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ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL / AUSENCIA DE

DEFECTOS SUSTANTIVO Y POR VIOLACIÓN DIRECTA DE LA


CONSTITUCIÓN - Por adecuada aplicación de las normas correspondientes
con el caso / MEDIO DE CONTROL EJECUTIVO / LIQUIDACIÓN DE
INTERESES MORATORIOS - Normativa aplicable a proceso iniciado en
vigencia del CCA y finalizado con sentencia proferida en vigencia del CPACA

[L]a autoridad judicial accionada, al momento de resolver el recurso de apelación,


aplicó correctamente las normas al caso puesto a su conocimiento, por cuanto
expuso de manera sólida y coherente los argumentos por los cuales consideró que
“[…] la liquidación de los intereses de las providencias que se emitieron en
procesos que iniciaron en vigencia del Código Contencioso Administrativo, y que
se ejecutan en vigencia del Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo (CPACA) […]” debían efectuarse de conformidad con
las normas previstas en la nueva legislación. Al respecto, la Sala pone de
presente que existen criterios disimiles respecto de la solución de controversias
asociadas a la forma de reconocimiento de intereses en eventos en los que, como
ocurre en el caso que nos ocupa, el incumplimiento de la obligación de pago de
una suma de dinero derivada de una sentencia o conciliación se produce en
vigencia de una normatividad (Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo - CPACA) que regula dicha situación de manera
distinta a como lo hacía otra anterior (Código Contencioso Administrativo - CCA).
El primer criterio, consiste en que la liquidación de los intereses se debe efectuar
conforme con lo dispuesto en el artículo 177 del CCA; mientras que el segundo,
establece que tal liquidación se debe realizar de acuerdo con lo previsto en los
artículos 192 y 195 del CPACA. Esta última postura, se fundamenta en el
concepto de 29 de abril de 2014, proferido por la Sala de Consulta y Servicio Civil
del Consejo de Estado (…) En este punto, la Sala de Decisión también debe
precisar que, los conceptos que emite la Sala de Consulta y Servicio Civil de esta
alta Corporación, no constituyen en manera alguna precedente judicial. No
obstante lo anterior, y ante la ausencia de una posición unificada frente a la
materia objeto de la presente controversia, la Sala observa que el Tribunal
accionado, en la decisión censurada, optó por asumir la postura desarrollada por
la Sala de Consulta y Servicio Civil, en el concepto antes referido; justificando de
manera sólida, consistente y clara los motivos por los cuales asumía este criterio.
Cabe destacar que, tal postura ha sido también acogida por la Subsección “B” de
la Sección Segunda del Consejo de Estado, cuando en sentencia fechada el 29 de
agosto de 2019. (…) Así pues, este juez constitucional de primer grado, estima
que en el asunto que nos ocupa no es posible predicar la configuración de un
supuesto defecto material o sustantivo y de una aparente violación directa de la
Constitución; toda vez que la parte actora, más que exponer y acreditar la
existencia de una causal específica de procedibilidad en su demanda de amparo,
devela más bien la inconformidad con la decisión adoptada en sede ordinaria que,
con plena justificación y bajo una carga argumentativa sólida, coherente y
consistente, dictó el juez natural de la causa.

ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL / AUSENCIA DE


DEFECTO POR DESCONOCIMIENTO DEL PRECEDENTE JURISPRUDENCIAL
– Providencias invocadas no guardan relación fáctica y jurídica con el sub
judice / LIQUIDACIÓN DE INTERESES MORATORIOS - Normativa aplicable a
proceso iniciado en vigencia del CCA
A fin de determinar si la Corporación judicial accionada incurrió en dicho defecto,
resulta pertinente referirse a las citadas providencias, de manera sucinta.
Prosigamos. A) Sentencia del H. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección
“C” del 20 de octubre de 2014 : En esta sentencia, la Sección Tercera de esta
Corporación, conoció del recurso de apelación interpuesto por el señor Roberto
Manuel Regino Romero y otros contra la sentencia proferida el 2 de noviembre de
2004, dictada por la Sala de Descongestión de los Tribunales Administrativos de
Antioquia, Risaralda, Caldas y Chocó, respectivamente, en el marco de un
proceso ordinario de reparación directa, adelantado en contra de la Nación -
Fiscalía General de la Nación; con ocasión de la medida de aseguramiento
impuesta en contra de uno de los demandantes, al existir contra él un indicio grave
de responsabilidad, sustentado en los testimonios que lo señalaban como
presunto responsable del delito de homicidio. La Subsección “C” de la Sección
Tercera (…) revocó la decisión apelada para, en su lugar, acceder a las
pretensiones de la demanda y declarar patrimonialmente responsable a la Fiscalía
General de la Nación, toda vez que, indicó que la privación de la libertad se originó
en el proceso penal seguido en contra del demandante, sin que existiera, además,
ningún tipo de causa extraña que impidiera la imputabilidad fáctica (como el hecho
de un tercero, el hecho exclusivo de la víctima, o un evento de fuerza mayor). B)
Sentencia del H. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección “B” del
10 de octubre de 2019 : La referida Sección Tercera, resolvió el recurso de alzada
impetrado por el apoderado judicial de la Nación – Rama Judicial y Fiscalía
General de la Nación, en contra de la providencia proferida por el Tribunal
Administrativo del Cesar en audiencia inicial llevada a cabo el 29 de agosto de
2018, que ordenó seguir adelante con la ejecución conforme con lo dispuesto en el
auto de mandamiento de pago, por la suma de doscientos diecisiete millones
quinientos treinta y ocho mil cuatrocientos veintidós pesos con seis centavos
($217.538.422,06). La Subsección “B” de la Sección Tercera, al resolver el recurso
incoado, señaló que, al tenor de lo probado y acreditado en ese caso en concreto,
modificaría la sentencia de primera instancia dictada por el Tribunal; en lo que
concernía a los intereses moratorios objeto de ejecución. Lo anterior, en la medida
en que aseguró que se encontraba acreditado que los ejecutantes no habían
presentado solicitud de pago en los términos de ley, de manera que, de
conformidad con lo previsto en el artículo 177 del CCA, en dicho evento había
cesado la causación de intereses moratorios. (…) Pues bien, una vez efectuada la
breve reseña de los pronunciamientos jurisprudenciales a los que alude el
accionante, la Sala estima que, en definitiva, ninguno de ellos guarda similitud
fáctica idéntica y relación estrecha con el caso sub examine; situación que a todas
luces impide afirmar y/o colegir que en el presente asunto se configura el defecto
acusado en la demanda de tutela.

FUENTE FORMAL: CONSTITUCION POLITICA – ARTICULO 86 / LEY 1437 DE


2011- ARTÍCULO 192 / LEY 1437 DE 2011- ARTÍCULO 195

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN PRIMERA

Consejero ponente: ROBERTO AUGUSTO SERRATO VALDÉS


Bogotá, D.C., dieciséis (16) de julio de dos mil veinte (2020)

Radicación número: 11001-03-15-000-2020-02645-00 (AC)

Actor: EUNALDO ORTEGA GÁMEZ.

Demandado: TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DEL CESAR

Sentencia de primera instancia

La Sala decide la acción de tutela interpuesta por el ciudadano Eunaldo Ortega


Gámez, quien actúa por intermedio de apoderado judicial 1, en contra del Tribunal
Administrativo del Cesar, con ocasión de la providencia de 29 de noviembre de
2019, proferida por la referida autoridad judicial; en el interior del proceso ejecutivo
con radicación número 20001-33-31-005-2011-00388-012.

I. LA SOLICITUD DE TUTELA

1
Folios 1 a 20 del expediente de tutela.

2
Accionante: Eunaldo Ortega Gámez y otros. Accionado: E.S.E. Hospital Rosario Pumarejo de López.
El señor Eunaldo Ortega Gámez, actuando por conducto de apoderado judicial,
formuló acción de tutela en contra de los magistrados que integran el Tribunal
Administrativo del Cesar, con el fin de obtener el amparo de sus derechos
constitucionales fundamentales “[…] al debido proceso judicial, al acceso a la
administración de justicia, a la igualdad, a los principios de: inmutabilidad de la
sentencia, cosa juzgada, confianza legítima y el principio de seguridad jurídica
[…]”3, con ocasión de la providencia de segunda instancia dictada el 29 de
noviembre de 2019, en el interior del proceso ejecutivo con radicado No. 20001-33-
31-005-2011-00388-014.

