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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1476/2014

Sucre, 16 de julio de 2014

SALA PRIMERA ESPECIALIZADA


Magistrada Relatora: Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños
Acción de cumplimiento

Expediente: 05830-2014-12-ACU
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 02/2014 de 8 de enero, cursante de fs. 248 a 252,


pronunciada dentro de la acción de cumplimiento interpuesta por Roberto
María Nielsen Reyes Kirchner contra Ada Luz Fernández de Bass
Werner; Jueza Sexta de Partido en lo Civil y Comercial del
departamento de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memoriales presentados, el de demanda el 20 de diciembre de 2013,


cursante de fs. 43 a 47, y el de subsanación el 6 de enero de 2014 (fs. 53 a 54
vta.), el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso ejecutivo seguido en su contra, no obstante que en etapa


de ejecución, se aprobó el avalúo pericial del inmueble de su propiedad por el
valor liquidación como base mínima para remate; cuando la causa fue remitida
por recusación, ante la Jueza ahora demandada, ésta fijó la base del remate en
el valor catastral en lugar del comercial; extremo que motivó sus reclamos en
forma oportuna por error en la base de remate, y pese a la presentación de
varios incidentes de nulidad por su parte, no logró ser escuchado.

Agrega que, en virtud a lo señalado, se vio obligado a plantear recurso de


amparo constitucional contra la Sala Civil Cuarta del Tribunal Departamental de
Justicia de La Paz, instancia que pronunció el Auto de Vista A-148/2010 de 12
de mayo, que hasta el presente, la autoridad jurisdiccional no da cumplimiento,
al contrario, pretende expedir mandamiento de desapoderamiento bajo el
argumento que se trata de ejecución de fallos ejecutoriados con calidad de
cosa juzgada, amparándose en el Auto de Vista 222/2010, sin considerar que
fue emitido cuando todavía no se conocía el segundo Auto Constitucional que
conminó por última vez a los Vocales recurridos de la Sala Civil Cuarta, a dar
estricto cumplimiento a la Sentencia Constitucional.

Finaliza manifestando que, por cronología correspondía primero ejecutarse y


cumplirse lo ordenado en el Auto de Vista A-148/2010, remitiendo el
expediente al Juzgado Quinto de Partido en lo Civil y Comercial para que
resuelva sus reclamos sobre el error en la base de remate; y, no así revocar la
orden de remisión del expediente; pretendiendo cumplir antes el Auto de Vista
222/2010 de 4 de agosto de 2010, no sólo por ser posterior, sino por la
prelación procesal, puesto que la base de remate, las subastas y la adjudicación
judicial no sólo se hallan cuestionadas, sino viciadas de nulidad, de tal forma
que la orden de desapoderamiento de la Jueza demandada, carece de respaldo
procesal y legal.

La posición de la Jueza, incumple también las disposiciones legales, como ser el


art. 90 del Código de Procedimiento Civil (CPC), que dispone cumplimiento
obligatorio de normas procesales por ser de orden público y el art. 514 del
mismo cuerpo legal, que impone la obligación a los jueces de primera instancia
de ejecutar los fallos sin alterar ni modificar su contenido; pues en lugar de
corregir el error del Juez suplente contra todo razonamiento elemental,
convalida la providencia que revocó la orden de remisión del expediente ante el
Juzgado Quinto, para que este último pronuncie Resolución fundamentada
sobre sus planteamientos con relación al error en la base del remate.

I.1.2. Derechos vulnerados

El accionante señala como lesionados sus derechos a la petición y a la


propiedad privada, citando al efecto el art. 13 de la Constitución Política del
Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicita que se declare “procedente” la acción y se ordene el cumplimiento


inmediato del deber omitido indebidamente por la servidora pública.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías


Celebrada la audiencia pública el 8 de enero de 2014, según consta en el acta
cursante de fs. 241 a 247, en presencia de ambas partes, se produjeron los
siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El abogado del accionante ratificó los argumentos del memorial de demanda y


los amplió señalando lo siguiente: a) En cumplimiento a la Sentencia
Constitucional dictada dentro de la acción de amparo constitucional activada
por su parte, la Sala Civil Cuarta emitió el Auto de Vista A-148/2010, ordenando
que la Resolución de segunda instancia se circunscriba a los puntos resueltos
por el inferior; b) Por lo que correspondía a la autoridad judicial que dictó la
Resolución de primera instancia que en vía de complementación y enmienda, se
refiera al remate en los términos establecidos en la Resolución constitucional;
c) El fallo de la acción de amparo dejó sin efecto las Resoluciones dictadas con
anterioridad al Auto de Vista A-148/2010, en todo lo relacionado al error en la
base del remate, las subastas y la adjudicación judicial; d) Se dispuso que el
Juez a quo, o sea el Quinto de Partido en lo Civil y Comercial, que fue quien
dictó el Auto de adjudicación, el Auto de aprobación del Auto pericial y las
subastas; resuelva fundamentadamente la solicitud de complementación y
enmienda efectuada por la parte ejecutada y sea tomando en cuenta lo
señalado en la SC 0670/2006-R; e) Por tal motivo, se solicitó al Juez Sexto de
Partido, que remita el expediente a su similar Quinto, para que cumpla con lo
dispuesto en el fallo constitucional; quien pese a que de inicio dio curso al
petitorio, luego revocó su providencia, señalando que el Juez Quinto perdió
competencia; f) Posteriormente, afirmó que en aplicación de los arts. 26 y 400
del CPC, no era posible conceder la apelación contra el precitado decreto; g)
Cuando se le pidió que se pronuncie sobre el motivo por el que se no cumplió
lo ordenado, mediante el Auto de Vista 148, señaló “Estése a lo dispuesto por
Auto de Fs. 2368” (sic), el cual por “enésima” vez ordena el desapoderamiento
de la casa objeto del remate; h) Todas las actuaciones posteriores al Auto de
Vista 148 persisten y repiten que se expida mandamiento de
desapoderamiento; empero, sin dar cumplimiento a la orden emanada por un
Tribunal superior; i) La Jueza demandada no respetó la jerarquía que tiene el
Tribunal Constitucional Plurinacional y tampoco lo dispuesto en el Auto de Vista
A-148/2010, fundando su desacato en el Auto de Vista 222/2010, dictado con
posterioridad al anterior; y, j) Por lo señalado, pide que se dé curso a la
presente acción, en cumplimiento del art. 64 del Código Procesal Constitucional
(CPCo), garantizando la ejecución de la norma constitucional o legal cuando es
omitida por los servidores públicos.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada


