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EDITORIALASTREA
DE ALFREDOY RICARDODEPALMA
CIUDAD DE BUENOS AIRES
O EDITORIAL
ASTREA
DE ALFREDOY RICARDO
DEPALMA
SRL
Lavalle 1208 - (C1048AAF) Ciudad de Buenos Aires
www.astrea.corn.ar - info@astrea.com.ar
Prólogo ....................................................................... IX
A) ~ U T O M O T O R E SQUE CIRCULAN
EN UN MISMO SENTIDO
3 8. Embestidor .................................................... 89
3 9. Giro incorrecto .............................................. 91
a) Iniciación de demanda ............................... 91
b) Contestación de demanda ......................... 93
3 10. Incorrecto reingreso a la circulación ............. 94
a) Iniciación de demanda .............................. 94
b) Contestación de demanda ......................... 96
3 11. Retroceso imprudente .................................... 97
a) Iniciación de demanda .............................. 97
b) Contestación de demanda .......................... 99
3 12. Movimientos sinuosos .................................... 100
a) Iniciación de demanda .............................. 100
b) Contestación de demanda .......................... ,101
3 13 . Adelantamiento antirreglamentario ................. 103
a) Iniciación de demanda .............................. 103
b) Contestación de demanda .......................... 105
fi 14. Choque múltiple ............................................ 106
a) Iniciación de demanda .............................. 106
b) Contestación de demanda . Citación de t.er-
cero .......................................................... 107
c) Contestación de citación de tercero .......... 109
B) AUTOMOTORES
QUE TRANSITAN
EN SENTIDO CONTRARIO
III
CAPÍTULO
DAÑOS A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS
CAPÍTULO
VbJ
TWNSPORTE DE PERSONAS
l . SOLICITUD.INCIDENCIA
SOBRE LA TASA DE JUSTICIA
Y LA SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO
Señor Juez:
DR. ROBERTO
RAMÍREZ
CPA, to ..., fo ...
Señor Juez:
OSCAR
GONZÁLEZ,
por derecho propio, ...
1. OBJETO.Que viene a desistir de la testigo pendiente
por entender que están reunidos los extremos legales para
la concesión del beneficio de litigar sin gastos.
a) Sul7zariedad del t~ánzite. El art. 80 del Cód. Proc. Civil y
Com. de la Nación pone de resalto la sumariedad del trámite del
beneficio, sin perjuicio de respetar el contradictorio, al exigir la
citación del litigante contrario para que pueda fiscalizar la prue-
BENE~FICIODE LITIGAR SIN GASTOS 17
ba que se produzca. La facultad que la ley concede a la parte
contraria para intervenir en el procedimiento obedece al induda-
ble interés que le asiste en el resultado de la petición; dicha par-
te queda colocada en una situación de desventaja procesal con
respecto al beneficiario, al quedar éste exento del pago de las
costas que se le pudieran imponer (art. 84, Cód. citado). Esta
intervención no debe considerarse limitada al mero control de la
prueba producida por el peticionario, sino que comprende ade-
más la facultad de producir pruebas tendientes a desvirtuar la
producida por aquél, siempre que ello resulte compatible con
la sumariedad del procedimiento. Es preferible pronunciarse
por la amplitud de las probanzas, sin perjuicio de -que quede
sujeta al arbitrio judicial la necesidad de producción de las ofre-
cidas. Esto es así porque dichos medios probatorios posibilita-
rán desvirtuar los hechos invocados por el solicitante del benefi-
cio por quien mejor los conoce (CNCiv, Sala E, 29/12/94, "Inzúa,
Hugo 0. c/Mosaicos Assali SA slbeneficio de litigar sin gastos";
íd., Sala G, 27/2/89, "Melicovsky, Elsa F. c/Defilippi, Jorge s/be-
neficio de litigar sin gastos").
b) Caducidad del beneficio. La posibilidad de dejar sin efec-
to el beneficio de litigar sin gastos, a requerimiento de parte in-
teresada, exige la demostración de que la persona a cuyo favor se
dictó no tiene ya derecho a aquél (doctr. art. 82, Cód. Proc. Civil
y Com. de la Nación). Por consiguiente, la parte contraria a la
que obtuvo el beneficio deberá acreditar que han desaparecido o
se han modificado las circunstancias fácticas tenidas en cuenta
al concederse el mismo (CNCiv, Sala D, 18/9/89, "La Caria, José
c/Savastino, Pablo s/s~umario").
c) Prueba. El o n u s probarzdi en torno a la acreditación de
la falta de recursos suficientes para enfrentar la onerosidad del
proceso corresponde al solicitante, recayendo a su vez en la con-
traparte la carga de ofrecer la prueba en contrario que abone la
ineficacia argumenta1 de aquél (CNCiv, Sala M, 11/3/91, "Bares
Peralta de c/Proyco Construcciones slbeneficio de litigar sin gas-
tos").
d) Sustanciacióíz. El procedimiento establecido para obtener
el beneficio de litigar sin gastos tiene carácter bilateral y contra-
dictorio. Se trata, por lo demás, de un incidente autónomo (o
nominado). La intervención de la parte contraria no está limita-
da a cuestionar su procedencia cuando falta alguno de los requi-
sitos que prevé el art. 79, inc. lo, del ordenamiento procesal, y a
controlar la prueba ofrecida, sino que puede aportar elementos
de juicio para contrarrestar los ofrecidos por el peticionario,
sin desnaturalizar el carácter sumario del trámite (CNCiv, Sala H,
23/5/96, "Bagalio J. c/Padilla J. slbeneficio de litigar sin gastos").
El incidente de beneficio de litigar sin gastos ha sido objeto
de una específica regulación normativa en cuanto al modo en
que debe sustanciarse. La reglamentación autónoma a la que se
PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
DR. ROBERTO
RAMÍREZ
CPA, to ..., f" ...
Señor Juez:
GONZALEZ,
OSCAR por derecho propio, ...
a) Beneficio de litigar sin gastos y pacto cuotalitis. Un capí-
tulo merece la jurisprudencia que ha computado, en el estudio
de la naturaleza del beneficio de litigar sin gastos, los supuestos
en que el incidentista hubiese concertado con sus abogados un
pacto de cuotalitis. En ese orden de ideas se ha dicho que el
art. 4") párr. 3") de la ley 21.839 impone al letrado el pago de los
BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS
rios del letrado que patrocina al actor, sino que el concepto debe
ser entendido con mayor amplitud, comprensivo en el caso del
crédito del fisco por la tasa judicial (CNCiv, Sala L, 22/11/95,
"Laskarin Graber, Hugo y otros c/Torres, Marcelo s/sumario").
e) Efectos de la resolución. Atento el principio de especifici-
dad a que se halla sujeto el beneficio de litigar sin gastos (art. 86,
Cód. Proc. Civil y Com. de la Nación), tiene su alcance para un
proceso determinado, es personal e intransferible (CNCiv, Sala E,
1/4/97, "Romano, Pedro cíVillada, Néstor H. y otro sldaños y per-
juicios").
Cuando surge evidente de la prueba producida en el benefi-
cio de litigar sin gastos que la carencia de medios que se invoca
no puede considerarse actual, sino que la imposibilidad de hacer
frente a los gastos existía al momento en que se promovió la de-
manda principal a la cual el beneficio accede, no parece adecua-
do que se reclame el pago de la tasa de justicia con fundamento
en la circunstancia de que en la oportunidad de haberse produci-
do el hecho generador del tributo -iniciación de la demanda- la
actora no gozaba del beneficio provisional del art. 83.
El hecho imponible referente al pago del tributo, se genera
al postular el justiciable su demanda. Y si bien éste inició un
beneficio de litigar sin gastos, el que fue denegado, la tasa de
justicia debió serle exigida al menos antes de dictarse sentencia.
Precluidos tales momentos e impuestas las costas a la contraria,
que incluyen tal tributo, no corresponde exigírselo a quien no
cargó con aquéllas (conf. arts. 68, 77 y concs., Cód. Proc. Civil y
Com. de la Nación, y ley 23.898) (CNCiv, Sala G, 25/4/96, "Flores
Vega, Luis A. c1N.V. Optische Industrie de Oude Delft slregula-
ción de honorarios").
Denegado un primer beneficio de litigar sin gastos por no
encontrarse debidamente acreditada la situación económica del
peticionante, al no causar estado la decisión e iniciado un nuevo
pedido, el alcance provisional que le asigna el art. 83 del Código
ritual torna improcedente la intimación al pago de la tasa de jus-
ticia (CNCiv, Sala H, 15/7/96, "Méndez, Ramona T. y otro c/Fe-
rrocarriles Metropolitanos SA slbeneficio de litigar sin gastos").
