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Desarrollo, aprendizaje y

educación

Máster Universitario en Formación del


Profesorado de Educación Secundaria
Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional
y Enseñanza de Idiomas

TEMA 1.
DESARROLLO Y ADOLESCENCIA

Universidad Católica San Antonio de Murcia - Tlf: (+34) 968 27 88 00 info@ucam.edu - www.ucam.edu
Desarrollo, aprendizaje y educación

ÍNDICE

OBJETIVOS ............................................................................................ 3

1.1. PUBERTAD Y ADOLESCENCIA ................................................. 4

1.2. EL DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA .............................. 7

1.2.1. Desarrollo físico .......................................................................... 9

1.2.2. Desarrollo cognitivo .................................................................. 13

1.2.3. Desarrollo emocional y social .................................................. 18

1.3. DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD EN EL


ADOLESCENTE .................................................................................... 22

BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................... 27

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OBJETIVOS.

 Diferenciar entre pubertad y adolescencia, comprendiendo la complejidad


que conlleva éste último a través de las diferentes teorías explicativas.

 Conocer las características generales de la adolescencia en relación al


desarrollo físico, cognitivo, emocional y social.

 Describir el proceso de desarrollo de la personalidad en el adolescente.

En este tema serán abordados aspectos de interés para el futuro profesional que
desempeñe su labor en el contexto educativo de Educación Secundaria acerca
del desarrollo adolescente. Los contenidos aquí tratados se centrarán en el
proceso de cambio que se inicia en la pubertad y sigue desarrollándose en la
adolescencia manifestándose principalmente en tres áreas: física, psicológica y
social.

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1.1. Pubertad y adolescencia.

Etimológicamente el término adolescencia procede del latín “adolescere”


que significa crecer, desarrollarse, aproximarse a la madurez. Por ello, se ha
definido la adolescencia como la etapa puente entre infancia y adultez, que se
inicia sobre los 11-13 años y se extiende hasta finales de los 20, aunque es difícil
determinar el principio y final exacto dado que existen muchas diferencias
individuales marcadas al mismo tiempo por los cambios socioculturales y
económicos. De hecho, se suele observar un rango tan amplio de edades en
cada caso que se establece la diferencia entre adolescencia temprana (de 11/12
a 15 años) y adolescencia tardía o juventud (de 16 a 20 años).

El comienzo de la adolescencia tiene lugar con la aparición previa de la


pubertad como etapa inicial, siendo ésta un período caracterizado principalmente
por cambios físicos, cuyo último fin es conseguir la capacidad reproductiva propia
de cada sexo. Tras esta primera etapa (pubertad), el/la estudiante se sumerge
de pleno en el desarrollo de la adolescencia, etapa que viene acompañada ya
no sólo de cambios físicos sino también de cambios a nivel psicológicos
(emocionales, cognitivos…) y sociales. Por tanto, este proceso de transición
desde la infancia a la edad adulta se caracteriza por la aparición de los primeros
cambios físicos, que suponen el anuncio de la llegada de la pubertad, para
seguidamente adentrarse en un proceso más duradero llamado adolescencia
donde continúan teniendo lugar más cambios físicos, junto con otros psicológicos
y sociales.

Actualmente, debido a los cambios socioeconómicos y culturales, es algo


más difícil y osado establecer una edad “oficial” como edad o momento de
finalización de la adolescencia y, por tanto, inicio de la edad adulta. Se considera
que el adolescente inicia la etapa adulta cuando de forma global se dan por
finalizados los cambios físicos y, además, a nivel psicológico y social ha
experimentado una notable modificación y crecimiento personal logrando por
ejemplo una considerable autonomía personal, una mayor consolidación de su
identidad personal que comenzó a construir en su etapa adolescente, así como
un mayor conocimiento de su ‘lugar’/posición en su entorno inmediato y roles a
desempeñar en dicho entorno social.

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Así, por lo tanto, se podría decir que el inicio de la adolescencia lo


marcaría la “edad biológica” y el final la “edad social”. No obstante, estos
momentos de inicio y fin, son bastante imprecisos como se ha señalado, ya que
a veces es común que el niño comience a comportarse como un adolescente
antes de los cambios físicos por influencias del entorno que le rodea y que se
alcance la madurez emocional antes de lograr la independencia económica y/o
la creación de un hogar propio por ejemplo.

Es común confundir pubertad con adolescencia, por lo que es necesario


profundizar adecuadamente sobre dichos conceptos. La pubertad se caracteriza
por los cambios físicos biológicamente determinados, mientras que en la
adolescencia, los cambios psicológicos y sociales adquieren un mayor
protagonismo dado que los cambios físicos en la mayoría de casos se han dado
prácticamente por completo durante la pubertad.

La pubertad es un proceso de maduración biológico cuyo inicio viene


determinado por un aumento significativo en los niveles hormonales respecto a
la infancia, influyendo de manera directa en una diversidad de cambios físicos o
morfológicos. Estos cambios hacen que los adolescentes se diferencien a nivel
físico, ya no sólo por las características sexuales primarias (los órganos
directamente implicados en la reproducción) cuya maduración implica la
aparición de la menarquía y la espermarquía hacia los 12-13 años, sino también
en las características sexuales secundarias que implican procesos de
maduración sexual, pero no directamente relacionados con los órganos
reproductores. En ambos sexos, el aumento de peso por acumulación de grasa,
al aumento de estatura, el aumento de la longitud y densidad de los huesos,
desarrollo de los sistemas circulatorio y respiratorio (el corazón se duplica y los
pulmones se triplican, que provocan un aumento de la fuerza y la resistencia
física, y crecimiento de vello en el pubis y otras partes del cuerpo. Por su parte,
en los chicos, cambios en la voz, crecimiento del vello facial y ensanchamiento
de hombros; y en las chicas, crecimiento de los senos y ensanchamiento de los
huesos pélvicos. Estas diferencias no surgen a la misma edad para todas las
personas, son patrones individuales diferenciales, pero sí ocurren para todos
durante un período de tres a cinco años, dando dan lugar al denominado
dimorfismo sexual, al conjunto de diferencias morfológicas

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y fisiológicas que caracterizan y diferencian a la vez a los dos sexos en mayor o


menor grado según su “ritmo propio de cambio”. En general, las chicas
comienzan y terminan antes el proceso: entran en la pubertad hacia los 11-12
años y su desarrollo físico finaliza sobre los 16. Por su lado, la pubertad en los
chicos se inicia un poco más tarde, 12-13 años y su crecimiento prosigue hasta
más o menos los 18 años.

