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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

ENTRE LOS CRITERIOS SUSTENTADOS


POR EL OCTAVO TRIBUNAL
COLEGIADO DE CIRCUITO DEL CENTRO
AUXILIAR DE LA TERCERA REGIÓN CON
RESIDENCIA EN GUADALAJARA, EN
APOYO DEL TRIBUNAL COLEGIADO DEL
VIGÉSIMO QUINTO CIRCUITO Y EL
TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO
QUINTO CIRCUITO.

VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.
SECRETARIO: ALFONSO FRANCISCO TRENADO RÍOS.

México, Distrito Federal. Acuerdo del Tribunal Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día
catorce de octubre de dos mil catorce.

V I S T O S para resolver los autos de la contradicción de tesis


299/2013, suscitada entre el Octavo Tribunal Colegiado de Circuito del
Centro Auxiliar de la Tercera Región con Residencia en Guadalajara,
en apoyo del Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito y el
Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito, cuyo tema es
determinar si la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación puede ser objeto de control de constitucionalidad y/o
convencionalidad ex officio, a cargo de los jueces nacionales, cuando
se detecte que resulta violatoria de algún derecho humano contenido
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o en los
tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte; y,

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Denuncia. El magistrado presidente del Tribunal


Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito, mediante el oficio número
9672 de fecha nueve de mayo de dos mil trece, remitió a esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ejecutoria correspondiente
al amparo directo número **********, resuelto por ese tribunal el diez de
junio de dos mil trece. En dicha ejecutoria, denunciaron la posible
contradicción de tesis entre el criterio sustentado en esa resolución y
el emitido por el Octavo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Tercera Región, al resolver el amparo directo penal
**********, relativo al amparo directo auxiliar número **********.

SEGUNDO. Trámite de la denuncia. El Presidente de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación ordenó formar y registrar el expediente
de contradicción de tesis bajo el número 299/2013, mediante un
acuerdo dictado el veintiuno de junio de dos mil trece. Asimismo,
solicitó a la Presidencia del Octavo Tribunal Colegiado del Centro
Auxiliar de la Tercera Región en apoyo del Tribunal Colegiado del
Vigésimo Quinto Circuito, copia certificada de la ejecutoria emitida en
el amparo directo **********, además del envío de la información
electrónica que contenga dicha sentencia, en términos de lo
establecido mediante la Circular 3/2011-P del Tribunal Pleno.
Finalmente, solicitó a los Tribunales Colegiados de Circuito
contendientes que informaran si el criterio sustentado se encuentra
vigente o, en su caso, la causa para tenerlo por superado o
abandonado.

TERCERO. Integración del asunto. La Primera Sala de este Alto


Tribunal, mediante un acuerdo dictado el veintiuno de junio de dos mil
trece, se avocó al conocimiento del presente asunto, y ordenó que una

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

vez integrados los autos se turnaran a la ponencia del


Ministro José Ramón Cossío Díaz, a fin de que
elaborara el proyecto de resolución respectivo.

En sesión de veintitrés de octubre de dos mil trece, los Ministros


integrantes de la Primera Sala, por mayoría de cuatro votos
determinaron desechar el proyecto de resolución presentado a la
misma; por acuerdo posterior de veinticuatro de octubre siguiente, el
Ministro Presidente de la Primera Sala ordenó el returno de los autos
respectivos a su Ponencia, como integrante de la mayoría, a fin de que
se elabore el proyecto de resolución respectivo y con él se dé cuenta a
la Sala.

Posteriormente, en sesión de quince de enero de dos mil


catorce, a petición del Ministro Presidente de la Primera Sala, se
acordó que continuara en lista el presente asunto. Finalmente, en
sesión de veintidós de enero de dos mil catorce, se acordó remitir al
Tribunal Pleno el presente asunto; y,

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Este Tribunal Pleno de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, es competente para conocer y resolver
la presente denuncia de contradicción de tesis, de conformidad con los
artículos 107, fracción XIII, párrafo tercero, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 226, fracción I, de la Ley de
Amparo; y 10, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación.

SEGUNDO. Legitimación. La denuncia de la contradicción de


tesis proviene de parte legítima de conformidad con lo previsto por los

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política


de los Estados Unidos Mexicanos y 227, fracción I, de
la Ley de Amparo, en virtud de que fue realizada por el
Magistrado Presidente del Décimo Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito.

TERCERO. Existencia de la contradicción. El presente asunto


sí cumple los requisitos de existencia de las contradicciones de tesis
que este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
ha fijado, y que son los siguientes1:

a) Que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna


cuestión litigiosa en la que se vieron en la necesidad de
ejercer el arbitrio judicial a través de un ejercicio
interpretativo mediante la adopción de algún canon o
método, cualquiera que fuese;

b) Que entre los ejercicios interpretativos respectivos se


encuentre algún punto de toque, es decir, que exista al
menos un tramo de razonamiento en el que la
interpretación ejercida gire en torno a un mismo tipo de
problema jurídico: ya sea el sentido gramatical de una
norma, el alcance de un principio, la finalidad de una
determinada institución o cualquier otra cuestión jurídica en
general; y

1
Al respecto, véase la tesis: “CONTRADICCIÓN DE TESIS ENTRE TRIBUNALES COLEGIADOS
DE CIRCUITO. CONDICIONES PARA SU EXISTENCIA. Si se toma en cuenta que la finalidad
última de la contradicción de tesis es resolver los diferendos interpretativos que puedan surgir entre
dos o más tribunales colegiados de circuito, en aras de la seguridad jurídica, independientemente
de que las cuestiones fácticas sean exactamente iguales, puede afirmarse que para que una
contradicción de tesis exista es necesario que se cumplan las siguientes condiciones: 1) que los
tribunales contendientes hayan resuelto alguna cuestión litigiosa en la que tuvieron que ejercer el
arbitrio judicial a través de un ejercicio interpretativo mediante la adopción de algún canon o
método, cualquiera que fuese; 2) que entre los ejercicios interpretativos respectivos se encuentre al
menos un razonamiento en el que la diferente interpretación ejercida gire en torno a un mismo tipo
de problema jurídico, ya sea el sentido gramatical de una norma, el alcance de un principio, la
finalidad de una determinada institución o cualquier otra cuestión jurídica en general, y 3) que lo
anterior pueda dar lugar a la formulación de una pregunta genuina acerca de si la manera de
acometer la cuestión jurídica es preferente con relación a cualquier otra que, como la primera,
también sea legalmente posible” Tesis número 1ª./J. 22/2010, emitida por la Primera Sala,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXXI, marzo de 2010,
página 122.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

c) Que lo anterior pueda dar lugar a la


formulación de una pregunta genuina
acerca de si la forma de acometer la
cuestión jurídica es preferente con relación
a cualquier otra que, como la primera, también sea
legalmente posible.
Para demostrar la existencia, conviene, en primer lugar, tener
presentes los criterios denunciados como contradictorios.

Criterio del Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito


(amparo directo 210/2013). El asunto resuelto por este tribunal
derivó de una causa penal en la que se consideró que los quejosos
eran penalmente responsables de diversos delitos; entre ellos, el de
contrabando presunto, previsto y sancionado en el artículo 103,
fracción II, del Código Fiscal de la Federación. Los quejosos
consideraron, en sus conceptos de violación, que dicha norma
resultaba inconstitucional, por ser violatoria del principio de presunción
de inocencia, en tanto impone al inculpado la carga de demostrar la
licitud de su conducta, cuando ello corresponde al Ministerio Público.
Asimismo, consideraron que la jurisprudencia emitida por la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con relación a la
norma mencionada, resultaba violatoria de la Constitución Federal, del
Pacto de San José y del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.

Una de las tesis de jurisprudencia que los quejosos consideraron


inconvencional fue la identificada con el número 1a./J. 83/2005, de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo
contenido es el siguiente:

CONTRABANDO PRESUNTO DE VEHÍCULOS


EXTRANJEROS. SE PRESUME QUE FUERON
INTRODUCIDOS AL TERRITORIO NACIONAL POR
QUIEN LOS POSEA, LOS PORTE O SE OSTENTE
COMO SU PROPIETARIO FUERA DE LA ZONA DE

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

VIGILANCIA ADUANAL, SALVO PRUEBA EN


CONTRARIO (INTERPRETACIÓN DE LOS
ARTÍCULOS 102 Y 103, FRACCIÓN II, DEL
CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN). La
fracción II del artículo 103 del Código Fiscal de la
Federación prevé un tipo penal de los denominados
complementarios, pues su actualización requiere la
aplicación del tipo básico del cual depende, que en este
caso lo constituye el delito de contrabando establecido
en el diverso numeral 102 del referido código; de
manera que para determinar los elementos típicos del
delito de contrabando presunto es necesario estudiar
conjuntamente ambos preceptos, de los cuales se
desprende que se presume cometido el delito de
contrabando cuando: a) se introduzcan al país vehículos
de procedencia extranjera; b) dichos vehículos se
encuentren fuera de la zona de veinte kilómetros en
cualquier dirección, contados en línea recta a partir de
los límites extremos de la zona urbana de las
poblaciones fronterizas, y c) no cuente con el permiso de
la autoridad correspondiente. Ahora bien, aun cuando la
aludida fracción II del artículo 103 no establece como
elemento del tipo la posesión del vehículo extranjero y
prevé una situación posterior a su introducción (cuando
ya están dentro del territorio nacional), se entiende que
si éstos se encuentran fuera de la mencionada zona de
vigilancia aduanal, la sola objetividad de su hallazgo
ubica como responsable del ilícito a quien los posea, se
ostente como propietario o sea su portador, sin contar
con la documentación que acredite su legal introducción
o estancia en el país, pues se presume que fueron
introducidos por quien asuma la tenencia de tales
vehículos, salvo prueba en contrario. Por otra parte, si
bien es cierto que el artículo 103, fracción II, del Código
Fiscal de la Federación establece que la conducta
descrita presume la comisión del delito de contrabando,
también lo es que dicha presunción no es absoluta, ya
que dentro de la dinámica del procedimiento penal el
sujeto activo está en posibilidad de demostrar que la
introducción del vehículo extranjero no le es imputable o,
en su caso, que lo internó cumpliendo con todos los
requisitos que exige la Ley Aduanera, mediante la
exhibición de la documentación respectiva2.
2
Jurisprudencia 1a./J. 83/2005, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXII, julio de 2005, página 68. Contradicción de
tesis 158/2004-PS, entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer
Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito. 22 de junio de 2005. Mayoría de

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

El Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto


Circuito calificó como inoperantes los planteamientos de
inconstitucionalidad e inconvencionalidad esgrimidos por los quejosos,
bajo las siguientes consideraciones (se añade énfasis):

“A fin de resolver esos conceptos de violación es


necesario precisar que por disposición del artículo 192 de
la Ley de Amparo, la jurisprudencia emanada del Pleno o
de las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
es de observancia obligatoria para todas las
autoridades jurisdiccionales del país, incluidos los
integrantes del Poder Judicial de la Federación.

De tal manera, la existencia de jurisprudencia obligatoria


torna inoperantes las inconformidades que abordan
aspectos dilucidados en ella, por ser insoslayable y de
aplicación inexcusable; dado que al existir jurisprudencia
al respecto con su aplicación se da respuesta integral al
tema de fondo.

(…)

[L]as anteriores jurisprudencias son de observancia


obligatoria por disposición del artículo 192 de la Ley de
Amparo, al surgir de una de las Salas de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en consecuencia son
inoperantes los conceptos de violación en que el quejoso
sostiene que el artículo 103, fracción II, del Código Fiscal
de la Federación y la jurisprudencia 85/2005 de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación atentan contra el principio de presunción de
inocencia al arrojar al inculpado la carga de demostrar la
licitud de su conducta, esto es, probar su inocencia,
cuando corresponde al agente del Ministerio Público
demostrar la culpabilidad del acusado.
(…)

cuatro votos. Disidente: Sergio A. Valls Hernández. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario:
Jaime Flores Cruz.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Incluso, al margen de la posibilidad que los


jueces nacionales estén facultados para
ejercer el control de convencionalidad, ello
no les otorga potestad para decidir si una
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación transgrede o no una norma convencional.

Esto, ya que implicaría determinar la superación,


interrupción o modificación de un criterio obligatorio en
términos del artículo 192 de la Ley de Amparo, cuyo único
facultado para interrumpirla o modificarla es el órgano
que la creó, por disposición del numeral 194 de esa
codificación.

Con ello se desatendería la disposición contenida en el


artículo 94, párrafo octavo, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en cuanto determina la
obligatoriedad de la jurisprudencia de los tribunales del
Poder Judicial de la Federación, entre ellos la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en los términos de la ley
secundaria, en el caso la de Amparo.

Por tanto, a lo más que un órgano de grado inferior


estaría en posibilidad es declarar inconvencional un
precepto secundario del orden jurídico nacional, no una
jurisprudencia para él obligatoria.”

Criterio del Octavo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro


Auxiliar de la Tercera Región (amparo directo 122/2013). Este
asunto derivó de la causa penal **********, resuelta por el Juez
Segundo de Distrito en el Estado de Durango; y del toca de apelación
**********, resuelto por el Magistrado del Tribunal Unitario de Vigésimo
Quinto Circuito. En ambas resoluciones se determinó que el quejoso
era penalmente responsable de la comisión del delito de contrabando
presunto, previsto y sancionado por el artículo 103, fracción II, en
relación con el 104, fracción I, del Código Fiscal de la Federación.

En la demanda de amparo, el quejoso sostuvo esencialmente


que la norma impugnada resultaba violatoria del principio de

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

presunción de inocencia. Tales argumentos fueron


calificados como fundados por el Tribunal Colegiado,
bajo los siguientes razonamientos:

En primer lugar, el Octavo Tribunal Colegiado de Circuito del


Centro Auxiliar de la Tercera Región señaló que la sentencia
reclamada se dictó el treinta y uno de enero de dos mil trece, es decir,
con fecha posterior a la entrada en vigor de la reforma constitucional
del artículo 1°, mediante la cual se incorporaron dos modelos de
interpretación constitucional, la interpretación conforme y el principio
pro persona, así como la obligación de todas las autoridades, dentro
del ámbito de sus competencias de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos contenidos en tales instrumentos,
entre ellos la presunción de inocencia. Así los magistrados integrantes
del tribunal procedieron al análisis de la presunción de inocencia en la
Constitución Federal, en los siguientes términos (se añade énfasis):

“En esa medida, la figura de control difuso de la


convencionalidad que subyace del artículo constitucional
en atención, consiste en el deber de los jueces
nacionales, de realizar un examen de compatibilidad
entre los actos, normas y jurisprudencia nacionales,
frente a los instrumentos universales de protección de
derechos universales e, incluso, en el caso del Estado
mexicano, a la Convención Americana de Derechos
Humanos, sus protocolos adicionales, y la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que
interpreta ese corpus iuris interamericano.

(…)

En otras palabras, conforme al citado precepto


constitucional, todos los jueces nacionales, deben
examinar si el acto, norma e incluso, la jurisprudencia
como fuente formal del derecho derivada de la
confirmación, supletoriedad e interpretación de ella,
sometido a su conocimiento, respeta cabalmente los
derechos fundamentales reconocidos tanto en la

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Constitución, como en los instrumentos


internacionales universales y regionales
obligatorios para el Estado mexicano.

(…)

En ese contexto de consideraciones, es inconcuso que,


en el particular, la jurisprudencia 83/2005 de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
que aplicó el Magistrado responsable como sustento en la
sentencia reclamada, que confirmó la del Juez de Distrito,
analizada bajo los principios actuales y vigentes de
interpretación constitucional, previstos en los artículos 1°
y 133, resulta inconvencional.

Ello es de considerarse así, pues conforme los artículos


192 y 196, fracción II de la Ley de Amparo, este Tribunal
Colegiado se encuentra obligado a verificar la
aplicabilidad o inaplicabilidad al caso concreto, y precisar,
conforme a los lineamientos referidos en líneas que
anteceden, si el referido criterio se acoge al mismo; lo
que presupone el examen de su adecuación al asunto
que se resuelve; pues las tesis jurisprudenciales emitidas
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, son el
resultado de la interpretación de normas de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
así como de los tratados internacionales, leyes federales,
locales y disposiciones reglamentarias; y al mismo tiempo
constituyen normas de carácter positivo obligatorias para
los tribunales judiciales o jurisdiccionales.

(…)

Luego, de conformidad con el principio de supremacía


constitucional y de los tratados internacionales previsto
en los numerales 1° y 133 de la Constitución Federal, no
solo debe situarse tal presunción de inocencia por encima
de la diversa presunción iuris tantum que prevé la
jurisprudencia 83/2005 de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, sino que además, debe
considerarse que la sola presunción iuris tantum de que
el inculpado introdujo el vehículo, es insuficiente para
desvirtuar tal principio previsto a favor del sentenciado,
hoy quejoso.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

De manera que, el citado criterio jurisprudencial


en el que se interpretan normas de derecho
interno (numerales 102, 103, fracción II y 104
del Código Fiscal Federal), visto a la luz de la
Constitución vigente, resulta inaplicable para el quejoso,
********** y, consecuentemente, se considera
inconvencional por contravenir los derechos
fundamentales previstos en los artículos señalados.

