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“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”

INSTITUTO DE EDUCACION
SUPERIOR PEDAGOGICA
PRIVADO SAN JUAN BOSCO
CARRERA PROFESIONAL

EDUCACION
INICIAL
CURSO
DELIBERACION Y PARTICIPACION
TEMA
EL ACOSO ESCOLAR EN EL AULA
DOCENTE
LLUME MERCADO, DAVID EDWIN

ALUMNA
LADY DAYANNA UNTIVEROS PEÑA

SATIPO – PERU
2023

1
INDICE

I. INTRODUCCION....................................................................................................................4
II. CUERPO DE INVESTIGACION.................................................................................................5
2.1. CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE BULLYING.......................................................................5
2.2. EVOLUCION HISTORICA DEL BULLING..........................................................................6
2.3. VIOLENCIA Y ACOSO ESCOLAR......................................................................................7
2.4. ACOSO ENTRE ESCOLARES............................................................................................8
2.5. ESTUDIOS SOBRE VIOLENCIA ESCOLAR........................................................................9
2.6. ANÁLISIS POR GÉNERO...............................................................................................10
2.7. NUESTRAS HERRAMIENTAS DE PREVENCIÓN DEL BULLYING.....................................12
2.8. AMENAZA A LA INTEGRIDAD......................................................................................12
2.8.1. Ciberbullyng........................................................................................................12
2.9. PAPEL DE LAS ESCUELAS.............................................................................................13
2.10. EL ACOSADOR/AGRESOR........................................................................................14
2.11. EL ACOSADO/ LA VÍCTIMA......................................................................................16
2.12. EL ESPECTADOR......................................................................................................18
2.12.1. Los espectadores................................................................................................18
2.13. INDICADORES Y CONSECUENCIAS DEL ACOSO ESCOLAR........................................18
2.14. PREVENCIÓN POSITIVA Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS........................................20
2.15. ¿QUÉ PODEMOS HACER PADRES Y MADRES?........................................................23
III. CONCLUCIONES..............................................................................................................26
IV. BIBLIOGRAFIA.................................................................................................................27
V. ANEXOS..............................................................................................................................28

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INDICE DE FIGURAS

Ilustración 1 DENUNCIAS DE ACOSO ESCOLAR POR REGION......................................................14


Ilustración 2 TIPOS DE MALTRATOS Y CASOS POR AÑO EN EL PERU..........................................15
Ilustración 3 CONSEJOS SOBRE EL ACOSO ESCOLAR..................................................................16

I. INTRODUCCION

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La palabra bullying se utiliza cada vez más en nuestro idioma. Pero ¿qué es el bullying
o acoso escolar? De entre los muchos autores que hablan sobre el tema y que
expresan lo que es para ellos el acoso escolar, destacaremos la siguiente definición:
“Se trata de un acoso sistemático que se produce reiteradamente en el tiempo por
parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas”.

Este fenómeno “se produce en, al menos, un 5% de los niños del mundo
industrializado” Es por esto, que la prevención de conductas violentas es tan
importante en la etapa de Educación inicial, en la que la interacción continua entre
iguales provoca el surgimiento de grupos con distintas normas, valores, actitudes etc.

Muchas de estas relaciones interpersonales entre los alumnos generan conductas y


sentimientos que no pueden ser tolerados, como los episodios de acoso escolar. Esta
parte es la que nos afecta como educadores y la que debemos estudiar y trabajar para
intentar reducir. No estamos hablando de un problema característico de los tiempos
actuales, ya aparecieron casos de acoso escolar en los años 90 cuando dos
adolescentes se suicidaron en Noruega por sufrir un bullying grave y prolongado.
“Desde este hecho se generó una mayor preocupación pública que originó que todas
las escuelas de Noruega recibieran un paquete de material gratuito sobre la
prevención e intervención contra el bullying”

Como futuros docentes debemos conocer la realidad de nuestra aula e intentar


prevenir los casos de acoso escolar y en el caso de detectar alguna situación de estas
características, debemos conocer las estrategias más adecuadas para disminuir este
problema.

En el presente trabajo ahondaremos en el tema redescubriendo muchos aspectos que


serán útiles de conocer para poder desarrollarnos de manera efectiva en un medio
laboral donde se exija aplicar los mejores métodos para evitar los casos de acoso
escolar.

II. CUERPO DE INVESTIGACION

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II.1.CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE BULLYING

Dan Olweus (citado en Aguilar, s.f), docente de Psicología en la Universidad de


Bergen de Noruega fue uno de los pioneros en tratar este tema. El término de
bullying proviene del idioma inglés, es considerado un anglicismo es decir que
no tiene traducción al español, no obstante, es utilizado para referirse al acoso
y a la violencia escolar. Esta violencia puede manifestarse tanto física como
psicológicamente. Del mismo modo el término “bully” del que proviene, es
entendido como “matón” · o “agresor” y así al bullying se lo relaciona con
amenazas, insultos y otras conductas intimidatorias que son infligidas sobre la
víctima elegida por el agresor. La palabra bullying se utiliza para aludir a
conductas no deseadas por la víctima que pueden ser llevadas a cabo tanto
por una persona como por un grupo (Menéndez, 2011, p.211).

“Bullying es una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un


alumno o alumna contra otro, al que escoge como víctima de repetidos
ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a la víctima en una
posición de la que dificilmente puede escapar por sus propios medios. La
continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente
negativos: ansiedad, descenso de la autoestima, y cuadros depresivos, que
dificultan su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los
aprendizajes” (Olweus, citado en Aguilar, s/f). El bullying también denominado
“acoso escolar” u “hostigamiento escolar” es un tipo de violencia con
características específicas (Xin Ma, Stewin y Mah, citados en Mazur, 2010).
Aguilar (s/f) expresa: “Bullying es una forma nueva de violencia social, (...)” Por
ello, se hace necesario entender a la victimización como un proceso, donde un
sujeto pretende someter a otro que no quiere ser sometido. “Ya no se trata de
simples empujones en la fila, o de alguna colleja, ni de puntuales intercambios
de patadas en el patio de recreo por cualquier tontería” (Castells, citado en
Hoyos et al, 2004).

II.2. EVOLUCION HISTORICA DEL BULLING

En este apartado se planteará el origen de la palabra bullying y su evolución en


los últimos años. Aunque el acoso entre escolares ha existido siempre, las
primeras investigaciones sobre el tema se iniciaron a principios de los años
setenta por los escandinavos Heinemman (1972) y Olweus (1973), bajo la
denominación de mobbing, y por los británicos Smith y Sharp (1994), bajo la

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denominación de bullying. Este tipo de maltrato ha sido etiquetado, en distintos
momentos y países, con términos diferentes y no siempre equivalentes, si bien
es verdad en la actualidad están diferenciados el mobbing –acoso moral en el
trabajo– y el bullying –conductas de acoso y amenaza entre escolares.