No obstante, como se ha comentado anteriormente, aunque la secuencia


descrita es la misma, el momento concreto del cambio varía debido a la influencia
de factores genéticos y ambientales relacionados con la alimentación o el
régimen de ritmo de vigilia-sueño, entre otros. Respecto a los factores genéticos,
se han observado fuertes correlaciones entre la edad de la menarquía entre
madres e hijas a pesar del salto generacional. Incluso se han encontrado
variaciones entre las diferentes etnias en estadounidenses, presentando, por
ejemplo, los ciudadanos de origen mexicano un inicio puberal más tardío. Sobre
los factores ambientales, datos de diferentes países occidentales indican que a
lo largo de los siglos XIX y XX se ha producido un progresivo adelanto en las
edades de aparición de la menarquía, desde los 16- 17 años hasta los 13-14
años debido probablemente a la mejora de la salud y la alimentación. También
se ha constatado que el estrés afecta a los niveles hormonales, provocando que
comience antes la pubertad cuando existen niveles de estrés elevados (como
por ejemplo, ante el divorcio de los padres, cambio de domicilio o centro escolar,
pérdida de un familiar, entre otras).

Diferentes aproximaciones teóricas han intentado dar explicación al


período de la adolescencia. Realizando un breve recorrido, las más citadas son:

a) Perspectiva psicoanalítica.

Según este enfoque, el desarrollo se describe como una sucesión de


fases, que se caracterizan por tener una zona erógena propia, una zona del
cuerpo que conduce a la satisfacción de la libido o energía sexual. Según Freud,
máximo representante del psicoanálisis, desde el nacimiento poseemos una
energía sexual, que nos impulsa en el desarrollo. La teoría psicoanalítica, por
tanto, le da gran importancia al desarrollo psicosexual.

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La pubertad se inicia con la fase genital sobre los 11 años prolongándose


hasta la edad adulta, en la que los órganos genitales son el centro de la
satisfacción. En ocasiones, se confunde con la fase fálica (3-6 años), donde los
genitales también son la zona erógena, pero la sexualidad es puramente
egocéntrica. En la fase genital, esta zona se vuelve el origen central de las
tensiones y placeres sexuales, pero con un fuerte interés sexual hacia los demás.

Para la teoría psicoanalítica, la adolescencia se caracteriza por una ser


una etapa de desequilibrio debido a la reactivación de los impulsos sexuales
reprimidos durante la fase de latencia anterior (de los 6 años a la pubertad). Este
desequilibrio da lugar a momentos de desajuste y crisis, en los cuales están
implicados mecanismos de defensa psicológicos, en ocasiones desadaptativos.
Por tanto, el psicoanálisis es una teoría que acentúa de forma notable el papel
que desempeñan los factores internos en la adolescencia, los cuales
desencadenan, en mayor o menor medida, conflictos de integración social en el
entorno. Los conflictos internos debidos al cambio son los que causan los
conflictos de carácter social que aparecen a posteriori.

b) Perspectiva cognitivo-evolutiva.

Esta perspectiva conceptualiza la adolescencia como una interacción


entre factores individuales y sociales, siendo su máximo representante Piaget.
Según este autor, la adolescencia es un periodo de transición en el que se
producen importantes cambios en las capacidades cognitivas del adolescente
debido a la adaptación que el individuo hace al medio en el que crece. Estos
cambios en las capacidades cognitivas les capacita para el desarrollo de un
pensamiento autónomo.

Para Piaget, la adaptación del organismo al entorno es posible gracias a


dos procesos básicos: la asimilación y la acomodación. La asimilación es el
proceso mediante el cual el sujeto incorpora o comprende la realidad exterior a
partir de las formas de comprensión ya existentes (los esquemas cognitivos que
ya posee). Por su parte, la acomodación es el proceso por el cual el individuo
modifica sus esquemas cognitivos (o crea uno nuevo) para poder manejar los
nuevos objetos y las nuevas situaciones que se le presentan como

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novedosas porque bien no las había experimentado antes o porque están


cambiando (como todo cambia en la etapa adolescente). Los factores
individuales (internos) y sociales (del entorno) interaccionan entre sí permitiendo
poco a poco el ajuste del individuo a su medio, se influyen por igual.

c) Perspectiva sociológica.

Desde esta teoría, la adolescencia es el periodo en el que los jóvenes


tienen que consumar los procesos de socialización a través de la asimilación de
valores y creencias de la sociedad en la que viven, dándole un mayor papel al
medio en el desarrollo, por lo que en esta perspectiva se define la adolescencia
a través de factores sociales, dándoles el máximo protagonismo.

Una de las teorías más conocidas de esta perspectiva es la teoría


ecológica de Bronfenbrenner (1979), donde el desarrollo consiste en una
acomodación entre el organismo con el entorno cambiante. Éste se compone de
cuatro sistemas jerárquicos: 1) microsistema o relación del individuo con el
escenario inmediato, 2) mesosistema o interrelaciones entre los microsistemas,

3) ecosistema/exosistema o contextos más amplios que no incluyen a la


persona como sujeto activo pero que influyen a través de los escenarios
inmediatos, y 4) macrosistema o valores culturales a nivel político, económico y
social.

1.2. El desarrollo en la adolescencia.

El desarrollo humano es un proceso complejo que generalmente se divide


en cuatro dimensiones básicas: el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social
(los aspectos cognitivos y emocionales pueden además agruparse en una
categoría mayor que denominamos “dimensión psicológica”). Aunque cada
dimensión se centra en un aspecto particular del desarrollo, existe una
interdependencia entre ellas. En la adolescencia, se empieza con los cambios
físicos de la pubertad. A continuación, se producen una serie de cambios a
nivel psicológico e intelectual, que suelen finalizar con cambios de tipo social.

