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TECHADO DE CASA

INTRODUCCION

Muchos de nosotros alguna vez hemos visto que algunas personas hacen una singular fiesta cada vez que
terminan de construir el techo de sus viviendas. Es así que en la cultura quechua y aymara existen algunas
diferencias para realizarlo.

El “techado de casa” de una construcción arquitectónica en los andes centrales no pasa desapercibido; la
mayoría de las veces se celebra o realizan ciertos ritos. Ritos que están vinculados con la tradición cultural y
recuperación de saberes y conocimientos de nuestros pueblos ancestrales, del agradecimiento a la
Pachamama y la reciprocidad.

Es asi que en estas costumbres, nuestros ancestros ponen en practica todos estos saberes y conocimientos,
no debemos olvidar que en nuestro país gracias a ellos todavía los practicamos. Esta práctica es denominada
comúnmente como el “techado de casa”. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo surge esta tradición?

Es necesario, sistematizar el carácter tecnológico y cultural de esta sabiduría, particularmente útil frente a los
cambios culturales, cambio climático, estético o energético en cuanto a las diferentes opciones de expansión
como la calamina galvanizada, teja de barro cocido y calamina de amianto-cemento llamado comúnmente
Duralit, construcción en seco y demás.

Por ello es muy importante conocer como surge y practican esta costumbre en nuestros pueblos indígena-
originarios. A continuación desarrollaremos con mas detalle la practica de esta costumbre.

DESARROLLO

Dentro de la actividad agrícola; cuando no se tenía acceso a medios altamente sofisticados como los tractores
o el tirado de buey; se trabaja con herramientas individuales como tiramanos, y tirapiés; para eso se
necesitaba de abundante mano de obra, el cual era proporcionado por la misma comunidad. La persona que
recibía la ayuda se veía comprometida para devolver la ayuda a las personas que le habían ayudado.

Había una correspondencia inmediata, del mismo día, que era el de brindar abundante comida y bebida si era
la siembra; y si era la cosecha, mas algunos productos cosechados.

Al igual que en la actividad agrícola, existían algunas tradiciones que de igual forma requerían la participación
de la comunidad, como la tradición del techado de casa. Las razones son múltiples, pero básicamente esta
tradición del “techado de casa” se remonta a eventos de reciprocidad comunal, como las realizadas hace unas
décadas atrás, en nuestros pueblos indígena originarios.

A esta práctica se le denomina “Mink’a” (ayuda colectiva y reciproca) y tiene sus raíces en la época
prehispánica (antes de la llegada de los españoles), que consistía en una de las actividades en la que se
practicaba la reciprocidad comunal, unidad familiar, respeto hacia todos los miembros de la familia y la
comunidad.

Otra forma de “Mink’a” se daba cuando se formaba un hogar (construcción de casa), para lo cual se requería
la ayuda de la comunidad para construir la casa de la familia que recién se formaba; no solo lo construían
sino lo ataviaban o colaboraban con lo necesario. Todos esos eventos siempre se celebraban con danzas y
comida.

¿Qué es el “techado de casa”?


Es una costumbre de nuestros pueblos indígena originarios, que era una celebración donde se ofrendaba a la
vivienda recién construida, productos u objetos del lugar, con la idea de que, en el futuro, en la casa no falten
alimentos, exista confraternidad, unidad y respeto entre los miembros de la familia.

Los protagonistas según doña Severina Mamani de 72 años de edad de la comunidad de Iruma-Vinto de la
provincia Pantaleón Dalence del departamento de Oruro, son los varones y las mujeres, los dueños de la
nueva casa, quienes reciben los ofrecimientos de parte de los parientes y algunas personas visitantes.

Esta ceremonia consistía en que los vecinos pedían la colaboración de un grupo de música típica del lugar o
traída de otra comunidad cercana (tarqueada o zampoñada), para amenizar y alegrar la fiesta del techado de
la casa nueva.

Preparaban una cruz de madera y la adornan con serpentinas, flores y otras decoraciones características del
lugar.

Mientras esto ocurre, la mujer por su lado, alista los “urpos” que consisten en varias canastas, en las cuales
se colocan utensilios de cocina y pequeñas ollas de barro conteniendo productos agrícolas como: papas, trigo,
habas, maíz, quinua, cebada y otros, los cuales componen el símbolo de la pirwa (despensa) que es un
método tradicional de conservación de alimentos en las regiones de nuestros pueblos indígena originarios.