II. HECHOS

De conformidad con lo planteado en la demanda de tutela, los hechos que motivan el


ejercicio de la acción se contraen, en síntesis, a lo siguiente5:

3
Folio 1 de la demanda de tutela.

4
Accionante: Eunaldo Ortega Gámez y otros. Accionado: E.S.E. Hospital Rosario Pumarejo de López.

5
Folios 1 a 4 del expediente constitucional.
1. Señaló que, mediante sentencia proferida por el Juzgado Tercero Administrativo
de Descongestión del Circuito Judicial de Valledupar, de fecha 29 de mayo de
2015, se condenó a la E.S.E HOSPITAL ROSARIO PUMAREJO DE LÓPEZ (en
adelante la entidad ejecutada) a pagar los perjuicios ocasionados por la muerte del
señor Wellington Yair Ortega Pinto.

2. Refirió que “[…] la demanda se promovió y finalizó en vigencia del Código


Contencioso Administrativo y la sentencia que puso fin al proceso, ordenó que
debiera dársele cumplimiento conforme al artículo 176, 177 y 178 de la misma
codificación […]”6.

3. Adujo que, posteriormente, se presentó la solicitud de cumplimiento de la


sentencia ante la entidad ejecutada, mediante la cual se solicitó el pago del crédito
judicial contenido en la referida sentencia condenatoria; sin embargo, indicó que
trascurrieron más de veinte (20) meses desde la ejecutoria de la misma y la
ejecutada no honró la obligación, pese a que mes a mes se reiteraba la petición
adjuntando la cuenta de cobro debidamente actualizada.

4. Relató que, con ocasión a que la obligación contenida en la sentencia


condenatoria se encontraba insatisfecha y pendiente, el 9 de junio de 2017,
promovió solicitud de ejecución ante el Juzgado Quinto Administrativo Oral del
Circuito Judicial de Valledupar, “[…] por ser el juzgado de origen […]”7.

6
Folio 2 de la demanda de amparo.

7
Folio 2 del expediente de tutela de la referencia.
5. Referenció que, mediante auto adiado el 1° de agosto de 2017, el Juzgado
Quinto Administrativo Oral del Circuito Judicial de Valledupar emitió mandamiento
de pago contra la entidad ejecutada, la cual dio contestación a la demanda
ejecutiva y propuso sus respectivas excepciones de mérito.

6. Anotó que el 5 de marzo de 2017, el mencionado Juzgado celebró la audiencia


inicial en la cual se saneó el proceso y se incorporaron las pruebas allegadas por
las partes y, además, se fijó fecha para la celebración de la audiencia de
instrucción y juzgamiento, la cual se llevó a cabo el día 7 de junio de 2018.

7. Puso de presente que, en esa fecha, y luego de que las partes rindieran
alegatos de conclusión, el juzgado en comento desestimó las excepciones
propuestas por la ejecutada y, en su lugar, ordenó seguir adelante con la
ejecución8.

8. Esgrimió que, inconforme con la anterior decisión, la entidad ejecutada


interpuso recurso de apelación, el cual fue concedido ante el Tribunal
Administrativo del Cesar9.

9. Acotó que, una vez surtido el trámite procesal, el Tribunal accionado, mediante
la sentencia ejecutiva cuestionada de segunda instancia, calendada el 29 de
noviembre de 201910, resolvió lo siguiente:

8
Y, en lo que respecta al cálculo de los intereses causados, definió que se liquidarían según los parámetros
establecidos en la sentencia proferida por el Juzgado Tercero Administrativo de Descongestión del Circuito
Judicial de Valledupar, de 29 de mayo de 2015, sin que se reconociera indexación ni emolumentos
adicionales y, así mismo, condenó en costas a la entidad ejecutada.

9
La entidad apelante centró su disenso señalando que, en este caso, la liquidación de los intereses
moratorios debía realizarse de conformidad con el CPACA y, para tal efecto, realizó un recuento normativo y
“[…] PRIMERO: REVÓQUESE el ordinal cuarto de la providencia recurrida.

SEGUNDO: MODIFÍQUESE el ordinal Tercero de la sentencia proferida por


el JUZGADO QUINTO ADMINISTRATIVO DEL CIRUITO JUDICIAL DE
VALLEDUPAR, de fecha 7 de junio de 2018, el cual quedara redactado en los
siguientes términos:

TERCERO: practíquese la liquidación del crédito, al liquidarse los


intereses causados, se deberá dar aplicación a lo dispuesto en la
providencia de fecha 29 de abril de 2014, proferida por la Sala de Consulta
y Servicio Civil del H. Consejo de Estado, Consejero Ponente Dr. Álvaro
Namén Vargas, expediente No. 11001-03-06- 000-2013-00517-00 (2184),
en la que se determinó que los créditos que se liquiden a partir de la fecha
de la citada ponencia, deben calcularse aplicando las tablas
correspondientes al DTF, determinado por la Superintendencia Financiera,
durante los diez (10) primeros meses a partir de la ejecutoria de la
sentencia y, a partir del mes once (11), se aplica la tasa de interés de mora
establecida por el Banco de la República […]”.

jurisprudencial para concluir que en su sentir los primeros diez (10) meses a partir de la ejecutoria del fallo
solo se generan intereses al DTF, y posteriormente, sí se causarían intereses moratorios; razón por la que
solicitó se revocara el proveído de primer grado.

10
Y notificada electrónicamente el 3 de diciembre de 2019.
10. Argumentó que, en su sentir, el Tribunal enjuiciado incurrió en la causal de
violación directa de la Constitución Política y en defecto material o sustantivo, en
tanto11:

“[…] Desconoció unos derechos adquiridos, reconocidos en sentencia judicial,


es decir, trasgredió una situación jurídica consolidada, dado que el proceso y
la sentencia que reconoció la indemnización de perjuicios y condenó
patrimonialmente a la ejecutada, fue tramitado y dictada (sic),
respectivamente, bajo la vigencia del Decreto 01 de 1984 y expresamente la
sentencia en su parte resolutiva dispuso (sic) dársele cumplimiento conforme
al artículo 177, 176 y 178 de esa legislación, por lo tanto no podía variarse o
modificarse lo decidido, a cambio, de desmejorar los derechos reconocidos
invocando una norma posterior (…) al aplicarse las reglas del CPACA […]”.

11. Señaló, por último, que el Tribunal demandado incurrió en defecto sustantivo
por desconocimiento del precedente jurisprudencial, por cuanto:

“[…] en lugar de aplicar un precedente vinculante y que contiene una regla


aplicable al caso que se debate, dispuesto por la Sección Tercera,
Subsección “C”, en sentencia de 20 de octubre de 2014 (Exp. No. 30725) y
por la Sección Tercera, Subsección “B”, en sentencia de 10 de octubre de
2019 (Exp. No. 62424), se optó por darle prelación a un concepto de la Sala
de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, que no es vinculante a

11
Folio 4 del expediente constitucional.
este caso -providencia de fecha 29 de abril de 2014, proferida por la Sala de
Consulta y Servicio Civil del H. Consejo de Estado, Consejero Ponente Dr.
Álvaro Namén Vargas, expediente No. 11001-03-06-000-2013-00517-00
(2184)- […]”12.

III. PRETENSIONES

La parte actora solicitó, en su demanda constitucional, lo siguiente 13:

“[…] PRETENSIÓN DE LA ACCIÓN:

Prevalido de que se administre justicia y en procura de que las prerrogativas


del debido proceso, derecho a la igualdad, derecho al acceso a la
administración de justicia en conexidad con el principio de seguridad jurídica,
consagrados en la Constitución Política de Colombia, las leyes y la
Jurisprudencia, se respeten, llego en ACCIÓN DE TUTELA para que cese la

12
Folios 4 y siguientes de la demanda de tutela.

13
Folio 5 del expediente de tutela de la referencia.
vulneración de los derechos fundamentales y principios constitucionales
vulnerados a mi representado, en la sentencia censurada, en la cual se
incurrió en violación directa a la constitución, en defecto sustantivo y en
desconocimiento del precedente jurisprudencial.

