Asociación Española de Psicología Sanitaria – AEPSIS

3. ¿Qué es el trauma?

Debes saber que, el trauma emocional que puede experimentar una persona se considera una
"herida psicológica" que puede ser provocada por diferentes situaciones, normalmente atípicas,
extraordinarias, abrumadoras y perturbadoras, que sobrepasan las experiencias consideradas
normales o comunes.

Estos eventos tan estresantes incluirían desde grandes desastres naturales, guerras, accidentes,
abusos…, “graves amenazas a la vida o a la integridad física, amenazas verdaderas o daños a los
hijos, cónyuge, familiares, amigos; destrucción súbita del hogar, de la comunidad; presenciar la
muerte o heridas graves de otra persona como resultado de un accidente o de un acto de violencia
física” (DSM-5).

También pueden referirse y englobar sucesos que, aparentemente son de menor trascendencia,
como, por ejemplo: una operación, una caída importante, un castigo, graves enfermedades,
desprotección, humillaciones, cambio de roles en la familia, migración a otra ciudad o país etc. Todas
estas situaciones también pueden ser vividas y experimentadas por el individuo como experiencias y
sucesos traumáticos.

La magnitud del daño psicológico producido por un acontecimiento traumático depende del
acontecimiento y también de la persona que ha vivido o ha sido testigo de este suceso, de su forma
de ser y sus circunstancias en el momento de producirse el acontecimiento.

Por otro lado, según algunos autores como McCann y Pearlman (1990), se puede considerar que un
suceso es traumático desde un punto de vista psicológico si es una amenaza o ataque que:

● Sucede de forma inesperada y es algo fuera de lo común.

● La persona que lo sufre no tiene recursos suficientes para hacer frente a esa amenaza o
ataque.

● Perturba su marco de referencia y los esquemas básicos que tiene esa persona para entender
y moverse en el mundo.

Para la Organización Mundial de la Salud, OMS, en su Clasificación Internacional de Enfermedades,

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CIE-10, explica que el trauma sucede cuando la persona ha experimentado un acontecimiento

estresante o situación (que puede ser breve o duradera) cuya composición y naturaleza es
excepcionalmente amenazadora o catastrófica, que podría provocar un profundo malestar y shock
en casi todo el mundo que lo viviera.

Diferencia entre estrés y trauma

Para entender adecuadamente el trastorno de estrés postraumático, es fundamental dejar claros los
conceptos de estrés, trauma y saber diferenciar entre ellos.

Según lo que hemos visto en el capítulo anterior, cuando la persona vive una situación estresante
que supone una amenaza para su bienestar, su organismo se activa y se prepara para hacer frente a
esa situación peligrosa o potencialmente peligrosa. Eso es el estrés.

Por otro lado, cuando la situación es tan peligrosa o abrumadora para la persona que no tiene
herramientas para gestionarla y no se ve capaz de defenderse, decimos que el suceso es traumático
y puede causar un malestar emocional profundo, que llamamos trauma.

A su vez, haber sufrido un trauma grave, nos predispone para pensar que el mundo es un lugar
peligroso y que nosotros no tenemos control sobre las cosas que nos pasan. Esto a su vez, hace que
activemos la respuesta fisiológica del estrés con más frecuencia. Esta situación de activación
fisiológica constante, junto con otros síntomas provocados por el trauma pueden desembocar en un
Trastorno por Estrés Agudo o en un Trastorno de Estrés Postraumático.

Estrés. Ante una situación peligrosa o potencialmente peligrosa para nuestro bienestar, se
activa una respuesta fisiológica que nos prepara para defendernos, huir, estar despiertos,
activos,… En definitiva, el estrés nos prepara para hacer frente a la situación.

Trauma. Ante una situación que podría tener graves consecuencias, como perder la vida o
a un ser querido, que es repentina y sobre la que sentimos que no tenemos control,
podemos sufrir un malestar emocional y psicológico profundo que llamamos trauma.

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Tipos de traumas

No todos los sucesos traumáticos provocan traumas graves ni todos los traumas provocan un
Trastorno de Estrés postraumático. Vamos a ver qué tipos de sucesos traumáticos existen y cuales
son los que con más facilidad pueden provocar un trauma severo.

Podemos clasificar los eventos traumáticos en función de la frecuencia y del tipo de exposición.

Según la frecuencia, podemos tener eventos traumáticos simples, que suceden una sola vez, y
eventos traumáticos que se repiten.

Eventos traumáticos simples:

● Son peligrosos, amenazadores, a menudo imprevistos y abrumadores para todo el mundo.

● Desastres naturales: inundaciones, terremotos...

● Desastres accidentales: coche, tren, explosión, accidente químico, avión, incendio...

● Desastres de diseño humano intencional: bombardeo, atentado terrorista, violación,

agresión, disparos...

Eventos traumáticos repetidos o prolongados:

● De origen natural. Exposición a la radiación, enfermedades...

● Ejecución humana intencional: abuso sexual, maltrato doméstico, prisioneros...

Según el tipo de exposición, podemos clasificar los sucesos traumáticos en función de si nos ha
ocurrido a nosotros, si les ha ocurrido a un familiar cercano o a un ser querido, si lo hemos sido
testigos de alguna manera.

Exposición directa

● La persona percibe una amenaza hacia sí misma en la que peligra su vida o su salud física o

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mental.
● La persona sufre un daño físico o psicológico de forma violenta e inesperada.

Exposición indirecta

● La persona percibe una amenaza hacia alguien querido.

● La persona es testigo de un suceso violento y repentino, en el que otras personas son
agredidas física o psicológicamente.
● Un familiar, amigo o cualquier otro ser cercano y querido padece un daño físico o psicológico
de forma violenta e inesperada.
● En nuestro trabajo estamos expuestos al trato continuado de víctimas de desastres,
accidentes o agresiones, como enfermeros/as, policías o bomberos/as.

Estos eventos pueden producir un trauma o daño psicológico que tendrá un nivel de gravedad
distinto en función del tipo de suceso experimentado y de las características y circunstancias de cada
persona. En función de su gravedad, podemos clasificar los traumas de la siguiente forma:

Traumas Tipo I:

● Hechos traumáticos simples.

● Experiencias traumáticas aisladas.

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● Hechos repentinos inesperados y devastadores.

● Duración limitada.

● Desastres naturales, accidentes de coche.

● Los hechos se recuerdan con detalle.

● Mayor probabilidad de síntomas de idea intrusiva, evitación y síntomas de hiperactividad.

● Recuperación rápida más probable.

Traumas Tipo II:

● Experiencias traumáticas repetidas, a veces durante años sin que la persona pueda ver un fin
a su sufrimiento.

● Traumas variables, múltiples, crónicos y permanentes.

● Con más probabilidad de ejecución humana intencional.

● Recuperación más lenta.