Expliquemos más detenidamente todo el proceso que se ha llevado a cabo


sobre la palabra bullying. Como se ha dicho anteriormente este fenómeno se
estudia desde los años setenta, pero desde años antes en la Declaración de
los Derechos del Niño (DDN) se contempla ya un apartado que lo previene: “El
niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la
discriminación racial, religiosa o de cualquier índole. Debe ser educado en
espíritu de comprensión, de tolerancia, de amistad entre los pueblos, de paz y
fraternidad universal y con plena conciencia de que debe consagrar sus
energías y aptitudes al servicio de sus semejantes” (DDN, 1959: 2). Un paso
importante se produce en 1989 cuando la Convención sobre los Derechos del
Niño (CDN) en Nueva York, postula: “Los estados partes adoptarán todas las
medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para
proteger al niño contra todo tipo de prejuicio o abuso físico o mental, descuido
o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual,
mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un
representante legal o cualquier otra persona que tenga a su cargo” (CDN,
2006: 16). Volviendo al pionero del bullying, Dan Olweus, realizó una
investigación a partir del suicidio de dos jóvenes en Noruega y descubrió que
dichos jóvenes habían sido víctimas de acoso escolar. En este momento, el
fenómeno cobra importancia y empieza a estudiarse en Europa y en Estados
Unidos (Olweus, 1970; citado en Ortega 2010). Si bien es verdad, Olweus,
eligió la palabra bullying por su parecido con la palabra mobbing utilizada por
primera vez por Konrad Lorenz (1972) en su libro “Sobre la agresión, el
pretendido mal”. La palabra mobbing, proviene del verbo inglés “to mob” que
significa maltratar, atacar, asediar. (garcia, 2015)

II.3.VIOLENCIA Y ACOSO ESCOLAR

El acercamiento a la noción de violencia evidencia la dificultad para su


definición tanto en su contenido, como en sus formas y manifestaciones;
mucho más cuando se trata de indagar por ella en el contexto escolar.1 Podría
pensarse, por ejemplo, en violencia cotidiana, tradicional, violencia organizada
o estructural, cultural, económica; violencia simbólica, maltrato, abuso físico y
psicológico. En este sentido, “el análisis de las diferentes

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definiciones demuestra que la definición del término depende en gran medida
de la disciplina a partir de la cual se desarrollan los estudios” (Amaya, 1999).
En 1996, la Organización Mundial de la Salud, OMS, al reconocer la violencia
como un problema de salud pública, evidenció la necesidad de caracterizar los
diferentes tipos de violencia y los vínculos entre ellas. La OMS dividió la
violencia en tres grandes categorías generales a partir de quién comete el acto:
violencia autoinfligida que involucra el comportamiento suicida y las
autolesiones; violencia interpersonal que ocurre en la familia, la pareja y la
comunidad; y violencia colectiva que se evidencia en ambientes sociales,
políticos y económicos (OMS, 2003, p. 19). La violencia autoinfligida
comprende el comportamiento suicida que incluye pensamientos suicidas,
intentos de suicidio también llamados “parasuicidio” o “intento deliberado de
matarse” y suicidio consumado. Las autolesiones, es decir, el automaltrato
incluye actos como la automutilación. La violencia interpersonal se caracteriza
por el comportamiento deliberado entre personas de una familia o dentro de
una comunidad y puede llevar a sus miembros a causarse daños físicos o
psicológicos cuando se dan amenazas u ofensas. La violencia colectiva se
comprende a partir de lo social y cultural, que dan cierta legitimidad al uso del
arte, la religión, la ciencia, el derecho, la ideología, los medios de
comunicación, la educación, ya que por medio de ellos se violenta la vida. Por
ejemplo, se admite la violencia en defensa de la fe o la religión que justifiquen
la práctica de guerras santas o atentados terroristas, se otorga legitimidad al
Estado para ejercer la violencia. La violencia autoinfligida y la violencia
interpersonal son claras y visibles, por lo que resulta relativamente sencillo
detectarlas y combatirlas. En cambio, en la violencia colectiva, intervienen
factores que determinan que la detección de su origen, prevención y remedio
sean más difíciles pues cada sociedad aplica diversos estándares en cuanto a
las formas de violencia que son o no son aceptadas. Cualquiera de estas
violencias es sancionada por la ley o por la sociedad; otras son crímenes. La
violencia se caracteriza por la existencia de una relación conflictiva entre las
partes involucradas, relación que requiere ser conocida, caracterizada y
comprendida en todas sus presentaciones, dimensiones y manifestaciones.

II.4.ACOSO ENTRE ESCOLARES

El bullying. Antes de abordar la comprensión del acoso escolar, se hace


necesario establecer la distinción entre violencia y bullying. Como explica
Eduardo Dato (2007), el criterio para diferenciar entre violencia y acoso parece

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estar únicamente en la opción de respuesta dada por el estudiante cuando
señala: “alguna vez”, se interpreta como maltrato, como violencia; mientras que
si se elige “con frecuencia” se categoriza como acoso o bullying. El carácter
repetitivo, sistemático y la intencionalidad de causar daño o perjudicar a
alguien que habitualmente es más débil son las principales características del
acoso. Dan Olweus señala que “la agresividad intimidatoria entre escolares es
un fenómeno muy antiguo”, pero solo hasta hace poco tiempo —a principios de
la década de los setenta— se hicieron esfuerzos para su estudio sistemático
(Olweus, 1998, p. 17). Dan Olweus fue el primero en abordar esta
problemática. En 1983 aparecen los primeros informes relacionados con la
violencia escolar en los que Dan Olweus y Erling Roland dan cuenta de sus
estudios que en un inicio se realizaron en Noruega desde 1973 y que, luego, se
extendieron a los países escandinavos. Posteriormente, a finales de los
ochenta y principios de los noventa, el fenómeno del acoso entre iguales atrajo
cierta atención pública y de la investigación en otros países, como Japón,
Inglaterra, Países Bajos, Canadá, Estados Unidos y Australia. Para Dan
Olweus, la violencia entre iguales se expresa con el término Mobbing (en
Noruega y Dinamarca) que puede entenderse como “grupo grande de
personas que se dedican al asedio, una persona que atormenta, hostiga y
molesta a otra”. Con el paso de los estudios al contexto anglosajón, se asume
el término bullying, matoneo, matonaje, que de manera más concreta hace
referencia a la intimidación, el hostigamiento y la victimización que se presenta
entre pares en las conductas escolares. La situación de acoso e intimidación y
la de su víctima queda definida en los siguientes términos: “Un alumno es
agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y
durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios
de ellos. En esta situación se produce también un desequilibrio de fuerzas (una
relación de poder asimétrica): el alumno expuesto a las acciones negativas
tiene dificultad para defenderse y en cierto modo está desvalido frente a
quienes lo hostigan” (Olweus, 1998, p. 25). En relación con el origen, Olweus
indica: “en el discurso público sobre el tema, se ha dicho que la agresividad
intimidadora entre escolares es consecuencia de la rivalidad por las buenas
notas que se producen en la escuela y de manera más concreta, estas podrían
explicarse como una reacción a los fracasos y frustraciones en la escuela”
(Olweus, 1998, pp. 46- 47). Los estudios demuestran que se trata de un mito;
por tanto, habría que buscar su origen en otro tipo de realidades; “la rivalidad
por las notas, las diferencias físicas o desviaciones externas negativas entre

