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DESCARTES: EL RACIONALISMO

-Método filosófico: procedimiento basado en unas reglas definidas por el cual se pretende alcanzar la verdad filosófica. A partir del surgimiento de la ciencia moderna la
filosofía hace de esta cuestión un asunto central, ya que afecta al valor y al alcance del conocimiento.
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- Sistema filosófico: conjunto de verdades filosóficas obtenidas mediante el empleo de un determinado método; se conoce también como doctrina

1.- EPISTEMOLOGÍA: EL MÉTODO CARTESIANO

En la Segunda Parte del Discurso del método, expone las reglas del método precedidas de las circunstancias que rodearon su descubrimiento.

Descartes tiene claro que la ciencia no depende sólo del talento, sino del método que se emplee. Para buscar ese método sigue el camino de la interioridad -como ya había
hecho San Agustín- y va a abandonar tanto los libros como “el gran libro del mundo” ya que advertía tanta diversidad de opiniones entre los libros como entre los hombres.
No quiere guiarse por nadie, dice que el edificio es tanto más esbelto cuando es concebido y realizado por un solo arquitecto que cuando es concebido por uno y realizado por
otros.

¿Qué es el método?

Lo define como un conjunto de reglas que observadas no dejan pasar lo falso por lo verdadero.

Son cuatro reglas, la primera de ellas se refiere a la intuición y las restantes a la deducción:

1.- Regla de la evidencia: empezar por algo que sea evidente y no aceptar como verdadero algo que no lo sea.

“El primero [precepto] consistía en no recibir ninguna cosa por verdadera que no la conociese con evidencia que era tal, es decir, evitar con todo cuidado la precipitación y la prevención, y no
comprender en mis juicios nada más que lo que se presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que no tuviese ocasión alguna para ponerlo en duda”

Se trata de no aceptar como verdadero aquello que no sea evidente. Para él la evidencia consiste en la intuición intelectual de una idea clara y distinta. No hay intuición ni
evidencia sensible, sino que es de orden puramente intelectual:

“Entiendo por intuición no el testimonio fluctuante de los sentidos o el juicio falaz de una imaginación que compone mal, sino la concepción de una mente pura y atenta tan fácil y distinta, tan
fácil y distinta, que en absoluto quede duda alguna sobre aquello que entendemos; o, lo que es lo mismo, la concepción no dudosa de una mente pura y atenta, que nace de la sola luz de la
razón”

El contenido de esa intuición es la idea clara y distinta. Una idea es clara cuando se advierten todos sus elementos y es distinta cuando no se puede confundir con ninguna otra.

La idea clara y distinta es de naturaleza simple y por ello es conocida toda entera desde el momento en que es comprendida. Pero existe un número pequeño de ideas simples,
la mayoría son compuestas, y por tanto hay que encontrar la manera de reducirlas a ideas simples. Es lo que quiere conseguir con los tres preceptos o reglas siguientes:
análisis, síntesis y enumeración completa (regla de la revisión)

2.- Regla del análisis o división (por intuición): consiste en dividir las dificultades en tantas partes como sea posible para mejor resolverlas. Lo complejo (lo que proviene de
la experiencia) se reduce a sus partes mas simples, es decir, evidentes. De este modo podemos obtener unas intuiciones primeras, cuyo fruto son ideas claras y distintas que
serán el punto de partida de nuestro conocimiento.

El análisis supone no sólo la descomposición en elementos simples, sino un procedimiento de reducción de lo desconocido a lo conocido, remontándose a los principios de los
que depende.

3.- Regla de la síntesis (orden) (por deducción): consiste en comenzar por lo más fácil para llegar gradualmente a lo más difícil y complicado. Es un complemento de la
anterior porque nos permite pasar de las ideas más simples y seguras a otras nuevas y más complejas.

Para establecer ese orden en los pensamientos yendo de lo simple a lo complejo es necesario realizar sucesivas síntesis (reconstruir lo complejo partiendo de lo simple o
componer nuevos conocimientos a partir de los ya conocidos).

En este procedimiento se aplica la deducción operación de la mente que consiste en derivar una idea a partir de otra que conocemos con certeza.

