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Invesitigacion

(Toma del Palacio de Justicia)


Toma del Palacio de Justicia

Conflicto armado interno en Colombia

Parte de conflicto armado interno de Colombia

Fecha 6 y 7 de noviembre de 1985

Lugar Palacio de Justicia, Bogotá, Colombia

Resultado Retoma por parte del Ejército Nacional de Colombia.

Destrucción del Palacio de Justicia.

Bajas

Murieron 111 personas entre magistrados, funcionarios, civiles, guerrilleros,


uniformados; también 11 personas fueron desaparecidas.

Investigacion de Juan Pablo Jimenéz Morales 1


La toma del palacio de Justicia, denominada Operación Antonio Nariño por los
Derechos del Hombre, fue un asalto perpetrado en Bogotá, Colombia, el miércoles 6 de
noviembre de 1985 por un comando de guerrilleros del Movimiento 19 de abril (M-19) al
Palacio de Justicia ubicado en el costado norte de la plaza de Bolívar, frente a la sede del
Congreso y a una cuadra de la Casa de Nariño, la residencia presidencial. El M-19 mantuvo
a cerca de 350 rehenes entre magistrados, consejeros de Estado, servidores judiciales,
empleados y visitantes del Palacio de Justicia. Dicha incursión fue seguida de la reacción de
la Policía Nacional y el Ejército Nacional, rodeando el edificio e iniciando una operación de
retoma del mismo que se extendió hasta el jueves 7 de noviembre de 1985.

Los hechos culminaron 28 horas después.Dejando un saldo de 101 muertos,entre ellos 11


magistrados. 11 personas más también fueron consideradas como desaparecidas al no
conocerse su paradero; número que se reduciría a 6 después de que la Fiscalía General de
la Nación anunció en el 2000 que el cadáver de Ana Rosa Castiblanco, empleada de la
cafetería que se encontraba desaparecida, fue hallado en una fosa común; el 17 de octubre
de 2015 el Instituto de Medicina Legal anunció la identificación de los restos de Cristina del
Pilar Guarín Cortés, Lucy Amparo Oviedo y Luz Mary Portela.En 2017 se anunció que la
Fiscalía General de la Nación identificó plenamente los restos del magistrado auxiliar Emiro
Sandoval

Por las investigaciones emprendidas por la Fiscalía General de la Nación desde 2005 sobre
los civiles desaparecidos durante la retoma del Palacio por parte del Ejército Nacional y que
salieron con vida del hecho quedando en custodia de la Fuerza Pública, fueron detenidos
dos coroneles y el coronel Luis Alfonso Plazas Vega. El coronel Plazas Vega fue
condenado en 2010 por la Fiscalía y liberado y declarado inocente el 16 de diciembre de
2015 por la Corte Suprema de Justicia.El general Jesús Armando Arias Cabrales fue
condenado a 35 años de prisión por la Corte Suprema de Justicia de Colombia en 2019. El
coronel Edilberto Sánchez Rubiano, el mayor Óscar William Vásquez, y los capitanes Luis
Fernando Nieto Velandia, Antonio Rubay Jiménez Gómez y Ferney Ulmardín Causayá Peña
fueron condenado a 40 años de prisión por el Tribunal Superior de Bogotá en 2021

La toma y la retoma han sido calificadas como una masacre por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH).

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Antecedentes y planificación

Fin del cese al fuego y acontecimientos previos


El M-19 denunciaba que el Ejército Nacional hacía unos meses habían quebrantado un alto el
fuego después de que, según ellos, el gobierno de Belisario Betancur Cuartas incumpliera los
Acuerdos de Corinto, Hobo y Medellín firmados el 24 de agosto de 1984. El presidente Belisario
Betancur se había comprometido a lograr la paz con los grupos alzados en armas. En
noviembre de 1983 se reunió en Madrid (España) con los comandantes del M-19, Iván Marino
Ospina y Álvaro Fayad, que constituyó la primera vez que un presidente colombiano en ejercicio
se reunía con guerrilleros alzados en armas. El comandante del Ejército Nacional, Miguel Vega
Uribe y el ministro de defensa, General Fernando Landazábal (destituido en enero de
1984),mostraron sus desacuerdos. El presidente de la comisión de diálogo, Otto Morales
Benítez, habló de “enemigos agazapados de la paz”.
Entre diciembre de 1984 y enero de 1985 se presentó la batalla de Yarumales en el marco de la
Operación Garfio del Ejército Nacional, la más prolongada que ha ocurrido en territorio
colombiano (la batalla de Palonegro en la Guerra de los Mil días, entre liberales y
conservadores, duró dos semanas),donde el M-19 resistió el ataque al Campamento de la
Libertad, logró defender y mantener su posición en Corinto (Cauca), bajo la dirección de Carlos
Pizarro.
En 1985 se presentó la Campaña de pie Colombia por el M-19 ante el rompimiento de los
acuerdos de Corinto que comprendió acciones urbanas y políticas en las principales ciudades.
El 15 de marzo de 1985 se realizó la marcha de "Desagravio por la paz y la democracia"
convocada por el M-19 en Bogotá;en abril se militarizan las ciudades en el aniversario del M-19,
en mayo se realiza un atentado contra Antonio Navarro, en junio sucede la toma de Génova
(Quindío),24 La muerte de Iván Marino Ospina en agosto, en Cali, la masacre del Suroriente de
Bogotá (por la cual en 1997, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
determinó el asesinato extrajudicial de 11 personas: 10 militantes del M-19 y 1 civil), por la
Fuerza Pública el 30 de septiembre de 1985 tras el robo de un camión de leche, en octubre de
1985 se presentó el atentado al general Rafael Samudio Molina, el asalto al Batallón Cisneros
en Armenia y se registran enfrentamientos entre la Fuerza Pública y el M-19 en el Valle del
Cauca y Cauca.