Ada Luz Fernández de Bass Werner, Jueza Sexta de Partido en lo Civil y
Comercial del departamento de La Paz, en informe cursante de fs. 82 a 87,
señaló lo siguiente: 1) La acción de cumplimiento no procederá para la
ejecución de sentencias judiciales que tengan autoridad de cosa juzgada; 2) En
cumplimiento de las Resoluciones “Al-019 y Al-192” se pronunció el Auto
1173/2003 de 28 de noviembre, disponiendo las nulidades previstas en los
mismos y regularizando procedimiento se dispuso el verificativo del segundo
remate; 3) Notificado el ejecutado con la Resolución 1173/2003, éste pidió
enmienda y complementación, rechazada por su Despacho, sin que se hubiera
interpuesto recurso alguno en término de ley; 4) El ejecutado puso en
evidencia que la SC 0220/2002-R de 5 de marzo, dispuso la nulidad del Auto de
Vista 45/2001 de 19 de octubre, el mismo que no corresponde al proceso
ejecutivo; 5) El perito precisó la existencia de un valor catastral equivalente al
valor fiscal; 6) Las órdenes de mandamiento de desapoderamiento se hicieron
efectivas a partir de la Resolución de 4 de octubre de 2012, legalmente
ejecutoriada; y, 7) La SCP 2621/2012 de 21 de diciembre, dispuso que la base
del remate de los inmuebles será el valor comercial.

I.2.3. Resolución

La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz,


mediante Resolución 02/2014 de 8 de enero, cursante de fs. 248 a 252,
denegó la presente acción, bajo los siguientes argumentos: i) La acción de
cumplimiento no procede para el cumplimiento de sentencias judiciales que
tengan autoridad de cosa juzgada, conforme a lo determinado por el art. 66. 3)
del CPCo; ii) No se agotaron los medios de impugnación intraprocesal, dado
que el ahora accionante interpuso demanda de nulidad en aplicación del nuevo
Código Procesal Civil, en la que invocó el Auto de Vista A-148/2010 de 20 de
mayo, activando de esta manera un procedimiento ordinario ante la autoridad
demandada, y ante la no consideración solicitó mutación, revocación y
concesión del recurso, ordinarizando de esa forma, la solicitud impetrada
mediante la presente acción; lo que podría ocasionar la emisión de resoluciones
contradictorias; y, iii) Con relación al principio de inmediatez o caducidad,
tampoco se cumplió.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establecen las siguientes conclusiones:

II.1. Mediante SC 0670/2006-R de 12 de julio, el Tribunal Constitucional,


aprobó la concesión de tutela a favor de Roberto María Nielsen Reyes
Kurschner, disponiendo que el Tribunal de alzada, emita un nuevo fallo
adecuadamente fundamentado, expresándose sobre el punto objetado
en la apelación, planteada por el accionante dentro del proceso
ejecutivo tramitado en su contra (fs. 7 a 14).

II.2. Por Resolución A-148/2010 de 20 de mayo, los Vocales de la Sala Civil


Cuarta (codemandados en el amparo mencionado en la Conclusión
anterior), determinaron la nulidad de varios actuados procesales
dictados luego de la concesión del amparo constitucional, disponiendo
que el Juez a quo, resuelva fundamentadamente la solicitud de
complementación y enmienda presentada por la parte ejecutada (fs. 15
a 17).

II.3. Mediante memorial presentado el 21 de agosto de 2010, ante la Jueza


Sexta de Partido en lo Civil y Comercial, el ahora accionante insinuó la
remisión del proceso al Juez similar Quinto, para que cumpla con lo
dispuesto en la Resolución A-148/2010, resolviendo la solicitud de
complementación y enmienda mediante un fallo debidamente
fundamentado (fs. 18 y vta.). Pedido al cual, la Jueza de la causa dio
curso mediante decreto de 23 de ese mes y año, disponiendo la
remisión del expediente al precitado Juez (fs. 18 vta.). Providencia que
posteriormente fue revocada por la misma autoridad, “…toda vez que el
Juez Quinto de Partido en lo Civil al haber sido recusado ha perdido
competencia para el conocimiento y consiguiente resolución de la
complementación solicitada…” (sic) (fs. 20).

