandado.

Recreando aún más el ejemplo, si acaso el locatario hubiera dañado el inmueble, y el actor –
locador– nada hubiera dicho en cuanto a los daños en la cosa locada y/o no hubiese acompañado
la prueba de fotos, inspecciones u otras para demostrar los daños, de ninguna manera podrá
esperar obtener una condena a resarcir los daños.

Además de lo dicho hasta aquí, cabe recordar que serán éstos hechos los que el demandado
tendrá como carga, reconocerlos o negarlos.

Es por todo ello que indicamos que se hará una exposición circunstanciada de los hechos, propio
del sistema de sustanciación del
proceso.

A estos hechos se los conoce como “causa” de la pretensión pues consiste en la descripción de
una situación fáctica que deriva en consecuencias jurídicas determinadas.

Respecto de las cuestiones de derecho, se comprende en éstas a las normas jurídicas invocadas
por el actor; sin perjuicio de que la calificación jurídica de la relación litigiosa corresponderá, en
definitiva, al juez conforme al principio iura novit curia.
 La petición en términos claros y precisos
La petición es el fin de la pretensión y será sobre ésta la que deberá expedirse el juez, por ello la
exigencia de claridad y precisión. La petición contendrá cual es el pronunciamiento judicial que
se persigue, ya sea una sentencia meramente declarativa, declarativa de condena u otras.

Será indicada con precisión, determinada, es decir que si la petición consiste en que se condene a
pagar una suma determinada de dinero y nada se dice respecto de los intereses que se
devengaren hasta su efectivo pago, de ninguna manera el actor podrá esperar que el
demandado –para el caso de que se haga lugar a la demanda–, sea condenado a pagar intereses;
sino que simplemente será condenado a pagar capital.
Plazo y efectos de la contestación y no contestación de la demanda.
Abogacía Práctica, Procesal / Por Suarez Carina / 15 abril, 2014

El plazo para contestar la demanda será de 15 días en el juicio ordinario, de 5 días en el juicio
sumario, de 10 días en el juicio sumarísimo y de 20 días en el juicio oral. Siempre que el domicilio
del demandado esté en el radio del juzgado. El plazo para oponer las excepciones previas será de
10 días en el juicio ordinario, de 3 días en el sumario y de 9 días en el juicio oral. Todo ello en el
procedimiento santafesino.
Efectos de la contestación de la demanda
Con la contestación de la demanda quedan determinados los hechos sobre los cuales se tendrá
que producir la prueba.

Asimismo delimita el thema decidendum, pues la sentencia definitiva sólo puede versar sobre las
cuestiones planteadas por ambas partes.
Con ella queda constituida la relación procesal entre las partes.

Efectos de la no contestación de la demanda

La contestación de la demanda es una carga procesal, por lo que su omisión acarreará una
desventaja procesal en el demandado. Así es como el código establece que el silencio de parte
del demandado podrá apreciarse como un reconocimiento de la verdad de los hechos expuestos
por el actor.

Ahora bien, esta presunción es iuris tantum, es decir en tanto la prueba aportada por el actor no
logre confirmar los hechos expuestos por éste.
Por lo demás la falta de contestación de la demanda implicará el dejar de ejercer el derecho de
defensa del demandado y en ningún caso se entenderá como que se somete a las pretensiones
del actor.

No debe confundirse rebeldía con la no contestación de la demanda; puesto que el demandado


pudo haber comparecido a estar a derecho ante el emplazamiento, pero haber dejado transcurrir
el plazo para contestar la demanda sin hacer uso de este derecho.

Asimismo el silencio del demandado puede referirse a ciertos hechos invocados por el actor y no
negados por el demandado y serán esos hechos puntuales los que podrán presumirse por
reconocidos, como una presunción simple.

