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en los Trastornos
del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
En primer lugar, y como hemos comentado en la introducción de este módulo destacamos la dificultad que
conlleva el diagnóstico en los TEA, debido principalmente a la gran variabilidad y heterogeneidad de mani-
festaciones clínicas que presenta. Insistimos en la importancia de la formación del clínico que diagnostica
los TEA.
Para responder esta pregunta hacemos referencia al modelo Iridia y tal y como señalan: «el objetivo final de
una evaluación debe ser ayudar a los padres a comprender a su hijo, saber qué le está sucediendo y las ne-
cesidades que tiene en el momento de la evaluación, darles pautas, resolver sus dudas y orientar a recursos,
así como emitir un diagnóstico clínico. Pensamos que el momento de la evaluación y el diagnóstico es crucial
y que debe ser el motor de arranque de un proceso de desarrollo personal que se llevará a cabo de manera
continuada en todos los aspectos y actividades a lo largo de toda la vida» (Evaluación y diagnóstico en los
trastornos del espectro autista: el modelo iridia).
A la hora de evaluar los TEA es importantísimo realizar una evaluación completa, es decir, obtener informa-
ción de lo que el niño realiza correctamente (puntos fuertes y capacidades) y donde el niño tiene una especial
dificultad (puntos débiles). La evaluación debe realizarse desde una perspectiva global, donde las dificulta-
des y las fortalezas encajan y nos muestran un perfil global de la persona.
££ Dar orientaciones para: mejorar la relación entre la familia y la persona con autismo, potenciar su desarrollo,
realizar una intervención educativa y acceder a recursos.
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Para cumplir con el objetivo final que acabamos de comentar es imprescindible realizar diagnósticos ajusta-
dos, precisos y de acuerdo a los criterios internacionales (DSM-5, CIE-11). La importancia de utilizar criterios
comunes reside en la posibilidad de un entendimiento y un acuerdo común entre profesionales.
Otro aspecto igualmente importante es tener en cuenta y ceñirse a los criterios específicos del trastorno. En
el punto 3 se detallan los criterios diagnósticos para los trastornos generalizados del desarrollo.
Así mismo, la evaluación de los TEA requiere la utilización de pruebas específicas para el diagnóstico del
trastorno, como son la ADI-R y ADOS (detalladas en el punto 6.4.1 y 6.4.2 respectivamente).
Evaluador. La persona o personas que realizan la evaluación deben combinar la calidez humana, profesiona-
lidad y técnica. Por un lado, el profesional debe ser cercano, amable, de escucha activa, empático, creativo
y flexible, entre otros. Por otro lado, debe poseer los conocimientos técnicos y específicos para la evaluación
de los TEA.
Familia. La familia es parte activa en el proceso de evaluación. Por un lado nos van a informar de las difi-
cultades y de las características de la persona a evaluar, y por otro lado pueden colaborar y ayudarnos en la
evaluación (por ejemplo el padre o la madre pueden ser aliados perfectos para pasar alguna prueba).
A la hora de abordar el proceso de evaluación es muy importante escuchar las preocupaciones de la familia
y dedicar parte del tiempo a ello.
Niño. Es el protagonista del proceso y es misión del entrevistador que se sienta cómodo y relajado; nuestro
objetivo es obtener el mejor rendimiento posible del niño. Dependiendo del caso utilizaremos una estrategia u
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otra, en casos de niños muy rígidos con mucha necesidad de anticipación puede sernos útil enviar a la familia
una foto del equipo para que el niño nos conozca antes de iniciar la evaluación.
Es importante tener en cuenta necesidades y las características del niño y de la familia, en función de éstas
adaptaremos el tiempo, intereses, horarios, esfuerzos y estilos comunicativos, entre otros.
Si queremos realizar una evaluación completa que brinde los apoyos necesarios, es imprescindible evaluar
e indagar en el conjunto de capacidades de la persona, así como los apoyos que recibe y las características
de los contextos en los que se desarrolla.
££ Funcionamiento intelectual.
££ Comunicación.
££ Interacción social.
££ Conducta.
££ Habilidades motoras.
££ Habilidades de autonomía y vida independiente.
££ Alteraciones sensoperceptivas.
Diversos estudios nos muestran la importancia y los evidentes beneficios de la intervención temprana en los
TEA. Con este objetivo en mente, resulta imprescindible una pronta detección de las dificultades y/ altera-
ciones en el desarrollo del niño. La detección temprana es un factor fundamental que nos llevará a un mejor
pronóstico en la evolución del niño.
Una detección precoz de los TEA es fundamental porque permite (Ferre, Palanca, Crespo, 2009:29):
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A estos beneficios habría que añadir los resultados positivos obtenidos en intervenciones tempranas debido
a una mayor plasticidad del cerebro y el sistema nervioso. «Existen justificaciones a favor de la intervención
temprana basadas en los conocimientos de neuro-plasticidad. Las técnicas de estimulación precoz más cla-
ras son las que siguen el camino de la naturaleza, facilitando los procesos normales de desarrollo a partir de
intervenciones con el niño, la familia y el entorno» (Guía de Práctica Clínica (GPC) para el Manejo de Pacientes
con Trastornos del Espectro Autista en Atención Primaria, 2009).
Otro dato a favor de la detección temprana en los TEA es el importante componente genético que se da en
este tipo de trastornos. Una detección temprana nos va a permitir ofrecer consejo genético a la familia.
A continuación mostramos una tabla donde se recogen las principales ventajas de la detección precoz en los
TEA:
Tabla 4. Principales ventajas de la detección precoz en los TEA. Guía de Práctica Clínica
para el Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención Primaria
££ Previenen o rectifican diagnósticos erróneos. ££ Facilita el contacto con otras personas o familiares con TEA
La Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención Pri-
maria, recomienda la detección precoz de niños con TEA como parte del proceso de atención del niño sano.
Relacionado con el tema que nos ocupa es interesante tener en cuenta que según estudios de Ferre, Palan-
ca, Crespo, 2009; los familiares suelen ser los primeros en sospechar que hay un problema en un 60% de los
casos, los pediatras en un 10% y los servicios educativos en un 7%.
Varios estudios han mostrado el importante retraso entre la primera inquietud de los padres, habitualmente entre
los 15 y 22 meses y la evaluación diagnóstica, que raramente es anterior a los 3 años. En un estudio realizado en
España se encontró que la familia es la primera en sospechar que hay un problema, siendo la edad media en ese
momento los 22 meses. La primera consulta se realiza casi cuatro meses después, a los 26 meses y se obtiene un
primer diagnóstico específico casi a los 52 meses de edad. En el Síndrome de Asperger la edad media del diagnóstico
final es de 9 años.
Ferre, Palanca, Crespo, 2009:30
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La práctica clínica nos demuestra que los diagnósticos se demoran y que la detección temprana es un reto al
que debemos llegar. Una hipótesis que justifica la demora en la detección y el diagnóstico es la complejidad
y la heterogeneidad que se da en los TEA.
Ferre, Palanca, Crespo, 2009 señalan los factores que contribuyen a esta demora:
££ El déficit en la relación social y los retrasos del lenguaje pueden no ser identificados hasta que el niño
comienza a relacionarse con sus pares en el entorno escolar.
En el apartado anterior hemos detallado los beneficios de la detección temprana en los TEA. Siguiendo esta
línea, recodamos que uno de los objetivos prioritarios de la detección precoz es la intervención temprana;
una actuación derivada de la misma se concretará en la derivación del niño y la familia a un programa de aten-
ción temprana. Entendemos por atención temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población
infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible
a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o
que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones que deben considerar la globalidad del niño,
han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.
Filipek señala que las demandas más frecuentes encontradas como preocupaciones de los padres son la
comunicación, lo social y el comportamiento. Algunas de las más frecuentes son:
££ En la comunicación:
¤¤ No responde a su nombre.
¤¤ Retraso en el lenguaje.
££ En lo social:
¤¤ No sonríe a otros.
¤¤ Es muy independiente.
