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Los requisitos de eficacia de la poses:

ausencia de vicios, la buena fe y la duración de la posición


SUSTENTANTES DEL GRUPO #2
Sarah Zarzuela- A00108008
Inés Rivas- A00107684
Crismel Tejeda- A00107623
Fátima Ortiz- A00107549
Nicole Reyes- A00107846

TEMA:
La posesión

PROFESOR:
José Gabriel Feliz Méndez

ASIGNATURA:
Derechos Reales (DER178- 2408)
OBJETIVOS
 Diferenciar y definir los requisitos de eficacia de la poses: ausencia de vicios; buena y mala fe
 Conocer y distinguir los efectos de la buena y la mala fe en la posesión.
SUMARIO:
Cabe ser poseedor (tener et corpus y el animus) y no beneficiarse de los efectos de la
posesión: a los requisitos de existencia de la posesión se agregan algunos requisitos de
eficacia. La posesión viciosa en principio, no tiene efecto alguno. Algunos efectos de la
posesión son negados cuando la misma no es de buena fe; igualmente, cuando no reúne un
requisito de duración.
AUSENCIA DE LOS VICIOS
Los diferentes vicios de la posesión
Los vicios susceptibles de afectar la posesión son: la Violencia, la clandestinidad, el equívoco y la
discontinuidad.
Violencia y clandestinidad: La posesión debe ser pacifica, exenta de violencia, a la vez en el momento de la
toma de posesión y en et transcurso de la misma.

La posesión debe ser pública, exenta de clandestinidad; el poseedor que, por astucia, disimula su posesión a
la persona que tendría interés en conocerla, no merece más protecci6n que el autor de una violencia.

Estos dos vicios son relativos: no pueden ser invocados sino por las personas que hayan sido víctimas de los
mismos.
Son vicios temporales: desde el instante en que cesen, la posesión vuelve a ser útil.
Equívoco y discontinuidad: La posesión es equivoca cuando los actos realizados por el poseedor
no revelan suficientemente el animus domini. Sucede así: cuando por un copropietario se cumplen
esos actos sobre la cosa común; cuando una situación contractual unía al poseedor con el
propietario de la cosa; cuando cohabitaban. La ley asimila la posesión equivoca los actos de pura
facultad y los actos de simple tolerancia.
La posesión es discontinua cuando el poseedor no realiza los actos de dueño con la misma
regularidad que un propietario.
Lo equívoco y la discontinuidad son dos vicios absolutos: pueden ser invocados por toda persona.
Son vicios temporales.
PRUEBA Y EFECTOS DE LOS VICIOS DE LA POSESION

La ausencia de vicios se presume. La posesión viciosa no surte ninguno de


los efectos de la posesión frente a las personas que puedan alegar ese victo.
Por excepción, se concede a la posesión equívoca y a la posesión
discontinua la protección de la acción 0 interdicto de recobrar.
LA BUENA FE
El poseedor es de buena fe cuando cree ser propietario. Por lo
tanto, la buena fe implica la existencia de un título en virtud del
cual el poseedor haya creído convertirse en propietario, o
cuando menos la creencia en la existencia de ese título.
REQUISITOS DE EFICACIA DE LA POSESION
La posesión existe por la reunión del corpus y del animus; pero no produce efectos jurídicos sino
con determinados requisitos.

En principio, la posesión no surte ningún efecto si se encuentra viciada. Si el poseedor es de


mala fe, surte efectos menos Completos que la posesión de buena fe. Por último, en ocasiones,
no tiene sino efectos limitados cuando no cuenta con cierta duración.