II.4. Mediante Resolución de 4 de octubre de 2012, previa solicitud del


ejecutante (fs. 21), la Jueza de la causa, dispuso expedir mandamiento
de desapoderamiento sobre el bien inmueble de Roberto María Nielsen
Reyes Kurschner (fs. 21 vta. a 22). Orden reiterada mediante
Resoluciones de 19 de junio de 2013 (fs. 25 a 26; 27 a 28; 29 a 30);
providencia de 1 de octubre del mismo año (fs. 32); Autos de 11 de
octubre siguiente (fs. 33 y vta.); 1 de noviembre de 2013 (fs. 34 vta.);
27 de noviembre de 2013 (fs. 35); 3 de diciembre de 2013 (fs. 37 y
vta.); 20 de diciembre de 2013 (fs. 238); y 6 de enero de 2014 (fs. 239
a 240 vta.). Todos a tiempo de resolver peticiones e incidentes
planteados por ambas partes.

FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante alega que la autoridad demandada lesionó sus derechos a la


petición y a la propiedad privada, habida cuenta que dentro del proceso
ejecutivo llevado en su contra, mediante Sentencia Constitucional emitida
dentro de un recurso de amparo constitucional activado por su parte, se
dispuso la nulidad de la Resolución emitida por el Juez Quinto de Partido en lo
Civil y Comercial previo a ser recusado, disponiendo que se vuelva a emitir la
misma, pero esta vez debidamente fundamentada sobre los puntos solicitados;
y cuando impetro a la autoridad ahora demandada la remisión de actuados a su
similar Quinto para que cumpla lo dispuesto, se rechazó su petitorio bajo el
argumento que el precitado Juez perdió competencia; y posteriormente se
emitieron varios fallos disponiendo la emisión de mandamientos de
desapoderamiento, bajo el argumento de existir cosa juzgada, dejando
irresuelto e incumplido hasta la fecha lo dispuesto en la vía constitucional. En
consecuencia, en revisión de la Resolución dictada por el Tribunal de garantías,
corresponde dilucidar si tales extremos son evidentes y si constituyen actos
ilegales lesivos de los derechos fundamentales o garantías constitucionales del
accionante, a fin de otorgar o denegar la tutela solicitada.

III.1.Naturaleza jurídica de la acción de cumplimiento

Previo a ingresar al análisis del caso concreto, es necesario establecer la


naturaleza jurídica de la acción de cumplimiento, a efectos de verificar si
las denuncias contenidas en la presente acción, se encuentran dentro de
su ámbito de protección; o al contrario, deben ser denegadas.

Con relación a dicho tópico, la jurisprudencia constitucional, mediante la


SC 1017/2011-R de 22 de junio, ha referido lo siguiente: “El modelo de
Estado asumido en Bolivia, se constituye en un verdadero Estado
Constitucional de Derecho, establecido sobre valores universales y el
principio fundamental de legalidad, sin desechar los principios generales
de soberanía popular en el ejercicio del poder público y reforzando el
principio de respeto y vigencia de los Derechos Humanos, pues, se
establece un amplio catálogo de derechos fundamentales, garantías
constitucionales, principios y valores; además, se señalan como fines y
funciones del Estado, entre otras, el garantizar el cumplimiento de los
principios, valores, derechos y deberes reconocidos y consagrados en la
Constitución, se señalan como deberes de los bolivianos y bolivianas el
conocer, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, conocer,
respetar y promover los derechos reconocidos en la carta Magna, y la
práctica de los valores y principios, así como también consagra de
manera expresa el principio de legalidad y supremacía constitucional en
el art. 410.I de la CPE, señalando que: 'Todas las personas, naturales y
jurídicas, así como los órganos públicos, funciones públicas e
instituciones, se encuentran sometidos a la presente Constitución',
añadiendo el segundo parágrafo que: 'La Constitución es la norma
suprema del ordenamiento jurídico boliviano y goza de primacía frente a
cualquier otra disposición normativa…'”.

De lo señalado, es posible concluir que el principio de legalidad


consagrado por el art. 410.I de la CPE constriñe tanto a gobernantes
como a gobernados, al sometimiento a las normas legales y
constitucionales que rigen en el país; razón por la cual, la propia Carta
Fundamental ha instituido la acción de cumplimiento, como un nuevo
mecanismo de defensa, disponiendo en su art. 134.I, que procede en
caso de incumplimiento de disposiciones constitucionales o de la ley por
parte de servidores públicos, con el objeto de garantizar la ejecución de
la norma omitida.

Respecto a la naturaleza jurídica de la acción de cumplimiento, la SC


1421/2011-R de 10 de octubre, señaló que: “…En Bolivia, la acción de
cumplimiento está configurada como un verdadero proceso
constitucional, por las siguientes razones: 1) Está configurada
procesalmente por la Constitución Política del Estado; 2) Su conocimiento
y resolución es de competencia de la justicia constitucional; 3) Tiene
como objeto -conforme se verá- garantizar el cumplimiento de la
Constitución y la Ley y, en tal sentido, protege el principio de legalidad y
supremacía constitucional y la seguridad jurídica; y, 4) Tutela de manera
indirecta derechos fundamentales y garantías constitucionales…

La acción de cumplimiento está integrada por una serie de actos de


procedimiento como la demanda, el informe, la audiencia, la resolución y
posterior revisión por el Tribunal Constitucional, que configuran un
proceso constitucional autónomo, de carácter extraordinario, tramitación
especial y sumaria, en el que se reclama el cumplimiento de un deber
-constitucional o legal- omitido, existe en tal sentido una pretensión,
partes discrepantes, un procedimiento específico conforme al cual se
desarrolla la acción, y un juez o tribunal que la resuelve.

