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Fraude y Violencia en Las Elecciones Del Frente Popular-24
Fraude y Violencia en Las Elecciones Del Frente Popular-24
dado por hecha su presencia. La CEDA, sin duda, prefería asegurar los votos
moderados que le permitieran aspirar a las mayorías en los lugares donde el Frente
Popular era más fuerte; y esto solo se podía hacer conciliando con los candidatos del
Gobierno y prescindiendo de los monárquicos. Por eso no debe extrañar que en fecha
tan tardía como el día 9 de febrero, Calvo Sotelo tuviera «acres censuras para la
forma en que se están concertando los acuerdos provinciales para la confección de
candidaturas entre cedistas y centristas», y que hablara de «un manifiesto
enfriamiento de las relaciones entre Renovación y el señor Gil-Robles», lo que resulta
muy significativo de las preferencias e intereses de los candidatos cedistas, pero
también de la marginación de algunos candidatos del Bloque Nacional a raíz de las
malas relaciones de su líder, no ya con Gil-Robles sino con Goicoechea. Este último,
desde el momento en que había asumido el liderazgo de la negociación con los
cedistas, no dudó en colocar a sus hombres de confianza en las candidaturas,
relegando a los bloquistas. Por contraposición, los tradicionalistas mantenían la
disciplina y pedían el voto por las candidaturas antirrevolucionarias, aunque no
dejaran de quejarse por la alianza cedista con esos «mauristas chamuscados por el
fuego de los conventos[231]».
No corrieron mejor suerte los radicales. La mayoría habían permanecido fieles a
Lerroux y no se habían dejado seducir por los cantos de sirena de los gobernadores
portelistas. Pero eso sirvió de poco en aquellas provincias donde se vieron muy
perjudicados por la forma en que la CEDA negoció, sitio a sitio, las candidaturas. En
algunos lugares los radicales pagaron cara su enemistad con los monárquicos, que los
vetaban en las candidaturas de derechas. Y en otros, como Alicante o Málaga, se
vieron expulsados de los acuerdos debido a la conciliación entre cedistas y
portelistas. Así pues, el Partido Radical solo presentó candidatos en menos de un
tercio de las circunscripciones. Y de sus 67 propuestos solo 23 lo hicieron en alianza
con la CEDA; el resto tuvieron que presentarse en candidaturas alternativas, algunas
de las cuales se retiraron en el último minuto para no perjudicar al centro-derecha.
Todavía la última semana antes de las votaciones habría leves variaciones en las
candidaturas, sobre todo en circunscripciones tan complicadas como La Coruña.
Horas antes de la votación se retiraron algunas candidaturas de centristas, radicales o
independientes que habían sido presentadas por haber quedado sus candidatos fuera
de las listas principales; así ocurrió, por ejemplo, con la lista radical de Asturias o la
centrista de Palencia[232].
Solo cinco días antes de la consulta, el día 11 de febrero, la prensa nacional
anunciaba que habían sido proclamadas las candidaturas. Se hablaba entonces de una
proporción de 2 a 1 entre candidatos y escaños a elegir[233]. Los medios de centro-
derecha añadían, además, lo que para ellos era una diferencia notable: mientras que el
frente de izquierdas presentaba aproximadamente 0,7 candidatos por escaño, la cifra
correspondiente a las derechas era ligeramente superior a 1. Eso significaba,
Tabla IV
Candidatos presentados a la primera vuelta
Combinaciones variadas
Ciertamente, aunque en muchos lugares se había forjado un bloque
antirrevolucionario, no eran pocos los casos en que la situación se presentaba
complicada, bien porque el acuerdo con los centristas había sido imposible, bien
Tabla V
Tipología de las alianzas antirrevolucionarias