La ausencia de vicios, los diferentes vicios de posesión, Enumeración de los vicios de la


posesión. artículo 2.229 del Código civil enumera los diferentes vicios de la posesión a propósito
de uno de los efectos de la misma, de la adquisición de la propiedad por la posesión: "Para
poder prescribir, hace falta una posesión continua e ininterrumpida, pacífica, pública, inequívoca
y a título de dueño". los redactores del Código civil francés incurrieron en una confusión al
colocar así, entre los vicios de la posesión, la precariedad y la interrupción. El hecho de no
poseer. En derecho romano, la clandestinidad no era un vicio de la posesión más que si el
poseedor había ocultado voluntariamente su posesión; esa concepción es todavía la del derecho
francés: por vicio fundado, como la violencia, sobre la conducta del poseedor, la clandestinidad
supone una voluntad de disimulación, una astucia.
La posesión de los muebles es susceptible de estar viciada por
clandestinidad: el ladrón que oculta la cosa robada es un poseedor
clandestino. Resulta más difícil concebir una posesión clandestina sobre
inmuebles; tal sería el caso de una persona que hubiera excavado
secretamente un subterráneo o una bodega en el subsuelo de su vecino. La
clandestinidad, como la violencia, vicia la posesión, ya se registre en el
origen de la posesión o en su transcurso.

La violencia y la clandestinidad son vicios relativos. Estos dos vicios son


relativos, lo cual significa que no pueden ser invocados sino por la víctima
del vicio. Tan sólo la víctima de la violencia, o la persona a la que se le
haya ocultado la posesión, tienen el derecho de alegarlo. La posesión
produce sus efectos con respecto a otra cualquiera persona. El principio
según el cual la posesión viciosa no produce efecto alguno, no es
verdadero, pues, frente a personas que puedan alegar el vicio, cuando ese
vicio sea relativo.
La violencia y la clandestinidad son vicios temporales. Desde el instante en que la
posesión vuelva a ser pacífica o pública, comienza de nuevo a surtir sus efectos, a ser
una posesión útil: "La posesión útil no comienza sino cuando la violencia haya cesado"
(art. 2.233, párr. 20, del Cód. civ.). En lo concerniente a la violencia, esa regla parece
contener una excepción: el vicio subsiste mientras que la víctima, expulsada por la
fuerza, tenga razones legítimas para temer nuevos ataques de hecho, incluso si el
poseedor no ejerce ninguno ya actualmente; en realidad, no existe en eso una
excepción, porque lo. que vicia la posesión no es solamente el acto de violencia en sí
mismo, sino el temor que la violencia inspira al propietario.
LO EQUÍVOCO Y LA DISCONTINUIDAD
La posesión debe ser caracterizada de acuerdo a sus vicios: Los vicios de equívoco y de discontinuidad,
contrariamente a los vicios de violencia y de clandestinidad, no se fundan sobre el análisis de la
conducta del poseedor.

Posesión equivoca: es equívoca cuando los actos realizados por el poseedor no revelan claramente su
intención de ser el dueño de la cosa. Aunque existe posesión, la prueba de la ausencia del "animus
domini" no se ha hecho y, por lo tanto, se presume que existe posesión. Sin embargo, el influjo ejercido
por el poseedor puede no corresponder necesariamente a la intención de ser dueño. Hay dos series de
casos en los que esto puede ocurrir: cuando varias personas realizan actos de dueño sobre la cosa y
cuando un copropietario realiza actos de dueño sobre la cosa. En ambos casos, la posesión es equívoca
porque no es claro si los actos fueron realizados como copropietario o como propietario exclusivo.
Además, la posesión puede ser equívoca cuando existen relaciones jurídicas previas que no permiten
decidir si se trata de una posesión verdadera o de una detentación. La cohabitación también puede hacer
equívoca la posesión, como cuando alguien que vivía con el fallecido pretende haber recibido objetos o
valores del difunto como donación. En general, la utilidad de la posesión equívoca es que permite a la
jurisprudencia atenuar las consecuencias de la presunción del "animus domini". Aunque existe posesión
cuando el "animus domini" se presume simplemente, esta posesión no será útil.
ACTOS DE PURA FACULTAD O DE SIMPLE TOLERANCIA

El Código Civil establece en su artículo 2.232 que los actos de pura facultad y los de simple tolerancia no
pueden fundamentar ni posesión ni prescripción. Estos no son vicios particulares, sino simples
aplicaciones del vicio de equívoco.
Un acto de pura facultad es aquel que el propietario tiene completa libertad para realizar o no. Por
ejemplo, construir en su terreno. Si un vecino abre un hueco en su pared sobre ese terreno, no puede
pretender que ha adquirido por prescripción la servidumbre de vistas y la de no edificar. Por otro lado, un
acto de simple tolerancia es aquel que un propietario tolera como un acto de cortesía. Por ejemplo,
permitir a un vecino que deposite algunos materiales en el límite de su terreno.

