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1.

ASOMBRO Y CONOCIMIENTO

Orígenes de la Filosofía y del Conocimiento.

La Filosofía es una reflexión metódica que expresa la articulación del conocimiento, las
posibilidades y límites de la existencia y modos de ser. El término ‘Filosofía’, no se
aparta del significado de ciencia, doctrina particular, corriente de pensamiento,
conjunto de saberes. También se suele decir que la Filosofía es un sistema particular de
entender la vida y todo lo relacionado con ella.

Desde cierto punto de vista se considera a la filosofía como la ‘Ciencia de las ciencias’,
mientras que desde otro punto de vista aparece como una crítica rigurosa y sistemática
del conocimiento incluida la propia filosofía. La filosofía se mantiene atenta a una
determinada afirmación o comprensión de la verdad, entendida como la cosa en sí, el
sentido del hombre en el mundo. Como dice Ferrater Mora (1912-1991) filósofo,
español, «la unidad de la filosofía (...) se manifiesta a través de su diversidad»

La filosofía comienza en Grecia: (a) como una búsqueda de lo permanente y perfecto;


(b) como una afirmación de la identidad frente a la diferencia. De estos dos puntos
nacen la metafísica, la ontología, la gnoseología, la ética, la estética y la lógica.

Filosofía procede del griego, y está compuesta de dos palabras (philos, que significa
«amor», y sophia, que significa pensamiento, sabiduría, conocimiento, saber: φιλοσοφία
(amor por la sabiduría). La palabra sophia tiene diferentes significados. El historiador
de la filosofía Jean-Joël Duhot, dijo que: "Los griegos sabían que la palabra sophia
significa habilidad, los conocimientos técnicos, el conocimiento, en sentido amplio, y
que la palabra sophos nos da la idea de una persona hábil, o científico."

Pero hay otras formas de definir la filosofía:

 Ciencia del ser, por sus últimas causas, a la luz natural de la razón.
 Estudio de los más fundamentales conceptos y principios involucrados en el
pensamiento, la acción y la realidad.
 Aplicación del análisis de los diferentes pensamientos y teorías (ej. física,
matemática, astrología, psicología, mitología, valores, sociedad, religión, historia)
para encontrar patrones repetidos y coincidencias reales.

 PLATÓN: La filosofía es una disciplina que precisa sobre otras disciplinas.


 ARISTÓTELES: La filosofía es la ciencia teórica de los primeros principios y
de las primeras causas de lo que es (de las últimas causas). La filosofía es la
contemplación desinteresada de lo bueno.
 CÍRCULO DE VIENA: La filosofía es la reflexión sobre la ciencia, sus modos y
maneras de conocer.
 HEGEL: La filosofía es el saber efectivo de lo que es (lo que es todo cuanto
existe, todo cuanto hay). La filosofía es la historia hecha conceptos.
 MARX: La filosofía es una actividad para la transformación del mundo.
 WITTGENSTEIN: La filosofía es una actividad para disolver falsos problemas
que se esconden en el lenguaje.

Filosofía: es la historia del desarrollo de la sabiduría humana en el mundo.

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Circunstancias que hicieron posible la aparición de la filosofía en Grecia.

Son varias las condiciones de la antigua Grecia que pueden verse como favorecedoras
del surgimiento de la actitud filosófica:
1ª La condición geográfica. Grecia, empujó a sus pobladores a la navegación en
busca de fortuna, y así se produjo un intercambio cultural que pudo favorecer la
incorporación de diferentes visiones del mundo. Esto hizo de Grecia un escenario
abierto a la incorporación de nuevas ideas.
2ª El contacto con el Oriente Próximo. Los griegos aprovecharon los elementos
culturales, principalmente matemáticos y astronómicos, del Oriente Próximo. Por ello
las primeras expresiones de la filosofía surgen en Asia Menor, la región griega más en
contacto con Fenicia, Egipto y los pueblos mesopotámicos.
3ª La ausencia de textos sagrados en la religión griega. Y también la ausencia de
una casta sacerdotal encargada de velar por el dogma. En Grecia no había autoridad
religiosa, de modo que el pensamiento filosófico no encontró este obstáculo.
4ª La circunstancia política. Con el desarrollo comercial de los siglos VII y VI
AC, Grecia vivió una transformación social. De ser un país primordialmente agrario
paso a ser un país organizado en torno a las polis, donde se desarrollaron formas
políticas flexibles y democráticas que permitieron la libertad de palabra y la iniciativa
del ciudadano.
5ª El genio griego. Todas las circunstancias anteriores habrían sido insuficientes
de no haberse dado entre los griegos una serie de rasgos geniales: el interés por la
verdad, el amor al diálogo y la inteligencia arrolladora.

Los orígenes del Filosofar.

Karl Jasper (1883 –1969), alemán, dijo: ‘El hombre, desde siempre, ha tratado de
explicar no sólo todo aquello que es inmediato sino la totalidad, para lo que acude a lo
que está más allá’.

La historia de la filosofía como pensar metódico tiene sus comienzos en el siglo V AC,
pero como pensar mítico mucho antes. Comienzo no es lo mismo que origen. El
comienzo es histórico: siglo V antes de Cristo. Origen es, en cambio la fuente de la que
surge el impulso que mueve a filosofar. Únicamente gracias a él resulta esencial la
filosofía. Este origen es múltiple.

EL ASOMBRO: Para Platón el origen del filosofar es el asombro. “Nuestros ojos nos
hacen ser partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda celeste”.
“Este espectáculo nos ha dado el impulso de investigar el universo. De aquí brotó para
nosotros la filosofía, el mayor de los bienes deparados por los dioses a la raza de los
mortales". Para Aristóteles el origen del filosofar es la admiración. “La admiración es
lo que impulsa a los hombres a filosofar: “empezando por admirarse de lo que les
sorprendía por extraño, avanzaron poca a poco y se preguntaron por las vicisitudes de
la luna y del sol, de los astros y por el origen del universo”. En la admiración me doy
cuenta que no se. Busco el saber, pero el saber por el saber mismo, no para satisfacer
ninguna otra necesidad.

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El filosofar es como un despertar. Este despertar tiene lugar mirando
desinteresadamente a las cosas, la naturaleza y el mundo preguntando qué será todo ello
y cuál será su origen, preguntas cuya respuesta no serviría para nada útil, sino que
resulta satisfactoria por sí sola. Una vez que he satisfecho el asombro y la admiración,
se anuncia la duda.

LA DUDA: es el examen crítico y a través de él, la búsqueda de la clara certeza. Ante el


examen crítico de los conocimientos nos damos cuenta que no hay nada cierto. Las
percepciones sensibles están condicionadas por nuestros órganos sensoriales y son
engañosas y en todo caso no concordante con lo que existe fuera de mí
independientemente de que sea percibido. Nuestras formas mentales son las de nuestro
intelecto. Se enredan en contradicciones insolubles. Por todas partes se alzan unas
afirmaciones frente a otras. Filosofando me apodero de la duda, intento hacerla radical.

La famosa frase de Descartes "pienso, luego existo" era para él lo único de lo que no
podía dudar, pues nadie puede engañarme de mi existencia mientras pienso. La duda
en Descartes se vuelve duda metódica, es la fuente del examen crítico de todo
conocimiento. De aquí que sin una duda radical, no hay verdadero filosofar. Pero lo
decisivo es cómo se conquista, a través de la duda, la certeza.

“Entregado al conocimiento de los objetos del mundo, practicando la duda como la vía
de la certeza, vivo entre y para las cosas, sin pensar en mí, en mis fines, mi dicha, mí
salvación. Más bien estoy olvidado de mí y satisfecho de alcanzar semejantes
conocimientos”.

LAS SITUACIONES LÍMITES: es la conciencia de estar perdido. La cosa se vuelve


otra cuando me doy cuenta de mí mismo en mi situación.

Epicuro: (341 AC - 270 AC) griego: “El origen de la filosofía es el percatarse de la


propia debilidad e impotencia.” ¿Cómo salir de la impotencia? Poniendo en claro y en
libertad por medio del pensamiento lo que reside en mí, a saber, la forma y el contenido
de mis representaciones. Tomamos conciencia de nuestra humana situación. Estamos
siempre en situaciones, éstas cambian, se suceden, si no se aprovechan no vuelven más.
Puedo trabajar por hacer que cambie una situación. Pero hay situaciones que por su
esencia, no las puedo cambiar, aun cuando se altere su apariencia momentánea: no
puedo menos que morir. Estas situaciones fundamentales de nuestra existencia las
llamamos situaciones límites. Son situaciones de las que no podemos salir y que no
podemos alterar.

En la vida corriente huimos frecuentemente de ellas haciendo como si no existieran.


Olvidamos que tenemos que morir. Entonces sólo nos enfrentamos con las situaciones
concretas, que manejamos a nuestro gusto por nuestros intereses. A las situaciones
límites reaccionamos cuando nos damos cuenta realmente de ellas, con desesperación y
con reconstitución: Llegamos a ser nosotros mismos en una transformación de la
conciencia de nuestro ser.

Mientras somos felices, estamos jubilosos de nuestra fuerza, tenemos una confianza
irreflexiva, no sabemos de otras cosas que de nuestra inmediata circunstancia. En el
dolor, en la flaqueza, en la impotencia nos desesperamos. Y una vez que hemos salido
del trance y seguimos viviendo, nos dejamos deslizar de nuevo, olvidados de nosotros

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mismos, por la pendiente de la vida feliz. Pero a pesar de ello el hombre su vuelve
prudente con semejantes experiencias.

El hombre quiere lograr la seguridad.

“Sólo allí donde los Estados se hallaran en situación de que cada ciudadano fuese para
el otro tal como lo requiere la solidaridad absoluta, sólo allí podrían estar seguras en
conjunto la justicia y la libertad”. No hay estado, ni iglesia, ni sociedad que proteja
absolutamente. Semejante protección fue la bella ilusión de tiempos tranquilos en los
que permanecía disimulado el límite.

Nada da un albergue seguro al hombre, en ninguna parte del mundo está Dios. En todo
momento tiene el hombre que descubrir, mirándose a sí mismo o desde su propio
interior, lo que es para él certeza, ser, confianza. Las situaciones límites –la muerte, la
desconfianza que despierta el mundo me enseña lo que es fracasar, pero a la vez me da
el impulso fundamental que mueve a encontrar en el fracaso el camino que lleva al ser.
En las situaciones límites, o bien hace su aparición la nada, o bien se hace sensible lo
que realmente existe: el filosofar se origina con una conmoción total del hombre.

Platón y Aristóteles partieron de la admiración en busca de la esencia del ser.

Descartes buscaba en medio de la duda, la certeza imperiosa.

Los estoicos buscaban en medio de los dolores de la existencia la paz del alma.

Estos motivos –el asombro-la admiración, el conocimiento, la duda y la certeza, el


sentirse perdido y el encontrarnos a nosotros mismos- no agotan lo que nos mueve a la
filosofía en la actualidad.

La filosofía supone desinterés: su razón de ser está en contemplación de la verdad y


no en la utilidad que ese conocimiento pueda proporcionar.

La filosofía exige aceptación ante la incomprensión y la soledad.

La filosofía exige compromiso ya que las verdades filosóficas exigen una toma de
posición.

Es la esencia misma del hombre la que lo mueve a conocer. Y aquí volvemos a


encontrar una más clara implicación entre saber y vida, cuyo sentido se irá haciendo
más diáfano y transparente, con la pregunta ¿Qué es esto? En este momento se origina
la Filosofía.

Aristóteles: “Todos los hombres desean por naturaleza el saber”.

El hombre mítico y el hombre teorético.

La actitud teorética, por oposición a la actitud mítica..., según afirma Zubiri (1898 -
1983), filósofo español, es el nuevo método humano que surge en Grecia, por primera
vez en la historia, y desde entonces hay algo radicalmente nuevo en el mundo, que hace
posible la Filosofía. Para el hombre mítico, las cosas son poderes buenos o malos, a los

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que utiliza o evita. Esta es la actitud anterior a la Grecia filosófica, y la que sigue se
caracteriza por el genial hallazgo helénico. La conciencia teorética ve cosas en lo que
antes eran poderes. Es el gran y profundo descubrimiento de las cosas.

En una actitud teorética, el hombre, en lugar de estar entre las cosas, está frente a ellas,
y entonces las cosas adquieren por sí solas una significación que antes no tenían. Se
muestran como algo que existen por sí mismas, independiente del hombre: Surgen
entonces las cosas como realidades que son. Y únicamente en este sentido se puede
hablar de verdad o falsedad. El hombre mítico se mueve fuera de éste ámbito. La
forma más antigua de este despertar a las cosas en su verdad es el asombro. Y por
esto es la raíz de la Filosofía.

Cuando el hombre paso del mito al logos surgieron no un solo sistema filosófico sino
varios: todos tiene pretensión de verdad. Dichos sistemas son antagónicos entre ellos;
pero ese antagonismo no quiere decir incompatibilidad total. Ningún sistema puede
pretender una validez absoluta y exclusiva, porque ninguno agota la realidad: en la
medida en que cada uno de ellos se afirma como único, es falso. Cada sistema
filosófico aprehende una porción de la realidad, justamente la que es accesible desde el
punto de vista o perspectiva. La verdad de un sistema no implica la falsedad de los
demás; la contradicción sólo surge cuando el filósofo afirma más de lo que realmente
ve; es decir, las visiones son todas verdaderas –se entiende que parcialmente
verdaderas y en principio no se excluyen.

Además, el punto de vista de cada filósofo está condicionado por su situación histórica,
y por eso cada sistema, si ha de ser fiel a su perspectiva, tiene que incluir todos los
anteriores como ingredientes de su propia situación.

La sociedad griega era en principio aristocrática y guerrera, donde la nobleza poseía la


tierra, dirigía los ejércitos. La economía estaba basada en la agricultura, existiendo el
trueque como única forma económica de intercambio. La sociedad griega carecía de
libros sagrados y de un sistema de enseñanza organizada, lo que hizo fácil la
transformación ideológica. Cada tribu poseía su propia mitología, éstas se intentaron
unificar en una mitología general en libros como la Ilíada o la Odisea de Homero. Se
llegó así a un escepticismo en la mentalidad popular, ya que existían mitologías
diferentes: creándose un vacío ideológico. Además, hay un elemento que sólo surge en
la mitología griega: la idea de destino (fuerza superior a la voluntad de los hombres que
determina aquello que necesariamente tiene que ocurrir). El paso del mito al logos se
produce, en la conjunción de todos estos elementos, es decir cuando se transforma la
idea de mito en la idea de necesidad lógica o ley natural. Las mayores fuerzas de la
naturaleza son la idea de destino y la de necesidad lógica, porque estas no pueden ser
cambiadas por ninguna otra idea, la diferencia entre ambas está en que: la idea de
destino es algo incognoscible, la idea de ley natural es cognoscible.

El pensamiento mítico se basa en: lo aparente, cambiante y múltiple; el pensamiento


lógico se basa en: lo que realmente son las cosas, la permanencia y la unidad.

DESTINO LEY NATURAL

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(Incognoscible)
(Cognoscible)
- Aparente.
- La esencia.
- Cambiante.
- Permanente.
- Múltiple.
- Unidad.

Estas tres características: permanencia, esencia y unidad, son las: coordenadas lógicas,
se obtienen por medio de la razón, despreciando el conocimiento de los sentidos que nos
muestra la realidad como algo: aparente, cambiante y múltiple. Se intenta definir la
naturaleza como algo permanente y único; se busca leyes o principios explicativos de la
realidad. Ese será el gran problema al que se enfrentarán los filósofos griegos, ya que es
preciso explicar una naturaleza dinámica, cambiante, a través de una ley que no
puede estar sometida a dicho cambio, ella ha de ser inmutable, ya que de lo contrario
no la podríamos conocer. Este principio explicativo del universo será el arjé. Cuando se
identifica el arjé con un solo objeto estamos ante una filosofía monista; pero si el arjé
explica todo se denomina panteísta.

Antes del sigo VII AC nos encontramos con el mito como forma de pensamiento en la
antigua Grecia. El mito es el conjunto de leyendas imaginativas y fantásticas que narran
el origen del universo, la situación del hombre y el final de los tiempos en los que
volverá a existir la felicidad perdida al comienzo de éstos; pero también, el mito es una
actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas de la
naturaleza, es decir, se dota personalidad a los elementos naturales. Así por ejemplo, en
la mitología griega hay un Dios del mar, otro del Viento. Hacia el siglo VII AC. Se
produce el nacimiento del pensamiento racional atribuido a la genialidad griega. Para
que se diera este traspaso tuvo lugar una serie de cambios sociales, económicos e
ideológicos que motivaron el nacimiento de intentar explicar la realidad de otra manera.

La novedad de este comienzo se caracteriza habitualmente como el paso del mito al


logos. Mito significa relato, narración, y logos tiene varios sentidos:
Logos: razón, palabra, habla.

El pasaje iría de lo imaginario y fantástico al predominio de lo racional. Hay sociedades


-las llamadas primitivas- que no han hecho este camino, sociedades cuya representación
del mundo está fijada en la etapa mágico-mítica. Lo característico del mito consiste en
la personificación y divinización de los fenómenos. Lo inexplicable de la realidad es
asociado a voluntades mágicas, divinas. Así los fenómenos resultan familiares.
El mito proporciona una representación general de la realidad, capaz de dar respuesta a
las inquietudes fundamentales del individuo sobre el origen del mundo, de la vida, sobre
la muerte, etc., y satisface la necesidad que la conciencia tiene de acomodarse. En la
cultura griega, se entiende por "mito" el conjunto de doctrinas de los poetas Homero y
Hesíodo acerca de mundo, hombre y dioses, doctrinas que transmitían oralmente los
rapsodas.

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La idea de antropomorfismo significa que los dioses están creados a imagen y
semejanza de los griegos nobles y reflejan el modo de vida de estos. La mitología
homérica es principalmente etnogénica (explica el surgimiento de la etnia o pueblo
griego. En la mitología homérica hay dos elementos que allanan el camino a la
especulación filosófica:
1º el poeta no se limita a narrar una serie de hechos, sino que se esfuerza en presentar
su causa -lo que puede verse como una aplicación del principio de razón suficiente.

2º El poeta intenta presentar la realidad como una totalidad.

En cuanto a Hesíodo, en él la cosmogonía tiene más relieve. Lo primero que existía era
el Caos, después vino la Tierra y luego el Amor. (En las primeras cosmologías
filosóficas aparecerán secuencias de este tipo). Los dioses aparecen dentro del mundo y
no son sus creadores; no crean, el mundo ex nihilo. Los mismos dioses están sujetos a
una especie de ley natural.

Pues bien, en Grecia, hacia el siglo VI AC, el pensamiento racional surge como una
nueva manera de representar la realidad dejando de lado los relatos. Las nuevas ideas
serían las siguientes:
1ª Hay un orden necesario, inteligible e impersonal que rige el universo. Surge la idea
de necesidad; la idea de que los hechos suceden como tienen que suceder.
2ª Dicho orden puede ser descubierto por el hombre mediante el uso de la razón. Es
decir, hay una ley (logos) que rige el mundo y el logos como razón-palabra, son un
mismo logos. Esta convicción es fundamental para que llegue a proyectarse el ideal
del saber filosófico.

El siguiente cuado aclara las diferencias entre pensamiento mítico y pensamiento


lógico:

Pensamiento Mítico Pensamiento Lógico


-Fundamento de los DESTINO-DIOSES NECESIDAD-
fenómenos: NATURALEZA
-Facultad en que se apoya: IMAGINACIÓN RAZÓN
-Modo de presentación y ACRÍTICO- CRÍTICO-ESCÉPTICO
de DOGMÁTICO
transmisión:
-Referente retórico: ETNOCÉNTRICO UNIVERSAL

La filosofía es una invención realizada por una generación de griegos a la que la


humanidad deberá para siempre el espíritu científico-filosófico. En el siglo VI AC surge
el pensamiento filosófico como la expresión más importante del milagro griego,
manifiesto también en las artes, la literatura y la política. Los griegos desecharon los
mitos de modo casi definitivo.

Lo que comenzó en Mileto, apuntaba a un modo de formular la realidad esencialmente


distinta de las teogonías y cosmogonías antiguas, la cual llego gracias a la genialidad de
unos cuantos griegos, a un gran desarrollo, estableciéndose como fuente de reflexión y
cultura para toda la tradición posterior a la que llamamos filosofía.

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Problemas generales de la filosofía griega.

Los problemas filosóficos que más ocuparon a los pensadores griegos son los
siguientes:

Oposiciones básicas Problemas


UNIDAD/PLURALIDAD Categorías o regiones del ser.
SER Orden y primacía: problema de la unidad
y totalidad del ser.

PERMANENCIA/CAMBIO Contingencia y necesidad: problema del


DEVENIR devenir, problema del movimiento y de la
constitución de la física.

Algo más tarde van tomando cuerpo las cuestiones morales y políticas, es decir, las
relativas a la finalidad de la vida del hombre: la felicidad, la virtud, la justicia, el
gobierno del Estado, etc.

La filosofía griega se suele dividir en cuatro períodos, en los que se desarrollan


problemas específicos:
- Cosmológico. el interés se centra en la explicación de la naturaleza.
Comprende las primeras escuelas presocráticas, siglos VI y V. AC.

- Antropológico. El interés se centra en el hombre, en la reflexión sobre la


civilización y el Estado. Segunda mitad del siglo V.

- Ontológico. (de ontos, ser). Se llega a teorías generales que abarcan tanto los
problemas antropológicos como los cosmológicos. Comprende a Platón y a Aristóteles,
representan la madurez de la filosofía griega. Siglo IV.

- Ético. Este período se centra en los problemas morales. Surgen los sistemas
éticos los cuales pretenden ser guías espirituales para una época de decadencia. Siglos
III y II.

El concepto de "Physis".

En la mayoría de los griegos la llamada cuestión del ser fue planteada desde un punto
de vista cosmológico. Por eso su filosofía es más que nada una física y a ellos se los
conoce como fisiólogos. La mayoría de sus obras escritas llevaban el título de Pery
Physeos (Sobre la Naturaleza). El término physis significa naturaleza.
Hay dos sentidos que se debe tener en cuenta:
- la totalidad de los entes: UNIVERSO
- el modo de ser de los entes: ESENCIA

Estos dos sentidos se relacionan: la naturaleza es concebida como un cosmos, es decir,


como un todo ordenado dotado de belleza, y no caos. Para que se dé ese orden cada
cosa tiene que estar en su sitio dentro de ese orden, cada cosa tiene que cumplir con su

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esencia, con su modo de ser natural. Por otro lado en la misma raíz de la palabra -
phýo, que significa brotar, nacer- contiene la idea de actividad, dinamismo. La
naturaleza es dinámica. Este concepto de naturaleza hace de puente entre los pares de
opuestos:
- la naturaleza es la esencia de las cosas, pero en tanto es capaz de dar razón de la
apariencia: Esencia opuesto a apariencia.
- La naturaleza es el ser permanente de las cosas, pero en tanto determina sus diferentes
actividades: Lo uno opuesto a lo múltiple.
- La naturaleza es el principio de unidad capaz de generar la pluralidad: Unidad
opuesta a pluralidad.

La idea de Arjé.

La profundización en la idea de naturaleza conduce a los griegos a la investigación de


un principio rector capaz de dar razón de la unidad natural. La idea de un orden total
que engloba todas las cosas los conduce a pensar en el fundamento de toda la
realidad que conforma dicho orden: es El arjé, principio o fundamento.
El arjé es:

Origen. Es aquello a partir de lo cual se generan los seres.


Término. Es a donde vuelven todos los seres.
Sustrato. Es aquello de que están hechos o en que consisten los Seres.
Causa. Es lo que explica las transformaciones de los seres.

Tales de Mileto (624 - 547 AC), matemático y astrónomo. El arjé es el agua.


El agua es necesaria para la vida, donde no hay agua no hay vida. El agua es capaz de
adquirir distintos estados, en cuyas transformaciones recorre el ciclo de la naturaleza.
Esto último es lo más importante porque lo que se busca es el principio absoluto: algo
capaz de explicar todas las cosas. Este principio no puede ser una cosa concreta más
entre las cosas, porque ha de poder convertirse, de alguna manera, en todas ellas.
Tiene que ser, por tanto, algo inconcreto, informe, capaz de adquirir fácilmente
cualquier forma: ello es el agua.
Tales afirmaba: "Todo es maravilloso", "todo es asombroso", “todo es digno de
consideración y de asombro”.

Anaximandro (610 - 546 AC). El arjé es el ‘ápeiron’ (de "a-"privativa, y "peras"


límite, perímetro), es decir, lo indeterminado, lo ilimitado. Lo que es principio de
determinación de toda realidad ha de ser indeterminado, y precisamente ‘ápeiron’
designa de manera abstracta esta cualidad. El ápeiron es eterno, siempre activo. Esta
sustancia es lo que da origen a todo.
De Anaximandro se conserva este texto:

"El principio (arjé) de todas las cosas es lo indeterminado (ápeiron). Ahora


bien, allí mismo donde hay generación para las cosas, allí se produce también la
destrucción, según la necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y la
reparación de la injusticia, según el orden del tiempo".

¿A qué se refiere esta ‘injusticia’? Puede tener dos sentidos. Primero, que toda
existencia individual y todo devenir es una especie de usurpación contra el arjé, en
cuanto que nacer, individuarse, es separarse de la unidad primitiva. Y segundo, que los

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seres que se separan del arjé están condenados a oponerse entre sí, a cometer injusticia
unos contr otros. El devenir está animado por la unilateralidad de cada parte, cada parte
se expresa como oposición a otra.
En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos
por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia
del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra,
fría y húmeda, ocupa el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del fango
calentado por el sol; del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces,
idea que es una anticipación de la teoría moderna de la evolución.

Anaxímenes (585 - 524 AC). El arjé es el aire (pneuma). El alma, en cuanto


principio de vida y de movimiento, no es más que un soplo, un aliento de vida, aire.
La diversidad de los seres se debe a dos procesos del aire: rarefacción y
condensación. El aire mismo es lo más dilatado, una piedra es aire muy condensado.

Pitágoras (575 - 500 AC). El arjé es el número. A Pitágoras se le atribuye la invención


de la tabla de multiplicar y del teorema que lleva su nombre. Su escuela tiene ideas de
naturaleza órfica (el orfismo era la religión más extendida en el sur de Italia): la
abstención de comer carne, la prohibición de vestir lana, de matar animales, la creencia
en la preexistencia, inmortalidad y trasmigración de las almas.
El alma procede de otro mundo, se ha manchado con el pecado y ha de ir por ello,
encadenada al cuerpo. Esta idea se verá luego en Platón: cuerpo como cárcel del alma.
Pitágoras afirmaba que la vida tiene que ser una "catarsis" (purificación). La catarsis
del alma: el ayuno, el silencio, el examen de conciencia y la dedicación al trabajo
intelectual, especialmente las matemáticas, de las que se aprende la armonía, ésta
armonía ha de ser llevada al interior del hombre mediante dicho estudio. Lo más
importante del pitagorismo es su ‘filosofía del número’.
Los pitagóricos fueron ante todo matemáticos y esto determina su explicación de la
naturaleza. ¿En qué lo basaban? Observaron que ciertas propiedades de los seres
pueden ser expresadas matemáticamente. Pitágoras realizó importantes
descubrimientos en el campo de la música. En la música es esencial la determinación
numérica: los intervalos entre las notas pueden formularse numéricamente, la altura del
sonido depende de la longitud de la cuerda y es posible representar la escala con razones
numéricas. La música es un modelo del funcionamiento del universo, tanto el
universo como la música son armonía: orden y belleza, y ambos obedecen al
número. Los pitagóricos creyeron que todos los seres son formulables matemáticamente
y pensaron que los principios de las matemáticas son también los principios de la
naturaleza. A partir de esta idea se dedicaron a:

a) asignar un número a cada género de cosas; por ejemplo, el 5 al matrimonio, pues es la


suma del primer par, el 2, elemento femenino, y el primer impar, el 3, elemento
masculino (el 1 no es par ni impar). Asimismo llevaron la aritmética a la geometría,
considerando los números como determinación del espacio: el 1 engendra el punto, el 2
produce la línea, el 3 la superficie, el 4 es el volumen. Sumando estos cuatro primeros
números se obtiene el 10, el número o figura sagrada "tetraktis": Por ejemplo, al
Universo, por considerarse perfecto, se le asigna el número 10, que para los griegos era
el número perfecto. Por eso el Universo habría de estar formado por una gran masa de
fuego, que es el sol, rodeado por 9 planetas que giran en órbitas circulares.

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b) buscar los principios de los números. Los números proceden de dos principios: lo
par y lo impar. A partir de estos dos principios se constituye una tabla de categorías a
base de oposiciones entre dos términos:
IMPAR PAR
LIMITADO ILIMITADO
UNO MÚLTIPLE
DERECHO IZQUIERDO
MASCULINO FEMENINO
REPOSO MOVIMIENTO
RECTO CURVO
LUZ OSCURIDAD
BUENO MALO
CUADRADO OBLONGO
Los pitagóricos dieron importancia al orden, proporción y medida (acentuando un
rasgo característico del pueblo griego: la mesura). Cada ser particular es lo que es no
por sus elementos materiales, que son los mismos en todos, sino por las relaciones
formales internas y externas. Lo preciso para dar razón de una cosa es la razón
matemática de su estructura. En este sentido, las cosas son números.

El número, representa no sólo la forma, sino también la materia de las cosas.


En este momento todavía el pensamiento filosófico no puede separar aún, con claridad
conceptual: materia y forma. El mundo se formó cuando el Uno o la unidad
originaria integró, por una especie de aspiración, el vacío que lo rodeaba. Es
necesario marcar la importancia del pitagorismo para el nacimiento de la ciencia
moderna (siglo XVII). El pitagorismo, llegado de la mano del platonismo durante el
Renacimiento italiano, le hará decir a Galileo que "la naturaleza es inteligible porque
está escrita en caracteres matemáticos".

Heráclito (535 - 465 AC). El arjé es el fuego. En su modelo afirma el devenir de las
cosas. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres:"Panta rei", todo
fluye. Se le atribuye la frase: "Es imposible bañarse dos veces en el mismo río". Los
dos pilares de la filosofía de Heráclito: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues
el fuego sólo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de
materia. El devenir no es irracional, ya que el logos, la razón universal, lo rige: "Todo
surge conforme a medida y conforme a medida se extingue". El hombre puede
descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al
hombre y a las cosas.
De Heráclito es también la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación
universal tiene dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por contracción
o condensación, y otra ascendente por dilatación. He aquí algunas frases de Heráclito.

- La armonía invisible es mayor que la armonía visible.


- Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma; tan
profundo logos tiene.
- Siendo el logos común, casi todos viven como si tuvieran un logos particular.

Parménides (510 - 450 AC). El arjé es lo que permanece. Sostiene: El devenir es una
ilusión, un engaño de los sentidos. En Parménides la physis pierde absolutamente su
sentido esencial dinámico y es sustituida por la noción más abstracta de "ser" ("ontos").

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Acerca de lo que la realidad es, hay solo tres posibilidades:
1ª El no-ser es (alude a los pitagóricos, los cuales admitían el vacío para explicar la
formación del cosmos).
2ª El ser es y no es (alude a Heráclito, para Parménides, como vamos a ver, si se diera el
movimiento, el ser existiría y no existiría a la vez).
3ª El ser existe y es imposible que no exista.

Las dos primeras son caminos impracticables para el pensamiento, ya que contienen
contradicciones. Sólo la tercera es viable, encierra toda su doctrina: "El ser existe y el
no-ser no existe. Como se ve, Parménides se aferra a una lógica binaria, para la que no
hay más que estos dos valores de ser y no-ser, sin posible término medio, el vacío es
no-ser y el movimiento sería ese término medio imposible entre ser y no-ser.
Parménides deduce las propiedades del ser: - El ser es único, ya que si hubiera varios
seres, lo que habría entre ellos sería no-ser.
- El ser es inengendrado, ya que si fuera engendrado, lo sería a partir del ser o del no-
ser.
- El ser es inmóvil, dado que el cambio o movimiento es para Parménides, por
definición, empezar a ser o dejar de ser, el paso del no-ser al ser o del ser al no-ser.
En una de sus frases este pensador dice: "lo mismo es el pensar y el ser" (frase que ha
tenido por el lema el idealismo); sólo es real aquello que puede pensarse, y aquello que
resulte impensable (como el movimiento), no es posible que exista. Para Parménides: el
pensamiento tiene un valor superior a la experiencia de los sentidos. El pensamiento
revela ese ser estático, uno y perfecto. La multiplicidad y el dinamismo que nos
muestran los sentidos son engaño e ilusión. El ser es compacto, lleno, esférico.

Zenón de Elea (495 - 430 AC). Seguidor de Parménides. El método que utiliza son las
aporías ("aporía" es un problema sin salida o sin solución) es la reducción al absurdo,
que reside en demostrar una tesis mediante la prueba de que su contradictoria es falsa o
absurda. En este caso, la tesis que se pretende demostrar es la de la imposibilidad del
movimiento.

1ª Aporía, de la dicotomía. Un móvil, para recorrer una distancia, ha de pasar antes por
la mitad de esta distancia, y antes por la mitad de esta mitad, etc., y así infinitos puntos,
lo que sería inacabable.Por lo tanto un número infinito de puntos no puede recorrerse
en un tiempo finito.
2ª Aporía, de Aquiles y la tortuga. Aquiles da una ventaja a la tortuga. En el tiempo que
Aquiles tarda en llegar al punto de partida de la tortuga, ésta se ha movido algo, por
lenta que se mueva. Y nuevamente Aquiles empleará algún tiempo, por rápido que
corra, en llegar al punto que ha alcanzado la tortuga. Y Aquiles no adelanta nunca a la
tortuga (ya que no hay movimiento, este es una ilusión)
3ª Aporía, de la flecha. Si se supone que el tiempo está compuesto de instantes,
entonces en cada uno de ellos la flecha ocupa un espacio determinado, y estará inmóvil
en cada uno de esos espacios. Así que lo que se mueve no se mueve en el lugar en que
está; tampoco, menos aún, donde no está. El movimiento sería una suma de
inmovilidades, lo que es absurdo.

Empédocles (490–430 AC). Los elementos son cuatro: agua, aire, tierra y fuego. La
física de Empédocles trata de compaginar el carácter inmutable del ser de Parménides
con el carácter de la generación de Heráclito. El resultado: es que no existen
generación y corrupción en sentido absoluto, sino sólo mezcla y separación de

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elementos inmutables. A estas sustancias hay que añadir dos fuerzas, encargadas de
realizar la mezcla y la separación: el amor y el odio. El amor une y el odio separa. Al
principio reina en soledad el amor y todo es una esfera: Uno, eterno e inmóvil, en el que
los cuatro elementos están mezclados. Luego sobreviene el odio, y, así, la separación.
El mundo es una sucesión de ciclos unión-separación. El hombre es también un
compuesto de los cuatro elementos. La salud consiste en cierto equilibrio entre ellos.
Afirma: El conocimiento es posible porque lo semejante conoce lo semejante.

Anaxágoras (500 - 428 AC). Señala un doble principio: por un lado, un principio
pasivo, material, plural: las homeomerías; por otro lado, un principio activo e
inteligente: el Nous. Las homeomerías son los elementos materiales de la naturaleza,
que son innumerables. Anaxágoras los denomina "spérmata" ("semillas");
"homeomerías" es el término que acuña Aristóteles, término que significa "lo que
consta de partes iguales", es decir, "homogéneo". En todas las cosas hay semillas de
todas las cosas, de carne, de madera, de agua, etc. "Nous" significa "espíritu" o
"inteligencia". El Nous es el principio activo. En esta tesis del Nous puede verse la
primera aparición del finalismo en la física, o, de la causa final. Se habla de
"finalismo" cuando se supone la intervención de la inteligencia en los fenómenos de la
naturaleza, porque lo propio de la inteligencia es la utilización de medios orientados a
un fin o finalidad. La realidad está formada por unas partículas que denominó
homeomerías, que traducido literalmente significa todo está en todo y participa de
todo. Para explicar el cambio de estas partículas, es decir el movimiento, nos habla de
un nous o entendimiento universal: una realidad espiritual, divina, que imprime el
movimiento a estas partículas provocando su mezcla y la creación de sucesivos y
eternos mundos. Como no se siente satisfecho de su propia explicación, recurre
entonces a una segunda explicación: el éter, homeomerías especiales en eterno
movimiento, que imprime éste movimiento a las restantes.

Demócrito (460 - 370 AC). El mundo consta de infinitas partículas indivisibles


("átomos"), compactas, inmutables como el ser de Parménides. En el principio existían,
separadamente, el ser material lleno, el vacío o el no-ser, y el movimiento eterno. El
vacío, impulsado por el movimiento, penetró en el ser disgregándolo hasta los
elementos indivisibles. El movimiento natural de los átomos es rectilíneo, pero por
pequeñas desviaciones azarosas chocan entre sí, formándose los mundos. No hay
causas extrínsecas, ni dioses ni inteligencia universal, sino el azar y la necesidad. Se
puede decir que si con Anaxágoras aparece el finalismo en la física, con Demócrito
aparece el mecanicismo: el mundo es el resultado de un encuentro mecánico entre
los átomos.
Sostiene que el Ser es la sustancia material concreta y el no ser el espacio vacío en el
cual la sustancia se mueve, tan necesario el uno como el otro. El átomo es el "uno",
principio de individualización del Ser; éste se une a otros y forma combinaciones que
constituyen las cosas. Toda figura está compuesta por capas delgadas superpuestas las
unas a las otras. Lo que se nos presenta como unicidad es, realmente, una multiplicidad
de unidades más pequeñas que el cuerpo mismo. Demócrito se refiere al átomo como
entidad física concreta, pero partiendo de un concepto matemático racionalista. Los
átomos no son números, aunque se llegue a ellos mediante el razonamiento matemático,
son una pluralidad infinita de materia. Demócrito introduce una idea muy importante
para el pensamiento científico al plantear como objeto de estudio a la llamada ananké,
fuerza ciega, bruta o azar.

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¿Existe algún orden, una realidad que le confiera una finalidad al Universo? Según
Demócrito el Universo no tiene finalidad externa ni está sometido a un Dios. Se define
pues totalmente por el mecanicismo: para él los movimientos se producen por azar. El
movimiento no surge en un momento determinado, es eterno.

Sócrates (469 - 399 AC). Postula la duda como un principio fundamental en su


concepción del método. Nada debe estimarse cierto sin ser sometido al tribunal de la
razón. El método está compuesto por la ironía y la mayéutica. El desarrollo de la
inducción es la contribución más valiosa de Sócrates al pensamiento humano. Su
análisis de los casos particulares para llegar al conocimiento general, y la crítica de este
último, representan un enorme avance en el campo de la metodología. Lo mismo cabe
decir respecto a la elaboración del concepto de "definición" en el pensamiento socrático.
Los caracteres de la definición y cómo llegar a ella evitando numerosos errores,
simbolizan un alto aporte en la historia del pensamiento humano.

Platón (428 - 348 AC). La percepción sensible sólo nos ofrece apariencias y las ideas
que de ellas surgen son mera opinión (doxa). La verdad está en el mundo de las ideas,
inmutable y eterna, que sólo se puede alcanzar con el empleo de la Dialéctica, mediante
el verdadero saber (episteme). Las cosas participan de las Ideas y son su copia
imperfecta.

“Para salir de las tinieblas de la caverna e ir a la luz del reino de las Ideas es
necesario estudiar estas ciencias. Primero debe estudiarse la Aritmética para elevarse
por medio de la pura inteligencia a la contemplación de la esencia de los números. En
segundo lugar, la Geometría, a condición de fijarnos en las ideas que representa. En
tercer lugar, una Geometría aún no inventada, decía Platón, la de los cuerpos sólidos
de las tres dimensiones. En cuarto lugar, la Astronomía, estudiada con el mismo
espíritu científico”.

Lo que realmente permite llegar a la verdad es: la Dialéctica. La Dialéctica es ciencia y


es método a la vez y permite llegar a las ideas más elevadas (Dialéctica ascendente que
culmina en la idea del bien) y descender nos lleva a las cosas más humildes (Dialéctica
descendente), siempre en búsqueda de la verdad. Su obra más importante son los
diálogos, entre los que destacan: Fedon (inmortalidad del alma), Timeo (Generación del
Universo), República (Teoría de las Ideas). La enseñanza mediante diálogos la copia de
su maestro Sócrates, y es a través de dicho personaje donde generalmente expone sus
ideas.

En el Fedon donde Platón expone sus ideas sobre el alma dice:

*El alma como principio de vida: todos los seres vivos tienen alma.

*El alma como principio de conocimiento: sería propia del hombre, eterna o inmortal
y unida accidentalmente o de manera antinatural con el cuerpo. (Esta es la opción que
elige Platón).

Para Platón existen 2 ámbitos:

 Mundo físico ("aiszetos on"): Mutable, perecedero, engañoso, falso. Mundo de


apariencias.

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 Mundo de las ideas ("ontos on"): Lo realmente "real", inmutable, eterno, simple
son las ideas.

El alma pertenece al mundo de las ideas mientras que el cuerpo pertenece el ámbito
físico. Las almas pertenecieron al ámbito de las ideas donde estuvieron en contacto con
las verdades eternas: las almas más virtuosas fueron las que estuvieron en contacto con
las ideas superiores de virtud. En un momento dado estas almas se unen con un cuerpo
para purificarse mediante una forma temporal; a través de la información de los
sentidos, el alma "recuerda" estas ideas: es la anamnesis o teoría del recuerdo.

Platón critica la siguiente idea de Demócrito: las combinaciones al azar, en desorden, de


las homeomerías lo que daba lugar a un Universo en orden; dichas combinaciones eran
imprevisibles y no las podemos conocer. Ve en esto una traición al ideal griego de
verdad y elabora una teoría según la cual el orden del Universo no puede surgir del
desorden. El primer elemento que conforma la teoría platónica de la realidad es el
Demiurgo: inteligencia ordenadora del Universo, al que le da estructura y una
finalidad. De esta palabra surgirá la idea de demonio al que la filosofía cristiana añade
connotaciones malignas. El demiurgo tiene que tener algo de que copiar o plasmar en el
mundo físico: las ideas, entidades de existencia real, inmutables, eternas, simples y
verdaderas; son originales de Platón, aunque influido en parte por Sócrates, están
jerarquizadas y en la cúspide encontramos la idea de uno-bien-belleza.

Las coordenadas lógicas para la explicación de la realidad -permanencia, esencia y


unidad-, tan ansiosamente buscadas por los griegos, quedan claramente identificadas
por Platón con las ideas, éstas son conocidas por medio de la razón. Mientras los
sentidos nos conducen al error, la razón nos lleva a la verdad.

El conocimiento de las ideas, según Platón, requiere de estos pasos:

1. Conocimiento de las matemáticas: Si se posee dicho conocimiento se produce la


ascensión dialéctica, proceso mediante el cual vamos avanzando por la jerarquía de
ideas, llegando cada vez a ideas más superiores que van englobando las anteriores; en la
cúspide de esta pirámide esta la idea de uno-bien-belleza. Esto sólo pueden conseguirlo
los sabios.. En el momento en el que el hombre alcance esta cúspide, se produce la
iluminación, es decir, todas las ideas participaran de la idea de uno-bien-belleza.

2. Conocimiento y práctica filosófica: la lectura y estudio de la filosofía llevan a una


reflexión racional, esta reflexión racional solo puede ser dada por la filosofía.

Aristóteles (384 - 322 AC). Su aporte más original a la metodología es la creación de


la lógica formal, a la que considera como el Organon universal para obtener el
conocimiento. La fuente de la lógica de Aristóteles está relacionada con el análisis de la
fuerza de convicción del discurso; es decir, la explicación de qué recursos debe poseer
el discurso para convencer a la gente, obligarla a aceptar tal o cual cosa, o reconocer
que algo no es cierto.