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££ En el comportamiento:
¤¤ Rabietas.
¤¤ Es hiperactivo, no colabora.
¤¤ Anda de puntillas.
¤¤ Alinea objetos.
Algunas de estas preocupaciones deben ser tomadas como verdaderos signos de alarma que obligan a una
evaluación exhaustiva y en profundidad:
A continuación adjuntamos una tabla de señales de alerta en los TEA, elaborada por el Grupo de Trabajo de
la GPC para el manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención Primaria.
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Nota: En cualquier edad se pueden presentar los signos establecidos en las etapas previas. Estos
factores de forma aislada no indican TEA. Deben alertar a los profesionales del riesgo de TEA, de
forma que la derivación dependerá de la situación en su conjunto. Tampoco pueden interpretarse
desde el punto de vista evolutivo del TEA, sino como posibles signos que podemos encontrarnos
en niños evaluados en las edades referenciadas.
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Comunicación
n Ausencia o retraso en el lenguaje o déficit en el desarrollo del lenguaje no compensado por otros
modos de comunicación.
n Uso estereotipado o repetitivo del lenguaje como ecolalia o referirse a sí mismo en 2.ª o 3.ª persona.
n Entonación anormal.
n Pobre respuesta a su nombre.
n Déficit en el comunicación no verbal (ej. no señalar y dificultad para compartir un «foco de atención»
con la mirada).
n Fracaso en la sonrisa social para compartir placer y responder a la sonrisa de los otros.
n Consigue cosas por sí mismo, sin pedirlas.
n Antes usaba palabras pero ahora no.
n Ausencia de juegos de representación o imitación social variados y apropiados al nivel de desarrollo.
Alteraciones sociales
n Imitación limitada (ej. aplaudir) o ausencia de acciones con juguetes o con otros objetos.
n No «muestra» objetos a los demás.
n Falta de interés o acercamientos extraños a los niños de su edad.
n Escaso reconocimiento o respuesta a la felicidad o tristeza de otras personas.
n No se une a otros en juegos de imaginación compartidos.
n Fracaso a la hora de iniciar juegos simples con otros o participar en juegos sociales sencillos.
n Preferencia por actividades solitarias.
n Relaciones extrañas con adultos desde una excesiva intensidad a una llamativa indiferencia.
n Escasa utilización social de la mirada.
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Alteraciones de la comunicación
n Desarrollo deficiente del lenguaje, que incluye mutismo, entonación rara o inapropiada, ecolalia,
vocabulario inusual para su edad o grupo social.
n En los caso en que no hay deficiencias en el desarrollo del lenguaje existe uso limitado del lenguaje
para comunicarse y tendencia a hablar espontáneamente sólo sobre temas específicos de su interés
(lenguaje fluido pero poco adecuado al contexto).
Alteraciones sociales
n Dificultad para unirse al juego de los otros niños o intentos inapropiados de jugar conjuntamente.
n Limitada habilidad para apreciar las normas culturales (en el vestir, estilo del habla, intereses, etc.).
n Los estímulos sociales le producen confusión o desagrado.
n Relación con adultos inapropiada (demasiado intensa o inexistente).
n Muestra reacciones extremas ante la invasión de su espacio personal o mental (resistencia intensa
cuando se le presiona con consignas distintas a su foco de interés).
* Las señales de alarma a partir de los 5 años de edad están más orientadas
a aquellos casos que han podido pasar desapercibidos en evaluaciones
anteriores por ser cuadros de TEA con menos afectación como el caso del
Asperger.
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La finalidad de los cuestionarios de cribado o screening es valorar la necesidad de derivar a un servicio es-
pecializado para realizar una evaluación exhaustiva y en profundidad.
Es una herramienta de detección en dos etapas que responden los padres para evaluar el riesgo de trastorno
del espectro autista.
La prueba puede administrarse a niños de entre 18 y 24 meses de edad. Se compone de 20 ítems o pregun-
tas a los padres o principal cuidador, donde la respuesta es SI/NO. La puntuación obtenida se clasifica en :
No riesgo/Riesgo TEA (bajo, medio, alto).
Para todos los ítems, excepto el 2, 5 y 12, la respuesta «NO» indica riesgo de TEA. Para los ítems 2,5 y 12
«SI» indica riesgo de TEA. Un resultado de riesgo medio implica la realización de la entrevista de seguimiento.
Un riesgo bajo se obtiene con una puntuación total de entre 0-2. Si el niño es menor de 24 meses, se debe
repetir la prueba a los 24 meses.
Un riesgo medio se obtiene con una puntuación total de entre 3-7. Con esta puntuación debe administrarse
la entrevista de seguimiento ( segunda etapa del M-Chat-R/F) para obtener información adicional acerca de
las respuestas del riesgo. Si la puntuación se mantiene en 2 o superior, el resultado se considera positivo.
Con este resultado se debe remitir al niño para realizar una evaluación en profundidad, así como considerar
la posibilidad de incorporarlo en un programa de atención temprana.
Si la puntuación es 0-1, el resultado se considera negativo. Ninguna otra medida es necesaria a menos que
la vigilancia dell desarrollo indique riesgo de TEA. El niño seguirá siendo vigilado en futuras visitas del pro-
grama de atención al niño sano.
Un riesgo alto se obtiene con una puntuación total de entre 8-20. En este caso se recomienda prescindir de
la entrevista de seguimiento y remitir de inmediato para una evaluación en profundidad, así como determinar
la necesidad de intervenir en un programa específico de atención temprana.
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Esta versión del CHAT pretende corregir las deficiencias de la escala original, principalmente:
££ aumentar también la sensibilidad evaluando a los niños a los 24 meses en vez de a los 18.
El punto de corte para una evaluación en profundidad es fallar en dos de los 6 ítems criterio (señalar proto-
declarativo, seguimiento de la mirada, llevar objetos para enseñárselos a los padres, imitación, interés en
iguales, responder al nombre) o en tres cualesquiera.
Una de las posibles carencias del M-CHAT es que no diferencia autismo de otros retrasos del desarrollo no autistas.
La Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención
Primaria recomienda el instrumento M-CHAT como una herramienta útil para la confirmación de la sospecha
clínica del TEA en niños entre los 16 y 30 meses.
Escala realizada y validada en España. Consta de 39 preguntas a responder entre cinco opciones (nunca,
algunas veces, frecuentemente, siempre, no observado) autoadministrado por padres y profesores.
Contiene preguntas sencillas sobre conductas observables relacionadas con 6 áreas de desarrollos claves
para el diagnóstico de los TEA con Funcionamiento Intelectual dentro del rango normal. Establece un punto
de corte para la derivación a diagnóstico profundo.
Evalúa habilidades sociales, lenguaje y comunicación, coherencia central, función ejecutiva, ficción e imagi-
nación, habilidades mentalistas.
La Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención Pri-
maria recomienda el uso de la Escala Autónoma en niños mayores de 5 años como una herramienta útil para
la confirmación de la sospecha clínica del trastorno de Asperger.
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Esta escala está indicada para evaluar a niños mayores de 4 años con una edad mental superior a los dos años.
Está disponible en dos versiones, una hace referencia a la situación actual y otra a toda la vida.
El apartado de «situación actual» explora el comportamiento del niño en los últimos 3 meses.
La prueba consta de 40 preguntas a responder SI/NO autoadministrado por los padres. Ha sido traducida al
castellano, aunque no validada.
Evalúa habilidades de comunicación y funcionamiento social y se utiliza como prueba de screening ofrecien-
do una descripción de la gravedad de los síntomas, que oriente para la derivación a un diagnóstico formal.
Permite además una revisión de la evolución del tratamiento. Punto de corte de 15 discrimina entre TEA y
otros diagnósticos y una puntuación de 22 entre Trastorno Autista y otros TEA (TGD-NE o SA)
Herramienta específica para el cribado del síndrome de Asperger. La escala consta de 39 preguntas a res-
ponder SI/NO, autoadministrado por los padres.