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Además, es necesario tener en cuenta que el desarrollo evolutivo es la


consecuencia de la interacción entre las posibilidades del código genético y los
contextos de cada sujeto, tanto físicos como sociales. La herencia genética
ofrece disponibilidad para desarrollar ciertas conductas en unos momentos
determinados a través del calendario madurativo, pero si el desarrollo no se
produce en ese momento, puede producirse más adelante. Algunos aspectos del
desarrollo están determinados por la herencia (genes) y otros por el ambiente,
pero lo importante no es saber qué factor es el responsable en mayor medida,
sino cómo ambos interactúan en dicho desarrollo determinando cómo se produce
éste y cuál es el resultado final.

1.2.1. Desarrollo físico.

Como ya se ha dicho en apartados anteriores, en la adolescencia se


produce una serie cambios físicos que comienzan de forma llamativa durante la
pubertad. Comienza con un crecimiento repentino (“el estirón”) que consiste en
un aumento evidente de la estatura y peso. En las niñas suele comenzar hacia
los 11 años, y en los niños sobre los 13 años. Este “estirón” dura
aproximadamente dos años y los cambios de crecimiento suelen ser mayores en
los chicos, de modo que las partes del cuerpo pueden estar desproporcionadas
durante un tiempo, por lo que los adolescentes chicos suelen parecer torpes y
desgarbados. Durante esta etapa, los adolescentes llegan al 95% de su altura y
peso de adulto.

Este crecimiento repentino y los demás cambios vienen determinados por


un aumento en los niveles hormonales respecto a la infancia. Las hormonas son
sustancias químicas de nuestro organismo transportadas de un tejido a otro por
vía sanguínea para regular el crecimiento y funciones de nuestro cuerpo. La
producción de la mayoría de las hormonas se regula por la acción de una parte
del encéfalo, el hipotálamo. Éste envía una señal bioquímica a la hipófisis, una
glándula encefálica que produce hormonas estimulantes de las glándulas
suprarrenales. Estas glándulas desde encima de los riñones producen más
hormonas que indican al hipotálamo que hay que producir más, es la acción del
eje hipotálamo-hipófisis-suprearrenales. La función de este eje es el que provoca
los principales cambios en la pubertad.

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Durante este período, la hipófisis también activa directamente las


glándulas sexuales (también llamadas gónadas: ovarios en mujeres y testículos
en hombres) por lo que son las primeras partes del cuerpo que aumentan de
tamaño. Además, las gónadas envían sus hormonas a las demás partes del
cuerpo, incluso en mayor cantidad que las glándulas suprarrenales. Y generan a
su vez los gametos (óvulos y espermatoziodes) que darán lugar a la aparición
de la menarquía y de la espermarquía.

Respecto a las hormonas sexuales, los estrógenos y los andrógenos son


los tipos principales de hormonas femenina y masculina, respectivamente,
aunque ambas están presentes, en diferente concentración, en ambos sexos.

Los dos tipos están regulados por la hormona liberadora de la


gonadotropina (GnRH) del hipotálamo que provoca en las gónadas un aumento
de la producción de los estrógenos y los andrógenos. El estradiol es un
estrógeno que determina en las chicas el desarrollo de los senos, el útero y
cambios esqueléticos como el ensanchamiento de la pelvis. Por su parte, la
testosterona es un andrógeno cuyo aumento de su concentración en sangre
determina en los chicos el desarrollo de los genitales externos, el aumento de
estatura y el cambio de voz, entre otros. En la tabla 1 se muestra de forma más
específica los cambios físicos que se producen en la pubertad tanto en chicas
como en chicos.

Implicaciones educativas al respecto del desarrollo físico.

Cualquier profesional del contexto educativo (profesores, orientadores,


etc.) ha de ser consciente de los cambios físicos de la adolescencia debido a las
consecuencias psicológicas que suelen provocar en el alumno. Por lo general,
los cambios en las características corporales del adolescente suelen provocar
que sientan vergüenza de su propia apariencia, la cual aún no acaban de asimilar
debido a los continuos cambios.

Los alumnos deberían saber que no todos evolucionan al mismo ritmo y


que hay un rango amplio de maduración, planteándoles que existen ventajas
tanto para los que maduran de manera temprana como para los que maduran
más tarde. Por ejemplo, en el caso de las niñas, habría que tener especial
consideración con la maduración temprana, puesto que se asocia con problemas
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Desarrollo, aprendizaje y educación

emocionales como depresión y ansiedad, por lo que también sería conveniente


facilitar información sobre este fenómeno (a menudo no resulta fácil madurar en
este sentido mucho antes que otras personas).

Desde el aula, debido a la aceleración del crecimiento que provoca


cambios muy rápidos en el aspecto físico, es necesario proporcionar información
sobre la normalidad de estos cambios y elaborar actividades para el
conocimiento y aceptación. Esta información se les puede transmitir a través de
trabajos o lecturas sobre las tasas de crecimiento entre sexos y/o de las
diferencias entre las personas que maduran de manera temprana y las que lo
hacen de manera tardía; debates en el aula donde puedan expresar los aspectos
que valoran como positivos y negativos de todas las situaciones. Es necesario

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plantearles los cambios de la adolescencia destacando la variabilidad individual,


así como la subjetividad que tiene el adolescente respecto a la percepción de
estos cambios.

¿CONOCES EL MATERIAL DEL CURSO “DESARROLLO DE LOS


ADOLESCENTES II. CRECIMIENTO Y SEXUALIDAD” DE LA
CONFEDERACIÓN DE ADOLESCENCIA Y JUVENTUD DE
IBEROAMÉRICA Y DEL CARIBE?
(…) enfocado al estudio de los procesos del crecimiento corporal y del
desarrollo de los órganos y las funciones sexuales como procesos
interrelacionados. Aunque el tratamiento del tema es fundamentalmente
biológico, se analizan los efectos que estos cambios ejercen sobre la
autopercepción de los adolescentes y sobre las formas más comunes
de manejo personal y familiar de las
transformaciones que están experimentando (CODAJIC, p. 137).

http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/DEsarrollo%20Adole
scente%20Mexico.pdf