Cabe resaltar que esta acción está prevista en la Constitución Política del
Estado como una acción de defensa, entendiéndola como el derecho que
tiene toda persona -individual o colectiva- de activar la justicia
constitucional en defensa de la Constitución Política del Estado y de las
normas jurídicas, ante el incumplimiento de deberes contenidos en ellas.
Es una acción sumaria, ágil y expeditiva a favor del ciudadano, cuyo
conocimiento compete a la justicia constitucional, que tiene por finalidad
garantizar el cumplimiento de las normas constitucionales y legales,
otorgando seguridad jurídica y materializando el principio de legalidad y
supremacía constitucional; de ahí que también se configure como una
garantía prevista a favor de las personas ante el incumplimiento de
deberes contenido en la Constitución Política del Estado y la Ley”.

Conforme a lo referido por la jurisprudencia constitucional, la acción de


cumplimiento constituye una garantía constitucional jurisdiccional
prevista en la Ley Fundamental como acción de defensa, cuyo objeto es
garantizar el cumplimiento de las previsiones contenidas en la
Constitución Política del Estado y la ley, por los servidores públicos, ante
el incumplimiento de deberes imperativos impuestos por el ordenamiento
jurídico.

III.2. Objeto y ámbito de protección de la acción de cumplimiento con


relación a otras garantías constitucionales

La jurisprudencia constitucional ha dejado establecido que: “…cada


garantía -acción- constitucional, tiene un objeto y un ámbito de
protección determinado, frente a actos u omisiones que contravengan o
lesionen la Constitución Política del Estado (…). La acción de
cumplimiento, de acuerdo al texto constitucional contenido en el art. 134
de la CPE, procede en caso de incumplimiento de disposiciones
constitucionales o de la ley por parte de servidores públicos con el objeto
de garantizar la ejecución de la norma omitida. Conforme a dicho texto,
la acción de cumplimiento, tiene como objeto garantizar la
materialización de la Constitución y la ley, protegiendo de esa manera el
principio de legalidad y supremacía constitucional, la seguridad jurídica, y
a su vez, de manera indirecta, derechos fundamentales y garantías
constitucionales” (SC 1412/2011-R de 10 de octubre).

Sobre el objeto de la acción de cumplimiento, la SC 1312/2011-R de 26


de septiembre, estableció lo que sigue: “A partir de esta regla
constitucional, se infieren dos presupuestos específicos de activación de
esta garantía jurisdiccional: a) El caso de incumplimiento de
disposiciones constitucionales; y, b) El caso de incumplimiento de la ley.

En el marco de estos dos supuestos, debe establecerse que esa


'construcción colectiva del Estado', hace que el Estado Plurinacional de
Bolivia, asegure una efectiva protección a todos los derechos con idéntica
jerarquía reconocidos por la Constitución Política del Estado; en ese
orden, la protección de la ley y la Constitución Política del Estado en
cuanto a la omisión en su cumplimiento, hace que inequívocamente por
su naturaleza, ésta sea una garantía constitucional diferente y específica
a la acción de amparo constitucional y todas las demás disciplinadas por
el Capítulo Segundo de la Primera Parte de la norma fundamental.
(…) entonces, su protección para su cumplimiento, en definitiva
responde a una 'construcción colectiva del Estado', ya que la
inobservancia de preceptos constitucionales, no sólo afecta la vigencia y
validez del principio de supremacía constitucional y por ende el derecho a
la igualdad para un individuo en particular, sino que este incumplimiento
puede generar una 'irradiación' con efectos en una colectividad, por
tanto, la garantía del cumplimiento de la ley, evidentemente responde a
una 'construcción colectiva del Estado' y además resguarda derechos
fundamentales de una manera no aislada, siguiendo así las directrices
axiológicas del nuevo orden constitucional.

Similar razonamiento debe aplicarse al incumplimiento de la ley, la cual


en el marco de una jerarquía normativa y distribución competencial, de
acuerdo al art. 410 de la CPE, al ser una disposición de carácter general
que a su vez responde al principio de supremacía constitucional, su
incumplimiento, implica una vulneración de este principio y el derecho a
la igualdad, aspecto que en un Estado Social y Democrático de Derecho,
no afecta aisladamente a una persona o personas, sino que incide
también en una colectividad.

Sin perder la coherencia argumentativa, en este punto, es pertinente


aclarar que el vocablo 'ley', debe ser interpretado a la luz de criterios
sistémicos y teleológicos de interpretación constitucional, en tal sentido,
de acuerdo al diseño del Estado Plurinacional de Bolivia, la tutela frente
al incumplimiento de la ley, no puede ser reducida a la ley en sentido
formal, sino también a la ley en sentido material, es decir a toda la
normativa, que independientemente de su fuente de producción, tiene el
carácter de generalidad'”.

De la jurisprudencia constitucional glosada, es posible concluir que el


objeto de protección de la acción de cumplimiento, es garantizar la
observancia de los preceptos constitucionales y legales en su ámbito
formal y material, protegiendo con ello, los principios de legalidad,
seguridad jurídica y primacía de la Constitución Política del Estado.