Si los testigos que han declarado en el beneficio de litigar
sin gastos sobre las circunstancias particulares de la beneficiaria
dieron suficiente fundamento para acceder al pedido y éstos no
han aclarado que la pobreza señalada se haya producido por he-
chos sobrevinientes a la interposición de la demanda, sino que por
las características de la accionante es dable presumir que este es-
tado es el mismo que se presentaba al deducirse la acción, supe-
ditarla posteriormente a una contingencia procesal no sólo es
incongruente sino que parte de una premisa dogmática, reñida con
el principio de justicia y por ello mismo inadmisible (CNCiv, Sala
1, 8/4/97, "Serrano de Quinteros, Ana M. c/Transporte Ideal San
Justo SA slbeneficio de litigar sin gastos").
PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
Señor Juez:
3. Daray, Pixíctica
34 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
4. Daray, Prbctica.
50 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
to, que sabe del accidente por referencia de otro; al que mani-
fieste que se encontraba a una distancia que impedía una ade-
cuada visión del accidente, o el que oyó un ruido pero no llegó a
ver la colisión.
b) Verosinzilitud de los testimonios. Las imprecisiones en
cuanto a los detalles de los rodados intervinientes (color, modelo,
etc.), son las que mejor hablan de la sinceridad y honradez de
los testimonios, si se tiene presente que los testigos declararon
dos años después de ocurrido el accidente de autos, circunstan-
cia que autoriza a concluir con pleno fundamento en que ellos
no pudiesen recordar determinados detalles. Lo sospechoso hu-
biera sido precisamente, el caso inverso, es decir, que a pesar del
tiempo transcurrido coincidieran con total precisión en las cir-
cunstancias de tiempo y de lugar en que la colisión se produjo,
lo que autorizaría a pensar que aquéllos habrían sido convenien-
temente instruidos acerca del modo de declarar (CNCiv, Sala K,
22/9/89, "Nieves, Héctor J. clSlettemark, Edgardo C. y otro slsu-
mario").
También se ha dicho que ante declaraciones contrapuestas, y
no resultando posible otorgar mayor credibilidad a unos testigos
que a otros, corresponde prescindir de este medio probatorio.
Por consiguiente, tratándose de un juicio sobre accidente de trán-
sito debe recurrirse a las presunciones (CNCiv, Sala E, 18/9/89,
"Mormandi, Roberto M. c/Milano, Claudia L. y otros slaccidente
de tránsito").
La circunstancia de que el testigo haya declarado sobre un
heclio no propuesto por las partes no constituye razón suficiente
para prescindir de sus dichos cuando su testimonio, analizado
con arreglo a las pautas de la sana crítica, no muestra indicio al-
guno de mendacidad, ambigüedad o contradicción, que puedan
desmerecerlo (CNCiv, Sala K, 112191, "Gil, Raúl A. cIBaremboin,
Leonardo s/sumario").
c) Inzpa~ecialidad. El natural interés en justificar su propio
proceder por parte de quien conduce un vehículo involucrado en
un accidente, aventando o menguando de tal modo responsabili-
dades no puede desconocerse; como tampoco es descartable que
sus acompañantes, máxime siendo amigos, se sientan inclinados
a respaldarlo, por lo que sus declaraciones testimoniales, dejan
serias dudas acerca de su imparcialidad, y deben aceptarse sólo
si se encuentran corroboradas con otros medios mayormente con-
fiables (CNCiv, Sala A, 25/8/92, "Contreras de Calo, Rosario c1Pu-
glisi, Héctor Eduardo y otro s/sumario").
Si el testigo resulta ser el conductor de uno de los rodados
intervinientes en el siniestro, en calidad de dependiente del pro-
pietario de dicho automotor, sus dichos deben ser apreciados con
estrictez; pero ello no significa prescindir de él totalmente, ya
que se trata de un testigo necesario, y debe analizarse su versión
en concordancia con los demás elementos de juicio que la causa
ofrezca, pues probanzas que aisladamente consideradas pueden
ser objeto de reparos, o ser débiles o. imprecisas, en muchos ca-
sos se complementan entre sí, de tal modo que juntas llevan al
ánimo del juez la convicción suficiente acerca de la existencia
del hecho de que se trata (CNCiv, Sala E, 7/10/92, "Transporte
Automotores Riachuelo SA c/López, Eduardo y otro sldaños y
perjuicios").
El hecho d e que el único testigo ocular del accidente no de-
clarara en sede policial ni ante el juez de instrucción no basta
por sí solo para invalidar su declaración, aunque lógicamente
obliga al juzgador a apreciar sus dichos con criterio restrictivo
(CNCiv, Sala K, 18/8/89, "Breyavi, Julio S. c/Da Silva ~ 6 n z á l e z ,
Oscar H. C. s/sumario").
La eventualidad de que la única persona presentada como
testigo presencial del choque no fuera oportunamente denuncia-
da como tal en el acta policial respectiva, no constituye impedi-
mento para la aceptación de sus dichos, porque siempre sus de-
claraciones serán valoradas según las reglas de la sana crítica, y
se tendrán en cuenta las circunstancias y motivos conducentes a
corroborar o disminuir la fuerza de su testimonio, de tal suerte
que de ello no puede derivarse agravio alguno, máxime cuando
la declaración prestada concreta los hechos con precisión, reve-
lando exacto conocimiento del accidente, y cuando fue también
ampliamente repreguntado por la contraparte (CNCiv, Sala A, 2.51
9/89, "Iannicelli, Carlos A. c/Transporte Surnor SA sldaños y per-
juicios"; íd., Sala D, 2/7/93, "Ruiz Díaz, Inocencio A. c/Forciniti,
Francisco A. sldaños y perjuicios"; íd., Sala E, 10/5/89, "Centu-
rión*SRL c/Martino, Claudio D. y otros sldaños y perjuicios").
Cuando se trata de un juicio por accidente en el que se de-
manda a la empresa Ferrocarriles Argentinos, las únicas declara-
ciones -del maquinista y del fogonero- no deben aprehenderse
como prueba fehaciente en la medida en que no vengan acompa-
ñadas de otras que corroboren sus dichos, puesto que tratándose
de personal dependiente de la accionada, directamente involucra-
da en el hecho, están evidentemente interesados en el resultado
del sumario penal para sostener que ellos no habrían sido siquie-
ra negligentes en la producción del accidente (CNCiv, Sala A,
7/7/89, "Barbarino de Montero, Lidia M. c/Empresa de Ferroca-
rriles Argentinos s/sumario, accidente de tránsito"; íd., Sala E,
13/9/89, "Carrasale, Luis C. c/Empresa de Ferrocarriles Argenti-
nos sldaños y perjuicios").
Concordantemente con los principios reseñados, la Corte Su-
prema invalidó una sentencia de cámara que estableció la culpa
concurrente de los intervinientes en un accidente de tránsito, en
función de un único testimonio, que no sólo contradice las res-
tantes declaraciones y demás probanzas acumuladas en la causa
penal, sino que es contrario a la versión del accidente suminis-
trada por ese mismo testigo en ella (26/10/89, "Nervi, Renato A.
52 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
ROBERTO
RAM~REZ
CPA, t" ..., f" ...
Señor Juez:
V. R E C O N V E N C IEn
~ Nvirtud
. de los hechos narrados
precedentemente, se desprende que la responsabilidad del
accidente motivo de este juicio es de la parte actora.
Planteo, por ende, demanda reconvencional en tiempo
y forma contra OSCAR GONZÁLEZ y10 quien resulte propieta-
rio en el día del accidente, del automóvil marca ..., patente
no ..., para que se los condene a pagarme la suma de $ ...,
o lo que en más o en menos resulte de la prueba a produ-
cirse, con intereses y costas.
El guarismo que pretendo surje de los perjuicios que
padeciera en mi rodado, marca ..., del año ..., patente no ...
Ellos son: a ) costo de las reparaciones por $ ...; b) depre-
ciación de su valor venal en $ ...; c) lucro cesante en $ ..., y
d ) privación de uso $ ...
62 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
5. Daray, Prictica
66 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
DR. AMÍLCARBARCA
CPA, to ..., P ...
68 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
c) CONTESTACI~N
DE R E C O N V E N C I ~ N . CITACIÓN EN GARANTÍA
Señor Juez:
IV. C I T A C I ~EN
N GARANTÍA. Dado que al momento del
accidente me encontraba asegurado en la ... Cía. de Se-
guros SA, con domicilio real en la calle ..., no ..., piso ...,
de la ciudad de ..., por responsabilidad civil, sin límites,
solicito que se la cite en garantía por la demanda recon-
vencional que se instaurara en mi contra (art. 118, ley
17.418).
DR. ROBERTO
RAMÍREZ
CPA, to ..., fO ...