Con fundamento en lo anterior, y en aras de garantizarle los derechos


fundamentales invocados a mi mandante, respetuosamente solicito dejar sin
efectos la Sentencia de Segunda Instancia de fecha noviembre 29 de
2019, proferidas (sic) por el Tribunal demandado, dentro del proceso ejecutivo
radicado bajo el número 20001-33-31-005-2011-00388-01, y en
consecuencia, se le ordene que dentro de un término máximo de diez (10)
días siguientes a la notificación de la sentencia, emita una decisión de
reemplazo en el que se respeten los derechos reconocidos, adquiridos y la
situación jurídica consolidada en el proceso ordinario ejecutivo de cara a los
vicios formulados, dejando a salvo la condena en costas impuesta a la
entidad ejecutada […]”. (Se destaca)

IV. TRÁMITE DE LA TUTELA

Mediante auto de 18 de junio de 2020, se admitió la presente acción de tutela y se


dispuso notificar a los magistrados que integran el Tribunal Administrativo del
Cesar, con el fin de que ejercieran su derecho de defensa y contradicción. En la
misma providencia, se vinculó como terceros con interés directo en las resultas del
proceso, al Juez Quinto Administrativo del Circuito Judicial de Valledupar, al
Hospital Rosario Pumarejo de López E.S.E. y, por ultimo, al Ministerio Público
para lo de su competencia.

De igual manera, se solicitó al Juzgado Quinto Administrativo del Circuito


Judicial de Valledupar que, dentro de los dos (2) dias siguientes a la notificacion
de esa providencia, remitiera en condicion de préstamo y, con destino a la
presente causa constitucional, el expediente contentivo del proceso ejecutivo con
radicado número 20001-33-31-005-2011-00388-0114.

Las notificaciones arriba referidas, se efectuaron de manera electrónica el día 19


de junio de 2020, tal y como consta en el expediente de acción de tutela de la
referencia.

V. INTERVENCIONES

Realizadas las comunicaciones a las autoridades accionadas y a las vinculadas,


intervinieron en los siguientes términos:

V.1. Mediante memorial allegado el 23 de junio de 2020, el Presidente del


Tribunal Administrativo del Cesar15 rindió informe en el que realizó un recuento
de los sucesos y etapas procesales surtidas en el interior de la causa ejecutiva
con radicación No. 2011-00388-01 donde, fungió como parte demandante el señor
Ortega Gámez y, parte accionada, el Hospital Rosario Pumarejo de López E.S.E.

14
Accionante: Eunaldo Ortega Gámez y otros. Accionado: E.S.E. Hospital Rosario Pumarejo de López.

15
Doctor José Antonio Aponte Olivella.
Explicó que el accionante pretende utilizar la acción de tutela no como un
mecanismo subsidiario, sino principal; por cuanto busca convertir la acción
constitucional en una tercera instancia, y agregó que, por su parte, esa
Corporación judicial no había conculcado ni vulnerado derecho fundamental
alguno.

Esgrimió que, en definitiva, la acción de amparo objeto de estudio devenía en


improcedente, en atención al no cumplimiento de los requisitos generales de
procedencia establecidos en la jurisprudencia constitucional, para efectos del
estudio de su viabilidad en contra de proveídos judiciales.

Esbozó en su contestación, de igual forma, que:

“[…] en lo que tiene que ver con el cálculo de intereses, coincidió este
Tribunal con lo manifestado por el Juez de Primera Instancia, quien
indicó que no existía una posición unificada frente a lo que tiene que ver
con la liquidación de los intereses de las providencias que se emitieron en
procesos que iniciaron en vigencia del Código Contencioso Administrativo, y
que se ejecutan en vigencia del Código de Procedimiento Administrativo y de
lo Contencioso Administrativo.
No obstante lo anterior, se aclaró que la Corporación ha asumido la
posición definida en la providencia de fecha 29 de abril de 2014,
proferida por la Sala de Consulta y Servicio Civil del H. Consejo de
Estado, Consejero Ponente Dr. Álvaro Namén Vargas, expediente No.
11001-03-06-000-2013-00517-00 (2184); cuyos apartes de la mencionada
decisión se transcribieron […]”. (Negrillas por fuera de texto)
Sostuvo, para finalizar, que lo pretendido por la parte demandante no era más que
un nuevo estudio de su situación particular, ya debatida, en el interior de la causa
ejecutiva objeto de tacha constitucional. Y, además argumentó, que: “[…] Con
respecto a la condena en costas, el Tribunal decidió no imponer la misma,
atendiendo que los argumentos expuestos por el recurrente prosperaron, razón
por la cual, decidió revocar la condena impuesta en ese sentido, en la sentencia
de primera instancia […]”.

Por los motivos expuestos en precedencia, solicitó respetuosamente a la Sección


Primera del Consejo de Estado que despachara desfavorablemente las
pretensiones elevadas en sede de tutela.

V.2. Por su parte, el Juez Quinto Administrativo del Circuito Judicial de


Valledupar y el Hospital Rosario Pumarejo de López E.S.E., optaron por
guardar silencio en el interior de las presentes diligencias.

VI. CONSIDERACIONES DE LA SALA

VI.1. Competencia

Esta Sala de Decisión es competente para pronunciarse sobre la acción de tutela


promovida, en primera instancia, por el apoderado judicial del ciudadano Eunaldo
Ortega Gámez, en contra del Tribunal Administrativo del Cesar, en virtud de lo
previsto en el artículo 37 del Decreto Ley 2591 de 19 de noviembre de 1991 16, en
concordancia con el artículo 1º del Decreto 1983 de 30 de noviembre de 2017 17 y,
en armonía, con el Acuerdo 377 del 11 de diciembre de 2018 18, respecto de la
distribución de negocios al interior de las secciones del Consejo de Estado.

VI.2. Problema jurídico

De acuerdo con la situación fáctica y jurídica planteada, a la Sala le corresponde


establecer lo siguiente:

a) Si la acción de tutela presentada por el apoderado judicial del señor Eunaldo


Ortega Gámez, cumple con los requisitos generales y especiales de
procedibilidad de este medio de amparo contra providencias judiciales. Y, si ello es
así, se deberá determinar:

b) Si el Tribunal Administrativo del Cesar, con su providencia de segundo grado


de fecha 29 de noviembre de 2019 19, mediante la cual revocó el ordinal cuarto y
modificó el ordinal tercero del fallo de fecha 7 de junio de 2019, proferido por el
Juzgado Quinto Administrativo del Circuito Judicial de Valledupar, vulneró los
derechos constitucionales fundamentales de la parte actora “[…] al debido
proceso judicial, al acceso a la administración de justicia, a la igualdad, a los
principios de: inmutabilidad de la sentencia, cosa juzgada, confianza legítima y el
principio de seguridad jurídica […]”20, en el interior del proceso ejecutivo con
radicación núm. 20001-33-31-005-2011-00388-01.

16
«Por el cual se reglamenta la acción de tutela consagrada en el artículo 86 de la Constitución Política».

17
“Por la cual se modifican os artículos 2.2.3.1.2.1, 2.2.3.1.2.4 y  2.2.3.1.2.5  del Decreto 1069 de 2015, Único
Reglamentario del sector Justicia y del Derecho, referente a las reglas de reparto de la acción de tutela”.

18
“Por medio del cual se modifica el reglamento del Consejo de Estado.”
19
Notificada electrónicamente el 3 de diciembre de 2019.
Con el fin de resolver estos problemas jurídicos, se harán previamente algunos
planteamientos respecto de: i) los requisitos de procedencia genéricos y
específicos de la acción de tutela contra providencias judiciales; procediendo
posteriormente a ii) resolver el caso concreto, adentrándose en el fondo del
asunto, siempre y cuando se satisfagan los requisitos generales.

VI.3. Procedencia de la acción de tutela contra providencias judiciales.