El rito era una parte de la ceremonia que consistía en que; de la casa donde se alista, sale el varón
acompañado de la mujer llevando una cruz y tras de ellos van los familiares y amigos, quienes trasladan los
“urpos” a ellos se van sumando paulatinamente otras personas.

Los dueños van cargando a la vez paja (ichu) desde un lugar reservado donde previamente ya se recolecto de
lugares más alejados (se dice que eran lugares bien cuidados donde no llegaba el ganado para pastar) donde
los comunarios ya conocen, para luego dirigirse a la casa nueva, bailando todos al compás de una melodía
ejecutada por el grupo de música típica del lugar (tarqueada o zampoñada).

Luego continúan su ruta hasta llegar a la vivienda que está siendo techada.
En medio de la alegría popular, el varón se encarga de colocar la cruz en el techo de la casa, finalmente es la
mujer quien será la responsable de colgar los “Urpos” en la parte más alta del techado interior de la nueva
vivienda construida.

Este momento solemne no solo está vinculado con la Mink’a, sino también con una idea simbólica de
agradecimiento a la Pachamama (lo que se desea que suceda). Y en el caso del “techado de casa” el
agradecimiento es la idea de estabilidad o durabilidad de los cimientos. Aspecto que se está desarraigando
por la crisis de identidad por causa de la tecnología, pero que aún queda en el subconsciente de las parejas
que construyen sus viviendas, y que aun practican estas costumbres de saberes y conocimientos de nuestros
pueblos indígena originarios.

En ella también se realiza la “ch’alla” que es el acto de romper la vasija de chicha, y en efecto rociar el líquido.
La finalidad de la ch'alla es augurar cosas positivas (prosperidad económica, unidad familiar, buena salud
para los integrantes de la familia que habitara la vivienda).

En la actualidad todavía quedan restos arqueológicos de estas viviendas antiguas, aunque muy poco en
nuestra ciudad, porque a medida que se van modernizando las viviendas (reconstruyendo), se han ido
encontrado entierros de animales y plantas asociados a construcciones o remodelaciones de espacios
arquitectónicos. Existe dentro de la arqueología la necesidad de ser interpretados, para no quedarse en la
etapa solo descriptiva.
Dicen las crónicas que relatan la vida de nuestros ancestros, que hacer el llenado de techo (se decía llenado,
porque la parte de arriba que cubría la casa se lo rellenaba con paja para formar un techo), siempre fue un
símbolo de unión y comunión. Cuando ocurría esto se sacrificaba animales y se rociaba la sangre a los
cimientos y a las esquinas de la vivienda construida, esto porque se decía que hay que darle alimento a la
Pachamama y la mayoría de estas construcciones terminaban en celebraciones de una gran fiesta popular y
regocijo.

En otro ayllu según doña Euloteria Fernández de 48 años de edad de la comunidad de Cóndor Apacheta del
Cantón Peñas que es la segunda sección del municipio de Peñas de la provincia Poopó del departamento de
Oruro, el techado de casa se lo realizaba en épocas después de la cosecha de productos propios del altiplano
(papa, oca cebada y otros) y antes de la próxima siembra.

Para el inicio de este tipo de ceremonias, todo el ayllu tenía que estar presente. Ahí el amauta o curandero y
sus ayudantes se vestían como una “cumbi”, que no es otra cosa que una camiseta elegante al mismo estilo
de nuestros ancestros. A esta ornamenta se le agregaba una banda colorada en el pecho y brazaletes de
plata. Sobre la cabeza acostumbraban colocarse una “corona”, la cual era una corona de plata y a manera de
sombrero utilizaban una guaraca larga enrollada sobre la cabeza.

Una de las primeras personas en entrar a la nueva morada o casa era el curandero porque era una persona
pura y sin pecado. Los acompañaban muy de cerca un grupo de mujeres o “pallas” quienes con tambores
recorrían cada rincón de la casa. Luego comenzaba el sacrificio de varias llamas, con lo que se vertía la
sangre de estos por todos los cimientos. La creencia radicaba en que con esta sangre las estructuras serían
mucho más fuertes.

En tanto otros allegados a la familia se encontraban tirando vasos de chicha desde el techo. Esto era
realizado con el fin de que cuando llueva no gotee. Posteriormente se quemaban hojas de coca, cuyas
cenizas eran mezcladas con harina de maíz, combinación que era soplada en cada una de los ambientes a
manera de fumigación para atraer las buenas vibras para la buena convivencia de la familia que lo habitara.