Lo cual también resulta acorde con el principio pro


persona, pues solo a través de la inaplicación al caso
concreto de la jurisprudencia en mención, se logra la
protección más amplia en favor del revisionista, del
derecho fundamental en cuestión.”

Hasta aquí la reseña de los criterios denunciados como


contradictorios.

Visto lo anterior, este Tribunal Pleno determina que el primer


requisito de existencia de las contradicciones de tesis —relativo al
ejercicio de arbitrio judicial a través de un ejercicio interpretativo— se
cumple en este caso, ya que los tribunales colegiados contendientes
llevaron a cabo sendos argumentos interpretativos en los que
ejercieron su arbitrio judicial sobre los mismos elementos normativos.

En efecto, el Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito, al


resolver el amparo directo 210/2013, llevó a cabo una interpretación
del artículo 103, fracción II, del Código Fiscal de la Federación —que
prevé el delito de contrabando presunto—, bajo el principio de
presunción de inocencia contenido en el artículo 20, apartado B,
fracción I, constitucional, así como de la jurisprudencia 1a./J. 83/2005,
de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
analizada bajo el espectro normativo de los artículos 192 y 194 de la
Ley de Amparo abrogada.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Como resultado o producto de ese esfuerzo


interpretativo, el Tribunal Colegiado determinó que los
conceptos de violación del quejoso resultaban
inoperantes, porque el tema de constitucionalidad planteado estaba
ya resuelto, precisamente, en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 83/2005,
de la Primera Sala, y que la misma no podía someterse a un control de
inconvencionalidad.

Por su parte, el Octavo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro


Auxiliar de la Tercera Región, al resolver el amparo directo 122/2013,
analizó la constitucionalidad del mismo artículo (103, fracción II, del
Código Fiscal de la Federación), también bajo el principio de
presunción de inocencia (artículo 20, apartado B, fracción I,
constitucional); asimismo, analizó la jurisprudencia 1a./J. 83/2005,
junto con los artículos 192 y 194 de la Ley de Amparo abrogada.

Sin embargo, a diferencia del tribunal denunciante, el resultado


de este último ejercicio interpretativo fue que los conceptos de
violación resultaban fundados, ya que la norma impugnada resulta
violatoria del principio de presunción de inocencia, y que la
jurisprudencia 1a./J. 83/2005 de la Primera Sala, que reconoce la
validez constitucional de la norma mencionada, podría inaplicarse por
resultar inconvencional, en virtud del principio pro persona y el nuevo
paradigma de interpretación constitucional. Además, el Tribunal
sostuvo que, bajo este nuevo paradigma, los tribunales colegiados
podrían inaplicar cualquier otra jurisprudencia que resultase
inconvencional.

Por las razones anteriores, el primer requisito queda plenamente


acreditado.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Segundo requisito: punto de toque y diferendo


de criterios interpretativos. Este Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que
el segundo requisito también queda cumplido en el presente caso, ya
que los ejercicios interpretativos realizados por los tribunales
contendientes giraron en torno a una misma cuestión jurídica, pero con
un diferendo en cuanto al resultado de dicho ejercicio.

Como se ha visto, las conclusiones a las que arribaron los


tribunales contendientes, con relación a la posibilidad de ejercer el
control ex officio de la jurisprudencia, resultaron contradictorias, ya que
el Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito determinó que no
resultaba jurídicamente posible llevar a cabo dicho control, porque aun
cuando los jueces nacionales están facultados para ejercer el control
de convencionalidad, “…ello no les otorga potestad para decidir si
una jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
transgrede o no una norma convencional”; mientras que el Octavo
Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Tercera Región
consideró, categóricamente, que la jurisprudencia, al igual que las
normas y los actos, puede ser objeto del control difuso de
convencionalidad, ya que es deber de los jueces nacionales “realizar
un examen de compatibilidad entre los actos, normas y
jurisprudencia nacionales, frente a los instrumentos universales
de protección de derechos universales”.

De este modo, queda acreditado el segundo requisito, dado que


el diferendo en el resultado del ejercicio interpretativo es evidente.

Tercer requisito: surgimiento de la pregunta que detona la


procedencia de la contradicción. A partir de lo anterior, es posible
concluir que los puntos de vista de los tribunales contendientes, al

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

reflejar contradicción en sus consideraciones y


razonamientos, pueden dar lugar a la formulación de
una pregunta genuina acerca de si la forma de
acometer la cuestión jurídica es preferente con relación a cualquier
otra que, como la primera, también sea legalmente posible.

La pregunta es la siguiente:

¿La jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación puede ser objeto de control de
constitucionalidad y/o convencionalidad ex officio, a
cargo de los jueces nacionales, cuando se detecte
que resulta violatoria de algún derecho humano
contenido en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos o en los tratados internacionales
en los que el Estado Mexicano sea parte?

Satisfechos los tres requisitos mencionados, este Tribunal Pleno


determina que la presente contradicción de tesis existe y debe ser
resuelta a fin de unificar el criterio.

CUARTO. Cuestiones preliminares. Antes de fijar el criterio


que debe prevalecer, este Tribunal Pleno considera indispensable
hacer las siguientes precisiones:

Por un lado, no es óbice para la existencia de la contradicción de


tesis, el hecho de que los artículos 192 y 194 de la Ley de Amparo
abrogada, que fueron interpretados en las dos ejecutorias analizadas,
no se encuentren vigentes, debido a que es factible que puedan
encontrarse pendientes algunos asuntos que requieran su aplicación,
y que por lo tanto, deban resolverse con base en la tesis que se
establezca en el presente asunto. Sirve de apoyo la tesis siguiente:

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

CONTRADICCIÓN DE TESIS. DEBE


RESOLVERSE AUN CUANDO LOS
CRITERIOS QUE CONSTITUYEN SU
MATERIA DERIVEN DE PRECEPTOS
LEGALES DEROGADOS. Es procedente resolver la
denuncia de contradicción de tesis propuesta respecto de
tesis en pugna referidas a preceptos legales derogados,
pues aun cuando el sentido único de la resolución que se
dicte sea fijar el criterio que debe prevalecer, sin afectar
las situaciones jurídicas concretas derivadas de los
asuntos en los que se hubieren dictado las sentencias
que sustentaron las tesis opuestas, conforme a lo
dispuesto en el segundo párrafo del artículo 197-A de la
Ley de Amparo, la definición del criterio jurisprudencial es
indispensable, ya que es factible que aunque se trate de
normas derogadas, puedan encontrarse pendientes
algunos asuntos que, regulados por ellas, deban
resolverse conforme a la tesis que llegue a establecerse
con motivo de la contradicción3.

Además, aun cuando las normas interpretadas no están


vigentes, el tema de la inaplicación o no de la jurisprudencia por medio
del control ex officio de constitucionalidad y/o convencionalidad, es
perfectamente trasladable a la nueva legislación de amparo, vigente a
partir del dos de abril de dos mil trece, puesto que el contenido
esencial de los artículos 192 y 194 de la ley abrogada ha quedado
reflejado en los preceptos 217 y 228 de la nueva ley, como se muestra
a continuación:

Ley abrogada Ley vigente


Artículo 192. La jurisprudencia que Artículo 217. La jurisprudencia que
establezca la Suprema Corte de establezca la Suprema Corte de
Justicia, funcionando en Pleno o en Justicia de la Nación, funcionando en
Salas, es obligatoria para éstas en pleno o en salas, es obligatoria para
tratándose de la que decrete el Pleno, éstas tratándose de la que decrete el
y además para los Tribunales pleno, y además para los Plenos de
Unitarios y Colegiados de Circuito, los Circuito, los tribunales colegiados y
juzgados de Distrito, los tribunales unitarios de circuito, los juzgados de
militares y judiciales del orden común distrito, tribunales militares y judiciales
de los Estados y del Distrito Federal, y del orden común de los estados y del
3
Jurisprudencia número 1a./J. 64/2003, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XVIII, diciembre de 2003, página 23.

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

tribunales administrativos y del Distrito Federal, y tribunales


trabajo, locales o federales. administrativos y del trabajo, locales
(…)

Artículo 194. La jurisprudencia se Artículo 228. La jurisprudencia se


interrumpe dejando de tener carácter interrumpe y deja de tener carácter
obligatorio, siempre que se pronuncie obligatorio cuando se pronuncie
ejecutoria en contrario por ocho sentencia en contrario. En estos casos,
ministros, si se trata de la sustentada en la ejecutoria respectiva deberán
por el pleno; por cuatro, si es de una expresarse las razones en que se
sala, y por unanimidad de votos apoye la interrupción, las que se
tratándose de la de un Tribunal referirán a las consideraciones que se
Colegiado de Circuito. tuvieron para establecer la
(…) jurisprudencia relativa.

Finalmente, no pasa inadvertido que ninguno de los tribunales


contendientes sustentaron su criterio mediante una tesis aislada o una
jurisprudencia; sin embargo, ello no es óbice para que proceda la
presente contradicción, de conformidad con la siguiente tesis de
jurisprudencia del Tribunal Pleno:

CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA


LA DENUNCIA BASTA QUE EN LAS SENTENCIAS
SE SUSTENTEN CRITERIOS DISCREPANTES. Los
artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Federal,
197 y 197-A de la Ley de Amparo establecen el
procedimiento para dirimir las contradicciones de tesis
que sustenten los Tribunales Colegiados de Circuito o
las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El vocablo "tesis" que se emplea en dichos dispositivos
debe entenderse en un sentido amplio, o sea, como la
expresión de un criterio que se sustenta en relación con
un tema determinado por los órganos jurisdiccionales en
su quehacer legal de resolver los asuntos que se
someten a su consideración, sin que sea necesario que
esté expuesta de manera formal, mediante una
redacción especial, en la que se distinga un rubro, un
texto, los datos de identificación del asunto en donde se
sostuvo y, menos aún, que constituya jurisprudencia

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

obligatoria en los términos previstos por los


artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo,
porque ni la Ley Fundamental ni la ordinaria
establecen esos requisitos. Por tanto, para
denunciar una contradicción de tesis, basta con que se
hayan sustentado criterios discrepantes sobre la misma
cuestión por Salas de la Suprema Corte o Tribunales
Colegiados de Circuito, en resoluciones dictadas en
asuntos de su competencia4.

QUINTO. Determinación del criterio que debe prevalecer. Debe


prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, conforme a lo que se expone
enseguida.

A fin de estructurar la presente línea de argumentación, en


primer lugar se expondrá un panorama general sobre el estado actual
de lo que se ha venido llamando el nuevo paradigma de la
interpretación constitucional, que tiene como eje central la protección,
defensa y garantía de los derechos humanos, a la luz de la
interpretación que realizó el Pleno de este Alto Tribunal en el
Expediente Varios 912/2010, así como en la Contradicción de Tesis
293/2011. (apartado I) Una vez hecho lo anterior, se analizara si es
factible ejercer el control ex officio de constitucionalidad y/o
convencionalidad, respecto de la jurisprudencia nacional (apartado II).

I. EL NUEVO MODELO
DE CONTROL CONSTITUCIONAL

De acuerdo a los diversos precedentes establecidos por la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, el control de convencionalidad
debe realizarse entre las normas jurídicas internas que aplican en los
casos concretos y los tratados internacionales sobre Derechos
4
Tesis número P./J. 27/2001, de la Novena Época, emitida por el Tribunal Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable en la página 77 del tomo XIII, correspondiente al mes
de abril de 2001 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

17
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Humanos, en esta tarea los jueces deben tener en


cuenta no solamente los tratados internacionales, sino
la interpretación que de los mismos realicen los
órganos internacionales competentes. 5

Así el control de inconvencionalidad ex officio consiste en el


deber de los jueces nacionales, de realizar un examen de
compatibilidad entre los actos y normas nacionales y los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos y la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos que interpreta el corpus
iuris interamericano, lo que implica reconocer la fuerza normativa de
tipo convencional, que se extiende a los criterios jurisprudenciales
emitidos por el órgano que los interpreta.6

De conformidad con el contenido de los artículos 1° y 133


constitucionales, y con la interpretación que el Tribunal Pleno hizo en
el Expediente Varios 912/2010, de la sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso 12.511 Rosendo
Radilla Pacheco, contra los Estados Unidos Mexicanos, estamos ante
un nuevo diseño de nuestro sistema de control constitucional, en el
que se ha ampliado el catálogo de los derechos humanos para
conformar un nuevo universo formado por los reconocidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos más los
reconocidos por los tratados internacionales en los cuales el Estado
Mexicano sea parte.

Así, el Tribunal Pleno estableció que el artículo 1o. de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos —reformado
mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de
5
Cfr. Almonacid Arellano vs Chile, Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de septiembre de 2006, Serie C, No. 154, párr.. 124
6
Ferrer Mac Gregor Eduardo. Interpretación Conforme y Control Difuso de Convencionalidad.
Págs. 370-371

18
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

diez de junio de dos mil once— obliga a todas las


autoridades del país, dentro del ámbito de sus
competencias, a velar no sólo por los derechos
humanos contenidos en la Constitución Federal, sino también por
aquellos contenidos en los instrumentos internacionales
celebrados por el Estado Mexicano, adoptando la interpretación más
favorable al derecho humano de que se trate, siempre que no exista
restricción expresa en la Constitución, lo que se conoce en la doctrina
como principio pro persona. Estos mandatos —dijo el Tribunal Pleno—
deben interpretarse junto con lo establecido en el artículo 133
constitucional; así, se obtiene que los jueces están obligados a
preferir los derechos humanos contenidos en la Constitución y en
los tratados internacionales, aun a pesar de las disposiciones en
contrario que se encuentren en cualquier norma inferior. En estos
casos —precisó— los jueces están obligados a dejar de aplicar las
normas inferiores dando preferencia a las contenidas en la
Constitución y en los tratados en la materia. Lo anterior quedó
manifestado en la siguiente tesis aislada:

“CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN


UN MODELO DE CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD. De conformidad con lo previsto
en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, todas las autoridades del país, dentro
del ámbito de sus competencias, se encuentran obligadas
a velar no sólo por los derechos humanos contenidos en
la Constitución Federal, sino también por aquellos
contenidos en los instrumentos internacionales
celebrados por el Estado Mexicano, adoptando la
interpretación más favorable al derecho humano de que
se trate, lo que se conoce en la doctrina como principio
pro persona. Estos mandatos contenidos en el artículo
1o. constitucional, reformado mediante Decreto publicado
en el Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de
2011, deben interpretarse junto con lo establecido por el
diverso 133 para determinar el marco dentro del que debe
realizarse el control de convencionalidad ex officio en

19
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

materia de derechos humanos a cargo del


Poder Judicial, el que deberá adecuarse al
modelo de control de constitucionalidad
existente en nuestro país. Es en la función
jurisdiccional, como está indicado en la última parte del
artículo 133 en relación con el artículo 1o.
constitucionales, en donde los jueces están obligados a
preferir los derechos humanos contenidos en la
Constitución y en los tratados internacionales, aun a
pesar de las disposiciones en contrario que se
encuentren en cualquier norma inferior. Si bien los jueces
no pueden hacer una declaración general sobre la
invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que
consideren contrarias a los derechos humanos
contenidos en la Constitución y en los tratados (como sí
sucede en las vías de control directas establecidas
expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la
Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las
normas inferiores dando preferencia a las contenidas en
la Constitución y en los tratados en la materia”7.

Así las cosas, queda claro que los jueces (y todas las
autoridades en general dentro del ámbito de sus competencias) tienen
que cumplir con dos tipos de obligaciones concretas: 1) velar por los
derechos humanos contenidos en la Constitución Federal y en los
instrumentos internacionales celebrados por el Estado Mexicano,
adoptando la interpretación más favorable, siempre que no exista
restricción expresa en la Constitución (principio pro persona); y 2)
Preferir los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los
tratados internacionales, aun a pesar de las disposiciones en
contrario que se encuentren en cualquier norma inferior, pudiendo
en estos casos dejar de aplicar las normas inferiores dando
preferencia a las contenidas en la Constitución y en los tratados en la
materia.
7
Tesis aislada P. LXVII/2011(9a.), emitida por el Tribunal Pleno, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, diciembre de 2011, tomo 1, página
535. Varios 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete votos; votaron en contra: Sergio
Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar
Morales con salvedades. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del
engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas
Zamudio.

