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Derecho al medio ambiente sano y personas

afrodescendientes
En el marco del Sistema Universal, en relación con los derechos medioambientales
tenemos:

• El artículo 24 de la Convención sobre los Derechos del Niño llama a los


Estados a adoptar medidas para reducir los riesgos de contaminación del
medio ambiente y promueve el saneamiento ambiental.

• El Acuerdo de París, artículos 6 y 7, sostiene que los Estados cooperarán para


implementar medidas que promuevan el desarrollo sostenible y la integridad
ambiental, así como de estrategias para reducir la vulnerabilidad al cambio
climático.

• La Declaración de Río Sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, contempla en


su principio 23 que debe protegerse el medio ambiente y los recursos
naturales de los pueblos sometidos a opresión y ocupación.

• El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública


y Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe
refiere compromisos de incorporar y tener debidamente en cuenta a las
poblaciones en situación de vulnerabilidad en dichas áreas.

Sobre el derecho a un medio ambiente sano, la CIDH destaca el Protocolo de San Salvador
como el primer instrumento vinculante interamericano que reconoce y exige la
protección de dicho derecho de manera expresa. A su vez reviste de importancia el
artículo 26 de la CADH y el artículo 9 de la Declaración Americana, las cuales por vía
interpretativa realizada por la Corte IDH y la Comisión, también incluyen dicho derecho;
esto, al igual que la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos
Humanos de las Personas Mayores, que establece en su artículo 25 que “la persona mayor
tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con servicios públicos
básicos”.

Por su parte la Carta Democrática Interamericana, la Carta Social de la Américas y la


Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas también tienen
referencias relacionadas al derecho a un medio ambiente sano.
En ese sentido, la Comisión entiende que este derecho es una precondición necesaria
para el ejercicio de varios derechos de rango fundamental en el caso de las comunidades
afrodescendientes y pueblos tribales; toda vez que la calidad medioambiental mínima
puede verse afectada por el deterioro de sus territorios y recursos naturales.
Consecuentemente, los vínculos entre el cambio climático y la ocurrencia de desastres
ambientales cada vez más recurrentes amenazan el ejercicio de varios derechos
humanos, incluyendo la generación del desplazamiento forzado de personas y el
aumento de la desigualdad y la pobreza de los sectores en mayor situación de
vulnerabilidad. Toda política pública y marco normativo que se implemente en relación
con la mitigación, adaptación y resiliencia al cambio climático, así como para enfrentar
los daños ambientales significativos deben, por ende, realizarse con un enfoque de
derechos e incluir los impactos y vulneraciones producidas por las empresas, incluyendo
a las agentes de financiamiento e inversión.

Así, en el sistema interamericano no sólo se ha reconocido la existencia de una relación


incuestionable entre la protección del medio ambiente y la realización de otros derechos
humanos de la población en general, sino además su particular relación con los territorios
colectivos y recursos naturales de los pueblos indígenas y tribales. Al respecto, existe
evidencia de pueblos tribales que se han visto afectados por el desarrollo de
megaproyectos que van en contravía de las tradiciones culturales y de la protección al
medio ambiente, limitando sus actividades tradicionales, e incluso, la misma
subsistencia.

En ese sentido, la CIDH entiende que la discriminación racial estructural presente en las
instituciones de los Estados resulta en la ausencia de enfoques étnico-raciales que tomen
en consideración las necesidades históricas de esas personas en la planificación, diseño
e implementación de las políticas ambientales. Esa desigualdad racial, en el marco de la
justicia climática, representa una grave amenaza para el goce de los derechos humanos,
en especial los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de las personas
afrodescendientes y comunidades tribales.

Puedes leer el comunicado de prensa de la CIDH aquí.

Cabe señalar que sobre el particular, algunas Cortes de orden nacional, como la Corte
Constitucional de Colombia, prefieren dialogar sobre la base de los denominados
derechos bioculturales que tienen los pueblos afrodescendientes tribales de administrar
de forma autónoma sus territorios y los recursos naturales; espacios colectivos en donde
se construyen las tradiciones culturales y formas de vida basadas en la relación que
tienen con el medio ambiente y la biodiversidad. Consecuentemente, los derechos que
surjan del reconocimiento de la conexión entre territorio y comunidad étnica no pueden
comprenderse de forma aislada, ya que son interdependientes entre sí.
En ese sentido, la CIDH ha tomado nota de legislaciones nacionales que abordan los
derechos territoriales de las comunidades afrodescendientes en las Américas, como son
los casos de:

• Brasil con varias disposiciones normativas que regulan la identificación,


reconocimiento, delimitación, demarcación y titulación de tierras ocupadas
por comunidades quilombolas, señalando que los títulos otorgados son de
carácter colectivo y, por tanto, imprescriptibles e inalienables.

• Colombia con la Ley No. 70 de 1993 que reconoció a las comunidades


afrodescendientes tribales que habían ocupado tierras baldías en las zonas
rurales ribereñas, el derecho a la propiedad colectiva de estos territorios que
son de uso colectivo y por consiguiente inalienables, imprescriptibles e
inembargables. Asimismo, ese mismo Estado le reconoció el derecho a la
restitución de tierras, reparación integral individual y colectiva a las
comunidades afrodescendientes, raizales y palenqueras que hayan sido
víctimas de daños colectivo, individual con efectos étnicos colectivos, a la
integridad cultural, por racismo y discriminación racial, ambiental y
territorial, en el marco del conflicto armado interno

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