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CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011.

SUSCITADA ENTRE EL SEGUNDO Y


TERCER TRIBUNALES COLEGIADOS EN
MATERIA CIVIL DEL CUARTO CIRCUITO.

MINISTRO PONENTE: JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIA: MIREYA MELÉNDEZ ALMARAZ.

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, en la sesión correspondiente al día once de
abril de dos mil doce emite la siguiente:

RESOLUCIÓN

Mediante la que se resuelve la contradicción de tesis 504/2011,


entre los criterios sustentados por el Segundo y Tercer Tribunales
Colegiados en Materia Civil del Cuarto Circuito, cuyo probable tema es
determinar si, en términos del artículo 531, fracción II del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León el ejecutado
tiene legitimación para interponer el recurso de apelación en
contra del auto que aprueba el remate y adjudicación del bien
inmueble o si debe estarse a lo que dispone el artículo 477 del
mismo ordenamiento legal.

I. ANTECEDENTES

1. El Magistrado Presidente del Segundo Tribunal Colegiado en Materia


Civil del Cuarto Circuito denunció la existencia de una posible
contradicción1 entre el criterio emitido por el órgano jurisdiccional que
preside, al resolver el juicio de amparo en revisión 429/2011, y el
sostenido por el Tercer Tribunal Colegiado en la misma materia y
circuito, al resolver el juicio de amparo en revisión 216/2008.

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Oficio 48/2011-T de ocho de diciembre de dos mil once.
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2. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, en


términos de lo previsto por los artículos 107, fracción XIII, primer párrafo,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 197-A,
párrafo primero de la Ley de Amparo pues, en el caso, fue denunciada
por el Magistrado Presidente del Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Cuarto Circuito, por lo que formalmente se actualiza el supuesto
de legitimación a que se refieren tales preceptos.

II. TRÁMITE

3. El Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación admitió a trámite la denuncia de contradicción y ordenó su
registro bajo el número 504/2011, esto por, acuerdo de diez de enero
de dos mil doce.

4. El Ministro Presidente de la Primera Sala de esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación en auto de nueve de febrero de dos mil doce, tuvo
por integrada la presente contradicción de tesis, ordenó dar vista al
Procurador General de la República para que dentro del plazo de treinta
días, en caso de estimarlo conveniente, formulara su opinión sobre el
tema y, finalmente, turnó el asunto al Ministro José Ramón Cossío Díaz
para formular el proyecto correspondiente.

5. El agente del Ministerio Público de la Federación emitió la opinión


concerniente al presente asunto, en el sentido de que sí existe la
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contradicción de tesis denunciada.

III. COMPETENCIA.

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Oficio DGC/DCC/259/2012 recibido el veintisiete de marzo de dos mil doce ante la Oficina de
Certificación Judicial y Correspondencia de esta Suprema Corte de Justicia.
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6. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es


competente para conocer y resolver la presente denuncia de
contradicción de tesis, de conformidad con lo dispuesto por los artículos
107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 197-A de la Ley de Amparo; y 21, fracción VIII, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con los puntos
segundo y cuarto del Acuerdo General 5/2001, en virtud de que se trata
de una denuncia de contradicción de tesis suscitada entre criterios de
Tribunales Colegiados de Circuito, en un tema que, por su naturaleza
civil, corresponde a la materia de la especialidad de esta Primera Sala.

7. No pasa inadvertido que el artículo 107, fracción XIII, de la Constitución


Federal, fue reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial
de la Federación el seis de junio de dos mil once, y actualmente
establece que cuando los Tribunales Colegiados de un mismo Circuito
(sin especialización o de una misma especialización) sustenten tesis
contradictorias, la denuncia debe hacerse ante el Pleno de Circuito
correspondiente, a fin de que sea éste el que decida cuál es la tesis que
debe prevalecer; esta reforma entró en vigor el cuatro del octubre
pasado, por disposición del artículo segundo transitorio del referido
decreto.

8. Sin embargo, lo anterior no implica que a la fecha, la Suprema Corte de


Justicia de la Nación carezca de competencia para conocer y resolver
el presente asunto, ya que a juicio de esta Primera Sala, las Salas de
este Alto Tribunal conservan competencia por disposición expresa del
artículo tercero transitorio del decreto aludido, el cual dispone que los
juicios de amparo iniciados con anterioridad a la entrada en vigor del
decreto de mérito, continuarán tramitándose hasta su resolución final
conforme a las disposiciones aplicables vigentes a su inicio, salvo por
lo que se refiere a las disposiciones relativas al sobreseimiento por

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inactividad procesal y caducidad de la instancia, así como el


cumplimiento y ejecución de las sentencias de amparo.

9. Ello es así porque si bien es cierto que las contradicciones de tesis no


constituyen propiamente juicios de amparo, también lo es que los
criterios en potencial contradicción, se generaron con la resolución de
juicios de amparo; de ahí que realizando una interpretación armónica,
sea posible establecer que el artículo tercero transitorio resulta aplicable
a las contradicciones de tesis, cuyas demandas de amparo que dieron
origen a los criterios en conflicto, se presentaron con anterioridad a la
entrada en vigor del decreto de reforma constitucional, máxime que a la
fecha no se ha integrado, ni formal ni materialmente, el Pleno del Cuarto
Circuito.

10. La anterior interpretación, es acorde a la garantía de tutela jurisdiccional


prevista en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, la cual implica que el poder público no puede
supeditar el acceso a los tribunales a condición alguna que resulte
innecesaria, excesiva o carente de razonabilidad o proporcionalidad
respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador, en
el caso concreto, la seguridad jurídica como consecuencia de la
unificación de criterios; por lo que, de considerar que se actualiza una
incompetencia constitucional, el conocimiento y la resolución de los
asuntos de esa naturaleza estaría supeditado a la creación formal y
material de los Plenos de Circuito, con el consecuente estado de
indefinición de los criterios potencialmente contradictorios.