Evalúa las tres áreas generales de socialización, comunicación, juego, intereses y patrones de conducta re-
petitiva. Punto de corte de 15 que informa de riesgo de SA.
Útil en la identificación temprana de niños. Fácil y rápida administración. Sigue criterios CIE-10 y DSM-IV.
Existe un estudio en curso con la versión traducida al castellano.
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Los cuestionarios comentados anteriormente son una propuesta para la realización del screening, ya que la
oferta respecto a este tipo de cuestionarios es inmensa.
Como cribado a partir de los 4 años, con edad mental de 2 años, hemos optado por proponer el Social Com-
munication Questionnary. SCQ, debido a su fácil aplicación y discriminación respecto a diversos cuadros
clínicos dentro de los TEA (TGD-nos, SA, Autismo), así como por basarse en los criterios del ADI-R.
Como cribado específico del SA hemos optado por el Childhood Asperger Síndrome Test (CAST) por su rá-
pida y fácil aplicación, así como porque evalúa las tres grandes áreas afectadas en los TEA (triada de Wing).
Escala
MCHAT-R/F SCQ CAST
Autónoma
Robins, Feil y Rutter M. et al., 2003, Johnson Scott et al., 2002, Baron- Belinchón, M.; Hernández;
Barton 2010. Cohen, 2009. J. M.; Martos, J.; Sotillo, M.;
Autores Oliva Márquez, M. y Olea, J.
(2008).
Compuesta por 40 items. Ambas Escala para padres Preguntas sencillas sobre
formas pueden ser contestadas donde se plantean conductas observables
directamente por los familiares comportamientos que relacionadas con 6 áreas
sin supervisión. La forma del Ciclo sugieren el riesgo de la de desarrollo claves para el
vital se centra en el desarrollo del presencia de un cuadro de diagnóstico de los TEA con
niño y proporciona una puntuación Síndrome de Asperger u funcionamiento intelectual
total que se interpreta en relación otras condiciones clínicas dentro del rango normal.
Características Compuesta a puntos de corte específicos. relacionadas. 37 ítems Establece un punto de
Para fines diagnósticos debe (sí/no). corte para la derivación a
usarse éste modelo. La forma diagnóstico profundo.
actual explora el comportamiento
del niño en los últimos 3 meses.
*ADI-R: Entrevista semi-estructurada para el diagnóstico del autismo-revisada. Cuenta con numerosos estudios que
apoyan y avalan su eficacia.
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Tiempo
aplicación
5 a 10 minutos 10-15 minutos 10 minutos 15 minutos
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Con el objetivo de concluir el apartado de la detección, citamos otros cuestionarios de screening disponibles:
C.A.R.S. The Childhood autism rating scale (Schopler, E., Reichler, J. y Renner, B.R.). Escala de valora-
ción del autismo infantil.
ASDI. The Asperger Syndrome Diagnostic Interview (Gillberg, C., Rastam, M. y Wentz, E.
ASSQ-High-Functioning Autism Spectrum Screening Questionnaire (Ehlers, S., Gillberg, Ch. Y Wing, L..)
C.S.B.S.D.P. Cuestionario del bebé y niño pequeño (Amy M. Wetherby & Barry M. Prizant).
* Realizar la lectura del artículo: Guía de buena práctica para la detección de los TEA (Grupo de Estudio de los
Trastornos del Espectro Autista del Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de Sanidad y Consumo, España).
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Recepción
del caso
Observar
££ Señales de alerta
££ Factores de riesgo
Sí
No
Sí
¿Resultado alterado?
No No
Sí
Valoración
en profundidad
Vigilancia
(Ver punto 6.4.4.) Remitir a Centro
hasta los 6 años
de atención
especializada
* Otros trastornos del desarrollo se refiere a la presencia de otros trastornos que no cumplan los criterios de
TEA, como trastornos de las habilidades motoras (ataxias, problemas de coordinación, hipotonía, que son
indicativos de parálisis cerebral infantil, etc.), discapacidad intelectual (en cualquier grado), trastornos de
aprendizaje, o trastornos de la comunicación (expresivo, receptivo, mixto o fonológico) y otros.
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Parece existir un consenso generalizado entre los profesionales especializados en la salud mental infanto-ju-
venil en las limitaciones que presentan los actuales manuales internacionales de clasificación, a la hora de
abordar la complejidad de la psicopatología infantil y juvenil, al estar principalmente, más enfocados a la
psicopatología adulta.
Tanto en el DSM-5 como en la CIE-11, los TEA se agrupan bajo una única categoría diagnóstica (trastorno
del espectro autista), con diferentes niveles de severidad en función del nivel de desarrollo cognitivo y de
lenguaje.
En la práctica clínica se utiliza el término TEA debido a la flexibilidad dimensional que ofrece. «El concepto
de TEA puede entenderse como un abanico gradual de síntomas, un ‘continuo’ donde en un extremo está
el desarrollo totalmente normal y en otro aquellos trastornos generalizados del desarrollo más graves» (Guía
de Práctica Clínica en el SNS)
El término TGD se introdujo en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos Mentales de la Aso-
ciación Americana de Psiquiatría en su tercera edición en 1980, con el objetivo de describir una serie de
cuadros clínicos que incluían al autismo.
Dicho término (TGD) se ha mantenido hasta la cuarta edición del DSM e incluía el Autismo, síndrome de
Asperger, síndrome de Rett, trastorno desintegrativo infantil y trastorno generalizado del desarrollo no espe-
cificado; como ya comentamos anteriromente, la quinta edición del DSM ha eliminado y sustituido el término
TGD por trastorno del espectro autista (TEA). Esta modificación conlleva un cambio en la concepción
diagnóstica del trastorno, el pasar de una concepción categorial con límites precisos, a una concepción
dimensional o de espectro. A este cambio hay que añadirle la desaparición de categorías diagnósticas
como es el síndrome de Asperger, trastorno desintegrativo infantil y el trastorno generalizado del desarrollo
no especificado. El síndrome de Rett saldría del grupo, ya que hace años que se conoce el gen implicado
en el desarrollo de la enfermedad (MECPE2), y tanto la sintomatología, abordaje y trayectoria clínica es muy
específica y difiere de los TEA.
Estudios realizados muestran que la utilización tanto del DSM-5 como de la CIE-11 aumenta la fiabilidad del
proceso diagnóstico.
A continuación, se presentan los criterios diagnósticos que debe cumplir el trastorno autista para ser consi-
derados como tal según el DSM-5.
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C. Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo (pero pueden
no manifestarse totalmente hasta que la demana social supera las capacidades limitadas, o pueden
estar enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la vida).
D. Los síntomas causan un deterioro clinicamente significativos en lo social, laboral u otras áreas im-
portantes del funcionamiento habitual.
E. Estas alteraciones no se explivan mejor por la discapacidad Intelectual (trastorno del desarrollo in-
telectual) o por el retraglobal del desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro
autista con frecuencia coinciden; para hacer diagnósticos de comorbilidades de un trastorno del
espectro autista y discapacidad intelectual, la comunicación social ha de estar por debajo de lo
previsto para el nivel general de desarrollo
NOTA: A los pacientes con un diagnóstico bien establecido según el DSM-IV de trastorno autista, enfermedad de
Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otro modo, se les aplicará el diagnóstico de tras-
torno del espectro autista. Los pacientes con deficiencias notables en la comunicación social, pero cuyos síntomas
no cumplen los criterios de trastorno del espectro autista, deben ser evaluados para diagnosticar el trastorno de la
comunicación social (pragmática).
Especificar si:
¤¤ A
sociado a una afección médica o genética, o a un factor Ambiental conocidos (Nota de
codificación: Utilizar un código adicional para identificar la afección médica o genética aso-
ciada)
¤¤ A
sociado a otro trastorno del neurodesarrollo, mental o del Comportamiento (Nota de codifi-
cación: Utilizar un código (s) adicional (es) para identificar el trastorno (s) del neurodesarrollo,
Mental o del comportamiento asociado(s)).