“Todo silogismo es obtenido de premisas o de lo necesario (lo inherente), o bien de lo


que suele ocurrir en la mayoría de los casos. Y si las premisas (la esencia de los
juicios) se refieren a lo necesario (lo inherente), la conclusión también será acerca de

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lo necesario. Si las premisas (la esencia de las conclusiones) se refieren a lo que ocurre
en la mayoría de los casos, así serán también las conclusiones”.

Aristóteles realizó la siguiente división de las ciencias teóricas:

 Física: su objeto de estudio son los seres sometidos a movimiento que tienen
existencia real.
 Matemáticas: su objeto de estudio son los seres no sometidos a movimiento y
que no tienen existencia real.
 Filosofía primera: su objeto de estudio son los seres no sometidos a
movimiento y que tienen existencia real.

En el tema de la naturaleza, sigue los planteamientos platónicos, pero difiere en la


teleología o finalidad del Universo. En Platón, la finalidad del Universo es una
finalidad externa, está en el mundo de las ideas, que el demiurgo intenta plasmar: es
precisamente la idea de bien: finalidad externa. Aristóteles llega a la conclusión de que
cada ser tiene un plan interior, su función en la naturaleza. Se separa pues en este
aspecto de Platón, pues defiende una finalidad interna. Deja de lado, aunque sólo por el
momento, el mundo de las ideas.

Aristóteles introduce una distinción para poder explicar el movimiento. El NO SER


puede ser:

 Absoluto: lo que no es y no puede llegar a ser. Ej.: Una piedra no es un niño ni


puede llegar a serlo: aquí el cambio no es posible.
 Relativo: lo que no es pero puede llegar a ser. Ej.: Un niño no es un hombre,
pero en el futuro lo será: aquí el cambio es posible, es el paso de acto a la
potencia.

Distinguió 2 categorías:

 Sustancia: aquello que existe por sí mismo. Ej.: Cuando decimos "Ese árbol
es", le estamos atribuyendo una esencia o ser.
 Accidentes: aquello que no existe por sí mismo sino que se manifiesta en una
sustancia. Estos accidentes son: cualidad, cantidad, acción, pasión, hábito,
situación, relación, lugar, modalidad. Ej.: "Ese árbol es viejo", a la esencia o ser
del árbol le estamos atribuyendo un accidente.

De acuerdo a esta clasificación, Aristóteles distinguió 2 tipos de movimiento o cambio:

 Cambio Accidental: En el cual permanece una sustancia, desaparece un


accidente y aparece otro nuevo. El cambo accidental puede manifestarse en:
cambio cuantitativo (cambia la cantidad), cualitativo (cambia la cualidad) o
local (cambia la localización)
 Cambio Sustancial: Se produce un cambio en la sustancia.

Los cuerpos están constituidos por la asociación íntima de materia y forma: lo que
constituye la llamada teoría hilemórfica de la materia. Aristóteles define la forma y la
materia como causas intrínsecas: entendiendo por causa cualquier elemento que sirve
para explicar un proceso. Sin embargo, con estas causas intrínsecas no podemos

16
explicar todos los procesos, y añade unas causas extrínsecas: causa agente o eficiente
(aquello que produce el cambio o movimiento) y causa final (finalidad del proceso).

Arquímedes (287 - 212 AC). Matemático y geómetra. Considerado el más notable


científico y matemático de la antigüedad, es recordado por el Principio de Arquímedes,
el estudio de la palanca, aportes a la matemática, la ingeniería y la geometría. Durante
el asedio de Siracusa por el general romano Marcelo, defendió su ciudad natal, se
afirmaba que él sólo sostuvo la plaza contra el ejército romano: se le atribuye la
invención de la catapulta y un sistema de espejos y lentes con lo que incendiaba los
barcos enemigos al concentrar los rayos del Sol.

A pesar de las órdenes del cónsul romano de respetar la vida del sabio, durante el asalto,
un soldado que lo encontró abstraído en la resolución de un problema, irritado porque
no obedecía sus órdenes, le causó la muerte con su espada. Se dice que sus últimas
palabras fueron "no molestes a mis círculos". La obra Sobre la esfera y el cilindro fue su
teorema favorito, que por expreso deseo suyo se grabó sobre su tumba.

Aunque probablemente su contribución científica más conocida sea el principio de la


hidrostática, el descubrimiento de la relación aproximada entre la circunferencia y su
diámetro, relación que se designa hoy día con la letra griega π (pi): 3,14.

Con los rudimentarios medios de los que disponía, el error absoluto que cometió en el
cálculo de π resultó ser inferior a una milésima. Pero Arquímedes es más conocido por
enunciar el principio que lleva su nombre:

Principio de Arquímedes: todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un


empuje vertical hacia arriba igual al peso del fluido desalojado.

Un día al sumergirse en el baño advirtió, como tantas veces con anterioridad, que a
causa de la resistencia que el agua opone, el cuerpo parece pesar menos, hasta el punto
que en alguna ocasión incluso es sostenido a flote sin sumergirse. Pensando en ello
llegó a la conclusión que al entrar su cuerpo en la bañera, ocupaba un lugar que
forzosamente dejaba de ser ocupado por el agua, y advirtió que lo que él pesaba de
menos era precisamente lo que pesaba el agua que había desalojado.

Da a la demostración de los axiomas nuevos elementos de verificación, el experimento


real, en el mundo físico. Así, la geometría ideal nos proporciona datos sobre el espacio
físico. Los axiomas y las teorías vuelven a su punto de partida: la experiencia, y se
enriquecen en ella. Arquímedes combina estos pasos en un ir y venir de la teoría a la
práctica y de la práctica a la teoría.

Inventó una máquina para la elevación de agua y enunció la ley de la palanca lo que le
llevó a expresar la célebre frase Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo; inventó
la polea compuesta, basada en el principio de la palanca, empleándola para mover
grandes barcos.

Euclides (entre los años 300 - 200 AC aproximadamente). Matemático y geómetra. Se


le conoce como "El Padre de la Geometría". Trabajo sobre la teoría de la proporción.

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Su obra Los elementos, es una de las obras científicas más conocidas del mundo, en ella
se presenta de manera formal, partiendo únicamente de cinco postulados, el estudio de
las propiedades de líneas y planos, círculos y esferas, triángulos y conos; es decir, de las
formas regulares. Algunos de los teoremas de Euclides afirman:

 La suma de los ángulos interiores de cualquier triángulo es 180°.


 En un triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los
cuadrados de los catetos, que es el famoso teorema de Pitágoras.

Estimulados por la armonía del trabajo Euclides, en el siglo II se formuló la teoría


ptolemaica del Universo, según la cual la Tierra es el centro del Universo, y los
planetas, la Luna y el Sol dan vueltas a su alrededor en círculos y combinaciones de
círculos. Supone que un punto no tiene tamaño: por lo que le asigna una dimensión nula
o de cero; que una línea es un conjunto de puntos que no tienen ni ancho ni grueso,
solamente longitud: por lo que le asigna una dimensión igual a uno; la superficie no
tiene espesor, no tiene altura, por lo que tiene dimensión dos: ancho y largo. Finalmente,
un cuerpo sólido, como un cubo, tiene dimensión tres: largo, ancho y alto.

El conocimiento como problema.

En nuestra vida cotidiana, en el trabajo, los estudios, adquirimos y utilizamos una


inmensa cantidad de conocimientos, tan variados como el universo mismo. El
conocimiento se nos presenta como algo natural, que vamos alcanzando con mayor o
menor esfuerzo durante nuestra vida, que corrientemente aceptamos sin discusión. Pero
en ocasiones percibimos que las cosas no son tan simples, que hay afirmaciones
discutibles o falsas. Esto puede suceder por haber confundido los términos de un
problema o por trabajar con datos incompletos, o aproximados. Si recapacitamos sobre
estos casos, hallaremos que es posible plantearse una pregunta que cambia nuestra
actitud ante los conocimientos: ¿cómo sabemos esto?, ¿en qué nos fundamos para
afirmar o para admitir la afirmación de otros?, ¿cómo sostener la verdad acerca de
algo, si no hubo comprobación directa? ¿cómo estar seguros de lo que vemos, oímos
y sentimos?

Ejemplos: Porqué el sol parece girar alrededor de nuestro planeta, y sabemos que eso no
es cierto; la materia presenta un exterior inerte, y sin embargo está cargada de energía.
En este punto percibimos que existe un problema alrededor de lo que es el conocer. El
problema radica en dos puntos: *los seres humanos utilizamos en nuestra vida un
conjunto de conocimientos; *la verdad no se muestra directa a nuestra percepción, ella
debe ser buscada por medio de un trabajo indagatorio sobre los mismos objetos que se
quiere conocer. Surge entonces la siguiente distinción: *la afirmación respecto a un
fenómeno, *proceso mediante el cual se ha obtenido el conocimiento cuyo resultado es
dicha afirmación: lo que dice un libro es una afirmación que podemos recordar y
utilizar, este es un conocimiento que recibimos de modo pasivo que incorporamos y lo
relacionamos con otros conocimientos que ya poseemos. Pero resulta que alguien es el
responsable de esa afirmación, alguien ha estudiado lo que nos está comunicando:
¿cómo lo ha hecho?, ¿de qué recursos se ha valido? Cuando nos preocuparnos acerca
del modo en que se ha adquirido un conocimiento, o cuando intentamos encontrar un
conocimiento nuevo, se nos presentan cuestiones que integran el campo de estudio de la
metodología: nos conduce por medio de un trabajo indagatorio al conocimiento de los
fenómenos.

18
El conocimiento como proceso.

¿Es el sujeto un ente pasivo o constructor del conocimiento?

Desde que el hombre comenzó a crear cultura, es decir a modificar el ambiente, fue
necesaria la comprensión de la naturaleza y las transformaciones de los fenómenos que
formaban su entorno. Lo que nos resulta sencillo, como edificar una vivienda,
domesticar animales o trabajar la tierra, fue un largo proceso de cuidadosas
observaciones de todo tipo: el ciclo de los días y las noches, el de las estaciones del año,
la reproducción de los animales y vegetales, el estudio del clima y de las tierras, el
conocimiento de la geografía del lugar, etc. Con la necesidad del conocimiento
instrumental aparece simultáneamente la inquietud por conocer el sentido general del
cosmos y de la vida, la toma de conciencia del hombre de su propia finitud originaron
los primeros intentos de construir explicaciones integrales de la naturaleza. Así
primero aparece la magia, posteriormente las explicaciones religiosas y más tarde los
sistemas filosóficos-racionales. Estas construcciones de la razón son parte de un extenso
proceso de adquisición de conocimientos que evidencia lo dificultoso que resulta la
aproximación a la verdad; para alcanzar la verdad primero se pasa por el error. Esto
significa que el conocimiento es un proceso, no un acto único donde se pasa de una vez
de la ignorancia a la verdad.

Si pensamos que el hombre es un ser complejo, dotado de razón, pero también de


afectividad, veremos que tiene muchas maneras distintas de aproximarse a los objetos
de su interés. Ejemplo: Ante una cadena montañosa, el hombre puede: dejarse llevar por
sus sentimientos y maravillarse frente a la majestuosidad del paisaje, o bien puede tratar
de estudiar su composición mineral, o puede detenerse a evaluar sus posibilidades de
aprovechamiento. El conocimiento de los fenómenos surgió ligado a la vida y al trabajo
de los hombres, como un instrumento necesario en su relación con un medio ambiente.
Junto a esta idea asomó la inquietud por comprender el sentido general del cosmos y de
la vida. La toma de conciencia del hombre frente a su propia muerte originó la angustia
frente al propio destino. Es en ese momento que surgen las primeras tentativas de
construir explicaciones acerca de la naturaleza. El producto de cualquiera de estas
actitudes será algún tipo de conocimiento. El conocimiento científico es uno de los
modos posibles de conocimiento, quizá el más útil o adecuado, Pero no el único capaz
de proveernos respuestas para nuestros interrogantes.

El proyecto moderno. ‘La Posciencia’ Esther Díaz

Galileo reconstruye una antigua creencia de los pitagóricos, quienes pensaban que la
organización de la realidad era matemática. También para Galileo el lenguaje de la
naturaleza está escrito en caracteres matemáticos: es este el origen de la rigidez e
idealidad de las leyes naturales modernas. Una red estructural subyacente sostiene una
realidad fenoménica que puede ser ilusoria. Las leyes, (relaciones invariables entre
fenómenos), son más fiables que los fenómenos que ellas relacionan. Einstein dirá que
la percepción cotidiana de la irreversibilidad del tiempo es sólo una ilusión, por que si la
ciencia formaliza el transcurrir del tiempo de manera reversible, el tiempo ‘tiene que
ser’ reversible. Esta concepción había formado parte del principio generador de la física
matemática newtoniana, persistió en la teoría de la relatividad y pretenderá defenderse
aún en los primeros tiempos de la física cuántica. Algunos científicos todavía se pliegan
a la concepción de que el tiempo es reversible.

19
La mecánica de las trayectorias concebía fenómenos ideales: planos inclinados infinitos,
movimiento perenne, reversibilidad temporal, cuerpos cayendo en el vacío: ninguno de
estos hechos existe en la naturaleza, se trata de construcciones mentales. La ciencia
moderna se originó a espaldas de los hechos: primero la ley, luego el experimento.
Gracias a la legalidad, los hechos adquieren claridad. Las leyes se han elaborado a partir
de la naturaleza. Pero al haberles dado la exactitud del cálculo se construye una
representación anticipadora que ha de ser ‘llenada’ con la confrontación empírica. He
aquí el experimento, que comienza poniendo una ley por fundamento del conocimiento.
Laplace imagina un genio que conociendo la posición y momento de cada uno de los
puntos del universo en un instante determinado, podría retrodecir todo el pasado y
predecir el futuro. El edificio científico de la modernidad se construye sobre leyes
conservativas, reversibles y deterministas. Desde la Filosofía, Kant le otorga el máximo
status a esta concepción e intenta apuntalarla con el rigor de su pensamiento. Por un
lado, marca la necesidad y la universalidad de las leyes naturales y contingentes. Y por
otro, estipula que el tiempo no es una cosa en sí sino una forma pura de la sensibilidad.
En este punto Kant sostiene una postura aparentemente contraria a la de Newton. En la
concepción newtoniana, tiempo y espacio componen una especie de continente en el
que acaecen los fenómenos. Sin embargo, Kant contradice una teorización más bien
simple del tiempo (como la de Newton) para fundamentar mejor la estructura profunda
de todo el pensamiento científico moderno. Resulta mucho más coherente, entonces,
que el tiempo no sea algo en sí mismo sino una forma pura del entendimiento. Se podría
decir que Kant mejora la hipótesis newtoniana acerca de la naturaleza del tiempo. A la
visión moderna científico-filosófica de la naturaleza le corresponde una concepción
análoga en el terreno ético. Así como la filosofía moderna trató de fundamentar
racionalmente el conocimiento científico, trató también de fundamentar racionalmente
la moral. En la Crítica de la razón pura, Kant establece que el sujeto es una constitución
apriorística (sujeto trascendental) en el que se dan las condiciones de posibilidad del
conocimiento. De manera similar, en la reflexión moral estipula que si los principios
éticos aspiran a tener necesidad y validez han de ser independientes de la experiencia, es
decir, a priori. Tales principios deben ser racionales, puesto que su cumplimiento
depende de la voluntad y ésta es una facultad de la razón. La determinación de la
voluntad no se hace según la materia sino según la forma (el deber), así como la
determinación científica del mundo no se produce a partir de los fenómenos sino según
las relaciones invariantes entre ellos (las leyes). En ambos casos la consistencia se logra
a partir de la posibilidad de formalizar universalmente. Fórmulas matemáticas para la
naturaleza y formas pura para el deber.

En el dominio de la naturaleza todo está condicionado según leyes causales. En el


dominio de la moral, en cambio, rige la libertad. Pero las leyes morales también son
universales. Así como en la naturaleza las leyes se cumplen con el acontecer de los
fenómenos, en la moral las leyes se cumplen cuando las conductas de los sujetos
responden al deber. Esta visión científico-ética encuentra su correspondencia en el
imaginario social de la modernidad, pues la burguesía ascendente estaba imponiendo un
orden absoluto al que todo integrante de la población debía someterse. El que no lo
hacía era encerrado. La modernidad encerraba a todos aquellos que no hacía bien sus
deberes: pobres, locos, hechiceros, libertinos. Todos estos estados humanos eran
considerados ‘irracionales’, entonces se los discriminaba. La razón moderna se
consolidó excluyendo. Para ello se valió no sólo de las leyes científicas, en el nivel del
conocimiento, sino también de las leyes morales, en el de la ética, y de las leyes del
buen burgués, en el nivel de los dispositivos de poder.

20
Diferencia entre conocimiento científico y no científico. ‘La investigación científica
Mario Bunge’.

Una investigación científica arranca con la percepción de que el acervo de conocimiento


disponible es insuficiente para manejar determinados problemas. No empieza con un
borrón y cuenta nueva, porque la investigación se ocupa de problemas y no es posible
formular una pregunta fuera de algún cuerpo de conocimiento: sólo quienes ven pueden
darse cuenta de que falta algo. Parte del conocimiento previo de que arranca toda
investigación es conocimiento ordinario, esto es, conocimiento no especializado, y parte
de él es conocimiento científico, es decir, se ha obtenido mediante el método de la
ciencia y puede volver a someterse a prueba, enriquecerse y superarse mediante el
mismo método. A medida que progresa, la investigación corrige o hasta rechaza
porciones del conocimiento ordinario. Así se enriquece este último con los resultados de
la ciencia; parte del sentido común de hoy es resultado de la investigación científica de
ayer. La ciencia crece a partir del conocimiento común y lo rebasa con su crecimiento,
la investigación científica empieza en el lugar mismo en que la experiencia y el
conocimiento ordinarios dejan de resolver problemas. La ciencia no es una mera
prolongación ni un simple afinamiento del conocimiento ordinario; la ciencia es un
conocimiento de naturaleza especial: trata primariamente de acaecimientos
inobservables e insospechados: la ciencia inventa y arriesga conjeturas que van más allá
del conocimiento común. Tanto el sentido común como la ciencia desean ser racionales
y objetivos, son críticos y aspiran a la coherencia e intentan adaptarse a los hechos. Pero
el ideal racional, la sistematización coherente de enunciados fundados y contrastables,
se consigue mediante teorías, y éstas son el núcleo de la ciencia, más que del
conocimiento común: acumulación de piezas de información laxamente vinculadas. El
ideal de objetividad no puede realizarse más que rebasando los estrechos límites de la
vida cotidiana y de la experiencia privada, formulando hipótesis de la existencia de
objetos físicos más allá de nuestras impresiones y contrastando tales supuestos por
medio de la experiencia intersubjetiva planteada con la ayuda de teorías. El
conocimiento común no puede conseguir más que una objetividad limitada porque está
demasiado vinculado a la percepción y a la acción: solo la ciencia inventa teorías que
pueden contrastarse con ésta para ser verificadas o falsadas. Un aspecto de la
objetividad que tienen en común el buen sentido y la ciencia es el naturalismo: la
negativa de admitir entidades no naturales o modos de conocimiento no naturales. Una
consecuencia de la vigilancia crítica y de la recusación naturalista de los modos de
conocimientos es: el reconocimiento de que nuestro conocimiento del mundo es
provisorio e incierto. En el conocimiento ordinario, los enunciados que se refieren a
algo más que la experiencia inmediata son dudosos, pero en ciencia la duda es mucho
más creadora que paralizadora: la duda estimula la investigación, la búsqueda de ideas
que den razón de los hechos de un modo cada vez más adecuado. Así se produce un
abanico de opiniones científicas de desigual peso, unas están mejor fundadas y más
detalladamente contrastadas que otras.

Las opiniones científicas son racionales y objetivas como la del conocimiento ordinario,
pero mucho más que ellas. La peculiaridad de la ciencia tiene que consistir en el modo
de como se opera para alcanzar algún objetivo determinado, o sea, en el método
científico y en la finalidad para la cual se aplica dicho método. El enfoque científico
está constituido por el método científico.

21
Las tácticas de investigación son lo que se denomina en la mayoría de los textos
"métodos de investigación", de manera más restringida significa: camino a seguir para
salvar los obstáculos que nos conduzcan aun fin determinado; en este caso, el fin no
es otro que contrastar empíricamente las hipótesis. El "método": es el conjunto de
operaciones teóricas, lógico - epistemológicas y procedimentales que permiten validar o
justificar las teorías científicas, que establece una serie de momentos y reglas que deben
seguirse en cada caso. Es necesario distinguir por un lado método general: sirve de guía
a todas aquellas disciplinas que aspiren a la categoría de científicas; por otro, los
métodos particulares: modos diferenciados en función del objeto y complejidad de
estudio. La esencia del método general (hipotético deductivo) reside en la posibilidad
de anticipar los conocimientos, aún aquellos más ocultos a la experiencia directa: es la
función de las hipótesis formalmente deducidas de un cuerpo teórico, que tratarán de
confirmar o refutar los datos de la realidad. Los conocimientos así adquiridos que son
los científicos se distinguen porque se manifiestan en dos niveles relacionados: *un
conjunto de conocimientos presentados mediante conceptos (elementos de las leyes);
*una integración lógica de éstos conceptos (teorías) que nos conducen a conocimientos
nuevos. La integración lógica aplicada a la totalidad de los conocimientos produce un
sistema teórico que supera a la suma de los conocimientos aislados. Este nuevo sistema,
a su vez, permite sacar nuevas conclusiones sobre la realidad: éste sería el proceso y el
producto del método científico. Es por todo ello que el método hipotético - deductivo
facilita el ordenamiento coherente de conocimientos al aplicar la racionalidad a los
pasos lógicos que llevan a este objetivo.

En cuanto a los métodos particulares, son herramientas que el investigador utiliza para
comprobar hipótesis, deducidas desde el esquema del método general. En este sentido,
tanto la táctica experimental como la selectiva, las distintas técnicas de recogida de
información, al ser éstas métodos y técnicas de investigación de la metodología, su
validez viene determinada en función del grado de adecuación de éstas con la
formulación de las hipótesis que se someten a prueba. Una investigación se considera
científica cuando sigue las reglas del método: presentar los hechos en forma de
enunciados, conceptos, teorías explicativas y, a partir de las reglas, poder deducir
consecuencias cuyo grado de comprobación lógica o empírica nos permiten consolidar o
reformular las teorías de las que se parte. Para la comprobación empírica hay que poner
en marcha una serie de métodos particulares que nos conducen a procedimientos de
observación (tácticas de investigación) que hagan posible una correcta recopilación de
datos y luego de la clasificación de los mismos - mediante análisis adecuados,
estadísticos o no - nos lleven a conclusiones. Éstas posibilitarán la verificación de los
enunciados, de tal manera que cuando son verificadas las hipótesis pasan a ser
consideradas como leyes y se introducen en el sistema como: teoría. Este es el
mecanismo por el cual los conocimientos así adquiridos (conocimientos científicos)
trascienden al sujeto cognoscente: son aceptados por todos, independientemente de los
gustos, valores, ideología; pueden ser reproducidos por cualquier persona y ser
sometidos al examen público. Estos conocimientos son una representación de los
fenómenos de la realidad y adquieren el estado de "verdaderos", aunque no son
infalibles, permanentes ni autosuficientes. La fase de comprobación empírica de las
hipótesis requiere un ajuste de los procedimientos a seguir con los enunciados a
verificar.

Las características de estas hipótesis las que determinan el método de investigación a


seguir, de modo tal que un método no tiene por qué ser válido frente a cualquier

22
hipótesis: no es el tipo de táctica de investigación la que determine el tipo de
conocimiento obtenido (científico, no científico), este estado viene establecido por el
planteamiento general del método científico, que deberá cumplir las siguientes fases:

1. Enunciar preguntas bien formuladas.


2. Establecer conjeturas, fundadas y contrastables con la experiencia, para dar
respuesta a las preguntas (leyes y teorías).

3. Derivar consecuencias lógicas de las conjeturas.

4. Arbitrar técnicas para someterlas a contrastación.

5. Someter las técnicas a prueba para comprobar su relevancia e idoneidad.

6. Llevar a cabo el contraste e interpretación de los resultados.

7. Estimar la verdad (sin declararla confirmada sino considerarla como


parcialmente veraz).

8. Determinar los dominios en los que valen las conjeturas y las técnicas y
formular los nuevos problemas originados por la investigación.

El conocimiento científico y sus características.

La ciencia es una de las actividades que el hombre realiza, es un conjunto de acciones


encaminadas y dirigidas hacia un determinado fin: obtener un conocimiento verificable
sobre los fenómenos que nos rodean.

El pensamiento científico es un proceso que se acelera notablemente a partir del


Renacimiento. La ciencia se va alejando de lo que algunos autores llaman
"conocimiento vulgar", su lenguaje se diferencia del que se emplea en la vida cotidiana.
Porque la ciencia no puede designar con el mismo nombre fenómenos que, aunque
aparentemente semejantes, son de naturaleza diferente. Los caracteres de la ciencia, que
permiten diferenciarla del pensar cotidiano y de otras formas de conocimiento son:

 Objetividad: se intenta obtener un conocimiento que concuerde con la realidad


del objeto: lo que se describe o explica debe ser tal cual es y no como
desearíamos que fuese. Lo contrario es subjetividad, las ideas que nacen del
prejuicio, de la costumbre o la tradición. Para poder luchar contra la
subjetividad, es preciso que nuestros conocimientos puedan ser verificados por
otros.
 Racionalidad: la ciencia utiliza la razón para llegar a sus resultados: los
científicos trabajan con conceptos, juicios y razonamientos, y no con
sensaciones, imágenes o impresiones. La racionalidad aleja a la ciencia de la
religión y de los sistemas donde surgen elementos no racionales o donde se
invoca a principios explicativos sobrenaturales.

 Sistematicidad: la ciencia es sistemática, organiza sus búsquedas y sus


resultados: se preocupa por construir sistemas de ideas coherentemente
organizadas e incluir todo conocimiento parcial en conjuntos más amplios.

23
 Generalidad: la preocupación científica no es profundizar y perfeccionar el
conocimiento de un solo objeto individual, sino: lograr que cada conocimiento
parcial sirva como puente para alcanzar una comprensión de mayor alcance.

 Falibilidad: la ciencia reconoce explícitamente la posibilidad de equivocación,


de cometer errores. En la conciencia de sus limites reside la verdadera
capacidad para aut- corregirse y superarse.

 Método Científico: establece criterios que permiten distinguir entre lo que es


ciencia y lo que se presenta como científico sin serlo y, con ello: establece la
superioridad epistemológica de la ciencia sobre otras formas de conocimiento.
Es por ello que el conocimiento científico se caracteriza por el método adoptado
y no tanto por el objeto de estudio.

Las ramas de la ciencia. ‘La investigación científica’ Mario Bunge.


La diferencia más notable que se presenta entre las ciencias es la que se da entre
ciencias formales y ciencias fácticas. La lógica y la matemática son ciencias
formales: no se refieren a nada que se encuentre en la realidad y por lo tanto no
pueden utilizar nuestros contactos con la realidad para convalidar sus fórmulas .
La física y la psicología se encuentran en cambio entre las ciencias fácticas: se
refieren a hechos que se supone ocurren en el mundo y consiguientemente tienen
que apelar a la experiencia para contrastar sus fórmulas.
Es decir, la ciencia formal es autosuficiente en cuanto al contenido y al método de
prueba, mientras que la ciencia fáctica depende del hecho en lo que se refiere al
contenido o significación del hecho experiencial para la convalidación. Esto explica
porque puede conseguirse verdad formal completa mientras que la verdad fáctica
resulta tan esquiva. Puede decirse que el tema propio de la ciencia formal es la
forma de las ideas, es decir se refiere a las fórmulas analíticas: fórmulas que pueden
convalidarse por medio del análisis racional.
La clara separación entre ciencia formal y ciencia fáctica no debe ocultarnos el
hecho de que el conocimiento conceptual de cualquier género consiste en ideas: la
lógica es un conjunto de ideas igual que lo es la física teórica. La lógica provee
plataformas para construir cualquier idea acerca de cualquier cosa, lo mismo vale
para la matemática. El conocimiento científico es siempre parcial, indirecto, incierto
y corregible, mientras que las formas están hechas por nosotros mismos y podemos
congelarlas: toda la dura resistencia que se encuentre en la ciencia radica en su
estructura formal, los datos y las hipótesis son maleables, es decir, corregibles.
*Ciencia Formal: Lógica. Matemática.
*Ciencia Factual:
1) Natural: Física. Química. Biología. Psicología individual.
2) Biosocial: Antropología. Demografía. Psicología Social. Bio-economía.
3) Social: Sociología. Economía. Ciencia Política. Historia material. Historia de las
ideas.
Son posibles otras ordenaciones y los trazados de límites entre disciplinas son cada
vez más confusos.
Disciplinas científicas

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Esquema de clasificación planteado por el epistemólogo alemán Rudolf Carnap quien fue
el primero en dividir a la ciencia en:

Estudian las formas válidas de inferencia: Lógica - Matemática. Por eso no


Ciencias
tienen contenido concreto, es un contenido formal en contraposición al resto
formales
de las ciencias fácticas o empíricas.

En ellas se encuadran las ciencias naturales que tienen por objeto el estudio
Ciencias
de la naturaleza. Siguen el método científico: Astronomía - Biología - Física
naturales
- Química - Geología - Geografía física

Son todas las disciplinas que se ocupan de los aspectos del ser humano -
Ciencias cultura y sociedad- El método depende de cada disciplina particular:
sociales Antropología - Ciencia política - Demografía- Economía - Historia -
Psicología - Sociología - Geografía humana

Objetivo y alcance de la ciencia . ‘La Investigación Científica’ Mario Bunge.


¿Para qué es el método científico y sus técnicas en ciencia?
*para incrementar nuestro conocimiento (objetivo intrínseco): se obtiene ciencia
pura
*para aumentar nuestro bienestar y nuestro poder (objetivo extrínseco y utilitario):
se obtiene ciencia aplicada. Y si la meta es utilitaria: se hace técnica.
Los tres puntos emplean el mismo método, y los hallazgos de cualquiera de ellas
pueden utilizarse en las otras dos. Sin embargo hay una importante diferencia moral
entre estos campos: en tanto que la ciencia básica es inofensiva, la ciencia aplicada
y la técnica pueden dañar. En lo que respecta a las metas se da la siguiente
participación:
Ciencia básica : bioquímica.
Ciencia aplicada : farmacología.
Las principales ramas de la técnica contemporánea son:
Técnicas físicas: electrotecnia.
Técnicas químicas: ingeniería química.
Técnicas biológicas: medicina.
Técnicas sociales: derecho
Técnicas de conocimiento: informática.
En la tecnociencia: no se tiene en cuenta las diferencias de puntos de vista y de
motivación entre el explorador que busca pautas y el investigador o artesano que
persigue algo de posible utilidad práctica. La acción plantea problemas
frecuentemente, problemas que sólo la ciencia pura puede resolver. Y esos
problemas se elaboran con el espíritu libre y desinteresado de la ciencia pura, las
soluciones a dichos problemas pueden resultar aplicables a fines prácticos. La
práctica junto con la mera curiosidad intelectual: es la fuente de las cuestiones

25
científicas. Pero dar a luz no es criar. Hay que cubrir un ciclo entero antes de que
salga algo científico de la práctica:
Práctica----problema científico----investigación científica-----acción racional.
Este fue el esquema hasta el siglo XIX, cuando la física dio nacimiento a la
ingeniería eléctrica: a partir de entonces la tecnología propiamente dicha quedo
firmemente establecida. Y a partir de allí la curiosidad intelectual ha sido la fuente
de la mayoría de los problemas científicos, la tecnología ha seguido la estela de la
investigación pura, disminuyendo constantemente la diferencia entre las dos. Si se
exageran los objetivos externos de la ciencia, se debilitan la curiosidad y la libertad
de la investigación, esto es la libertad de dudar de las ideas recibidas y la libertad
de intentar establecer otras nuevas. El resultado inmediato es el debilitamiento de
la ciencia pura, lo que lleva al estancamiento tecnológico: la política más práctica
consiste en no poner fines prácticos a la ciencia. El blanco primario de la
investigación científica es pues el progreso del conocimiento. El conocimiento es
siempre conocimiento de algo: el objetivo central de investigación en ciencia
factual pura es mejorar nuestro conocimiento del mundo de los hechos y el de la
investigación científica aplicada es mejorar el control del hombre sobre los
hechos. Ninguna descripción de un sistema real puede ser completa mientras no
utilice las leyes de ese sistema, puesto que las leyes constituyen la esencia de todo lo
que existe: una mera descripción de apariencias deja de lado los rasgos esenciales
del sistema. Al hombre no solo le interesa los existentes actuales sino también los
posibles y solo las leyes pueden darnos un conocimiento de posibilidades. Ninguna
descripción puede servirnos ni para explicar lo que ocurre ni para predecir lo que
puede ocurrir: la explicación y la predicción científicas se basan en leyes que a su
vez entrelazan teorías: la comprensión del mundo se consigue con la ayuda de
teorías. Lo que busca la ciencia fáctica es establecer mapas de las estructuras (leyes)
de los dominios fácticos. La reconstrucción conceptual de una estructura objetiva es
una ley científica (ley de inercia), un sistema de tales enunciados es una teoría
científica (como la teoría newtoniana del movimiento). Cuando las técnicas
científicas se aplican a la adquisición de datos sin hallar estructuras generales se
consigue ciencia embrionaria: protociencia; y cuando el objetivo perseguido es el
de la ciencia madura, pero en cambio no se utilizan su método ni sus técnicas, se
trata de especulación acientífica. No existe ciencia propiamente dicha a menos que
el método científico se utilice para alcanzar el objetivo de la ciencia, la construcción
de imágenes teoréticas de la realidad y esencialmente de su tejido de leyes: la
investigación científica es la búsqueda de estructuras. La experiencia es un medio
de contrastación imprescindible de las teorías pero no suministra todo el contenido o
significación de todas ellas. El objetivo de la ciencia es el perfeccionamiento
continuo de sus principales productos: las teorías, y medios: las técnicas.
¿Tiene límites esta expansión del objeto de la ciencia? ¿Hay problemas de
conocimientos que no puedan ser tratados con el método y según el objetivo de la
ciencia?
*Podemos esperar que todo problema cognoscitivo resultará ser parcialmente
resoluble.
*No se ha hallado un método más poderoso que el de la ciencia.
*El método científico y sus técnicas no son conclusos: han ido evolucionando.
*Cualquier tema o cosa puede convertirse en objeto de investigación científica.

26
El enfoque científico resulta ser el mejor de que disponemos, por limitado que sea el
resultado del enfoque científico, no conocemos que tenga limitaciones intrínsecas.

Pseudociencia. ‘La Investigación Científica’. Mario Bunge.

La ciencia (del latín scientia, "conocimiento") es el conocimiento sistematizado,


elaborado mediante observaciones, razonamientos y pruebas metódicamente
organizadas. La ciencia utiliza diferentes métodos y técnicas para la adquisición y
organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos objetivos y
accesibles a varios observadores. La aplicación de esos métodos y conocimientos
conduce a la generación de más conocimiento objetivo en forma de predicciones
concretas, cuantitativas y comprobables referidas a hechos observables pasados,
presentes y futuros. Con frecuencia esas predicciones pueden formularse mediante
razonamientos y estructurarse como reglas o leyes universales, que dan cuenta del
comportamiento de un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas
circunstancias. Dentro de las ciencias, la ciencia experimental se ocupa solamente del
estudio del universo natural ya que, por definición, todo lo que puede ser detectado o
medido forma parte de él. En su investigación los científicos se ajustan a un cierto
método, el método científico, un proceso para la adquisición de conocimiento empírico.
Algunos descubrimientos científicos pueden resultar contrarios al sentido común.
Ejemplos de esto son la teoría atómica o la mecánica cuántica, que desafían nociones
comunes sobre la materia. Muchas concepciones intuitivas de la naturaleza han sido
transformadas a partir de hallazgos científicos, como el movimiento de traslación de la
Tierra alrededor del Sol o la teoría evolutiva de Charles Darwin.

Pseudociencia (neologismo formado a partir de la raíz griega pseudo-, y la palabra


«ciencia»: ‘casi o falsa ciencia’) es un término que da cuenta de un conjunto de
supuestos conocimientos, metodologías, prácticas o creencias no científicas pero que
reclaman dicho carácter. Este concepto es utilizado en los enfoques epistemológicos
preocupados por el criterio de demarcación de la ciencia y tiene mayor consenso entre
las ciencias exactas y naturales. El epistemólogo argentino Mario Bunge ha definido
brevemente la pseudociencia de la siguiente manera: “Una pseudociencia es un
montón de macanas que se vende como ciencia”. Ejemplos: alquimia, astrología,
caracterología, creacionismo científico, grafología, ufología, parapsicología.

El término tiene connotaciones negativas, porque se usa para indicar que las materias así
etiquetadas son errónea o engañosamente presentadas como científicas. Por este motivo,
aquellos que adoptan por determinada "pseudociencia" normalmente rechazan esta
clasificación. Filósofos de la ciencia que se han ocupado extensamente de esta cuestión,
como Karl Popper (1902 -1994) filósofo, sociólogo y teórico de la ciencia Austriaco,
consideran que el carácter de pseudociencia depende menos del ámbito u objeto de
estudio que de la actitud de sus seguidores hacia la crítica y, en general, hacia al
método científico. Así, un físico o un biólogo podrían comportarse de un modo
dogmático, mientras que un historiador o un sociólogo pueden presentar sus tesis de una
manera que inviten a la refutación (o «falsación», en lenguaje popperiano). En general,
la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas
rigurosas, mientras que las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de
refutación (por tratarse de formulaciones ambiguas) o bien protegerán su teoría (por

27
ejemplo, con hipótesis auxiliares o ad hoc, formuladas a posteriori), en lugar de
someterla a ensayos que puedan refutarla.

Características de las pseudociencias.


 No aplican una metodología de carácter científico.
 Son dogmáticas. Sus principios están planteados en términos tales que no
admiten refutación, a diferencia de las ciencias, donde las condiciones de
refutación de las hipótesis o teorías están determinadas con precisión.
 Proclaman teorías para las que no aportan pruebas empíricas, que a menudo
contradicen abiertamente resultados experimentales conocidos y aceptados por
las ciencias bien establecidas.
 Proclaman teorías inconexas con los conocimientos y teorías de la ciencia.
 Son inmutables. Al no tener bases experimentales, no cambian incluso ante
nuevos descubrimientos.
 Utilizan lenguaje científico pero sólo en apariencia, desconociendo o
malinterpretando su significado.
 No cumplen la estrategia de la navaja de Guillermo de Ockham (1280/1288 –
1349), fraile franciscano y filósofo inglés, (también conocido como principio de
parsimonia o economía: hace referencia a un tipo de razonamiento basado en
una premisa muy simple, es un método de construcción lógica: en igualdad de
condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta),
 No buscan leyes generales.
 Descalifican las críticas por parte de las ciencias, a menudo, utilizando falacias
ad hominem, aduciendo conspiraciones o proclamándose objeto de persecución
cuando sus planteamientos son rebatidos.
 Invocan entes inmateriales o sobrenaturales inaccesibles a la investigación
empírica, tales como fuerza vital, creación divina, etc.
 Proclaman y exigen que se reconozca su carácter científico, pero sólo ante el
público general, renunciando a poner a prueba sus explicaciones ante la
comunidad científica establecida. El hecho de reclamar estatus científico las
diferencia de otros campos, como la religión.

Algunos autores afines al relativismo epistémico o al llamado «programa fuerte» (o


«estándar») de la sociología de la ciencia, como Paul Feyerabend (1924 - 1994) nacido
en Zúrich; Bruno Latour (1947 - ) francés sociólogo y filósofo; ponen en duda que sea
posible diferenciar con rigor y objetividad "ciencia" de "pseudociencia", respaldando en
algunos casos posiciones abiertamente contrarias a la ciencia o a la validez del método
científico. Estas posiciones relativistas fueron contestadas por los científicos Alan Sokal
(1955- ) nacido en EEUU, y Jean Bricmont físico teórico nacido en Bélgica, en su
controvertido libro ‘Imposturas intelectuales’.

Algunos críticos de la pseudociencia consideran a las formas de pseudociencia como


pasatiempos inofensivos. Otros, como Richard Feynman (1918-1988), físico
estadounidense; Richard Dawkins (1941 - ) británico, teórico evolutivo; Carl Sagan
(1934-1996) astrónomo norteamericano y Mario Bunge, consideran que todas las
formas de pseudociencia son dañinas, causen o no daños inmediatos a sus seguidores.
Estos críticos generalmente consideran que la defensa de la pseudociencia puede
suceder por varias razones, que van desde la simple candidez sobre la naturaleza de la
ciencia y el método científico, hasta un engaño deliberado por beneficios económicos o
políticos. Por otra parte toda creencia como hecho subjetivo no puede considerarse

28
como pseudociencia ya que no trata de indagar en el conocimiento sino que cree en
unos determinados elementos, el hecho de que una creencia pase a ser una
pseudociencia es cuando intenta darle carácter científico para apoyar su propia creencia
subjetiva utilizando para ello todos los elementos nombrados anteriormente. Se han
hecho varios intentos para aplicar rigor filosófico a la demarcación de la ciencia con
resultados diversos. Estos incluyen el criterio de falsabilidad de Karl Popper y la
aproximación histórica de Imre Lakatos (1922 - 1974) matemático y filósofo de la
ciencia nacido en Hungría, que lo menciona en su ‘Methodology of scientific research
programmes’ (Metodología de los programas de investigación científica). Historiadores
y filósofos de la ciencia, principalmente Thomas Kuhn y Paul Feyerabend, sostienen
desde otras perspectivas epistemológicas del conocimiento, que incluye la dimensión
social, que no siempre es posible una distinción nítida y objetiva entre ciencia y
pseudociencia.

Para algunos sectores de la filosofía de la ciencia no existe un criterio de demarcación


perfectamente delimitado, metodológico y objetivo para determinar qué es ciencia y qué
es pseudociencia, todo intento de diferenciación es necesariamente arbitrario y
subjetivo. Quienes defienden la posibilidad de un criterio de demarcación estricto entre
ciencia y pseudociencia consideran que en los campos siguientes una parte significativa
de sus practicantes presentan su disciplina como más o menos equivalente a campos del
conocimiento rigurosos, imitándolos a veces formalmente en el lenguaje o las formas de
comunicación, y adoptando títulos científicamente prestigiosos ante el público como
«doctor» o «profesor», legitimados o no académicamente. Tal como se deduce de la
caracterización del concepto, los practicantes de estas actividades afirman su carácter
científico.

Ejemplos de disciplinas pseudocientíficas

Fue una práctica que combinó elementos de lo que hoy son la


química, la metalurgia, la física, astrología, la semiótica, el
misticismo, el espiritualismo y el arte, se la considera precursora de
Alquimia
la moderna química. Al contrario que la astrología, que sigue
teniendo muchos seguidores en la actualidad, la práctica de la
alquimia prácticamente desapareció durante el siglo XIX.

Es la creencia en una relación causal entre la posición relativa de


determinados planetas, satélites, estrellas y la personalidad y
expectativas futuras de las personas. Aunque la astrología tiene
Astrología una larga tradición como sistema de creencias desde la
antigüedad, sus bases como ciencia están refutadas desde el
Renacimiento, a pesar de lo cual hoy en día existen intentos de
reivindicar este papel.

29
También llamados pictogramas o crop circles (en inglés), son
Cerealogía dibujos que aparecen en campos de cultivo (trigo, maíz, etc),
supuestamente creados por extraterrestres, aunque sin evidencias
empíricas.