70 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
3 2 . ENCRUCIJADA
DE AVENIDA Y ARTERIA COMÚN SIN SEMIÁFORO
INICIA
DEMANDA POR COBRO DE DANOS
Señor Juez:
INICIA
DEMANDA POR COBRO D E DANOS
Señor Juez:
párrafo inicial de dicho art. 49 y del citado inc. b, sólo rige a fal-
ta de indicaciones del agente que dirige el tránsito o de las dadas
por aparatos mecánicos o señales fijas, como lo es aquel cartel,
que ordena detener el rodado antes de emprender el cruce. Se-
gún lo prescribe expresamente el art. lo,ap. 1, de la ordenanza
34.173178 (CNCiv, Sala G, 2/8/91, "Ciberti, Wéctor L. c/Bo de Ca-
ballero, Adriana s/sumario").
Todo automovilista que p r e t e ~ d aatravesar una ruta o ingre-
sar a ella desde una rotonda o boca de acceso, sólo debe intentar
la maniobra cuando tenga la vía expedita y no exista riesgo de
constituirse en un elemento que entorpezca el desplazamiento
de los rodados que circulan por dicha arteria El solo hecho de
llegar antes al cruce no le confiere la preferencia, máxime cuan-
do existen carteles que anuncian la rotonda y el cruce, y otros
que indican explícitamente "ceda el paso" y "pare" (CNCiv, Sala C,
13/6/95, "Musante, Ilda B. c/Cao, Luis y otro sldaños y perjui-
cios").
Es responsable el conductor de un vehículo que, en una in-
tersección de calles en la cual existe un cartel indicador que dice
"pare", sin detener totalmente la marcha, emprende el cruce sin
cerciorarse de la posibilidad de realizarlo sin peligro para él ni
para terceros (CNCiv, Sala H, 26/3/96, "Márquez, Marta c/Gabrie-
lli, Carlos sidaños y perjuicios")
C) Relatividad de la importancia del cartel. Se ha dicho que
la existencia o no de un cartel con la leyenda "pare" en la esqui-
na de una avenida carece de relevancia para eximir de culpa al
conductor embistente, máxime si intenta el cruce de una arteria
de profuso tránsito y que es de doble circulación, lo que obliga a
extremar los recaudos para efectuarlo sin inconvenientes (CNCiv,
Sala E, 26/4/89, "Castelli, Julio C. clcosentino, Ricardo J. slaccid.
de tránsito").
No resulta acertado sostener que no medió culpa del actor
porque su velocidad era normal y la de su contrario elevada, si
la existencia del cartel "pare" en su trayectoria lo obligaba no
sólo a disminuir la velocidad, como es de práctica al aproximar-
se a una intersección, sino a detener su marcha y a reanudarla
únicamente cuando estuviese seguro de poder cruzarla sin incon-
venientes para sí y para terceros. Tampoco el demandado puede
invocar que contaba con prioridad de paso, pues al avanzar, la
presencia del cartel "pare" sobre la otra arteria no es anunciada
ni evidente, por lo que debió, en principio, ceder espontánea-
mente el paso. Si además la prioridad no resultaba legítima,
por circular a una velocidad inapropiada para el cruce, cabe con-
cluir que existió concurrencia de culpas (CNCiv, Sala 1, 2/8/91,
"Cohen, Salvador c/Cohen, Carlos s/sumario").
El éxito de esta defensa dependerá de que el actor pruebe: a )
la existencia, el día del hecho, del cartel "pare') en la calle por la
que circulaba su adversario; b) el detenimiento de quien efectua-
ra la alegación respectiva, y c) la culpabilidad de la otra parte o
la de un tercero.
Señor Juez:
INICIA
DEMANDA. COBROD E DAÑOS
Señor Juez:
Señor Juez:
...
IV. RECONVENCI~N.
a) Costo de las reparaciones. ...
b ) Lucro cesante. Como las reparaciones insumieron
... días, miempresa tuvo la pérdida de ganancias netas que
reclamo en esta reconvención.
a) Indemnizaciones. Aunque no han faltado decisiones judi-
ciales que les han negado a las empresas de transporte la indem-
nización por lucro cesante, ya que deben prever la sustitución de
vehículos en el cumplimiento de sus actividades, la posición am-
pliamente mayoritaria se ha inclinado por concederla.
Esta tendencia jurisprudencia1 de criterios diversos se ha se-
guido manteniendo en las salas de la Cámara Nacional en lo Civil.
Se comprueba, en efecto, que algunas rechazan el ítem lucro
cesante para el transporte público: al estar organizada la recla-
mante como empresa de transporte, entre sus previsiones debe
figurar la necesaria sustitución de vehículos para atender las re-
paraciones propias de tal explotación (mecánica de carrocería),
por lo que nada debe indemnizarse en concepto de lucro cesan-
te por falta de utilización del rodado, al tratarse de una eventua-
lidad prevista en la organización del servicio prestado por la
actora. Según lo establecido por la Secretaría de Transportes
(res. MOSP 342167, inc. lo), las empresas del distrito federal y
suburbanas, grupos 1 y 11, deben prever una reserva del 15% en
la integración del parque móvil, para cubrir las bajas transitorias
que se operen por mantenimiento, accidentes, etc. (CNCiv, Sala
J, 27/12/90, "Empresa Don Bosco SRL c/Pantuso, Néstor slsuma-
rio"; íd., Sala F, 19/6/96, "Transportes Avenida Bernardo Ader SA
c/Microómnibus Quilmes SA stdaños y perjuicios").
Otras exigen la demostración del perjuicio en cuestión: el lu-
cro cesante proveniente de la falta de utilización de un rodado
por parte de una empresa comercial está constituido por la ga-
nancia que dejó de percibir dicha empresa en razón del hecho, y
no por la utilización que es dable esperar en abstracto del uso
de un vehículo en determinadas condiciones, puesto que representa
un elemento de la actividad comercial y no un bien productor de
renta en sí mismo. Por tal motivo, para lograr una reparación
por el concepto indicado se debe acreditar la medida en que real
y efectivamente, no hipotéticamente, se resintió el beneficio de
aquella actividad por no disponer de la unidad durante el lapso
que demandaron las reparaciones (CNCiv, Sala E, 23/8/93, "Trans-
porte Automotor La Estrella SA c/Baggio, Rufino P. sldaños y
perjuicios").
No faltan, asimismo, quienes lo conceden siempre. Así, se
sostuvo que el hecho de tratarse de una empresa de servicios pú-
blicos, y la posibilidad de que el transporte de los pasajeros pu-
diera ser absorbido por otros vehículos de la misma línea no son
DANOS MATERIALES EXCLUSIVAMENTE 81
motivos suficientes para desestimar la indemnización en concep-
to de lucro cesante generada por la imposibilidad dé explotar el
rodado por el lapso en que se extendieron las reparaciones (CNCiv,
Sala D, 12/4/91, "Empresa Rojas SAC c/Camera, Fabián E. slsu-
mario").
Cuando la explotación comercial del recorrido de una línea
de colectivos se realiza bajo el sistema de componentes, forma de
organización provista de un órgano de gestión y representación
con facultades que conciernen a la conducción y administración de
los intereses comunes, junto al cual funciona un sector multiin-
dividual o de primer grado, integrado por el conjunto de perso-
nas reunidas y agrupadas -pero no asociadas- que conservan la
administración y el manejo de los vehículos que integran la 1í-
nea, las ganancias y pérdidas de la unidad que presta el servicio
pertenecen a los componentes y son asumidas a su propio riesgo.
En consecuencia, el lucro cesante derivado de la indisponibilidad
del rodado a raíz de reparaciones no lo sufre la empresa sino el
explotante de la unidad, circunstancia ésta que desvirtúa el argu-
mento de que parte del pasaje es absorbido por otras unidades
(CNCiv, Sala L, 16/12/92, "Oyarbide Aramburu, José y otro c/Na-
varro, Néstor R. y otro s/sumario").
b) Cuantificación de la pérdida. Finalmente, se han especifi-
cado pautas para la cuantificación de la ganancia perdida: es
indemnizable el daño que produce restar un colectivo a una em-
presa de transportes, pues no es lo mismo contar con determina-
do número de unidades que verse privado del funcionamiento de
una de ellas, aunque sea, precisamente, una. Pero la medición
del daño no se debe basar en lo que produce cada unidad. Ra-
zonablemente está mitigado por el uso de otros vehículos, pues
es lógico admitir que el servicio se cumple con las demás unida-
des, las cuales equilibran, aunque no en forma absoluta, la falta de
una. Todo ello conduce a una apreciación en conjunto. Es de-
cir que no corresponde restar exactamente el valor económico
que produce un solo colectivo, ni tampoco considerar que la fal-
ta de una unidad no produce lucro cesante (CNCiv, Sala H, 241
12/92, "El Cóndor ETSA c/Fodor, Juan C. sldaños y perjuicios").