20
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Para cumplir con la primera obligación, los


jueces deberán adoptar la interpretación más
favorable de acuerdo con el principio pro persona, respecto del cual se
determinaron las siguientes condiciones de aplicación:

“PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE


CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX
OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La
posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del
país, en ningún momento supone la eliminación o el
desconocimiento de la presunción de constitucionalidad
de ellas, sino que, precisamente, parte de esta
presunción al permitir hacer el contraste previo a su
aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al
ejercer un control de convencionalidad ex officio en
materia de derechos humanos, deberá realizar los
siguientes pasos: a) Interpretación conforme en sentido
amplio, lo que significa que los jueces del país -al igual
que todas las demás autoridades del Estado Mexicano-,
deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a
los derechos humanos reconocidos en la Constitución y
en los tratados internacionales en los cuales el Estado
Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las
personas con la protección más amplia; b) Interpretación
conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando
hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los
jueces deben, partiendo de la presunción de
constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace
a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales en los que
el Estado Mexicano sea parte, para evitar incidir o
vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c)
Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores
no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la
lógica de los principios de división de poderes y de
federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al
ser el último recurso para asegurar la primacía y
aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos
en la Constitución y en los tratados internacionales de los
cuales el Estado Mexicano es parte”.

21
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Como puede verse, el Pleno determinó que los


jueces, antes de aplicar una norma jurídica, deben
realizar un control ex officio que pasa por tres
momentos claramente diferenciados:

a) Una interpretación en sentido amplio, del orden jurídico a la luz y


conforme a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y
en los tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano
sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas con la
protección más amplia.

b) Una interpretación conforme en sentido estricto, que tendrá


lugar cuando haya varias interpretaciones jurídicamente válidas; la
misma deberá llevarse a cabo partiendo de la presunción de
constitucionalidad de las leyes, y prefiriendo la interpretación que
haga la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado
Mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido
esencial de estos derechos; y

c) Inaplicación de la ley, cuando las alternativas anteriores no sean


posibles.

El criterio anterior fue delimitado por el Tribunal Pleno, al resolver


por mayoría de votos la contradicción de tesis 293/2011, el tres de
septiembre de dos mil trece, determinando que los derechos humanos
contenidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales, de los
cuales el Estado Mexicano sea parte, constituyen el parámetro de
regularidad constitucional, conforme al cual debe analizarse la validez
de las normas y actos de autoridad que forman parte del ordenamiento
jurídico mexicano, entendiendo que cuando en la Constitución

22
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

haya una restricción expresa al ejercicio de los


derechos humanos, se deberá estar a lo que indica
la norma constitucional.

Lo anterior al considerar que el principio de supremacía


comporta el encumbramiento de la Constitución como norma
fundamental del orden jurídico mexicano, lo que a su vez implica que
el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la misma, tanto
en un sentido formal como material, circunstancia que no ha
cambiado; lo que sí ha evolucionado a raíz de las reformas
constitucionales en comento es la configuración del conjunto de
normas jurídicas respecto de las cuales puede predicarse dicha
supremacía en el orden jurídico mexicano; y que esta transformación
se explica por la ampliación del catálogo de derechos humanos
previsto dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, el cual evidentemente puede calificarse como parte del
conjunto normativo que goza de esta supremacía constitucional. En
ese sentido es que se determinó que los derechos humanos, en su
conjunto, constituyen el parámetro de regularidad constitucional,
conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que
forman parte del orden jurídico mexicano.

Además se señaló que la Jurisprudencia emitida por la Corte


Interamericana de Derechos Humanos es vinculante para los jueces
mexicanos, siempre que sea más favorable a las personas,
determinando que en cumplimiento del mandato consagrado en el
artículo 1º constitucional, los operadores jurídicos deben atender lo
siguiente: (i) cuando el criterio se haya emitido en un caso en el que el
Estado mexicano no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al
caso específico debe determinarse con base en la verificación de la
existencia de las mismas razones que motivaron el pronunciamiento;

23
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

(ii) en todos los casos en que sea posible, debe


armonizarse la jurisprudencia interamericana con la
nacional; y, (iii) de ser imposible la armonización, debe
aplicarse el criterio que resulte más favorecedor para la protección de
los derechos humanos.

II. POSIBILIDAD DE CONTROL DE


CONSTITUCIONALIDAD Y/O CONVENCIONALIDAD, RESPECTO
DE LA JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN.

Una vez determinado lo anterior, conviene advertir que aun al


margen de la posibilidad de que los jueces nacionales estén facultados
para ejercer el control de convencionalidad, ello no les otorga potestad
para decidir si una jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación transgrede o no una norma convencional.

De manera previa conviene advertir que existen tres tipos de


jurisprudencia o de criterios jurisprudenciales que se pueden emitir: a)
El primero, que es el que simplemente se refiere a la integración o
interpretación de cualquier disposición secundaria. (jurisprudencia de
legalidad); b) El segundo, que es el que interpreta de manera directa
un artículo de la Constitución o un artículo de un tratado internacional
(jurisprudencia constitucional o convencional); y, c) El tercero, que es
el que interpreta la constitucionalidad o la convencionalidad de una ley
de carácter general (jurisprudencia sobre constitucionalidad o
convencionalidad de normas de carácter general).

Para poder explicar la obligatoriedad que cobra en nuestro


sistema jurídico mexicano la jurisprudencia de legalidad, a que se hizo
referencia en el inciso a) anterior, en primer lugar conviene explicar
que se debe distinguir entre la inaplicación de una disposición

24
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

secundaria por determinar su inconvencionalidad o


inconstitucionalidad o el hecho de que el Tribunal
Colegiado determine que la misma no es aplicable al
caso en concreto.

En efecto, de acuerdo a lo que se expondrá en párrafos


posteriores, los Tribunales Colegiados no están autorizados por
ninguna disposición legal para inaplicar la jurisprudencia emitida por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que interprete el precepto
legal que se esté analizando en un caso en concreto; pero en su caso
sí podrán decidir que la jurisprudencia de este Alto Tribunal no es
aplicable, si el Tribunal Colegiado resuelve una pregunta distinta, que
no tiene que ver con la interpretación legal que se brindó en esta
Máxima Instancia Constitucional, sino que tiene que ver con la
constitucionalidad o convencionalidad de ese precepto.

Ahora bien, por lo que hace a la jurisprudencia que interpreta un


artículo constitucional o convencional, referida en el inciso b) anterior,
o a la jurisprudencia sobre constitucionalidad o convencionalidad de
normas de carácter general, inciso c), en primer lugar se debe definir
que hay un supuesto en el cual los tribunales colegiados pueden
considerar que la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación no es aplicable a la cuestión específica que están resolviendo;
es decir, al considerar que no resuelve el problema que se sometió a
su consideración.

Esto es cuando no obstante referirse a un problema de


constitucionalidad, el análisis que haga el Tribunal Colegiado tenga
que ver con un derecho humano distinto que el que está referido en la
jurisprudencia propiamente dicho; en esos casos se deberá hacer un

25
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

análisis para que ese nuevo estudio del derecho


humano planteado, no afecte lo ya definido por este
Alto Tribunal.

Una vez enfatizado lo anterior, conviene explicar por qué los


órganos jurisdiccionales obligados a cumplir con la jurisprudencia
emitida por este Máximo Tribunal, carecen de atribuciones para
reinterpretar su contenido.

En efecto, uno de los derechos fundamentales es precisamente


la seguridad jurídica que tutelan los artículos 14 y 16 constitucionales,
la cual se haría nugatoria si la obligatoriedad de la jurisprudencia
dependiera de lo que en cada caso determinaran los órganos
jurisdiccionales que por disposición legal tienen el deber de acatarla,
precisamente para que prevalezca el criterio del órgano límite o del
órgano terminal.

Lo anterior es así, ya que la jurisprudencia es de observancia


obligatoria para todas las autoridades jurisdiccionales del país,
incluidos los integrantes del Poder Judicial de la Federación, por
disposición expresa del artículo 192 de la abrogada Ley de Amparo y
217 de la Normatividad vigente, máxime la emitida por este Alto
Tribunal, que obliga a todas las autoridades jurisdiccionales del país
sin distingo alguno, obligatoriedad que se extiende a la misma
Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En efecto, los artículos 192 y 217 de referencia, expresamente


consagran lo siguiente.

ARTÍCULO 192.- La jurisprudencia que establezca la


Suprema Corte de Justicia, funcionando en Pleno o en
Salas, es obligatoria para éstas en tratándose de la que

26
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

decrete el Pleno, y además para los Tribunales


Unitarios y Colegiados de Circuito, los juzgados
de Distrito, los tribunales militares y judiciales
del orden común de los Estados y del Distrito
Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales o
federales.

Las resoluciones constituirán jurisprudencia, siempre que


lo resuelto en ellas se sustenten en cinco sentencias
ejecutorias ininterrumpidas por otra en contrario, que
hayan sido aprobadas por lo menos por ocho ministros si
se tratara de jurisprudencia del pleno, o por cuatro
ministros, en los casos de jurisprudencia de las salas.
También constituyen jurisprudencia las resoluciones que
diluciden las contradicciones de tesis de Salas y de
Tribunales Colegiados.

ARTÍCULO 217.- La jurisprudencia que establezca la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en
pleno o en salas, es obligatoria para éstas tratándose de la
que decrete el pleno, y además para los Plenos de
Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito,
los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del
orden común de los Estados y del Distrito Federal, y
tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales.

La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito


es obligatoria para los tribunales colegiados y unitarios de
circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y
judiciales del orden común de las entidades federativas y
tribunales administrativos y del trabajo, locales o federales
que se ubiquen dentro del circuito correspondiente.

La jurisprudencia que establezcan los tribunales


colegiados de circuito es obligatoria para los órganos
mencionados en el párrafo anterior, con excepción de los
Plenos de Circuito y de los demás tribunales colegiados de
circuito.

La jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo


en perjuicio de persona alguna.

27
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

De la transcripción anterior se puede evidenciar


que ambos preceptos son coincidentes en cuanto
disponen que la jurisprudencia que establezca la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en Pleno, es
obligatoria para las Salas y además para los Plenos de Circuito, los
tribunales colegiados y unitarios de circuito, los juzgados de distrito,
tribunales militares y judiciales del orden común de los Estados y del
Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo, locales y
federales; y que a su vez la jurisprudencia que emitan las Salas de
este Alto Tribunal cobra obligatoriedad para el resto de las autoridades
jurisdiccionales señaladas.

La jurisprudencia que establezcan los Plenos de Circuito es


obligatoria para cada uno de los Tribunales Colegiados de Circuito, los
Tribunales Unitarios, los Juzgados de Distrito, Tribunales Militares y
Judiciales del orden común de las Entidades Federativas y de los
Tribunales Administrativos y del Trabajo, locales o federales, que se
ubiquen dentro del circuito correspondiente.8

En cuanto a la jurisprudencia que establezcan los Tribunales


Colegiados de Circuito es obligatoria para los órganos mencionados
en el párrafo anterior, con excepción de los Plenos de Circuito y de los
demás Tribunales Colegiados de Circuito.

De lo anterior, podemos concluir que las interpretaciones y


consideraciones jurídicas que hacen los órganos judiciales
establecidos expresamente por la ley, genera obligatoriedad a todas
las autoridades jurisdiccionales inferiores, en el sentido de que estos
tienen que acatar dichas interpretaciones y consideraciones para

8
Adicionado mediante la reforma a la Ley de Amparo, vigente a partir del 3 de abril de 2013.

28
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

dilucidar un punto de derecho que se suscite en un


caso concreto semejante a aquél que originó la
formación de la jurisprudencia.

Es decir, la jurisprudencia obligatoria es, en relación con los


órganos a los que obliga, de naturaleza similar a las normas jurídicas,
es decir, de observancia general; cuando una decisión jurisdiccional es
declarada formalmente obligatoria para las decisiones futuras,
desempeña exactamente el mismo papel que la ley. Cabe aclarar que
la obligatoriedad de la jurisprudencia no implica la derogación de una
ley por poder diverso del legislativo.9

Si bien es cierto que no existe en la Constitución Federal un


precepto específico que determine en forma clara la obligatoriedad
que tienen las autoridades jurisdiccionales del país, incluidos los
integrantes del Poder Judicial de la Federación, de acatar la
jurisprudencia emitida por esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, de una interpretación del párrafo décimo del artículo 94 de
nuestra Carta Magna, podemos inferir ésa obligación:

“Artículo 94. Se deposita el ejercicio del Poder Judicial


de la Federación en una Suprema Corte de Justicia, en
un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y
Unitarios de Circuito y en Juzgados de Distrito.

La administración, vigilancia y disciplina del Poder


Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, estarán a cargo del
Consejo de la Judicatura Federal en los términos que,
conforme a las bases que señala esta Constitución,
establezcan las leyes.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación se compondrá
de once Ministros y funcionará en Pleno o en Salas.

9
Revista "Praxis de la Justicia Fiscal y Administrativa" Núm. 3, Año 2010.

29
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

En los términos que la ley disponga las


sesiones del Pleno y de las Salas serán
públicas, y por excepción secretas en los casos
en que así lo exijan la moral o el interés
público.

La competencia de la Suprema Corte, su funcionamiento


en Pleno y Salas, la competencia de los Tribunales de
Circuito, de los Juzgados de Distrito y del Tribunal
Electoral, así como las responsabilidades en que incurran
los servidores públicos del Poder Judicial de la
Federación, se regirán por lo que dispongan las leyes, de
conformidad con las bases que esta Constitución
establece.

El Consejo de la Judicatura Federal determinará el


número, división en circuitos, competencia territorial y
especialización por materias, entre las que se incluirá la
de radiodifusión, telecomunicaciones y competencia
económica, de los Tribunales Colegiados y Unitarios de
Circuito y de los Juzgados de Distrito.

Asimismo, mediante acuerdos generales establecerá


Plenos de Circuito, atendiendo al número y
especialización de los Tribunales Colegiados que
pertenezcan a cada Circuito. Las leyes determinarán su
integración y funcionamiento.
El Pleno de la Suprema Corte de Justicia estará facultado
para expedir acuerdos generales, a fin de lograr una
adecuada distribución entre las Salas de los asuntos que
competa conocer a la Corte, así como remitir a los
Tribunales Colegiados de Circuito, para mayor prontitud
en el despacho de los asuntos, aquéllos en los que
hubiera establecido jurisprudencia o los que, conforme a
los referidos acuerdos, la propia Corte determine para
una mejor impartición de justicia. Dichos acuerdos
surtirán efectos después de publicados.

Los juicios de amparo, las controversias constitucionales


y las acciones de inconstitucionalidad se substanciarán y
resolverán de manera prioritaria cuando alguna de las
Cámaras del Congreso, a través de su presidente, o el
Ejecutivo Federal, por conducto del consejero jurídico del
gobierno, justifique la urgencia atendiendo al interés
social o al orden público, en los términos de lo dispuesto
por las leyes reglamentarias.

30
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

La ley fijará los términos en que sea


obligatoria la jurisprudencia que
establezcan los Tribunales del Poder
Judicial de la Federación y los Plenos de Circuito
sobre la interpretación de la Constitución y normas
generales, así como los requisitos para su
interrupción y sustitución.

La remuneración que perciban por sus servicios los


Ministros de la Suprema Corte, los Magistrados de
Circuito, los Jueces de Distrito y los Consejeros de la
Judicatura Federal, así como los Magistrados Electorales,
no podrá ser disminuida durante su encargo.

Ninguna persona que haya sido ministro podrá ser


nombrada para un nuevo periodo, salvo que hubiera
ejercido el cargo con el carácter de provisional o interino.”

La esfera de la obligatoriedad de la jurisprudencia a que se


refiere el artículo 94 constitucional transcrito, precisa que únicamente
la podrán dictar la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Pleno y
Salas), los Plenos de Circuito y los Tribunales Colegiados de Circuito,
y quedan fuera del círculo el resto de las autoridades; de manera que,
la jurisprudencia por ellos emitida es de carácter inobjetable para
todos los tribunales de la república, sujetos a su jerarquía o cuyos
actos pueden ser sometidos a sus respectivas jurisdicciones.

En efecto de la disposición reproducida se advierte la


obligatoriedad de la jurisprudencia de los tribunales del Poder Judicial
de la Federación, entre ellos, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en los términos de la ley secundaria, la Ley de Amparo; por
esa razón si bien un órgano de grado inferior estaría en posibilidad de
declarar inconvencional un precepto secundario del orden jurídico
nacional, no es posible admitir que ello también corresponda respecto
de una jurisprudencia para él obligatoria, sobre todo porque si bien, la
porción normativa del numeral constitucional citado no contiene una

31
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

restricción expresa al ejercicio de un derecho humano


reconocido y cualquiera que sea su fuente, sí
contempla una referencia expresa de que la
jurisprudencia, en este caso de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, de conformidad con la Ley de Amparo señalada, es
obligatoria, tal como se indica.