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las que se encuentran la obesidad, el color del pelo, llevar gafas” también
pueden generar este tipo de actitudes entre los escolares.

II.5.ESTUDIOS SOBRE VIOLENCIA ESCOLAR

Se evidencian dos grandes períodos con intereses y objetivos muy distintos. En


el primero, que comprende los años ochenta y noventa, a partir de estudios
estadísticos preferencialmente cuantitativos, se buscó responder interrogantes
como la incidencia del contexto social, los actores, el origen, las
manifestaciones, las consecuencias y los factores que inciden en la violencia
que ocurre en la escuela. En el segundo período, del año 2000 en adelante, los
estudios se orientan a la comprensión del fenómeno desde una perspectiva
más integral en la cual, además de los estudios estadísticos, se empiezan a
tener en cuenta la voz de los actores y sus diferentes formas (enfoques) de
comprender la realidad. Dicho lo anterior, el estudio sobre el acoso escolar se
puede abordar de varias formas. Desde los observatorios, una primera
referencia se encuentra en el trabajo realizado por el Centro Internacional para
la Prevención del Crimen (ICPC, por sus siglas en inglés), creado en 1994 en
Montreal con el fin de prevenir el crimen y promover la seguridad en la
sociedad. Este centro elaboró en los años 2000 y 2001 un estudio comparativo
de las políticas y prácticas llevadas a cabo en el ámbito internacional en el
tema de la seguridad en las escuelas (Monclús & Saban, 2006, p. 14) Otra
referencia es el Observatorio Europeo sobre Violencia Escolar con sede en
Burdeos, Francia, que en 2008 pasó a llamarse Observatorio Internacional de
la Violencia en las Escuelas, OIVE y que ha venido reflexionando sobre esta
problemática y ha identificado los factores de riesgo en la vida de los miembros
de la comunidad educativa cuando se presenta la violencia escolar. Según
Catherine Blaya, en la actualidad, las líneas de investigación más activas se
refieren a los estudios sobre lo que Éric Debarbieux en 2003 denomina
microviolencias y clima escolar (Blaya, 2005, p. 296). Para Catherine Blaya,
“los estudios sobre violencia escolar han discurrido por tres grandes vías, que
se corresponden básicamente con las tres grandes áreas de conocimiento que
se han interesado por estos problemas: la psicoeducativa; la sociopedagógica
y la criminológica. Los estudios psicoeducativos han focalizado su interés en
los procesos personales e interpersonales implícitos y explícitos en el complejo
fenómeno de la agresividad, la conducta agresiva, la victimización y la
conducta violenta, en sus diferentes matices. Esta línea ha sido hábil en la
descripción de factores sociales vinculados a estos fenómenos, describiendo

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condiciones de riesgo, como la pobreza, las características de la juventud, los
fenómenos migratorios y su incidencia en estos problemas”. En el enfoque
criminalístico, “el discurso ha sido tradicionalmente psicopatológico y tiende a
aproximarse a análisis descriptivos con los que empieza a interesarse por la
escuela como factor etiológico de la criminalidad juvenil” (Ortega, 2002). Varios
estudios pueden citarse como referencia para evidenciar la comprensión que
se hace de la violencia desde este enfoque. João Yunes y Tamara Zubarew
(1993) especifican que, entre las causas de la violencia, las “características
individuales, experiencias familiares, relaciones de pares, acceso a armas,
consumo de alcohol y otras drogas, exposición a violencia en los medios de
comunicación y otros factores políticos, culturales y sociales se interrelacionan
y juegan un papel fundamental en la ocurrencia de la violencia en jóvenes”
(Yunes & Zubarew, 1993, p. 104). Desde otra perspectiva, pueden citarse los
estudios hechos desde el modelo ecológico. De manera particular, en América
Latina. (evelio, 2011)

II.6.ANÁLISIS POR GÉNERO

Por otra parte de un estudio realizado por Pautasso en el 2006, surge que la
agresión es más común en los niños que en las niñas. Manifiestan que los
varones y las mujeres conjuntamente recibieron patadas o piñas durante una
semana escolar representando el 28,6%.

Las zancadillas producidas en los recreos se han naturalizado. De estos niños,


un 12,3% recibió varias veces en la semana amenazas de que le iban a pegar
y a un 16,9% efectivamente le han pegado en una semana. La información
surgida de este estudio muestra que las conductas agresivas son más
frecuentes en los niños más chicos, se origina a una edad temprana y
disminuye con la edad. Los niños que expresan que alguien le quiso pegar más
de una vez en la semana corresponden a un 33,3 % en el primer ciclo, 24,8%
en el segundo y un 14, 7% al tercer ciclo. Hay una disminución de la agresión a
medida que se va subiendo de grado en la escuela. De los niños que
participaron en este estudio un 35,5% expresa que alguien le sacó algún
material escolar o alguna pertenencia de los cuales: 14,9% le quitaron algún
objeto escolar o personal alguna vez en la semana y un 20,6% por lo menos
una vez en la semana.

En lo que al género se refiere, los niños amenazarían con pegar, puñetazos,


patadas y tratarían de pegar junto con otras modalidades de agresión directa.

