Está en la página 1de 4

ASIGNATURA: CASTELLANO

ÁREA: HUMANIDADES COLEGIO LOS ANDES DEPRIMER


IBAGUÉPERIODO
JORNADA SABATINA
CICLO: 5 DOCENTE: ALEXANDRA MILENA RINCÓN RICO
FECHA: 12-02-
GUÍA N°: 1 TEMA: QUÉ ES FILOSOFÍA?
2022
ESTUDIANTE: NOTA:

¿QUÉ ES FILOSOFÍA?

Hace más de 2,500 años en algún mercado griego, entre intercambios de productos
atenienses, egipcios y persas, sucedió un choque de creencias y mitos que
detonaron una pregunta: ¿quién tiene razón? Para muchos, este fue el origen de la
filosofía.

La definición clásica de filosofía es la de “amor por el conocimiento” (filos-logos),


es decir, una búsqueda desinteresada por el saber, empujada por el asombro, la
curiosidad y la reflexión.

Ahora bien, una cosa es la filosofía como tendencia humana a hacerse preguntas
profundas, como “¿cuál es el sentido de la vida?” o “¿qué es la felicidad?”; y otra,
la filosofía como disciplina que se estudia sistemáticamente. La primera es una
actividad que compartimos prácticamente todos los seres humanos en algún punto
de nuestra vida. La segunda, es una ciencia con método propio y una vocación que
solo algunos persiguen.

Parte de la sombra que acompaña a este quehacer son los prejuicios y el poco
conocimiento entorno al estudio de la licenciatura en filosofía y el campo laboral de
un filósofo.

La preocupación principal de la Filosofía:

es cuestionar y entender ideas muy comunes que todos usamos cotidianamente sin
pensar acerca de ellas. Un historiador podría preguntar qué pasó en un período del
pasado, pero un filósofo preguntará ¿Qué es el tiempo? Un matemático podría investigar
las relaciones entre números, pero un filósofo preguntará ¿Qué es un número? Un físico
preguntará de qué están hechos los átomos o cómo se explica la gravedad, pero un
filósofo preguntará cómo podemos saber que hay algo afuera de nuestras propias
mentes. Un psicólogo podría investigar cómo los niños aprenden el lenguaje, pero un
filósofo preguntará ¿Qué hace que una palabra signifique algo? Cualquiera podría
preguntar si es incorrecto colarse en un cine sin pagar, pero un filósofo preguntará ¿Qué
hace que una acción sea correcta o incorrecta? Nagel, T. What does it all mean? (1987)

¿Todas las personas pueden filosofar?

La Filosofía tiene orígenes antiquísimos; las preocupaciones y preguntas filosóficas están


presentes de manera universal en la historia de la humanidad. El filósofo chileno Jorge
Millas plantea que la Filosofía es una necesidad profunda de la vida humana: “Así lo
reconocían ya Platón y Aristóteles, que vieron en el asombro, en la capacidad de
sorprenderse y admirarse, la raíz afectivo-intelectual de la actitud filosófica. Para la
inteligencia alerta del ser humano, aun las cosas obvias y simples son más complejas de
lo que parecen”

¿Qué se preguntan los filósofos?

El surgimiento de la Filosofía occidental suele relacionarse con un cambio en la forma de


explicar los fenómenos cotidianos: el paso del mito al logos. Mythos y lógos son
expresiones griegas que pueden traducirse como “palabra”. Sin embargo, la palabra
entendida como mythos se refiere a narraciones sagradas que intentan explicar el origen
y la regularidad del cosmos recurriendo a fuerzas sobrehumanas, como dioses o poderes
cósmicos personificados. En cambio, la palabra entendida como lógos se convertirá en
instrumento de indagación de la verdad, y también de debate y deliberación pública, que
trata de convencer argumentando y fomentando la capacidad crítica de la razón.
Aristóteles planteaba ya en el siglo V a. C que “los hombres comienzan y comenzaron
siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados ante los fenómenos
sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas
mayores, como los cambios de la Luna y los relativos al Sol y a las estrellas, y el principio
del universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia.
[…]. De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el
saber en vista del conocimiento, y no por alguna utilidad o afán práctico. Y así lo atestigua
lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían todas las cosas
necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida. Es, pues, evidente que no la
buscamos por ninguna otra utilidad, sino que, así como llamamos hombre libre al que es
para sí mismo y no para otro, así consideramos a esta como la única ciencia libre, pues
está sola es para sí misma”. (Metafísica). Las preguntas que se hacen los filósofos son
preguntas “radicales”, pues apuntan “a la raíz” de aquello que ponen en cuestionamiento.
El sentido de la vida, la existencia de Dios, la realidad, la naturaleza humana, la libertad,
el bien, la belleza, la justicia, entre muchos otros, son temas que han inquietado a los
filósofos a lo largo de la historia. En las páginas 12 a 15 se presentan algunas de las
preguntas filosóficas más trascendentes.

-Lea el siguiente texto, analícelo y responda lo solicitado al final.

