Centralismo y Sentido Común en la Educación Argentina.
En 1853 se dictó la Constitución de la Nación Argentina instrucción secundaria y el aval que brindó la Ley Lainez, de
con Capital en la ciudad de Paraná. Las Provincias Unidas
fundaron así la Nación Argentina. En ese nuevo país se halló
ausente Buenos Aires hasta 1860.
Buenos Aires, como Estado, se mantuvo al margen hasta
después de la Batalla de Cepeda de 1859 y el Pacto de San José
de Flores. Recién en 1860 se incorporó, luego de algunas
reformas constitucionales. Desde entonces, Buenos Aires, no ha
dejado de ejercer su hegemonía utilizando para ello la
administración de la Nación.
La Constitución Nacional de 1853, refrendada en 1860,
especificó con claridad un régimen federal. La organización de
las provincias se puntualiza en las Constituciones Provinciales,
ajenas al gobierno federal. Conservan facultades y delegan
expresamente otras en la autoridad nacional, con miras a la
unidad del país: legislación sobre comercio y navegación;
aduanas; emisión de moneda, fijación de los códigos civil, de
comercio, penal y de minería; legislar sobre ciudadanía; formar
ejércitos; armar buques de guerra; relaciones internacionales.
Sin embargo, el centralismo porteño fue avasallando
lentamente y las provincias fueron cediendo, especialmente por
la escasez de recursos –provenientes del comercio exterior- que
el gobierno central coparticipaba a cambio de sumisión política.
La Nación no puede inmiscuirse en cuestiones internas de
las provincias pero creó instituciones en ellas que funcionaron
como verdaderas “embajadas”, entre ellas la creación de un
sistema de instrucción cuya “misión diplomática” permació
hasta 1992, con la descentralización de servicios educativos.
Las escuelas nacionales constituyeron una representación
de la Nación en cada provincia, que se ofrecieron como
anfitriones acuciados por sus limitaciones financieras para
afrontar la instrucción pública, como veremos. El acuerdo entre
las jurisdicciones Nacional y Provinciales, se apoyaba en la
acción de facto que se realizó con la creación de un sistema de
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1905, para llevar escuelas primarias a las provincias.
Las instituciones y su personal tenían una suerte de
estatus extraterritorial, sumiéndose a las leyes y normativas
nacionales en lo específicamente educativo, sin importar el
lugar donde se encontraren. A esto hemos llamado
Jurisdicción Transfederal.
4. Hegemonía oligárquica8 y liberal.
Una vez establecida la Constitución de 1853 -acatada y
modificada por Buenos Aires en 1860- y promulgadas las
primeras leyes de organización del país, de manera federal, el
ámbito de “lo justo” estaba resuelto. Lo bello y lo bueno se
copiarían de Europa.
Se hacía necesario establecer un Sentido Común propio.
Las clases dirigentes, a pesar de las tensiones entre liberales y
conservadores, se mantenía con una sólida homogeneidad.
Respecto del resto de la población –existente y por
venir- había una discrepancia severa.
Mientras Sarmiento proponía incorporar a la población
existente, a través de una extensa red de escuelas, y sumarle
una gran inmigración europea. Alberdi 9 se oponía
8 Del griego (oligarkhia), compuesto de oligos, "pocos" y -arkhía,
"mandar"- gobernar: oligarquía= gobierno de pocos.
9 ALBERDI, Juan Bautista. (1984) Bases y puntos de partida para la
organización política de la República Argentina. Centro Editor de
América Latina, Bs. As. (1ª ed. 1852)
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tajantemente. Él se veía europeo y, por tanto, despreciaba todo
lo que consideraba fuera de este sentido del “ser europeo”. Su
desprecio sobre los no-europeos, a quienes consideraba
inferiores era explícito:
Haced pasar el roto, el gaucho, el cholo, unidad elemental de
nuestras masas populares, por todas las transformaciones del mejor
sistema de instrucción; en cien años no haréis de él un obrero inglés,
que trabaja, consume, vive digna y confortablemente.
Dos maneras de expresar el liberalismo en estas
repúblicas, tan nuevas como las pocas existentes en Europa que,
aún en el Siglo XXI, mantiene monarquías hereditarias.
Triunfó la propuesta de Sarmiento.
Catorce sistemas de Instrucción, dependientes de cada
provincia, y uno dependiente del Gobierno Nacional con sede
en la ciudad de Buenos Aires comenzaron a pergeñarse
trabajosamente. Su propósito sería llevar La Civilización y
urbanizar a las poblaciones rurales y de los suburbios con todos
los instrumentos institucionales posibles, la escuela fue sólo uno
de ellos. Recién en la década de 1880 pudieron concretarse
legislaciones y acciones conducentes a la organización de los
sistemas de instrucción.
La Religión Católica no admitía discusión. Logró
instalarse en la Constitución Nacional de 1853 y en la mayoría
de las Constituciones Provinciales que le sucedieron, así como
en las Leyes de Educación que cada una de las 14 provincias iría
promulgando desde entonces10. Hasta se toma juramento a
10El 19 de abril de 1853, adelantándose unos días a la Constitución
Nacional, el gobernador Pujol, de Corrientes, promulga la primera
Ley de Educación: gratuita y católica, con supervisión de los párrocos.
Dividía la Instrucción en Elemental (una escuela de varones y otra de
niñas en cada Departamento) y Normal (dos secundarias en la Capital,
para formar preceptores).
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los funcionarios, de diferentes jurisdicciones, sobre los
Evangelios. Se naturalizó la presencia de la Iglesia Católica en la
vida institucional del Estado.11
Estaba pendiente la cuestión del folklore, como sostén
emotivo. Se resignificaría a los despreciados de la tierra, los
gauchos, una vez que ya habían sido exterminados como
expresión de vida libre. Así en El Gaucho Martín Fierro de 1872,
José Hernández recopila en lenguaje gauchesco, un sinnúmero
de características de los mestizos perseguidos hasta que se
inventó “la papeleta”, documento expedido por un patrón que
certificaba la pertenencia de ese gaucho a su estancia, una
especie de “siervos de la gleba” de la edad media europea.
Quien no la tuviera sería perseguido por “vago y mal
entretenido”, como castigo debería servir en el Ejército Nacional,
fundado en ocasión de la Guerra contra el Paraguay (1865-1870)
y utilizado posteriormente en las campañas militares contra las
naciones originarias nunca doblegadas por los europeos
habitantes de los Territorios Independientes del Chaco y la
Patagonia (1878).
Cuatro países en América Latina tienen organización
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federal: México, Venezuela, Brasil y Argentina , el resto tienen
una organización unitaria, centralizada en sus capitales.
Sin embargo, ningún país latinoamericano contempló a la
población autóctona en las Constituciones Nacionales del Siglo
XIX. Despreciados e ignorados desde antes de la propia
conformación de los Estados fueron excluidos de toda
11 La Iglesia logró instalar que en Argentina se celebre “el día del
profesor” un 17 de septiembre en homenaje a José Manuel Estrada,
profesor, escritor, político, intelectual y eminente orador argentino,
quien falleció en 1894. Él fue promotor de la inclusión del catolicismo
explícito en la Ley 1420 y se opuso a la Ley de Matrimonio Civil
Heterosexual (Sí, como se leen)
12 C.N. Artículo 1º: La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma
representativa, republicana federal
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consideración y tratados como ocupantes ilegítimos de los