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Las niñas por el contrario son más sutiles utilizando estrategias como herir los
sentimientos. Se detectó en las escuelas objeto de estudio un “índice de
victimización” del 9,6% y un 11,2% a agresión general. Se reconocen también
otras estrategias que exceden los límites de la escuela como 17 lo son el chat,
los blogs, grafittis que permiten la exposición de los compañeros de escuela
(Pautasso, 2006). Los estudios demuestran que en cuanto al género, los chicos
son los más involucrados en las situaciones de maltrato, encontrándose que
las tasas como agresores y como víctimas son más altas en estos (Cerezo;
Postigo, González, Mateu, Ferrero y Martorell; Solberg y Olweus; Tapper y
Boulton, citados en Sánchez y Cerezo, 2010). Sánchez y Cerezo (2010) por su
parte encuentran que en relación al género, los chicos se encuentran más
implicados como agresores en el fenómeno representando un 25% frente a un
6% de las chicas. Observan que considerando los perfiles de los estudiantes
como agresores se evidencia que un 15,5% son chicos y un 0,5% son chicas.
En una muestra total evaluada por estos autores el 20% de los encuestados
admite que fue víctima de acoso físico y/o verbal. En lo que al género respecta,
los jóvenes (26%) están más expuestos a ser víctimas de acoso en relación a
las chicas (14,3%). Los autores muestran que en referencia al género la sub-
escala de victimización en relación con la de EAEP (escala de agresión entre
pares), en la que no había una diferencia de género, el doble de los chicos en
relación a las jóvenes afirman haber sido objeto de maltrato o víctima, la causa
según los autores se deba a que la agresión física es más común en los
varones. (Cajigas et al., 2013, pp. 95-97) En la muestra analizada por los
investigadores nacionales se indaga sobre la prevalencia del acoso entre pares
según el factor “bullying” y se demuestra que alcanza a un 15% del total. En lo
que a género se refiere el 22,1% afirma acosar a algún compañero,
representando en este caso el doble que las jóvenes (Cajigas et al., 2013,
p.70).

Con respecto al factor victimización de la EAEP el 17% de los adolescentes


escolarizados se sienten acosados y en relación al género no encontraron
diferencias importantes entre las chicas y los jóvenes. No obstante, los varones
presentaron puntajes bastante más altos en la “pelea física”. No hallaron
mayores diferencias referentes a la victimización ya que tanto lás chicas como
los chicos pueden ser víctimas en igual medida. (Cajigas, 2013, p.73) Estos
mismos autores en relación a la percepción de peligrosidad el 10% de los
chicos encuestados percibe conductas de riesgo en centro educativo de

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manera frecuente y un 48% lo considera medianamente frecuente. Un
porcentaje de 60% afirma haber observado situaciones altamente riesgosas.

II.7.NUESTRAS HERRAMIENTAS DE PREVENCIÓN DEL BULLYING

En este apartado vamos a presentar, como ilustración, los trabajos que


actualmente realizamos como prevención del bullying, concretamente el
“Programa de sensibilización contra el maltrato entre iguales” y para promover
la adecuada competencia personal y social en el alumnado de Educación
Infantil, Primaria y Secundaria, concretamente el “Programa de Enseñanza de
Habilidades de Interacción Social (PEHIS)” (Monjas, 2004b) y el “Programa de
Asertividad y Habilidades Sociales (casares, 2017)

II.8.AMENAZA A LA INTEGRIDAD

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las
amenazas contra la integridad física del niño o de su familia , o mediante la
extorsión.

II.8.1. Ciberbullyng

El ciberbullying o bullying cibernético es el acoso anónimo o abierto que se


da por medios telemáticos (Internet, telefonía móvil y videojuegos online
principalmente) para ejercer el acoso psicológico.

El ciberbullyng se da por medios electrónicos interactivos entre los que se


encuentran:

Los chats (Messenger, Skype, etc.) Páginas web de corte chismógrafo, que
son portales en dónde se registran una gran cantidad de escuelas y los
alumnos se dedican a subir chismes, groserías y amenazas clasificando a
las personas por año escolar, nombre y apellidos y salón de clases
(RODRIGUEZ, 2022)

Mensajes escritos del celular.

Este tipo es uno de los más peligrosos ya que al existir cada vez
más tecnología y no ser utilizada de la forma correcta, ya no existe la
privacidad con todas estas redes sociales pues cualquiera puede subir una

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foto o algún video o simplemente hablar cualquier cosa sobre los demás y
lo hace público sin el consentimiento de la persona afectada la cual recibe
burlas.

Según Kormann C. (2009) "Hicimos un análisis y el mayor problema es el


ciberacoso o acoso entre iguales, crean rumores sobre alguien, hay
amenazas e insultos. Después, el acoso sexual por parte de adultos y por
último la existencia de contenidos inapropiados de sexo o violencia"

Acá se puede percibir que en esta encuentra hecha en diferentes países el


ciberacoso es lo más común, claramente generado por vivir en una
sociedad dominada por la tecnología y por jóvenes y adolescentes que
actúan la mayoría de veces sin pensar. Esta nueva modalidad de bullying
es la forma más cobarde de molestar a alguien ya que muchas veces las
ofensas se dan en anónimo y la persona afectada no sabe ni porque o
quien lo está agrediendo (RODRIGUEZ, 2022)

Opino que debería existir mayor control en todas estas redes sociales para
que disminuya el porcentaje de personas afectadas por el ciberbullyig.

La UNESCO define de forma correcta del término acoso escolar el cual es


el maltrato continuo a una persona que no cuenta con la misma fuerza
física que la persona afectada. Y al tener mayor poder (o bueno eso pienso
el agresor) domina a los demás y no como un líder lo haría sino como una
persona abusiva que se aprovecha de los demás

La UNESCO propone que las personas tomen conciencia que todos somos
hermanos y por lo tanto no debemos pelearnos entre nosotros sino por el
contario intentar apoyar a nuestros prójimos.

II.9.PAPEL DE LAS ESCUELAS

El 62.5% de las agresiones escolares ocurren dentro del aula y es absurdo


pensar que el docente eluda o esquive el tema. Debemos tomar en cuenta que
el bullying es un fenómeno que involucra intolerancia, discriminación,
prejuicios, trastornos de salud mental y física y que afecta gravemente el clima
escolar dentro y fuera del aula.

Es necesario que los docentes tomen medidas contra las agresiones verbales,
el acoso, los golpes y las amenazas; su papel es decisivo y el establecimiento
de límites algo imperativo.