11. En tales condiciones, aun y cuando el texto del artículo 107, fracción
XIII, de la Constitución Federal vigente, estatuye la competencia
exclusiva de los Plenos de Circuito para conocer y resolver sobre
contradicciones de tesis suscitadas entre Tribunales Colegiados de un
mismo Circuito (no especializados o especializados en una misma
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materia), empero, acorde al artículo tercero transitorio del decreto


publicado el seis de junio de dos mil once, en el Diario Oficial de la
Federación y ante la inexistencia material y legal de los Plenos de
Circuito, específicamente el correspondiente al Cuarto Circuito, es que
esta Primera Sala conserva competencia transitoria para conocer y
resolver la presente contradicción de tesis, en tanto que las demandas
de amparo que dieron origen a los criterios en conflicto, fueron
presentadas con anterioridad a la entrada en vigor al Decreto de reforma
constitucional, además de que fue denunciada por la parte legítima y se
ordenó su trámite e integración conforme con la competencia
constitucional que de manera directa preveía el artículo 107, fracción
XIII, de la Ley Fundamental, -antes de su reforma-; y con la competencia
legal que todavía prevén a su favor los artículos 197-A de la Ley de
Amparo, y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación.

IV. EXISTENCIA DE LA CONTRADICCIÓN

12. El presente asunto cumple con los requisitos de existencia de las


contradicciones de tesis que ha fijado esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, a saber:

a) Que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna


cuestión litigiosa en la que se vieron en la necesidad de ejercer
el arbitrio judicial a través de un ejercicio interpretativo
mediante la adopción de algún canon o método, cualquiera
que fuese.

b) Que entre los ejercicios interpretativos respectivos exista al


menos un tramo de razonamiento en el que la interpretación
ejercida gire en torno a un mismo tipo de problema jurídico: ya
sea el sentido gramatical de una norma, el alcance de un
principio, la finalidad de una determinada institución o
cualquier otra cuestión jurídica en general; y

c) Lo anterior pueda dar lugar a la formulación de una pregunta


genuina acerca de si la forma de acometer la cuestión jurídica

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es preferente con relación a cualquier otra que, como la


primera, también sea legalmente posible.

13. El discernimiento expuesto es tomado y resulta complementario del


criterio sustentado por el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 72/20103.

14. A continuación se explican las razones por las cuales se considera que
el asunto cumple con los requisitos de existencia:

15. Primer requisito: ejercicio interpretativo y arbitrio judicial. A juicio


de esta Primera Sala los tribunales contendientes, al resolver las
cuestiones litigiosas sometidas a su consideración, se vieron en la
necesidad de ejercer el arbitrio judicial a través de un ejercicio
interpretativo para llegar a una solución determinada. Ello se advierte
en las resoluciones emitidas por los tribunales colegiados que participan
en esta contradicción de tesis:

15.1 El tribunal denunciante, Segundo Tribunal Colegiado en Materia


Civil del Cuarto Circuito, resolvió el amparo en revisión 429/2011,
cuyos antecedentes son los que enseguida se relacionan:

a) El Instituto del Fondo de Cobranzas del Instituto del Fondo Nacional de


la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) demandó de la quejosa,
en la vía ordinaria civil, la declaración judicial de rescisión y vencimiento
anticipado de la obligación del contrato de mutuo con interés y
constitución de garantía hipotecaria y, en consecuencia, el pago de los
conceptos precisados en el escrito de demanda.

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De rubro: “CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS
DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE
DE QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO SEAN EXACTAMENTE
IGUALES.”

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b) El juez que conoció de la causa dictó sentencia definitiva en la que acogió


las pretensiones de la actora y, ordenó la ejecución de la garantía
hipotecaria.

c) Consecuentemente, dicho juzgador llevó a cabo la audiencia de remate


del bien inmueble materia de la litis el seis de septiembre de dos mil
diez, y el diecinueve de mayo siguiente fincó y declaró la adjudicación
del inmueble materia de la Litis.

d) La demandada promovió juicio de amparo indirecto, contra esa decisión.


El juez de Distrito que conoció del asunto sobreseyó en el juicio de
garantía con el argumento de que la quejosa no cumplió con el principio
de definitividad. .

e) En contra de tal resolución, la quejosa interpuso recurso de revisión. El


Tribunal de mérito revocó la sentencia recurrida y concedió el amparo
solicitado. Las consideraciones que apoyaron su decisión son las
siguientes:

“ […] CUARTO: Los agravios propuestos resultan fundados.

Asiste razón a la recurrente cuando aduce que no se actualizaba la


causa de improcedencia del juicio de amparo que determinó a la A
quo a sobreseer en el juicio de garantías.

Al efecto, la jueza de Distrito, consideró actualizada la causal de


improcedencia deducida de la aplicación de la fracción XIII del
artículo 73 de la Ley de Amparo (…), atento a que desde su punto
de vista el auto reclamado carecía de definitividad.

Dicho acto se hizo consistir en el auto que aprobó el remate dentro


de los autos del juicio ordinario civil **********, promovido por
********** y continuado por **********, en representación del Instituto
del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores
(INFONAVIT), contra la aquí recurrente.

Contra esa determinación, la recurrente aduce que fue incorrecta


la conclusión a que arribó la A quo, pues no atendió a la disposición
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contenida en el artículo 477 del Código de Procedimientos Civiles


de esta Entidad, que rige el acto reclamado y que dispone que las
resoluciones dictadas en ejecución de sentencia son irrecurribles,
lo cual torna improcedente el recurso de apelación a que hizo
referencia la A quo, en contra del auto reclamado, que por tanto sí
es definitivo y puede reclamarse en la vía constitucional intentada.