Texto: Extracto de “De asombros y nostalgias”, de Jorge Eduardo Rivera: “La filosofía se
convierte en pasión cuando logra hacer de verdad eso que le es más propio, vale decir:
preguntar. Filosofar es preguntar. Pero –una vez más– tenemos que recordar que
preguntar no es lo mismo que formular una pregunta. Pilato le preguntó a Jesús “¿qué es
la verdad?” Pero, en realidad, lo que hizo no fue más que formular esa pregunta. En el
fondo, no le interesaba saber lo que es la verdad. Si le hubiera interesado realmente
saber lo que es la verdad, si lo hubiera necesitado para ser, no habría podido seguir
haciendo otras cosas, sino que se habría quedado allí fijo, girando en torno a lo que la
verdad pudiera ser. Pero Pilato lanzó su pregunta y luego se dedicó a otras cosas. Esa
pregunta no era una verdadera pregunta. Porque una verdadera pregunta es una
pregunta hecha con pasión, una pregunta que nos agarra y no nos suelta, como esos
perros guardianes que cuidan las casas de los ricos. ¿Qué es preguntar? La palabra
preguntar viene del latín percunctari, que significa vacilar. Preguntar es vacilar. Y vacilar
quiere decir perder la solidez, estar en peligro. Cuando estamos tranquilamente sentados
podemos descansar confiadamente. Estamos seguros, firmes. Y es ciertamente una
delicia esta experiencia de la solidez y la firmeza. Es un modo de estar en la realidad que
se caracteriza por la satisfacción: nos sentimos a gusto, estamos bien. Hasta que, de
pronto, empieza a temblar. Me refiero a un temblor de tierra común y corriente. Aunque
los temblores de tierra jamás son comunes y corrientes. Son siempre algo extra-ordinario,
algo amenazante para lo habitual y acostumbrado. Cuando empieza a temblar, salimos de
nuestra firmeza, de nuestra seguridad, y de pronto estamos inseguros. El hombre que
está inseguro se pone en movimiento para buscar seguridad. Cuando tiembla, huimos.
Pero hay que entender esta huida. De lo que huimos es de la inseguridad. Huimos,
quizás, para buscar refugio en un lugar seguro, donde no estemos amenazados. ¿Por qué
huimos de la inseguridad? Se diría que la in-seguridad es lo contrario de la vida. La in-
seguridad nos amenaza: nos quita ese estar en la realidad en que nos sentíamos a gusto,
es decir, nos quita –en cierto modo– la realidad en que estábamos. En lo inseguro no se
puede estar. Lo inseguro es lo inestable: es lo que vacila. Y huimos de lo vacilante,
porque necesitamos estar firmes. Porque estar, en sentido pleno, es estar firmes, estar en
lo firme. […] Preguntar es vacilar, es estar sin estar, estar en lo inestable. Por eso,
preguntar es salir en busca de lo firme, querer saber, y querer saber de un modo seguro,
en forma estable. Preguntar es una cosa extraña y nada fácil. “Las preguntas –decía
Heidegger–, y más aún las preguntas fundamentales, no se encuentran ahí tan
simplemente como las piedras y el agua. Las preguntas no las hay como hay los zapatos
o los vestidos o los libros. Las preguntas son y sólo son en su real y efectivo preguntarse”.
¿Qué es, pues, la filosofía? La filosofía no nace jamás de sí misma. Nace de un
acontecimiento radical que nos pone en marcha, que nos saca de nosotros hacia otra
cosa. Este acontecimiento radical se llama admiración o –mejor– extrañamiento. La
filosofía –decían Platón y Aristóteles– nace de la extrañeza. ¿De qué se extraña el ser
humano filosófico? Se extraña de lo más obvio, de lo que siempre estaba ahí, de lo de
siempre. Se extraña de un cierto fondo –de un suelo– en que su ser ha estado siempre.
“Se extraña” quiere decir: se hace extraño a eso de lo que antes era familiar. Lo que antes
le era natural, sencillo, familiar y obvio –como nos son familiares nuestros padres,
nuestros hermanos o el perro regalón– se le ha convertido al ser humano, de pronto, en
algo problemático, extraño, ajeno y lejano. Algo en lo que estábamos se nos va. Pero no
se nos va pura y simplemente, sino que a la vez nos acosa, nos asalta, se torna un
extraño, pero –curiosamente– no un extraño que nos resulte indiferente, que no nos
interese en absoluto, sino justo al revés: un extraño que nos mantiene retenidos y
absortos en su propia extrañeza. Pero la extrañeza filosófica no es una extrañeza por esto
o lo otro, por tal o cual cosa que de repente se nos haya vuelto asombrosa. No. La
extrañeza filosófica es una extrañeza absoluta. En ello todo se nos hace extraño. Y lo que
en todo nos extraña es algo que está en todas las cosas: su ser, su realidad. Nos extraña
que las cosas sean, que sean reales”. [De asombros y nostalgias, Jorge Eduardo Rivera,
p. 332-334, 2016, Ediciones UC, Santiago].

ACTIVIDAD EN CLASE:

1.Según lo leído ¿qué relación existe entre preguntar y la seguridad?

2. ¿Por qué es tan importante cuestionar todo a nuestro alrededor?

3.Pregunte al compañero del lado ¿qué preguntas se ha hecho sobre sí mismo en su


vida?

3. Realice 3 preguntas sobre lo leído en la guía.

También podría gustarte