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Butirato: conócelo mejor

El butirato, ácido butírico o ácido butanoico, es un ácido graso de cadena corta. Se


obtiene de la fermentación de la fibra dietética por las bacterias presentes en nuestro
intestino grueso o colon. En concreto, aquellas que pertenecen al género Firmicutes. El
butirato es uno de los “mensajeros” que conectan la microbiota intestinal con la salud
metabólica del huésped. Precisamente por esta razón, se ha añadido a la literatura
científica un término nuevo para referirnos a este tipo de moléculas: los postbióticos.

A modo de recordatorio, repasamos:

–Prebiótico: Productos o complementos alimenticios no digeribles que estimulan el


crecimiento de especies bacterianas simbióticas. Ej: almidón resistente

–Probiótico: Alimentos o complementos alimenticios que contienen microorganismos


vivos, que en cantidades adecuadas, ejercen un efecto beneficioso en la salud del
huésped. Ej: cepas de Lactobacillus bulgaricus presentes en el yogurt.

-Postbiótico: Moléculas activas secretadas por bacterias intestinales o liberadas tras la


lisis bacteriana que ejercen un efecto beneficioso en la salud del huésped. Ej: butirato
obtenido por la fermentación del almidón resistente por parte de Faecalibacterium
prausnitzii.

Pero ¿qué es lo que hace realmente el butirato y por qué es tan beneficioso? El ácido
butírico es una molécula clave para el funcionamiento, mantenimiento y restablecimiento
de la integridad de dos de las tres capas que conforman la barrera intestinal: mucosa y
epitelio.

Funciones del butirato :


Aunque son múltiples, sus beneficios más destacados son:

 Es la principal molécula utilizada por las células del colon para generar energía.
 Tiene potentes propiedades inmunomoduladoras y antioxidantes.
 Potencia la actividad de los macrófagos.
 Es un potente antiinflamatorio ya que regula la actividad de NF-ƙB.
 Estimula la producción de mucus intestinal por parte de Akkermansia muciniphila lo
que disminuye la permeabilidad intestinal.
 Favorece la reparación de las “tight junctions” (uniones estrechas) intestinales. Su
reparación se traduce en mejora de la permeabilidad intestinal.
 La investigación sigue en curso y todavía se necesita recopilar más datos, pero está
dando resultados prometedores en animales como antitumoral en cáncer colorrectal.
 Mejora la sensibilidad a la insulina y favorece el control de la glucemia.
 Tiene efectos reguladores sobre el peso corporal y la composición corporal.
Ejerce un efecto anorexígeno ya que activa la secreción de hormonas implicadas en
la saciedad.
Papel del butirato en la enfermedad inflamatoria intestinal:
No sabemos si “fue antes el huevo o la gallina”. No está muy claro si es la propia
patología la que altera la microbiota intestinal, o es la alteración de la microbiota la que
genera la patología. Lo que sí puede afirmarse, es que un cambio en la microbiota
intestinal afecta negativamente a la capacidad del epitelio intestinal para aprovechar los
ácidos grasos de cadena corta como fuente de energía.

Una dieta con bajo contenido en fibra, nutriente a partir del cual se produce butirato,
deteriora la microbiota. Si las principales bacterias productoras de butirato están
disminuidas, no pueden utilizar la fibra que ingerimos forma correcta.

La administración de ácido butírico viene ensayándose desde hace años en el contexto de


las patologías intestinales, principalmente en aquellas que cursen con inflamación del
epitelio intestinal y con aumento de la permeabilidad intestinal.

El uso de butirato por parte de las células del colon produce 70-80% de su energía.
Durante el proceso, de generación de energía, el butirato es oxidado. Esto provoca que el
oxígeno no esté tan disponible en el medio para ser utilizado por bacterias que no son
beneficiosas. Al mantenerse la anaerobiosis luminal (falta de oxígeno en el intestino), se
favorece el desarrollo de la microbiota que no lo necesita, la cual produce moléculas
antiinflamatorias beneficiosas.