¤¤ C
on catatonia (veánse los criterios de catatonia asociada a otro trastorno mental; para la
identificación, veánse las págs. 119-120). (Nota de codificación: Utilizar el código adicional
293.89 (F06.1) catatonia asociada a trastorno del espectro autista para indicar la presencia
de la catatonia concurrente).
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Grado 3. Las deficiencias graves de las aptitudes de comunicación La inflexibilidad del comportamiento, la
«Necesita social, verbal y no verbal, causan alteraciones graves del extrema dificultad para hacer frente a
ayuda muy
funcinamiento, un inicio muy limitado de interacciones los cambios y los otros comportamientos
notable»
sociales y una respuesta mínima a la apertura social restringidos/repetitivos interfieren notable-
de las otras personas. Por ejemplo, una persona con mente con el funcionamiento en todos los
pocas palabras inteligibles que raramente inicia una ámbitos.Ansiedad intensa/ dificultad para
interacción y que, cuando lo hace, utiliza estrategias cambiar el foco de acción.
inhabituales para cumplir solamente con lo necesario, y
que únicamente responde a las aproximaciones sociales
muy directas.
Grado 1. Sin ayuda in situ, las deficiencias de la comunicación La inflexibilidad del comportamientp causa
«Necesita social causan problemas importantes. Dificultad para una interferencia significativa con el funcio-
ayuda»
iniciar interacciones sociales y ejemplos claros de namiento en uno o más contextos. Dificultad
respuestas atípicas o insatisfactorias a la apertura social para alternar actividades. Los problemas de
de las otras personas. Puede parecer que tiene poco organización y de planificación dificultan la
interés en las interacciones sociales. Por ejemplo, una autonomía.
persona que es capaz de hablar con frases completas y
que establece la comunicación, pero cuya conversación
amplia con otras personas falla y cuyos intentos de hacer
amigos son excéntricos y habitualmente no tienen éxito.
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Al hablar de comorbilidad en los TEA tenemos que hacer referencia a los términos «Autismo idiopático o
primario» y «Autismo sindrómico».
Cuando hablamos de autismo sin síndromes u otras enfermedades asociadas nos estamos refiriendo al
«Autismo idiopático o primario». Cuando el niño presenta algún otro síndrome asociado u otra patología nos
referimos al «Autismo sindrómico». Los niños diagnosticados de Autismo sindrómico presentan dos diagnós-
ticos, el de autismo y el de la patología asociada.
Los niños con TEA pueden presentar asociadas diversas patologías, según los datos de GPC para el ma-
nejo de pacientes con TEA, las patologías asociadas más frecuentes son: metabolopatías, intoxicaciones,
infecciones, epilepsia (prevalencia más alta con respecto a la población general y mucho más elevada en los
casos de TEA con discapacidad cognitiva), problemas motores, alteraciones oculares y auditivas, hiperacti-
vidad e insomnio. También se ha observado la asociación de otros trastornos de salud mental como el tras-
torno obsesivo compulsivo, la ansiedad, la depresión y otros trastornos del estado del ánimo, sobre todo en
pacientes con Trastorno de Asperger o autismo sin discapacidad intelectual asociada, que pueden empezar
a manifestarse en la adolescencia.
El diagnóstico diferencial en los TEA abarca un amplio grupo de cuadros clínicos, desde el autismo propia-
mente dicho hasta otras psicopatologías que cursan con alteraciones en la interacción social. La precisión
en el diagnóstico es de vital importancia ya que nos va a marcar la futura intervención, de ahí la importancia
del diagnóstico diferencial.
Otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de realizar el diagnóstico diferencial es que los signos
precoces de los TEA no son específicos del trastorno, ya que muchos pueden ser comunes con otros cua-
dros clínicos.
Otros aspectos que dificultan el diagnóstico en los TEA es el hecho de que existe una importante superpo-
sición entre la sintomatología autista y numerosos trastornos que se dan en el desarrollo. Por otro lado, tal y
como comentan Ferre, Palanca, Crespo, 2009, las alteraciones en el patrón de relación social están presen-
tes en una gran variedad de trastornos de la infancia y la niñez.
Haciendo referencia a la dificultad del diagnóstico en los TEA no podemos dejar de hacer referencia a un
aspecto clave: la enorme variabilidad y heterogeneidad respecto a la expresión de los síntomas. A medida
que el niño se desarrolla, la adquisición del lenguaje y la capacidad cognitiva, modifican la sintomatología de
cualquier trastorno. Por lo tanto, las posibilidades de realizar un diagnóstico diferencial se hacen mayores al
aumentar la variabilidad de expresión sintomática, la capacidad de lenguaje y las demandas sociales.
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Al realizar el diagnóstico diferencial es importante descartar enfermedades médicas y/o sensoriales que pue-
den cursar con rasgos autísticos, por ejemplo sordera o Síndrome X frágil, entre otros.
Por otro lado, en el diagnóstico diferencial distinguimos dos grandes grupos: 1) retraso mental y trastornos
del lenguaje y 2) trastornos propiamente psiquiátricos.
Según la Guía para el diagnóstico y tratamiento de los TEA realizada por la comunidad de Madrid en el año
2009, hoy en día se acepta que menos del 50% de los TEA presenta retraso mental. Entendemos por retraso
mental un CI inferior a 70.
Respecto al TEA con retraso mental, comentar que es muy difícil una detección antes de los 2 años. La
diferencia nos la marcará una mayor afectación de las habilidades sociales y comunicativas, así como la
gravedad de las conductas autoestimulatorias. Los TEA con retraso mental es el grupo en el que vamos a
encontrar una mayor proporción de problemas neurológicos, especialmente epilepsia.
En función del tipo de trastorno del lenguaje, se verá más o menos afectado el aspecto social. Por ejemplo,
con trastornos de lenguaje receptivo, las habilidades sociales son consistentes con el nivel de lenguaje y por
lo tanto retrasadas respecto al nivel de desarrollo esperado; estos niños pueden presentar sintomatología
muy similar a la del autismo, por ejemplo ecolalia, rituales y lenguaje estereotipado, aunque el nivel de afec-
tación es menor que el que se da en autismo. Igual que en los TEA, estos niños presentan dificultades en la
relación con sus iguales y se sienten más cómodos en la relación con niños más pequeños o con adultos. Un
aspecto que marca la diferencia es que las habilidades sociales e imaginativas mejoran considerablemente
con el progreso del desarrollo.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
5.2.1. Esquizofrenia
Hasta 1980, año en el que se publicó el DSM-III, el autismo estaba incluido dentro de la esquizofrenia in-
fantil. Se consideraba al autismo una manifestación precoz de la esquizofrenia. En estos últimos 30 años
ha habido un cambio en base a la agrupación de los criterios diagnósticos establecidos, siendo estos los
sociales, comunicativos y sensoriomotores. Excluyendo los trastornos del pensamiento, característicos de
la esquizofrenia.
Los criterios diagnósticos actuales para el diagnóstico de la esquizofrenia infantil son los establecidos para
los adultos.
En niños pequeños el diagnóstico diferencial suele ser complejo ya que la esquizofrenia de inicio precoz se
asemeja mucho al autismo.
A diferencia de los TEA, que es un trastorno que por definición aparece en los 3 primeros años de vida, la
esquizofrenia es muy raro que se presente antes de los 7 años.
La Guía de Diagnóstico y Tratamiento de los TEA elaborada por Salud Madrid, recomienda considerar estos
aspectos a la hora de orientar el diagnóstico diferencial, el cuadro clínico y el curso:
££ En los niños y adolescentes con esquizofrenia, típicamente su funcionamiento cognitivo está entre el
límite y el normal-bajo con mejores resultados en las habilidades no verbales en relación con las verbales.
££ La alteración de la conducta social en la esquizofrenia va más en la línea del aislamiento. Los niños con
esquizofrenia suelen entender las claves sociales no verbales y los aspectos pragmáticos de la comu-
nicación respeto de turnos en conversación, regulación de la interacción por la mirada etc.) existiendo
una inhibición con respecto a las conductas y las competencias en la relación. Se constata además por
la historia clínica la existencia previa de capacidad para la interacción.
