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1. INTRODUCCIÓN
La Guerra Civil constituyó el hecho más relevante y trágico de la historia de España en el siglo XX. En
esta, se concentraron muchos de los problemas que la sociedad española contemporánea venía arrastrando
desde el siglo XIX
El enfrentamiento entre los grupos tradicionalmente dominantes en España (aristócratas, grandes
propietarios agrícolas, empresarios, Iglesia, Ejército) y las clases populares (campesinos, obreros, pequeña
burguesía) llegó a un punto crítico durante la Segunda República y culminó en la Guerra Civil (1936-1939).
2. EL ESTALLIDO DE LA GUERRA
Tras el triunfo electoral del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936, la situación político-
social fue empeorando. El deterioro del orden público, y el temor de los sectores más conservadores ante
el programa reformista de izquierdas, terminó desencadenando la intervención del Ejército.
Desde finales de 1935, un grupo de oficiales estuvo conspirando contra la república. Para acabar con sus
pretensiones golpistas, el Gobierno decidió entonces destinarlos a puntos alejados en la península: Mola a
Pamplona y Francisco Franco a Canarias.
Desde abril de 1936, el general Mola, “El Director” de la conspiración, mantuvo contactos con otros
generales. Franco, permaneció indeciso hasta el último momento. Sanjurjo, exiliado en Portugal desde
1932, sería la cabeza visible de la conspiración. El plan consistía en un Golpe de Estado seguido por el
establecimiento de un directorio militar inspirado en el de Primo de Rivera.
El 12 de julio se produjo el asesinato por parte de cuatro falangistas del teniente de izquierdas José Castillo,
miembro de la Guardia de Asalto. El 13 de julio fue asesinado José Calvo Sotelo. Aprovechando la muerte
del líder derechista, el 17 de julio de 1936, en Melilla, el coronel Yagüe se alzó en armas contra el gobierno
republicano. La sublevación se extendió al resto del protectorado. El 19 de julio, Franco voló desde Canarias
hasta Marruecos para ponerse al frente de las tropas del Protectorado. Desde allí, el alzamiento se extendió
al resto de la península. Entre el 18 y el 19 de julio, la mayoría de las guarniciones militares de España se
unieron al alzamiento. El gobierno tardó en reaccionar y en dos días los sublevados ya se habían hecho
fuertes en gran parte del país.
El jefe del gobierno, Casares Quiroga, dimitió el 18 de julio. El presidente Azaña encargó a Martínez
Barrio la formación de un nuevo gobierno y la negociación con Mola, al que ofreció un gobierno de
concentración, que no aceptó. Finalmente, el día 19 de julio formó gobierno José Giral.
En general, el golpe triunfó por la rapidez y coordinación de sus protagonistas y la capacidad de reacción
de las fuerzas populares. También fue fundamental la actitud de la Guardia Civil. La sublevación triunfó
en toda la España interior. Sin embargo, fracasó en las grandes capitales como Madrid, Barcelona o
Valencia.
La evidencia de que el golpe de estado había fracasado originó la división del país en dos bandos:
republicano y el bando sublevado, que se enfrentarían en tres largos años de Guerra Civil.
El bando de los sublevados lo forman militares conservadores, monárquicos, grupos católicos, falangistas
y carlistas y todos los que se oponían a las reformas de la República. Se definían como nacionales ,por su
defensa de la unidad de España, y católicos. Su intención era imponer una dictadura militar que restableciera
el orden y eliminase el riesgo de una revolución de tipo comunista. Ello fue un motivo de desacuerdo: los
monárquicos y la CEDA, querían la vuelta de Alfonso XIII; los falangistas, querían un régimen fascista
similar al italiano y los carlistas anhelaban la instauración de la monarquía carlista.
Los leales a la República pertenecían a las clases más populares: obreros y empleados urbanos, pequeña
burguesía y campesinado sin tierras. Pertenecían a organizaciones socialistas, comunistas y anarquistas y
eran definidos como “rojos”.
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3. LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA GUERRA CIVIL Y LA AYUDA EXTERIOR
Desde el principio, la Guerra Civil española tuvo una gran repercusión internacional y fue vista como una
confrontación entre las fuerzas democráticas y los regímenes fascistas, que estaban surgiendo en Europa.