Requisitos generales y especiales de procedibilidad

La Sala Plena de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, en


sentencia de 31 de julio de 2012 21, cambió su postura inicial y decidió asumir el
estudio de fondo de las acciones de tutela dirigidas en contra de providencias
judiciales violatorias de derechos fundamentales siguiendo los lineamientos
dispuestos por la Corte Constitucional y su propia jurisprudencia.

Ahora bien, la sentencia C-590 de 8 de junio de 2005, proferida por la Corte


Constitucional, estableció los siguientes presupuestos generales y especiales para
que proceda la acción de tutela en contra de decisiones judiciales:

Como requisitos generales de procedibilidad fijó: i) la relevancia constitucional


del asunto; ii) el agotamiento de todos los medios de defensa judicial, salvo la
existencia de un perjuicio irremediable; iii) el cumplimiento del principio de
inmediatez; iv) si se trata de una irregularidad procesal, que ésta tenga efecto
decisivo en la providencia objeto de inconformidad; v) la identificación clara de los

20
Folio 1 de la demanda de tutela.

21
Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, Radicación: 2009-01328-01(IJ), sentencia
de 31 de julio de 2012. Consejera Ponente: Dra. María Elizabeth García González.
hechos causantes de vulneración y su alegación en el proceso, y vi) que la acción
no se dirija contra un fallo de tutela, salvo las excepciones previstas en la
sentencia SU-627 de 2015.

Como requisitos especiales de procedencia del amparo, y que permiten al juez


constitucional dejar sin efectos una providencia judicial 22, la sentencia C-590 de
2005 estableció la existencia de los siguientes defectos: orgánico, procedimental
absoluto, fáctico, material o sustantivo, error inducido, decisión sin motivación,
desconocimiento del precedente y violación directa de la Constitución 23.

De lo expuesto, la Sala advierte que, cuando el juez constitucional conoce una


demanda impetrada en ejercicio de la acción de tutela y en la que se alega la
vulneración de derechos fundamentales con ocasión de la expedición de una
providencia judicial, en primer lugar, debe verificar la presencia de los requisitos
generales y, en segundo lugar, le corresponde examinar si en el caso objeto de
análisis se configura uno de los defectos especiales ya explicados, permitiéndole
de esta manera “dejar sin efecto o modular la decisión”24 que se encaje en dichos
parámetros.

22
Corte Constitucional, Sala Novena de Revisión, Sentencia T-619 de 3 de septiembre de 2009, Magistrado
Jorge Iván Palacio Palacio.

23
Defecto orgánico, que tiene lugar cuando el funcionario judicial que emite la decisión carece, de manera
absoluta, de jurisdicción o competencia para ello. Defecto procedimental absoluto, que tiene lugar cuando
el juez actuó al margen del procedimiento establecido. Defecto fáctico, que surge cuando la providencia
judicial carece del apoyo probatorio que permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta la
decisión, valora erradamente los elementos de juicio; o da por demostrada una situación fáctica sin existir
evidencia probatoria de la misma. Defecto material o sustantivo, existe cuando las decisiones se
fundamentan en normas inexistentes o inconstitucionales, o que presentan una evidente contradicción entre
los fundamentos y la decisión. Error inducido, que se presenta cuando la autoridad judicial ha sido engañada
por las partes o intervinientes y ese engaño lo llevó a tomar una determinación que afecta derechos
fundamentales. Decisión sin motivación, que tiene lugar cuando el funcionario judicial no expone los
fundamentos fácticos y jurídicos de la decisión adoptada en la parte resolutiva de la providencia judicial.
Desconocimiento del precedente, que se origina cuando el juez ordinario desconoce o limita el alcance
dado por esta Corte Constitucional a una disposición constitucional o derecho fundamental, apartándose del
contenido constitucionalmente vinculante del derecho fundamental vulnerado. Violación directa de la
Constitución, que se presenta cuando la actuación de la autoridad se opone de manera directa a las normas
establecidas en la Constitución Política.
Se trata, entonces, de una rigurosa constatación de los presupuestos de
procedibilidad, por cuanto resulta a todas luces necesario evitar que este
instrumento excepcional se convierta en una manera de desconocer principios y
valores constitucionales tales como los de cosa juzgada, debido proceso,
seguridad jurídica e independencia judicial que gobiernan todo proceso
jurisdiccional.

El criterio expuesto fue reiterado en pronunciamiento de la Sala Plena de la


Corporación, en sentencia de unificación de 5 de agosto de 2014, radicado:
11001-03-15-000-2012-02201-01, Consejero Ponente, Jorge Octavio Ramírez
Ramírez.

VI.4. El caso concreto

El ciudadano Eunaldo Ortega Gámez, quien actúa por intermedio de apoderado


judicial, instaura acción de amparo en contra del Tribunal Administrativo del
Cesar, por estimar vulnerados sus derechos constitucionales fundamentales “[…]
al debido proceso judicial, al acceso a la administración de justicia, a la igualdad, a
los principios de: inmutabilidad de la sentencia, cosa juzgada, confianza legítima y
el principio de seguridad jurídica […]”25, con ocasión de la providencia fechada el
29 de noviembre de 201926 que, en su momento, resolvió el recurso de apelación
instaurado por el apoderado judicial del Hospital Rosario Pumarejo de López

24
Corte Constitucional, Sala Segunda de Revisión, Sentencia T- 225 del 23 de marzo de 2010, Magistrado
Ponente: Dr. Mauricio González Cuervo.

25
Folio 1 de la demanda de tutela.

26
Notificada electrónicamente el 3 de diciembre de 2019.
E.S.E., en contra de la sentencia de primera instancia de 7 de junio de 2018 27;
proferida en el interior del proceso ejecutivo con radicado No. 20001-33-31-005-
2011-00388-0128.

A partir de lo anterior, la Sala de Decisión procede a examinar si se cumplen a


cabalidad los requisitos generales de procedencia de la acción de tutela de la
referencia.

VI.4.1. Análisis del cumplimiento de los requisitos generales de


procedibilidad de la acción de tutela en el sub examine

La Sala encuentra que tales requisitos se cumplen, en razón a que: i) se invoca la


vulneración de derechos de orden constitucional fundamental, como en efecto lo
son los relacionados con la igualdad, el debido proceso y el acceso a la
administración de justicia en el caso sub judice29; ii) la parte actora no tiene otro
medio para la defensa de los derechos fundamentales que estima vulnerados con
la decisión proferida por el Tribunal Administrativo del Cesar, en segunda instancia,
pues se agotaron todos los recursos ordinarios establecidos en el interior del
proceso ejecutivo30; iii) la acción de tutela se presentó dentro de un término

27
Por medio de la cual se ordenó seguir adelante con la ejecución en contra de la entidad demandada.

28
Accionante: Eunaldo Ortega Gámez y otros. Accionado: E.S.E. Hospital Rosario Pumarejo de López.

29
Previstos en los artículos 13, 29 y 229 de la Carta Superior.

30
Con radicación No. 20001-33-31-005-2011-00388-01.
razonable31, dado que la sentencia censurada data del 29 de noviembre de
201932, fue notificada electrónicamente el día 3 de diciembre de 201933, mientras
que la acción de tutela fue radicada el 16 de junio de 202034; iv) la situación a la
cual se atribuye la vulneración de los derechos fundamentales fue debidamente
puntualizada en el escrito de tutela; además, v) no se alega la existencia de una
irregularidad procesal, por lo que no es necesario efectuar un análisis al respecto
y, por último, vi) la acción constitucional no se dirige contra una sentencia dictada
en un proceso de idéntica naturaleza y/o índole.

VI.4.2. Análisis de los requisitos específicos de la presente acción de tutela

Encontrándose satisfechos y cumplidos los requisitos generales de procedencia


de la acción de tutela, la Sala abordará los requisitos especiales frente a la

31
Al respecto, ver sentencia de unificación por importancia jurídica proferida por la sala plena de lo
contencioso-administrativo el 5 de agosto de 2014, consejero ponente Jorge Octavio Ramírez Ramírez,
expediente: 11001-03-15-000-2012-02201-01 (IJ), demandante: Alpina Productos Alimenticios S.A., que fijó
parámetros en relación con los requisitos de inmediatez y subsidiariedad.