El numeral en cita a la letra dice:

“Artículo 477.- Contra las resoluciones dictadas en ejecución de


una sentencia, laudo, convenio judicial o extrajudicial resultado de
métodos alternos de solución de conflictos, o transacción judicial,
no se admitirá recurso alguno.”

De esta transcripción, se advierte que el legislador ordinario,


restringió a las partes en juicio civil, la posibilidad de solicitar la
revisión, de los actos que se realicen en ejecución de sentencia;
asimismo, también permite advertir que la intención del legislador
no fue la de restringir los medios ordinarios de defensa
exclusivamente a las determinaciones que tienden, concreta y
específicamente, a la ejecución de los laudos, sino la de hacerlo
extensivo a cualquiera emitida en o durante el procedimiento de
ejecución de sentencia.

Por tanto, el precepto no es restrictivo en el sentido de que


determine la procedencia de recursos únicamente contra las
resoluciones emitidas estrictamente para la ejecución de la
sentencia que se dicte en el juicio, es decir, aquellas que tengan
por objeto en forma directa e inmediata el cumplimiento de aquélla,
o que se encaminen esencialmente a ese objetivo, sino también a
todas las que aun y cuando no tengan estas características se
emitan en o durante el procedimiento de ejecución, en las cuales
se haya cometido un error que deba ser corregido o enmendado.

Bajo este criterio, la determinación del juez natural que aprueba el


remate en la ejecución de la sentencia, es una resolución que aun
cuando no persigue en forma directa e inmediata el cumplimiento
de ésta, sin embargo, se emite en el periodo de ejecución, lo cual
la hace irrecurrible conforme a la letra del precepto en cuestión,
pues la expresión “en ejecución de sentencia”, utilizada por el
numeral en transcrito, denota ubicación, al referirse a aquellos
actos emitidos en esa fase ejecutiva del procedimiento.

Una vez precisado que no procede el recurso de apelación a que


se refiere el artículo 423 de la ley adjetiva en comento, contra la
resolución que en ejecución de sentencia aprueba el remate en
juicio civil, debe concluirse que el no agotarse ese medio ordinario
de defensa no torna improcedente el juicio de garantías.
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Lo anterior, debido a que si bien el juicio de amparo resulta un


medio extraordinario de defensa y que el principio de definitividad
que rige su procedencia obliga al quejoso a agotar, previamente a
su interposición, los recursos ordinarios o medios de defensa que
la ley que rige el acto reclamado establece para modificarlo,
revocarlo o nulificarlo, deben entenderse referidos sólo a aquellos
claramente procedentes en la ley respectiva.

Por tanto, si en el caso concreto el juez responsable emitió la


resolución reclamada en la etapa de ejecución de la sentencia del
juicio de origen y contra ella la misma ley establece que “no procede
recurso alguno”, es inconcuso que no tenía por qué agotarse aquél
a que refirió la A quo para resolver como lo hizo y, por tanto, no se
actualiza la improcedencia del juicio de garantías, deriva de lo
establecido en la fracción XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo.

Bajo las anteriores consideraciones, este órgano Colegiado estima


que debe revocarse la determinación adoptada por la A quo y
emprenderse el examen de los conceptos de violación propuestos
contra el acto reclamado, al no ajustar la juez de Distrito su
proceder a la norma de derecho aplicable.

No es obstáculo a lo anterior que en el fallo recurrido se haya


invocado para sostener lo resuelto la tesis de la anterior Tercera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, reproducida a
fojas veintitrés y veinticuatro de esta resolución con el rubro:
“REMATE, APELACIÓN EL AUTO DE APROBACIÓN DEL
(LEGISLACIÓN DE NUEVO LEÓN).”, atento a que al no tratarse
de jurisprudencia, no resulta de aplicación obligatoria a este
tribunal, según lo dispone el artículo 192 de la Ley de Amparo.

Y no sobra decir, que no obsta a la procedencia del juicio de


garantías, el hecho de que el acto reclamado se dictara en
ejecución de sentencia (artículo 73, fracción IV, de la Ley
reglamentaria recién citada), porque la fracción III, del diverso
numeral 114 del ordenamiento en consulta, establece
expresamente la procedencia del juicio de amparo, tratándose de
remates, con la sola limitante de reclamarse en la vía constitucional
la resolución definitiva en que se apruebe o desapruebe

Al respecto, se comparte el criterio jurisprudencial sustentado por


el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito,
publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, tomo XXVIII, de agosto de dos mil ocho, a página
864, al tenor siguiente:

“EJECUCIÓN DE SENTENCIA CUANDO EXISTE REMATE DE

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BIENES EN EL PROCEDIMIENTO RESPECTIVO. EL AMPARO


INDIRECTO PROCEDE CONTRA DOS TIPOS DE
RESOLUCIONES.- El artículo 114, fracción III, de la Ley de
Amparo, establece que el amparo ante el Juez de Distrito,
tratándose de actos de ejecución de sentencia, sólo podrá
promoverse contra la última resolución dictada en el procedimiento
respectivo, pudiendo reclamarse en la misma demanda las demás
violaciones cometidas durante ese procedimiento que hubieran
dejado sin defensa al quejoso y que tratándose de remates, sólo
podrá promoverse el juicio contra la resolución definitiva en que se
apruebe o desapruebe. De lo anterior, se desprende que en los
juicios en los que se rematan bienes en el periodo de ejecución de
sentencias, existen dos resoluciones que pueden impugnarse en el
juicio de amparo indirecto y que son aquellas en las que se aprueba
o desaprueba el remate y la última resolución en el procedimiento
de ejecución.”

Por lo anterior, no se comparte el criterio que en sentido contrario


sustentó el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Cuarto
Circuito al resolver el amparo en revisión 216/2008/3 promovido por
**********, por lo que, debe hacerse la denuncia de contradicción
correspondiente, en términos de lo dispuesto en el artículo 197-A
de la Ley de Amparo […]”.