Cuando se trata de una unidad de colectivo prevista para el
transporte público de pasajeros, los ingresos brutos de esa uni-
dad no pueden jamás considerarse lucro cesante, o sea, ganancia
frustrada, pues es preciso descontar de aquéllos los gastos de
explotación, de mantenimiento y de amortización del vehículo
(CNCiv, Sala M, 24/4/95, "General Pueyrredón SATCI c/Transpor-
te Río SRL y otro sldaños y perjuicios").
Se ha dicho que la determinación del qt~anttrl~z pecuniario
del resarcimiento tiene que comprender las ganancias netas deja-
das de percibir por el perjuicio experimentado, durante el lapso
de duración de los arreglos. Es preciso, entonces, descontar de
lo que podría haber sido la recaudación bruta, todos los gastos
de explotación del automotor.
82 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
5 6. A U T O M ~ V
Y I L
VEHÍCULO DE POLICÍA, BOMBEROS
O AMBULANCIA
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
111. PRUEBA.
Que ohezco la prueba de mi parte como
sigue.
DAÑOS MATERIALES EXCLUSIVAMENTE 89
A) AUTOMOTORES
QUE CIRCULAN
EN UN MISMO SENTIDO
INICIA
DEMANDA. COBRO
DE DANOS
Señor Juez:
Señor Juez:
Sefior Juez:
0 . ~ N C O R R E C T OREINGRESO A LA CIRCULACIÓN
a) I N I C Z A C IDE
~ NDEMANDA
INICIA
DEMANDA. COBRODE DAÑOS
Señor Juez:
OSCARGONZÁLEZ ...
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
Sefior Juez:
INICIA
DEMANDA.
COBRO
DE DANOS
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
111. C I T A C I DE
~ N TERCERO. En virtud de las infracciones
cometidas por el señor GUTIERREZ que denuncio precedente-
mente, con domicilio en ..., y dado que mi automóvil resul-
tó un objeto pasivo de la colisión, peticiono su citación
como tercero, haya sido usuario, guardián o propietario del
vehículo marca ..., patente no ...
IV. CULPABILIDAD. Estimo que tanto el demandante corno
la persona cuya citación como tercero solicito fueron los
culpables del accidente. El actor, por la detención brusca
e imprevisible de su auto, lo cual está prohibido en el art.
44, inc. a , de la ley 13.893 (o art. 48, inc. i, ley 24.449, se-
gún la fecha del accidente), por constituirse en una obs-
trucción del tránsito. A su vez, el tercero no respetó los
más importantes deberes de todo conductor, guiando a una
velocidad excesiva que no le permitió el adecuado dominio
del automotor (art. 65, ley 13.893).
Asimismo, es dable destacar que la escasa magnitud de
los daños que reclama el accionante es claramente demos-
trativa de que yo no conducía a una velocidad excesiva, ya
que fue un impacto leve el que recibiera mi contrario.
DAhOS MATERIALES EXCLUSIVAMENTE
c) CONTESTACI~N
DE C I T A C I ~ NDE TERCERO
CONTESTA
C I T A C I ~ NDE TERCERO
Señor Juez:
B) AUTOMOTORES
QUE TRANSITAN
EN SENTIDO CONTRARIO
Cj 1 5 . GIROINADECUADO A LA IZQUIERDA
INICIA
DEMANDA. COBRO
DE DAÑOS
Señor Juez:
OSCAR ...
GONZÁLEZ
1. OBJETO. ...
Sefior Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
OSCAR ...
GONZÁLEZ
1. OBJETO. ...
8. Daray, Prcíctica.
mano, en un acto de desatención e imprudencia. Ello es
así, pues intentó la maniobra a demasiada velocidad y sin
advertir que su comportamiento podía ocasionar perjuicios a
terceros, que razonablemente no podían preverlo. Su pre-
sencia en dicha calle, por la que mi parte circulaba a velo-
cidad reglamentaria, lo convirtió en agente activo del cho-
que, dado que me fue imposible eludirlo.
En numerosos precedentes judiciales, dictados durante la vi-
gencia de la ley 13.893, se estableció que conducir un vehículo
en dirección contraria al sentido asignado a una calle'constituye
una grave infracción, y crea una situación de peligro, que califi-
ca la culpa de su conductor.
La jurisprudencia más reciente de la Cámara Nacional en lo
Civil ha valorado con severidad la circulación a contramano,
como surge de los siguientes precedentes: la inobservancia del
sentido de circulación crea la presunción de responsabilidad en
caso de accidente; y no destruye esa presunción la marcha a con-
tramano hecha a una velocidad moderada, ni la imprudencia del
conductor del vehículo embestido.
No cabe exigirle al conductor de un rodado previsiones fuera
de lo normal o una destreza tan sofisticada como para eludir si-
tuaciones imprevisibles como la circulación a contramano de otro
vehículo en arterias con poco espacio y con condiciones climati-
cas adversas (CNCiv, Sala NI, 1113191, "Vázquez, José c/Dicicco,
Héctor y otro s/sumario").
No bastan para excusar a quien circulaba a contramano la
circunstancia de que una calle de mano única fuera utilizada por
los automovilistas en doble sentido, ni la presencia de otro con-
ductor incurriendo en igual infracción. El invocado desconoci-
miento de la circulación es un error no excusable, o sea, de
aquellos en que la ignorancia del verdadero estado de las cosas
proviene de una negligencia culpable (art. 929, Cód. Civil) (CNCiv,
Sala 1, 4/6/92, "Otero, Roberto c/Donoso, Víctor J. y otro s/su-
mario").
Ahora bien, el carácter decisivo de la mentada infracción se
convirtió en un hecho que debía ser probado por quien lo alega-
ba, sin perjuicio de que en algunas ocasiones se destacó la con-
currencia de culpa; por ejemplo, cuando el otro conductor había
incurrido en velocidad excesiva o cuando se podía comprobar
que no había controlado su vehículo.
El art. 48, inc. c, de la ley 24.449 prohíbe expresamente la
circulación a contramano.
I I I . OFRECE
PRUEBA. Vengo a ofrecer las pruebas que
hacen al derecho de mi parte. Ellas son: ...
- DANOS MATERIALES EXCLUSIVAMENTE 115
Señor Juez:
e ) OTRAS CIRCUNSTANCIAS
Señor Juez:
a) ~ N Z C Z A C Z ÓDE
N DEMANDA P O R C O B R O D E DAÑOS
INICIA
DEMANDA POR COBRO DE DAÑOS
Señor Juez:
Señor Juez:
OSCAR ...
GONZÁLEZ
1. OBJETO. ...
11. HECHOS. LOShechos ocurrieron de.la siguiente for-
ma: circulaba por la arteria en la que ocurrió el accidente
122 PRÁCTICA D E ACCIDENTES DE TRÁNSITO
3 2 1. C O L I S I ~FRONTAL
N
Señor Juez:
OSCAR ...
GONZÁLEZ
Señor Juez:
INICIA
DEMANDA POR COBRO DE DAÑOS
Señor Juez:
Señor Juez:
9 . Daray, Práctica.
PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
Señor Juez:
Señor Juez:
IV. CONSECUENCIAS
DANOSAS. A raíz del ilícito, sufrí los
siguientes daños:
a) Incapacidad sobreviniente. Como consecuencia de
la embestida, quedé tirado sobre el pavimento, sin posibili-
dad de reincorporarme, por lo que algunas personas que
estaban en el lugar y que vieron lo ocurrido lograron mi
inmediata internación en el Hospital Fernández. Allí me
diagnosticaron fractura múltiple de la rótula de la pierna
izquierda, además de traumatismos y escoriaciones. Como
consecuencia de ello fui intervenido quirúrgicamente dos
días después, me colocaron clavos en la pierna herida y,
posteriormente, un yeso. Debí permanecer internado du-
rante una semana, luego de la cual me dieron de alta y me
trasladé a mi domicilio.
Tuve que soportar la pierna enyesada por el lapso de
treinta y cinco días; después me vi obligado a usar muletas
durante sesenta días más.
Aunque el grado de incapacidad sobreviniente será de-
terminado por peritos, el médico que me atendió la evaluó
en un 20% de la total obrera.
a) Caracterización. La Cámara Nacional en lo Civil ha espe-
cificado que si bien el art. 1086 del Cód. Civil, referido a las "he-
ridas u ofensas físicas" recibidas injustamente, establece que en
tal hipótesis' la indemnización consistirá en el pago de todos los
gastos de la curación y convalecencia del ofendido y de todas
las ganancias que éste dejó de percibir hasta el día de su comple-
to restablecimiento, sin aludir a la incapacidad sobreviniente, no
se duda, pese a ello, de que este último ítem debe ser resarcido
por el responsable. En efecto, en aquellos casos de déficit de
capacidad, parcial o total, que no desaparece por completo, sino
que continúa crónica o perpetuamente, la indemnización es posi-
ble por aplicación de los principios generales sobre reparación
integral (doctr. art. 1079, Cód. Civil), comunes a todos los actos
ilícitos, y cuyas normas no han sido derogadas por textos espe-
ciales como el mencionado art. 1068 (CNCiv, Sala H, 23/8/89,
"Casaffus de Dávalos, Aurora 0. c/Caporalle, Nicolás R. s/su-
mario").