A pesar de este apunte, algunas guías consideran el diagnóstico diferencial de los TEA con los trastornos de
la personalidad esquizoide y evitativo.
El diagnóstico diferencial de los TEA con los trastornos de personalidad suele plantearse a partir de la ado-
lescencia o en la edad adulta.
La historia clínica y la recogida de información respecto al desarrollo evolutivo nos aportará información re-
levante para el diagnóstico diferencial.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
££ Los niños con TEA son capaces de sostener la atención en sus temas de interés.
££ En ocasiones en las que las demandas sociales no están muy claras o superan sus capacidades, los
niños con TEA pueden parecer inatentos.
££ Las dificultades nucleares de base en los niños con TDAH no son la capacidad de interacción y de co-
municación que se da en los TEA.
££ Los niños con TDAH no tienen porque presentar dificultades en el aspecto social aunque en ocasiones
no interaccionan de forma adecuada debido a su impulsividad y/o inatención.
A nivel general la sintomatología global de los TEA no va a presentar dificultades respecto al diagnóstico
diferencial con el trastorno oposicionista desafiante.
Los niños con trastornos de ansiedad pueden presentar aislamiento social, trastornos del sueño y alteracio-
nes en el funcionamiento social y académico.
Otro aspecto distintivo entre los TEA y los trastornos de ansiedad es que en situaciones familiares y entornos
relajados los niños con ansiedad no presentan dificultades de interacción, tampoco presentan retrasos o
alteración cualitativa del desarrollo, tan característica en los TEA.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Otro aspecto importante a tener en cuenta en el diagnóstico diferencial es la conciencia que presentan los
niños con TOC referente a sus conductas inadecuadas, totalmente ausente en los niños con TEA.
5.2.9. Depresión
Es uno de los trastorno que más se da en los TEA, especialmente en los de alto funcionamiento y más fre-
cuentemente a partir de la adolescencia y la edad adulta, cuando son capaces de tomar mayor conciencia
de sus dificultades.
Los aspectos que nos podrían confundir son el aislamiento social y los intereses restringidos, por este mo-
tivo, es imprescindible explorar el desarrollo evolutivo, ya que éste junto con la sintomatología asociada nos
va a clarificar el diagnóstico diferencial.
Hay que tener en cuenta que en el trastorno reactivo de la vinculación las dificultades sociales tienden a
desaparecer en respuesta a un ambiente adecuado de protección y seguridad.
La evaluación y el diagnóstico en los TEA es básicamente clínico, ya que actualmente no disponemos de nin-
gún marcador biológico que identifique el trastorno. De ahí la importancia de la adecuada formación de los
profesionales que van a realizar el diagnóstico, ya que este se basa en su juicio clínico junto con los criterios
diagnósticos establecidos (DSM-5 y CIE-11).
Recordamos que consideramos la evaluación como el punto de partida de un proceso que se inicia con el
objetivo de intervenir de forma adecuada en función de las necesidades que la persona presenta. La finalidad
última que guía este proceso de desarrollo personal es mejorar la calidad de vida del niño con TEA y la de
su familia.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
A la hora de evaluar es importante tener en cuenta todas las capacidades del niño, tanto sus puntos fuertes
como sus dificultades, no solo centrarnos en los déficits. Es imprescindible conocer las áreas de las que
vamos a poder «tirar» para potenciar su desarrollo. Pretendemos realizar una evaluación global del niño,
teniendo en cuenta tanto sus fortalezas como sus dificultades.
££ Dar orientaciones para: mejorar la relación entre la familia y la persona con autismo, potenciar su desa-
rrollo, realizar una intervención educativa y acceder a recursos.
Para realizar una evaluación exhaustiva de los TEA debemos valorar diferentes aspectos (cognitivos, lenguaje
y comunicación, habilidades adaptativas y sociales), así como utilizar pruebas específicas para la evaluación
y diagnóstico de los TEA.
££ Prueba específica para evaluar TEA, debido a la complejidad y heterogeneidad del trastorno. Evidentemente la prueba debe
estar validada y reconocida por expertos a nivel internacional.
££ Prueba estandarizada de inteligencia. Nos va a aportar el nivel general de funcionamiento de la persona evaluada, base
sobre la cual compararemos el resto de competencias (Klin, 2000).
££ Prueba estandarizada de habilidades adaptativas. Es necesario para establecer un diagnóstico de discapacidad intelectual
(Klin, 2000, Luckasson et al., 1992, 2002), siguiendo los criterios establecido desde la publicación del DSM-IV (1994)
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
££ Si es casi o absolutamente mutista, ¿hace algún intento de compensar con signos no verbales?, ¿señala lo que quiere
obtener o lleva la mano del examinador para alcanzar lo que desea sin contactar con la mirada?
££ Si el niño tiene lenguaje verbal y tiene un discurso adecuado ¿puede iniciar y sostener una conversación?
££ ¿Existen en su discurso alteraciones del lenguaje como estereotipias verbales, ecolalia, inversión pronominal, uso del len-
guaje con excesiva literalidad o pedantería o voz monótona?
££ ¿Puede hacer inferencias, entender el sentido del humor, responder adecuadamente a preguntas indirectas, tener en
cuenta la perspectiva del compañero de conversación?
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
££ ¿Hay movimientos estereotipados? Las conductas motoras repetitivas o extrañas son características y pueden incluir
aleteos, andar de puntillas e incluso «paralización» repentina en una postura.
££ Si hay movimientos estereotipados, ¿ocurren cuando el niño está excitado o ansioso, o se trata de actividades preferidas?
¿puede ser interrumpido el niño cuando está inmerso en estas actividades?
££ ¿Le interesan partes determinadas de objetos? (por ej., un camión de juguete le interesa sólo porque las ruedas giran).
££ ¿Tiene el niño un interés particular y especial por algo? ¿Interfiere esto en el funcionamiento o es anormal en términos de
intensidad o foco? ¿Está interesado en temas inusuales o bizarros?
££ Respecto al deseo de inmutabilidad, deberemos preguntarnos: ¿tiene dificultades con los cambios? ¿Se adhiere a rutinas
rígidas, no productivas o rituales?
La contribución de cada una de estas herramientas estará en función de la edad y del desarrollo cognitivo del niño
así como de la gravedad del cuadro clínico dentro del espectro. El diagnóstico debe basarse fundamentalmente en
la valoración clínica más que en el uso de cuestionarios y escalas, si bien, en niños con limitaciones cognitivas éstas
son especialmente útiles.
Guía de diagnóstico y tratamiento de los TEA, Madrid
A continuación comentamos una serie de pruebas estandarizadas en función de las distintas áreas a evaluar:
cognitiva, comunicación y lenguaje, habilidades adaptativas, y pruebas especificas para los TEA.
Batería de test de aplicación individual que evalúa aptitudes cognitivas y rendimiento educativo de niños y
adolescentes entre los 2:6 a 5:11 años (BAS-II infantil) y los 6:00 a 17:11 años (BAS-II escolar).
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
La batería Infantil incluye test cognitivos (principales y diagnósticos). La batería Escolar además de incluir los
test cognitivos (principales y diagnósticos) incorpora test de rendimiento.
La parte cognitiva ofrece un índice que resume la capacidad conceptual general y el razonamiento (Índice
General; IG), y unos índices de aptitud intelectual que evalúan aspectos concretos de esa capacidad general:
Índice verbal (IV), Razonamiento perceptivo (RP; hasta los 5:11 años), Razonamiento no verbal (RNV; a par-
tir de los 6:0 años) e Índice espacial (IE). Además, las puntuaciones que se obtienen en los diferentes tests
principales y diagnósticos cubren una amplia variedad de aptitudes específicas. Los tests de rendimiento
proporcionan una medida tipificada de las habilidades numéricas y de escritura básicas.
Es un instrumento flexible que permite medir con precisión tanto a sujetos con altas capacidades como a
sujetos con algún tipo de retraso, dificultades de aprendizaje o trastornos del neurodesarrollo.