No olvidad que, en la actualidad, con la importancia que se da a la


apariencia, a los adolescentes les preocupa aún más su cuerpo, en concreto si
éste no se ajusta a los estándares establecidos en la sociedad. Por ello, es
necesario tener en cuenta que dentro de los cambios normales de la pubertad
suele darse un aumento de peso por acumulación de grasa, que unido al grado
de sedentarismo que presenta una amplia mayoría de adolescentes, sitúa al
sobrepeso y en ocasiones a la obesidad como un problema habitual en esta
etapa. Al no realizar demasiada actividad física en su vida cotidiana, y pasar gran
parte del tiempo en el centro educativo, las escuelas tienen un papel relevante
en la promoción un estilo de vida activo y saludable. No obstante, concurre otro
desafío del desarrollo físico para muchos adolescentes, que es una alta
prevalencia de los trastornos de la alimentación, sobre todo en las chicas donde
la preocupación por la esbeltez puede ser exagerada. En estos casos, trabajar a
fondo con los estudiantes sobre los valores y estándares que prevalecen en la
sociedad, enseñándoles a identificar los mitos y falsas creencias, puede ser un

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Desarrollo, aprendizaje y educación

buen recurso.

EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN LA ESCUELA


En la Región de Murcia se considera necesaria la implantación de programas
estables de educación y promoción de la salud en el medio escolar. El Plan
de Educación para la Salud en la Escuela se desarrolla desde 2005
estableciendo un marco para el desarrollo de intervenciones
planificadas y sistemáticas de Educación para la Salud.

http://www.murciasalud.es/pagina.php?id=97467&idsec=2476

En esta etapa, también debido a los cambios hormonales, es muy común


que las glándulas apócrinas que se activan en la pubertad produzcan un tipo de
sudor espeso que, por la cantidad de proteínas y ácidos grasos que contiene, al
contacto con las bacterias de la piel provoque mal olor. Por ello, es importante
promover actitudes de cuidado y aseo.

EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN EL CURRÍCULO DE LA EDUCACIÓN


SECUNDARIA OBLIGATORIA DE LA REGIÓN DE MURCIA: DECRETO N.º
220/2015, DE 2 DE SEPTIEMBRE DE 2015,
En las diferentes áreas que conforman el currículo se establecen contenidos
de educación para la salud, destacando el Bloque 1 de Educación Física,
Condición física orientada a la salud, que agrupa contenidos para el
aprendizaje del desarrollo de la condición física desde un punto de vista
saludable o el Bloque 2 de Biología y Geología, Las personas y la salud.
Promoción de la salud, donde se explican los hábitos saludables que permiten
llevar una vida sana y la forma de evitar los factores de riesgo.
http://www.carm.es/web/pagina?IDCONTENIDO=21221&IDTIPO=100&RASTRO=
c77$m4507,3993

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Desarrollo, aprendizaje y educación

1.2.2. Desarrollo cognitivo.

Piaget describió el desarrollo cognitivo a través de la sucesión de cuatro


grandes períodos o estadios desde el nacimiento a la edad adulta. Estos estadios
se ajustan a los siguientes criterios: a) sucesión constante en la adquisición de
cada estadio hasta culminar con el estadio final, b) cada estadio incorpora a los
estadios superiores y c) se diferencian cualitativamente entre sí en función de las
características estructurales del pensamiento y el tipo de razonamiento que se
desarrolla en cada momento. Los cuatro estadios son:

1) Sensoriomotor (0-2 años), en la cual los bebés construyen su


comprensión del mundo a través de esquemas basados únicamente en
los sentidos y en las capacidades de movimiento. Los logros más
importantes en esta etapa son la intencionalidad de la conducta, la
conservación o permanencia del objeto (la capacidad del niño de darse
cuenta que los objetos no desaparecen si no son percibidos por ellos) y
las primeras representaciones mentales a través de la función simbólica.

2) Preoperatorio (2-7 años), cuya característica fundamental es el desarrollo


de la capacidad simbólica, la capacidad de representar el mundo a través
de las palabras, las imágenes y los dibujos, más allá de la experiencia
inmediata. Piaget define esta etapa por sus limitaciones más que por sus
logros. El pensamiento preoperatorio se caracteriza por centración,
irreversibilidad, estatismo y egocentrismo.

3) Operaciones concretas (7-11 años), en la que los niños desarrollan su


capacidad para realizar operaciones pues aparecen los principios lógicos
de razonamiento, superando las limitaciones/carencias del período
anterior. No obstante, a pesar de que el niño es capaz de realizar
operaciones mentales, éstas se califican de concretas porque afectan
directamente a la realidad, a objetos presentes o situaciones conocidas,
no a hipótesis verbales.

4) Operaciones formales (a partir de los 11-12 años), caracterizada por el


pensamiento formal o hipotético-deductivo, en la que los sujetos
desarrollan la capacidad de abstracción.

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Desarrollo, aprendizaje y educación

El adolescente se encuentra en este último período del desarrollo


intelectual, donde su pensamiento se aleja de lo concreto y se acerca a lo
abstracto. Algunas características de este pensamiento abstracto o formal son

a) desvinculación de lo concreto, no es necesario el referente concreto, por lo


que el adolescente puede elaborar nuevas reglas o hipótesis no derivadas de la
experiencia real, b) razonamiento hipotético-deductivo en el que las conclusiones
se derivan de premisas generalizadas a partir de hechos y mediante el cual se
pueden elaborar y comprobar hipótesis explicativas, c) empleo de proposiciones
verbales (enunciado abstracto e hipotético) como medio para expresar sus
razonamientos. Esto le permite expresar con sus palabras ideas abstractas o
combinar ideas con el mismo significado.

Numerosos investigadores han tratado de replicar las investigaciones de


Piaget y colaboradores, encontrando problemas para constatar la universalidad
del pensamiento formal, puesto que la mitad de los adolescentes estudiados de

12 a 16 años no habían alcanzado el desarrollo completo del pensamiento


formal. Incluso éste no estaba consolidado por muchos adultos. De hecho, el
nivel social y cultural está directamente relacionado con las operaciones
formales, siendo un tipo de pensamiento que se presenta raramente en las
culturas de bajo nivel científico, por lo que la estimulación ambiental parece ser
un factor importante.