Algunas interpretaciones literales del Génesis niegan la Teoría de la


evolución y plantean hipótesis alternativas como si tuvieran la
misma validez. La teoría de la evolución no es sólo una hipótesis
Creacionismo y sino la teoría más sustentada que actualmente existe sobre el origen
Diseño inteligente de los seres vivientes y es el cuerpo teórico unificador de las
ciencias biológicas. Por esto, la gran mayoría de los científicos e
instituciones científicas rechazan las afirmaciones sobre
creacionismo científico y diseño inteligente por su falta de base
científica y lo clasifican como pseudociencia.

Es el estudio de animales mitológicos, no reconocidos como reales


por la ciencia. No cumple con el método científico al no ocupar
Criptozoología
mediciones y observaciones directas para sacar sus conclusiones,
sino que se basa en dichos de otras personas y tradiciones orales.
Carecen completamente de falsabilidad.

La dianética es una parte de la cienciología, consistente en una


especie de "psicología" basada en los principios de la cienciología.
Dianética (la
Es su sistema, basado en la localización y eliminación de los
“ciencia” de la
engramas, permite la curación de toda clase de compulsiones,
cienciología)
obsesiones, neurosis, y demás afecciones o enfermedades,
incluyendo parálisis, cáncer y leucemia. Sin embargo nunca ha
habido ninguna demostración científica de tales afirmaciones.

Es una forma de geomancia que supone la existencia de supuestas


energías como el chi. Esta puesta en duda, ya que desde el punto de
Feng Shui
vista escéptico una energía propiamente dicha no puede ser positiva
o negativa, no podría influir ni alterar el comportamiento humano y
su relación con el medio.

En la Antigüedad la fisiognomía se desarrolló como un arte


adivinatorio, que buscaba el destino en los rasgos de la cara, en
parte por culpa de algunos párrafos de la Historia animalium de
Fisiognomía Aristóteles. Lavater, a finales del XVIII llamó así a la ciencia («una
ciencia con reglas fijas») que permitiría conocer el carácter de una
persona por los rasgos de su cara y la forma de su frente: una
variante, la morfopsicología, inventada por un médico francés en
1937, todavía se emplea para selección de personal.

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Los ensayos no demuestran ningún valor terapéutico más allá del
efecto placebo. La preparación de los remedios, dejando algunas
Flores de Bach flores en agua al sol y diluyendo el filtrado después, no es
(terapias florales) compatible con ningún mecanismo físico-químico específico. Se
basa en «vibraciones», sin que se justifique que son o como se
pueden observar. La selección de los remedios se basa en criterios
ajenos a la experiencia.

Era una teoría que afirmaba ser capaz de determinar el carácter y los
rasgos de personalidad basándose en la forma del cráneo. Se basaba
en la creencia de que diversos comportamientos están controlados
Frenología por sitios distintos del cerebro, y que el mayor desarrollo de esas
secciones supone un mayor tamaño, que se ve reflejado en la forma
del cráneo. No se debe confundir con la craniometría o la fisonomía,
que estudian los huesos del cráneo o los rasgos faciales sin intentar
extraer información sobre la personalidad.

Se trata de la supuesta relación entre la escritura y la personalidad


del individuo, pretendiendo inferir incluso el estado fisiológico y las
aptitudes laborales del autor de la escritura. No debe confundirse
Grafología con la grafología o caligrafía forense, que es usada en la justicia
como técnica auxiliar para determinar si un escrito pertenece a una
persona en particular. Aunque los análisis grafológicos de
personalidad no son aceptados en las cortes, sí son empleados con
frecuencia.

Muchos consideran la homeopatía como un residuo


pseudocientífico de la época de la alquimia. Los resultados
atribuidos a la homeopatía se pueden explicar por el efecto placebo.
Homeopatía Otra crítica a la homeopatía es su falta de consistencia externa. Esta
teoría asume que el agua de algún modo "recuerda" las propiedades
químicas de las moléculas que alguna vez estuvieron en contacto
con ella, pese a que la investigación empírica no confirma la
hipótesis de la llamada memoria del agua.

La numerología actual se basa en los principios esbozados por


Numerología Pitágoras. Los pitagóricos postulaban que la Tierra, el Sol y el resto
de los planetas conocidos, giraban en torno a una fuerza
simbolizada por el número uno.

31
La parapsicología es el nombre moderno que recibe el espiritismo.
Esta doctrina sostiene la existencia de fenómenos como la telepatía,
la videncia a distancia y del futuro, y la telequinesis, entre otros. La
parapsicología atribuye esos supuestos hechos a la percepción
Parapsicología
extrasensorial y a otras capacidades supra-normales que no pretende
explicar. Es bastante ambigua no sólo porque trata de entidades no
físicas como los fantasmas y acontecimientos no físicos como la
telepatía, sino también porque no ofrece afirmaciones detalladas
acerca de sus mecanismos de acción o regularidades.

La piramidología es una creencia que afirma que los objetos en


forma de pirámide con base cuadrada, simplemente por su forma,
pueden provocar fenómenos tales como mantener los alimentos
Piramidología frescos durante mucho mas tiempo de lo normal. Se cree que el
origen de esta creencia fue el descubrimiento en las pirámides de la
Meseta de Giza de momias y otros objetos orgánicos en
relativamente buen estado a pesar de su edad. Sin embargo, los
experimentos realizados no han mostrado ningún efecto.

Mario Bunge también usa al psicoanálisis como ejemplo en su


modelo de demarcación de la ciencia. Sostiene que el psicoanálisis
es una forma de pseudociencia porque carece de consistencia
externa: las diferentes disciplinas científicas interactúan apoyándose
Psicoanálisis
las unas a las otras tanto en sus aspectos teóricos como empíricos.
El grave problema del psicoanálisis, sostiene Bunge, es que se trata
de una disciplina aislada del resto del conocimiento (no interactúa
con disciplinas obviamente pertinentes, tales como la psicología
experimental, la neurociencia cognitiva y las ciencias biológicas).

Se trata de corrientes de pensamiento psicológico fundamentadas en


creencias religiosas u ocultistas muy a menudo cercanas a
movimientos como el New Age. Sus prácticas y creencias no
Psicología poseen, en la mayor parte de los casos, fundamentos empíricos
transpersonal testables necesarios para toda ciencia. Arranca del pensamiento de
autores post-freudianos como Carl Jung. No existe en sus prácticas
y tradiciones de generación de conocimiento un modo de distinguir
entre lo válido y lo erróneo. Estas corrientes de pensamiento
también se han asociado en ocasiones a la parapsicología

La Ufología es el estudio de los objetos voladores no identificados


Ufología
(OVNIs) y frecuentemente incluye la creencia de que ellos son la
evidencia de visitantes extraterrestres.

32
La teoría sinergética fue establecida por el matemático y físico
Sinergética Hermann Haken. La teoría sinergética, según sus representantes, es
una curación biónica y no un tratamiento médico. Así evitan
disputas con la medicina occidental.

La Posciencia.

¿Estamos asistiendo a un cambio de paradigma a nivel del conocimiento y de las


prácticas científicas?

¿En tal caso existe aún la ciencia, en el sentido moderno, o entramos en la era de la
posciencia, en sentido posmoderno?

En el siglo XVI, los primeros estudiosos que se atrevieron a desafiar los dogmas
establecidos fueron revolucionarios. Lo hicieron desde prácticas y discursos marginales
respecto de las verdades oficiales. Lograron así un nuevo dominio de saber: el físico-
matemático. Las leyes científicas inmutables y universales pretendían encerrar lo
caótico dentro de los límites de una objetividad; sin embargo en el siglo XX, la ciencia
ha debido aceptar la inestabilidad, el azar, la indeterminación, los procesos irreversibles,
la expansión del universo, la discontinuidad, la evolución de las especies, el caos. La
conmoción venía con Jean-Joseph Fourier (1768-1830), matemático y físico francés:
cuando enunció la ley de la conservación del calor: (1er. Principio de la termodinámica):
un proceso irreversible había logrado su formulación matemática. El edificio científico
de la modernidad se había construido sobre leyes conservatistas, reversibles y
deterministas.

Ilia Prigogine (1917 -2003) físico, químico, de origen soviético, galardonado con el
Premio Nobel de Química del año 1977. Destaca la artificialidad de los procesos
pretendidos reversibles, pues en los acontecimientos naturales el tiempo corre en una
sola dirección. Podemos recordar el pasado pero no podemos recordar el fututo.

Estamos en el tiempo, estamos por lo tanto en los mismos procesos que estudiamos,
Se diluye la imagen de un investigador no comprometido con el mundo que estudia.
El científico, a partir de esta nueva ubicación en el cosmos, deberá declinar el moderno
dominio de la naturaleza e intentar dialogar con ella.

Eintein termina con el observador absoluto de Newton. Establece la idea de la


simultaneidad absoluta de dos sucesos distantes. La relatividad modifica las ideas
modernas de objetividad y universalidad, pero insiste en perseguir una descripción
completa de la naturaleza.

La mecánica cuántica, sin embargo no solo dejará de lado esa pretensión, sino que
alterará aún más la idea de determinación y de objetividad atemporales.

33
La biología evolucionista con la idea de que las especies no obedecen a leyes
inmutables sino que interactúan con el medio y en función de ello instauran sus
regularidades. Los movimientos y cambios alcanzaron a las ciencias formales: la lógica
bivalente (verdadero-falso) que desde Aristóteles pretendía ser única, estallo en una
pluralidad de lógicas divergentes. Kart Godel (1906-1978) en 1931 mostró que todo
sistema logístico contiene por lo menos un enunciado o teorema que no es decidible en
el sistema mismo.

La aparición de las computadoras digitales apareció en plena segunda guerra mundial:


ese fue el momento en que la tecnología dejo de ser secundaria a la ciencia y paso a
ocupar un lugar prioritario que hasta hoy conserva. La tecnología marca hoy los
derroteros de la ciencia. Este acontecimiento representa una ruptura con lo que entendió
la modernidad por ciencia e instaura una nueva forma de conocer el mundo y
relacionarse con él. A esta nueva forma se la denominó posciencia.

La naturaleza posmoderna: la incertidumbre. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.

De todos los trabajos sobre la evolución biológica en las últimas décadas, la idea de que
todas las posiciones siguen subsumidas bajo el estandarte de la teoría sintética moderna
resulta al menos excesiva. En estudios recientes la teoría sintética ha sido criticada por
ser fuertemente reduccionista, en parte como reacción al intento de reducir toda la
complejidad de la historia de la vida a la organización que muestran algunas
poblaciones de ratas y moscas. Cuando se proponen acercamientos a la complejidad a
partir del estudio de jerarquías interactuando en sistemas abiertos, se está bastante lejos
de caracterizar un sistema en términos simples tal como ocurre en las últimas versiones
de la teoría sintética. Algunos biólogos como Niles Eldredge (1943- ) paleontólogo
estadounidense. Autor de la teoría del equilibrio puntuado (1972); proponen teorías
más complejas que vinculen categorías genealógicas y ecológicas. Lo específico de la
teoría del equilibrio puntuado tiene que ver con el tiempo con el que las especies
evolucionan. Según Eldredge durante la mayor parte del tiempo de existencia de una
especie ésta permanecería estable o con cambios menores, acumulándose cambio
evolutivo durante el proceso de especiación (formación de una especie nueva), que sería
una especie de revolución genética breve en términos geológicos. No se discute el
carácter gradual del cambio evolutivo, sino que se niega la uniformidad de su ritmo.
(Natura non facit saltum).

Visto desde esta perspectiva la teoría sintética es simplemente una teoría de la


consideración del cambio genético entre los organismos dentro de las especies, en la
cual se extrapola sin excesivo rigor ese cambio para explicar toda la historia de la vida.
La teoría sintética parece decir que lo que ocurre con la población de Drosophila (mosca
de la fruta) es suficiente para explicar las pautas generales de la evolución biológica.

Una consecuencia directa de adoptar una visión compleja consiste en que un conjunto
más amplio de fenómenos puede ser reconocido como directamente relevante para la
biología evolutiva de lo que ha sido tradicionalmente. Este enfoque jerárquico permite
reconocer que tanto las entidades ecológicas y genealógicas como los eventos y
procesos están implicados en el ‘proceso de la evolución’. Por otro lado la noción de
progreso en el proceso evolutivo también está seriamente cuestionada. Esta concepción
reposa sobre el argumento de que la evolución incorpora una tendencia o impulso
fundamental hacia un resultado. El progreso de la historia de la vida ha sido concebido

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de muchas maneras, como tendencia de la vida a una creciente complejidad anatómica,
a una mayor complejidad neuronal, hacia comportamientos más amplios. Todas estas
cuestiones permitirían situar al Homo sapiens en la cima de la evolución. Si bien tantas
certezas se están esfumando, la noción de progreso aún persiste. Por ello se considera
que nos encontramos cerca de una revolución científica en biología. El problema que
genera el concepto de progreso está en el núcleo de la tradición darvinista. La teoría
básica (selección natural) no contiene proposición alguna sobre el progreso general y no
ofrece tampoco ningún mecanismo que permita predecir la existencia de semejante
progreso. Sin embargo, tanto en la cultura occidental como en el registro fósil que se
inicia con las bacterias como únicos habitantes, parece indudable la necesidad de un
discurso que introduzca la idea de progreso como eje central de la teoría evolucionista.

Ninguna de las ideas de Darwin podía resultar más herética en su época que el rechazo
del progreso como fruto previsible de los mecanismos de cambio evolutivo. Buena parte
de los evolucionistas del siglo XIX como Jean Lamarck (1744–1829) naturalista,
botánico, zoólogo francés, forjaron teorías mucho más conciliadoras, en las que el
progreso predecible figuraba como ingrediente fundamental. De hecho, evolución se
impone en nuestro lenguaje para designar lo que Darwin había llamado ‘herencia con
modificación’. Darwin se opuso a ese término porque su teoría no implicaba noción
alguna de progreso general en tanto que efecto previsible de cualquier mecanismo de
cambio. La selección natural constituye una noción bastante simple como mecanismo de
cambio: consiste básicamente en procesos seguidos de una conclusión. Hay que aclarar
que el funcionamiento de la selección natural en ambientes naturales puede adoptar
formas sutiles y muy complejas. Dado que la herencia existe, la progenie de los
supervivientes tenderá a asemejarse a sus progenitores agraciados con el éxito. Y la
acumulación de estas variantes favorables se va a traducir, con el paso del tiempo en
cambio evolutivo. Si bien la selección natural habla de adaptación a ambientes locales
variables, la noción de progreso no fue incluida como tendencia general del proceso. La
secuencia de ambientes locales presentes en cualquier lugar es considerada aleatoria a
través del tiempo. Si los organismos siguen y se ajustan a los cambios ambientales por
medio de la selección natural, su historia evolutiva debe ser también entendida de un
modo aleatorio. Los ambientes no cambian en una dirección sostenida a través del
tiempo.

Las formas simples de vida siempre han predominado en el planeta y lo siguen haciendo
en la mayoría de los sistemas naturales, las tendencias deben ser entendidas no como
cosas que se desplazan hacia algún sitio sino como cambios en la variación. Para
Stephen Gould (1941- 2002) paleontólogo y biólogo norteamericano, existe un mínimo
de organización en los sistemas vivos y la vida se originó con el desarrollo de este tipo
de estructuras mínimas, las formas más simples presentes en el registro fósil son en su
totalidad bacterias: de hecho más de la mitad de la historia de la vida consiste
únicamente en un relato bacteriano. La diversidad de la vida no pudo desarrollarse
más que en un sentido dado que no habría posibilidades para el desarrollo de estructuras
vivas más simples que las bacterias. Estos son algunos de los argumentos de Gould en
contra de la idea del progreso en la historia de la vida: si se tiene en cuenta la totalidad
de seres vivos, es muy reducida la cantidad que sufrieron procesos que complejizaron
sus estructuras, asimismo la secuencia temporal de los organismos más complejos no
constituye una secuencia evolutiva sino un conjunto azaroso que originó tal escenario.
Más aún, sostiene Gould, si existe alguna inclinación es hacia la simplificación, si se
tiene en cuenta que el parasitismo constituye una estrategia evolutiva muy común y que

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los parásitos tienden a ser anatómicamente más simples que sus antepasados de la vida
libre, la tendencia sería hacia una complejidad menor.

Las características de los organismos más complejos son absolutamente imprevisibles,


en parte aleatorias y por completo contingentes. Si comenzara de nuevo el juego de la
vida una y otra vez, comenzando siempre a partir de una complejidad mínima, se podría
verificar el desarrollo de organismos complejos, pero de ninguna manera los habitantes
de este reducido espacio serían siempre los mismos. Menos aún un organismo dotado de
conciencia de sí mismo, como el hombre. Para Gould, los seres humanos estamos aquí
gracias a los caprichos de la suerte, no a cierto tipo de inevitable dirección de la vida
o de los organismos evolutivos. El dominio de la contingencia y la causalidad satura el
origen de cualquier especie, vivimos hoy en la ‘era de las bacterias’, nuestro planeta
siempre ha vivido en la ‘era de las bacterias’: han sido y son la forma de vida
predominante en la tierra. Si bien hay margaritas, cerdos, peces y filosofía, la tierra
sigue repleta de bacterias y entre los animales pluricelulares, los insectos son el grupo
más numeroso; es decir, si miramos el contexto global de la biodiversidad, el progreso
no parece tan obvio. Esta perspectiva, que hoy se extiende en el horizonte de la
biología, ya había sido insinuada por Friedrich Nietzsche (1844 -1900), cuando escribió
en su libro ‘Sobre verdad y mentira en sentido extramoral’ en ‘Discurso y Realidad’, II,
1987 trad. Lucía Prebisch.

“En un apartado rincón del universo, donde titilan innumerables sistemas solares,
hubo una vez una estrella en la que inteligentes animales inventaron el conocimiento.
Fue ése el más orgulloso y mentiroso minuto de la ‘historia universal’, pero sólo un
minuto. Tras pocos resuellos de la naturaleza, la estrella se congeló, y los inteligentes
animales hubieron de morir. Alguien pudo inventar una fábula así, y sin embargo no
habría ilustrado de modo suficiente la situación tan lamentable, tan sombría y fugaz,
sin fines y contingente que presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza; hubo
eternidades en las que no existió; si desaparece, nada pasará. Pues no hay para ese
intelecto otra misión fuera de la vida humana. Es sólo humano y sólo su dueño y
productor lo toma de modo tan patético como si los goznes del mundo giraran sobre él.
Pero si pudiéramos entendernos con el mosquito advertiríamos que también él flota por
el aire poseído por ese pathos y que se siente en él el centro alado de este mundo”.

La desfundamentación epistemológica contemporánea. ‘Epistemología y Sociedad’


Follari.

En tiempos posmodernos, la noción de certidumbre está abolida, como lo está también


la necesidad de asentarse en ella. Siendo así, queda fuertemente cuestionada la
posibilidad misma de lo epistemológico, al menos dentro de la noción normativa
instaurada a partir del positivismo lógico.

¿Para qué garantizar el conocimiento?

¿Se requiere una especie de tribunal trascendente a la actividad científica misma que
pretenda fijarle criterios?

Puede asumirse una noción ‘débil’ de lo epistemológico (campo de la filosofía de la


ciencia a partir de Kuhn), para la cual de lo que se trata es de realizar una reflexión de
segundo orden, que toma a las ciencias como objeto, pero que no pretende en cambio

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fijarles exteriormente parámetros de aceptabilidad. Resulta menos obvio que esta
versión más benigna también deba suspenderse, pero tampoco resulta evidente que
pueda sostenerse sin tensiones. La división práctica entre actores directos de la
investigación sustantiva, y pensadores acerca de ésta desde la exterioridad filosófica, no
se superará mientras exista un área temática especializada denominada epistemología o
filosofía de la ciencia. Y tampoco se supera del todo el efecto de sentido según el cual
aquellos que hablan desde lo general estarían por encima de quienes lo hacen desde las
prácticas científicas particulares: la epistemología aparece como un espacio de palabra
privilegiada, en colisión con tiempos en que tiende a abolirse la idea de que existan
discursos que no sean tributarios de una legitimación social última que depende del
sistema cultural en su conjunto. Se cree que no está resuelto este problema, sino que se
encuentra en el derrotero de su despliegue práctico. Asistimos a una lenta
metamorfosis de las modalidades de lo epistemológico, a través de las cuales puede
llegar a relegitimarse desde una posición diferente. El discurso epistemológico tiene hoy
su propio estatuto epistemológico sin duda digno de atención: ya no se plantea como
exclusivamente filosófico, sino que requiere lo científico como elemento constituyente
de sí. Tanto en lo que hace al conocimiento sobre la investigación científica misma,
como en lo que hace, por ejemplo a los determinantes sociales de la cognición, y a la
relación entre tomas de posición en el debate científico y lugares de adscripción dentro
de la comunidad científica, todo lo cual requiere de instrumentos sociológicos y
psicológicos específicos.

La epistemología se desliza así hacia el abandono de su omnipotencia, por su instalación


en lo que supone un trasmundo desde el cual juzgase exteriormente los quehaceres
científicos. Cada vez más es ella misma un ejercicio ligado a la actividad científica, sin
que pueda finalmente fundirse plenamente con esta, pues ello haría superflua su propia
existencia. Por otra parte, la vieja pretensión normativa, la búsqueda de regir con
criterios fuertes la producción concreta de ciencia, ha ido desapareciendo gradualmente,
rotando hacia una especie de acompañamiento reflexivo, donde la función tradicional de
lo epistemológico ya no se trasunta. En tiempos posmodernizados de pluralismo
cultural, quizá nadie cuestione el derecho de la epistemología a producir su propio
discurso, a agregar una mirada que puede resultar necesaria para que la ciencia no repita
al infinito su sola cadena auto-justificatoria. Pero seguramente, la función de tal
discurso tendrá que ir definiéndose fuera de toda aspiración a la hegemonía en la lucha
por la negociación de los significados, va desapareciendo lentamente el aura por el cual
se suponía que allí hablaba una verdad trascendente a toda actividad científica concreta,
despegada de esta última y sin embargo capaz exteriormente de fijar su validez y su
límite. Más bien, hoy lo epistemológico se va constituyendo como reflexión sistemática
acerca de las ciencias, auxiliada por éstas (en cuanto epistemología general) y como
autoconciencia conceptual de las ciencias mismas, cuando de lo que se trata es de las
‘epistemologías disciplinares’ producidas al interior de las teorías especificas de cada
disciplinas.

La Filosofía y la Ciencia.

La Filosofía se diferencia de la Ciencia en que muchas de las cuestiones que se plantea


no pueden ser respondidas apelando al práctica experimental, y se diferencia de la
Religión en que no puede aceptar explicaciones basadas en el dogmatismo, la fe o la
revelación, precisamente porque su razón de ser está en tratar de encontrar las
respuestas dentro de la propia realidad. La relación de la filosofía con las otras ciencias

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es mucho más estrecha de lo que se cree y en ocasiones, complementaria. Las ciencias
han tenido su origen en la filosofía. Algunos científicos han sido igualmente filósofos.
El propio planteamiento de las ciencias como disciplinas académicas proviene de las
funciones desarrolladas por la academia de Platón para la investigación y la educación.

La filosofía es un saber que estudia la totalidad de las cosas por sus causas últimas o
primeras: el ser, con la sola luz natural de la razón: ciencia deductiva, sus
razonamientos parten de la intuición eidética. La filosofía es un ejercicio especulativo
que busca dar respuestas a las cuestiones en un plano abstracto. En cada una de las
ciencias existe implícitamente una posición filosófica que da por sentado esquemas
intuitivos (axiomas). La filosofía se estructura como doctrina, cuando funda en su
estructura principios sistemáticos. La filosofía es la madre de las ciencias, la ciencia
actualmente, está asociada con la tecnología lo que ha traído enormes progresos para la
humanidad, pero la madre que hace dos mil años se preguntaba ¿De dónde venimos?
¿Para qué existimos?, hoy la humanidad se sigue preguntándose lo mismo: Para el
músico, no todo en la vida es música, para el matemático, no todo en la vida son las
matemáticas, para el soldado, no todo en la vida es guerra, mas para el filósofo, todo
en la vida es la filosofía.

La propia esencia de la filosofía exige que cualquier postulado sea susceptible de


revisión, no obstante esto no significa necesariamente que no exista unanimidad en el
ámbito de la filosofía, incluso enfoques antagónicos antiguos encuentran en la
actualidad puntos comunes sobre la realidad que pretendían conceptualizar. Ninguna
postura puede ser tomada como definitiva, incuestionable o irrefutable, pues tanto la
ciencia como la filosofía son falsables y no demostrables de manera autónoma como sí
lo son las ciencias formales (lógica y matemática).

También es un error considerar que todos los filósofos necesariamente se vinculan al


ascetismo: conjunto de procedimientos y conductas de doctrina moral que se basa en la
oposición sistemática a las necesidades fisiológicas. Incluso Aristóteles defendía una
vida compensada y equilibrada, cercana a la cotidianidad: Piensa como los más sabios,
más habla como los más humildes, dando igual importancia al pensar y al descansar
en el ocio (vida contemplativa). La filosofía ha contribuido enormemente al desarrollo
de la humanidad, no sólo como base o sustento de la ciencia teórica contemporánea,
sino también por su carácter transformador de la realidad humana y social. La crítica a
los prejuicios y las contradicciones ha posibilitado el avance actual. Aunque sus
resultados sean menos palpables que los de las ciencias, la filosofía sigue avanzando
con propuestas que mejoren el conocimiento de la realidad.

Pensar meditativo y pensar calculador. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.

La diferencia entre pensar calculador y un pensar meditativo expresa una oposición, que
acompaña a la época de la técnica. El pensar calculador se erige a partir del dominio
ejercido por la razón instrumental. Precisamente, una de las consecuencias de la
imposición de esta forma de razón reside en el creciente predominio de un pensar
calculador que, aun cuando no opere con números ni con calculadoras electrónicas,
sigue siendo cálculo (planificación, investigación, organización) y extiende cada vez
más sus exigencias haciendo peligrar así toda dimensión de la existencia humana que
pretenda resistirse al ordenamiento científico. La voluntad de poder que opera en las
ciencias señala un aumento de la voluntad de poder aunque de una clase diferente de

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aquella que Nietzsche caracterizó como nihilismo activo. La conquista técnica de todos
los ámbitos dificulta otras experiencias dadoras de verdad, como la que se da en la
palabra poética por ejemplo. El pensar calculador necesita de la renovación incesante
de la información; por ello la imposición de la técnica se realiza en las sociedades
actuales a través de la globalización de la información. Gracias a la técnica hoy es
posible tener acceso a toda la información que se desee pero no pertenece a la técnica
misma el posibilitar el acceso a los criterios seleccionadores que impidan sucumbir al
caos de datos infinitos. El hombre quedaría indefenso y librado a la prepotencia de la
técnica si se negara a poner en juego su capacidad de pensar fuera de los carriles del
cálculo.

El pensamiento meditativo está separado del saber científico o pensar calculador por
un ‘abismo sobre el que no se puede tender ningún puente, afirmaba Heidegger en su
obra Serenidad pág. 117:

“Desde las ciencias al pensar no hay puente alguno sino sólo un salto, El lugar al que
éste nos lleva no es sólo el otro lado sino una localidad completamente distinta. Lo que
se abre con ella no se deja nunca demostrar, si demostrar significa esto: deducir
proposiciones sobre un estado de cosas desde presupuestos adecuados por medio de
una cadena de conclusiones”.

Con el pensamiento sucede otras cosas que con la representación científica.


Heidegger interpreta el pensamiento como un ‘camino’ que se abre en la experiencia
misma de caminarlo, de ahí que emplee con frecuencia los términos ‘región’ ‘comarca’
para referirse al ámbito del pensar. El hombre, a diferencia del sujeto-fundamento (tal
como vimos que aparecía en Descartes) no posee un ser acabado. El hombre está
abierto al mundo, puesto que es el único ser al que le pertenece esencialmente el
proyectar un mundo en cuya realización se realiza también así mismo. Heidegger
separa el pensar del querer saber, en tanto este último busca asegurarle a la conciencia
una explicación racional para cada cosa. El filósofo nos invita a meditar en la relación
de las palabras ‘camino’ y ‘pensar’ cuando expresa que ‘lo permanente de un
pensamiento es el camino. Ellos caminan hacia delante y hacia atrás, incluso de modo
que sólo el caminar atrás nos conduce adelante. Ni el querer saber ni el querer
explicar, entonces, pueden formar parte del pensamiento meditativo. Los caminos del
pensar se resisten a su cálculo y planificación, no se dejan medir y asegurar. Por ello
cuando se ingresa a la región del pensamiento se entra al ámbito en el que ‘nada está
claro’, pero donde ‘todo es significativo’.

De esto no se deriva que haya que arremeter contra la mentalidad científica, los
filósofos no se erigen como enemigos de la ciencia ni de la técnica. Ya que todo nuestro
mundo circundante está técnicamente construido: el retorno a un mundo sin técnica y
sin ciencia sería imposible e innecesario. Lo que merece ser estimado tiene que ver con
el riesgo de que ‘el pensar calculador pudiera llegar a ser el único válido y practicado’.
Este riesgo ya lo expresaba Nietzsche cuando, temiendo la expansión del nihilismo
negativo, anunciaba ‘el desierto está creciendo, desventurado aquel que albergue
desiertos’. La ambigüedad de la ciencia y la técnica sigue abierta y en conflicto, esto
exige ser pensado más allá del querer asegurar una respuesta clara y distinta.

La importancia de una actitud filosófica en investigación y en la vida.

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La abundante riqueza de la sociedad Griega, fomento el cultivo en las personas que, con
todas las necesidades básicas afectivas y sociales cubiertas; buscaron su autorrealización
como complemento a su felicidad. Es por ello que la filosofía, o el filosofar, son
intrínsecos al hombre. O bien puede decirse, que la filosofía como actitud, es
ineludible. No es un saber más, es la actitud natural del hombre, es la respuesta natural
de su existencia ante la maravilla del universo y del ser. No hay manera de no filosofar,
y aun negando la filosofía, se lo hace con argumentaciones filosóficas. Señala Kart
Jaspers (1883-1969), en el libro Introducción a la Filosofía, que ya en los niños está
plenamente despierta la curiosidad y la indagación filosófica. Pareciera ser que con el
tiempo, la tendencia ingenua por la interrogación, se pierde. En palabras de Martín
Heidegger (1889- 1976) alemán, tal vez por las capas superpuestas de la vida banal e
inauténtica que a todos nos toma y nos aplasta..."Por el sencillo hecho de existir el
hombre, acontece el filosofar".

La filosofía tiene en común con la religión el hecho de que se plantea las cuestiones
últimas de la existencia humana, pero a diferencia de ella no se basa en la fe o la
revelación sino en la razón. La filosofía tiene en común con la ciencia la racionalidad,
pero se diferencia de ella que ésta estudia regiones determinadas del ser, la filosofía se
interesa por el significado del todo. Por lo que podemos definir la filosofía como el
análisis racional del sentido de la existencia humana, individual y colectiva, fundado
en la comprensión del ser. La filosofía aparece históricamente cuando entran en crisis
los discursos míticos y religiosos, planteándose las cuestiones: ¿qué hacer?, ¿qué
puedo conocer?, ¿qué es el mundo?, ¿qué puedo esperar?, ¿qué es el hombre? Kant,
en su Lógica, sintetiza la indagación filosófica, en estos cuestionamientos. Y agrega,
que todas las preguntas convergen en la última. Algunos filósofos han tenido
pensamientos diversos acerca de cuál es el objeto de la filosofía, piensan que la
filosofía examina el proceso de investigación de sí mismo. Se pueden también ver en
filosofía una creación, análisis o meditación sobre conceptos. La filosofía se diversifica
en distintas ramas:

 Metafísica.
 Ontología.
 Filosofía de las ciencias.
 Filosofía del espíritu.
 Antropología filosófica.
 Estética.
 Filosofía del derecho.
 Filosofía de la física.
 Filosofía de la matemática.
 Filosofía de la medicina.
 Ética Aplicada.
 Filosofía del lenguaje.

Desarrollo del pensamiento científico.

La ciencia es un conjunto de conocimiento comprobados y sistematizados, obtenidos


mediante el concurso de métodos lógicos, rigurosamente aplicados. Estos
conocimientos, después de la crítica y a la comprobación, se presentan organizados y
distribuidos en las diversas ramas del saber. Desde que el hombre intentó comprender
el mundo que lo rodea, la ciencia comenzó a producirse: El conjunto de percepciones

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por medio de los sentidos, la búsqueda para satisfacer las necesidades, el instinto de
supervivencia, la curiosidad, la búsqueda de sí mismo, fueron los factores que
encauzaron al hombre hacia la ciencia.

En la antigüedad, el hombre apoyó su ignorancia en la existencia de entes


sobrenaturales, los que lo ayudaban o castigaban, según las condiciones del fenómeno
natural. Esta fue una cómoda actitud, que consistía en relegar la necesidad de
comprender al capricho de los dioses. Pero el hombre comenzó a aplicar el
discernimiento a su experiencia diaria: utilizó la curiosidad y la observación hasta
llegar al análisis y el raciocinio en la experimentación, y a la sistematización de los
conocimientos que progresivamente adquiría. Cuando el hombre comenzó a proceder
ya sea consciente o inconscientemente con la idea de la causalidad: es en ese momento
que se da la ciencia. La utilización del método comienza allí donde mediante la
observación se llega a la concepción de que: dados ciertos fenómenos se originan en
sucesión temporal, es decir: donde se descubre la relación de fenómenos que son
causa y otros efecto. Esta primera intuición de la causalidad: es el primer método
científico. Este punto de partida de la ciencia, es un método general que explica
resultados diversos y relaciona fenómenos muchas veces muy lejanos unos de otros.

El progreso del pensamiento científico se consumará en la medida que el hombre depure


los fenómenos y escoja uno o algunos de ellos sin los cuales no se producirán los
efectos observados. A estos fenómenos se les llama causa. El camino que se elige para
dicha empresa en el "método”. El primer método en despejar el terreno de la ciencia
primitiva es el de ensayo y error.

El método causal, íntimamente vinculado al hombre como sistema de referencia,


recalca la característica antropomórfica y animista en el análisis de la realidad.

El método comparativo, el hombre, aún no totalmente enajenado de la naturaleza, no se


concibe a sí mismo como algo distinto, son la semejanza, la metáfora, la analogía. Estas
son formas que sirven para calificar los objetos mediante su semejanza o diferencia con
los otros objetos. Las cualidades no han sido, en esta etapa, abstraídas de los objetos a
los cuales pertenecen. Al referirse al objeto menciona su cualidad fundamental, sin
haber sido concebida ésta como un concepto aparte.

El proceso de salida de este primer estado del pensamiento será lento. En dicho proceso
se adecuarán los métodos a sus objetos de investigación. Este desarrollo se efectuará
dentro de la cultura griega, se irá distinguiendo el pensamiento científico de las otras
formas sobrenaturales y míticas, se intentará explicar la naturaleza por sí misma. En tal
proceso, el lenguaje jugará un papel fundamental (capacidad de sustantivación, de
verbos como de adjetivos, por medio del uso del artículo). Este perfeccionamiento del
lenguaje hará posible el desarrollo de la lógica.

La característica sobresaliente en los filósofos griegos es la observación natural,


aunque no se descarta que hayan realizado algún tipo de experimentación muy simple.
Los griegos enfocan la naturaleza como un todo. La conexión de los fenómenos
naturales aún no se investiga en detalle, sino que es el resultado de la intuición directa.
En esto estriba precisamente la característica de la filosofía griega, pero más tarde harán
su aparición los diferentes métodos. En los primeros filósofos griegos pueden señalarse
caracteres muy determinados: la observación cuidadosa de la naturaleza, el uso de la

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razón para explicarla, la búsqueda de una sustancia universal o primera, de la cual están
compuestos todos los cuerpos del universo. La idea que a todo fenómeno sucede uno
que le es contrario cualitativamente, da el sentido de simétrica de la naturaleza.

El concepto de Paradigma en Grecia.

Dicho concepto surge también en Grecia, por las diferentes corrientes de pensamiento y
el pensar libremente, aparece la clase de hombre denominada "filósofo"-individuo
arrebatado por el amor al conocimiento o sabiduría- Los distintos enfoques del libre
pensar se le asigna el concepto Paradigma. Cada paradigma se basa en un enfoque
unitario, sustentado por la necesidad de buscar el saber por el saber mismo, no movido
por actitudes pragmáticas. No se habla de una sabiduría atada a lo concreto. En lo
esencial, independientemente del paradigma, el filósofo es un personaje muy especial:
su saber es un saber curioso, interrogante e insaciable, siempre palpitante por el
deseo de no retroceder en la persecución indagatoria de los últimos fundamentos de
la realidad. Su preguntar es ilimitado facilitando la aparición de novedosas
indagaciones. En el filósofo siempre se ha de hallar una actitud crítica y de duda, ya sea
para el propio pensar, o por el ajeno, del tiempo presente o pasado.

Paradigma Premoderno. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.

Dentro de lo que se denomina premodernidad se encuentran dos períodos bien


diferenciados pero que, en sus fundamentos comparten ciertas características, a saber: la
antigüedad clásica (centrada en el pensamiento griego) y la Edad Media (siglo V al
XV). El mundo griego funda la cultura occidental y da inicio al proyecto racionalista. El
concepto clave es el logos, el significado que los griegos daban al concepto logos esta
básicamente el de “discurso explicativo y demostrativo”, descansando en su
fundamentación. El saber científico pertenece al logos en contraposición al concepto de
mito. Pero existe otra oposición a partir de la cual es posible rastrear el origen de
nuestro actual concepto de ciencia. Es la que tiene lugar entre doxa y episteme:
diferenciación entre la opinión y el saber científico.

Doxa: *saber no fundamentado. *espontáneo. *asistemático. *acrítico.

Episteme: *saber fundamentado. *requiere esfuerzo y reflexión. *sistemático. *


pretende instalarse en la verdad. *crítico.

En consecuencia en el ámbito del logos los griegos distinguían entre el saber cotidiano y
vulgar y el saber de la ciencia. El término episteme refiere a la pura racionalidad y es
por eso que también se incluye la filosofía.

Sin embargo a pesar de las diferencias entre la concepción griega y la cristiano-


medieval existe un suelo común, un conjunto de características compartidas, que son las
que hacen posible hablar de un paradigma premoderno: porque teniendo presente esa
gran revolución científica de los siglos XVI y XVII que va a dar lugar al nacimiento de
una nueva época, la modernidad, es claro que frente a ella, el mundo antiguo y el
medieval constituyen una unidad. Sus fundamentos serían los siguientes:

a) La comprensión científica del mundo:

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*Geocentrismo. *El universo tiene un orden jerárquico: los elementos van de lo más
perfecto a lo más imperfecto: tierra, agua, aire y fuego. *Orden teológico: todo el
universo tiende aun fin (télos): Dios (religión), idea de bien (Platón), o primer motor
(Aristóteles). *Finitud del espacio: se cree en un espacio cerrado y finito.

b) El conocimiento científico:

*La ciencia como un saber referido y fundado en la experiencia. *El saber empírico se
tenía por conocimiento estricto pero no supremo: si bien este tipo de conocimiento era
considerado episteme, no representaba el conocimiento superior, puesto que por su
carácter empírico, siempre se lo consideró inferior respecto de otros saberes. Para los
griegos la filosofía primera o metafísica y la sabiduría estaban por encima del
conocimiento sensible o empírico.

Paradigma Moderno. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.

Frente al mundo premoderno, la modernidad constituye un lento pero inexorable


proceso de desacralización. En primer lugar comienza a producir una constante y
compleja separación de esferas dentro de la cultura y de la sociedad. La más importante
es la acontecida entre el orden de lo religioso y de lo profano: desde el punto de vista
institucional es la separación entre Iglesia y Estado; y desde el punto de vista cultural es
la separación entre Religión y Ciencia. En segundo lugar, la modernidad entendida
como proceso de desacralización alude a un giro profundo y esencial del pensamiento:
el que va del geocentrismo medieval a la centralidad de los problemas práctico-
mundanos. El núcleo de orientación de la cultura moderna ya no será lo divino sino la
resolución de aquellos problemas práctico-teóricos originados por los cambios sociales
que tuvieron lugar a partir de la aparición de la burguesía. ¿Cuales son las
características de lo moderno? La esencia de la modernidad está dada por el ideal de una
racionalidad plena, esto implica:

1. El mundo posee un orden racional-matemático.

2. Surgimiento de una confianza absoluta en el poder de la razón: tanto en su poder


cognoscitivo como práctico. Creciente certeza en la capacidad teórica de conocer y de
dominio y transformación de la naturaleza. Así la razón moderna es: en sus inicios
determinación de los primeros principios que rigen el mundo, luego deviene cálculo de
medios, y por último transformación que se reduce a manipulación.

3. El proyecto moderno conlleva dos ideales: *alcanzar un conocimiento universal y


necesario del mundo y * lograr la formulación de una ética de validez universal. A la
modernidad le es inherente una idea de conocimiento y de verdad muy fuerte, dado que
en ella se confía en la posibilidad de determinar las leyes que han regido y regirán la
naturaleza, a esto se le agrega la creencia en la posibilidad de lograr algo parecido en el
ámbito de la moral. Es pensable y realizable una ética fundada en la pura razón, en la
medida que ésta sería puramente racional: excluiría todo elemento sustantivo derivado
de la tradición. Tendría la propiedad de la universalidad, válida para todo ser racional.

4. Creencia en el progreso social como consecuencia del desarrollo de la ciencia. Esto


supone que el despliegue y avance del conocimiento científico se traslada a toda la

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sociedad, dando lugar un orden social mejor y más justo. Además conlleva el supuesto
de que todo proceso de innovación en ciencia, es en sí mismo, bueno.

Actualmente el desarrollo de este paradigma científico ya no resulta tan claro: que


todas las consecuencias de la investigación científica sean positivas, y que traigan
aparejado un progreso social universal. Por ello, hoy tampoco es indiscutible que el
desarrollo de la ciencia deba ser absolutamente ilimitado, pero cabe aclarar que tal
cuestionamiento no significa obstaculización ni freno.

Es así como, desde la modernidad: razón y verdad, son pensados casi como sinónimos
de razón científica y de verdad científica. Y es así que la racionalidad es pensada como
la racionalidad propia de la ciencia. Y solo preguntar por la corrección de tales
definiciones nos instala sin más en la crisis del paradigma moderno, crisis que da lugar a
un nuevo paradigma.

Paradigma Actual (posmoderno). ‘La Posciencia’ Ester Díaz.

Varios de los cimientos del paradigma moderno han perdido ya su poder normativo, han
caído en desuso porque no creemos más en ellos, pero ¿estamos viviendo realmente una
era que se ubica más allá de la modernidad?, ¿ésta puede considerarse como una etapa
cerrada, consumada?, ¿o estamos transitando no por un nuevo paradigma sino mas bien
por un pliegue de la modernidad misma? No hay que interpretar el ‘pos’ del concepto
posmodernidad como el señalamiento de un tiempo superador de lo moderno sino como
la indicación de una crisis y la apertura de un tiempo que mantiene una estrecha relación
con ella. Tal vez por ello sea más apropiada la utilización de la expresión ‘modernidad
tardía’, dado que en ella queda explícita la relación de co-pertenencia entre una y otra.
Pero ¿qué se quiere decir cuando se habla de posmodernidad o modernidad tardía? Cabe
señalar que si vimos a la modernidad como un proceso de desacralización, ahora
debemos ver un proceso de fragmentación del sentido en los siguientes puntos:

1. Caída de los ideales de conocimiento de la modernidad: la cultura actual se cuestiona


la idea de verdad sostenida por la filosofía moderna. Se dice ‘no hay verdades
universales, necesarias ni definitivas sino que las verdades son provisorias y
contingentes. Toda comprensión de la realidad comporta cierta dimensión de
interpretación de perspectiva: idea débil de verdad y cierto relativismo cognoscitivo.