La baremación española se realizó con una amplia muestra de población infantil española
Evalúa las principales áreas en el desarrollo del niño de 1 a 78 meses: cognición, comunicación y lenguaje,
motricidad fina y gruesa, desarrollo socioemocional y conducta adaptativa y autocuidado.
La aplicación es individual y tiene una duración aproximada de 60-90 minutos (batería completa).
££ Debido a su reducido componente verbal, ofrece una medida fiable y válida para evaluar a niños con
problemas de comunicación y de lenguaje.
Utiliza tres metodologías: pruebas de rendimiento, observación y cuestionarios para padres y profesores.
Es una batería de test de aplicación individual que permite una evaluación global de la inteligencia (ge-
neral, verbal y no verbal) y la memoria desde los tres hasta los 94 años.
La duración aproximada de la evaluación es de unos 40 minutos, 30 para inteligencia y 10 minutos para
memoria.
Esta batería está compuesta de seis subtests: dos de inteligencia verbal (Adivinanzas y Analogías ver-
bales), dos de inteligencia no verbal (Categorías y Figuras incompletas) y dos de memoria (Memoria verbal
y Memoria no verbal) y nos permite obtener puntuaciones en Inteligencia general, Memoria general, In-
teligencia verbal e Inteligencia no verbal.
Cuenta asimismo con una versión breve, RIST, Test de Inteligencia Breve de Reynolds, que nos ofrece
una medida de screening muy breve y eficaz para evaluar inteligencia. Está compuesto de dos de los sub-
tests: Adivinanzas (subtest verbal) y Categorías (subtest no verbal).
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Ambas pruebas están baremadas en una muestra amplia y representativa de la población española.
Es una prueba para evaluar de forma muy breve (unos 30 minutos) las cinco áreas principales del desa-
rrollo infantil (Cognición, Motricidad, Socioemocional, Comunicación y Conducta adaptativa) desde el
nacimiento hasta los 12 años y 11 meses.
Puede aplicarse a través de una entrevista a los padres o mediante un cuestionario que responden estos
de forma independiente y nos ofrece un índice general de desarrollo y una puntuación en cada una de las
áreas: Motricidad, Conducta adaptativa, Socioemocional, Cognición y Comunicación.
Sus características hacen que se considere una excelente prueba de screening de los problemas de de-
sarrollo, la información que ofrece puede servir de base para el diseño de planes de intervención por lo
que es muy adecuada para el seguimiento de los niños en riesgo, tanto en el ámbito clínico como en el
escolar.
Se utilizan también otras escalas como Escala Manipulativa Internacional de Leiter-R, BSID-III (Es-
calas Bayley de Desarrollo Infantil), WPPSI, WISC o WAIS (Escalas Wechsler) o K-ABC (Batería de
evaluación de Kaufman para niños).
El principal objetivo de esta prueba es detectar alteraciones en los diferentes procesos implicados en la co-
municación (percepción, interpretación o transmisión).
Como puntos fuertes de la prueba destaca que compara, para cada función, procesos verbales y no verba-
les.
Como punto débil comentar que el modelo teórico psicolingüístico que maneja es anticuado y poco ajustado
al conocimiento actual.
Es una prueba que permite una detección rápida o «screening» del desarrollo del Lenguaje Oral.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Como puntos fuertes decir que el modelo de desarrollo que sustenta la prueba es muy adecuado. El material
es muy atractivo. Está validada y baremada en población española.
Como punto débil destaca la limitación respecto a la edad de población: está diseñada para un rango de
edad muy pequeño.
Esta prueba permite evaluar el nivel de lenguaje y comunicación en niños de 8 a 30 meses y se compone
de dos inventarios:
Esta prueba tiene dos finalidades: evaluar el nivel de vocabulario receptivo y hacer una detección rápida
de dificultades o screening de la aptitud verbal.
Se puede aplicar desde los 2 años y medio hasta los 90 años y el tiempo de aplicación es muy breve,
entre 10 y 20 minutos.
Está compuesta por unas láminas con cuatro dibujos cada una en las que el sujeto debe indicar qué ilus-
tración representa mejor el significado de una palabra dada por el examinador.
Esta prueba está baremada con una muestra amplia y representativa de población española
Edad de administración de uno a siete años. No existe adaptación española oficial de esta prueba ni baremos
con población infantil española.
La característica general de la prueba es que evalúa la comprensión del lenguaje, y la expresión, valorando
el contenido, la forma y el uso.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
ABAS-II
Evaluación de las habilidades adaptativas desde el nacimiento hasta los 89 años. Publicada por TEA Edicio-
nes desde finales de 2012.
££ la detección de las dificultades en las habilidades necesarias para funcionar con eficacia en la vida diaria.
Las áreas que evalúa son: comunicación, utilización de los recursos comunitarios, habilidades académicas
funcionales, vida en el hogar o vida en la escuela, salud y seguridad, ocio, autocuidado, autodirección, mo-
tora y empleo.
Además de las escalas anteriores, el ABAS-II también ofrece puntuaciones en tres índices globales: Concep-
tual, Social y Práctico, así como un índice global de conducta adaptativa (CAG).
La información sobre la conducta adaptativa del evaluado se recoge por medio de ejemplares que son com-
pletados por sus padres y profesores, en el caso de los niños y adolescentes y, en el caso de los adultos,
por personas adultas allegadas al sujeto evaluado (familiares, compañeros, cuidadores:) o bien de manera
autoinformada.
Es una prueba diagnóstica destinada a la detección de déficits significativos en la conducta adaptativa, que
es uno de los criterios requeridos para el diagnóstico de discapacidad intelectual y otros trastornos del de-
sarrollo.
Es un cuestionario que se aplica en formato entrevista a familiares, profesionales de atención directa o infor-
mantes que conozcan bien a la persona evaluada. Tiene tres versiones que evalúan las habilidades especí-
ficas más apropiadas en función de la edad de la persona evaluada: de 4 a 8 años, de 9 a 15 años y de 16
a 21 años.
Proporciona puntuaciones en las tres dimensiones de la conducta adaptativa (conceptual, social y prácti-
ca), así como un índice general de conducta adaptativa con puntos de corte sugeridos para el diagnóstico.
Esta prueba proporciona una evaluación integral que incluye, además, aspectos de la conducta adaptativa
relevantes y no frecuentemente evaluados por otras pruebas, como los relativos a la ingenuidad, la creduli-
dad o la destreza con las nuevas tecnologías.
Por último, también puede utilizarse la Escala de Conducta Adaptativa de Vineland (Vineland Adaptative
Behavior Scales. Second Edition).
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Siguiendo la recomendación del grupo de expertos que conforma la Mesa de Trabajo de AETAPI sobre eva-
luación y diagnóstico en autismo (www.aetapi.org), los trastornos del espectro de autismo, deben ser eva-
luados utilizando pruebas específicas que evalúen específicamente la sintomatología autista (Howlin, 1998)
y que tengan una moderada sensibilidad y buena especificidad (Filipeck et al.,1999), así como utilizando los
criterios que aparecen en los manuales internacionales de clasificación diagnóstica. Es imprescindible una
uniformidad de criterios respecto al diagnóstico, tanto en la práctica clínica como en la investigación.
Ámbito de aplicación: Cualquiera, siempre que la edad mental sea superior a los 18 meses.
La entrevista va dirigida a los padres o al cuidador principal del niño y se centra principalmente en caracte-
rísticas diagnósticas claves especificadas en el DSM-IV-TR y CIE-10, especialmente las que tienen que ver
con desvíos en el desarrollo y alteraciones en la interacción social recíproca, la comunicación y el lenguaje y
los intereses restringidos, repetitivos y conductas estereotipadas.
Se trata de una entrevista semi-estructurada, en la que el entrevistador debe conocer en profundidad las
distinciones conceptuales involucradas en cada ítem así como los aspectos específicos de la información de
comportamiento que son necesarios para poder decidir la evaluación. El entrevistador debe decidir cuando
ha obtenido la información suficiente para puntuar el ítem. La decisión del entrevistador se basa en si las
descripciones obtenidas son adecuadas para puntuar y no si se han usado todas las preguntas exploratorias.