Del mismo modo que el valor vida es en sí mismo indemni-
zable, también debe serlo todo déficit que gravite sobre el valor
igualmente jerarquizado de la plena capacidad, y todo ello sin
que obre necesariamente como condicionante su incidencia en el
nivel de ingresos de la víctima (CNCiv, Sala C, 21/12/89, "Arrien,
Enrique A. c/Transp. Sur-Nor Comercial e Industrial SA slsuma-
rio").
Son cosas distintas los detrimentos de la personalidad de la
víctima del accidente, que la afectarán de modo permanente para
el desenvolvimiento normal de la personalidad, y los dolores y
sufrimientos físicos y espirituales que ha debido padecer como
consecuencia del siniestro y durante el tratamiento a que fue so-
metida. Lo primero gravita sobre la capacidad definitiva y me-
rece un resarcimiento que no se superpone con el daño rnoral a
que se refiere lo segundo, a pesar de que éste tiene un carácter
también resarcitorio (CNCiv, Sala C, 8/10/92, "Castro de Castello,
María del Huerto c/Empresarios Transportes Automotor de Pasa-
jeros SACF sldaños y perjuicios").
b) Medida del resarcimiento. Sin embargo, en lo que se re-
fiere a la proyección de esas secuelas, podemos encontrar dos 1í-
neas de criterios para evaluar la discapacidad. Una de ellas, ba-
sándose en una interpretación restrictiva del art. 1068 del Cód.
Civil, entiende que la merma debe evaluarse dentro de la esfera
de la producción económica, o sea, en las facultades para obte-
ner ingresos. La otra corriente, que en este momento es mayo-
ritaria, se pronuncia por una visión más amplia y comprensiva
PRÁCTICA D E ACCIDENTES D E TRÁNSITO
c) Documental. ...
1 ) Recibos de gastos de tratamiento médico y farma-
céutico.
2) Documentación que acredita que soy titular del ne-
gocio situado en ...
3) Constancias de la causa penal no ... caratulada "Albi-
no Gómez sllesiones leves", que tramita ante el Juzgado
Nacional de Instrucción no ..., a cargo del doctor ..., Secre-
taría no ..., a cargo del doctor ..., cuya remisión deberá soli-
citarse mediante el correspondiente oficio.
d) Informativa. Se disponga librar oficio al Hospital
Fernández, a los efectos de que envíe copia de la historia
clínica del señor OSCARGONZÁLEZ, quien fue atendido en di-
cho establecimiento a raíz de las lesiones sufridas el ... de
... de ...
e) Pericial. Se designe perito médico de oficio, a fin
de que, teniendo a la vista la causa penal y mis anteceden-
tes médicos, y luego de practicárseme el examen de rigor,
se expida sobre los siguientes puntos de pericia:
1) Si el que suscribe, OSCAR GONZÁLEZ, padece trastor-
nos orgánicos y funcionales.
2) En caso afirmativo, origen de éstos.
3) Evaluación del estado actual y pronóstico de las se-
cuelas de las lesiones recibidas.
4 ) Porcentaje de incapacidad total o parcial, permanen-
te o transitoria.
160 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
Señor Juez:
1. OBJETO. ...
d) Pericial. ...
1) Médica. ...
2 ) Psicológica. Se designe perito psicólogo de oficio a
fin de que, basándose en los tests que escoja, se expida so-
bre los siguientes puntos:
a ) Estado del equilibrio espiritual del actor como con-
secuencia del accidente experimentado y que origina estas
actuaciones.
b) Si a raíz de lo expuesto existe alguna perturbación
de índole ...
c ) Posibilidades de remisión, mediante una psicote-
rapia.
d ) Duración y costos del respectivo tratamiento, discri-
minándose a partir del mínimo de sesiones semanales y
duración integral.
e ) Si a pesar del éxito de la terapia puede preverse la
subsistencia de algún resto no asimilable por el aparato
psíquico, especialmente por las limitaciones en el ejercicio
de la profesión de arquitecto y su repercusión en la vida
afectiva y en la capacidad anímica para enfrentar contin-
gencias futuras.
f ) Eventualmente, se califique como de discapacidad el
estado actual de mi salud mental, para el caso en que VS
conceda el -daño psicológico como integrante de la incapa-
cidad sobreviniente.
DANOS A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS 171
g) Posibilidades y limitaciones en la práctica de mi pro-
fesión de arquitecto y en otras actividades lucrativas, así
como las que se refieren a mi vida de relación.
a) Informe del perito. Hasta el caso del modelo en que el re-
clamante ha padecido lesiones graves, la producción y la funda-
mentación de la pericia1 que evalúe las secuelas del accidente re-
sultan de vital trascendencia para la viabilidad de las pretensiones
indemnizatorias por incapacidad sobreviniente o por daño psico-
lógico. La Corte Suprema ha dicho que es descalificable el pro-
nunciamiento que privó de eficacia al informe del perito psiquia-
tra y rechazó la existencia de un daño psíquico por entender que
no se habían ponderado los antededentes de disritmia cerebral
que tenía el actor, y que eran anteriores al accidente, ya que tal
apreciación no se apoya en la opinión de un experto y resulta
irrazonable si se advierte que tales antecedentes no le habían ini-
pedido el desarrollo de su carrera docente y profesional (1312196,
"Mahdjoubian, Romualdo J. y otro cIAquino, Arturo y otroJJ).
De allí la importancia que corresponde conceder a la elección
del experto adecuado y los puntos de pericia que tendrá que res-
ponder, siendo sumamente conveniente la proposición de un con-
sultor técnico de parte.
Salvo en el supuesto de lesiones gravísimas, en que un sin
fin de elementos que puedan surgir de la causa permitan presu-
mir la existencia del perjuicio en los términos del art. 165 del
Cód. Proc. Civil y Com. de la Nación, en todos los demás la falta
o las deficiencias del peritaje pueden determinar el rechazo de
los ítem indemnizatorios en cuestión, como se ha sostenido en
numerosos precedentes jurisprudenciales.
b) Designación de perito. La problemática aludida se com-
plica a la hora de escoger el profesional pertinente, cuando se
trata de la demostración del perjuicio psíquico.
Ello es así, pues la práctica tribunalicia demuestra que en
muchas ocasiones se solicita la intervención de un psiquiatra y,
en otras, la de un psicólogo. Si bien ambas disciplinas integran
el campo de las ciencias de la salud mental, hay notables dife-
rencias en los marcos teóricos en que se fundan, así como en las
técnicas de medición de las patologías que observan.
Según el conocimiento corriente, incumben a la psiquiatría
aquellos trastornos que revisten tal gravedad que provocan una
seria dificultad para entender la realidad circundante o para
ejercer una razonable adaptación al mundo exterior. Los sínto-
mas pueden ser muy variables (p.ej., delirios, depresiones agu-
das, agresividad incontrolada).
Por la misma vía se entiende que los psicólogos se ocupan de
personas que padecen crisis emocionales que no afectan con tan-
ta intensidad su relación con los demás, pero que disminuyen la
calidad de vida y la posibilidad del disfrute de afectos y bienes.
Este enfoque, que podría calificarse de no científico, coinci-
de empero con las conceptualizaciones de ciertas corrientes epis-
temológicas y, sobre todo, con lo que ha sido el descubrimiento
de ambas áreas de la práctica clínica a través de la historia.
Por lo tanto, la elección de una u otra especialidad tendrá
que depender del cuadro que presente el damnificado y el tipo de
perturbación que se irrogue y se pretenda probar.
Resulta aconsejable que se tenga en cuenta que los profesio-
nales de la psicología, en su formación universitaria deben cum-
plir con el aprendizaje y la realización de tests, que son en defi-
nitiva el único medio con la suficiente objetividad como para
constituirse en fundamento válido de las conclusiones periciales
(art. 477, Cód. Proc. Civil y Com. de la Nación).
Un5 situación muy frecuente en la práctica es que el médico,
cualquiera que sea su especialidad, acompañe su informe con los
tests practicados por un psicólogo de su elección, no designado
por resolución judicial.