Dicha obligación se puede advertir también del párrafo octavo


del mismo artículo 94 constitucional:

“El Pleno de la Suprema Corte de Justicia estará


facultado para expedir acuerdos generales, a fin de lograr
una adecuada distribución entre las Salas de los asuntos
que competa conocer a la Corte, así como remitir a los
Tribunales Colegiados de Circuito, para mayor prontitud
en el despacho de los asuntos, aquéllos en los que
hubiera establecido jurisprudencia o los que, conforme a
los referidos acuerdos, la propia Corte determine para
una mejor impartición de justicia. Dichos acuerdos
surtirán efectos después de publicados.”

En conclusión, es posible establecer que la existencia de


jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación torna
inoperantes las inconformidades que abordan aspectos dilucidados en
ella, por ser insoslayable y de aplicación inexcusable tal como resolvió
el órgano jurisdiccional denunciante de la contradicción de tesis en
estudio; dado que al existir jurisprudencia al respecto, con su
aplicación se da respuesta integral al tema de fondo.

Así, la obligación plasmada en el artículo constitucional citado,


concordante con la referencia expresa al actual artículo 217 de la Ley
de Amparo, en atención a los derechos humanos de seguridad y
certeza jurídica, y a los principios que rigen el juicio de amparo, obliga
a todas las autoridades jurisdiccionales a aplicar la jurisprudencia

32
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación


funcionando en Pleno o en Salas; sin que ello pugne
con las facultades de los jueces de Distrito para
declarar la inconstitucionalidad de una norma o su incompatibilidad
con derechos humanos reconocidos en tratados internacionales de la
materia suscritos por el Estado Mexicano en un caso en concreto.

Lo anterior, porque a través de la aplicación, en específico, del


artículo 217 de la Ley de Amparo, de ninguna manera se limitan las
facultades de los Jueces de Distrito, sino que se regula el medio
directo de control constitucional de amparo, protegiendo de esta forma
la seguridad jurídica y, evitando en la medida de lo posible, criterios
contradictorios.

En esos términos, resulta clara la obligatoriedad de la


jurisprudencia emitida por este Alto Tribunal para las autoridades
jurisdiccionales del país, incluyendo a las del Poder Judicial de la
Federación, en específico para los Tribunales Colegiados de Circuito,
por lo que no existiría ninguna razón lógica, para que los mismos
determinen inaplicar la misma, so pretexto de control de
convencionalidad; porque si bien es cierto que están obligados a
inaplicar los preceptos normativos que vulneren derechos
fundamentales contemplados en la Constitución Federal o en los
Tratados Internacionales ratificados por México, lo anterior no implica
que se pueda pasar por alto la obligación constitucional y legal que
tienen como autoridad de aplicar la jurisprudencia emitida por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre todo porque admitir que
un órgano de menor jerarquía pueda revisar un criterio obligatorio que
se dio como resultado de un ejercicio hermenéutico del contenido de
una norma que, en el caso concreto, atendía un derecho humano
previsto constitucional y convencionalmente relacionado con la

33
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

presunción de inocencia que se decía conculcada por


la disposición normativa que prevé el delito de
contrabando presunto, determinando que no lo
vulneraba, sería tanto como permitir distorsionar la certeza y la
seguridad jurídica que genera la definición del tema vía jurisprudencia
del ente dotado de facultades constitucionales para establecer la
última palabra.

El criterio anterior se debe hacer extensivo a la jurisprudencia


que emitan tanto los Plenos de Circuito, así como los Tribunales
Colegiado de Circuito, ya que en términos del párrafo décimo, del
artículo 94 constitucional y el artículo 217 de la Ley de Amparo,
transcrito con anterioridad, la misma también es obligatoria en el
primero de los casos para los tribunales colegiados y unitarios de
circuito, los juzgados de distrito, tribunales militares y judiciales del
orden común de las entidades federativas y tribunales administrativos
y del trabajo, locales o federales que se ubiquen dentro del circuito
correspondiente; y en el segundo de los casos para los mismos
órganos, con excepción de los Plenos de Circuito y de los demás
tribunales colegiados de circuito.

Conforme a lo anterior es claro, que resultaría inaceptable que


uno de esos órganos jurisdiccionales, en lugar de preservar la unidad
de interpretación de las normas que conforman el orden jurídico
nacional, mediante la observancia de la jurisprudencia, desconozcan
su contenido, mediante su inaplicación.

Lo anterior, no implicaría que se desatienda el compromiso


adquirido por nuestro país de ejercer un control de convencionalidad,
bajo el principio pro homine, porque en el caso de que los Tribunales
Colegiados, adviertan que una jurisprudencia de este Supremo

34
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Tribunal pudiera resultar inconvencional, existen


medios y procedimientos contemplados en la propia
legislación, para expresar sus cuestionamientos al
respecto, como son el procedimiento de sustitución de jurisprudencia
contemplado en el propio párrafo décimo del artículo 94 constitucional,
o las solicitudes de ejercicio de la facultad de atracción –contenidas
en el artículo 107, fracciones V último párrafo; y, VIII, inciso b),
segundo párrafo, de la Constitución Federal, que permitirían que sea
este mismo Tribunal el que determine si la jurisprudencia por él emitida
no resulta apegada al marco de derechos fundamentales surgido a
partir de la reforma de dos mil once al artículo 1º constitucional.

En ese sentido, si se determinara en forma contraria a la tesis


propuesta, se desconocería y quedaría por tanto anulada la figura de
la delegación de asuntos de competencia originaria del Pleno de la
Suprema Corte a las Sala y a los Tribunales Colegiados, cuando sobre
tales asuntos exista jurisprudencia al respecto, de acuerdo con la
fracción III del punto segundo del Acuerdo General 5/2013, emitido por
el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el trece de
mayo de dos mil trece, pues la razón de esa figura está fundada en la
certeza que da el sistema de obligatoriedad de la jurisprudencia, en el
sentido de que los tribunales colegiados resolverán los casos
concretos observando irrestrictamente la jurisprudencia.

Aunado a lo anterior, conviene resaltar que si se permitiera hacer


un control de convencionalidad sobre una jurisprudencia, en el
ejercicio correspondiente subyace la inobservancia del artículo 217 de
la actual Ley de Amparo y que, desde luego, no ha sido analizado ni
declarado inconstitucional o inconvencional en los criterios
contendientes; y, por tanto, una interpretación de esa naturaleza no
puede realizarse sino es desvirtuado prácticamente, anulando así el

35
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

sistema de creación jurisprudencial establecido en


dicho ordenamiento legal, de tal manera que se
incurriría en una contradicción normativa que no se
actualiza con el control de convencionalidad, que se hace sobre
preceptos legales reglamentarios, pero no sobre la interpretación de la
norma sin que se toque la obligatoriedad legal que está en la norma de
la propia Ley de Amparo.

Además, se reitera que mediante la solicitud de ejercicio de la


facultad de atracción, sería posible que la Suprema Corte conociera de
la posible inconstitucionalidad o inconvencionalidad de su
jurisprudencia, por lo cual, en dicho sentido, también resultaría
inconducente e innecesaria su inaplicación por órganos de menor
grado.

En resumen, el análisis efectuado no implica que puedan existir


criterios que, atendiendo al nuevo orden constitucional en materia de
derechos humanos, sean contrarios al amplio catálogo de derechos
reconocidos e integrados al marco de regulación constitucional a partir
de la reforma constitucional a que se ha hecho referencia; sin embargo
si la autoridad jurisdiccional no logra salvar la convencionalidad de la
jurisprudencia, ésta debe plantear su duda de inconvencionalidad ante
los órganos jurisdiccionales competentes, en este caso, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, por los medios legales previstos en la
propia ley, así este Máximo Tribunal en plenitud de jurisdicción podrá,
en su caso, apartarse de los criterios jurisprudenciales emitidos por
ella misma.10

10
Así se reconoce por la Corte Interamericana de Derechos Humanos , al señalar en el voto razonado de
Eduardo Ferrer Mac-Gregor, dentro del caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México en donde se
estableció que: “en el caso de incompatibilidad absoluta, donde no exista interpretación convencional posible”,
si el juez carece de facultades para desaplicar la norma , se limitará a señalar la inconvencionalidad de la
misma o, en su caso, plantear la duda de inconvencionalidad ante otros órganos jurisdiccionales competentes
dentro del mismo sistema jurídico nacional que puedan ejercer el control de convencionalidad con mayor
intensidad. Así, los órganos jurisdiccionales revisores tendrán que ejercer dicho control y desaplicar
la norma o bien declarar la invalidez de la misma por resultar inconvencional.”

36
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Conforme a todo lo anterior, se concluye que la


jurisprudencia emitida por este Máximo Tribunal, no
puede ser sometida a un control de convencionalidad por cualquier
órgano jurisdiccional de menor jerarquía, porque la propia ley prevé
mecanismos cuando se estime que la misma no resulta acorde al
nuevo modelo de control de regularidad constitucional de derechos
humanos surgido a partir de la reforma de diez de junio de dos mil
once, para sustituirla, además de enfatizarse que la misma es
obligatoria en términos de lo dispuesto en la Constitución Federal, así
como en la propia normatividad en cita. Además, porque el admitir que
un órgano de menor jerarquía pueda revisar un criterio obligatorio que
se dio como resultado de un ejercicio hermenéutico del contenido de
una norma que, en el caso concreto, atendía a un derecho humano
previsto constitucional y convencionalmente, sería tanto como permitir,
se reitera, distorsionar la certeza y la seguridad jurídica que genera la
definición del tema vía jurisprudencia del ente dotado de facultades
constitucionales para establecer la última palabra.

En las relatadas condiciones, este Tribunal Pleno determina que


debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio que se
sustenta a continuación:

JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE


JUSTICIA DE LA NACIÓN. NO ES SUSCEPTIBLE DE
SOMETERSE A CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD Y/O CONVENCIONALIDAD
EX OFFICIO POR ÓRGANOS JURISDICCIONALES
DE MENOR JERARQUÍA. La obligación de las
autoridades jurisdiccionales contenida en los artículos
1o. y 133 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, de realizar un control de
constitucionalidad y/o convencionalidad ex officio en
materia de derechos humanos y dar preferencia a los
contenidos en la propia Ley Suprema y en los tratados

37
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

internacionales, aun a pesar de las


disposiciones en contrario contenidas en
cualquier norma inferior, no contempla a la
jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, porque el artículo 94 constitucional
establece que será obligatoria para todos los órganos
jurisdiccionales de conformidad con lo que disponga la
ley y, en este caso, la Ley de Amparo así lo indica tanto
en la abrogada como en el artículo 217 de la vigente; de
ahí que no privan las mismas razones que se toman en
cuenta para inaplicar una disposición emitida por el
legislador cuando viola derechos humanos de fuente
constitucional o convencional. Cabe precisar que en los
casos en los que se pudiera advertir que una
jurisprudencia del Alto Tribunal desatiende o contradice
un derecho humano, cualquiera que sea su origen,
existen los medios legales para que se subsane ese
aspecto. En conclusión, aun partiendo del nuevo modelo
de interpretación constitucional, no es posible determinar
que la jurisprudencia del Máximo Tribunal del país
pueda ser objeto de la decisión de un órgano de menor
grado que tienda a inaplicarla, como resultado del
ejercicio de control de convencionalidad ex officio,
porque permitirlo daría como resultado que perdiera su
carácter de obligatoria, ocasionando falta de certeza y
seguridad jurídica.

Por lo antes expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Sí existe la contradicción de tesis a que este


expediente se refiere, en los términos del considerando tercero de esta
resolución.

SEGUNDO. Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el


criterio sustentado por este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en los términos de la tesis redactada en el último
considerando del presente fallo.

38
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

TERCERO. Dese publicidad a la tesis


jurisprudencial que se sustenta en la presente
resolución, en términos del artículo 219 de la Ley de
Amparo.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución a los tribunales


contendientes, y en su oportunidad, archívese este asunto como
concluido.

Así lo resolvió el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación:

En relación con el punto resolutivo primero:

Se aprobó en votación económica por unanimidad de nueve


votos de los señores Ministros Cossío Díaz, Luna Ramos, Franco
González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea, Pardo Rebolledo, Aguilar
Morales, Sánchez Cordero de García Villegas, Pérez Dayán y
Presidente Silva Meza, respecto de los considerandos primero,
segundo, tercero y cuarto relativos, respectivamente, a la
competencia, a la legitimación, a la existencia de la contradicción y a
las cuestiones preliminares.

En relación con el punto resolutivo segundo:

Se aprobó por mayoría de siete votos de los señores Ministros


Luna Ramos, Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea en
contra de las consideraciones, Pardo Rebolledo, Aguilar Morales,
Sánchez Cordero de García Villegas y Pérez Dayán, respecto del
considerando quinto, relativo a la determinación del criterio que debe
prevalecer. Los señores Ministros Cossío Díaz (con precisiones) y

39
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Presidente Silva Meza votaron en contra y anunciaron


sendos votos particulares. Los señores Ministros
Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea y
Aguilar Morales anunciaron sendos votos concurrentes. La señora
Ministra Luna Ramos reservó su derecho de formular voto
concurrente.

En relación con el punto resolutivo tercero:

Se aprobó por unanimidad de nueve votos de los señores


Ministros Cossío Díaz, Luna Ramos, Franco González Salas, Zaldívar
Lelo de Larrea, Pardo Rebolledo, Aguilar Morales, Sánchez Cordero
de García Villegas, Pérez Dayán y Presidente Silva Meza.

Los señores Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Sergio A.


Valls Hernández no asistieron a las sesiones de trece y catorce de
octubre de dos mil catorce, el primero previo aviso a la Presidencia y el
segundo por licencia concedida.

El señor Ministro Presidente Silva Meza declaró que el asunto se


resolvió en los términos precisados.

Firman el señor Ministro Presidente y el señor Ministro Ponente


con el Secretario General de Acuerdos, quien autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA SUPREMA CORTE


DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

MINISTRO JUAN N. SILVA MEZA.

40
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

PONENTE:

MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO.

EL SECRETARIO GENERAL
DE ACUERDOS

LIC. RAFAEL COELLO CETINA.

En términos de lo previsto en los artículos 3°, fracción II y 18, fracción


II de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la
información considerada legalmente como reservada o confidencial
que encuadra en esos supuestos normativos.

41
VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ
RAMÓN COSSÍO DÍAZ EN RELACIÓN CON LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

1. En la sesión celebrada el catorce de octubre de dos mil catorce, el


tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió,
por mayoría de nueve votos con relación al punto resolutivo primero
y, por mayoría de siete votos, con relación al punto resolutivo
segundo. La contradicción de tesis fue denunciada por el
magistrado presidente del tribunal colegiado del Vigésimo Quinto
Circuito.

2. En una primera discusión, la Primera Sala desechó por mayoría de 4


votos un primer proyecto que proponía que la jurisprudencia de la
Suprema Corte sí podía ser objeto de control ex officio.
Prácticamente un año después, el Tribunal Pleno resolvió el
expediente mediante una determinación en sentido contrario: la
jurisprudencia no puede ser objeto de control de constitucionalidad
y/o convencionalidad ex officio, a cargo de los tribunales colegiados,
aun cuando se detecte que resulta violatoria de algún derecho
humano contenido en la Constitución o en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.

3. A mi juicio, la decisión de la mayoría fue equivocada, porque


desconoce o desprecia claramente tres valores fundamentales: un
mandato constitucional expreso, la concepción constitucional de los
derechos humanos y la jerarquía y funciones del orden
internacional.

4. A fin de presentar mis argumentos a favor de la inaplicación de la


jurisprudencia, mencionaré en primer lugar algunos argumentos en
contra, que he recogido de la opinión de algunos de los ministros

1
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

que integraron la mayoría del Tribunal Pleno, en las


sesiones celebradas los días lunes 13 y martes 14
de octubre de 2014. A ese apartado le llamaré “tesis
negativa”. Posteriormente, expondré mis argumentos en varios
subapartados que conformarán la “tesis positiva”.

La tesis negativa

5. Los siguientes son algunos de los argumentos que apoyan la tesis


negativa, y que pude identificar y aislar en la discusión del asunto
los días 13 y 14 de octubre de 2014, en el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación.

A. La jurisprudencia no puede equipararse con una norma

6. De conformidad con este argumento, la jurisprudencia no puede ser


identificada como una norma jurídica, porque ésta es un enunciado
normativo legislado, y la jurisprudencia, en cambio, supone un
criterio interpretativo de algún enunciado normativo legislado. Así,
dado que la ley y la jurisprudencia tienen medios distintos de
creación y modificación, no pueden ser consideradas como
semejantes o análogas. Por otra parte, las cualidades de la
jurisprudencia no coinciden exactamente con las de la ley, porque la
primera resulta de una sentencia en la que se establece un criterio
de interpretación, y el tribunal que la emite no goza de la libertad de
configuración que tiene el legislador para emitir la ley. La
jurisprudencia, por otro lado, no es aplicable a todas las personas,
porque solamente está dirigida a aquellos tribunales que están
obligados a acatarla.