Depende del entrevistador continuar con las preguntas hasta clarificar la información y puntuar el ítem. Res-
puestas «SI» o «NO» nunca se codifican como tal, buscamos obtener descripciones de comportamiento. En
este sentido hay un fuerte énfasis en la necesidad de obtener descripciones detalladas de comportamiento
actual. Afirmaciones generales no se aceptan. Se le pide a los informantes que den un informe secuencial
del comportamiento del sujeto en episodios. Es importante tomar nota de las descripciones facilitadas. Así
mismo también se recomienda grabar la entrevista en video (correspondiente consentimiento informado a la
familia) con la finalidad de poder revisarla y observar algún aspecto que interese.
Los correspondientes códigos que se utilizan para puntuar los ítems en la entrevista han sido ideados con el
fin de diferenciar retraso en el desarrollo, o discapacidad en alguna función, de desvío, o anormalidad en esa
función. Cada código busca centrarse en algún tipo específico más que en una anormalidad general indife-
renciada. Es imprescindible que los entrevistadores reciban un entrenamiento específico para la utilización
del ADI-R, ya que es una entrevista que depende especialmente de las técnicas de entrevista habilidosas y
en el conocimiento detallado del entrevistador acerca de las distinciones conceptuales involucradas en cada
código.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
La entrevista se compone de 6 secciones. La primera parte es una sección general para obtener información
de antecedentes acerca del sujeto y su familia.
La segunda sección de su entrevista cubre la historia de desarrollo temprano, con preguntas acerca de qué
momento los padres se dieron cuenta de que algo no andaba del todo bien en su desarrollo.
Las siguientes tres secciones de la entrevista se centran en el comportamiento del sujeto en años anteriores
y actualmente (se entiende por actual los tres meses anteriores a la entrevista). Cada una de las tres sec-
ciones se ocupa de un área específica relacionada con el diagnóstico de autismo: desarrollo social y juego,
comunicación y lenguajes, e intereses restringidos, repetitivos y estereotipados. La séptima y última sección
se ocupa de dificultades del comportamiento no específicas, habilidades especiales, y algunas preguntas
para completar la entrevista.
Para que se pueda aplicar un comportamiento anormal como existente, debe de haber estado presente du-
rante por lo menos 3 meses.
Para cada sección de la entrevista, hay una pregunta obligatoria inicial en negrita. El entrevistador deberá
seguir preguntando hasta que tenga la suficiente información para codificar el ítem. Es responsabilidad del
entrevistador obtener la suficiente información para codificar el ítem. La información debe estar basada en
descripciones de conductas no en opiniones o juicios de valor. Como hemos comentado anteriormente, los
comportamientos deben de haberse establecido durante por lo menos 3 meses.
Es importante que el examinador se concentre en lo específico de cada codificación para evitar el efecto
«halo» como consecuencia de preconceptos con respecto a si el niño tiene o no algún trastorno del desa-
rrollo.
En la ADI-R encontramos dos tipos de algoritmos, uno diagnóstico y otro de la conducta actual. Hay dos
tipos de algoritmo diagnóstico, el que tiene en cuenta el comportamiento o la conducta del niño con 2 años 0
meses a 3 años 11 meses y el que tiene en cuenta la edad de 4 años 0 meses a 4 años y 11 meses. Referente
al algoritmo de la conducta actual tenemos tres opciones: 3 años 11 meses y menores, entre 4 años 0 meses
y 9 años 11 meses y 10 años 0 meses y mayores.
1: El comportamiento del tipo especificado está/estaba presente de manera normal («o falta de com-
portamiento estaba presente»), pero no lo suficientemente severo, frecuente o marcado como para
cumplir los criterios para «2».
2: Definida anormalidad del tipo especificado que cumple/cumplía los criterios dados para esa codi-
ficación.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
8: No aplicable (no hubo oportunidad de exhibir el comportamiento porque se encuentra fuera del pe-
ríodo de edad especificado, no tiene el nivel requerido de comportamiento o porque nunca estuvo en
circunstancias que podrían elicitar el comportamiento)
9: No se sabe.
993: regresión
El concepto del diagnóstico del autismo se basa en el supuesto de que es un trastorno neuroevolutivo cuyas
manifestaciones son evidentes durante los primeros 3 años de vida. El algoritmo diagnóstico aborda este
requisito de dos maneras:
Cinco elementos de la sección D (2, 9, 10, 86 y 87) se utilizan para determinar si ha existido alguna anorma-
lidad antes de los 36 meses. Un código de 1 en cualquiera de estos elementos es suficiente para cumplir el
criterio.
Para aquellos elementos que están influenciados por la madurez del desarrollo (la gran mayoría de alteración
cualitativa en la interacción social y comunicación), las puntuaciones algorítmicas se conceden a las con-
ductas más anormales entre los 4 y los 5 años. Así se evitan alteraciones artificiales que son función de la in-
madurez del desarrollo y se tiene en cuenta que algunos aspectos de la interacción social y la comunicación
tienden a superarse con la edad.
Para aquellas conductas que seguramente no están afectadas por el nivel de desarrollo (patrones de com-
portamiento restringidos…) la puntuación se basa en el código «alguna vez».
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Material:
££ Manual.
££ Protocolo de la entrevista
££ Algoritmos diagnósticos y de la conducta actual
Aplicación: individual.
Ámbito de aplicación: cualquiera, siempre que la edad mental sea superior a dos años.
Duración de la entrevista: 1,5 y 2,5 horas.
Finalidad: Completa y profunda evaluación de aquellos sujetos en los que se sospecha
un TEA. Esta entrevista ha probado ser exactamente útil tanto para el diagnóstico formal
como para la planificación del tratamiento y de la atención educativa.
Es importante tener suficientes detalles anotados en la entrevista como para que otra
persona sea capaz de chequear las codificaciones. Es la responsabilidad del entrevistador
asegurarse de que, para todos los ítems, haya una descripción escrita del comportamiento
del sujeto que sea suficientemente detallada como para que otra persona sea capaz de
determinar cuál debería haber sido la codificación correcta.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Normas prácticas:
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Los algoritmos del ADI-R tienen como finalidad la interpretación fundamental de los
resultados del ADI-R y pueden ser utilizados de dos formas.
££ Algoritmo diagnóstico: Se centra en la historia completa del desarrollo del
sujeto evaluado para obtener un diagnóstico. Existen dos algoritmos diagnósticos:
uno para las edades de 2 años a 3 años y 11 meses y otro para las edades de 4
años en adelante.
££ Algoritmo de la conducta actual: Las puntuaciones se basan en la con-
ducta observada en los últimos meses. Dependiendo de la edad del sujeto, se utiliza
uno de los tres algoritmos existentes (3 años y 11 meses o menores, entre 4 años
y 9 años y 11 meses, 10 años o mayores). Proporciona una base comparativa para
la planificación del tratamiento y la valoración.
Se suman las puntuaciones algorítmicas correspondientes a los apartados
considerados dentro de cada una de las áreas consideradas (alteración cualitativa
de la interacción social, de la comunicación, los patrones restringidos, repetitivos y
estereotipados…y la edad de aparición) y se comprueba si se supera o no el punto
de corte establecido en cada caso.
*P
ara más información recomendamos consultar el Manual ADI-R de
TEA ediciones.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
El ADOS-2 es una revisión de la Escala de Obervación para el Diagnóstico de Autismo (ADOS, Lord, Rutter,
Dilavore y Rissi, 2009), instrumento de referencia para la evaluación y el diagnóstico de los TEA.
££ Manual y protocolos actualizados para cada módulo, con pautas mejoradas para aplicación, codifi-
cación e interpretación.
££ Incorpora un módulo específico con algortimos para evaluar a niños de edades tempranas (módulo
T, para toddlers).