32
Folios 50 a 59 de la causa ordinaria con radicación No. 20001-33-31-005-2011-00388-01.

33
Folios 60 a 66 del radicado No. 2011-00388-01.

34
Teniendo en cuenta, además, que constituye un hecho notorio para todos los ciudadanos del territorio
nacional, la situación actual que se soporta con ocasión de la pandemia derivada del llamado Coronavirus y/o
“COVID-19”.
presunta vulneración de los derechos constitucionales fundamentales invocados
por la parte actora. Para este caso concreto, le corresponde a la Sala de Decisión
estudiar, la presunta configuración del llamado defecto material o sustantivo, la
supuesta violación directa de la Constitución Política y, además, el posible
desconocimiento del precedente jurisprudencial en el caso de marras.

VI.4.2.1. La caracterización del defecto material o sustantivo

De conformidad con lo previsto en la sentencia T-367 de 2018 de la Corte


Constitucional, este defecto se presenta cuando la decisión que toma el juez
desborda el marco de acción que la Constitución y la ley le reconocen al apoyarse
en una norma evidentemente inaplicable al caso concreto. De igual forma, en la
providencia se concluye que este defecto se ha erigido como tal, por cuanto la
competencia asignada a los jueces para interpretar y aplicar las normas jurídicas
no es completamente absoluta, aunque se funde en el principio de autonomía e
independencia judicial.

La Corte Constitucional también ha sostenido que se puede incurrir en este


defecto cuando:

“[…] (i) la sentencia se fundamenta en una norma que no es aplicable porque


a) no es pertinente, b) ha sido derogada y por tanto perdió vigencia, c) es
inexistente, d) ha sido declarada contraria a la Constitución, o e) a pesar de
que la norma cuestionada está vigente y es constitucional, no se adecúa a la
situación fáctica a la cual se aplicó, porque la norma utilizada, por ejemplo, se
le dan efectos distintos a los señalados expresamente por el legislador;
(ii) a pesar de la autonomía judicial, la interpretación o aplicación de la norma
al caso concreto, no se encuentra, prima facie, dentro del margen de
interpretación razonable o “la aplicación final de la regla es inaceptable por
tratarse de una interpretación contraevidente (interpretación contra legem) o
claramente perjudicial para los intereses legítimos de una de las partes” o
cuando se aplica una norma jurídica de forma manifiestamente errada,
sacando de los parámetros de la juridicidad y de la interpretación jurídica
aceptable la decisión judicial;
(iii) no se toman en cuenta sentencias que han definido su alcance con
efectos erga omnes;
(iv) la disposición aplicada se torna injustificadamente regresiva o contraria a
la Constitución;
(v) un poder concedido al juez por el ordenamiento jurídico se utiliza “para un
fin no previsto en la disposición”;
(vi) la decisión se funda en una hermenéutica no sistémica de la norma, con
omisión del análisis de otras disposiciones que regulan el caso; o
(vii) se desconoce la norma constitucional o legal aplicable al caso concreto
[…]”.

VI.4.2.2. La causal de violación directa de la Constitución Política

Esta causal de procedibilidad de la acción de tutela contra sentencias judiciales se


fundamenta en el principio de supremacía constitucional previsto por el artículo 4º
de la Constitución Política, en virtud del cual los preceptos y mandatos allí
dispuestos son normas jurídicas de aplicación inmediata, de carácter vinculante y
eficacia directa, cuya fuerza normativa impone a todos los administradores de
justicia el deber de velar por su cumplimiento y prevalencia 35.

A este respecto, la jurisprudencia constitucional ha insistido en que el actual


ordenamiento constitucional reconoce valor normativo a los preceptos superiores,
al punto que de ellos se derivan mandatos y previsiones cuya aplicación
corresponde a las distintas autoridades y, en determinados eventos, a los
particulares. En esas circunstancias, resulta plenamente factible que una decisión
judicial pueda cuestionarse a través de la acción de tutela cuando desconoce o
aplica indebida e irrazonablemente tales postulados 36.

En esa medida, la causal por violación directa de la Constitución se asienta en el


modelo de Estado Social de Derecho adoptado en 1991 y parte de la obligación
“(…) que les asiste a todas las autoridades judiciales de velar por el cumplimiento

35
H. Corte Constitucional, Sentencia SU-024 de 2018, M.P.: Cristina Pardo Schlesinger.

36
Corte Constitucional, Sentencia SU-1073 de 2012, M.P.: Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
del mandato consagrado en el artículo 4° de la Carta Política, según el cual ‘la
Constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la
Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones
constitucionales (…)’”37.

En criterio de la Corte Constitucional, esta causal tiene lugar cuando el juez


ordinario adopta una decisión que representa la inaplicación de una norma
constitucional para el caso concreto, o cuando aplica una norma de rango inferior
al constitucional, al margen de los dictados de la Constitución 38.

Ante la evidencia de que muchas de las situaciones caracterizadas coinciden con


las causales de configuración de los defectos sustantivo y desconocimiento del
precedente, la jurisprudencia constitucional ha reconocido que entre las causales
especiales de procedencia de la acción de tutela contra providencia judicial “no
existe un límite indivisible” y que una misma circunstancia bajo análisis puede
encuadrarse dentro de varios de ellos39.

La Corte ha explicado, que la violación directa de la Constitución, debe ser


entendida como una causal específica autónoma de procedencia del amparo
constitucional contra una decisión judicial, ante la exigencia de razonabilidad y de
proporcionalidad en el proceso interpretativo que realizan los jueces o autoridades

37
Corte Constitucional, Sentencia SU- 918. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.

38
Corte Constitucional, Sentencia T-704 de 2012, M.P.: Luis Ernesto Vargas Silva. En este mismo sentido
pueden verse las sentencias T-967 de 2014, M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-310 de 2009, M. P. Mauricio
González Cuervo y T-555 de 2009 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.

39
H. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, sentencia de 1º de agosto
de 2019, exp. No.11001-03-15-000-2019-02930-00(AC). C.P. Oswaldo Giraldo López.
administrativas, el cual siempre estará sujeto, entre otros aspectos, a la
concordancia con la Carta Política40.

Esta causal de procedibilidad de la acción de tutela no supone el desconocimiento


de cualquier norma constitucional sino concretamente la infracción de normas
superiores relativas a derechos y garantías fundamentales, en consideración a
que es precisamente para el amparo de éstos que se encuentra instituida en la
Carta Política la acción de tutela. Por ende, es indispensable que el análisis que
efectúe el juez al examinar esta causal se circunscriba a las citadas normas
constitucionales.

VI.4.2.3. El defecto sustantivo por desconocimiento del precedente

En cuanto a la caracterización de este defecto, se tiene que la jurisprudencia 41 ha


entendido por precedente, la sentencia o el conjunto de sentencias proferidas con
anterioridad al asunto que debe resolverse que presentan similitudes con un caso
nuevo objeto de escrutinio en materia de i) patrones fácticos y ii) problemas
jurídicos, y en las que en su ratio decidendi se ha fijado una regla para resolver la
controversia, que sirve también para solucionar el nuevo caso.

40
Corte Constitucional, Sentencia T-088 de 2018. M.P.: José Fernando Reyes Cuartas.

41
Ver entre otras las sentencias T-158 de 2 de marzo de 2006 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto. “La
correcta aplicación del precedente judicial implica que un caso pendiente de decisión debe ser fallado de
conformidad con el(los) caso(s), solo (i) si los hechos relevantes que definen el caso pendiente de fallo son
semejantes a los supuestos de hecho que enmarcan el caso del pasado, (ii) si la consecuencia jurídica
aplicada a los supuestos del caso pasado, constituye la pretensión del caso presente y (iii) si la regla
jurisprudencial no ha sido cambiada o ha evolucionado en una distinta o más específica que modifique algún
supuesto de hecho para su aplicación”. Sentencia T-812 de 28 de septiembre de 2006, M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra. T-355 de 10 de mayo de 2007, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto; y T-309 de 22 de mayo de
2015, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
Hace distinción entre el precedente horizontal y el vertical teniendo en cuenta la
autoridad que profiere la providencia, para explicar que el primero hace referencia
a aquellas sentencias fijadas por autoridades de la misma jerarquía o por el mismo
operador judicial, y el segundo se relaciona con los lineamientos sentados por las
instancias superiores encargadas de unificar la jurisprudencia dentro de la
respectiva jurisdicción.