ALEGATOS EN LABORAL

La instancia de los alegatos en los juicios laborales , permite a las partes


merituar la prueba ofrecida, como última oportunidad antes de que el Juez se expida, para intentar
convencerlo de que las interprete a su favor, debiendo hacerlo de manera sencilla, concreta y directa, con
menciones precisas de las fojas del expediente en que las pruebas aludidas constan, y del Derecho, la
Jurisprudencia y la Doctrina que avalan la postura sentada, para que se comprenda fundada y
correctamente lo que se quiere alegar.
El alegato en el Código de Procedimiento laboral de la Capital Federal (Argentina) trata del alegato en el
artículo 94, donde establece que los autos estarán para ese fin en Secretaría, una vez concluida la
prueba, etapa que e establecerá de oficio o dentro de los tres días de que las partes lo peticionen. El
artículo 48 inciso n, dispone la notificación personal o por cédula, de la providencia que da cuenta de que
el expediente está para alegar en Secretaría.

En la Provincia de Buenos Aires, antes de la Sentencia se produce cuando hubiera lugar, una etapa oral
de producción de prueba testimonial y absolución de posiciones, llamada “vista de la causa”.

Con respecto al alegato, el artículo 16, al igual que en Capital Federal, dispone que la notificación de la
posibilidad de alegar en forma escrita, se haga en forma personal o por cédula.

Una vez recepcionadas las pruebas escritas, y las orales, si correspondieran, se procederá a dar traslado
a las partes en los siguientes diez días, por parte del Presidente del tribunal, teniendo cinco días para
presentar los alegatos.

Por Fernando Andrés Tupa

I. Introducción
El presente trabajo tiene por objeto analizar qué personas pueden absolver posiciones
en sede civil, comercial y laboral en representación de una sociedad anónima.