4.- Regla de la revisión: consiste en hacer una revisión general después de haber cumplido las otras tres para tener la certeza de no haber omitido nada. Se busca la seguridad
de no errar en el desarrollo del método, se comprueba que el análisis ha sido completo y que la síntesis se ha realizado correctamente. Se asegura así el enlace entre intuición y
deducción.
2.- SISTEMA METAFÍSICO DE DESCARTES
2.1 LA DUDA METÓDICA

El primer paso de la filosofía cartesiana, como consecuencia de la regla de la evidencia es la duda. Si queremos llegar a una certeza evidente lo primero que tenemos que hacer
es comenzar a dudar de todo, es decir, rechazar como absolutamente falso aquello de lo que pudiera imaginar la menor duda. Se trata de una duda que va a afectar a toda la
realidad, tanto al mundo exterior como al propio cuerpo.

Descartes consideró que había distintas razones para dudar:


-
Por las opiniones contrarias de los filósofos
-
Por el engaño del conocimiento sensible, dado que los sentidos nos engañan con frecuencia

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Oxford

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-
El argumento onírico: no es posible distinguir con absoluta certeza entre la vigilia y el sueño. En el sueño vemos cosas como si fuesen reales, ¿no podría ser que
toda la vida fuese un sueño?
-
Hipótesis del genio maligno: si Dios no puede engañarme porque es infinitamente bueno, ¿no habría un genio maligno que ponga todo su arte en engañarnos?

La conclusión a la que llega en que hay que dudar de todo pues si excluyese alguna cosa de la duda podría ser la puerta por donde entrase el error. [No obstante excluye de esa
duda lo que llama moral provisional, ésta comprende las verdades de fe, algunos principios morales y algunos principios evidentes de las matemáticas (p.e. el todo es mayor
que las partes)]

Características de la duda:
-
Es una duda universal para poder tener absoluta certeza de no engañarme
-
Es una duda positiva pues nos ha dicho las razones que tiene para dudar
-
Es una duda metodológica, se emplea solamente como método para llegar al conocimiento de la verdad. En esto se distingue de los escépticos que dudan que
podamos conocer la verdad; Descartes admite la posibilidad de conocer la verdad y emplea la duda como método para llegar a ella. Por tanto no es un estado permanente, sino
un proceso inicial que convienen realizar una vez en la vida.

🡪¿Podemos dudar de todo?

Responde diciendo que no, que hay algo de lo que no podemos dudar y esto es la propia existencia: si pienso, existo. Sea soñando o sea despierto, sea con verdad o sea en el
error, hay algo evidente: y, si pienso existo. Mi existencia como sujeto que piensa está exenta de todo error y de toda duda posibles.

La duda nos ha llevado al conocimiento de la primera certeza, de la que no podemos dudar aunque queramos: “Pienso, luego existo”. Este será el primer fundamento o
principio que andaba buscando para construir la filosofía.

Descartes no es original por señalar ese hecho de conciencia como cierto e indubitable pues ya lo había señalado Aristóteles: por el mismo hecho de que pensamos o sentimos,
existimos; y también San Agustín había dicho: aunque me engañe, existo.

La originalidad de Descartes consiste en haber puesto este hecho de conciencia para fundamentar la filosofía. Antes de él se partía del mundo de las cosas o del ser
trascendente, Descartes parte del yo y desde el yo pretende construir todo el saber.

Criterio de certeza / criterio de verdad

Mi existencia como sujeto pensante no es sólo la primera verdad y la primera certeza, es también el prototipo de toda verdad y de toda certeza. Y esto es así porque lo
percibo con claridad y distinción.

Al encontrarse con una verdad cierta e indubitable “el cogito” establece el criterio de verdad: es, pues, la idea clara y distinta, todo lo que yo vea con claridad y distinción.

Este criterio no es suficiente para garantizar la verdad de otros conocimientos, por eso debe completarse con un segundo criterio: la veracidad infalible de Dios. Él es quien
garantiza la verdad de otros conocimientos.
2.2 LA METAFÍSICA O ESTRUCTERA DE LA REALIDAD (Del pensamiento a la realidad)

Cuando Descartes comienza la construcción del edificio de su filosofía se da cuenta que no se puede deducir toda la realidad del simple hecho del yo pensante y tiene que
admitir, además del yo, otras dos clases de sustancias: Dios y el mundo.

La realidad queda estructurada o configurada por tres sustancias:


-
Dios, sustancia infinita, perfecta, eterna, inmutable, que no necesita de nadie y de nada para existir, por la que existe todo.
-
El alma o sustancia pensante (“ser humano”), se distingue de al anterior porque es creada y finita.
-
Mundo corpóreo o “res extensa”, sustancia que no piensa, creada, imperfecta y finita.

Concepto de sustancia:

Este concepto es fundamental en todos los filósofos racionalistas. Descartes define la sustancia como aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa
para existir.