2. Crítica y rechazo de los ideales éticos y de progreso social inherente a la modernidad:


en ello se advierte el fin de las utopías, de los grandes relatos o ideologías. No solo se
descree de las construcciones teóricas del pensamiento moderno sino también de la
posibilidad de acceder por medio de ellas a un progreso social. No hay futuro, hay
desencanto.

3. Cuestionamientos a la ciencia y al cientificismo: La posmodernidad comporta la


aparición de ciertas críticas tanto al desarrollo absolutamente ilimitado de la ciencia y a
la desmesurada adoración a ésta, lo que da lugar a una reducción de la razón a mera
racionalidad científica. Lo primero se funda en el descubrimiento del ‘reverso’ de esa
suerte de moneda que es el devenir de la investigación científica. Una de sus caras
estaría constituida por sus efectos liberadores y positivos, mientras que en la otra se
dibujarían los residuos indeseables de tal desarrollo. La posmodernidad inaugura un
tiempo en el cual se cierra el supuesto incuestionado de la esencial bondad del

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conocimiento científico. Los más realistas exigen que se tenga en cuenta que el
desarrollo de la investigación científica no debería ser considerado un fin en sí mismo
sino un bien cuyo valor principal ha de ser medido sobre la base de criterios de impacto
social. Respecto de la crítica a la desmesura cientificista, la cultura posmoderna esgrime
la necesidad de ampliar la idea de razón y verdad. Esto significa que hay que afirmar
que hay otras formas de racionalidad además de la científica y señalan la presencia de
cierto tipo de verdad en discursos y expresiones extracientíficas.

Esta época actual presenta una fragmentación, caída y desencanto. Se podría decir que
la ciencia actual es tecnología.

Primer abordaje del tema: Epistemología.

Ciencia de la ciencia:
a) externa: Psicología de la ciencia, Sociología y antropología de la ciencia, Historia de
la ciencia.
b) Interna: Lógica de la ciencia, Metodología de la ciencia, Filosofía de la ciencia.

Autores franceses e ingleses utilizan el término epistemología para designar a la "teoría


del conocimiento" o "gnoseología", es decir, un sector de la filosofía que examina el
problema del conocimiento en general: el ordinario, el filosófico, el científico, etc. Pero,
en general, el término epistemología es empleado en un sentido más restringido,
referido exclusivamente a los problemas del conocimiento científico, tales como las
circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención y los
criterios con los cuales se lo justifica o invalida. La epistemología es, entonces, el
estudio de las condiciones de producción y validación del conocimiento científico. La
epistemología es una actividad crítica que se dirige a todo el campo de la ciencia.

Estrechamente vinculada con la epistemología, se halla la filosofía de la ciencia, con la


cual algunos autores la identifican. Sin embargo, no es conveniente hacerlo así, porque
la filosofía de la ciencia, como la filosofía en general, abarca muchos problemas que no
son estrictamente epistemológicos. Un problema filosófico sería, por ejemplo: tratar de
decidir si la realidad objetiva existe o es una ilusión de los sentidos.

Los presupuestos filosóficos inciden de un modo esencial en la adopción del método


epistemológico. De manera que el término "filosofía de la ciencia" es más amplio que
el término "epistemología", si bien las conexiones entre ambas son estrechas y los
prepuestos epistemológicos constituyen de por sí un asunto de interés filosófico.

También la metodología, suele ser confundida con la epistemología. En general, el


metodólogo no pone en tela de juicio el conocimiento ya obtenido y aceptado por la
comunidad científica. Su problema es la búsqueda de estrategias para incrementar el
conocimiento. Por ejemplo: está fuera de discusión para el metodólogo la importancia
de la estadística, pues ésta constituye un camino posible para obtener, a partir de datos
y muestras, nuevas hipótesis. En cambio, el epistemólogo podría formularse, a modo de
problema, la pregunta por el pretendido valor atribuido a datos y muestras.

Aproximaciones al Conocimiento.

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Es evidente que debemos reconocer, ante todo, la prioridad de la experiencia
inmediata. Esta experiencia tiene prioridad por su original inmediatez, porque la vi-
vimos y experimentamos antes de cualquier conceptualización y aparición de
significados, porque es el modo fundamental en que se nos ofrece el mundo y porque es
el elemento básico para toda clase de actividades, incluyendo la misma ciencia. Pero
esta primera experiencia, antes de ser ubicada en un contexto personal, cultural y social
que le asigne significados, es simplemente amorfa y sin sentido alguno. Contrariamente
la ciencia es conocimiento y suele ser considerada como conocimiento de un género
determinado, conocimiento de leyes generales observadas en casos particulares: este
rasgo diferenciaría el conocimiento científico del conocimiento local y ordinario
referido a un caso, entidad, hecho o individuo particular. Ya los filósofos escolásticos
(la escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval
y se basó en la coordinación de fe y razón, que en todos los casos siempre suponía la
clara sumisión de la razón a la fe, Philosophia ancilla theologiae -la filosofía es esclava
de la teología-, pero también es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento
debía someterse al principio de autoridad: Magister dixit -lo dijo el Maestro-, y la
enseñanza se podía limitar en principio a la repetición de los textos antiguos, y sobre
todo de la Biblia, la principal fuente de conocimiento, pues representa la Revelación
divina; a pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento,
pues suponía someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del
discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas) solían repetir que
scientia non est individuorum (la ciencia no trata de individuos o casos particulares).
Según esta orientación, las ciencias serían –utilizando la termino logía de Wilhelm
Windelband (1848-1915), filósofo alemán, disciplinas nomotéticas, es decir, que
estudiarían solamente leyes de amplia aplicación universal, y la individualidad sería
estudiada solamente por la historia, el arte o la biografía, cuyos métodos son
idiográficos.

No obstante, el estudio de la individualidad puede alcanzar también una


"universalidad" y ser de gran importancia y utilidad. Por ejemplo: el estudio
profundo de un individuo o de una entidad puede demostrar una estructura personal
o particular con un conjunto de rasgos y disposiciones peculiares que, aunque
pertenecen exclusivamente a esa persona o entidad, describen y pueden predecir e
incluso ayudar a "controlar" su conducta a lo largo de un amplio período de su vida.
Aquí tendríamos un tipo de universalidad temporal, se extiende a muchas
situaciones en el tiempo que puede ser más útil, en relación con el individuo o
entidad, que la universalidad espacial, referida a un elemento de muchos sujetos o
entidades. Por otro lado, es posible que la naturaleza del objeto sea única, tan
irrepetible e irreproducible como la explosión de una estrella nova, la erupción de un
volcán, un terremoto. En casos similares, a la ciencia no le queda otra alternativa
que estudiar esos casos únicos en sí, ayudada por su dispositivo teórico.
Otra característica, objeto de frecuente discusión, es la comunicabilidad de la
ciencia. Suele decirse que si un conocimiento no es comunicable no es científico. La
razón principal de ello es que el conocimiento se considera como algo intersubjetivo
que debe gozar de cierto consenso entre la comunidad científica. En gnoseología se
estudia un tipo de conocimiento rigurosamente personal, el conocimiento vivencial,
el comprender profundo, tan frecuente en las disciplinas humanas y tan
experimentadas por los psicólogos clínicos y por los artistas. Estos hombres pue den
captar una realidad singular y particular a un gran nivel de profun didad, y percibir
los nexos y las complejas interrelaciones que conforman a ese ser individual.

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En cuanto al hecho de que se dé cierta intersubjetividad o consenso –otro criterio de
la “cientificidad”– recordemos que Galileo estaba solo con sus teorías y que los
"sabios" del tiempo calificaron sus teorías como "absurdas y filosóficamente falsas".
Así como el que canta extra corum, por muy bien que lo haga y sea el único que está
en lo cierto: siempre da la impresión de estar desentonado, así las comunidades
científicas censuran duramente al que rompe la armonía del paradigma aceptado y
compartido, aun cuando ello sea para corregir falacias antiguas.
En general, la gran mayoría de los hombres destacados y, sobre todo, los que han
dado origen a las revoluciones científicas (Copérnico, Galileo, Newton, Darwin,
Planck entre otros), se han quedado solos durante mucho tiempo y se los consideró
como faltos de sentido común (y con razón, pues ese sentido común estaba errado) y
alienados (separados del común pensar y obrar). Por esto, Max Planck ( 1858-1947),
físico alemán escribió con tristeza en su Autobiografía que: "una nueva verdad
científica no triunfa por medio del convencimiento de sus oponentes, haciéndoles
ver la luz, sino, más bien, porque dichos oponentes llegan a morir y crece una nueva
generación que se familiariza con ella".
Quizá, ningún sabio de la antigüedad señaló y estableció mejor la importancia de
unir el método racional con el empírico, de como lo hizo el griego Hipócrates
(460–377 AC), "padre de la medicina", que codificó gran parte de las setenta obras
que componen el "corpus hipocrático" y que se ocupan de la práctica médica,
escribió en sus Preceptos:
“Debe atenderse, en la práctica médica, no fundamentalmente a las teorías
plausibles, sino a la experiencia combinada con la razón... Apruebo la teoría si
sienta sus bases en los acontecimientos y deduce sus conclusiones de acuerdo
con los fenómenos. Porque si la teoría sienta sus bases en hechos claros, se ve
que reside en el dominio del intelecto, que, a su vez, recibe sus impre siones de
otras fuentes. Pero si no comienza a partir de una impresión clara, sino de una
ficción plausible, induce a menudo a situaciones dolorosas y molestas. Todos los
que así actúan se pierden en un callejón sin salida”.
Este enfoque es compartido por muchos científicos, especialmente los que trabajan
en el área de las ciencias humanas. Por ejemplo, se ha aclarado con precisa
indagación experimental que los resultados descubiertos en una situación A no
pueden ser declarados válidos para una situación B, en tanto no se haya probado me -
diante el análisis fenomenológico la identidad estructural de las situaciones A y B.
Aunque parezca extraño, el mismo Hume (1711-1776), filósofo y economista escocés,
justificaba la inducción en función de la costumbre y el hábito, pero pensaba que no
había ningún argumento lógico válido que nos permitiera establecer "que los casos
de los cuales no hemos tenido ninguna experiencia se asemejan a aquellos de los
que hemos tenido experiencia". Por consiguiente, "aun después de observar la
conjunción frecuente o constante de objetos, no tenemos ninguna razón para extraer
una inferencia concerniente a algún objeto, aparte de aquellos de los que hemos
tenido experiencia...". En otras palabras, el intento de justificar la práctica de la
inducción invocando a la experiencia, conduce a un regreso in infinitum. Como
resultado de esto, Popper (1902-1994) filósofo y sociólogo austriaco afirma: “las
teorías nunca pueden ser inferidas de enunciados observacionales, ni pueden ser
justificadas racionalmente por éstos”.
Con relación a esto Kant (1724-1804), filósofo alemán afirma, en su ‘Crítica de la
razón pura’, que la universalidad empírica no es más que una extensión arbitraria

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del valor, pues se pasa de un valor que corresponde a la mayor parte de los casos, al
que corresponde a todos ellos. De esta manera, será la agudeza intelectual del
científico la que exigirá la observación intelectual de muchos casos para intuir la
esencia. Franz Brentano (1838-1917), Filósofo, psicólogo y sacerdote católico alemán
considera que la buena descripción de un ejemplo individual puede hacer evidente la
esencia sin que haya necesidad de acumular más casos particulares, igual que en las
ciencias naturales: con un solo experimento bien realizado, se puede deducir o
comprobar una ley. El método de Jean Piaget (1896- 1980), psicólogo, filósofo y
sociólogo suizo, apoyado básicamente en esta lógica fue considerado durante mucho
tiempo por numerosos investigadores positivistas como no-científico, debido a que
no seguía ciertos cánones clásicos sobre el tamaño de la muestra. Sin embargo, en
1956, el famoso científico atómico Robert Oppenheimer (1904-1967), físico
estadounidense y el director científico del proyecto Manhattan, lo propone como un
modelo para iniciar la investigación en algunas áreas de las ciencias humanas.
Para llegar a la identificación de una estructura humana (psíquica o social) más o
menos generalizable, deberíamos localizar primero esa estructura en individuos o
situaciones particulares mediante el estudio y la captación de lo que es esencial o
universal, lo cual es símbolo de lo necesario: lo universal no es aquello que se
repite numerosas veces. La captación de esa esencia depende más de la agudeza
intelectual que del uso de técnicas.
Tanto Aristóteles como el mismo Francis Bacon (1561-1626), inglés. Entendían
por inducción, no tanto la inferencia de leyes universales a partir de la observación
de muchos casos particulares, sino un método mediante el cual llegamos a poder
intuir o percibir la esencia, la forma, o la verdadera naturaleza de las cosas, que
encierra lo universal. Galileo pensaba que las leyes de la naturaleza, que son
regulares y que tratamos de descubrir, pueden ser captadas sin necesidad de
multiplicar las observaciones, sino que con una buena observación realizada
intensivamente para aprehenderlas.
¿Cómo se puede generalizar partiendo del estudio de un solo caso o situa ción?
La generalización es posible porque lo general sólo se da en lo particular. No se
trata de estudios de casos, sino de estudios en casos o situaciones. Por ejemplo Pia-
get, estudiando a sus propias hijas, estructuró leyes de validez universal que han sido
consideradas entre los aportes más significativos de la psicología del siglo XX. Es
necesario tener muy en cuenta que una estructura individual o universal nunca podrá
ser inducida del estudio de elementos aislados en muchas personas, sin ver la red de
relaciones en conjunto. Es precisamente esa “red de relaciones” la que hace que un
rostro o una persona sean diferentes de los demás. Sería algo similar a lo que sucede
con nuestra propia firma, donde los trazos cambian siempre, pero la estructura,
forma permanece la misma y, por eso, nos identifica. Es lógico pensar que el grado
de transferibilidad de una situación a otra es una función directa de la similitud
que hay entre ambos contextos. El esfuerzo mayor del investigador debería dirigirse
hacia la identificación del patrón estructural que caracteriza a su objeto de estudio.
Pero no es él quien debe estudiar el grado de similitud de su contexto con otros
contextos o situaciones a los cuales puedan transferirse o aplicarse los resultados de
su investigación. Ésa es tarea de quien vaya a hacer la transferencia o aplicación.
Todo esto deberá tenerse en cuenta a la hora de construir los objeti vos y al elegir las
estrategias metodológicas para alcanzarlos.

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Nuevas sensibilidades.
Al Papa Juan XXIII le gustaba mucho hablar de “los signos de los tiempos”, como
conjunto interactuante de elementos y variables humanas que crean una nueva
realidad, exigen nuevos enfoques, demandan nuevos conceptos y, por consiguiente,
también requieren nuevas soluciones. En definitiva de lo que se habla es de un cambio
de paradigma.
El espíritu de nuestro tiempo ha ido formando una nueva sensibilidad y
universalidad del discurso, una nueva racionalidad, que está surgiendo y tiende a
integrar dialécticamente las racionalidades parciales: integrar el pensamiento
calculante con el pensamiento reflexivo, de lo cual ya hablaba Heidegger, un
proceso dialógico en el sentido de que sería el fruto de la simbiosis de dos lógicas,
una “digital”, propia de nuestro hemisferio cerebral izquierdo, y la otra “analógica”,
propia del derecho. Esto sería como la tercera dimensión, el proceso estereognósico,
que no nos da cada ojo por separado ni la suma de ambos, sino la simultaneidad de
los dos.
Son movimientos que vendrían a significar el estado de la cultura después de las
transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la
literatura y de las artes que han dominado durante la llamada “modernidad”, es decir,
durante los tres últimos siglos.
Los autores de estos movimientos difieren en muchos aspectos, pero tienen también
muchas cosas en común: *ruptura con la jerarquía de los conocimientos y de los valores
tradicionales, *bajo aprecio por lo que contribuye a la formación de un sentido
universal, *desvalorización de lo que constituye un modelo, *valoración de la “verdad
local”, *énfasis en la subjetividad y en la experiencia estética.
Jean-François Lyotard (1924 -1998) Filósofo francés por ejemplo, puntualiza:
“He luchado, por distintas vías, contra la pseudo-racionalidad (...) Aquellos
que invocan “la Razón” alientan la confusión. Hay que disociar cuidadosamente
la razón de los fenómenos, la que puede legitimar un régimen político, la razón
que permite a cada uno soportar su propia singularidad, la que hace que cada
obra sea admirable, y también la razón por la cual hay un deber, o una deuda.
Estas disociaciones son obra del racionalismo crítico”.
Esto implica un planteamiento radical y una relativización de la cultura occidental
moderna. Quizás, lo más valioso que están aportado estos movimientos se pueda
resumir en dos puntos: por un lado, su ‘sensibilidad cuestionadora y crítica’ ante las
más significativas propuestas no realizadas de la modernidad, propuestas que han
generado el deseo de ir más allá de la situación actual; y, por el otro, el concepto de
‘verdad pluralista’, en el sentido de que la realidad es inconmensurable e
inagotablemente rica y su ser último excede al pensamiento humano. Es decir que
no habría teoría o explicación que agotara la realidad.

El conocimiento local.

En los diferentes discursos sociales de algunos postmodernistas, como Michel


Maffesoli (1944- ) sociólogo francés, considerado como uno de los fundadores de la
sociología de lo cotidiano y conocido por sus análisis sobre la postmodernidad, el
imaginario y , sobretodo, por la popularización del concepto de tribu urbana, aparecen
continuamente los términos “país”, “territorio”, “espacio”, términos que indican un
sentimiento de pertenencia, algo emocional: el lugar constituye un vínculo, un lazo

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que no es abstracto, teórico, racional. Un lazo que no está constituido a partir de un
ideal lejano, sino, más bien, lo contrario, se apoya, orgánicamente, sobre la posesión
común de valores enraizados: lengua, costumbres, cocina, posturas corporales;
cosas todas cotidianas, concretas: todo ello constituye lo material y lo espiritual de
un pueblo. Tal ‘materialismo espiritual’ vivido localmente, es el que va a tomar,
cada vez más, el lugar de la política en sus diferentes modulaciones. Estamos,
entonces, ante “el fin de las ideologías”, de los “grandes relatos de salvación al
estilo de una metafísica o ideología”; “hay un primado de la singularidad de las
formas antes que de la universalidad de los valores, de la inteligencia de las
situaciones antes que de la presunción de las generalizaciones” Este autor habla de
la transfiguración en los “pequeños relatos”, específicos, propios de la “tribu” que
los detenta, ligados a un territorio dado, a los lenguajes juveniles, a los dialectos
locales, a los sincretismos filosóficos o religiosos; son nuevas formas de sociabilidad
unidas en un compartir de emociones, en las cuales lo no-lógico, la pasión y lo
imaginario juegan un papel importante.
En su obra ‘Elogio de la razón sensible’ (1996), destaca las intuiciones y destellos
de esta “razón sensible”: una manera de aproximarse a lo real en su más fluida
complejidad; una conjunción de lo material y de lo espiritual y no una oposición .
La razón sensible destaca el papel de lo afectivo, de las interacciones y de lo
subjetivo. Es una razón abierta hacia lo imaginario, lo lúdico, lo onírico social y es
aún más rica que la razón pura porque sabe integrar. La verdad absoluta se
fragmenta en verdades parciales que conviven.
Serge Moscovici (1925 - ) psicólogo social francés, por su parte acentúa la postura
fenomenológica, dándole el rango epistemológico de ciencia a las “representaciones
sociales” como una forma de conocimiento social específico, natural, de sentido
común y práctico, que se constituye a partir de nuestras experiencias, saberes,
modelos de pensamiento e información, que recibimos y transmitimos por la
tradición, la educación y la comunicación social. Las “representaciones sociales” son
modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, la
comprensión y el dominio del ambiente social, material e ideal, por lo que habrá que
referirlas a los contextos en que emergen, a las comunicaciones por las cuales
circulan y a las funciones que desempeñan en la interacción con el mundo y con los
otros. Afirma: “La ciencia estuvo, en otro tiempo, basada en el sentido común e
hizo que el sentido común fuera menos común; pero, ahora, el sentido común es la
ciencia hecha común”.
Piaget define el “pensamiento sociocéntrico”, por oposición al pensamiento técnico
y científico como: “un saber elaborado para servir a las necesidades, los valores y
los intereses del grupo”. En este sentido, coincide con el “conocimiento
emancipatorio” de Jürgen Habermas (1929 - ), sociólogo y filósofo alemán, objeto
de la “investigación-acción”, y que se opone al “conocimiento instrumental”, que es
básicamente controlador y explotador.
El espíritu de toda esta orientación epistemológica no es nuevo, pues nos viene
desde finales del siglo XIX, cuando Wilhelm Dilthey (1883–1911) filósofo,
sociólogo e historiador; Eduard Spranger (1882-1963) filósofo y psicólogo; Marx
Weber (1864 -1920) economista, historiador, filósofo; Karl Jaspers (1883-1969)
psiquiatra y filósofo, entre otros teóricos germánicos distinguieron claramente entre
explicar (erklären) y comprender (verstehen).

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La explicación: se centra en el análisis y la división para buscar las causas de los
fenómenos y su relación y semejanza con otras realidades, con las cuales es
comparada, referida y relacionada, es decir, “insertada en leyes más amplias y
universales”, y tiene más aplicación en las ciencias de la naturaleza. Las relaciones
que establece pueden permanecer, sin embargo, exteriores a los objetos
analizados; no conducen a su naturaleza.
La comprensión: es la captación de las relaciones internas y profundas mediante la
penetración en su intimidad, para ser entendida desde adentro, en su novedad,
respetando la originalidad y la indivisibilidad de los fenómenos, y tratando de
entender, a través de la interpretación de su lengua y gestos, el sentido que las
personas dan a sus propias situaciones. En lugar de parcelar lo real, como hace la
explicación, la comprensión respeta su totalidad vivida; así, el acto de
comprensión reúne las diferentes partes en un todo comprensivo y se nos impone
con mayor y más clara evidencia.
Michel Maffesoli señala que conviene romper con un positivismo dominante y
totalitario, producto de un pensamiento conceptual rígido, hay que hacer surgir un
pensamiento que acepte el ambiente politeísta y la pluridimensionalidad de la
existencia. Promueve una sociología comprensiva de la vida cotidiana, fundada en
la sabiduría popular, en el conocimiento ordinario, en ese hablar que parece no decir
nada, pero que genera una ayuda especial para hacerle frente al destino, al tiempo
que pasa, a los sinsabores de la vida y a la misma muerte, y crea relaciones afectivas
profundas y cargadas de valor: todo esto nos obliga a hacer investigaciones
distintas o complementarias.

Conocimiento y matriz epistémica.

Durante el transcurso de su historia, el hombre ha debido sortear varias dificultades, la


gran mayoría de ellas ligada al problema de la supervivencia. Ha tenido que
ingeniárselas a fin de superar dichas dificultades. La mayor parte de las respuestas que
ha intentado para resolver sus problemas vitales ha sido producto de procesos
metodológicos básicos, unidos generalmente al método denominado "ensayo y error":
consiste en la repetición más o menos acertada de un modelo de respuesta que, tras
ensayar y errar varias veces, da con la solución esperada. De esta manera empieza a
delinear el primer tipo de conocimiento de que dispone el ser humano para vivir: el
conocimiento vulgar u ordinario. Este conocimiento, aunque ha dado muy buenos
resultados, al menos para un modo de vida primario y básico de supervivencia, queda
corto su alcance: no es posible esperar que logremos adaptarnos a nuestra sociedad
conservando este conocimiento como el único o de mayor jerarquía. El
conocimiento vulgar apunta a solucionar todo problema de orden esencialmente
práctico, vale decir, da solución a problemas inmediatos que exigen una rápida
respuesta; los problemas que soluciona son generalmente simples, no demandan una
gran teorización ni reflexión: se vale de los medios que posee al alcance de la mano y
que signifiquen la mayor economía de trabajo posible.

Así, este tipo de conocimiento, al no proyectarse en la eventualidad de sucesos


futuros: se agota en el acto de su propia ejecución. Al ser el conocimiento vulgar
particularmente práctico, limitado e insuficiente para dar cuenta de todas las
necesidades del hombre, supone la existencia de un gran vacío de conocimientos
superiores, que debe ser corregido mediante otro mecanismo intelectual-cognitivo: el

51
conocimiento científico. Este tipo de conocimiento es el que da razones, es decir,
explica los porqués de las cosas. Se lo puede llamar 'conocimiento objetivo', ya que
sobrepasa la mera opinión individual subjetiva y se sitúa como 'posible de ser
comprobado'. El conocimiento científico es superior al vulgar, pero no es posible
suponerlo sin éste: de los errores del conocimiento vulgar surge la necesidad del
conocimiento científico. Es por ello que se afirma que la ciencia crece a partir del
conocimiento común y lo supera. La investigación científica empieza en el lugar
mismo en que la experiencia y el conocimiento ordinario dejan de resolver o plantear
problemas. Sin embargo, la ciencia no es una mera prolongación del conocimiento
ordinario. La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial: aventura e inventa
conjeturas que van más allá del conocimiento común, y somete estos supuestos a
contrastación en la experiencia. Por lo tanto, el conocimiento ordinario o vulgar no
puede ser juez de la ciencia. La ciencia elabora sus propios cánones de validez, por
ello se halla alejada en sus perspectivas respecto de lo que comúnmente aceptamos o
suponemos como correcto o evidente. Para este tipo de conocimiento, la opinión
común o tradicional no se utiliza.

Representar la naturaleza y contraponer las características y aplicación de ambos


conocimientos, para ello es de utilidad hacer énfasis en la aproximación
epistemológica de cada uno de ellos, en la sensibilidad mental que requiere su
captación, en el ámbito local y social al que aparecen y se desarrollan: en la matriz
epistémica que implican y en la dimensión en que se ubican. Los movimientos
epistemológicos y las orientaciones del pensamiento de los últimos tiempos, al
cuestionar las bases del conocimiento científico tradicional, han creado confusión,
haciendo que los investigadores se pregunten si, al elaborar los marcos teóricos o
conceptuales deben basarse en líneas clásicas tradicionales o deben seguir las
orientaciones que surgen de los movimientos como: la condición postmoderna, la
postestructuralista, la desconstruccionista, la teoría crítica, o la tendencia a la
desmetaforización del discurso, la hermenéutica o la dialéctica, y, en general, una
orientación postpositivista, que hace énfasis en el conocimiento local y ordinario.

La Matriz Epistémica.

Un conocimiento de algo, sin referencia y ubicación en un estatuto epistemológico


resulta ininteligible; es decir, que ni siquiera sería conocimiento. En efecto, conocer
es siempre aprehender un dato en una cierta función, bajo una cierta relación, en
tanto significa algo dentro de una determinada estructura.
Todo el razonamiento y lógica del discurso nos lleva a lo que se denomina una
matriz epistémica: es el trasfondo existencial y vivencial, la fuente que origina y
rige el modo general de conocer, propio de un determinado período histórico-cul-
tural y ubicado también dentro de una geografía específica, y, en su esen cia, consiste
en el modo propio y peculiar, que tiene un grupo humano, de asignar significados a
las cosas y a los eventos, es decir: su capacidad y forma de simbolizar la realidad.
Esta es la habilidad específica del homo sapiens, que, en la dialéctica y proceso
histórico-social de cada civilización o cultura, ha ido estructurando su matriz episté-
mica.
La matriz epistémica: es un sistema de condiciones del pensar, pre-lógico o pre-
conceptual, generalmente inconsciente, que constituye ‘la misma vida’ y ‘el modo de
ser’, y que da origen a una cosmovisión, a una mentalidad e ideología específicas, a

52
un espíritu del tiempo, a un paradigma científico, a cierto grupo de teorías y, en
último término, también a un método y a técnicas o estrategias adecuadas para
investigar la naturaleza. Es decir que la verdad del discurso no está en el método
sino en la episteme que lo define. El estilo de abordaje de esta tarea implica algo
más que una interdisciplinariedad y podría llamarse transdisciplinariedad o
metadisciplinariedad, donde las distintas disciplinas están gestálticamente (gestald:
forma, figura, el todo es más que la suma de las partes) relacionadas unas con otras y
son transcendidas, y la disciplina resultante tiene carácter superior a la suma de sus
partes. Si el conocimiento se entiende como articulación de toda una estructura
epistémica, nadie ni nada estará absuelto –llámese alumno, profesor, programa o
investigación – de afrontar los espinosos problemas que presenta la epistemología
crítica. Lo contrario sería convertir a nuestros alumnos en simples autómatas que
hablan de memoria y repiten ideas y teorías o aplican métodos y téc nicas sin
atreverse a crear. Ese es el destino de todo lo que se impone como dogma, aun
cuando se vista bajo la estructura de la ciencia.

Bertrand Russell (1872 - 1970), filósofo, matemático británico, considerado uno de


los pensadores más lúcidos del siglo XX, dice que “la ciencia, como persecución de
la verdad, será igual, pero no superior, al arte”.
Johann von Goethe (1749 -1832), poeta, científico, geólogo alemán, señala que el
“arte es la manifestación de las leyes secretas de la naturaleza”.
El problema principal que enfrenta la investigación en las ciencias humanas tiene un
fondo epistemológico, pues gira en torno al concepto de “conocimiento” y de
“ciencia” y la respetabilidad científica de sus productos: el conocimiento de la
verdad y de las leyes de la naturaleza. De aquí, la aparición, sobre todo en la
segunda parte del siglo XX, de ahí el surgimiento de las distintas corrientes
posmodernas. La búsqueda de lo general - universal, y la búsqueda de lo particular -
ordinario, ha exigido un desplazamiento, nuevo espacio bajo el concepto de
“Ciencia y Arte”, es por ello que en la mayoría de las universidades de países donde
se practica la transdisciplianriedad se ha creado el departamento de Ciencia y Arte.
Este espacio ha dado un lugar a las metodologías cualitativas, son métodos y
técnicas que se esfuerzan por incluir dos cualidades indispensables: ser sensibles a
la complejidad de la vida humana actual, al mismo tiempo, aplicar procesos
rigurosos, sistemáticos y críticos para lograr conocimientos defendibles
epistemológica y metodológicamente ante la comunidad científica internacional.
Según la Neurociencia (estudia la estructura y la función del sistema nervioso y de
cómo los diferentes elementos del mismo interactúan y dan origen a la conducta),
nuestro sistema cognoscitivo y el afectivo no son dos sistemas totalmente separados,
sino que forman un solo sistema, la estructura cognitivo-emotiva; por ello, es muy
comprensible que se unan lo lógico y lo estético para darnos una vivencia total de
la realidad. Esto no significa que predomine en ocasiones uno y otras el otro, como
constatamos en la vida cotidiana. No estamos ante dos tipos diferentes de
conocimiento, sino ante un solo proceso natural de nuestra mente, la cual comienza
conociendo una realidad en su concreción particular: variables independientes,
relacionadas y dependientes: conocimiento local, ordinario y pasa, luego, a
determinar lo que esa realidad posee como esencial: lo que tiene en común o
diferente con otras realidades.

53
Quizá, la mejor ilustración para una conciliación sobre el conocimiento general y el
particular ordinario, nos la ofrece Bertrand Russell cuando afirma que:
“Hallaremos oportuno hablar sólo de cosas existentes cuando están en el
tiempo, es decir, cuando podemos indicar algún tiempo en el cual existen (sin
excluir la posibilidad de que existan en todo tiempo). Así, existen pensamientos
y sentimientos, objetos espirituales y físicos. Pero los universales no existen en
este sentido; diremos que subsisten o que tienen una esencia, donde "esencia" se
opone a "existencia" como algo intemporal. Por consiguiente, el mundo de los
universales puede ser definido como el mundo de la esencia. El mundo de la
esencia es inalterable, rígido, exacto, delicioso para el matemático, el lógico, el
constructor de sistemas metafísicos y todos los que aman la perfección más que
la vida. El mundo de la existencia es fugaz, vago, sin límites precisos, sin un
plan o una ordenación clara, pero contiene todos los pensamientos y los
sentimientos, todos los datos de los sentidos y todos los objetos físicos, todo lo
que puede hacer un bien o un mal, todo lo que representa una diferencia para el
valor de la vida y del mundo. Según nuestros temperamentos, preferimos la
contemplación del uno o del otro. El que no prefiramos nos parecerá
probablemente una pálida sombra del que preferimos, apenas digno de ser
considerado, en algún aspecto, como real. Pero la verdad es que ambos tienen
el mismo derecho a nuestra imparcial atención, ambos son reales”.
En esta línea de reflexión diremos que un trabajo de investigación es absolutamente
respetable ante una comunidad científica cuando se desarrolla en forma rigurosa,
sistemática y crítica, es decir, poniendo atención a los detalles, siguiendo un orden
lógico y previniendo y adelantándose a las posibles objeciones (autocrítica). La
investigación podrá tener como objeto tanto el análisis y descripción de una realidad
particular concreta (conocimiento local ordinario) como la identificación de lo
general, universal o esencial en realidades similares.

2. QUE ES LA EPISTEMOLOGÍA

El científico produce teorías y prácticas científicas, el epistemólogo reflexiona sobre


ellas. La epistemología construye conceptos sobre el conocimiento, es un debate acerca
de:

*la ahistoricidad, universalidad, formalización y neutralidad ética del conocimiento


científico: A esta línea se denomina ‘línea fundadora’ o ‘concepción heredada’.

*la responsabilidad moral, el origen epocal, contingente, interpretativo y atravesado por


lo político-social de ese conocimiento: A esta línea se denomina ‘epistemología crítica o
alternativa’.

También es tema de la epistemología el análisis de las condiciones de posibilidad para


que una comunidad científica instaure acuerdos sobre problemas métodos, simbologías
y estados de las cosas. Los acuerdos se desprenden del meticuloso análisis de los
enunciados científicos y de los procedimientos para la contrastación empírica, cuyo
mayor mérito es la posibilidad de ser formalizados, garantizando así su validez
universal. Cabe preguntarse si el concepto de universalidad no es sólo una construcción

54
lingüística, un modo de generalizar enunciados sobre constataciones empíricas que no
por numerosas dejan de ser singulares, así como los enunciados que no por ser claros
dejan de ser metáforas del mundo. Pero hay algo que parece irrefutable: las
comunidades científicas proponen e imponen experimentos de valor universal expuesto
al riesgo de que se demuestre lo contrario o que sea sustituida por otra. En la
construcción del conocimiento incide la integridad de la máquina social. Esto vale tanto
para quienes ‘cortan’ hacia el interior de la ciencia como para quienes ‘cortan’ hacia el
entorno. Se trata de saltar ese muro teórico y sumergirse en los procesos cognoscitivos,
en las afecciones humanas y en la incidencia de los elementos no humanos que forman
parte de esta complejidad. Los conceptos y los objetos científicos interactúan con
sujetos epocales, no con un sujeto ahistórico. Forman parte del devenir, pueden
variar en cualquier momento, esas variaciones son las que permiten que los
conceptos, los objetos y los sujetos mismos puedan desaparecer. Está demostrado que
la ciencia no es independiente del resto de la cultura.

Primeros pasos históricos de la epistemología: el positivismo lógico. ‘Entre la


tecnociencia y el deseo’ Esther Díaz.

Los discursos filosóficos griegos jugaban con la oposición entre doxa y episteme; la
primera se refiere a la mera opinión y la segunda al conocimiento verdadero. La opinión
no ha sido considerada digna de elaboraciones filosóficas, a no ser para descalificarla,
en cambio el conocimiento ha recibido los más tiernos mimos de los filósofos, a
condición de que sea verdadero. Aunque enunciar ‘conocimiento verdadero’ es casi una
redundancia, puesto que una interpretación de la realidad alcanza el status de
conocimiento únicamente si logra dar cuenta de la verdad de sus enunciados.

Desde el nacimiento de la filosofía ‘epistemología’ significa teoría del conocimiento o


de la ciencia en sentido amplio. Pero hubo que esperar varios siglos hasta que la
epistemología se construyera como una rama de la filosofía con perfil propio. Los
griegos clásicos establecieron que la filosofía busca una verdad divorciada del poder. Y
esa verdad es única, inmutable y eterna, no porque la incipiente comunidad filosófica
estuviera convencida de ello en su totalidad, sino porque quienes defendían esa postura
ganaron la batalla contra los sofistas, que sostenían que la verdad tiene que ver con el
poder, es múltiple, cambiante e histórica. En definitiva, si como dice Gilles Deleuze
(1925-1995), filósofo francés, ‘la filosofía es inventar conceptos’, los sofistas y sus
oponentes pertenecen al mismo ámbito aunque se debaten en distintas internas. Cuando
la guerra entre pensadores se dio por terminada, los vencedores (Sócrates, Platón,
Aristóteles y sus descendencias teóricas) reservaron para sí el honorífico título de
filósofos. Desprestigiaron a sus rivales otorgándole un sentido peyorativo a la filiación
profesional de los vencidos sofistas, término que significaba ‘excelentes en artes,
diestros con los argumentos, hábiles en la contrarréplica, maestros, oradores, retóricos,
filósofos’. En esta escena originaria de la filosofía se incuba la ciencia, condición de
posibilidad histórica de la filosofía de la ciencia. Los que aspiran a poderes
hegemónicos no soportan a quienes piensan diferente. Los primeros filósofos que creen
tener relación íntima con la sabiduría, ridiculizan a los sofistas, los acusan de cobrar por
sus enseñanzas. Y desde el dudoso mérito de no tener que trabajar para vivir establecen
que quien no piensa como ellos es ladino y peligroso. Este acto fundacional marcó la
neurosis de destino del pensamiento sistemático occidental.

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La versión oficial de que el discurso filosófico conduce a la verdad se mantuvo con
altibajos durante el Medioevo. No obstante, con la acumulación del poder cristiano, la
filosofía perdió gran parte de su noble linaje convirtiéndose en sierva de la fe. Aunque
en los comienzos de la modernidad volvió a conocer una primavera de poder motivada
por el debilitamiento del dominio cristiano. La desacralización del mundo había
comenzado entre los griegos antiguos y alcanzó su máximo nivel entre los filósofos
modernos. Se desacraliza cuando una razón austera puede explicarlo todo, cuando no
hay lugar para el deseo. El desencanto surgió ante la caída de lo sacramental misterioso
y el advenimiento de lo científico verdadero. Los enunciados racionales exigen
coherencia y consistencia, correspondencia con los principios lógicos y corroboración
por la experiencia. No hay lugar para el devenir. En las postrimerías decimonónicas se
comenzaron a buscar los fundamentos y el ser de los discursos, incrementando la
antigua alianza entre razón y lenguaje. En los albores del siglo XX se desarrolló un
movimiento teórico que borró gran parte de las estrellas del firmamento filosófico. La
metafísica, la ontología, la ética, la estética, la filosofía de las religiones, de la historia,
de la cultura y de la vida fueron sacrificadas en un auto de fe positivista. En 1929 un
importante grupo de filósofos y científicos, denominados ‘empiristas o positivistas
lógicos’, fundaron el Círculo de Viena. Establecieron que toda la filosofía precedente
era una especie de fábula de la que había que desembarazarse. La filosofía debía
cambiar su rumbo y dedicarse a aplicar las técnicas de la reciente lógica matemática
para analizar los principios del conocimiento científico. Este es le momento en el que
debe someterse al yugo de la ciencia. Nuevamente la historia mostró su temple binario:
la lucha por los primeros filósofos contra los sofistas tiene la intensidad de la tragedia,
la de los positivistas lógicos contra el resto de la filosofía suena a comedia.

Los miembros del Círculo funcionaron como un tapón que operó históricamente para
preservar los principios rectores del proyecto moderno. Aunque los defensores de las
positividades adherían a creencias: proclamaban una fe ciega en el conocimiento
empírico legitimado por estructuras formales. Los primeros epistemólogos reconocidos
socialmente como tales se preocuparon por la validación lingüístico-formal de las
teorías científicas, por la legitimidad del método y por la puesta a prueba empírica de las
hipótesis. La epistemología pasó de ser un concepto filosófico entre otros a ser una
rama de la filosofía con perfil propio. Y se convirtió en los comienzos del siglo XX en
filosofía de la ciencia. La epistemología neopositivista se aboca al análisis de la historia
interna de la ciencia. Atiende al lenguaje y al método, pero desestima el estudio de las
relaciones entre la ciencia y el resto de la cultura.

Wittgenstein y el positivismo lógico.

Si bien los positivistas del Círculo de Viena se identificaban con Wittgenstein, éste no se
reconocía en tal identificación. Los promotores del positivismo lógico se fascinaron con
Wittgenstein, y con su Tractatus lógico-philophicus (1922). Se trataba de un grupo de
científicos y filósofos que se reunían a leer ese libro y constituyeron el embrión del
Círculo de Viena. Emitieron un manifiesto en el que proclamaban ‘la concepción
científica del mundo’ como emblema de esa institución. El nombre de Ludwing
Wittgenstein figura junto a los de Einstein y Bertrand Russell entre los representantes
principales de la concepción científica del mundo, a pesar de que ninguno de los tres
perteneció al Círculo. El Tractatus está citado en el cuerpo del Manifiesto de 1929 como
una de las piedras angulares del moderno movimiento. Pero Wittgenstein no se reconoce

56
en la imagen que le devuelven los miembros del Círculo, quienes no captaron las
sutilezas de un pensamiento que apunta más allá de los ejercicios lingüísticos.

Wittgenstein manifestó que no adhería a la concepción científica del mundo., porque


promueven una manera de hacer filosofía sin plantear enunciados filosóficos,
curiosamente ésa debía ser la misión de la filosofía y el método de esta clarificación se
reducía al análisis lógico.

El reduccionismo simbólico.

El círculo de Viena acuñó una reflexión constreñida sobre la ciencia, sobre el lenguaje
científico y la validación del conocimiento. Pretendieron desalojar de la filosofía
cualquier consideración sobre aspectos de la realidad que no fueran estrictamente
procedimentales o formales. Esa era la manera correcta de hacer epistemología.
Wittgenstein, por su parte niega que su filosofía sea epistemología porque reniega de
toda teoría. Aspira a que la filosofía indique horizontes, señale límites, marque
fronteras. Se aferra a su frase ‘sobre lo que no se puede hablar, hay que callar’.
Entonces ¿Qué se puede decir sobre la ciencia? ¿Cómo expresar la complejidad de los
acontecimientos? ¿De qué manera se piensa lo impensado? El discurso filosófico
debería mostrar el sentido de la vida, lo oculto; como lo hace el arte, sin racionalizar
las cuestiones vitales. Esta postura mística acerca de lo real no fue advertida por
quienes sólo concebían al mundo desde una militancia científico-formalista.

Los miembros del Círculo de Viena realizaron un virulento ataque contra la metafísica
proponiendo una manera de pensar hostil a la especulación. A la ‘visión del mundo
romántica’ ellos oponen una ‘concepción del mundo científica’, con la que esperan
transformar racionalmente el orden social y económico. Wittgenstein incluye entre lo
que no se puede decir a la ética, la estética y el sentido de la vida. Pero también entre la
lógica y el mundo. Esta relación ‘se muestra’ no hay nada para decir sobre ella. La
representación aspira a ser un espejo del mundo, las proposiciones no reflejan la
realidad simplemente la aluden. Se cree conocer algo porque puede ‘representárselo’.
Pero la representación no es la realidad. En cambio el ‘mostrar’ que propone
Wittgenstein posibilita captar sentido sin mediación argumental sin pretensión de
verdad.

George Canguilhem (1904-1995), filósofo francés, en su tesis doctoral en medicina


(1943), propone una ‘epistemología de la vida’, en la que tiende a considerar la
complejidad en lugar de la simplicidad. Esta postura se opone a los reduccionismos que
aspiraban a hegemonizar el campo de la filosofía de la ciencia. Para este autor lo
patológico no significa ausencia de norma, sino una configuración novedosa de la
confusión.

Lo nebuloso de Bachelard, y lo patológico de Canguilhem y el ‘no se por donde ando’


de Wittgenstein son equivalentes de lo caótico, ese ingrediente natural y humano que
muchas veces el pensamiento sistemático quiso anular.