2
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

B. La jurisprudencia puede asimilarse a una norma,


pero el medio para controlarla no puede ser el control
difuso, sino la sustitución

7. La jurisprudencia puede ser considerada como una norma en todos


los sentidos, empezando por su fuerza obligatoria; sin embargo,
para controlar la regularidad de constitucionalidad o
convencionalidad de la jurisprudencia existen medios previstos en el
sistema tales como la sustitución en la Ley de Amparo. De acuerdo
con esta tesis, se acepta la inaplicación pero se niega que se pueda
hacer mediante el control difuso o cualquier otro medio que no sea
el procedimiento específico que para ello dispuso el legislador. De
este modo, son los ministros de la Suprema Corte —y sólo ellos—
los que pueden llegar a controlar la regularidad de la jurisprudencia
y expulsar, mediante la sustitución, aquélla que pudiera resultar
violatoria de los derechos humanos de fuente constitucional o
convencional.

C. La obligatoriedad de la jurisprudencia es irrestricta

Una tesis más es aquélla mediante la cual se sostiene que los


ejercicios de interpretación judicial han de estar gobernados por
competencias que darán orden y coherencia a las interpretaciones
que se realicen sobre los derechos humanos, es decir, que por
razones de autoridad no es posible inaplicar los criterios
jurisprudenciales, porque éstos implican un criterio de autoridad que
ha de imponerse a cualquier otra interpretación, hasta en tanto no
se invalide tal criterio por un determinado órgano con suficiente
jerarquía en la estructura competencial del poder judicial. Este
argumento es parecido al anterior, pero el énfasis se coloca en la
idea de autoridad: dado que la jurisprudencia es un criterio

3
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

jerárquicamente superior a cualquier otro, entonces


sólo podría ser cuestionado por un ente que tuviera la
competencia para revisarlo; como no existe tal ente,
entonces la cabeza de órgano es la única facultada para cuestionar
la obra jurisprudencial, mediante los medios que el propio sistema
dispone para ello.

D. La posibilidad de transgredir el sistema de jurisprudencia

8. No es posible inaplicar la jurisprudencia porque con ello se podría


transgredir el sistema relativo a su obligatoriedad, dispuesto en los
artículos 94, párrafo octavo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, y 217 de la Ley de Amparo vigente.
Para quienes sostienen este argumento, si se admitiera la
posibilidad de hacer un control de convencionalidad sobre una
jurisprudencia, ello implicaría la inobservancia de las normas
anteriormente señaladas, las cuales no habrían sido previamente
analizadas ni declaradas inconstitucionales, ni inconvencionales y,
por lo tanto, una interpretación de esa naturaleza no podría
realizarse si no es desvirtuado, o prácticamente anulando, todo el
sistema de creación jurisprudencial. Así, se podría incurrir en una
contradicción normativa que no se actualiza cuando el control de
convencionalidad se hace exclusivamente sobre preceptos legales o
reglamentarios.

E. La confianza garantizada (infalibilidad)

9. El último argumento detectado consiste en admitir que la


imposibilidad de inaplicación de la jurisprudencia por los tribunales
colegiados no debe generar ningún tipo de preocupación, porque la
jurisprudencia constituye un criterio revisado por la más alta esfera

4
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

competencial y jerárquica, que blinda al criterio de


cualquier posible error. La jurisprudencia —
sostienen los defensores de esta tesis— ya supone
que un órgano terminal, superior al órgano que pretende inaplicarla,
reflexionó el tema y lo definió en todos sus alcances, lo cual, incluso,
lleva implícito el que ese tribunal reflexionó sobre la conformidad
convencional de esa norma y, en esa medida es que adoptó una
decisión que le parece unificadora y, por ende, obligatoria. La
jurisprudencia —dicen los defensores de esta tesis— es una
reflexión interpretativa que ya pasó por un proceso intelectivo en el
que se comparó una norma con el orden jurídico y que llevó al
intérprete a decidir el significado del enunciado, buscando con ello
orientar a los jueces inferiores para que, sobre esa base, resuelvan
las controversias que se les presenten. Por ello, no pueden —ni
deben— juzgar la interpretación y mucho menos inaplicarla.

La tesis positiva

10. La tesis positiva, que busca justificar la facultad de inaplicar la


jurisprudencia, supone la negación de los argumentos en que se
basa la tesis negativa, los cuales descansan en dos pilares
esenciales: negar que la jurisprudencia sea una norma y el énfasis
en el concepto de autoridad.

11. Esta tesis positiva pretende mostrar, por un lado, que los criterios
jurisprudenciales si bien es cierto tienen una fuente distinta a la de
las normas (pues son creadas a partir de un procedimiento judicial y
no legislativo), en realidad, son normas (tal como lo son normas
también aquellas interpretaciones, hechas por cualquier persona,
que asignan correctamente un significado a un enunciado
normativo). Y, por otro lado, la tesis positiva niega que sea relevante

5
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

la razón de autoridad que supone la existencia de


un modo rígido de competencias para derrotar o
inaplicar cierto tipo de criterios jurisprudenciales. Por
el contrario, la tesis positiva parte de las mismas razones por las
cuales se acepta como justificada la inaplicación de normas internas
por inconvencionalidad o inconstitucionalidad, las cuales tienen que
ver con un entendimiento de los derechos humanos como razón
pública universal que se resiste a una acotación competencial,
basada en una idea de autoridad, que impida, en principio, la
argumentación de todo aquél —autoridad o persona— que al tomar
sus decisiones quiera razonarlas y justificarlas con base en los
derechos humanos.

A. Distinguir entre enunciado o disposición y norma

12. El primer argumento de la tesis positiva parte de la distinción entre


enunciados o disposiciones normativas y normas. Los enunciados
normativos son los que acuerda el legislador y expresa en un texto
legal. Las normas, por otro lado, son el significado que está
justificado atribuir a tales enunciados normativos —a veces, el
significado de un enunciado normativo no supone problema alguno,
pero en otros casos es necesario realizar ejercicios elaborados de
interpretación para determinar el significado normativo de un
enunciado normativo—. Es el significado de tales enunciados lo que
tiene un carácter esencialmente normativo, es decir, como razón
para actuar conforme a lo prescrito en un enunciado normativo.

13. Si se tiene en cuenta esta distinción, entonces, en realidad los


criterios jurisprudenciales no son otra cosa que normas, porque es
precisamente a través de esos criterios jurisprudenciales que se le
atribuye un significado a algún enunciado normativo. A través del

6
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

proceso judicial de creación de jurisprudencia se


determinan las normas del sistema jurídico en
aquellos casos en que haya dudas sobre el
significado de algún enunciado normativo. No debe llegarse al
extremo de entender, a partir de lo anterior, que sólo hay normas si
hay jurisprudencia. Lo que sucede en el sistema jurídico es que hay
ejercicios constantes de asignación de significado a ciertos
enunciados normativos, los cuales son realizados por los
operadores jurídicos, cualquiera de ellos: autoridades, litigantes, y
personas. Estos ejercicios de asignación de significado a los
enunciados normativos —que pueden denominarse: ejercicios de
interpretación— la mayoría de las veces tienen el objetivo de
asignar el significado que ante un caso concreto tiene cierto
enunciado normativo, pero también, en otros casos, tales ejercicios
de asignación de significado se plantean en abstracto, es decir, se
busca determinar cuál es el significado normativo de un enunciado
normativo con independencia de cualquier caso concreto.

14. Es importante no perder de vista que para atribuir un significado a


un enunciado normativo X, es preciso realizar una interpretación que
tome en cuenta un enunciado normativo Y, como parámetro para
atribuir el significado al enunciado X. Así, cuando se utiliza como
parámetro para la interpretación, por ejemplo, el enunciado
normativo de derecho humano Y, convencional o constitucional,
entonces, este enunciado es el marco de referencia para interpretar
el enunciado normativo X. Lo importante es advertir que el
enunciado de derecho humano Y requiere también una asignación
de significado a través de un ejercicio de interpretación para que
funcione genuinamente como parámetro.

7
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

15. A partir de lo anterior, es posible concluir que en


cualquier ejercicio de interpretación se distinguen
dos etapas: 1) la asignación de significado a la
norma que funcionará como parámetro, y 2) la asignación de
significado al enunciado a interpretar. Es importante tener presente
que cuando un criterio jurisprudencial se vale de un enunciado de
derecho humano como parámetro o marco de referencia para
interpretar otro enunciado —por ejemplo uno dispuesto en alguna
ley—, entonces es obvio que la interpretación del enunciado de
derecho humano no implica otro enunciado como marco de
referencia, pues es un enunciado que conforma el techo o bóveda
del sistema jurídico, sino que, ante ello, el operador jurídico ha de
reflexionar con la finalidad de atribuirle a tal enunciado de derecho
humano el mejor significado posible. Y es este significado atribuido
al enunciado del derecho humano en cuestión lo que constituye
propiamente la norma de derecho humano.

16. Tener en cuenta la fenomenología de la interpretación que se ha


apuntado, ayuda a reforzar la tesis de que los jueces tienen
permitido inaplicar los criterios jurisprudenciales. Esto es así porque
tales criterios constituyen la explicitación de normas, no sólo de
normas legales (producto de la asignación de significado a un
enunciado base) sino también de normas propiamente
constitucionales (producto de la asignación de significado a un
enunciado marco, como lo puede ser una disposición constitucional
o convencional de derecho humano). De este modo, es posible
afirmar que la apertura en el acceso a la interpretación de los
derechos humanos constitucionales y convencionales está
justificada a partir de tener en cuenta esta fenomenología de la
interpretación; pues así es posible reconocer que no puede haber
interpretaciones de los enunciados del sistema jurídico que sean

8
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

coherentes con los principios del sistema —con los


derechos humanos—, si no se admite que para
tener decisiones coherentes, es indispensable, e
inevitable, que se interpreten también los enunciados techo o
bóveda del sistema, como son los derechos humanos.

B. La superioridad epistémica

17. El segundo argumento de la tesis positiva, por un lado, parte del


argumento anterior y, por otro, se relaciona esencialmente con el
argumento que justifica la facultad de inaplicar normas internas. Si
los criterios jurisprudenciales son normas porque importan
precisamente la asignación de significado a cierto enunciado
jurídico, entonces, tales normas jurisprudenciales (si se permite la
expresión) pueden inaplicarse como cualquier otra norma de fuente
estrictamente legislativa.

18. Para negar lo anterior es indispensable que se restrinja la facultad


de inaplicación a ciertos órganos, y eso importaría establecer una
barrera competencial. Y si tal barrera competencial se impone para
impedir que ciertos órganos puedan fundamentar sus decisiones en
consideraciones que tomen en cuenta los derechos, entonces, tal
barrera competencial no puede justificarse a la luz de los derechos,
pues con ello se negaría que éstos pueden ser comprendidos y
accesibles a toda persona que esté dispuesta a ofrecer argumentos
razonables al respecto y, además, se estaría asumiendo que sólo
ciertos órganos cuentan con la capacidad suficiente para
argumentar sobre lo que exigen los derechos, y ello, francamente,
no es otra cosa que asumir una superioridad epistémica
omnicomprensiva y excluyente que contradice la idea misma de los
derechos humanos.

9
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

19. Si a un órgano no le está permitido justificar su


decisión a la luz de algún derecho y, en
consecuencia, no le está permitido decidir inaplicar cualquier norma
(de fuente legislativa o jurisprudencial) por considerarla
inconstitucional o inconvencional, entonces, a falta de una buena
razón que justifique tal restricción, se estaría asumiendo, de
antemano, la incapacidad de tal órgano para argumentar
correctamente sobre lo que exigen los derechos. Y una
presuposición como la anterior negaría que tal persona —la persona
o personas que integran algún órgano— es lo suficientemente capaz
como para razonar con los derechos; y esta presuposición a su vez
negaría el origen mismo de los derechos en el Derecho, que no
están ahí porque un grupo de superdotados intelectualmente así lo
han querido, sino porque cualquier persona puede ver en ellos, en
los derechos, una exigencia de moralidad pública para tenerlos;
esta idea de poder ver en los derechos exigencias de moralidad
pública constituye la idea básica de los derechos entendidos como
entidades de razón pública sobre los que cualquiera puede opinar y
orientar su decisión de acuerdo a lo que ellos, los derechos, exigen
a partir de su mejor entendimiento.

20. Por lo demás, no puedo admitir que la Suprema Corte de Justicia de


la Nación sea impermeable al principio pro persona, contenido en el
artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Dicho principio está dirigido, sin excepción, a todas las
autoridades (especialmente las judiciales) del país, y les habilita o
faculta a llevar a cabo el consabido control difuso de la regularidad
constitucional. ¿Por qué la Suprema Corte podría escapar de ese
control? Insisto: salvo que se la crea epistémicamente superior o
que se admita que su jurisprudencia es infalible, no veo ninguna

10
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

razón válida que permita pensar en que la Corte


está exenta del principio pro persona. Si se admite
esa exención, entonces se estaría aceptando
implícitamente que la Corte sencillamente no puede violar derechos
humanos mediante sus criterios (es, pues, infalible en ese aspecto),
o bien que, aunque se admitiese que pudiera violarlos, no son los
jueces ordinarios quienes puedan advertirlo y resolverlo, sino ella
misma a través de los medios previstos en el sistema, como el de la
sustitución de la jurisprudencia, según se pregona en la tesis
negativa.

21. Ninguno de estos dos escenarios es constitucionalmente admisible,


pues ni los ministros son infalibles —y nada extraordinario hay en
ello—, ni puedo consentir una actitud de soberbia institucional al
considerar que la Corte sólo se corrige a sí misma, ya que ello
implicaría desconocer el alcance del principio pro persona.

C. El sistema de revisión es compatible con la inaplicación

22. Amén de los argumentos dados para justificar la facultad de


inaplicar la jurisprudencia inconvencional o inconstitucional, queda
por dilucidar un punto incómodo: el que se refiere al diseño
institucional de la revisión del ejercicio de la facultad de inaplicar la
jurisprudencia. Como he dicho, de acuerdo con la tesis positiva no
es posible limitar de antemano el pronunciamiento de una decisión
con base en derechos, a menos que se niegue el carácter accesible
de los derechos por constituir entidades de razón pública universal;
sin embargo, las decisiones al respecto pueden ser sometidas a
revisión por algún órgano y, necesariamente, en algún momento
debe haber una decisión final al respecto. Al igual que sucede con
las normas legislativas, la revisión de las inaplicaciones de la

11
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

jurisprudencia obedecerían a la lógica de los propios


medios de impugnación del sistema, tanto ordinarios
como de control constitucional. Esto quiere decir
que eventualmente los propios órganos emisores de la
jurisprudencia inaplicada podrían revisar ese ejercicio de
inaplicación. Consecuentemente, a fin de que no se incurriese en un
mero juego circular, tendría que diseñarse un sistema escalonado
de revisión en el que el revisor de la inaplicación fuese siempre un
órgano jerárquicamente superior, con lo cual se reduciría
considerablemente esa circularidad. El único órgano que no podría,
lógicamente, estar sujeto a revisión sería el Tribunal Pleno, por lo
que podría revisar la inaplicación de sus tesis de jurisprudencia. Sin
embargo, aún en este caso, la revisión tendría algún sentido, puesto
que la conformación del Tribunal Pleno está en constante
transformación, por lo que cabría la posibilidad de que una nueva
conformación analizara la impugnación de la eventual inaplicación
de la jurisprudencia.

23. Existe otra razón para justificar la existencia de la analogía entre


una norma legislativa y una jurisprudencia, relacionada también con
la posibilidad de revisión de la inaplicación. Un juzgador que
inaplicase la jurisprudencia por considerarla inconstitucional o
inconvencional, estaría haciendo un juicio a un criterio interpretativo
que no es otra cosa que el contenido (ya extraído, ya explicitado) de
una disposición jurídica o enunciado normativo. Naturalmente, para
llegar a esa conclusión, ese juez debió haber realizado, a su vez, un
esfuerzo interpretativo. Así las cosas, tiene sentido preguntarnos:
¿puede interpretarse una interpretación? La respuesta es afirmativa,
ya que en el nuevo paradigma cobra sentido una concepción de la
interpretación no formalista, en la que más que “descubrir” un
significado oculto en la disposición que se interpreta (que puede ser

12
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

calificado de falso o verdadero, como sucede en la


vocación formalista) se admite la posibilidad de
“atribución”, “creación” o “asignación” del significado
mismo, siempre que exista una adecuada motivación. De este
modo, todas las interpretaciones son cuestionables, precisamente,
porque no se consideran falsas o verdaderas, sino razonables,
justas o más acordes con el principio pro persona. Así, no parecería
insensato que un juez o tribunal colegiado apreciara que una
determinada jurisprudencia estuviera adoptando una interpretación
restrictiva o, incluso, lesiva de derechos humanos digna de ser
inaplicada.