Descartes se da cuenta que esta definición, tomada en sentido estricto, sólo se podía aplicar a Dios, puesto que es el único que no necesita de ninguna otra cosa para existir.

La solución la encuentra diciendo que el término sustancia no se aplica en el mismo sentido a Dios y a las criaturas, sino que se aplica de manera análoga. Dios es la sustancia que no necesita de nadie para
existir, tiene independencia absoluta, mientras que las demás sustancias tienen una independencia relativa, una vez que existen no necesitan de ninguna otra cosa para continuar existiendo. Esa independencia
está en relación con la independencia mutua entre la sustancia pensante y la sustancia extensa que no necesitan la una de la otra para existir.

El orden que sigue Descartes respecto a la sustancia es el siguiente:

1- El yo, como conclusión de la duda metódica. Constituye la primera verdad evidente: “Pienso,

luego existo”.

2- Dios como garantía del criterio de verdad.

3- El mundo, pues Dios no puede permitir que yo me engañe cuando percibo la existencia de las cosas exteriores a mí.
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1. Sustancia pensante: el alma o la idea del yo pensante

«Pero inmediatamente después caí en la cuenta de que, mientras de esta manera intentaba pensar que todo era falso, era absolutamente necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo; y
advirtiendo que esta verdad: pienso, luego existo, era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos eran incapaces de conmoverla, pensé que podía aceptarla sin
escrúpulo como el primer principio de la filosofía que andaba buscando”.

La duda es pues totalmente imposible ante la evidencia concreta del hecho del pensamiento y la existencia del sujeto pensante.
🡪 2
Pienso, luego existo como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.

Este no es un simple racionamiento, sino que es una intuición: la captación inmediata de una naturaleza simple: “veo claramente que para pensar hay que existir”. El acto de
pensar constituye la existencia de un sujeto pensante.

Para Descartes hay identidad entre el pensamiento y la conciencia, no hay pensamiento inconsciente: “con el nombre de pensamiento entiendo todo lo que sucede en nosotros
de manera que somos inmediatamente conscientes de ello”. El pensamiento en él tiene un sentido amplio: sentir, imaginar, querer, dudar… son pensamientos.
[ANTROPOLOGÍA]
El “yo” consciente es una “res cogitans”, una cosa pensante :

“Conocí por esto que yo era una sustancia

cuya completa esencia o naturaleza consiste sólo en pensar, y que para existir no tiene necesidad de ningún lugar ni depende de ninguna cosa material; de modo que este yo, es
decir, el alma, por la que soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo, y hasta más fácil de conocer que él, y aunque él no existiese, ella no dejaría de ser todo lo que
es.»

El yo es un alma cuyo atributo esencial es el pensamiento. El alma es una sustancia espiritual


distinta e independiente del cuerpo. El espíritu comparado con el cuerpo es más conocido, más evidente y más cierto.

El alma posee además ideas innatas. Descartes distingue tres tipos de ideas:
-
Adventicias o adquiridas por mi, son el resultado de una percepción, provienen de la experiencia del mundo exterior
-
Facticias o inventadas por mi, se construyen en la mente a partir de otras ideas, p.e. la idea centauro, de sirena.
-
Innatas o naturales: las que posee el pensamiento en sí mismo, son pocas pero son las más importantes. Entre estas ideas Descartes descubre la idea de infinito,
que identifica con la idea de Dios, también estarían la idea de existencia, de unidad o el principio de no contradicción.

El alma y el cuerpo. A diferencia de los demás seres el hombre es aquel en el que se encuentran a la vez dos sustancias radicalmente distintas entre sí: la res cogitans y la res
extensa. El alma es una realidad inextensa, mientras que el cuerpo es extenso.

De este modo queda salvaguardada la autonomía del alma con respecto a la materia. La ciencia
“imponía” una concepción mecanicista y determinista del mundo material, no dejaba lugar para la
libertad. Para salvaguardar la libertad humana y los valores espirituales que posee el alma era necesario situarla en una esfera de realidad autónoma e independiente de la
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materia)

[La características de los cuerpos es la extensión sin embargo la sustancia alma es inextensa. Cuerpo y alma son realidades distintas con naturalezas distintas. El cuerpo no
puede pensar y el alma es la esencia del ser humano y puede existir sin el cuerpo. Pensar no depende de nada material. Descartes expone una concepción dualista del ser
humano, es una unión de ambas sustancias que son independientes. Decir que soy una cosa que piensa es lo mismo que afirmar que soy una mente, un alma, un intelecto.
Ahora bien, aunque la naturaleza de las dos sustancias requiera que estén separadas, el grado de integración de mi cuerpo con mi alma es tan estrecho que ambas forman una
totalidad, una interacción.

