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Universidad Cooperativa de Colombia

Facultad de Derecho
Seminario II
Ensayo temática Medio Ambiente
MEDIO AMBIENTE.

De acuerdo con lo estipulado dentro de la declaración de rio, en su segundo


principio se indica que “los estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus
propios recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo, y la
responsabilidad de velar por que las actividades realizadas dentro de su
jurisdicción o bajo su control no causen daños al medio ambiente de otros estados
o de zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional”, brindándole
así a los estados la facultad de aprovechar los recursos disponibles en su territorio
conforme a las necesidades o requerimientos del mismo, todo con la premisa de
no dañar el medio ambiente en el proceso.

Para garantizar la protección al medio ambientes, los estados por medio de


convenios y tratados internacionales se han comprometido a proteger el medio
ambiente, evitando a su vez generar daños que lleguen a ser irreversibles, pues al
hacerlo se enfrentan a tener que pagar indemnizaciones. Por ende, se maneja el
principio de buena vecindad, en el cual los estados se comprometen a no causar
daños en los territorios vecinos, así como también los estados en su deber de
buen vecino, dan aviso sobre daños que puedan ser de afectación masiva o
general, tales como: derrames de petróleo, accidentes nucleares o industriales.

Bajo la obligación internacional de los estados por garantizar la protección del


medio ambiente, todos se comprometen a afrontar de igual forma las
consecuencias de los daños generados, pese a que hayan estados que realizan
un mayor impacto ambiental por sus industrias o deforestaciones, existe una
equidad ante la aceptación de los efectos generados al medio ambiente.

Sin embargo, dentro de los compromisos que se han tomado a lo largo de los
años, por medio de tratados o convenios internacionales, se pretende que la
responsabilidad del cuidado ambiental sea el mismo en todas partes, para así
poderle garantizar a las futuras generaciones la continuidad en los recursos del
planeta, con la premisa de no heredar un mundo con menos recursos que los que
se tenían al recibirlo ellos. Pudiendo de esta forma lograr crear una tradición de no
entregar menos de lo que se recibió, sino, por el contrario tratar de heredar un
mundo con un medio ambiente cada vez más sano, por medio de la protección de
todo lo que engloba, como lo es la capa de ozono, las especies o los recursos
naturales.

COMUNIDAD MAYAGNA (SUMO) AWAS TINGNI VS. NICARAGUA

Este caso ocurrido en el año 1992 en la comunidad indígena Awas Tingni, la cual
está conformada por más de 600 personas, se basó en un proyecto de extracción
forestal, la comunidad inició un contrato con una empresa llamada MADENSA,
esto se inició con el objetivo de establecer el manejo integral del bosque, la
creación de este contrato logró el reconocimiento de derechos de participación
sobre el territorio; sin embargo, dos años después, la comunidad, MADENSA y el
Ministerio de Ambiente y recursos naturales de Nicaragua iniciaron un convenio
por el cual MARENA se comprometió a definir la tierras comunales de la
comunidad. Sumado a lo anterior, en marzo de 1996 el Estado de Nicaragua
otorgó una concesión por 30 años para el manejo y aprovechamiento de
aproximadamente sesenta y dos mil hectáreas a la empresa SOLCARSA, esta
concesión se hizo sin antes haber consultado con la comunidad. Los indígenas
que habitan el bosque solicitaron a múltiples organismos estatales que no se
iniciara la concesión y a su vez se solicitó la delimitación de su territorio, a pesar
de las solicitudes implantadas por la comunidad ninguna de ellas fue atendida. En
pocas palabras este caso hace referencia a la responsabilidad internacional que
tiene el Estado por la falta de delimitación del territorio perteneciente a la
comunidad indígena, así como la ineficacia de los recursos interpuestos ante las
entidades estatales.

Es importante mencionar algunos aspectos suministrados en la sentencia de 31 de


agosto de 2001, como lo son: las víctimas, en este caso los pobladores de la
Comunidad Mayagua Awas Tingni; su representante, James Anaya; el Estado
demandado, en este caso, Nicaragua; para este caso se generaron dos tipos de
sentencias, Excepciones preliminares el 1 de febrero de 2000 y Fondo,
Reparaciones y Costas el 31 de agosto de 2001; según la Convención Americana
sobre Derechos Humanos los derechos que fueron vulnerados en este caso son:
Articulo 1 (Obligación de respetar los derechos), Artículo 2 (Deber de adoptar
disposiciones de derecho interno), Artículo 4 (Derecho a la vida), Artículo 11
(Protección de la honra y de la dignidad), Artículo 12 (Libertad de conciencia y de
religión), Artículo 16 (Libertad de asociación), Artículo 21 (Derecho a la propiedad
privada), Artículo 22 (Derecho de circulación y de residencia), Artículo 23
(Derechos políticos) y el Artículo 25 (Protección judicial).

Esta comunidad inició el procedimiento ante la Comisión interamericana de


Derechos Humanos el 2 de octubre de 1995, el 6 de mayo de 1998 se hizo el
informe de admisibilidad y el informe de fondo. Adicionalmente, el 4 de junio de
1998 se remitió el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, luego, la
comisión presentó la demanda correspondiente para que la Corte Interamericana
de Derechos Humanos tomara la decisión si el Estado violó los derechos
mencionados anteriormente. El 31 de mayo de 1999 y el 13 de junio de 2000 se
llevaron a cabo las audiencias ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, finalmente, el 6 de septiembre de 2002 se otorgaron las medidas
provisionales.

Según lo anterior, es posible afirmar que el estado de Nicaragua es culpable de la


violación de los derechos de la Comunidad indígena, ya que ellos accedieron al
aprovechamiento forestal del bosque siempre y cuando existiera un común
acuerdo entre el estado, los pobladores del bosque y las empresas, pero esto no
sucedió con la creación de la concesión con SOLCARSA. Después de agotar los
recursos y seguir rigurosamente el conducto reglar de los procesos, la corte
concluyó que el estado violó el artículo 25 de la Convención Americana, además,
se violó el artículo 21, el cual hace referencia al derecho a la propiedad privada,
asimismo la corte consideró que los artículos 4, 11, 12, 16, 17, 22 y 23 sí fueron
violados por el estado de Nicaragua.

Finalmente, la Corte decide que el estado está en la obligación de delimitar,


demarcar y titular las respectivas tierras que pertenecen a los miembros de la
comunidad, en pocas palabras el estado debe reparar a la comunidad, entre estas
reparaciones se encuentra la inversión de 50.000 dólares para obras y servicios
de interés colectivo que beneficien a la comunidad, sumado a eso se deben pagar
30.000 dólares por los gastos y costes en los que incurrieron los miembros de la
comunidad; el estado debe rendir un informe cada seis meses ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos y los miembros de la comunidad deben
cumplir con los acuerdos pactados con el Estado.
REFERENCIAS

 de Oliveira Mazzuoli, V., & de Faria Moreira Teixeira, G. (2015). Protección

jurídica del medio ambiente en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de

Derechos Humanos. Revista Internacional de Derechos Humanos, 5.

https://www.revistaidh.org

 Corte Interamericana de Derechos Humanos. (2001, 31 agosto). Caso de la

Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua.

https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/Seriec_79_esp.pdf

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