Este tipo de acciones tiene sus propias características y connotaciones,


que la diferencian de los demás mecanismos de defensa constitucionales;
al respecto, en la ya citada SC 1312/2011-R se sostuvo que: ”…el ámbito
de diferenciación con otras acciones tutelares, específicamente con la
acción de amparo constitucional, en esa perspectiva, es imperante -a la
luz de su teleología constitucional-, delimitar las causales de exclusión
para la activación de la acción de cumplimiento, que en esencia se
traducen en dos: a) Incumplimiento de deberes procesales, directamente
vinculados a un proceso jurisdiccional; y, b) Incumplimiento de
potestades administrativas, estrictamente vinculadas a un procedimiento
administrativo.

En efecto, estas causales de exclusión para la activación de la acción de


cumplimiento, son perfectamente coherentes con la argumentación
desarrollada supra, ya que al existir un proceso judicial o un
procedimiento administrativo, en el cual existen partes procesales con un
interés concreto y cuya decisión surtirá efectos jurídicos solamente en
relación a ellas, no es posible en estos supuestos activar la acción de
cumplimiento, toda vez que la acción de amparo constitucional, para
estos casos, es el medio idóneo y eficaz para restituir posibles derechos
afectados. En este contexto, inequívocamente la negación de estas
causales de exclusión para la acción de cumplimiento, generaría una
disfunción del sistema tutelar reconocido por el nuevo orden
constitucional, aspecto no deseado y que en definitiva desconocería las
directrices axiológicas en virtud de las cuales el constituyente desarrolló
cada una de las acciones de defensa”.

De lo glosado es posible extraer la existencia de dos causales de


exclusión para la activación de la acción de cumplimiento; la primera de
ellas, referida al incumplimiento de deberes procesales directamente
vinculados a un proceso jurisdiccional; y la segunda, relacionada al
incumplimiento de potestades administrativas estrictamente vinculadas a
un procedimiento administrativo. Por lo que, ante la existencia de un
proceso judicial o un procedimiento administrativo en el que existan
partes procesales con intereses concretos, no es posible activar la acción
de cumplimiento, ya que en estos casos, la acción de amparo
constitucional resulta ser el medio idóneo para restituir derechos
afectados de las partes, por cuanto su objetivo es el resguardo de
derechos fundamentales sin una afectación o incidencia directa a una
colectividad.

III.3. Plazo de caducidad y subsidiariedad de la acción de


cumplimiento

Teniendo presente que el Tribunal de la acción de cumplimiento, a


tiempo de resolver la presente acción, en la Resolución por la que
denegó la tutela impetrada, sustentó su rechazo, entre otros
argumentos, en el supuesto incumplimiento de los principios de
inmediatez y subsidiariedad que a su criterio rigen para la presente
acción, es necesario aclarar ambos conceptos y su aplicación para las
acciones de cumplimiento.
Previo al análisis específico de ambos principios es necesario revisar las
causales de improcedencia de las acciones de cumplimiento que se
encuentran regladas en el art. 66 del CPCo, en el que se señala que esta
acción no será válida:

1. “Cuando sea viable la interposición de las acciones de Libertad,


Protección de Privacidad o Popular.

2. Cuando el accionante no haya reclamado previamente y de manera


documentada a la autoridad accionada, el cumplimiento legal del
deber omitido.

3. Para el cumplimiento de sentencias judiciales que tengan autoridad de


cosa juzgada.

4. En procesos o procedimientos propios de la administración, en los


cuales se vulneren derechos y garantías constitucionales, tutelados por
la Acción de Amparo Constitucional.

5. Contra la Asamblea Legislativa Plurinacional con la intención de exigir


la aprobación de una Ley”.

Si bien, de acuerdo a lo estipulado por el art. 134.II de la CPE, la acción


de cumplimiento debe ser tramitada de la misma forma que la acción de
amparo constitucional, ello se refiere exclusivamente al trámite procesal
detallado en el parágrafo III del mismo artículo, en el que se dispone
que la resolución final se pronunciará en audiencia pública,
inmediatamente recibida la información de la autoridad demandada y, a
falta de está lo hará sobre la base de la prueba que ofrezca el
demandante. Si la autoridad judicial encuentra cierta y efectiva la
demanda, concederá la acción y ordenará el cumplimiento inmediato del
deber omitido. La decisión será elevada, de oficio, en revisión ante el
Tribunal Constitucional, en el plazo de veinticuatro horas, sin que por ello
se suspenda su ejecución.

Más dicha previsión no implica de ninguna manera que el plazo de


caducidad y la subsidiariedad que rigen para las acciones de amparo
constitucional, deban aplicarse de igual forma en las acciones de
cumplimiento; es decir, que su interposición deba realizársela a partir de
la comisión de la vulneración alegada o de notificada con la última
decisión administrativa o judicial, ni tampoco que previo a su
interposición se tengan que agotar las vías de impugnación, puesto que,
tal como se demostró, tanto la naturaleza jurídica, así como el objeto de
protección y las causales de improcedencia estipuladas para este tipo de
acciones son completamente diferentes a las del amparo.