II. Absolución de posiciones en sede civil y comercial


En sede civil y comercial la absolución de posiciones en nombre de una sociedad
anónima debe ser realizada por su representante legal. El artículo 405 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación dispone que pueden ser citados a absolver posiciones “los
representantes legales de las personas jurídicas, sociedades o entidades colectivas, que
tuvieren facultad para obligarlas”. Aclara el artículo 406 que “la persona jurídica, sociedad
o entidad colectiva podrá oponerse, dentro del quinto día de notificada la audiencia, a que
absuelva posiciones el representante elegido por el ponente, siempre que: (1) alegare que
aquél no intervino personalmente o no tuvo conocimiento directo de los hechos; (2)
indicare, en el mismo escrito, el nombre del representante que absolverá posiciones; (3)
dejare constancia que dicho representante ha quedado notificado de la audiencia, a cuyo
efecto éste suscribirá también el escrito. El juez, sin sustanciación alguna, dispondrá que
absuelva posiciones el propuesto. No habiendo formulado oportunamente dicha oposición o
hecha la oposición, en su caso, si el absolvente manifestare en la audiencia que ignora los
hechos, se tendrá por confesa a la parte que representa”.
La sociedad comercial actúa y lleva adelante su actividad social a través de los
órganos societarios (teoría organicista). Cada uno de los órganos de la sociedad (órgano de
gobierno, órgano de administración, órgano de fiscalización y órgano de representación)
posee sus propias competencias y atribuciones -otorgadas por la propia ley y por el
estatuto-. La vinculación de la sociedad con terceros es atribución del órgano de
representación, función que en la sociedad anónima corresponde -en principio- sólo al
presidente del directorio (representación inherente al cargo que desempeña e inseparable de
él). El estatuto de la sociedad puede también conceder facultades de representación a otros
miembros del directorio, facultándolos a realizar actos de disposición y otorgándoles
mandato suficiente para absolver posiciones. Sin embargo, se debe tener presente que la
representación orgánica de la sociedad anónima sólo puede recaer en directores
(Cabanellas, Guillermo; “Los órganos de representación societaria”, RDCO-1991-A-27).
Los gerentes o demás funcionarios de la sociedad que tengan poderes con facultades de
representación son meramente representantes voluntarios, pero no representantes orgánicos
o legales, y en consecuencia no se encuentran habilitados para absolver posiciones en
representación de la sociedad en sede civil y comercial.
Actualmente existe coincidencia en la doctrina sobre la imposibilidad de que los
representantes voluntarios de la sociedad anónima puedan absolver posiciones en su
nombre en sede civil y comercial. El distinguido procesalista Lino Palacio señala al
respecto: “Con referencia al caso de que la parte que deba absolver posiciones revista el
carácter de persona de existencia ideal (privada o pública, pero no estatal), el art. 405, inc.
3º, del CPCN dispone que podrán ser citados a tal efecto ‘los representantes legales de las
personas jurídicas, sociedades o entidades colectivas, que tuvieren facultad para obligarlas’.
A fin de determinar a la persona física que en tal supuesto debe ser citada a absolver
posiciones, es menester atenerse a los términos del estatuto o del contrato social de cuyos
términos surja que aquélla cuenta con facultades suficientes para comprometer a la entidad,
hallándose autorizada para realizar actos de gestión y de disposición. El estatuto, asimismo,
debe hallarse complementado con el acta de la asamblea en la cual se designó a los
representantes legales de la sociedad o asociación” (Palacio, Lino E.; “Derecho Procesal
Civil”, Lexis Nº 2507/003712).
Asimismo, conforme la opinión de Martorell, de la interpretación armónica de los
artículos 405 y 406 del C.P.C.C.N., se debe concluir que “sólo se podrá admitir que
absuelvan los ‘representantes legales’, ya que si otro hubiera sido el criterio del legislador
no hubiera completado la frase –al reformar el inc. 3º del art. 405- con la voz ‘legales’, y se
deberá entender por tales a los que cuenten con facultades suficientes, de acuerdo con las
cláusulas del contrato o del estatuto social, para comprometer a la persona jurídica de que se
trate, hallándose autorizados para realizar actos de gestión y de disposición” (Martorell,
Ernesto E; “La absolución de posiciones por las sociedades comerciales”, LL 1985-E-829).
