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Es necesario realizar una evaluación funcional de la conducta por parte de todos los
educadores y que traten de responder a:
¿Por qué ocurre la conducta desafiante y/o hipersexualizada?
¿A qué propósito sirve?
¿Qué intención o finalidad tiene?
Con ello buscamos diferenciar entre la forma y el propósito, la intención que tiene el
adolescente al realizar dicha conducta. Cuando se descubre a que propósito sirve la conducta
problema, se tiene más capacidad para diseñar intervenciones que proporcionen conductas
alternativas.
La mejor manera de afrontar adecuadamente la intervención ante las alteraciones de
conducta es creando un entorno laboral en los que se busquen formas de organización y
funcionamiento efectivo; que permita reflexionar sobre la propia actuación, que permita el
análisis en equipo y, por tanto, la intervención consensuada, por lo que sería conveniente
realizar más equipos educativos que ayuden a analizar a los educadores y a compartir
estrategias que cada profesional ponen en práctica y funcionan.
Realizar dinámicas de grupo con los educadores, llevadas a cabo por la psicóloga de Aldeas
Infantiles con el fin de trabajar la incondicionalidad hacia el adolescente, y lo que suscita a
los educadores sus comportamientos, sirviendo así de un espacio para la descarga emocional
y del cuidado del profesional.
Tener, adoptar y mantener una actitud positiva por parte de los profesionales que intervienen
con el adolescente es una herramienta muy poderosa. Es importante convertirnos en señal de
refuerzo, vincular una relación positiva con la comunicación hacia Diego, creando intereses
compartidos, e interacciones y comunicación recíproca. Numerosos estudios han demostrado
que las expectativas que una persona tiene acerca del comportamiento de otra se convierten
en una profecía de autocumplimiento inducida.
Habría que analizar en profundidad, que en el caso de los incidentes de agresiones reactivas
hacia los educadores y/o otros menores, que le suscitan estas personas a Diego a nivel
emocional, a veces sucede que personas con traumas, y síntomas disociativos, conectan su
malestar con ciertas personas por lo que les proyecta y asocian con su propio trauma.
Formación hacia los educadores, sobre el perfil del adolescente y los posibles trastornos
asociados a su conducta.
Recordar que no sólo hay que centrarse en las conductas a reducir, si no lo más importante es
centrarse desde una visión conductual positiva, en las conductas prosociales a fortalecer y
que son incompatibles con las disruptivas. Por ello utilizar antes que las consecuencias y la
retirada de privilegios el REFORZAMIENTO POSITIVO, es decir aumentar la
probabilidad de emisión de una conducta de baja frecuencia administrando una consecuencia
satisfactoria después de realizada la conducta. Métodos desde alabanzas, refuerzo a través de
contacto físico (abrazos, caricias afectivas), teatralización y exageración de lo bien que lo ha
hecho, aumento de privilegios, etc…, pero con utilización primaria de los afectivos frente a
los materiales.
Centrarse en las conductas positivas y reforzarlas, utilizando con habilidad los periodos de
“calma” para implicar al sujeto en programas de mejora conductual.
Como hipótesis y ante la necesidad de Diego de contacto con su madre, sería conveniente
quizás separar las visitas de sus hermanos y que él pueda tener un espacio a solas con su
madre donde, además puede facilitar la intervención educativa para regular a la madre
cuando los mensajes sean inadecuados.
En las visitas familiares no hay que dejar que doña María Ángeles dé mensajes inadecuados,
y sí los da, confrontarla delante de Diego, para que entienda que esos mensajes son erróneos
o engañosos. Así protegemos a Diego de algo que puede estar detrás de la base de esta
recaída, que es la alienación por parte de su progenitora en contra del hogar y de la situación
de desprotección.
Después de cada visita se debería realizar una sesión educativa para reconducir todo lo
sucedido en él, mostrando apoyo hacia el adolescente a expresarse como se siente, además
de continuar refutando los mensajes inadecuados que haya podido recibir.