Obstáculo epistemológico y ruptura epistemológica.

Bachelard sostiene que el mecanismo de asimilación preconceptual de los objetos es un


serio obstáculo para la producción del conocimiento científico, porque:

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*mientras la doxa tiende a manejarse con objetos designados.

*el conocimiento requiere zafar del mecanismo cotidiano de reconocer ese algo que
tengo enfrente a partir del prejuicio.

La episteme, como sinónimo de conocimiento sólido, reclama una instancia de


objetivación superadora de los obstáculos para poder acceder al objeto instructor.

En el pasaje designado a instructor, el objeto no se modifica. Se modifica nuestra


manera de abordarlo. Al asumir la dificultad de nuestros prejuicios, podemos desgarrar
el objeto que nuestros supuestos habían designado, romper el velo que nos permiten
captar su densidad. El objeto se convertirá en instructor en tanto se deconstruyan
algunas de las presignificaciones en las que subsistimos, con las que lo recubrimos. Los
aristotélicos, contemporáneos de Galileo, no mentían al decir que por el telescopio no
veían manchas en los cuerpos celestes. Realmente no las veían, porque su percepción no
estaba preparada para verlas sino para ver seres perfectos. El objeto instructor no
aparece con la obviedad de lo cotidiano sino como un problema, esto posibilita la
modificación o ampliación de nuestro conocimiento. Mientras el obstáculo
epistemológico persiste, es como si nada nuevo acaeciera bajo el sol. Por el contrario,
cuando el obstáculo se convierte en problema se abre la posibilidad de encontrar una
solución. Es decir la posibilidad de que caigan algunos de los velos que entorpecen
nuestro acercamiento gnoseológico para que el objeto se convierta en instructor, esto es,
en un nuevo objeto de conocimiento. Se aprende luchando contra conocimientos
anteriores, destruyendo conocimientos adquiridos, para despejar así el camino a un
nuevo proceso de significación.

Una de las consecuencias de esta forma de pensar es que la objetividad no está


asegurada a priori. La objetividad necesita vigilancia epistemológica. El individuo
mantiene una actitud de control sobre sí mismo (se trata del super yo, freudiano).
Bachelard convierte la categoría psicoanalítica en un concepto epistemológico
indispensable para la obtención de objetividad científica. Estos pensadores franceses
consideran que la objetividad se construye y debe ser consensuada, vigilada y cuidada.

Ejemplo: los alquimistas creían que la materia que entra en combustión desprende de sí
un elemento ígneo llamado ‘flogisto’. Los primeros químicos demostraron que cuando
se calienta un trozo de hierro es más pesado que cuando está frío. No obstante, los
alquimistas siguieron viendo el objeto designado. Siguieron sosteniendo que ese
elemento extraño abandona el cuerpo y para salvar lo obvio aseguraron que el flogisto
tenía peso negativo. Los primeros químicos resistieron el prejuicio y pudieron superar
así el obstáculo epistemológico determinando que el cuerpo calentado incorpora
oxígeno, siendo ése el motivo del aumento de peso. Entre el concepto de flogisto y el de
oxígeno se ha producido una ruptura epistemológica que colaboró a la consolidación de
la química como ciencia.

Conocimiento y Epistemología. ‘La Inexplicable Sociedad’ Klimosvsky.

Tanto los filósofos como los científicos se han preocupado por conocer la estructura
del conocimiento producido y por apreciar su alcance. Es así que ha surgido una
disciplina denominada epistemología, cuyo fin consiste en caracterizar la actividad
científica y establecer cómo se la desarrolla correctamente. La epistemología en tanto

58
disciplina sistemática se integró al campo de la cultura hace unos 50 años, aun cuando
filósofos como Aristóteles, en el siglo IV AC, o como Kant, en el siglo XVIII de nuestra
era, se ocuparon de la producción científica como modo especial de conocimiento y
reflexionaron sobre ella desde el punto de vista lógico, filosófico y social. Hoy
epistemología es un nombre técnico que se emplea de maneras diversas en diferentes
ámbitos. De acuerdo con un primer sentido, epistemología remite a lo que en filosofía
se denomina ‘teoría del conocimiento’, es decir a una disciplina que se ocupa de
aclarar qué es y cómo podemos fundamentar lo que llamamos conocimiento, ya sea
científico u ordinario. En la vida cotidiana creemos gran cantidad de cosas y nos
parecen obvios muchos hechos, a pesar de lo difícil que sería probar que lo hacemos.
Pero para los filósofos, justificar algo tan sencillo como porqué en un momento dado
alguien cree estar delante de una, implica ya una serie de complicaciones que nos
obligarían, por ejemplo, a indicar cómo a partir de los datos sensoriales puede
asegurarse la existencia de un determinado objeto perteneciente al mundo físico. Entre
los autores anglosajones es costumbre denominar ‘epistemología’ a la teoría del
conocimiento en general, criterio, es decir el problema de la fundamentación de todo
el conocimiento humano. De acuerdo con este segundo sentido, en la actualidad se
piensa a la epistemología como el estudio de las condiciones de producción y de
validación del conocimiento científico y en especial de las teorías científicas. Sin
embargo, debemos distinguir claramente a la epistemología de la metodología de la
investigación científica, disciplina en la que se intentan desarrollar estrategias y
tácticas para hacer progresar la producción de conocimiento científico, pero sin
plantear de manera esencial la cuestión de su legitimidad. Podemos afirmar de
acuerdo con Ernest Ángel (1901-1985) epistemólogo norteamericano, que la ciencia es
conocimiento sistemático y controlado. Aun reconociendo que no toda investigación o
actividad científica desemboca en la producción de teorías, circunscribiremos nuestra
exposición al examen de las particularidades de tal producción de teorías científicas,
pues ello bastará para captar el sentido de las controversias más características de la
epistemología contemporánea. La estructura de las teorías, que es de carácter lógico y
lingüístico, no siempre refleja los procesos y conflictos inherentes a la actividad
científica. Más, si las acciones desarrolladas por los científicos conducen a resultados de
importancia la necesidad de comunicarlos a la comunidad científica y humanidad toda
lleva a ‘cristalizarlos’ en textos, memorias e informes. La posibilidad de desarrollar una
labor crítica unida a tal necesidad de difundir y comunicar los conocimientos hace
indispensable que las regularidades que descubren los hombres de ciencia se condensen
en afirmaciones, enunciados e hipótesis, todos los cuales constituyen sistemas y teorías.

Metodología de la Investigación.

Los métodos son herramientas. Úselos, no permita que lo usen. La investigación


necesita bases firmes, para tener éxito se debe conocer métodos específicos y se debe
también desconfiar de ellos. Los buenos trabajos de investigación oscilan finamente
entre diferentes metodologías. Usualmente nos encontramos con decisiones en
investigación que crean una línea entre lo "ordenado" y lo "desordenado." Cualquier
trabajo, y cualquier persona, deben buscar un sabio balance, formalizando sub-
problemas que piden ser formalizados mientras se mantiene una visión general.

Por ejemplo: se observa cómo la gente aprende aritmética: como trabaja el cerebro y
luego se intenta imaginar y construir una teoría verificable. Otros trabajos son como la
ingeniería: se trata de hacer un mejor algoritmo para resolver problemas. Otros son

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como las matemáticas: se juega con formalismos, intentando entender sus propiedades
y probar cosas acerca de ellos. Otros trabajos son orientados a ejemplos, intentando
explicar fenómenos específicos; pero los mejores trabajos combinan todas estas
formas de trabajar, y más.

Las metodologías no solo se refieren a los métodos de investigación utilizados por una
ciencia, también muestra la forma en la que otras personas abordaron problemas
similares y como procedieron en casos específicos. La metodología se entenderá aquí
como la parte del proceso de investigación que sigue a la propedéutica (a la iniciación)
y permite sistematizar los métodos y las técnicas necesarios para llevarla a cabo.

Como dice Miguel Martínez Mígueles español, venezolano afirma, “Los métodos son
vías que facilitan el descubrimiento de conocimientos seguros y confiables para
solucionar los problemas que la vida nos plantea”.

La metodología emana de una posición teórica y epistemológica y da pie a la selección


de técnicas concretas de investigación. La postura filosófica acerca de la ciencia de la
que parte el investigador, orientará la elección metodológica: lo guiará a la hora de
resolver cómo investigar el problema, con bases racionalistas, empiristas, pragmáticas,
constructivistas, con sentido crítico, escéptico o dogmático, con un enfoque positivista o
dialéctico hermenéutico. La metodología depende de los postulados que el investigador
considere como válidos; y será a través de la acción metodológica como recolecte,
ordene y analice la realidad estudiada. La metodología una parte del proceso. La validez
otorgada al uso de uno u otro método estará dada en el marco de los paradigmas de la
ciencia. La metodología se vale de un instrumento muy importante, que es el Método
Científico. La metodología es parte de una ciencia que estudia los métodos que en ella
se emplea, pero hay varias metodologías. Diferentes metodologías definen distintas
escuelas, algunas se enfrentan, otras se complementan.

Epistemología y Metodología. ‘Entre la tecnociencia y el deseo’ Esther Díaz.

¿Cómo es posible ser riguroso en las disciplinas científicas y a la vez abrir nuevos
territorios de estudio sin correr el riesgo de ser expulsado de la comunidad científica?

¿Cómo se desarrolla la creatividad si la investigación está pautada tecnológicamente, el


conocimiento dominado por tecnicismos, la libertad encorsetada por la tecnocracia y la
gestión constreñida a parámetros preestablecidos?

No hay recetas únicas pero sí recetarios posibles. Existe una batería metodológica que
puede servir de rampa de lanzamiento para investigaciones futuras que no
necesariamente deben atenerse a rígidos sistemas preconcebidos. Estos recetarios se nos
ofrecen como una caja de herramientas de la que podremos extraer aquellas que mejor
se adecuen a nuestra búsqueda, o modificarlas, o crear otras. Ese arsenal metodológico
puede ser aceptado o criticado, pero no negado, fundamentalmente en la iniciación
profesional. Por otra parte sería necio negar la experiencia acumuladora acerca de estos
temas, así como sería paralizante atenerse a crítica y únicamente a los métodos vigentes.
En principio hay que manejarlos y modificarlos, adecuarlos o crear nuevos. Sin
descartar la posibilidad de utilizarlos tal como los hemos heredados, en tanto posibiliten
el encuentro con lo buscado. En definitiva, este es el espíritu que alentaba a Descartes
cuando escribió su Discurso del método en los inicios de la modernidad.

60
El origen de los métodos se abisma en los arcanos de la civilización. Pero el método
asociado indisolublemente con la verdad y regulador de la práctica científica es un
invento moderno. La voluntad de saber que se despliega a partir del Renacimiento hasta
nuestro tiempo es manifiestamente metodológica. Sin embargo en el siglo de oro griego,
Sócrates se refería a su propio método, la mayéutica. Durante el resto de la Antigüedad
y el Medioevo también se utilizaron métodos, que no siempre trataban acerca de
estériles disquisiciones lógicas. Incluso los primeros modernos se refirieron al método
como indispensable para el hallazgo de nuevos conocimientos. No obstante el Discurso
del Método es paradigmático porque establece la hegemonía del método científico como
medio privilegiado para acceder a la verdad desde un sujeto (en realidad desde un yo).
Ahí Descartes confiesa con cierta humildad que su método no es el único, ni el
verdadero, ni el mejor, simplemente es el que encontró y le resultó útil. Por ello lo pone
a disposición del público, para el posible seguimiento de sus reglas.

La epistemología y la metodología surgen de la filosofía. Durante las postrimerías del


siglo XIX y los albores del XX, tanto los europeos fundadores de la epistemología
moderna como algunos pensadores estadounidenses preocupados por la ciencia
reforzaron los estudios sobre la validez lógica de los métodos (tópico indiscutiblemente
epistemológico) y también sobre la instrumentación de técnicas específicas para lograr
productos cognoscitivos y tecnológicos confiables (tema eminentemente metodológico).

¿Cuáles son las coincidencias y las diferencias entre ‘epistemología’ y ‘metodología’?


No existe metodología sin supuestos epistemológicos, ni epistemología sin sustento
metodológico. Será por eso que los límites entre ambas disciplinas son difusos.
Comparten conceptos, aunque no siempre los mismos significantes revisten los mismos
sentidos. Se habla de ‘metodología propiamente dicha’ cuando se hace referencia a las
técnicas utilizadas en la puesta en marcha de un diagrama de investigación. En cambio,
un proyecto de investigación es una especie de programa general de todas las instancias
indagatorias (cognoscitivas y extracognoscitivas). Incluye también el diagrama de
investigación o metodología, en el que se determina el recorte de la realidad a estudiar,
la transformación de los hechos de la naturaleza en datos, las técnicas cuantitativas y o
cualitativas para la recolección de datos y su posterior análisis, las variables
intervinientes y los criterios de evaluación. No todos los métodos modifican la realidad
empírica (natural o social), existen también métodos que funcionan como instancias de
validación de las teorías. La epistemología apela a estos métodos intentando legitimar
los conocimientos producidos por los investigadores. Para el neopositivismo la función
de la epistemología es normativa y el epistemólogo sería una especie de dador de
normas gnoseológicas. Estas últimas deberían ser observadas puntillosamente por los
investigadores, si pretenden arribar a resultados fértiles. En realidad, creo que la
epistemología, más que normativa, debería ser pensante. Considerar las condiciones de
posibilidad históricas del conocimiento. Conceptualizar nuestro presente atravesado por
una técnica avasallante, estimular el cuestionamiento ético de las investigaciones y
abrirse a múltiples métodos sólidos y eficaces. Aunque es obvio que para fomentar la
fecundidad pensante se debe renunciar al dogma casi religioso de la existencia de un
método único en la ciencia, pues en la práctica científica sólo los no creativos repiten
un mismo método. Pero resulta que los defensores del método único, desde sus
distintas perspectivas, declaran que ‘el’ método es el elegido por su parcialidad teórica.
Para un empirista, será el inductivismo; para un racionalista, el hipotético-deductivo; y
para un racionalista crítico, el falsacionismo. Estos son los métodos de validación más

61
influyentes en la reflexión epistemológica sobre las ciencias naturales, y como se ve se
trata de tres métodos distintos, pero un solo método verdadero.

Aportes a la Metodología.

El mayor aporte de Galileo Galilei (1564 - 1642) astrónomo, matemático, físico y


filósofo italiano; a la metodología de la ciencia fue la unificación de las investigaciones
teóricas y experimentales en un todo único. Al situar el experimento como base del
conocimiento científico, no menosprecia el papel de la teoría. Uno de los logros más
admirables de Galileo fue la introducción de la matemática en la práctica de la
investigación científica. El libro de la naturaleza, considera Galileo, está escrito en el
lenguaje de la matemática, cuyas letras son los cuadrados, circunferencias y otras
figuras geométricas. Por ello, puede ser objeto de la verdadera ciencia todo lo que es
susceptible de medición: la longitud, la superficie, el volumen, la velocidad, el tiempo,
etc., o sea, las llamadas propiedades primarias de la materia.

En su forma general, la estructura del método de Galileo puede ser expuesta de la


siguiente manera:

1. Partiendo de los datos de las investigaciones y del experimento crudo, se crea el


modelo ideal del experimento, que es más preciso que el primero.
2. Mediante la repetición del experimento se obtiene el promedio de las
magnitudes medidas, teniendo en cuenta las correcciones y los diversos factores
perturbadores.
3. Las magnitudes así obtenidas, son el punto de partida para formular la hipótesis
matemática, de la que se deducen las consecuencias mediante razonamientos
lógicos.
4. Esas consecuencias se comprueban después en el experimento y sirven de
confirmación indirecta para la hipótesis adoptada.

René Descartes (1596 - 1650) filósofo, matemático y científico francés, su método está
expuesto en su obra "Discurso del método". Descartes explica ante todo qué lo ha
llevado a desarrollar una investigación independiente. Es que aunque él atribuye al
conocimiento un enorme valor práctico (lo cree indispensable para conducirse en la
vida, pues «basta pensar bien para actuar bien»). Por ejemplo, afirma que la lectura de
los buenos textos antiguos ayuda a formar el espíritu, aunque sólo a condición de leerse
con prudencia (característica de un espíritu ya bien formado); reconoce el papel de las
matemáticas, a través de sus aplicaciones mecánicas, para disminuir el trabajo de los
hombres, y declara su admiración por su exactitud. Afirma «que la filosofía da medios
para hablar con verosimilitud de todas las cosas y hacerse admirar de los menos
sabios». Su paso por la escuela, pues, ha servido para descubrirle su profunda
ignorancia, y de ahí que sea indispensable la investigación.

Se considera a Descartes como el padre de la filosofía moderna. Esto se justifica,


principalmente, por su decisión de rechazar las verdades recibidas, combatiendo
activamente los prejuicios. Y también, por haber centrado su estudio en el propio
problema del conocimiento, como un tema necesario para llegar a ver claro en otros
temas de mayor importancia intrínseca (la moral, la medicina y la mecánica). En esta

62
prioridad que concede a los problemas epistemológicos, lo seguirán todos sus
principales sucesores. Por otro lado, los principales filósofos que lo sucedieron
estudiaron con profundo interés sus teorías, sea para desarrollar sus resultados o para
objetarlo. Entre los que se encuentran: Spinoza, Leibniz, Nicolas Malebranche (1638 –
1715) filósofo francés, Locke, Hume y Kant. Sin embargo, continúa manteniendo
estrechos vínculos con los filósofos clásicos, principalmente con Platón y Aristóteles.
Descartes aspira a «establecer algo firme y durable en las ciencias». Considera que en
general conviene proponerse metas realistas y actuar resueltamente, pero prevé que en
lo cotidiano, así sea provisionalmente, tendrá que adaptarse a su entorno, sin lo cual su
vida se llenará de conflictos que lo privarán de las condiciones mínimas para investigar.
Por otra parte, compara su situación a la de un caminante extraviado, y así concluye que
en la investigación, libremente elegida, conviene seguir un rumbo determinado. Esto
implica atenerse a una regla relativamente fija (un método), sin abandonarla «por
razones débiles».

Las reglas del método Cartesiano.

Descartes considera que aunque la lógica tenía muchas reglas válidas, en general éstas
son inútiles, puesto que, como afirma en las Reglas para la dirección del espíritu, la
capacidad de razonar es básica y primitiva, y nadie puede enseñárnosla. Son las reglas
del método:

1. El precepto de la duda metódica: No admitir nunca algo como verdadero, si no consta


con evidencia que lo es, es decir, no asentir más que a aquello que no haya ocasión de
dudar, evitando la precipitación y la prevención.

2. El precepto del análisis: Dividir las dificultades que tengamos en tantas partes como
sea preciso, para solucionarlas mejor.

3. El precepto de la síntesis: Establecer un orden de nuestros pensamientos, incluso


entre aquellas partes que no estén ligadas por un orden natural, apoyándonos en la
solución de las cuestiones más simples (que Descartes llama "naturalezas simples")
hasta resolver los problemas más complejos a nuestro alcance.

4. El precepto de la comprobación: Hacer siempre revisiones amplias para estar seguros


de no haber omitido nada.

Descartes anuncia que empleará su método para probar la existencia de Dios y del alma,
aunque es preciso preguntar cómo cerciorarse de que los razonamientos que ofrece con
este objeto tienen genuino valor probatorio. Desarrollar una prueba genuina es algo muy
problemático, especialmente en lo tocante a cuestiones fundamentales, según habían
señalado ya autores como Aristóteles. Veremos que en este punto, las teorías cartesianas
pueden considerarse como un desarrollo de la filosofía griega.

Descartes fue considerado el filósofo de la duda porque pensaba que, en el contexto de


la investigación, había que rehusarse a afirmar a todo aquello de lo que pudiera dudarse
racionalmente. Él estableció tres niveles principales de duda: En el primero, cuestiona
las percepciones sensoriales, especialmente las que se refieren a objetos lejanos o las
que se producen en condiciones desfavorables. En el segundo, señala la similitud entre
la vigilia y el sueño, y la falta de criterios claros para discernir entre ellos; de este modo

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se plantea una duda general sobre las percepciones empíricas, y con igual derecho
podrían atribuirse al sueño. En el tercero, Descartes concibe que podría haber un ser
superior, específicamente un genio maligno extremadamente poderoso y capaz de
manipular nuestras creencias. Descartes considera también la hipótesis de un azar
desfavorable o la de un orden causal adverso (el orden de las cosas), capaz de
inducirnos a un error masivo que afectara también a ideas no tomadas de los sentidos o
la imaginación (ideas racionales). El propósito de estos argumentos escépticos es
servir a la investigación en forma semejante a un microscopio en el laboratorio.

Descartes piensa que la dialéctica o controversia, donde cada uno de los participantes
procura convencer o refutar a su antagonista, es el único tipo de argumentación
capaz de alcanzar una prueba de los «principios». Ve una buena razón para
elegir la dialéctica como procedimiento para indagar la validez de los
fundamentos. En su primera regla metódica afirma que si en lugar de atribuir el
papel principal a la noción general de evidencia, se concede a la noción de
indubitabilidad racional: las ideas tendrán la clase relevante de evidencia sólo
en la medida en que sean apropiadamente indudables, pero es obvio que no
serán indudables mientras haya «ocasión» de ponerlas en duda, y habrá
ocasión de dudar siempre que haya argumentos escépticos vigentes. Ahora
bien, bajo un argumento del genio maligno, siempre puede plantearse una duda
que afecte, en términos generales, incluso a las ideas más evidentes:
perfectamente puede pensarse que acaso las ideas evidentes son falsas. Por
otro lado, vimos que Descartes acepta tres razones para plantear la duda más
extrema: son las hipótesis del genio maligno, la de un azar desafortunado y la
de una causalidad natural adversa. Así Descartes argumenta para enfrentar al
crítico radical (el escéptico), el desarrollo de tres pruebas, que sólo
aparentemente se encaminan a establecer la existencia divina. Así, a cada una
de estas pruebas en realidad puede asignársele el propósito de refutar una de
las hipótesis escépticas. De este modo, Descartes no habría buscado
«demostrar», en primer término, la existencia de Dios: en cambio habría
intentado vencer dialécticamente a su antagonista en la controversia,
rechazando una razón específica entre las admitidas para plantear la duda
más extrema. Para lograrlo, le habría bastado mostrar que las razones para
aceptar la existencia divina son, en todo caso, más sólidas que las que pueden
darse para implantar las dudas radicales. Si Descartes alcanza este objetivo, las
dudas más extremas quedarían sin fundamento. Esto, a su vez, autorizaría al
investigador a aceptar ciertas proposiciones como válidas, por ser
racionalmente indudables. Pero Descartes habría ocultado este aspecto
negativo de su procedimiento.

La sustancia es aquello que existe por sí mismo sin necesidad de otra cosa, es decir, es
aquello autosubsistente. Partiendo del cogito (pensamiento) Descartes sostiene que él
mismo es sólo una sustancia pensante, dado que ni siquiera el escéptico radical puede
negar la existencia del pensamiento (su negación sería un pensamiento más), mientras sí
puede mantenerse una duda sobre el cuerpo. Este razonamiento es sospechoso, dado que
una idea tan evidente como el propio cogito puede ponerse en duda en términos
generales y esta clase de duda sólo queda claramente superada cuando se refutan las
razones para dudar más radicales que ha admitido la investigación. En cualquier caso,
la teoría de las dos sustancias nos invita a un mundo dualista. Para llegar de una
realidad a otra, del cuerpo al alma, Descartes menciona que hay una glándula en el

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cerebro humano (la pineal), donde se encuentra el punto de contacto entre ambas
sustancias. Por supuesto, Descartes nunca pudo verificar esta afirmación. Por otro lado
Descartes afirma que hay dos tipos de sustancia, la infinita y la finita. La sustancia
infinita es Dios, que es un ser perfecto o infinito. Tradicionalmente, se considera que
Descartes introduce a Dios en su metafísica como garantía de la verdad, pero esto da
lugar al profundo problema de la circularidad, que Descartes mismo señala: este
problema consiste en cómo saber que existe Dios, si frente a los ateos no basta invocar
un texto sagrado y frente al escéptico que pone en duda la evidencia, no bastaría
siquiera dar un alegato evidente. Este es un tema discutido entre los comentaristas, pero
hay dos respuestas básicas: o no lo sabemos en absoluto; o bien se trata de una prueba
dialéctica.

Según esta línea interpretativa, Descartes no ha intentado demostrar la existencia de


Dios, sino refutar la hipótesis en la que se funda la duda. Esto se conseguiría al mostrar:
1) que un argumento incompatible con la hipótesis del genio (o del azar adverso) es
comparativamente 'más sólido que la respectiva hipótesis escéptica; y 2), que ni ese
argumento, ni el juicio que lo considera incompatible y superior al alegato opuesto,
merecen ser juzgados circulares. Este camino sólo sería promisorio, por supuesto, si no
suponemos de entrada que la duda radical planteada por el escéptico y admitida en la
investigación, es universal (si lo fuera, a priori toda respuesta a esa duda estaría
condenada a la circularidad). Además, habría que preguntarse dos cosas: 1) Si es posible
plantear una duda general, que afecte incluso a las ideas evidentes, pero que no sea
universal. Una posibilidad, desde luego, es imaginar que la duda se formula con ayuda
del cuantificador plurativo: «la mayoría de...» y 2), Si habrían razones que permitan
desechar la duda universal, y que no se reduzcan a señalar el fracaso al que estaríamos
condenados, si hubiésemos de enfrentar esta clase de escepticismo. Esta última es una
pregunta abierta.

Según Isaac Newton (1642 - 1727), en la matemática y la filosofía natural, el método


del análisis siempre debe preceder al método de la síntesis. El método de Newton
consiste en realizar experimentos y observaciones, en obtener de éstos conclusiones
generales y en no admitir refutación alguna contra las conclusiones, a no ser la
proveniente del experimento u otras verdades ciertas. El método de la síntesis fue
aplicado en los Principios matemáticos de la filosofía natural, que son considerados
como el modelo del planteamiento hipotético - deductivo de la ciencia experimental. De
este modo, la tarea fundamental de la filosofía natural consiste: en el descubrimiento de
un reducido número de principios, de los que se deducen lógicamente las propiedades
y acciones de todos los objetos corporales.

La primera regla: es una forma original del principio de simplicidad: no hay que
recurrir a otras causas de los fenómenos más que a las que sean suficientes para su
explicación. Es consecuencia de esta regla el principio de la uniformidad de la
naturaleza: en la medida de lo posible hay que atribuir las mismas causas a
manifestaciones análogas de la naturaleza. El principio de la uniformidad de la
naturaleza es la base para el uso del método de la inducción, ya que la conclusión de lo
particular a lo general presupone el examen de los casos particulares como
manifestaciones de las leyes comunes. En esto se basa, propiamente, la idea del enfoque
experimental, cuya tarea consiste en el descubrimiento de aspectos importantes del
fenómeno investigado (ley).

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La segunda regla: de la deducción dice que las propiedades comunes de los cuerpos son
tales que, aunque inherentes a todos los cuerpos que sometemos a experimento, no
pueden ser aumentadas o reducidas.

La tercera regla: las leyes descubiertas mediante la inducción deben considerarse


verdaderas hasta tanto no se revelen fenómenos que precisen esas leyes o limiten la
esfera de su aplicación.

La metodología general seguida en los trabajos de Newton puede ser sintetizada en la


siguiente manera:

1. La observación de la realidad y la experimentación meticulosa sobre el


comportamiento de ésta, lo llevan mediante una inducción general a establecer
una ley o hipótesis.
2. Una vez enunciada, ésta se aplica a una situación particular, deduciendo
matemáticamente cómo se comportarían los objetos reales en este caso.
3. Se comprueba en la práctica la verdad de los resultados obtenidos mediante la
deducción y, por tanto, la validez del principio de partida (ley o hipótesis).
4. Se repite este proceso en una gran cantidad de casos particulares y, si sus
resultados son coherentes, se acepta la ley o inducción primaria, hasta que se
descubra algún fenómeno que no sea explicable por ella.

Para G. W. Leibnitz (1646 - 1716) el problema reside en lograr un método exacto de


enlazar ideas. Su objetivo en este caso consiste en establecer, mediante la utilización de
ideas elementales, un alfabeto lógico donde todas las nociones compuestas acerca del
mundo sean reducidas a nociones simples, como a su alfabeto. Según Leibnitz, el
pensamiento es el fundamento del Ser. No se trata de que el criterio de verdad sea
encontrado en la coincidencia de la imagen con un objeto exterior. Este criterio está
dado por la concordancia entre los fenómenos mismos. Los fenómenos tienen el
carácter de realidad en tanto se someten a las leyes de las matemáticas. Para Leibnitz
la fundamentación de la ciencia está dada, no sólo en los juicios idénticos, sino también
en las definiciones de los conceptos básicos. Asegura que todas las verdades se pueden
dividir en dos clases: de razón y de hecho. Considera que la base de la verdad de la
proposición puede ser hallada por medio del análisis, que se aplica simultáneamente
al concepto y a la proposición. El análisis de los conceptos consiste en las definiciones,
el análisis de las verdades, en la demostración. Puesto que la propia demostración
culmina por medio del análisis de los términos de la proposición, la demostración se
reduce al análisis del concepto, es decir, a la definición. El análisis del concepto es la
descomposición progresiva de los conceptos más complejos para llegar a otros más
simples, con la particularidad de que el análisis puede ser finito o infinito. El mejor
procedimiento para demostrar la posibilidad de la cosa consiste en señalar su causa o su
planteamiento. El conocimiento de lo individual para Leibnitz requiere un
conocimiento de la totalidad. Es decir, el conocimiento de un objeto exige conocer su
sustancia en sus relaciones con todas las sustancias conocidas y desconocidas. Según
Leibnitz, el grado de fundamentación de las hipótesis corresponde al grado de su
probabilidad. La hipótesis es tanto más probable:

 Cuanto más sencilla es.


 Cuanto mayor es el número de fenómenos que pueden ser explicados con esta
hipótesis y con la ayuda del menor número posible de postulados y axiomas.

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Francis Bacon (1561 - 1626) filósofo inglés, considera que el verdadero método del
conocimiento científico es un método que se apoya en el experimento y la observación.
La ascensión, a partir de los hechos sensibles hasta llegar a los conceptos, era para él la
senda de la genuina ciencia. La verdadera inducción es aquella con la cual se pueden
buscar las formas. La forma es algo estable en los fenómenos, una cierta determinación
interna, la que condiciona la distinta "naturaleza" de las cosas. La investigación de las
formas es, de este modo, la investigación de los vínculos esenciales y lógicos de la
realidad.

J.F.G. Herschell (1792 - 1871) matemático y astrónomo inglés, entiende por inducción
el proceso de clasificación consecutiva de los objetos individuales o hechos, bajo una
rúbrica común, cuyos resultados a su vez se convierten en material para una
clasificación ulterior. La metodología inductiva del conocimiento de las leyes de la
naturaleza comprende una serie de reglas basadas en determinadas correlaciones entre
la causa y la acción. En el siglo XVIII surgen enormes fábricas y de la forma de
producción devienen dos clases sociales antagonistas: la burguesía y el proletariado.
Ambas en conflicto constante por tener una, el carácter de explotadora, y la otra, por ser
explotada. Esta condición repercute en la ciencia y culmina en una nueva concepción
metodológica.

William Whewell (1794 - 1866) filósofo y científico británico, considera que su lógica
inductiva es la lógica del descubrimiento y estima que su trabajo es la continuación
directa de la obra de Bacon. El proceso de inducción es equiparado al proceso de
movimiento del pensamiento que va del hecho a la ley, de lo empírico a la teoría
general. Para Whewell, toda la ciencia experimental es inductiva, quien sostiene que la
doctrina de la hipótesis del razonamiento deductivo se manifiesta como una conclusión
del proceso inductivo. Los hechos especiales que son la base de la conclusión inductiva
resultan ser la consecuencia en la cadena de deducciones. Y de este modo, la deducción
establece la inducción. El principio que obtenemos de los hechos es verdadero, porque
los hechos pueden ser obtenidos de él mediante una rigurosa demostración.

Según I. Kant (1770 - 1831), filósofo alemán, a priori sólo tenemos la forma, el
procedimiento de organización del conocimiento, de su estructura. La formación del
conocimiento presupone la unidad de forma y el contenido en sentido propio, esto es,
únicamente posible a consecuencia de la aplicación de las formas apriorísticas del
contenido del conocimiento, cuya obtención, en definitiva, presupone la experiencia
directa, la interacción de sujeto y objeto. El conocimiento constituye la unidad orgánica
de lo apriorístico y lo aposteriórico, la forma y el contenido.

Las formas apriorísticas, uniéndose al contenido del conocimiento, caracterizan la


síntesis de los conocimientos, lo que determina la unidad de la variedad como un rasgo
característico del objeto del conocimiento científico. Éste constituye, a juicio de Kant, la
construcción cognoscitiva, el "objeto ideal". Kant destaca la primacía de la síntesis
respecto del análisis al estudiar el origen del conocimiento científico. Kant sostiene la
idea de que la interacción es la verdadera causa "definitiva" de todos los cambios
que se realizan en la naturaleza. Kant afirma: "El conocimiento común, sólo gracias a
la unidad sistemática se convierte en ciencia, o sea, cuando un conjunto de ideas se
transforma en sistema".

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George W. Hegel (1770-1831). Filósofo alemán, trató de presentar el desarrollo del
sistema de las categorías de la ciencia como un proceso natural de desarrollo, que se
desenvuelve de acuerdo con sus propias leyes internas. El estímulo, el "resorte" y el
motor de este desarrollo son las contradicciones internas del concepto; y su superación
lograda a un nivel más elevado y profundo de penetración en el contenido fue
presentada por él como el desarrollo, el enriquecimiento y la concreción del régimen de
categorías, ascendente desde las categorías abstractas, de menor contenido, a categorías
de un contenido cada vez mayor. La dialéctica del conocimiento, consistente en la
revelación de las contradicciones del concepto, el descubrimiento de lo contradictorio
contenido en ellas, y la superación de las contradicciones fue fundamentada y
desarrollada por Hegel como la lógica interna del desarrollo del conocimiento.

John Stuart Mill (1806 - 1873) filósofo y político inglés, sostiene que la inducción es un
proceso mental con la ayuda de la cual deducimos algo que nos es conocido como
verídico en un caso particular o en unos cuantos casos y que será verídico en todos los
casos semejantes al primero en ciertas determinadas relaciones de la clase. A Mill
pertenece la descripción clásica de los métodos de la inducción científica, elaborada de
acuerdo con la tradición de Bacon: el método de semejanza o concordancia, el método
de diferencia, el método combinado de semejanza y diferencia y el método de
residuos.

La línea del inductivismo clásico de Bacon - Mill fue la predominante en la lógica del
siglo XIX. Pero en la historia de la lógica hubo otro enfoque del problema de la
investigación lógica de las relaciones entre los conocimientos empíricos individuales y
las leyes de la ciencia. Este enfoque coloca en primer plano la investigación
metodológica del análisis del proceso de comprobación y fundamentación de la tesis
general en su calidad de hipótesis. Consiste en su confrontación tanto con los hechos
empíricos, ya conocidos, como con aquellos hechos que han de ser establecidos
posteriormente, es decir, presupone la evaluación de la hipótesis desde el punto de
vista de las posibilidades de lograr la explicación de los hechos existentes y la
previsión de otros nuevos. El método de la fundamentación de las generalizaciones
teóricas, adoptadas como hipótesis, con ayuda de la deducción de consecuencias
empíricas comprobadas, recibe la denominación de método hipotético - deductivo.

Karl Marx (1818 - 1883) filósofo, sociólogo y economista alemán; Friedrich Engels
(1820 - 1895) filósofo alemán; Vladimir Lenin (1870 - 1924) político ruso; la filosofía
marxista - leninista salda la oposición de principio de: la gnoseología a la ontología, y
de la doctrina del conocimiento a la doctrina de la existencia, característica de la
filosofía pre-marxista, y considera la actividad práctica y transformadora del hombre
como base del conocimiento y criterio de su verdad. La filosofía marxista - leninista
considera el método desde las posiciones de la teoría del reflejo, teniendo en cuenta que
la dialéctica materialista puede actuar como método universal del conocimiento
porque es el reflejo en el razonamiento teórico de las leyes más generales del
desarrollo del mundo material.

Epistemólogos.

Thomas Hobbes (1588 -1679), inglés. La sociedad comenzó a ser observada con criterio
científico a partir de Hobbes. Su pensamiento es considerado fundamental en la
constitución de la teoría económica y política del liberalismo clásico. Este autor

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sostenía que del mismo modo como se habían desarrollado exitosamente las ciencias
exactas también podían desarrollarse las ideas morales, ya que eran una creación nuestra
así como lo son las figuras geométricas, coincidía con ideas de Aristóteles quien
sostenía que las cuestiones humanas podían alcanzar un conocimiento probable.
Hobbes propuso el método racional para estudiar los problemas del orden social, es
decir, que las sociedades podían regirse por legislaciones universales y no
particulares y ésas legislaciones permitirían organizar la vida en sociedad de acuerdo
con las leyes naturales propias del individuo social. Determinó las notas esenciales del
individuo social, es decir, los apetitos naturales que son los que impulsan a los hombres
a querer utilizar cosas comunes al grupo para sí solo, y el otro es la razón natural, es
decir, una organización racional que debe regular los apetitos naturales del individuo
para permitir la vida en sociedad, esta regulación se denomina contrato social que
constituye el fundamento de la racionalidad y permite la vida en sociedad y lo que hace
que ésta regulación se cumpla es el Estado.
Hobbes creyó que el método era garantía de conocimiento objetivo y de universalidad
mas allá de cual fuera el objeto de estudio, los fenómenos morales podían ser tratados
de la misma manera que los naturales.

Auguste Comte (1798-1857) francés. Éste autor también fue influenciado por la
filosofía naturalista y el orden social racionalizador y universal. Es el fundador de la
sociología empírica y del método positivista. Desde su postura teórica todo enunciado
científico debe ser observable y medible, los fenómenos eran considerados como los
mas complejos, considera a la sociología como una física social, pero además de las
interpretaciones mecanicistas que predominaban en el estudio de la sociedad fueron los
modelos orgánicos y funcionales, ya que durante el siglo XIX la biología se desarrolló
obteniendo importantes repercusiones sobre las ciencias sociales. Se consideraba
entonces que la sociedad podía ser estudiada como un organismo vivo y que cada una
de sus partes cumplía una función en el conjunto de un organismo social.

Karl Marx  (1818 -1883) Prusia. Propone entender a la naturaleza humana en su


carácter concreto e histórico. Concreto porque propone que la realidad económica y
social debe estudiarse a partir del análisis de las condiciones materiales de la vida de los
hombres, es decir, analizar lo que producen y como lo hacen.
La concepción marxista del hombre parte de la consideración de dos situaciones que lo
separan del liberalismo clásico: por un lado, la relación del hombre con la naturaleza y
la relación del hombre con otros hombres. El hombre se relaciona con la naturaleza
transformándola a través de su trabajo y con el objeto de satisfacer sus necesidades, y
por otro lado, en el desarrollo de ése trabajo el hombre establece relaciones sociales de
producción con otros hombres, ésta explicación se opone a la idea de contrato social,
y según Marx el individuo racional resigna su ambición por temor a una muerte
violenta, y de esta explicación sale el fundamento de la vida en sociedad.
Con respecto al concepto de lo histórico, Marx se interesa por comprender la dinámica
de los cambios históricos. Para concluir se puede decir que para la perspectiva marxista,
el objeto de estudio de las ciencias sociales son los procesos de transformación social y
que el objetivo de la ciencia social es comprender la dinámica de éstas
transformaciones.
Para Marx la verdadera ciencia solo es posible a condición de no ocultar las
relaciones concretas que se dan entre los hombre en la sociedad capitalista, es decir,
las relaciones de explotación y dominación.

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Friedrich Nietzsche (1844 –1900), alemán. En este siglo hacía furor el positivismo y
tenía como modelo de conocimiento de lo que es el saber a las ciencias naturales, la
física y la teología. En la época positivista había un único método denominado monismo
metodológico, que servia para entender tanto a las ciencias sociales como las ciencias
naturales. Nietzsche era considerado un loco, porque se autodenominaba antipositivista
ya que criticaba y estaba al margen de la moda metodológica que era en ese momento el
positivismo.

Nietzsche trata de sostener:


*Que la filosofía tiene como objeto representar un pensamiento antidogmático, ya que
no puede explicar racionalmente el porque de las cosas, y cree que el peor dogma de
Occidente es la religión, por esa razón trata de combatir la religión, habla en contra de
los psicólogos, de las ciencias naturales y también estaba en contra de la filosofía
racional.
*La razón no alcanza, es necesaria, pero no suficiente. En la modernidad la idea central
era la idea de razón, y esta razón va a ocupar el lugar de Principio único de
fundamentacion, el lugar de verdad universal, y la idea de conocimiento objetivo; todo
esto va a reemplazar la idea de Dios, por eso Nietzsche llama a la modernidad como la
época en donde la idea de Dios ha muerto, es decir, que se reemplaza a un dogma por
otro que tiene mas fuerza. Las consecuencias de esto fue que el hombre no puede
reemplazar a Dios por más que quiera, porque el razonamiento del hombre tiene
falencias, es decir, es refutable. Todo esto provoco un proceso de que la nada va a
ocupar el lugar de la verdad, ya que la razón humana es una abstracción. Nietzsche
puso la nada en el lugar de la verdad, a esto se lo denominó nihilismo, generando en
las personas sentimientos de escepticismo, es decir, que no se cree demasiado en
nada. Nietzsche cree que el hombre es un tipo de animal arrogante y soberbio ya que se
cree que es la especie más evolucionada y que es el único que puede hablar de
metafísica ya que tiene avidez metafísica, éste autor sostiene que hay 4 razones muy
importantes que llevan al hombre a hablar de metafísica:
*El hombre tiene la necesidad de encontrar un fundamento último que dé sentido al
orden.
*También tiene la necesidad de predicar una verdad universal, por lo menos de manera
provisoria.
*El uso de un lenguaje univoco, es decir, que cuando hablamos nos referimos a algo
pero podemos interpretar distintas cosas.
*El sujeto puede acceder a la objetividad, pero no puede ser objeto y sujeto a la vez.

Karl Popper (1902-1994) filósofo, sociólogo y teórico de la ciencia nacido en Austria.