Tras el rito realizado el curandero o amauta, autorizaba la fiesta general e incluso otros ayllus participaban
comiendo, bebiendo, cantando y bailando hasta la noche.

Llegado el momento estelar, se enlazaba una cinta de color al cuello de los esposos dueños atando de las
manos a la pareja la otra punta se anudaba en la viga más alta, a continuación quienes tenían esa voluntad
hacían su cola frente a la pareja y uno por uno depositaban en sus brazos los regalitos que discretamente
portaban (alimentos que producían en la región).

En el techo sobre la cumbrera se fijaba para siempre una cruz de fierro vestida de flores y lazos, bendecidas
previamente por el cura o sacerdote del pueblo en la misa que se celebraba en la capilla del pueblo. La
música o tarqueada traída de otro pueblo afinaba con calma, mientras la concurrencia se servía de un
almuerzo preparado.

Después de toda la ceremonia comenzaba el festejo de techado de casa a todo dar. Curiosamente hoy en día,
está tradición arraigada tiene remanentes en los barrios, donde hay vecinos que para construir sus casas, se
apoyan entre ellos como buenos vecinos, para ese gran día del techado o vaciado de concreto, la pareja que
va a techar su casa, se manifiesta con un asado u otro plato especialidad de la señora dueña de la casa, por
supuesto los ofrecerá a todos: al maestro de la obra, a los ayudantes, a las amistades visitantes, incluyendo a
los mirones o curiosos, sino, no funciona, el techo amanece rajado y se cumple los malos presagios (de la
mala suerte como peleas entre la pareja o falta de dinero y trabajo en el hogar).
El techado de casa es un conjunto arquitectónico:

En Bolivia, en los pueblos indígena originarios, en los andes, valles y el trópico se utilizaba diferentes
materiales producto de la naturaleza para el techado de las viviendas. Hoy en día en muy pocas comunidades
campesinas del altiplano es posible observar viviendas en pie construidas con materiales del lugar, (cimientos
de piedra, paredes de adobe y techos de paja), porque muchos de los habitantes mayores o los abuelos han
ido falleciendo con el pasar del tiempo, es así que los jóvenes optaron por emigrar a las ciudades, dejando en
el abandono estas viviendas que se han ido cayendo o desmoronando, y por los factores climatológicos (sol,
vientos, más que todo la lluvia).

Junto con ello se va perdiendo todo una herencia cultural, un patrimonio tangible con un gran contenido
tecnológico, adecuado y comprobado por siglos que tiene que ver con la durabilidad de los materiales y la
técnica utilizada en la construcción. Todo este conjunto de materiales, procedimientos, instrumentos,
capacidad y fuerza humana constituye una técnica verdaderamente original e imaginativa. Las técnicas
utilizadas en la construcción de las viviendas es fruto de la sabiduría de varias generaciones que provienen de
las culturas antiguas: chullpas, urus, aymaras y quechuas del altiplano boliviano.

Todo conocimiento a nivel técnico se ha llamado tecnología y en nuestro caso la construcción de la vivienda
en el mundo andino de nuestros pueblos indígena originarios también está considerada como un sistema
autóctono tecnológico heredado de las culturas de nuestros ancestros y un sistema que desde la temprana
colonia ha logrado incorporar gran número de innovaciones propias, con la llegada de los españoles.

La cosmovisión andina y la percepción indígena del medio ecológico determinan la coherencia y la lógica del
sistema tecnológico andino. Este sistema tecnológico es andino, no solo porque es practicado en la región
andina y porque está sintonizado con el medio ecológico andino, sino también porque se originó en el mundo
(ecológico, social y cultural) andino y porque fue legado sustancialmente a los indígenas contemporáneos
(personas que en la actualidad todavía viven en los pueblos) por nuestros antepasados (padres, abuelos,
bisabuelos).

Con el paso del tiempo, con la conquista española, con la república muchas de las técnicas, de construcción,
estrategias de desarrollo basado en la economía agropecuaria se han desmoronado paulatinamente, dando
paso a modelos inapropiados al medio y el contexto social y cultural de los pueblos del altiplano, siendo así
que los materiales que antes se usaban para la construcción y techado de la casa han sido reemplazados por
el ladrillo, cemento, calamina, cerámica, teja (en las regiones quechuas del valle alto de Cochabamba,
regiones quechuas de Oruro, Potosí y Sucre), y en las ciudades hoy en día por construcciones con láminas de
aluminio.