15.2 Por su parte, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Cuarto Circuito resolvió el amparo en revisión 216/2008, con los
antecedentes que enseguida se relatan:

a) Se promovió juicio de amparo indirecto en el contra del auto que adjudicó


el inmueble rematado en un juicio ejecutivo mercantil a favor de la
tercera perjudicada.

b) El juez federal que conoció de la demanda sobreseyó en el juicio de


garantías, en virtud de que se actualizó la causal de improcedencia
prevista en la fracción XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, esto es,
no se cumplió con el principio de definitividad.

c) En contra de la anterior determinación la quejosa, interpuso recurso de


revisión. El Tribunal de mérito confirmó la sentencia recurrida.
Las consideraciones que apoyaron su decisión son las siguientes:
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“[…] Son infundados los anteriores agravios.

(…) la quejosa reclama la adjudicación efectuada por el juez de


primera instancia, del bien inmueble materia de la litis; acto que al
no haber sido recurrido a través del medio de defensa
correspondiente, aún no es definitivo, por lo que resulta
improcedente el presente juicio de garantías como acertadamente
lo refirió el juez federal en base a no haberse agotado el principio
de definitividad.

(…) este tribunal colegiado estima que, en la especie, el numeral


531, fracción II, del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Nuevo León, a que hizo referencia el juez de Distrito
para estimar que la parte demandada estaba en condiciones de
interponer el recurso de apelación contra la determinación que
constituye el acto reclamado (adjudicación del bien), sí es
aplicable al caso.

La esencia de los agravios expuestos en la revisión se hace


consistir en que si bien la legislación procesal civil estatal otorga
a los acreedores participantes de un remate, la oportunidad de
inconformarse con el mismo, esto es, solo y precisamente para los
acreedores, no así para la demandada.

En efecto, acertadamente el a quo de Distrito precisó que acorde


al numeral 531 del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de Nuevo León, los “acreedores” citados conforme al artículo
anterior (en el caso el dispositivo legal 530), tendrán derecho,
entre otras cosas : “II. Para recurrir el auto de aprobación del
remate…”

Ahora bien, el artículo 530 del Código de Procedimientos Civiles


del Estado de Nuevo León, a que se ha hecho referencia con
anterioridad, textualmente establece:

Artículo 530.- Si del certificado aparecieren gravámenes, se hará


saber a los acreedores el estado de ejecución para que
intervengan en el avalúo y subasta de los bienes, si les conviniere

Como se puede apreciar la participación de los acreedores es “si


les conviniere”, por lo que se les da la oportunidad de estar en
condiciones de inconformarse con la determinación en la que se
aprueba el remate.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

Ahora bien, si esto es así, a quien “más le conviene”, que el


procedimiento de remate se lleve a cabo por los cauces legales
correspondientes, sin duda es a la demandada, quien cuenta con
la oportunidad de inconformarse contra la determinación del juez
natural al pronunciarse sobre el remate y adjudicación del bien
materia de litis.

Esto se estima así en la medida en que las diversas circunstancias


en que se realiza el remate y adjudicación, implican jurídicamente
algo más que la ejecución lisa y llana de la sentencia, puesto que
suponen el cumplimiento de diversos requisitos establecidos por
la ley para realizarlo, y la falta de alguno de esos elementos puede
ocasionar a los litigantes perjuicios de trascendencia, es por lo que
se estima que debe ser recurrido dicho acto de autoridad a través
del medio de defensa correspodiente.

Además, sería injusto que ese derecho solamente lo tuvieran los


acreedores conforme al artículo 531 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León, que para ellos
sí expresamente se prevé la procedencia de recurso, cuando ello
únicamente se debe a la circunstancia de que por no ser partes
en el juicio, sí es indispensable que, de modo expreso se les
conceda tal derecho.

Incluso esa mayoría de razón que permite que las partes estén en
condiciones de recurrir el auto que aprueba la adjudicación, al
igual que los acreedores, fue dilucidada por la entonces Tercera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al emitir el
criterio que se lee en la página seiscientos noventa y uno del tomo
LIII del Semanario Judicial de la Federación, quinta época, que
inclusive fue invocada por el juez de Distrito, que a la letra dice:

“REMATE, APELACION EL AUTO DE APROBACION DEL


(LEGISLACION DE NUEVO LEON)”. (transcribe)

Otros criterios de la propia Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la nación, que se pueden invocar, en lo conducente, porque
dan soporte a lo antes considerado son los siguientes:

El que se consulta en la página tres mil setecientos treinta y nueve


del tomo XL del Semanario Judicial de la Federación, quinta
época, que reza:

“REMATE, APELACION DEL AUTO DE APROBACION DEL”.


(transcribe).
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

La tesis que se lee en la página nueve del tomo XLVII del


Semanario Judicial de la Federación, quinta época, que dice:

“REMATE, APELACION DEL AUTO DE”. (transcribe).

Así como la tesis consultable en la página tres mil seiscientos seis


del tomo XL, del Semanario Judicial de la Federación, quinta
época, que sostiene lo siguiente:

“REMATE, APELACION DEL AUTO DE”. (transcribe).

De todo lo antes considerado se puede llegar al conocimiento que


no asiste razón a la parte inconforme cuando sostiene que se hizo
un mal razonamiento por parte del juez federal, pues por el
contrario, al sostener el a quo de Distrito que en la especie debió
agotarse el principio de definitividad estuvo en lo correcto al
precisar que si los acreedores se encontraban en condiciones de
inconformarse contra la determinación de remate y adjudicación,
resultaba inconcuso que la parte demandada también contaba con
ese derecho.