24. No pasa inadvertido que para que sea posible la revisión de la


inaplicación de la jurisprudencia es indispensable que existan
normas de competencia que habiliten a determinados órganos a
llevar a cabo esa revisión, con lo que podría argumentarse que la
tesis positiva se contradice al afirmar que en la argumentación de
los derechos humanos no deberían admitirse restricciones
competenciales. Para diluir la contradicción es importante tener en
cuenta que no es que los derechos humanos se resistan a que la
argumentación sobre ellos se encuentre acotada por reglas
competenciales; más bien se resisten a que esté restringida, de
antemano, la posibilidad de que los jueces tomen y argumenten sus
decisiones con base en tales derechos, sin ofrecer alguna razón
adicional.

25. Los derechos humanos, como razón pública universal, no se oponen


a que las decisiones que los involucran —por ejemplo, la decisión
de inaplicar una norma jurisprudencial por ser contraria a ellos—
estén sujetas a revisión, de acuerdo a un sistema que prevea, como
no podría ser de otro modo, las competencias que tendrán ciertos

13
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

órganos, y sólo ellos, para revisar las eventuales


inaplicaciones. Lo que estaría injustificado, se
insiste, es que el sistema de competencias partiese
de un elitismo intelectual atribuido a los órganos encargados de
realizar la revisión. Dicho de otro modo, los derechos humanos
encuentran armonía con un sistema de revisión basado en
competencias si este sistema está justificado. Esa justificación
depende de que tal sistema de revisión suponga la maximización de
las decisiones correctas sobre algún área del Derecho, es decir, el
sistema de revisión está justificado sólo si a través de él es probable
que el número de decisiones correctas que se tomen —el número
de inaplicaciones jurisprudenciales— sea mayor que el número de
decisiones correctas que habría en la hipótesis de que no existiese
tal sistema de revisión. La maximización de las decisiones correctas
dependerá de un escenario institucional apropiado para la toma de
decisiones que propicien el diálogo, la pluralidad de puntos de vista
y, en general, la deliberación razonable de cara a construir el
consenso necesario para tomar decisiones correctas. El sistema
escalonado de revisión con el que cuenta nuestro sistema jurídico,
concretamente, el sistema de control concentrado, parece cumplir
con estas exigencias.

D. El respeto a los principios de consistencia y coherencia con


relación al Derecho internacional de los derechos humanos

26. No haré aquí un repaso de los más recientes avances legislativos y


jurisprudenciales del Estado mexicano en materia de derechos
humanos, pero sí vale la pena mencionar que la Suprema Corte no
ha sabido reaccionar adecuadamente ante el nuevo paradigma.

14
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

27. Sin duda, uno de los precedentes más importantes


que representan esta realidad es la contradicción
de tesis 293/2011, resuelta por el Tribunal Pleno de
la Suprema Corte el 3 de septiembre de 2013. En ella, se reconoce
que la interpretación de las normas del sistema jurídico, tanto de las
normas ordinarias como constitucionales y convencionales, y la
facultad de inaplicarlas cuando estas sean contrarias a los derechos
humanos de fuente constitucional o convencional, encuentran un
límite en las restricciones a los derechos humanos
constitucionalmente expresas. De este modo, cuando un operador
jurídico esté frente a una restricción constitucional a un derecho
humano, ha de entender que tal disposición es de observancia
estricta y, por tanto, no podrán dejar de aplicarla por más que
considere que es contraria a los derechos humanos.

28. El anterior argumento constituye, desde nuestro punto de vista, un


auténtico disparate jurídico, porque implica desconocer el mandato
constitucional expreso en el artículo 1° constitucional, mediante una
estratagema en la que se sobredimensionó la expresión “cuyo
ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y
bajo las condiciones que esta Constitución establece”. En efecto, la
mayoría no consideró que esa frase también debe entenderse bajo
la clave interpretativa del principio pro persona, por lo que debe ser
entendida única y exclusivamente con respecto a las condiciones
establecidas en varios párrafos del artículo 29 de la propia
Constitución.

29. En esta línea de pensamiento, no podré entender de dónde se


extrae el criterio de intangibilidad de una norma cuya jerarquía
formal es inferior aún con respecto a las normas emitidas por el
legislador. De este modo, la resolución de la contradicción de tesis

15
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

299/2013 —de la que surge este análisis— incurre


en una insalvable contradicción entre la tesis de la
imposibilidad de inaplicación de la jurisprudencia y
lo afirmado en el segundo párrafo de la página 59 de la referida CT
293/2011, que dice lo siguiente:

(…) no debe entenderse el carácter vinculante de los


criterios interamericanos en un sentido fuerte, es decir,
como un lineamiento que constriña a los jueces internos
a resolver aplicando indefectiblemente el estándar
sentado por la Corte Interamericana, pasando por alto,
incluso, los precedentes del Poder Judicial de la
Federación. Por el contrario, esta obligatoriedad debe
entenderse como una vinculación a los operadores
jurídicos internos a observar en sus resoluciones un
estándar mínimo, que bien podría ser el interamericano o
el nacional, dependiendo cuál sea el más favorable a las
personas. En todo caso, lo importante será que la
inaplicación de un criterio jurisprudencial, nacional o
interamericano, se justifique atendiendo a la aplicación
de otro que resulte más favorecedor a la persona.

30. Vale la pena recordar que, con relación al control de


convencionalidad, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
ha expuesto en su jurisprudencia reiterada que cuando un Estado es
Parte de un tratado internacional como la Convención Americana,
todos sus órganos —incluidos sus jueces— están sometidos a
aquél. Ello les obliga a velar por que los efectos de las disposición
de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de normas
contrarias a su objeto y fin, por lo que los jueces y órganos
vinculados a la administración de justicia —como el Ministerio
Público—, en todos los niveles, tiene la obligación de ejercer ex
officio un control de convencionalidad entre las normas internas y la
Convención Americana, en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes.
En esta tarea, deben tener en cuenta no sólo el tratado, sino

16
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

también la interpretación que del mismo ha hecho la


Corte Interamericana, intérprete última del Pacto de
San José de Costa Rica.

31. Debo subrayar que con la posibilidad de inaplicación de la


jurisprudencia, no se pretende en ningún momento que los
tribunales no tengan la carga argumentativa de justificación previa a
la inaplicación, así como seguir los pasos establecidos en el
Expediente Varios 912/2010, para respetar la presunción de
constitucionalidad de la misma jurisprudencia.

E. La salvaguarda del sistema de la jurisprudencia

32. Es importante no dejar de referirse a uno de los argumentos de la


tesis negativa: que la inaplicación de la jurisprudencia tendría como
efecto la transgresión del sistema relativo a su obligatoriedad,
dispuesto en los artículos 94, párrafo octavo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 217 de la Ley de
Amparo vigente.

33. Sólo puede aceptarse este argumento si a su vez se incurre en una


confusión al equiparar los efectos de una inaplicación con los
efectos de una interrupción general de la obligatoriedad de la
jurisprudencia, lo cual no debe ocurrir. Para no incurrir en esta
confusión es indispensable realizar algunas precisiones. El efecto
que aquí se propone que tenga la inaplicación de la jurisprudencia
es únicamente el de no aplicarla en un caso concreto, no el de
interrumpir su obligatoriedad de manera general. Ambos
mecanismos son perfectamente compatibles, ya que una
jurisprudencia puede ser obligatoria a pesar de que en ciertos
casos, por resultar inconvencional o inconstitucional, pueda no

17
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

aplicarse, si así lo considera un órgano judicial


competente para ello, y esta inaplicación puede al
final considerarse correcta o incorrecta por el
órgano de revisión competente. Pero una jurisprudencia obligatoria
puede dejar de serlo de manera general si se sigue para ello el
procedimiento de sustitución, establecido en el artículo 230 de la
Ley de Amparo vigente.

34. Esto mismo sucede con cualquier norma, la cual puede resultar que
no se aplique ante un caso concreto por razones relacionadas con la
inconstitucionalidad o inconvencionalidad de la solución jurídica que
ofrecen a un caso concreto, sin que con ello se afecte su validez, u
obligatoriedad, pues para declararla inválida, para expulsarla del
ordenamiento jurídico, ha de utilizarse el procedimiento establecido
en el artículo 105 constitucional (concretamente, la acción de
inconstitucionalidad, o bien el establecido en el artículo 107, fracción
II, párrafo tercero, relativo a la declaratoria general de
inconstitucionalidad. De modo que no hay razón para suponer que
sobre la jurisprudencia, en tanto norma por las razones que se han
expuesto, quepa asumir que no es posible distinguir entre
decisiones que afectan la aplicación ante un caso concreto y entre
decisiones que afectan la validez u obligatoriedad general.

35. Ahora bien, ¿podría considerarse la inaplicación como una conducta


irregular del juzgador? ¿Cuáles serían las consecuencias jurídicas
para el órgano que inaplicase una jurisprudencia obligatoria? Al
respecto, conviene tomar en cuenta que el artículo 217 de la Ley de
Amparo vigente, no establece ninguna sanción para quien incumpla
la obligación ahí contenida. Tampoco se advierte ningún tipo de
consecuencia en la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, con relación a este problema concreto. Incluso, si se

18
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

revisa el artículo 131 de esa ley, relativo a las


causas de responsabilidad de los servidores
públicos, no se advierte ningún supuesto jurídico
relacionado con la inobservancia de la obligación referida en el
artículo antes citado.

36. Así, dado que no se advierte ninguna norma que establezca alguna
sanción para quienes no apliquen la jurisprudencia obligatoria,
entonces podría decirse que, en principio, una eventual inaplicación
no podría considerarse como ilícita. Sin embargo, en caso que el
Consejo de la Judicatura Federal llegara a determinar lo contrario,
sería pertinente tomar en cuenta lo siguiente.

37. La tesis positiva que se ha venido desarrollando en este análisis


supone un cambio en el entendimiento que hasta ahora se ha tenido
con respecto a la obligatoriedad de la jurisprudencia. De acuerdo
con este cambio, tendría que considerarse que la inaplicación de la
jurisprudencia podría haberse llevado a cabo a partir de una
correcta observancia de la facultad de inaplicación, o bien de
manera incorrecta. La corrección o incorrección podría ser
determinada por el órgano revisor. De este modo, por ejemplo,
podría considerarse que la inaplicación es incorrecta cuando el
operador no ofrece razones para justificar su decisión, o si se
advierte que las razones que aduce son claramente inaceptables o
irrazonables.

38. Por otro lado, no se desconoce la figura de la delegación de asuntos


de competencia originaria del Pleno de la Corte a las Salas y a los
Tribunales Colegiados, cuando sobre tales asuntos exista
jurisprudencia al respecto, de acuerdo con la fracción III del punto
segundo del Acuerdo General 5/2013, emitido por el Pleno de la

19
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

Suprema Corte de Justicia de la Nación el 13 de


mayo de 2013. Podría argumentarse que si se
admitiera la posibilidad de inaplicar la
jurisprudencia, entonces la delegación a que se refiere el Acuerdo
General 5/2013 quedaría prácticamente anulada, pues la razón de
esa figura está fundada en la certeza que da el sistema de
obligatoriedad de la jurisprudencia, en el sentido de que los
tribunales colegiados resolverán los casos concretos observando
irrestrictamente la jurisprudencia. No obstante, la inaplicación, lejos
de anular el espíritu del acuerdo referido, podría racionalizarlo, pues,
en este nuevo modelo, la Corte ejercerá aquella facultad conociendo
de antemano que la autoridad de su jurisprudencia depende de las
razones expresadas en ella y no sólo de la autoridad jerárquica que
ostenta. Habrá muchos casos en los cuales los tribunales
colegiados encontrarán buenas razones para seguir la
jurisprudencia, pero habrá otros casos, seguramente minoritarios, en
los que algún criterio jurisprudencial no sea convincente y el tribunal
colegiado considere que resulta inconvencional o inconstitucional.

39. Tampoco se desconoce que mediante la solicitud de ejercicio de la


facultad de atracción —contenida en el artículo 107, fracciones V,
último párrafo; y VIII, inciso b), segundo párrafo, de la Constitución
Federal— sería posible que la Suprema Corte conociera de la
posible inconstitucionalidad o inconvencionalidad de la
jurisprudencia, por lo cual sería innecesaria la inaplicación. Al
respecto, podría decirse que la solicitud del ejercicio de la facultad
de atracción no es un deber irrestricto de los Tribunales Colegiados,
pues la propia Constitución establece que se trata de una posibilidad
a consideración del solicitante (establece que podrá, no que
deberá). Por lo tanto, no hay incompatibilidad alguna entre ese
mecanismo y la facultad de inaplicación de la jurisprudencia. Lo que

20
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

sí se genera, a partir de este nuevo modelo es,


desde luego, que los Tribunales Colegiados podrían
no sentirse obligados a seguir, sin
cuestionamientos, los criterios jurisprudenciales que les resulten
obligatorios, sino que ahora han de considerarse lo suficientemente
capaces para criticarlos y, eventualmente, inaplicarlos si tienen
buenas razones —suficientes para derrotar las razones del criterio
jurisprudencial— para considerar que tales criterios son violatorios
de algún derecho humano de fuente constitucional y/o convencional.
**********

40. Antes de concluir, es importante aclarar que el alcance de nuestra


tesis está dirigida a justificar la facultad de los Tribunales Colegiados
para inaplicar la jurisprudencia cuando ejerzan su atribución de
control concentrado, dado que en la contradicción de tesis
299/2013, de la que surge esta reflexión, tuvo como punto de partida
dos casos resueltos mediante, precisamente, el control concentrado.
Sin embargo, si se toma en cuenta que uno de los tribunales
contendientes se pronunció sobre la posibilidad de que cualquier
autoridad facultada para ejercer control difuso de convencionalidad
o constitucional de normas, también podría hacerlo con respecto a
la jurisprudencia, entonces la reflexión sobre el alcance debería
extenderse. En este sentido, el alcance impactaría en toda la
concepción del control difuso de constitucionalidad e
inconvencionalidad que es posible hacer sobre normas de fuente
legislativa y jurisprudencial.

41. Así pues, la jurisprudencia, sin perder su carácter de obligatoria,


puede ser inaplicada cuando, mediante una adecuada motivación, el
órgano jurisdiccional determine que es contraria a una norma de
derechos humanos de fuente constitucional o pactada

21
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013
VOTO PARTICULAR

internacionalmente; con la reserva, desde luego, de


que, de acuerdo con el sistema de revisión
existente, esta decisión de inaplicación pueda ser
rechazada o confirmada posteriormente.

42. Por lo demás, el sistema y las instituciones mantienen su sentido


orgánico, ya que contamos con un sistema de revisiones e
instancias que permiten evaluar las eventuales inaplicaciones de
jurisprudencia a cargo de los jueces y tribunales ordinarios y
federales, por lo que no puedo suponer que se nos vendrá encima el
caos y la anarquía en los criterios, puesto que, a final de cuentas,
desde el punto de vista orgánico, nuestro poder judicial tiene la
capacidad de autorregularse y restringirse.

43. A partir de todo lo anteriormente señalado, concluyo que en los


tiempos que corren resulta ya inaceptable una concepción de la
jurisprudencia como una norma intangible, infalible y que
indefectiblemente contiene la interpretación final de un derecho
humano, ya que esa concepción resulta frontalmente contraria a la
idea de derecho humanos que hemos adoptado en México, a través
del contenido del artículo 1° de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

44. Por todas las razones expresadas, no comparto la determinación de


la mayoría.

MINISTRO

JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ

RLC/RMMG

22
VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL SEÑOR MINISTRO
LUIS MARÍA AGUILAR MORALES EN LA CONTRADICCIÓN
DE TESIS 299/2013. ENTRE LOS CRITERIOS SUSTENTADOS
POR EL OCTAVO TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DEL
CENTRO AUXILIAR DE LA TERCERA REGIÓN CON
RESIDENCIA EN GUADALAJARA Y EL TRIBUNAL
COLEGIADO DEL VIGÉSIMO QUINTO CIRCUITO. FALLADA
EL CATORCE DE OCTUBRE DE DOS MIL CATORCE.

Comparto el sentido en el que se resolvió la contradicción de


tesis porque, tal y como lo expresé en las sesiones Plenarias de
trece y catorce de octubre de dos mil catorce, considero que no
es posible ejercer el control de convencionalidad sobre la
jurisprudencia que sustenta la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.

Aun cuando estimo que las consideraciones en las que se


sustenta la sentencia son acertadas, lo cierto es que hay un
argumento adicional que no se incluyó en ella y que considero
necesario para robustecerla.