Estos estudios también han tenido problemas para replicar la


uniformidad/homogeneidad del pensamiento formal. Existen grandes diferencias
individuales, de manera que se ha comprobado que el pensamiento formal tiene
una alta relación con la inteligencia y los estilos cognitivos. En concreto, al
respecto del estilo cognitivo, el independiente de campo, autónomo del campo
perceptivo (aquel que tiene las personas que tienden a percibir la información de
manera analítica y sin dejarse influir por el contexto), se relaciona con mayor
facilidad para resolver tareas de tipo formal.

También se ha observado que el contenido de la tarea, su familiaridad y


los conocimientos previos influyen en los resultados. Así contenidos abstractos
y poco familiares generan más dificultades, mientras que los conocimientos
previos relacionados con la tarea facilitan el pensamiento formal.
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Desarrollo, aprendizaje y educación

No obstante, pese a los resultados de las investigaciones que ponen en


entredicho algunos aspectos de la teoría de Piaget, existe un cierto consenso en
establecer que todos los individuos podrían alcanzar el nivel de operaciones
formales. Sin embargo, no estaría condicionado a los 11-15 años, pero sí en
entre los 15-20 años, siempre y cuando el medio social y la experiencia adquirida
proporcionen la suficiente base cognitiva e intelectual.

Implicaciones educativas al respecto del desarrollo cognitivo.

Puesto que la adquisición del pensamiento formal, y su consolidación


posterior, requiere de la práctica de sus competencias, bien a través inicialmente
de las experiencias educativas propias de la etapa de secundaria y/o posteriores
etapas educativas, o bien a través del ejercicio profesional, se revela la
importancia de la educación secundaria para el desarrollo de la persona. La
adquisición de este pensamiento más abstracto y lógico capacita al individuo
para afrontar adecuadamente la transición hacia la edad adulta, y dado que esta
adquisición está condicionada a la experiencia de procesos educativos que
faciliten su desarrollo, es necesario diseñar propuestas didácticas que tengan en
cuenta la etapa cognitiva en la que se encuentra el adolescente.

En el cambio del pensamiento concreto al formal, el adolescente pasa por


diferentes estadios de abstracción, así por ejemplo Cubo de Severino (2000)
plantea tres niveles en los que establece seis estrategias, llamados pasos
retóricos, para la comprensión de textos donde se observa claramente las
habilidades del adolescente según su nivel de abstracción. Así, en el nivel más
bajo de abstracción, el alumno sólo está capacitado para narrar y ejemplificar.
En el nivel medio, el adolescente es capaz de comparar y generalizar. En el nivel
más alto de abstracción, ya es posible clasificar y definir.

Este modelo es coherente con los hallazgos neuroevolutivos sobre el


aprendizaje que plantea que los aprendizajes en Educación Infantil y Primaria se
sitúan neurológicamente en el hemisferio derecho, el hemisferio con la
percepción más global. Posteriormente esta percepción evoluciona a un
pensamiento más analítico del que es responsable el hemisferio izquierdo, que
capacita al adolescente para planificar, codificar, combinar, etc., por lo que ya
está capacitado para no sólo razonar sobre lo concreto, los objetos reales, si no

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Desarrollo, aprendizaje y educación

que puede utilizar su razonamiento para las representaciones de los mismos, lo


abstracto.

UN EJEMPLO DE LOS NIVELES DE ABSTRACCIÓN Y SUS PASOS

Se trata de conseguir que los alumnos comparen la dieta asiática y la


mediterránea. En el nivel más bajo, únicamente se les pide que narren y
pongan ejemplos de su dieta. En el nivel intermedio, el alumno busca
información sobre ambas dietas y las comparen. Además, se les pide
relacionar ambas dietas con sus beneficios para generalizar. Por último, en el
nivel más alto de abstracción se les pide clasificar las diferentes calorías en
función de los tipos de alimentos y definir los conceptos más relevantes de la
dieta asiática y mediterránea (Ejemplo extraído de Martín y Navarro, 2011).

Este modelo es coherente con los hallazgos neuroevolutivos sobre el


aprendizaje que plantea que los aprendizajes en Educación Infantil y Primaria se
sitúan neurológicamente en el hemisferio derecho, el hemisferio con la
percepción más global. Posteriormente esta percepción evoluciona a un
pensamiento más analítico del que es responsable el hemisferio izquierdo, que
capacita al adolescente para planificar, codificar, combinar, etc., por lo que ya
está capacitado para no sólo razonar sobre lo concreto, los objetos reales, si no
que puede utilizar su razonamiento para las representaciones de los mismos, lo
abstracto.

Debido a la capacidad de pensar sobre lo abstracto, el adolescente puede


expresar formulaciones de carácter verbal, por lo que se incrementa el dominio
del lenguaje y la capacidad de comunicación del adolescente, lo que genera un
gusto por la discusión y el debate. Siendo conocedores de esto, en el aula se
debería fomentar el uso de foros de discusión, mesas redondas, etc. Además se
debería plantear una metodología más activa en materia como Lengua y
Literatura y aprovechar otras temáticas para desarrollar programas con
contenido más lingüístico.

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Desarrollo, aprendizaje y educación

PROGRAMA DE DEBATE PARA BACHILLERATO


"APRENDE A DEBATIR"

Ofrecido por la Consejería de Educación, Cultura y Universidades de la


Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para impulsar el debate.

https://www.carm.es/web/pagina?IDCONTENIDO=1178&IDTIPO=240&RA
STRO=c163$m2381

El paso del pensamiento concreto a formal/abstracto también genera la


posibilidad de utilizar métodos de corte más activos en el aula a través del uso
de técnicas de trabajo de investigación-acción, de uso de mapas conceptuales,
etc., ya que tal y como apunta Berger (2007), los adolescentes “construyen una
visión imaginativa, hipotética y compleja del mundo y no se conforman con las
afirmaciones de los hechos que hace otra persona, ya sea el autor de un libro o
una docente” (p. 484).