Ello, pues sería ilógico estimar que el legislador otorgó a los


acreedores el derecho de inconformarse, negándoselo a la parte
demandada que por mayoría de razón tiene interés en que el
remate y la adjudicación se lleve conforme a la ley, es decir,
conforme a las circunstancias en que se desarrolla el remate y la
adjudicación que implican algo más que la ejecución lisa y llana
de la sentencia, pues suponen el cumplimiento de diversos
requisitos establecidos por la ley para realizarlo y la falta de alguno
de esos elementos puede ocasionar perjuicios de trascendencia
que coloquen a la diligencia de remate y adjudicación fuera de la
ley y por eso es necesario que sean recurridos porque no puede
limitarse la facultad de las partes de ejercer el derecho a impugnar
las determinaciones que considere contrarias a sus intereses,
pues con ello se vulnera lo que la doctrina ha denominado como
"principio de impugnación" que consiste en que las partes, por
regla general, deben estar en aptitud de impugnar los actos que
lesionen sus intereses o derechos.

De ahí que si el auto reclamado, constituye un auto contenido


dentro de un procedimiento de remate y adjudicación en el que se
deben respetar las etapas correspondientes que establece la ley
para ese tipo de actos, es inconcuso que se trata de una
determinación que puede y debe ser recurrida conforme a derecho
por la parte a quien le cause agravio.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

Por cuanto a lo que afirma la inconforme que de manera alguna


se debe interpretar la fracción II del artículo 531 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León, como referido
al recurso de apelación, puesto que solamente dice que los
acreedores tendrán derecho a recurrir el auto de aprobación del
remate; debe decirse que esa referencia a “recurrir” el auto de
remate es suficiente para sostener la postura del juez de Distrito
en el fallo que se revisa.

Lo anterior se estima así, en primer término porque para los


efectos de la procedencia del amparo indirecto, se debe atender
a que se agote el principio de definitividad, esto es, que la
resolución reclamada sea la definitiva, entendiéndose por ésta la
que se emite con motivo de la oposición del medio de defensa
correspondiente y si la legislación aplicable, como lo es, el Código
de Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León, establece
en la fracción II del artículo 531 que el auto de remate y
adjudicación podrá ser recurrible, es inconcuso que el acto
reclamado en el amparo que se revisa, no se trata del que aprueba
o desaprueba en definitiva el remate y adjudicación, pues se
insiste, puede ser recurrido a fin de que sea definitivo.

En segundo lugar, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en


los criterios que se han citado con anterioridad fue categórica en
precisar que se debe conceder al deudor el derecho de “apelar”
contra el auto que aprueba el remate, ya que para ello se debe
tener en cuenta que la legislación vigente estatuye, entre los
derechos de los acreedores, el de interponer el indicado recurso
contra la aprobación del remate, ello porque la falta de alguno de
los elementos que intervienen en el remate y la adjudicación,
puede ocasionar a los litigantes perjuicios de trascendencia, sin
que pueda limitarse el recurso de apelación exclusivamente a
aquéllos.

Además, también dijo el máximo Tribunal del país que el hecho de


que la ley solamente se refiera a los acreedores como facultados
para recurrir el auto de remate y adjudicación, no significa que las
partes no tengan derecho para “apelar” del auto que aprueba, o
no, el remate o la adjudicación, porque debe entenderse
comprendido ese derecho, en las reglas generales sobre la
apelación, en virtud de que con tal acto quedan terminados los
procedimientos para que la sentencia se ejecute, y para corregir
las irregularidades que se hubieren cometido en primera instancia,

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

no habría otra acción que la de conceder a las partes el recurso


de apelación contra el auto mencionado, a más de que sería
injusto que el derecho de apelar del propio auto, solamente lo
tuvieran los acreedores.

De igual forma afirmó la Suprema Corte de Justicia de la Nación


que cuando se ha aprobado o no el remate o la adjudicación, ya
no existe otra ocasión para corregir las irregularidades cometidas
en primera instancia, que la de conceder a las partes el recurso
de apelación contra el auto dictado, tanto más, cuanto que sería
injusto que ese derecho solamente lo tuvieran los acreedores por
establecer la ley un recurso para ellos, debiéndose esto (que la
ley establezca recurso para los acreedores), únicamente, a la
circunstancia de que, por no ser partes en el juicio, sí era
indispensable que, de un modo expreso, se les concediera tal
derecho.

Como se puede apreciar, la Suprema Corte de Justicia de la


Nación fue categórica en precisar que es la “apelación” el medio
de defensa que procede en contra de la determinación que
aprueba o no el remate y su adjudicación, de ahí lo infundado del
agravio que nos ocupa.

En consecuencia, al no haberse recurrido el auto combatido en


amparo, a través del medio idóneo, como lo es la apelación, no se
ve atendido el principio de definitividad que sirvió de sustento al a
quo federal para estimar que en la especie se actualizaba una
causal de improcedencia.

Por cuanto a lo alegado en el sentido de que no procedía recurso


alguno en la etapa de procedimiento, debe decirse que acorde al
artículo 114 fracción III de la Ley de Amparo, tratándose de
remates, el juicio de garantías será procedente una vez que se
trate del que lo apruebe o desapruebe en definitiva, y para que se
estime que se trata de un remate o adjudicación en definitiva, se
debe atender a que es la última determinación que se dicta sobre
ese tópico, la cual de manera alguna es la determinación del juez
de primera instancia que constituye el acto reclamado, pues para
ello, como se indicó con anterioridad, hacía falta que la recurrente
en su carácter de demandada en el natural se inconformara con
esa determinación a través del medio de defensa correspondiente,
como lo es la apelación, lo que no aconteció en la especie, siendo
correcta la postura del juez de Distrito de sobreseer en el juicio.