Continúa señalando el autor: “Resulta claro, a nuestro entender, que la norma –al hablar de
‘representantes legales’- se refiere expresamente a los sujetos a cargo de la ‘administración
y representación de las sociedades’ (representantes ope legis), descartando a los simples
mandatarios convencionales, porque un ligero análisis de los arts. 58 y 59 de la ley de
sociedades comerciales, y de los especiales deberes y facultades que otorgan no dejan
ninguna duda sobre el particular, en la medida que reconocen a los administradores
derechos y obligaciones diferentes a los que pesan sobre el mandatario por aplicación de los
arts. 1904 y sigas. del Código Civil. El margen de flexibilidad que brinda el art. 406 del
Cód. de Proc. Civil y Comercial de la Nación, por consiguiente, fluctuará exclusivamente
entre los distintos miembros del órgano de administración que –aunque no lo presidan-
cuenten con mandato suficiente para absolver. Va de suyo, entonces, que se descarta la
posibilidad que –al menos dentro del marco del procedimiento civil y comercial- las
sociedades pueden cumplir con la prueba de posiciones, a través de sujetos que careciendo
de facultades representativas –por no integrar el órgano de administración- desempeñaran
alguna gerencia, aunque cuenten con un poder general o especial extendido a su favor por la
entidad, tal como ocurre en el ámbito laboral (art. 87, ley 18.345), ya que si esa hubiera sido
la intención del legislador, nada obstaba a que incluyera el Cód. de Proced. Civil y
Comercial de la Nación una disposición que contuviese una norma en tal sentido”
(Martorell, ob. cit.).
En sentido concordante, señalan Fenochietto y Arazi: “La persona que se propone
para absolver posiciones debe ser un representante legal de la entidad que lo propone, con
facultad para obligarla (art. 405, inc. 3º, CPN). No cabe ofrecer a un empleado jerarquizado
que no revista la calidad de representante legal; tampoco al mandatario convencional,
aunque tenga facultades para absolver posiciones” (Fenochietto, Carlos E.- Arazi, Roland;
“Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Tomo 2”, págs. 411-412, Editorial
Astrea, Bs. As., 1983).
En fin, el ponente elige entre los representantes legales de la sociedad quién
absolverá posiciones, pero la sociedad tiene atribuciones para oponerse a la representación
determinada por el ponente. Empero, para que esta oposición sea posible se deben dar las
siguientes condiciones: (a) que se alegue que el representante elegido por el ponente no
intervino personalmente o no tuvo conocimiento directo de los hechos; (b) que se indique
en el escrito de oposición el nombre del representante que absolverá posiciones; y (c) que se
deje constancia que dicho representante ha quedado notificado de la audiencia, a cuyo
efecto éste también suscribirá el escrito (Conf. Cabanellas, ob. cit.). Sin embargo, cabe
reiterar que el representante elegido por la sociedad anónima para absolver posiciones debe
ser un representante legal de la sociedad (presidente del directorio u otro miembro del
directorio con facultades para realizar actos de disposición), y nunca podrá ser un
representante convencional.
Por último, respecto a la posibilidad de que los gerentes absuelvan posiciones en sede
civil y comercial, enseña Cabanellas que “los gerentes no son representantes legales de la
sociedad, sino que forman parte de la administración societaria y ejercen funciones de
representación por vía de mandato, por lo que la aplicación de los principios antes
expuestos debería llevar a la exclusión de los gerentes de la posibilidad de absolver
posiciones por las sociedades anónimas” (Cabanellas, ob. cit.). En sentido concordante, ha
dicho la jurisprudencia: “El representante de una sociedad anónima es su presidente, si
comparece el gerente, aun siendo miembro del directorio, deberá declarárselo rebelde al
primero” (CNCom., Sala B, 22/05/68, LL 135-1236). Esta postura también es compartida
por Martorell: “Se debe descartar expresamente la posibilidad de que absuelva posiciones
válidamente por una persona jurídica un simple mandatario convencional, o aún el abogado
o procurador de la empresa nombrado gerente exclusivamente para este fin, aunque cuente
con poder para el acto de marras, e inclusive los altos funcionarios de la entidad (…), ya
que si ésa hubiera sido la intención del legislador, así lo hubiera establecido, tal como
ocurre en el procedimiento laboral por acción del art. 87 de la ley 18.345” (Martorell, ob.
cit.).

