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Las ideas que presiden la obra de la gestalt son totalmente opuestas a los
principios del asociacionismo. Estas ideas se podrían definir como antiatomistas
(en la medida que rechazan la concepción del conocimiento como una suma de
partes preexistentes) y estructuralistas o antiasociacionista ya que conciben que la
unidad mínima de análisis es la estructura o la globalidad. Se rechaza la idea de
que el conocimiento tiene una naturaleza acumulativa de forma que cualquier
actividad o conducta puede descomponerse en una serie de partes arbitrariamente
separadas. Para la gestalt, la psicología debe estudiar el significado y este no este
no se puede dividir en elementos más simples. Por ello, las unidades de análisis
deben ser las totalidades significativas.
Estas formas tan distintas de aprender están presentes también en los humanos.
La repetición no causaría conexiones ciegas sino que ayudara a captar la relación
con los elementos dentro de la estructura. El sujeto aprende reinterpretando sus
fracasos y no solo a través del éxito.
Experiencia previa e insight: no se explica con claridad cuáles son los factores
desencadenantes del insight. Se considera un proceso repentino o inmediato. La
gestalt no proporciona una explicación sobre la influencia de la experiencia pasada
en la comprensión súbita de un problema. Se rescata la importancia de la
experiencia previa para la producción del insight. En situaciones con problemas
similares pero en situación nuevas el aprendizaje productivo se vería
obstaculizado por la fijeza funcional.
Las condiciones del insight: Vygotski criticaba a la gestalt por su incapacidad para
explicar los aspectos semánticos del conocimiento. El insight corresponde más a
una experiencia subjetiva irrepetible que a un hecho psicológico contrastable. Así
distinguen entre el pensamiento productivo y reproductivo; y en consecuencia
entre aprendizaje memorístico y comprensivo, siendo este último producto del
insight o reestructuración súbita del problema; concepto que queda vinculado al de
equilibrio.
Los cambios que precisa la escuela debe ir en el sentido que marca la nueva idea
de ciencia se debe preparar al alumnado para un futuro inexistente y brindándole
una formación que no esté al nivel de las necesidades de la sociedad en la que va
tener que vivir.
Huellas del pasado: Nadie niega el origen de las materias curriculares que tienen
lugar en la Grecia clásica. Pero si la historia hubiera transcurrido por otros
derroteros, si las preocupaciones científicas y sociales hubieran sido distintas,
nuestra manera de pensar y razonar seria también diferentes. Es por ello que
nuestros sistemas de pensamiento no son independientes de su historia.
Resulta también difícil hoy en día pensar que sea posible hacer comprensible al
alumnado algún conocimiento científico sin hacerle a la vez participe de los
razonamientos y actitudes que le dieron lugar. La enseñanza es la encargada de
conservar y transmitir una herencia cultural heredada de una problemática
milenaria. Con ella transmitimos también su grandeza y sus miserias. Los nuevos
conocimientos no siempre han logrado erradicar las viejas creencias mantenidas
por la tradición.
Si los temas transversales son tratados como nuevos contenidos a añadir a los ya
existentes, únicamente cumplirán la función de sobrecargar los programas y hacer
más difícil la tarea del profesorado sin que ello reporte ningún beneficio al
alumnado, ya que supone tratar una nueva temática con viejos procedimientos,
eliminado así todo el valor innovador que pueda tener.
Una de las falsas ilusiones que se dan en la enseñanza es la de creer que los
alumnos pueden pasar de un estado de ignorancia a un estado de conocimiento
en un corto periodo de tiempo. Esta creencia es una fuente de malestar y
frustración tanto para los alumnos como para los profesores, fundamentalmente
porque no coincide con la realidad.
Aprendizajes y significados:
Se trata de encontrar contextos reales en los cuales las nociones que se quieren
enseñar adquieran un significado, contextos que no sean ellos mismos absurdos,
sino que tengan un sentido no solo para los adultos sino en general para la
persona que queremos que maneje los conceptos. En definitiva, para que un
conocimiento sea utilizable, la persona que lo aprende debe conocer su utilidad y
ser capaz de reconstruirlo en su pensamiento en el momento que lo necesite.