El dualismo alma-cuerpo dejó abierto un gran debate a la posteridad centrado en cómo podrían interactuar si son tan distintas. Descartes recurrirá a la glándula pineal, situada
en el cerebro, como el punto desde el que el alma acciona sobre el cuerpo como desde un puesto de mando. La solución no parecía muy satisfactoria. Concluyó que el alma
controla las pasiones sin dejarse dominar por ellas.

El dualismo cartesiano condiciona también la libertad de voluntad humana. En relación con el cuerpo todo se rige por leyes naturales que son mecánicas. Solo el alma es libre.
Por su libertad el ser humano tiene capacidad de autonomía, la subjetividad racional decide sin que ninguna fuerza ajena lo impida. La libertad es exclusiva del ser humano. El
yo como sustancia pensante posee dos facultades: el entendimiento o razón y la voluntad o facultad de querer. Esta última se caracteriza por ser libre. La libertad consiste en
elegir lo que la razón propone como bueno y verdadero. Las pasiones son propias del cuerpo, son involuntarias y con frecuencia en desacuerdo con la razón. Descartes no las
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considera totalmente negativas, no se trata de eliminarlas sino de ordenarlas, someterlas a la razón, para así encontrar el camino del bien .]

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[Descartes distingue dos clases de principios:
- Abstractos o formales, como el principio de no contradicción, que dirigen el pensamiento pero no nos dan a
conocer ninguna cosas existente
- Reales, como el “cogito”, que nos dan a conocer existencias (cosas reales)]
3
Anaya, p. 194
4
Apuntes MP

3
2. Dios o la sustancia infinita (o la idea de ser perfecto)

Entre las ideas que la conciencia posee se encuentra la idea innata de Dios.

“Bajo el nombre de Dios entiendo una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente todopoderosa y por la cual yo mismo y todas las demás cosas que
existen (si es verdad que existen cosas) hemos sido creadas y producidas”.

La primera preocupación de Descartes es demostrar la existencia de Dios, dado que Él es el fundamento de nuestra certeza. Ofrece así tres pruebas de la existencia de Dios.
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En las dos primeras utiliza un argumento de causalidad
-
La idea de Dios en mí: no puede haber sido adquirida por mí, puesto que fuera no hay nada así (no es adventicia), tampoco puede haber sido inventada por mí
porque mi mente es imperfecta y finita y no lo infinito no puede proceder de lo finito. Por tanto es una idea innata que ha sido puesta en mí por el ser perfecto e infinito. Dios
es la causa de la idea de Dios que encontramos en nosotros.
-
Dios es causa no sólo de su idea en mí, sino de mi existencia. El punto de partida es la existencia del yo como un ser imperfecto que posee la idea de lo perfecto.
Un ser imperfecto no puede darse el ser a sí mismo, luego debe existir un Dios causa de nuestra existencia.

El tercer argumento es el argumento ontológico (este argumento viene a coincidir con el argumento ontológico de San Anselmo). Demuestra la existencia de Dios por la
idea de Dios en sí misma. En la idea de un ser perfecto está comprendida la existencia de dicho ser, pues la idea de una cosa no existente no sería la idea de lo perfecto o
infinito, luego es evidente que Dios existe.

El punto de partida es que la idea de un ser sumamente perfecto es tan clara y distinta como la idea de que la suma de los tres ángulos de un triángulo es igual a dos rectos. La
diferencia es que del triángulo no se deduce su existencia, mientras que de la idea de Dios, sí, ya que perfección máxima y existencia se identifican.

La tercera prueba no se plantea como una demostración deductiva, sino como una intuición inmediata de al esencia o naturaleza de Dios, que incluye necesariamente su
existencia.

🡪 La veracidad divina tiene una función considerable en la metafísica cartesiana. Dios no puede engañar, pues el engaño supone siempre un defecto. De ello se sigue que la
luz natural del espíritu humano es recta puesto que ha sido creada por Dios.

Queda así definitivamente fundado el criterio de verdad: no es posible equivocarme en las cosas que me parecen evidentes porque el error provendría de Dios. La veracidad
divina garantiza el valor de las ideas claras y distintas: lo que concibo claramente es tal como se me presenta

3. El mundo o res extensa

La existencia del mundo es demostrada a partir de la existencia de Dios. Puesto que Dios existe y es infinitamente bueno y veraz no puede permitir que yo me engañe cuando
percibo con toda claridad que el mundo existe, luego el mundo existe.