15
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

De lo dicho se obtiene que el criterio citado por la quejosa


inconforme en sus agravios, bajo el rubro y texto “AMPARO
INDIRECTO. SIGNIFICADO DE LA EXPRESIÓN "ÚLTIMA
RESOLUCIÓN", A QUE SE REFIERE EL PÁRRAFO SEGUNDO
DE LA FRACCIÓN III DEL ARTÍCULO 114 DE LA LEY DE
AMPARO”. (transcribe).

Así las cosas, la Ley de Amparo, es clara en establecer que


tratándose de remates, el juicio de garantías solo procede contra
la determinación que lo aprueba o desaprueba “en definitiva”, y si
el Código de Procedimientos Civiles del Estado establece que la
diligencia de remate puede ser recurrida, es inconcuso que en el
caso la recurrente no atendió a esos requisitos pues previo a la
presentación de su demanda de garantías debió acudir en el
natural al medio de defensa correspondiente.

Por lo tanto, si la parte agraviada no interpuso el recurso


correspondiente en contra del auto reclamado en el amparo,
antes de acudir al juicio de garantías, es evidente que no agotó el
principio de definitividad, por lo que en el caso se actualizó la
causal de improcedencia invocada correctamente por el juez
federal.

En las relatadas consideraciones, al no prosperar los agravios que


hizo valer la inconforme, y no advertirse causa que amerite suplir
la deficiencia de la queja, en términos del artículo 76 bis de la Ley
de Amparo, lo procedente es confirmar la resolución recurrida
[…]”.

16. Así, conforme a los criterios referidos líneas arriba, útiles para
determinar la existencia de las contradicciones de tesis, se sostiene que
en el caso concreto se actualiza el primer requisito, ya que cada uno de
los tribunales contendientes realizó un ejercicio interpretativo, mediante
el uso de su arbitrio judicial, uno de ellos de manera implícita,
consistente en determinar si, en términos del artículo 531, fracción
II del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León
el ejecutado tiene legitimación para interponer el recurso de
apelación en contra del auto que aprueba el remate y adjudicación
del bien inmueble o si debe estarse a lo que dispone el artículo 477

16
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

del mismo ordenamiento legal. Al analizar la problemática planteada


y llevar a cabo el ejercicio interpretativo, ambos tribunales llegaron a
conclusiones diferentes; lo que permite afirmar que el primer requisito
se encuentra satisfecho.

17. Por otro lado, cabe señalar que aun cuando los criterios sustentados
por los tribunales contendientes no constituyen jurisprudencia
debidamente integrada, ello no impide llevar a cabo su análisis y
resolver, en su caso, cuál es el criterio que debe prevalecer, siendo
aplicable la tesis L/94, de rubro: “CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA
SU INTEGRACIÓN NO ES NECESARIO QUE SE TRATE DE
JURISPRUDENCIAS”, emitida por el Pleno de esta Suprema Corte4 y
la jurisprudencia 27/2011 sostenida por el mismo Pleno, con el epígrafe:
“CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA LA DENUNCIA
BASTA QUE EN LAS SENTENCIAS SE SUSTENTEN CRITERIOS
DISCREPANTES”5.

18. Segundo requisito: razonamiento y diferendo de criterios


interpretativos. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación considera que en los ejercicios interpretativos realizados por
los tribunales colegiados contendientes existió un criterio de
interpretación en torno a si el ejecutado tiene legitimación para
interponer el recurso ordinario en contra del auto que aprueba el remate
y adjudicación de un inmueble.

19. Tercer requisito: Surgimiento de la pregunta que detona la


procedencia de la contradicción. A partir de lo anterior, es posible
concluir que los puntos de vista de los tribunales contendientes, al
reflejar contradicción en sus consideraciones y razonamientos, pueden

4 Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, tomo 83, noviembre de 1994,
página 35,
5 Publicada en la página setenta y siete, del Tomo XIII, abril de dos mil uno, del Semanario Judicial

de la Federación y su Gaceta, Novena Época.

17
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

dar lugar a la formulación de una pregunta genuina acerca de si la forma


de acometer la cuestión jurídica es preferente con relación a cualquier
otra que, como la primera, también sea legalmente posible.

20. Así, el problema en la presente contradicción es el siguiente: en


términos de lo dispuesto en los artículos 477 y 531, fracción II del Código
de Procedimientos Civiles para el Estado de Nuevo León en contra del
auto que aprueba el remate y adjudicación de un inmueble, ¿el
ejecutado tiene legitimación para interponer el recurso ordinario?

V. CRITERIO QUE DEBE PREVALECER.

21. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


considera que debe prevalecer, con el carácter de jurisprudencia, el
criterio que se sustenta en el presente fallo.

22. Problema jurídico. Los tribunales colegiados se pronunciaron sobre un


problema jurídico común: determinar si en contra del auto que aprueba
el remate y adjudicación del bien inmueble embargado, el quejoso en
su carácter de ejecutado debe, previamente a acudir al juicio de amparo
indirecto, agotar el recurso de apelación.

23. A partir de ese planteamiento surge la interrogante, que integra la


materia de la presente contradicción de tesis ¿el ejecutado goza de
legitimación para interponer del recurso ordinario previsto en la fracción
II del artículo 531 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
Nuevo León o bien su conducta procesal debe regirse por lo previsto en
el artículo 477 del mismo ordenamiento legal?

24. Para dar respuesta a la interrogante que debe resolverse en esta


ejecutoria, en primer orden se exponen algunas consideraciones en
torno al tema de los recursos.

18
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

25. Recursos o medios de impugnación. El recurso es la petición hecha


por una de las partes, principales o secundarias, para que el mismo juez
que emitió una providencia o su superior, la revise y corrija los errores
de juicio o de procedimiento que en ella se haya cometido; es un medio
de impugnación que se interpone contra un auto o sentencia judicial
pronunciada en un proceso iniciado, generalmente ante un juez o
tribunal de mayor jerarquía y de manera excepcional ante el mismo
juzgador, con el objeto de que dicha resolución sea revocada,
modificada o anulada.