Niega la existencia de todo procedimiento de verificación, y en su lugar hace hincapié
en la importancia de la falsación, esto es de la prueba que, debido a que su resultado es
negativo, hace necesario rechazar una teoría establecida. La historia de la ciencia es la
historia de continuas “conjeturas y refutaciones”, por lo que ésta se encontraría en un
estado de revolución permanente. Aborda el problema de los límites entre la ciencia y la
metafísica, y se propone la búsqueda de un llamado criterio de demarcación entre las
mismas que permita, de forma tan objetiva como sea posible, distinguir las
proposiciones científicas de aquellas que no lo son. Es importante señalar que el criterio
de demarcación no decide sobre la veracidad o falsedad de una afirmación, sino sólo
sobre si tal afirmación ha de ser estudiada y discutida dentro de la ciencia o, por el
contrario, se sitúa en el campo más especulativo de la metafísica. Para Popper una
proposición es científica si puede ser refutable, es decir, susceptible de que en algún

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momento se puedan plantear ensayos o pruebas para refutarla independientemente de
que salgan airosas o no de dichos ensayos. En este punto Popper discrepa
intencionadamente del programa positivista, que establecía una distinción entre
proposiciones contrastables (positivas), tales como Hoy llueve y aquellas que no son
más que abusos del lenguaje y carecen de sentido, por ejemplo Dios existe. Para Popper,
este último tipo de proposiciones sí tiene sentido y resulta legítimo discutir sobre ellas,
pero han de ser distinguidas y separadas de la ciencia. Su criterio de demarcación le
trajo sin querer un conflicto con Ludwig Wittgenstein, el cual también sostenía que era
preciso distinguir entre proposiciones con sentido y las que no lo tienen. El criterio de
distinción, para Wittgenstein, era el del "significado": solamente las proposiciones
científicas tenían significado, mientras que las que no lo tenían eran metafísica. Era
tarea de la filosofía desenmascarar los sinsentidos de muchas proposiciones
autodenominadas científicas a través de la aclaración del significado de las
proposiciones. A Popper se le encuadró en dicha escuela cuando formuló su idea de la
demarcación, pero él mismo se encargó de aclarar que no estaba de acuerdo con dicho
planteamiento, y que su tesis no era ningún criterio de significación (Popper siempre
huyó de cualquier intento por aclarar significados antes de plantear teorías). Es más,
Popper planteó que muchas proposiciones que para Wittgenstein tenían significado no
podían calificarse como ciencia como, por ejemplo, el psicoanálisis o el marxismo, ya
que ante cualquier crítica se defendían con hipótesis ad hoc que impedían cualquier
refutación. Lo cierto es que Popper era consciente del enorme progreso en el
conocimiento científico que se experimentó en los siglos que le precedieron, en tanto
que problemas como la existencia de Dios o el origen de la ley moral parecían resistirse
sin remedio, puesto que no mostraban grandes avances desde la Grecia clásica. Por ello,
la búsqueda de un criterio de demarcación aparece ligada a la pregunta de ¿qué
propiedad distintiva del conocimiento científico ha hecho posible el avance en
nuestro entendimiento de la naturaleza? Algunos filósofos habían buscado respuesta
en el inductivismo, según el cual cuando una ley física resulta repetidamente
confirmada por nuestra experiencia podemos darla por cierta o, al menos, asignarle una
gran probabilidad. Pero tal razonamiento, como ya lo dijo David Hume, no puede
sostenerse en criterios estrictamente lógicos, puesto que éstos no permiten extraer
(inducir) una ley general (universal) a partir de un conjunto finito de observaciones
particulares. Popper supera la crítica de Hume abandonando por completo el
inductivismo y sosteniendo que lo primero son las teorías, y que sólo a la luz de ellas
nos fijamos en los hechos. Nunca las experiencias sensibles anteceden a las teorías, por
lo que no hay necesidad de responder cómo de las experiencias particulares pasamos a
las teorías. Con ello, Popper supera la polémica entre empirismo y racionalismo,
sosteniendo que las teorías anteceden a los hechos, pero que las teorías necesitan de
la experiencia (en su caso, de las refutaciones) para distinguir qué teorías son aptas de
las que no.

Thomas Kuhn (1922 - 1996) norteamericano, se propone explicar a que cosas


obedecen los cambios en la ciencia, por lo tanto, no está de acuerdo con quienes
piensan que el desarrollo de la ciencia siempre lleva a un progreso, no acepta que la
ciencia progrese de modo indefinido y tampoco que la ciencia se guíe por una meta
como la verdad, entonces prefiere analizar la ciencia desde sus cambios históricos.
Kuhn denomina PRECIENCIA al momento de indefiniciones e imprecisiones teórico -
practicas, y denomina CIENCIA NORMAL al momento en donde se impone una
explicación unánime y se obtienen consecuencias experimentales aceptadas por toda la
comunidad científica, y se dice que ésta etapa es reinada por un nuevo PARADIGMA, y

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cuando se la confronta con la experiencia y como no hay ninguna teoría perfecta,
entonces se produce una crisis en la ciencia y choques entre teorías rivales, esto es lo
que Kuhn denomina REVOLUCION CIENTÍFICA, y cuando una de las teorías se impone
sobre las demás se dice que se establece un nuevo orden, cada paradigma es una visión
distinta del mundo. Para Kuhn: El progreso se da dentro de los límites de un mismo
paradigma. No cree que haya teorías mejores o peores, sino que, la teoría que prevalece
es la que tiene más fuerza, es decir, la que tiene mayor poder de convicción.
La teoría que tiene garantizado el éxito es aquella que goza de mayor prestigio, es
decir, de mayor poder. Para Kuhn los paradigmas se constituyen en el ámbito de las
comunidades científicas, a Kuhn le interesa principalmente la historia interna de la
ciencia relacionándola con la historia externa.
Este autor solo piensa a las revoluciones solo en el ámbito del saber científico,
considera también que existe la posibilidad de entender o traducir los términos de un
paradigma a otro. También rechaza la idea de progreso lineal y acepta que hay progreso
dentro de cada paradigma. Kuhn pone especial atención a la ciencia, en especial las
naturales.

Imre Lákatos (1922 -1974) matemático y filósofo de las ciencias nacido en Hungría. En
sus comienzos se adscribió a la escuela de Karl Popper, Lakatos, en lo que él denomina
el falsacionismo sofisticado reformula el falsacionismo para poder resolver el problema
de la base empírica y el de escape a la falsación que no resolvían las dos clases
anteriores de falsacionismo que él llama falsacionismo dogmático y falsacionismo
ingenuo. Lakatos recoge ciertos aspectos de la teoría de Thomas Kuhn, entre esos la
importancia de la historia de la ciencia. Lakatos cuestiona a Popper, pues la historia de
la ciencia muestra que la falsación no es una acción cotidiana de los científicos como
este último defendía. La confirmación de los supuestos científicos también son
necesarios pues nos permite tenerlos vigentes. Para Lakatos la falsación consiste en un
triple enfrentamiento entre dos teorías rivales y la experiencia. Las teorías rivales se
confrontan con la experiencia; una es aceptada y la otra es refutada. La refutación de
una teoría depende del éxito total de la teoría rival. Lakatos plantea una nueva unidad
de análisis: el programa de investigación científica (PIC): Consiste en una sucesión de
teorías relacionadas entre sí, de manera que unas se generan partiendo de las anteriores.
Estas teorías que están dentro de un PIC comparten un núcleo firme o duro (NF). El
núcleo firme está protegido por un Cinturón protector (CP): consiste en un conjunto de
hipótesis auxiliares que pueden ser modificadas, eliminadas o reemplazadas por otras
nuevas con el objetivo de impedir que se pueda falsar el núcleo firme. Dentro de un PIC
hay una heurística negativa y una heurística positiva. La positiva sirve de guía e indica
como continuar el programa, mientras que la negativa prohíbe la refutación del núcleo
firme. Cuando un PIC se enfrenta a anomalías empíricas que teóricamente no ha podido
predecir se reemplaza por un PIC rival. En el caso de que no haya un PIC rival que
conserve los elementos no refutados del PIC anterior, y a la vez tenga soluciones para
las nuevas anomalías, el PIC se queda en etapa regresiva hasta que se recupera. Los PIC
pueden ser degenerativo, cuando el programa no predice fenómenos nuevos por mucho
tiempo; o progresivo, cuando el programa tiene éxito.

Michel Foucault (1926 -1984), francés. La ciencia es un dispositivo de saber - poder


avalado por la racionalidad de su discurso y sus prácticas.
Para Foucault no existe una verdad inamovible que persista a través del tiempo, como el
saber se encuentra en relación directa con el poder, los cambios científicos interactúan

72
con los cambios de los dispositivos de poder, es decir, saber y poder no es lo mismo
pero se implican mutuamente.
La postura de Foucault señala que la razón y la verdad no son sustancias eternas y
trascendentes, sino que son construcciones históricas e inseparables a su esencia, y
que su discurso es racional pero no elimina su sentido místico.
Para Foucault la racionalidad se extiende a lo político - social, considera también que en
el desarrollo de la historia existieron diferentes epistemes, pues lo que es sólido para
una época puede no serlo para otra. Pero fundamentalmente cree que a pesar de las
rupturas epistémicas que separan a las diferentes épocas, existen también
discontinuidades que permanecen en la historia, como ser: manifestaciones naturales y
culturales que soportan el paso del tiempo, mientras que otras desaparecen para siempre.
Foucault cree que para que ciertos discursos accedan al status de verdaderos, se debe
a factores de poder de cualquier tipo que inciden en la comunidad científica.
Foucault concibe las rupturas epistémicas como el pasaje de una época histórica a otra,
cree también en la existencia de las continuidades, rechaza la idea de progreso como
una necesidad histórica de alcanzar una meta superior o mejor.
Foucault se avoca al estudio de las ciencias sociales, en especial a sus discursos y a sus
prácticas, en los que la ciencia juega el rol de rectora de la verdad.

Para los dos autores no hay mayor racionalidad en una teoría que vence a otra.

Pierre Bourdieu (1930 - 2002) francés. Este autor desarrolla sus ideas fundamentales en
dos temáticas, por un lado su teoría social y por otro lado su postura epistemológica o
metateoría.
Para la construcción de su teoría social, parte de la idea de que lo social tiene una doble
existencia, es decir, que consta de estructuras objetivas, estas estructuras se definen a
partir del conjunto de relaciones que existen entre las posiciones que ocupan los
distintos actores sociales. Por otro lado sostiene que lo social también se manifiesta en
la subjetividad humana constituida por esquemas de apreciación y categorización de la
realidad que tienen los sujetos, en estas categorizaciones intervienen estructuras
objetivas que son las responsables de modelar las subjetividades y con ello ejercer
fuerza sobre las prácticas sociales de los sujetos. Bourdieu sostiene que lo social no
puede ser explicado solo a partir de un análisis que vincule solo lo económico y lo
cultural, sino que se debe focalizar en las cuestiones culturales y simbólicas, para
comprender éstas cuestiones, Bourdieu construye dos conceptos centrales: el campo y
el habitus.
Campo: Bourdieu entiende el campo como un espacio de lucha, en donde éstos campos
son ocupados por distintos agentes sociales, y en donde éstos agentes sociales luchan
por la distribución inequitativa del capital que le otorga poder al que lo posee. Cada
campo se define a partir de un interés específico y un capital especifico, los agentes
desarrollan estrategias para intentar permanecer en el campo o modificarlos si son
dominados y cada campo tiene leyes invariables que regula el funcionamiento de cada
uno de ellos.
Habitus: Conjunto de disposiciones duraderas a actuar, sentir o pensar, modelado por
estructuras objetivas que son internalizadas por los sujetos.
La clave para la comprensión de la dinámica y la dominación social se encuentra, en la
relación particular que existe entre el campo y el habitus. Según Bourdieu, la
dominación de una clase social sobre otra se da por el ejercicio del poder simbólico, y el
ejercicio de éste poder es el que permite legitimizar y obtener consenso sobre un orden
social inequitativo, a esto Bourdieu lo denominó complicidad ontológica de campo y el

73
habitus.
El discurso metateorico o epistemológico de Bourdieu consiste en construir sociología
científica y resalta que la tarea principal del investigador es eliminar sus prenociones y
prejuicios y construir el objeto de estudio contra el sentido común, y hace una
separación entre el objeto real y objeto científico, ya que para él la ciencia no trabaja
con objetos reales sino con construcciones teóricas que son producto del pensamiento
del investigador. La sociología científica goza, para él, de un carácter emancipador, ya
que es la encargada de revelar los mecanismos en los que se asienta la dominación
estable de una clase sobre otra.

La racionaliadad en Foucault. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.

Michel Foucault (1926-1984) filósofo, sociólogo e historiador francés; no es un


epistemólogo, es un filósofo de la cultura. No analiza la ciencia en sí misma sino
como acontecimiento histórico-social. Para este autor la actividad científica conforma
un dispositivo de saber-poder avalado por la racionalidad de sus discursos y sus
prácticas. Se trata de una racionalidad constreñida por los principios lógicos y por la
obligación de someter sus hipótesis a contrastación empírica. Esa racionalidad pretendió
atravesar los gabinetes científicos y abarcar en sus límites toda la realidad. El
conocimiento científico, durante la modernidad, se auto-impuso como garantía de todo
aquello que debe considerarse verdadero. Para Foucault no existe una verdad
inamovible que persista a través del tiempo. Las prácticas sociales de una época
determinada generan saberes considerados sólidos, serios, confiables: A partir de ellos
se constituyen nuevos objetos de estudio, nuevos conceptos, nuevas técnicas y nuevos
valores (éticos, políticos, estéticos, religiosos, cognoscitivos). Estos elementos, a su vez,
configuran nuevos sujetos de conocimientos. Como el saber se encuentra en relación
directa con el poder, los cambios científicos interactúan con los cambios en los
dispositivos de poder.

El espíritu de la modernidad exaltó la libertad, aunque paradójicamente implantó al


mismo tiempo el rigor de las disciplinas: Disciplina en las prácticas sociales, puesto que
desde el siglo XVII se comenzaron a establecer controles rigurosos en el ejército, la
justicia, los colegios, los hospitales, las cárceles, los lugares de trabajo y la sociedad en
general. Disciplina en el saber, puesto que toda forma de conocimiento que aspirara a
ser reconocida como científica debía regirse por el modelo de la física y la matemática
modernas. De este modo las ciencias sociales que, en su mayoría, se comienzan a
constituir como saber científico a partir del siglo de las Luces, debían ‘disciplinarse’ y
reducirse al modelo de la ciencia hegemónica de aquel momento. Así como en la
antigüedad clásica se constituyo por primera vez la razón, entonces como logos, en la
modernidad se construyó una nueva forma de racionalidad: la científica, ahora como
ratio. Pero los modernos se olvidaron de que los hombres que componían los espacios
de poder son los que establecieron los límites de la razón y al mismo tiempo de la
verdad. Pretendieron que la razón sea eterna, necesaria, universal y ahistórica, es decir,
a priori y represente el único medio seguro de arribar a la verdad.

La postura de Foucault no intenta, de ninguna manera, ignorar la noción de racionalidad


y menos aún, de verdad. Intenta, simplemente señalar que la razón y la verdad no son
sustancias eternas y trascendentes sino construcciones históricas e inmanentes. Su
discurso es racional pero desmitificador. Cumple con las reglas establecidas para que un
discurso sea racional, pero se resiste a aceptar los estrechos límites de la racionalidad

74
científica como sinónimo de razón universal. La racionalidad, en Foucault, se extiende a
lo político-social. Cumple con las leyes requeridas para que un discurso produzca
efectos de verdad, pero sabiendo que ésta depende de consensos humanos y de
estrategias de poder. No se trata entonces de defender la irracionalidad, pues sin
parámetros racionales ni siquiera podríamos comprendernos. Sin algunos acuerdos
básicos, las sociedades no serían posibles. Pero no se debe olvidar que existieron
sociedades cuyo principio de orden no fue la razón sino, por ejemplo, lo mítico-
religioso o los valores estéticos. En la modernidad, en cambio, se impuso una
racionalidad a imagen y semejanza de la razón científica moderna, en la que no existía
lugar para el azar, el caos, la indeterminación, la capacidad humana de elegir ni el
inconsciente como objetos de estudio científico. Esa racionalidad estableció un territorio
teórico que Foucault denomina ‘episteme moderna’. Foucault utiliza este término como
un tecnicismo propio de este autor y de la filosofía francesa en general. Episteme en
este caso hace referencia a las condiciones de posibilidad de los saberes sólidos
contenidos en una época histórica determinada. En el desarrollo de la historia han
existido diferentes epistemes, pues lo que es ‘saber sólido’ para una época puede no
serlo para otra. Por ejemplo en el medioevo tardío, la magia formaba parte de la
episteme pedagógica de los príncipes. Pero entre esa episteme y la moderna se produjo
una fractura, una ruptura epistémica. Las epistemes son inconmensurables entre sí. No
existen parámetros objetivos para determinar que la episteme antigua es mejor o peor
que la medieval o la moderna. Consideremos otro ejemplo: el agua para nosotros, es un
cuerpo formado por la combinación de un volumen de oxígeno y dos de hidrógeno. Pero
para algunos pueblos arcaicos el agua era una divinidad. Es evidente que el agua no
cambió en su manera de estar presente en la naturaleza, cambio la comprensión que
tenemos de ella. En una episteme científica, el agua se formaliza como H 2O, en otra
episteme mágico religiosa, es objeto de culto. Foucault dirá que nada nos permite
afirmar que nuestra manera de considerar al agua representa un progreso respecto de la
manera en que se la consideró en otros tiempos. Se trata de un cambio de perspectiva en
la manera de verla y de enunciarla. Ese cambio obedece, entre otras cosas, a que se está
comprendiendo algo desde dos epistemes distintas. Dicho de otra manera, desde dos
imaginarios sociales diferentes. Para Foucault la episteme moderna se caracteriza por
considerar que la representación es el modo privilegiado de acceder a cualquier tipo de
conocimiento sólido. Mejor dicho, el conocimiento moderno cree que la realidad es tal
como se la representa, como la refleja el conocimiento científico. El modelo físico-
matemático newtoniano construyó la representación de las trayectorias de los astros. Las
constrastaciones empíricas daban cuenta de lo acertado de esas representaciones. En el
caso de los descubrimientos de los planetas Neptuno y Plutón, la idea de representación
llega a uno de sus máximos logros. La observación confirmó la anticipada
representación teórico-matemática de lo que debería estar pasando más allá de Urano.
Aunque paradójicamente con este éxito innegable de la episteme representativa estaba
llegando también su declinación. Porque Foucault cree que en el siglo XIX se fue
produciendo una fractura epistémica: la representación le estaba dejando su lugar a la
historicidad. La incidencia de la historia comenzó a considerarse en los procesos
estudiados por la ciencia. Esto puede verse claramente en el estudio de la evolución
biológica desarrollado por Darwin, en la influencia de lo histórico en la economía, tal
como la estudia Marx, en la irreversibilidad temporal descubierta por la termodinámica.
De modo tal que si bien la representación fue eficaz y lo sigue siendo para estudiar
varios aspectos de la realidad, dejó de ser hegemónica. Los astrónomos posteriores a los
del relato del descubrimiento de nuevos planetas comenzaron también a pensar en clave
de historia, tales como la muerte de las estrellas o la expansión del universo.

75
Actualmente hasta el tiempo tiene historia. Si bien Foucault considera que existen
rupturas epistémicas que separan las diferentes épocas, considera asimismo que existen
continuidades, es decir, permanencias históricas. Se trata de verdades, teorías, discursos,
ritos o creencias. Existen manifestaciones naturales culturales que soportan el paso del
tiempo: especies vegetales y animales, edificios, obras de arte y diversas concepciones
de la realidad, mientras que otras desaparecen para siempre. No tenemos parámetros
indiscutibles y unívocos para dirimir si el mundo es mejor con una u otra episteme.

Kunh y los paradigmas, Foucault y las epistemes. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.

Kuhn señala que las ciencias progresan cíclicamente comenzando por un paradigma
aceptado por la comunidad científica durante un período de ciencia normal. La ciencia
normal intenta adecuar la teoría a la práctica, pero pueden existir ciertas discrepancias.
Estas discrepancias si no son resueltas se convierten en anomalías, y si éstas se
acumulan se produce una crisis que conlleva la caída del antiguo paradigma, y el
surgimiento de una revolución científica en la que el antiguo paradigma es reemplazado
por uno nuevo incompatible con el anterior. Por tanto, para este autor, la ciencia no se
desarrolla por medio de la acumulación de descubrimientos o inventos individuales,
sino que se forma como proceso de ruptura con lo anterior. En el proceso de traslación
del viejo conjunto de ideas al nuevo, la comunidad de científicos sigue un número de
pasos determinados:

1. Reconocimiento de las anomalías.

2. Período de inseguridad.

3. Desarrollo de grupos de ideas alternativos.

4. Identificación de escuelas de pensamiento.

5. Dominación de las nuevas ideas.

Es difícil poder considerar el desarrollo como un proceso de acumulación. La


investigación histórica misma, muestra las dificultades para aislar inventos y
descubrimientos individuales, proporciona las bases para abrigar dudas profundas sobre
el proceso de acumulación, por medio del que se creía que habían surgido esas
contribuciones individuales a la ciencia. Es evidente que los criterios de demarcación
científica derivados de la falsación, aunque críticos con la metodología tradicional, se
mantienen en su misma línea. En cambio Kuhn, con su libro “La estructura de las
revoluciones científicas” explica el comportamiento científico por las críticas que se les
hacen a la teoría. Kuhn indica que cuando las teorías no logran superar una prueba, no
son rechazadas y sustituidas por otras, sino que se introducen modificaciones o bien se
ignoran las anomalías.

El aporte de Kuhn gira en torno a los siguientes conceptos: Paradigma, Ciencia Normal
y revoluciones científicas. Kuhn entiende el concepto de paradigma en dos sentidos:
*primero significaría un éxito que se considera tan importante que es capaz de atraer a
un grupo de científicos que ejercen una actividad en competencia y: *segundo: se
entiende como un paso en el desarrollo científico que es capaz de dar solución a
problemas no resueltos. Si atendemos a su definición literal, los paradigmas son:

76
“Realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”

El concepto de paradigma perfila la escena para la siguiente etapa del esquema de


Kuhn, el concepto de ciencia normal. Para Kuhn existen periodos alternativos de ciencia
normal y periodos de crisis. En la fase de ciencia normal, en la que se acepta un cuerpo
esencial de teoría, van surgiendo situaciones que no pueden explicarse de forma
convincente y que reciben el nombre de anomalías. Cuando las anomalías aumentan se
produce un proceso insostenible en torno a la ciencia normal, lo que da lugar a la
aparición de nuevas teorías: un paradigma es sustituido por otro. La amplitud del
concepto de paradigma hace que Kuhn admita la imprecisión del término y
posteriormente lo sustituya por el de “matriz disciplinaria” (disciplinaria, porque se
refiere al patrimonio común de los que practican una disciplina, y matriz, porque alude a
un conjunto ordenado de elementos de diversa naturaleza que requieren especificación
adicional):

“Una matriz disciplinar está compuesta de paradigmas, partes de paradigmas que


constituyen una unidad y funcionan conjuntamente”

El proceso de sustitución de unos paradigmas por otros, puede resumirse en las


siguientes etapas:

• Ciencia normal, compuesta por los paradigmas aceptados.

• Pequeños fenómenos inexplicados, con respecto a los cuales los sostenedores de la


ciencia normal confían en explicarlos sin cambio de paradigmas.

• Forzar la teoría para incluir dichos fenómenos inexplicados.

• Periodo de confusión

• Periodo de innovación y oposición

• Nuevamente ciencia normal, integrada por los nuevos paradigmas aceptados, con lo
que el proceso dialéctico inicia un nuevo ciclo.

Cuando se produce la sustitución de un paradigma por otro nos encontramos ante lo que
Kuhn denomina “revolución científica”: “la transición de un paradigma en crisis a otro
nuevo del que pueda surgir una nueva tradición de ciencia normal”. El camino abierto
por Kuhn apunta, pues, no sólo a una concepción diferente a la popperiana de progreso
científico y de racionalidad científica, sino que también propicia cierta reflexión sobre
la finalidad de las ciencias, las responsabilidades de la praxis científica y, encontrando
una perspectiva hacia la epistemología social de la ciencia. Kuhn ofrece una teoría del
progreso científico en la que la ciencia normal es lo habitual y la revolución lo
excepcional, realizándose la aceptación de la falsación por parte de la comunidad
científica con carácter extraordinario. No obstante, aunque el período de ciencia normal
parece que no queda caracterizado por aportaciones creativas de cierta importancia,
tiene un gran interés en la evolución científica por cuanto en él producen precisiones en
torno al paradigma vigente, lo que constituye, en gran parte, el principal quehacer de
numerosos científicos. La acumulación de anomalías crea un ambiente de crisis en la

77
comunidad científica; cuanto más se prolongue la crisis, más probable es la aparición de
un nuevo paradigma, que resultará en otra época de ciencia normal. Lejos de abandonar,
pues, sus teorías a la primera señal de refutación, los científicos tienden a mantenerlas
contra las anomalías hasta tanto no tienen otro paradigma más satisfactorio al que
acogerse: “el descubrimiento comienza con la percepción de la anomalía, o sea, con el
reconocimiento de que en cierto modo la naturaleza ha violado las expectativas
inducidas por el paradigma, que rige a la ciencia normal”. Esta sustitución de
paradigmas tiene lugar cuando la energía de una crisis y un paradigma alternativo se
satisfacen. Ese es el punto donde la resistencia al cambio se debilita y acaba por
derrumbarse.

De esta forma, con el establecimiento del nuevo paradigma se consigue cumplir tres
importantes exigencias: “ofrece una solución a la crisis científica; proporciona una
nueva visión del mundo; y finalmente ofrece una agenda de investigación alternativa
sobre la que los científicos trabajen”.

En principio parecería que los paradigmas, en Kuhn, serían lo mismo que las epistemes
en Foucault. Si bien hay similitudes, también hay diferencias. En primer lugar, hay que
tener en cuenta que para Kuhn los paradigmas se constituyen en el ámbito de las
comunidades científicas. Ellas son las que obligan a la naturaleza a entrar en los cuadros
proporcionados por la educación profesional. La investigación no se puede llevar a cabo
sin esos marcos referenciales propios de cada época científico-histórica. A Kuhn no le
interesa ‘el elemento de arbitrariedad que forma parte de los orígenes históricos y a
veces, de su desarrollo subsiguiente’. Le importa principalmente la historia interna de
la ciencia, pero abarca en ella a la comunidad científica y relaciona la historia
interna con la externa, aunque no profundiza en esta última. Foucault, en cambio, no
privilegia el estudio de la decisión de los científicos para sus análisis. A partir de su
postura, las luchas por el poder en la comunidad científica son similares a cualquier otra
estrategia en la que interactúan sujetos. Este filósofo se pregunta sobre todo cuáles son
las condiciones de posibilidad para que unos discursos accedan al status de
verdaderos, en detrimento de otros que se transforman o se olvidan para siempre. En
la medida en que Foucault considera los factores de poder de cualquier cuño, su visión
se aparta sensiblemente de la de Kuhn que no desdeña los factores de poder que inciden
en la comunidad científica, tales como el prestigio, las publicaciones, el reconocimiento
o los premios a la producción científica, pero los relega más allá de los límites de su
análisis.

A grandes rasgos, se podría decir que las epistemes de Foucault corresponderían a los
paradigmas de Kuhn. Ambos son epocales, si bien las primeras son más abarcativas que
los segundos, porque la episteme es científico-social, en cambio el paradigma es sólo
científico. No obstante tanto episteme como paradigmas conforman una especie de
marco teórico o imaginario social para la producción de discursos considerados
verdaderos en determinados momentos históricos. Existe cierta coincidencia también
entre la noción de revoluciones científica, en Kuhn y de ruptura epistémico, en
Foucault. Siempre teniendo en cuenta la salvedad de que Kuhn piensa las revoluciones
sólo en el ámbito del saber científico, mientras Foucault concibe las rupturas
epistémicas como el pasaje de una época histórica a otra. Esas rupturas no son
absolutas. Foucault considera que también existen continuidades (verdades u otras
construcciones que se mantienen a través del tiempo). De manera levemente similar,
Kuhn considera que si bien los paradigmas son inconmensurables entre si, existe la

78
posibilidad de interpretar o traducir los términos de un paradigma a otro. Esto también
sería una especie de continuidad.

La idea de progreso ofrece asimismo matices diferentes entre estos autores. Foucault
rechaza la idea de progreso como una necesidad histórica de alcanzar una meta
‘superior’ o ‘mejor’. Kuhn, aunque también rechaza esa idea de progreso lineal y
general, acepta no obstante que existe progreso dentro de los límites de cada
paradigma. La coincidencia más estrecha entre las dos posturas aquí analizadas es,
posiblemente, el rechazo a leer la historia de la ciencia como la historia del progreso de
la racionalidad. Tanto para Kuhn como para Foucault no hay mayor racionalidad en una
teoría que vence a otra. El éxito se produce dentro de una reestructuración que no
obedece a un acercamiento a una verdad intemporal sino a un cambio de paradigma, en
Kuhn, y a una nueva episteme en Foucault. Mientras Kuhn pone el acento en la ciencia,
Foucault apunta a la sociedad, a los discursos y las prácticas, en los que la ciencia juega
el rol de rectora de la verdad. Estos pensadores se diferencian también por el tipo de
ciencias sobre las que reflexionan. Kuhn se refiere específicamente a las naturales;
declara que no incluye las ciencias sociales en sus argumentos, porque nunca gozaron
de un paradigma universalmente aceptado por la comunidad científica. En cambio
Foucault se dedica de manera especial a las ciencias sociales y da razones para ello.
Como estas disciplinas tienen un perfil epistemológico más débil que las naturales, es
más fácil descubrir las relaciones de poder que subyacen en la conformación de los
conceptos y de la práctica científica. De esta manera ambos autores, a pesar de ser
contemporáneos, hacen como si se ignoraran mutuamente. Pero al considerarlos, hoy,
desde la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, no se los puede dejar de relacionar.
Pertenecen a la misma episteme, ambos trascendieron como pensadores en la década de
1960. Kuhn se atrevió a desplazar la reflexión sobre la ciencia más allá de su mera
historia interna. Logró superar el simple análisis linguístico-formal de las teorías y
les inyectó historia. Por su parte, Foucault trató de encontrar en la historia de las
ciencias algo así como su inconsciente.

Si imaginamos la ciencia como un iceberg, Kuhn estudió la parte emergente, la que se


ve. Pero se atrevió a decir ‘el rey está desnudo’. Se atrevió a indicar que existen
presiones mucho más poderosas que la inocente validez formal de una teoría científica.
Enunció su enigmático ‘ganan las teorías que tienen más fuerza, no las más
verdaderas’, aunque no se sumergió a indagar que significaba ‘más fuerte’. Por el
contrario. Foucault trató de ver la parte sumergida del iceberg: las prácticas sociales,
los intereses, el deseo y las luchas de poder. Descubrió así que el estudio formal de las
teorías es sólo un pequeño fragmento de hielo si se lo compara con la masa enorme y
sumergida de un témpano. Esa masa de intereses cognoscitivos, económicos, personales
y corporativos es la que realmente sostiene ese aparentemente inofensivo trozo de agua
helada que es la mera estructura formal de las teorías científicas.

Naturaleza y necesidad de las revoluciones científicas. ‘La Estructura de las


Revoluciones Científicas’ Kuhn.

¿Qué son las revolucione científicas y cuál es su función en el desarrollo científico?

Las revoluciones científicas as consideran como episodios de desarrollo no


acumulativo en que un antiguo paradigma es reemplazado, completamente o en
parte, por otro nuevo e incompatible.

79
¿Por qué debe llamarse revolución a un cambio de paradigma?

¿Qué paralelo puede establecerse entre las revoluciones científicas y políticas?

Las revoluciones políticas se inician por medio de un sentimiento restringido


frecuentemente a una fracción de la comunidad política, donde las instituciones
existentes han cesado de satisfacer adecuadamente los problemas planteados por el
medio ambiente que han contribuido en parte a crear. De manera muy similar, las
revoluciones científicas se inician con un sentimiento creciente, también a menudo
restringido a una estrecha subdivisión de la comunidad científica, de que un paradigma
existente ha dejado de funcionar adecuadamente en la exploración de un aspecto de la
naturaleza, hacia la cual, el mismo paradigma había previamente mostrado el camino.
Tanto en el desarrollo político como en el científico, el sentimiento de mal
funcionamiento que puede conducir a la crisis es un requisito previo para la revolución.
Las revoluciones científicas solo necesitan parecerles revolucionarias a aquellos cuyos
paradigmas sean afectados por ellas. Para los observadores exteriores pueden parecer
partes normales del proceso de desarrollo. Las revoluciones políticas tienden a cambiar
las instituciones políticas en modos que esas mismas instituciones prohíben. Por lo tanto
su éxito exige el abandono parcial de un conjunto de instituciones a favor de otro y
mientras tanto, la sociedad no es gobernada completamente por ninguna institución.
Aunque las revoluciones tienen una función vital en la evolución de las instituciones
políticas, esa función depende de que sean sucesos parcialmente extrapolíticos o
extrainstitucionales. Los estudios históricos que se han hecho revela que características
muy similares en la evolución de las ciencias.

La elección entre paradigmas en competencia resulta una elección entre modos


incompatibles de vida de la comunidad. Debido a que tiene ese carácter, la elección no
está y no puede estar determinada sólo por los procedimientos de evaluación
característicos de la ciencia normal, pues estos dependen en parte de un paradigma
particular, y dicho paradigma es discutido. Cuando los paradigmas entran en debate
sobre la elección de un paradigma, su función es necesariamente circular. Para argüir en
la defensa de ese paradigma cada grupo utiliza su propio paradigma. La circularidad no
hace que los argumentos sean erróneos. Un hombre que establece como premisa un
paradigma, mientas arguye en su defensa puede, no obstante, proporcionar una muestra
clara de lo que será la práctica científica para quienes adopten la nueva visión de la
naturaleza. No hay ninguna norma más elevada que la aceptación de la comunidad
pertinente. Es por ello que para descubrir como se llevan a cabo las revoluciones
científicas no sólo de deben examinar la naturaleza y la lógica sino también las técnicas
de argumentación persuasiva. La cuestión de la elección de paradigma solo puede
resolverse mediante la lógica y la experimentación, es por ello que debemos examinar la
naturaleza de las diferencias que separan a los partidarios de un paradigma tradicional
de sus sucesores revolucionarios.

¿Hay razones intrínsecas por las cuales la asimilación de un nuevo tipo de fenómeno o
de una nueva teoría científica deba exigir el rechazo de un paradigma más antiguo?

Si existen esas razones no se derivan de la estructura lógica del conocimiento científico,


aunque el descubrimiento de vida en la luna destruiría paradigmas hoy existentes, el
descubrimiento de vida en algún lugar menos conocido de la galaxia no lo haría. Por la
misma razón, una teoría nueva no tiene por qué entrar en conflicto con cualquiera de sus

80
predecesoras. Puede tratar de fenómenos no conocidos previamente, como es el caso de
la teoría cuántica que trata de fenómenos subatómicos desconocidos antes del siglo XX.
Pueden concebirse relaciones compatibles entre las teorías antiguas y las nuevas, todas
y cada una de ellas podría ilustrarse por medio del proceso histórico a través del que se
ha desarrollado la ciencia. Si lo fueran el desarrollo científico sería genuinamente
acumulativo. Los nuevos tipos de fenómenos mostrarían sólo el orden en un aspecto de
la naturaleza en donde no se hubiera observado antes. En la evolución de la ciencia, los
conocimientos nuevos reemplazarían a la ignorancia, en lugar de reemplazar a otros
conocimientos de tipo distinto o incompatible. Mucha gente ha creído que eso es lo que
ha sucedido y muchos suponen que la acumulación es el ideal que mostraría el
desarrollo histórico si no hubiera sido distorsionado por la idiosincrasia humana. Sin
embargo a pesar de la enorme plausibilidad de esta imagen ideal, hay cada vez más
razones para preguntarse si es posible que sea una imagen de la ciencia. Después del
período anterior al paradigma, la asimilación de todas las nuevas teorías y de casi todos
los tipos nuevos de fenómenos ha exigido, la destrucción de un paradigma anterior y un
conflicto consiguiente entre escuelas competitivas de pensamiento científico. La
adquisición acumulativa de novedades no previstas resulta una excepción casi
inexistente a la regla del desarrollo científico.

La investigación normal que es acumulativa, debe su éxito a la habilidad de los


científicos para seleccionar regularmente problemas e instrumentales vecinas a las ya
existentes. El hombre que se esfuerza en resolver un problema definido por los
conocimientos y las técnicas existentes, no se limita a mirar en torno suyo. Sabe qué es
lo que desea lograr y diseña sus instrumentos y dirige sus pensamientos en
consecuencia. La novedad inesperada, el nuevo descubrimiento, pueden surgir sólo en la
medida en que sus anticipaciones sobre la naturaleza y sus instrumentos resulten
erróneos. La importancia del descubrimiento resultante será proporcional a la amplitud
y a la tenacidad de la anomalía que lo provocó. Es evidente que debe haber un
conflicto entre el paradigma que descubre una anomalía y el que más tarde hace que
la anomalía resulte normal dentro de nuevas reglas. En principio hay tres tipos de
fenómenos sobre los que pueden desarrollarse una nueva teoría. Primero comprende los
fenómenos que ya han sido bien explicados por los paradigmas existentes y que
raramente proporcionan un motivo o un punto de partida para la construcción de una
nueva teoría. Segundo comprende aquellos cuya naturaleza es indicada por paradigmas
existentes pero cuyos detalles solo pueden comprenderse a través de una articulación
ulterior de la teoría. Tercero comprende las anomalías reconocidas cuyo rasgo
característico es su negativa tenaz de ser asimiladas en los paradigmas existentes: solo
este tipo produce nuevas teorías.

Los paradigmas proporcionan a todos los fenómenos, excepto las anomalías. Pero si se
adelantan nuevas teorías para resolver anomalías en la relación entre una teoría existente
y la naturaleza, la nueva teoría que tenga éxito deberá permitir ciertas predicciones que
sean diferentes de las derivadas de su predecesora. Esta diferencia podría no presentarse
si las dos teorías fueran lógicamente compatibles. En el proceso de su asimilación, la
segunda deberá desplazar a la primera. Sólo después de ser parte de la ciencia durante
cierto tiempo, podía llegar o parecer una teoría de un tipo lógicamente más elevado, que
no estuviera en conflicto con sus predecesoras. Es difícil ver cómo pueden surgir nuevas
teorías sin esos cambios destructores en las creencias sobre la naturaleza. Las
diferencias entre paradigmas sucesivos son necesarias e irreconciliables: ¿Cuáles son
esas diferencias? Los paradigmas sucesivos nos indican diferentes cosas sobre la

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población del universo y sobre el comportamiento de esa población. Pero los
paradigmas se diferencian en algo más que la sustancia, ya que están dirigidos no
sólo hacia la naturaleza, sino también hacia la ciencia que los produjo. Son la fuente
de los métodos, problemas y normas de resolución aceptados por cualquier comunidad
científica madura en cualquier momento dado. Como resultado de ello, la recepción de
un nuevo paradigma frecuentemente hace necesaria una redefinición de la ciencia
correspondiente. Algunos problemas antiguos pueden relegarse a otras ciencias o ser
declarados absolutamente ‘no científicos’. Otros que anteriormente eran triviales o no
existían siquiera, pueden convertirse, con un nuevo paradigma en los arquetipos mismos
de la realización científica de importancia. La tradición científica es incompatible con la
que existía con anterioridad. Los cambios en las normas que rigen los problemas,
conceptos y explicaciones admisibles pueden transformar una ciencia. Algunos
historiadores argumentan que la historia de la ciencia registra un aumento continuo de la
madurez y el refinamiento de la concepción del hombre sobre la naturaleza de la
ciencia. El papel del paradigma es el de un vehículo para la teoría científica, en este
papel, su función es la de decir a los científicos qué entidades contiene y no contiene la
naturaleza y cómo se comportan esas entidades. Y puesto que la naturaleza es
demasiado compleja y variada como para poder estudiarla al azar, el mapa que ofrece la
información es tan esencial como la observación y la experimentación para el desarrollo
continuo de la ciencia. Los paradigmas resultan esenciales para las actividades de
investigación. Al aprender un paradigma, el científico adquiere al mismo tiempo teoría,
método y normas, por consiguiente cuando cambian los paradigmas, hay normalmente
transformaciones importantes de los criterios que determinan la legitimidad tanto de los
problemas como de las soluciones propuestas. Puesto que ningún paradigma resuelve
todos los problemas que define y puesto que no hay dos paradigmas que dejen sin
resolver los mismos problemas, los debates paradigmáticos involucran siempre la
pregunta: ¿Qué problema es más significativo resolver? La cuestión de la competencia
de normas, la cuestión de valores, pero es el recurso a criterios externos lo que de
manera más obvia hace revolucionarios los debates paradigmáticos.

Las revoluciones como cambio del concepto de mundo. ‘La Estructura de las
Revoluciones Científicas’ Kuhn.

Los cambios de paradigma hacen que los científicos vean el mundo de investigación de
manera diferente, después de una revolución los científicos responden a un mundo
diferente. En tiempos de revolución, cuando la tradición científica normal cambia, la
percepción que el científico tiene de su medio ambiente debe ser reeducada, debe
aprender a ver una forma nueva. Después de que lo haga, el mundo de sus
investigaciones parecerá incomparable con el que habitaba antes. Todo su campo visual
se transforma, lo que ve un hombre depende tanto de lo que mira como de lo que su
experiencia visual y conceptual previa lo ha preparado a ver. El científico que acepta un
nuevo paradigma es como el hombre que lleva lentes inversores, frente a la misma
constelación de objetos que antes, y sabiendo que se encuentra ante ellos, los encuentra,
totalmente transformados en muchos de sus detalles. La interpretación de datos, solo
puede articular un paradigma, no corregirlo. Los paradigmas no pueden ser
corregidos por la ciencia normal. En cambio, la ciencia normal conduce sólo al
reconocimiento de anomalías y a crisis. Y éstas se terminan mediante un suceso
relativamente repentino y no estructurado, como el cambio de forma. Entonces los
científicos hablan con frecuencia de las ‘vendas que se les caen de los ojos’ o de la
‘iluminación repentina’, que inunda un enigma previamente oscuro, permitiendo que sus

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componentes se vean de una manera nueva que permite por primera vez su resolución.
En ocasiones, la iluminación pertinente se presenta durante el sueño. El sentido del
término interpretación se ajusta a esos chispazos de la intuición por medio de los que
nace un nuevo paradigma.

Las operaciones y mediciones que realiza un científico en el laboratorio no son ‘lo dado’
por la experiencia, sino más bien ‘lo reunido con dificultad’. No son lo que ve el
científico, al menos no antes de que su investigación se encuentre muy avanzada y su
atención enfocada. Es difícil hacer que la naturaleza se ajuste a un paradigma, de ahí
que los enigmas de la ciencia normales sean tan difíciles, y he aquí la razón por la cual
las mediciones tomadas sin un paradigma conducen tan raramente a alguna conclusión
definida.

El progreso científico a través de las revoluciones: la fuente de la ciencia. ‘La Estructura


de las Revoluciones Científicas’ Kuhn.

¿Por qué es el progreso una condición reservada casi exclusivamente a las actividades
que llamamos ciencia? El término ciencia está reservado a campos que progresan de
manera evidente. ¿Hay mucho que pueda depender de una definición de ciencia?
¿Puede una definición indicarle a un hombre si es o no un científico? ¿Por qué un
campo no progresa de la misma manera que otro? ¿Qué cambios de técnicas, de
métodos o de ideologías lo harían capaz de progresar en esa forma? Tenemos tendencia
a ver como ciencia a cualquier campo en donde el progreso sea notable.

¿Progresa un campo debido a que es una ciencia, o es una ciencia debido a que
progresa?

Normalmente los miembros de una comunidad científica madura trabajan a partir de un


paradigma simple, o de un conjunto de paradigmas relacionados, cuando comunidades
científicas diferentes investigan los mismos problemas, en esos casos los grupos
comparten paradigmas. Desde el punto de vista de cualquier comunidad sea o no
científicos, el resultado del trabajo creador exitoso es el progreso. Por ejemplo, el
hombre que pretende que la Filosofía no ha progresado, subraya el hecho de que haya
todavía aristotélicos no que el aristotelismo no haya progresado. Durante los períodos
revolucionarios cuando se encuentren en juego una vez más los principios
fundamentales de un campo, se expresarán repetidamente dudas sobre la posibilidad de
un progreso continuo. Solo durante los períodos de ciencia normal el progreso parece
ser evidente y estar asegurado. Sin embargo, en esos períodos, la comunidad científica
no puede ver los frutos de su trabajo en ninguna otra forma. La aceptación de un
paradigma común ha liberado a la comunidad científica de la necesidad de reexaminar
constantemente sus primeros principios, los miembros de esa comunidad pueden
concentrarse en los fenómenos más sutiles. En su estado normal, una comunidad es un
instrumento inmensamente eficiente para resolver los problemas o los enigmas que
define su paradigma. El resultado de la resolución de esos problemas debe ser
inevitablemente el progreso.