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Sabemos que actualmente las exigencias que se les hacen a los docentes son
múltiples y complejas, pues además de encargarse de la transferencia de
conocimientos y del desarrollo de habilidades, también son pieza clave en la
formación social, ética y personal de los alumnos. En específico cuando se
habla de bullying el trabajo debe ser integral entre padres, alumnos y
docentes, juntos deben inculcar el respeto, la empatía, responsabilidad y
la igualdad, sin embargo el docente tiene un lugar privilegiado puesto que se
encuentra en el escenario donde sucede todo.

Algunas medidas para lograrlo son:

1. Apóyate de recursos como cuentos o películas para concientizar sobre la


violencia en relaciones personales.2. Predica con el ejemplo, sé modelo de
respeto, justicia y equidad.3. Establece reglas claras y asegúrate de su
cumplimiento.4. Identifica las primeras señales de agresión y evita que se
conviertan en un conflicto mayor.5. Mantén una relación cercana y de
confianza con tus alumnos, así acudirán a ti ante cualquier problema.6. No
seas indiferente ante una situación de agresión entre alumnos.7. Escucha de
manera activa y empática a tus alumnos.8. Haz un sondeo o encuesta para
conocer qué tipo de bullying se da con frecuencia.9. Crea una cultura que
fomente las relaciones sanas, el compañerismo y el respeto.

Aquí nos muestra que los países de europa del norte, países notoriamente mas
desarrollados han podido combatir este problema de forma mas eficaz y por lo
tanto sus escalas de acoso escolar es mucho menor. Deberíamos tomar como
ejemplo estos países para poder también disminuir el acoso escolar en las
escuelas de nuestro país basándonos en una enseñanza llena de valores

Es muy importante la educación que se imparte del hogar porque es la que


te marca toda tu vida, ni los maestros ni los amigos pueden enseñarte lo que
tus padres.

II.10. EL ACOSADOR/AGRESOR

Los niños y niñas que desarrollan conductas de agresión o intimidación hacia


otros buscan obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que
carece. Pueden ser niños o niñas que presenten una autoestima y una
seguridad en sí misma alta o muy baja, pero, en ambos casos aprenden un
modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.

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El objetivo de un acosador escolar es eliminar, amedrentar, aterrorizar y
destruir al que no es su seguidor, al que se resiste, al diferente, al que
sobresale académicamente, en definitiva, al que le hace sombra y le rebaja
socialmente y académicamente y al que, en el fondo, le hace de espejo de sus
propias carencias.

El acosador presenta normalmente pocas habilidades sociales para comunicar


y negociar sus deseos. Las características del perfil de un acosador suelen ser:
personas con falta de empatía, falta del sentimiento de culpabilidad, tendencia
a creer que en realidad son ellos las víctimas, cobardes, celosos, envidiosos,
resentidos y con un nivel de tolerancia a la frustración ante los conflictos bajo y,
por último, suelen ejercer sus agresiones y estudiar a su víctima de forma
premeditada.

Según estudios psicológicos a personas que han realizado alguna acción de


acoso escolar, su perfil encaja con niños y niñas que viven en un ambiente
familiar permisivo que les puede haber llevado a no interiorizar bien el principio
de que los derechos de uno deben convivir con los de los demás o se les ha
incentivado en valores como la prepotencia, y no en la igualdad, estando
acostumbrados a avasallar, entre otros aspectos. Este ambiente familiar puede
haber desarrollado en ellos un umbral de tolerancia a la frustración muy bajo,
irritándose mucho cuando no consiguen lo que quieren, además de la
incapacidad de ponerse en el lugar del otro por una carencia de empatía,
mermando también su capacidad de buscar soluciones que puedan beneficiar
también a los demás.

Lo más probable es que el niño o niña educado en este ambiente familiar


reproducirá en la escuela los hábitos adquiridos. Ni respetará, ni empatizará
con el profesorado, ni con sus compañeros y compañeras.

Diversos estudios apuntan a que la permisividad en el uso de la televisión y un


insuficiente control de los programas y los juegos de ordenadores y consolas a
los que juegan los niños y niñas pueden haber incrementado el nivel de
violencia y mermado la capacidad de empatía.

Es importante que el entorno escolar desarrolle programas de convivencia a


nivel de centro escolar y dé formación específica al profesorado sobre
mediación en situaciones escolares conflictivas y habilidades sociales y
emocionales para que sepan cómo abordar los conflictos entre iguales.

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Lo habitual en los centros educativos es que, con frecuencia, el niño o niña que
acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda
que se une al comportamiento de acoso contra la víctima. Para evitar esto, es
importante la presencia de una figurade autoridad exterior que imponga límites
a este tipo de conductas, como sería el personal docente o no docente.

Como padres y madres es importante y necesario apoyar al niño o niña


acosador. Podemos ayudar y trabajar con la escuela hablando con nuestro hijo
o hija para averiguar por qué intimida a otros niños en el centro. También
podemos colaborar y ayudar mucho para encontrar la forma y la conducta
positiva que debe aprender y desarrollar nuestro hijo con el objetivo de reparar
el daño que ha causado a la víctima y con vistas a desarrollar comportamientos
más solidarios y de compañerismo y evitar que vuelva a actuar como acosador.

Que un niño sea acosador no significa ni mucho menos que toda su


personalidad sea problemática, solo conlleva que su forma de resolver los
conflictos y relacionarse con los demás ante estos conflictos debe ser revisada
y esto se puede modificar con ayuda y esfuerzo. Pero sí es fundamental que
los padres y madres de un niño acosador apoyemos al centro y a los
profesionales en la búsqueda de soluciones educativas durante cualquier
proceso disciplinario que se plantee en la escuela.

Los centros tienen que ayudar a las familias de hijos o hijas acosadores al igual
que lo hacen con las familias de los acosados. Aquí es donde entran los
programas de prevención y estrategias de intervención y la información sobre
los programas para la mejora de la convivencia.

II.11. EL ACOSADO/ LA VÍCTIMA

En general, son niños y niñas débiles, inseguros, con baja autoestima y


fundamentalmente incapaces de salir por sí mismos de la situación que
padecen, aunque lo hayan intentado de muchas formas. En la mayoría de las
ocasiones les supera la situación y se sienten deprimidos.Tienen bajas
habilidades sociales y suelen ser rechazados dentro del grupo. Esto hace que
sean un objetivo fácil para el acosador. No disponen de herramientas
psicológicas y sociales para hacer frente a la situación.