Estimamos que no es un cornportamiento acorde con el or-
denamiento ritual, no sólo por la falta de designación expresa en
autos, sino porque ello impide a las partes plantear alguna de las
causales de recusación, y tampoco permite excusarse al profesio-
nal en los casos en que esté obligado a hacerlo.
Finalmente, es dable destacar que la elección del profesional
que cuantifique el daño psicológico tiene que ser coherente con
los puntos de pericia que se propongan y con la propuesta del
consultor técnico. La congruencia tiene que ser mantenida aun
en los pedidos de explicaciones o impugnaciones que en tiempo
y forma se interpongan al informe presentado. No sería acepta-
ble que si un peritaje se admitió dentro de un encuadre psiquiá-
trico, sea cuestionado con principios propios del psicoanálisis, y
viceversa. De lo contrario sería sumamente factible descalificar
el mejor de los estudios que pudiera realizarse.
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
OSCAR
GONZÁLEZ,
por derecho propio, ...
DAÑOS A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS 18'7
Señor Juez:
1. OBJETO. ...
~ ó d Civil
. rige pese a la separación, sin perjuicio de que se la
desvirtúe mediante la prueba de que la esposa no era, en reali-
dad de los hechos, sostenida por el marido (CNCiv, Sala E, 28/51
93, "Antinori Dintino de Jesús, Gilda L. c/Tommasi, Eugenio H.
sldaños y perjuicios").
La sola circunstancia de la separación de hecho de ningún
modo torna improcedente la indemnización pretendida por un
cónyuge por la muerte del otro en un accidente de tránsito. Per-
a los fines de la fijación del quantum indemnizatorio habrá de
computarse, entre otras circunstancias, el lapso de la separación,
la mayor o menor independencia económica de los cónyuges, la
obligación alimentaria del otro esposo o la simple pérdida de
la chance de obtenerlos en caso de necesidad, la circunstancia
de que existan o no hijos, con la consiguiente incidencia en la de-
dicación que el otro cónyuge les brindaba, tanto en lo material
como en lo espiritual, aliviando de este modo la carga marital en
el mantenimiento del hogar, ello además de las pautas que en la
generalidad de los casos cuadra computar (CNCiv, Sala E, 15/6/96,
"Baldrati, Alberto M. clventura, Francisco J. sldaños y perjuicios").
Respecto de los hijos, la minoridad que se computa es a la
época del acontecimiento que da origen al proceso, por lo que
la presunción legal se mantiene a su favor aunque haya llegado
a la mayoría de edad cuando se inicia la causa o durante su tra-
mitación. Lo mismo ocurre con el menor emancipado, quien
no pierde por ese hecho su calidad de beneficiario. En algunos
pronunciamientos se ha equiparado al hijo adulto, pero incapaz,
con los menores.
De tal suerte, la falta de prueba del daño no impedirá el pro-
greso de la demanda, pudiendo el juzgador recurrir a las faculta-
des que le otorga el art. 165 del Cód. Proc. Civil y Com. de la Na-
ción. Pero, indudablemente, todos los medios probatorios que
aportan los reclamantes, referidos a la potencialidad económica
del occiso y del nivel de vida que llevaba el núcleo familiar, re-
dundarán en una elevación de la cuantía indemnizatoria.
d) Concubinato. Restaría ahora examinar la situación de la
concubina y la viabilidad de su reclamo por muerte del hom-
bre con el que compartía ese tipo de vínculo sentimental.
El tema generó, tanto en doctrina como en jurisprudencia,
posturas encontradas sobre las pretensiones indemnizatorias fun-
dadas en el concubinato. Pero poco a poco fue ganando terreno
la tesitura que le otorgaba legitimación para obrar a quienes vi-
vían en pareja, en función del criterio amplio contenido en el
art. 1079 del Cód. Civil; de lo contrario, se colocaba a la concu-
bina en peor situación que la de cualquier tercero.
Por otra parte, en ciertos precedentes judiciales se ha exigi-
do una demostración fehaciente de la relación alegada, desig-
nando como requisitos esenciales la notoriedad, o sea una acti-
tud típicamente matrimonial asumida por la pareja, y que ello
tome estado público.
DANOS A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS 199
En lo que siempre existió coincidencia de criterios es en que
la concubina, a diferencia de la esposa legítima, no se encuentra
beneficiada por la presunción legal de daños que emana de los
arts. 1084 y 1085 del Cód. Civil.
De tal suerte, e independientemente de la prueba de una con-
vivencia de una razonable duración, la concubina tiene necesi-
dad de acreditar el perjuicio, es decir, que vivía del auxilio y de
los recursos. del difunto.
Si la concubina estaba embarazada, habiendo fallecido su
compañero como consecuencia de un accidente, y el hijo nació a
poco menos de un mes de la muerte de la víctima, no cabe tener
al menor como hijo del fallecido al no darse ninguno de los su-
puestos del art. 247 del Cód. Civil, pero su derecho en cambio
encuentra amparo en el art. 1079 del Cód. Civil, pues es dable
inferir, a través del comportamiento del extinto con relación al
embarazo de quien era su concubina, que el fallecido le prestaba
apoyo, ayuda y sostén (CNCiv, Sala E, 26/12/90, "Palomino, Rosa
cITransporte Ideal San Justo SA y otros s/sumario").
Por eso se ha decidido que el art. 1079 del Cód. Civil permite
tener por legitimada a quien haya convivido con el causante en
calidad de compañera para reclamar por valor vida, siendo para
ello menester que pruebe que recibía de su compañero ayuda
económica y que, por la duración de su relación, su convivencia
con el difunto, existencia de hijos, etc., dichos aportes perdura-
rían en el tiempo, ya que no se halla amparada en la presunción
del art. 1085 del Cód. Civil (CNCiv, Sala J, 8/8/89, "Bistoco, Fa-
biana c/Forchi, Francisco s/sumario").
Frente a las diferentes posiciones en que se fundaban los fa-
llos de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, ésta deci-
dió convocar a una reunión plenaria a fin de uniformar la juris-
prudencia existente. El resultado fue el precedente en pleno,
caratulado "F.M.C. y otro cl El Puente SAT" (414195). Se estable-
ció allí la siguiente doctrina: "Se encuentran legitimados los con-
cubinos para reclamar la indemnización del daño patrimonial
ocasionado por la muerte de uno de ellos como consecuencia de
un hecho ilícito, en tanto no medie impedimento de ligamen".
Ahora bien, si la presunción legal de los arts. 1084 y 1085
del Cód. Civil no juega en favor de quienes formen el concubina-
to, sí alcanza, según se ha resuelto en algunos pronunciamientos,
a los hijos extramatrimoniales menores o incapaces.
Señor Juez:
5 5. AMA DE CASA
Señor Juez:
208 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
IV. C O N S E C ~ E N CDANOSAS.
IAS A raíz del ilícito narrado,
hemos experimentado los siguientes daños:
a) Valor vida h u í n a n a . La víctima fatal del accidente
tenía treinta y seis años y estaba dedicada a las tareas de
la casa y al cuidado de sus hijos, aquí demandantes.
a) Antecedentes. Respecto del valor vida, varios precedentes
judiciales han acogido el rubro indemnizatorio por muerte de la
esposa y madre.
Dicho rubro se convierte así en una excepción al resto de los
supuestos de compensación pecuniaria por fallecimiento de la
víctima, dado que es el único en donde no se exige que la perso-
na desaparecida sea generadora de ingresos monetarios, necesa-
rios para la subsistencia de los reclamantes.
En efecto, se ha precisado que aunque se considere que la
vida no tiene de por sí un valor económico, el cónyuge e hijos no
necesitan demostrar que la esposa y madre muerta a raíz de un
accidente de tránsito realizaba otro tipo de trabajo remunerado,
además de la atención que dispensaba al hogar, para que sólo en
ese supuesto se estime que existe menoscabo patrimonial.
En algunas ocasiones, el criterio indemnizatorio amplio ha
llevado a sostener que no es necesario demostrar que la occisa
b ) CONTESTACI~N
DE DEMANDA
CONTESTA
Señor Juez:
OSCAR ...
GONZÁLEZ
B) PERDIDAS
DE CHANCE
Señor Juez:
Señor Juez:
OSCAR por derecho propio, ...
GONZÁLEZ,
Ello es así, por otro lado, pues la presunción legal del art.
1114 del Cód. Civil reconoce su fundamento en los deberes de
guarda, de vigilancia y de educación de los menores, inherentes
a la patria potestad, según se ha señalado reiteradamente; como
también la necesidad de determinar un responsable económico
frente a quien ha sufrido un daño injusto, pues casi siempre los
menores carecen de bienes para responder por los perjuicios que
causan.