A partir de estas premisas, a continuación describiremos otra experiencia según el relato de don Marcial
Condori de 62 años de edad de la comunidad de Pazña provincia Eduardo Avaroa del departamento de
Oruro, de manera objetiva la vivienda campesina era construida con materiales del lugar y en especial el
techo con cubiertas de paja, considerada tradicional en el altiplano boliviano, que muchos estudiosos han
llamado vivienda ecológica por los materiales utilizados (hierbas, arbustos o pajas), ya que la misma
utilización de los materiales puede significar una depredación de los pocos vegetales que cubren la capa
arable del altiplano, recordemos que actualmente existe una escasez de alimentos para el ganado y por
supuesto la utilización para la cubierta esta en competencia con la del alimento del ganado. Las hierbas,
arbustos o pajas son el alimento diario del ganado del altiplano.

Tomando en cuenta que en las comunidades del altiplano que están situadas a una altura promedio de 3.800
msnm, tienen un clima frígido y seco que baja a 11 grados bajo cero y un máximo de 22 grados en la época
de verano, es muy necesario construir las viviendas con muros gruesos para poder soportar este clima,
además que el techo debe dar la seguridad necesaria para proteger a la nueva familia que la habitara. Esta
región también presenta fuertes vientos huracanados que provienen de la cordillera de los Andes.

Todavía existen estas viviendas tradicionales en las regiones del altiplano de Bolivia, construidas con
materiales locales, pero ya solo quedan como un vestigio de una cultura antigua y estas se los puede
observar casi todas en mal estado, utilizadas como depósito o cocina, principalmente en los echaderos de
animales o "Jant´as" (cabañas o pequeñas construcciones de pastoreo que utilizan o utilizaban nuestros
ancestros en algunas épocas del año, esto con el fin de ayudar a la recuperación de los suelos donde
habitualmente se pastan a los animales).

Como testimonio que podemos rescatar de la existencia de esta tecnología, con la ayuda de don Honorato
Condori y su esposa Claudina Fernández, describiremos la vivienda de esta pareja ubicada en su rancho
(pequeña comunidad habitada por una o dos familias solamente), cerca de la comunidad de Jatata que
corresponde al ayllu Cóndor Apacheta del Cantón Peñas que es la segunda sección del municipio de Peñas
de la provincia Poopó.

Las viviendas con techos de paja son construidas por sus propios dueños y la ayuda de los familiares y
algunos vecinos (de otros ranchos cercanos). Para este tipo de construcción y en especial para el techado se
requiere un conocimiento profundo de los materiales a utilizarse (tamaño y tipos de paja, cordeles de paja,
troncos y tallos de arbustos o eucalipto para las cumbreras) en este caso, las personas mayores de edad son
los indicados para la selección de los materiales acopiados por el dueño de casa, por la experiencia de vida y
haber participado en varias edificaciones.

Para ello previamente, el dueño ha levantado desde el cimiento la futura casa. Para la edificación a utilizado
en los cimientos piedras de tamaño regular y en las esquinas ha colocado piedras fundadores. Una vez
logrado levantar al menos 50 cm de altura continúan con el pirqado del muro o pared con adobes elaborados
con barro mezcla de tierra, arcilla y paja picada. Para concluir en dos mojinetes donde estará sujeto las
cumbreras y se asentaran los "tejerales".

Generalmente las viviendas están construidas de dos edificios, con las puertas con vista hacia donde nace el
sol, una destinada para el dormitorio, guardar alimentos y otros artículos importantes. La otra es destinada a la
cocina. Las viviendas están construidas en adobe unido uno del otro con una mezcla de barro y paja para
tener un agarre y durabilidad. Raras veces tienen ventana, y cuando no lo tienen con la puerta cerrada la
habitación es una oscuridad completa, manteniendo el calor de los habitantes de la nueva familia y así evitar
que pasen frio.

Para el techado de la casa o vivienda se utilizan distintos vegetales, arbustos y palos de madera de eucalipto
llamados "bolillo". Propiamente para el techado se usa la paja brava que en el idioma quechua se llama "ichu",
las pajas son arrancadas desde la raíz con la ayuda de una picota principalmente en la época húmeda o de
lluvia, las mismas son secadas en montones para luego ser trasladados en animales de carga o camiones,
desde los lugares seleccionados y mejor conservados donde no pastaron los animales, que por lo general
quedan un poco alejados de la comunidad y son conocidos por los lugareños.