Suelen ser chicos apegados a su familia, dependientes y sobreprotegidos por


sus padres y madres. En cambio, otras veces es todo lo contrario, aunque son

16
casos más raros, donde la víctima suele tener un comportamiento irritante
hacia los demás. A veces, sus compañeros les provocan para que reaccionen
de mala manera, y así poder acosarlo pareciendo que la responsabilidad del
acto agresor está justificada, disfrazando así la culpabilidad del acosador frente
al resto de niños y niñas y, a veces, frente a los adultos.

Las víctimas de acoso escolar no suelen contarlo a sus padres o madres, sobre
todo a partir de los 10 o 12 años. Sentimientos como la vergüenza, la
inseguridad o el sentirse inferior hacen que el niño o niña sufra las agresiones
en silencio. Por eso, es muy importante que los adultos seamos capaces de
ponernos en guardia ante determinadas conductas que pueden darnos pistas
de que está siendo víctima de algún acosador escolar. La primera alarma debe
saltar cuando se observa un cambio importante en la conducta habitual del
niño o niña.

Cuando nuestro hijo o hija es víctima de acoso escolar, debemos entrar en


contacto con el profesorado y con la dirección del centro lo antes posible.
Nuestra intervención como padre o madre, a través del contacto y el trabajo
con el centro, es muy importante para buscar una solución positiva a largo
plazo. 16

El acosado o victima debe tener en cuenta que la intimidación es real y


requiere una intervención inmediata y no debe pensar que no puede denunciar
el acto considerándolo un “rito de paso” que hay que soportar como una
conducta para ser aceptado socialmente, o que es una persona inferior y no
tiene derecho a denunciarlo, por tener temor de una represalia por parte del
acosador o su grupo, es decir, la intimidación debe ser denunciada para que se
pueda intervenir de forma organizada. Y también que ningún grupo o
estudiante deben ser marginados o difamados para promover otro grupo.

Para este último punto, es muy importante la conducta que desarrollamos los
adultos. No debemos valorizar más las acciones deun niño o niña o de un
grupo de niños ya que elogiando sus acciones físicas o intelectuales estamos
reforzando este tipo de estereotipos y creando distancias entre ellos,
aumentando la distancia de aquellos niños menos adaptados.

II.12. EL ESPECTADOR

17
El acoso escolar no solamente tiene como protagonistas al agresor y a la
víctima, sino que siempre va acompañado de unos espectadores que
respaldan el acoso por parte de la figura de poder. Aun siendo simples
espectadores, participan del acoso al ser observadores del mismo, pudiendo
ser pasivos o activos. Pasivos hace referencia a niños o niñas que prefieren no
intervenir, pero contemplan el acoso sin ser parte del mismo. Para ellos, se
vuelve cotidiano que un agresor acose a uno de sus compañeros en específico
y no hacen nada, ni siquiera son capaces de comunicarlo a ninguna figura
adulta del personal del centro. Y los observadores activos son los que
intervienen como espectadores activos o compinches, serían aquellos que
secundan al agresor al ser sus amigos y se vuelven parte del acoso. Sin
embargo, no pueden ser considerados los agresores, aunque lo sean en algún
grado menor, debido a que quien encabeza el acoso es el cerebro de la acción.

También los participantes pueden ser defensores, los que en ocasiones


ayudan a la víctima, o reforzadores, aquellos que observan el acoso sin hacer
nada, pero sí provocan la acción con su actitud.

II.12.1. Los espectadores

tanto activos como pasivos, están aprendiendo que la violencia es natural y


que forma parte de su entorno, corren el riesgo de insensibilizarse ante las
agresiones cotidianas y de no reaccionar ante las situaciones de injusticia,
lo que originará una tendencia cada vez mayor a observar e incluso
justificar las agresiones. Muchos de los alumnos son reacios y temerosos a
informar de las situaciones de abuso por miedo a ser incluido dentro del
círculo de victimización y convertirse también en blanco de agresiones.

En este sentido, es importante que las familias trabajemos con nuestro hijo
o hija para desarrollar la habilidad y el coraje de informar en caso de
observar o conocer situaciones de acoso o intimidación. Explicarles que un
espectador que no informa del acoso que sufre algún compañero puede
convertirse en parte de la conducta de acoso.

II.13. INDICADORES Y CONSECUENCIAS DEL ACOSO ESCOLAR

Todos los protagonistas del proceso de acoso escolar sufren alguna


consecuencia en alguna medida, es decir, todas las personas que están
involucradas, ya sean de manera activa o pasiva en un proceso de acoso, son

18
víctimas de este proceso. Los acosadores, los espectadores y, por supuesto,
las víctimas directas son las que más secuelas negativas sufrirán tanto físicas
como emocionales y psicológicas.

• Consecuencias para la víctima

El acoso escolar, al igual que otras formas de maltrato psicológico, deja


secuelas por estrés postraumático. Investigaciones científicas realizadas sobre
el estrés humano sugieren que las víctimas de acoso escolar son más
vulnerables a padecer problemas de conducta, como trastorno por estrés
postraumático, depresión y trastornos del ánimo a medida que pasan los años.

Cuando los sentimientos del niño o niña no están siendo bien encauzados y se
quedan sin resolver, pueden desarrollarse modificaciones en su
comportamiento diario y rutinario como insomnio, pérdida de apetito, ataques
de ira, etc. Es común que el niño víctima viva aterrorizado con la idea de asistir
a la escuela y, por ello, intenta aparentar estar enfermo en la mañana, o
pueden aparecer síntomas psicosomáticos como vómitos, dolores abdominales
o de cabeza sin causa aparente, o puede cambiar de camino para ir al centro.
En definitiva, este niño puede mostrarse muy nervioso, triste y solitario en su
vida cotidiana.

También se desarrollan modificaciones más profundas de índole psicológico y


emocional, como la pérdida y destrucción de su autoestima y la confianza en sí
mismos, llegando a estados depresivos o de permanente ansiedad social al
generarse situaciones de inadaptación, y de índole escolar y cognitivo, al
observarse una disminución del rendimiento académico.

Es muy importante que padres y madres estemos muy atentos a cualquier


cambio de actitud, comportamiento o conducta con respeto a su rutina diaria
por parte de nuestro hijo o hija. Algunas de los indicadores más fácilmente
observables pueden ser:

• Presencia de lesiones físicas.

• Pérdida o rotura de pertenencias.

• Insomnio.

• Llanto inmotivado y frecuente.

• Cambios de humor muy acusados.

19
•Tristeza o síntomas de depresión.

• Pasar mucho tiempo sólo y no salir con amigos.

• El aumento de la pasividad o la retirada.

• Cambio repentino en la forma en que el niño habla -llamándose a sí mismo un


perdedor o llamando idiota a un ex amigo.