¿Porqué es el progreso un acompañante universal de las revoluciones científicas? Las


revoluciones concluyen con una victoria total de uno de los dos campos rivales. El
resultado minino es el progreso. En las revoluciones científicas hay tanto pérdidas
como ganancias y los científicos tienen una tendencia a no ver las primeras. Las

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soluciones deberán ser aceptadas por muchos como soluciones. Los miembros de un
grupo, como individuos y en virtud de su preparación y la experiencia que comparten,
deberán ser considerados como los únicos poseedores de las reglas del juego o de
alguna base equivalente para emitir juicios inequívocos. El poner en duda esa base sería
tanto como admitir la existencia de normas para la investigación científica,
incompatibles. Esta admisión inevitablemente plantearía la pregunta de si la verdad en
las ciencias puede ser una. ¿Es preciso que exista esa meta? ¿No podemos explicar
tanto la existencia de la ciencia como su éxito en términos de evolución a partir del
estado de conocimientos de una comunidad en un momento dado? Ayuda realmente el
imaginar que existe alguna explicación plena, objetiva y verdadera de la naturaleza y
que la medida apropiada de la investigación científica es la elongación con que nos
acerca cada vez más a esa meta final?

Si aprendemos a sustituir: la evolución hacia lo que deseamos conocer por la


evolución a partir de lo que conocemos, muchos problemas difíciles desaparecerán en
el proceso. ¿Qué pueden significar ‘evolución’, ‘desarrollo’ y ‘progreso’ a falta de una
meta específica? El proceso descrito como la resolución de las revoluciones dentro de la
comunidad científica, la selección del mejor camino para la práctica de la ciencia futura.
El resultado neto de una secuencia de tales selecciones revolucionarias, separado por
períodos de investigación normal, es el conjunto de documentos, maravillosamente
adaptado que denominamos conocimiento científico moderno. Las etapas sucesivas en
ese proceso de desarrollo se caracterizan por un aumento en la articulación y la
especialización. Y todo el proceso puede tener lugar sin el beneficio de una meta
establecida, de una verdad científica fija y permanente de la que cada etapa del
desarrollo de los conocimientos fuera un mejor ejemplo. No solo la comunidad
científica debe ser especial, el mundo del que esa comunidad forma parte debe también
poseer características muy especiales. El problema ¿cómo debe ser el mundo para que el
hombre pueda conocerlo?, es tan viejo como la ciencia mima y continúa sin respuesta.

Un paradigma, un marco y una comparación. ‘La Investigación Científica’ Mario


Bunge.

A diferencia de los problemas no científicos, los problemas científicos son miembros de


sistemas problemáticos, o sea constituyen conjunto de problemas lógicamente
interrelacionados. Un sistema problemático es un conjunto parcialmente ordenado de
problemas, esto es, una secuencia ramificada de problemas dispuestos en orden de
prioridad lógica. El descubrimiento y modificación de esa ordenación parcial de los
problemas es una parte de la estrategia de la investigación, hay que esbozarla
esquemáticamente, para que la investigación no sea casual, lo que la haría estéril. Los
problemas con rutinas son los que pueden tratarse con estrategias ya fijadas, porque no
se presentan grandes novedades en el curso de su investigación. Los problemas de
investigación exigen estrategias varias: la ordenación de los problemas puede tener que
alterarse en el curso de la investigación más de una vez a medida que los resultados
arrojan nueva luz sobre los problemas iniciales y a medida que se presentan nuevos
problemas que no habían sido previstos cuando se planeó la estrategia inicial. La
necesidad de cambiar de plan corrobora, en vez de refutar, la tesis de que la
investigación científica es investigación planeada: no podría ser de otro modo, puesto
que la investigación consiste en manejar conjuntos ordenados de problemas. La libertad
de la investigación científica no consiste en una ausencia de orientación o programa,
sino en la libertad de elegir sistemas problemáticos, planteamientos, métodos y

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soluciones sin más objetivo que la consecución de la verdad. La investigación no es
libre cuando carece de plan, sino cuando son los mismos investigadores los que
programan su trabajo y cambian el programa en respuesta a necesidades internas.

El paradigma de la estrategia de la investigación es una secuencia de tres pasos


principales: descripción, análisis e interpretación. El éxito de la tarea descriptiva
dependerá de la habilidad analítica del investigador así como de su acervo de
conocimientos. El análisis es conceptual y metodológico. El último consiste en formular
una hipótesis, leyes y establecer relaciones. Habrá que someter la teoría a contrastación.
El paradigma ilustra las tesis siguientes:

*los problemas científicos se presentan en grupos o sistemas.

*esos sistemas tienen que analizarse hasta llegar a problemas-unidad.

*esos problemas-unidad tienen que ordenarse.

*esa ordenación, es la estrategia de la resolución de problemas, tiene que establecerse


de acuerdo con la naturaleza de los problemas mismos y no en respuestas a presiones
extra-científicas.

*toda estrategia de investigación tiene que evitar su restricción a la mera recogida de


datos y tiene que ocuparse también de problemas conceptuales y metodológicos.

El tratamiento de un problema no empieza con el efectivo trabajo de resolución ni


termina cuando se ha hallado una solución. Pueden distinguirse cinco estadios
principales: formulación, exploración preliminar, descripción, interpretación y control
de la solución. En la ciencia factual nunca es definitiva la constrastación de los
supuestos componentes y de la solución final: siempre es posible que aparezca
evidencia falsadota o argumentaciones desfavorables: la resolución de problemas
científicos no tiene fin. La finalidad primaria de la investigación es el incremento del
conocimiento, los problemas científicos son obstáculos naturales. No se conocen recetas
infalibles para preparar soluciones correctas a problemas de investigación: la resolución
es una actividad regida por reglas. Los problemas científicos pueden ser olvidados,
eliminados, aclarados, resueltos, objeto de una demostración de irresolubilidad o
abandonados para las futuras generaciones, en ningún caso se declara que un problema
científico sea un misterio situado más allá de la razón humana.

3. CONCEPCIÓN DE VERDAD Y REALIDAD

Qué es la verdad? ‘Entre la tecnociencia y el deseo’ Esther Díaz.

¿Se puede hablar de mentira si se niega la verdad? ¿Cuándo se anuncia algo falso
diciendo que es verdad, se miente?
Nietzsche, refiriéndose al hipotético momento en el que los hombres habrían
inventado el conocimiento, dice que ése fue el momento más mentiroso de la
historia. El filósofo está cuestionando el concepto de ‘verdad’. Si para Nietzsche el
conocimiento es un invento mentiroso, ¿él acepta o no que existen verdades?
Se considera que la verdad es una relación entre las palabras y las cosas. Si entre
una proposición y el estado de cosas a las que refiere hay correspondencia, se

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afirma que hay verdad. La noción de verdad como correspondencia vale tanto para
el conocimiento cotidiano como para el científico. Pero puede objetarse ¿qué
entendemos por correspondencia?, ¿realmente las emisiones verbales o escritas
conciernen a los entes?, ¿de qué orden son las palabras que pueden llegar a coincidir
con lo real?, ¿pueden coincidir?
En la Grecia arcaica imperaba el sentido de aletheia, palabra que designa una
especie de cascada de velos deslizándose o esfumándose para que las cosas se
manifiesten, se hagan patentes, se revelen. Aproximadamente cinco siglos antes de
Cristo, cuando los griegos hicieron su pasaje del mito al logo, conservaron la palabra
aletheia pero su sentido fue variando y acercándose a lo que actualmente se entiende
por verdad. Lo interesante del concepto original de aletheia es que al indicar
‘revelación’, su contrario no es ‘falso’ sino ‘oculto’. Actualmente la noción de
aletheia es rescatada por la hermenéutica. Cicerón fue el primero en traducir al latín
conceptos filosóficos griegos, y al no encontrar en su propia lengua un equivalente
exacto de aletheia, acudió a veritas, la palabra latina de la que deriva nuestra actual
‘verdad’. Para los romanos revestía el mismo significado de correspondencia que
entre nosotros, pero si bien en la modernidad científica este sentido se ha
reafirmado, no siempre ni en todas partes la verdad es entendida como
coincidencia entre las palabras y las cosas.
Ahora bien: ¿de donde surge la evidencia de que existe correspondencia entre las
palabras y las cosas?, ¿no hay acaso una cantidad de supuestos cuando aseguramos
que expresiones como ‘hoja de papel’ o ‘palabras impresas’ corresponden realmente
a determinados estímulos, captados con nuestros sentidos y traducidos a palabras?
La verdad es un invento muy conveniente para poder vivir en sociedad . Fija
procedimientos para la socialización, es eficaz para la interacción, es manejada y
supervisada por los diversos aparatos de poder que conforman la sociedad. El
escrito de Nietzsche (1987) aquí analizado, se acusa al nacimiento del conocimiento
de ‘momento mentiroso’. Cuando el filósofo lo enuncia, parece hacerlo según la
concepción vigente de ‘verdad’, ya que dice ‘mentira’ para referirse a algo que no
acuerda con lo que ocurre, es decir, algo falso. Por consiguiente, estaría utilizando
para criticar los mismos medios que critica. Es un procedimiento legítimo. De
manera similar, se puede ‘criticar’ un idioma hablando ese mismo idioma. Se puede
decir, pongamos por caso, que el sistema de conjugación verbal español es
demasiado complejo y ello lo torna dificultoso y nada impide decirlo en español.
Los primeros sujetos que instituyeron el conocimiento lo hicieron bajo la consigna
de que se rigiera por la verdad y establecieron que ésta es una relación de
correspondencia entre las palabras y las cosas, Sin embargo, según Nietzsche, no se
dice la verdad cuando se afirma que las palabras se corresponden con las cosas, pues
unas y otras pertenecen a distintos registros. A las cosas las captamos mediante
estímulos nerviosos. Por el contrario, las palabras son convenciones sociales para
nombrar al mundo y para comunicarnos. Las cosas son entidades, las palabras son
símbolos, pero la realidad entraña multiplicidades más complejas que una relación
unívoca entre entidades y símbolos. Los términos que establecemos para denominar
lo que nos produce estímulos no se corresponden per se con ellos. La denominación
‘amapola’ que utilizamos para designar una flor determinada ¿tiene algo sustancial
que la relaciona con esa flor? El solo hecho de que un término se utilice para otras
designaciones, por ejemplo, el nombre propio Amapola, o de que se utilicen
diferentes palabras para denotar un mismo ente, da cuenta de la arbitrariedad de los
nombres. Simplemente se han logrado acuerdos para nombrar las cosas que

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percibimos o imaginamos. Luego, obviando que fue un acuerdo, se pretende que
realmente acuerden. El convenio lingüístico no se consigue por consenso
igualitario o por ‘amor a la verdad por la verdad misma’. Se instaura desde
dispositivos de poder.
Pensemos en el significado de la palabra ‘noble’ ubicándonos en la época en la que
se estableció el término, Además de aludir a alguien de ‘sangre azul’, significa
generoso, leal , magnánimo. Lo contrario de noble es ‘plebeyo’ que designa
descastado, miserable, mal nacido, mezquino. La palabra noble otorga poder
simbólico, por el contrario plebeyo relega a una situación humillante. No es
necesario recordar que los nobles, detentando el poder, establecieron que ellos eran
magníficos mientras sus sometidos resultaban despreciables. Una rotunda
reafirmación lingüística, es decir simbólica de dominio real y concreto. Resulta
obvio que nos comunicamos simbólicamente y que necesitamos acuerdos al
respecto. Lo discutible es el encierro del sentido en formas proposicionales (la
verdad como proposición) y el ocultamiento del poder que generan esas formas.

El sentido múltiple de la verdad.

Ese discurso que construimos a partir del estado de las cosas, pero que no
encuentran manera de corresponderse con ellas de modo ecuánime. De cada relato
fluye un sentido diferente: se alternan diversas perspectivas. La ilusión de verdad
absoluta se pulveriza.

La noción de verdad que alumbró la mente de Kart Jaspers no puede determinarse con
facilidad debido a la amplitud que abarca y al ambiguo contenido que la sustenta. Sin
embargo, existen algunas notas características que permiten aclarar el camino por el
que, como a Jaspers le gustaba decir, "el ser-verdadero" ha de ser indagado. En primer
lugar podría hablarse de un cierto desengaño con respecto a la versión de verdad
asumida por parte de las ciencias naturales. Certeza, evidencia y exactitud son los
ideales de la verdad objetiva perseguida por toda investigación científica, que no
obstante no es capaz, desde sus propios parámetros, de abundar en aquello que permite
llamar a la verdad con dichos nombres; es decir, en el marco de la ciencia no hay sitio
para hallar las condiciones de posibilidad de su propio estatuto epistemológico. Pues
únicamente la filosofía está en condiciones de moverse en las aguas de una disciplina
metacientífica, por no ser ninguna forma determinada de disciplina. Y es que la
filosofía, según Jaspers, no es más que el esclarecimiento de la existencia, del modo de
ser de los hombres en el tiempo. La verdad habrá de ser como el existir mismo, en el
tiempo y, so pena de no poder dar cuenta de su propia posición, jamás podrá
encontrarse encerrada en los límites de una teoría científica respondiendo a un interés
determinado, el del científico. Lo que a Jaspers le preocupa no es alcanzar una
definición de la verdad satisfactoria, sino desdecir todas las pretensiones de atrapar lo
verdadero en el estrecho campo de las definiciones. Por eso la verdad es más una idea
que un concepto, un ideal orientativo al que tendemos y que la filosofía busca sin
descanso. Para Jaspers este acontecimiento reviste toda teoría del conocimiento y toda
forma de antropología filosófica de un denominador clave: el fracaso. Una verdad
poseída no sería para el filósofo un tesoro, sino una doctrina, que rebasaría la
temporalidad. Y, la verdad, no puede adoptar más que una forma histórica. El
conocimiento que pretendemos eterno, uno, imperecedero, no se manifiesta sino en

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formas temporales y por tanto cambiantes, relativas. El brillo de la verdad del que se
hace eco el filósofo, en primer lugar, es su indefinición.

"El hombre sólo llega a su propio ser por conducto del 'otro', jamás por el solo saber.
Llegamos a ser nosotros mismos sólo en la medida en que 'el otro' llega a ser él mismo,
a ser libres sólo en la medida en que 'el otro' llega a serlo. De ahí que desde mis años
de colegial la cuestión de la intercomunicación humana fuera para mí el problema
central, por lo pronto práctico, luego filosófico, de nuestra vida. Todos los
pensamientos podían, en definitiva, juzgarse según el supremo criterio de si promovían
o trababan la intercomunicación humana y la verdad misma podía ser apreciada en
función de lo que unía a los hombres y del grado en que ella posibilitaba
auténticamente esta unión".

A los ojos de Jaspers la verdad y la comunicación son términos convertibles entre sí; no
hay verdadera comunicación donde no se da verdad, ni existe ésta si no es en
comunicación. En efecto, la falsedad es condición para la verdad tan sólo como
excepción. Lo falso es la negación de lo verdadero si lo que habitualmente se comunica
responde a la verdad; es impensable una comunicación en la que los contenidos sean
falsos. Y por otra parte la verdad no puede aparecerse en la privacidad del solitario, del
que a solas con su pensamiento construye la verdad. De entrada, no cabe para un
pensamiento incomunicable un concepto reconocible de "verdad"; la comunicación es
un requisito irrenunciable para todo conocimiento. Lo que incansablemente busca la
filosofía de Jaspers es la unidad de razón y existencia. La verdad racionalmente
obtenida debe regirse por los criterios de la existencia misma, de aquello que somos
como libertad, abiertos a la posibilidad de lo que llegaremos a ser. El filosofar mismo
que una y otra vez revisa la verdad obtenida. La razón a la que se refiere Jaspers es una
razón crítica que rastrea la verdad consciente de que ésta es falible, histórica y
comunicativa.

¿Cuáles son los límites en que el entendimiento está condenado a fracasar? Lo


irracional, lo que no se sujeta a la generalidad y la universalidad, aquello concreto que
nunca es posible atrapar en conceptos. La razón es aquel órgano que envuelve toda
forma de pensamiento, por lo cual, supera todo conocimiento particular elevándolo a la
unidad, integrándolo en un sentido superior y no disgregado. La unidad, como la
verdad, es un ideal inalcanzable pero como tal, lo más deseable para la filosofía. Como
puede observarse, unificar supone constantemente una labor de comunicación. La razón
en la que Jaspers piensa no puede ser crítica sin ser comunicativa; de otro modo la
propia idea de verdad se desvanecería.

El sentido múltiple de la verdad viene definido por las diversas formas del despliegue
del ser (lo Abarcador). Todas ellas se sostienen, no obstante, sobre la base de un mismo
concepto que, sin ser unívoco, es comunicable. Por eso puede hablarse de verdad y
entender y a la vez ésta de forma diversa, pues como se ha señalado "cada manera de la
única verdad como absoluta no puede ser sino histórica, de hecho, en el mundo".

Desconstrucción de la verdad. ‘Entre la Tecnociencia y el deseo’ Esther Díaz.


La verdad exige ser atrapada en una proposición. Ser expresada en palabras. Y ¿qué
es una palabra? Es, responde Nietzsche, la ‘copia sonora de una excitación nerviosa.
Un simulacro. Nuestras subjetividades sienten algo y nosotros le atribuimos una
palabra, pero esa atribución no nos habilita a afirmar la existencia de ninguna

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‘esencia’ compartida entre lo que nos afecta y los nombres que le asignamos. Si el
lenguaje designara realmente a las cosas, habría un lenguaje único, no habría
idiomas. Cuando se crean las palabras, se instauran relaciones entre los estados de
cosas y los hablantes. Se generan metáforas, a partir de un ejemplo cualquiera: un
gato que roza mi piel mientras escribo y esquematizando el desarrollo nietzscheano,
hago una breve desconstrucción de la verdad.
*Primera metáfora: transformar una excitación nerviosa en imagen (representación
mental de algo que, siendo exterior a mí, me afectó, en este caso, el pelaje de un
gato rozando mi piel).
*Segunda metáfora: transformar esa imagen en un sonido (enuncio ‘el gato rozó mi
pierna’)
*Tercera metáfora: transformar el sonido en concepto, que surge de afirmar como
igual no igual (a este gato individual le hago compartir filiación conceptual con
todos los seres a los que llamamos gato).
*Cuarta metáfora: individualizar el concepto (a este gato determinado, que es algo
singular, le atribuyo el mismo nombre que al concepto universal gato).
*Quinta metáfora: otorgar rango científico a ciertas proposiciones consumando el
asesinato de la intuición (la ciencia define la enunciación del estímulo y le otorga
validez cognoscitiva).
Después de todas estas metáforas: ¿dónde quedó la excitación nerviosa? Se ha
pulverizado deviniendo imagen, palabra, concepto universal, concepto individual y
eventualmente proposición científica. El humano se diferencia de otros seres vivos
porque puede convertir una imagen en concepto, construye metáforas: La verdad,
para Nietzsche, es un ejército de metáforas. No nos damos cuenta de que el
conocimiento es un conjunto de metáforas consensuadas porque la repetición
desgasta el impacto inicial (el de la excitación nerviosa). El signo se fortalece al
debilitarse el impulso vital. Las metáforas se van convirtiendo en moneda con la
efigie borrada, ese es el momento en el que la metáfora deviene conocimiento. Es
extraño el sentido moral que acompaña al conocimiento, y por lo tanto a la verdad
que es su atributo. Porque la verdad, lejos de bifurcarse en conocimiento y moral,
conforma una argamasa indescifrable entre ellos. Hasta la ciencia, que se pretende
exenta de responsabilidad ética, predica la obligación de veracidad, imponiéndola
como norma axiológica.
La verdad es útil. Estar socializado es adherir al sistema de verdades vigentes,
nuestra capacidad de volatilizar las imágenes intuitivas las convierte en conceptos.
Con ellos se construye un orden piramidal en el que se distribuyen garantías, leyes y
privilegios. En un nivel más alto de abstracción se habla de la regularidad de la
verdad, del imperativo que nos incita a decirla, de la firmeza que demuestra respecto
de la mentira y de su carácter universal. Esta es otra manera de expresar la quinta
metáfora, la metáfora convertida en conocimiento científico. El conocimiento, dice
Nietzsche, es un columbario romano. Columba en latín significa ‘paloma’.
Columbario es el lugar construido para que habiten estas aves. Los romanos
cremaban a sus muertos y guardaban sus cenizas en pequeños nichos arqueados, que
horadaban en los muros de un edificio de forma cilíndrica. Los cementerios romanos
se llamaban columbarios por su semejanza con los palomares, esto explica la
afirmación de que el conocimiento es un columbario romano. Aloja los restos de la
intuición, pensemos en los movimientos, las fuerzas, las acciones, el vigor que

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despliega un ser vivo. Imaginemos que cuando muere, lo creman ¿qué tiene que ver
el magro cúmulo de cenizas en el que se convierte con el bullicio de su perdida
vida? ¿Qué queda de la sensación de contemplar animales salvajes, moviéndose en
su ambiente, cuando se los describe científicamente en la asepsia de un laboratorio o
en la impersonalidad de un aula? Y si los enunciados que se emiten sobre esos seres
vivos son traducidos a lenguajes formales ¿su estricta frialdad existencia y su
vaciamiento de contenido empírico no son similares a la estructura del cementerio,
donde sólo hay pálidos restos de lo vital?
“Gris es toda teoría, verde el áureo árbol de la vida” Palabras de Goethe sobre la
distancia que media entre la luminosidad de lo viviente y la penumbra de su
reconstrucción mental.
“Cuando la filosofía pinta con sus tonos grises una figura de la vida, ésta ya ha
envejecido, y con sus grises no la puede rejuvenecer” Hegel.

Verdad y acción. ‘La Investigación Científica’ Mario Bunge.


Un acto puede considerarse racional si es máximamente adecuado a un objetivo
previamente puesto y el objetivo y los medios para conseguirlo se han escogido o
realizado mediante el uso consciente del mejor conocimiento relevante disponible.
Esto presupone que ningún acto racional es en sí mismo un objetivo, sino que es
siempre instrumental. El conocimiento subyacente a la acción racional puede
encontrarse en cualquier tramo del amplio espectro encerrado por los límites del
conocimiento común y el conocimiento científico, pero en cualquier caso tiene que
ser conocimiento propiamente dicho, no hábito ni superstición. Nos interesa aquí
una clase especial de acción racional: la guiada por la teoría científica o tecnológica.
Los actos de esta clase pueden considerarse máximamente racionales, porque se
basan en hipótesis fundamentadas o contrastadas y en datos precisos, no en el mero
conocimiento práctico o en la tradición acrítica. Tal fundamentación no garantiza
que la acción tendrá un éxito completo pero suministra los medios para el
perfeccionamiento gradual del acto. Es el único medio conocido para acercarse a los
objetivos dados y mejorarlos incluso, igual que los medios para alcanzarlos. Una
teoría puede tener relevancia para la acción ya porque suministre conocimiento
sobre los objetos de la acción, máquinas, por ejemplo, ya porque se refiera a la
acción misma, a las decisiones que preceden y guían la manufactura o el uso de
máquinas. Una teoría del vuelo es del primer tipo, mientras que una teoría de las
decisiones óptimas sobre la distribución del tránsito aéreo por una región es de la
última clase. Las dos son teorías tecnológicas, pero mientras que las de la primera
clase son sustantivas, las de la segunda son operativas en cierto sentido. Las teorías
tecnológicas sustantivas son esencialmente aplicaciones de teorías científicas a
situaciones aproximadamente reales; así una teoría del vuelo es esencialmente una
aplicación de la dinámica de los fluidos. Las teorías tecnológicas operativas se
refieren desde el primer momento a las operaciones de complejos hombre-máquina
en situaciones aproximadamente reales, así una teoría de la gestión de líneas aéreas
no estudia los aviones, sino ciertas operaciones del personal. Las teorías
tecnológicas sustantivas tienen siempre inmediatamente a sus espaldas teorías
científicas, mientras que las teorías operativas nacen en la investigación aplicada y
pueden tener poco o nada que ver con teorías sustantivas. Por estas razones
matemáticos y lógicos con escaso conocimiento previo de teorías científicas del
mismo campo pueden dar importantes contribuciones a dichas teorías operativas.

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Ej: la teoría relativista de la gravitación puede aplicarse al trazado de generadores de
campos antigravitatorios (campos que contrarrestan el campo gravitatorio terrestre),
y esos campos pueden utilizarse a su vez para facilitar el lanzamiento de naves
espaciales. Pero como es natural, la teoría de la relatividad no se refiere
particularmente ni a los generadores de campos ni a la astronáutica: se limita a
suministrarse parte del conocimiento relevante para planear y manufacturar
generadores antigravitatorios. El psicólogo industrial puede utilizar la psicología en
interés de la producción; pero la psicología no se ocupa directamente de la
producción: estos son ejemplos son de aplicación de teorías científicas a problemas
que surgen en la acción.
Por otro lado, las teorías del valor, de la decisión, la teoría de los juegos y la
investigación operacional tratan directamente la estimación, la elaboración de
decisiones, la planificación y la acción; pueden incluso aplicarse a la investigación
científica considerada como una clase de acción, con la esperanza de optimizar el
producto. En el dominio de la acción, las teorías profundas o complicadas son
ineficaces porque requieren demasiado trabajo para conseguir resultados que igual
pueden obtenerse con medios más pobres, esto es, con las teorías menos verdaderas,
pero más simples. La verdad profunda y precisa, que es un desideratum de la
investigación científica pura, no es económica. Lo que se supone que el científico
aplicado maneja son teorías de gran eficiencia, o sea, con una razón input/output
elevada: se trata de teorías que dan mucho con poco. En realidad una teoría puede
tener éxito y ser falsa, y a la inversa, puede ser un fracaso práctico y ser
aproximadamente verdadera. La identificación del conocimiento con la práctica no
se debe sólo a un fallo en el análisis de ambos, sino también al legítimo deseo de
evitar los dos extremos constituidos por la teoría especulativa y la acción ciega. Pero
la contrastabilidad de las teorías y la posibilidad de mejorar la racionalidad de la
acción no se defienden del mejor modo ignorando las diferencias entre el teorizar y
el hacer, o afirmando que la acción es la constrastación de la teoría, porque esa tesis
son falsas, y ningún programa defendible puede basarse en la falsedad. La
interacción entre la teoría y la práctica y la integración de las artes y oficios con la
tecnología y la ciencia no se consiguen proclamando simplemente su unidad, sino
multiplicando sus contactos e impulsando el proceso por el cual los oficios reciben
una base tecnológica, la tecnología se convierte totalmente en ciencia aplicada. Esto
supone la conversión de las recetas prácticas peculiares a los oficios en reglas
fundadas, esto es, en reglas basadas en leyes.

Qué es lo real?
Realidad independiente, alias ‘lo real’. Esa ‘alguna cosa’ que habla el realismo
abierto, la denominaremos ‘lo real’ o ‘la realidad independiente’. Entendiendo que
son términos de designación y no implican atribución de ningún carácter particular.
A fin de evitar ambigüedades provenientes de otras acepciones de la palabra real
(esta en particular se encuentra en Kant y el neo-kantismo) pondremos entre
comillas cuando se tome en el sentido aquí precisado.
El adjetivo ‘real’ tiene dos sentidos correspondientes a dos conceptos de realidad
independiente y de realidad empírica. Pero como el pensamiento corriente identifica
implícitamente esos dos conceptos, el lenguaje ordinario cuando emplea el
calificativo de real, no hace la distinción. Deja entender como real todo objeto sobre
el cual podemos actuar, y erige instintivamente esta cualidad en datos intrínsecos

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plenamente independiente de nosotros. Como se encuentra, en los análisis relativos a
los fundamentos conceptuales de la mecánica cuántica, esta confusión tiende a
cimentar errores.

El poder de lo real.

En palabras de Xavier Zubiri (1898-1983), filósofo español: El hombre se apoya


esencialmente en la realidad para ser lo que él es. La realidad como apoyo para ser
persona es fundamento. Primero: fundamento es la realidad como lo último en las
acciones humanas, la suprema y definitiva instancia a la que el hombre puede recurrir.
Es la ultimidad de lo real. Segundo: fundamento es la realidad en cuanto raíz de todas
las posibilidades humanas. Teniendo el hombre que optar por alguna posibilidad para
configurar su propia realidad, haga lo que haga tendrá que echar mano de la realidad
como fuente de posibilidades. Es la posibilitancia (posibilidad) de lo real. Y tercero:
fundamento es la realidad en tanto que se le impone al hombre en cada una de sus
acciones. El hombre tiene que realizarse por una imposición de la realidad. Es la
impelencia de lo real. En suma, el hombre vive en la realidad, desde la realidad tiene
posibilidades y por la realidad lo impele. Fundamentalidad de lo real es la realidad
como última, posibilitante e impelente. Realidad, pues, es lo más ajeno, lo que hace ser
al hombre; pero es también lo más íntimo, porque es la propia realidad del hombre
siendo.

La realidad determina físicamente al hombre como absoluto relativo: la realidad lo


domina. Dominar es ser más, es tener poder. Y, en efecto, la realidad es ‘más’ que una
cosa real, pero es más ‘en’ ella misma. En cada cosa, la realidad domina sobre la
totalidad. La realidad ejerce un poder: el poder de lo real. Pues bien, el poder de lo real
se apodera del hombre, lo domina porque es más que él. La realidad funda
apoderándose. El hombre es persona porque la realidad se apodera de él y lo hace
hacerse a sí mismo. No se trata de que la realidad ayude al hombre a vivir, sino de que
ella le permite ser real. El hombre viene de la realidad: apoderado por ella, está
implantado en ella. Al estar apoderado, el hombre también está suelto de todas las
cosas. El hombre está religado al poder que lo hace ser real. Y ante la religación, no
cabe más que doblegarse y reconocer que hay lo que hace que haya.

La religación tiene tres caracteres: Primero, al hacer religadamente su propia persona, el


hombre hace una experiencia del poder de lo real, una probación física de la realidad
como poder que sigue rutas individuales, sociales e históricas. Segundo, si toda cosa
tiene cierta riqueza de notas, las cuales manifiestan la realidad de la cosa, la religación
manifiesta el poder de lo real, es una ostensión de la realidad como poder. Tercero,
dicha experiencia manifestativa del poder de lo real es enigmática, porque si bien las
cosas exigen al hombre estar en la realidad, ninguna de ellas es la realidad en la que
exigen estar. La realidad es ‘más’. ‘Resumiendo: el hombre está físicamente lanzado a
un enigma que se apodera de él ostensiva y experiencialmente.

Zubiri, afirma: el hombre debe hoy más que nunca atender a ella. La voluntad de verdad
real se plasma en búsqueda. Búsqueda de la manera como las cosas reales se articulan
en la realidad para poder adoptar una forma de realidad. El hombre, empero, quiere con
frecuencia desatender a la realidad, cosa que, por imposible, no es más que un desajuste,
una infracción y una impiedad.

92
1. QUE ES INVESTIGAR

Qué es investigar? ‘El proceso de investigación’. Sabino Carlos.

• es un proceso sistemático, organizado y objetivo, cuyo propósito es responder a una


pregunta o hipótesis y así aumentar el conocimiento y la información sobre algo
desconocido.

• es una actividad sistemática dirigida a obtener, mediante observación, la


experimentación, nuevas informaciones y conocimientos que se necesitan para ampliar
los diversos campos de la ciencia y la tecnología

• es la acción y el efecto de realizar actividades intelectuales y experimentales de modo


sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada
materia y teniendo como fin ampliar el conocimiento científico.

Investigación Científica.

Sabiendo que la investigación es la actividad de búsqueda que se caracteriza por ser


reflexiva, sistemática y metódica y que tiene por finalidad obtener conocimientos y
solucionar problemas científicos, filosóficos y empíricos-técnicos desarrollados
mediante un proceso, entonces podemos decir que la investigación científica es la
búsqueda intencionada de conocimientos o soluciones a problemas de carácter
científico; el método científico indica el camino que se ha de transitar en esa
indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo.

“La investigación científica es una investigación crítica, controlada y empírica de


fenómenos naturales, guiada por la teoría y la hipótesis acerca de las supuestas
relaciones entre dichos fenómenos.” (Kerlinger).

“La investigación puede ser definida como una serie de métodos para resolver
problemas cuyas soluciones necesitan ser obtenidas a través de una serie de operaciones
lógicas, tomando como punto de partida datos objetivos.” (Arias G.).

“La investigación es un procedimiento reflexivo, sistemático controlado y crítico que


tiene por finalidad descubrir o interpretar los hechos, fenómenos, relaciones y leyes de
un determinado ámbito de la realidad, una búsqueda de hechos, un camino para conocer
la realidad, un procedimiento para conocer verdades parciales, - mejor-, para descubrir
no falsedades parciales”. (Ander-Egg, 1929 - ) pedagogo, sociólogo, y epistemólogo
argentino.

“La investigación es un proceso que, mediante la aplicación del método científico,


procura obtener información relevante y fidedigna, para entender, verificar, corregir y
aplicar el conocimiento.” (Tamayo)

Al considerar las definiciones antes citadas, podemos proponer que investigar un


proceso sistemático y honesto, que busca la verdad contenida en un problema (o
situación problemática), debidamente delimitado, el cual amerita ser entendido o

93
corregido a la luz de la correcta interpretación de información relevante, con el fin de
contribuir al progreso y bienestar de la humanidad. En otro orden de ideas, tenemos que
el proceso de investigación científica es aquel que de modo consciente, se desarrolla a
través de las relaciones que se establecen entre el investigador y el objeto de la realidad
objetiva que se investiga, con el propósito de superar la situación presente en el mismo,
dando respuesta de esta forma a las necesidades de la sociedad, para lo cual se tiene en
cuenta la cultura acumulada por la humanidad y los métodos y técnicas propias de la
investigación científica de forma planificada y organizada. La característica del proceso
de investigación se hace a partir de una posición que asume en un plano general la
concepción materialista dialéctica, así como, la concepción de los procesos conscientes.
Posibilitada caracterizar el proceso desde una base gnoseológica en la cual se considera
que:

El proceso de investigación científica es un proceso consciente.


El estudio del proceso de investigación parte del todo y tiene sentido sólo en él.
El análisis de la estructura del proceso se hace sobre la base de sus elementos y
relaciones.
En el proceso, la naturaleza de estas relaciones es de carácter dialéctico-materialista.

El proceso de Investigación científica, como objeto de la Metodología de la


Investigación Científica, está compuesto por un sistema de fases fundamentales, a través
de las cuales pueden precisarse sus características y relaciones. Todo proceso de
investigación científica está orientado a la solución de problemas, y en él se establece
una dinámica que lo caracteriza. Todo problema científico se forma conscientemente;
cuya solución debe ser alcanzada en el curso de la investigación.

La investigación científica es el proceso riguroso y controlado que, siguiendo un


método, proporciona conocimientos científicos, trata de conocer los elementos
determinantes, concluyentes y/o influyentes que intervienen en un fenómeno, problema
o situación; es decir, la investigación científica es el procedimiento que realiza el
hombre para alcanzar la verdad contenida en el objeto. La esencia de la investigación
científica está en el uso del método científico para el conocimiento de la solución de
los problemas a tratar. Es importante, por la tanto, considerar la naturaleza de la
investigación científica, antes de proceder a la selección de los métodos y técnicas
especiales, empleados en cada caso.

La investigación científica significa también una abstracción; por cuanto esta actividad
humana es siempre el proceso que utiliza el hombre para llegar al conocimiento de la
verdad, y cada investigación se desarrolla en forma específica y propia, adaptándose a
los objetos en estudio, a sus características y problemas. En cambio, la Investigación no
Científica viene dada por creencias establecidas, sin constatación de éstas con las
fuentes originales; tal es el caso de la creencias religiosas que se aceptan como verdades
indiscutibles y la opinión de expertos en determinadas áreas del conocimiento a las que
recurrimos, cuando no disponemos de otra forma de obtener una respuesta a cierta
interrogantes.

Esta investigación no científica se puede definir como: Conocimiento basado en la


experiencia, la tradición o el criterio de autoridad, constituido por informaciones
recibidas o trasmitidas sin una crítica expresa de su origen.

94
Es importante señalar, que en la práctica, la investigación científica parte de la
percepción de que el acervo de conocimientos disponibles es insuficiente para explicar
ciertos problemas. Esta actividad no arranca en cero, porque la investigación se ocupa
de problemas que no son posibles formular fuera de algún cuerpo previo de
conocimientos.

Una parte de ese cuerpo de conocimientos previos de donde arranca la investigación, es


investigación no científica y otra es investigación científica. A medida que progresa, la
investigación corrige y hasta rechaza (auto correctivo) porciones del conocimiento en
que se fundamenta tanto el no científico como el científico.

Importancia de la investigación científica.

La importancia de la investigación científica es que nos permite establecer contacto con


la realidad a fin de que la conozcamos mejor. Constituye un estimulo para la actividad
intelectual creadora. Ayuda a desarrollar una curiosidad creciente acerca de la solución
de problemas, además, contribuye al progreso de la lectura crítica. La investigación
científica se desarrolla de acuerdo con los lineamientos generales del proceso de
conocimiento, en ella se asiste al acercamiento del sujeto hacia el objeto por un lado, y a
la verificación de las teorías elaboradas confrontándolas con los datos de la realidad, por
el otro. A pesar que el proceso de conocimiento, en la vida real, es continuo y a veces
desorganizado, existe la posibilidad de distinguir en el mismo algunas grandes fases o
momentos que, muestran las sucesivas acciones que va desarrollando el investigador.

Es un hecho indiscutible, que toda sociedad independientemente del marco cronológico


en que se sitúe, debe poseer una capacidad científica y tecnológica la cual le permita
desarrollarse y evolucionar si no desea perecer ahogada por las demandas de los
elementos que la constituyen, su inadecuada interacción con otros núcleos sociales o la
conjunción de ambos factores. En un mundo cada vez más integrado, es prácticamente
imposible permanecer aislado de las tendencias en ciencia e investigación.

Es necesario para una nación, establecer relaciones de intercambio, debe entenderse por
un flujo en ambas direcciones: dar y recibir. La investigación es fuente de la verdad en
todas las disciplinas del saber. Esto permite la búsqueda de nuevos conocimientos que
nos sirven como base para tomar acciones con base científica. Los países desarrollados
y las instituciones de primer nivel han sincerado la visión de la investigación, la ciencia
y la tecnología como instrumentos necesarios para el desarrollo. Estos países e
instituciones cuentan con recursos humanos especializados y motivados en la
investigación. Esto permite una fuerte tendencia al trabajo competitivo y a la formación
de equipos de investigación, lo cual logra de esta disciplina, el alcance, la calidad y la
relevancia que merece.

Para que un país logre desarrollarse, debe tener cierta independencia en el ámbito del
conocimiento. Por otra parte, los cambio que vivimos a nivel mundial, identificados con
términos como globalización y postmodernismo, implican tal complejidad en las
relaciones sociales y en las estructuras socio-culturales, que nos instan a poder asumirlo
individual y colectivamente, de manera madura, fruto de ese conocimiento, de ese auto-
reconocimiento indispensable como elemento que posibilite la toma de conciencia de
quienes somos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Uno de los principales problemas
que en la actualidad obstaculiza el avance en materia de investigación, es el pensar que

95
las materias primas, los recursos naturales, siguen siendo la fuente de riqueza, como lo
fuera también el atractivo de tener mano de obra barata.

Pero la realidad nos muestra que esas ya no son fortalezas comparativas; ya no son los
recursos materiales, sino los recursos humanos, es decir, la mano de obra calificada lo
que permite a un país, y con mayor razón en el caso de los países en desarrollo, estar en
condiciones de competir, siendo además destino atractivo del flujo de inversiones
internacionales, hoy tan importante. Ello, está a su vez vinculado con la posibilidad de
exportar productos con valor agregado. Es definitiva, los países en desarrollo se ven
frente a la imperiosa necesidad de crear condiciones internas que le permitan insertarse
en la economía internacional de manera mucho más activa, generándose así un mayor
crecimiento con un mejor grado de equipo social.

Desde el punto de vista estructural reconocemos cuatro elementos presente en toda


investigación: SUJETO, OBJETO, MEDIO Y FIN.

Se entiende por Sujeto el que desarrolla la actividad, el investigador; por Objeto, lo que
se indaga, esto es, la materia o el tema; por Medio, lo que se requiere para llevar a cabo
la actividad, es decir, el conjunto de métodos y técnicas adecuados, y por fin, lo que se
persigue, los propósitos de la actividad de búsqueda que radica en la solución de una
problemática detectada. Finalmente la Investigación debe entenderse como el proceso
dedicado a responder a una pregunta. Dicha respuesta lo que pretende es aclarar la
incertidumbre de nuestros conocimientos. Se define como un proceso sistemático,
organizado y objetivo destinado a responder a una pregunta, la palabra “sistemático”
significa que a partir de la formulación de una hipótesis u objetivo de trabajo se recogen
unos datos según un plan preestablecido que, una vez analizados e interpretados,
modificaran o añadirán nuevos conocimientos a los ya existentes.

Porqué y para qué investigar?

La Investigación es un proceso que, mediante la aplicación del método científico,


procura obtener información relevante y fidedigna (digna de fe y crédito), para entender,
verificar, corregir o ampliar el conocimiento. La investigación esta ligada a los seres
humanos, esta posee una serie de pasos para lograr el objetivo planteado o para llegar a
la información solicitada. La investigación tiene como base el método científico y este
es el método de estudio sistemático de la naturaleza que incluye las técnicas de
observación, reglas para el razonamiento y la predicción, ideas sobre la experimentación
planificada y los modos de comunicar los resultados experimentales y teóricos. Además,
la investigación posee una serie de características que ayudan al investigador a regirse
de manera eficaz en la misma. La investigación es tan compacta que posee formas,
elementos, procesos, diferentes tipos. La investigación es fundamental para el
estudiante y para el profesional, esta forma parte del camino profesional antes, durante y
después de lograr la profesión; ella nos acompaña desde el principio de los estudios y la
vida misma. Para todo tipo de investigación hay un proceso y unos objetivos precisos.
La investigación nos ayuda a mejorar el estudio porque nos permite establecer contacto
con la realidad a fin de que la conozcamos mejor, la finalidad de esta radica en formular
nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos; es el modo
de llegar a elaborar teorías. La actividad investigadora se conduce eficazmente mediante
una serie de elementos que hacen accesible el objeto al conocimiento y de cuya sabia
elección y aplicación va a depender en gran medida el éxito del trabajo investigador.

96
Hacer ciencia para el beneficio de todos.

Características.

La investigación recoge conocimientos o datos de fuentes primarias y los sistematiza


para el logro de nuevos conocimientos. No es investigación confirmar o recopilar lo que
ya es conocido o ha sido escrito o investigado por otros. La característica fundamental
de la investigación es el descubrimiento de principios generales. El investigador parte
de resultados anteriores, planteamientos, proposiciones o respuestas en torno al
problema que le ocupa. Para ello debe:

 Planear cuidadosamente una metodología.


 Recoger, registrar y analizar los datos obtenidos.
 De no existir estos instrumentos, debe crearlos.

La investigación debe ser objetiva, es decir, elimina en el investigador preferencias y


sentimientos personales; de ahí que emplea todas las pruebas posibles para el control
crítico de los datos recogidos y los procedimientos empleados. Finalmente, una vez
sistematizados los datos son registrados y expresados mediante un informe o documento
de investigación, en el cual se indican la metodología utilizada y los procedimientos
empleados para llegar a las conclusiones presentadas, las cuales se sustentan por la
misma investigación realizada.