La cantidad extraída depende mucho del tamaño de la vivienda a techarse. Así mismo, se acopia la paja
amarilla llamada "sicoya" o "q’illu ichu", en cantidades menores que la paja brava. Además se acopia las
ramas más largas de la planta llamado "ch’illka", con el cual fabrican una línea trenzada flexible para colocarlo
al contorno de la cornisa, para ligarlo con el tijeral con pitas elaboradas de paja llamados "phala". Para la
construcción y material de fijación de la paja se utiliza barro, una mezcla de tierra, arcilla y paja menuda.
Para armar el techado, tradicionalmente se utiliza vigas fabricadas de "ch’illka" o palos de eucalipto llamados
"bolillo", los cuales son reforzadas con pitas elaboradas de paja llamados "phala" a manera de listones que
atraviesan todo el contorno de los tejerales, donde además descasara la paja seleccionada como techo, el
techo siempre tiene la caída hacia la puerta, la puerta esta con vista a la salida del sol para que entre la luz,
como habíamos indicado antes, la mayoría de las viviendas no tenían ventanas, para conservar el calor
durante la noche y en épocas de frio.

Todo el proceso del techado de la vivienda, es un acto social festivo donde acuden desde los familiares más
cercanos y todos los vecinos de la comunidad y otras personas cercanas, el techado de la casa debe concluir
en el día, para que en la noche la familia pueda dormir por primera vez en la nueva casa, así evitar que seres
malignos la habiten.

Este acto cultural se lo denomina "achuqalla", que significa inicio en un tiempo y lugar una actividad recíproca,
que puede ser económico, social o familiar. En este caso es un acto social que encierra, compartir un deseo,
ayuda recíproca, fiesta, comida y costumbres relacionado a festejar el inicio de una familia.

Análisis comparativo de los hechos:

En distintas poblaciones rurales y urbanas de nuestro país esta costumbre es muy similar, sola con la
diferencia de algunos elementos.

ELEMENTOS DEL “TECHADO DE CASA”

A continuación mencionaremos algunos de los elementos que se utilizaban antes y también ahora haciendo
una pequeña comparación

La cruz (chakana):

En la antigüedad se utilizaban troncos pequeños de plantas amarrado por el medio haciendo una especie de
cruz o chakana conocido por nuestros ancestros y se colocaba en el centro de la parte más alta del techo.
Hoy en día existen dos tipos de cruces pequeñas. Uno para construcciones de cemento o concreto, que está
hecho de un arreglo de flores, se utiliza también una pequeña canasta adornada con flores; y otro para
construcciones rusticas de adobe y teja que están hechos de material metálico (mide un promedio de cuarenta
centímetros). Sus ubicaciones son en la parte delantera de la casa y amarrada normalmente junto al techo. Se
coloca ahí en momentos previos a la inauguración, hasta que se deteriore con el tiempo.

La vasija de chicha:

Mayormente se utiliza una vasija de arcilla con chicha de maíz. En todos los casos se rompe la vasija,
marcando el momento simbólico del paso. Suele ser golpeado con un martillo o arrojado desde una distancia
considerable y dejado colgando junto a la cruz (chakana). Hoy en día se rompe una botella de algún licor
dulce o en la mayoría de los casos un par de botellas de cerveza, uno se lo rompe y el otro se lo agita y se lo
va rociando por toda la casa, ya que según algunas personas cuando la espuma son abundantes es símbolo
de prosperidad y ventura.

Los caramelos o dulces (confites):

Mayormente son caramelos pequeños y grandes de diferentes sabores. Y estos son arrojados desde la parte
superior de la casa (del techo recién hecho) hacia la calle o la vía pública, para que la buena suerte siempre
acompañe a la pareja o familia.
Comida y bebida:

La comida se va preparando paralelamente a la ejecución del techado. Se suele ingerir como desayuno o
almuerzo; si es como almuerzo es servido inmediatamente después del “rito de paso”. Antiguamente se
mataba una llama o cordero de acuerdo a la familia, para hacer la respectiva kanka, que era servido después
del rito de paso, con la menudencia se hacía un caldo que se les daba temprano en la mañana antes de
empezar la jornada de trabajo.

