Está en la página 1de 3

Comentario del texto 3 de Kant.

El siguiente fragmento es un extracto de la Crítica de la razón pura, obra fundamental


de Immanuel Kant. Sin embargo, antes de proceder con un análisis crítico del mismo, es
preciso ordenar la obra en un determinado contexto histórico.
El pensamiento de Kant coincide con la Ilustración, modo de pensamiento dominante
en la Europa del siglo XVIII y, a su vez, es influenciado por la Ilustración alemana
concretamente. Por otra parte, el contexto sociopolítico de Prusia converge con la
persecución ideológica del pietismo. Son tiempos de Federico Guilherme I, el máximo
esplendor a la obra religiosa del autor y la estancia de Federico Guilherme II.
Se destaca el contexto sociopolítico de Rusia de la época debido a que el autor llegó al
mundo en 1724 en la ciudad de Königsberg. A los dieciséis años se matriculó en la
universidad de su ciudad natal y cuando murió su padre, se vió obligado a ganarse la vida de
preceptor. Fue en 1755 cuando ganó el puesto de profesor en la misma universidad. Kant
relata en su biografía que, en el año 1769 tuvo una gran “iluminación”, la gran intuición de
que el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad. Un año más tarde recibió la
cátedra de Metafísica y lógica y once años después se encargaría de publicar su obra
elemental: Crítica de la razón pura. Posteriormente, en 1784 y 1789 publica dos obras que
continúan su sistema: Crítica de la razón práctica y Crítica del Juicio. Falleció en
Königsberg en el año 1804.
Las grandes influencias de Kant para lograr alcanzar y perseguir su pensamiento
filosófico fueron dadas por tres personalidades. En primer lugar, su profesor de metafísica y
lógica le enseñó a Isaac Newton y la metafísica de Wolff, la cual posteriormente criticará
Kant. A su vez, la lectura de Hume le “despertó de su sueño dogmático”, en palabras del
autor que, pese a eso, logra una superación de la isma filosofía. Rousseau es el influenciador
para Kant de su Crítica de la razón práctica.
La tesis principal que defiende el autor en este fragmento refiere a que, si bien todo
nuestro conocimiento empieza con la experiencia, no por eso procede todo de la experiencia
y, la cuestión es averiguar si es posible que exista un conocimiento independiente de la
experiencia y de las impresiones y sentidos.
Kant, influenciado por el empirismo de Hume, decide validar la afirmación de este de
que todo conocimiento empieza con la experiencia. No obstante, para comprender mejor el
análisis del fragmento, es necesario conocer la filosofía de Kant. Este autor sostiene que la
filosofía se reduce a tres preguntas: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer? y ¿qué puedo
esperar?
A la cuestión “¿qué puedo conocer?” responde exclusivamente la Crítica de la razón
pura, que trata de establecer los límites del conocimiento que, tal como nos adelanta el texto,
se limita con la experiencia y todos los interrogantes convergen en si es posible o no la
metafísica como ciencia.
Volvamos atrás. Kant afirma que la metafísica permanece en una fase precientífica a
diferencia de las matemáticas y la física. El autor propone un cambio en la manera de
proceder para ver si así tiene más éxito en las investigaciones científicas y en el resultado
final, tal como hizo Copérnico que, al no poder explicar el movimiento de los planetas,
decide invertir la perspectiva. Del mismo modo hace Kant con la teoría del conocimiento,
pues propone suponer que es el objeto el que, al ser conocido, se adapta a las leyes del sujeto,
tal como dice el texto: “sino mediante objetos que afectan a nuestros sentidos, etc.”,
escindiendo de los modelos anteriores a él.
Kant formula toda su investigación en que el conocimiento es fruto de la imposición
de formas a priori (independientes de la experiencia) del sujeto al objeto.
Pero tal como dice la tesis, es importante cuestionar como se dan estas formas a priori,
estas estructuras internas propias del sujeto. Estas son juicios sintéticos a priori, esto es,
juicios universales y necesarios y, además, aumenta nuestro conocimiento.