El artículo 94, párrafo décimo, de la Constitución dispone:

“Artículo 94. (…)


La ley fijará los términos en que sea obligatoria la
jurisprudencia que establezcan los Tribunales del Poder
Judicial de la Federación y los Plenos de Circuito sobre la
interpretación de la Constitución y normas generales, así como
los requisitos para su interrupción y sustitución.”

Del citado precepto se desprende que la Constitución


genera una reserva de ley para que sea ésta la que establezca

1
V O T O C O N C U R R E N T E EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

los términos en los que será obligatoria la jurisprudencia que


sustenten los órganos del Poder Judicial de la Federación. En
relación con esta disposición constitucional, el artículo 217, primer
párrafo, de la Ley de Amparo dispone:

“Artículo 217. La jurisprudencia que establezca la Suprema


Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o en salas,
es obligatoria para éstas tratándose de la que decrete el pleno,
y además para los Plenos de Circuito, los tribunales colegiados
y unitarios de circuito, los juzgados de distrito, tribunales
militares y judiciales del orden común de los Estados y del
Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo,
locales o federales.”

Como se ve, la jurisprudencia que establece la Suprema


Corte de Justicia de la Nación funcionando en Pleno, es
obligatoria para las Salas de la propia Corte y para los Plenos de
Circuito, los tribunales colegiados y unitarios de circuito, los
juzgados de distrito, los tribunales militares y judiciales del orden
común de los Estados y del Distrito Federal y los tribunales
administrativos y del trabajo locales o federales. Por otra parte, la
jurisprudencia que sustenten las Salas de la Corte es obligatoria
para todos los órganos jurisdiccionales mencionados con
excepción del Pleno de ese Máximo Tribunal.

De lo expuesto en el párrafo anterior se aprecia que la


obligatoriedad de la jurisprudencia responde, entre otras
cuestiones, a un criterio de jerarquía, pues las tesis
jurisprudenciales que sustenta el Más Alto Tribunal del País son
obligatorias para los órganos jurisdiccionales de menor jerarquía.

2
V O T O C O N C U R R E N T E EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Esto se explica porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación


constituye un órgano terminal o de cierre del sistema de
interpretación de las normas, lo que se corrobora con lo
establecido en el artículo 94, párrafo octavo, de la Constitución
que dice:

“Artículo 94. (…)


El Pleno de la Suprema Corte de Justicia estará facultado para
expedir acuerdos generales, a fin de lograr una adecuada
distribución entre las Salas de los asuntos que competa
conocer a la Corte, así como remitir a los Tribunales Colegiados
de Circuito, para mayor prontitud en el despacho de los
asuntos, aquéllos en los que hubiera establecido jurisprudencia
o los que, conforme a los referidos acuerdos, la propia Corte
determine para una mejor impartición de justicia. Dichos
acuerdos surtirán efectos después de publicados.”

Como se puede apreciar, la Constitución faculta a la


Suprema Corte de Justicia de la Nación para que mediante
acuerdos generales distribuya los asuntos de su competencia
originaria para que puedan ser resueltos con mayor prontitud por
los tribunales colegiados de circuito. Esta facultad para remitir los
asuntos a los tribunales colegiados de circuito para que sean
éstos los que emitan las resoluciones correspondientes está
condicionada a que la propia Suprema Corte de Justicia de la
Nación hubiese sustentado jurisprudencia que resuelva u oriente
la resolución de tales asuntos.

Lo expuesto en el párrafo anterior revela que la distribución


de los asuntos de la competencia originaria de este Alto Tribunal

3
V O T O C O N C U R R E N T E EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

entre los tribunales colegiados de circuito tiene como eje


fundamental la existencia de jurisprudencia de este Alto Tribunal.
Este “eje fundamental” se justifica en la medida en que una vez
que el órgano terminal o de cierre fija la interpretación que se le
debe dar a una norma, se genera una condición de seguridad
jurídica que permite resolver los asuntos correspondientes a los
tribunales de menor jerarquía.

Ahora bien, si estos tribunales de menor jerarquía pudiesen


declarar inconvencional la interpretación fijada por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación mediante jurisprudencia, se
desconocería el carácter de órgano terminal o de cierre del
sistema de interpretación de la norma, lo que implicaría pasar por
alto la supremacía de la propia Corte y de la facultad
constitucional que le fue conferida de ser el intérprete último de la
Ley Fundamental, cuestión que, además de resultar jurídicamente
inadmisible, rompería con la unidad de interpretación
constitucional en un sistema jurisprudencial que, como se vio, se
rige por el criterio de jerarquía.

MINISTRO

LUIS MARÍA AGUILAR MORALES

FMG/plpl

4
VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ
FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS, EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013, RESUELTA EL 14 DE
OCTUBRE DE 2014.

En la contradicción de tesis al rubro citada, el Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió, por mayoría de votos,
que la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no
es susceptible de someterse a control de constitucionalidad y/o
convencionalidad ex officio por órganos jurisdiccionales de menor
jerarquía.

En el considerando tercero de la ejecutoria, se concluyó que la


contradicción de tesis denunciada era existente y que la cuestión
jurídica a dilucidar consistía en determinar si la jurisprudencia de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación puede ser objeto de control de
constitucionalidad y/o convencionalidad ex officio, a cargo de los
jueces nacionales, cuando se detecte que resulta violatoria de algún
derecho humano contenido en la Constitución Federal o en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.

Posteriormente, en el considerando quinto se analizó el


problema jurídico materia de la contradicción en dos apartados. En el
primero se hizo un análisis del nuevo modelo de control de
constitucionalidad a partir de las conclusiones contenidas en el
expediente varios 912/2010 y la contradicción de tesis 293/2011, en
relación con los pasos a seguir para ejercer dicho control, y el
parámetro respecto del cual debe hacerse (derechos humanos
previstos en la Constitución Federal y en tratados internacionales). En
el segundo apartado se analizó lo relativo a la posibilidad de ejercer
control de constitucionalidad o convencionalidad respecto de la
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En relación con el segundo punto, en la resolución aprobada por


la mayoría de los señores Ministros se arribó a la conclusión de que, al
margen de que los jueces nacionales estén facultados para ejercer el
control de convencionalidad, ello no les otorga la potestad para decidir
si una jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
transgrede o no una norma convencional.

1
VOTO CONCURRENTE EN LA CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Para desarrollar dicho argumento se hizo una precisión sobre los


tipos de jurisprudencia o de criterios jurisprudenciales que se pueden
emitir, y se explicó la distinción que existe entre la inaplicación de una
jurisprudencia y su aplicabilidad a un caso concreto. Para ello se dijo
que hay un supuesto en que los órganos jurisdiccionales pueden
considerar que la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación no es aplicable a la cuestión específica que están resolviendo,
es decir, que no resuelve el tema que se sometió a su consideración.

Hecha la precisión anterior, se dijo que los órganos


jurisdiccionales obligados a cumplir con la jurisprudencia emitida por
este Alto Tribunal carecen de atribuciones para reinterpretar su
contenido. En este punto se abundó sobre la posibilidad de hacer
nugatorio el principio seguridad jurídica que deriva de los artículos 14 y
16 de la Constitución General, en caso de la obligatoriedad de la
jurisprudencia dependiera de los órganos jurisdiccionales obligados a
acatarla.

Luego de hacer referencia a las disposiciones legales, tanto de la


Ley de Amparo abrogada como la vigente, que regulan la
obligatoriedad de la jurisprudencia y del contenido del artículo 94
constitucional, se arribó a la conclusión de que la jurisprudencia
emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación torna
inoperantes las inconformidades que abordan aspectos dilucidados en
ella, por ser insoslayable y de aplicación inexcusable.

Asimismo, se precisó que si bien los jueces nacionales están


obligados a inaplicar disposiciones cuando adviertan que éstas son
contrarias a algún derecho humano previsto en la Constitución Federal
o en tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte,
ello no da lugar a que se deje de lado la obligación constitucional y
legal de aplicar la jurisprudencia establecida por los Tribunales
Federales, ya que ello derivaría en una distorsión de la certeza y
seguridad jurídica que genera la definición de un tema a través de la
jurisprudencia, especialmente si es un órgano jurisdiccional inferior el
que desatiende un criterio emitido por un órgano jurisdiccional de
mayor jerarquía.

Finalmente, se explicó que la citada conclusión no tenía como


consecuencia desatender el compromiso del país de ejercer control de

2
VOTO CONCURRENTE EN LA CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

convencionalidad bajo el principio de interpretación más favorable a la


persona, porque existen mecanismos para cuestionar la jurisprudencia
emitida por la Suprema Corte de Justicia, tal como el procedimiento de
sustitución de jurisprudencia y la solicitud de ejercicio de facultad de
atracción.

Estando de acuerdo con el criterio general adoptado por el


Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el
sentido de que la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación no es susceptible de someterse a control de constitucionalidad
y/o convencionalidad ex officio por órganos jurisdiccionales de menor
jerarquía, me separo de las consideraciones previas que se hicieran
en el considerando quinto, apartado segundo, en las que se hizo una
distinción entre la inaplicación de una jurisprudencia y su aplicabilidad
a un caso concreto.

Durante el desarrollo de la discusión de este asunto, me


posicioné a favor del proyecto originalmente presentado, pero señalé
que, en mi opinión, no podían incluirse supuestos que no fueron
materia de la contradicción de tesis, como es lo relativo a la
aplicabilidad de la jurisprudencia a un caso concreto, pues considero
que dicho tema excede la materia de análisis a que se concretaba este
asunto y que como se evidenció en el considerando tercero, se ceñía
estrictamente a determinar si la jurisprudencia de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación puede ser objeto de control de constitucionalidad
y/o convencionalidad ex officio, a cargo de los jueces nacionales,
cuando se detecte que resulta violatoria de algún derecho humano
contenido en la Constitución Federal o en los tratados internacionales
de los que el Estado Mexicano sea parte.

La inclusión de ese análisis considero es insuficiente para


afirmar categóricamente que los órganos jurisdiccionales pueden
considerar que la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación no es aplicable a la cuestión específica que están resolviendo.
Para ello, estimo que los Tribunales Colegiados contendientes
debieron, primero, enfrentarse a una problemática en la que
sustentaran tesis contradictorias, a fin de que esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación pudiera pronunciarse al respecto, con un análisis
más profundo del caso y a partir de casos concretos que lo hubieran
generado.

3
VOTO CONCURRENTE EN LA CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013

Considero que efectivamente los órganos colegiados pueden


considerar que la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación no es aplicable a la cuestión específica que están resolviendo,
pero las aristas que podrían presentarse podrían ser muy variadas, lo
que sin lugar a dudas es diferente a someter una jurisprudencia a
control de constitucionalidad y/o convencionalidad ex officio. El
problema de hacer esta distinción, en mi opinión, radica en que sería
necesario hacer diversas precisiones en ese sentido, porque podría
darse el caso de que los órganos jurisdiccionales dejen de aplicar un
criterio obligatorio so pretexto de que no es aplicable al caso concreto,
alegando cuestiones relacionadas con la constitucionalidad y/o
convencionalidad de la jurisprudencia.

Por señalar algún ejemplo, podría señalarse que una


jurisprudencia no es aplicable a un determinado caso, al haberse
emitido en un contexto constitucional o convencional distinto, lo que de
suyo implicaría llevar a cabo una revisión de constitucionalidad y/o
convencionalidad de la jurisprudencia. Es por ello que me separo de
las consideraciones así expresadas, al estimar que no debieron formar
parte de la presente contradicción de tesis.

Por todo lo expuesto, formulo el presente voto concurrente, en la


contradicción de tesis 299/2013.

A T E N TA M E N T E

MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS

JPGF
En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su sesión
del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13,
14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así
como en el segundo párrafo del artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos
normativos.

4
VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL SEÑOR
MINISTRO JUAN N. SILVA MEZA EN LA CONTRADICCIÓN
DE TESIS 299/2013.

En el presente voto expongo las razones por las cuales no


comparto la determinación mayoritaria, en la que se resolvió que
la jurisprudencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
no puede ser objeto de control de constitucionalidad y/o
convencionalidad ex officio a cargo de los jueces nacionales,
cuando se considere que ésta resulta violatoria de algún derecho
humano contenido en la Constitución.

La resolución de la presente contradicción de tesis tiene que


ver, directamente con la labor jurisdiccional y el sistema de
obligatoriedad de la jurisprudencia y su resolución implica también
un pronunciamiento en torno a la reforma en materia de derechos
humanos de 2011 al artículo 1° constitucional.

Como ya lo he mencionado en diversos asuntos en los que


se ha analizado la llamada reforma en materia de derechos
humanos, la reforma constitucional de 2011, al reconocer la
posibilidad de ejercer control de convencionalidad de leyes,
transformó el modelo de justicia constitucional en México y
potencializó la labor de los jueces como verdaderos intérpretes
constitucionales.

Desde mi perspectiva, este Tribunal Pleno tiene un papel


esencial para desarrollar y precisar el modelo conforme al cual se
deberá realizar un ejercicio racional y justificado del control

1
VOTO PARTICULAR C.T. 299/2013.

judicial de las leyes en el juicio de amparo, a la


luz del nuevo parámetro de control de
regularidad constitucional.

Ante el control judicial de las normas a la luz de los tratados


internacionales en materia de derechos humanos, cabe advertir
que de conformidad con la reforma constitucional de derechos
humanos de referencia, el juez ordinario ahora se encuentra en
posibilidad de definir el alcance de una norma, modificando así la
relación tradicional entre el valor democrático de una ley y el
principio de seguridad jurídica.

En este contexto, resultan relevantes las votaciones


definitivas alcanzadas en la discusión del Expediente Varios
912/2010 (Radilla), pues se refieren a diversos aspectos sobre la
forma de ejercer control de convencionalidad y la contradicción
de tesis 293/2011 que se vincula estrechamente con la presente
contradicción pues en este asunto el Tribunal Pleno analizó cómo
las normas de derechos humanos, independientemente de su
fuente constitucional o convencional, debían operar como
parámetro de regularidad constitucional.

Al resolver la presente contradicción de tesis, la mayoría de


los integrantes de este Tribunal Pleno consideró que los órganos
jurisdiccionales no se encuentran facultados para inaplicar una
jurisprudencia que les es obligatoria, pues ello afectaría el
principio de seguridad jurídica tutelado en los artículos 14 y 16
constitucionales.

2
VOTO PARTICULAR C.T. 299/2013.

Lo anterior, de conformidad con lo


dispuesto por los artículos 192 de la abrogada
Ley de Amparo y 217 de la legislación se prevé
que todas las autoridades jurisdiccionales están obligadas a
aplicar la jurisprudencia emitida por esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, máxime que existe un procedimiento
específico para su modificación o abandono.

Así, en opinión de la mayoría, el sentido de la presente


resolución abona al respeto de los principios de seguridad y
certeza jurídica.

Comparto lo resuelto en el sentido de que la jurisprudencia


emitida por este alto Tribunal es obligatoria, sin embargo, me
aparto de la consideración de que los jueces no pueden dejar de
aplicarla bajo el principio de pro persona.

En mi opinión, en aras de dar congruencia y vigencia al


nuevo paradigma de derechos humanos introducido en nuestra
Constitución a raíz de las reformas de 2011, debe entenderse que
tal obligatoriedad encuentra su límite en el propio artículo 1°
constitucional.

Me explico, la jurisprudencia que emite este Alto Tribunal es


susceptible de ser objeto de un ejercicio interpretativo por medio
del cual se determine, atendiendo al caso concreto, si la misma es
aplicable, o no, por constituir la interpretación más favorable a la
persona.

3
VOTO PARTICULAR C.T. 299/2013.

Lo anterior guarda congruencia con el


criterio que anteriormente he sostenido en el
sentido de que toda limitación a un derecho
humano es, primero, excepcional; segundo, se acompaña de una
garantía y tercero, parte de la base de que la prevalencia de un
derecho sobre otro es siempre y cuando se garantice una mayor
protección a la persona. Es decir, la protección más amplia de los
derechos humanos debe ser siempre el criterio imperante para
determinar el parámetro de regularidad constitucional conforme al
cual debe analizarse la validez de las normas y actos de autoridad
que forman parte del ordenamiento jurídico mexicano.

Ahora bien, para este Tribunal Pleno el control de


convencionalidad ex officio se configura como una herramienta de
interpretación que permite al juez ordinario, y a todas las
autoridades, maximizar la protección de los derechos humanos
pues, a través de un ejercicio de ponderación, deberá aplicar
aquella norma en materia de derechos humanos que,
independientemente de su fuente constitucional o convencional,
otorgue la protección más amplia a la persona1.