Hoy en día se prepara un asado al horno (carne de llama, pollo, cordero o res, papa, oca, camote, plátano de
freír y su ensalada de lechuga) o una parrillada con una infaltable llajua.

Antes la bebida más consumida era el alcohol, o en algunos casos chicha de maíz. A veces acompañaba a
toda la ejecución del techado, pero generalmente se bebía después del techado de la casa o después de
servirse la kanka. Hoy en día se consume cerveza en el área urbana y rural, se le da al maestro albañil
encargado de la obra quien comienza con la ch’alla antes de empezar y luego al terminar son los dueños de la
casa quienes realizan la ch’alla oficial, luego invitan a sus acompañantes para que sean parte de la alegría y
fiesta de los dueños de la casa. No debe haber exceso en el consumo de bebidas alcohólicas para evitar
peleas.

La hoja de coca:

COCA, elemento importante son las hojas de la coca la mismas que sirven para el "pikcheo" o la deglución en
la cavidad bocal cuyo jugo se enriquece con la legía o "Llipta". La Legía se obtiene por la aglutinación de la
ceniza de kañawa con cal, la misma es amasada con pasta de papa; existiendo la lejía dulce y la salada.

La coca tiene dos caras: la una es verde grisáceo, que representa el buen augurio y la otra, verde oscuro
simboliza lo negativo. La hoja de coca se lo debe llevar siempre en una Inkuña es un paño cuadrangular tejido
de lana especialmente de alpaca o de oveja, pudiendo ser blanco o de colores diversos, estambre donde es
amarrada la coca junto a la lejía; se envuelve cogiendo las puntas extremos opuestos de la inkuña,
doblándolas hacia el centro una encima de otra en forma de cruz.

Antes de comenzar con el techado de casa se hace el respectivo acullico para poder cubrir el hambre y
cansancio de los que van a realizar el techado de la casa. En la antigüedad la pareja que iba a realizar el
techamiento visitaba a todos sus vecinos de los ayllus cercanos para hacer la invitación a tal costumbre para
lo cual lo hacían con la hoja de coca. Hoy en día todavía se hace el acullico antes de empezar la obra,
algunos jóvenes que no acullican deben suplir la hoja de coca por algún otro alimento que les ayude a saciar
el hambre y el cansancio mientras se realiza el techado de la casa hasta concluir con la obra.

El alcohol:

Se echa en las cuatro esquinas invitando a beber a la Madre Tierra y pidiendo permiso para el festejo
posterior. Este elemento se lo utiliza previamente al inicio de esta costumbre para alejar los malos espíritus y
hacer una limpia espiritual del lugar y poder realizar la obra si novedad. Hoy en día se lo utiliza de igual
manera.

La mesa blanca o dulce:

Llamado así el conjunto de productos extendidos sobre un papel blanco donde se deposita en el centro una
hierba llamada k’oa y que se le ofrece a la Pachamama, alrededor se dispone un circulo con lanas
multicolores de llama, sobre estas se ponen como elementos principales a los dulces caseros llamados
misterios o "muqllu", la misma consiste en un rectángulo casi cuadrado elaborado en base a azúcar
impalpable, clara de huevo y almidón donde se aprecian relieves con temas diversos, especialmente
simbólicos andinos o también representan a santos y ascetas o simplemente a pertenencias de la persona a
quien se le ofrece o brinda, a esta mesa, las mismas son colocadas en círculo.

Al centro de este circuito se adicionan confites y alfeñiques blancos, porotos, galletas letras, chocolate,
pequeñas pastillas con relieves de animales, preferentemente blancas, dulce adobe blanco, romero, "khuru" o
gusano, alhucema, el "trinchador" que es una pequeña raíz y algunas veces se incluye el copal, ello por estar
dedicada la mesa a la tierra, también contiene el "quri limpi" y "qullqi limpi" que representan a los metales
preciosos oro y plata. Además se incluye pan de oro y plata.

Al centro de este cerco se ubica la imagen en relieve de la figura principal a la que está dedicada la mesa
(casa, vehículos, llamas, ovejas, taller, etc.) la misma es elaborada a base de una pasta de azúcar; este icono
es envuelto por el quri hilo (Oro) y el qullqi hilo (Plata).