Esquema de seguridad del Palacio de Justicia


El 20 de septiembre de 1985 se realizó una reunión entre funcionarios del gobierno y algunos
magistrados de la Corte, entre los que asistió el presidente de la Corte Suprema de Justicia,
Alfonso Reyes Echandía, con el fin de analizar las medidas de seguridad que se iban a tomar
para resguardar a los cuatro magistrados de la sala constitucional de la Corte; Manuel Gaona
Cruz, Carlos Medellín Forero, Ricardo Medina Moyano y Alfonso Patiño Roselli. Los cuatro
magistrados tenían a su cargo el tema del tratado de extradición de colombianos por
narcotráfico hacia Estados Unidos, y habían recibido amenazas de muerte por parte de
miembros del cartel de Medellín y su jefe Pablo Escobar.
En este encuentro se determinó que la Policía Nacional hiciera un estudio de seguridad del
Palacio, el cual se llevó a cabo entre el 28 de septiembre y el 15 de octubre de este año. Los
resultados del mismo se presentaron en un consejo de gobierno el 17 de octubre. Dos días
antes del asalto, la Policía Nacional retiró la vigilancia asignada al edificio, dejándola en manos
de una empresa privada, aunque advirtió a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y
del Consejo de Estado acerca de los planes del M-19. Un mensaje anónimo había anunciado la
toma para el 17 de octubre de 1985, tal como quedará registrado en un documento del comando
de las Fuerzas Militares, por lo que se tomaron medidas especiales de seguridad, retiradas el 1
de noviembre por presunta petición de Alfonso Reyes Echandía, presidente de la Corte
Suprema. Por su parte, el coronel Pedro Herrera Miranda de la Policía dijo que había ordenado
recortar la vigilancia del Palacio por orden del presidente de la Corte Suprema de Justicia,

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Alfonso Reyes Echandía, declaración que genera muchas dudas, primero porque el magistrado
era de los más amenazados, y segundo porque no era función suya pedir el retiro de la
vigilancia del Palacio, pues los presidentes de las cortes son solo voceros, y para poder sugerir
el retiro de la fuerza pública tenía que haberse reunido con su homólogo del Consejo de Estado.
Sin embargo, según las investigaciones judiciales recientes, desde agosto de 1985 los
organismos de inteligencia colombianos tenían conocimiento del plan del M-19 de atacar el
Palacio de Justicia, el Palacio de Nariño (la residencia presidencial) o el Capitolio Nacional (sede
del Congreso).
Según la Revista Semana el M-19 había decidido realizar la toma del Palacio de Justicia durante
la visita del presidente francés François Mitterrand para darle dinamismo internacional, no
obstante, el mismo 17 de octubre, fueron arrestados dos hombres en las inmediaciones del
Palacio de Justicia haciendo planos del edificio. El Palacio de Justicia fue puesto bajo vigilancia
militar hasta los primeros días de noviembre, en que la vigilancia fue retirada y sustituida por
vigilantes de una empresa privada de seguridad. Días antes de la toma, se almacenaron en la
cafetería del Palacio Justicia unos 1500 pollos, algo que después levantaría sospechas.

Planeación de toma por el M-19


La toma al Palacio de Justicia fue ideada y planeada por los miembros del M-19: el guerrillero
Luis Otero Cifuentes, y el comandante en jefe Álvaro Fayad fue el encargado de aprobar el plan.
Otero ya había planeado otras operaciones del M-19, como el robo de la espada de Bolívar, el
asalto al Cantón Norte y la toma de la embajada de la República Dominicana, hecho por los
cuales fue enjuiciado en un Consejo Verbal de Guerra, pero tras una amnistía salió de la cárcel.
Si bien la operación tuvo que ser abortada debido a la alerta de las autoridades sobre el plan,
rompiendo una norma del grupo de jamás retomar un plan cancelado se decidió retomar la
operación ya que tanto el plan de Fayad como, principalmente, de Otero era obligar al
presidente Betancur a presentarse a un juicio aprovechando la ventaja del edificio, similar a una
fortaleza, además de su valor simbólico como sede la justicia colombiana e igualmente
aprovechando la relación de algunos de los cuadros negociadores del M-19 con los magistrados
que, tiempo atrás, habían sido sus docentes de Derecho.

● Escuadra número 3: Al mando de Pacho, Bernardo. Su


misión es garantizar el asalto de la escalera interior a la
Biblioteca y copar el flanco Norte del primer piso. Estará
conformada por: Pacho, Bernardo, Ismael, Esteban.
Medios: 1 Carabina Uzi, 2 Fusiles, 1 M3. 2 Granadas.
● Escuadra número 4, (de apoyo): Aldo, Leonor, Roque,
Natalia, Marina, Pilar. Medios: cortos, 3 granadas. Asalto
al 3º y 4° pisos. El 2º pelotón estará al mando de Jaime y
compuesto por unidades.
● Escuadra número 1: Lucho, Adán, Iris (Eduardo), Iris
(Antonio), Fabio Camacho Patricia, Michel, Paula, Betty.
● Escuadra número 2: Andrés, César, N.N. Esteban,
Orlando, Juan, Jorge, Claudia, Profe, Mono. Medios: 14
Fusiles, 1 Matzen, 1 Carabina Uzi, 10 Granadas.