La prueba está compuesta por cinco módulos y se estructura en dos partes. La parte I consta de cuatromó-
dulos; cada sujeto es evaluado sólo con el módulo adecuado a su nivel de lenguaje expresivo y a su rango
de edad cronológica.
El módulo 1 (preverbal y palabras sueltas) se aplica a niños de 31 meses o más, sin lenguaje o que expresan
palabras simples. El foco está puesto en el uso de los juguetes y otros materiales concretos que llaman más
la atención a niños de una edad de desarrollo menor a tres años.
El módulo 2 (habla con frases) consiste en 14 actividades centradas en el uso de juguetes y otros materiales
concretos que son llamativos para sujetos que adquirieron el habla con frases pero alcanzan un nivel de
«enguaje expresivo inferior a 4 años. La expresión «Habla con frases” se define como tener una producción
regular de frases no ecolálicas que consisten en 3 unidades independientes y que por lo menos a veces
incluya un verbo activo. Este módulo está diseñado para ser utilizado con niños de cualquier edad que han
adquirido habla con frases pero que no han logrado aún lenguaje verbal fluido. Para niños verbales muy pe-
queños, el examinador puede elegir entre los módulos 2 o 3 dependiendo de sus intereses, comportamiento
y nivel de lenguaje.
El módulo 3 está destinado a evaluar a niños y adolescentes (hasta los 16 años) con lenguaje fluido (estima-
do a un nivel de un niño de 4 años en lenguaje expresivo funcional). Con adolescentes, los examinadores
pueden elegir entre los Módulos 3 y 4, dependiendo de los intereses del participante, nivel de madurez so-
cio-emocional y situación escolar.
El módulo 4 es para la evaluación de adolescentes de 16 años en adelante y adultos con fluidez verbal.
La parte II está formada por un único módulo específico para niños de entre los 12 y 30 meses de edad y
que no usan un lenguaje de frases de manera consistente (Módulo T, preverbal y palabras sueltas, edad re-
comendada de 12 a 30 meses).
El algoritmo diagnóstico de la prueba está realizado de acuerdo con los criterios diagnósticos de los Manua-
les Internacionales de Clasificación Diagnóstica.
Para el uso del algoritmo, los códigos de protocolo iguales a 3 deberán considerarse como 2 y aquellas que
estén fueran del rango de 0 a 3 deberán transformarse en 0. A continuación mostramos el cuadro de conver-
sión de las puntuaciones.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
0 0
1 1
2 2
3 2
7 0
8 0
9 0
MÓDULO T
Todos los niños pequeños/
Rango Niños mayores Niños mayores
de preocupación con pocas palabras con alguna palabras
o ninguna
Leve-Moderada 10 a 13 8 a 11
MÓDULO 1
Pocas palabras Alguna
o ninguna palabras
Autismo 16 12
Espectro autista 11 8
MÓDULO 2
Menores de 5 años 5 años o más
Autismo 10 9
Espectro autista 7 8
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
MÓDULO 3
Autismo 9
Espectro autista 7
MÓDULO 4
Interacción social re- TOTAL
Comunicación
cíproca (ISC) C+ISR
Autismo 3 6 10
Espectro autista 2 4 7
Evalúa doce dimensiones en personas con TEA y/o con trastornos profundos del desarrollo. Presenta cuatro
niveles característicos en cada una de las dimensiones. Valora la severidad y profundidad de los rasgos au-
tistas que presenta una persona, con independencia de cuál sea su diagnóstico diferencial.
Proporciona una puntuación global de nivel de espectro autista (de 0 a 96) y 4 puntuaciones de las 4 escalas
que varían de 0 a 24.
43
Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Pruebas que evalúan teoría de la mente: Tarea clásica de Sally y Anna (ver módulo 1).
Pruebas para evaluar función ejecutiva: ENFEN-Evaluación Neuropsicológica de las funciones ejecutivas en
niños, WCST-Test de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin, BRIEF-2-Evaluación Conductual de la Función
Ejecutiva-2, BRIEF-P-Evaluación Conductual de la Función Ejecutiva-Versión infantil, Test del Zoo.
En ocasiones, por diversas circunstancias, nos interesa obtener aproximaciones lo más ajustadas posible
respecto al funcionamiento cognitivo, emocional y/o conductual del sujeto. Para ello, tenemos que adaptar
tareas o seleccionar subtest y/o ítems de baterías o escalas, es decir, realizar modificaciones de procedi-
mientos estándares, así como una minuciosa observación de la conducta.
Otras medidas que pueden ayudar a determinar el nivel de funcionamiento son aquellas relacionadas con los
hitos del desarrollo (motor, cognitivo, del lenguaje, afectivo, social) y que pueden obtenerse a través de los
padres y de la observación directa. Es imprescindible conocer muy bien el desarrollo evolutivo «típico» para
identificar los rasgos y/o conductas alteradas.
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Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
Resultado alterado
en screening de autismo
ADOS-2
¿Puntúa?
Sí No
Derivar
ADI-R
Observación: situaciones familiares y educativas no estructuradas a través del visionado de videos caseros, directa en
espacios no estructurados en el colegio, grabación de sesiones… (seleccionar a criterio clínico).
Juicio clínico
45
Evaluación e intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA)
Módulo 2
7. Informe y devolución
Al iniciar el módulo hablábamos de la finalidad del proceso de evaluación. Como recordaréis comentábamos
que «el objetivo final de una evaluación debe ser ayudar a los padres a comprender a su hijo, saber qué le
está sucediendo y las necesidades que tiene en el momento de la evaluación, darles pautas, resolver sus du-
das y orientar a recursos, así como emitir un diagnóstico clínico». (Evaluación y diagnóstico en los trastornos
del espectro autista: el modelo iridia).
A la hora de realizar el informe debemos tener presente este objetivo, ya que va a ser el que nos va a guiar y
nos va a dar los aspectos clave a comentar en la devolución.
Una vez entregado el informe, la familia debe tener claro los pasos a realizar. En este sentido, consideramos
imprescindible realizar informes individualizados con orientaciones y pautas de intervención específicas y
ajustadas a cada caso.
«Las orientaciones deben ser individualizadas, atendiendo al perfil de capacidades y limitaciones del niño, a
su estilo de aprendizaje y a las características que presente en el momento de la evaluación, marcando clara-
mente las prioridades y haciéndolas lo suficientemente explícitas como para que la familia y los educadores
puedan ponerlas en practica en los contextos reales en los que el niño vive y se desarrolla» (Evaluación y
diagnóstico en los trastornos del espectro autista: el modelo iridia).
La última parte del proceso de evaluación es la devolución del informe a la familia. Ésta es una de las partes
más delicadas del proceso, ya que la familia se enfrenta a la realidad de las dificultades que han estado vi-
viendo y esto choca, en numerosas ocasiones, con las ilusiones y los miedos, en general con las expectativas
que se hayan podido crear al respecto. Es una parte del proceso con una elevada carga emocional. Por estos
motivos, nos parece muy importante prestarle la atención, el tiempo y la delicadeza que se merece. Tiene
que ser un momento en el que se puedan explicar los resultados obtenidos y las propuestas realizadas con
tranquilidad, que los padres puedan exponer sus dudas, inquietudes y miedos. Es importante transmitir la
información de forma positiva, ser claros y sinceros, creando un ambiente de confianza, apoyo y seguridad.
Al finalizar la devolución es importante que la familia tenga claro los pasos a seguir y los apoyos que necesita
su hijo con TEA, así como trasmitirle un mensaje positivo y de esperanza.
Estamos convencidos que las personas con trastorno autista tienen un lugar en la comunidad social. Como niños
tuvieron las mayores dificultades y causaron preocupaciones a sus cuidadores. Incluso las personalidades anormales
pueden ser capaces de desarrollo y ajuste. Posibilidades de integración que uno no hubiera soñado pueden ocurrir
en el curso del desarrollo.
Asperger, 1944
* Realizar la lectura Guía de buena práctica para el diagnóstico (Grupo de Estudio de los Trastornos del Es-
pectro Autista del Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de Sanidad y Consumo, España).
* Realización del examen del Módulo 2.
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