EL MAPA CONCEPTUAL UNA HERRAMIENTA


PARA APRENDER Y ENSEÑAR

Los mapas conceptuales son esquemas para la representación gráfica de


forma que los conceptos se encierran en óvalos o elipses y se enlazan
mediante líneas sobre las cuales se escriben las palabras de enlace. Fueron
creados por el doctor Joseph D. Novak en los años 70 basándose
en la teoría del aprendizaje significativo.

http://www.uaa.mx/direcciones/dgdp/defaa/descargas/ElMapaConceptual.pd
f

1.2.3. Desarrollo emocional y social.

El desarrollo emocional hace referencia al desarrollo de las emociones,


definiéndose éstas como un estado complejo del organismo caracterizado por
una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada a un
acontecimiento externo o interno. Esta respuesta se genera del siguiente modo:

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Desarrollo, aprendizaje y educación

ante un estímulo el neocórtex interpreta la información y el sistema nervioso


autónomo envía señales a las glándulas adrenales para que segreguen
adrenalina, que a su vez actúa sobre los órganos internos, provocando
respuestas fisiológicas y conductuales. Por tanto, se pueden diferenciar tres
componentes en las emociones: neurofisiológico, conductual y cognitivo. El
componente neurofisiológico se manifiesta en respuestas involuntarias del
organismo como taquicardia, sudoración, vasoconstricción, hipertensión, tono
muscular, rubor, sequedad en la boca, secreciones hormonales, respiración, etc.
Gracias al componente conductual, observando el comportamiento de una
persona (expresiones faciales, lenguaje no verbal, tono de voz, volumen, ritmo,
movimientos del cuerpo, etc) podemos intuir qué emociones está
experimentando con bastante precisión. Finalmente, el componente cognitivo (la
valoración o interpretación) es lo que en ocasiones, denominamos como
sentimiento. De hecho, según Bisquerra (2003), “a veces se emplea el término
emoción, en sentido restrictivo, para describir el estado corporal (es decir, el
estado emocional) y se reserva el término sentimiento para aludir a la sensación
consciente (cognitiva)” (p. 13).

Aunque la mayoría de las emociones se generan inconscientemente, el


modo en que las personas las identifican, expresan y regulan es diferente. A esta
variabilidad interpersonal en el manejo de las emociones y que permite a la
persona un funcionamiento adaptado a su medio, se le llama inteligencia
emocional. A este respecto, a partir de la publicación del libro “Inteligencia
emocional” de Goleman (1996), se han realizado una serie de investigaciones y
programas aplicando las ideas que subyacen al concepto de inteligencia
emocional a la etapa adolescente. Se ha sugerido que la adquisición de
destrezas emocionales es fundamental en la adolescencia, ya que la habilidad
para detectar y comprender las señales emocionales propias y ajenas se perfila
como un requisito a tener en cuenta a la hora de comportarse socialmente. Esta
habilidad puede ser entrenada, desarrollada y mejorada, por ello, desde esta
perspectiva, la educación emocional se presenta como un requisito necesario
para un correcto desarrollo social del adolescente, ya que debemos tener en
cuenta que en esta etapa se produce una fuerte integración social en el grupo
de amigos y en la subcultura juvenil.

19
Desarrollo, aprendizaje y educación

De forma paralela a esta integración en el grupo de iguales, se produce


cierta emancipación de la familia, al no ser ésta el más importante y casi único
grupo de referencia social para el joven. Esta emancipación familiar, junto con la
ampliación de espacios sociales, da lugar al comienzo de uno de los procesos
más importantes en la vida del adolescente: la adquisición de la autonomía
personal. En este proceso, el adolescente intenta rearfirmar su “yo” como
respuesta a los sentimientos que tiene de inseguridad al adentrarse en un mundo
de adultos cuando él sabe que ya no es un niño, pero tampoco se siente un
adulto. Se ha observado que a medida que se entra en la adolescencia media se
produce un empeoramiento en las relaciones con los padres y la escuela, puesto
que para reafirmarse, los adolescentes suelen optar por conductas de oposición
sistemática con padres y profesores, la cual usualmente se acompaña de un
deterioro en el estilo de vida, ya que entran en la dinámica de conductas de
riesgo como consumo de tabaco, alcohol y drogas ilegales, inicio de las
relaciones sexuales, etc.

Respecto a su actitud con el grupo de iguales, el adolescente establece


lazos más estrechos, ya que al ir rompiendo poco a poco los vínculos familiares,
necesita establecer otros en los que pueda compartir sus sentimientos y
encuentre apoyo y seguridad. La creación de estos lazos suele seguir un patrón
más o menos típico: primero se crea un grupo en forma de pandilla de un solo
sexo (como extensión del grupo de iguales en la niñez). A continuación, suelen
darse relaciones entre pandillas de diferentes sexos hasta que se fusionan en un
grupo mixto, que con el paso del tiempo suele disgregarse. Paralelamente a las
últimas fases del grupo, suelen surgir vínculos más íntimos entre dos o tres
personas, creándose la amistad adolescente. Estas amistades suelen ser
duraderas ya que los miembros comparten principios y valores.

LAS RELACIONES A TRAVÉS DE LA RED


La gran mayoría de los adolescentes son usuarios de las nuevas tecnologías
donde la comunicación con otros jóvenes es el principal uso puesto que
proporcionan nuevas formas de interacción social. No obstante, es necesario
tener en cuenta una serie de recomendaciones para el uso de internet y las
redes sociales.https://www.youtube.com/watch?v=t-x73w1N1os)

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Desarrollo, aprendizaje y educación

A pesar de la creencia generalizada de que en la adolescencia prevalece


la influencia de los iguales (debido a la identificación grupal) sobre la influencia
familiar (ante la que el adolescente se opone), parece ser que esto no es del todo
cierto, que depende de la situación o contenido. Así, por ejemplo, cuando el tema
o la situación se percibe como significativa o transcendental suele ser más
frecuente que los adolescentes sigan el criterio de sus padres y no el de su grupo
de iguales. Incluso se ha observado que el vínculo familiar y el de los iguales
están conectados, puesto que se ha constatado que la identificación del grupo
correlaciona de forma directa con la identificación familiar.

Implicaciones educativas al respecto del desarrollo emocional y social.

En la programación de tutoría de E. Secundaria debería contemplarse la


educación emocional como uno de los ejes vertebradores de la acción tutorial.
Cada vez son más numerosas las propuestas de programas de educación
emocional con “actividades dirigidas a la adquisición de conciencia sobre las
propias emociones y el control de las mismas, así como a incrementar la
autoestima de los estudiantes y a ampliar su repertorio de habilidades de
solución de problemas” (Jiménez y López-Zafra, 2009, p. 76).