En algunos casos se incluye el "unto" que es un pedazo de cebo de llama que encarna con preferencia a la
llama blanca o también contiene un "sullu" que es un feto disecado de vicuña o llama, junto a ello se ubican
dos cigarrillos "k’uyuna", se complementa con el "K’intu" que son hojas de coca escogidas en número de tres.

Tilinkhu, es un recipiente pequeño preferentemente de plata en el cual se sirve el alcohol o vino dulce que
sirve para "ch’allar" la mesa blanca. El vino, calma la sed de la Pachamama. Unos dicen que tiene que ser de
uva pura sin ninguna mezcla. Otros hablan del vino de indio que es un preparado de tintes y no se toma. No
tiene alcohol.

Todo este conjunto es rodeado por tiras de algodón blanco.

Existen 50 diferentes tipos de misterios de los cuales se seleccionan 12 para la mesa que se está armando,
misterios que nacen de los 12 apóstoles y los 12 meses del año. Los principales son:

- Misterio del diablo; son los contadores, porque el dinero viene del diablo.
- Misterio de la mariposa; suerte para que vuele la plata y florezca la tierra.
- Misterio del banco; para ahorrar dinero y haya prosperidad en la casa.
- Misterio de la herradura; para la suerte de los habitantes de la casa.
- Misterio del dólar; para que el dinero no falte en la casa.
- Misterio del sapo; para la abundancia de alimentos en la casa.
- Misterio de la araña; para que no falte trabajo en la casa.

Antes de la conquista española, en nuestros pueblos indígenas originarios, las ofrendas consistían en sangre
humana y de animales, el sacrificio animal aún está vigente en muchos pueblos de la zona del altiplano
boliviano, donde se sacrifican una llama y entierran el corazón en el centro de la casa.

La música:

Antes, el techado de casa era amenizada por la música del conjunto o grupo musical del pueblo o de otro
pueblo que consistía en una tarqueada o zampoñada de acuerdo al contexto social, ésta amenizaba desde el
momento que se concluía con el techado de casa hasta que la fiesta terminaba. Hoy en día este elemento se
ha perdido por completo, en la mayoría de los casos es amenizado por un equipo de sonido o amplificación
que ameniza con la música a gusto de la pareja dueña de la casa y dura todo el tiempo que así lo disponga la
pareja.
La ropa:

Antes los albañiles o personas que construían las casas utilizaban ropa vieja con su sombrero q’ulu y un par
de abarcas. Hoy en día para mayor seguridad y evitar accidentes de los albañiles y ayudantes utilizan casco,
overol y botas.

Las herramientas y material de trabajo:

Para techo de paja: paja, barro mezclado con paja triturada, callapo, cactus secos, lazos de cuero de bovino
(vaca, toro), escalera.

Para techo de calamina: escalera, nivel de agua, serrucho, martillo, clavo, calamina, vigas, listones.

Para losa: escalera, pala, carretilla, mezcladora, cemento, agua, grava, arena fina, plastoformo, fierros,
alambre, alicate, tenaza.

Importancia y significado de esta costumbre:

- Recuperación de saberes y conocimientos de nuestros pueblos indígena originarios.


- Concibe el espíritu de cooperación, respeto, reciprocidad y afecto, valores indispensables que forman
parte de la identidad cultural del pueblo.
- Propicia la unidad familiar.
- Incide y mantiene la tradición familiar y comunal.
- Rescate de valores comunitarios de nuestros pueblos indígena originarios.
- Transmitir a las nuevas generaciones la práctica de los saberes y conocimientos de nuestros pueblos
indígena originarios.

CONCLUSION

Aunque no se llegaban a excesos, la fiesta fue replicada a través de los años y en la actualidad es realizado
como acontecimiento social, alegre y divertido que se celebra por el progreso de quienes construyen la
vivienda.

En algunos pueblos del país amigos y vecinos acuden hasta la celebración llevando materiales que puedan
necesitar para los últimos toques. Otros en cambio llevan bebidas y regalos personales y comparten
exquisitos platillos tradicionales hechos en grandes fogones de leña y ollas de arcilla roja.

En los últimos tiempos el proceso de construcción de las viviendas ha cambiado radicalmente, debido a
factores de influencia social, "status", condiciones socioculturales e ingresos económicos de las familias
campesinas.

Sin embargo, no es tarde para recuperar esta tecnología, rescatar este conocimiento, a través de un trabajo
de redescubrimiento e investigación profunda sobre este tema.

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