El butirato se está postulando como posible tratamiento para algunos tipos de


cáncer como el colorrectal. No obstante, queda mucho camino por recorrer en este
sentido.

En múltiples estudios, se ha observado que los pacientes con EII existe una menor
abundancia de bacterias productoras de butirato y contenido de butirato en sí. Como se
reduce el proceso de oxidación del butirato, y aumenta la presencia de oxígeno disponible,
se favorece el desarrollo de bacterias patógenas productoras de moléculas inflamatorias.
Esta es una de las razones por las que aumenta la disbiosis, la alteración de la función de
barrera y por tanto, la permeabilidad intestinal.

Vitamina D y butirato, una sinergia fundamental :


El ácido butírico producido por la microbiota intestinal aumenta la expresión de VDR.
VDR, a nivel genético, es el receptor que se une a la vitamina D. Varios estudios sobre
el efecto de la vitamina D y su receptor (VDR) sobre la microbiota intestinal, han
demostrado funciones esenciales de la vitamina D para mantener un ambiente intestinal
saludable.

Parte de la síntesis de vitamina D se produce en el mucus del colon. Al interactuar con


VDR, se producen AMP (péptido antimicrobianos). Los AMP son moléculas que luchan
contra bacterias patógenas.

Por otro lado, la vitamina D favorece la producción y reparación de las “uniones estrechas”
(tight junctions) entre las células epiteliales. La insuficiencia de vitamina D favorece una
mayor susceptibilidad de la membrana al daño y aumenta significativamente el riesgo
de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.

Como se mencionó anteriormente, las interacciones de la vitamina D y VDR contribuyen a


prevenir la invasión de patógenos, suprimen la inflamación y proporcionan integridad
celular.

Por último, esta relación sinérgica aumenta las bacterias beneficiosas comensales
como Lactobacillus plantrum o Akkermansia muciniphila y reduce las patógenas
como Porphyromonas spp.

Butirato en la dieta, ¿De dónde podemos obtenerlo?


En este punto, debemos retomar el tema de los “prebióticos”, aquellos alimentos que
estimulan el crecimiento bacteriano. En este caso, el prebiótico por excelencia será la fibra
que obtendremos de vegetales y frutas.

El esquema, es sencillo: al aportar fibra a las bacterias, ellas producirán butirato. Es una
simbiosis perfecta. Los carbohidratos complejos de los vegetales que ingerimos, llegan
casi intactos al intestino, donde sirven de alimento a las bacterias. El butirato producido
por estas, “alimenta” a las células epiteliales del intestino para que puedan producir
energía.

Alimentos interesantes ricos en fibra a incluir en nuestra alimentación son:

 Legumbres: guisantes, lentejas alubias.


 Vegetales: Brécol, nabo, col, coliflor, cebollas, espárragos.
 Frutas: Frambuesa, pera, manzana, plátano, naranja, fresa.
 Cereales integrales
 Frutos secos: almendras, pistachos.
 Patata hervida y enfriada durante 24 h en la nevera

Las mujeres deben tratar de comer por lo menos de 21-25 gramos de fibra al día, mientras
que los hombres deben tratar de comer de 30-38 gramos al día.

¿Cuál es el problema? Que en caso de padecer una EII o Síndrome de Colon Irritable, la
fibra al principio puede generarnos algo más de malestar. Se produce mucho gas y
aumenta el bolo fecal. Por este motivo, para controlar posibles déficits y
evitar sintomatologías molestas, es necesario realizar una dieta bajo supervisión
profesional. El nutricionista guiará los pasos del paciente, para eliminar o añadir alimentos
en el momento correcto. Incluso si hay dificultad de introducir la fibra necesaria en la dieta,
se puede valorar el uso de utilizar suplemento de butirato formulados correctamente y de
alta calidad.

También aparece la opción de suplementar directamente butirato para aprovechar aún


más sus propiedades y reducir la inflamación, ya que con la dieta lo que hacemos es
estimular la producción de butirato por parte de las bacterias

Autora: Violeta Cepeda, farmacéutica y estudiante de nutrición humana y dietética

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