LA PUESTA EN PRÁCTICA DE PROGRAMAS DE EDUCACIÓN EMOCIONAL

Existen diferentes programas de educación emocional centrados en


las diferentes etapas educativas. Así en Educación Secundaria, por poner
un ejemplo, destaca el trabajo de Pascual, V. y Cuadrado, M. (2001).
Educación emocional. Programa de actividades para Educación Secundaria
Obligatoria. Barcelona: CissPraxis. No obstante, previo a la implantación de
los programas es necesaria la formación inicial del
profesorado en educación emocional.

Dadas las características sociales del adolescente, donde también se


persigue la integración en el grupo de iguales, desde el contexto escolar deben
diseñarse actividades cooperativas buscando el aprendizaje a través de otros

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Desarrollo, aprendizaje y educación

compañeros y fomentar el asociacionismo. “Las situaciones de aprendizaje


cooperativo son más dinámicas, atractivas y divertidas, otorgan al alumno más
responsabilidad y poder sobre el aprendizaje, aumentan la percepción de
autonomía y la competencia percibida” (León, Felipe, Iglesias y Latas, p. 722).
Además, dado que en esta etapa, el adolescente busca la emancipación familiar,
también deben planearse actividades que impliquen el descubrimiento de roles,
la autoevaluación, etc.

1.3. Desarrollo de la personalidad en el adolescente.

Hasta la actualidad han sido muchas las definiciones que se han


propuesto sobre qué se entiende por personalidad. A modo general, podría
definirse como el conjunto de rasgos (patrones consistentes de conductas,
pensamientos y/o sentimientos) que configuran la manera de ser de una persona
y la diferencian de las demás, influenciados por elementos cognitivos y/o
motivacionales.

La personalidad no es algo totalmente estable y poco sujeto a cambios,


sino algo que cambia durante toda la vida. De hecho, la adolescencia es un
período en el que la personalidad sufre mayores cambios, teniendo éstos más
repercusión en la vida presente y futura de las personas. En este momento, se
configura el núcleo de la personalidad del adolescente a través de la búsqueda
de su identidad personal. Erikson (1968), uno de los autores que más ha
trabajado el desarrollo de la identidad desde la Psicología, concibe la identidad
como un continuo que integra los distintos aspectos del yo a lo largo del tiempo
de una forma estable y coherente. Para Erikson hay una serie de estadios de
identidad por los cuales atraviesa un individuo hasta que logra una identidad
propia y estable.

Generalmente, la adolescencia empieza con el estado denominado como


difusión de la identidad o identidad difusa. Esta fase se caracteriza por la
indecisión vocacional, ideológica e interpersonal, donde el adolescente solo se
preocupa de vivir intensamente el momento, sin establecer ningún tipo de
compromiso. Otro estado propio de esta etapa es la fase de identidad hipotecada
o exclusión/anulación, donde el adolescente tampoco es capaz de tomar
decisiones, por lo que se deja guiar por los demás (figuras de autoridad o incluso

22
Desarrollo, aprendizaje y educación

amigos). Otro estado es la fase moratoria, en la que el adolescente ya busca


alternativas y toma algún tipo de decisiones activamente pero todavía es un paso
previo al logro de la identidad. Se ha comprobado que algunas personas
padecen crisis de identidad durante toda su vida, por lo tanto, no todas las
personas consiguen afianzar su identidad, no es universal ni automático.
Además, la consolidación de la identidad no depende únicamente de la persona,
la crianza y el contexto sociocultural son factores influyentes en este proceso.
Así, los adolescentes con una mejor identidad parecen tener una base emocional
sólida en su casa, donde los padres suelen ofrecer un estilo democrático que
ayuda a los niños a lograr su identidad. También la sociedad juega un papel
importante, culturas más rígidas o minorías étnicas no favorecen el logro de la
identidad, puesto que en estas situaciones el grupo cultural intenta preservar sus
señas de identidad. De este modo, en la cultura occidental suele ser más flexible,
dejando al adolescente un margen más amplio para desarrollar su identidad.

Dentro del logro de la identidad personal, el concepto de sí mismo o


autoconcepto es un elemento central. El autoconcepto es el conjunto de
percepciones, representaciones, sentimientos y creencias que una persona
mantiene sobre sí mismo referidos a componentes físicos, académicos,
personales, etc., que se va conformado a lo largo de la vida a partir de las
experiencias personales y de las valoraciones de los demás. Cuando se hace
referencia al aspecto valorativo del autoconcepto, la evaluación acerca de uno
mismo, se está haciendo alusión a la autoestima. Suele ser alta en la infancia y
desciende durante los primeros años adolescentes, probablemente, porque se
establecen nuevos roles debido a los cambios físicos, al cambio de contexto
escolar y a inicio de las relaciones de pareja. Tras el descenso inicial se produce
un modesto ascenso debido al establecimiento de roles, aunque los niveles
suelen más altos en los hombres pero más estables en las mujeres. Esto podría
explicarse por los procesos de socialización donde el contexto social suele
ejercer mayor control sobre las mujeres.

El autoconcepto tiene un carácter multidimensional, dando lugar al


autoconcepto social, autoconcepto académico, etc., cada uno con sus
implicaciones propias. Además, con la edad, el autoconcepto se va
diferenciando: al principio global y poco a poco se va definiendo. En la niñez,

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Desarrollo, aprendizaje y educación

entre 6 y 8 años, el autoconcepto suele basarse principalmente en la dimensión


física. Hacia los 9 - 12 años, los niños y niñas distinguen ya entre las
características físicas y las psicológicas y comienzan a formar un autoconcepto
más psicológico (pensamientos, sentimientos, valores, etc.).

Hacia la adolescencia, el autoconcepto se forma con mayor frecuencia


utilizando conceptos más abstractos, con atributos emocionales y concibiéndose
a sí mismo en función de las relaciones interpersonales (“le caigo bien a los
compañeros”).