CORTOS

La escuadra número 1 entrará por la escalera principal del flanco sur y


la escuadra número 2 por la escalera principal del flanco norte. La
primera al cuarto piso y la segunda al tercer piso. Cada una dejará un
hombre en el 2° piso.

Nota

1. . LA VANGUARDIA: Chucho y tres más. Dos (Nohora


y Pedro) que tendrán vehículo
de retaguardia donde va, además, Rafael.

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2. . EL GRUESO: En el camión, los medios ingenieros.
explosivos, intendencia y
la escuadra número 1 del pelotón 2 (Mando: Lucho).
3. . RETAGUARDIA: Pacho más 3. Más Nohora, Pedro
Rafael y la escuadra número 2
del pelotón (Mando: de César).

1ª LÍNEA DE DEFENSA

● Sótano: Chucho, Andrés, William, Marcela, Pedro.


● Flanco Norte: Pacho, Roque, Bernardo, Estéban, Mono.
● Flanco Oriental: Lázaro, Fabio, Natalia, Diana, Juan.

Apartes de documentos del plan de asalto al Palacio de Justicia


encontrados durante un allanamiento a miembros del M-19.

6 de noviembre

Momentos previos Un presunto testigo, exagente de inteligencia, llamado Ricardo


Gámez, dijo que días antes de la toma del Palacio de Justicia, todo el personal de Inteligencia
fue acuartelado bajo la advertencia de que algo iba a ocurrir y ya se había montado un comando
operativo en la Casa del Florero. A las 5:30 AM (UTC-5) horas antes de la toma, él y varios
agentes de inteligencia fueron ubicados en la carrera séptima cerca del parque Santander, a la
espera de lo que podría pasar. Dijo además que la operación estaba siendo coordinada desde la
Casa del Florero, a pocos metros del Palacio de Justicia

Las unidades del Ejército Nacional que intervendrían en las horas siguientes estaban
conformadas por la XIII Brigada, comandada por el general Jesús Armando Arias Cabrales.
Entre sus subordinados estaba el Jefe del Estado Mayor de la Brigada XIII (B-5), el coronel Luis
Carlos Sadovnik. En orden descendente seguían las unidades B-1, B-2, B-3 y B-4. El coronel
Edilberto Sánchez estaba al mando de la B-2.
A las 11:00 AM , siete guerrilleros del M-19 ingresaron armados y vestidos de civil al Palacio de
Justicia, aprovechando la poca vigilancia. El grupo era liderado por Alfonso Jacquin, también iba
la guerrillera Irma Franco. Una vez dentro asumieron posiciones en el edificio; dos en la
secretaría del Consejo de Estado, dos en la secretaría de la Sección Tercera del Consejo de
Estado, dos en la cafetería y una mujer en el tercer piso. 1
Jacquin hizo una llamada telefónica desde el tercer piso a Luis Otero, que se encontraba en una
casa en el barrio Calvo Sur de Bogotá, en la dirección calle 6a Sur No. 8 -42 avisando que ya
estaba dentro y podía proceder. Desde la casa, Otero y otros 27 guerrilleros más se desplazaron
en tres vehículos hacia el edificio del Palacio de Justicia. 1
A las 11:30 de la mañana, la Sala Constitucional estaba en sesión, el magistrado Gaona Cruz
leía su ponencia sobre una de las demandas contra el tratado de extradición con los Estados
Unidos de América. En la misma sala estaban los magistrados Alfonso Patiño Roselli, presidente
de la Sala; Manuel Gaona Cruz, Carlos Medellín Forero y Ricardo Medina Moyano, además del
secretario Ricardo Correal Murillo. En los despachos estaban los magistrados Fabio Calderón
Botero, Alfonso Reyes Echandía, Pedro Elías Serrano Abadía y Darío Velásquez Gaviria. En la
Sala Laboral se encontraban los magistrados Fanny González Franco, José Eduardo Gnecco
Correa y Nemesio Camacho Rodríguez. En otro sector de la Sala Penal estaban los magistrados
auxiliares Emiro Sandoval Huertas y Julio César Andrade, y siete auxiliares judiciales: María
Janeth Rozo, Isabel Méndez de Herrera, María T. Muñoz de Jiménez, María Cristina Herrera
Obando, Beatriz Moscoso de Cediel, Libia Rincón Mora y Nury Gutiérrez de Piñeres de Soto. De

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los despachos de los magistrados de la Sala Constitucional estaban las secretarias Lyda Mondol
de Palacios, Ruth Zuluaga de Correa y Rosalía Romero de Díaz. De la Sala Laboral se
encontraban en ese piso el magistrado auxiliar Jorge Alberto Correa Echeverri y los secretarios
de los despacho Hermógenes Cortés Nomelín, Cecilia Concha Arboleda y Ana Lucía Bermúdez
de Sánchez.
En el primer piso estaban la mayoría de empleados del Consejo de Estado y de la Corte
Suprema de Justicia. Se encontraban el administrador de la cafetería, Carlos Augusto Rodríguez
Vera, la cajera Cristina del Pilar Guarín, los meseros Héctor Jaime Beltrán y Bernardo Beltrán, la
empleada Gloria Estela Lizarazo, el chef David Suspes y la empleada Luz Mary Portela.
También se encontraban visitando o para citas la contratista Norma Constanza Esguerra y
Gloria Anzola de Lanao. Lucy Amparo Oviedo esperaba entrevistarse con el magistrado Alfonso
Reyes Echandía.

Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre


Para los guerrilleros del M-19, se trataba de la «Operación Antonio Nariño por los Derechos del
Hombre». La toma comenzó a las 11:30 a. m. (UTC-5) del 6 de noviembre de 1985, cuando 28
guerrilleros del «Comando Iván Marino Ospina», al mando de Luis Otero y Andrés Almarales,
ingresaron fuertemente armados al edificio vestidos de civil. Pocos minutos después empezaron
a gritar consignas y a hacer disparos. Un camión reventó el separador metálico de la portería del
parqueadero que da frente a la carrera octava, seguido por dos vehículos que conducían
personas vestidas con camuflados de las fuerzas militares colombianas y armadas con rifles.
Ingresaron por la puerta del sótano del costado occidental (entrada al estacionamiento del
Palacio de Justicia), mientras que un grupo de guerrilleros se atrincheró en el primer piso y la
puerta principal. Los primeros en morir fueron Eulogio Blanco y Gerardo Díaz Arbeláez,
vigilantes de la firma Cobasec , contratista para labores de vigilancia del Palacio de Justicia.
Blanco y Arbeláez no lograron utilizar sus revólveres.
Durante el ingreso de los guerrilleros, un agente de policía resultó herido. En cerca de media
hora los guerrilleros tomaron el control total del edificio, mientras a las afueras se agolparon
refuerzos de la Policía Nacional y el Ejército Nacional. Fueron ubicados en las terrazas de
algunos edificios vecinos, como la Catedral Primada, el Palacio Liévano y la Casa del Florero,
con la intención de recuperar el Palacio.

«No negociar» o «vacío de poder»


El M-19 había hecho las peticiones de rigor publicación de las actas de la Comisión de
Verificación, de los documentos del FMI, entre otros documentos, pero la principal exigencia del
M-19, sin embargo, era la de obligar al presidente Betancur a presentarse al Palacio de Justicia
para hacerle un juicio público, presidido por la Corte Suprema de Justicia, teniendo como fiscal a
todo el pueblo colombiano, el cual formularía sus denuncias a través de la radio. Algo que para
el gobierno resultó descabellado.
El gobierno del presidente Betancur decidió no negociar debido a que las circunstancias
políticas no daban para una negociación al momento de la toma. Betancur era acusado por
algunos sectores de la opinión pública de haberle entregado el país a la guerrilla, el M-19 había
roto la tregua y culpaban al gobierno, además de haber realizado un atentado contra el
Comandante del Ejército Nacional. Según la Revista Semana, «el país estaba sumido en un
ambiente de desestabilización institucional con una percepción de un vacío de autoridad».Varios
analistas consideraban que si Betancur accedía a las peticiones de los guerrilleros, el gobierno
quedaría mal ante la opinión pública nacional e internacional.
La entonces ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, ordenó transmitir por televisión un
partido de fútbol entre Millonarios y Unión Magdalena en vez de presentar la situación del
Palacio durante parte de la crisis. Según algunas fuentes, no estaba permitido transmitir la
operación de la retoma al Palacio de Justicia. Las estaciones de radio y algunos noticieros
continuaron transmitiendo la información en directo, sin embargo, nuevamente la ministra volvió
a dar la orden de impedir que se siguiera transmitiendo por radio lo que estaba sucediendo.

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Retoma: Operación Rastrillo o «Plan Tricolor 83»

La Casa Museo del 20 de julio fue utilizada por el General Edilberto Sánchez, jefe del B-2, para
coordinar operaciones de retoma del Palacio de Justicia. Además el Museo fue el lugar a donde el
ejército llevó muchos de los sobrevivientes de la toma, muchos de ellos nunca llegaron a sus casas.

Momentos después de la toma, las Fuerzas Militares de Colombia iniciaron el operativo de