Un juez -individual o colegiado- no puede separarse, sin una explicación


suficientemente sustentada, del fijado en sus propias sentencias, ni tampoco del
precedente establecido por las autoridades superiores, específicamente del
emanado de las Altas Cortes.

De una forma más específica sostiene que el desconocimiento del precedente


tiene dos modalidades a saber: i) como causal autónoma contra providencia
judicial cuando se trata de precedente constitucional; y ii) como defecto sustantivo
por el desconocimiento del precedente, la cual se configura cuando la autoridad
jurisdiccional se aparta del precedente horizontal o vertical sin justificación
suficiente, lo cual conduce a concluir que la providencia adolece de un defecto
sustantivo.

Así pues, la Corte Constitucional, para efectos de determinar si una sentencia


constituye precedente aplicable o no, ha establecido ciertos requisitos 42.

La jurisprudencia constitucional también ha diferenciado los conceptos de


antecedente y precedente, así43:

“[…] El antecedente se refiere a una decisión de una controversia anterior a


la que se estudia, que puede tener o no algunas similitudes desde el punto de

42
Ver entre otras las sentencias T-158 de 2 de marzo de 2006 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto. “La
correcta aplicación del precedente judicial implica que un caso pendiente de decisión debe ser fallado de
conformidad con el(los) caso(s), solo (i) si los hechos relevantes que definen el caso pendiente de fallo son
semejantes a los supuestos de hecho que enmarcan el caso del pasado, (ii) si la consecuencia jurídica
aplicada a los supuestos del caso pasado, constituye la pretensión del caso presente y (iii) si la regla
jurisprudencial no ha sido cambiada o ha evolucionado en una distinta o más específica que modifique algún
supuesto de hecho para su aplicación”. Sentencia T-812 de 28 de septiembre de 2006, M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra. T-355 de 10 de mayo de 2007, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto; y T-309 de 22 de mayo de
2015, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
vista fáctico, pero lo más importante es que contiene algunos puntos de
derecho (e.g. conceptos, interpretaciones, preceptos legales, etc.) que guían
al juez para resolver el caso objeto de estudio. Por tanto, los antecedentes
tienen un carácter orientador, lo que no significa (a) que no deban ser tenidos
en cuenta por el juez a la hora de fallar, y (b) que lo eximan del deber de
argumentar las razones para apartarse, en virtud de los principios de
transparencia e igualdad […]44”.
[…]
Por su parte, el precedente, por regla general, es aquella sentencia o
conjunto de sentencias que presentan similitudes con un caso nuevo objeto
de escrutinio en materia de (i) patrones fácticos y (ii) problemas jurídicos, y
en las que en su ratio decidendi se ha fijado una regla para resolver la
controversia, que sirve también para solucionar el nuevo caso […]”45. (Se
destaca)

VI.4.3. El estudio del defecto material y de la causal de violación directa de la


Constitución Política en el caso sub judice

Sea lo primero indicar que la parte actora señala que la providencia objeto de
censura, esto es, el proveído de 29 de noviembre de 2019, incurrió en un
supuesto defecto material o sustantivo y, además, en una aparente violación
directa de la Constitución Política, en tanto, en su sentir46:

43
T-102 de 25 de febrero de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.

44
T-292 de 6 de abril de 2006. M.P. Manuel José Cepeda Vargas.

45
Texto tomado de la sentencia de 27 de noviembre de 2015, proferida por la Sección Segunda, Subsección
B del Consejo de Estado, M.P. Carmelo Perdomo Cuéter.

46
Folio 4 del expediente constitucional.
“[…] Desconoció unos derechos adquiridos, reconocidos en sentencia judicial,
es decir, trasgredió una situación jurídica consolidada, dado que el proceso y
la sentencia que reconoció la indemnización de perjuicios y condenó
patrimonialmente a la ejecutada, fue tramitado y dictada (sic),
respectivamente, bajo la vigencia del Decreto 01 de 1984 y expresamente la
sentencia en su parte resolutiva dispuso (sic) dársele cumplimiento conforme
al artículo 177, 176 y 178 de esa legislación, por lo tanto no podía variarse o
modificarse lo decidido, a cambio, de desmejorar los derechos reconocidos
invocando una norma posterior (…) al aplicarse las reglas del CPACA […]”.

Por lo anterior, y en atención a la aseveración efectuada por la parte accionante


en su escrito petitorio, la Sala de Decisión estima prudente estudiar ambos cargos,
en este acápite, de manera conjunta.

A efectos de determinar con precisión si tales cargos ostentan vocación de


prosperidad, la Sala estima pertinente referirse, de manera sucinta, a algunas de
las consideraciones y raciocinios normativos y jurisprudenciales efectuados en la
sentencia enjuiciada de 29 de noviembre de 2019, que fue dictada en el interior
del proceso ejecutivo con radicado No. 2011-00388-01, y que, a continuación, se
exponen. Veamos47:

“[…] en lo que tiene que ver con el cálculo de intereses, coincide este
Tribunal con lo manifestado por el Juez de Primera instancia, quien
indicó que no existe una posición unificada frente a lo que tiene que ver
con la liquidación de los intereses de las providencias que se emitieron
en procesos que iniciaron en vigencia del Código Contencioso
Administrativo, y que se ejecutan en vigencia del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo
(CPACA)

No obstante lo anterior, se aclara que esta Corporación ha asumido la


posición definida en la providencia de fecha 29 de abril de 2014, proferida por

47
Folios 54 a 58 del expediente ordinario No. 20001-33-31-005-2011-00388-01.
la Sala de Consulta y Servicio Civil del H. Consejo de Estado, Consejero
Ponente Dr. Álvaro Namén Vargas -expediente No. 11001-03-06-000-2013-
00517-00 (2184)-. En la mencionada decisión se indicó:
(…)
la Ley 1437 de 2011 sí es aplicable para el reconocimiento y liquidación
de los intereses de mora derivados del pago de las sentencias y
conciliaciones debidamente aprobadas por la jurisdicción, cuyo
cumplimiento corresponda a partir de su vigencia. En efecto, como se
explicó, si la trasgresión de la obligación de pago de una suma de dinero
impuesta a una entidad Estatal en una sentencia o derivada de una
conciliación se produce en vigencia de una ley posterior que sanciona esa
conducta de manera diferente a como lo hacía otra anterior que regía al
momento en que se interpuso la demanda o solicitud que dio lugar a la
respectiva providencia que reconoce el crédito judicial, es aquella y no
esta ultima la aplicable. Igualmente, si el incumplimiento de la referida
obligación se inicia antes del tránsito de legislación y se prolonga durante
la vigencia de la nueva ley, la pena, esto es, el pago de intereses
moratorios, deberá imponerse y liquidarse por separado lo
correspondiente a una y otra ley.

(…)

De conformidad con la decisión en cita, los créditos que se liquiden a partir de


la fecha de citada ponencia, deben calcularse aplicando las tablas
correspondientes al DTF determinado por la Superintendencia Financiera,
durante los diez (10) primeros meses a partir de la ejecutoria de la sentencia,
y a partir del mes once (11) se aplica la tasa de interés de mora establecida
por el Banco de la Republica.
Así las cosas, pese a que la providencia que sirve como título ejecutivo
en el proceso de la referencia fue expedida en el marco de un proceso
que se inició cuando aún estaba vigente el Código Contencioso
Administrativo, los intereses que se hayan causado se deberán liquidar
de conformidad con lo dispuesto en la sentencia de fecha 29 de abril de
2014, proferida por la Sala de Consulta y Servicio Civil del H. Consejo de
Estado, explicada en los párrafos que anteceden.
En conclusión, se despacharán de manera favorable los argumentos
expuestos por el recurrente, exclusivamente en lo relacionado con el cálculo
de los intereses […]”. (Negrillas y subrayas por fuera de texto)

De lo transcrito en precedencia, resulta palmario que el accionante, señor


Eunaldo Ortega Gámez, basó sus argumentos tendientes a acreditar la presunta
configuración de los defectos anteriormente señalados, haciendo una serie de
consideraciones de carácter subjetivo que no son suficientes para que se declare
la presencia de un verdadero defecto material o sustantivo y de una palpable
violación directa de la Constitución; ya que, al hacerse el respectivo análisis de
fondo de la sentencia enjuiciada, se puede evidenciar que pese a la
inconformidad del tutelante con la valoración e interpretación normativa y jurídica
allí efectuada, la decisión del Tribunal Administrativo del Cesar, se encuentra
soportada y respaldada en el material probatorio obrante en el plenario, así como
en las leyes y los criterios jurisprudenciales pertinentes y aplicables en el interior
de la causa ejecutiva con radicación No. 20001-33-31-005-2011-00388-0148.