En la investigación deben darse una serie de características para que sea en realidad
científica:

a) planificada, es decir, tener una previa organización, establecimiento de objetivos,


formas de recolección y elaboración de datos y de realización de informe.

b) contar con los instrumentos de recolección de datos que respondan a los criterios de
validez, confiabilidad y discriminación, como mínimos requisitos para lograr un
informe científicamente valido.

c) original, esto es, apuntar a un conocimiento que no se posee o que este en duda y
sea necesario verificar y no a una repetición reorganización de conocimientos que ya
posean.

d) objetiva, vale decir que el investigador debe tratar de eliminar las preferencias
personales y los sentimientos que podrían desempeñar o enmascarar el resultado del
trabajo de investigación.

e) disponer de tiempo necesario a los efectos de no apresurar una información que no


responda, objetivamente, al análisis de los datos que se dispone.

f) ofrecer resultados comprobables y verificarles en las mismas circunstancias en las


se realizó la investigación.

h) apuntar a principios generales trascendiendo los grupos o situaciones particulares


investigadas, para los que se requiere una técnica de muestreo con el necesario rigor

97
científico, tanto en el método de selección como en la cantidad de la muestra, en
relación con la población de que se trate.

Qué es lo que se investiga?

Investigar viene del latín investigare, la cual deriva de vestigium que significa “en pos
de la huella de”, es decir “ir en busca de una pista”.

Vestigium se refería a la planta o suela del pie, a la marca que dejaba el pie en la tierra,
huella, hace referencia a que alguien había caminado por allí. Es indicio de una pista.
Aparte de significar huellas, puede significar “ruinas”, como en la frase “los vestigios
de Babilonia”, y de ahí que también puede significar el “principio de la verdad”.
Cuando se está investigando, se está “revisando huellas para encontrar la verdad”.

Evidentemente investigamos para encontrar la verdad, pero no la verdad de nuestras


afirmaciones, sino la verdad de la realidad misma. Es la verdad por la que llamamos a lo
real, realidad verdadera. Es una verdad de muchos órdenes: físico, matemático,
biológico, astronómico, mental, social, histórico, filosófico, etcétera. Pero el que se
dedica a descubrir acerca de la realidad verdadera tiene una cualidad en cierto modo
opuesta: no posee verdades, sino que, por el contrario, está poseído por ellas. En la
investigación vamos de la mano de la realidad verdadera, estamos arrastrados por ella, y
este arrastre es justo el movimiento de la investigación (Xavier Zubiri 1898-1983).
Filósofo español.

Pero, ¿cómo se investiga esta realidad verdadera? La investigación de la realidad


verdadera no consiste en una mera ocupación. Pero es mucho más que una mera
ocupación: es una dedicación. Investigar es dedicarse a la realidad verdadera. Dedicar
significa mostrar algo, deik, con una fuerza especial de. Y tratándose de la dedicación
intelectual, esta fuerza consiste en configurar o conformar nuestra mente según la
mostración de la realidad, y ofrecer lo que así se nos muestra a la consideración de los
demás. Dedicación es hacer que la realidad verdadera configure nuestras mentes. Vivir
intelectivamente, según esta configuración, es aquello en que consiste lo que se llama
profesión. El investigador profesa la realidad verdadera.

Esta profesión es algo peculiar. El que no hace sino ocuparse de estas realidades, no
investiga: posee la realidad verdadera o trozos diversos de ella. Pero el que se dedica a
la realidad verdadera tiene una cualidad en cierto modo opuesta: no posee verdades,
sino que, por el contrario, está poseído por ellas. Ante todo, todo lo real es lo que es
sólo respectivamente a otras realidades. Nada es real si no es respecto a otras realidades.
Lo cual significa que toda cosa real es desde sí misma constitutivamente abierta. El
arrastre con que nos arrastra la realidad hace, pues, de su intelección un movimiento de
búsqueda, resulta que al estar arrastrados por la realidad nos encontramos envueltos en
un movimiento inacabable no sólo porque el hombre no puede agotar la riqueza de la
realidad, sino que es inacabable radicalmente, porque la realidad en cuanto tal es desde
sí misma constitutivamente abierta. Es el fundamento de la célebre frase de San
Agustín: "Busquemos como buscan los que aún no han encontrado, y encontremos
como encuentran los que aún han de buscar". Investigar lo que algo es en la realidad es
faena inacabable, porque lo real mismo nunca está acabado. La realidad es abierta y
múltiple.

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Investigar las notas o caracteres propios de cada orden de cosas reales es lo que
constituye la investigación científica, lo que constituye las distintas ciencias. Ciencia es
investigación de lo que las cosas son en la realidad. Pero lo real es múltiple, no sólo
porque las cosas tienen muchas propiedades distintas, sino también porque lo que es
abierto es su propio carácter de realidad. Y esto arrastra a la investigación no de las
propiedades de lo real, sino a la investigación del carácter mismo de la realidad. Esta
investigación es un saber filosófico: es la investigación de en qué consiste ser real.
Mientras las ciencias investigan cómo son y cómo acontecen las cosas reales, la
filosofía investiga qué es ser real. Ciencia y filosofía, aunque distintas, no son
independientes. Es menester no olvidarlo. Toda filosofía necesita de las ciencias; toda
ciencia necesita la filosofía. Son dos momentos unitarios de la investigación. Pero como
momentos no son idénticos. Del concepto que tengamos de lo que es realidad y de sus
modos, pende nuestra manera de ser persona, nuestra manera de estar entre las cosas y
entre las demás personas, pende nuestra organización social y nuestra historia. De ahí la
importancia de la investigación de lo que es ser real. Es una investigación impuesta por
las cosas mismas. Lo que en las cosas reales se nos impone así, es justo su realidad. Esta
fuerza de imposición es el poder de lo real: es la realidad misma como tal, y no sólo sus
propiedades, lo que nos arrastra y domina. Por esto, el poder de lo real constituye la
unidad intrínseca de la realidad y de la inteligencia: es justo la marcha misma de la
filosofía. Finalmente, investigar qué es ser real, es una tarea muy difícil.

Cómo se investiga esta realidad verdadera?

Existe un primer momento en el que el científico ordena y sistematiza sus inquietudes,


formula sus preguntas y elabora organizadamente los conocimientos que constituyen su
punto de partida, revisando y asimilando lo que ya se conoce respecto al problema que
se ha planteado. Es el momento en que se produce la delimitación o distinción entre
sujeto y objeto, ya que allí el investigador se ocupa por definir qué es lo que quiere
saber y respecto a qué hechos. Igualmente puede considerarse como la fase en que se
plantea explícitamente la ‘teoría inicial’, el modelo teórico del que partimos y que se
habrá de verificar durante la investigación. Es en este momento cuando se formulan los
problemas básicos de toda indagación y cuando hay que atender preponderantemente a
la racionalidad de lo que proponemos y a la coherencia lógica de nuestro ‘marco
teórico’. Por esta razón denominamos a este momento, momento lógico. A partir de este
punto el investigador debe tratar de fijar su estrategia ante los hechos que va a estudiar,
es decir, debe formular un modelo operativo que le permita acercarse a su objeto y
conocerlo, en lo posible, tal cual es. Del mismo debe indicar que, en este segundo
momento, es preciso encontrar métodos específicos que permitan confrontar teoría y
hechos. La preocupación mayor durante toda esta fase es la de elaborar sistemas de
comprobación lo más confiables posibles, y el nombre con que la designamos es,
momento metodológico. Luego, ya elegidos los métodos o estrategias generales que
han de servir para ejecutar nuestro trabajo, se hace necesario abordar las formas y
procedimientos concretos que nos permitan recolectar y organizar las informaciones que
necesitamos, A esta tercera fase la denominamos, momento técnico; y desde el punto de
vista más general no se distingue mayormente del anterior, no obstante, por tratarse de
trabajos considerablemente diferentes en la práctica de la investigación, hacemos la
distinción. En la misma suele incluirse también el trabajo práctico de la obtención de
los datos, pues en éste se redefinen y ponen a punto las técnicas y los instrumentos que
se emplean en la investigación. Finalmente cuando el investigador ya dispone de los
datos que le proporcionan los objetos en estudio, se abre una nueva fase, caracterizada

99
por su propósito de realizar una nueva elaboración teórica en función de los datos
adquiridos. Se vuelve así de los hechos a la teoría, del objeto al sujeto, cerrando el ciclo
del conocimiento, aunque no definitivamente, pues la nueva teoría alcanzada sólo podrá
concebirse como un superior punto de arranque para el desenvolvimiento de nuevas
investigaciones. No suele darse un nombre específico a esta última fase de la
investigación, aunque la denominación de momento teórico o síntesis parecería el más
adecuado.

Estos cortes efectuados en la continuidad del proceso que analizamos son útiles para ver
cómo los problemas epistemológicos generales reaparecen en la práctica concreta de la
actividad científica.

Es posible enseñar a investigar?

El objeto de la investigación científica es aquello a lo que se aplica el pensamiento.


Cuando se trata de obtener nuevo conocimiento científico el objeto se erige en fortaleza
que hay que conquistar con métodos que aseguren la garantía de obtención de una
verdad contrastable por toda la comunidad científica. Este objeto de conocimiento
científico, de investigación, está constituido por los vestigios que plantean un conjunto
de problemas epistemológicos en el tema de la investigación cuya resolución se
persigue. El investigador debe tener conciencia asumida de que el objeto de
conocimiento se le opone por naturaleza, no se deja conocer fácilmente, plantea
numerosas dificultades, la investigación es, en consecuencia, ejercicio intelectual
dificultoso, lleno de obstáculos y, en consecuencia, factor formativo para la persona que
lo ejerce. Sin embargo, la actividad investigadora se conduce eficazmente mediante una
serie de elementos que hacen accesible el objeto al conocimiento y de cuya sabia
elección y aplicación va a depender en gran medida el éxito del trabajo investigador. Sin
perjuicio de que estos elementos deban especializarse en la propia naturaleza de los
problemas concretos objeto de resolución por parte del investigador.

Un ambiente favorable puede estimular al investigador en los momentos de desánimo:


es precisamente el clima científico, el ambiente de trabajo en facultades, departamentos
y centros oficiales de investigación lo que, con más frecuencia, suple con creces otras
carencias.

Las aptitudes que hacen posibles las actitudes y prácticas de investigación no son
naturales, sino que son aprendidas e incorporadas a lo largo del proceso de enseñanza y
aprendizaje. Desde el ámbito académico es necesario tener muy presentes las
condiciones que posibilitan la práctica investigativa. Antes de ello, sin embargo, es
importante aclarar las distinciones entre investigar y enseñar a investigar. Una cosa son
las disposiciones, competencias y modos de pensamiento y acción que implica la
práctica de la investigación. Y otra cosa es la forma como facilitamos estas habilidades
en el momento de la experiencia. Como docentes, estamos enseñando a investigar, no se
trata de pensar la investigación desde la investigación, sino de pensarla desde nuestra
labor pedagógica. Pensar la investigación supone una aproximación a conceptos tales
como conocimiento, teoría, habilidades, actitudes, prácticas de campo, análisis, espacio
conceptual. Si bien los conocimientos teóricos son fundamentales para la praxis
investigativa, no debemos considerarlos suficientes por sí mismos. Y esto porque
investigar es una práctica que retorna sobre sí misma, que se apropia de las
operaciones, acciones y caminos recorridos, y utiliza sus errores para reformularse. En

100
este sentido, la investigación es reflexiva, es un proceso en continua construcción y
reconstrucción, y en ningún caso es algo estático.

¿Queremos formar investigadores o educar para la investigación? Aunque ambos


propósitos van unidos, la formación en investigación va más allá, es más abarcadora, ya
que traspasa las fronteras de la enseñanza en el seno de una institución.

La investigación se concibe como la representación concreta de la actividad científica.


Así considerada, la investigación “aglutina a todo un conjunto de procesos de
producción de conocimientos unificados por un campo conceptual común, organizados
y regulados por un sistema de normas. Sin embargo, la investigación no debe ni puede
ser transmitida como un objeto, sino que ha de entenderse como un proceso en
constante desarrollo, como un permanente abrir y cerrar, como un camino
fundamentado en preguntas que darán lugar a nuevos interrogantes. De ahí que la forma
más propicia para la enseñanza de la investigación sea desde la práctica, enseñar a
investigar, investigando requiere de una alta dosis de entusiasmo y hasta pasión por
parte del docente. Se debe entender que la investigación lo involucra: compromiso y
significación. Veamos ahora algunos de los rasgos básicos de la investigación: 1) es un
quehacer práctico; 2) es un quehacer vinculado con los problemas y necesidades
sociales; 3) es un quehacer de carácter institucional; 4) es un quehacer comprometido, al
cuestionarse siempre el por qué, para qué y para quién se investiga.

La metodología se puede enseñar de forma expositiva, a partir de la presentación teórica


de los métodos, técnicas e instrumentos que ordenan la producción de conocimientos
acerca del mundo social. Muy distinta es la enseñanza de la investigación, que implica
la transmisión de actitudes, herramientas y habilidades para la práctica investigativa. Y
sólo se puede enseñar a investigar desde la práctica, transmitiendo modos de hacer,
operaciones y habilidades. Pero aprenderán a investigar investigando.

Así pues, la pregunta central no debe ser qué conocemos, sino más bien cómo
conocemos lo que conocemos. De ahí que se considere algo central de la enseñanza de
la investigación el asumir que todo trabajo de investigación parte de preguntas y
problemas, los mismos que posteriormente deben dar lugar a un problema de
conocimiento.
Hay que dejar claro que la teoría es imprescindible para el desarrollo de una
investigación consistente. Pese a que se enseñe a investigar investigando, debemos ser
conscientes, en todo momento, que la inmersión que hagan en su objeto de estudio será
más rica y compleja si se acercan a él con un marco teórico y conceptual completo.
Será este espacio conceptual el que les permitirá ampliar su búsqueda, es decir, ver más
allá de lo que se puede observar a primera vista:
*fomentar la “capacidad de plantear problemas originales a partir de reconstruir las
diversas aproximaciones a un objeto de estudio”.
*ejercitar la curiosidad.
*impulsar la habilidad y capacidad de convertir estas cuestiones en problemas de
conocimiento, a partir de la lectura teórica y crítica de lo que se ha dicho acerca de
ellos.
*impulsar la interdisciplinariedad.

El conocimiento no lo construyen individuos solos, sino que más bien se trata de una
construcción colectiva, interactiva, dialógica y participativa.

101
*invitación a la reflexión, a cuestionar todo y dudar de todo.
*fomentar esa mirada “buscadora”, “indagadora”, para dejar de ver al mundo como un
conjunto de hechos dados y se lo comience a ver como un conjunto de relaciones entre
hechos que pueden explicarse y que pueden ayudar a comprender otros hechos.
*comprender que investigar es una formación para la vida.

El aprendizaje basado en la investigación empieza con el planteamiento de preguntas.

El ser humano ha sido definido como “simio desnudo”, como “animal racional”, como
“animal que fabrica instrumentos”, como “ser dotado de conciencia”... Pero, con toda
justicia, puede definírselo también como “animal que hace preguntas”. En un sentido
muy profundo, la capacidad de hacer preguntas se encuentra en la base de la condición
humana. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la
realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La
filosofía nace del asombro”; con ello se quería decir que todo el conocimiento de que es
capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra
admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas.

¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en
un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué cuatro
dimensiones? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada:
está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso
el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el
carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es
sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a
fuerza de costumbre, la realidad se vuelve aburrida, o porque se piensa que sólo lo
sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la
realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las
cosas no son sólo lo que aparentan ser.
Como decía Gilbert Chesterton (1874-1936), escritor británico: “lo admirable no es
que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”.
El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que
sea, que no pueda suscitarlo. El asombro por sí solo no basta: hay que precisar los
problemas y formular preguntas.
Sólo mediante la búsqueda de solución a los problemas el asombro se transforma en
conocimiento y así como sentir asombro no es cosa de magia, plantear pregunta
tampoco lo es; en todas las áreas del saber hay temas interesantes de investigación.

La etimología indica que “investigar” es “seguir las huellas” de un problema. No existe
una diferencia esencial entre los problemas de la vida diaria y los de la investigación
científica. 

Einstein decía: “hacer nuevas preguntas o considerar anteriores desde otro punto de
vista requiere creatividad”.
 
La creatividad no es sólo un don natural: es el fruto del trabajo y la disciplina: el hábito
del por qué. Un día sin porqués es un día perdido; una asignatura sin porqués es una
asignatura perdida. Buscar vacíos, las explicaciones contenidas en los textos,

102
argumentos no convincentes. Qué aspecto de algún tema no es profundizado en ningún
texto. Qué planteamientos importantes no han sido desarrollados por los autores. Hay
que tomarse el tiempo necesario, reflexionar, examinar el asunto desde distintos
ángulos, tomar apuntes y dejar que las ideas vayan madurando. 

Clases de Investigación.

En toda investigación se persigue un propósito señalado, se busca un determinado nivel


de conocimiento y se basa en una estrategia particular o combinada.

 Por el propósito o finalidades perseguidas: básica o aplicada.

Investigación básica: También recibe el nombre de investigación pura, teórica. Se


caracteriza porque parte de un marco teórico y permanece en él; la finalidad radica en
formular nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos
científicos o filosóficos, pero sin contrastarlos con ningún aspecto práctico.

Investigación aplicada: Este tipo de investigación también recibe el nombre de práctica


o empírica. Se caracteriza porque busca la aplicación o utilización de los conocimientos
que se adquieren. La investigación aplicada se encuentra estrechamente vinculada con la
investigación básica, pues depende de los resultados y avances de esta última; por lo
tanto también requiere de un marco teórico. Sin embargo, en una investigación
empírica, lo que le interesa al investigador, primordialmente, son las consecuencias
prácticas.
Si una investigación involucra problemas tanto teóricos como prácticos, recibe el
nombre de mixta. En realidad, un gran número de investigaciones participa de la
naturaleza de las investigaciones básicas y de las aplicadas.

 Por la clase de medios utilizados para obtener los datos: documental, de


campo o experimental.

Investigación documental: Este tipo de investigación es la que se realiza, como su


nombre lo indica, apoyándose en fuentes de carácter documental, esto es, en
documentos de cualquier especie. Como subtipos de esta investigación encontramos la
investigación bibliográfica, la hemerográfica y la archivística; la primera se basa en la
consulta de libros, la segunda en artículos o ensayos de revistas y periódicos, y la
tercera en documentos que se encuentran en los archivos, como cartas, oficios,
expedientes.

Investigación de campo: Este tipo de investigación se apoya en informaciones que


provienen entre otras, de entrevistas, cuestionarios, encuestas y observaciones. Como es
compatible desarrollar este tipo de investigación junto a la investigación de carácter
documental, se recomienda que primero se consulten las fuentes de la de carácter
documental, a fin de evitar una duplicidad de trabajos.

Investigación experimental: Recibe este nombre la investigación que obtiene su


información de la actividad intencional realizada por el investigador y que se encuentra
dirigida a modificar la realidad con el propósito de crear el fenómeno mismo que se
indaga, y así poder observarlo.

103
 Por el nivel de conocimientos que se adquieren: exploratoria, descriptiva o
explicativa.

Investigación exploratoria: Recibe este nombre la investigación que se realiza con el


propósito de destacar los aspectos fundamentales de una problemática determinada y
encontrar los procedimientos adecuados para elaborar una investigación posterior. Es
útil desarrollar este tipo de investigación porque, al contar con sus resultados, se
simplifica al abrir líneas de investigación y proceder a su consecuente comprobación.

Investigación descriptiva: Mediante este tipo de investigación, que utiliza el método de


análisis, se logra caracterizar un objeto de estudio o una situación concreta, señalar sus
características y propiedades. Combinada con ciertos criterios de clasificación sirve para
ordenar, agrupar o sistematizar los objetos involucrados en el trabajo indagatorio. Al
igual que la investigación que hemos descrito anteriormente, puede servir de base para
investigaciones que requieran un mayor nivel de profundidad.

Investigación explicativa: Mediante este tipo de investigación, que requiere la


combinación de los métodos analítico y sintético, en conjugación con el deductivo y el
inductivo, se trata de responder o dar cuenta de los porqués del objeto que se investiga.

Tipos

De acuerdo al tipo de investigación que se plantee, las teorías van a tener una función
diferente. Puede decirse que las teorías constituyen puntos de partida (teorías de
entrada) para el caso de las investigaciones descriptivas y aplicativas, que constituyen
tanto puntos de partida como producto terminal (teorías de salida) para las
investigaciones explicativas (aquéllas orientadas a producir teorías) y que funcionan
como objeto de estudio para el caso de las investigaciones contrastivas (evaluativas).

Cuando se va a resolver un problema en forma científica, es muy conveniente tener un


conocimiento detallado de los posibles tipos de investigación que se pueden seguir. Este
conocimiento hace posible evitar equivocaciones en la elección del método adecuado
para un procedimiento específico. Conviene anotar que los tipos de investigación
difícilmente se presentan puros; generalmente se combinan entre sí y obedecen
sistemáticamente a la aplicación de la investigación. Tradicionalmente se presentan tres
tipos de investigación.

• Histórica: describe lo que era. Trata de la experiencia pasada; se aplica no sólo a la


historia sino también a las ciencias de la naturaleza, al derecho, la medicina o a
cualquier otra disciplina científica.

En la actualidad, la investigación histórica se presenta como una búsqueda crítica de la


verdad que sustenta los acontecimientos del pasado.

La tarea del investigador en este tipo de investigación tiene las siguientes etapas:

1. Enunciación del Problema

2. Recolección de información

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3. Crítica de Datos y Fuentes

4. Formulación de Hipótesis

5. Interpretación e Informe.

• Descriptiva: interpreta lo que es. Comprende la descripción, registro, análisis e


interpretación de la naturaleza actual, y la composición o procesos de los fenómenos. El
enfoque se hace sobre conclusiones dominantes o sobre como una persona, grupo o cosa
se conduce o funciona en el presente. La investigación descriptiva trabaja sobre
realidades de hechos, y su característica fundamental es la de presentarnos una
interpretación correcta.

La tarea de investigación en este tipo de investigación tiene las siguientes etapas:

1. Descripción del Problema

2. Definición y Formulación de la Hipótesis

3. Supuestos en que se basa la Hipótesis

4. Marco Teórico

5. Selección de Técnicas de Recolección de Datos

6. Categorías de Datos, a fin de facilitar relaciones

7. Verificación de validez del instrumento

• Experimental: describe lo que será. Se presenta mediante la manipulación de una


variable experimental no comprobada, en condiciones rigurosamente controladas, con el
fin de describir de que modo o por qué causa se produce una situación o acontecimiento
particular. El experimento es una situación provocada por el investigador para
introducir determinadas variables de estudio manipulada por él, para controlar el
aumento o disminución de esas variables y su efecto en las conductas observadas. La
tarea del investigador es manejar de manera deliberada la variable experimental y luego
observa lo que ocurre en condiciones controladas.

La tarea del investigador en este tipo de investigación presenta las siguientes etapas:

1. Presencia de un Problema para el cual sea realizado una revisión bibliográfica

2. Identificación y Definición del Problema

3. Definición de Hipótesis y variables. Y la operacionalización de las mismas

4. Diseño del plan experimental

5. Prueba de confiabilidad de datos

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6. Realización de experimento

7. Tratamiento de datos. Aquí, en este punto, hay que tener en cuenta que una cosa es el
dato bruto, otro el dato procesado y otro el dato que hay que dar como definitivo.

El aprendizaje de la investigación: técnicas para el desarrollo de la creatividad.


‘Metodología de la Investigación’. Maurice de la Mora.

La historia del pensamiento científico indica que los buenos resultados en investigación
no se improvisan. La ciencia y la tecnología requieren para su desarrollo de un poderoso
caudal de creatividad. Pero la creatividad no resulta fructífera si no puede insertarse en
una tradición vigorosa capaz de ir acotando y definiendo problemas, revisando
experiencias pasadas, proponiendo nuevos derroteros para una labor que nunca se
comprende ab initio, desechando todo lo anterior. De todas las manifestaciones de la
inteligencia, la creatividad es la que se encuentra mayormente ligada con la capacidad
intelectual del ser humano, puesto que no podemos considerar que un individuo sea
auténticamente inteligente si no es creativo. Se ha definido a la creatividad como la
habilidad individual para encontrar nuevas combinaciones donde nadie antes las había
detectado. “La creatividad podría consistir en armonizar concurrencias de células en
forma efectivamente singulares”. Por tanto todo ser humano puede y debe ser creativo.
Se afirma que el cerebro humano es capaz de crear cien o más ideas creativas e
innovadoras al día. La base de la creatividad radica en cuestionar todo, se debe
cuestionar el porqué de las cosas, ofrecer una explicación que deberá ser contestada con
otra pregunta del ¿porqué? Y así sucesivamente. La idea de cuestionar todo es
demostrar que ninguna situación, principio, creencia, ideología o ley es tan infalible que
no pueda ser retada o cuestionada. En conclusión, debe siempre preguntarse ¿porqué las
cosas son como son y no pueden ser de otra manera? ¿Qué pasaría si…? ¿Y porqué
no…? Seis son las operaciones que pueden ayudar a desarrollar la creatividad:

1. tener deseo de inventar, crear o innovar.

2. recuperar de la mente aquellas experiencias pasadas que ya se tienen almacenadas en


la memoria.

3. imaginar y asociar dos o más experiencias o recuerdos con el fin de producir ideas
creativas.

4. comparar lo imaginado con lo requerido.

5. transformarlo.

6. bosquejar.

Existen muchas técnicas para desarrollar la creatividad y fomentar la inventiva:


*tormenta de ideas: es clásica en la práctica de la creatividad grupal. Consiste en atacar
un problema en grupo con el objetivo de generar ideas y soluciones innovadoras. Esta
técnica también puede ser empleada como un método de trabajo intelectual y consiste
en preguntarse lo siguiente:

106
A este objeto, idea o concepto: qué otros usos se le pueden dar?, A qué otra cosa se le
parece?, Qué se le podría modificar?, Se puede cambiar su significado o forma?, Qué se
puede adicionar?, Cómo se puede combinar?, Se puede cambiar?, Se puede invertir?.

Si bien la originalidad es el fruto de la creación espontánea donde la novedad es lo


primordial, la originalidad se consigue con la práctica constante dentro del trabajo
intelectual. Las siguientes preguntas pueden servir de punto de partida para desarrollar
ideas originales:

Porqué no buscar en otra parte?, Dónde puedo hallar más información?, Debo preguntar
de nuevo?, Dónde daría más resultado esto?, Que pasaría si.? La técnica de hacerse
preguntas resulta muy útil como uno de los métodos de trabajo intelectual.

Las descripciones del estado del arte en la producción y gestión del conocimiento
revelan que están surgiendo cambios que han alterado su propia naturaleza. Para
describir estos cambios Gibbons presenta un criterio de demarcación, en el cual
distingue el modo 1 o clásico; y el modo 2 o alternativo. Este criterio se funda en el
análisis de distintas variables, tales como el contexto, las organizaciones, la producción
del conocimiento y el control de la calidad de la evaluación. El criterio establecido por
Gibbons respecto de la cuestión de los contextos responde a la distinción que
generalmente se hace entre el modelo clásico y los nuevos modelos alternativos que
implican, o bien continuidad o bien rupturas, o bien recuperación de algunos de los
elementos del modelo clásico, pero repensados y recuperados desde otra óptica.

1 Modelo Clásico: está instalado dentro de la dinámica de un contexto disciplinar,


fundamentalmente cognitivo, responde a la demanda académica instituida y reduce su
preocupación por los objetivos prácticos. Tradicionalmente, la comunicación entre
ciencia y sociedad es en esencia unilateral: los científicos son quienes detentan el
conocimiento experto privilegiado, mientras que a los legos en la materia hay que
ilustrarlos y educarlos. Este modelo encuentra su génesis y fundamentación en el modo
en que la ciencia se instituyó en la Modernidad y los efectos que ella produjo. La
manera de gestionar y producir conocimiento en un modelo clásico es esencialmente
disciplinar. Las categorías son las que organizan el conocimiento científico y su
producción. Instituyen la división y la especialización del trabajo y responden a la
diversidad de los campos que abarcan las ciencias. Si bien cada disciplina se encuentra
englobada en un ámbito científico más amplio, tiende a la: ‘autonomía por la
delimitación de sus fronteras, por el lenguaje que la construye, por las técnicas que
lleva a elaborar o a utilizar y, eventualmente, por las teorías que le son propias’.
Morin, Edgar (1921 - ) filósofo y sociólogo francés.

Según los defensores del modelo, este modelo disciplinar posee sólidas ventajas, Por un
lado, permite delimitar un campo de competencia al eliminar la vaguedad y por otro
construir sus propios objetos. Sin embargo, estas mismas ventajas, llevadas al extremo,
muestran sus debilidades, El estudio de la historia de las disciplinas muestra cómo su
institucionalización ha llevado al riesgo de la hiperespecialización, a la formación de
especialidades, que sólo ven cómo se les ofrece la posesión exclusiva de un fragmento
del mundo, cuya visión global escapa a todos y a cada uno. Esta actitud disciplinar
exclusiva deriva en una imagen de la realidad pobre y fragmentada. Los conocimientos
se encuentran encerrados en una organización enciclopédica de carácter acumulativo,
con lo cual el enciclopedismo pierde su carácter originario. La institución científica

107
dentro del contexto disciplinar, inhibe cualquier idea nueva que este en desacuerdo con
sus normas de lo creíble y lo pensable. Cada disciplina tiene su objeto, que no es
revelado sino construido a partir del recorte de la realidad, Son objetos artificiales
considerados simples, son vistos a través de la grilla de las teorías científicas y de sus
exposiciones analíticas. Pero los objetos simples no existen en la naturaleza, sino que
son el resultado de nuestra actividad de desglose de los fenómenos observados. La
simplicidad no es una propiedad intrínseca de las cosas, sino que depende de la
actividad crítica, de las condiciones lógicas y empíricas bajo las cuales nombramos y
conocemos las cosas, el contexto disciplinar afecta a la producción de conocimiento en
tanto:

*la realidad es recortada en función de acceder a lo simple como supuesta propiedad de


los objetos. *lo simple es propiedad que no nos permite acceder a una visión de
conjunto. *la ciencia queda legitimada desde la hiperespecialización, encerrada en sí
misma, y son los especialistas quienes funcionan como jueces de lo creíble y pensable.
*no es posible incorporar al sujeto cognoscente, y por lo tanto es difícil comprender a la
ciencia como práctica social. *no pueden articularse los saberes que atiendan tanto a la
resolución de objetivos teóricos como prácticos en una visión de conjunto.

2. Modelo Transdisciplinar: es más amplio y sus objetivos apuntan a la utilidad y


responden a una demanda más diversa, intelectual y social. Este contexto reconoce que
los grandes problemas son transversales, transnacionales, múltiples,
multidimensionales, transdisciplianrios, No se trata de sumar conocimientos, sino de
reformar nuestra manera de conocer y de plantear una nueva forma de organización y de
producción del conocimiento. La conjunción de un nuevo esquema cognitivo y de
nuevas hipótesis no sólo permitirá articulaciones organizacionales o estructurales entre
disciplinas separadas, sino también concebir la unidad de lo que hasta ahora se mostraba
separado. Si recorremos el desarrollo de la ciencia a partir del siglo XVII, podemos
encontrarnos con una forma posible de concebir la trnsdisciplinaridad. No solo se habla
de las ciencias, sino también de la ciencia, en tanto se buscaba una unidad de método y
cierto número de postulados implícitos en todas las disciplinas (como el postulado de la
objetividad, de la eliminación del problema del sujeto de la utilización de la
matemáticas como un lenguaje y un modo de explicación común y de búsqueda de
formalización). Es decir la ciencia no habría sido nunca la ciencia si no hubiera sido
transdisciplinaria. Como ejemplo de las grandes unificaciones transdisciplinarias,
podemos nombrar aquellas que se cuentan desde el pensamiento griego hasta Newton,
Maxwell y Einstein. Pero han sido estos principios transdisciplinarios de la ciencia, la
matematización y la formalización, los que la han llevado a su propio cierre
disciplinario. Esto es porque la unidad ha sido siempre abstracta y no pudo comunicar
las diferentes dimensiones de lo real más que anulando estas dimensiones. De aquí que
el problema resida no tanto en hacer transdisiplinaridad, sino en qué tipo de
transdisciplinaridad debería hacerse. Mientras que el saber en la Grecia clásica hasta el
siglo de las luces fue hecho para ser comprendido, hoy nos vemos privados del derecho
a la reflexión. Esto se debe a factores: la hiperespecialización, la exclusión del sujeto y
los paradigmas o principios de determinación. La transdisciplinaridad se caracteriza por
desarrollar una estructura particular que evoluciona constantemente para resolver
problemas. El desarrollo de esta estructura se genera en el contexto de aplicación, a
diferencia del modelo 1 en el cual se desarrolla primero para luego ser aplicada; el
conocimiento transdisciplinar genera nuevas y propias estructuras teórica, métodos y
prácticas.

108
Ciertas concepciones científicas mantienen su vitalidad porque rechazan su encierro
disciplinario y se esfuerzan por la constitución de un objeto a la vez interdisciplinario,
polidisciplinario y transdisciplinario, lo que permite crear el intercambio, la cooperación
y la policompetencia. A su vez, las rupturas de cercos disciplinarios, de avances o de
transformaciones de las disciplinas, se producen por la constitución de nuevos esquemas
cognitivos. Esto es posible si hay de antemano un reconocimiento de la ciencia como
praxis social. Es decir una de las condiciones de posibilidad de producir conocimiento
dentro de un contexto transdisciplinar es reconocer las condiciones culturales y sociales
bajo las cuales se plantean y resuelven los problemas. Las nuevas estructuras se generan
en el contexto de aplicación y evolucionan de manera constante. En estas estructuras no
son importantes las fronteras disciplinarias, ni la distinción entre ciencia básica y
aplicada: la búsqueda de soluciones debe ser guiada por modelos acordados y
organizados, y los métodos de trabajo deben ser transparentes y comunicables a una
comunidad más amplia.

Jean Lévy – Leblond. Físico teórico francés: “La ciencia es, a la vez, demasiado seria
y demasiado placentera como para ser dejada solamente en manos de los científicos”.
“La ciencia debe servir para inquietarnos sobre la dificultad de pensar”.

La investigación como proceso: lo útil y lo inútil de la investigación.

La investigación tiene un proceso muy riguroso, este e proceso contiene los siguientes
pasos:

 Elección del tema


 Objetivos
 Delimitación del tema
 Planteamiento del problema
 Marco teórico
 Metodología
 Informe

Elección del Tema: a nivel de procesos investigativos no debe suponerse conocido el


tema y arrancar con el problema, lo importante es elegir el tema ya que el problema se
deriva de éste. Cuando se selecciona el tema nos movemos dentro un marco de
generalidades, cuando se selecciona el problema se reduce el mismo. A partir de la
realidad surge una problemática, la cual está integrada por una serie de factores. La
realidad de la investigación es problemática; de dicha problemática, debe elegirse un
factor, que se determine como tema de investigación y dentro del cual debe
seleccionarse un problema investigable. Si se comienza por la selección del problema se
pierde de vista la ubicación contextual del tema. La elección del tema es el primer caso
en la realización de una investigación. Consiste esta elección en determinar con claridad
y precisión el contenido del trabajo a presentar. La elección del tema corresponde
necesariamente al alumno investigador.

Objetivos: cuando se ha seleccionado el tema de la investigación debe procederse a


formular los objetivos de investigación; que deben estar armonizados con los del
investigador y los de la investigación. El objetivo de la investigación es el enunciado
claro y preciso de las metas que se persiguen. El objetivo del investigador es llegar a
tomar decisiones y a una teoría que le permita generalizar y resolver en la misma forma

109
problemas semejantes en el futuro. Los métodos que se elijan deben ser los más
apropiados para el logro de los objetivos. Todo trabajo de investigación es evaluado por
el logro de los objetivos mediante un proceso sistemático, los cuales deben haber sido
previamente señalados y seleccionados al comienzo de la investigación. La
sistematización hace posible el planeamiento de estrategias válidas para el logro de
objetivos. Por esta razón los objetivos tienen que ser revisados en cada una de las etapas
del proceso; el no hacerlo puede ocasionar fallas en la investigación con la misma
intensidad en que se presentan fallas en los objetivos. La evaluación de la investigación
se realiza en base a los objetivos propuestos y pueden ser progresivas, esto lleva a
clasificar los distintos niveles de resultados que se quieren lograr en la investigación. Si
la investigación es planeada científicamente, debe tener validez en cada una de sus
etapas en razón de objetivos y el logro de este en cada etapa es lo que permite pasar a la
siguiente. Al finalizar la investigación, los objetivos han de ser identificables con los
resultados; es decir, toda la investigación deberá estar respondiendo a los objetivos
propuestos. Los objetivos generales dan origen a objetivos específicos que indica lo que
se pretende realizar en cada una de las etapas de la investigación. Estos objetivos deben
ser evaluados en cada paso para conocer los distintos niveles de resultados. La suma de
los objetivos específicos es igual al objetivo general y por tanto a los resultados
esperados de la investigación. Conviene anotar que son los objetivos específicos los que
se investigan y no el objetivo general, ya que este se logra de los resultados.

Delimitación del tema: "delimitar el tema es ver la viabilidad para su desarrollo". Unida
a esta delimitación es necesaria la justificación del mismo; es decir, indicar las
características que llevan al investigador a escoger el tema para desarrollarlo, las cuales
deben ser de orden externo u objetivo, y de orden interno o subjetivo. Una de las fallas
más comunes en la investigación consiste en la ausencia de delimitación del tema; el
80% de las investigaciones fracasan por carecer de delimitación del tema, es decir, por
ambición del tema. Delimitar el tema quiere decir poner límite a la investigación y
especificar el alcance de esos límites. En la delimitación del tema no basta con
identificar una rama de la ciencia, pues tales ramas cubren variada gama de problemas.
Es preferible señalar, de acuerdo a las propias inclinaciones y preferencias, un tema
reducido en extensión. No importa que el tema constituya un grano de arena dentro de la
ciencia. Además, por reducido y limitado que puede parecer un tema, si se explora
convenientemente pronto surge toda una serie de ramificaciones que le dan importancia
y valor. Al delimitar, se aclara si el tema de investigación será de tipo exploratoria,
descriptivo o experimental. La aclaración sobre el tipo de estudio permite tener una
visión general sobre la validez y el grado de confianza que puede tener como resultado.
Esto supone determinar el alcance y los límites del tema.

El Problema: el problema es el punto de partida de la investigación. Surge cuando el


investigador encuentra una laguna teórica, dentro de un conjunto de datos conocidos, o
un hecho no abarcado por una teoría, un tropiezo o un acontecimiento que no encaja
dentro de las expectaciones en su campo de estudio. Todo problema aparece a raíz de
una dificultad, la cual se origina a partir de una necesidad en la cual aparece dificultades
sin resolver. Diariamente se presentan situaciones de muy diversos orden, una situación
determinada puede presentarse como una dificultad la cual requiere una solución mayor
o menor plazo. El título del problema es la presentación racional de lo que se va a
investigar, precede al plan de la investigación y debe presentar una idea clara y precisa
del problema, es decir, en forma rápida y sintética nos presenta el problema a tratar y
debe realizarse con el siguiente criterio "a mayor extensión menor comprensión y

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viceversa". Por tal razón, si el título es muy largo conviene reducirlo a pocas palabras y
clarificarlo con un subtítulo. Decíamos que todo problema aparece a raíz de una
dificultad; ésta se origina a partir de una necesidad en la cual aparecen dificultades sin
resolver. De ahí, la necesidad de hacer un planteamiento adecuado del problema a fin de
no confundir efectos secundarios del problema a investigar con la realidad del problema
que se investiga.

Marco Teórico: el marco teórico nos amplia la descripción del problema. Integra la
teoría con la investigación y sus relaciones mutuas. Es la teoría del problema, por lo
tanto, conviene relacionar el marco teórico con el problema y no con la problemática de
donde éste surge. No puede haber un marco teórico que no tenga relación con el
problema. Toda ciencia está estipulada por dos elementos básicos: la teoría y el método
del trabajo. Toda investigación requiere un conocimiento presente de la teoría que
explica el área de fenómenos de estudio.

Todo hecho anterior a la formulación del problema que sirve para aclarar, juzgar e
interpretar el problema planteado, constituye los antecedentes del problema. Establecer
los antecedentes del problema, de ninguna manera es hacer un recuento histórico del
problema, o presentar fuentes bibliográficas que se va a utilizar, o los datos recolectados
los cuales no sabemos en donde ubicar, o la descripción de las causas del problema. En
los antecedentes se trata de hacer una síntesis conceptual de las investigaciones o
trabajos realizados sobre el problema formulado con el fin de determinar el enfoque
metodológico de la misma investigación. El antecedente puede indicar conclusiones
existentes en torno al problema planteado. La hipótesis es el eslabón necesario entre la
teoría y la investigación que nos lleva al descubrimiento de nuevos hechos. Por tal,
sugiere explicación a ciertos hechos y orienta la investigación a otros. La hipótesis
puede ser desarrollada desde distinto puntos de vista, puede estar basada en una
conjetura, en el resultado de otros estudios, en la posibilidad de una relación semejante
entre dos o más variables representadas en un estudio, o puede estar basada en una
teoría mediante la cual una suposición de proceso deductivo nos lleva a la pretensión de
que si se dan ciertas condiciones se pueden obtener ciertos resultados, es decir, la
relación causa - efecto. Una hipótesis sirve de guía para la obtención de datos en
función del interrogante presentado en el problema, o también para indicar la forma
como debe ser organizado según el tipo de estudio. Todo investigador debe hacer uso de
conceptos para poder organizar sus datos y percibir las relaciones que hay entre ellos.
Un concepto es una abstracción obtenida de la realidad y, por tanto, su finalidad es
simplificar resumiendo una serie de observaciones que se pueden clasificar bajo un
mismo nombre. Algunos conceptos están estrechamente ligados a objetos de lo que
representan., por eso cuando se define se busca asegurar que las personas que lleguen a
una investigación determinada conozcan perfectamente el significado con el cual se va a
utilizar el término o concepto a través de toda la investigación.

Metodología: para toda investigación es de importancia fundamental que los hechos y


relaciones que establece, los resultados obtenidos o nuevos conocimientos, tengan el
grado máximo de exactitud y confiabilidad. Para ello plantea una metodología o
procedimiento ordenado que se sigue para establecer lo significativo de los hechos y
fenómenos hacia los cuales está encaminado el significado de la investigación.
Científicamente la metodología es un procedimiento general para lograr de una manera
precisa el objetivo de la investigación. De ahí, que la metodología en la investigación
nos presenta los métodos y técnicas para la investigación. Es necesario tener en cuenta

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el tipo de investigación o de estudio que se va a realizar, ya que cada uno de estos tiene
una estrategia diferente para su tratamiento metodológico. Por ello, se debe indicar el
tipo de investigación, si es una investigación, histórica, descriptivas o experimental. Si
es un estudio causal, exploratorio o productivo. Una población está determinada por sus
características definitorias, por tanto, el conjunto de elementos que posea ésta
característica se denomina población o universo. Población es la totalidad del fenómeno
a estudiar en donde las unidades de población poseen una característica común, la cual
se estudia y da origen a los datos de la investigación. Una vez recopilado los datos por
los instrumentos diseñados para este fin es necesario procesarlos, es decir, elaborarlos
matemáticamente, ya que la cuantificación y su tratamiento estadístico nos permitirán
llegar a construcciones en relación con la hipótesis planteada. El procesamiento de
datos, antes dispendioso mediante métodos manuales, es hoy realizado por
computadoras electrónicas las cuales han eliminado, por así decirlo, gran parte del
trabajo matemático y estadístico que antes se realizaba.

El Informe: la estructura del informe de investigación es sencilla y sigue fielmente los


pasos fundamentales del diseño de la investigación; en ningún momento debe ser
contraria al diseño, ya que el informe debe ser la respuesta de lo planteado al diseño de
la investigación. Para la presentación del informe debe seguirse las normas de la
metodología formal de presentación de trabajos científicos, los cuales se han
considerado en diversas obras por los tratadistas de la metodología formal.

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