Con relación al plazo de caducidad, cabe resaltar que hasta antes de la


promulgación del Código Procesal Constitucional, existía una norma
específica que imponía los plazos para la interposición de las acciones de
defensa, entre ellas, el art. 59 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional (LTCP), que limitaba el término para la activación de la
acción de cumplimiento a seis meses computables a partir de la comisión
de la vulneración alegada o de notificada la última decisión
administrativa o judicial; sin embargo, dicho criterio legislativo fue
eliminado de las normas del Código Procesal Constitucional; lo que
resulta lógico y razonable, pues si bien, la jurisdicción constitucional no
puede permanecer abierta de manera indefinida para atender los
reclamos efectuados por las partes; sin embargo, la denuncia sobre un
deber omitido respecto al cumplimiento de una norma, no puede
limitarse temporalmente, por cuanto las disposiciones legales tienen
vigencia indeterminada en el tiempo, de ello emerge un deber
permanente en su acatamiento, tanto por gobernantes como
gobernados, en sujeción estricta al principio de legalidad; de ese
silogismo se deduce la inviabilidad de la caducidad de la acción de
cumplimiento; y por ese motivo, no se encuentra inmersa dentro de las
causales de improcedencia regladas por el art. 66 del CPCo, que en
definitiva ni siquiera se refiere al transcurso del tiempo.

En cuanto al principio de subsidiariedad también normado para su


aplicabilidad dentro de las acciones de amparo constitucional, es
necesario determinar que no será de exigencia para la activación de las
acciones de cumplimiento, dado que la materialización de los mandatos
de las normas constitucionales y legales por parte de las autoridades, no
depende de la solicitud realizada por quienes se consideran afectados.
Por lo tanto, no es necesario agotar un procedimiento jurisdiccional o
administrativo previo a su interposición; empero, se debe distinguir lo
señalado, de la exigencia normada en el art. 66.2 del CPCo, en sentido
que el accionante tiene la obligación de reclamar previamente y de
manera documentada a la autoridad accionada, el cumplimiento legal del
deber omitido y una vez obtenida su renuencia, ya sea tácita o expresa,
se encuentra habilitado para plantear la acción.

De modo que previo a la presentación de una acción de cumplimiento,


bastará con que el sujeto procesal que detenta la legitimación activa,
requiera a la autoridad pública, la observancia de un deber impuesto en
una norma constitucional o legal que está siendo omitido, más ello no
implica el agotamiento del procedimiento o trámite de las vías ordinarias
o administrativas de reclamación.

Cabe resaltar igualmente que la acción de cumplimiento, sin duda,


tampoco no es sustitutiva de otras vías jurisdiccionales de naturaleza
tutelar previstas por la Constitución y las leyes para su protección y
defensa de los derechos fundamentales, de manera que en aquellos
supuestos en los que se restrinjan o supriman directamente los derechos
fundamentales y/o garantías constitucionales por acciones y omisiones
de autoridades públicas, las víctimas deberán acudir a las acciones
tutelares específicas, como son, la acción de amparo constitucional, la
acción de libertad y la acción de protección de privacidad, previstas
específicamente para restablecerlos, dado que tal como se desarrolló en
los Fundamentos Jurídicos anteriores, la acción de cumplimiento procede
únicamente en aquellos casos en los cuales, los servidores públicos,
omitan cumplir algún deber imperativo impuesto por la Constitución y las
leyes.

Así se desarrolló en la SCP 0902/2013 de 20 de junio, en la que se


describieron las características de la acción de cumplimiento y la no
presencia de plazo de caducidad de la misma ni del principio de
subsidiariedad que se aplica al amparo constitucional, en el siguiente
sentido: “…a) La acción de cumplimiento no busca el cumplimiento
formal de un acto normativo Constitucional y/o legal sino el cumplimiento
de su finalidad, es decir, más que formalista es finalista; b) Tutela
mandatos normativos de acción y abstención, consecuentemente, tutela
tanto la ejecución de aquello que es deber del servidor público (norma
imperativa de hacer), como la inejecución de aquello que el servidor
público por mandato normativo expreso no debe hacer; c) El sentido de
Constitución involucra todas aquellas normas constitucionales que
imponen obligaciones de hacer y no hacer claras a un servidor público;
es decir, alcanza al denominado bloque de Constitucionalidad (art. 410.II
de la CPE); d) El sentido de ley, involucra no solamente la norma
emanada por la Asamblea Legislativa Plurinacional, formalmente como
ley, sino toda aquella norma jurídica general o autonómica (SSCC
0258/2011-R y 1675/2011-R); e) No se rige por el principio de
inmediatez porque el deber de cumplimiento de una disposición no
puede caducar con el tiempo sino con la derogatoria de la norma que
impone el deber, es decir, no se busca la tutela de derechos subjetivos
sino la vigencia del Estado de Derecho (art. 1 de la CPE), en este sentido
el cumplimiento de la Norma Suprema y de la ley trasciende del interés
individual siendo de interés público; y, f) Corresponde aclarar la SC
1474/2011-R de 10 de octubre, en sentido de que la acción de
cumplimiento no se rige por el principio de subsidiariedad sino
previamente al planteamiento de la acción debe constituirse a la
autoridad demandada en renuencia”.