26. Los medios de impugnación se dividen en varias categorías: ordinarios,


especiales o excepcionales.

a). Los ordinarios: Son los que se ocupan para combatir la generalidad
de las resoluciones judiciales. (Recurso de apelación, revocación y
reposición).

b) Especiales: Son los que sirven para impugnar determinadas


resoluciones judiciales, señaladas en concreto por la ley. (El recurso de
queja.

c) Excepcionales: Son aquellos que sirven para atacar resoluciones


judiciales que han adquirido la autoridad de cosa juzgada. (Recurso
extraordinario de revisión).

27. Dentro de los recursos ordinarios el que se considera de mayor


trascendencia es el de apelación, toda vez que, es a través de éste que,
a petición de la parte agraviada por una resolución judicial, el tribunal
de segunda instancia, examina todo el material del proceso tanto fáctico
como jurídico, así como las violaciones del procedimiento y de fondo, y
como resultado de esta revisión, modifica o revoca la resolución
impugnada, sustituyéndose al juez de la primera instancia, o bien

19
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

ordena la reposición del procedimiento, cuando existen motivos graves


de nulidad del mismo.

28. Derecho de recurrir. Podrán recurrir, las partes que integren la relación
procesal, pues es un derecho subjetivo de todas aquellas personas que
intervienen en el proceso a cualquier título y condición para que se
corrijan los errores procesales en que haya incurrido el a quo, que
considere le causen perjuicio.

29. Las personas que figuran en el proceso como partes tienen el derecho
de recurrir contra las providencias del juez en los términos que la ley
procesal aplicable disponga, en el entendido de que, como el recurso
es un medio para obtener la corrección de los errores del juez que
perjudican al recurrente, de una determinada providencia, sólo pueden
recurrir quienes reciben con ella un perjuicio.

30. En la contradicción que ahora se resuelve cada uno de los tribunales


interpretó de manera diferente las reglas para la procedencia de los
recursos o medios de impugnación que operan en la etapa de ejecución
de la sentencia, sobre lo cual el Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Nuevo León, prevé:

“ARTÍCULO 477- Contra las resoluciones dictadas en


ejecución de una sentencia, laudo, convenio judicial o
extrajudicial resultado de métodos alternos de solución de
conflictos, o transacción judicial, no se admitirá recurso alguno”

31. Dicho dispositivo, regula la procedencia de los recursos con el


establecimiento de una regla general, consistente en que las
resoluciones dictadas en ejecución de sentencia son irrecurribles.

32. La regla mencionada admite como uno de los casos de excepción lo


dispuesto en el artículo 531, en su fracción II del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León, que dice:

20
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

“Artículo 531.- Los acreedores citados conforme al artículo


anterior, tendrán derecho:

I.- Para intervenir en el acto del remate, pudiendo hacer al


juez las observaciones que estimen oportunas para
garantizar sus derechos;

II.- Para recurrir el auto de aprobación del remate, en su


caso, y,

III.- Para nombrar a su costa un perito que con los


nombrados por el ejecutante y el ejecutado practique el
avalúo de la cosa. No disfrutarán de este derecho después
de practicado el avalúo por los peritos de las partes o el
tercero en discordia, en su caso, ni cuando la valorización
se haga por otros medios”.

33. La disposición transcrita prevé que los acreedores que conforme al


artículo 5306 del mismo ordenamiento legal que aparecieren en el
certificado de gravámenes, tendrán derecho, entre otras cosas a recurrir
el auto de aprobación del remate. Este artículo otorga la oportunidad a
los acreedores de inconformarse con la determinación en la que se
aprueba el remate, por ser personas o terceristas llamados a juicio que
no han intervenido en el desarrollo del proceso.

34. Así, la excepción a la regla que se ha mencionado al otorgar al acreedor


o tercero la legitimación y el derecho de interponer un medio ordinario
de defensa en contra del auto que aprueba el remate, obedece a la
calidad de los acreedores como terceros llamados a juicio, es decir
como personas cuya intervención en el juicio puede ser forzada o
voluntaria y, que se pueden convertir en parte secundaria o
litisconsorcial o independiente. 7 En el caso que se analiza, el acreedor
es un tercero que no tiene que ver con el litigio que se ventila o con las

6
Artículo 530.- Si del certificado aparecieren gravámenes, se hará saber a los
acreedores el estado de ejecución para que intervengan en el avalúo y subasta de los
bienes, si les conviniere.
7
Devis Echendía. Teoría General del Proceso. Editorial Universidad. Página 331

21
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

pretensiones del acto sobre las cuales versa el juicio, y, por ende, tiene
intereses autónomos e independientes a la posición adoptada por
ambas partes, cuyo llamamiento se verifica en la etapa de ejecución de
sentencia para lograr, si así lo consideran su intervención voluntaria, a
fin de presentar las pruebas necesarias para oponerse a la aprobación
del remate, de ahí su legitimación para impugnar la resolución que
resulte opuesta a sus intereses.

35. En lo hasta aquí desarrollado queda patente que el legislador ordinario,


en el artículo 477 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
Nuevo León estableció una regla general para regular la substanciación
de los recursos promovidos en la etapa de ejecución de sentencia, pero,
con el objeto de respetar la garantía de audiencia del o de los
acreedores que puedan estar insertos en el certificado de gravámenes,
creó una excepción a esa regla general y en la fracción II del artículo
531 del mismo ordenamiento legal les otorgó el derecho de apelar el
auto que aprueba el remate, esto en virtud de la calidad que tienen, pues
al ser terceristas que podrán intervenir en los juicios en que no son
parte, seguidos por otros acreedores contra el deudor común, e
impugnar los actos que consideren atentatorios de sus derechos en
torno al avaluó y la subasta de los bienes, 8 por lo que se les reconoce
el derecho humano a un recurso judicial efectivo, con el objeto de que
el juez garantice sus derechos, mediante un medio ordinario de defensa.