Un aprendizaje constructivista tiene como finalidad desencadenar procesos
mentales que tienen como resultado ampliar la capacidad intelectual y de
comprensión del individuo.
Veremos los aportes que puede realizar la psicología genética para la constitución
de una dialéctica de estudios sociales en la escuela primaria. Dentro de este
contexto podemos afirmar que la psicología genética puede realizar valiosos
aportes para mejorar nuestra práctica de la enseñanza.
El marco asimilador para significar los contenidos del área de estudios sociales
está constituido por un conjunto de teorías y nociones sobre el mundo social, que
los niños construyeron en su propia historia de interacciones sociales.
Los niños llegan a la escuela con ideas sobre el mundo social, no vienen “vacios”.
Los niños, para conocer los objetos del mundo social, realizan construcciones
propias y originales. En la medida en que el conocimiento se construye en las
interacciones del sujeto con el objeto de conocimiento, las ideas sociales que los
niños construyen guardan estrecha relación con el tipo de interacciones sociales
que viven. No todos los niños tienen el mismo tipo de interacciones. Somos
sujetos sociales pertenecemos a un grupo social determinado.
Las teorías infantiles sobre el mundo social son diferentes de las concepciones de
los adultos, nos muestra que los niños no se limitan a repetir lo que escuchan de
los adultos. En este sentido sostenemos que el conocimiento del mundo no es una
copia de la realidad, sino que supone un trabajo intelectual en relación con ella.
Pareciera que para los niños el mundo político se rige también por leyes morales.
Para estos niños la gente, de hecho, hace caso a lo que el presidente dice porque
el presidente hace “el bien, ayuda, cuida”. Entonces la gente le hace caso porque
quiere, porque lo que dice está bien, porque tiene razón. No existe una necesidad
de obedece, no hay obligatoriedad derivada de la relación de autoridad. Existe una
obediencia de hecho que deriva de una decisión personal, de voluntad y a
convicciones personales. Pareciera que los niños tienen una visión del mundo
social basado en la cooperación y ayuda mutua. Está conceptualización de la
sociedad no concibe conflictos porque no puede explicarlos.
En el marco de los niños de sectores populares incluyen aspectos del mundo
laboral que no aparecen en los niños de sectores medios. En consecuencia,
aceptan más fácilmente la obligatoriedad de la obediencia.
El primer momento histórico que parecen concebir los niños como diferentes del
actual es el del origen de la vida del hombre. Pero los niños, para comprender las
sociedades del pasado, utilizan como instrumentos de asimilación las
conceptualizaciones que tienen sobre la sociedad, que se refieren, en mayor parte
a la sociedad del presente.
El significado que los niños le dan al conocimiento deriva del contexto de su forma
de vida actual.
La enseñanza de los contenidos del área social que incluya la idea de los niños
permitiría que ellos logren una mayor comprensión de los contenidos que nosotros
queremos enseñar. Para poder hacerlo es imprescindible que esas distorsiones
surjan en la clase, única manera de conocerlas para poder intervenir. Si nosotros
no intervenimos, si no hacemos que se expliciten las ideas previas con todos los
errores que ellas pueden tener, los niños conservaran sus errores y nosotros no
tendremos información sobre lo que aprenden en nuestras clases, es necesario
tener en cuenta las conceptualizaciones que ya tienen sobre esta sociedad. Esto
permitirá mejorar la comprensión tanto de los aspectos sociales del pasado como
de los del presente.
Las ideas que los niños tienen sobre el mundo social constituyen el punto de
partida para el aprendizaje de los contenidos escolares en el área social. Creemos
que en el sentido del trabajo con las ideas de los niños consiste en facilitar y
mejorar la asimilación de nuevos contenidos. En el área social se plantea una
falsa disyuntiva: o se trabaja solo atendiendo a los conocimientos de los niños o
solo atendiendo a los conocimientos.
En este tipo de trabajos quedan afuera las significaciones que dan los niños a los
contenidos: como los interpretan, que problemas o preguntas se plantean. Quedan
afuera los niños mismos. En otro extremo, encontramos una modalidad que
trabaja solo con los conocimientos previos de los niños. Esta modalidad refleja una
confusión en torno de que significa trabajar con las ideas de los niños: supone que
todo nuestro trabajo en el área debe centrarse solamente en dichas áreas.