• Descenso en su rendimiento escolar.

• Miedo a ir al centro, o poner excusas para faltar de forma recurrente.

Debemos tener en cuenta también que muchos de estos síntomas pueden


darse de forma aislada en el periodo de la adolescencia, por lo que debemos
observar con calma y método antes de sacar conclusiones precipitadas

• Consecuencias para el espectador/a

A la mayoría de los espectadores no les gusta ser testigo de cómootra persona


está siendo intimidada. La observación de una agresión coloca a la persona en
un estado psicológico incómodo conocido como “disonancia cognitiva”;
disonancia porque uno presencia una acción moralmente repudiada y, al
mismo tiempo, no hace nada al respecto. La disonancia cognitiva se produce
cuando nuestras acciones no coinciden con el código interno de ética y moral.
La consecuencia que sufren los espectadores es la posibilidad de llegar a
insensibilizarse ante otros acosos o agresiones y a aprender a no reaccionar
ante las injusticias.

• Consecuencia para el agresor/a

Para los agresores, acosar puede convertirse en su forma de conseguir sus


objetivos incluso en la edad adulta, por lo que pueden tener dificultades para
establecer relaciones positivas en el futuro.

II.14. PREVENCIÓN POSITIVA Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

En primer lugar, es conveniente comenzar a tratar el tema del acoso escolar o


maltrato entre iguales de forma positiva. Es decir, trataremos de favorecer las
relaciones positivas entre todas las personas que convivimos en el centro.

El conflicto forma parte de la vida cotidiana, todos y todas nos enfrentamos


diariamente a situaciones que no nos gustan a las que debemos enfrentarnos.

20
Desde un atasco en la carretera, un compañero que no nos apoya en el
trabajo, un hijo o hija que no ha ordenado su cuarto.

Convivir y tener conflictos por diferencias de conductas o de opiniones son


temas paralelos. Por eso, es fundamental que las familias y los centros
abordemos el tema de cómo enfrentarse a los conflictos en nuestros
planteamientos educativos. Se podría decir que madurar es aprender a
gestionar los conflictos intrapersonales e interpersonales de forma adecuada.

Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso


enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando,
dialogando y negociando. Un posible método de resolución de conflictos se
desarrolla en los siguientes pasos:

• Definir adecuadamente el conflicto.

• Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia.

• Diseñar las posibles soluciones al conflicto.

• Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla


a cabo.

• Llevar a la práctica la solución elegida.

Valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el


procedimiento para tratar de mejorarlos.

Una buena idea puede ser la de ir escribiendo las distintas fases del proceso,
para facilitar su realización. En los programas de prevención de la violencia
escolar que se están desarrollando en los últimos tiempos, se incluyen la
mediación y la negociación como métodos de resolución de conflictos sin
violencia.

De cara a las AMPA y su apoyo en la implantación de programas de


convivencia es importante resaltar que, para desarrollar programas o planes de
prevención, es importante conocer el funcionamiento intrínseco de cada centro
educativo y de las peculiaridades de su alumnado y debe tener en 22

cuenta que no se puede trabajar sobre un solo plano,sino que se estudian y


observan diferentes frentes donde los protagonistas se relacionan. Y aquí la
familia tiene un papel relevante e importantísimo.

21
Padres y madres somos responsables de la educación y transmisión de
valores, de la toma de conciencia de sus derechos,pero también obligaciones,
del aprendizaje del respeto a los demás ya sus diferencias ya sean ideologías
o personales. Para ello, padres y madres debemos ser firmes y poner límites,
éstos les ayudaran a ir diferenciando a lo largo de su desarrollo las conductas y
comportamientos positivos

de los negativos. Parece que hoydía tenemos miedo de poner límites, pero es
la ausencia de límites lo realmente perjudicial, si los hijos e hijas no aceptan
ciertas normas básicas en un futuro su índice de tolerancia a la frustración y
aceptación de las diferencias será pésimo.

Por ejemplo, padres y madres somos los responsables de permitir ver a los
hijos e hijas ciertos programas de televisión, películas en cine, juegos de
videoconsolas, etc. sin que medie nuestra opinión crítica sobre ellos, sin que
hayamos establecido un diálogo sobre esos temas con nuestros hijos e hijas.
Las nuevas tecnologías en los medios de comunicación han facilitado la
exposición a la violencia sin filtros ni comentarios posteriores que les ayuden a
entender los comportamientos agresivos que observan, ya que parece que la
violencia está justificada en la sociedad en la que dichas circunstancias se
producen.

También es importante que nos preocupemos por conocer a los amigos de


nuestros hijos e hijas para evitar que se integren en pandillas identificadas con
la violencia, es decir, las familias somos también responsables de acercar a los
hijos e hijas hacia los modelos sociales positivos y solidarios introduciéndolos
en contextos de ocio y de grupos de pertenencia 23

constructivos donde se crean ambientes que prioricen los valores


democráticos, de tolerancia a la diferencia, de la equidad, entre otros.

Los programas de prevención están desarrollados para trabajar sobre los


diferentes estamentos que configuran una comunidad escolar (alumnado,
profesorado, centro educativo, familias, AMPAS, etc.). Vamos a identificar
algunos aspectos que influyen sobre cada estamento.

• Alumnado

22
Los alumnos y alumnas deben saber y entender que deben contarles a sus
padres y madres las acciones de intimidación y de acoso escolar que están
sufriendo en el centro por parte de algún compañero o compañera. Deben
saber que no van a sufrir ninguna represalia ni repercusión por denunciar los
actos del acosador. Los acosados deben tener la certeza y confianza de que
van a ser escuchados y que se les va a creer cuando lo cuenten.

• Profesorado

Uno de los puntos importantes dentro del programa de prevención de acoso


escolar es la formación del profesorado para saber cómo enfrentarse a estas
situaciones y conocer estrategias de resolución de conflictos y mediación en
las clases y en general en el colegio.

• Familias

Padres y madres a su vez debemos conocer qué programas existen en el


centro con respecto a la prevención en caso de acoso escolar y cuál es su
política de actuación. Asimismo, debemos colaborar estrechamente con el
centro en caso de que nuestro hijo o hija esté involucrado en alguna acción de
acoso escolar, independientemente del papel que juega en el mismo.

Las familias debemos informar inmediatamente a la dirección del centro en


caso de que nuestro hijo o hija nos comunique cualquier acción de acoso que
está ocurriendo en el centro, para poder iniciar los protocolos y trámites
necesarios.24

• Centro educativo

La dirección del centro debería informar a las familias de una manera u otra de
las políticas de actuación e intervención en los casos de acoso escolar.