Entre los recaudos que permitan determinar la responsabili-
dad refleja de los padres, no basta que tengan el ejercicio de la
patria potestad del menor en cuestión, sino que además es nece-
sario que convivan con él para que pueda fundamentarse la falta
de educación y del ejercicio del deber de vigilancia, o que la fal-
ta de convivencia sea atribuible a culpa del padre a quien se in-
tenta responsabilizar. En otros términos, si el padre y el hijo no
conviven por algún motivo legítimo, no entrará en juego la res-
ponsabilidad indirecta.
Cuando concurren las circunstancias del modelo, a saber: co-
lisión entre un rodado y un peatón menor de edad, por aplica-
ción de lo dispuesto en el art. 1113, párr. 2") se requiere que el
dueño o guardián de la cosa riesgosa demuestre la culpabilidad
total o parcial de la víctima o la de un tercero por quien no deba
responder.
Una solución contraria importaría tanto como generar una
discriminación en contra de los menores de edad. No habría
andamiento para la responsabilidad de sus padres si el menor
deambulaba cumpliendo todas las exigencias de las reglamenta-
ciones de tránsito.
La jurisprudencia de la Cámara Nacional en lo Civil se ha
expedido últimamente sobre el punto de la siguiente forma: si
bien, en abstracto puede formularse un juicio negativo de valor
acerca de las circunstancias por las cuales los progenitores per-
miten que un menor de seis años vaya solo al colegio -pues a los
peligros del tránsito vehicular pueden añadirse otra serie de cir-
cunstancias eventualmente riesgosas para su integridad y salud,
física y moral-, en la valoración de los deberes y obligaciones
que incumben a los padres en materia de educación y vigilancia
de sus hijos, inherentes al instituto de la patria potestad, y en
orden al juzgamiento del cumplimiento de tales deberes, de ma-
nera de excluir o atenuar la responsabilidad que surge ante un
hecho ilícito, no se puede prescindir de las circunstancias con-
cretas del caso, relacionadas con la situación social y familiar
del grupo humano al que se refiere, debiendo añadírseles las
propias del hecho ilícito juzgado, a fin de no confundir ese repro-
che abstracto con la real incidencia causal que la conducta re-
probada pudiera haber tenido en la ocurrencia del accidente del
que derivaron lesiones al menor (CNCiv, Sala 1, 15/2/93, "Herre-
ra, Alberto C. c/Baleani, Carlos sldaños y perjuicios").
' DAÑOS A LA INTEGRIDAD DE LAS PERSONAS 225
Aun admitiendo que el deber de vigilancia de los padres so-
bre los hijos menores no se limita a la responsabilidad de los da-
ños que éstos causaran a terceros, sino que también tiende a que
el menor no se cause daño a sí mismo, en manera,. alguna el
eventual incumplimiento de ese deber puede liberar de responsa-
bilidad a quienes la ley se la atribuye, sea por el acto propio del
conductor del colectivo o por la calidad de dueño o guardián de
la cosa con que se provocó el daño (CNCiv, Sala C, 12/3/96, "Ri-
moldi, Héctor R. y otro cIGranea, Enrique O. y otro sldaños y
perjuicios").
No cabe endilgar culpabilidad a los progenitores de un me-
nor que cursaba el tercer grado y que perdió la vida al ser arro-
llado por un automóvil, puesto que el "acompañamiento" de
chicos no disminuidos en sus facultades no se acostumbra, en
general, por la sencilla razón de que se les torna casi de cumpli-
miento imposible a la inmensa mayoría de los padres, debido,
por empezar, a causas económicas (CNCiv, Sala J, 24/5/93, "Díaz,
Jorge G. y otro c/Giuliano, Oscar 1. sidaños y perjuicios").
La responsabilidad refleja que imponen los arts. 1114 y 1116
del Cód. Civil a los padres, si bien se refiere a los eventuales da-
ños que los hijos puedan causar a terceros, reposa en el funda-
mento último de los deberes emergentes del recto ejercicio de la
patria potestad, razón por la cual también resultan aplicables
cuando del incumplimiento del deber de cuidado y vigilancia de
los progenitores deriven daños al menor por el hecho de un ter-
cero (CNCiv, Sala L, 17/11/95, "Blanco, Oscar L. c/Empresa Fu-
migadora Ítalo Argentina SRL s/sumario").
El art. 1114 del Cód. Civil contempla la responsabilidad re-
fleja de los padres sobre la base de una presunción de culpa, que
admite prueba en contrario, como resulta de su art. 1116, de-
biendo interpretarse este último no como una referencia al caso
fortuito, sino a la ausencia de culpa, en razón de no merecer su
conducta reproche alguno, en orden al cumplimiento de los de-
beres derivados de la patria potestad.
El deber de vigilancia derivado de la patria potestad, razona-
blemente entendido y aplicado, difícilmente podría conducir, con
la evolución actual de los patrones sociales, a una prohibición
lisa y llana de utilizar la motocicleta a un menor de veinte años,
que la ha adquirido y que cuenta con carné habilitante para guiar-
la (CNCiv, Sala 1, 19/6/97, "Imaz, Gloria S. c/Coso, Cristian J.
sldaños y perjuicios").
IV. OFRECE
PRUEBA. ...
Señor Juez:
OSCAR
GONZÁLEZ,
por derecho propio, ...
1 . CONSECUENCIAS
DANOSAS. A raíz del ilícito narrado ...
a) Valor vida. Por efecto del importante golpe recibi-
do en toda la parte izquierda del cuerpo de la codeman-
dante PÉREZDE LÓPEZes que tuvo que ser internada de ur-
gencia en el Hospital ... A pesar de ello, perdió el hijo,
que ya llevaba seis meses de gestación sin que hasta ese
momento hubiese tenido ningún inconveniente.
Esa pérdida destruyó la chance que teníamos de reci-
bir asistencia en la vejez. Esa ayuda nos iba a resultar de
gran utilidad, dado que nos desempeñamos como docente
y empleado público respectivamente. Y recibimos hasta el
presente reducidos salarios, sin que se vislumbre que esa
situación vaya a mejorar en el futuro.
228 PRÁCTICA DE ACCIDENTES DE TRÁNSITO
Señor Juez:
Señor Juez:
5) Daño psicológico
Perjuicio $ ...
Tratamiento $ ...
Resto $ ...
$ ...
6) Gastos y tratamientos médicos $ ...
7) Daño moral $ ...
Total $ ....
DR. ROBERTO
RAMÍREZ
CPA, t0 ..., fo ...
Señor Juez:
Señor Juez:
CONTESTA
C I T A C I ~ NEN GARANTÍA
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
s..
Seííor Juez:
Señor Juez:
..o
Señor Juez:
A) TRANSPORTE
POR AUTOMOTOR
Señor Juez:
Señor Juez:
Señor Juez:
INICIA
DEMANDA. COBRO
DE DANOS
Señor Juez:
OSCAR
GONZALEZ,
por derecho propio, ...
Señor Juez:
del art. 1113, párr. 2") del Cód. Civil, que genera la presunción le-
gal adversa al dueño o guardián de una cosa riesgosa.
En virtud de ello, la empresa demandada deberá demostrar
la culpa de la víctima o la de un tercero por quien no tiene que .
responder, para librarse de las consecuencias del evento 'dañoso.
Sin embargo, no han faltado precedentes judiciales que han
señalado que los trenes circulan en un terreno que les es propio,
o sea, por un camino de vías férreas que es exclusivo, por lo que
no consideran aplicable la teoría del riesgo creado consagrada en
el art. 1113, párr. 2", del Cód. Civil.
En otros casos se ha especificado que el tránsito ferroviario
genera un peligro de modalidades distintas que el derivado del
automotor, ya que, a diferencia de éste, el ámbito de circulación
de los trenes se halla limitado por las vías sobre las cuales se
desplazan, y el área riesgosa queda circunscripta a este lugar y a
sus adyacencias. De ello se desprende que los trenes carecen de
aptitud de maniobra para eludir un obstáculo imprevisto. Por
otra parte, su capacidad de frenado es mucho menor que la de
los automotores, y aumenta, por consiguiente, la distancia que
debe recorrer antes de detenerse.
Concordantemente sostienen que estas características de los
ferrocarriles, de público y notorio conocimiento, imponen un
acrecentado grado de prudencia a los peatones que cruzan las
vías por un paso a nivel, puesto que conocen de antemano la im-
posibilidad de maniobra, y si se introducen en la delimitada
zona de peligro lo hacen asumiendo el riesgo con plena concien-
cia de él. En resumen, para esta postura, el cruce por un paso a
nivel exige del transeúnte el extremar las precauciones y no ini-
ciarlo sin haberse cerciorado de que no se aproxima ningún tren.
b) Barreras o gtrardaganados. Señales luminosas y sonoras.