territorios ancestrales.
Los nativos padecieron embates colonizadores incesantes.
Excepcionalmente se les dio la opción de “emblanquecerse”
mediante la escolarización y el abandono de sus culturas.
Quienes lo hacen, en palabras de Fanon:

Sirven para transmitir a sus congéneres las órdenes del amo

y disfrutan así ellos también de una cierta honorabilidad.
Todo pueblo colonizado, es decir, todo pueblo en cuyo seno
ha nacido un complejo de inferioridad debido al entierro de la
originalidad cultural local, se posiciona frente al lenguaje de la
nación civilizadora, es decir, de la cultura metropolitana. 13

5. Instrucción escolar.
Antes de la independencia de las Colonias, ya existía
instrucción en las provincias. Su origen especialmente eclesial.
Lo religioso y lo público eran una misma cosa, lo estatal-
provincial se fue separando de lo particular-privado después de
1853.
La Iglesia tiene, desde la Colonia a nuestros días, un
sistema educativo completo desde primaria hasta Universidad
en muchas ciudades de Latinoamérica. Funcionaban internados,
escuelas con alumnos externos, y otras que admitían las dos
formas. Y Desde mediados del siglo XX, incorporó jardines de
infantes e instituciones terciarias.
Los Cabildos también contaban con una exigua oferta de
instrucción en la que predominaba el, muy económico y
práctico, sistema de monitores o lancasteriano también llamado
lancasteriano o “uno en mil”, combatido por la Iglesia.

13 FANON, Op. Cit. (1952)

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