Dios es pues la garantía de que a mis ideas les corresponda una realidad extramental que es el mundo.

[Existen los cuerpos, el mundo exterior (res extensa) pero Descartes tiene que justificar y demostrar su existencia. Lo hace a partir de la afirmación de la existencia de un Dios
bueno y veraz que es la garantía de que no está en un error al afirmar la existencia del mundo. La infinita bondad de Dios no permitiría que nos engañásemos al percibir los
cuerpos. La esencia de los cuerpos será la extensión. Para analizar las cualidades de los cuerpos, distingue dos tipos de cualidades:

- las primarias, son medibles y por tanto objetivas.

- las secundarias, solo existen en el pensamiento y por ello son subjetivas y causan sensaciones en el sujeto como el sabor o el dolor.

En el universo cartesiano todo se reduce a materia (al ser su esencia la extensión) y movimiento. Pero la materia no implica por sí misma el movimiento. El movimiento se
explica recurriendo a Dios como causa primera: Dios creo la materia y con ella el movimiento y conserva invariable en el universo la cantidad de movimiento, aunque el
movimiento esté continuamente transfiriéndose de un cuerpo a otro. Descartes deduce esto de la inmutabilidad divina. De dicha inmutabilidad también deduce las leyes
fundamentales de la física:

- primera ley: el principio de inercia: un cuerpo se conserva en el mismo estado y solo cambia por la acción de una causa externa

- segunda: principio de dirección del movimiento: todo cuerpo en movimiento tiende a moverse en línea recta

- tercera: principio de conservación del movimiento: si un cuerpo en movimiento se encuentra con otro cuerpo, cambia de dirección o arrastra al otro cuerpo si tiene más
fuerza, pero la cantidad de movimiento permanecerá constante en cualquiera de los dos casos.

En el universo cartesiano no hay causas finales, todo se explica por leyes mecánicas. Esta teoría se llama mecanicismo y se extiende, en Descarte, incluso a los cuerpos
6
vivos ].

5
Cfr. Historia de la Filosofía, Casals, p.184-85
6
Apuntes MP

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El mecanicismo y el compuesto humano

La teoría cartesiana sobre el movimiento difiere completamente de la aristotélica, que distinguió entre el cambio sustancial y el accidental. Para Descartes sólo puede haber
movimiento en la cantidad, que al identificarse con la extensión se reduce a movimiento local. El movimiento, por consiguiente, queda definido como una alteración en la
posición relativa de un cuerpo respecto a otros.

El movimiento es sólo el modo de las cosas. Lo esencial en las sustancias extensas es la extensión, por lo que, consideradas en sí mismas, son inertes. En consecuencia el
movimiento ha de originarse en una primera causa exterior, que Descartes situó en Dios. Éste confiere una cierta cantidad de movimiento al mundo que unos cuerpos
transmiten a otros por contacto extrínseco. Dios, que es inmutable en su ser y en su obrar, no interviene en el movimiento de los cuerpos, sino que solo lo conserva.

El universo así concebido es una máquina perfectamente diseñada por Dios.

Descartes aplicó estas teorías sobre el movimiento mecánico a los seres vivos –vegetales o animales-. De este modo, los animales serían semejantes a máquinas o autómatas,
constituidos por partes materiales que mueven a otras partes.

Asimismo el cuerpo humano queda sometido a la misma concepción mecanicista. Sin embargo, el ser humano difiere de los animales en que posee un alma que, aunque no es
principio del movimiento físico del cuerpo, sí lo dirige.

El ser humano es el resultado de la composición entre dos sustancias completamente distintas e independientes. Afirma que el hombre es principalmente un alma o mente que
se encuentra asociada a un cuerpo del que es plenamente autónoma. Este dualismo antropológico planteó el dilema de la “comunicación de las sustancias”: ¿cómo es posible
que dos sustancias completamente diferentes se relacionen entre sí?

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La solución la encontró Descartes relacionando el alma con un órgano que denominó glándula pineal y que situó en el cerebro. En la misma se registran todas las
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actividades y luego, a través de los nervios y la sangre, pasan al resto del cuerpo. Concluyó que el alma controla las pasiones sin dejarse dominar por ellas .