“De igual modo, la subsidiariedad característica del amparo


constitucional, tampoco es aplicable a la acción de cumplimiento, puesto
que la materialización de los mandatos de las normas legales por parte
de las autoridades, así como por los particulares, no necesita de petición
de parte, ya que las normas legales deben cumplirse desde su
promulgación, conforme dispone el art. 164.II de la CPE: 'La ley será de
cumplimiento obligatorio desde el día de su publicación, salvo que en ella
se establezca un plazo diferente para su entrada en vigencia'; por lo que
no sería apropiado exigir la culminación de trámite o procedimiento sea
administrativo o de otro tipo, destinado al cumplimiento de una ley;
empero, es prudente que se verifique una petición de cumplimiento
efectuada a la autoridad o funcionario encargado de la ejecución de un
mandato legal, y su renuencia a la actuación exigible, sin que ello
implique demandar el agotamiento de vías ordinarias o administrativas,
sino sólo la exigencia al obligado al cumplimiento de la norma y su
renuencia tácita o expresa; conforme lo ha determinado la SC
0258/2011-R de 16 de marzo, al determinar que es necesario: '(…)
Precisar la renuencia del deber constitucional y legal omitid'; lo que se
demuestra con la petición expresa de cumplimiento del mandato
normativo incumplido, y la respuesta negativa o el silencio
administrativo, no siendo necesario ningún otro requisito para activar
este tipo de acciones de cumplimiento'” (SCP 0630/2014 de 25 de
marzo).

III.4. Análisis del caso concreto

En el caso que se analiza, de antecedentes se puede verificar que el 27


de septiembre de 2005, el accionante planteó una acción de amparo
constitucional contra los Vocales de la Sala Civil Cuarta de la entonces
Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, ahora Tribunal
Departamental de Justicia, bajo el fundamento que dentro del proceso
ejecutivo seguido en su contra, el Juez de la causa señaló como la base
del remate de su inmueble, el de su valor catastral, no obstante existir
un valor de liquidación establecido mediante peritaje aprobado por él
mismo, motivo por el cual, solicitó la suspensión del remate, a lo que no
se dio curso, y en apelación, los entonces demandados, anularon
obrados hasta que el Juez se pronuncie sobre su solicitud de suspensión
de remate. En cumplimiento de lo cual, el Juez a quo rechazó lo
solicitado, supuestamente, sin considerar el error en la base mínima del
remate, dando lugar a una nueva interposición de apelación por su parte,
que fue de conocimiento del mismo Tribunal de alzada, el cual confirmó
lo resuelto por el inferior, a su decir, limitándose a repetir sus
argumentos e indicando que se cumplió con el art. 536 del CPC, sin
ingresar al examen del informe pericial.

Acción tutelar que fue concedida por el Tribunal de garantías y aprobada


por el Tribunal Constitucional, mediante SC 0670/2006-R de 12 de julio,
en la que se determinó que los codemandados emitan un nuevo fallo,
pronunciándose expresamente sobre el punto objeto de la apelación en
resguardo del debido proceso en su elemento a la motivación de las
Resoluciones.

En virtud a lo señalado, dando cumplimiento a lo determinado en la


precitada SC 0670/2006-R, los Vocales de la Sala Civil Cuarta, mediante
Resolución A-148/2010 de 20 de mayo, determinaron dejar sin efecto
todas las resoluciones dictadas anteriormente y deliberando en el fondo,
establecieron que el Juez a quo resuelva fundamentadamente la solicitud
del accionante.

Cabe aclarar que el proceso ejecutivo que dio origen a la acción de


amparo constitucional planteada anteriormente por el accionante, y que
ahora es motivo de la actual acción de cumplimiento se inició ante el
Juez Quinto de Partido en lo Civil y Comercial; empero, por motivo de
recusación, la causa se remitió ante la Jueza similar Sexta, quien
inicialmente, cumpliendo lo dispuesto en el Auto de Vista A-148/2010 y
dando curso a la petición del ejecutado, dispuso la remisión de obrados
al Juzgado Quinto, para que se resuelva el petitorio; no obstante lo cual,
posteriormente, la misma autoridad jurisdiccional, revocó lo dispuesto,
bajo el argumento que el Juez Quinto perdió competencia para atender
la complementación solicitada al haber sido recusado; procediendo a
continuación a ordenar, de manera reiterada que se expida mandamiento
de desapoderamiento contra el inmueble objeto del litigio, a través de un
sinfín de resoluciones, que hasta la fecha no se ejecutaron debido a
variadas peticiones e incidentes planteados por las partes procesales.

Ahora bien, de lo descrito se puede constatar que a través del presente


mecanismo de defensa, el accionante pretende que la jurisdicción
constitucional, constriña a la Jueza Sexta de Partido en lo Civil y
Comercial, que cumpla con lo dispuesto en la SC 0670/2006-R,
materializada a través del Auto de Vista A-148/2010; porque considera
que dicha autoridad quebrantó disposiciones constitucionales, y por
ende, vulneró sus derechos a la petición y a la propiedad privada.

De lo relatado, se concluye que Roberto María Nielsen Reyes Kurschner,


persigue el cumplimiento de lo dispuesto mediante una Resolución, que a
su vez se emitió en acatamiento de una Sentencia Constitucional; sin
tener presente que el objeto de tutela de la acción de cumplimiento, tal
como se indicó precedentemente, está vinculado únicamente a garantizar
el cumplimiento de un deber omitido de normas constitucionales como
legales; cuando éstas contienen un mandato expreso; por lo tanto, este
tipo de acciones no controla cualquier clase de inactividad, sino sólo la
que deriva del incumplimiento de mandatos nacidos de la Constitución
Política del Estado y de la ley, vinculados al ejercicio de atribuciones de
las y los servidores públicos.

En el caso presente, no se encuentra que la autoridad demandada


hubiera incumplido un mandato contenido en la Constitución Política del
Estado y menos en la ley; presumiblemente incumplió una disposición
superior contenida en una resolución constitucional emitida como
consecuencia de la activación de un amparo constitucional; extremo que
inviabiliza la presente acción, dado que no es idónea para el acatamiento
de una disposición emanada de una resolución, sea ésta jurisdiccional o
constitucional, puesto que no se trata de mandatos constitucionales ni
legales expresos que impliquen un deber imperativo y directo respecto
del demandado.