Es importante encuadrar el estudio del conocimiento de Kant en sus distintas
ramificaciones, pues en la Estética trascendental Kant respondía a la cuestión de si son
posibles los juicios sintéticos a priori en las matemáticas, y relacionaba las mismas con la
sensibilidad. Esta es la facultad que tenemos mediante la cual somos susceptibles de ser
afectados por las cosas y las sensaciones son afecciones o modificaciones que recibe el sujeto
pasivamente de los objetos, como puede ser la forma, colores, etc.
Kant formula lo siguiente: los juicios sintéticos a posteriori (sacado de la experiencia)
de que el árbol está florecido nos da un nuevo conocimiento. Sin embargo, para obtener
nuevo conocimiento es necesario ordenar las sensaciones que recibo del árbol en el espacio y
tiempo. Así pues, responde a la cuestión de la tesis principal: ¿Cómo son posibles los juicios
sintéticos a priori? Son el espacio y tiempo las formas puras a priori de la sensibilidad y,
relaciona las matemáticas (geometría y aritmética) con el espacio y tiempo.
Es preciso lograr una distinción entre conocimiento puro y empírico. Los
conocimiento puros son los llamados independientes de la experiencia y no se mezclan,
mientras que los empíricos sacados de ella. Para darse la imagen de que el árbol está
florecido se empieza con la experiencia, pero no proviene todo de la experiencia, sino
también de las estructuras y formas a priori del espacio y tiempo en la sensibilidad y
categorías relacionadas a fenómenos (esto es, la cosa tal y como se nos manifiesta) en el
entendimiento. Estas categorías son los conceptos puros a priori que están en el
entendimiento y que permiten clasificar los fenómenos. Al igual que el espacio y el tiempo,
son condiciones necesarias de la experiencia. Así, para poder tener el conocimiento del árbol,
tengo que subsumir el fenómeno del árbol a las categorías de totalidad, realidad, substancia y
existencia para poder unificar. No obstante, para que esto sea posible necesitamos un término
intermedio que es el esquema trascendental, así como la unidad originaria de la conciencia (o
“yo pienso” o autoconciencia), lo que significa que el sujeto que acompañe a las
representaciones sea siempre el mismo.
Así establece Kant que todo empieza con la experiencia, pero no se ciñe a ella. De ello
se desprende que no podemos subsumir las ideas trascendentales de Dios, alma y mundo (las
tres substancias de la metafísica wolffiana) a las categorías dado que no podemos tener nunca
un fenómeno de ellas. Se trata de un uso ilegítimo que la metafísica dogmática realiza de
estos conceptos porque las toma como cosas reales y materiales cuando no tienen ningún
fundamento material. Es decir, pretende obtener a priori conocimiento sobre estas ideas. Es
por ello que determina que la metafísica no puede constituirse como ciencia porque no son
posibles los juicios sintéticos a priori. Sin embargo, sostiene que estas ideas son necesarias
para fundamentar la ética, tal y como establecerá en la Crítica de la razón práctica, en la que
actuarán como postulados de su ética deontológica (es decir, centrada en el deber).
A modo de conclusión, cabe destacar la importancia y relevancia del pensamiento
kantiano. La filosofía kantiana provocó el surgimiento en la Alemania del movimiento
filosófico conocido como idealismo alemán (Fichte, Schelling y Hegel), a pesar de que este
movimiento proponga un nuevo concepto de racionalidad basado en la infinitud y lo absoluto.
Su influencia también llega a Schopenhauer (1788-1860), para quien el fenómeno es la
ilusión que vela la realidad de las cosas en su esencia primigenia y auténtica. Nietzsche
(1844- 1900), por su parte, criticará que Kant perpetúa la renuncia a la vida iniciada por
Sócrates y Platón en cuanto distingue entre fenómeno y noúmeno y, por lo tanto, afirma que
la realidad es incognoscible. Por último, en el siglo XX el filósofo neopositivista Rudolf
Carnap distinguirá entre dos tipos de enunciados plenamente significativos: analíticos y
sintéticos. Sin embargo, rechaza la existencia de los juicios sintéticos a priori.

También podría gustarte