Lo anterior, en atención a que la autoridad judicial accionada, al momento de


resolver el recurso de apelación, aplicó correctamente las normas al caso puesto
a su conocimiento, por cuanto expuso de manera sólida y coherente los
argumentos por los cuales consideró que “[…] la liquidación de los intereses de
las providencias que se emitieron en procesos que iniciaron en vigencia del
Código Contencioso Administrativo, y que se ejecutan en vigencia del Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (CPACA) […]”
debían efectuarse de conformidad con las normas previstas en la nueva
legislación.

Al respecto, la Sala pone de presente que existen criterios disimiles respecto de la


solución de controversias asociadas a la forma de reconocimiento de intereses en
eventos en los que, como ocurre en el caso que nos ocupa, el incumplimiento de
la obligación de pago de una suma de dinero derivada de una sentencia o
conciliación se produce en vigencia de una normatividad (Código de
Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo - CPACA) que
regula dicha situación de manera distinta a como lo hacía otra anterior (Código
Contencioso Administrativo - CCA). El primer criterio, consiste en que la
liquidación de los intereses se debe efectuar conforme con lo dispuesto en el
artículo 177 del CCA; mientras que el segundo, establece que tal liquidación se
debe realizar de acuerdo con lo previsto en los artículos 192 y 195 del CPACA.

Esta última postura, se fundamenta en el concepto de 29 de abril de 2014,


proferido por la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, en la que

48
Accionante: Eunaldo Ortega Gámez y otros. Accionado: E.S.E. Hospital Rosario Pumarejo de López.
precisó lo siguiente: "[…] cuando una entidad estatal deba dar cumplimiento a una
sentencia proferida o conciliación aprobada con posterioridad a la entrada en
vigencia de la Ley 1437 de 2011 (julio 2 de 2012), pero cuya demanda fue
interpuesta con anterioridad a esta, debe liquidar el pago con intereses moratorios
de acuerdo con las disposiciones de la Ley 1437 de 2011 […]" 49.

En este punto, la Sala de Decisión también debe precisar que, los conceptos que
emite la Sala de Consulta y Servicio Civil de esta alta Corporación, no constituyen
en manera alguna precedente judicial.

No obstante lo anterior, y ante la ausencia de una posición unificada frente a la


materia objeto de la presente controversia, la Sala observa que el Tribunal
accionado, en la decisión censurada, optó por asumir la postura desarrollada por
la Sala de Consulta y Servicio Civil, en el concepto antes referido; justificando de
manera sólida, consistente y clara los motivos por los cuales asumía este criterio.

Cabe destacar que, tal postura ha sido también acogida por la Subsección “B” de
la Sección Segunda del Consejo de Estado, cuando en sentencia fechada el 29
de agosto de 201950, se argumentó lo siguiente:

“[…] iii) Tasa de mora aplicable para créditos judicialmente reconocidos


mediante sentencias y conciliaciones cuando existe variación en el
tránsito de legislación.

La Sala de Servicio y Consulta Civil de esta Corporación, en concepto


de veintinueve (29) de abril de 2014, estableció unas reglas conforme a
las cuales, se deben liquidar los intereses moratorios, indicando que, sí
el incumplimiento de la referida obligación, esto es, la mora en el pago,
se inició antes del tránsito de legislación y se prolonga durante la

49
Consejo de Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, consulta de 29 de abril de 2014, expediente con
radicado número 11001-03-06-000-2013-00517-00, C.P. Álvaro Namén Vargas.

50
H. Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, Subsección “B”,
sentencia de 29 de agosto de 2019, exp. No. 25000-23-25-000-2016-00013-01(1949-18), C.P.
Sandra Lisset Ibarra Vélez.
vigencia de la nueva ley, el pago de tales intereses, debe imponerse y
liquidarse por separado, teniendo en cuenta la norma vigente al
momento de la transgresión, de la siguiente forma:
(…)
¿Cuándo una entidad deba dar cumplimiento a una sentencia o
conciliación proferida con posterioridad a la entrada en vigencia de la Ley
1437 de 2011 (julio 2 de 2012), pero cuya demanda fue interpuesta con
anterioridad a esta fecha; ¿se debe liquidar el pago con intereses
moratorios de acuerdo con las disposiciones de la Ley 1437 de 2011 o con
las disposiciones para la liquidación de intereses moratorios del Decreto 01
de 1984?

La tasa de mora aplicable para créditos judicialmente reconocidos en


sentencias condenatorias y conciliaciones debidamente aprobadas por la
jurisdicción es la vigente al momento en que se incurre en mora en el pago
de las obligaciones dinerarias derivadas de aquellas. En consecuencia,
cuando una entidad estatal deba dar cumplimiento a una sentencia
proferida o conciliación aprobada con posterioridad a la entrada en
vigencia de la Ley 1437 de 2011 (julio 2 de 2012), pero cuya demanda
fue interpuesta con anterioridad a esta, debe liquidar el pago con
intereses moratorios de acuerdo con las disposiciones de la Ley 1437
de 2011. Igualmente, si el incumplimiento de la referida obligación se inicia
antes del tránsito de legislación y se prolonga durante la vigencia de la
nueva ley, la pena, esto es, el pago de intereses moratorios, deberá
imponerse y liquidarse por separado lo correspondiente a una y otra ley.
(…)
En conclusión, la tasa de mora aplicable para créditos judicialmente
reconocidos mediante sentencias y conciliaciones es aquella vigente al
momento en que se incurre en mora en el pago de las obligaciones dinerarias
derivadas de estas, toda vez que ella es una infracción que se comete día a
día.
Del caso en concreto.
[…]
La Sala advierte que la sentencia que emerge como título de recaudo
ejecutivo quedó ejecutoriada el 5 de agosto de 2014, es decir, después
de la entrada en vigencia de la Ley 1437 de 2011, razón por la que, según
la postura expuesta, estos deberían liquidarse, conforme lo dispone el
artículo 192 del C.P.C.A […]”. (Negrillas y subrayas de la Sala)

Por lo anterior, se estima que la decisión del Tribunal censurado, no es


arbitraria, desproporcionada ni mucho menos irracional, ya que efectuó un análisis
normativo y jurídico razonado y coherente, en ejercicio de la autonomía y la
independencia judicial; por lo que no es posible en manera alguna predicar que se
hayan transgredido los derechos fundamentales invocados por la parte tutelante
y, en ese orden de ideas, que sea constitutiva de las causales específicas
alegadas en este acápite, máxime cuando el objeto de la controversia no es
pacífico, debido a la disparidad de criterios existentes sobre el mismo.

Así pues, este juez constitucional de primer grado, estima que en el asunto que
nos ocupa no es posible predicar la configuración de un supuesto defecto
material o sustantivo y de una aparente violación directa de la Constitución;
toda vez que la parte actora, más que exponer y acreditar la existencia de una
causal específica de procedibilidad en su demanda de amparo, devela más bien la
inconformidad con la decisión adoptada en sede ordinaria que, con plena
justificación y bajo una carga argumentativa sólida, coherente y consistente, dictó
el juez natural de la causa.

Por tanto, y bajo dicha lógica, las consideraciones anteriormente expuestas son
suficientes para negar el amparo constitucional deprecado en el caso sub judice y,
descartar de tajo, la presencia del supuesto defecto material o sustantivo y de la
aparente violación directa de la Constitución Política, invocados en sede de
tutela.