La opinión democrática mundial se puso de parte de la República así como la URSS. Por el contrario, los
conservadores de las democracias de Francia o de Gran Bretaña así como los gobiernos fascistas de Italia
y Alemania, veían en el levantamiento de Franco un posible freno al comunismo. El régimen filo fascista
de Oliveira, el catolicismo más tradicional y el Papado, se posicionaron a favor de los sublevados. Ambos
bandos recurren al exterior en busca de apoyo:
los sublevados piden ayuda militar a los países fascistas. Por su parte, el gobierno de la República,
pidió la colaboración de Francia, donde también existía el Frente Popular.
Sin embargo, los gobernantes de las democracias (Francia, EE.UU, Gran Bretaña) se mostraron reacios
a intervenir por temor a una extensión del conflicto.
En agosto de 1936, por iniciativa británica se constituyó el Comité Internacional de No Intervención, Los
firmantes (entre ellos Inglaterra, Francia, Alemania e Italia) se comprometían a permanecer neutrales y
evitar el suministro de armamento a ambos bandos. Pero este acuerdo fue un fraude. Los sublevados
recibieron ayuda alemana e italiana en armas, aviones y carros de combate. Alemania envió la Legión
Cóndor. Italia envió el Corpo Truppe Volontarie y además se recibió la ayuda de voluntarios afines al
fascismo.
El gobierno de la República (Largo Caballero) envió a la URSS las reservas de oro del Banco de España
para pagar las armas compradas a aquel país. Además las Brigadas Internacionales, tuvieron gran
importancia en la defensa de Madrid.
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Un sector (republicanos, comunistas y parte de los socialistas) eran partidarios de ordenar la retaguardia
y poner fin a las experiencias colectivizadoras, buscando prestigio internacional.
Otro sector (anarquistas y comunistas del POUM) eran partidarios de afianzar los cambios
revolucionarios como medio de conseguir una gran movilización contra el fascismo.
El gobierno de Largo Caballero terminaría con los Hechos de Mayo de 1937. El enfrentamiento entre estas
dos corrientes dentro del gobierno se trasladó a las calles de Barcelona: militantes de la CNT y el POUM,
contra militantes del ERC y la UGT. Estos sucesos fortalecieron a los comunistas y restaron poder a los
anarquistas.
4.3. El gobierno de Juan Negrín (mayo 1937 – marzo 1939)
Después de los Hechos de Mayo, Largo Caballero dimitió y Azaña encargó la formación de un nuevo
gobierno al socialista Juan Negrín. El POUM fue declarado ilegal.
Formaron parte del nuevo gobierno los partidos del Frente Popular. La sede del gobierno se trasladó desde
Valencia a Barcelona, para poder controlar una de las zonas con más recursos de España, que aún controlaba
el gobierno republicano.
Ante la imposibilidad de frenar el avance de las fuerzas franquistas, el gobierno republicano propuso una
política de resistencia y al mismo tiempo buscó una salida negociada a la guerra. Para ello, Negrín propuso
los Trece Puntos en abril de 1938 en los que defendía el cese de la lucha armada y la permanencia de la
República. El bando franquista no aceptó, sólo aceptaría una rendición sin condiciones.
En septiembre de 1938, la República sufrió un revés cuando se firmó el Pacto de Munich, por el que Gran
Bretaña y Francia reconocían la ocupación de los Sudetes por parte de Hitler.
La pérdida de Cataluña, significó el exilio para el gobierno republicano, refugiado en Cataluña. A finales
de febrero, Gran Bretaña y Francia reconocieron el gobierno de Franco y Azaña presentó en París su
dimisión como presidente de la República.
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La guerra destruyó el frágil sistema democrático de la Segunda República, sustituyéndolo por una dictadura
militar que se prolongó durante casi 40 años.
8. CONCLUSIÓN
La Guerra Civil se produjo por una combinación de causas estructurales y coyunturales, factores exógenos
y endógenos. La sociedad española arrastraba desde el siglo XIX problemas de fondo y desequilibrios
agudizados durante la II República. Junto con circunstancias internacionales económicas y políticas
adversas. La II República fracasó como modelo de convivencia. Ni la derecha ni la izquierda aceptaron de
forma leal y sincera la legalidad republicana. Tras la Guerra Civil se creó una dictadura presidida por el
General Franco. La victoria en el campo de batalla, le dio la legitimidad para realizar una gran represión
contra los vencidos, sobre todo en los primeros años. Se creó una gran fractura social entre vencedores y
vencidos, que todavía hoy no ha podido cicatrizar