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Pero ¿qué es lo que hace realmente el butirato y por qué es tan beneficioso? El ácido
butírico es una molécula clave para el funcionamiento, mantenimiento y restablecimiento
de la integridad de dos de las tres capas que conforman la barrera intestinal: mucosa y
epitelio.
Es la principal molécula utilizada por las células del colon para generar energía.
Tiene potentes propiedades inmunomoduladoras y antioxidantes.
Potencia la actividad de los macrófagos.
Es un potente antiinflamatorio ya que regula la actividad de NF-ƙB.
Estimula la producción de mucus intestinal por parte de Akkermansia muciniphila lo
que disminuye la permeabilidad intestinal.
Favorece la reparación de las “tight junctions” (uniones estrechas) intestinales. Su
reparación se traduce en mejora de la permeabilidad intestinal.
La investigación sigue en curso y todavía se necesita recopilar más datos, pero está
dando resultados prometedores en animales como antitumoral en cáncer colorrectal.
Mejora la sensibilidad a la insulina y favorece el control de la glucemia.
Tiene efectos reguladores sobre el peso corporal y la composición corporal.
Ejerce un efecto anorexígeno ya que activa la secreción de hormonas implicadas en
la saciedad.
Papel del butirato en la enfermedad inflamatoria intestinal:
No sabemos si “fue antes el huevo o la gallina”. No está muy claro si es la propia
patología la que altera la microbiota intestinal, o es la alteración de la microbiota la que
genera la patología. Lo que sí puede afirmarse, es que un cambio en la microbiota
intestinal afecta negativamente a la capacidad del epitelio intestinal para aprovechar los
ácidos grasos de cadena corta como fuente de energía.
Una dieta con bajo contenido en fibra, nutriente a partir del cual se produce butirato,
deteriora la microbiota. Si las principales bacterias productoras de butirato están
disminuidas, no pueden utilizar la fibra que ingerimos forma correcta.
El uso de butirato por parte de las células del colon produce 70-80% de su energía.
Durante el proceso, de generación de energía, el butirato es oxidado. Esto provoca que el
oxígeno no esté tan disponible en el medio para ser utilizado por bacterias que no son
beneficiosas. Al mantenerse la anaerobiosis luminal (falta de oxígeno en el intestino), se
favorece el desarrollo de la microbiota que no lo necesita, la cual produce moléculas
antiinflamatorias beneficiosas.
En múltiples estudios, se ha observado que los pacientes con EII existe una menor
abundancia de bacterias productoras de butirato y contenido de butirato en sí. Como se
reduce el proceso de oxidación del butirato, y aumenta la presencia de oxígeno disponible,
se favorece el desarrollo de bacterias patógenas productoras de moléculas inflamatorias.
Esta es una de las razones por las que aumenta la disbiosis, la alteración de la función de
barrera y por tanto, la permeabilidad intestinal.
Por otro lado, la vitamina D favorece la producción y reparación de las “uniones estrechas”
(tight junctions) entre las células epiteliales. La insuficiencia de vitamina D favorece una
mayor susceptibilidad de la membrana al daño y aumenta significativamente el riesgo
de Enfermedad Inflamatoria Intestinal.
Por último, esta relación sinérgica aumenta las bacterias beneficiosas comensales
como Lactobacillus plantrum o Akkermansia muciniphila y reduce las patógenas
como Porphyromonas spp.
El esquema, es sencillo: al aportar fibra a las bacterias, ellas producirán butirato. Es una
simbiosis perfecta. Los carbohidratos complejos de los vegetales que ingerimos, llegan
casi intactos al intestino, donde sirven de alimento a las bacterias. El butirato producido
por estas, “alimenta” a las células epiteliales del intestino para que puedan producir
energía.
Las mujeres deben tratar de comer por lo menos de 21-25 gramos de fibra al día, mientras
que los hombres deben tratar de comer de 30-38 gramos al día.
¿Cuál es el problema? Que en caso de padecer una EII o Síndrome de Colon Irritable, la
fibra al principio puede generarnos algo más de malestar. Se produce mucho gas y
aumenta el bolo fecal. Por este motivo, para controlar posibles déficits y
evitar sintomatologías molestas, es necesario realizar una dieta bajo supervisión
profesional. El nutricionista guiará los pasos del paciente, para eliminar o añadir alimentos
en el momento correcto. Incluso si hay dificultad de introducir la fibra necesaria en la dieta,
se puede valorar el uso de utilizar suplemento de butirato formulados correctamente y de
alta calidad.