En ambos casos existe duda acerca del animus, es decir, no se puede determinar si la persona que ha
utilizado las vistas ha actuado como poseedor de una servidumbre de vistas o si ha aprovechado
simplemente la facultad que tenía el propietario para no edificar.
POSESIÓN DISCONTINUA

La posesión es considerada discontinua cuando el poseedor no realiza los actos de dueño sobre la cosa de
manera regular o constante, sino que los hace con intervalos irregulares. Esta falta de continuidad debe
ser evaluada objetivamente, teniendo en cuenta la naturaleza del bien, los procedimientos de cultivo, la
división de las tierras y las costumbres del lugar. La Corte de casación ha dictaminado que incluso si la
posesión se realiza solo con la intención del poseedor, sin el corpus, esta no es suficiente para
conservarla, ya que se requiere una posesión continua. En caso de discontinuidad en la posesión, se
plantea la duda sobre si el poseedor ha abandonado o no su posesión. Si se ha producido una
interrupción, la posesión se considera como inexistente.
VICIOS ABSOLUTOS Y VICIOS TEMPORALES EN LA POSESIÓN
- El equívoco y la discontinuidad son vicios absolutos en la posesión. Estos vicios no dependen de la
conducta del poseedor hacia ciertas personas, sino que se basan en la naturaleza de la posesión en sí
misma. Cualquiera puede invocar la existencia de estos vicios si hay duda sobre la existencia del animus
o la interrupción.

- El equívoco y la discontinuidad son vicios temporales en la posesión. Al igual que la violencia y la


clandestinidad, estos vicios no eliminan la posesión. Una vez que cesa el vicio, la posesión produce sus
efectos nuevamente. Por lo tanto, la posesión útil comienza de nuevo cuando los actos del poseedor
demuestran claramente su intención y la ausencia de interrupción.
LA POSESIÓN Y LOS VICIOS QUE PUEDEN AFECTARLA