Más precisamente, con relación a las obligaciones del ferrocarril,
en diversos fallos se ha tenido en cuenta el art. 5" de la ley gene-
ral de ferrocarriles 2873, que le ordena establecer barreras o
guardaganados en todos los puntos en que los ferrocarriles cru-
cen los caminos y calles públicas a nivel. Estas barreras debe-
rán cerrarse a la aproximación de cada tren, abriéndose después
de que haya pasado para dejar expedito el tránsito. Además, el
art. 91 dispone que las empresas de ferrocarriles "son responsa-
bles por los actos y omisiones contrarios a la presente ley y a los
reglamentos dictados en su consecuencia".
Si bien las barreras son las únicas medidas de seguridad men-
cionadas en el art. 5" de la ley 2873, las circunstancias económi-
cas han llevado a la doctrina y la jurisprudencia a admitir otras
señales de protección que puedan reemplazarlas, sobre todo .en
los pasos de menor peligrosidad. Esta dispensa en los lugares
apartados y su sustitución por otros sistemas de seguridad obe-
deció a que la colocación de barreras en áreas de poca circula-
TRANSPORTE DE PERSONAS 281
ción no tendría otro resultado que encarecer la explotación ferro-
viaria, en perjuicio directo del público.
Conviene destacar, asimismo, que existiría una verdadera je-
rarquía en cuanto a las señales: en primer lugar, las barreras; en
segundo término, las luces (o señales luminosas), timbres, cam-
panillas de alerta y otras señales semejantes de carácter acústico,
y, en tercer lugar, los carteles anunciando la proximidad de las
vías férreas, .la llamada "cruz de San Andrés", los "despertado-
res" o "serruchos", que son relieves en el pavimento destinados a
alertar a los conductores, etcétera.
Estas señales tienen que estar en óptimas condiciones, ya
que su mantenimiento no representa la misma onerosidad que la
colocación de un sistema de barreras. Obvio es, por otra parte,
que tiene que existir una adecuada relación entre el sistema de
protección que emplee la empresa de ferrocarriles como sustitu-
tos de las barreras y la densidad de población y tránsito en el cru-
ce respectivo. Se ha resuelto, en consecuencia, que corre a cargo
de la empresa ferroviaria la prueba de la falta de necesidad de
las barreras.
Ahora bien, las barreras no constituyen específicamente una
indicación para peatones, puesto que existen lugares de cruce
habilitados a esos efectos que no las poseen y que están en sitios
sin tránsito de automotores. Pero no por ello dejan de serlo en
caso de que exista en el lugar una manifestación clara de que
no se aproxima un tren si se hallan abiertas. De igual suerte,
cuando se encuentran bajas, constituyen un aviso también para
los transeúntes.
c) Acceso restringido. Otro deber de la empresa de ferroca-
rriles, amén de iluminar las estaciones y los pasos a nivel, es el de
cerrar el camino ferroviario. El acceso a las vías debe ser res-
tringido, y eso se consigue mediante la colocación de obstáculos
que lo impidan, como paredes o alambradas; también se pueden
colocar elementos que al obligar al peatón a realizar un esfuerzo
adicional lo alerten del potencial peligro. Es incuestionable la
responsabilidad de la empresa de marras, al no tener cerrados
todos los lugares por los que es presumible que puedan acceder
personas o vehículos.
Se ha decidido, en consecuencia, condenar a los ferrocarri-
les, pues no podrían ignorar el uso indebido pero generalizado
que se hacía de un pasaje para acceder al otro lado de las vías.
El fundamento fue que debi6 proceder al cierre de ese lugar o ins-
talar señales de prohibición o aviso de peligro.
En los últimos tiempos se observa en la jurisprudencia de la
Cámara Civil una relativa disparidad de posiciones; por ejemplo,
se dijo que si el cruce por el que la víctima intentó transponer
las vías era una senda prevista por la empresa de ferrocarriles
para el cruce de peatones, no modifica la responsabilidad de ésta
PRÁCTICA DE ACCIDENTES D E TRÁNSITO
CONTESTA
DEMANDA
Señor Juez:
1. OBJETO. ...
Señor Juez:
R
Seguros: 36, 241 y 244.
Reingreso a la circulación: 94 a Sellado de actuación: 27.
96. Semáforos
carga de la prueba: 97. acatamiento obligatorio: 33.
carga de la prueba: 35. distinción con la responsabilidad
cruce con luz concurrente: 130.
amarilla: 35. facultad de accionar contra cual-
roja: 34 y SS. quiera: 131.
culpa concurrente: 35. responsabilidad del culpable par-
efectos de la violación: 35. cial: 130.
estado de las señales: 35. solidaridad de los responsables:
ineficacia de las presunciones: 129, 130.
34 y 35. vehículo estacionado: 129 a 131.
mal funcionamiento: 35. Testimonios: ver Prueba testirno-
precauciones: 35. nial.
presunción de culpa: 34. Transporte
prioridades de paso: 33 y 34. benévolo: 265.
reducción de la velocidad: 35. asunción de riesgos: 268.
señalización: 33 y 34. atenuación de la indemniza-
Seriales luminosas y sonoras: 83. ción: 268.
Solvencia: 23. caracterización: 266.
carga de la prueba: 270.
Sumariedad del trámite: 16. concurrencia de culpas: 267.
Suspensión del procedimiento: 7. culpabilidad: 265.
atenuación de la responsa-
bilidad del transportador:
269.
caracterización: 266.
Tasa de justicia encuadre de la responsabi-
actualización del importe: 9. lidad: 266.
beneficio de litigar sin gastos: prueba, presunción: 270.
1 a 22. demanda: 265.
entidad pecuniaria de la conde- gastos compartidos: 268.
na: 2 y 5. hechos: 265.
evaluación y montos: 2. responsabilidad extracontrac-
excepciones: 3. tual: 268.
integración: 1. vehículo afectado a activida-
interrupción des lucrativas: 269.
de la prescripción: 8. de personas: 257.
de pago: 5. culpabilidad: 257.
límites: 3. carácter de la responsabili-
menores: 12. dad: 258, 260.
monto del juicio: 4. caso fortuito: 258.
obligados al pago: 5. competencia: 260.
personas jurídicas: 10. culpa de la víctima: 259.
poder adquisitivo: 12. hechos: 257.
prueba: 14. ferroviario: 270 a 276.
suspensión del trámite: 7. accidente: 279.
colisión entre automotor y
Taxímetros: 269. tren: 286 a 291.
Tercero víctima: 129 a 133. culpabilidad: 286.
demanda contra uno de los in- antecedentes jurispru-
tervinientes: 131. denciales: 288 a 291.
régimen legal aplicable: costo de los medicamentos: 147.
287 y 288. facultades del juez: 149.
demanda: 286. honorarios de los profesionales
hechos: 286. importancia de las lesiones: 147.
peatón embestido: 279. prueba de las erogaciones: 147,
acceso restringido: 28 1. 149 y 165.
barreras o guardaganados: valor del dictamen pericial: 149.
280.
contestación de demanda:
285 y 286.
demanda: 279 a 284.
hechos: 279.
presunción legal: 279 y Uso del automotor
280. privación: 39 a 42, 57 y 62 a 66.
señales luminosas y sono- taxímetro: 269.
ras: 280.
caso fortuito: 283 y 284.
casuística: 283 y 284.
culpa contractual presunta:
282. Valor vida humana: 2 13.
hechos: 270. Vehículo estacionado: 86 a 88, 129
culpabilidad: 27 1. y 130.
carácter de la responsabi-
lidad: 271. Vejez, asistencia a la: 2 13 a 225.
culpa parcial o total de la Velocidad excesiva
víctima: 272 a 276. configuración: 71 y 74.
naturaleza jurídica: 284. dominio del rodado: 70.
pasajero dañado: 270. en los cruces: 71 y 74.
culpabilidad: 27 1. factores contextuales: 76 y 77.
carácter de la culpabili- prioridad de paso: 74.
dad: 271. Verosimilitud
culpa total o parcial de la de los testimonios: 50.
víctima: 272. Víctima
demanda: 270. fallecimiento: 188 a 213.
hechos: 270. ver Fallecimiento de la víctinza.
reiteración de conductas an-
Virajes antirreglamentarios
tisociales: 271 y 272.
avenida de doble mano: 103 a
responsabilidad objetiva: 282.
105.
terceros
calidad de embestidor: 89.
culpabilidad: 276 a 279.
existencia de autos estaciona-
demanda: 276. dos: 86 y 87.
hechos: 276. falta de autorización por la fle-
Tratamientos médicos y famaco- cha: 33.
lógicos gravedad de las infracciones: 34
accidentes en el extranjero: 148. a 36.
alcance: 165. precauciones antes del giro: 91
atención hospitalaria: 148. a 93.
cobertura de- salud: 148. presunción adversa: 7 1.