III. Absolución de posiciones en sede laboral


El criterio es distinto si la sociedad anónima debe absolver posiciones en sede
laboral. El artículo 87 de la Ley de Organización y Procedimiento Laboral Nº 18.345
establece que “si se tratare de personas de existencia ideal, además de los representantes
legales podrán absolver posiciones sus directores o gerentes con mandato suficiente, la
elección del absolvente corresponderá a la persona de existencia ideal; salvo que al
contraparte invoque razones concretas y atendibles que justifiquen la citación de una
persona determinada. En todos los casos esta prueba será rendida por un solo absolvente
aunque los estatutos o el contrato social exigieren la actuación conjunta de dos o más
personas”. En fin, tanto los representantes legales de la sociedad como los directores o
gerentes con mandato suficiente (representantes convencionales) podrán absolver
posiciones en forma indistinta.
Empero, esta facultad de delegar la absolución de posiciones en representantes
convencionales tiene sus límites. La jurisprudencia ha dicho al respecto: “No cualquier
‘representante’ puede absolver posiciones por un ente de existencia ideal, siendo
indispensable que se trate de su representante natural previsto en la ley administrativa, civil
o comercial, o bien un director o gerente con mandato suficiente” (CNTrab., Sala V,
“Minichini, José c. Automóvil Club Arg.”, 15/02/75, LL XXXV-1378). También se ha
enfatizado que “no puede absolver posiciones por una persona jurídica un letrado que,
aunque tenga poder para hacerlo, no es el representante legal, director o gerente”.
En otras palabras, el director o gerente de de la persona jurídica debe efectivamente
ostentar el cargo que invoca, ya que no es válido que a una persona se lo designe director o
gerente de una persona jurídica al sólo fin de absolver posiciones (Conf. Pose, Carlos; “Ley
18.345 de organización y procedimiento laboral anotada-comentada-concordada, pág. 191,
David Grinberg Libros Jurídicos, Bs. As., 2001; CNTrab., Sala II, “Siviero c/ Carboclor
S.A.”, 29/09/95, JA-1997-IV; CNTrab., Sala III, “Ramallo c/ Impresora Paisandú”,
15/12/86, TSS-1987-320; CNTrab., Sala V, “Minchini c/ ACA”, 15/12/75, DT-1975-742;
CNTrab., Sala VI, “Macchi c/ Institutos Médicos S.A.”, 31/07/87, TSS-1987-927). En fin,
“el mandato por el cual se otorgan las más amplias facultades a quien pretende absolver
posiciones por una persona de existencia ideal, no implica por sí solo la acreditación del
carácter de director o gerente del compareciente toda vez que el art. 87 de la LO establece
en su última parte dos exigencias independientes y distintas” (CNTrab., Sala VIII,
“Kopmelfel c/ López Cabrera Construcciones S.A.”, 26/12/82, BCNTr. 51), pues “estos
directores o gerentes deben estar provistos no sólo del mandato societario que los habilite a
absolver posiciones sino también de los documentos de donde surja su designación”
(CNTrab., Sala 4ª, "Galíndez, Fernando v. Institutos Médicos Antártida SAMIC s/
Despido", 28/10/2002).
Asimismo, en cuanto a la posibilidad de que los demás miembros del directorio –
además del presidente- puedan absolver posiciones en representación de la sociedad
anónima, la jurisprudencia ha considerado en un caso que “no basta ser su director, sino que
debe mediar mandato suficiente otorgado de conformidad con el estatuto, sin que alcance el
otorgamiento dado por el presidente del ente atento lo normado por el art. 268 de la ley
19550” (CNTrab., Sala 4ª, “Crovetto, Héctor R. v. E. Velasco e hijos S.A.”, 28/09/1982).
En sentido contrario, Cabanellas considera que “los directores, aunque no sean en su caso
representantes legales, pueden ser apoderados, y la norma procesal analizada admite
expresamente esa posibilidad, que queda fuera de los límites de la representación legal, en
sentido societario” (Cabanellas, ob. cit.).
En relación a la posibilidad de que los gerentes de la sociedad anónima absuelvan
posiciones en su nombre, la jurisprudencia ha sostenido que “la persona a quien se inviste
del carácter de gerente al sólo efecto de absolver posiciones, no es gerente en los términos
de la ley, sino un mandatario convencional a quien el art. 87 L.O. no autoriza a absolver
posiciones, en representación de una persona de existencia ideal” (CNTrab., Sala 2ª,
“Siviero, Carlos v. Carboclor Ind. Químicas S.A. s/ Accidente”, 29/09/1995). O sea, el
absolvente debe ser un gerente auténtico, designado por el directorio y con mandato
suficiente para absolver posiciones.
La elección del absolvente corresponde a la persona de existencia ideal, salvo que la
contraparte invoque razones objetivas que justifiquen la citación de una persona
determinada en el escrito de ofrecimiento de prueba (Pose, ob. y pág. cit.). Aunque en los
estatutos o en el contrato social se exigiera la actuación conjunta de varias personas, la
prueba confesional será rendida por un solo absolvente.

IV. Conclusión
Por todo lo expuesto, se pueden extraer las siguientes conclusiones:
1) En sede civil y comercial los únicos habilitados para absolver posiciones en nombre de
las sociedades comerciales son sus representantes legales. En el caso de una sociedad
anónima, la representación legal en principio sólo le corresponde al presidente del
directorio, salvo que el estatuto –originariamente o mediante una modificación- extienda
esta representación a otros directores -en forma conjunta o indistinta-. Los gerentes con
facultades para realizar actos de gestión y disposición son representantes voluntarios de
la sociedad, y no representantes orgánicos o legales, razón por la cual no se encuentran
habilitados para absolver posiciones en nombre de la sociedad anónima en sede civil y
comercial.
2) En sede laboral se encuentran habilitados para absolver posiciones (a elección del
absolvente) tanto los representantes legales de las sociedades anónimas como los
directores o gerentes –que acrediten sus designaciones- con mandato suficiente.

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