VI.4.4. En cuanto al defecto sustantivo por desconocimiento del precedente


jurisprudencial en la sentencia objeto de censura

Ahora bien, y en este acápite, la Sala observa que la parte actora aseveró que el
proveído censurado incurrió en este defecto, en tanto, en su sentir 51:

“[…] en lugar de aplicar un precedente vinculante y que contiene una regla


aplicable al caso que se debate, dispuesto por la Sección Tercera,
Subsección “C”, en sentencia de 20 de octubre de 2014 (Exp. No. 30725) y
por la Sección Tercera, Subsección “B”, en sentencia de 10 de octubre de
2019 (Exp. No. 62424), se optó por darle prelación a un concepto de la Sala
de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado, que no es vinculante a
este caso -providencia de fecha 29 de abril de 2014, proferida por la Sala de
Consulta y Servicio Civil del H. Consejo de Estado, Consejero Ponente Dr.
Álvaro Namén Vargas, expediente No. 11001-03-06-000-2013-00517-00
(2184)- […]”.

51
Folio 4 de la demanda de amparo.
A fin de determinar si la Corporación judicial accionada incurrió en dicho defecto,
resulta pertinente referirse a las citadas providencias, de manera sucinta.
Prosigamos.

A) Sentencia del H. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección “C”


del 20 de octubre de 201452:

En esta sentencia, la Sección Tercera de esta Corporación, conoció del recurso de


apelación interpuesto por el señor Roberto Manuel Regino Romero y otros contra
la sentencia proferida el 2 de noviembre de 2004, dictada por la Sala de
Descongestión de los Tribunales Administrativos de Antioquia, Risaralda, Caldas y
Chocó, respectivamente, en el marco de un proceso ordinario de reparación
directa, adelantado en contra de la Nación - Fiscalía General de la Nación; con
ocasión de la medida de aseguramiento impuesta en contra de uno de los
demandantes, al existir contra él un indicio grave de responsabilidad, sustentado
en los testimonios que lo señalaban como presunto responsable del delito de
homicidio.

La Subsección “C” de la Sección Tercera, al desatar la alzada, indicó que en ese


caso se podía predicar la presencia de un “in dubio pro reo strictu sensu”, razón
por la cual adujo que era incuestionable que en ese caso en concreto, el título de
imputación del daño debía ser el objetivo; y por ende la absolución decretada en
favor del señor Roberto Manuel Regino Romero, era suficiente y tornaba en
inequívoca la aplicación de la consecuencia jurídica de la privación de la libertad,
esto es, la declaratoria de responsabilidad de la entidad demanda por enmarcarse
la detención en uno de los supuestos señalados.

En consecuencia, la Sala revocó la decisión apelada para, en su lugar, acceder a


las pretensiones de la demanda y declarar patrimonialmente responsable a la
Fiscalía General de la Nación, toda vez que, indicó que la privación de la libertad

52
Exp. No. 05001-23-31-000-1996-01823-01 (30.725). C.P. Enrique Gil Botero.
se originó en el proceso penal seguido en contra del demandante, sin que
existiera, además, ningún tipo de causa extraña que impidiera la imputabilidad
fáctica (como el hecho de un tercero, el hecho exclusivo de la víctima, o un evento
de fuerza mayor).

B) Sentencia del H. Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección “B”


del 10 de octubre de 201953:

La referida Sección Tercera, resolvió el recurso de alzada impetrado por el


apoderado judicial de la Nación – Rama Judicial y Fiscalía General de la Nación,
en contra de la providencia proferida por el Tribunal Administrativo del Cesar en
audiencia inicial llevada a cabo el 29 de agosto de 2018, que ordenó seguir
adelante con la ejecución conforme con lo dispuesto en el auto de mandamiento
de pago, por la suma de doscientos diecisiete millones quinientos treinta y ocho
mil cuatrocientos veintidós pesos con seis centavos ($217.538.422,06).

La Subsección “B” de la Sección Tercera, al resolver el recurso incoado, señaló


que, al tenor de lo probado y acreditado en ese caso en concreto, modificaría la
sentencia de primera instancia dictada por el Tribunal; en lo que concernía a los
intereses moratorios objeto de ejecución. Lo anterior, en la medida en que aseguró
que se encontraba acreditado que los ejecutantes no habían presentado solicitud
de pago en los términos de ley, de manera que, de conformidad con lo previsto en
el artículo 177 del CCA, en dicho evento había cesado la causación de intereses
moratorios.

53
Exp. No. 20001-23-31-000-1999-00815-02 (62424). C.P. Martín Bermúdez Muñoz.
Así entonces, la mencionada Sección, esgrimió que los ejecutantes incurrieron en
una conducta omisiva que condujo a que operara la cesación de intereses
señalada en el artículo 177 del CCA. En esa medida, modificó el numeral segundo
de la sentencia de primera instancia, en el sentido de ordenar seguir adelante con
la ejecución por la suma de sesenta y siete millones quinientos ochenta y siete mil
quinientos sesenta y seis pesos ($67.587.566), más los intereses moratorios
causados durante los seis (6) meses siguientes a la fecha de ejecutoria de la
sentencia condenatoria y, los que se causaran, desde la ejecutoria del
mandamiento ejecutivo que se produjo el día 23 de agosto de 2017, hasta el pago
efectivo.

Pues bien, una vez efectuada la breve reseña de los pronunciamientos


jurisprudenciales a los que alude el accionante, la Sala estima que, en definitiva,
ninguno de ellos guarda similitud fáctica idéntica y relación estrecha con el
caso sub examine; situación que a todas luces impide afirmar y/o colegir que
en el presente asunto se configura el defecto acusado en la demanda de tutela.

Así las cosas, para la Sala de Decisión, y con base en lo anteriormente expuesto,
no se encuentra que el Tribunal Administrativo del Cesar hubiere incurrido en el
referido defecto, pues la decisión de modificar parcialmente la sentencia de 7 de
junio de 2018, dictada por el Juzgado Quinto Administrativo Oral del Circuito
Judicial de Valledupar, se adoptó con fundamento en la normativa y la
jurisprudencia vigente aplicables al caso concreto y con una debida motivación;
situación que no generó una trasgresión de garantías fundamentales y, bajo dicho
entendido, no se puede afirmar como lo pretende la parte actora que tales
pronunciamientos se encuentren desatendidos.

Para la Sala, lo que en realidad se identifica en el caso sub judice, es una simple
disparidad de criterios entre lo fallado en el interior del juicio ordinario ejecutivo y
las pretensiones del actor, señor Eunaldo Ortega Gámez; situación que no puede
implicar que el operador judicial de esa instancia hubiere incurrido, en manera
alguna, en el presunto desconocimiento del precedente jurisprudencial que se
alega en el escrito de amparo impetrado.
Por todos los razonamientos anteriormente expuestos, esta Sala de Decisión
considera que la Corporación judicial accionada no incurrió en los defectos
alegados por la parte actora en su escrito petitorio, y mucho menos es dable
afirmar la vulneración de los derechos constitucionales fundamentales a que se
refiere el accionante, en su demanda de tutela impetrada. Por tanto, se negará la
solicitud de amparo promovida por el ciudadano Eunaldo Ortega Gámez.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Primera, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la Ley,

FALLA

PRIMERO: NEGAR la acción de tutela instaurada por el ciudadano Eunaldo


Ortega Gámez, en contra del Tribunal Administrativo del Cesar, por las razones
expuestas en la parte motiva de esta decisión.

SEGUNDO: NOTIFICAR a las partes en la forma prevista en los artículos 16 y 30


del Decreto Ley 2591 del 19 de noviembre de 1991.

TERCERO: Si la presente decisión no es impugnada, dentro de los tres (3) días


siguientes a su notificación, REMÍTASE el expediente a la Corte Constitucional
para su eventual revisión, dentro de los diez (10) días siguientes a la ejecutoria de
esta sentencia.

Se deja constancia que la anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por
la Sala en la sesión de la fecha.

CÓPIESE, NOTIFÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE,


NUBIA MARGOTH PEÑA GARZÓN OSWALDO GIRALDO LÓPEZ
Consejera de Estado Consejero de Estado
Presidenta

HERNANDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ


Consejero de Estado
ROBERTO AUGUSTO SERRATO VALDÉS
Consejero de Estado

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