retoma. El jefe del Estado Mayor de la XIII Brigada, el Coronel Luis Carlos Sadovnik activó el
Plan de Defensa Nacional «Tricolor 83» y el Centro de Operaciones de la Brigada (COB), los
primeros en llegar a las inmediaciones del Palacio de Justicia fueron algunos miembros del
Batallón Guardia Presidencial que prestaban servicio al presidente en la contigua sede del
gobierno colombiano, la Casa de Nariño.
Después del mediodía, llegaron los primeros vehículos blindados EE-09 Cascavel y Urutú, que
fueron ubicados alrededor del Palacio, sobre la plaza de Bolívar y las carreras Séptima y
Octava. El presidente Belisario Betancur fue informado del hecho.
A la 13:00 (UTC-5), los guerrilleros le dijeron al magistrado Alfonso Reyes Echandía, mantenido
como rehén, que nada le iba a suceder y que lo requerían para negociar. Los guerrilleros del M-
19 se refugiaron en el cuarto piso junto a algunos rehenes, realizaron llamadas telefónicas al
Palacio de Nariño, sede presidencial, y a varios medios de comunicación, para hacer conocer
sus exigencias. El M-19 exigía la publicación en los diarios y la difusión en las cadenas radiales
de una proclama; pidieron la creación en una cadena radial de un espacio diario para la
expresión de la oposición y la presencia del Presidente de la República o su apoderado ante la
Corte Suprema de Justicia, para efectos de hacerle un juicio político.
Minutos más tarde, un grupo de soldados del Batallón Guardia Presidencial entró al Palacio para
sacar los cadáveres de dos vigilantes, mientras un oficial y un suboficial recuperaban la
ametralladora del vehículo blindado Urutú. A las 13:30 (UTC-5), los primeros vehículos
blindados ingresaron por el sótano. A las 13:40, el comandante guerrillero del M-19 Luis Otero
se comunicó con algunos medios de comunicación para confirmar la autoría y el nombre de la
toma.
A las 13:55 (UTC-5), un vehículo blindado EE-09 Cascavel rompió la puerta principal del
Palacio. A las 14:00, dos helicópteros dejaron en la azotea del edificio a un grupo de policías del
Comando de Operaciones Especiales de la policía, que también ingresó al Palacio. Otro de los
vehículos blindados Urutú trató de irrumpir en una de las puertas del recinto para rescatar el
cadáver del subteniente de la Policía José Fonseca Villada, asesinado por los guerrilleros al
comienzo de la toma, pero debido a la estrechez de ésta, perdió la metralleta y, por el tiroteo con
los guerrilleros del M-19, debió ser retirado. Dos vehículos blindados ingresaron por la puerta
principal y obligaron a los guerrilleros y rehenes a subir a los pisos superiores, mientras que en
la parte posterior del Palacio de Justicia se inició un incendio. Los combates se intensificaron en
el sótano, mientras los subversivos se desplazaban a los pisos superiores.
Quince minutos después fueron liberados algunos rehenes, trasladados a la Casa del Florero
para su identificación, a excepción de los heridos que fueron llevados a clínicas y hospitales.
Luego, a las 14:25, un tercer vehículo blindado ingresaba a la edificación, con soldados del

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Batallón Guardia Presidencial y de la Escuela de Artillería, mientras hombres del Grupo
Operativo Antiextorsión y Secuestro (GOAS) de la policía Nacional llegaban por la azotea.
A las 15:00 el presidente Betancur pidió ayuda y consejo a algunos expresidentes, candidatos a
la Presidencia y congresistas, estos primeros concordaban en que era mejor negociar en lugar
de retomar el Palacio. Cinco minutos después, Álvaro Villegas Moreno, presidente del Congreso,
hablaba por teléfono con Reyes Echandía y el magistrado Pedro Elías Serrano, quienes le
solicitaron pedirle a Betancur el cese al fuego. En una segunda conversación, Reyes Echandía
le dijo que se encuentra en el cuarto piso con los guerrilleros, dato confirmado por uno de los
subversivos que le quitó el teléfono y quien comunicó que, de no llegarse a un cese al fuego,
nadie iba a salir vivo. A las 15:15 Villegas le llevó el mensaje a Betancur, quien respondió que
no iba a negociar y que no había logrado comunicarse con Reyes.
A las 16:10, les ordenaron a los soldados que ingresaron por la puerta, buscar rehenes para
ayudarles a salir. Varios estruendos se escucharon desde el sótano y los primeros pisos, lo que
llenó de humo el edificio. Reyes Echandía seguía pidiendo el cese al fuego, secundado por otros
magistrados a través de la radio. A las 16:50, la Cámara de Representantes repudiaba la toma y
se declaraba en sesión permanente.
A las 17:10, Reyes Echandía logró comunicarse con el general Víctor Delgado Mallarino,
director general de la Policía Nacional y amigo suyo. Reyes le pidió que cesaran el fuego porque
de no hacerlo todos iban a morir, a lo que Delgado respondió diciéndole que estaba haciendo lo
posible por rescatarlos y que necesitaba comunicarles a los del M-19 que el gobierno no iba a
negociar. Otero y Delgado hablaron. A las 17:30, el general Jesús Armando Arias Cabrales,
comandante del Ejército Nacional, toma el mando de la operación de rescate.

«Por favor, que cese el fuego inmediatamente... es de vida o muerte».

Voz telefónica de Alfonso Reyes Echandía, estando como rehén.

Alfonso Jacquin: «Les habla Alfonso Jacquin, segundo al mando de


este operativo. El presidente de la República no le ha pasado al
teléfono al presidente de la Corte y se va a morir, porque el presidente
de la República, ni siquiera con su poder jurisdiccional. Es increíble
que el M-19 no es el que se ha tomado el Palacio de Justicia, se lo
tomó [sic] los tanques del Ejército... [disparos, explosiones y
gritos] ...es lo increíble, el Ejército entró con sus tanques y están
sonando los tiros; cuando entren en este piso nos morimos todos,
sépalo».69

Paladín 6: «R. Entiendo que no han llegado los de la Cruz Roja. Por
consiguiente estamos con toda la libertad de acción y jugando contra
el tiempo. Por favor apurar, apurar a consolidar, y acabar con todo...» 70