36. La literalidad del artículo 531, fracción II, del código adjetivo del Estado
de Nuevo León, da lugar a afirmar que esa excepción solamente es
aplicable a los acreedores, en el preciso caso en que se apruebe el
remate, lo que se corrobora si se toma en cuenta la regla de
interpretación en el sentido de que las excepciones son de aplicación
estricta y restrictiva y cuyo fundamento se encuentra en el artículo 11

8
Artículo 530.- Si del certificado aparecieren gravámenes, se hará saber a los acreedores el estado
de ejecución para que intervengan en el avalúo y subasta de los bienes, si les conviniere
22
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

del Código Civil del Estado de Nuevo León, que dice: “Las leyes que
establecen excepción a las reglas generales, no son aplicables al caso
alguno que no esté expresamente especificado en las mismas leyes”,
conforme a la cual, la norma general excepcional debe ser específica y
claramente descrita.

37. En esa tesitura, ha lugar a determinar que el ejecutado no goza de


legitimación para interponer el recurso de apelación previsto por el
artículo 531, fracción II, del Código de Procedimientos Civiles del Estado
de Nuevo León, esto en virtud de que, a diferencia del acreedor, éste
forma parte de un juicio, ha visto satisfecha su garantía de audiencia y
de una adecuada defensa de sus derechos en el desarrollo del proceso,
con la oportunidad de oponer las excepciones y defensas que considere
pertinentes, situación que no lo deja en estado de indefensión.

38.Lo anterior es así, pues como ya se dijo el derecho de recurrir el auto


que aprueba el remate previsto en el artículo 531, fracción II, del Código
de Procedimientos Civiles de Nuevo León, se otorgó únicamente al
acreedor referido en el certificado de gravámenes, en virtud de que este
no forma parte del juicio promovido, y el legislador con el objeto de
respetar su garantía de audiencia estableció su intervención
concediéndoles el derecho de inmiscuirse en el procedimiento de
ejecución e incluso, de impugnar la resolución que apruebe el remate,
a fin de ver satisfecho su derecho a un recurso efectivo.

39. No queda inadvertido para esta Primera Sala que uno de los tribunales
colegiados apoyó su decisión en la tesis aislada de rubro: “REMATE,
APELACIÓN EL AUTO DE APROBACIÓN DEL (LEGISLACIÓN DE
NUEVO LEÓN)”9, en la que se sustenta un criterio diferente al que ahora
se propone. Al respecto, esa situación no es trascendente en este

9
Tesis aislada de la Quinta Época, emitida por Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, en el Tomo: LIII, en la página: 691.

23
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

asunto, en virtud de que, además de que tal criterio se sustenta en una


legislación que ya no tiene vigencia, la propia Tercera Sala, al resolver
un asunto en fecha posterior emitió el criterio de rubro: REMATE, EL
AUTO APROBATORIO DEL, NO ES APELABLE (LEGISLACIÓN DE
NUEVO LEON)10 que, en esencia, coincide con el criterio que aquí se
sustenta.

40. De acuerdo con las consideraciones que se han expuesto, debe


prevalecer con carácter de jurisprudencia, en términos del artículo 192
de la Ley de Amparo, el criterio que sustenta esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación a continuación:

REMATE. EL EJECUTADO CARECE DE LEGITIMACIÓN


PARA INTERPONER EL RECURSO DE APELACIÓN
CONTRA EL AUTO QUE LO APRUEBA (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN). Del artículo 477 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Nuevo León,
se advierte que el legislador ordinario estableció como regla
general la improcedencia de recurso alguno contra las
resoluciones dictadas en ejecución de sentencia; por otro
lado, a fin de respetar la garantía de audiencia de los
acreedores que pudieran aparecer en el certificado de
gravámenes, dispuso como excepción a esa regla la prevista
en el artículo 531, fracción II, del mismo ordenamiento legal,
a través de la cual otorga a dichos acreedores el derecho de
recurrir a través del recurso de apelación, el auto que
aprueba el remate, para satisfacer su derecho a impugnar
actos que consideren atentatorios de sus intereses en torno
al avalúo y la subasta de los bienes, esto es, les reconoce el
derecho humano a un recurso judicial efectivo. Así, al tratarse
de una excepción a la regla general, debe concluirse que el
ejecutado no goza de legitimación para interponer el citado
recurso, ya que conforme a la hermenéutica jurídica, las
excepciones a la regla general deben ser expresas y de
aplicación estricta.

Por lo expuesto y fundado,

10 Tesis aislada de la Quinta Época, emitida por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, en el Tomo: LXXV, en la página
517.
24
CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

SE RESUELVE:

PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación es competente para conocer de la presente contradicción de
tesis.

SEGUNDO. Sí existe la contradicción de tesis denunciada en los


términos del apartado IV de esta resolución.

TERCERO. Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio


sustentado por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, conforme a la tesis que ha quedado redactada en la parte final
de esta resolución.

CUARTO. Dése publicidad a la tesis jurisprudencial que se sustenta en


la presente resolución, en términos del artículo 195 de la Ley de
Amparo.

Notifíquese y, en su oportunidad, archívese el expediente como


asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, conforme a las siguientes votaciones:

Por mayoría de cuatro votos de los señores Ministros: Jorge Mario


Pardo Rebolledo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Ma. del Carmen
Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, en cuanto a la competencia legal de esta Primera Sala en
contra del emitido por el Ministro José Ramón Cossío Díaz (ponente).

Por unanimidad de votos en cuanto al fondo del asunto.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 504/2011

Firman el Ministro Presidente de la Sala y el Ministro Ponente, con


el Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.

PONENTE

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley


Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos .

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