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ETICA DE DESCARTES

Descartes entiende por pasión aquellas percepciones o sentimientos que hay en nosotros y que afectan al alma sin tener su origen en ella. Su origen lo sitúa en las fuerzas
que actúan en el cuerpo, fuerzas que denomina espíritus vitales. Las pasiones, por tanto, son:

-
Involuntarias: aquellas cuya aparición escapa al control y dominio del alma racional ya que no se originan en ella.

-
Inmediatas, en cuanto que no dejan lugar para la reflexión.

-
No siempre son racionales, es decir, no siempre son acordes con la razón.

Por todo ello, las pasiones pueden imponer al alma una cierta servidumbre: “Las pasiones agitan diversamente la voluntad, y así hacen al alma esclava e infeliz.”

La actitud de Descartes ante las pasiones no es absolutamente negativa. No hay que rechazarlas o erradicarlas por principio, por el mero hecho de existir; no hay que
enfrentarse a las pasiones como tales, sino a la fuerza ciega con que tratan de arrastrar la voluntad humana de un modo inmediato, sin dejar lugar para la reflexión
razonable.

La tarea del alma en relación a las pasiones consiste en someterlas y ordenarlas conforme al dictamen de la razón. Es la razón la que descubre y muestra el bien que, como
tal, puede ser querido por la voluntad. La razón no suministra sólo el criterio, sino también la fuerza necesaria para oponerse a ellas

La libertad para Descartes (el yo como pensamiento y libertad)

Descartes había centrado todo en el “pienso luego existo”. El yo como sustancia pensante es centro y sujeto de actividades anímicas que, en último término, se reducen a dos
facultades, el entendimiento y la voluntad.

La voluntad se caracteriza por ser libre. La libertad ocupa el lugar central en la filosofía de Descartes.

-
La existencia de la libertad es indudable

-
Es la perfección fundamental del ser humano

-
El ejercicio de la libertad constituye una parte esencial del proyecto cartesiano

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Mecanicismo: explicación del universo material mediante cantidad y movimiento local, sin tener en consideración otros elementos cualitativos. La cualidad se reduce a cantidad por lo que el mundo se

concibe como una máquina cuyas piezas se mueven por contacto extrínseco de unas con otras (Casals, p. 187)
8
Ed. Casals, p. 187
9
SM, p. 160
10
Anaya, p. 198-9

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La libertad nos permite ser dueños de la naturaleza (el objetivo último del conocimiento es el dominio de la naturaleza) y ser dueños de nuestras propias acciones (entre las
acciones significativas está al decisión de dudar)

¿En qué consiste exactamente la libertad?

No consistirá en la mera indiferencia ni tampoco en la posibilidad absoluta de negarlo todo. La libertad consiste en elegir lo propuesto por el entendimiento como bueno y
verdadero.

El entendimiento será también el que descubre el orden de lo real procediendo de un modo deductivo-matemático.

🡪
El objetivo último de la filosofía de Descartes es ético: orientar la conducta humana, de manera que sea posible salvaguardar la libertad y, de este modo, asegurarse la
felicidad.

🡪
Descartes concede una importancia primordial al conflicto entre las pasiones y la libertad. El ser humano ha de oponerse a la fuerza ciega de las pasiones, para lo cual la
razón nos proporciona el criterio (juicios firmes) y la fuerza necesarios.

🡪
El yo (alma) tiene dos facultades: el entendimiento y la voluntad, que es libre.

🡪 11
Tenemos experiencia directa de nuestra libertad, que no es mera indiferencia, sino que consiste en elegir lo que el entendimiento propone como bueno y verdadero .

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Descartes no tuvo un interés teórico por la moral sino práctico. No elaboró una teoría moral sino que enumeró unas reglas que le permitan actuar en la vida. Estas reglas se
derivan del método:

.- Primera: hay que someterse a las costumbres y normas del país. Lo que busca es lograr la felicidad individual, siendo libre y viviendo tranquilo para lo cual era necesario
acomodarse a la sociedad en la que uno se encuentra.

.- Segunda: ser firme y resuelto en las acciones. A veces hay que actuar sin estar absolutamente seguros, porque no todo está en nuestro poder salvo los pensamientos.

.- Tercera. Los deseos personales tienen que ceder ante el orden del mundo al que no podemos imponernos. Hay que desear lo que se pueda alcanzar y olvidarse de lo que
sea imposible.

.- Cuarta. Cultivar la razón y progresar en el conocimiento de la verdad.

El cumplimiento de estas normas morales contribuye a salvaguardar la libertad y a que se pueda alcanzar la felicidad.

11
Ideas fundamentales, Anaya, p- 202
12
SM p. 161

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