Un incendio en el cuarto piso, cuyo origen no se ha esclarecido después de 20 años, comenzó a


las 17:45, donde se encontraban guerrilleros, magistrados y civiles que debieron bajar al tercero.
Media hora más tarde, un helicóptero logró evacuar a algunos policías del Copes y el GOAS
heridos. Reyes Echandía se comunicó de nuevo con Villegas a las 19:15 y le reiteró que los iban
a matar si no terminaban las hostilidades. Con el paso de las horas, el incendio tomaba fuerza
mientras los subversivos retenían a algunos rehenes que trataban de escapar del fuego y los
llevaban a los baños del segundo y, luego, del tercer piso. Sesenta personas permanecieron
desde la noche del 6 de noviembre hasta el final de la toma en dichos baños.
Una grabación que data de aproximadamente la misma hora, los comandantes del Ejército
Nacional comentaban:70

● Arcano 6: «...de todas maneras aquí vamos a intentar


controlar este sector que nos ha dado molida en el 4° piso.
Ya inclusive disparamos un ambrus (posible cohete o
mortero), desafortunadamente parece que no operó, pero
seguimos acá».
● Paladín 6: «Dígame cómo sigue la situación».

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● Arcano 6: «En atención a la situación de incendio de
proporciones mayúsculas, entonces fue necesario
evacuar, se mantiene un dispositivo en la parte
externa...».
● Paladín 6: «La situación aquí se enfrió. Que haya acción,
que haya ruido. Que si necesita más munición le coloca
toda la que necesite...».
● Coraje 6: «¿Cómo me decía Paladín que algunos
magistrados informan que mataron a Reyes Echandía?
¿Cómo sería la muerte de él?».
● Arcano 6: «R. De los que evacuamos, que presumíamos
se trataba de personal magistrados por la vestimenta, se
verificó había cinco magistrados y de ellos informaron al
comandante de DEBOG ( Policía de Bogotá), le
informaron que desafortunadamente los bandidos lo
habían asesinado, pero no hemos encontrado su cadáver.
Cambio».
● "Coraje 6: «Y el asesinato, ¿cuándo fue? Cambio».
● "Arcano 6:«R. No tuve la información porque los
evacuaron inmediatamente para darles servicio médico en
el Hospital Militar. Cambio».

Una nueva explosión se oyó en el cuarto piso a las 21:30. Las personas que se hallaban allí
gritaron pidiendo el cese al fuego y la presencia de la Cruz Roja. Quince minutos más tarde, los
bomberos llegaban para tratar de sofocar las llamas, pero sus esfuerzos resultaron inútiles
mientras el palacio era consumido. Desde adentro, los del ejército y los magistrados intentaban
apagar el incendio con mangueras de emergencia. Cerca de las 22:00 los bomberos conseguían
rescatar a algunas personas que se hallaban en la azotea, mientras los combates dentro del
edificio se hacían más fuertes. Media hora después, algunos rehenes escondidos en las oficinas
eran rescatados por el Ejército hasta el primer piso. Ellos y dos empleadas del aseo, rescatadas
de la azotea por los bomberos, fueron llevados a la Casa del Florero.
En otra grabación, el general Vega Uribe discute con el general Samudio sobre el destino del
comandante guerrillero Andrés Almarales:
● Coraje 6 : «Sí, a ver que dentro de los que salen retenidos, no se nos vayan a
mezclar. Cambio».
● "Paladín 6 : «R. Sí, porque inclusive tenemos información de que Otero se nos salió
con la cédula de muerto, pero, pero, pero bueno... y Almarales está vivo y que lo
llevaron a una unidad de P.M. ...».
Plazas Vega tuvo una corta entrevista esa misma noche:

● Plazas: «Hemos tenido algunas bajas, pero la gran


mayoría de las bajas son de ellos y sobre todo hemos
rescatado la casi totalidad, yo creo que la totalidad de los
rehenes que se encontraban vivos».
● Periodista: «Y la decisión que hay en este momento por
parte de las fuerzas regulares, ¿cuál es?»
● Plazas: «Mantener la democracia, maestro, aquí no van
ellos a asustarnos ni a atentar contra ninguno de los
poderes... contra ninguna de las ramas del poder público,
en este momento esto es un atentado contra la rama
jurisdiccional y eso hay que dejarlo muy claro: que el
Ejército está en condiciones de mantener todas las ramas
del poder público funcionando porque esto es una
democracia y para eso estamos, para hacerla respetar».
● Periodista: «¿Y la decisión es darlos de baja a los
guerrilleros?»
● Plazas: «Si a mí me disparan yo contesto el fuego, yo
entré con mis carros, me recibieron a fuego y disparé, no
sé, ¿qué haría usted?»

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● Periodista 2: «Pero el Presidente de la Corte, el doctor
Reyes Echandía--»
● Plazas: «No sé, yo no sé quién esté adentro, o quién esté
afuera, yo sé que salieron varios magistrados, no sé si tal
vez esté adentro de ellos»...