Asociado al desarrollo de la personalidad, no debe olvidarse la evolución


de la conciencia moral, de los aspectos como el juicio y razonamiento ético.
Respecto al desarrollo moral, según Piaget, desde la niñez hasta la adolescencia
y, sobre todo, durante la adolescencia, se produce un desarrollo progresivo del
pensamiento moral, que discurre en un continuo que va desde una moralidad
heterónoma o de realismo moral a una moral autónoma o de relativismo moral.
La primera es una moralidad basada en la autoridad de los adultos, en especial
de los padres y educadores, donde las reglas se conceptualizan como algo real
e indestructible. La segunda es una moralidad basada en las propias reflexiones
y criterios personales, en una interiorización de las normas, donde éstas pueden
cambiar.

Ampliando la teoría moral de Piaget, Kohlberg estudió el juicio moral de


niños, adolescentes y adultos. Este autor formuló un modelo para el desarrollo
del razonamiento/competencia moral basado en el uso de dilemas morales. En
función de la solución dada a los dilemas, Kohlberg estableció tres estadios de
desarrollo moral: pre-convencional, convencional y post-convencional. En el
estadio pre-convencional, la norma es concebida como algo exterior y coercitivo,
que se obedece tan sólo en función de sus consecuencias (castigo o
recompensa). El estadio convencional se caracteriza por la moral de la imitación
y la socialización, se actúa moralmente a través de la moral del grupo.
Finalmente, el estadio post-convencional es la etapa de la autonomía moral,
donde los motivos en los que se fundamenta la conducta moral de una persona,
se apoyan en principios morales universalmente válidos por razones distintas de
la mera tradición, la costumbre o la autoridad.

24
Desarrollo, aprendizaje y educación

No obstante, a pesar de las evidencias al respecto de la existencia de


diferentes niveles de razonamiento jerárquicos, donde cada etapa implica un
avance en el razonamiento, la teoría de Kohlberg no está exenta de críticas. En
primer lugar, las etapas no parecen ser secuenciales y consistentes. De hecho,
en ocasiones, se argumentan razones para las decisiones morales que reflejan
varias etapas distintas simultáneamente. Y en segundo lugar, en el día a día la
toma de decisiones a nivel moral implica algo más que razonamiento moral. En
ocasiones, las personas toman decisiones de niveles inferiores aunque sean
capaces de razonar a niveles elevados, en base a otros factores (emociones,
relaciones personales, etc.).

Implicaciones educativas al respecto del desarrollo de la personalidad.

Conociendo estos aspectos, en el aula es necesario fomentar un clima


de respeto, no coercitivo, basado en el diálogo, pero con normas claramente
delimitadas, donde se favorezca la cooperación evitando la comparación y la
competición. Así, también se favorecerá la interacción y la integración.

EXPERIENCIAS EDUCATIVAS EN APRENDIZAJE COOPERATIVO

Existen numerosas experiencias en los centros educativos que muestran la


puesta en marcha de proyectos basados en el aprendizaje cooperativo. Una
muestra es el Proyecto de Formación en Aprendizaje Cooperativo del Plan de
Formación del Centro del Profesorado del Campo de Gibraltar.

http://fernandotrujillo.es/experiencias-educativas-en-aprendizaje-cooperativo/

Es necesario también que los profesionales del contexto educativo


generen expectativas positivas con el objetivo de trasmitirlas al alumno, ya que
las creencias de eficacia del adolescente (la percepción de la propia capacidad
para organizar y ejecutar las acciones necesarias encaminadas a alcanzar una
meta) ejercen de mediadoras entre las capacidades y la conducta pues influyen
en el grado de implicación y persistencia de la persona en la realización de

25
Desarrollo, aprendizaje y educación

tareas.

Diferentes investigaciones plantean que el sentimiento de autoeficacia


repercute sobre la autoestima, por lo que la persuasión verbal que ejerza el
docente, además de favorecer la autoeficacia del alumno, también promoverá
indirectamente su autoestima.

EL PODER DE LAS EXPECTATIVAS:


EL EFECTO PIGMALION EN EL AULA.

Tiene su origen en un mito griego, en el que Pigmalión, rey escultor de Chipre se


enamora de Galatea, una de sus creaciones. Tanto la amaba que la trataba como
una mujer real, como si estuviera viva. Afrodita, al ver el amor que Pigmalión
sentía por la estatua, le dio vida. A partir de este mito, se dio nombre al efecto
Pigmalión, ya que a fuerza de creer fielmente que la estatua estaba viva, ésta
llegó efectivamente a estarlo, idea que retomaron Jacobson y Rosenthal
para explicar los efectos de las expectativas en el contexto educativo.

https://www.youtube.com/watch?v=X5UkCpTo3K4

Por último, no hay que olvidar que el contexto escolar tiene un importante
papel de transmisor de valores, ya que además de formar profesionales, ha de
educar a las personas en su totalidad por lo que debe tener en cuenta la
formación del adolescente respecto a su estadio de desarrollo moral.

SER PERSONA Y RELACIONARSE

Este programa de Competencia Social colgado en la web de la Junta de


Andalucía tiene por objetivo mejorar las relaciones interpersonales y, en
consecuencia, prevenir y servir de terapia para los problemas sociales e
interpersonales. Incluye una parte muy interesante acerca del crecimiento moral
donde presenta el trabajo con dilemas.

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/abaco-
portlet/content/13983c19-620f-452a-ab12-0b44fb94368a

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Desarrollo, aprendizaje y educación

BIBLIOGRAFÍA.

Álvarez, J. M. (2010). Características del desarrollo psicológico de los


adolescentes. Innovación y experiencias educativas, 28, 1-11.

Berger, K. S. (2007). Psicología del desarrollo: infancia y adolescencia. Madrid:


Médica Panamericana.

Castejón, J. L. y Navas, L. (2009). Aprendizaje, desarrollo y disfunciones.


Implicaciones para la enseñanza en la Educación Secundaria. Alicante:
Editorial Club Universitario.

Coll, C., Marchesi, A., Palacios, J. (1994). Desarrollo psicológico y educación. (Vol.
I). Madrid: Alianza.

Martín, C. y Navarro, J. I. (2011). Psicología para el profesorado de Educación


Secundaria y Bachillerato. Madrid: Pirámide.

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