Por tal motivo y tomando en consideración que en la


Contradicción de Tesis 293/2011 se resolvió que la
vinculatoriedad de la jurisprudencia interamericana se concibe
como un estándar mínimo de protección de derechos, es que no
puedo entender que a la jurisprudencia nacional se le otorgue un
1
Tesis: “CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFICIO EN UN MODELO DE CONTROL
DIFUSO DE CONSTITUCIONALIDAD”, Derivada del VARIOS 912/2010. 14 de julio de 2011.
Mayoría de siete votos; votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Jorge Mario Pardo
Rebolledo con salvedades y Luis María Aguilar Morales con salvedades. Ausente y Ponente:
Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios:
Raúl Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.

4
VOTO PARTICULAR C.T. 299/2013.

tratamiento distinto, pues todo juez tiene la


obligación, de conformidad con el mandato
contenido en el artículo 1º constitucional, de
ponderar cualquier contenido normativo, incluida, en mi opinión la
jurisprudencia nacional, prefiriendo como ya lo he señalado, la
interpretación más favorable a la persona.

No se debe perder de vista que la jurisprudencia es una


fuente de creación de derecho a través de la cual se asignan
contenidos al texto fundamental y además se interpreta,
complementa y delimita la aplicación de las normas secundarias,
de tal manera, que el entendimiento del texto del legislador se
complementa con la interpretación que se realiza en sede
jurisdiccional.

En este contexto, es que estimo que el control de


convencionalidad ex officio al que están obligados los jueces
nacionales a raíz de la reforma en materia de derechos humanos,
implica una herramienta de contrapeso al legislador, pues el juez
a través de un ejercicio de ponderación define, en cada caso, el
alcance de la norma que se traduzca en la mayor protección a la
persona.

Por lo tanto, si bien el juzgador no puede calificar la


constitucionalidad de la jurisprudencia nacional, por ser ésta
obligatoria, lo cierto es que, en cumplimiento del mandato
constitucional, sí está constreñido a realizar un ejercicio de
ponderación respecto de los derechos en juego y determinar así

5
VOTO PARTICULAR C.T. 299/2013.

la posibilidad de su aplicación atendiendo a las


particularidades del caso.
En consecuencia, por los motivos antes
apuntados, concluyo que la jurisprudencia nacional, en los
mismos términos que cualquier norma de derechos humanos,
debe ser materia del ejercicio de ponderación que realiza el juez
en cada caso para otorgar a la persona la protección más amplia
y es por ello que de manera muy respetuosa me aparto de las
consideraciones adoptadas por la mayoría de los señores
Ministros en la resolución del presente asunto.

ATENTAMENTE

MINISTRO JUAN N. SILVA MEZA

6
VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL MINISTRO ARTURO
ZALDÍVAR LELO DE LARREA EN LA CONTRADICCIÓN DE TESIS
299/2013

Al resolver la contradicción de tesis señalada al rubro, el Pleno de esta


Suprema Corte determinó por mayoría de siete votos que la
jurisprudencia de este Alto Tribunal Nación no es susceptible de
someterse a control de constitucionalidad y/o convencionalidad por
órganos jurisdiccionales de menor jerarquía, criterio que comparto
plenamente. No obstante, a pesar de que en términos generales
también comparto en su mayoría las consideraciones que sustentan el
sentido de la resolución, formulo el presente voto porque me parece
que en la sentencia se pudo haber abundado en algunas explicaciones
y distinciones que hubieran ayudado a hacer más robusta la
argumentación que sustenta el sentido de la presente resolución. En
este orden de ideas, a continuación presento respetuosamente
algunas consideraciones en la línea de lo antes expuesto.

1. “Disposición” y “norma”

Si bien en la sentencia se sostiene que “la jurisprudencia


obligatoria es, en relación con los órganos a los que obliga, de
naturaleza similar a las normas jurídicas, es decir, de observancia
general” (página 29), me parece que para explicar qué es la
jurisprudencia de los Tribunales del Poder Judicial de la Federación
hubiera sido conveniente retomar la distinción entre “disposición” y
“norma” utilizada por el Pleno en la contradicción de tesis 293/2011.
En dicha sentencia esa distinción se utilizó para clarificar la idea de
que la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derecho Humanos
es una extensión de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. Por lo demás, cabe destacar que se trata de una distinción

1
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

conceptual muy utilizada tanto en la teoría del


derecho como en la práctica de algunos Tribunales
Constitucionales.1

De acuerdo con esta distinción, la “disposición” alude al texto de


un determinado ordenamiento (constitución, ley, reglamento, etc.),
mientras que la “norma” hace referencia al significado que se le
atribuye a ese texto. En este sentido, puede decirse que la
jurisprudencia sería una norma porque atribuye significados a textos
normativos a través de la actividad interpretativa que despliegan los
tribunales. Evidentemente, el resultado de la atribución de significado
a un texto normativo puede ser una interpretación literal, una
interpretación restrictiva o una interpretación extensiva del texto.

Si ello es así, en mi opinión también pueden predicarse de la


jurisprudencia características que son propias de los textos
normativos, como su generalidad y abstracción. En el caso de la
obligatoriedad, en cambio, ello dependerá de que el sistema jurídico
en cuestión determine si esta característica también debe extenderse
a la atribución de significado a los textos normativos realizada por los
tribunales y en qué condiciones debe considerarse obligatoria.

En el derecho mexicano, la jurisprudencia es el significado que


los órganos del Poder Judicial de la Federación autorizados por la Ley
de Amparo (Pleno y Salas de la Suprema Corte, Plenos de Circuito y
Tribunales Colegiados) atribuyen a los textos normativos del orden
juridico mexicano, a través de la interpretación que realizan en el
marco de los procedimientos establecidos para ese efecto (reiteración

1
Como se señaló en esa oportunidad, se trata de una importante distinción bastante
extendida tanto en la teoría del derecho, como en la dogmática constitucional y la jurisprudencia
constitucional comparada. Por todos, véase Pozzolo, Susana, y Escudero, Rafael (eds.),
Disposición vs. Norma, Lima, Palestra, 2011; y Díaz Revorio, Francisco Javier, Las sentencias
interpretativas del Tribunal Constitucional, Valladolid, Lexnova, 2001, pp. 35-37.

2
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

de un precedente, contradicción de tesis y


sustitución de jurisprudencia), significado que
resulta obligatorio para los órganos jurisdiccionales
del país, en términos del artículo 217 de la propia Ley de Amparo.

Por lo demás, una muestra de que no resulta descabellado


entender que la jurisprudencia es una norma está en el hecho de que
la presente contradicción consiste en determinar si la jurisprudencia de
la Suprema Corte puede desaplicarse en un caso concreto. Como se
expondrá más adelante, la “aplicación” o “desaplicación” son
maniobras que los juristas realizan en relación con normas.

2. “Desaplicación” e “inaplicabilidad”

Un segundo punto de desacuerdo estriba en que en la


resolución se asume la distinción entre “desaplicación” e
“inaplicabilidad” de una norma sin explicar suficientemente en qué
consiste cada una de estas maniobras. Si bien ambas operaciones
tienen en común el hecho de que una norma no es aplicada, las
razones que justifican esta situación son muy distintas en uno y otro
caso.

Desde el punto de vista teórico, una norma es aplicable cuando


se actualizan sus condiciones de aplicación.2 Así, para que una norma
se “desaplique” debe en primer lugar debe ser aplicable. O dicho de
otra manera, la desaplicación es una maniobra que presupone la
aplicabilidad de la norma, toda vez que no se puede desaplicar una
norma que no fuera aplicable a un caso.

2
Si se describe la norma N se describe en términos condicionales, si S entonces P, puede
decirse que la norma N es aplicable y, en consecuencia, se desencadenará la consecuencia
normativa P, cuando ocurra S.

3
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

Un ejemplo puede aclarar este argumento. Si


se sostiene ante un juez penal que el delito de
contrabando presunto viola la presunción de
inocencia, éste sólo puede declarar que es inconstitucional y, en
consecuencia, desaplicar la norma penal, si efectivamente se realizó la
conducta descrita en la norma. Por el contrario, si la conducta que se
llevó a cabo es la descrita en el tipo penal de robo, es evidente que el
juez no podrá desaplicar la norma que establece el delito de
contrabando presunto aunque sea inconstitucional, puesto que ésta no
es aplicable al caso concreto. Así, la desaplicación consiste en no
aplicar una norma aplicable por considerar que ésta es inválida porque
vulnera lo dispuesto alguna norma constitucional.

En esta línea, sostener que una norma es “inaplicable” o que “no


es aplicable” significa que en un caso concreto no se actualizan las
condiciones de aplicación de esa norma. Siguiendo con el mismo
ejemplo, para el juez penal la norma que establece el delito de
contrabando presunto no es aplicable porque se realizó la conducta
prevista en el delito de robo. De esta manera, en el ejemplo la norma
no se aplica precisamente porque no se surten las condiciones de
aplicación de la misma.

Como señalé anteriormente, en este caso mi desacuerdo estriba


exclusivamente en que en la sentencia se asume la distinción entre
“desaplicación” e “inaplicabilidad” sin que se clarifique en qué consiste
cada una de estas maniobras. Ahora bien, a continuación presento
con algún detalle la forma en la que se conectan

3. Tipos de jurisprudencia

4
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

Si bien la sentencia recoge la distinción entre


los tipos de jurisprudencia que existen en función de
los textos a los que se les atribuye significado —
legalidad, constitucional y sobre constitucionalidad de normas
generales—, me parece que no se explica suficientemente la manera
en la que se conecta esta distinción con las otras distinciones a las
que he hecho referencia en el presente voto. A continuación me ocupo
de abundar en este aspecto.

A) Jurisprudencia de legalidad

La jurisprudencia de legalidad sería aquélla en la que se


establece el significado de las normas de rango infraconstitucional
(leyes, reglamentos, normas oficiales, etc.). En este sentido, cuando lo
que se plantea es que una norma legal, tal y como se interpreta en
una jurisprudencia, vulnera un derecho fundamental, los jueces no
deberían aplicar dicha jurisprudencia para resolver ese caso
precisamente porque no es aplicable, ya que en ella no se aborda el
problema de constitucionalidad que se está planteando.

En efecto, si lo que se argumenta es la inconstitucionalidad de


una norma legal, la jurisprudencia que simplemente establece la forma
en la que ésta debe interpretarse no es aplicable al caso concreto
porque no resuelve la cuestión planteada. Así, parece evidente que
una jurisprudencia de legalidad no puede dar respuesta a un
planteamiento de constitucionalidad.

De igual forma, en los casos en los que un juez ha aplicado una


jurisprudencia de legalidad y en el juicio de amparo se plantea la
inconstitucionalidad de dicha jurisprudencia, me parece que sería
perfectamente posible analizar en esa vía dicho planteamiento, toda

5
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

vez que el quejoso se duele de la


inconstitucionalidad de la interpretación que la
Suprema Corte realizó de la norma legal y ése es un
problema del que no se ocupó la jurisprudencia. Una cuestión distinta
es si es la propia Suprema Corte la que debería conocer de ese juicio
de amparo o del recurso correspondiente a través de la facultad de
atracción.

Por lo demás, en el caso de muchas jurisprudencias de legalidad


surgidas en el marco del anterior paradigma constitucional sería
explicable que la Suprema Corte no se haya ocupado de los posibles
problemas de constitucionalidad de la norma interpretada, ya sea
porque se trate de un pronunciamiento realizado en una contradicción
de tesis en el que no se haya advertido el problema de
constitucionalidad en cuestión o en algún amparo regido por el
principio de estricta legalidad donde el quejoso no haya planteado ese
argumento de constitucionalidad, de tal manera que en esos
supuestos no era posible que la Suprema Corte introdujera ese tema
en su análisis de legalidad.

En general, puede decirse que la no aplicación de una


jurisprudencia es una operación que practican constantemente los
tribunales ordinarios y federales cuando sostienen que la
jurisprudencia en cuestión no resuelve el caso o problema sometido a
su jurisdicción. De esta manera, me parece que resulta perfectamente
admisible la idea de que las autoridades jurisdiccionales “no apliquen”
una jurisprudencia de legalidad de la Suprema Corte, y a mayoría de
razón de tribunales colegiados, siempre que del análisis de las tesis o
las ejecutorias respectivas se advierta que no se estudió la norma
legal a la luz del derecho fundamental cuya violación se aduce.

6
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

B. Jurisprudencia constitucional y de
constitucionalidad

El caso de la jurisprudencia de constitucionalidad y la


jurisprudencia sobre constitucionalidad de normas generales es
distinto. Este tipo de jurisprudencias tienen en común que en ellas se
establece el significado de los derechos humanos u otras normas
constitucionales. En principio, cuando un juez se enfrenta al problema
de establecer el alcance de un derecho fundamental para resolver un
problema de constitucionalidad, ya sea de una norma general o de un
acto de aplicación, está obligado a utilizar la jurisprudencia de
constitucionalidad de la Suprema Corte que sea aplicable al caso
concreto.

En efecto, tanto la jurisprudencia sobre constitucionalidad de


normas como la jurisprudencia constitucional deben ser respetadas
por todos los órganos jurisdiccionales del país en atención al principio
de jerarquía. En este sentido, sostener lo contrario pondría en riesgo
todo nuestro sistema de precedentes y generaría incertidumbre
jurídica para los operadores jurídicos y las personas en general. Así,
me parece muy claro que los jueces “no pueden desaplicar” la
jurisprudencia constitucional ni la jurisprudencia sobre
constitucionalidad de normas.

Al respecto, es importante advertir que cualquier sistema de


precedentes se estructura en torno al principio de jerarquía, de tal
manera que no es ninguna excentricidad sostener que los precedentes
de los superiores jerárquicos deben ser acatados por los inferiores
cuando resultan aplicables a los casos concretos. Ahora bien,
partiendo de esta premisa, también hay que distinguir dos situaciones
en las está justificado “no aplicar” este tipo de jurisprudencias.

7
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

(a) Inaplicabilidad de la jurisprudencia sobre


constitucionalidad de normas

Un primer supuesto en el que es válido “no aplicar” este tipo de


jurisprudencia es en aquellas situaciones en las que éstas no son
aplicables al caso concreto: por ejemplo, cuando en la jurisprudencia
se analiza la constitucionalidad de una norma general a la luz de un
derecho distinto al que se aduce como violado en el caso concreto. Si
bien es cierto que en la sentencia se reconoce este supuesto de “no
aplicación” de la jurisprudencia (página 25), considero que también
debió reconocerse otras dos situaciones en las que está justificado
llevar a cabo esta maniobra.

(b) Superación y pérdida de vigencia de la jurisprudencia

Otro supuesto donde los jueces estarían legitimados a “no


aplicar” una jurisprudencia de constitucionalidad es cuando la
jurisprudencia haya sido superada o haya perdido vigencia. La
superación de la jurisprudencia (overruling, en la teoría del
precedente) ocurre cuando una sentencia posterior de la Suprema
Corte ha variado los alcances del derecho fundamental, de tal manera
que puede afirmarse el derecho tiene ahora un contenido diferente, ya
sea más amplio o más restrictivo, el cual es incompatible con la
jurisprudencia que se pretendía aplicar.

En la misma línea, una variación en el contenido del derecho


también puede establecerse en sede constitucional cuando el Poder
Revisor incorpora en la Constitución un contenido distinto al del
derecho interpretado en la tesis que se pretendía aplicar. En este
segundo caso podría decirse que la jurisprudencia ha perdido vigencia

8
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

porque el texto constitucional ha modificado el


alcance del derecho fundamental interpretado en la
jurisprudencia.

Por lo demás, ambos supuestos también pueden presentarse en


relación con una jurisprudencia sobre constitucionalidad de normas,
cuando se modifica el alcance del derecho fundamental con el que se
confrontó una norma general infraconstitucional.

(c) Preferencia de otra norma jurisprudencial

Finalmente, en el caso de la jurisprudencia constitucional sobre


derechos humanos, la contradicción de tesis 293/2011 estableció
que la jurisprudencia nacional, que podría ser de constitucionalidad de
normas generales o sólo de constitucionalidad, puede dejarse de
aplicar cuando exista otra emitida por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en la que se desarrolle una protección más amplia
para los derechos de las personas.

En este supuesto no puede hablarse propiamente de


“desaplicación” de la jurisprudencia nacional, toda vez que tanto ésta
como la jurisprudencia interamericana en principio serían aplicables al
caso concreto. En todo caso, en atención al principio pro persona,
puede decirse que el juez debe preferir la aplicación de aquélla que
sea más protectora. De la misma forma en la que un juez puede elegir
entre dos normas que en principio son aplicables para resolver un
caso en función del criterio de especialidad, en materia de derechos
humanos puede preferir utilizar la norma más protectora, sin que ello
suponga aceptar que la jurisprudencia nacional se está desaplicando
por ser inválida.

9
VOTO CONCURRENTE EN LA
CONTRADICCIÓN DE TESIS 299/2013.

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS

LIC. RAFAEL COELLO CETINA.


ABZ

10

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