7 de noviembre
A las 7:00 AM (UTC-5) Betancur aceptó dialogar con los subversivos y ordenó al director de la
Policía Nacional Carlos Martínez Sáenz darles el mensaje, Reyes Echandía había logrado
comunicarse con Martínez y este afirmó haber dado la orden de cese al fuego, pero
argumentando problemas de comunicación la orden no se había cumplido. A la 1:30 PM (UTC-
5) del 7 de noviembre y a los empleados Carlos Augusto Rodríguez, administrador de la
cafetería del Palacio, y Cristina del Pilar Guarín, cajera de la cafetería, aparentemente son
captados con vida por un vídeo. Al parecer, los dos fueron llevados a la Casa del Florero, a
pocos metros del lugar, pero nunca más se supo de ellos. La orden de Almarales era que los
heridos salieran del baño donde estaban sitiados y que salieran algunos guerrilleros, entre ellos
Irma Franco y Clara Elena Enciso.
El consejero de Estado Reynaldo Arciniegas fue liberado por los guerrilleros del M-19, para
llevar un mensaje al presidente Betancur y permita el ingreso de la Cruz Roja y se comience a
negociar sin saber que la orden de cese al fuego no fue cumplida ni dada y al rato sucede una
explosión dentro de los baños. Vega Uribe anuncia que la toma y retoma del Palacio había
terminado.
Una vez terminada la retoma, periodistas documentaron cómo había quedado el Palacio
mientras que soldados, policías y miembros de la Defensa Civil sacaban los cadáveres, los
cuales fueron llevados por los castrenses sin que el Instituto de Medicina Legal (órgano estatal
autorizado para el levantamiento de cadáveres) pudiese tener participación. En el baño se
dejaron prendas y se sacaron cadáveres calcinados imposibles de identificar. Esa noche
Betancur se dirigió a los colombianos asumiendo su responsabilidad:

Esa inmensa responsabilidad la asumió el presidente de la República,


que para bien o para mal suyo, estuvo personalmente tomando las
decisiones, dando personalmente las órdenes respectivas, tomando el
control absoluto de la situación, de manera que lo que se hizo para
encontrar una salida dentro de la ley fue por cuenta suya, por cuenta
del Presidente de la República...

Belisario Betancur en su alocución presidencial.

Víctimas
El 9 de noviembre a las 5:00 p.m. (UTC-5), el Juzgado 78 de Instrucción Penal Militar (oficio N.º
1324) ordenó llevar 98 cadáveres a una fosa común del Cementerio del Sur de Bogotá.
Magistrados asesinados (11), Magistrados sobrevivientes (7) ,Servidores
públicos asesinados (20), Empleados de las instalaciones (6), Empleados de la
cafetería (5), Miembros de la Fuerza Pública (13), Otras víctimas (5) y Otros
sobrevivientes (2).

Guerrilleros 47

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Carmen Cristina Garzón Reyes ("Violeta"). Armada con una ametralladora y abundantes
explosivos, repelió el acceso de los militares al cuarto piso (donde se encontraban los
rehenes) desde las escaleras que comunicaban los pisos tercero y cuarto. Fue abatida
con un disparo de tanque Cascavel después de que su resistencia acabara con la vida
de varios militares. Sus restos fueron identificados en 2014 junto a los de Mónica
Beltrán.
William Almonacid Rodríguez ("Sebastián" u "Orlando"). En octubre de 2015 Noticias
Caracol reveló un vídeo dónde se mostraba como Almonacid fue sacado con vida del
Palacio de Justicia y escoltado hacia una camioneta por un soldado y apareció muerto
dentro del Palacio mismo dos días después, lo que indica que aparte de Irma Franco y
Clara Helena Enciso, hubieran salido combatientes del M-19 con vida y que habrían sido
ejecutados extrajudicialmente.

Días después el M-19 se declaro sobre la operación, llamándola una masacre perpetrada por el
gobierno, además de manifestar que el gobierno de Betancourt no buscaba una solución al
conflicto, solamente suprimir a los movimientos guerrilleros. En un comunicado lanzado el 20 de
noviembre que cesarían de manera temporal su actividad en zonas urbanas, esto en solidaridad
a las víctimas de la Toma del Palacio y la erupción del volcán Nevado del Ruiz.

Desaparecidos
Aún sigue siendo un misterio el paradero de cuatro empleados de la cafetería, la guerrillera Irma
Franco y, desde 2017, los magistrados Julio Andrade y Jorge Echeverry. Varios críticos han
dicho que, según algunas declaraciones de dos expolicías de la época, los empleados de la
cafetería fueron llevados a la Casa del Florero (edificio histórico aledaño al Palacio de Justicia,
que sirvió temporalmente como base militar) y más tarde trasladados al Cantón Norte (conjunto
de edificios públicos militares ubicado al norte de Bogotá), para ser interrogados, torturados y
asesinados. Posteriormente, según dichas declaraciones, fueron enterrados en fosas comunes
ubicadas al sur de Bogotá. El gobierno colombiano de entonces las rechazó, argumentando que
los dos exoficiales de la policía tenían antecedentes penales.
El 14 de junio de 2007, Caracol Noticias difundió un video110 hallado durante un allanamiento a
la casa del coronel Plazas Vega en el que aparentemente se observa cuando son evacuados
con vida del Palacio de Justicia el administrador de la cafetería, Carlos Augusto Rodríguez, y la
cajera Cristina del Pilar Guarín. Rodríguez se encuentra desaparecido. Plazas fue arrestado el
16 de julio de 2007, acusado del delito de desaparición forzada agravada.
Los militares condenados por las desapariciones han sido: Edilberto Sánchez Rubiano, Óscar
William Vásquez Rodríguez, Antonio Rubay Jiménez Gómez, Luis Fernando Nieto Velandia y
Ferney Ulmardín Causayá Peña. Fueron sentenciados en 2021 a 40 años de cárcel por el
Tribunal Superior de Bogotá al ser encontrados responsables de la desaparición de Irma Franco
Pineda, Carlos Augusto Rodríguez Vera y Bernardo Beltrán Hernández.
1. Julio César Andrade Andrade. Era magistrado auxiliar del magistrado Dante
Fiorillo. Su supuesto cadáver había sido sepultado en Barranquilla, de donde era
oriundo, en 1985. Una verificación de los restos solicitada por su hija Diana
Isabel Andrade en junio de 2017 reveló que correspondían a los del empleado de
la cafetería Héctor Jaime Beltrán.
2. Jorge Alberto Echeverry Correa. Magistrado auxiliar. Su supuesto cadáver
había sido sepultado en Manizales. Una verificación de los restos en septiembre
de 2017 reveló que correspondían a los del empleado de la cafetería Bernardo
Beltrán.
3. Carlos Augusto Rodríguez Vera. Administrador de la cafetería.
4. David Suspes Celis. Chef de la cafetería.
5. Gloria Estela Lizarazo Figueroa. Encargada del autoservicio de la cafetería.