• AMPA

Deben conocer los programas y también influir en las actuaciones concretas,


así como intentar informar a las familias. Es importante que, a través de los
consejos escolares, apoyen, promocionen y exijan la existencia de protocolos
de actuación ante casos de acosos escolar, así como la implantación de
programas de prevención en tutorías o transversales al currículo del centro
escolar.

II.15. ¿QUÉ PODEMOS HACER PADRES Y MADRES?

23
Nuestros hijos e hijas deben ser seguros emocionalmente y físicamente.
Debemos enseñarles a hacer frente a los signos de intimidación o acoso en su
estado inicial, antes de que el comportamiento y la agresiónempeoren.

Como progenitores, podemos ayudar a prevenir el acoso escolar enseñando


valores a nuestros hijos e hijas, inculcándoles la importancia del
compañerismo, la solidaridad, el apoyo, la ayuda, enseñándoles a ser asertivos
sin ser agresivos en la defensa de sus ideas frente a una acción o conducta de
un igual.

Además, los niños y niñas necesitan entender lo importante que es informar de


una acción de acoso o intimidación. Padres y madres, así como el profesorado,
podemos ayudar mostrándoles dónde pedir ayuda en el centro, y qué acción
pueden esperar.

Existen algunas conductas que las familias, en la vida cotidiana del hogar,
debemos llevar a cabo para garantizar que nuestro hijo o hija no sea víctima
del acoso ni sea acosador:

a. Escuchar atentamente a nuestro hijo o hija

Los niños pequeños pueden ser reacios a informar sobre la intimidación, o


incluso no reconocerlo. Pueden pensar que van a sufrir represalias si se lo
dicen a algún adulto, que el problema no es tan grave, que es parte de la
vida,que puedan manejar el problema por sí mismos, que no quieren ser
identificados como “chivatos” ya que eso podría empeorar la situación. Creen
que, incluso con la ayuda de sus padres u otro adulto, no se les puede
proteger. También llegan a pensar que el hecho de que le acosen o le intimiden
es su culpa.

Los niños solo podrán hablar acerca de la intimidación cuando tienen absoluta
certeza de que van a ser escuchados y ayudados. Por eso, es muy importante
que escuchemos y hablemos con nuestro hijo o hija, y así, podremos ser
capaces de determinar el nivel de participación que se necesita. Tener en
cuenta las siguientes preguntas:

• ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo/a a mantenerse a salvo?

• ¿Mi hijo/a necesita ayuda para dejar de intimidar a otros?

24
• ¿Qué información necesito?

• ¿Quién tiene la responsabilidad de actuar?

• ¿Dónde puedo ir a buscar información?

b. Decidir cómo podemos ayudar

La intervención es vital. Cómo se interviene es muy importante. Cuando


hablemos con nuestro hijo o hija acerca de un incidente, explicar que los
conceptos de “delatar”, “chismes” y “soplón”, “chivato”, son etiquetas negativas
que pueden utilizarse para disuadir a los niños de informar sobre una acción
agresiva o acoso. Hay que tener valor para informar. Las informaciones se
realizan para ayudar a mantener a alguien seguro, a alguien que está siendo
intimidado y que está siendo víctima de acoso escolar.

c. Trabajar con la escuela

Si nuestro hijo o hija es la víctima de acoso en el centro, el trabajo conjunto


entre familias y centro es imprescindible a la hora de buscar una resolución
positiva del problema.

Ante indicios de acoso, en primer lugar,ponernos en contacto con el tutor o


docente y con el director e informar de lo que nuestro hijo o hija nos ha
contado, de sus miedos y las acciones que ha sufrido por un igual en el centro.

Mientras se busca una solución positiva, debemos tener en cuenta una serie de
aspectos como mantener la seguridad de nuestro hijo. Es importante que
conozcamos qué recursos y servicios están disponibles en el centro desde el
punto de vista de apoyo psicológico o emocional, en caso de que fuese
necesario.

d. Utilizar los procedimientos adecuados

Conocerlos programas, planes y procedimientos de nuestro centro puede


ayudar a entender lo que es apropiado para nuestro hijo o hija en estas
circunstancias. Cada centro debe contar con estos programas de prevención y
actuación para hacer frente a los casos de acoso escolar. Estos programas y
planes constituyen el marco básico para la construcción de un centro o
comunidad donde se hace referencia al desarrollo de valores como la dignidad,
el respeto y la comprensión de todas las personas dentro de la comunidad.

25
III. CONCLUCIONES

 Se concluye que al Bullying como problema social que es no se le ha tenido


la suficiente importancia, es necesario enfocarse en él tal como lo están
haciendo otros países. Este es un problema que necesita la ayuda en conjunto
tanto de la familia como de la escuela.

 También he llegado a concluir que el bullying puede desencadenar grandes


consecuencias tanto en las victimas como en los agresores marcando sus
vidas.

 Muchas víctimas y victimarios pueden acabar teniendo problemas


de alcoholismo, la drogadicción, el ausentismo escolar a corto plazo y
ausentismo laboral a largo, la inseguridad y la autoestima baja, asi como
también tomar la decisión de acabar con sus vidas.

 Ya no podemos volver el tiempo para detectar el Bullying en el momento


adecuado y evitar gran cantidad de suicidios, pero aún podemos prevenir y
concientizar a la población sobre su importancia.

 En Perú y el mundo en general el Bullying adquiere un matiz alarmante debido


a la influencia que ejerce la radio y televisión, además de la

26
pobreza, analfabetismo y falta de empleo, en verdad será difícil contrarrestar
el problema, pero vale la pena intentarlo.

IV. BIBLIOGRAFIA

bessa, m. e. (2015). Bullying en la etapa escolar: Perfil y Características de los actores.


Consecuencias y líneas de intervención para su prevención en lasescuelas. Montevideo.

casares, I. m. (2017). ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN DEL ACOSO ESCOLAR. valladolid.

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ELICES, J. A. (2007). INSEBULL. INSTRUMENTOS PARA LA EVALUACIÓN DEL BULLYING. MADRID:
CEPE.

27
V. ANEXOS

28
Ilustración 1 DENUNCIAS DE ACOSO ESCOLAR POR REGION

29
Ilustración 2 TIPOS DE MALTRATOS Y CASOS POR AÑO EN EL PERU

30
Ilustración 3 CONSEJOS SOBRE EL ACOSO ESCOLAR

31

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