Dicho de otro modo, no se observa que la autoridad demandada hubiese


asumido una conducta renuente con relación a los deberes
imperativamente impuestos; toda vez que, se trata no de normas legales
ni constitucionales, sino de una orden emanada de la justicia
constitucional, que de ninguna manera puede ser equiparada con una
norma legal y menos constitucional. Por lo que, se tiene que la presente
acción no cumplió con su objeto.

A mayor abundamiento, la norma prevista en el art. 134.I de la CPE,


consigna tres elementos constitutivos que deben ser cumplidos a efectos
de la activación idónea de la presente acción. El primero, referido a la
conducta que da lugar a la procedencia de la acción tutelar, definiendo
que será el incumplimiento; el segundo, relacionado con el objeto
incumplido, determinando que son las disposiciones constitucionales o de
la ley; y el tercero, referido al protagonista de la conducta de
incumplimiento, definiendo que son los servidores públicos. En el caso
presente, si bien se ha cumplido con el último de estos elementos,
porque se ha identificado a la autoridad demandada como servidora
pública; no se cumplieron las reglas previstas por los otros elementos
señalados.

Respecto al primero; es decir, la conducta que da lugar a la procedencia


de la acción de cumplimiento; se pudo evidenciar que en el presente
caso, no existe la supuesta conducta de incumplimiento de disposiciones
constitucionales o de la ley; pues, esto sólo se da cuando los servidores
públicos asumen una conducta renuente u omisiva ante un deber
impuesto por disposiciones de la Constitución Política del Estado o de
una ley; y en el caso objeto de análisis, las autoridades emitieron las
Resoluciones impugnadas sobre la base de la normativa legal que ellos
consideraron pertinente; si las mismas no fueron las adecuadas, esto no
puede ser entendido con una renuencia al cumplimiento de un deber, o
una omisión de cumplimiento; por lo que, en todo caso, para impugnar el
hecho de que no se hayan tomado en cuenta ciertas disposiciones
legales al momento de emitir una resolución, y que a partir de ello se
vulneren derechos fundamentales, existe la vía tutelar de la acción de
amparo constitucional.

Con relación al segundo elemento constitutivo para la procedencia de la


acción, es decir, el objeto de cumplimiento, tal como se desarrolló líneas
arriba, el accionante tampoco cumplió con el mismo; ya que, esta acción
tiene por finalidad hacer cumplir un mandato, deber u obligación
imperativamente impuesto por la norma constitucional o legal; que se
trate de un mandato, deber u obligación no sujeto a condición alguna, y
que de manera indubitable y directa emerja de la norma constitucional o
legal; sin embargo, en el presente caso, el accionante ha denunciado el
incumplimiento de resoluciones emitidas en la vía judicial y
constitucional; siendo que las mismas no se constituyen en mandatos u
obligaciones imperativas; y de acuerdo a la doctrina, legislación y
jurisprudencia comparada, la acción de cumplimiento no procede para
exigir la realización de normas y tampoco de resoluciones, dentro de los
procesos judiciales ni constitucionales, por cuanto, por una parte, dicha
labor es propia del órgano jurisdiccional y, por otra, porque el
cumplimiento de las normas puede ser exigido por los procedimientos o
mecanismos previstos por las mismas leyes, dependiendo del tipo de
proceso del que se trate.

Finalmente, debe considerarse que el incumplimiento de una disposición


emanada por una Sentencia Constitucional, tiene un mecanismo propio
de reclamación, ya sea ante el propio Tribunal de garantías o bien ante
el Tribunal Constitucional, el mismo que debe ser utilizado por los
accionantes en caso de desobediencia de las autoridades o de los
particulares, por el medio idóneo para ello, no pudiendo activar una
nueva acción como es la que se pretende, para dar cumplimiento a una
anterior.

En consecuencia, por todo lo expresado precedentemente, al no haber


cumplido el accionante todos los requisitos indispensables exigidos para
la procedencia de la acción de cumplimiento; y al no ser la situación
planteada por el mismo, susceptible de protección a través de esta vía
constitucional; corresponde a este Tribunal denegar la tutela impetrada.

Por lo que, el Tribunal de garantías, al haber denegado la tutela solicitada,


debido a que la situación planteada no se encuentra dentro de las previsiones y
alcances de la acción de cumplimiento, ha efectuado una correcta compulsa de
los antecedentes y las normas aplicables al mismo; con la aclaración que por
las razones explicadas en el Fundamento Jurídico III.3 de la presente
Resolución, no es viable denegar la acción por caducidad y tampoco por
subsidiariedad.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en


virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia, de conformidad con el art. 12.7 de la Ley del Tribunal
Constitucional, revisión, resuelve: COMFIRMAR la Resolución 02/2014 de 8 de
enero, cursante de fs. 248 a 252, pronunciada por la Sala Penal Tercera del
Tribunal Departamental de Justicia de La Paz; y en consecuencia, DENEGAR la
tutela solicitada.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

No interviene el Magistrado, Tata Gualberto Cusi Mamani por encontrase con


baja médica, en suplencia legal firma el Magistrado Dr. Macario Lahor Cortez
Chávez.

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chávez


MAGISTRADO

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