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6. Norma Constanza Esguerra Forero. Contratista proveedora de servicios de la
cafetería.
7. Irma Franco Pineda ("Mariana"). Guerrillera del M-19. Tras la retoma, Franco
logró salir viva del Palacio de Justicia junto a la también guerrillera Clara Helena
Enciso camuflándose entre rehenes liberados y fueron conducidas a la Casa del
Florero, donde el Ejército identificaba a rehenes y coordinaba operaciones de
retoma. Enciso se desmayó cuando un militar identificó a Franco y se la llevó en
dirección a la Casa del Florero. Enciso fue montada en una ambulancia y
evacuada hacia el Hospital Militar, pero antes de llegar se despertó y logró
convencer a los paramédicos de que la dejaran en su casa. Posteriormente logró
huir a México. En la Casa del Florero, Franco fue llevada al segundo piso donde
la retuvieron hasta las 8:30 p.m. (UTC-5). Después fue llevada a las instalaciones
del Comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia (COICI), a cargo del
coronel Iván Ramírez Quintero, en el barrio San Cristóbal. Franco fue torturada e
interrogada dentro de una van de color café. Al final de la sesión se presume que
la mataron o murió. El cuerpo de Franco fue enterrado en los polígonos del
batallón Charry Solano.Según un testigo no identificado, los responsables de la
muerte de Franco fueron un sargento de apellidos Garzón Garzón, el capitán
Camilo Pulecio Tovar, el teniente Germán Medina Lobo y los sargentos Gustavo
Serrato y Gustavo Arévalo, los cuales habrían sido condecorados por dichas
acciones el 8 de noviembre de 1985.

Comisión de la Verdad para el caso del Palacio de Justicia

Las ruinas del Palacio permanecieron intactas durante cuatro años, hasta que fue reconstruido
totalmente en 1990.

En 2005 se conformó la Comisión de la Verdad, integrada por los exmagistrados de la Corte


Suprema de Justicia José Roberto Herrera, Jorge Aníbal Gómez y el magistrado de la Corte
Constitucional, Nilson Pinilla. Tras un año de investigación, en noviembre de 2006 entregaron un
informe en el que revelaron que, según versiones del sicario "Popeye", Pablo Escobar les había
pagado dos millones de dólares a los guerrilleros del M-19 por la toma, a fin de presionar a los
magistrados de la Sala Constitucional que debatían la aprobación de la extradición. La Comisión
declaró responsables de la masacre al M-19, al presidente Betancur y al Ejército Nacional de
Colombia
La Comisión también concluyó que el presidente de la época, Belisario Betancur "fue un simple
espectador" de la situación y no logró intervenir directamente en la operación de retoma del
palacio por parte del Ejército Nacional ni en los hechos posteriores, contradiciendo sus palabras
dadas en su alocución en la noche de 7 de noviembre una vez terminada la retoma en la que
asumía la responsabilidad de lo sucedido.
La Comisión de la Verdad consideró que la acción del Ejército Nacional fue desproporcionada y
no buscó salvaguardar la vida de los rehenes.
Los resultados de las últimas investigaciones dejan grandes dudas sobre el origen del fuego en
las instalaciones del Palacio de Justicia. Una hipótesis indica que fue un misil disparado por el

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Ejército Nacional el que inició el fuego, mientras que otra apunta a que el misil fue disparado
para hacer un boquete en la pared por donde pudiera salir el humo causado por el incendio.
En diciembre de 2021, se abrió la exposición "Huellas de desaparición" de la Comisión de la
verdad, en el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) de Bogotá, donde se expone una
reconstrucción en 3D de la toma y la retoma del Palacio.

Demandas al Estado y costos


En la actualidad aún sigue existiendo mucha incertidumbre sobre lo que ocurrió durante la toma
y los desaparecidos. Con el paso de los años, el Estado ha tenido que realizar bastantes gastos
no solo con lo que conllevó la reconstrucción del palacio, sino también por reparación a las
víctimas y demandas que ha tenido que enfrentar ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) por familiares de los desaparecidos. Se estima que en la reconstrucción del
palacio se invirtieron alrededor de $100 millones de la época, las demandas en la CIDH suman
alrededor de $50000 millones de pesos, lo que también ha conllevado un gasto en abogados de
cerca de $1200 millones de pesos.

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