 Por otra parte, la buena fe, que es la creencia del


 Se presume la ausencia de vicios en la posesión,
poseedor de que es propietario de la cosa. La
pero si alguien quiere alegar que la posesión está
buena fe es más eficaz que la posesión de mala fe,
viciada, debe demostrarlo. Si la posesión está
y varios efectos están reservados al poseedor de
viciosa, no surte efectos legales, pero en algunos
buena fe. La buena fe implica la existencia de un
casos, como cuando hay duda sobre el animus
título o, al menos, la creencia en la existencia de
domini (la intención de poseer como dueño), se
un título. El adquirente a non domino (que
puede conceder el interdicto de recobrar al
adquiere de alguien que no es dueño) puede ser
poseedor expulsado por la violencia. Además, si el
poseedor de buena fe si ha creído que su causante
vicio es relativo, la posesión afectada por el vicio
era propietario. La presunción de buena fe es
todavía produce efecto contra aquellos que no han
establecida por la ley y dispensa al poseedor de
sido víctimas de la violencia o la disimulación.
presentar prueba de ello, mientras que la posesión
de mala fe no tiene ciertos efectos legales que se le
otorgan al poseedor de buena fe.
EFECTOS DE LA POSESIÓN DE MALA FE:
• Otorga al poseedor todas las acciones posesorias;
• Lo nombra demandado en la acción reivindicatoria, en la cual se decidirá la
cuestión de propiedad;
• Conduce a la adquisición de la propiedad de la cosa poseída a través de la
prescripción treintañal.
EFECTOS DE LA POSESIÓN DE BUENA FE:
Al igual que en la posesión de mala fe, la posesión de buena fe otorga la
protección de las acciones posesorias y nombra al poseedor como demandado
en la acción reivindicatoria. Sin embargo, difiere en tres aspectos con respecto
a la posesión de mala fe:
1. Se presume que el poseedor de buena fe es propietario de la cosa.
2. El poseedor de buena fe tiene derecho a los frutos de la cosa que posee, es
decir, los frutos son suyos. Aunque el poseedor de buena fe debe restituir la cosa
al propietario, conserva los frutos que haya obtenido. Esto no se aplica al
poseedor de mala fe, quien debe restituir tanto la cosa como todos los frutos
obtenidos desde su posesión, ya que sabía que se estaba apropiando de algo que
pertenecía a otra persona.
3. A diferencia de la posesión de mala fe, la posesión de buena fe lleva a
adquirir: a) la propiedad de los muebles de forma inmediata; b) la propiedad de
los inmuebles después de un plazo que varía entre diez y veinte años
Para que se produzcan ciertos efectos de la posesión se requiere una posesión prolongada, siendo
este el tercer requisito para la eficacia de la posesión. Algunos efectos de la posesión no se
presentan hasta después de un tiempo determinado, mientras que otros se logran sin necesidad de
duración alguna. La duración de la posesión es un factor importante para que se reconozcan los
derechos que conlleva. La posesión prolongada también puede ayudar a consolidar la titularidad de
un bien, incluso en caso de disputas legales. En resumen, la duración es esencial para determinados
efectos de la posesión, mientras que para otros no es un requisito.
Existen ciertos efectos de la posesión que no dependen de su duración, por lo que no se requiere un
plazo mínimo para que se produzcan. Entre estos efectos se encuentran: la posibilidad de ejercer el
interdicto de recobrar, la asignación del papel de demandado en la acción reivindicatoria y la
presunción de propiedad, la adquisición de los frutos por parte del poseedor de buena fe y la
adquisición de la propiedad de los muebles por parte del poseedor de buena fe. Estos efectos pueden
surgir incluso en posesiones breves, siempre y cuando se cumplan los requisitos necesarios. En
resumen, estos efectos son independientes de la duración de la posesión y permiten al poseedor
adquirir ciertos derechos sin necesidad de un plazo mínimo.

LA DURACIÓN DE LA POSESIÓN
Existen efectos de la posesión que están sujetos a un plazo determinado para su
ejercicio. Por ejemplo, las acciones posesorias solo pueden ejercerse después de
un año de posesión útil, excepto la acción de recobrar la posesión que no tiene
requisito de plazo. Además, se requiere una posesión de diez a veinte años para
que el poseedor de buena fe pueda realizar la usucapión de inmuebles, y de
treinta años en el caso de bienes muebles o inmuebles poseídos de mala fe. Estos
plazos son esenciales para consolidar ciertos derechos de posesión y propiedad
y su cumplimiento es un requisito fundamental en el sistema legal. En resumen,
existen efectos de la posesión que están subordinados a un plazo y que deben
cumplirse para adquirir ciertos derechos legales.
La posesión desempeña un papel considerable en materia mobiliaria, ya que sí la mala fe
del poseedor no se demuestra es inmediata la adquisición de la propiedad por el poseedor.
hoy este efecto no carece de peligros, hoy los herederos tropiezan con frecuencia con las
pretensiones de los familiares que vivían en la casa. Al advertirse que se encuentran en
posesión de objetos que habían pertenecido al difunto afirman haberlos recibido por
donaciones en propia mano.

LA COHABITACIÓN Y POSESIÓN EQUIVOCA


La posesión para ser útil debe ser continua, la discontinuidad es un vicio de la posesión.
este vicio consiste en no realizar los actos de dueño que efectuaría un propietario. Según
los términos de una regla que se remonta al derecho romano y que ha sido afirmada en
múltiples ocasiones por la corte de casación es posible poseer un inmueble sólo ánimo, al
menos en tanto que otra persona no haya realizado durante 1 año actos de dueño sobre el
inmueble. es necesaria un acto de dueño en el momento de la toma de posesión, pero en lo
sucesivo la posesión se conserva por la sola intención.

DISCONTINUIDAD Y LA POSESIÓN “SOLO ANIMO”.


CONCLUSION

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